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Historia de La Filosofía

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PARTE I: LA FILOSOFÍA ANTES DE

SÓCRATES
PRELIMINARES
La invasión dórica en el siglo XII obligó a emigrar a los jonios, los cuales buscaron refugio en las
costas e islas adyacentes del Asia Menor, fundando numerosas colonias. En estas colonias en
contacto directo con culturas del Oriente próximo nace la filosofía.

El siglo y medio que transcurre entre Tales y los sofistas constituye un período sumamente rico
de vida intelectual. El pensamiento heleno sorprende por su brillante rapidez. La filosofía,
recién nacida en las primeras respuestas de los milesios al problema de la Naturaleza, se
remonta rápidamente a las audaces concepciones de Heráclito, Parménides, Empédocles,
Anaxágoras y los atomistas.

La importancia de los presocráticos consiste más en el hecho mismo de haberse planteado los
problemas que en las soluciones concretas que pudieron ofrecer.

1. El problema fundamental, la Naturaleza.

Las especulaciones de los primeros filósofos griegos se inician en torno al hecho de la


mutación. Les impresionan los cambios cíclicos de las cosas, la regularidad de los movimientos
celestes, el orden y la belleza del cosmos, los fenómenos atmosféricos, la generación y
corrupción de los seres. Su actitud no es de realismo ingenuo y directo, más que las cosas
particulares les preocupa la naturaleza. No se preguntan simplemente qué son las cosas, sino
que tratan de penetrar más adelante, de qué están hechas, cómo se hacen y cuál es el primer
principio de donde todas provienen. Esto equivale a contraponer el ser al aparecer, las
esencias a los fenómenos, lo cual les lleva a preguntarse si por debajo de las apariencias
sensibles existe alguna realidad estable, algún principio.

Este planteamiento lleva implícito un sentido ontológico más amplio. A través de la


impermanencia de las cosas particulares buscan una realidad fija, eterna, indestructible, que
ha existido siempre, de la cual salen y a la cual retornan todas las cosas, y que permanece a
través de todas las mutaciones.

De aquí el concepto de una Naturaleza estable e inmutable, contrapuesta a la pluralidad y


movilidad de las cosas particulares. La Naturaleza es la realidad que existe por debajo de todas
las cosas y que, aunque es común a todas, se distingue de ellas. En cambio, las cosas son
apariencias mudables, inestables y de duración limitada.

Nautaraleza aquí tiene doble sentido: como substratum inmutable del ser y también como
fuerza que hace llegar las cosas a ser, como una fuente inagotable de seres.
De esta primera contraposición de naturaleza y cosas particulares se derivan otras varias,
como: antítesis entre verdadera realidad, que sólo puede ser percibida por la inteligencia, y las
apariencias mudables percibidas por los sentidos; entre lo inmutable y lo móvil, entre la
unidad y pluralidad, entre ser y no ser, entre lo lleno y lo vacío, entre lo limitado y lo
ilimitado…

De este concepto unitario de Naturaleza proviene el de una ley universal, que rige todas las
mutaciones. También se deriva el concepto de Ciencia, entendida como un conocimiento
estable, fijo y universal, que abarca la razón de la totalidad de las cosas, en contraposición a
Opinión, que no rebasa la contingencia y particularidad de las realidades inestables que
perciben los sentidos.

2. El primer principio de las cosas

Ninguno de los presocráticos llegó al concepto de espíritu. Para todos ellos la realidad es
material. Pero como primer principio buscan un cuerpo que sea lo más inmaterial posible.
Como primer principio señalan elementos ligeros, sutiles, móviles, plásticos, capaces de
transformarse fácilmente. Todos coinciden en asignarle como caracteres el ser eterno,
ilimitado, movilísimo, ligerísimo, penetrante, sutilísimo, inextinguible, transformable y casi
incorpóreo. El es principio del movimiento y de la vida (respiración) de todos los seres. Y de é
pueden formarse infinitos seres e infinitos mundos.

Los milesios conciben el primer principio como intrínseco a las cosas. Posteriormente se van
introduciendo otros elementos extrínsecos e independientes a la materia como Logos, Amor,
Odio, Nous…

3. Método

La especulación griega se inicia en concreto sobre el problema cosmológico. Pero en este


problema va implícito el ontológico. Ser y ser físico son para los presocráticos conceptos
equivalentes. En lugar de atenerse a la experiencia, adoptan un procedimiento
preferentemente racional. En vez de observar, se dedicaron a discurrir, descuidando el
testimonio de los sentidos, de los que muchos desconfían. De esta manera, lo que hubiera
debido ser física se convierte en ontología, y el resultado no es sólo que el problema físico se
quedó sin resolver, sino que la lucha entre tantas teorías contradictorias contribuyó a crear el
ambiente de escepticismo que desemboca, finalmente, en la crisis sofística, alcanzando al
mismo Sócrates.

4. ¿Físicos o filósofos?

En realidad, el problema cosmológico, tal como ellos lo plantean, tiene más amplitud que una
simple cuestión de física particular. No se plantean sólo qué son las cosas, sino de qué están
hechas, cómo se hacen y de dónde provienen. Indagan su primer principio, con lo cual puede
decirse que inician la mismo tiempo la física y la ontología.

La contraposición que aparecen desde el primer momento entre la pluralidad y la mutabilidad


de las cosas y la unidad inmutable de la naturaleza que buscan como primer principio de los
seres particulares, no tiene carácter de antítesis, ni de antagonismo, ni menos aún de dilema,

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en que haya que elegir forzosamente un de los términos, con la negación del otro. No se les
puede considerar como monistas, pues aunque buscan un primer principio único de las cosas,
admiten al mismo tiempo su pluralidad real. Lo mismo entre conocimiento sensitivo e
intelectivo. Confían a la vez en el testimonio de lo sentidos, que atestiguan la realidad, la
pluralidad de las cosas particulares, y en el de la razón, que busca por debajo de ellas un
principio común inmutable. La contraposición entre ambas se da en el monismo de
Parménides.

Existe un Cosmos ordenado, compuesto de una multitud de seres particulares, móviles,


contingentes, que son percibidos por lo sentidos. Pero ¿de dónde provienen esos seres? ¿Cuál
es su primer principio? ¿Cómo se formó el Cosmos y quién es el que lo ha hecho?

Trataron de responder las cosmogonías de India, Egipto, Caldea. Antes de la filosofía de Mileto,
Grecia había producido un amplio conjunto de cosmogonías en que las fuerzas de la naturaleza
se personificaban poéticamente en divinidades.

La gran aventura de Tales y de los primeros filósofos griegos consistió en sustituir esas
divinidades por elementos naturales y fuerzas cósmicas. Al buscar el primer principio, el arché
de las cosas, buscaban una realidad ontológica, pero no fuera del universo, sino dentro de él;
no encima, sino debajo de los fenómenos. Era el primer principio y la razón última de la
existencia de los seres. Todos salían de ella y todos retornaban a ella. No podía ser percibida
por los sentidos, sin solamente por la inteligencia. Esa realidad venía a equivaler a Dios,
expresado bajo distintos nombres. Con lo cual, la filosofía seguía siendo, a su manera, una
cosmogonía y una teología.

En general, para todos los presocráticos la filosofía es a la vez una física, cosmogonía y
teología.

5. El paso del mito a la ciencia

En Grecia para explicar los fenómenos de la naturaleza se habrían sustituido por primera vez
los espíritus por las causas naturales, y la voluntad arbitraria de los dioses por leyes fijas y
necesarias. Tránsito a la ciencia.

Las primeras tentativas de una representación racional del Universo arrasan por mucho
tiempo un lastre considerable de mitos y alegorías.

También perdura el antropomorfismo. Reflejan sobre la Naturaleza material conceptos


tomados del mundo social. Personifican elementos. Sobre los fenómenos naturales proyectan
las ideas sociales de ley, orden, justicia cósmica, venganza y de sanciones. Van unidos
estrechamente lo físico y lo ético, la cosmología y la antropología.

LA FILOSFÍA EN MILETO
TALES

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Se distinguió como matemático y astrónomo. No escribió nada, debiendo su fama a varios
inventos de carácter práctico. Predijo un eclipse de sol.

Su nombre encabeza todas las listas de los siete sabios. Tuvo hermosas palabras a la hora de
morir: “Te alabo, ¡oh, Zeus!, porque me acercas a ti. Por haber envejecido, no podía ya ver las
estrellas desde la tierra”.

Consideraba el agua como el primer principio de donde provienen, del cual están formadas y
en el que se resuelven todas las cosas. Atribuía a la tierra la forma de un gran plato oblongo,
con los bordes un poco levantados. Encima de ella estaba a bóveda de los cielos, y el conjunto
flotaba como un navío sobre las aguas.

Se le atribuye la frase de que todas las cosas están llenas de dioses o de demonios. Estos y su
explicación del imán, al que atribuía vida y alma, indican un concepto animista de la materia.

Su admiración del orden del mundo está expresada en esta hermosa frase: “Dios es lo más
antiguo que existe, puesto que no ha sido engendrado”.

Según Aristóteles dijo:

a. Que todo es en virtud del agua. Quizá se basaba en que el alimento es siempre
húmedo.
b. Que “todo está lleno de dioses”. En todo hay “ser”

ANAXIMANDRO
Geógrafo, matemático, astrónomo y político. Se le atribuye la confección de un mapa del
mundo habitado, el haber introducido en Grecia el uso del gnomon (para medir el paso del
tiempo), la predicción de un terremoto en Esparta, el descubrimiento de la declinación del
Zodíaco, haber medido las distancias entre las estrellas y calculado su magnitud.

Es el iniciador de la Astronomía griega y el más eminente de los milesios. Inicia una verdadera
Cosmología, prescindiendo de los elementos mitológicos.

 FÍSICA

Se propone el problema de la naturaleza en el mismo sentido que Tales. No se pregunta qué


son las cosas, sino de dónde proceden, de qué están hechas y cómo se hacen. Como primer
principio habla de una materia primordial, ilimitada, homogénea, indeterminada, incualificada,
eterna, imperecedera, inmutable, incorruptible, generadora de todos los seres y a la cual todos
retornan. Viene a ser una especia de nebulosa, o materia plástica que no es ni agua, ni tierra,
ni aire, ni fuego, sino anterior a todas las determinaciones y a todos los contrarios. Aristóteles
la interpreta como una mezcla confusa de elementos, los cuales se van separando por el
movimiento.

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Para explicar la formación propone un proceso de separación de contrarios. Dentro de la masa
confusa, agitado por un movimiento eterno, se producen remolinos, que dan por resultado su
separación en porciones, de cada una de las cuales se forman otros tantos mundos.

El movimiento eterno prosigue agitando en forma de remolinos los cosmos disgregados de la


masa común y en su interior se continúa el proceso de separación, distinguiéndose los
elementos, los cuales se van colocando por orden de gravedad.

La primera separación fue de lo caliente a lo frío. El primero envolvió al segundo. Al principio la


Tierra (elemento frío) estaba completamente mezclada con el agua. Pero fue secándose bajo la
acción del calor hasta que se formaron cuatro círculos: el fuego (caliente), aire (frío), agua
(húmeda) y la tierra (seca).

La separación prosigue después dentro de cada elemento. En el fuego se formaron tres


círculos, o anillos concéntricos, que giran alrededor de la Tierra, inmóvil: la Luna, estrellas y
planetas.

La Tierra se formó separándose del agua, bajo la acción desecadora del sol, quedando como
residuo la sal, que se deposita en el fondo del mar. Tiene forma cilíndrica, flotando en el centro
del cosmos, sostenida por las presiones que la oprimen por todas partes. Le atribuía un
movimiento de rotación.

Del fango primitivo, en que estaban mezcladas la Tierra y Agua, salen todos los vivientes,
mediante la acción del Sol. Primero nacieron los animales marinos y después los terrestres.
Acerca del origen de los hombres supone que en el fondo del mar se formó una especie de
monstruos marinos, envueltos en un caparazón, dentro de cada uno de los cuales había un
hombre. Cuando el Sol secó una parte de las aguas, quedaron varados en tierra.

