Cod05 Comp Mecánico
Cod05 Comp Mecánico
Cod05 Comp Mecánico
Comportamiento mecánico
Cuando se ensaya bajo cargas de tracción una muestra metálica, la respuesta del
material al esfuerzo aplicado varía notablemente a medida que crece el mismo.
Dicha respuesta queda asentada convenientemente en un gráfico carga-alargamiento
que entrega la máquina de ensayos; o que puede trazarse por puntos, tomando para diferentes
cargas los correspondientes alargamientos.
Analizaremos un gráfico de este tipo, desde el punto de vista descriptivo, es decir según
se manifiesta mecánicamente su oposición a la deformación. Este comportamiento responde
indudablemente afenómenos internos cuyos mecanismos intentaremos comprender a lo largo
del capítulo. Finalmente explicaremos el mismo gráfico en función de esos fenómenos internos
para una mejor comprensión del comportamiento observado. Elegiremos como base de la
descripción un material que es sumamente importante desde el punto de vista tecnológico y
que, al mismo tiempo, constituye un ejemplo adecuado para nuestro análisis.
Tal es el caso de un acero de bajo contenido de carbono (0,1 % de C) que responde
aproximadamente al A-37 según normas IRAM (Instituto Argentino de Racionalización de
Materiales) o a un SAE 1010 (Society of AutomotiveEngineers), o su equivalente en otras
normas.
3
El período de deformación elástica se prolonga hasta el punto B, a partir del cual las
deformaciones serán permanentes, y dicho período, que se extiende hasta la rotura (punto F),
será de deformación plástica.
El punto C se denomina punto superior de fluencia, pues a partir de C comienza el
período de fluencia, que se extiende hasta D. El punto C´ es el punto inferior de fluencia y
caracteriza al valor de la tensión de fluencia que será la actuante durante todo el período.
En el punto C, la carga aplicada es la necesaria para comenzar la deformación plástica
bajo mecanismos que veremos en los próximos títulos, y luego, al proseguir la deformación
4
dicha carga desciende hasta el valor correspondiente al punto C´, carga que se mantendrá
sensiblemente constante hasta D.
A partir del punto D, la carga aplicada debe incrementarse continuamente para
proseguir la deformación. Este período que convencionalmente concluye en el punto E, se de-
nomina de endurecimiento por deformación o de endurecimiento por trabajado mecánico.
El punto E es el de carga máxima, correspondiendo al máximo de la curva. A partir de E, la
carga aplicada disminuye a medida que la deformación continúa. Este fenómeno sucede
porque la deformación ya no es homogénea. La mayor parte de la misma se localiza en una
sección determinada, donde se produce la estricción o reducción localizada de sección;
correspondientemente la carga necesaria para proseguir la deformación se reduce. Entonces,
el período que va del punto E al F, que concluye con la rotura de la muestra, se denomina de
inhomogeneidad de la deformación plástica.
La rotura se produce finalmente por descohesión, ya que por efecto de la entalla
producida, la muestra se ve sometida a un estado triple de tensiones. El estado triple de tensio-
nes conduce a un tipo de fractura clásico, en la que se observan dos zonas perfectamente
diferenciadas.
En el esquema de la figura 2, se presenta un corte longitudinal de una fractura de este
tipo, que por su geometría se denomina de copa y cono.
Módulo elástico: está dado como ya se ha indicado, por la tangente del ángulo que forma la
recta representativa del período elástico, con el eje de alargamientos. A partir del gráfico carga
– alargamiento,o bien durante el ensayo, puede calcularse como:
Para lo cual es conveniente tomar ΔF en el tercio medio del período elástico, a fin de
evitarlos problemas de deslizamiento y acomodamiento de las mordazas de la máquina de
ensayo.
Como ya se ha dicho, para los aceros al carbono y de media aleación, tg oscila alre-
dedor de 21.000 kg/mm2, por lo que = 89° 59' 59",9901792 E = tg= 2.100.000 kg/cm2 (Fig. 3)
5
Fig. 3: Determinación del módulo de Fig. 4: Límite elástico en casos de fluencia real
elasticidad
Según las normas, en especial la IRAM - IAS U500-19, los ensayos se realizan sobre
probetas normalizadas, aun cuando está contemplada la posibilidad de realizar ensayos sobre
otras probetas. Para todo detalle relativo a la forma de probetas y sus tolerancias de ejecución,
ejecución del ensayo, precauciones, etc. debemos remitimos a la norma antes mencionada, o a
la correspondiente.
