Este documento describe los cambios culturales y organizativos que ocurrieron en Egipto durante la transición del período predinástico al dinástico, incluyendo la aparición de las primeras listas reales, etiquetas analíticas y títulos duales del faraón durante la primera dinastía. También describe las primeras tumbas reales y palacios funerarios construidos en Abidos durante este período formativo de la historia egipcia.
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Este documento describe los cambios culturales y organizativos que ocurrieron en Egipto durante la transición del período predinástico al dinástico, incluyendo la aparición de las primeras listas reales, etiquetas analíticas y títulos duales del faraón durante la primera dinastía. También describe las primeras tumbas reales y palacios funerarios construidos en Abidos durante este período formativo de la historia egipcia.
Este documento describe los cambios culturales y organizativos que ocurrieron en Egipto durante la transición del período predinástico al dinástico, incluyendo la aparición de las primeras listas reales, etiquetas analíticas y títulos duales del faraón durante la primera dinastía. También describe las primeras tumbas reales y palacios funerarios construidos en Abidos durante este período formativo de la historia egipcia.
Este documento describe los cambios culturales y organizativos que ocurrieron en Egipto durante la transición del período predinástico al dinástico, incluyendo la aparición de las primeras listas reales, etiquetas analíticas y títulos duales del faraón durante la primera dinastía. También describe las primeras tumbas reales y palacios funerarios construidos en Abidos durante este período formativo de la historia egipcia.
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Como estamos viendo, en el paso del predinástico al dinástico,
se producen cambios determinantes en el proceso histórico y cultural de Egipto.
Otro de estos cambios afecta la conceptualización y la organización de lo que podríamos llamar el tiempo cultural. Es, en efecto, a partir del reinado de Narmer y de la primera dinastía cuando empiezan a confeccionarse "Listas Reales", de las que hablábamos en el primer vídeo de esta lección. A la izquierda de esta diapositiva podéis ver la fotografía y el dibujo de una impronta de sello cilíndrico sobre arcilla que recoge los nombres de Horus de los ocho reyes que constituyen la primera dinastía. Este sello procede de la tumba del rey Qaa, último de la misma. Si os fijáis en el dibujo podréis ver cómo cada uno de los nombres de los reyes aparece dispuesto en una columnita, encabezada por el signo del dios halcón Horus, y se repite dos veces. La columnita de la derecha corresponde al nombre del rey Narmer, primero de la dinastía. La segunda columnita por la izquierda corresponde al nombre del rey Qaa, último de la dinastía, y aquel en cuya tumba se encontró el sello. La primera columnita por la izquierda, en cambio, corresponde al nombre, también repetido dos veces, del dios chacal Jentiamentiu, el dios de la necrópolis de un Umm el-Qaab, en Abidos, donde todos estos reyes están enterrados. La fotografía de la derecha corresponde a una estatuilla de un sacerdote de fines de la segunda dinastía o principios de la tercera, en cuyo hombro izquierdo están grabados los Serekhs de los primeros tres reyes de la segunda dinastía. El Serekhs recoge el nombre, por el título de Horus, de los Reyes. En el documento de la izquierda y en el documento de la derecha tenemos dos de las listas reales más antiguas conocidas en la historia de Egipto. Es a lo largo de la primera dinastía, cuando aparecen los dos títulos duales de la titulatura faraónica. Los reyes unificadores de finales del predinástico tuvieron un solo título, el título de Horus. Contemporáneamente, a la puesta en marcha del nuevo estado dual, aparecen estos nuevos títulos duales. El primero de ellos, que es creado a mediados de la primera dinastía, es el título de rey del alto y bajo Egipto, que se escribe con una caña y una abeja y que ya conocemos por el primer vídeo de esta lección. El segundo, que es creado a finales de la dinastía, es el título de dos señoras, que se escribe con un buitre y