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Art. 1. Psicología Cognitiva

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Psicología cognitiva:

definición, teorías y autores


principales
¿Qué es la psicología cognitiva y qué
podemos aprender de esta corriente de
investigación?

Adrián Triglia
30 mayo, 2016 - 01:06

Cada vez que hablamos sobre lo que es la psicología y sobre lo que


"dicen los psicólogos", estamos simplificando mucho. A diferencia de lo
que ocurre en la biología, en psicología no sólo no existe una teoría
unificada en la que se base toda la disciplina, sino que las distintas
corrientes psicológicas que hay parten de posturas en buena parte
irreconciliables y muchas veces ni siquiera comparten un objeto de
estudio.

Sin embargo, eso no significa que hoy en día no exista una corriente
dominante que se haya impuesto a las demás. Esta corriente de la
psicología es, en nuestros días, el cognitivismo, en el que se basa la
psicología cognitiva.

¿En qué consiste la psicología cognitiva?


La psicología cognitiva es la vertiente de la psicología que se dedica al
estudio de los procesos mentales como la percepción, la
planificación o la extracción de inferencias. Es decir, procesos que
históricamente se han entendido como privados y fuera del alcance de
los instrumentos de medición que se han venido utilizando en estudios
científicos.

El cognitivismo y la psicología cognitiva han supuesto un golpe sobre la


mesa por parte de una comunidad de investigadores que no quería
renunciar al estudio científico de los procesos mentales, y
aproximadamente desde los años 60 han formado la corriente de
psicología hegemónica en todo el mundo.

Para explicar los orígenes de la psicología cognitiva hay que retroceder a


mediados del siglo pasado.

La psicología cognitiva y la metáfora


computacional
Si en la primera mitad del siglo XX las escuelas dominantes en el mundo
de la psicología eran la psicodinámica iniciada por Sigmund Freud y
la conductista, a partir de los años 50 el mundo de la investigación
científica empezó a vivir una época de cambios acelerados ocasionados
por la irrupción de los progresos en la construcción de ordenadores.

A partir de ese momento empezó a ser posible entender la mente


humana como un procesador de información comparable a
cualquier ordenador, con sus puertos de entrada y de salida de datos,
partes dedicadas a almacenar datos (memoria) y ciertos programas
informáticos encargados de procesar la información de manera
adecuada. Esta metáfora computacional serviría para crear modelos
teóricos que permitiesen formular hipótesis e intentar predecir el
comportamiento humano hasta cierto punto. Nacía así el modelo
informático de los procesos mentales, muy utilizado en psicología a día
de hoy.

La revolución cognitiva
A la vez que se sucedían los progresos tecnológicos en el ámbito de la
informática, el conductismo iba siendo cada vez más criticado. Estas
críticas se centraban, básicamente, porque se entendía que sus
limitaciones no permitían estudiar adecuadamente los procesos
mentales, al limitarse a extraer conclusiones sobre lo que es observable
directamente y lo que tiene una repercusión clara sobre el entorno: la
conducta.

De este modo, durante los años 50 surgió un


movimiento a favor de una reorientación de la
psicología hacia los procesos mentales. En esta
iniciativa participaron, entre otros, seguidores de la
antigua psicología de la Gestalt, investigadores de
la memoria y el aprendizaje interesados en lo cognitivo, y algunas
personas que se habían ido distanciando del conductismo y,
especialmente, Jerome Bruner y George Miller, que encabezaron la
revolución cognitiva.

Se considera que la psicología cognitiva nació como fruto de esta etapa


de reivindicaciones a favor del estudio de los procesos mentales, cuando
Jerome Bruner y George Miller fundaron el Center for Cognitive
Studies de Harvard en el año 1960. Poco más tarde, en el 1967, el
psicólogo Ulric Neisser aporta una definición sobre lo que es la psicología
cognitiva en su libro Cognitive psychology. En esta obra explica el
concepto de cognición en términos computacionales, como un proceso
en el que se procesa información para poder usarla más adelante.