Siguiendo la nomenclatura indicada en la norma, son valores muy importantes tanto sea
para utilización directa en el diseño, como así también para determinar la calidad del material,
entre otros:
Límite elástico: en materiales que presentan fluencia el límite elástico está dado por el punto
de fluencia superior Rel, como se muestra en la figura 4. En aquellos casos en que no existe el
período de fluencia, el límite elástico se define convencionalmente. Una de las formas más
utilizadas es la que define el límite elástico como la tensión correspondiente a un alargamiento
permanente de 0,2 % de la longitud inicial lo, como se muestra en la figura 5.
Esta ecuación indica que el material ideal para resistir cargas de energía en
aplicaciones en las que no deba sufrir deformación permanente, por ejemplo, los muelles
mecánicos (resortes), es un material con un elevado límite elástico y un módulo de elasticidad
bajo. La tabla 7.1 da algunos valores del módulo de resiliencia para diferentes materiales.
Tenacidad
TABLA 7.1
Módulos de resiliencia elástica de varios materiales
najes, cadenas y ganchos de grúas. Este concepto, utilizado comúnmente, es difícil de medir y
definir. Una forma de concretarlo es considerar el área total que queda bajo la curva tensión-
deformación. Esta superficie es una indicación del trabajo total, por unidad de volumen, que
puede realizarse sobre el material sin que se produzca la rotura.
La fig. 6 muestra la curva tensión-deformación para materiales de alta y baja tenacidad.
El acero para resortes, de alto contenido de carbono, tiene un límite elástico y una resistencia a
la tracción más elevados que el acero de construcción con contenidos medios de carbono. Sin
embargo, el acero de construcción es más dúctil y tiene un alargamiento total mayor. El área
total bajo la curva tensión-deformación es mayor en el acero de construcción y, por tanto, es un
material más tenaz. Esto indica que la tenacidad es un parámetro que comprende la resistencia
mecánica y la ductilidad. Las zonas rayadas de la fig. 6 corresponden al módulo de resiliencia
de cada acero. A causa de su límite elástico convencional más alto, el acero para resortes tiene
mayor resiliencia elástica, aunque la tenacidad sea menor.
Se han sugerido varias aproximaciones matemáticas para calcular el área que queda
bajo la curva tensión-deformación. Para los aceros dúctiles que tienen un comportamiento
como el acero de construcción, se puede lograr una aproximación al valor del área por medio
de las siguientes ecuaciones:
O
Todas estas relaciones son solamente aproximaciones. Además, las curvas tensión-
deformación no representan el comportamiento real en el campo plástico, puesto que están
referidas al área de la sección inicial de la probeta.
entonces [2]
Las dos medidas de la deformación proporcionan resultados casi idénticos hasta
deformaciones aproximadamente 0,1.
Debido a que el volumen permanece esencialmente constante durante la deformación
plástica, la ecuación [1] se puede expresar en función de la longitud o de la sección:
entonces
o bien
[3]
y
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esta ecuación relaciona la resistencia a la tracción con la tensión y deformación reales para la
carga máxima.
Tensión real de fractura: Es igual a la carga que produce la fractura, dividida por el área de la
sección transversal de la probeta en el momento de la fractura. Esta tensión debe ser corregida
por el estado triaxial de tensión existente en la probeta de tracción en el momento de la
fractura. Puesto que, con frecuencia, se carece de los datos precisos para efectuar esta
corrección, los valores reales de la tensión de fractura no suelen ser muy exactos.
Este parámetro representa la deformación real máxima que puede resistir el material antes de
la fractura y es análogo a la deformación total para producir la fractura de la curva convencional
tensión-deformación. Puesto que la ec. 2 no es válida más allá del comienzo de la estricción,
no es posible calcular f con los valores medidos de f. Sin embargo, en el caso de probetas de
tracción cilíndricas, la estricción q está relacionada con la deformación real de fractura, por la
expresión:
q = 1 - exp (- f)
El método usual para obtener una curva real tensión-deformación es determinar el área
de la sección transversal de la probeta, incrementando la carga hasta producir la fractura,
midiendo el diámetro mínimo de la probeta. Este método es aplicable en el intervalo completo
de tensiones hasta la fractura, incluyendo la región posterior al comienzo de la estricción local.
