Preguntas y Casos Resueltos de Derecho Penal y Procesal Penal. Por. Dr. Janner A. Lopez Avendaño.
Preguntas y Casos Resueltos de Derecho Penal y Procesal Penal. Por. Dr. Janner A. Lopez Avendaño.
Preguntas y Casos Resueltos de Derecho Penal y Procesal Penal. Por. Dr. Janner A. Lopez Avendaño.
1.- Hugo, Paco y Luis planifican entrara sustraer juntos los bienes del interior de una
casa, habiendo acordado que únicamente maniatarán a las personas que viven en ella,
pero que no les harán daño.
Una vez dentro, ante las dificultades para encontrar la caja fuerte, Luis opta por golpear a
una de las personas para conseguir la información sobre la ubicación de la caja,
ocasionándole lesiones graves.
RESPUESTA: b
Los tres son coautores de un delito. La coautoría es por delito de robo agravado (art. 198 incisos
1 y 4 del código penal), en vista de que Hugo Paco y Luis concertaron el plan común de sustraer
violentamente los bienes del interior de una casa, pero sin llegar a lesionar gravemente a
ninguna persona. Los coautores solo responden hasta un punto de lo que han acorado
previamente, según la división del accionar delictivo. Su dolo alcanza hasta los límites de dicho
plan. Luis debe responder por el exceso en el plan común. De ahí que sea autor de robo
agravado y de lesiones graves. (Concurso real de delitos)
a) Hugo, Paco y Luis responden por los delitos de robo agravado y por lesiones graves a uno de
los habitantes de la casa.
b) Hugo, Paco y Luis responden únicamente por el delito de robo agravado por pluralidad de
agentes.
c) Luis responde únicamente por el delito de robo agravado por el resultado de lesiones
d) Todos responderán por el delito de robo agravado y, además, Luis por el exceso
respecto del plan conjunto.
RESPUESTA: d
Luis responde además por el delito de lesiones graves. Solo a él se le atribuye este delito ya
que se excedió voluntariamente respecto del plan en conjunto.
Al respeto diremos que en el universo empírico criminal, la lesión o puesta en peligro de uno o
más bienes jurídicos no siempre son cometidos por una sola persona (autor), sino que en el
actual contexto social los delitos cada vez son cometidos mediante la intervención de varias
personas. La aparición de estos casos hace necesaria la intervención del Derecho penal, a
través del cual tendrán que distinguirse quienes actúan como autores y partícipes. En la
Legislación y en la Doctrina es posible distinguir dos sistemas fundamentales en el tratamiento
de la participación2 . Estos son: el Sistema Unitario, basado en criterios puramente causalistas, y
el Sistema Diferenciador, de fines individualizadores. La presente investigación la hemos
realizado sobre la base de las tesis elaboradas en virtud del Sistema Diferenciador. La
diferenciación entre los distintos grados de participación ha llevado a la doctrina a grandes
discusiones, trayendo como consecuencia el establecimiento de varias teorías al respecto, así
tenemos: la teoría objetivo formal, la teoría objetivo material, la teoría subjetiva de autor y la
teoría del dominio del hecho. En nuestro análisis se desarrollará estas teorías en relación con la
coautoría, principalmente la del “dominio del hecho”, considerada actualmente como doctrina
dominante.
-Teoría Objetivo Formal. La Teoría Objetivo Formal actualmente tiene mucha influencia en
España. Pese a esto, esta Teoría ha perdido influencia en la dogmática penal, debido a que no
permite la solución de todos los casos a presentarse. Esta concepción considera –atendiendo a
su núcleo, al margen de sus variantes- autor a aquel que ejecuta por sí mismo total o
parcialmente las acciones descritas en los tipos de la Parte Especial 3. Por lo tanto, el autor debe
realizar el verbo rector comprendido en la acción típica de propia mano.
2 HURTADO Pozo, José (1987). Manual de Derecho Penal. Parte General. Lima, Editorial Edilli, p. 345.
3 ROXIN, Claus (1999). Autoría y Dominio del Hecho en Derecho Penal. 7 ma Edición, Madrid, Editorial MARCIAL
PONS, EDICIONES JURÍDICAS Y SOCIALES S.A., p. 54.
4 MIR-PUIG, Santiago (2005). Derecho Penal: Parte General. 7ma Ed., Buenos Aires, Editorial IB y F S.A., p. 370.
Cfr. GIMBERNART, Ordeig (1996). Autor y Cómplice, en el Derecho Penal. Madrid, p. 217.
verbo de la acción típica, sino que presten auxilio al autor para realizarlo, serán considerados
partícipes: cómplices primarios y/o secundarios.
Esta Teoría actualmente ha dejado de tener gran aceptación en la Dogmática penal, pues no
puede explicar otros tipos de participación como serían: la Autoría Mediata y la Coautoría, esta
última, por ejemplo, en el supuesto en que uno de los coautores no se encuentre presente en el
momento de ejecución de los hechos (Coautoría Ejecutiva). Es decir, siguiendo la Teoría
Objetivo – Formal, no podríamos explicar la Autoría Mediata, por medio de la cual el autor no
realiza por sí el hecho, sino a través de otra persona que bien actúa por error, coacción, etc.,
pero sin dolo. Tampoco se podría fundamentar la Coautoría, ya que, explica Bustos Ramírez5 ,
las tesis puramente objetivas no logran dar una solución. En efecto, conforme a la tesis objetivo
– formal, solo podría ser coautor quien realiza un acto ejecutivo típico lo que, como hemos visto,
restringe excesivamente su ámbito de la autoría. Tampoco bastaría decir que es coautor quien
realiza el tipo legal, pues lo determinante es el dominio sobre esa realización.
En resumen, hay que señalar que: la fortaleza de la teoría objetivo – formal reside en que
entiende el hecho individual en su totalidad como acción con sentido social, situando a aquel que
ejecuta por sí mismo, como autor, en el centro de su consideración. Sus defectos consisten en
que desde su punto de partida no cabe entender a la autoría mediata y en que en el tratamiento
de la coautoría se llega a un deshilachamiento (absurdo e insatisfactorio incluso por su
resultado) de un proceso unitario en actos individuales sin relación entre sí 6 . Por este último
motivo, concluimos que la Teoría Objetivo Formal no puede explicar la figura jurídica de la
Coautoría, es renuente al aceptarla, por ello debemos dejarla de lado a efectos del presente
análisis.
b. Al determinar una única figura de autor, basados en el criterio del aporte objetivo más
importante, desconoce por completo la Coautoría, ya que esta implica que los aportes de todos
los Coautores tienen la misma importancia (por la calidad de Coautores del delito).
En el mismo sentido crítico, el profesor Bramont-Arias7 nos menciona las siguientes críticas a
esta Teoría a ser tomadas en cuenta:
5 BUSTOS Ramírez, Juan (2004). Obras Completas. Tomo I. Derecho Penal Parte General. Lima, Editorial ARA
Editores, p. 1079.
