Derecho Fiscal
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posterior, ¿por qué? porque es más que evidente que la constituyente de 1991 que fue la
orientación normativa de control fiscal que le impuso el ejercicio de un control previo, el
cual era un elemento más obstaculizador que asegurador de un ejercicio eficaz de la
actividad del control fiscal, el control previo llevaba se cabo por las autoridades de control
fiscal de tal manera que se tornaba más de una actividad de administración más que de
control de la misma y esto lo que ocasionaba era que congestionaba de manera exagerada
las funciones del ente fiscalizador y volviéndolo también ineficaz e inoperante, ya que la
acumulación de investigaciones excedía la capacidad de operación de este.
Entonces el ejercicio del control previo fiscal era como lo mencionaba anteriormente era
más una función de la entidad misma que del ente fiscalizador, entonces el paso que se le
dio al ejercicio de tal de manera que el control fiscal posterior no sólo descongestionó todo
el aparato judicial y eso también incluye a los despachos de los entes fiscalizadores y
depositó un gran elemento de confianza y de buena fe en las entidades que administran
fondos o bienes públicos, de esta manera se podría concluir que la idea del control previo
quedaría en manos de la misma entidad como una función propia de la administración
imponiendo una mayor responsabilidad a sus miembros.
Conceptualmente se varió de una manera significativa ya que carga de responsabilidad en
manos de las entidades públicas y sin la intromisión del ente fiscalizador de sus funciones
como lo era anteriormente y es evidente también como el ejercicio de la actividad del ente
fiscalizador que retomó una nueva orientación gracias a la porte del artículo 267 de la
Constitución política del 91 ya que lo reformó sustancialmente convirtiéndolo en un ente
con tendencia policiva absolutamente a un ente de control y al servicio de los intereses de
los bienes públicos.