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1.Antecedentes históricos de la economía.

La economía es tan antigua como la propia humanidad. Hace cinco mil años, cuando dos pastores
intercambiaban una cabra por cinco gallinas, estaban haciendo economía. Desde
entonces se han sucedido, uno tras otro, diferentes sistemas económicos. ¿Podemos entonces,
mirando al pasado, intuir lo que nos depara el futuro?

Cada sistema económico, se ha visto precedido de un cambio en la filosofía de la sociedad, además,


dicho sistema ha respondido a una serie de necesidades e inquietudes propias de la
época en la que fue creado.

1. Los primeros sistemas agrarios

En el principio toda la actividad económica estaba circunscrita a la agricultura, la pesca y el


pastoreo. No existía el dinero y todos los intercambios económicos se hacían mediante trueques, de
modo que nuestros ancestros ignoraban lo que era una hipoteca o una empresa de trabajo
temporal.

Durante siglos, las principales vías de comunicación y comercio fueron los ríos. Los intercambios
que se realizaban estaban basados en los excedentes de las familias, productos artesanales hechos a
mano que sobraban. Estas constituían los principales núcleos económicos de
las economías de subsistencia.

Con las culturas egipcia, griega y romana, en ese orden, el sistema esclavista constituyó la base de la
economía. La principal riqueza provenía del trabajo de los esclavos en la agricultura. La guerra
también se consideraba, según algunos filósofos griegos, una fuente de riqueza, debido al
aprovisionamiento de esclavos y la mano de obra barata que se obtenía tras las conquistas.

Durante el imperio romano se produjo un aumento en la actividad comercial, si bien no era muy
eficiente pues todas la mercancías se enviaban a Roma y, desde allí, se redistribuían a los confines
del “mundo conocido”.

2. El sistema feudal

Con el derrumbamiento del imperio romano se produjo una gran vertebración de la actividad
económica. El concepto de imperio protector con fronteras bien definidas se vino abajo y los
campesinos, principales generadores de riqueza, se mudaron al castillo más cercano para protegerse
de las hordas de invasores y saqueadores.

Cada señor feudal protegía a un número determinado de vasallos que trabajaban las tierras; A
cambio de la protección, les entregaban una cantidad anual de su cosecha al señor y a la iglesia. Esto
era lo que se conocía como diezmo, por equivaler a la décima parte de la cosecha. Durante esta
época el comercio se reducía a ciertas ferias de carácter anual donde se compraban
y vendían artículos artesanales.
A finales de la época feudal comenzó a surgir una nueva forma de producción de riqueza,
diferente a todo lo conocido hasta entonces (agricultura, ganadería, pesca y conquista) y
basada
en la aportación de un cierto valor añadido a las mercancías. Hablamos del gremio de
artesanos, precursores de las fábricas. En esta etapa los ricos debían purgar su condición de
privilegio mediante la entrega de limosna (caridad) y el cobro de intereses se consideraba una
blasfemia.

3. El sistema mercantilista

Conforme los tiempos avanzaron y las hordas invasoras redujeron su flujo, las ciudades
comenzaron a crecer fuera de las murallas, y comenzó la difusión de la moneda, la letra de
cambio y los pagarés. Con ello, el ser rico no estaba mal visto ya que si el trabajo dignifica, la
riqueza, como producto del trabajo, era igualmente digna. Surge una nueva clase social entre
los campesinos, la nobleza y el clero: la burguesía, aupada por el comercio.

Con todos estos cambios, el cobro de interés deja de ser un tabú. Se entiende que el que presta
corre el riesgo de que no se le devuelva el dinero de modo que el interés se entiende como
una compensación a dicho riesgo. Además, el que presta dinero tampoco puede utilizarlo en
otra
cosa así que el cobro de interés se ve legitimado una vez más por lo que se conoce como
“lucro cesante”.

