Modelo de Autogestión Comunitaria y Experiencias
Modelo de Autogestión Comunitaria y Experiencias
Modelo de Autogestión Comunitaria y Experiencias
Título de la Ponencia
Autores
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Doctor en Gobierno y Políticas Publicas, Universidad de Costa Rica – Centro de Investigación y Capacitación en Administración
Pública, +506-2511-3707, orlando.hernandezcruz@ucr.ac.cr
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Bachiller Joselyn Corrales Solís, Universidad de Costa Rica, cursando licenciatura en Administración Pública– Centro de Investigación
y Capacitación en Administración Pública, +506-2511-3707, joselyn.corrales@ucr.ac.cr
RESUMEN
A su vez, otro elemento clave para llevar a cabo dicho modelo son los programas de capacitación y
formación dirigidos hacia las organizaciones de base comunitaria, que pretenden desarrollar las
actitudes, aptitudes, competencias, capacidades y brindar herramientas necesarias para generar las
condiciones óptimas en las comunidades y de esta forma impulsar un desarrollo local de manera
integral.
Por estas razones, el Programa de Desarrollo Municipal del Centro de Investigación y Capacitación
en Administración Pública en conjunto con la Escuela de Administración Pública, ambos de la
Universidad de Costa Rica, decidieron unir esfuerzos y dirigirse a las organizaciones de base
comunitaria para brindarles capacitaciones gratuitas sobre temas de su interés, mediante los
estudiantes que matriculan el Trabajo Comunal Universitario de dicha Escuela.
Se han logrado capacitar en un año y seis meses a más de 280 líderes comunales en diversos temas
relacionados con Administración Pública, el objetivo principal es lograr abarcar a las 7 provincias
de Costa Rica y propiciar un desarrollo local que permita mejorar la calidad de vida de la población.
PALABRAS CLAVE:
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MODELO DE AUTOGESTIÓN COMUNITARIA Y EXPERIENCIAS
DE CAPACITACIÓN PARA EMPODERAR A LAS
ORGANIZACIONES COMUNITARIAS Y GENERAR ESPACIOS DE
TRABAJO ENTRE MUNICIPALIDADES Y COMUNIDADES
COSTARRICENSES
Dr. Orlando Hernández Cruz
Bach. Joselyn Corrales Solís
Introducción
El desarrollo local en Costa Rica busca generar dinámicas locales en la innovación territorial, esto
basado en la relación de privilegio que posean las organizaciones localizadas en el territorio, debido
a los factores de producción y la capacidad de ofrecer facilidades para establecer relaciones
estratégicas entre otras organizaciones. En el caso costarricense el desarrollo local se piensa para ser
trabajado desde tres niveles organizacionales:
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Las asociaciones de desarrollo, podrán integrarse en uniones cantonales o zonales, siempre que haya
consenso y participación por lo menos más de la mitad de las asociaciones comprendidas dentro del mismo
cantón o zona. (Artículo 63 del Reglamento de la Ley N° 3859)
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Según el artículo 11 del Reglamento de la Ley Nº 3859, las ADC Específicas son asociaciones
“cuya finalidad es desarrollar objetivos específicos que favorezcan las condiciones económicas,
sociales y culturales de una comunidad. Para su constitución es necesario que se reúnan por lo
menos cincuenta personas, mayores de quince años” y las ADC Integrales “son asociaciones que
representan a personas que viven en una misma comunidad y para su constitución es necesario que
se reúnan por lo menos cien de ellas, mayores de quince años”. Según el Departamento de Registro
de DINADECO a marzo del 2014 se han creado 751 ADES y 1.903 ADIS.
Las ADC nacen a mediados del siglo XXI, como necesidad de que el ciudadano costarricense
resuelva integral y sistemáticamente los problemas de su vida y que a su vez, estuviera en posición
de responsabilizarse y contribuya de manera eficaz al bienestar de los demás y al desarrollo
económico, social y cultural del país (Jiménez, 2010).
Bajo este modelo de generación de desarrollo, las ADC se convirtieron en una forma para lograr
metas y objetivos que desde el Gobierno no se podían alcanzar, producto de los grandes sacrificios
a nivel presupuestario y de recurso humano.
Esta estrategia permitió que en las comunidades del país se presentara una fuerte inversión en
infraestructura comunal para consolidar y fomentar la educación, cultura, competitividad y la
convivencia de las comunidades.
