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038 El Sentido de La Vida

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EL SENTIDO DE LA VIDA

Tomado de: Sánchez Hernández A. Humanidades Médicas, Vol. 5, No 13,


Enero-Abril del 2005

Resumen

Luego de hablar de la importancia tanto teórica como práctica del tema, el autor
plantea que en la presente investigación no asume el termino vida en su
expresión biológica sino como “estar en el mundo” por lo que define que con el
término “sentido de la vida” se referirá a la razón del estar en el mundo de
individuos concretos. Más adelante conceptualiza sentido de la vida desde las
perspectivas filosófica y psicológica y habla de los factores biológicos,
psicológicos y sociales que participan en su conformación. Continúa definiendo
el encuentro con uno mismo como la confluencia de factores biológicos,
psicológicos y sociales que contribuyen a la conformación de un sentido de la
vida correcto desde el punto de vista ético-moral, en un individuo interesado en
aprovechar esa confluencia, lo cual no es más que el logro por parte del
individuo de una orientación con relación a él mismo como ser bio-psico-social.
El autor plantea que todos los individuos no tienen un sentido de la vida, unos
porque no llegan a alcanzarlo mientras que otros lo alcanzan, pero lo pierden, y
argumenta que esto se debe a que para que el sentido de la vida se forme, los
factores favorables que participan en su conformación deben confluir en un
individuo interesado en aprovechar esa confluencia. Continúa planteando que
la voluntad juega su papel en la formación del sentido de la vida, pero
condicionada y determinada por múltiples factores. Continua exponiendo la
relación existente entre el sentido de la vida y la categoría sistema. Mas
adelante expone la relación existente entre la categoría analizada y las de
“bien” y “valor”. Termina exponiendo algunas características del sentido de la
vida que deben evitarse en los profesionales de la salud.

Introducción

El sentido de la vida constituye una problemática filosófica muy antigua, que


aun no ha perdido actualidad. Puede decirse que como motivo de reflexión es
uno de los eternos acompañantes del ser humano.
Desde el punto de vista teórico la temática del sentido de la vida constituye una
de las categorías pilares de las ciencias que estudian la conducta, y el
tratamiento que se le de repercutirá profundamente en el tratamiento teórico
que se dará luego a otras categorías.

Como teoría y práctica no pueden analizarse por separado, todo el sistema


teórico en torno a esta categoría se expresará en una determinada práctica
formativa o reformativa de valores, por lo que se trata de un concepto de
obligado manejo para todos aquellos que en su quehacer profesional formen
o reformen valores, trátese de un profesor, de un psicoterapeuta o de un
reeducador en un centro penitenciario.

¿Qué antecedentes históricos encontramos del mismo? [1]

Ya desde la antigüedad existen esbozos de planteamientos sobre esta


temática, en su mayoría desde el punto de vista normativo.

En el medioevo tenemos el concepto “vocación’’ como llamado de Dios al


servicio religioso, el cual es asumido en el Renacimiento como un llamado
interior hacia cualquier actividad.

Una escuela filosófica que trata el tema del sentido de la vida de manera
especifica e intensiva es el existencialismo lo que concibiendo al ser humano al
margen de sus múltiples relaciones sociales.

Marx y Engels no escribieron sobre el sentido de la vida y dentro de la corriente


de pensamiento marxista esa temática demoró en figurar entre los problemas
de investigación. A partir de la segunda mitad del siglo XX, dentro del marxismo
comenzó a dársele la importancia que realmente tiene y esta escuela aportó su
metodología.

Desde las posiciones del positivismo el sentido de la vida es rechazado como


problema de investigación [2] por ser considerado mera especulación teórica

[1] Cuando se trata el tema del sentido de la vida hay que diferenciarlo de lo que las
diferentes corrientes de pensamiento plantean como bien supremo u orientación
fundamental, ya que auque entre estos conceptos existen puntos de contacto no son lo
mismo y hay muchas diferencias entre ellos, lo cual será analizado en el capitulo II.
sin fundamentación científica. En la actualidad es abordado por varias
disciplinas como la filosofía, pedagogía, psicología, sociología, psiquiatría, etc;
y desde cada una de ellas se aportan elementos para una visión integral del
mismo.

Cuando se habla de sentido de la vida es importante definir a que problemática


se hará referencia; Para esto, tomando el término: “sentido” como: “razón de
ser u orientación a una finalidad”, es importante diferenciar entre: [3]

a) "¿Qué sentido tiene la vida en su expresión biológica?”. Tomando al término


“vida” como forma superior de organización de la materia cuyo máximo
representante es el sistema nervioso central.
b) "¿Qué sentido tiene mi vida o la de otro representante de nuestra especie?”.
Aquí vida es tomada como el estar-en-el-mundo de un individuo de nuestra
especie.

