Proyecto Lectura 6. 15 Am
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA
NACIONAL
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
Tlaquepaque, Jalisco
Febrero, 2023
INTRODUCCIÓN
Los comienzos del siglo XXI, caracterizados por una mutación ininterrumpida, rápida y
constante, con tendencias a acelerarse y expandirse por todo el mundo ─como fue la
irrupción de la pandemia por Covid-19─, estableció otros imperativos para los
universitarios, como saber leer y la práctica lectoral, condición que define en gran
medida el acceso a los saberes, y se constituyen en instrumentos imprescindibles que
coadyuvan en la formación académica y toma de conciencia de los universitarios.
A. ANTECEDENTES
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PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
De igual manera, no se cuenta con suficiente información científica que permita conocer
los usos que le dan a sus lecturas, los géneros que leen, o el impacto que tienen los
nuevos formatos electrónicos en sus prácticas lectoras por lo que se hace difícil definir y
establecer un perfil integral del lector universitario mexicano del siglo XXI, así como el
conocer con veracidad el estado que guardan sus capacidades lectoras en el contexto de
la sociedad del conocimiento en la que se encuentran inmersos.
Si bien es cierto que existen algunos estudios que empiezan a develar diversos datos de
orden cuantitativo y cualitativo relacionadas con las estrategias y prácticas lectoras de
los universitarios, también es de reconocer que hacen falta más investigaciones que
ahonden en esta temática y donde se aborden otras variables que permitan tener un
acercamiento más profundo sobre algunos aspectos subjetivos en relación con la lectura.
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la comprensión lectora, donde se aborde el estudio de variables cuantitativas y
cualitativas en relación con algunas subjetividades inherentes a las prácticas lectoras de
los estudiantes universitarios, tales como: la percepción, contenidos simbólicos,
trayectorias y valoraciones de la lectura, de los textos impresos y electrónicos en el
imaginario de los estudiantes; variedades de prácticas de lectura dentro y fuera del
contexto educativo; capital económico, social, escolar y cultural del lector universitario,
escenarios comunes de lectura, utilidad y aplicación de la lectura en la cotidianidad, etc.
Generar conocimiento que ahonde sobre las estrategias que utilizan los universitarios al
comprender un texto, analizar la incidencia que tiene el capital escolar, social,
económico y cultural de los estudiantes universitarios en sus estrategias y prácticas de
lectura. Determinar las maneras y formas en que interviene la universidad en la
construcción, percepción, simbolismo y valor que le asignan a sus prácticas lectoras y a
los diversos textos, tanto impresos como digitales que consultan periódicamente; serán
los ejes de nuestro problema de investigación y abarcarán las siguientes categorías de
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análisis de tipo cuantitativo y cualitativo:
Esta investigación tiene como universo de estudio a los estudiantes de la UPN Unidad
142 Tlaquepaque. Las preguntas que se establecen para esta investigación son las
siguientes:
c) ¿Qué efectos o impacto tienen las prácticas de lectura en la vida cotidiana de los
estudiantes de la UPN unidad 142?
Bonilla, Dovalí, Ortega y Prieto (2007), definen la comprensión lectora como el proceso
en el que la lectura es significativa para las personas. Se destaca el empleo por parte de
los lectores de sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir su
significado. Son importantes los conocimientos previos, ya que cuanto mayor sean los
conocimiento de los textos, le permitirán al lector reconocer el significado de las
palabras, así como tener una mayor capacidad de predecir y elaborar inferencias sobre la
lectura (Pérez, 2005).
Leer consiste en descifrar el código de la letra impresa para que ésta tenga significado y,
como consecuencia, se produzca una comprensión del texto. Cuando se lee un texto se
construye una representación de su significado guiado por las características del mismo
–letras y palaras– y ello conduce a la comprensión (Valles, 2005).
Durante el proceso de comprensión lectora, el sujeto lleva a cabo una serie de procesos
psicológicos:
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escritor quiso comunicar, pero el lector en un momento dado puede ir más allá del
mensaje comunicado por el texto (Ugarriza, 2006).
En los albores del siglo XX comienzan los estudios centrados en el proceso de lectura,
se configuran las primeras explicaciones, que están ligadas a avances en la psicología, la
lingüística y la fisiología, que conforman una teoría denominada lineal o de
transferencia, la cual concibe a la lectura como un conjunto de habilidades. Esta
definición fue imperante desde finales del siglo XIX y estuvo vigente hasta los años
sesentas del siglo XX, por lo que también se le llamó enfoque tradicional.