El alma es de naturaleza aeriforme y proviene del pneuma cósmico que envuelve todas las
cosas y del que todas respiran.

Existen a la vez infinitos mundos, esféricos, cerrados sobre sí mismos e independientes unos
de otros, que se originan de los remolinos formados por el movimiento eterno. Esos mundos
nacen y se destruyen periódicamente, en ciclos fijos. La justicia cósmica se restablece
mediante su reabsorción periódica en la materia primordial. “De donde proviene el nacimiento
de las cosas, de allí proviene también su corrupción por necesidad. Deben pagar, en retorno, la
reparación y la pena de injusticia, según el orden del tiempo.

“De donde las cosas tienen origen, hacia allí tiene lugar también su perecer, según la
necesidad; pues dan justicia y (dan) pago unas a otras de la injusticia según el orden del
tiempo”.

ANAXÍMENES
Cultivó preferiblemente la Meteorología. Los antiguos lo consideraban como la figura principal
de la escuela, pero su doctrina significa más bien un retroceso al punto de vista de Tales.
Concibe el Cosmos como un animal viviente, dotado de respiración, dentro del pneuma infinito
que lo envuelve todo. De aquí proviene probablemente su concepto de que el aire es el

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principio primordial de todas las cosas. No se trata del are atmosférico, sino de un
protoelemento eterno, divino.

De ese principio salen sucesivamente, sin sujeción a periodicidad cíclica, infinitos mundos y
seres, incluyendo a los dioses.

Introduce el dualismo de fuerzas cósmicas, completando la idea de la separación de


Anaximandro con las de condensación y dilatación. De la condensación proviene el
enfriamiento, y de la rarefacción el calentamiento.

Del aire enrarecido se origina el Fuego. Del aire condensado resultan los vientos, el agua, la
lluvia, niebla, hielo, tierra y las piedras.

La Tierra es un disco plano, rodeado de agua, que flota sobre la atmósfera. Los astros= Sol,
Luna, planetas son discos planos, que giran alrededor de la Tierra. El Sol se oculta por la noche
detrás de las montañas del Norte.

Poco después de la muerte de Anaxímenes, Mileto fue arrasada por los persas.

Es lo que no tiene figura, determinación. Por tanto, lo invisible. Lo invisible que envuelve y
delimita todo es el aire.

Caracterizó como condensación y enrarecimiento el nacimiento de todo. A partir del aire, el


enrarecimiento es el llegar a ser del fuego; condensación el de las nubes, de éstas el del agua,
del agua el de la tierra, y de la tierra el de la piedra.

“Como nuestra alma, siendo aire, nos rige, también soplo y aire envuelve el mundo todo”. El
aliento (el aire que respiramos) es uno con el aire que “rodea” todo.

LA FILOSOFÍA EN LA MAGNA GRECIA


PITÁGORAS
Herodoto relaciona a los pitagóricos con los órficos, aludiendo a sus creencias comunes en la
transmigración de las almas, a sus prácticas de no matar animales y de la abstinencia de carne.
Resulta extraño que Platón, tan relacionado con los pitagóricos de Sicilia y de Magna Grecia,
no mencione a Pitágoras más que una sola vez. Aristóteles se interesó mucho por el
pitagorismo.

[Es extraño que solamente mencione dos veces nominalmente a Pitágoras, de quien dice que
comenzó por la ciencia y acabó por la extravagancia. La falsificación de numerosos tratados
pitagóricos, tal vez con fines puramente mercantiles. A partir del siglo I antes de nuestra era, la
leyenda de Pitágoras vuelve a resurgir entre los neopitagóricos, como Moderato de Gades,
Apolonio de Tiana, Nicómano de Gerarsa, alcanzando su punto culminante.]

Pitágoras era natural de Samos, rival comercial de Mileto. Se refugió en Magna Grecia,
fundando en Crotona una especia de asociación de carácter filosófico religioso.

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Los pitagóricos tomaron parte activa en política, favoreciendo al partido dórico. Bajo su
instigación Crotona atacó y arrasó a Síbaris. Pero más tarde los crotonenses reaccionaron
contra la dictadura pitagórica.

Se le atribuye la invención de la tabla de multiplicar y el teorema que lleva su nombre, aunque


ella era conocido de los sumerios. No escribió nada. Sus enseñanzas se transmitieron por
tradición oral a sus discípulos que guardaban rigurosamente el secreto de la escuela. Pero muy
pronto comenzaron a circular numerosos escritos falsificados.

EL PITAGORISMO PRIMITIVO
La carencia de escritos de Pitágoras hace muy difícil discernir sus doctrinas auténticas. La
leyenda no sólo ha falseado su figura, sino también adulterado sus enseñanzas.

El sistema pitagórico, tal como conocemos, es obra de distintos hombres y de distintos


tiempos. Es difícil discernir en él los elementos que propiamente pertenecen a Pitágoras. Hay
que reconocer en el pitagorismo un proceso de desarrollo.

Se han intentado diversas soluciones. Una extrema que reduce el pitagorismo en sus
comienzos a una simple secta mística y religiosa, idéntica a las thyasas órfico- báquicas. Habría
sido una especie de profeta, sin carácter científico.

Otros distinguen dos fases en el pitagorismo: la primera exclusivamente religiosa y mística,


pero carente de todo elemento científico; y la segunda, provocada por la polémica contra los
eléatas, en que habría cambiado el carácter de la escuela, bajo Alcmeón, Filolao o Arquitas, los
cuales le habrían añadido los elementos científicos y matemáticos.

Es preferible no hacer distinciones tan estrictas. Pitágoras ante todo es un reformador moral y
religioso. Se habría propuesto ante todo una finalidad ética de purificación y salvación,
inspirada en las doctrinas de la inmortalidad y la transmigración de las almas. Pero, a
diferencia de los órficos, es además un filósofo que busca la salvación no sólo mediante ritos
religiosos y prescripciones morales, sino también por la ciencia y la música, consideradas como
elementos de purificación.

Existe una compenetración entre los elementos religioso, moral y científico; pero subordinador
en el siguiente orden: primero sería el carácter moral y religioso, después el científico, y por
extensión el político. Así la especulación científica va en estrecha conexión con las aspiraciones
morales, como medio para lograr la purificación del espíritu y la liberación de las
reencarnaciones, y quizá para la asimilación con la divinidad.

A este espíritu responde la fundación de la asociación pitagórica, la cual no debe concebirse,


en su carácter primitivo, a la manera de una escuela en sentido científico y filosófico, sino más
bien ético y religioso, subdividida después en organizaciones secundarias repartidas por la
Magna Grecia, con fuente tendencia a intervenir en política.

De hecho, el pitagorismo tiene semejanzas con el orfismo: la preexistencia, la inmortalidad y la


transmigración de las almas; las prácticas ascéticas purificatorias, como la abstención de
comer carne y ciertas legumbres; la prohibición de vestir lana por ser de origen animal; de

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matar animales, etc. Coinciden también en la aspiración a la salvación. Pero los pitagóricos
añaden como elemento purificador el cultivo de la ciencia y de la música.

En cuanto a la idea fundamental del sistema, unos la ponen en la oposición entre lo limitado y
lo ilimtiado; otros entre la unidad y dualismo; otros en la concepción geométrica de las
determinaciones de los lugares de las cosas por medio del espacio. Como elementos milesios
primitivos podemos señalar los siguientes:

1. Concepto de respiración cósmica, que proviene de Anaxímenes.


2. Concepto de números como esencias de las cosas, propio de los pitagóricos.
3. La creencia, común en los órficos, en la preexisencia y transmigración de las almas.
4. El concepto de los números como esencias de las cosas, que es propio de ellos.
5. La purificación, lograda por medio de prácticas ascéticas y, además, por la ciencia y
música.
6. El planteo del problema de la conciliación entre la unidad y la pluralidad de las cosas.
7. El concepto de Cosmos de orden universal y de la armonía entre los contrarios, que es
tal vez la doctrina más características del pitagorismo.

 FÍSICA:

Los números, esencias de las cosas

Los pitagóricos conciben las cosas como números, porque conciben los números como cosas;
es la frase en que Aristóteles expresa las teorías de los pitagóricos. Y como aun en los demás la
Naturaleza parecía asemejarse toda ella a los números, y los números son lo primero de toda
Naturaleza, supusieron que los elementos de los números son los elementos de las cosas.

Concebían las cosas particulares, unidades, como constituidas por fragmentos extensos,
originados por la disgregación del ser por el no ser, del lleno por el vacío, o por el espacio, en
virtud de la respiración cósmica. Así, los seres se componen de ser y no ser, de lleno y vacío, de
limitado e ilimitado, como elementos reducidos a unidad por medio de la armonía entre los
contrarios. Las cosas son iguales a números extensos y materiales, que a a la vez dan origen a
las distintas figuras geométricas.

Los números de los pitagóricos no equivalen a los números ideales de Platón, ni son tampoco
modelos extrínsecos de las cosas, sino que son las cosas mismas, siendo cada una de éstas una
unidad real.

Formación del Cosmos

Pitágoras combina los principios de Anaximandro y Anaxímenes. La realidad primordial es el


pneuma ilimitado que constituye el Ser, fuera del cual sólo existe el No Ser, el vacío o el
espacio.

Dentro del pneuma ilimitado, agitado por el movimiento eterno, se formó un Cosmos esférico,
limitado, lleno, compacto, sin distinción de partes. Este Cosmos es el Uno, la mónada, lo Impar,
y constituye el principio de la unidad.

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Este Cosmos era una esfera viviente, dotada de respiración, y al respirar inhaló el pneuma
ilimitado y el Vacío, los cuales penetraron en su interior, disgregando su unidad. Se origina con
ello la pluralidad numérica de las cosas, cada una de las cuales es igual a una unidad o a un
número. El vacío o el espacio sirve para disgregar la unidad primitiva del Cosmos esférico y
compacto, y además para determinar las naturalezas de las cosas, limitándolas, situándolas en
distintos lugares y haciendo posible el movimiento.

[Los pitagóricos afirmaron que existe el vacío y que penetra en el infinito pneuma del cielo, en
cuanto que éste respira también el vacío; el cual viene a distinguir las naturalezas, por ser el
vacío una separación de las cosas subsiguientes y su distinción. Y esto afirmaron que acontece
ante todo en los números, ya que el vacío distingue su realidad]

Las oposiciones

Se originan las antítesis fundamentales: entre ser y no ser, entre limitado e ilimitado, entre
lleno y vacío, entre par e impar. El Cosmos compacto era la Unidad primordial. La Díada, o el
Par, es igual a dos Unos, separados por el vacío, por el espacio o por el no ser. O también a dos
puntos, unidos por una línea. De esta oposición primaria provienen todos los demás números,
las figuras geométricas y todas las cosas.

A Pitágoras se remonta la idea fundamental de las oposiciones entre los contrarios, e incluso
una cierta mística de los números, utilizada para explicar con ellos no sólo las realidades
físicas, sino también las cualidades morales.

Aristóteles enumera la siguiente tabla de oposiciones, atribuida a Alcmeón:

1. Limitado, Ilimitado
2. Par, Impar
3. Unidad, Pluralidad
4. Izquierda, Derecha
5. Masculino, Femenino
6. Quietud, Movimiento
7. Recto, Curvo
8. Claro, Oscuro
9. Malo, Bueno
10. Cuadrilátero, Oblongo

También son posteriores a Pitágoras otras aplicaciones simbólicas: el 10 era el número sagrado
y perfecto que se representaba en forma de triángulo.

A los números y a las figuras geométricas atribuían diversas virtudes y poderes mágicos, y los
consagraban a los distintos dioses.

La mística de los números sufrió un rudo golpe con el descubrimiento de las cantidades
irracionales (raíz cuadrada de dos), con la inconmensurabilidad de la diagonal con el lado del
cuadrado. Para resolver esta dificultad acudieron al infinitismo, sustituyendo los números
enteros por cantidades divisibles hasta el infinito, con el fin de hacerlas siempre
conmensurables.

