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Proyecto Lectura 6. 15 Am

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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA
NACIONAL

UNIDAD UPN 142 TLAQUEPAQUE

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

“Estrategias de comprensión lectora en estudiantes de


pedagogía y LIE de la Unidad 142 Tlaquepaque”

Xavier Cruz Lara


Responsable

Tlaquepaque, Jalisco
Febrero, 2023
INTRODUCCIÓN

Los jóvenes universitarios enfrentan en la actualidad diversos desafíos, principalmente


el reto de prepararse adecuadamente para desenvolverse en un mundo cambiante, que le
exige, además de múltiples conocimientos, el desarrollo de habilidades, competencias,
aptitudes y prácticas culturales diversas, que les permita una participación más decisiva
en los ámbitos económico, político, social y cultural.

Los comienzos del siglo XXI, caracterizados por una mutación ininterrumpida, rápida y
constante, con tendencias a acelerarse y expandirse por todo el mundo ─como fue la
irrupción de la pandemia por Covid-19─, estableció otros imperativos para los
universitarios, como saber leer y la práctica lectoral, condición que define en gran
medida el acceso a los saberes, y se constituyen en instrumentos imprescindibles que
coadyuvan en la formación académica y toma de conciencia de los universitarios.

La lectura permite a los estudiantes construir y reconstruir sus propios conocimientos,


sus experiencias y su historia. Estimula los procesos de pensamiento, florece la
creatividad florece y la imaginación se ilumina. Su práctica cotidiana transforma y
moviliza a la persona, coadyuva en la construcción del mundo, se despiertan
asociaciones, relaciones y emociones distintas. Leer, integra al joven universitario en el
mundo donde vive, lo hace consciente, lo confronta con la realidad y lo motiva a tomar
acción con la responsabilidad individual de dar respuesta a necesidades y problemas que
obstruyen la posibilidad de un futuro promisorio.

A pesar del reconocimiento mundial que se le ha dado a la lectura en el desarrollo


educativo y cultural de los individuos, actualmente hay poca investigación en el ámbito
educativo universitario, lo que obliga a investigar ¿Cuáles son las estrategias que
utilizan los universitarios al momento de comprender un texto? ¿Cuáles son las
prácticas de lectura que los caracteriza? ¿Por qué tienen dificultades en la comprensión
lectora? ¿Por qué no poseen gusto, placer e interés por la lectura? Ante este dilema del
por qué el estudiante no es capaz de poder comprender un texto, lleva a cuestionamos lo
siguiente: si desde la educación básica se está trabajando con la lectura, ¿por qué el
estudiante no utiliza esta herramienta de manera adecuada en sus estudios
universitarios?. No es posible que después de haber cursado nueve grados de educación
básica y tres de educación media superior, los estudiantes universitarios no hayan
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desarrollado las habilidades que le permitan comprender diversos tipos de texto.

La universidad debe propiciar el desarrollo comunicativo de los estudiantes, es decir,


lograr que aprendan a utilizar el lenguaje hablado y escrito para comunicarse de manera
efectiva y en distintas situaciones académicas y sociales. Deben de fortalecer sus
capacidades de lectura a lo largo de la vida para apropiarse de los conocimientos a fin
de tener una efectiva participación en la sociedad moderna para enfrentarse con éxito a
los retos del futuro (Barrio del Campo, Borragá, Pérez y Castro, 2005).

Cuando los estudiantes poseen habilidades lectocomprensivas desarrollan competencias


para analizar, comparar, criticar, argumentar, describir hechos y formular soluciones a
problemas específicos. Al carecer de estas habilidades el entendimiento de una lectura
se imposibilita y delimita el aprendizaje (Duche, Montesinos, Medina y Siza, 2022)

Actualmente la comprensión lectora se utiliza fuera de la institución escolar para


cumplir funciones específicas: organización de la información, registro de lo que se
desea recordar, reflexión acerca de las propias ideas, comprender vivencias, desde las
más elementales y cotidianas, hasta aquellas de más alto valor estético o científico;
siendo necesario en todos los trabajos, ocupaciones y estudios de diferente nivel
(Cueto, et al, 2006).

