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Bastidas - El Tercer Mundo Despues Del Sol - Prologo

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ANTOLOGÍA

DE CIENCIA
FICCIÓN
LATINO-
AMERICANA

ELTERCER
MUNDO
DESPU

Compilada po
RORIG0
BASTIDAS
PEREZ

minelaur
ANTOLOGÍA
DE CIENCIA
FICCIÓN
LATINO-
AMERICANA

ELTERCER
MUNDO
DESPUÉS
DEL SOL

Compilada por
RODRIG0
BASTIDAS
PEREZ

minotauro
Índice
Desmantelar patentes para crear universos propios
Prólogo de Rodrigo Bastidas Pérez (Colombia)... *****.. lT

La Conquista Mágica de América


Jorge Baradit (Chile).. 21

Exodo X
Luis Carlos Barragán (Colombia) . . ... 31l
El Gran Experimento
Alberto Chimal (México).. ****** e. 41
La sincronia del tacto
Gabriela Damián Miravete (México).. *°°°*... 51
Amor: una arqueologia
Fábio Fernandes (Brasil) .
Slow Motion
Maielis González (Cuba) . 83

Les Pi'Yemnautas
Teresa P Mira de Echeverría (Argentina) ... .97
A través del avatar
Laura Ponce (Argentina). 113

Other Voices
Giovanna Rivero (Bolivia)... 1299

Constelación nostalgia
Juan Manuel Robles (Perú)... .145

Un hombre en mi camu
Solange Rodríguez Pappe (Ecuador).. .... 185

Fractura
. . 199
Ramiro Sanchiz (Uruguay)...
Dos transmigruciones
SusanaSussmann (Venezuela)... 219

Kharakali
Elaine Vilar Madruga (Cuba). 227

Biografias...****** 245
DESMANTELAR PATENTES PARA
CREAR UNIVERSOS PROPIOs

Prólogo de Rodrigo Bastidas Pérez (Colombia)

A finales de 1999, Querubín Queta, taita Cofán, se reunió con su co-


munidad y celebrócon las siguientes palabras: «Los guacamayos vuelan,
cantan y embellecen con sus colores a nuestra madre naturaleza». Junto
con Carlos Jacanamijoy habían logrado algo increible: a Loren Miller
ya no le pertenecía la patente que tenía sobre el yagé desde 1985. Miller,
un estadounidense que había viajado a las selvas del Putumayo, logró
llevar a su país una planta de Banisteriopsis caapi que le había regalado
la comunidad cofán, de la cual dijo, al legar a Estados Unidos, él había
descubierto. La PTO (Patent and Trademark Office) le otorgó la paten-
te haciéndolo dueño de una variedad que en la Amazonía era conocida
desde tiempos ancestrales. El afán de comercializar el yagé como medi-
camento farmacéutico, versus la ceremonia colectiva de su toma por
parte de los pueblos originarios, presenta dos formas de entender el
mundo, dos estructuras mentales que marcan cómo se conciben dos
tipos de ciencia: la que entrega titulos de propiedad sobre la naturaleza
y la que se centra en una conexión de experiencia.
Sin contar el amplio debate académico que plantea este ejemplo
(comparar las nociones de ciencia, saber, conocimiento), vale la pena
preguntarse entonces: cómo se construye la ciencia ficción en un lu
gar donde los conceptos hegemónicos de ciencia no coinciden con los
que se han construido en nuestras culturas? O más directamente: qué
es y cómo se concibe la ciencia ficción latinoamericana? La respuesta
cs extensay (advierto desde ya) no es definitiva, pero hacer un repaso

II
estos cambios permite a
de cómo se han comprendido
textos que conforman un
abrir Rucst
nues es
lecturas, autores y
pectro a orpus
variado y sumamente interesante.

La ciencia ficción latinoamericana históricamente


extenso,
has
desde la negación. Quizá es más problemâtica esa
saber de la existencia de
defi
carga neinida
negativa
nid
la idea de no este género en el . que
a que