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La armonía entre contrarios

Siendo distintos y opuestos los elementos que componen las cosas, es necesario un vínculo
que los coordine. Este es la armonía. Así, pues, los números y la armonía son los principios
constitutivos de las cosas. La armonía es la causa y fundamento del Cosmos.

 ASTROLOGÍA:

A Pitágoras se remonta la concepción de un Cosmos constituido por esferas girando en torno a


la Tierra, esférica e inmóvil. Todo el universo está regido por una regularidad matemática, de
donde resulta una armonía celestial que no percibimos por estar acostumbrados a ella desde
que nacimos.

 ANTROPOLOGÍA:

El hombre consta de dos partes distintas: el cuerpo, compuesto de elementos materiales, y el


alma, de procedencia celeste. Las almas son partículas desprendidas del pneuma infinito que
andan vagando por la atmósfera hasta que se encarnan en los cuerpos, en los cuales entran
por la respiración. El alma también es un número, un número que se mueve a sí mismo. El
alma era un principio motor y le atribuían una función refrigeradora relacionada con la
respiración cósmica.

Al pitagorismo primitivo se remonta la creencia, común con el orfismo, de la transmigración de


las almas. Las almas, de procedencia celeste, si viven bien y alcanzan su purificación, se
reintegrarán después de la muerte a su estado primitivo. Pero si han vivido mal, volverán a
reencarnarse indefinidamente en cuerpos de animales o en planas hasta conseguir su
purificación.

 ÉTICA:

La creencia en la preexistencia de las almas y en la transmigración imprime al pitagorismo un


marcado carácter ético, aspirando a la purificación para librarse de las reencarnaciones. Se
diferencia del orfismo en que esa purificación se logra no sólo mediante prácticas rituales y
ascéticas, sino además por medios intelectuales, como la ciencia y la música.

La vida virtuosa consistía en un esfuerzo para introducir la armonía en el interior del hombre y
así elevarlo a la contemplación del orden del Cosmos, mediante lo cual se asemeja a la
divinidad. La purificación debía abarcar los dos elementos: el cuerpo, mediante la dieta
vegetariana, la abstención de ciertos manjares; el alma, por medio de la ciencia que era un
medio para llegar a conocer la armonía universal y para le propio conocimiento. La Música
tenía una función catártica importantísima para aquietar las pasiones y elevar el espíritu. La
virtud es armonía.

A los pitagóricos se remonta la distinción entre tres clases de vida: la utilitaria, propia del
vulgo, que no se preocupa más que de los intereses materiales; la ética y la teorética, propias
de los filósofos, consagrados a la purificación y salvación de su alma.

 TEOLOGÍA:

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El concepto de la divinidad en Pitágoras equivalía probablemente al de los milesios, es decir, a
un principio primordial indeterminado del cual procedían el Cosmos, los dioses y todas las
cosas. Pero no llegó al concepto de un Dios único y trascendente.

 ASOCIACIÓN PITAGÓRICA:

Su carácter primitivo fue esencialmente ético, con una finalidad ordenada a la purificación y a
la salvación. La distinción de los discípulos entre clases: oyentes (acústicos o acusmáticos), los
cuales son podían ver la maestro, sino sólo escucharle; matemáticos, a los que les permitía
verle e interrogarle; y, finalmente, físicos, que era la categoría superior. Cultivaban la física, la
astronomía, las matemáticas, la medicina y la música. Practicaban gimnasia y la adivinación.

 IMPORTANCIA DEL PITAGORISMO:

El pitagorismo ejerce una profunda influencia en el desarrollo de la filosofía griega. Las


reacciones polémicas que provocó (Jenófanes, Heráclito, Parménides, Zenón) obligaron a los
contendientes a precisar los conceptos y a afinar la argumentación.

Con su matematismo eleva el estudio de la ciencia por encima de las aplicaciones puramente
prácticas o utilitarias, remontándose sobre el materialismo y el empirismo de los milesios.

Trata de resolver la antítesis entre unidad y pluralidad, salvando ambas cosas. Su solución de la
respiración cósmica, en que el ser lleno es penetrado por el vacío, es ciertamente infantil y
hasta ridículo, dejando el flanco abierto a las objeciones de los eléatas, pero será utilizada por
los atomistas.

Su concepto de la oposición entre los contrarios y de su conciliación en una armonía pasará a


Heráclito y a Empédocles, así como el de la krasis de los elementos. En ambos va implícita la
idea de un orden.

LA ESCUELA PITAGÓRICA
Entre los siglos VI y V figuran numerosos nombres de pitagóricos hasta la destrucción de la
escuela de Crotona, después de lo cual se dispersaron.

ALCMEÓN DE CROTONA
Fue médico. En Crotona floreció una escuela importante de medicina, a la que perteneció
Hipócrates. La salud resulta de la isonomía, o sea de la igualdad democrática de las funciones,
contrapuesta a la monarquía, en que predomina alguna sobre las demás, y que es la causa de
la enfermedad. La sede de la sensación es el cerebro que es el órgano principal y el que lo
gobierna todo.

FILOAO DE TARENTO
La figura por excelencia es el cubo, que representa la armonía geométrica. El Universo es un
conjunto de elementos opuestos reducidos a armonía. Modificó la astronomía pitagórica,
introduciendo el Fuego central y la Antitierra.

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Sostenía que el cuerpo se forma solamente del elemento caliente y que después de nacer
comienza a respirar aire frío. La flema es caliente y origina la fiebre. En Ética enseñaba la
necesidad de la purificación para librar al alma de la cárcel del cuerpo y sustraerla al ciclo de
las transmigraciones.

En Fliunte un grupo de discípulos de Filolao y de Eurito constituyeron un círculo pitagórico a


principios del siglo IV.

MONISMO DINÁMICO
HERÁCLITO
Escribió en dialecto jónico un libro en prosa, en forma tan concisa que le valió el calificativo del
“oscuro”. Para significar que nadie o muy pocos eran capaces de entenderlo lo depositó en el
templo de Artemis.

Aburrido de los hombres, se retiró al templo de Artemis. Finalmente huyó a los montes, donde
vivió manteniéndose de hierbas. Contrajo una hidropesía y murió lastimosamente a los
sesenta años.

Es el pensador más eminente de los presocráticos. Su doctrina marca un gran avance sobre los
milesios. Formula vigorosamente le problema de la unidad permanente del ser frente a la
pluralidad e inestabilidad de las cosas particulares transitorias y aspira a resolverlo
estableciendo la existencia de una ley universal fija que rige todos los acontecimientos
particulares, y que es el fundamento de la armonía universal del cosmos por encima de todas
las antítesis y contradicciones.

 EPISTEMOLOGÍA:

Establece la distinción entre dos órdenes de conocimiento: el sensitivo, que solamente es


fuente de opinión, y el racional, que es el único que llega a descubrir la verdad. Los sentidos
nos hacen creer que existen seres fijos y estables. Esto es una ilusión, porque solamente existe
un ser único, en perpetuo movimiento. Hay que desconfiar de los sentidos. “Aun aquel que
tiene las opiniones más perfectas, conoce y posee solamente opiniones”.

No obstante, su desconfianza en los sentidos no es absoluta. Son necesarios para adquirir la


sabiduría. Pero siempre su testimonio debe corregirse por la razón, que es la única capaz de
comprender la verdad del Ser.

 ONTOLOGÍA:

En la Ontología de Heráclito se transparenta un marcado carácter polémico. Sus adversarios


son probablemente Jenófanes, con su concepto de ser, y Parménides, con su inmovilismo. Por
una parte, mantiene la unidad de la Naturaleza y del principio primordial. “Todas las cosas son
uno, esto es sabiduría”. “Del uno salen todas las cosas, y de todas las cosas el uno”. Pero por
otra acentúa el aspecto dinamista iniciado por Anaximandro y Anaxímenes, con un profundo

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sentimiento del movimiento, la inestabilidad e impermanencia de las cosas particulares. Nada
permanece fijo ni estable. Todo fluye. Todo cambia y se está haciendo siempre, y en este
hacerse, en la continua transformación, consiste la esencia de las cosas, las cuales son y no son
a la vez.

No obstante, Heráclito cree en la realidad de las cosas particulares, atestiguadas por los
sentidos. Pero no como entidades o sustancias fijas y estables, sino en continuo hacerse y
deshacerse, regidos por la ley cósmica del Logos. De esta manera, su monismo se concilia con
un cierto pluralismo. El fuego, que es el principio primordial, está en perpetua mutación. Pero
la Razón universal permanece inmutable a través de todos los cambios.

 FÍSICA:

Trata de explicar no sólo el principio primordial y único de todas las cosas, sino también la ley y
el proceso de la mutación de las cosas particulares. Como principio primero el fuego, del cual
se hacen todas las cosas.

a. Las dos vías

Esta transformación universal sigue dos vías, que en realidad son una misma. Una
descendente, por condensación o contracción (vía hacia abajo), y otra ascendente, por
dilatación o rarefacción (vía hacia arriba), viniendo a describir una especie de círculo: Vía hacia
abajo que es fuego, aire, agua, tierra; Vía hacia arriba: tierra, agua, aire, fuego.

b. Los contrarios

De los distintos momentos en que se encuentran las cosas en su camino descendente o


ascendente se originan los contrarios. Dos fuerzas cósmicas antagónicas rigen la génesis y las
destrucciones periódicas de las cosas. Una disgregadora, la Discordia o la Guerra. Y otra
agrupadora, la Concordia o la Paz, que reduce las cosas a la unidad. Por esto la Guerra en la
madre y el rey de las cosas. Trata de resolver las antítesis, conciliando la unidad permanente
del principio único de la Naturaleza, que conoce la razón, con la realidad del movimiento y de
las cosas particulares que perciben los sentidos.

c. El Logos

La causa última de todas las transformaciones del Cosmos y de la armonía universal que de
ellas resulta es una Razón eterna que rige y gobierna todas las cosas y está presente en todas
ellas. Todo cambia, excepto la Razón, que, a manera de una ley, preside, impulsa y regula
todas las mutaciones, permaneciendo ella misma inmutable e inalterable.

¿Cómo debe entenderse esa Razón universal? ¿Es inmanente o trascendente? ¿Se distingue
realmente del fuego y de cuantas cosas resultan de su transformación incesante, o se
identifica con la realidad única universal? Heráclito parece dar a entender que es distinta y
superior al mismo fuego, puesto que éste es la materia primordial y permanente en perpetuo
hacerse, mientras que la Razón permanece inalterable. Incluso llega a afirmar que esa Razón se
identifica con Dios: “Queriendo o sin querer, se debe llamar Zeus”. No llegó a formular el
concepto de un Dios trascendente y separado del mundo. Su Logos debe entenderse como una

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ley necesaria inmanente al fuego, que es una sustancia única, y a las cosas que resultan de su
movimiento incesante de transformación. “Todo esto se hace por necesidad”. Necesidad y
Logos son una misma cosa.

d. La armonía universal

La Razón que rige todas las transformaciones del Fuego es la causa de una armonía oculta
universa. Procediendo de todas las cosas de un mismo principio, los contrarios son también
una misma cosa. De cosas diferentes brota una bellísima armonía. En ella se resuelven todas
las antítesis y contradicciones parciales, que son sólo aparentes, pues responden a distintos
momentos del proceso de desarrollo de la realidad con movimientos contrarios, al encontrarse
en el doble camino descendente o ascendente. Los hombres no son capaces de apreciar esa
armonía.

e. Relativismo del bien y del mal

Todo es bueno, o todo es malo, según se considere. “La enfermedad hace dulce la salud, el mal
el bien, el hambre la hartura, el cansancio el reposo”. Cada cosa vive la muerte de otra.

f. Optimismo universal

“El mundo es bellísimo”. Solamente puede hablarse de mal en sentido relativo. Del bien sale el
mal y del mal el bien, que son simples aspectos procedentes de la transformación incesante de
las cosas, pero que se funden en la armonía total del Universo. “Todas las cosas en la divinidad
(mundo) son bellas, buenas y justas. Son los hombres quienes las estiman unas justas y otras
injustas”. Si bien este optimismo no le impide tener un concepto poco favorable de la mayoría
de sus compatriotas. “La mayoría de los hombres son malos”.