4. Capitalismo vs. comunismo

Fábricas, sindicatos, producción en cadenas, partes intercambiables, internet… Con la llegada


del capitalismo la riqueza dejó de ser un medio para acercarse a dios y se convirtió en un fin
en sí mismo. Enriquecerse era la meta de la versión económica de la evolución de Darwin: los
más listos era los que se enriquecían. El capitalismo se basó, en sus inicios, en la falsa creencia
de que las materias primas eran ilimitadas. La falsedad de esta premisa se puso de manifiesto
con la crisis del petróleo de 1973. Lógicamente, las materias primas parecían ilimitadas cuando
la Tierra tenía 100 millones de habitantes, pero con más de 6.000 la cosa cambiaba.

Por otra parte, como buena utopía, el comunismo funcionaba bien sobre el papel pero fallaba
en uno de sus pilares básicos: el ser humano y su altruismo para con sus semejantes. Todo se
basaba en la planificación centralizada, la supremacía del bien común y el estado sobre el
individuo.
El estudio de la economía se remonta a las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Grecia,
el Imperio romano, las civilizaciones árabes, persas, chinas e indias.

Economía del Imperio romano.


La mayor influencia de esta época viene por parte de los griegos, los cuales utilizaron la
palabra economía por primera vez. Entonces la emplearon para referirse a la administración
del hogar (oikonomía, oikos de casa y neimen de norma).

Platón dio una definición de economía dividida en dos partes, por un lado, el estudio de la
administración doméstica y por otro, el estudio del comercio. Aristóteles fue el primer
economista analítico, se refirió a diversos temas económicos, que desde entonces han
mantenido actualidad, como sus definiciones económicas, los fenómenos de cambio y las
teorías monetarias y de valor.

En la Edad Media, cabe destacar las aportaciones a la economía del feudalismo y la filosofía
escolástica. Destacan en la ciencia económica grandes personajes como Santo Tomás de
Aquino, Antonio de Florencia y Ibn Jaldún.

Principios de la economía.

El nacimiento de la economía como ciencia:

Los estudiosos jesuitas de la escuela de Salamanca establecieron las primeras teorías


económicas modernas, defendiendo los beneficios de la propiedad privada a las actividades
económicas. Por esas contribuciones han sido calificados en numerosas ocasiones como
fundadores de la ciencia económica, a pesar de que la mayoría de sus contribuciones
estuvieron desaparecidas hasta el siglo XX.
Más adelante, destacaron los mercantilistas y la fisiocracia:

Los mercantilistas, que afirmaban que mediante el intercambio de mercaderías y la


acumulación de oro y plata se generaba riqueza.La fisiocracia, decía que la riqueza solo se
genera en las tareas agrícolas, y que el intercambio de mercadería, e incluso la industria, no
agregaban ningún valor. Al contrario que los mercantilistas, los fisiócratas promulgaban la
política económica del laissez faire, defendiendo el libre mercado contra el
intervencionismo del Estado.
La economía como ciencia independiente

A finales del siglo XVIII es cuando la economía se empieza a considerar ampliamente como
una ciencia, desde la publicación del libro de Adam Smith, la riqueza de las naciones. La
publicación de este libro se ha llegado a calificar como el verdadero nacimiento de la
economía como una disciplina científica independiente, ya que hasta entonces se englobaba
dentro de la filosofía.

Las teorías postuladas en esta época se conocen como economía clásica. En esta corriente
fueron muy importantes para la economía además de Adam Smith, los economistas Thomas
Robert Malthus, su ensayo sobre los principios de la población y David Ricardo, con sus
teorías de la ventaja comparativa, la ley de los rendimientos decrecientes y teoría sobre la
distribución de la renta.

Desde entonces han surgido varias corrientes económicas. Entre todas ellas cabe destacar el
marxismo, el neoclasicismo, el keynesianismo, el monetarismo y el liberalismo económico.

¿Cuál ha sido la evolución de la economía a través de la historia?