6 ROXIN, Claus (1999). Óp. cit., p. 58.
7 BRAMONT-ARIAS Torres, Luis Miguel (2008). Manual de Derecho Penal: Parte General. 4 ed, Lima, Editorial Edill,
p. 399.
a. Desconoce la importancia de lo subjetivo para caracterizar el papel de cada contribución al
hecho.
b. De poco sirve como criterio delimitador de autoría y participación la remisión a una fórmula
vaga como “mayor importancia objetiva o mayor peligrosidad objetiva.
c. Tiene problemas respecto del autor mediato porque este no tiene aportaciones objetivas al
hecho. Es con motivo de las críticas expuestas que consideramos que a través de la teoría
Objetivo – Material no podemos explicar la figura de la Coautoría, por lo que debemos
rechazarla.
Habrá un verdadero Dominio Funcional del Hecho cuando, como expresa Zaffaroni8,
el aporte al hecho que cada uno hace es de naturaleza tal que, conforme al plan concreto del
hecho, sin ese aporte el hecho no podría haberse realizado. El dominio funcional representa un
proceder bajo condiciones de división del trabajo, en el marco del cual los coautores ejercitan
una medida esencialmente equivalente de dominio del hecho. Un plus de dominio de decisión
puede compensar un minus de dominio de configuración, y viceversa9 . El coautor es autor,
luego para ser tal requiere reunir todas las calidades propias de éste10.
Muñoz Conde11 nos expresa que lo decisivo en la coautoría es que el dominio del hecho lo
tienen varias personas que, en virtud del principio del reparto funcional de papeles, asumen por
igual la responsabilidad de su realización. Las distintas contribuciones deben considerarse como
un todo y el resultado total debe atribuirse a cada coautor, independientemente de la entidad
material de su intervención.
Es interesante remarcar, como lo hace Donna12 que la posibilidad de la coautoría se limita a los
hechos dolosos. En este sentido, Bacigalupo13 que la Coautoría, en el sentido de co-ejecución
de la acción típica solo es posible en los delitos dolosos de comisión. Tampoco puede haber
coautoría culposa, porque el delito culposo se caracteriza –como la omisión- por la violación de
un deber (en el caso de la culpa se trata de un deber de cuidado) y esto no es susceptible de
participación ni de división.
8 ZAFFARONI, Eugenio Raúl (1990). Manual de Derecho Penal: Parte General. Ediciones Jurídicas, p. 576.
9 KINDHÄUSER, Urs. Infracción de Deber y Autoría – Una crítica a la teoría del dominio del hecho. En:
www.unifr.ch/ddp1/derechopenal/articulos/a_20090918_01.pdf
10 BUSTOS Ramírez, Juan (2004). Obras Completas. Tomo I. Derecho Penal Parte General. Lima, Editorial ARA
Editores, p. 1079.
11 MUÑOZ Conde, Francisco (1999). Teoría General del Delito. 2 da Ed., Editorial Temis S.A., p. 157.
12 DONNA, Edgardo Alberto (2002). Óp. cit., p. 43
13 BACIGALUPO, Enrique (1987). Derecho Penal: Parte General. Buenos Aires, Editorial Hammurabi, p. 197.
14 MUÑOZ Conde, Francisco. Óp., cit., p. 157.
que nuestro Código Penal toma en consideración la igualdad de posición existente entre los
coautores, pues a ambos castiga con la misma pena15 .
a.- Decisión Común. La coautoría implica la existencia de un mutuo acuerdo o plan común, el
cual no ha de ser necesariamente anterior o previo a la realización del delito, ni tampoco
expreso, ya que puede ser también coetáneo y tácito, pero en todo caso aparece vinculado al
principio de culpabilidad, ya que nadie puede responder de lo que no quiere o no conoce 17 .
La Decisión Común.- constituye un requisito sine qua non para que se configure la coautoría.
Implica llegar a un acuerdo común sobre cómo realizar el hecho y la distribución de funciones.
Este elemento es de tal importancia que delimitará el ámbito de responsabilidad de cada coautor;
es decir, cada Coautor solo responderá hasta el límite del acuerdo adoptado y no responderá por
los excesos del otro.
En principio podría pensarse que el acuerdo tácito conlleva a una problemática al momento de
determinar quiénes son coautores, ya que siempre es más fácil determinarlos si el acuerdo es
expreso, pero esta problemática encuentra rápida solución al momento de evaluar si ese
acuerdo tácito implicó una distribución de funciones. Entonces, podemos concluir que la
15 Aunque, también se aplica la pena concebida para el autor en el caso del Cómplice Primario y al Instigador. Esto,
sobre la base del criterio de lesividad al bien jurídico protegido en cada tipo penal.
16 DONNA, Edgardo Alberto (2002). Loc. cit., p. 43
17 TASENDE Calvo, Julio José (2001). “Coautoría y Participación en los Delitos de Homicidio y Asesinato”.
Homenaje al Dr. Marino Barbero Santos: In Memorian”. Volumen 2, España, Universidad de Salamanca,
Universidad Castilla – La Mancha Editores, p. 706.
18 Íbidem
19 BACIGALUPO, Enrique (1997). Óp. cit., p. 228
20 JAKOBS, Günther. Derecho Penal: Parte General. Fundamento y Teoría de la Imputación. 2 da Ed., Madrid,
Se distingue del acuerdo de voluntades propio de la participación por su contenido (versa sobre
aportaciones en plano de igualdad) y –según la doctrina usual- por su reciprocidad (carácter
común): todo interviniente debe saber que otros cooperan dolosamente. Por otro lado,
Villavicencio nos plantea la idea de la subordinación. En este sentido, estima que el criterio
correcto de distinción está en si la división de tareas acordadas importa o no subordinación de
unos respecto a otros.
b.- Aporte Objetivo: Ejecución Común.- El segundo requisito sine qua non y determinante para
la Coautoría es el Aporte Objetivo al Hecho. Este elemento implica, a la vez, que los sujetos
realizarán la acción típica en conjunto, tomando en consideración el reparto funcional de roles;
es decir, el aporte de cada uno de ellos formará, en su conjunto, el tipo penal que será atribuible
a todos por igual. En este sentido, Villavicencio23 nos indica que será coautor quien realiza
parcialmente las características del tipo, siempre que, considerando todos los aportes en su
conjunto, originen el tipo. Además, es indispensable que este aporte se dé como consecuencia
directa de la Decisión Común.
En esta etapa es indispensable que se analice la naturaleza del aporte al hecho, pues ella
establecerá la existencia o no del Codominio del hecho24. En otras palabras, no toda función
realizada en el seno de la división del trabajo convierte al sujeto en coautor, porque no toda
función desarrollada le confiere el dominio funcional del hecho. Es preciso que esa función sea
necesaria para la realización del hecho y por necesaria suele entenderse lo que es esencial, en
oposición a lo accidental o subsidiario25 .
21 Ídem, p. 746.