La reorientación de la psicología
La irrupción de la psicología cognitiva y el paradigma cognitivista supuso
un cambio radical en el objeto de estudio de la psicología. Si para el
conductismo radical de B. F. Skinner lo que debía estudiar la psicología
era la asociación entre estímulos y respuestas que puedan ser
aprendidas o modificadas a través de la expriencia, los psicólogos
cognitivos empezaron a hipotetizar sobre estados internos que permitían
explicar la memoria, la atención, la percepción, e infinidad de temas que
hasta ese momento solo se habían tocado tímidamente por los
psicólogos de la Gestalt y algunos investigadores de finales del siglo XIX
y principios del XX.

La metodología de la psicología cognitiva, que heredaba muchas cosas


del conductismo, consistía en realizar suposiciones sobre el
funcionamiento de los procesos mentales, realizar inferencias a partir de
estas suposiciones, y poner a prueba lo que se da por supuesto
mediante estudios científicos, para ver si los resultados encajan con los
supuestos de los que se parten. La idea es que la acumulación de
estudios acerca de los procesos mentales irían perfilando cómo
podría funcionar y cómo no funciona la mente humana, siendo este el
motor del progreso científico en el campo de la psicología cognitiva.

Críticas a esta concepción de la mente


La psicología cognitiva ha sido fuertemente criticada por los psicólogos e
investigadores asociados a la corriente conductista. El motivo es que,
según su perspectiva, no hay motivo alguno para considerar que los
procesos mentales son otra cosa diferente a la conducta, como si
fuesen elementos fijos que permanecen en el interior de las
personas y que están relativamente separadas de lo que ocurre a
nuestro alrededor.

Así, la psicología cognitiva es visto como una perspectiva mentalista que,


ya sea mediante el dualismo o mediante el materialismo metafísico,
confunde los conceptos que se supone que deberían ayudar a entender
el comportamiento, con el objeto de estudio en sí. Por ejemplo, se llega a
entender la religiosidad como un conjunto de creencias que permanecen
dentro de la persona, y no una disposición a reaccionar de ciertos modos
ante ciertos estímulos.

Como consiguiente, los actuales herederos del conductismo consideran


que la revolución cognitiva, en vez de aportar argumentos de peso contra
el conductismo, se limitó a hacer ver que lo había refutado, haciendo
pasar por delante del razonamiento científico los propios intereses y
tratando a las atribuciones hechas sobre lo que puede estar ocurriendo
en el cerebro como si fuese el fenómeno psicológico a estudiar, en vez
de la propia conducta.

La psicología cognitiva a día de hoy


Actualmente la psicología cognitiva sigue siendo una
importantísima parte de la psicología, tanto en investigación como
en intervención y terapia. A su progreso han ayudado los
descubrimientos en el ámbito de neurociencias y la mejora de las
tecnologías que permiten escanear el cerebro para obtener imágenes
sobre sus patrones de activación, como por ejemplo la fMRI, que aporta
datos extras acerca de lo que pasa en la cabeza de los seres humanos y
permite "triangular" la información obtenida en los estudios.

Sin embargo, cabe destacar que ni el paradigma cognitivista ni, por


extensión, la psicología cognitiva están libres de críticas. Las
investigaciones realizadas en el seno de la psicología cognitiva reposan
sobre varios supuestos que no tienen por qué ser ciertos, como por
ejemplo la idea de que los procesos mentales son algo distinto a la
conducta y que lo primero causa lo segundo. Por algo es que, aún a día
de hoy, existe el conductismo (o un descendiente directo de este, más
bien, y no solo no ha sido totalmente asimilado por la escuela cognitiva,
sino que además la critica duramente.

Referencias bibliográficas:

• Beck, A.T. (1987). Cognitive Therapy of Depression. New York, NY:


Guilford Press.
• Eysenck, M.W. (1990). Cognitive Psychology: An International
Review. West Sussex, England: John Wiley & Sons, Ltd.
• Malone, J.C. (2009). Psychology: Pythagoras to Present.
Cambridge, Massachusetts: The MIT Press.
• Quinlan, P.T., Dyson, B. (2008) Cognitive Psychology. Publisher-
Pearson/Prentice Hall.

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