 ASTROLOGÍA Y METEOROLOGÍA

Para explicar la formación de los astros y los fenómenos meteorológicos acude a un extraño
concepto que ya aparece en Jenófanes. De las cosas, tal como se encuentran en sus diferentes
estados en la vía descendente y ascendente, se desprenden exhalaciones, unas frías, pesadas y
opacas, y otras calientes, transparentes y ligeras. Estas segundas ascienden hasta llegar a la
bóveda semiesférica que envuelve el Universo, cuyas paredes están perforadas por unas
aberturas en las que existen una especia de cubetas giratorias, que se van llenando con las
exhalaciones que ascienden de la Tierra, las cuales, al inflamarse, originan los astros. El Sol se
enciende y se apaga todos los días. Las fases de la Luna responden a los movimientos
giratorios de su cubeta respectiva.

PALINGENESIA UNIVERSAL: todo procede del Fuego, que se enciende y se apaga conforme a
medida y a razón. Es viviente, eterno e inextinguible. “En el mundo que se produce se forman
de nuevo (los hombres) y llegan a ser claros representantes de los vivos y de los muertos (en el
mundo anterior) (Eterno retorno).

 ANTROPOLOGÍA

El hombre está compuesto de cuerpo y alma. Los cuerpos se forman en la vía descendente de
las exhalaciones oscuras y opacas de la tierra. Las almas, en la vía ascendente, de exhalaciones

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puras y transparentes del aire al desecarse el agua. El alma es de naturaleza aeriforme. Su
perfección depende de su sequedad y de su mayor o menos proximidad al Fuego. Las almas
más secas son las mejoras y las más sabias.

En algunos pasajes, tal vez influido por el orfismo, Heráclito parece aludir a la inmortalidad del
alma.

 DISCÍPULOS DE HERÁCLITO

Cratilo, que fue maestro de Platón, y de un tal Antístenes.

CLASE DE HERÁCLITO DE TERESA OÑATE


En nuestros días tiene un renacimiento particular a partir de Hegel. Éste dice que no hay ni un
solo aforismo de Heráclito que no haya aparecido en su pensamiento.

El modo de escritura de Heráclito es mediante aforismos. Un aforismo no se mueve, no se


deduce ni induce. Este tipo de enunciado acontece y da que pensar. Para poder comprenderlo
uno recompone con la memoria la sincronía.

“El todo lo gobierna el rayo”: cualquier unidad sintética, por ejemplo, el todo de los humanos,
el todo de la vía láctea, el todo de las cámaras de televisión; sólo puede ser así y no de otra
manera, gracias a que remite a una unidad simple. Necesita ser interpretado para ser
comprendido.

Dialéctica de Heráclito: cuando vemos la palabra dialéctica entendemos relación entre


contrarios. La fácil de entender es la kinética, la referida al movimiento. Enlaza entre sí a los
contrarios y éstos se refieren a campos determinados (alto/bajo). El enlace entre los contrarios
es el movimiento. El énfasis de Heráclito respecto al pitagorismo y pitagorismo platónico está
en la insistencia en que los contrarios se copertenecen, sólo el juicio los divide y opone.
Además, el movimiento suele ser reversible. Por lo tanto, la relación entre contrarios está
nacida por el tiempo “normal”, el tiempo cronológico. El tiempo que mide el movimiento, el
paso de un contrario a otro es cronos.

Ahora bien, hay otro tipo de relaciones que son los contradictorios (enamorarse, amar y odiar;
dormido y despertarse; nacer y no haber nacido). Éstos no están enlazados por el movimiento,
sino que se vuelcan el uno en el otro de manera fulminante. Con la experiencia del amor o del
nacimiento. Esta relación no está regida, no tiene un pasaje del movimiento según el antes y el
después, sino que acontece súbitamente y todo lo transforma. No hay amor sin odio, aprender
sin olvido, vida sin muerte. De la misma manera que el otro contrario sigue allí, lo
sorprendente es que el contradictorio sigue estando allí. El amor siempre está a un paso del
odio. Relaciones intensas, no como las anteriores extensas de espacio/tiempo.

Por tanto, la ausencia es. Aquello que está ausente ni se genera, ni se corrompe. Y no como
nos enseña luego el tiempo plano, cinético de nuestra época como si sólo hubiera el presente.
Como si pasado y futuro que es ausencia no fueran.

TETRALOGÍA, CUATRO DIMENSIONES DE LA TEMPORALIDAD EN GRECIA: el tiempo visto sólo


desde la muerte es cronos. No tiene potencia para durar, de manera que tiene que derrotar al

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que está en el presente, comérselo y ocupar su lugar y esperar a ser comido por el siguiente.
Lo terrible de esta temporalidad es la que ha introducido la metafísica posterior en el tiempo
medible. No hay sólo este tiempo.

Hay un tiempo que es el visto desde la vida. Sería eternidad, necesidad simple
indescomponible (aquello que es y no puede no ser así). Esta temporalidad es aydios, una
temporalidad eterna, continua, constante. Sin esa temporalidad no podríamos medir.

Pero luego está la del cruce entre la eternidad continua y la muerte. Es el instante eterno,
aillon. Desaparece como la muerte pero es eterno. A él pertenecen los aforismos y una
temporalidad intensiva, en ese sentido indivisible. El logos de Heráclito es “lo que reúne”.

Hay una última temporalidad que hereda la teleogía cristiana. Se cruzan el tiempo visto desde
la muerte y desde la vida pero, ¿por dónde? Espacio, por dónde. Dónde se cruzan en el aillon
la vida y la muerte. Se cruza por la temporalidad del Kairós.

Estas cuatro temporalidades son las que luego reducen a cronos únicamente.

En la dialéctica de Heráclito los contrarios se mueven de forma cinética de acuerdo con cronos
y los contradictorios pertenecen al aillón. Y en el caso de éste, la ausencia es. Por ejemplo,
significa que los muertos no han muerto desde el punto de vista del logos. Si no fuera así, no
estaríamos hablando de Heráclito.

El movimiento es el enlace entre contrarios y además un modo de medición.

Heráclito no dice que el arché es el fuego, es una reducción. Topologías del fuego: el fuego es
lo que enlaza, el logos, porque combustiona el uno en el otro. Es aquello que media, pone en
comunicación más velozmente. A mayor extensión, con mayor intensión. Pero no sólo actúa el
fuego en la tierra. En el cielo es sol, por tanto, luz. Rige el día, la noche, primavera, verano… Y
aquí la luz sí puede ser vista.

MIN 46

MONISMO ESTÁTICO. LOS “INMOVILIZADORES DEL SER”


JENÓFANES
 EPISTEMOLOGÍA

Aparece claramente la contraposición entre verdad y apariencia, y entre certeza y opinión, que
exagerará Parménides. No hay certeza. Todo son opiniones. “Lo cierto no lo supo ningún
hombre, ni habrá nadie que lo sepa”.

 FÍSICA

Las alusiones de Jenófanes a la física de los milesios deben entenderse probablemente en


sentido irónico y burlesco.

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El primer principio de las cosas es la tierra, de la cual salen y a la cual vuelven todas las cosas.
Los vivientes nacen del fango, o sea, de la tierra mezclada con agua. La Tierra es ilimitada, y no
está rodeada por el aire (pneuma) ni por el cielo. Los astros se forman de las exhalaciones
desprendidas de la Tierra bajo el calor del Sol, las cuales se acumulan, se inflaman y se
extinguen diariamente. El mundo estrena cada mañana un nuevo Sol.

Todas las cosas del mundo se destruyen periódicamente, mediante la disolución de la Tierra en
el Océano, volviendo al fango primordial.

 TEOLOGÍA

Ridiculiza el antropomorfismo de Homero y Hesíodo, “que atribuyeron a los dioses todo


cuando es censurable y vergonzoso entre los hombres: hurtos, adulterios, engaños recíprocos”
y “muchísimas cosas ilícitas”.

[“Los mortales que se imaginan que los dioses han nacido y que tienen vestido, voz y figura
humana”. “Si los bueyes, los caballos y los leones tuvieran manos, y con ellas pudieran pintar y
hacer figuras como los hombres, entonces los caballos dibujarían imágenes de los dioses
semejantes a caballos, y los bueyes a la de los bueyes, y formarían cuerpos semejantes a los
que tiene cada uno de ellos”. “Los etíopes representan a sus dioses chatos y negros, y los
tracios, rubios y con ojos azules”.]

Proclama la existencia de un Dios único, eterno, inmóvil, inmutable, inalterable,


inteligentísimo, que está por encima de todos los dioses.

Es difícil precisar la idea de Jenófanes. No parece ser monoteísmo, pues admite la existencia de
dioses inferiores y demonios. Los antiguos lo entendieron en el sentido de un monismo
estricto, pero más bien hay que interpretarlo a la manera de los milesios, o sea, como un
principio material único, del que proceden todas las cosas, es decir, de la Tierra; o como una
esfera redonda y cerrada, fuera de la cual no existe nada, si bien dentro de ella admite la
existencia de seres particulares, que aparecen y vuelven a desaparecer. Parménides recogerá
esta misma idea.

[Los que dicen que los dioses nacen incurren en impiedad, así como os que dicen que los dioses
mueres; en ambos casos sucedería que alguna vez no habría habido dioses”. ]

 ÉTICA

Proclama una vida más austera que la corriente en su tiempo. Criticaba duramente las
costumbres de sus contemporáneos, anteponiendo la fuerza bruta a la sabiduría y virtud.

PARMÉNIDES
Fue discípulo del pitagórico Aminias. No obstante, fue infiel, pues establece su doctrina en
completa contraposición con el sistema de la escuela. Debió escuchar a Jenófanes pues recoge
y desarrolla sus enseñanzas.

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Adopta una actitud polémica, por una parte contra el dualismo de los pitagóricos (ser y no-ser,
pneuma, infinito y cosmos, lleno y vacío), y por otro contra el movilismo de Heráclito, a cuyos
partidarios califica con duros epítetos.

 CARÁCTER GENERAL

Convierte en antítesis irreductible la contraposición presocrática entre Naturaleza y cosas


particulares. Para los filósofos anteriores ambas cosas coexistían sin excluirse. Parménides, por
el contrario, establece su dilema entre ser y no ser, pretendiendo que hay que elegir
forzosamente entre uno de los términos. A esta antítesis ontológica añade otra paralela,
distinguiendo entre conocimiento sensitivo, engañoso, fuente sólo de opinión, y conocimiento
racional, que es el único que proporciona la verdad.

Descalifica por completo el testimonio de los sentidos, que atestiguan la existencia de las cosas
particulares y del movimiento, y acepta solamente el de la razón que, según él, revela la
existencia del ser uno, eterno, indivisible e inmóvil. La consecuencia es un monismo estático
absoluto, con la supresión de la realidad de los seres particulares y del movimiento.

 EL POEMA SOBRE LA NATURALEZA


a. El camino de la verdad

La diosa enumera tres caminos: primero, el de la verdad, que el ser existe, y es imposible que
no exista; segundo, el de error, que el ser no existe, y es necesario que no exista.

[“Ahora bien, yo diré, y tú recoge, escuchándolas, mis palabras. Dos únicos caminos de
investigación es posible pensar: uno, que el ser existe y es imposible que no exista. Es el camino
de la razón, a la cual sigue la verdad. Y otro, que el ser no existe, y que es necesario que no
exista. El cual te digo que es un camino completamente privado de conocimiento, porque no se
puede ni conocer el no-ser ni tampoco expresarlo. Por lo tanto, es necesario pensar y decir que
el ser existe, porque existe el ser, pero la nada no existe. Y esto- dice la diosa- te mando yo que
lo digas”.]