una cobra encima del signo jeroglífico que sirve para anotar la palabra señor, el signo de una cesta. El buitre es la diosa tutelar del Alto Egipto, mientras que la cobra es la diosa tutelar del Bajo Egipto. El título se aplica al rey, en tanto que protegido por estas dos divinidades. En la fotografía de esta diapositiva podéis ver los nombres de los últimos cuatro reyes de la primera dinastía, pero no por sus títulos de Horus, como en la diapositiva anterior, sino por sus títulos duales de rey del alto y bajo Egipto y de dos señoras. Otra de las novedades de la primera dinastía, en lo que se refiere a la conceptualización y organización del tiempo, es la aparición de las llamadas etiquetas analísticas, de las cuales también hemos tenido ocasión de hablar en el primer vídeo de esta lección. Ésta que veis aquí corresponde al rey Den, quinto de la primera dinastía. En las etiquetas analísticas se registran los principales acontecimientos, normalmente rituales, de un año del reinado de un faraón. En este caso, el principal acontecimiento registrado, como vemos por el registro superior derecho, es la celebración del Festival de Sed. Se trata del mismo motivo que veíamos en la cabeza de maza de Narmer. En este caso, el rey, que está representado dos veces, aparece tocado con la corona Pshent, que es la corona doble. Está compuesta por la corona roja del Bajo Egipto y la corona blanca del Alto Egipto, y es un nuevo símbolo del estado dual. En cuanto a las tumbas reales de comienzos del dinástico, los faraones de la primera dinastía y los últimos dos y más importantes de la segunda, a pesar de haber trasladado su lugar de residencia a Memfis, siguieron enterrándose en el cementerio de sus antepasados, en el cementerio de Umm el-Qaab, en Abidos, en concreto en el sector más meridional del mismo. Lo hicieron en grandes mastabas, de las cuales hoy conservamos tan sólo las sube estructuras que se caracterizan por ser más monumentales que las tumbas de la etapa inmediatamente anterior, por incorporar, desde mediados de la primera dinastía, una rampa o escalera de acceso a la cámara funeraria y por estar acompañadas o rodeadas de tumbas subsidiarias, destinadas a los miembros de la familia real o altos funcionarios o a personas sacrificadas en el momento de la muerte del rey para acompañarlo como séquito en el más allá. Esta última práctica, que hunde sus raíces en el cementerio HK6 de Hieracómpolis, como tuvimos ocasión de ver, es característica de la primera dinastía, pero desaparece por completo en la transición de la primera a la segunda dinastía. En esta fotografía podéis ver la subestructura de la mastaba del rey Den, de mediados de la primera dinastía. La superestructura de estas tumbas, no conservada, debió consistir en una mastaba baja, compacta, de arena y cascotes revestidos de adobe, delante de la cual se habrían colocado, hincadas en el suelo, las dos estelas simétricas con el nombre de Horus, del rey correspondiente. Muchas de estas estelas han llegado hasta nosotros, siendo la más famosa la estela del rey Djet o rey Serpiente, que aquí tenéis reproducida en la fotografía de la derecha y que hoy se guarda en el Museo del Louvre. Otra importante innovación de los reyes de las primeras dos dinastías son los llamados palacios funerarios. Se trata de grandes recintos rectangulares de adobe con los muros moduladas en entrantes y salientes, como podéis ver en la fotografía de la derecha, que la mayoría de estos reyes se hizo construir para su culto funerario, que ahora dejó de celebrarse junto a las tumbas, en Umm el-Qaab. Los palacios funerarios se encuentran en la misma Abidos, a un kilómetro y medio, aproximadamente, al oeste de Umm el-Qaab, en el límite entre el desierto y las tierras de cultivo, y constituyen el precedente estructural inmediato de lo que a principios de la tercera dinastía será el complejo funerario del rey Necherjet Dyeser, en Saqqara. Con la diferencia de que este último será de piedra, será mucho más monumental e incorporará la pirámide escalonada, como tendremos ocasión de ver en la próxima lección. Si os interesan las primeras dos dinastías, es decir, la época tinita, aquí tenéis una serie de referencias bibliográficas y web gráficas.