Se trata de cuestionamientos diferentes que requieren de un nivel de análisis


diferente y que también tiene respuestas diferentes.

El sentido de la vida tomando "vida" en su expresión biológica, tiene varias


respuestas en dependencia de si se parte de posiciones teleológicas o no. Para
las posiciones teleológicas la vida obedece a la voluntad de una deidad o
deidades que le trazan un plan, y este es su sentido. Para las posiciones no
teleológicas, la vida existe de por sí, sin obedecer a la voluntad de nadie, y por
lo tanto no puede ser analizada en términos de sentido o falta de sentido.[4]
Algo muy diferente ocurre con la interrogante qué sentido tiene mi vida o la de
otro representante de nuestra especie, la que desde cualquier posición
filosófica, si puede ser analizado en términos de sentido o falta de sentido,

[2] Macias Llanes Maria Elena, Aguirre del Busto Rosa.: “El sentido de la vida como
problemática filosófica”, en Colectivo de Autores.: “Filosofía y Salud”, Proyecto
Editorial CHECSA, Universidad Médica Carlos J. Finlay, Camagüey, Cuba, 1999, p
62.
[3] Proyecto Filosofía en español.: “Vida orgánica (biológica) / Vida humana
(biográfica o política)”, Diccionario Filosófico, Internet, URL:
http://www.filosofia.org/filomat/df336.htm
[4] Bashtanovski V, Guséinov A, Jarchev A, Sogomónov Y, Titarenko A. Ética,
Editorial Progreso, Moscú, 1989. p. 188
porque el ser humano se orienta a finalidades, y en esta orientación participa
dentro de ciertos límites y condicionamientos su propia voluntad.

En el primer cuestionamiento se tiene en cuenta solamente al aspecto biológico


e incluye la vida de cualquier ser viviente, ya sea un helecho, una hormiga, un
elefante, etc. En el segundo cuestionamiento se tiene en cuenta los aspectos
bio-psico-sociales en su interrelación y solo puede ser analizado en tales
términos el ser humano.

En la presente obra se hará referencia al segundo cuestionamiento: "¿qué


sentido tiene mi vida, mi existencia, mi “estar-en-el-mundo” o la de otro
representante de nuestra especie?

Son muchas las interrogantes alrededor del tema. En el presente estudio se


intentará dar respuesta desde posiciones dialéctico materialistas a las
siguientes: ¿Qué es el sentido de la vida?, ¿Qué factores participan en su
formación?, ¿Hasta qué punto es elegible?, ¿Qué relación guarda con las
categorías: sistema, orientación fundamental de un sistema ético filosófico,
valor fundamental, felicidad y autonomía?, ¿Qué relación guarda con los
valores, fundamentalmente con los ético morales?, ¿Qué características debe
tener el sentido de la vida de un individuo para que sea correcto desde el punto
de vista ético moral?, ¿Qué alteraciones del sentido de la vida en los
profesionales de la salud pueden expresarse en prácticas médicas
inadecuadas?

CAPÍTULO III

Un enfoque axiológico del sentido de la vida.


El sentido de la vida, los bienes y los valores.

Los valores son la significación positiva para la dignidad humana de las


propiedades de objetos, procesos o fenómenos. Su contrario es el antivalor,
disvalor o valor negativo, el cual no es más que la significación negativa para
la dignidad humana de las propiedades de objetos procesos o fenómenos.[13]

[13] Sánchez Hernández Arturo J.: “Algunas reflexiones en torno al concepto de valor
ético-moral”, Revista Electrónica Humanidades Médicas, Volumen 1, No 1, Enero-
Abril del 2001.
Los valores y disvalores existen solamente a través de un portador. Debido a
esto se dice que tienen una existencia parásita.[14] La belleza no existe
flotando en el espacio, sino que algún objeto, proceso o fenómeno es portador
de cualidades que lo hacen bello, la valentía existe porque un individuo es
portador de determinadas cualidades de su personalidad que le permiten
tomar decisiones valientes.

A los objetos, procesos o fenómenos portadores o depositarios de los valores


es a lo que se denomina bienes, y a los que son portadores de antivalores se
les denominan males. Aunque resulta difícil encontrar un objeto que sea
solamente portador de valores o de antivalores, lo común es encontrar objetos
que al mismo tiempo porten los dos tipos de significación.