22 VILLAVICENCIO Terreros, Felipe (2006). Derecho Penal: Parte General. Lima, Edit. Jurídica GRIJLEY E.I.R.L., p.
484.
23 VILLAVICENCIO Terreros, Felipe (2006). Óp.cit., p. 486.
24 Ídem, p. 485.
25MÁRQUEZ Cárdenas, José Luis (2008). Óp. cit., p. 68
El aporte objetivo al hecho, para que sea configurador de la Coautoría debe de cumplir con otro
requisito: el darse en la fase de ejecución del delito, y según Villavicencio26, durará hasta la
consumación del delito siempre que este aporte sea de tal importancia hasta el extremo que el
hecho “no habría podido perpetrase” sin su existencia.
3.- Sobre las 19:30 horas del día 8 de noviembre de 2014, Israel entró en el Gimnasio
Holiday, para saludar a las personas que había conocido durante el tiempo en que trabajó
en dicho establecimiento, entre las que se encontraba la acusada, Gabriela, con la que
había mantenido un nexo sentimental.
Surgió entre ellos una discusión sobre los motivos que produjeron la ruptura de su
relación y acordaron volver a encontrarse una hora más tarde en la puerta del gimnasio.
Entretanto, Gabriela, desde el vestíbulo (recibidor) del gimnasio llamó por teléfono a
alguien diciéndole “estoy en el gimnasio, ven para acá con tus amigos, que tenemos que
partirle la boca a alguien”.
A consecuencia de los golpes Israel resultó con varias contusiones y la rotura traumática
del bazo, que precisó intervención quirúrgica, quedándole como secuela la extirpación del
bazo y una importante cicatriz operatoria.
Identifique el título o grado de intervención delictiva atribuible a Gabriela:
RESPUESTA: b
Gabriela ha instigado a los individuos que golpearon a Israel, los predetermino para cometer el
delito de lesiones graves al llamarlos previamente y decirles que acudan al lugar para “partirle la
boca a alguien (Israel)”. Incluso llego a provocar a Israel (Insultándolo y empujándolo) para que
éste reaccione violentamente. Ante el golpe que le dio Israel a Gabriela, los individuos decidieron
lesionar a Israel.
- Nuestros códigos penales anteriores al de 1991, pese a que en su mayoría son copia de
códigos penales extranjeros, de alguna forma regularon la instigación como forma de
participación; sin embargo, dichas regulaciones adolecieron de dos defectos: primero,
que su desarrollo les fue ajeno a nuestros doctrinarios, pues no ha sido posible
encontrar alguno que haya analizado la instigación en cada una de nuestras
legislaciones; y, segundo, que la conducta “determinar a otro” no siempre fue el
contenido de la instigación al delito, pues esta llegaba al extremo – y he aquí la dificultad
racional- de ser considerada como influencia moral o espiritual.
- En ese sentido, instigar es “determinar a otro”; esto último es aquella conducta que, al
crear o posibilitar una circunstancia concreta que potencialmente pone en riesgo el
derecho de terceros, constituye un aporte anticipado para la posterior materialización del
contexto delictivo que otro ejecutará. Este aporte es necesariamente una conducta
positiva que se realiza a través de una comunicación verificable de cualquier forma.
a) Gabriela será reprimida con la misma pena que corresponda para los autores del delito.
c) Gabriela será reprimida con una pena distinta a la que corresponda para los autores del delito,
por cuanto ella no encargó que lo lesionaran gravemente.
d) Gabriela no será castigada porque ella no intervino directamente en la ejecución del delito.
d) La conducta de Gabriela, dado que fue atacada por Israel, está amparada por la legítima
defensa.
RESPUESTA: a
Caso resuelto conforme a lo dispuesto en el art. 24 del Código Penal que establece: “el que
dolosamente determina a otro a cometer el hecho punible será reprimido con la misma pena que
corresponde al autor”.
- Aspecto objetivo:
a) debe causar la resolución criminal (en caso contrario, omni modo facturus). En caso de se
refuerce, hay complicidad.
b) medios: consejos, solicitud, provocación, etc., utilizando dinero, favores sexuales, etc.,
c) directa: debe ser dirigida a sujeto concreto y delito determinado (cabe la co-instigación).
a) Autor
b) Inductor
c) Coautor
d) Ninguno
RESPUESTA: d
Eduardo no tiene título o grado de intervención en la violación sexual en contra de Adolfo.
Eduardo se limitó a contratar a Paco y a Luis para que dieran “un buen susto” a Adolfo. En
ningún momento les encargo que lo violaran. No responde como autor, coautor o inductor de
este último delito.
a) Cómplice primario.
b) Inductor.
c) Coautor.
d) Cómplice secundario.
RESPUESTA: a
Sin su intervención delictiva, sin que haya contribuido con amordazar, maniatar y sujetar a
Adolfo, Luis no hubiera podido consumar el delito de violación sexual en contra de éste. A Paco
se le aplica lo establecido en el primer párrafo del art. 25 del Código Penal, dispositivo legal que
resuelve: “ El que, dolosamente, preste auxilio para la realización del hecho punible, sin el cual
no se hubiera perpetrado, será reprimido con la pana prevista para el autor (…)”.
Coautoría y complicidad primaria en la doctrina del dominio del hecho de bases ontológicas.
Conforme ha puesto de relieve LESCH, como la teoría del dominio del hecho considera
únicamente autor a quien tiene el dominio sobre el suceso conjunto, ROXIN creó la figura del
dominio funcional del hecho para defender a aquella contra la acertada objeción formulada por
SCHROEDER según la cual cada coautor domina su parte en el hecho delictivo, pero no el
suceso en su conjunto28.
En efecto, según ROXIN, “lo peculiar de la coautoría estriba precisamente en que cada individuo
domina el acontecer global en cooperación con los demás”, lo que significa que si bien el coautor
“no tiene por sí solo el dominio total del hecho”, “tampoco ejerce un dominio parcial”, pues “el
dominio completo reside en las manos de varios, de manera que éstos sólo pueden actuar
conjuntamente, teniendo así cada uno de ellos en sus manos el destino del hecho global” 29. Por
tanto, conforme la opinión de ROXIN, el dominio completo del hecho en la coautoría debe recaer
en “las manos de varios” y no sobre cada autor de manera individual30.
En la misma línea de argumentación y frente a la idea según la cual el criterio del dominio del
hecho no se puede aplicar para caracterizar a cada uno de los coautores como autor, en el
27 Como ha referido FERRER SAMA, Óp. Cit., pp. 57-58; la característica esencial de la cooperación necesaria –y,
por ende, también de la complicidad primaria- es que “en ella los sujetos no participan propiamente en la ejecución
del delito, sino que ponen con su conducta una condición precisa para que otras personas puedan desplegar esa
actividad propiamente ejecutiva”
28 LESCH, Gemeinsamer Tatentschluβ als Voraussetzung der Mittäterschaft?, JA, 2000, p. 75.
29 ROXIN, Autoría y dominio del hecho, §308, pp. 307-308
30 LESCH, Gemeinsamer Tatentschluβ als Voraussetzung der Mittäterschaft?, p. 76
sentido que cada uno tenga dominio sobre el suceso en su conjunto, ROXIN recurre, además, a
otro criterio: la teoría de la necesidad31. Conforme a ésta, quien realiza una aportación
imprescindible al hecho, sin la cual éste no se habría podido ejecutar, debe ser equiparado a
quien ejecuta el hecho de propia mano32. A decir de ROXIN, esta teoría “se limita a la distinción
entre coautoría y complicidad”33.