En el periodo comprendido entre los años 2010 y 2018, la economía mexicana creció a un
promedio de 2.8%, sin embargo, debido a la caída en los precios del petróleo de 2019 y la
crisis económica global ocasionada por el COVID-19 en 2020, la economía se ha visto
afectada en los últimos años.
1.1 ¿Qué es la economía, que estudia, campos de estudios
y clasificación?.
La Economía (o Ciencias Económicas) es una ciencia social cuyo ámbito de interés lo constituyen
los modos en que una sociedad se organiza a sí misma para satisfacer sus necesidades materiales e
inmateriales de consumo, a través de un ciclo de producción, distribución e intercambio de
bienes que idealmente se perpetúa en el tiempo.

La Economía, en otras palabras, es el estudio de los modos de organización y distribución de los


bienes escasos que cada sociedad requiere y por ende produce o adquiere mediante diferentes
estrategias, de modo de satisfacer la mayor cantidad de demanda a partir de un número finito de
bienes tangibles o intangibles.
Dicho así, podríamos deducir que la Economía intenta comprender los procesos de producción
y consumo de cualquier grupo humano, para aspirar a una ideal repartición y gerencia de los
recursos. Esto le ha permitido aplicarse a diversas áreas de estudio y trabajar con otras disciplinas
puntuales, como lo son el Derecho, la Administración, los negocios, la política, la guerra, la
ciencia y un prolongado etcétera.

Al mismo tiempo, la Economía echa mano a herramientas y procesos de diversas áreas del saber,
como la psicología, la filosofía, la historia, etc. para ayudarse en su comprensión de las dinámicas
económicas de las sociedades. Se trata de un saber multidisciplinario que data de los tiempos de
la Antigüedad Clásica (sobre todo Aristóteles).

Sistemas económicos:

Capitalismo
Socialismo
Comunismo.

*¿Qué estudia la economía?

Es una ciencia social que observa y estudia cómo se administran los recursos para satisfacer la
demanda de los humanos.
De igual forma, si se observa desde el punto de vista macro hasta el micro, todos somos
consumidores y productores que tomamos decisiones para poder satisfacer nuestras necesidades.
Así es cómo la economía estudia el comportamiento, acciones y las decisiones que tomamos con
respecto a agentes económicos
*Los campos de estudio de la Economía son:

La macroeconomía y la microeconomía.
La primera estudia el comportamiento de la economía global, es decir, regiones geográficas particulares,
países, continentes y el mundo en general.
Mientras que microeconomía analiza el comportamiento individual de los consumidores (personas,
hogares, negocios y organizaciones gubernamentales).

*Su clasificación es:

La economía como ciencia generalmente se divide en dos grandes ramas, por un lado la microeconomía
que estudia los comportamientos de los agentes económicos individuales y, por otro la macroeconomía
que estudia los efectos de todas las interacciones entre agentes individuales como un conjunto global.
Para su estudio, se utilizan herramientas de análisis como la estadística, la econometría, la ciencia de datos
y la computación científica.

Desde su origen, el hombre ha buscado formas de satisfacer sus necesidades, lo cual presenta muchos
obstáculos pues la fuente de la mayoría de los bienes son recursos no renovables y perecederos. La
combinación de estos factores, la disponibilidad o no de los bienes, las necesidades humanas y su
naturaleza social dieron en su momento origen a la economía.

La economía nace de las necesidades siempre crecientes del núcleo principal de la sociedad, que es la
familia. Tal como el origen etimológico del término "economía" indica, en una casa se deben tomar
muchas decisiones entre las cuales debe decidirse qué tareas serán realizadas por cada uno de sus
miembros y qué recibirán a cambio. Un ejemplo de la administración natural que se da en una casa es el
que, prestando su "mano de obra", cocina o lava la ropa y a manera de pago recibe un postre extra en la
cena o decide qué se verá en la televisión. En suma, en una familia se deben distribuir los recursos, que
son agotables, entre los diferentes miembros según sus habilidades, esfuerzos y deseos. Al igual que una
casa, la sociedad enfrenta numerosas decisiones día a día.
Una sociedad debe encontrar la manera de decidir qué trabajos deben realizarse y quién llevará a cabo
estas tareas. Se necesitan personas con diferentes profesiones y oficios que trabajen la tierra, otras que
confeccionen ropa, otras que diseñen y construyan edificios, etc. Una vez que se han asignado las
diversas tareas a los individuos que las llevarán a cabo (así como la tierra, los edificios y las máquinas),
deben designarse, de igual modo, los diferentes bienes y servicios que serán producidos y la manera en la
que se realizará la asignación de recursos en la sociedad.