Según el Lic. Cristiam Barquero, (entrevista personal 17 de junio de 2015), los cambios en los
modelos de Estado que pasaron en Costa Rica desde la segunda mitad del siglo XXI, generaron
épocas de bonanza para las organizaciones destinadas al desarrollo comunal, se crearon e
implementaron programas de capacitación para los líderes comunales y se brindaron recursos de
cooperación técnica no reembolsable para lograr grandes avances en la infraestructura comunal.
Para los años ochenta, en Costa Rica se presentaron múltiples reconversiones y cambios en las
estructuras del Estado, lo que provocó cambiar de un Estado de Bienestar a un Estado mínimo,
basado en el desmantelamiento y la reducción de las estructuras consideradas fuera de las
competencias ordinarias de un Estado.
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Más de la mitad de las uniones cantonales o zonales podrán formar una federación provincial o regional.
(Artículo 64 del Reglamento de la Ley N° 3859)
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Actualmente las ADC, se encuentran en un punto donde los procesos de renovación no se están
cumpliendo como se espera, lo que genera que la mayoría de estas organizaciones estén
conformadas por personas mayores de 50 años.
Por otra parte, se debe considerar que estas organizaciones de base comunitaria son espacios que
pretenden promover una participación ciudadana más activa e involucrada en la búsqueda de
soluciones integrales y eficaces a los problemas o demandas que enfrentan. Una participación que
va más allá de salir a votar para elegir a sus representantes. Por el contrario, es necesario propiciar
una ciudadanía más activa, organizada y empoderada para que sean capaces de identificar
necesidades, que no sólo esté en manos de organizaciones públicas o no gubernamentales, sino que
el mismo ciudadano sea partícipe en la identificación y solución a sus necesidades y de su
comunidad.
Dichas organizaciones de base comunitaria son la población objetivo por la cual nace la iniciativa
de impulsar acciones para que estas puedan ejercer una mejor gestión de los recursos con los que
cuentan y así puedan cumplir con los objetivos, metas y fines por los cuales fueron creadas.
El modelo de autogestión, que se detallará más adelante, será construido a partir de la realidad y
experiencias donde se ha logrado implementar un modelo de este tipo y posteriormente se aplicará
en alguna organización de base comunitaria para conocer las áreas de mejora o ajustes que se deban
efectuar.
Otro de los elementos claves para que este modelo de autogestión comunitaria sea exitoso, es
brindar a las comunidades programas de capacitación y formación en temas que son básicos y
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esenciales dentro de la Administración Pública, de la cual son parte, además transmitirles
conocimientos, herramientas, instrumentos y fortalecer sus competencias para lograr la autogestión
de las comunidades y de esta manera minimizar la dependencia que estas puedan tener hacia otras
instituciones públicas.
Por estas razones, a lo largo de esta ponencia se describirá la iniciativa de formular, impulsar e
implementar un modelo de autogestión comunitaria, así como también las diferentes acciones y
actividades de capacitación y formación que en la actualidad se están llevando a cabo a través del
Programa de Desarrollo Municipal (PDM) del Centro de Investigación y Capacitación en
Administración Pública (CICAP) y la Escuela de Administración Pública (EAP ), ambos de la
Universidad de Costa de Rica, a través de su Trabajo Comunal Universitario “Modernización del
Sector Público Costarricense”, con el fin de integrar esfuerzos, fortalecer capacidades dentro de las
comunidades para orientar el camino hacia la implementación del modelo de autogestión.
Al respecto Joselyn Corrales Solís, Carlos Rojas Salas y Adriana Sancho Herrera (2015),
estudiantes de la Escuela de Administración Pública de la Universidad de Costa Rica, en su Trabajo
Final de Graduación “Propuesta de un Modelo de Autogestión Comunitaria para el desarrollo y
fortalecimiento de las comunidades en Costa Rica a partir del caso de estudio de la Unión Cantonal
de Asociaciones de Moravia (UCAMO)”, detallan que un modelo de autogestión comunitaria
cuenta con aspectos fundamentales tales como el involucramiento de la ciudadanía en el control de
los actos realizados por entes y órganos estatales, la existencia de mecanismos formales e
informales que permitan la participación ciudadana en estos espacios, además de la promoción y
apoyo que se recibe por parte de actores estatales y no estatales en las comunidades, son factores
que coadyuvan e incentivan la formulación e implementación de proyectos a nivel local desde una
perspectiva de la autogestión, es decir, un proceso donde los involucrados poseen la posibilidad de
configurar por su cuenta las intervenciones y asignación de recursos para la generación de bienestar
social.