Por lo tanto, según ROXIN, coautor es “todo interviniente cuya aportación en la fase ejecutiva
representa un requisito indispensable para la realización del resultado pretendido, esto es, aquel
con cuyo comportamiento funcional se sostiene o se viene abajo lo emprendido”34. Siendo que lo
imprescindible del aporte no se determina según un análisis ex post de la causalidad, sino
conforme a un juicio hipotético al respecto, en el sentido de “si otro interviniente se hubiese
hecho cargo de ese aporte y con ello podría haber hecho innecesaria su cooperación”35.
Los esposos permanecieron atados hasta que al día siguiente en que apareció el hijo de
ambos alertado porque sus padres no respondían las llamadas telefónicas; habiendo
estado privados de libertad un total de 26 horas. A consecuencia del bofetón propinado,
José sufrió una inflamación que curó sin necesidad de tratamiento médico o quirúrgico.
el criterio de la esencialidad ha sido tomado del dominio funcional del hecho, pero sacado éste totalmente fuera del
campo de la coautoría. En nuestra doctrina, comentando el CP peruano de 1863 –en el cual se incluía por primera
vez la complicidad primaria- VITERBO ARIAS, Óp. Cit., p. 152; afirmó que “la complicidad se distingue de la
codelincuencia, en la relación que con el crimen tengan los actos practicados: si ellos no fueron de absoluta
necesidad para la ejecución del delito, hay simple complicidad: en caso contrario, hay codelincuencia”.
34 ROXIN, Autoría y dominio del hecho, §27, pp. 310-311
35 LESCH, Gemeinsamer Tatentschluβ als Voraussetzung der Mittäterschaft?, p. 76.
Dos días después Mauricio sustrajo una botella personal de bebida gaseosa de una tienda
de abarrotes huyendo raudamente, pero fue atrapado y asustado divulgó ante la policía
todo lo anteriormente ocurrido.
a) Autores mediatos
b) Coautores
c) Cómplices secundarios
d) Instigadores
RESPUESTA: b
Asunción Mauricio y Ernesto con coautores. Todos responden de acuerdo al plan decidido
previamente y planificado en conjunto.
A.- Decisión Común. La coautoría implica la existencia de un mutuo acuerdo o plan común, el
cual no ha de ser necesariamente anterior o previo a la realización del delito, ni tampoco
expreso, ya que puede ser también coetáneo y tácito, pero en todo caso aparece vinculado al
principio de culpabilidad, ya que nadie puede responder de lo que no quiere o no conoce 39 .
La Decisión Común constituye un requisito sine qua non para que se configure la coautoría.
Implica llegar a un acuerdo común sobre cómo realizar el hecho y la distribución de funciones.
Este elemento es de tal importancia que delimitará el ámbito de responsabilidad de cada coautor;
36
MUÑOZ Conde, Francisco (1999). Teoría General del Delito. 2 da Ed., Editorial Temis S.A., p. 157
37 Aunque, también se aplica la pena concebida para el autor en el caso del Cómplice Primario y al Instigador. Esto,
sobre la base del criterio de lesividad al bien jurídico protegido en cada tipo penal.
38 DONNA, Edgardo Alberto (2002). Óp. cit., p. 43
39 TASENDE Calvo, Julio José (2001). “Coautoría y Participación en los Delitos de Homicidio y Asesinato”.
Homenaje al Dr. Marino Barbero Santos: In Memorian”. Volumen 2, España, Universidad de Salamanca,
Universidad Castilla – La Mancha Editores, p. 706.
es decir, cada Coautor solo responderá hasta el límite del acuerdo adoptado y no responderá por
los excesos del otro.
B.- Aporte Objetivo: Ejecución Común El segundo requisito sine qua non y determinante para la
Coautoría es el Aporte Objetivo al Hecho. Este elemento implica, a la vez, que los sujetos
realizarán la acción típica en conjunto, tomando en consideración el reparto funcional de roles;
es decir, el aporte de cada uno de ellos formará, en su conjunto, el tipo penal que será atribuible
a todos por igual. En este sentido, Villavicencio41nos indica que será coautor quien realiza
parcialmente las características del tipo, siempre que, considerando todos los aportes en su
conjunto, originen el tipo. Además, es indispensable que este aporte se dé como consecuencia
directa de la Decisión Común.
En esta etapa es indispensable que se analice la naturaleza del aporte al hecho, pues ella
establecerá la existencia o no del Codominio del hecho42 . En otras palabras, no toda función
realizada en el seno de la división del trabajo convierte al sujeto en coautor, porque no toda
función desarrollada le confiere el dominio funcional del hecho. Es preciso que esa función sea
necesaria para la realización del hecho y por necesaria suele entenderse lo que es esencial, en
oposición a lo accidental o subsidiario.
El aporte objetivo al hecho, para que sea configurador de la Coautoría debe de cumplir con otro
requisito: el darse en la fase de ejecución del delito, y según Villavicencio, durará hasta la
consumación del delito siempre que este aporte sea de tal importancia hasta el extremo que el
hecho “no habría podido perpetrase” sin su existencia
Por último es menester hacer mención que puede configurarse el aporte objetivo al hecho sin
necesidad de la presencia del coautor, a través de la denominada “Coautoría no Ejecutiva”. Esta
categoría dogmática la encontramos en los planteamientos de la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia. En este sentido, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema dejó
establecido el criterio de la Coautoría no Ejecutiva, en el siguiente sentido: “Es menester
precisar, a este respecto, que la coautoría importa la realización conjunta de un delito por varias
personas que colaboran dolosamente; que, a su vez, la coautoría no ejecutiva, exige a sus
autores la prestación de tareas, por su nivel de integración al plan criminal, necesarias para
comisión del delito43”.
En otra oportunidad, la misma Sala Penal sobre la base de la Coautoría no Ejecutiva concluyó
que: “Así las cosas, se concretó, de un lado, una Coautoría Ejecutiva parcial pues se produjo un
reparto de tareas ejecutivas, y, de otro, lado, como en el caso de Bardales Caballero, se produjo
40 Íbidem.
41 VILLAVICENCIO Terreros, Felipe (2006). Derecho Penal: Parte General. Lima, Edit. Jurídica GRIJLEY E.I.R.L., p.
484.
42
Ídem., p. 485.