Es importante generar experiencias individuales y colectivas que involucren diversos


modos de leer, interpretar y analizar textos. De ahí que un reto para la universidad sea
formar alumnos lectores competentes, pues son usuarios de la lectura y por tanto, están
en condiciones de participar en las interacciones definidas por la cultura escrita, la cual
media las prácticas sociales del mundo (Guerra y Guevara, 2017).

A. ANTECEDENTES

La presente investigación pretende el desarrollo de conocimiento científico sobre las


estrategias y prácticas de lectura de los estudiantes de la Licenciatura en Pedagogía y
de la Licenciatura en Intervención Educativa, de la UPN Unidad 142.

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PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

La importancia de la práctica lectora en la comunidad universitaria se hace presente


cada vez más en los planteamientos y postulados de organismos internacionales como la
UNESCO y la OCDE, quienes en los últimos años han recomendado a las diversas
universidades, la prioridad para que en el nuevo perfil del estudiante universitario del
siglo XXI, se impulsen acciones que propicien el desarrollo de mejores habilidades
informativas y el ejercicio permanente de una práctica de la lectura cada vez más
intensa dentro y fuera de contexto escolar, con el fin de que los futuros profesionistas
puedan alcanzar las metas propias, desarrollar el conocimiento, su potencial personal y
tener una participación más activa en la llamada sociedad de la información y el
conocimiento en los umbrales del siglo XXI.
Ante estas exigencias de carácter internacional se hace prioritario conocer el estado que
guardan las estrategias y prácticas de lectura de los estudiantes de educación superior en
nuestro país y del impacto que tiene la lectura en su trayectoria integral en el entorno de
las nuevas circunstancias mundiales. Al respecto es de reconocer que en la mayor parte
de las universidades mexicanas existen hoy en día escasas investigaciones que nos
proporcionen información sobre ellas, por lo que se desconoce en gran medida las
estrategias que utilizan los estudiantes universitarios al momento de leer.

De igual manera, no se cuenta con suficiente información científica que permita conocer
los usos que le dan a sus lecturas, los géneros que leen, o el impacto que tienen los
nuevos formatos electrónicos en sus prácticas lectoras por lo que se hace difícil definir y
establecer un perfil integral del lector universitario mexicano del siglo XXI, así como el
conocer con veracidad el estado que guardan sus capacidades lectoras en el contexto de
la sociedad del conocimiento en la que se encuentran inmersos.

Si bien es cierto que existen algunos estudios que empiezan a develar diversos datos de
orden cuantitativo y cualitativo relacionadas con las estrategias y prácticas lectoras de
los universitarios, también es de reconocer que hacen falta más investigaciones que
ahonden en esta temática y donde se aborden otras variables que permitan tener un
acercamiento más profundo sobre algunos aspectos subjetivos en relación con la lectura.

Por tanto, se hace necesario seguir desarrollando nuevas investigaciones en el campo de

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la comprensión lectora, donde se aborde el estudio de variables cuantitativas y
cualitativas en relación con algunas subjetividades inherentes a las prácticas lectoras de
los estudiantes universitarios, tales como: la percepción, contenidos simbólicos,
trayectorias y valoraciones de la lectura, de los textos impresos y electrónicos en el
imaginario de los estudiantes; variedades de prácticas de lectura dentro y fuera del
contexto educativo; capital económico, social, escolar y cultural del lector universitario,
escenarios comunes de lectura, utilidad y aplicación de la lectura en la cotidianidad, etc.

Actualmente se considera que aproximadamente tres cuartas partes de los


conocimientos que se aprenden en la universidad llegan por vía de la lectura, se
establece además, que la lectura y su práctica contribuyen a formar entre los
universitarios determinadas estructuras de pensamiento, competencias y nuevas formas
de ver el mundo y de participar activamente en él.