Por esta razón, es importante describir el contexto histórico de la autogestión comunitaria, ya que
uno de los elementos que la fundamentan es la participación ciudadana, misma que es un elemento
relacionado con la descentralización, debido a que esta abre paso a las personas para que se
involucren en el accionar de los entes descentralizados. “(…) la participación ciudadana debe ser un
elemento más del proceso de descentralización. Ésta debe promover y facilitar la transferencia de
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competencias, atribuciones y capacidades de decisión sobre diferentes materias, así como de los
recursos necesarios hacia los espacios locales o entes menores” (Oreamuno, Arguedas y Vargas,
2010:20).
Por otro lado, en la actualidad ha surgido un nuevo perfil de ciudadano, el cual no solo se encuentra
informado sobre las decisiones que toman las instituciones, sino que también desea formar parte de
este proceso, y en ocasiones, se considera en el momento de identificar problemas y necesidades.
También, busca una mayor participación en la planificación y ejecución de proyectos locales, para
posteriormente supervisar y controlar los resultados del accionar de los funcionarios responsables.
En Costa Rica existe la descentralización territorial, es decir, las Municipalidades; que de una u otra
manera deberían facilitar la apertura a más y mejores espacios de participación ciudadana, debido a
su ubicación estratégica, ya que se circunscriben en la esfera local, atendiendo las necesidades más
inmediatas de los habitantes del cantón. Oreamuno et al. (2010:23) indica que en Costa Rica: “Si
bien el constituyente de 1949 sentó las bases del régimen municipal costarricense, caracterizado por
un fuerte centralismo, algunas reformas constitucionales recientes operadas a partir del año dos mil
han ido marcando un giro importante en la institucionalidad del Estado Costarricense en punto a la
descentralización territorial, reconociendo y asignado mayores competencias a los gobiernos
locales”.
Lo anterior supone que debe existir un mayor acercamiento por parte de los actores interesados, en
este caso los munícipes, los cuales deben fungir un papel más proactivo, y no simples vecinos de un
cantón. Como menciona Francés y Carrillo (2008:11) “(…) las ciudades, mediante el impulso de
muchos Gobiernos Locales se están convirtiendo en el marco de la renovación democrática,
actuando a modo de laboratorio de la democracia (…)”.
Como se pudo constatar anteriormente, los ciudadanos a través del tiempo han transformado,
desarrollado y creado nuevos y más sofisticados mecanismos de participación ciudadana,
atravesando por una continua evolución donde el ciudadano ha sido un simple sujeto pasivo y
consultivo, hasta la participación activa de la sociedad en la formulación e implementación de
proyectos de desarrollo, especialmente en el ámbito local.
El resultado de esto ha sido un mayor empoderamiento de las comunidades, donde la Sociedad Civil
ha ido adquiriendo capacidades suficientes para identificar por sí solos las necesidades, proponer e
implementar soluciones. Es en este punto donde se fundamenta el tema sobre la autogestión
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comunitaria. Esta nueva modalidad de participación ciudadana, que requiere del empoderamiento y
el capital social de las comunidades, implica llevar a cabo una serie de acciones que permiten a los
participantes e interesados construir su propia visión de desarrollo según sea su ámbito de acción.
Ahora bien, ¿Qué se entiende por autogestión?, según Francés y Carrillo (2008:22), citando a
Colón, la autogestión se define como: “un proceso mediante el cual se desarrolla la capacidad
individual o de un grupo para identificar los intereses o necesidades básicas que le son propios y
que a través de una organización que permita defenderlos expresándolos con efectividades en la
práctica cotidiana, basándose en una conducción autónoma y en una coordinación con los intereses
y acciones de otros grupos, este concepto por supuesto que lleva implícito de planificación,
democracia participativa y desarrollo sustentable”.
La autogestión es un tema reciente, del cual existe evidencia de su aplicación en algunos países de
América Latina, en los cuales se buscaba crear capital social y con ello empoderar a las
comunidades para que sean capaces de autogestionarse. Un ejemplo claro de la autogestión
comunitaria en el contexto internacional, es el que se vive en Puerto Rico. En este país se han
experimentado avances sobre este tema, existen dos centros en concreto que se encargan de
impulsar la autogestión de las comunidades, estos son: el “Centro para Puerto Rico” y la “Casa
Pueblo Puerto Rico”.
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porcentaje de población de bajos recursos que habita en sus zonas rurales y la existencia de un
elevado número de proyectos de este tipo” (Dahl, Moore, Ramírez, Wenner y Bonde, 2003:2).