Sin embargo, para corregir exactamente las tensiones complejas producidas en la estricción,
es necesario conocer el perfil del contorno del cuello. Este método de determinación está
limitado a velocidades de deformación moderadamente lenta y a ensayos a la temperatura
ambiente. Si la sección transversal de la probeta es circular, la deformación real puede
calcularse fácilmente partiendo del diámetro inicial D0 y el diámetro instantáneo Di,
11
TABLA 7.2
Valores de n y K para metales a la temperatura ambiente
[6]
Fig.8: Representación logarítmica doble de la Fig. 9:Copa embutida con “orejas” en las
curva tensión-deformación direcciones de altos valores de r
Por lo tanto, es común medir el valor medio de r, o anisotropía normal media, rm:
rm =
donde los subíndices se refieren al ángulo entre el eje de tracción de la probeta y la dirección
de laminado. Este valor determina la profundidad promedio (altura de pared)del embutido más
profundo posible.
Por otro lado, la anisotropía planar, Δr:
Δr =
mide la variación de r con la dirección en el plano de una chapa, y determina la extensión del
orejeado.
Una combinación de alto rm y bajo Δr significa óptima embutilidad. Los aceros de bajo
carbono laminados en caliente tienen valores de rm entre 0,8 y 1,0; aceros efervescentes
laminados en frío entre 1,0 y 1,4; aceros laminados en frío desoxidados al aluminio, entre 1,4 y
2, y aleaciones de aluminio de 0,6 a 0,8. El máximo valor teórico de rm para aceros ferríticos es
3,0.
más frecuente), presencia de impurezas y/o aleantes (tanto intersticiales como sustitucionales),
tipo de solicitación, velocidad de aplicación de las cargas, temperatura, geometría del
espécimen, etc.
Este listado de por sí incompleto, brinda una idea del enorme número de variables que
influyen, en la mayoría de los casos simultánea, sobre las propiedades plásticas. Intentaremos
comprender, al menos en parte, los mecanismos actuantes durante la deformación plástica,
comenzando por algunos aspectos teóricos de las características del deslizamiento de los
planos cristalográficos, prosiguiendo el análisis por el papel que juegan las dislocaciones y los
restantes defectos. Luego, tomando muestras simples (monocristales de metales puros), vincu-
laremos la respuesta del material ante los esfuerzos, con la estructura interna y, finalmente,
pasando a policristales de aleaciones, trataremos de justificar el comportamiento de éstos.
[7]
y entonces, haciendo
Como a b el valor de la tensión critica, es decir aquella para la cual se inicia el deslizamiento,
será:
para x =
tomando 2 = 10 que, como se verá, no influye por la enorme diferencia con los valores
experimentales.
La tensión crítica calculada, resulta muy diferente a los valores determinados experi-
mentalmente que figuran en la Tabla 7.3.
Cuando se ensayan "whiskers", es decir barbas metálicas, condensadas desde la fase
vapor u obtenidas electrolíticamente, se pueden obtener estos delgados cristales libres de
dislocaciones, entonces, los esfuerzos experimentales obtenidos coinciden, en orden de
magnitud, con los calculados teóricamente.
TABLA 7.3
Tensiones de corte experimentales y teóricas para monocristales
Estado de tensiones:
Cuando se somete a una muestra a un esfuerzo de tracción, tal como en la figura 11, en
un plano cuya normal no sea paralela al eje de esfuerzos, se desarrollan tensiones normales
y tangenciales.
Si la normal al plano forma un ángulo con el eje de tracción, podemos descomponer el
esfuerzo externo F en N y T, normal y contenida en el plano, respectivamente. Siendo A, la
sección de la muestra, el área del plano A será: (Fig. 11)
y N = F. cos T = F. sen
Fig. 11 Fig. 12
16
Factor de Schmidt
En general podemos decir que sucede según planos compactos. Desde el punto de
vista geométrico estos son los planos que presentan menores dificultades para el
deslizamiento, ya que son los que cuentan con distancias interplanares mayores.