Bajo esta mirada las habilidades necesarias para leer están contenidas en varios niveles
y subniveles. Para convertirse en un lector competente es necesario dominar las
habilidades básicas y luego integrarlas como un todo. El sentido del texto está en las
palabras y oraciones que lo componen y el lector debe descubrirlo. De esta manera el
lector debe identificar los significados del texto, si se es capaz de decodificar, podrá
entender lo que el autor quiso decir en su escrito.
Esta concepción va a dirigir las propuestas de enseñanza de la lectura durante gran parte
del siglo XX, los profesores van a priorizar en la evaluación la cantidad de información
transferida, la capacidad del alumno para transferir información a partir de un texto. Si
los alumnos son capaces de dominar la palabra, la comprensión tendría lugar en forma
automática (Cooper,1998).
Enfoque Cognitivo
En los años sesenta las explicaciones que daban las teorías conductuales empiezan a ser
cuestionadas. Los avances en la psicolingüística y la psicología cognitiva proveen
elementos para construir una nueva concepción de lectura, a estas nuevas teorías se les
dará el nombre de interactivas, pues postulan que el lector interactúa con el texto para
construir el significado (Cairney, 2008).
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Enfoque Clásico. Se distinguen tres niveles de comprensión: literal, inferencial y crítico,
de acuerdo a las habilidades que tiene el lector para poder construir el significado del
texto. En el primer nivel, la comprensión literal. El lector ha de hacer valer dos
capacidades fundamentales: reconocer y recordar (Pérez, 2005), en ella se da el
reconocimiento e identificación del significado de las palabras y sus relaciones
gramaticales y sintácticas. En otras palabras, el lector en este nivel comprende cuando
es capaz de identificar situaciones, personajes, relaciones espaciales, temporales y
causales de aquellos acontecimientos (Mac Dowall, 2009).
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cuenta que el lector es un sujeto activo, que interactúa con el contenido del texto, las
ideas del autor y sus conocimientos previos acerca del tema. El lector construye su
propio conocimiento, elabora nuevas formas de pensar y razonar, que lo llevan a
modificar su estructura mental (Ortega, s/a).
Enfoque Psicolingüístico
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reconocimiento exacto de la palabra sino en un acercamiento al significado. La lectura
eficaz, por su parte, es usar un número suficiente de las claves disponibles para entender
el texto, dependiendo del conocimiento que el lector aporta a la lectura.
Frank Smith (citado en Muñoz, 2006), fue uno de los primeros autores en apoyar esta
teoría, destaca el carácter interactivo del proceso de la lectura al afirmar que en la
lectura la información no visual [el conocimiento del lenguaje pertinente, es parte de la
información esencial para la lectura, y no es información que se encuentre en el texto, es
información que contiene el lector (Smith, 2008)], con la información visual [la
información que va desde los ojos al cerebro (Smith, 2008)]. Es precisamente en este
proceso de interacción en el que el lector construye el sentido del texto.
La razón por la cual la distinción entre información visual y no visual es tan importante,
se puede plantear sencillamente: hay una relación recíproca entre ellas. Dentro de
ciertos límites, uno puede intercambiarlas. Entre más información no visual tenga un
lector, menos información visual necesita, Mientras menos información no visual éste
disponible, mas información visual se requiere (Smith, 2008).
Para Smith (2008), la teoría interna del mundo, es lo que tenemos en nuestra cabeza, es
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una teoría de cómo es el mundo, una teoría que es la base de todas nuestras
percepciones y de nuestro conocimiento del mundo, la raíz de todo aprendizaje,
motivación y expectativas, razonamientos y creatividad.
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En el desarrollo de la investigación sobre la comprensión de textos, han intervenido
diferentes disciplinas como la inteligencia artificial, la psicología, la lingüística y la
teoría de la comunicación; tal situación ha puesto de manifiesto el desarrollo de
modelos explicativos que conforman las teorías predominantes hoy día. A continuación,
se describen tres de los más representativas:
Bajo esta perspectiva, se dará importancia a los conocimientos previos del lector para la
construcción del significado. Los mecanismos de procesamiento de información actúan
en paralelo y se influencian mutuamente por medio de una comunicación bidireccional,
es decir, ya no se habla de un proceso lineal operado por etapas, sino de una interacción
entre lo que dice el texto y lo que sabe el lector (Solé, 1997).
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sea la información no visual que posee el lector, menor será la necesidad de utilizar la
información visual.