43
Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República. R. N. N° 828 – 2007. Lima. En:
http://historico.pj.gob.pe/enlaces.asp?opcion=jurispridencia
una Coautoría No Ejecutiva, pues merced al reparto de papeles entre todos los intervinientes en
la realización del delito, este último no estuvo presente en el momento de su ejecución, pero
desde luego le correspondió un papel decisivo en la ideación y organización del delito, en la
determinación de su planificación y en la información para concretar y configurar el rescate44”.
R.N. N° 170-2010, Amazonas. Lima, diecinueve de julio de dos mil diez- Fundamento
destacado.- Sexto: […] Debido a lo cual no cabe más que concluir que los protagonistas
respondieron a roles específicos expresados en la realización de un plan común
correspondiéndoles a todos el dominio funcional de los hechos; que, siendo así, todos deben
responder a título de coautores, pues en su comportamiento medió (i) una decisión común
orientada al logro exitoso del resultado, (ii) un aporte esencial realizado por cada agente, así
como (iii) tomaron parte en la fase de ejecución desplegando un dominio parcial del acontecer,
por lo que lo sucedido en su perpetración, respecto de la conducta de uno de los coautores, le es
imputable a todos45.
8.- En relación al probable concurso delictivo el presente caso muestra:
RESPUESTA: a
En el caso se presenta concurso real de delitos si se aplica el artículo 502 del Código Penal,
además del Robo agravado se ha llevado a cabo el delito Coacción ( en grado de tentativa) y
Secuestro. También hay concurso real de delitos en el caso de Robo agravado, Coacción,
Secuestro y Actos contra el pudor (por los tocamientos obscenos) que realizo Ernesto, pero que
no responden al plan común. Este último delito sólo es imputable a Ernesto.
Al respecto cabe precisar que el supuesto básico de la teoría del delito incluye un sujeto que
mediante un hecho lesiona un tipo delictivo conforme a cuyo marco de pena se determina la
aplicable. Sin embargo, puede ocurrir que al hecho realizado le sean aplicables, en principio,
varios tipos delictivos, en cuyo caso habrá que dilucidar cuál (o cuáles) de ellos se aplique y en
que marco de pena. Y puede ocurrir asimismo que el sujeto haya realizado una pluralidad de
hechos por lo que es juzgado unitariamente, habiéndose de dilucidar si esos hechos forman una
unidad subsumible una única vez en un único tipo delictivo cuyo marco de pena se aplique
(intacto o modificado) o son subsumibles cada uno de ellos en su respectivo tipo delictivo por
separado (inclusión hecha del mismo tipo delictivo que se lesiona y aplica varias veces) 46.
44
Corte Suprema de Justicia de la República. Sala Penal Permanente. R. N. N° 488 – 2004. Lima. En:
http://historico.pj.gob.pe/enlaces.asp?opcion=jurispridencia
45R.N. N° 170-2010, Amazonas. Lima, diecinueve de julio de dos mil diez.
46CUELLO CONTRERAS, Joaquín y MAPELLI CAFFARENA, Borja, Curso de Derecho Penal – Parte General,
Editorial Tecnos, Madrid, 2011, p. 221
En ese sentido se habla de Derecho Penal de concurso, distinguiéndose entre un concurso de
leyes, o concurso aparente, porque en él, en realidad, lo que se discute es en qué tipo delictivo
(uno solo) se subsume el hecho delictivo único por el que se va castigar; y los concursos ideal y
real de delitos, o auténtico, en los que sobre la base de que el hecho o los hechos realizados dan
lugar a una pluralidad de hechos, aplicar plenamente los marcos penales correspondientes a los
tipos delictivos realizados (o el mismo varias veces), pues se vulneraría el principio de ne bis in
idem47.
Frente a este escenario, el Código Penal peruano establece ciertos procedimientos a aplicarse,
la misma que está regulada en los apartados 48 al 51 del citado cuerpo legal; en ese sentido
tenemos:
47 Ibídem
correspondiente y se le impone la pena privativa de libertad prevista para este, teniendo en
cuenta el perjuicio total causado.
El concurso real retrospectivo difiere del concurso real normal ya que en éste caso no se da la
simultaneidad en el juzgamiento, porque sólo después que el sujeto activo ha sido sentenciado
se descubre que había cometido otro delito. Nos encontramos entonces ante una regla procesal
básica en materia de concursos real de delitos, este no desaparece aún en el caso de que,
después de una sentencia firme haya que juzgar a esa misma persona por otro delito cometido
antes de esa misma condena48.
Entre los presupuestos señalados por la Corte Suprema, a raíz del Acuerdo Plenario N°
04-2009CJ-116, señala lo siguiente: “…en la imposición de la pena concreta para esta
modalidad especial de concurso real la doctrina exige que se fije como criterio rector que el autor
no debe resultar con una pena concreta final y total, luego de sus sucesivos juzgamientos y
condenas, que sea más severa que aquella que se le habría aplicado si hubiese sido juzgado
simultáneamente, en un sólo proceso, por todos los delitos que cometió y que dieron lugar al
concurso real”.
9.- El acusado Edison, en común acuerdo con Danny, con ánimo de beneficio ilícito y
siguiendo un plan previamente concertado, sobre las 19:20 horas del día 20 de mayo de
2011, cuando Manuel y su amiga Mercedes, dedicados cada uno a la venta de joyas,
llegaron en el vehículo de Manuel, a la casa de Mercedes, cuando ella se despidió y se
dirigía a su domicilio con un maletín repleto de joyas de muestra, fue abordada por el
acusado Edison quien con un pañuelo en el rostro y apuntando con un revólver de utilería
(símil de uno verdadero) la intimidó, la redujo para que no se moviera y le arrebató el
maletín.
Simultáneamente, Manuel que estaba dentro del vehículo, al ver la acción del acusado
sobre Mercedes, que era sujetada por el cuello, intentó salir para auxiliarla. En ese
instante Danny con el rostro también cubierto por un pañuelo, se acercó a Manuel y
mostrándole otro revólver (también muy parecido a una verdadera arma de fuego) le dijo
48 BRAMONT-ARIAS TORRES, Luis M, Manual de Derecho Penal – Parte General, Eddili, Lima, 2008, p. 377
„como te muevas te quemo”. Seguidamente, el acusado Edison abandonó a la dama que
sumamente asustada, no alcanzó a reaccionar.
Pero Mercedes en su desesperado intento de evitar que el acusado sustrajera las joyas, se
agarró a la ventana del automóvil, y daba gritos, siendo arrastrada por la calzada, seis o
siete metros resultando con lesiones consistentes en hematomas y excoriaciones que
requirieron 11 días de asistencia médica.
Intervenidos los ladrones por la policía, dijeron que nunca pusieron en riesgo auténtico a
vida de las víctimas porque sus armas no eran verdaderas y que las heridas ligeras Je
Mercedes no son significativas a lo que se agrega que ellos no la arrastraron sino que ella
se expuso al colgarse del vehículo en marcha.