Existen sin embargo excepciones. En la red cúbica de cuerpo centrado (BCC) no
existen planos compactos por lo que los sistemas de deslizamiento están constituidos por las
direcciones compactas <111>, y alguno de los planos de mayor densidad tales como {110}
{112} y {123}. Existen sin embargo evidencias que demuestran que también puede producirse
el deslizamiento a lo largo de otros planos pero siempre según la dirección compacta.
En las redes cúbicas centradas en las caras (FCC) el deslizamiento se produce según
la dirección y plano compactos. En consecuencia los sistemas de deslizamiento están
constituidos por las direcciones <110> y los planos {111}.
En las estructuras hexagonales compactas (HCP) se produce otra excepción. En los
metales que presentan una relación c/a mayor o igual a la teórica (1,63) el deslizamiento se
observa según las direcciones compactas <1120> y los planos basales compactos {0001}. Tal
es el caso del Zn, Cd y Mg. En otros, como Ti, Be y Zr, la relación c/a es menor que la teórica,
y en ellos el deslizamiento se verifica según las direcciones <1123>, que no es compacta, y los
planos prismáticos {1122} que tampoco son compactos. Este comportamiento se relaciona con
el tipo de estructura, diferente de la teórica y supuestamente constituida por esferas rígidas.
Aún en casos tales como el Zn, se puede obtener deslizamiento en este sistema no compacto,
ensayando un monocristal convenientemente orientado respecto del eje del esfuerzo.
Según vemos, el número y tipo de sistemas de deslizamiento es variable para las
distintas redes. La FCC presenta 12 sistemas. La HCP presenta 3 sistemas de deslizamiento
cuando c/a > 1,63. La red BCC posee 48 sistemas de deslizamiento dados por: <111> con
{110} 12 sistemas, <111> con {112} 12 sistemas, y <111> con {123} 24 sistemas.
Fig. 13
Fig. 14
Las del octante 2 enfrentan con la del origen, predominantemente campos de tensión
de signo contrario y se atraen. En este último caso tienden a alinearse una sobre otras de tal
forma que si el número es suficiente formarán un sublímite de grano como se verá más
adelante. Para dislocaciones de signo contrario a la ubicada en el origen, el razonamiento es
análogo, pero opuestas las conclusiones.
Con la nomenclatura utilizada, el comportamiento resultante para el octante 1 se verifica
también en los octantes 4, 5 y 8. Lo analizado para el octante 2 es válido para los octantes 3, 6
y 7. Las bisectrices trazadas son situaciones límite, en las que la interacción es indiferente o no
definida.
la 3, como entre los planos de deslizamiento de ambas está intercalado un plano cristalo-
gráfico, al alinearse y reconstituir un plano cristalográfico perfecto quedará toda una fila de
vacancias.
a) antes
b) resultado de
la intersección
21
A tal fin suponemos las dislocaciones definidas por su vector de Burgers, y que
yacen en los planos de 1 y 2, respectivamente. Según puede visualizarse en la fig. 17, ambas
dislocaciones son de borde. Para que se produzca la intersección bastará suponer, como es el
caso ejemplificado, que la se desplaza hacia la derecha permaneciendo fija la . En un caso
más general bastará, cualquiera sea la situación individual, que tengan un movimiento relativo
que las lleve a la intersección.
Planteada la situación en la fig.17 a), en 17b) ya se ha producido la intersección: la dis-
locación , como resultado de su movimiento, ha pasado a la derecha de intersectándola.
En ambas se han producido efectos debido a la intersección. La dislocación b2 aparece
ahora con un codo o escalón. Este codo se lo ha producido la dislocación ya que con su
deslizamiento ha provocado el corrimiento (con respecto al plano 1), de la parte superior del
cristal.
Este corrimiento ha afectado al plano 2 como se observa en la figura, y como éste
contiene la línea de dislocación de la , ésta sufre el mismo desplazamiento, y por esa razón,
le aparece un codo.
Al mismo tiempo la dislocación ha sufrido también un cambio. Supongamos que en la
posición original parte "a" de la figura, el tramo dibujado de la línea de dislocación, contenía n
puntos reticulares. Al producirse su movimiento, y por lo tanto la intersección, pasa del sector
donde está el semiplano faltante de la y al sector donde se encuentra el semiplano extra de
dicha dislocación. En consecuencia, luego de la intersección contendrá un punto reticular
adicional, es decir ahora contendrá n + 1 puntos reticulares. Por consiguiente la dislocación ,
como resultado de la intersección ha sufrido un alargamiento.