Otro tercer camino es el de la opinión, que el ser existe y no existe a la vez.

I. El Ser

Parménides toma por guía la razón, abandonando el testimonio de los sentidos y adopta una
posición “realista” frente a Heráclito y los pitagóricos. Ante el ser hay tres actitudes posibles: el
no ser existe, propia de los pitagóricos, los cuales, para explicar el movimiento y la pluralidad
de los seres, admitían el vacío, o el no-ser fuera del Cosmos esférico, que al penetrar dentro de
éste por medio de la respiración cósmica lo disgregaba y multiplicaba en muchos seres
numéricamente distintos. Contra ellos opone Parménides: el no-ser existe, y, por lo tanto, no
puede disgregar internamente al no existe, y, por lo tanto, no puede disgregar internamente al
ser, siendo éste uno, indivisible e inmóvil.

[“Tú no puedes separar el ser del no-ser, ni de modo que el ser esté esparcido acá y allá por el
mundo, ni de modo que después el ser se una juntamente” (contra los pitagóricos) ].

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Otra sería que el ser existe y no existe a la vez, aludiendo a Heráclito, que admitía la unidad del
ser, pero en perpetuo movimiento, originándose la pluralidad de las cosas de los encuentros
entre los contrarios en las diversas fases de la transformación del Fuego. Es absurdo que el ser
exista y no exista a la vez. Pero si se diera movimiento, el ser existiría y no existiría a la vez. Por
consiguiente, el ser es inmóvil.

[Increpa duramente a los hombres para los cuales ser y no ser es lo mismo y no es lo mismo, y
el camino de cada cosa es una ida y vuelta (contra Heráclito). Somos y no somos.]

El ser existe y es imposible que no exista. Esta fórmula, a la cual se aferra Parménides, sintetiza
todo su realismo: el ser existe y el no ser no existe. Tú no saldrás nunca de aquí. No existiendo
el no ser, es imposible la división interna del ser. El ser es uno, único y compacto. Los seres
particulares son nada más que ilusiones u opiniones de los sentidos. Tampoco puede darse el
movimiento, pues no existe distancia entre los seres ni espacio vacío en el cual pudiera
realizarse. Toda la realidad, no es más que un ser único, compacto, finito, limitado e inmóvil.

II. Cualidades del ser

El ser es:

- Uno; todo completo, único en su especia, inmóvil y sin término. Todas las cosas son
uno.
- Eterno. “Nunca ha sido ni será, pues es ahora juntamente todo, uno y continuo”. El ser
tiene que haber saludo del ser o de la nada. De la nada no puede salir. De sí mismo
tampoco. Luego el ser es eterno.
- Imperecedero. “No hay nacimiento ni muerte. Son nombres vanos.
- Eterno e inmóvil. El Destino ha encadenado al ser a ser todo entero e inmóvil. Para que
se diera movimiento sería preciso que existiera el espacio vacío. Pero el espacio vacío
o es ser o es no ser. Si es no ser, el ser se movería en la nada. Si es ser, el ser se
movería dentro de sí mismo. Luego no puede darse el movimiento.
- Continuo, homogéneo e indivisible. El ser no está dividido por el no ser o por el vacío
(contra los pitagóricos). El ser es igualmente ser en todas sus partes (contra
Anaxímenes).
- Lleno, compacto, finito, limitado y esférico. El ser es una esfera redonda, llena,
compacta, igual y homogénea en todas sus partes, que tiene un límite extremo, dentro
del cual lo mantienen las ligaduras de la Necesidad.
- Ser y pensar es lo mismo. Puede pensarse lo que existe (el ser), mientras que lo que no
existe (el no ser, la nada) no se puede pensar.

b. El mundo de la “opinión”. Física

Aristóteles hace notar la contradicción que implica exponer una Física después de haber
negado la realidad de los seres particulares y del movimiento. Sin embargo, en Parménides no
hay contradicción, pues esta segunda parte debe entenderse en el sentido de una caricatura
burlesca de la Física de sus contemporáneos.

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La materia está compuesta de dos principios: fuego celeste de llama tenue, suave, siempre
igual a sí mismo, y noche oscura, cuerpo denso y pesado (tierra). El Universo es una serie de
esferas concéntricas, alternativamente frías y oscuras, calientes y luminosas. La última, que las
envuelve a todas es sólida, fría y oscura. Debajo de ella están las estrellas fijas.

En el centro del mundo está la Tierra, esférica, dentro de la cual arde una masa de fuego,
donde reside la divinidad que lo gobierna todo.

Los vivientes proceden de la mezcla de los elementos (tierra y fuego) y de sus cualidades
respectivas (frío y calor). El alma se compone también de tierra y fuego. El fuego es la causa de
la vida y de la inteligencia.

 EL “REALISMO” DE PARMÉNIDES

La originalidad de Parménides es haber colocado frente a frente, en ficticia antítesis


irreductible, el ser y el no-ser, la unidad y la pluralidad, el conocimiento racional y el sensitivo,
la verdad y la opinión, el mundo y las cosas. El dilema en el cual la aceptación de uno de los
miembros implica necesariamente la negación del otro.

Llega a la negación de toda pluralidad, de toda diversidad cualitativa y cuantitativa y de todo


movimiento. Su elaboración del concepto de ser puede reducirse a los tres momentos clásicos
de todos los procesos idealistas:

1. Prescinde de todas las modalidades particulares de los seres múltiples percibidos por
los sentidos, fijándose tan sólo en la propiedad comunísima de ser (abstraccionismo)
2. Prescinde de los sentidos y se recluye en su inteligencia (subjetivismo)
3. Atribuye existencia y realidad ontológicas a su concepto abstracto de ser,
proyectándolo, idealmente, fuera de sí e identificándolo con el mundo real (idealismo)

El concepto de ser uno y estático, con el cual identifica el mundo, dejándolo convertido en un
bloque esférico y compacto de materia inerte, inmóvil y pasiva.

Parménides, con intención realista, afirma que el ser existe y es necesario que exista. Pero este
pretendido realismo no pasa de serlo más que en su intención, pues su concepto del ser,
desligado del testimonio de los sentidos, no puede aplicarse en modo alguno al ser real, sino al
ser en abstracto.

En la actitud de Parménides existe una doble confusión: entre el ser ontológico con el ser
lógico, abstracto, atribuyendo al primero las propiedades que competen al segundo; y,
después, en identificar ese “ser” abstracto con el mundo físico, material, cerrado, finito y
limitado como una esfera, fuera del cual no existe nada, y que es la única realidad. Suprime del
“ser” todas cuantas propiedades perciben los sentidos, la pluralidad, las cualidades, el
movimiento, y solamente conserva las notas del ser inteligible, abstracto, percibido por la
razón, sobre el cual recaen todas sus tajantes afirmaciones.

Piensa que el ser existe, pero no tal como lo perciben los sentidos, sino tal como lo concibe la
inteligencia: uno, universal, eterno, inmóvil, inmutable. Esta aplicación de las propiedades del
ser abstracto (concepto) al ser concreto (ontológico) da por resultado la descripción de una

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falsa realidad, carente de toda clase de cualidades sensibles, y la supresión de toda pluralidad
y de todo movimiento en un mundo que no es “real” sino “ideal”. Al pretender pensar el ser
con la sola razón, prescindiendo de los sentidos, y llegar con ello a la “verdad”, incurre en un
realismo exagerado que lo conduce al idealismo. “Realismo idealista”, es decir, un realismo en
la intención, pero un idealismo o un logicismo de hecho. El ser único, estático, inmóvil e
indiferenciado no es un ser ontológico, sino un ser lógico, artificial, un ente de razón.

El concepto de Dios. Primeramente elabora el concepto comunísimo de Ser, abstrayendo de


todas las diferencias formales que distinguen a los seres, conforme al método propio de la
Filosofía primera, y después divide ese concepto en sus dos grandes diferencias de infinito
(Dios), objeto de la Teología, y finito (criaturas). Esas diferencias distinguen a Dios de las
criaturas, pero el procedimiento para obtenerlas no es el método que arranca del orden ideal
para llegar al real, sino otro muy distinto.

La segunda parte del poema debe entenderse en sentido irónico contra la ingenua Física de los
milesios de los pitagóricos.

El pensamiento de Parménides, así como su “Ser”, hay que encuadrarlos dentro de la


preocupación presocrática por la “Naturaleza” (única, eterna y universal). Pero a diferencia de
todos los contemporáneos, en la dualidad “Naturaleza” y “cosas”, Parménides borra de un
plumazo las “cosas” y se queda con la “Naturaleza” (=Ser). Asimismo, en la dualidad “sentidos”
y “razón” suprime la confianza en el testimonio de los sentidos y se queda solamente con lo
que él pretende ser el “testimonio de la razón”.

Ahora bien, ontológicamente no se da “Ser”. Lógicamente tampoco tiene sentido, pues no se


trata de un concepto universal, sino de un ser real, existente y particular.

Su “Ser” es físico, no “metafísico”; es particular y concreto, no abstracto; es individual, no


común; es real y actualmente existente, no una pura entidad lógica.

¿Qué sentido puede tener semejante “Ser”? ¿No se le podría atribuir un sentido psicológico,
como uno de tantos juegos de destreza intelectual a que los griegos fueron siempre tan
aficionados?

 INFLUENCIA

Parménides cierra el primer período de la especulación presocrática poniendo de manifiesto la


insuficiencia de un solo principio para explicar la pluralidad, la diversidad y el movimiento de
los seres. Todos los filósofos posteriores recurrirán a varios elementos.

Su tajante contraposición entre ser y no- ser influirá en Empédocles, en los atomistas, en los
sofistas y en el mismo Platón. Solamente hallará el camino de su solución en el concepto
analógico del ser y en la teoría de la potencia y del acto formulada por Aristóteles, el cual
distinguirá perfectamente entre el concepto comunísimo de ser, objeto de la Filosofía primera,
obtenido por abstracción de todas las diferencias formales, y los objetos correspondientes a
todas las demás ramas de las ciencias particulares que versan sobre seres concretos y
diferenciados.

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Comparando a Parménides con los pitagóricos, el balance es favorable a los segundos.

Los pitagóricos admitían como verdadero el testimonio de los sentidos, que atestiguan la
multiplicidad, el cambio y la movilidad de las cosas materiales particulares. Por el contrario, la
posición eleática no añade nada positivo a la Filosofía. El monoteísmo de Jenófanes está ya
reconocido por los pitagóricos. El concepto de ser de Parménides es un retroceso en la marcha
de la Filosofía.

Parménides además, en contradicción abierta e irracional con el testimonio de los sentidos,


que atestiguan la pluralidad de las cosas y la realidad del movimiento. Se contenta con
negarlo. No obstante, imprimió un vigoroso impulso a la especulación griega.

ZENÓN DE ELEA
Polemizó principalmente contra los pitagóricos, defendiendo el ser un, continuo e indivisible
de su maestro contra el ser múltiple, discontinuo e indivisible de aquéllos, los cuales a su vez
confundían el ser físico, real, con el ser matemático.

Pone de manifiesto las contradicciones que implica el querer concebir las magnitudes
continuas como compuestas por un número infinito de partículas indivisibles. Se proponía
demostrar que si la doctrina del ser único, continuo e inmóvil de Parménides parece
inconcebible, más inconcebible todavía resulta la del ser múltiple, discontinuo y móvil
compuesto por infinitos indivisibles. Para ello adopta el procedimiento de la reducción ad
absurdum.