Quien dice no tener idea de que se escribe ciencia ficción te


nente está abierto a conocerla, a saber un
en el ficción nente.
poco más, está die conti-
abrir la puerta de un espacio que
por la inmensa producción
seguramente descubrirá
se ha realizado
irá inok
inabarcable dispuesto a
que desde
XX. Por otro lado, quien parte de la inicios de sibleglo
serie de negacion está cargado con
precomprensiones que
secundario, subrogado o menor.constituyen genero como un esr una
el
Las
plantan sobre la ciencia ficción principales negaciones espacio
que se im-
forma en la que se ha entendidolatinoamericana están dictadas porla
la
suele decir que en
Latinoamérica NO anglosajona y europea; por ello se
se habla
que NO hay ciencia ficción sino realmente de ciencia
consolidada como en otros tantástico, que NO hay una
identidad
Lo
nen de
sorprendente de estaslugares, y otras tesis del
afirmaciones mismo perfil.
es
personas que han realizado que muchas de ellas
vi-
escritos de ciencia
ficción el antologías,
en historias, crítica y hasta
historia de este continente.
Es decir,
género está construida a pareciera la
mientras que en otras partir de lo cóncavo o lo que
bargo, si leemos latitudes siempre se ve convexa y llena. Sinvacío,
detenidamente,
positiva de la ciencia es
posible buscar em-
fición en una detinición
ciones
negativas, porque como Latinoamérica
partir esas detin- a de
pareciera que la ausencia acto de

negatividad es posible habla tambiéncomplementos


construir
de la conceptuales,
ae presencia y que 1a
Partamos de una idea una visión
se que convirtió positiva.
el construyó, durante mucho
se
en el eje
alrededor del cucual
continente. En El sentido tiempo, la noción deciencia ficción en
na, uno de
los
de la ciencia ciencia n
especie de grandes críticos argentinosficción (1966), planteaba
(1966), Pablo
Pabio Capan-
crita las contraposición entre
a
del género,
plan
una
dos visiones de lo científico: una ads
ciencias duras y ds-
pero además otra más cien
vo) esos dos de crear esta inclinada aallas
las ciencias humanas
con un sutil
ficos, sino acercamientos:dicotomía, jerarquizó atil adjeti-
adjet
st sin(coemas
«se
solo se simples relaciones puede hacer sf tratar temascien
cienti-

categorizaban como algo


humanas». Las ». relaciones
r humanas no

simple sino p
r i n c i p a l m e n t e como

I2
no-cientificas; así, la actitud científica estaba del lado de las ciencias
exactas y no La posición de Capanna es la misma que
de las humanas.
latinoamericana durante dé-
guio la concepción de la ciencia ficción
cadas: un éntasis en una actitud científica-dura que parece ajena
o

inaccesible para el caso latinoamericano.


Yaen 1982, en el prólogo de la antología Lomejorde lacienciaficzion
latinoamericana, editada por Bernard Goorden y A. E. van Vogt, apare-
suma una: la ciencia
ficcion
ce de nuevo esa contraposición a la que se
norteamericana es la que se ve como más científica, escrita «por grandes
cerebros», y la latinoamericana es más literaria (y menos cientítica)
escri-

ta por grandes corazones». También, Elvio Gandolfo diría años despues


'sucursal
«La ciencia ficción argentina no existe (...), nuestro país es una
de lo fantástico'»; y Sergio Gaut vel Hartman: «ldpor qué nos empena

mos en seguir llamando ciencia ficción a literatura que-en el me-


una
Todas estas
jor de los c a s o s apenas roza la ciencia tangencialmente?». la ciencia
afirmaciones se convirtieron en el centro de un debate sobre
Lati-
ficción latinoamericana, en el cual se subrayó cómo el género en
noamérica se entendió como una vertiente dependiente del fantástico y
pensada a partir de una subordinación a la ciencia ficción anglosajona.
estable-
Ya para 1993, la ciencia ficción latinoamericana comienza a
cerse como un campo literario con características específicas, con pre-

guntas propias que no se


definían solamente como una negatividad.
Paradójicamente, es en una publicación estadounidense, la Encyclopedia
Schwartz y Braulio Tavares
ofScience Fiction, donde Mauricio José pro
a otro tipo de miradas. Si bien reali-
ponen una detinición que apunta
zan algunos paralelos con la ciencia ficción foránea, los dos escritores
señalan otros elementos descriptivos como: un deseo consciente de se-

pararse de la tradición anglosajona, la aparición de relaciones


la con

tradición colonial e indígena, el hecho de ser consumidores de tecnolo-

gía más que productores y, finalmente, la representación de una crítica


social, política y económica. Este cambio es sumamente importante,

porque establece la relación


entre politica, tecnologia, consumo y mer-
cado que marcará el género a finales del siglo XXe inicios del siglo XXI.
Estas características aparecen matizadas y desarrolladas en la crítica
del siglo XXI, momento en el que surgen textos teóricos que buscan una
particularidad más concreta para el caso latinoamericano. Las teorías y
los enfoques varían en autores como Silvia Kurlat Ares, Andrew Brown,
Fernando Reati, Rachel Haywood Ferreira, Elizabeth Ginway, Luis