Por esta razón, en el año 2012 producto de un diagnóstico realizado en el marco del Seminario de
Graduación: “Propuesta de un modelo de gestión para la implementación de la gobernanza
democrática en los gobiernos municipales de Costa Rica, a partir del caso de estudio: Municipalidad
de Moravia” , de los alumnos egresados Nancy Artavia, Jazmín Calderón, Carlos Jiménez, y Melvin
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Obando, de la Escuela de Administración Pública de Universidad de Costa Rica, se detectaron
diversas necesidades de capacitación dentro de las organizaciones de base comunitaria. Esa fue la
semilla para impulsar una iniciativa que reuniera todos los requerimientos para brindar
capacitaciones a estas organizaciones, que en muchos casos no cuentan con los recursos
económicos para asumir los costos de programas de capacitación.
Es así como en enero de 2014, un grupo de estudiantes diseñaron, formularon e impartieron los
programas de capacitación que conforman la Fase #1 llamada: “Empoderamiento de la Sociedad
Civil para potenciar el Desarrollo Local”, que se brindó a la Unión Cantonal de Moravia
(UCAMO), donde hubo una convocatoria permanente de más de 45 participantes, los cuales
pudieron aprender diversos temas relacionados con:
La primera experiencia con estas capacitaciones fue realmente exitosa, por lo que los mismos
participantes empezaron a divulgar estos programas y se publicaron algunas notas de prensa en
periódicos nacionales, lo que permitió llegar a otras comunidades que presentan la necesidad de
conocer más allá sobre el campo de acción donde se encuentran inmersas.
Es así como los programas de capacitación se van extendiendo alrededor del país, en primera
instancia los esfuerzos se concentraron en la provincia de San José, pero tiempo después se logró
llegar hasta Guanacaste y Limón, provincias que no forman parte de la Gran Área Metropolita
(GAM) de Costa Rica y próximamente se espera abarcar la provincia de Puntarenas, con el fin de
alcanzar la mayor cobertura de organizaciones de base comunitaria a lo largo y ancho del país.
Aunado a lo anterior, en un periodo de un año y seis meses, el PDM del CICAP, junto con la EAP,
ha logrado capacitar a 9 Uniones Cantonales de Desarrollo de la Comunidad y a 2 Federaciones de
Uniones Cantonales ubicadas en Guanacaste, lo que significa que más de 280 líderes comunales han
participado de este proceso. Las UCDC y las FUCDC capacitadas son las siguientes:
Producto de la demanda generada por el interés demostrado en los miembros de las organizaciones
comunitarias, entre los meses de agosto y noviembre del 2015 se iniciará con la Fase #2:
“Consolidación de las Organizaciones de Base Comunitaria para potenciar el Desarrollo Local”,
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que busca fortalecer las capacidades a nivel interno de las organizaciones para mejorar la gestión de
estas y la Fase #3: “Formulación, Ejecución y Evaluación de Proyectos”, donde su propósito es que
los miembros de las organizaciones puedan materializar sus ideas e iniciativas a través de proyectos
que produzcan un bienestar general.
Dichas fases se imparten a las organizaciones que ya recibieron las capacitaciones relacionadas con
la Fase #1, ya que el objetivo principal de estas es generar un efecto que potencialice las
capacidades de los miembros de estas organizaciones de una manera integral y como se puede
notar, cada una de las fases fue creada en un sentido lógico, donde los temas de la Fase #1 son
necesarios para comprender y poner en práctica las herramientas que se explican en la Fase #2 y así
sucesivamente.
A su vez, es necesario expresar que los estudiantes que matriculan el Trabajo Comunal
Universitario de Escuela de Administración Pública antes de brindar las capacitaciones deben de
pasar por un proceso de capacitación por parte de los funcionarios del PDM del CICAP, y
posteriormente comparten sus aprendizajes y conocimientos con las ADC, las UCDC y las FUCDC
de las distintas regiones del país.
Por otra parte, a raíz del trabajo realizado a través de estos meses, también surgió la propuesta de
capacitar a los territorios indígenas de Costa Rica, específicamente a Maleku (Guatuso), Matambú
(Hojancha), Cabagra y Ujarrás (Buenos Aires). No obstante, en este caso se suma un actor más, el
Viceministerio de la Presidencia en Asuntos Políticos y Diálogo Ciudadano, dicha propuesta es una
traducción de lo que se realiza en las organizaciones de base comunitaria, hacia un modelo de
trabajo que se ajuste a las necesidades de la población indígena, y así contribuir con su desarrollo y
bienestar, cerca de 150 personas serán capacitadas en temas relacionados con
herramientas institucionales para garantizar la protección y disfrute de sus derechos y así mejorar
su calidad de vida.