 EPIQUEREMAS CONTRA LA PLURALIDAD Y DISCONTINUIDAD DE LOS SERES


a. Según los pitagóricos, existen muchos seres, extensos y discontinuos, compuestos por
infinitos puntos inextensos. Si hay muchos seres, deben ser tantos cuantos son, ni más
ni menos. Su número debe ser infinito. Pero si están compuestos de infinitas partes
son a la vez finitos e infinitos, lo cual es absurdo.
b. Si existen muchos seres, son a la vez iguales y desiguales. Iguales porque constan de
partes semejantes divisibles hasta el infinito. Y desiguales porque cada uno se divide
en partes distintas unas de otras.
c. Los seres extensos están compuestos de partes, cada una de las cuales puede a su vez
dividirse en otras, hasta llegar a puntos inextensos que ya no se pueden dividir. Esos
puntos no tienen extensión, y, por lo tanto, son nada. Quiere decir que los seres
extensos se componen de la nada.
d. Las cosas extensas serían a la vez infinitamente grandes e infinitamente pequeñas.
Infinitamente grandes porque constarían de partes divisibles hasta el infinito. E
infinitamente pequeñas porque con partes inextensas no puede constituirse un cuerpo
extenso, pues la suma de puntos inextensos no puede llegar a constituir extensión.
e. Sería lo mismo sumar que restar. Porque esas partes inextensas sumadas no aumentan
la extensión, y restadas no la disminuyen.
f. Es contradictorio decir que las cosas son a la vez finitas e infinitamente divisibles.

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 CONTRA LA REALIDAD DEL ESPACIO
a. Las cosas extensas están en el espacio. Ahora bien, el espacio es algo o es nada. Si es
algo, debe estar en otro espacio, y éste en otro, y así sucesivamente hasta el infinito.
Pero si el espacio es nada, están en la nada.
b. Si las cosas son múltiples, cada unas de ellas debe ser perceptible.

 CONTRA LA REALIDAD DEL MOVIMIENTO

Zenón no niega la apariencia del movimiento, sino su realidad. Se propone demostrar que el
movimiento es impensable. Para hacer más sensibles sus argumentos emplea la
ejemplificación.

a. Paradoja de lo finito contenido en lo infinito

Es imposible el movimiento en el espacio, tanto si éste se concibe compuesto por partes


divisibles como por indivisibles. Si el espacio es algo real, debe ser un cuerpo recorrido por el
móvil. Un cuerpo se mueve cuando, en un tiempo determinado (finito), atraviesa distintas
partes de otro cuerpo.

Ahora bien, si las partes del espacio son divisibles hasta el infinito, en ese caso el móvil finito
atravesaría en un tiempo finito un número infinito de partes del espacio, lo cual es imposible.
Si son indivisibles tampoco el posible el movimiento.

b. Argumento de la dicotomía

Se basa en la necesidad de llegar al medio antes de alcanzar el término. Si el espacio es


divisible hasta el infinito, un móvil que parte del punto A para llegar al punto B, antes de
alcanzar su término tiene que recorrer la mitad del espacio, y antes la mitad de esa mitad, y así
sucesivamente. Pero si el espacio es divisible hasta el infinito, es imposible que un móvil pueda
recorrer todas y cada una de las partes infinitas.

c. Argumento de Aquiles

Tanto el tiempo como el espacio están constituidos por infinitos indivisibles, que no se pueden
acabar de atravesar.

d. Argumento de la flecha

e. Lo que se mueve, o se mueve en el punto en que está o en el que no está. EN el punto


en que está n se puede mover. Y menos todavía en el que no está. Luego aquello que
parece que se mueve, no se mueve.
f. Argumento del estadio

Zenón enredó a sus contemporáneos. Para resolverlos será preciso esperar a las distinciones
introducidas por Aristóteles entre ser lógico y ontológico, entre acto y potencia, entre infinito
actual y potencial, entre cantidad continua abstracta, propia de las matemáticas, y la extensión
física como accidente real de la sustancia corpórea.

MELISO DE SAMOS

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Aristóteles lo califica de rústico y obtuso por haber confundido el ser con el mundo material.
Mantiene el concepto eleático de la unidad, la eternidad, la homogeneidad, la uniformidad y la
inmovilidad del ser. Pero modifica el concepto de ser limitado y redondo como una esfera,
afirmando su infinitud. El ser (mundo) es infinito, sin principio ni fin. La infinitud del ser: “Así
como el ser es eterno, así es preciso que sea también infinito por su magnitud”.

ECLECTISMO
EMPÉDOCLES
En el problema Sobre la Naturaleza trata el problema cosmológico de manera muy semejante
a los demás presocráticos. En las Purificaciones el estilo es más florido, rico en metáforas y
epítetos altisonantes, presentándose como un taumaturgo o como un dios.

La doctrina de Empédocles equivale a una tentativa ecléctica para fundir en una síntesis las
distintas tendencias existentes en su tiempo.

En sus cuatro “raíces de las cosas” integra el agua de Tales, el aire de Anaxímenes, la tierra de
Jenófanes y el fuego de Heráclito, sustituyendo por los cuatro elementos la aspiración jónica
de hallar un solo principio de las cosas. Combina el ser inmóvil de Parménides con el ser de
Heráclito en perpetua transformación, tratando de salvar a la vez la unidad permanente del ser
y la pluralidad de las cosas particulares, como también el movimiento. No obstante, su
eclecticismo no es conciliador, sino polémico.

 EL POEMA “SOBRE LA NATURALEZA”


1. Gnoseología

A diferencia de Parménides, pone su confianza a la vez en el testimonio de los sentidos en el


de la razón, aspirando a llegar a un conocimiento “seguro” y una “verdad nueva”. A todos los
sentidos se les debe dar el mismo crédito.

2. Física
a. Las cuatro raíces

Concibe el ser como eterno e indestructible. Está integrado por cuatro “raíces” o elementos
distintos, de los cuales están compuestas todas las cosas, incluso los dioses.

b. El amor y el odio

Empédocles concibe la realidad atravesando cíclicamente dos fases en que se suceden


alternativamente la unidad y la disgregación. Señala dos fuerzas cósmicas eternas y
antagónicas: el Amor, que actúan sobre aquéllos agrupándolos o disgregándolos
alternativamente en un proceso cíclico dominado por el “vasto y antiguo juramento de la
intolerable necesidad”.

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De la mezcla y la separación de los elementos en virtud de la acción del Amor y Odio resultan
todas las cosas, las cuales se mudan incesantemente, pero permaneciendo inmutable la ley
que rige el desarrollo cíclico.

c. Fases del desarrollo cíclico


i. Predominio del Amor (Unidad): durante él los elementos se mantienen unidos y
mezclados dentro del Ser, uno, eterno, imperecedero, finito, limitado, inmóvil,
homogéneo, sin distinción de partes ni vacío interior, redondo y compacto como una
Esfera.
ii. Principio de la disgregación: se inicia con la lucha del Odio contra el Amor. Resulta la
pluralidad de las cosas. Pero no se llega a la disgregación completa, porque continúa
actuando la fuerza cohesiva del Amor.
Dentro del Cosmos esférico se van separando las distintas partes: primero el Eter y
después el Aire y el Fuego, los cuales suben hacia arriba formando el Cielo y los astros,
que se sostienen sin necesidad de esferas y que están impulsados por un movimiento
de rotación en torbellino, causado por la lucha entre el Odio y el Amor.
Después se separaron la Tierra y el Agua, que van hacia abajo, y constituyen la Tierra,
la cual ocupa el centro del Cosmos, y está sostenida por presiones que actúan sobre
ella desde todas las partes. El mar es el “sudor de la Tierra”.

[Esta idea como ley fatal del origen de las cosas es de procedencia órfica. En este sentido,
Empédocles no tiene propiamente una Cosmogonía. Su mundo ha existido siempre, oscilando
entre ciclos alternativos de unidad y de diversidad. “Porque es imposible que el ser nazca del
no-ser, lo mismo que es inconcebible que el ser pueda parecer en el no-ser, antes bien el ser
será siempre”. Esta idea no es sólo de Parménides, sino común a todos los presocráticos.]

iii. Triunfo de la Discordia: con el predominio del Odio se llega a la separación completa
de los elementos. El Odio o la Discordia es el principio de la multiplicación de las cosas.
“Si no hubiese Discordia entre las cosas, todas serían uno. Pero interviene la Discordia,
y de ella proviene todo, excepto el Uno”.
iv. Triunfo del Amor: Si el Odio hubiese triunfado por completo, una vez desunidas todas
las cosas, se llegaría a la disgregación total. Pero interviene Afrodita, y “se instala en el
centro mismo del torbellino”, realizando nuevas uniones parciales.

d. Todo resulta de la unión o separación de los elementos. No hay nacimiento ni muerte,


sino solamente mezcla o separación de los elementos. Lo semejante se une con lo
semejante, como se agrupan volando las aves de la misma especie.
“De estas mezclas resultan innumerables especies de mortales de todas clases y
formas; una maravilla digna de contemplarse”.
No cabe interpretar esta extraña teoría de Empédocles como un esbozo de
evolucionismo.

[Otra cosa te diré: no hay nacimiento alguno de cosas mortales, ni tampoco término alguno en
la muerte ruinosa, sino solamente una mezcla y una separación de las cosas mezcladas; es a lo
que llaman los hombres nacimiento”. “Cuando las raíces mezcladas vienen a la luz con forma
de hombre, o en la familia de animales selváticos, o de plantas, o de pájaros, es costumbre

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llamar a esto nacimiento. Y cuando se separan unas de otras, entonces esa separación se llama
muerte infeliz. Pero sin derecho, aunque yo mismo obedezco a esta costumbre”.]

3. Antropología

El hombre se compone de una mezcla proporcionada de los cuatro elementos. Las partes
sólidas de tierra; las líquidas, de agua; el alma, de fuego y de aire. “Nace cuando se mezclan los
elementos y muere cuando se separan, aunque los términos “nacimiento” y “muerte” son
impropios”. La salud depende de la armonía de los cuatro elementos.

Como médico practicó disección anatómica y realizó curiosas observaciones. Explica la


sensación en virtud del principio de que lo semejante conoce lo semejante. Podemos percibir
las cosas porque estamos compuestos de los cuatro elementos.

Empédocles distinguía entre alma orgánica, mortal y demonio divino, que es inmortal. Las
almas, unas veces andan vagando por los espacios y otras se encarnan en cuerpos materiales
(pitagorismo).

4. Concepto de Dios en la “Física”

En su primer poema, Empédocles tiene un concepto de lo “divino” semejante al de los filósofos


anteriores. Lo “divino” y la “Naturaleza” son una misma cosa, identificándose con la plenitud
de la materia cósmica. Rechaza el antropomorfismo: “Ni ésa (la divinidad) domina los otros
miembros con una cabeza que se asemeje a la cabeza humana, ni de sus espaldas descienden
dos ramos (brazos), ni tiene pies, ni veloces rodillas, ni órganos de generación”.

 EL POEMA DE LAS PURIFICACIONES


1. Orfismo

En este poema aparecen muchos elementos característicos del orfismo y del pitagorismo: la
preexistencia de las almas, el pecado, la caída del hombre de un estado celeste feliz, la
descendencia divina, el pesimismo sobre la existencia miserable del hombre, envuelto en la
“túnica” de su cuerpo, la transmigración de las almas, la tendencia moral, las purificaciones, la
divinización, la abstención de ciertos alimentos, como las habas…

Es probable que Empédocles no esté influido por los órficos, sino por los pitagóricos, ya que
faltan en él muchos elementos propios del orfismo.

2. Pesimismo; el estado feliz primitivo

Domina un concepto pesimista de la existencia actual. El alma, caída del estado feliz primitivo,
se encuentra lejos de su patria, encerrada en un cuerpo material, en un país extraño dominado
por la Discordia y por las luchas sangrientas.

3. La transmigración

La infelicidad del estado presente se agrava con la transmigración de las almas, que andan
vagando de unos cuerpos en otros con sujeción a ciclos más o menos prolongados. Tiene el
carácter de una ley expiatoria inevitable, regida por la Necesidad. “Mientras estéis
encadenados por pecados graves no podréis libertaros de los dolores acerbos”.

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4. La liberación

Las “Purificaciones” terminan con una doctrina de la salvación. El retorno a la felicidad


primitiva, a la unidad y al reino del Amor, no se realiza, como en el orfismo, mediante la
omofagia (consumo de carne cruda), la iniciación y la expulsión de los elementos titánicos, sino
de una manera más natural.