Podemos ver que la magnitud del desplazamiento que se produjo en cada dislocación,
codo en un caso y alargamiento en el otro, tiene la magnitud del vector de Burgers de la
dislocación con la que se produjo la intersección.
También es posible advertir que en cada una de ellas se produjo un desplazamiento en
la dirección del vector de Burgers de la otra. Esto se tradujo en este ejemplo particular en un
codo en la , y un alargamiento en la . Este resultado disímil dependió de las orientaciones
relativas de los vectores de Burgers y de las líneas de dislocación. En este aspecto, las
posibilidades no se agotan con las observadas en el ejemplo.
Si tenemos presente que una línea de dislocación tiene un vector de Burgers único, es
evidente que en nuestro ejemplo, el codo producido en la como resultado de la intersección,
es de borde al igual que el resto de la dislocación, ya que el vector de Burgers es
perpendicular.
Cuando una dislocación presenta un codo del mismo tipo que el resto de la línea como
por ejemplo la esquematizada en la fig. 17b, su deslizamiento por efecto de la tensión de
corte resuelta no ofrece mayores dificultades. Sin embargo no sucede lo mismo cuando el codo
que presenta la línea de dislocación es de índole diferente al resto de la misma (ver fig. 18). En
estos casos el codo debe seguir al resto de la línea en su movimiento, pero para hacerlo debe
moverse en una dirección que no le es habitual.
a) antes
b) resultado de la
intersección
En otras palabras, el codo es arrastrado por la línea y se introduce una seria dificultad
para provocar el deslizamiento de la dislocación. El codo produce un efecto de anclado y por lo
tanto es necesaria una tensión resuelta mayor para deslizar una dislocación que posea un
codo de distinta naturaleza al resto de la línea.
Como efecto secundario y de consecuencias nada despreciables, un codo que reúna
estas características, al ser arrastrado por la línea de dislocación genera, durante su movi-
miento, defectos puntuales (vacancias e intersticiales).
Todos ellos, aunque con movilidades diferentes, participan del proceso de difusión y,
del movimiento atómico resultante surge la posibilidad concreta de que átomos sustitucionales
de mayor tamaño que los de la red e intersticiales sean atraídos por el campo elástico de
tracción (ver fig. 19), espacios anormalmente grandes, reduciendo así la energía elástica de
todo el sistema. Adquirida esa configuración la posición de los defectos es estable.
Análogamente, vacancias y sustitucionales de menor tamaño que los átomos del solvente
tienden a alojarse en la zona de compresión de las dislocaciones.
De modo que, transcurrido un tiempo más o menos largo, según la temperatura del
sistema, la difusión acarrea defectos puntuales hacia la línea de dislocación, y éstos se ubican
en las zonas favorables, produciendo una verdadera nube o atmósfera de ellos alrededor de la
dislocación. Se las denomina atmósferas de Cottrell.
Estas atmósferas son las responsables del punto de fluencia superior, ya que anclan en
cierto modo a las dislocaciones, requiriendo el comienzo del deslizamiento una tensión de corte
resuelta mayor que para la prosecución del mismo. Así, es necesario aplicar una tensión de
corte resuelta mayor para que las dislocaciones ancladas por las atmósferas comiencen el
deslizamiento y dejarlas atrás, que la necesaria para proseguir el deslizamiento.
24
7.4.Deformación de monocristales
1
Ver Apéndice 2 “Energía de las dislocaciones”
26
Monocristales hexagonales
Cuando se ensayan monocristales hexagonales, se obtienen curvas como la de la fig.
23. Para analizar el comportamiento que la curva evidencia, es necesario tener en cuenta que
la estructura hexagonal compacta posee sólo tres sistemas de deslizamiento.
Así, al ensayar un monocristal hexagonal, solo un sistema de deslizamiento será el que,
cualquiera sea la orientación del monocristal, quedará favorablemente orientado (alto factor de
Schmidt) ante el esfuerzo externo. Entonces, sólo un sistema de deslizamiento será el activo.
En estas condiciones el monocristal sufre grandes deformaciones sin incremento substancial
del esfuerzo.