Como todo nuevo proceso, se ha enfrentado un reto al momento de capacitar a las zonas alejadas
del país, principalmente por el factor económico, debido a que los costos de hospedaje y
alimentación para dirigirnos a estas zonas son altos y se cuenta con un presupuesto limitado, sin
embargo, esto no ha sido una limitante para continuar con los procesos de capacitación, debido a
que se busca de una u otra manera llegar a acuerdos con las organizaciones que cuentan con las
condiciones para apoyar económicamente algunas de estas giras, lo que produce que se minimicen
los costos. Las ganas, el entusiasmo y el interés de capacitar a las comunidades han sido
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fundamentales para buscar estrategias o alternativas que funcionen para contrarrestar cualquier tipo
de reto que se presente en el camino.
Ilustración 2. Cobertura de los Programas de Capacitación desde Enero 2014 a Julio 2015 en
Costa Rica.
Reflexión Final
Como se ha podido apreciar, el trabajo con las comunidades plantea el reto de innovar
constantemente y adaptarse a sus necesidades. El PDM del CICAP reconoce que el desarrollo de los
territorios es corresponsabilidad de los Gobiernos Locales (Municipalidades) y de las
organizaciones de base comunitaria. Esto porque los primeros son la autoridad gubernamental-
institucional más cercana a la gente dentro de un país. Sin embargo, la institucionalidad
propiamente puede ser un reto para el logro de resultados enfocados al desarrollo, pues existen
limitaciones legales, presupuestarias, y de recursos en general. Adicional a esto, la dirección que se
le otorga a un ente municipal es de naturaleza político-partidista, cambiante cada 4 años, y con
todos los desafíos que conlleva conciliar intereses y demandas de múltiples actores.
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Por ello, el planteamiento del desarrollo local se trata de llevar a las unidades primarias organizadas
de la Sociedad. Son las organizaciones de base comunitaria, las que han sido pensadas y creadas
para responder a las necesidades de las familias que conviven en una misma comunidad. El trabajo
que se ha realizado con estas organizaciones nos ha permitido ser interlocutores y mediadores entre
éstas y las Municipalidades, generando así espacios de trabajo interesantes.
Aunado a esto, el enfoque de trabajo del PDM del CICAP, es propiciar la apertura de espacios de
trabajo de las autoridades municipales para que integren representantes de las asociaciones de
desarrollo. En Costa Rica existen Comités Cantonales de Coordinación Interinstitucional que son
espacios pensados para que las municipalidades se reúnan exclusivamente con los encargados
designados de otras organizaciones públicas para provocar sinergias y articular proyectos en
alianzas público-público.
El trabajo que se ha estado realizando es el cabildeo en algunas de las Municipalidades con las
cuales se han realizado diversos tipos de trabajos para que inviten a participar con voz pero sin voto
a representantes del sector comunal. Esto amplía el espacio para que las comunidades no solo
planteen sus demandas a la Municipalidad sino también a los otros representantes de entes del
Gobierno Central.
Ahora bien, en primera instancia el espacio entre las organizaciones de base comunitaria y las
Municipalidades es para el intercambio de criterios en materia de los proyectos u actividades que
deben realizarse para responder a las necesidades inmediatas de la sociedad. La propuesta de trabajo
con el modelo de autogestión es precisamente que se supere el diálogo y se concrete en proyectos
implementados por medio de alianzas público-sociedad civil. Ya existen iniciativas de trabajo
conjunto entre las Municipalidades y las dichas organizaciones en el manejo de parques y centros
comunales. Con el trabajo ejecutado se espera que haya iniciativas de mejoramiento de
infraestructura en las comunidades, sobre seguridad en la comunidad e involucramiento para
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articular micro modelos de desarrollo económico comunitario que se ajusten para lidiar con el
desempleo en las comunidades y fomentar el emprendedurismo.
Finalmente, los espacios de trabajo que se generen entre las Municipalidades y las organizaciones
de base comunitaria deben considerar las capacidades organizacionales y financieras de cada parte,
así como el talento humano que llevará a cabo las actividades que se hayan planificado en conjunto.
En el caso de los trabajos que realizan el CICAP y la EAP, también se deben adaptar al contexto
coyuntural de las Asociaciones y las Municipalidades para poder brindar mejor capacitación y
mediación en el proceso. Al final del camino, la responsabilidad por el desarrollo del país es generar
bienestar y mejoramiento en la calidad de vida.
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Bibliografía
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de
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