La economía no tiene mucha dificultad ya que es una actividad natural del ser humano que deriva en
buena medida de su comportamiento gregario, tal como se aprecia en otros animales que exhiben el
mismo tipo de conducta como las hormigas o las abejas que entre sus individuos presentan una división
de tareas muy específica, lo cual tiene como único fin asegurar la supervivencia de las complejas colonias
que forman en sus hormigueros y colmenas respectivamente. Independientemente de si se hace
referencia a la economía de una ciudad, de un país o a la del mundo, la economía es simplemente un
grupo de personas interactuando cotidianamente entre sí. El comportamiento de una economía refleja el
comportamiento de sus individuos.
La economía como tal existe desde que el hombre tuvo que enfrentar la escasez de recursos y el exceso
de demanda, así como la justa y eficaz repartición de los mismos.
1.2 Sectores productivos, concepto, tipos y actividades
económicas de estos.
Los sectores de producción, o lo que es lo mismo, los sectores de actividad económica, establecen una
clasificación de la economía en función del tipo de proceso productivo que lo caracteriza.

Cada país apuesta más firmemente por uno u otro sector en función, entre otros factores clave, de los
recursos propios —y/o ajenos— con los que cuenta, de sus posibilidades de crecimiento y expansión,
y de sus preferencias a la hora de adoptar una estrategia de desarrollo concreta, caracterizando así su
modelo productivo y, con ello, determinando en gran medida las políticas de gestión que deberá
adoptar para alcanzar los objetivos económicos que se haya establecido. Los sectores productivos de la
economía española se caracterizan por un peso muy alto en el sector de los servicios, pero otros países
como México se basan más en las industrias manufactureras y el comercio.

Como es de suponer, los distintos sectores de producción presentan grandes diferencias entre sí,
especialmente en áreas clave y tan fundamentales como las de abastecimiento, suministro y logística,
y por supuesto en los procesos y las actividades directamente implicadas en la producción. Es decir, la
planificación y la gestión de la cadena de suministro en función de las necesidades y las
especificidades propias de cada sector juegan un papel fundamental en su definición.

Tipos de sectores de producción.

Hay 3 principales tipos de sectores de actividad:


El sector primario.
El sector secundario o industrial.
Sector terciario o servicios.
Aún así, se considera que hay dos mas que veremos mas tarde.
Sector primario, secundario y terciario: La evolución
La clasificación de la actividad económica en sectores de producción básicamente responde,
como decíamos, a la consideración atenta de las especificidades que caracterizan los distintos tipos de
procesos productivos, agrupados en función de semejanzas y afinidades. Se trata, por ende, de
conceptos maleables, dinámicos y cambiantes que a lo largo de la historia han experimentado
evoluciones y transformaciones de mayor o menor entidad —a veces completamente dispares
entre sí—, dando lugar al surgimiento de nuevos sectores productivos.
Indisolublemente unidos al afán por ofrecer respuestas eficientes y efectivas a las necesidades
humanas, cada vez más complejas, el devenir de los sectores productivos ha evolucionado parejo a la
imparable y progresivamente sostenida sofisticación de la vida. Un devenir fundamentalmente
condicionado por el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas, que no solo han determinado
el grado de eficiencia y eficacia de las respuestas ofrecidas a las nuevas necesidades que han ido
surgiendo en las distintas etapas históricas, sino también las transformaciones y los avances de ciertas
ramas de la actividad económica que, finalmente, han terminado por emanciparse de su sector
originario y troncal, dando lugar a nuevos sectores productivos.
Sectores de producción I: el sector primario