RESPUESTA: d
Edison responde por el delito de robo agravado. Ha arrebatado violetamente el maletín utilizando
arma aparente, pero con efecto intimidante (revolver de utilería).
En principio, el acuerdo señala que la tesis adecuada para la protección más cabal del delito
de robo es la que considera que el delito de robo tiene la característica de ser
pluriofensivo, puesto que afecta esencialmente al patrimonio, pero también la integridad física o
la salud y la libertad: “Así el empleo de un arma para apoderarse de un bien mueble implica la
configuración de una agravante especifica cuya consecuencia es el incremento de la punición.
Todo delito de robo involucra la afectación simultanea de varios bienes jurídicos (cuanto menos
dos) en pos de la sustracción (afectación patrimonial) que ciertamente es el objetivo final del
sujeto activo”. Comparto la posición que asume la Corte Suprema, que asume que el delito de
robo es pluriofensivo.
Señala el acuerdo, que se configura la circunstancia agravante prevista en el inciso 3 del artículo
189 del Código Penal, cuando la conducta descrita en el artículo 18849 se lleva a cabo “a mano
armada”, mediante la utilización de un arma. Así, debe determinarse a qué intensidad y a qué
clase de amenaza se refiere la fórmula del tipo base, cuando señala que el agente debe
“amenazar con un peligro inminente para su vida o integridad física”, se entiende del sujeto
pasivo.
En el artículo 188 CP se alude a una amenaza inminente, de allí que no podrá configurar tal
exigencia legal la amenaza de un mal de remota materialización. Tendrá, por tanto, que revestir
las calidades de verosimilitud en la materialización y, además, proximidad. Se hallan afuera,
por tanto, las advertencias de inferir males de menor connotación y las amenazas absurdas.
Continúa el Acuerdo señalando:
Tal como indica el Acuerdo en su fundamento 11, el empleo de armas provoca un peligro sobre
la vida, integridad o la salud del sujeto pasivo o de terceros. El uso del arma supone la
posibilidad de daño o peligro concreto, sumado a los efectos psicológicos que la misma
ocasiona. Actualmente, en medio de la inseguridad ciudadana que vive el país, los delincuentes
actúan frente a sus víctimas de manera muy agresiva, con armas de fuego; hay robos de
celulares, cualquier negocio está en la mira de los delincuentes, las secuelas que deja el
momento vivido en un ataque brutal de los delincuentes patrimoniales es traumatizante.
El significado del “arma” conforme al Acuerdo, se reseña en lo siguiente:
El significado del “arma” es muy amplio, basta para ello que cumpla la finalidad de
potenciar la capacidad de ataque o defensa de quien la utiliza, a lo que se agrega el
concepto de alevosíaen el empleo del arma, que se funda en la ventaja derivada de
los efectos del temor.
El agente se prepara y cuenta con los efectos del temor de distinta intensidad que
generará según la víctima (elemento subjetivo de tendencia distinto al dolo); es claro
49 Exp. N° 00735-2005, Cajamarca. En Diálogo con la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica, Lima, 2010, p. 446.
que no habrá un trauma psíquico en todos los casos, pero el temor al daño se
hallará presente siempre. Son expresiones de la alevosía.
Señala el Acuerdo que constituye una expresión de la alevosía grave, por ejemplo, un ataque por
la espalda, en que el desvalor de la conducta se funda en:
a) La tendencia interna intensificada del agente que para facilitar el delito, procede a
traición y sobre seguro (elemento subjetivo distinto del dolo presente en el sujeto
activo), revela la perversidad del autor y se pone en evidencia la naturaleza subjetiva de
la alevosía.
b) La mayor antijuricidad, por los medios comisivos que el agente emplea, revelándose
la mayor gravedad del injusto, la naturaleza objetiva de la alevosía; por el empleo de
medios o formas para diluir o minimizar el riesgo para quien delinque.
Se trata de alevosía proditoria, el acechar, a través de una actuación preparada para que la
víctima no pueda percatarse del ataque hasta el momento del acecho.
Por otro lado está la alevosía sorpresiva, en que el agente no se oculta pero no trasluce sus
afanes sino hasta el instante mismo de la agresión.
- El sentido interpretativo del término “a mano armado” como agravante del delito
de robo del artículo 189.3 del Código Penal
50 Diez Repolles/Gracia Martin (1997, p. 99) citado por Villavicencio Terreros, Felipe en Derecho Penal. Parte
Especial. Vol. I. Editora Jurídica Grijley, Lima, 2014, p.225.
51 Villavicencio Terreros, Felipe. Derecho Penal. Parte Especial. Vol. I. Editora Jurídica Grijley, Lima, 2014, p.227.
El Acuerdo Plenario 5-2015/CIJ-116 nos da un sentido interpretativo amplio del término “a
mano armada”, como agravante del delito de robo del artículo 189.3 del Código Penal, la
justificación para ello es que:
Se sostiene en el Acuerdo que, dado que la Ley de Armas de Fuego, Ley 30299; exige la
presencia de distintivos en las armas neumáticas o similares a las de fuego, bajo el principio de
realidad, se ha considerado que las pistolas neumáticas o similares de armas de fuego, deben
ser objeto de diferenciación para no ser confundidas con las reales. El artículo 12 de la
referida ley establece que “las armas neumáticas o similares a las armas de fuego, deben
presentar un signo distintivo como punta roja o naranja para su importación, comercialización y
uso, que permita distinguirse claramente de un arma de fuego real y “no se permita la
comercialización, porte y uso de las citadas armas que no presenten las características
mencionadas”.
En el fundamento 17, el Acuerdo realiza el sentido interpretativo del término “a mano armada”
como agravante del delito de robo del artículo 189.3 del Código Penal que, en relación a las
armas en general y las armas de fuego en particular, abarca:
Armas en general
Armas de fuego
Armas de fuego inoperativas
Armas aparentes
Armas de utilería
Juguetes con forma de arma
Las réplicas de arma
Cualquier elemento que por su similitud con una arma o uno de fuego verdadera o
funcional, que no es sencillamente distinguible de las auténticas.
Todas ellas deben producir efectos disuasivos de autodefensa activa en la víctima, ante la
alevosía con que obra el agente delictivo.
Debemos precisar, respecto a lo señalado expresamente (“cualquier elemento que por su
similitud con un arma o una de fuego verdadera o funcional, al no ser sencillamente distinguible
de las auténticas”), que se deben producir los mismos efectos disuasivos de la autodefensa
activa en la victima.
La interpretación que hace la Corte Suprema, respecto al “arma” como circunstancia agravante
“a mano armada” es muy amplia.
En dicho país, la Ley 25.882 fue sancionada el año 2004, la misma que endureció las penas si
el arma utilizada es de fuego, llevando la escala a un mínimo de 6 años y 8 meses y un máximo
de 20 años de prisión. Además fijo las penas de 3 a 10 años para quien cometa un delito con un
arma “Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera
tenerse de ningún modo acreditada, o con un arma de utilería”.