Como se observa en la curva de fig. 24, el período de deformación plástica (período
único) es de comportamiento lineal y la velocidad de endurecimiento por deformación
(pendiente de la curva) pequeña. Por estas características se lo denomina periodo de desliza-
miento fácil. Como se verá más adelante, este período puede aparecer también en
monocristales cúbicos.
Durante el deslizamiento fácil se produce la multiplicación de las dislocaciones
mediante la fuente de Frank-Read, lo que proporciona, en el sistema de deslizamiento activo, el
elevado número de dislocaciones necesario para que se produzcan las fuertes deformaciones
observadas. El pequeño endurecimiento que se produce es el resultado de la interacción de las
dislocaciones del sistema activo, que durante el deslizamiento intersectan al bosque de
dislocaciones que yacen en los sistemas inactivos. Según sea la orientación inicial del
monocristal (bajo factor de Schmidt inicial) es posible que, como resultado de la deformación,
se produzca una situación como la de fig. 24.
En lugar de producirse un moderado endurecimiento, el monocristal aparentemente se
debilita, ya que disminuye la magnitud del esfuerzo externo necesario para la deformación a
medida que ésta aumenta. Este comportamiento se debe en realidad a un giro del monocristal
durante la deformación, el que es consecuencia de que al aparecer un escalón de
deslizamiento pronunciado, fig. 25, se desplazaría el eje de aplicación del esfuerzo. Como las
mordazas de la máquina de ensayos son rígidas y mantienen la alineación, se debe producir el
mencionado giro de todo el monocristal. Debido a este giro cambian los ángulos del factor de
Schmidt durante la deformación. Si dicho factor era inicialmente bajo puede aumentar
ligeramente durante el ensayo y por consiguiente, para obtener la misma tensión de corte
resuelta se requerirán esfuerzos externos menores. Este fenómeno te suele denominar
endurecimiento o debilitamiento geométrico, ya que también puede darse la situación inversa.
27
Fig. 25: Giro del monocristal durante la Fig. 26: Deformación de un monocristal
deformación plástica de caras centradas
Cada uno de los granos que constituyen la muestra tiene en general su red
cristalográfica orientada al azar. Cuando en alguno de ellos, por concentración de tensiones
quizás comienza el deslizamiento (entra en actividad un sistema de deslizamiento), las
31
dislocaciones se desplazan a lo largo de él, actuando las fuentes de F-R como efecto
multiplicador, hasta encontrar el borde de grano. Sobre él se apilan, generando tensiones que
se transmiten al grano vecino y se suman a las generadas por el esfuerzo externo, es decir,
la tensión de corte resuelta I (r) que actúa en él. De esta forma, en el grano vecino, en los
sistemas de deslizamiento favorablemente orientados y en las proximidades del apilamiento,
se alcanzan tensiones suficientes como para activarlos.
Este mecanismo vuelve a actuar sobre el grano siguiente (fig. 32) prolongando la
deformación localizada, de grano en grano, hasta aflorar en la superficie de la muestra y
constituir la banda de deslizamiento en dicha superficie. El sentido general de la propagación
es a 45° con respecto al eje del esfuerzo externo aplicado, puesto que para él se dan las
tensiones de corte máximas. En cada grano los sistemas así activados serán los que están
orientados según ángulos de 45º o próximos a dicho valor.
Al comienzo de la deformación plástica, durante los primeros estadios del período de
fluencia, aparecen marcas o bandas que se extienden luego a toda la superficie de la muestra.
La primera banda aparece localizada en las proximidades de la mordaza que sujeta la muestra.
A medida que la fluencia progresa aparecen nuevas bandas que van cubriendo toda la
extensión de la probeta. Cuando estas bandas de deslizamiento, respetando la orientación de
45°, la han cubierto en toda su extensión, termina el período de fluencia y comienza el de
endurecimiento por deformación (punto D).
Entonces es posible observar que estas se entrecruzan en la dirección conjugada. Esto
evidencia que hay varios sistemas de deslizamiento activos y se producirán en lo sucesivo
todas las interacciones conocidas lo que se refleja en el endurecimiento por deformación
que del punto D en adelante manifiesta la curva a -.
En general, durante el periodo de endurecimiento por deformación y a medida que
crecen las tensiones es cada vez mayor la tendencia a provocar el deslizamiento cruzado por
lo que la velocidad de endurecimiento disminuye continuamente.