Para Wolf (2006), los esquemas guían y controlan la comprensión del texto, a través del
establecimiento de metas o atendiendo selectivamente la información y contribuyen a
que una persona dé sentido a lo leído. Hay diferentes tipos de esquemas: aquellos que su
estructura interna corresponde analógicamente a un guion teatral, los que se asemejan a
teorías, los que se parecen a procedimientos computacionales y los que actúan como
analizadores. Un lector es capaz de comprender un texto, cuando puede encontrar la
configuración de esquemas que permite explicarse las cosas de la forma más adecuada
(Dubois, 1991).
Bajo esta postura, el rol del lector pasa de ser un ente pasivo a un papel activo. La
lectura es un proceso de identificación y de comprensión que los lectores realizan
simultáneamente. La comprensión se va definir como la interacción entre el significado
del texto y los conocimientos previos del lector; como un proceso mental, constructivo e
intencionado donde el lector elabora el significado a partir de lo escrito y los
conocimientos previos (Makuk,2008).
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contenido que se considera relevante para la representación y conectar con los
contenidos, con nuestros esquemas. De tal forma que procesos como atención, memoria
y razonamiento son componentes sustanciales en la comprensión (Carretero, 2003;
Parodi, 2005).
Este enfoque postula que la relación entre lector y texto es una transacción, se fusionan
lector y texto en una síntesis única que construye un significado. El significado no
existe, ni en el lector, ni en el texto, se despierta durante la transacción.
Se destaca la importancia de los antecedentes culturales del lector, pues plantea que a
medida de que los ojos recorren la secuencia de signos, éstos van removiendo huellas de
la experiencia pasada y haciendo uso de los antecedentes culturales y sociales del lector,
el cual seleccionará tentativamente de entre ellos, un marco organizador a fin de crear
oraciones con sentido (Rosenblatt, 2002).
Rosenblatt resalta que a pesar de que las convenciones culturales son sociales, la forma
de internalizarlas es estrictamente de carácter personal. Esto hace la diferencia entre las
teorías interactivas y las transaccionales, pues el individuo influye en la totalidad de la
reconstrucción del texto, no sólo con los conocimientos previos, sino con su inmersión
en el tiempo, en el mundo que lo rodea y sus propias decisiones (Dubois,1994).
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El proceso de la lectura
Leer es sobre todo comprender. No se sabe leer, sino cuando los signos de escritura son
considerados como cargados de un contenido de pensamiento. Considerar la
comprensión como cualidad intrínseca del proceso de lectura, no sólo muestra que ésta
es su finalidad, también denota que, mientras no existe, el acto de leer resulta estéril e
inexistente (González, 2001).
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3 El sistema humano de procesamiento de información es una poderosa fuerza que actúa
para acotar la capacidad para procesar información textual.
Para Solé (2004), leer implica no sólo el aprendizaje de una serie de discriminaciones
visuales, sino sobre todo una serie de estrategias que van a facilitar la combinación de la
información proporcionada por el texto y la procedente de los conocimientos del sujeto,
de forma que éste pueda reconstruir una representación aceptable del significado de
aquél y almacenarla en su memoria para su uso posterior, representación que
constituiría la comprensión del texto.
Los elementos que participan en el proceso de la lectura, son: el lector que utiliza
estrategias que van a facilitar la combinación de la información proporcionada por el
texto, y la procedente de los conocimientos previos del sujeto o lector; el resultado de
esa combinación de conocimientos es la comprensión adquirida.
En cualquier texto escrito es probable que el lector pueda lograr diversos niveles de
comprensión lectora, los cuales tienen que ver con el objeto, el modo y la intención de
quien los escribe. Ruffinelli (2005), afirma que la comprensión lectora puede darse en
tres niveles: informativo, estilístico e ideológico:
c) El implícito: Es aquel que puede descubrirse por inferencia; es decir, el que sin estar
escrito se encuentra soslayado en el texto.
Sánchez (2000), por su parte considera que para lograr una mejor comprensión de los
textos, es necesario que el lector logre cubrir tres niveles básicos, a los que ha
denominado: léxico, estructural y simbólico.
a) Nivel léxico: Se refiere a la necesidad del lector de comprender mejor las palabras
que contiene el texto.
c) Nivel simbólico: permite responder a varias interrogantes que se hace el lector, como
producto de una lectura profunda. Se maneja como lectura profunda, cuando se deduce
la intención que tuvo el autor al momento de escribir, qué y cómo pensaba, cuál era la
idea que quería trasmitir.