En el presente caso hay concurso real de delito. Además del Robo agravado se han producido
Lesiones en contra de Mercedes. Este último no estaba previsto en el plan común. De ahí que
corresponde a otra acción y encaja en un tipo penal independiente.
El concurso ideal de delitos se da cuando con una sola acción u omisión se configuran varios
tipos delictivos, es decir, se infringen varios tipos penales. Como lo dijera ZAFFARRONI 53: “hay
una única conducta con pluralidad típica, es decir conducta única y tipicidad plural”. Los
delitos pueden ser homogéneos, es decir que se pone en peligro o se lesionan bienes jurídicos
de la misma naturaleza (una bomba mata a varias personas) o heterogéneos, es decir, de
diferente naturaleza (una bomba mata a varias personas y daña diferentes patrimonios)54 .
PEÑA CABRERA55 sostiene que para que se configure el concurso ideal de delitos, se requieren
al menos dos elementos:
– Unidad de acción, de acuerdo a las aclaraciones formuladas sobre dicho concepto, con
independencia de si el resultado es uno o varios.
53ZAFFARRONI, Raúl Eugenio; Derecho Penal, Parte General, Ediar Sociedad Anónima Editora, Comercial,
Industrial y Financiera, Buenos Aires, Argentina, 2002, Pág. 865.
54 Ver MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCIA ARAN, Mercedes, Derecho Penal, Parte General, Editorial Tirant Lo
Blach, 2 Edición, Valencia, 1996, Págs. 480.
55 PEÑA CABRERA, Raúl, Tratado De Derecho Penal, “Estudio programático de la parte general”. 2º Edición Lima-
Perú. Editorial Jurídica Grijley E. I. R. L. 1995. Pág. 672.
56 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCIA ARAN, Mercedes, Op. Cit. Pág. 481.
II.- CONCURSO REAL
Art. 41.- Hay concurso real cuando con dos o más acciones u omisiones independientes entre sí,
se cometen dos o más delitos que no hayan sido sancionados anteriormente por sentencia
ejecutoriada.
EUGENIO CUELLO CALÓN57 explica que existe cuando concurren las siguientes condiciones:
– Que un individuo sea autor de distintos hechos.
– Que éstos en su aparición material sean diversos entre sí, sin guardar conexión alguna
– Que también aparezcan como diversos e independientes en la conciencia del agente.
Al igual que en el concurso ideal, el concurso real puede ser de dos clases: homogéneo y
heterogéneo. El primero se da cuando el autor comete en varias ocasiones el mismo delito,
verbigracia: ha cometido diferentes robos en diversas oportunidades. En el concurso real
heterogéneo, el autor comete varios tipos de infracciones penales en distintas oportunidades.
Ejemplo: El autor un día roba, otro día estafa y en una tercera oportunidad lesiona.
Art. 42.- Hay delito continuado cuando con dos o más acciones u omisiones reveladoras del
mismo propósito criminal y aprovechándose el agente de condiciones semejantes de tiempo,
lugar y manera de ejecución, se cometen varias infracciones de la misma disposición legal que
protege un mismo bien jurídico, aun cuando fueren de distinta gravedad. No hay delito
continuado en los delitos de homicidio y lesiones.
VILLA STEIN60 señala al menos tres teorías para diferenciar la naturaleza del delito continuado,
a saber: la teoría de la ficción propone que el delito continuado es una ficción jurídica creada
por razones prácticas a fin de resolver los problemas que acarrearía aceptar que se trate de un
concurso real de delitos. En cambio, la teoría de la realidad plantea que el delito continuado por
tener unidad subjetiva y unidad objetiva constituiría una unidad real de acción, aunque los
57 CUELLO CALÓN, Eugenio, Derecho Penal, Editorial Nacional Edinal, S de R.L., 2º Edición, México, Pág. 788.
58 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCÍA ARAN, Mercedes, Op. Cit. Pág. 481.
59 FONTAN BALESTRA, Carlos; Derecho Penal, Introducción y Parte General, Actualizado por Guillermo A.C.
Como advertimos, uno de los requisitos del delito continuado, es que haya unidad de sujeto
pasivo, ello para considerar como un solo delito continuado de estafa o hurto, las múltiples
defraudaciones o sustracciones efectuadas; pero pronto se advirtieron hechos que afectan a
múltiples individuos, es decir una masa de sujetos, que aisladamente considerados son
de escasa cuantía, cuya autoría solo podría castigarse, aun con las reglas del concurso,
con penas irrisorias61.
En ese sentido, surge el delito masa, según el cual, en caso de esa clase de defraudaciones, al
existir una pluralidad de sujetos incluso sin diferenciar por ser anónimas por ejemplo, de las que
el sujeto activo pretende obtener dinero con propósito unitario de enriquecimiento, se debe
estimar un solo delito por la totalidad de lo defraudado62, naciendo de ello la necesidad del delito
masa. El ejemplo típico de ello es la empresa que ofrece plazas laborales en el extranjero,
vendiendo miles de solicitudes laborales a unos pocos dólares.
61 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCIA ARAN, Mercedes, Op. Cit. Pág. 487.
63 ZAFFARRONI, Raúl Eugenio; Derecho Penal, Parte General, Ediar Sociedad Anónima Editora, Comercial,
Industrial y Financiera, Buenos Aires, Argentina, 2002, Pág. 852.
todas las penas sucesivamente (principio de acumulación64 sin que se pueda exceder de 60
años; en caso del tercero, se apreciará un único delito con la máxima pena; y en caso del último,
se aplicará como pena el doble del máximo de la pena prevista para la defraudación cometida.
Dicho autor añade que hay que tomar en cuenta dos factores66, el primero “el final”, entendido
como la voluntad de perseguir un objetivo que lleva a la realización de varios movimientos
corporales que cometidos aisladamente pueden incluso ser impunes (compra legal de un arma
de fuego, compra de munición, práctica de tiro al blanco, limpieza y mantenimiento del arma,
acechar a la víctima, apuntar y disparar, etc.); pero que realizados concatenadamente y regidos
entre sí bajo dicha finalidad (animus necandi), constituyen una ficción legal que lleva al derecho
a darles sentido calificándoles como una única acción (el homicidio agravado).
El segundo factor es el normativo, que remite a la “estructura del tipo delictivo en cada caso
particular”, es decir que aunque sean varias las acciones corporales realizadas, serán valoradas
unitariamente por el tipo penal. Aquí se deben tomar en cuenta dos supuestos, a saber: el
primero, en el cual la finalidad que rige un proceso causal es la misma (estafar a alguien), alguno
de los actos particulares realizados para conseguirlo puede tener, aisladamente, relevancia para
otros tipos delictivos (por ejemplo: la falsificación de documentos); y en el segundo, sucede lo
inverso, ya que actos aislados regidos por finalidades distintas, pueden tener relevancia típica si
se dan conjuntamente (accidentes de tránsito en los que existe concurso de culpas, por resultar
que en dicho accidente, varias personas infringieron la norma objetiva de cuidado) o tener una
relevancia típica en función de la regulación del hecho (no es lo mismo un homicidio cometido
por una persona normal al que comete un terrorista).