En el caso que nos ocupa se debe tener en cuenta que la fase predominante en un
acero de bajo contenido de carbono es la ferrita. La ferrita es BCC y en consecuencia posee 48
sistemas de deslizamiento. Por consiguiente, las diferencias entre sus factores de Schmidt
son mínimas, de forma que a partir del punto D se producen las interacciones de las
dislocaciones de los distintos sistemas de deslizamiento entre sí y con los restantes defectos.
Por lo tanto están plenamente vigentes todos los mecanismos que conducen al
endurecimiento. Las pequeñas diferencias de los factores de Schmidt provocan también la
vigencia del mecanismo de deslizamiento cruzado desde el comienzo del período lo que
hace que la velocidad de endurecimiento sea decreciente.
Cuando en la curva - se llega al punto E el endurecimiento ya no es capaz de
compensar la reducción de sección, y de allí en más, y hasta llegar a rotura (punto F), se
produce la reducción de sección localizada o estricción que localizará a su vez la sección
donde se producirá la rotura de la muestra ensayada.
32
APENDICE I
Teniendo en cuenta que la energía por unidad de longitud, asociada a una dislocación
es proporcional a.b2. (ver Apéndice 2) en el caso presentado será:
y es 0,5 > 0,166 + 0,166. Lo que demuestra que la disociación es energéticamente favorable.
siguiente hacia el observador, con iones más pequeños y rayados con el único objeto de
clarificar el dibujo.
A la derecha de la línea de dislocación los planos dibujados han sufrido un
deslizamiento relativo en la dirección y magnitud b1. A la izquierda de dicha línea no se ha
producido deslizamiento.
Entre la que va adelante (b3) que se denomina guía y la posterior b2, denominada
rastrera, existe cierta distancia como consecuencia del rechazo que es generado por sus
campos elásticos.
Cuando en el plano de deslizamiento actúa una tensión de corte resuelta de magnitud
adecuada, ambas se desplazan una en pos de la otra contribuyendo a la deformación total.
APENDICE II
Es necesario contar con las herramientas necesarias para poder efectuar operaciones
con dislocaciones. Utilizando la notación vectorial adecuada contamos con la simplicidad de las
operaciones vectoriales para resolver los problemas planteados por la asociación y disociación
de dislocaciones.
En base a la dirección del vector de Burgers y su magnitud, la notación vectorial de una
dislocación se expresa mediante los índices de Miller y un coeficiente apropiado que tendrá en
cuenta la magnitud del deslizamiento que provoca, o, lo que es lo mismo, la magnitud del
vector de Burgers.
Podemos entonces, sobre el ejemplo de la figura 38, expresar una dislocación por:
= c [uvw] donde el coeficiente c debe tener en cuenta el tipo
de red. La dirección del ejemplo es [110], y el coeficiente
tendrá en cuenta que el deslizamiento llevará el ion señalado
con 1, a la posición señalada con 2. El módulo representativo
de la dirección es:
m= = = .a
APENDICE III
Las dislocaciones tienen asociada cierta energía elástica por unidad de longitud,
producto de la distorsión generada por la particular configuración de la red cristalina en sus
proximidades. Efectuaremos el cálculo tomando la componente helicoidal.
Suponiendo un anillo de material como el de la fig., de espesor dr, y r radio medio, el
ángulo de cizallamiento es: = b/2
E= extendida al volumen
En el núcleo o corazón de la dislocación no sonaplicables las leyes del continuo, por lo que
subdividimos la integración en dos términos:
E = E1 + Ecorazón =
E1 =
Como extremo inferior se toma b, estimando deesta forma el radio del corazón. El extremo
superior se toma igual a r, despreciando el infinito, ya que la distorsión en la red cristalina a
grandes distancias de la dislocación es prácticamente nula. Entonces:
E1 =
El factor ln r/b es poco sensible al valor de r, y considerando que ellímite real de la distorsión de
la red debida a la presencia de una dislocación, puede estimarse en 500 b, tomamos ln r/b =
2n, para facilitar el cálculo, con lo que:
E1 =
37
APENDICE IV
Para que la dislocación deslice, debe actuar una fuerza F por unidad de longitud. El
trabajo efectuado por dicha fuerza será:
W = F.d.l
F = .b