El sentido de la vida será un bien si, como fenómeno psicológico, es portador


de cualidades con una significación positiva para el ser humano y su dignidad.
(Tanto para otros seres humanos como para el individuo que lo porte), si es
portador de cualidades con significación negativa será un mal, y si es portador
al mismo tiempo de cualidades con significación positiva y de cualidades con
significación negativa será un fenómeno bivalente.

La falta de sentido de la vida, como expresión de insatisfacción de la necesidad


de orientación genera mucha ansiedad, aún cuando existan asideros
existenciales que justifiquen nuestro estar en el mundo de forma limitada y
parcial. La percepción de que nada justifica nuestra existencia es
completamente incompatible con la salud mental, y el sufrimiento generado por
tal estado psicológico es tan intenso que el individuo pudiera llegar al suicidio.
[15]

[14] Frondizi, R.: ”¿Qué son los valores?, Introducción a la axiología", Fondo de
Cultura Económica, México, 1995. p. 95.
[15] “Los dioses habían condenado a Sísifo a empujar sin cesar una roca hasta la cima
de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Habían
pensado con algún fundamento que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y
sin esperanza”. Con estas palabras, Albert Camus comienza su interesante obra: “El
mito de Sísifo”. URL: http://www.lainsignia.org/2002/abril/cul_002.htm
La falta de un bien imprescindible es un mal, y tiene su propio nombre. La falta
o escasez de agua o de alimentos son males y se denominan sequía y
hambruna respectivamente. El sentido de la vida resulta imprescindible para la
salud mental, y su ausencia tiene nombre propio: desorientación existencial.

¿De que otras maneras el sentido de la vida contribuye al ser humano para
considerar su ausencia como un mal?

El sentido de la vida constituye el fundamento de la felicidad. Sin este, el ser


humano no puede ser feliz, porque esta consiste en la realización de los
objetivos que constituyen la razón de ser del individuo.

El sentido de la vida está formado por un sistema de objetivos, y la


autorregulación de la conducta, la cual constituye la función principal de los
valores ético morales, se efectúa precisamente en función de objetivos[16], por
lo que cualquier valor ético moral será realmente consistente y sólido si la
persona tiene un sentido de la vida.

El sentido de la vida está íntimamente vinculado a los valores relacionados con


las relaciones interpersonales, debido a que la ansiedad generada por su
ausencia afecta de manera palpable la capacidad para relacionarse con el
prójimo. Le será más difícil al individuo desplegar una actividad que tipifique
asertividad, sensibilidad, solidaridad, etc.

Hasta aquí se ha enunciado que la falta de un sentido de la vida constituye un


mal, pero ¿cualquier sentido de la vida constituye un bien? ¿Vamos a concebir
nuestras vidas como un gran saco y vamos a llenarlas con cualquier tipo de
metas sin importar la naturaleza de estas?

No se trata de llenar nuestras vidas con cualquier tipo de metas, ya que no


todo sentido de la vida dignifica a su portador. Existen algunos que en el
proceso de su realización provocan más desequilibrio que el que ellos como
necesidad representan, y la actividad encaminada a realizarlos pudiera
compararse con el intento de apagar un incendio arrojándole combustible.

[16] Mihail, N. N. Rusu, M. A.: "¿Qué es la biocibernética?", Editorial Científico-


Técnica, La Habana, 1989. p. 16.
¿Qué ocurre cuando la persona vive para almacenar dinero? Deja de satisfacer
muchas necesidades importantes para él y para los que de él dependen
económicamente.

¿Qué ocurre cuando la persona vive para trabajar, apenas descansa y no se


recrea?, - Estaremos en presencia de adicción al trabajo y estarán dadas las
condiciones para la aparición de enfermedades relacionadas con el estrés:
úlcera péptica, hipertensión, etc. El individuo satisface a plenitud "necesidades
para otros", pero deja muy insatisfecha "necesidades para sí". El dinero y el
trabajo son elementos importantes de la existencia, lo que al ser mal
jerarquizadas aparecen antivalores.

Las alteraciones del sentido de la vida por una incorrecta jerarquización de


los motivos aparecen cuando estos no tienen el potencial inductor de la
actividad que debieran tener, ya sea porque:

1- Tienen un potencial inductor demasiado alto: El individuo prioriza las


actividades relacionadas con las necesidades que subyacen en esos
motivos y deja insatisfechas otras necesidades de mayor importancia.

2- Tienen un potencial inductor demasiado bajo o no existen: Esos motivos


no tienen el suficiente potencial inductor para la realización de
actividades encaminadas a la satisfacción de determinadas
necesidades. No es compensado algún desequilibrio biopsicosocial
para el cual debían existir esos motivos y para el cual debía tener un
determinado potencial movilizador. La pereza constituye aquí un
ejemplo.