13
Giancarlo Stagnaro, Rodrigo Mendizábal,
Pestarini, Elton Honores,
a construir teorías para
o Macarena Areco, que empiezan
Joanna Page
delimitar (de manera más descriptiva que prescriptiva) que es la ciencia

ficción en Latinoamérica.
De todos estos textos podríamos extraer algunas caracteristicas que,
si bien no son absolutas, ni deben estar en todos los textos, sí ayudana

comprender mejor los intereses, temasy propuestas esteticas de este gé-


nero. Según estas nuevas visiones, en la ciencia ficción latinoamericana

aparecen elementos de
hibridez cultural (ya no es una dependencia de
lo anglosajón), una crítica política contrahegemónica (que se exalta
desde las dictaduras militares en adelante), una ansiedad tecnológica

(que subraya el papel de consumidores de tecnología) y, finalmente.


señala cómo la ciencia ficción ofrece una alternativa a las narrativas na-
cionales que han sido elaboradas por el canon. Silvia Kurlat Ares, en su
visión de la ciencia ficción en Latinoamérica, afirma de manera muy
esclarecedora que: «[en la ciencia ficción latinoamericana es posible
leer] la formación del imaginario social, político y utópico, con la cons-
trucción de subjetividades identitarias de todo tipo (desde el género
hasta lo comunitario), o de la otredad como problema ontológico y
político, así como una meditación en torno a las consecuencias sociales,
la tecnología durante
biológicas, ambientales y éticas del desarrollo de
elavance del capitalismo tardío».
Desde esta perspectiva la ciencia es vista de manera más flexible:
no c o m o una estructura que permite diterenciar verdad y men-
entre

la forma de construir
tira, sino c o m o un discurso que está marcando
esta visión de la ciencia y de la
una visióón de mundo. Es justamente

tecnología la que permite que los saberes de los pueblos originarios


entran en diálogo con las cien-
sean concebidos como discursos que
ciencias humanas, las
cias hegemónicas occidentales. En este punto las
los saberes
ciencias políticas, las ciencias duras, las ciencias biológicas,
un campo en
de los pueblos originarios, la filosofía, se entrecruzan en
de los
el cual el discurso cientificista construye tramas y argumentos
mundos extrapolados. Es justamente la ciencia ficción latinoamerica
de la ciencia
na actual permite una visión amplia e inclusiva
la que
como lugar en el cual se construyen procesos de identidad-otros, 9u
adoptan y adaptan las herramientas estructurales del género.
i n embargo, si bien esto se puede vislumbrar de manera cara u
ículos

los ultimos años, no es una propuesta nueva. Ya en alguno

14
de los años sesenta, el colombiano René Rebetez había planteado una
visión personal, arriesgada y aguda de lo que debería representar la
ciencia ficción para Latinoamérica. En uno de los debates que tiene
con otros autores (que se pueden leer en sus columnas del suplemento
cultural del periódico mexicano El Heraldo), Rebetez contesta a una
afirmación de Oscar Hurtado en la cual adjetiva la ciencia ficción lati-
noamericana como subdesarrollada. El subdesarrollo, en Rebetez, pa-
sará de ser un calificativo que seDala una falta, a convertirse en una
propuesta estética e ideológica que tiene un lugar posible.
Para entender esta propuesta es necesario
comprender que, pos-
terior a la Segunda Guerra Mundial, se crearon conceptos dicotómi-
cos que buscaban estandarizar el orden geopolítico mundial. Estas
dualidades proponían una separación entre los países industrializa-
dos y aquellos proveedores de materia prima, con bajo desarrollo
industrial: desarrollo/subdesarrollo, primer/tercer mundo. Se creo
una gramática del progreso en la cual los países del tercer mundo, los
subdesarrollados, se definían por su estar en proceso, estar en vías de;
nunca por la afirmación de su presente sino por la posibilidad de su
futuro. Rebetez mira en esta negatividad una opción positiva y ve la
ciencia ficción latinoamericana como el único espacio en el cual es
posible el diálogo horizontal entre propuestas ideológicas que pare-
cieran opuestas o al menos divergentes: la ciencia occidental, la tec-
nología, el zen, los ritos de los pobladores originarios, el positivismo,
la espiritualidad, el ocultismo y la magia. Para el autor colombiano
solo será posible en una ciencia ficción del tercer mundo el dilogo
dinámico y fructífero de todos estos tipos de discursos, los cuales se
verán reflejados en unas textualidades fragmentarias, yuxtapuestas,
propias del collage.
Dice Rebetez: «El problema de la literatura fantástica y el subdesa-
rollo (..) está en plena vigencia. Contra los que pretenden subordinar
la inteligencia al subdesarrollo esgrimiremos un arma poderosa: nues-
tra capacidad de extrapolarnos a cualquier planeta, al pasado o al futu-
fo, a las entrañas del microcosmos o a los oscuros laberintos del
inconsciente y desde allí-desde mi punto de vista cuya perspectiva
marciana-- haremos una crí-
puede proporcionar una objetividad casi
esta impronta marcada por Rebetez
uca feroz y constructiva». Es desde está en el
donde se establecen los elementos de una ciencia ficción que
tercer mundo, después del Sol.