65 MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCIA ARAN, Mercedes, Derecho Penal, Parte General, Editorial Tirant Lo Blach,
2 Edición, Valencia, 1996, Págs. 478 y 479.
66
ZAFFARRONI señala que fue WELZEL el creador de estos dos criterios. Ver Op. Cit., Pág. 854.
En tal situación, como quiera que el procesado se hallaba en la creencia de que ambos
iban a perecer achicharrados, afectado por un estado intenso de pánico, y habiendo
perdido toda esperanza, con el fin de evitarle a su madre los terribles sufrimientos de la
lesión, agonía y muerte por fuego, le propinó un fuerte golpe contra el suelo, mientras él
lloraba y repetía a gritos desgarradores “no quiero que sufras madre querida”, “que no te
lacere el fuego madre mía”; con el golpe la anciana quedó inconsciente, para
posteriormente tratar de aplastarla haciendo caer sobre ella la cama y un armario. Poco
después, alertados por el humo y los gritos de auxilio de los vecinos, acudieron al lugar
unas patrullas de serenazgo que, tras fracturar las rejas de entrada, pudieron apagar el
fuego con el auxilio de los bomberos que también llegaron rápidamente; rescatando a la
anciana en estado de coma, con un traumatismo encéfalo craneano severo, y fracturas
menores en los miembros, mientras que Antonio salió de la vivienda por su propio pie, en
un estado de gran excitación nerviosa.
a) Antonio debe responder penalmente por el delito de lesiones graves contra su madre
Antonieta.
b) La conducta de Antonio constituye una tentativa de homicidio, mas él no resultaría
culpable por encontrarse en un trastorno mental transitorio.
RESPUESTA: b
La conducta de Antonio constituye tentativa de homicidio, más no resulta culpable por padecer
de trastorno mental transitorio (pánico intenso). Es decir, actúa dolosamente, perno puede
exigírsele otra conducta debido a que no tenía pleno dominio de su voluntad y menos podía
atender al llamado de la norma (no matar).
Dicen los expertos que el concepto que vamos a analizar fue creado expresamente para su
utilización en los foros jurídicos. Por ello, no existe gran literatura médica sobre el particular,
habiéndose construido la teoría médica en base a las pruebas periciales que se practicaban en
juzgados y tribunales. Así las cosas, podemos definir esta circunstancia como una alteración
psíquica de gran intensidad, con "grave pérdida o disminución de las facultades volitivas
y cognoscitivas", según establece la propia sentencia que analizaremos.
c) Existe culpabilidad en el actuar de Antonio, dado que actuó con plena libertad.
RESPUESTA: a
No hay culpabilidad en la conducta de Antonio. No se le puede exigir que cumpla con la norma
“no matar”. En el estado de pánico que padecía no tenía suficiente “abordabilidad normativa” tal
como enseña Roxin.
I.- LA CULPABILIDAD
La culpabilidad esta dentro de la teoría del delito, ya que es el instrumento conceptual que
permite aclarar todas las cuestiones referentes al hecho punible.
Los elementos de hecho punible, es la conducta tipicidad, antijuricidad, culpabilidad, ya que esta
última se debe reprochar jurídicamente al sujeto por no haber hecho lo que debía hacer, cuando
sabía que estaba haciendo algo distinto de lo obligado por el mandato o lo prohibido por el, y las
condiciones dentro de las que actuó u omitió son consideradas por el derecho suficientes para
permitirle optar entre cumplir el mandato o violarlo.
67 Mir Puig S. Derecho Penal. Parte General. 8va ed. Barcelona: Editorial Reppertor; 2008. p. 596-600.
II.- PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
Surge como garantía individual, formando parte del conjunto de postulados del Estado de
Derecho, actuando como límites de la potestad punitiva, convirtiéndose en elementos necesarios
para la atribución de la responsabilidad penal, así como también para la imposición de la pena.
- Amplia: excluye, tanto a la culpabilidad, como a la peligrosidad del autor, por lo tanto,
este queda liberado del alcance del Derecho Penal, dejando también sin aplicación las
medidas de seguridad.
Es necesario que quien actúa, conozca la figura o situación típica, así como también que
conozca la antijuricidad del hecho. Cuando el sujeto no cuenta con esta capacidad de
conocimiento y discernimiento, se esta en presencia de error de prohibición, el cual puede
ser vencible o invencible.
- Vencible: El sujeto por falta de cuidado no ha advertido la antijuricidad del acto -
imprudencia iuris- dando lugar a una atenuación de la responsabilidad criminal.
En este sentido es importante el cambio de posición del autor alemán Claus Roxín quien
inicialmente consideraba que la culpabilidad era un asunto de naturaleza abstracta, dado que no
se podía determinar empíricamente, por estar basada en el “libre albedrío” y por tanto sería
mejor eliminar la culpabilidad como categoría jurídica sustituyéndola por la de Responsabilidad.
De este modo se dejaba de lado este elemento del delito esencial para los fines de la
determinación judicial de la pena. La posición actual de Roxín es que la culpabilidad es
fundamento y límite de la pena y garantía para el individuo frente a la punición del Estado. La
culpabilidad es un elemento de la responsabilidad.
Así, afirma que en el estado de necesidad exculpante el sujeto está disponible a la llamada de la
norma según su estado mental y anímico, por lo que hay culpabilidad, pero por razones político
criminales el legislador renuncia a la pena (no media la necesidad preventiva) y, por ende, no
existe responsabilidad, pese a existir culpabilidad”. Como se ve el debate ya no está centrado en
la culpabilidad como elemento rígido sino en la fundamentación de la misma orientada a un
estado de derecho. Según este nuevo enfoque considero posible integrar estas dos teorías: una,
la teoría material y otra, la teoría político-criminal de la culpabilidad que está centrada no en una
imagen ideal y arquetípica de hombre promedio al servicio de una dogmática penal, sino, una
imagen real del hombre concreto en sus esferas biopsicosocial que sirva de garantía a la
persona contra ese gran poder del Estado que es el ejercicio del “ius puniendi”. Sin embargo, la
doctrina en la misma Alemania no es pacífica en este punto. Así tenemos autores como Gunther
Jacobs, cuyas doctrinas de imputación objetiva se reflejan en un sector de la jurisprudencia
peruana, quienes sostienen que la culpabilidad debe ser sustituida por la prevención general.
Con esta doctrina que se centra en la fidelidad de la norma nuestra, postura que no tendría razón
de ser. La legislación y la jurisprudencia en el Perú se mueven en los extremos de este debate
sin llegar a definición alguna a pesar que por interpretación sistemática de nuestra constitución
excluirían las posiciones doctrinales funcionalistas por estar más ligada a la organización y
preservación del estado y no a la defensa de la persona.