En cualquiera de los casos el individuo se desadapta socialmente y por


consiguiente en niveles inferiores de adaptación.

El sentido de la vida correcto desde el punto de vista ético moral.

¿Qué características debe tener el sentido de la vida para que pueda ser
considerado correcto desde el punto de vista ético-moral?

Debe tener una significación positiva para el valor fundamental, el cual ha sido
asumido en este estudio como la dignidad humana en un sentido amplio y para
la satisfacción de necesidades normales de nuestra especie en un sentido
estrecho.

Pero el anterior planteamiento es demasiado general y solo sirve como


fundamento metodológico en la solución de esta problemática, ya que pueden
existir infinita cantidad de sentidos de la vida con significación positiva para el
valor fundamental dignidad humana, por lo que cabe hacernos la siguiente
interrogante: ¿En que tipo de actividades debe expresarse un buen sentido de
la vida?. En cualquier tipo de actividad que tribute en primer lugar a la
realización de otros “yo” que no sean el del propio individuo actuante, debe
tener una proyección al prójimo y aportar beneficio a la sociedad. Califican
aquí todas las funciones útiles dentro de la sociedad: arquitecto, albañil,
médico, ingeniero, panadero, etc.

En una versión negativa del planteamiento anterior, un sentido de la vida que


no tribute de ninguna forma positiva o que tenga una significación
injustificadamente negativa para la realización de otros individuos es incorrecto
desde el punto de vista ético moral.

En segundo lugar, la actividad en la que se expresa un buen sentido de la vida


no debe provocar desequilibrio injustificado en el propio individuo que lo porta.
La adicción al trabajo, aunque pudiera hacer que el aporte del individuo a la
realización de otros sea mayor, es incorrecta desde el punto de vista ético
moral por el hecho de que le provoca desequilibrio injustificado.

Para que el sentido de la vida sea correcto desde el punto de vista ético moral
debe tributar tanto a la realización de mi “yo” como a la de otros “yo” que no es
el mío. En esto consiste precisamente el logro de un autentico encuentro con
nosotros mismos, el encuentro de nuestro verdadero lugar en el mundo, una
autentica orientación con relación a nosotros mismos como seres
biopsicosociales.

Particularidades de un buen sentido de la vida en la profesión médica.


¿Qué características tiene la profesión médica[17] que la hace exigir un
elevado nivel de motivación de sus profesionales?

Se trata de una profesión realmente rigurosa, que requiere de largos años de


estudio para titularse, y luego exige una actualización constante. Se trabaja
con la salud y la vida de personas por lo que implica un alto grado de
responsabilidad y por lo tanto de presión psicológica. El trabajo es intenso y a
veces prolongado; y algo sumamente importante, el profesional de la salud
trabaja en medio del sufrimiento humano con el objetivo de aliviarlo o
eliminarlo, y esto trae como consecuencia sufrimiento y desgaste emocional, ya
que el buen médico, enfermera, psicólogo, etc. nunca llegan a
desensibilizarse completamente.

Un oftalmólogo, en un momento determinado de su profesión, tendrá que


hacer una enucleación, quizá de una mujer hermosa. Un ortopédico
tendrá que realizar una amputación de miembros, quizá de un hombre joven,
y para colmo deportista. Un oncólogo, en algún momento tendrá que decidir
una radical de mama de una mujer joven enamorada de su esposo o arrancar
una mandíbula y afectarle radicalmente la vida social a esa persona.

Lógicamente, este es el lado sombrío de la profesión médica, y no la profesión


entera. Pero ese lado oscuro representa sufrimiento no sólo para el
paciente, sino también para el profesional que lo atiende. Y si estos no están lo
suficientemente motivados, si la actividad laboral no forma parte del sentido de
sus vidas, el sufrimiento será aun mayor, y lo que es peor, generará
sufrimiento humano, ya que atenderá sin deseo al paciente o con hostilidad,
cuando el paciente necesita mucho apoyo y comprensión de su dolor y salud
quebrantada.

Cuando las motivaciones por la profesión que se realiza no son lo


suficientemente fuertes o más bien existe rechazo, se pudiera llegar a ser

[17] Al hablar de profesión médica se hace referencia no sólo a los médicos, sino a
todo aquel que en su quehacer profesional tienen que ver de forma directa con la
salud de la población. Y aquí tenemos a los enfermeros, psicólogos, fisioterapeutas,
etc.
bueno con un elevado sentido de la responsabilidad, pero no excelente, porque
la excelencia requiere de un extra que solo aparece cuando existe una gran
motivación por lo que hacemos, de lo contrario, a duras penas cumpliremos
la norma.