En nuestro país, en el ciclo escolar 2022-2023, se cuenta con la asistencia a clases de


cinco millones 111 mil 750 estudiantes en el nivel superior, distribuidos en 11 mil 393
planteles en todo el país, donde ofrecen sus servicios 488 mil 977 maestras y maestros.
Los estudiantes universitarios han pasado doce años de estudios en las aulas, y a lo
largo de su estancia en los centros escolares, han estado en contacto permanente con
docentes y con distintos tipos de textos, ello nos hace suponer que esta comunidad la
constituyen estudiantes con oficio de lectores asiduos, con una capacidad de lectura
consolidada, con prácticas permanentes de acercamiento a los textos y las bibliotecas,
capaces de recuperar, ordenar, sintetizar, analizar, interpretar y difundir información en
diferentes formatos, estudiantes cuyas prácticas cotidianas de lectura contribuyen y
tienen un impacto importante en su formación académica, científica y cultural.

Generar conocimiento que ahonde sobre las estrategias que utilizan los universitarios al
comprender un texto, analizar la incidencia que tiene el capital escolar, social,
económico y cultural de los estudiantes universitarios en sus estrategias y prácticas de
lectura. Determinar las maneras y formas en que interviene la universidad en la
construcción, percepción, simbolismo y valor que le asignan a sus prácticas lectoras y a
los diversos textos, tanto impresos como digitales que consultan periódicamente; serán
los ejes de nuestro problema de investigación y abarcarán las siguientes categorías de

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análisis de tipo cuantitativo y cualitativo:

Dimensión cuantitativa: género, edad, bachillerato de procedencia, nivel


socioeconómico de los lectores, promedio de textos leídos periódicamente, tiempo y
frecuencia dedicado a la lectura, promedio de textos adquiridos por compra, asistencia a
la biblioteca, frecuencia de uso de las computadoras e Internet, tiempo dedicado a la
lectura de textos impresos y electrónicos etc.

Dimensión cualitativa: estrategias de comprensión lectora, valor de la lectura, variedad


de prácticas de lectura dentro y fuera del contexto escolar; escenarios comunes de
lectura, utilidad y aplicación de la lectura en la cotidianidad; incidencia del capital
económico, escolar, social y cultural en la formación lectora, lecturas favoritas y
lecturas aborrecidas; factores o experiencias que estimulan o inhiben las prácticas de
lectura; lugar que ocupa la práctica lectora frente a otras actividades de esparcimiento y
diversión; tipología de textos leídos, autores favoritos; etc.

Esta investigación tiene como universo de estudio a los estudiantes de la UPN Unidad
142 Tlaquepaque. Las preguntas que se establecen para esta investigación son las
siguientes:

a) ¿Cuáles son las estrategias de comprensión lectora de los estudiantes de


pedagogía y LIE de la UPN unidad 142?

b) ¿Cómo incide el capital económico, escolar, social y cultural de los estudiantes


en sus prácticas de lectura y en su formación como lectores?

c) ¿Qué efectos o impacto tienen las prácticas de lectura en la vida cotidiana de los
estudiantes de la UPN unidad 142?

d) ¿Cuáles son las valoraciones, percepciones y simbolismos que los estudiantes


manifiestan sobre sus prácticas?

e) ¿Qué representa el Internet y los textos electrónicos en la cotidianidad de sus


experiencias lectoras?

B. MARCO TEÓRICO REFERENCIAL

1.1 Definición de comprensión lectora


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Etimológicamente la palabra lectura es definida como “lectum” que proviene del verbo
latino “legere”, cuyo sentido primario es, “elegir, seleccionar”. Comúnmente es definida
como una actividad basada en el lenguaje que incluye la construcción de significados a
partir de un texto (García, Ortega y Romero, 2008)

Bonilla, Dovalí, Ortega y Prieto (2007), definen la comprensión lectora como el proceso
en el que la lectura es significativa para las personas. Se destaca el empleo por parte de
los lectores de sus conocimientos previos para interactuar con el texto y construir su
significado. Son importantes los conocimientos previos, ya que cuanto mayor sean los
conocimiento de los textos, le permitirán al lector reconocer el significado de las
palabras, así como tener una mayor capacidad de predecir y elaborar inferencias sobre la
lectura (Pérez, 2005).