I5
ha tomado un nuevo aire en las n.
La propuesta de Rebetez iimeras
décadas del siglo XXI. En Latinoamérica no solo hay un crecimie
notorio en el número de textos pertenecientes al genero, sino un

los escritores y en los lectores, además de una prod.. ma-


yor interés en
de la academia. Podrian a. cción
crítica mucho más amplia por parte
rarse hipótesis históricas y literarias respecto a esta transformae
pero me gustaria centrarme en el cambio de paradigma del cómo con- mación,
cebimos lo científico. Boaventura de Sousa Santos habla de una visik
ón
científica del mundo y un modelo de racionalidad «que daban señala
de estar exhaustos, señales tan evidentes que podiamos hablar de una
crisis paradigmática».
La crisis paradigmática ve el discurso cientifico como una implan-
tación foránea imposible de duplicar en Latinoamérica; tanto la moder.
nidad como la posmodernidad funcionan como formas de establecer
una relación con las construcciones discursivas del saber. Esto permite
reestructurar el discurso científico para que tengan cabida otras formas
de dinamización del conocimiento, propias de lo latinoamericano. Di-
cha crisis volvió a poner sobre la mesa ideas que, como las de
Rebetez,
proponían una transformación en el concepto de ciencia y, por lo tanto,
en la idea de ciencia ficción.
Los autores que aquí se presentan parecen acercarse de una u
otra
forma a esta propuesta por la forma en que podemos reconstruir un
sistema de conocimiento (ya desgastado) para plantear uno nuevo en el
cual la voz de Latinoamérica tenga no solo cabida, sino
que sirva como
base para permitir la aparición de otras formas de saber. En
dit aparece ya esta visión de entender la invasión a
Jorge Bara-
América a partir de
una
epistemología que tome en cuenta la cosmogonía de las tribus ori-
ginarias en diálogo con la hermética y la alquimia; algo similar ocurre
con el saber botánico
contrapuesto a un saber místico, que produce
diáogos y nuevos conocimientos en el cuento de Gabriela Damián
M
ravete. Una
gramática de lo latinoamericano como lugar de autocono
cimiento se potencia en el
viaje espacial y personal propuesto por ici sa
P. Mira de Echeverría; y se
complejiza en una hibridez del
mundo tuturo acelerado y teológico que plantea Elaine Vilar. Pero estamaquinia
nueva construcción de la identidad también necesita se
ne
que
la forma como se piensa la Historia (personal, regional)c cucs
Gobles,
resul-
tado de una
producción de recuerdos que han dejado de ser t1ab
como nos lo muestra Juan Manuel
Robles en medio de una 8

I6
Ramiro Sanchiz en medio de una historia de amor fisura la reali-
que
dad, o Luis Carlos Barragán en una
individual. También se
migración que reevalúa el bienestar
producen apropiaciones de las estructuras para
releerlas desde un espacio, unas dinámicas
lo hacen Maielis González Laura lenguaje propios, como
y un
y Ponce con un cyberpunk que
guiendo a Erik Mota) se ha latinizado convirtiéndose en ciberpunk.(sl
Además, se propone una revisión de
emociones, sensaciones y pensa-
mientos que se deben resituar cuando
son atravesados
por máquinas
que modifican una vida cotidiana inadaptable a los paradigmas instau-
rados desde el exterior, como lo
demuestran Fábio Fernandes con el
amor, Giovanna Rivero la culpa y Susana Sussman con el duelo y
con
la muerte. Todo
para llegar a nuestros propios apocalipsis que parecen
convertirse en largas jornadas cíclicas en las que se demuestra que años
de historia colonial han convertido nuestros fines de mundo en
parte de
un díadía, como lo demuestran Solange Rodríguez Pappe en la trans-
a