Si el profesional de la salud carece de sentido de la vida o si lo tiene pero los


sistemas de motivos que lo forman no están relacionados con su profesión, su
productividad será mucho menor y con menos calidad.

Pero el problema del sentido de la vida no se agota en la intensidad de las


motivaciones. Hay que analizar también la forma en que están jerarquizadas en
los subsistemas motivacionales.

En el caso del profesional de la salud, los motivos que se deben encontrar en la


cima del sistema jerárquico son los de amor a la profesión y a los
conocimientos que ella exige, deben ocupar un lugar cimero los motivos de
ayuda al prójimo a través del acto médico. En posiciones intermedias pudieran
encontrarse otros motivos como los de adquisición de bienes materiales, los
de prestigio y reconocimiento social, etc.

Si los motivos que ocupan un lugar cimero son los de prestigio y


reconocimiento social, estaremos en presencia de un profesional excéntrico,
vanidoso, o portador de la soberbia, y en sus relaciones con los demás y con
los pacientes será sencillamente insoportable. Si los motivos que se
encuentran en la cima son los de bienes materiales, estaremos en presencia de
un médico si no es con una buena dadiva no atiende al paciente con la
excelencia requerida.

Si el sentido de la vida del profesional de la salud está relacionado con su


profesión, pero el sistema de motivos que lo integra está incorrectamente
jerarquizado, aparecerán prácticas médicas inadecuadas.

CONCLUSIONES

Desde una óptica filosófica el sentido de la vida está constituido por el sistema
de objetivos que justifican a plenitud la existencia de un individuo, analizada en
su totalidad, ante sus propios ojos. Desde el punto de vista psicológico pudiera
decirse que el sentido de la vida está formado por los motivos que ocupan las
posiciones más elevada en la jerarquía motivacional o por subsistemas de
motivos que coexisten y que tienen la suficiente estabilidad, organización y
potencial inductor de la actividad como para expresarse en actividad interna
(psíquica) y/o externa, en la mayoría de las circunstancias.

· En la conformación del sentido de la vida de un individuo participan factores


tanto psicológicos como biológicos y sociales. Estos factores pueden
acelerar o retardar el proceso de formación de sentido de la vida, así como
el proceso de realización de este en un individuo que ya lo tiene. Si el
individuo no tiene las condiciones biológicas psicológicas y sociales
indispensables para el logro de una determinada proyección hacia el futuro
no podrá realizarse en ella.

· No todas las personas con un adecuado funcionamiento de sus facultades


mentales tienen un sentido de la vida, ni todos llegan a tenerlo en algún
momento de su existencia.

· La voluntad de un individuo juega un importante papel en la conformación de


su sentido de la vida pero condicionada y limitado por otros factores.

· Para que la vida de un individuo tenga un sentido verdaderamente pleno este


debe tributar con su actividad al crecimiento, desarrollo y mantenimiento de
la integridad de los sistemas dentro de los cuales busca su realización a
través de una determinada función.

· La esencia de la felicidad está en la percepción de que está satisfecho o en


vías de realización del sentido de la vida, y no todos los individuos tienen un
sentido de la vida, y otros tienen un sentido de la vida incorrecto desde el
punto de vista ético moral que no conduce a la felicidad.

· La autonomía permite en mayor o menor medida que el individuo desarrolle


su personalidad hasta el punto de tener un sentido de la vida, y ofrece en
mayor o menor medida posibilidades para su realización.

· El sentido de la vida resulta imprescindible para la salud mental, y su ausencia


tiene nombre propio: desorientación existencial.
· Las alteraciones del sentido de la vida por una incorrecta jerarquización de
los motivos aparecen cuando estos no tienen el potencial inductor de la
actividad que debieran tener, ya sea porque tienen un potencial inductor
demasiado alto, demasiado bajo o no existen en cualquiera de los casos el
individuo se desadapta socialmente y por consiguiente en niveles inferiores
de adaptación.

· Para que el sentido de la vida sea correcto desde el punto de vista ético moral
debe tributar tanto a la realización del propio individuo que lo porta como de
otros.

· Si el profesional de la salud carece de sentido de la vida o si lo tiene pero los


motivos que lo forman no están relacionados con su profesión, su
productividad será mucho menor y con menos calidad. Si el sentido de la
vida del profesional de la salud está relacionado con su profesión, pero el
sistema de motivos que lo integra está incorrectamente jerarquizado,
aparecerán prácticas médicas inadecuadas.
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