Leer consiste en descifrar el código de la letra impresa para que ésta tenga significado y,
como consecuencia, se produzca una comprensión del texto. Cuando se lee un texto se
construye una representación de su significado guiado por las características del mismo
–letras y palaras– y ello conduce a la comprensión (Valles, 2005).

Durante el proceso de comprensión lectora, el sujeto lleva a cabo una serie de procesos
psicológicos:

1. De inferencia (desarrolla hipótesis, saca conclusiones, anticipa los hechos,


relaciona las ideas del texto con sus propias ideas, etc.).
2. De memoria (activa esquemas de conocimiento, recupera información y organiza
su conocimiento).
3. De metacognición – estrategias metacognitivas (repasar el texto, consulta,
cuestiona, planea, organiza y evalúa) (Montealegre, 2004).

La comprensión de textos es una actividad constructiva compleja de carácter


estratégico, que implica las características del lector y del texto, dentro de un contexto
determinado. Esta se elabora en base de la información que propone el texto, pero se ve
fuertemente enriquecida por las interpretaciones, inferencias e integraciones que el
lector realiza con la intención de lograr una interpretación fiel y profunda de lo que el

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escritor quiso comunicar, pero el lector en un momento dado puede ir más allá del
mensaje comunicado por el texto (Ugarriza, 2006).

Teorías de la comprensión lectora

El proceso lector ha sido y continúa siendo hoy un desafío para la investigación en


distintas disciplinas científicas como, la Psicología Conductual, la Psicología Cognitiva
y la Psicolingüística, entre otras. Todas han ido desarrollado teorías explicativas sobre la
comprensión lectora, con un interés no sólo teórico sino metodológico que sustente los
programas de intervención (Luna y Tapia, 2008). Por consiguiente, podemos presentar
tres aproximaciones teóricas:
1. La comprensión lectora como un proceso de la combinación de habilidades
específicas que el lector pone en juego para obtener información del texto.
2. La comprensión lectora entendida como un proceso de carácter cognitivo.
3. La comprensión lectora concebida como proceso psicolingüístico.

A continuación se abordará cada una de las anteriores aproximaciones:


Enfoque Conductual

En los albores del siglo XX comienzan los estudios centrados en el proceso de lectura,
se configuran las primeras explicaciones, que están ligadas a avances en la psicología, la
lingüística y la fisiología, que conforman una teoría denominada lineal o de
transferencia, la cual concibe a la lectura como un conjunto de habilidades. Esta
definición fue imperante desde finales del siglo XIX y estuvo vigente hasta los años
sesentas del siglo XX, por lo que también se le llamó enfoque tradicional.

Bajo esta concepción la lectura es entendida como el reconocimiento mecánico de


símbolos gráficos que correspondían a patrones orales ya mecanizados. Skinner
representante de este enfoque, atribuía el problema de la lectura dentro del tipo de
conducta que él denominó textual, porque la clase de estímulo que ejercía control sobre
la operante verbal era un texto y, por tanto, el estímulo controlador era visual y de
tipografía diversa: cuadros, jeroglíficos, letras y signos de un alfabeto fonético (aspectos
que determinan la legibilidad de un texto). El lector no era entonces más que un
hablante controlado por el texto. La conducta textual, por ende, podía ser reforzada a
través de muchos medios: el contexto educativo o un auditorio en el que se leía en
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público (Suárez, Jiménez, Rodríguez, Shanahan y Guzmán (2013).

En estas teorías se pone un énfasis exagerado en el componente léxico y en su


identificación. La identificación de los signos y sus relaciones es lo primordial, por lo
tanto la preocupación de los estudios estaba centrada en describir las etapas por donde el
lector debía atravesar y las destrezas que debía adquirir para llegar a dominar el proceso
de lectura (Monroy y Gómez, 2009).