Estos niveles permiten a los lectores comprender mejor el lenguaje utilizado, identificar los
elementos más importantes dentro del texto y encontrar el mensaje profundo contenido en el
texto.
Las estrategias
El concepto estrategia es, actualmente, uno de los más utilizados en la ciencia cognitiva
y, en particular en las teorías psicológicas sobre la comprensión de textos. No obstante
la vaguedad que encierra la definición de este término por varios autores, es destacable
su importancia dentro de los procesos de aprendizaje.
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Las estrategias cognoscitivas son un conjunto de operaciones y procedimientos que el
estudiante puede utilizar para adquirir, retener y evocar diferentes tipos de
conocimiento (Puente, 2001). Por lo tanto, una estrategia está constituida por todas las
actividades y operaciones mentales en las cuales se involucra el aprendiz durante el
proceso de aprendizaje y tienen por objeto influir en el proceso de codificación de la
información (Weinstein y Mayer, 2005).
Las estrategias tienen cabida en los procesos cognoscitivos que realiza el lector y
condicionan, de algún modo, la comprensión. Por tanto las estrategias que se empleen
determinan, en algún grado, el óptimo o deficiente resultado. Referidos únicamente a la
lectura, los estrategias comprenden, el grado de atención y el nivel de concentración que
el lector brinda al material escrito, la discriminación que realiza entre aspectos
sustantivos y detalles del contenido del texto, el reconocimiento perceptual de los
signos, la codificación del mensaje, la capacidad de organización en la memoria, la
recuperación de la información de los conocimientos previos y finalmente, los recursos
metacognoscitivos con que el lector cuenta.
Entre los trabajos que se han conducido en el país en el ámbito de comprensión lectora,
destaca el realizado por Álvarez, Anastasio y Vázquez, (2022), cuyo objetivo fue
describir los procesos de lectura en los estudiantes de la Facultad de Pedagogía-Región
Veracruz de la Universidad Veracruzana. La metodología aplicada es de carácter
cuantitativo con alcance descriptivo, en el que se aplicó un cuestionario de 26 preguntas
que abordan cuatro áreas: hábitos lectores, frecuencia lectora, comprensión lectora y la
experiencia lectora, a 60 estudiantes cuyas edades oscilan entre los 23 y 26 años. El
análisis de los datos muestra que la frecuencia y experiencia lectora se encuentran por
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debajo del promedio, tales resultados demuestran la necesidad de implementar
estrategias de E-A en las prácticas didácticas e institucionales que fomenten el gusto por
la lectura en los estudiantes y se promueva la importancia del proceso de lectura en los
universitarios.
Un estudio conducido por Galán, García y Gutiérrez (2021), tuvo como propósito
promover el interés por la lectura de textos literarios entre estudiantes que se consideran
no lectores y que afirman solo leer con fines de aprendizaje académico. Siguiendo las
estrategias metodológicas de la investigación-acción, se diseña un plan de acción con
diversas estrategias de lectura con estudiantes de una Escuela Normal Superior en el
Estado de México. La implementación de dichas estrategias arrojó diversos resultados
con los que se reconoce la manera en que los estudiantes han cambiado su percepción
sobre la lectura e incluso se muestran interesados por continuar con la lectura de este
tipo de textos. Aunado a estos logros, también se identificaron hallazgos que muestran
que los estudiantes perciben que la literatura también es una fuente de experiencias
extáticas, que promueven un aprendizaje integral y cambios en los mismos lectores.
Calva y Guzmán (2021), realizaron una investigación cuyo propósito fue comprender
las prácticas de formación de los docentes normalistas de la Escuela Normal “Valle del
Mezquital”. Se estudió, cómo han vivido sus de procesos de formación que les han
permitido asumirse como un maestro de español o de lenguaje. Se aplicaron entrevistas
narrativas a seis maestros, quienes vivieron experiencias con la lectura, principalmente
de literatura infantil y literatura universal, en diferentes contextos, familiares, escolares
y sociales (la iglesia) partiendo de estas experiencias formativas fueron configurando
sus primeras concepciones que han incorporado a su formación como docentes de
español.
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el número de horas de lectura semanal vía internet y el número de horas de lectura en
fuentes impresas; son buscadores de información académica en mayor medida en
fuentes impresas. Destaca que la mayoría de los nativos digitales universitarios tienen
un hábito lector.