Este sector se ocupa de las actividades económicas relacionadas con la transformación de los
recursos naturales en productos primarios no elaborados. Estos bienes serán a su vez
empleados en procesos de producción industrial a modo de materia prima.
De entre todos los sectores de producción, quizás sea éste donde los avances tecnológicos
hayan causado un mayor impacto. Las nuevas posibilidades en materia de agricultura,
ganadería, pesca, minería, caza, la acuicultura, silvicultura y apicultura consiguen que:
Los procesos reduzcan su duración temporal considerablemente.
Se produzca un mayor aprovechamiento de los recursos.
Se consiga una planificación más precisa, en base a pronósticos y previsiones basadas
en datos objetivos, y no en la intuición.

Sectores de producción II: el sector secundario.

Partiendo de las materias primas, los procesos del sector secundario consiguen realizar una
transformación que resulta en productos listos para el consumo. En su evolución, caben
destacar tres hitos:

•La automatización ha ido en aumento.


•La generación de residuos y desechos se ha reducido.
•Los procesos continúan aumentando su productividad.

La industria química, la siderúrgica, la mecánica, la textil o la producción de bienes de


consumo forman parte de las englobadas en esta categoría. También lo hace la
construcción aunque, en muchas clasificaciones se considera de forma separada por su
entidad.

Sectores de producción III: el sector terciario

Tradicionalmente, en el estudio de los sectores de producción era éste el de más abstracta


consideración puesto que se trata de actividades que no producen bienes tangibles. Hoy
día, las empresas que se dedican a ofrecer servicios de apoyo son uno de los activos más
valiosos de la economía, tanto por su aportación en términos de capital, como en términos
de valor, ya que la variedad de este sector engloba desde compañías que orientan sus
servicios al cuidado de personas, hasta empresas punteras en tecnología que dan soporte a
procesos industriales de diversa índole.
No sólo eso, sino que en el sector terciario también se incluyen las organizaciones dedicadas al:
Transporte.
Comunicaciones.
Turismo.
Comercio.
Finanzas
La evolución en este área ha sido más bien una revolución y ha llegado de la mano de internet y el
descubrimiento de datos. Hoy día los servicios son:
Personalizados.
Globales.
Integrales.
De mayor calidad que nunca.
Las redes sociales juegan un papel importante en el mantenimiento de estos estándares ya que, al ser la
inmediatez una realidad, cualquier opinión de cualquier usuario de un servicio puede ser conocida al momento
por millones de personas en la red, que podrán elegir si desean basar en ella su decisión de contrato del mismo o
si, por el contrario, prefieren abstenerse y buscar entre los competidores.

Sectores de producción IV: el sector cuaternario

La comunicación y la información son por sí mismas prueba de su propia evolución. El nivel de detalle al que
se puede acceder hoy día con avances como:

•Big data.
•El internet de las cosas.
•El quantified self.

Al combinarse con las posibilidades de la información:

En cualquier momento.
En cualquier lugar.
Con o sin conexión a internet.

Configuran un panorama único y fuente de progreso que, con su estela, fomenta el cambio en el resto de
sectores de producción, que van adaptándose a los cambios e integrándolos con sus dinámicas de trabajo. Estos
valores intangibles son la clave de la innovación y el complemento perfecto para las actividades en otros
campos, que se enriquecen del contacto con las del sector cuaternario consiguiendo que ganemos todos.

Clasificación de los sectores de producción

Tradicionalmente, y hasta hace escasas décadas, distinguíamos 3 sectores de producción y fabricación básicos.
Una clasificación que a día de hoy, y al abrigo de la revolución de las nuevas tecnologías de la comunicación
y la información experimentada en los últimos lustros, ha sido ampliada estableciéndose, a día de hoy, hasta
dos sectores productivos de nuevo cuño.
Clasificación de los sectores de producción:

Tradicionalmente, y hasta hace escasas décadas, distinguíamos 3 sectores de producción y


fabricación básicos. Una clasificación que a día de hoy, y al abrigo de la revolución de las
nuevas tecnologías de la comunicación y la información experimentada en los últimos
lustros, ha sido ampliada estableciéndose, a día de hoy, hasta dos sectores productivos de
nuevo cuño.