La primera etapa para la liberación de las transmigraciones pudiera ser la que indica: “Al final
son los primeros entre los hombres que habitan la tierra; de aquí germinan y florecen los
dioses colmados de honores”. La segunda sería llegar al estado de héroes. Y la final, la
deificación o divinización, a la que él mismo afirma haber llegado. Yo soy para vosotros un dios
inmortal, y ya no un mortal, cuando circulo entre todos, honrado como merezco, con la cabeza
ceñida de cintillas y de coronas floridas.

Pero la salvación no tiene carácter universal. De ella quedan excluidos los grandes
malhechores, quieres tardarán largo tiempo en poderla conseguir. Tampoco será un estado
definitivo, pues está sujeta al ciclo periódico de las cosas, en que todas se destruyen y vuelven
a la Unidad, con el predominio del Amor, hasta que toque volver a predominar la Discordia.

5. El Dios de las “Purificaciones”

Tiene un carácter más espiritual que el de la Física. “No es posible acercarse a la divinidad de
suerte que se la vea con los ojos y se la toque con las manos”. Dios es un espíritu sagrado e
inefable, que penetra el mundo entero con el pensamiento veloz. De él se deriva “una ley que
se extiende por el amplio éter y por las infinitas luces celestes”. “Feliz el que ha adquirido un
tesoro de pensamientos divinos, y mísero el que tiene pensamientos oscuros acerca de los
dioses”.

PLURALISMO HETEROGÉNEO
ANAXÁGORAS
Fue el primer filósofo que abrió la escuela en Atenas, muy frecuentada por la aristocracia. Es
un tipo perfecto de sabio jónico. Cosmopolita e individualista, desarraigado de la metrópoli e
indiferente a la patria. Gozó de gran reputación como físico, matemático y astrónomo.
Preguntándole para qué había nacido, contestó: “Para contemplar el cielo y el orden del
Cosmos”.

 FÍSICA
a. El problema

El problema de la unidad y la pluralidad de las cosas. Marca un avance muy importante al


admitir un doble principio: uno pasivo e inerte, masa caótica en que están mezclados todos los
elementos de las cosas, y otro activo, motor inteligente, regulador del cosmos, causa de la
unidad y del movimiento. No está claro si hay que entenderlo en sentido dualista. Más bien
parece que también la Mente tiene un sentido material.

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b. Las “Homeomerías”

¿Cómo es posible que de lo que no es pelo salga pelo, y carne de lo que no es carne?”.
Anaxágoras adopta el principio fundamental de Parménides y de todos los presocráticos: “De
la nada, nada sale. Todo sale del ser”. Y su solución es “Todo está en todo”. “En cada cosa
están contenidas todas las cosas”.

[Y como son iguales las partes de lo grande y de lo pequeño, así es preciso que en cada cosa
estén contenidas las cosas. Y no es posible que estén separadas unas de otras, sino que todas
las cosas tienen una parte de toda cosa… Y en todas están también muchas de aquellas que
después se separan; y son iguales en número en las grandes y en las pequeñas”. “Todas las
cosas eran juntamente infinitas en número y magnitud, porque hasta lo pequeño era infinito,
y, estando todas las cosas juntas, nada era claro por su pequeñez”.]

Pero nada se cambia ni se transforma. Sólo hay unión y separación de los elementos. Esto es
posible porque la materia es divisible hasta el infinito y cada cosa está constituida por partes
de todas las cosas “infinitas por su multitud y por su pequeñez”. Los elementos no son cuatro,
sino tantos como especies distintas de cosas. Son una especie de polvo sutilísimo, infinitos,
inalterables, indestructibles, pasivos, inertes, cualitativamente distintos unos de otros y
eternos. Son las “semillas” de todas las cosas.

Las cosas se producen por la agrupación de las homeomerías y se destruyen por su


disgregación, distinguiéndose unas de otras por el predominio de los elementos.

[“En cuanto a nacer y al perecer, los griegos no tienen una opinión justa, porque nada nace ni
nada perece, sino que cada cosa se compone de una unión de cosas que ya eran y una
separación de cosas que ya existían. Y así debería llamarse justamente, al nacer, unirse, y al
perecer, separarse”]

Las cosas no aumentan ni disminuyen. “Nada hay igual a nada”.

[“Si estas cosas se separan así unas de otras, es necesario venir a conocer que todas las cosas
no pueden disminuir ni aumentar, sino que todas las cosas permanecen siempre iguales”].

Esta verdad no podemos conocerla, por la debilidad de nuestros sentidos, los cuales ven cosas
que parecen distintas. Pero la razón nos dice que todo está en todo.

c. Formación del Cosmos. La “Mente”

En el principio todo estaba mezclado y confuso en el caos de los elementos. Pero existía a la
vez la Mente, infinita, libre, potentísima, purísima y no mezclada, inteligentísima, conocedora
de todas las cosas, tanto mezcladas como separadas.

[Anaxágoras atribuye a su Nous los siguientes caracteres: es la más ligera y la más pura de
todas las cosas. Tiene conocimiento de todas las cosas. Posee la máxima fuerza. Domina todas
las cosas, grandes y pequeñas, que tienen alma. Domina sobre toda la revolución del mundo, y
ella ha dado origen a esta revolución. Conoce todas las cosas, tanto mezcladas como
separadas. Ordenó todas cuantas cosas deberán ser, y cuantas fueron y ya no son, y cuantas
ahora son. Es la causa de lo bueno y de lo mejor. Libre. Pura y no mezclada con ninguna otra

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cosa, sino que existe sola por sí misma. Domina como soberana en nosotros. “Y las demás
cosas tienen todas parte de todas las cosas. Sólo la Mente es infinita y autocrática, y no está
mezclada con ninguna cosa, sino que está sola por sí misma”]

La Mente de Anaxágoras no es un Dios transcendente, sino una fuerza cósmica, semejante al


Logos de Heráclito, o al Amor y a la Discordia de Empédocles. Su misión no es creadora, ni
siquiera ordenadora, puesto que todos los elementos son eternos, sino solamente impulsora
del movimiento del torbellino cósmico.

La acción de su Mente viene a reducirse al empujón que Descartes requería para explicar el
origen del movimiento.

[Según Plutarco, Anaxágoras fue apodado Nous por haber sido el primero que puso como
principio del orden cósmico n el azar ni la necesidad, sino la Mente, “la cual, pura y no
mezcladas, en medio de todas las demás cosas mezcladas, divide y ordena las homeomerías”]

En el principio existían todos los elementos juntos en la unidad del Todo inmóvil. Pero la
Mente comunicó en un punto de esa masa un impulso de movimiento mecánico, el cual se fue
propagando, produciendo un movimiento acelerado de rotación en forma de torbellino.

Con el movimiento rotatorio los elementos se fueron separando y colocando por orden de
densidad. Las partes pesadas se agruparon en el centro, formándose la Tierra. Sobre la Tierra
se situó el agua. Sobre el agua, el aire. Y sobre el aire, el Eter o fuego, el cual forma en torno al
cosmos un torbellino inflamado que arrastra en su movimiento piedras. El Sol no es más que
una piedra incandescente.

Los animales proceden de semillas caídas del cielo. Todo vive, siente y tiene inteligencia
(hilozoísmo).

Habla Anaxágoras de una multitud de mundos, lo cual supone que la Mente comunicó su
impulso dinámico a la vez en varios puntos.

[“Y allí se forman hombres y otros animales que tienen alma. Y estos hombres habitan en
ciudades y tienen campos cultivados lo mismo que nosotros; y tienen también un sol y una
luna y las mismas estrellas como nosotros; y su tierra les produce muchas cosas de todas
clases, de las cuales ellos llevan a sus casas lo mejor. Esto, pues, es lo que yo afirmo acerca de
la separación que no sólo tiene lugar entre nosotros, sino también en otras partes”]

Permanece todavía dentro de la línea de los físicos jonios. Considera la materia como inerte, y
acude, como Empédocles, a una fuerza extrínseca para explicar el movimiento y la división de
las cosas. Su Mente no pasa de ser una fuerza cósmica ordenadora.

 DISCÍPULOS DE ANAXÁGORAS

Arquelao

Enseñó filosofía en Atenas, asistiendo Sócrates a sus lecciones. Siguió a Anaxágoras al


destierro, sucediéndole en la dirección de la escuela en Lámpsaco. Como filósofo no pasó de la
vulgaridad. Continúa el materialismo de su maestro. Todo se produce por la mezcla o la

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separación de las homeomerías, infinitas en número y cualitativamente distintas entre sí.
Admitía la pluralidad de mundos. Concebía la mente como intrínseca al Cosmos, a manera de
un alma. Coincidía con los sofistas en afirmar que la ley es tan sólo una convención de los
hombres.

Diógenes de Apolonia

Pone como principio único de todas las cosas el Aire, sustancia viviente, eterna, infinita, alma
del mundo, que identifica con Dios. Fue tal vez el primero que formuló la noción de sustancia,
concebida a la manera de un soporte de las cualidades de los cuerpos y distinta de ellas.

PLURALISMO HOMOGÉNEO. EL ATOMISMO


LEUCIPO
Aristóteles y Teofrasto lo consideran como fundador de la escuela atomista. Es probable que
escribiera dos obras: la Gran ordenación del Cosmos y La Mente

DEMÓCRITO
Sucedió a su maestro Leucipo en la dirección de la escuela de Abdera. Demócrito no pertenece
cronológicamente a los presocráticos. Fue contemporáneo, y al parecer rival de Platón. La
escuela atomista ofrece una solución nueva al problema de la unidad del ser y de la pluralidad
de las cosas. Su visión de la realidad puede considerarse como una anticipación genial de las
modernas teorías acerca de la constitución de la materia.

 DOCTRINA ATOMISTA
1. Física

En el principio existían, separadamente, el Ser material lleno, formando una masa compacta e
indistinta; el Gran Vacío o el no-Ser y el Movimiento eterno.

El Vacío, impulsado por el movimiento, penetró en el Ser, disgregándolo en infinitos


corpúsculos indivisibles, no sólo por su dureza, sino también por su pequeñez; llenos, sólidos,
compactos; homogéneos, cualitativamente idénticos, impasibles, inalterables, indestructibles.
Son indivisibles por su pequeñez. Los átomos tienen extensión, volumen y peso. Unos son
mayores que otros, pero todos pesan lo mismo en igualdad de masa, y si unos cuerpos son
más ligeros que otros es porque están mezclados de vacío.

[En “cuanto a los cuerpos compuestos, el que tiene más vacío es el más ligero, y el más pesado
el que tiene menos… Casi lo mismo dice de lo duro y de lo blanco: duro es lo denso, blando lo
raro, y más o menos en proporción. Pero en lo duro y en lo blando, en lo grave y en lo ligero,
difieren la posición y la repartición de los vacíos. Así, el hierro es más duro, y el plomo más
pesado; porque el hierro tiene una composición más desigual y vacíos más frecuentes y
considerables…; el plomo, menos vacíos, pero una estructura completamente uniforme”]

Los átomos son el elemento positivo del Ser. Pero a la vez los atomistas admiten otro
elemento negativo (el vacío, el no-ser), también real, que desempeña la función de disgregar el

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Ser, separando los átomos entre sí, y de hacer posible el movimiento. El vacío, mezclado con
los átomos, en mayor o menor proporción, es la causa de las diversas cualidades.

El movimiento natural de los átomos es rectilíneo. Pero al moverse en el espacio vacío chocan
entre sí, formando remolinos.

Los átomos, arrastrados por el torbellino, se mezclan entre sí, en combinaciones infinitas y
transitorias, dando origen a infinitos mundos distintos y a infinitas clases de cuerpos en cada
uno.

[“Metrodoro… afirma que sería igualmente absurdo que hubiese nacido una sola espiga en un
vasto campo y un solo mundo en el infinito. Que los mundos son infinitos en número, resulta
evidente de que son infinitas las causas…, que son los átomos o los elementos”].