formación del individuo y como lo describe tan bien Alberto Chimal


en un
experimento a escalas mundiales.
Estos cuentos se convierten en una
configuración de posibilidades
que la ciencia ficción establece como puertas por abrir, como caminos
por recorrer. Un lector atento encontrará que es probable imaginar
nuestra geografía (lugar donde ocurren casi todas las historias) como
espacio para construir un futuro comunitario. Un creador curioso po-
drá ver en estos escritos un estímulo para generar mundos en los cuales
los saberes cercanos funcionen como sustrato alimenticio, como cien-
cia posible. Recrear desde la lectura o desde la escritura un espacio
propio permite también repensar nuestro papel en diálogos con un
mundo en el que los recursos naturales parecen anunciar un obligato-
rio giro hacia un abismo de caída o una reapropiación de nuestro es-
pacio, de nuestras culturas.
Después de todas estas vueltas alrededor de los conceptos, las ideas
y la historia, tenemos la certeza de que no es claro qué es la ciencia
ficción latinoamericana porque pareciera que su marca es la transfor-
mación constante, la adaptación, una metamortosis que siempre logra
hibridarse. Pero sí es claro (espero) que podemos detinirla, escribirla y
pensarla no como si fuera una copia subrogada, sino como un género
propio y potente, como una escritura que subraya nuestra presencia
central y necesaria en un mundo que se mueve entre los apocalipsis
pandémicos, el maquinismo corporativo, las distopías del realismo

17
las ucronías
revisionistas. Espero que
Espero que un d
diai
(que
capitalista y
celebrar con nuestra comunidad, tal
mo lo
0 hizo
podría
ser hoy) logremos
hemos do la patentedde un
recuperadoi la patente hizo
el taita Querubín,
porque
nos necido por
ha pertenecido por derecho mundo
y de un género que
siempre
en convertir en
interesados
material
eváe:Propioy ropio y
de consu-
quenoestamos
mo,sino en una tradicion conjunta entre paises que nos permita una
comunión de experiencia. Concibamos un mundo en el que gracias
a unaa
los conjuros del ciberchamanismo y los futuros andinos espaciales, aho

galaXias,
vuelen entre canten himnos espacio-fen
ra los guacamayos po-
con sus colores a nuestra madre universo
rales y embellezcan

El tercer mundo después del Sol reune las propuestas de escritores de va.
rios paises latinoamericanos que, en la segunda década del siglo XXI,
permiten entender cómo hay una visión especiíal no solo de la ciencia
ficción, sino de la tecnología, del discurso cientifico, de la literatura y
de los géneros literarios. Una antologia con esta perspectiva y esta am-
bición no podía estar en otro lugar sino en Minotauro, un sello que
produjo la consolidación del género en el continente, dado que, como
comenta Juan Sasturain: «Minotauro, en todos los sentidos, no se pa-
recía a nada de lo que había en la librería».
Desde su nacimiento en 1955 con la publicación de Crónicas mar-
cianas, de Ray Bradbury (y prólogo de Jorge Luis Borges), Minotauro
se convirtió en una
guía de lectura del género que formó varias gene-
raciones de lectores latinoamericanos de ciencia ficción durante la se-
gunda mitad del siglo XX. Un fondo editorial en el que destacaban
Philip K. Dick, Ursula LeGuin, Clifford Simak, Marcelo Cohen, JG
Ballard, Kurt Vonnegut o William Gibson, estableció una forma de
entender el género como un
diálogo entre saberes, lenguajes y tormas
estéticas que se ven
reflejados en los autores aun hoy en día. Este ca
mino denotó un interés
de escritura una
particular en Latinoamérica por una calidad
y propuesta estética y estructural que solo se encuentd
en los
mejores representantes que ha tenido el género en el
Finalmente, solo quisiera añadir que esta continent
largo proceso de pensar la construcción yantología
es el
de un resut
ficción en Latinoamérica.
la escritura de la
Para su realización se vieron un
involucra

18
animero de personas que lograron que el proyecto de reunir tantos
innúmero de
d e tan alta calidad fuera una realidad.
texto Principalmente agradezco
odiror Y escritor Miguel Manrique, principal motor y punto de par-
dade un movimiento que en Colombia se ensancha y crece gracias a
cuu impulso inicial de promover la ciencia ficción en el país. También un
esnecial agradecimiento a Cristiam Gato Muñoz, encargado de cerrar
d trabajo iniciado con Miguel y quien dio las puntadas finales a este
libro. Tambien agradezco al escritor Juan Alberto Conde que formó
inicialmente parte de este proyecto y a quien le debemos la reflexión del
itulo, y, finalmente, fue imprescindible el apoyo y la ayuda de Edmun-
do Paz Soldán, que en lthaca me permitió descubrir facetas del género
que desconocía y que cambiaron mi visión de la literatura.

19

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