Cortes, Gálvez y Lugo (2019), llevaron a cabo un estudio cuyo propósito fue conocer el
hábito lector de los docentes en formación de la Benemérita y Centenaria Escuela
Normal del Estado. Mediante un enfoque cuantitativo y una encuesta en la que se
examina sobre el hábito lector, el propósito que le dan a los diversos textos que leen y la
relación que tienen con la lectura, realizándose a una muestra representativa de 12
estudiantes de segundo y tercer grado de la licenciatura en educación secundaria con
especialidad en lengua extranjera Inglés. Se concluye que los alumnos normalistas sí
tienen ese hábito lector, no obstante es evidente que los alumnos de mayor grado poseen
una mayor relación con la lectura, esto es benefactor para su desarrollo escolar el cual le
será de ayuda para un futuro al ejercer como docente. Además es importante destacar
que conforme van avanzando en sus estudios ese hábito lector mejora, la relevancia de
este hábito es de suma importancia al estar frente a un grupo, porque ayuda a compartir
ese gusto por la lectura a los alumnos e ir impulsando ese hábito en ellos, el cual
impacta de manera positiva para que sean conscientes del valor de la lectura.
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para las que se lee y escribe, las experiencias en la lectura y escritura que han vivido, así
como las actividades frecuentes en una asignatura. En este estudio participaron 42
alumnos, entre 20 a 21 años, distribuidos entre las siete licenciaturas. Esta investigación
concluye que los estudiantes leen para investigar, resolver evaluaciones escritas y
realizar exposiciones, asímismo escriben porque lo solicitan en una asignatura, y los
tipos de documentos más elaborados son los apuntes de clase y los resúmenes de libros,
es importante resaltar que los estudiantes prefieren la lectura en idioma español, todo
esto es utilizado y aplicado para que los estudiantes aprendan a realizar el tipo de
escritos que utilizarán como profesionales.
Audelo, Salazar y Verastica, (2017), realizaron una investigación titulada “Un análisis a
las prácticas de lectura para la escritura en estudiantes de Educación de la UAS”. Este
estudio se apoya en un enfoque cualitativo interpretativo, para lo cual se entrevistó a un
grupo de estudiantes de octavo semestre a fin de conocer las prácticas de lectura para la
escritura más recurridas durante el proceso de aprendizaje. Uno de los resultados indica
cómo estos jóvenes refieren difícil la práctica de lectura acompañada porque consideran
que esta práctica no tiene un valor curricular. Con ello, se encontró cómo para la
mayoría de los estudiantes es mejor leer en solitario y fuera de la escuela porque
suponen que así se lee más rápido, aunque se tenga en claro que rinde mayores frutos
leer en compañía y en la escuela cuando se lee para transformar los conocimientos en
educación.
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Morán (2017), llevó a cabo una investigación con estudiantes de sexto semestre de la
Licenciatura en Intervención Educativa de la UPN, unidad Querétaro. El propósito fue
explorar y describir el tipo de información que las alumnas recuperan de los textos
académicos y cómo la integran a sus producciones escritas. Para lograr este objetivo se
solicitó a las alumnas elaborar un resumen. Entre los conceptos utilizados para estudiar
las dificultades manifiestas por las estudiantes estarían la dependencia de lo literal, la
lectura como decodificación, la lectura como comprensión y la alfabetización
académica. Los resultados revelaron que cerca del 50 % de las estudiantes recurrieron a
la copia literal de enunciados del texto origen para elaborar el resumen. También se
presentaron casos en los que el resumen contenía enunciados que contradecían la
información del texto original y otros en los que se presentaban enunciados de los que
no se consiguió extraer sentido alguno. Estas dificultades las manifestaron el 40 % de
las estudiantes que no copiaron enunciados del texto origen.
El estudio de Alemán y Carvajal (2017), tuvo como propósito describir los niveles de
comprensión de los estudiantes de las carreras de Comunicación e Información y
Trabajo Social, así como las tareas de lectura que llevan a cabo dentro del contexto aula.
Para lograr los objetivos planteados, se utilizó un instrumento semiestructurado que se
integra de dos partes; la primera, un texto expositivo con preguntas relacionadas al
mismo, y una segunda con preguntas sobre tareas de lectura que se realizan en la
universidad. Los primeros resultados muestran un bajo índice de respuestas correctas
para los niveles de comprensión lectora, esto como consecuencia del tipo de error al que
recurrieron los informantes al leer el texto y contestar los reactivos. Por otra parte, los
resultados han permitido replantear la clasificación de los niveles de comprensión
debido a que se identificó un nivel de comprensión lectora que debe ser contemplado
como parte de la clasificación. Finalmente, se identificaron dos tareas de lectura que los
estudiantes universitarios realizan más frecuentemente.