Los cuerpos se constituyen por agregación de los átomos y se destruyen por su disgregación.
Pero los átomos mismos son indestructibles e inalterables. Todos los cuerpos se componen de
los mismos elementos, pero se distinguen por su forma, orden, posición de átomos.

El movimiento, los choques, las agrupaciones y separaciones de los átomos están regidos por
una ley fatal, inmanente a la misma materia, que obra ciegamente, sin finalidad alguna. No
existe la fortuna ni el azar. Todo sucede por necesidad, en virtud de un movimiento puramente
mecánico, sin intervención de causas extrínsecas, de dioses ni de inteligencias que rijan o
dirijan el movimiento. Demócrito parece defender más bien que los átomos chocan unos con
otros al azar. Pero después el desarrollo de las cosas sigue una ley fija y necesaria.

Los átomos se fueron separando bajo la acción del movimiento. Los mayores y más pesados se
quedaron en el centro, formando la Tierra. Los más ligeros, hacia al exterior.

Los átomos están agitados por un violento torbellino, dentro del cual se forman los astros, el
Sol y la Luna.

2. Psicología

El alma es material. Está compuesta de átomos materiales, esféricos, ígneos, muy sutiles y
móviles en todos los sentidos. Es el principio de la vida y del movimiento en los animales y en
los hombres. La muerte sobreviene cuando la cantidad de átomos inspirados es inferior a la de
los expelidos. Entonces el alma se disgrega y desaparece.

Los vivientes provienen del fango. La sensación y el conocimiento intelectivo son hechos
puramente mecánicos, que se originan por el calor y el movimiento. Los átomos del alma
aislados son insensibles, pero agrupados adquieren sensibilidad. Se hallan distribuidos por
todo el cuerpo y en el cerebro. En éste producen la inteligencia, en los sentidos la sensibilidad,
en el corazón los afectos, y en el hígado las pasiones.

Demócrito expone el mecanismo de la sensación. Proviene de los efluvios, imágenes, que se


desprenden de los cuerpos a manera de películas muy sutiles y que impresionan nuestros
sentidos. Todas las sensaciones se reducen al choque y al tacto. Tienen valor objetivo cuando
se refieren a la existencia de los cuerpos y a sus cualidades comunes. Pero son afecciones

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puramente subjetivas cuando se trata de cualidades propias o específicas, las cuales no se
hallan en los cuerpos, sino que resultan en nuestros sentidos.

Entre sensación e inteligencia no existe diferencia específica, sino sólo de grado. Pero con la
inteligencia podemos discernir lo verdadero (atomismo) de lo falso y de las opiniones
corrientes del vulgo, basadas solamente en las percepciones de los sentidos. En esta psicología
puramente materialista no caben la espiritualidad, la libertad ni menos la inmortalidad del
alma.

3. Teología

No queda lugar para un Dios personal y transcendente. No obstante, los atomistas admiten la
existencia de dioses. Están compuestos de átomos, más perfectos que los que constituyen los
seres terrestres, y son merecedores de la veneración y del culto de los hombres.

4. Ética

En esta ontología materialista cabe una moral estrictamente limitada a la felicidad en la


presente vida, sin norma transcendente de conducta ni sanciones futuras.

A Demócrito se le atribuyen numerosas máximas morales. En el fondo son aforismos de


sentido común, cuyo origen se diluye en una tradición cada vez más depurada de sabiduría
popular.

Anticipándose a Epicuro, establece como criterio de conducta el placer: “El placer y el dolor
constituyen el criterio de lo útil y de lo perjudicial”.

El placer debe regularse por la razón. El logos del alma debe presidir toda la actividad práctica
del hombre. Para ello es necesario el esfuerzo y el ejercicio, y sobre todo la moderación,
procurando el dominio de sí mismo.

[“Bello es lo justo en cada cosa. En cambio, no me parece tal el exceso o el defecto”. “Para los
hombres, la felicidad nace de la medida en el placer y de la proporción de la vida. Todo defecto
o exceso acarrea cambios para mal y produce grandes perturbaciones en el alma. Pero las
almas que son movidas casi en grandes intervalos no son constantes ni seguras”. Por la
moderación se consigue el equilibrio interior: “La medicina cura los males del cuerpo. La
sabiduría liberta al alma de las pasiones”]

[“La primera y mejor de las victorias es vencerse a sí mismo. Pero dejarse vencer por sí mismo
es lo más torpe y malo”. “No sólo es valiente el que vence a sus enemigos, sino también el que
es señor de sus propias pasiones. “Es difícil combatir contra el propio corazón. Pero vencerlo
es propio del hombre que razona bien”.]

Hay que mantenerse con firmeza en las adversidades, conversando la grandeza del alma.
Refrenar la ambición.

[“La felicidad o la desdicha se encuentran en el alma”. “La felicidad o desdicha del alma no
residen en la posesión de ganados o de oro”.]

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No aspirar a lo inaccesibles, sino desear tan sólo lo que podemos alcanzar. Hay que prever as
consecuencias de toda clase de excesos. El mayor placer consiste en la contemplación de las
cosas bellas. La virtud produce la paz del alma, mientras que el crimen es causa de turbación y
de temor. Solamente obedeciendo a la propia conciencia.

[“Aunque estés solo, no hagas ni digas el mal. Aprende a avergonzarte más de ti mismo que de
los otros”. “Debemos abstenernos del pecado, no por temor, sino por deber”. “No es benéfico
el que espera remuneración, sino quien ha preferido hacer el bien”]

De esta manera se logran la tranquilidad, la paz interior, el buen humor, la serenidad y el


optimismo, que constituyen la base de la única felicidad posible en este mundo.

5. Política

Las leyes son un mal, pues restringen la libertad de la naturaleza. Pero son necesarias para
obligar a los hombres a obrar bien. Aunque el sabio no tiene necesidad de ellas y debe vivir
libremente. Tampoco debe tener familia. El sabio no tiene patria: “Toda la tierra es habitable
para el hombre sabio, porque el mundo entero es la patria del alma noble”.

 ESCUELA ATOMISTA

Demócrito se rodeó en Abdera de numerosos discípulos.

PARTE II: PERÍODO SOCRÁTICO


LA SOFÍSTICA
 CAUSAS
1. Causas políticas y sociales

Atenas se convierte en cabeza de una poderosa liga política y en centro de la vida comercial y
cultural de Grecia bajo Pericles. El predominio de la aristocracia fue sustituido por un régimen
democrático. La Retórica se convertía en una formidable arma política.

Los sofistas son maestros ambulantes de retórica. Enseñaban a manejar los recursos
persuasivos de la palabra pública. Fueron recibidos con creciente hostilidad por los partidarios
del antiguo régimen conservador y aristocrático. Cuando poco más tarde Atenas se enredó en
la guerra del Peloponeso, al reflexionar sobre las causas de su decadencia, la reacción contra
los filósofos jónicos y contra los sofistas costó equivocadamente la vida a Sócrates.

2. Causas de orden filosófico

La preponderancia de Atenas fue también causa de que se convirtiera en centro de confluencia


de las escuelas filosóficas.

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La palabra “sofista” es empleada en sentido elogioso por los escritores del siglo V. Pero a partir
de la guerra adquiere un sentido peyorativo. Aristóteles los califica de “traficantes en sabiduría
aparente, pero no real”.

En filosofía la sofística representa una crisis, en que la ciencia corrió el peligro de petrificarse,
convirtiéndose en utilitarismo y en retórica vacía.

3. Caracteres generales

No constituyen una escuela filosófica, antes bien, siguen direcciones muy variadas y hasta
opuestas. No obstante, tienen caracteres propios y netamente distintos de los filósofos
anteriores.

a. Relativismo

A diferencia de los filósofos anteriores, preocupados por buscar un principio estable y


permanente debajo de las mutaciones incesantes de las cosas, los sofistas se fijan en la
impermanencia y la pluralidad. Nada hay fijo ni estable. Todo cambia. Las esencias de las cosas
son variables y contingentes.

b. Subjetivismo

No existe verdad objetiva. Las cosas son como a cada uno le parecen. El hombre es la medida
de las cosas.

c. Escepticismo

El problema crítico del valor de nuestro conocimiento, adoptando una actitud negativa. No
podemos conocer nada con certeza.

d. Indiferentismo moral y religioso

Si las cosas son como a cada uno le aparecen, no hay cosas buenas ni malas en sí mismas. En
religión, la actitud llegaba con frecuencia al ateísmo, o por lo menos al indiferentismo.

e. Convencionalismo jurídico

Acentúan la contraposición entre ley y naturaleza. No existen leyes inmutables. Las leyes son
simples convenciones de los hombres para poder vivir en sociedad.

f. Oportunismo político

Si no hay nada justo ni injusto en sí mismo, todos los medios son buenos para conseguir el fin
que cada uno se propone. El buen resultado justifica los medios empleados para conseguirlo.
La elocuencia es el arte de la persuasión, puede emplearse para el bien o para el mal.

g. Utilitarismo

Más que servir al Estado enseñaban medios para el servicio de los intereses particulares,
utilizando para ello el arte de mover los sentimientos y pasiones.

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h. Frivolidad intelectual

Más que filósofos deben considerarse prestigiadores intelectuales, que encubrían la vacuidad
de su pensamiento con una pirotecnia verbalista. “Con una palabra se fundan las ciudades, se
hacen los puertos, se impera al ejército y se gobierna el Estado”.

i. Venalidad

A los atenienses, que aborrecían todo trabajo retribuido, les resultaban por lo menos extraños
aquellos extranjeros que vendían sus lecciones por dinero.

j. Humanismo

Se les puede comparar con los humanistas del siglo XV por su adoración hacia la palabra bella,
descuidando el fondo y el contenido formal. Interés en los problemas humanos. Pero no se
preocupaban del hombre en cuanto tal, sino del hombre político.

k. Su finalidad

No era especulativa, sino eminentemente práctica. Proponían ante todo educar a la juventud
en orden a conseguir fines políticos.

4. Méritos

Se les debe el haber roto el excesivo exclusivismo con que hasta entonces se centraba el
interés de los filósofos en torno al problema de la Naturaleza, haciéndolo derivar hacia una
reflexión sistemática de los problemas humanos. Haber perfeccionado la Dialéctica y
planteado el problema crítico del valor del conocimiento.

En Política amplían el concepto de ley. Elaboraron el concepto de naturaleza común a todos los
hombres que sirvió para dar a la ley un carácter más universalista.

Se presentaban ante todo como educadores, como maestro de sabiduría y de virtud


ciudadana.

Su concepto de Retórica no se refería solamente a la forma exterior de los discursos ni a su


armazón lógica interna, sino que implicaba una formación cultural enciclopédica.

[Los sofistas son los fundadores de la ciencia pedagógica. Su finalidad era comunicar a sus
alumnos la virtud ciudadana, de la cual la pieza maestra era la elocuencia; pero al mismo
tiempo se preocupaban de dar una formación completa del espíritu: formación material,
comunicando a sus alumnos un bagaje de conocimientos muy variados, y educación formal,
ejercitándoles en la construcción de razonamientos seguidos; y, finalmente, como
coronamiento superior de la obra educadora, la formación propiamente ética y política.

Su idea principal es que la naturaleza puede ser educada y perfeccionada, no sólo en el campo
de las prácticas puramente técnicas, sino en cuanto a la concepción general de la vida, y, por
consiguiente, en el campo de la Ética y Política. Así, pues, los sofistas no trataban tanto de
comunicar a sus alumnos conocimientos especializados cuanto de darles una cultura general, u
por este título pueden ser considerados como los iniciadores de la formación humanística.

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El mérito de los sofistas es el sistema de educación formal que ellos inventaron. Y su punto
vulnerable se encuentra en los fundamentos intelectuales y morales de su sistema. Así, pues,
resulta que los sofistas han desempeñado un papel importante en el desarrollo cultural del
pueblo griego, aun cuando el contenido de su enseñanza reposara sobre bases poso sólidas”.]

 REPRESENTANTES DE LA SOFÍSITCA

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