La Risa
La Risa
La Risa
Primer momento
-Espero que mis palabras no lo hayan irritado fraile Guillermo. Pero he oído a unas personas que
reian de cosas irrisibles. Los franciscanos, sin embargo, pertenecéis a una orden donde la risa se
contempla con indulgencia.
-La risa es un viento diabólico que deforma las facciones y hace que los hombres parezcan monos.
-¿Podemos asegurarlo?
-Por ejemplo, cuando los paganos sumergieron a San Mauro en agua hirviendo el se quejo de que
su baño estaba frio. El sultán metio su mano en el y se la escaldó.
-Un santo sumergido en agua hirviendo no bromea con gracias infantiles, reprime sus gritos y
sufre por la verdad.
-No obstante, Aristoteles dedico su segundo libro de Poética al humor como instrumento de la
verdad.
-¡No se perdió! ¡Jamas fue escrita! Porque la Providencia no desea que se glorifiquen las cosas
fútiles.
-¡Ya basta! Esta abadia esta entristecida por el dolor y vois pretendéis turbar nuestra pena con
burlas vanas.
Segundo momento
-Quiero ver el libro en griego que según vos jamás fue escrito. Un libro dedicado a la comedia, la
cual odiais tanto como odiáis la risa.
Quiero ver la que seguramente es la única copia existente del segundo libro de Poetica de
Aristoteles.
“Ahora trataremos el modo en que la comedia estimula nuestro goce del ridículo utilizando
personajes vulgares y divirtiéndose con sus defectos”
Venerable hermano, hay muchos libros que hablan de la comedia, ¿Por qué os produce este tanto
miedo?
-La risa mata el miedo, y sin el miedo no puede haber fe. Por lo que sin miedo al diablo, ya no hay
necesidad de Dios.
-No, desde luego. La risa seguirá siendo la diversión del hombre sencillo. Pero, ¿que ocurrirá si por
culpa de este libro los hombres doctos declaran que es permisible reírse de todas las cosas?
¿Podemos reírnos de Dios? El mundo desembocaría en el caos. Por eso, voy a sellar lo que no debe
ser dicho, y me convierto en su tumba