Ibarra, Martínez y Rodríguez (2015), investigaron las técnicas de estudio que utilizan
las docentes en formación de la Licenciatura en Educación Preescolar de la Benemérita
y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí.. Como instrumento de
recolección de datos se utilizó una encuesta de 25 preguntas que fueron agrupadas en
los diversos métodos de estudio. Dentro de los datos recuperados se obtuvo que las
técnicas más utilizadas son el subrayado y el resumen. La relevancia que posee destaca
en la información precisa e importante que brindan los textos por medio de la lectura. Se
concluye que las docentes en formación de la Licenciatura en Educación Preescolar
utilizan las técnicas de estudio, lo cual permite a las estudiantes adquirir la información
más importante de un texto escrito, a través de la lectura como eje rector.
Las anteriores investigaciones proporcionaron luz y pistas sobre las dimensiones que
han sido abordadas y suministró elementos para la conformación del esquema
metodológico de investigación. Fue posible identificar los problemas que han sido
tratados, las características de la población atendida, las técnicas utilizadas, la forma de
obtención de datos y el tipo de variables objeto de análisis.
Justificación de la investigación
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permita conocer con exactitud como son estas prácticas y el impacto que están teniendo
en su formación académica y cultural. De forma particular se desconoce: la frecuencia,
duración, lugares donde leen, los momentos de lectura; las diferentes formas y maneras
de leer, los usos que le dan a la lectura, las vías de acceso a los textos, tanto impresos
como electrónicos, los contextos sociales en donde desarrollan el acto lector, el lugar
que ocupa la lectura frente a otras prácticas culturales; no se cuenta con información de
sus experiencias de lectura, ni de los factores que las favorecen o inhiben, la influencia
que tiene esta práctica en los distintos escenarios de su vida, los géneros temáticos que
les gusta o le desagrada leer, de igual manera, se desconoce cómo están incidiendo el
capital económico, social, escolar y cultural en el desarrollo de sus prácticas lectoras y
en su formación como lectores.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
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c) Indagar los factores que motivan o inhiben las prácticas de lectura entre los
estudiantes, así como el impacto que tiene el capital económico, escolar, social y
cultural en las prácticas y trayectorias de lectura de los universitarios.
Hipótesis o supuestos
Se establece también que el capital económico, escolar, social y cultural que han
adquirido los estudiantes en sus entornos familiar y educativo con el que llegan a la
universidad, es suficiente para que desarrollen prácticas lectoras que les permitan
alcanzar los objetivos establecidos en el currículo universitario.
De ahí que se considere, que entre más años se cursen en el sistema educativo, se
establece una relación proporcional directa que favorece el uso de las prácticas lectoras
de los estudiantes de los niveles educativos superiores.
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Se considera también que la aparición del Internet y las nuevas tecnologías (que
posibilitan el acceso libre e ilimitado a infinidad de datos y fuentes de información)
favorecen las prácticas lectoras del universitario. Asimismo, este medio modifica la
percepción, el valor, y el significado hacia la lectura de libros y otras fuentes de
información.
Ante estos supuestos, muchas de las instituciones de educación superior tanto públicas
como privadas, no han establecido líneas de investigación que se avoquen al estudio de
estos fenómenos, ni instrumentan programas de fomento a la lectura que fortalezcan
estás prácticas en su comunidad, a pesar de que en contraparte, hay evidencia de tipo
cuantitativo que pone en tela de duda estas creencias o supuestos sobre las prácticas
lectoras de los estudiantes.
2. Método
2.3 Procedimiento
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resaltar los argumentos en que el estudiante expresa. También se analizarán los
resúmenes trabajados por cada lector y las estrategias utilizadas (subrayar, poner notas
al margen de los párrafos, colocar señales en las partes de interés, etc.), así como
los apuntes del diario de campo hechos por el investigador.
En los dos primeros meses de trabajo, se llevará a cabo un estado del arte de la
problemática abordada.
En el noveno mes se elaborará el reporte final, que permita que dicho documento sea
publicable.
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Referencias
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de estudiantes en educación. XV Congreso Mexicano de Investigación Educativa COMIE.
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4910200800030 0011&lng=es&tlng=es.
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