Sector primario, secundario y terciario.


El sector primario o agropecuario: es el que, a partir de sus actividades, obtiene el producto
directamente de los recursos naturales, transformándolo en materias primas no elaboradas
destinadas principalmente a la producción industrial y al abastecimiento de determinados
tipos de servicios. Este sector incluye la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la caza y la
pesca, pero no así la minería ni a la extracción de petróleo, las cuales se consideran parte del
sector industrial. Se trata, por lo tanto, del sector de las fuentes primarias de recursos, que
incluye tanto a los recursos naturales renovables como a los no renovables.

El sector secundario o industrial: comprende todas las actividades económicas de un país


relacionadas con la extracción y la transformación industrial de materias primas en bienes o
mercancías, que se utilizan tanto como base para la fabricación de nuevos productos como
para abastecer directamente las necesidades del mercado, mediando en ello distribuidores y
comerciantes —o no, sobre todo a partir del surgimiento y la expansión del modelo de
comercio B2C (Business-to-Consumer), al amparo de la revolución propiciada por las
nuevas redes de comunicación e Internet—, los cuales se adscriben ya al sector terciario.

El sector secundario o industrial se divide, a su vez, en dos subsectores: el industrial


extractivo (industria minera y petrolífera) y el industrial de transformación (envasado,
embotellado, manipulación y transformación de materias primas y/o productos
semielaborados…).
El sector terciario o de servicios: incluye todas las actividades que no producen una
mercancía como tal, pero que se encargan de abastecer al mercado de bienes y servicios y
que, por lo tanto, devienen necesarias y fundamentales para el correcto funcionamiento de
la economía en general. Este sector incluye el comercio, las industrias hotelera y de
restauración, el transporte, los servicios financieros, las comunicaciones, los servicios de
educación, los servicios profesionales, las administraciones públicas...
El sector terciario o de servicios: incluye todas las actividades que no producen una
mercancía como tal, pero que se encargan de abastecer al mercado de bienes y servicios y que,
por lo tanto, devienen necesarias y fundamentales para el correcto funcionamiento de la
economía en general. Este sector incluye el comercio, las industrias hotelera y de restauración,
el transporte, los servicios financieros, las comunicaciones, los servicios de educación, los
servicios profesionales, las administraciones públicas...

Con rigor, los dos primeros sectores producen bienes tangibles y, por ello, se consideran
sectores productivos; en cambio, el terciario se considera estrictamente un sector no
productivo, puesto que no produce bienes tangibles pese a ser, sin embargo, de vital
importancia para la construcción de una economía nacional sólida y fundamental en la
estimación del PIB de cualquier país desarrollado (o en vías de desarrollo).

En España, y en concreto desde 1980 hasta la actualidad, se ha registrado una disminución


progresiva de la contribución de la industria al empleo, un hecho al que cabría sumar la
progresiva y creciente desocupación en el sector primario, experimentada de un modo constante
desde la década de los 60 del pasado siglo XX y especialmente alentada durante lo que se conoce
como la época del desarrollismo.

En el otro lado de la balanza, se halla la alta competitividad del sector servicios en España, no
solo en lo que respecta al comercio interior sino también, y de un modo destacado, en lo
concerniente a la inversión española en el exterior, especialmente en los sectores bancario,
de distribución, transporte y logística, ingeniería, gestión y construcción de infraestructuras
(aeropuertos, autopistas, etc.), aguas y residuos, en el sector hotelero, y los sectores de
producción y distribución de energía (incluidas las energías renovables), seguros, telefonía, etc.

Algunos sectores de producción son:

Agricultura y recolección.
Minería y extracción de canteras.
Silvicultura.
Pastoreo.
Caza de pesca.

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