Bajo esta mirada las habilidades necesarias para leer están contenidas en varios niveles
y subniveles. Para convertirse en un lector competente es necesario dominar las
habilidades básicas y luego integrarlas como un todo. El sentido del texto está en las
palabras y oraciones que lo componen y el lector debe descubrirlo. De esta manera el
lector debe identificar los significados del texto, si se es capaz de decodificar, podrá
entender lo que el autor quiso decir en su escrito.
Esta concepción va a dirigir las propuestas de enseñanza de la lectura durante gran parte
del siglo XX, los profesores van a priorizar en la evaluación la cantidad de información
transferida, la capacidad del alumno para transferir información a partir de un texto. Si
los alumnos son capaces de dominar la palabra, la comprensión tendría lugar en forma
automática (Cooper,1998).

Enfoque Cognitivo

En los años sesenta las explicaciones que daban las teorías conductuales empiezan a ser
cuestionadas. Los avances en la psicolingüística y la psicología cognitiva proveen
elementos para construir una nueva concepción de lectura, a estas nuevas teorías se les
dará el nombre de interactivas, pues postulan que el lector interactúa con el texto para
construir el significado (Cairney, 2008).

La lectura en el enfoque cognitivo es una actividad compleja en la que intervienen


distintos procesos cognitivos, que van desde reconocer los patrones gráficos, hasta
imaginarse la situación referida en el texto (Luna y Tapia, 2008).

De acuerdo a la teorización de la lectura como proceso cognitivo se distinguen dos


enfoques, El Enfoque Clásico y el Enfoque Moderno (Mac Dowall, 2009). En el

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Enfoque Clásico. Se distinguen tres niveles de comprensión: literal, inferencial y crítico,
de acuerdo a las habilidades que tiene el lector para poder construir el significado del
texto. En el primer nivel, la comprensión literal. El lector ha de hacer valer dos
capacidades fundamentales: reconocer y recordar (Pérez, 2005), en ella se da el
reconocimiento e identificación del significado de las palabras y sus relaciones
gramaticales y sintácticas. En otras palabras, el lector en este nivel comprende cuando
es capaz de identificar situaciones, personajes, relaciones espaciales, temporales y
causales de aquellos acontecimientos (Mac Dowall, 2009).

La comprensión inferencial, implica que el lector una el texto con su experiencia


personal y realizar conjeturas e hipótesis, este nivel permite la interpretación de un
texto, al hacer uso de deducciones supone hacer uso, durante la lectura de información e
ideas que no aparecen de forma explícita en el texto (Pérez, 2005).
El lector reconoce los posibles sentidos implícitos del pasaje que lee. Implica entonces
las operaciones inferenciales de hacer deducciones y construcciones de todos los
matices significativos que el autor ha querido comunicar en el texto escrito. Incluye
además reconocer las intenciones y propósitos del autor, interpretar lo que piensa, sus
juicios, aseveraciones, inferir situaciones y relaciones contextuales (Mac Dowall, 2009).

En la comprensión critica, el lector permite la reflexión sobre el contenido del texto.


Para ello, el lector necesita establecer una relación entre la información del texto y los
conocimientos que ha obtenido de otras fuentes, y evaluar si la información del texto
contrastándola con su propio conocimiento (Pérez, 2005).

A este nivel ya se requiere procesos de valoración y de enjuiciamiento por parte del


lector. Exige del lector deducir implicaciones, especular acerca de las consecuencias y
obtener generalizaciones no establecidas por el autor. Por otra parte, exige también
distinguir entre hechos y opiniones, entre lo real y lo imaginario, así como elaborar
juicios críticos sobre las fuentes (Mac Dowall, 2009).

Desde una perspectiva cognitiva el aprendizaje efectivo es un proceso constructivo,


acumulativo, autorregulado, orientado a la meta, situado, colaborativo e
individualmente, diferente de la construcción del conocimiento y del significado. Esta
aproximación cognitiva, enfocada al aprendizaje a partir de la lectura, implica tomar en

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cuenta que el lector es un sujeto activo, que interactúa con el contenido del texto, las
ideas del autor y sus conocimientos previos acerca del tema. El lector construye su
propio conocimiento, elabora nuevas formas de pensar y razonar, que lo llevan a
modificar su estructura mental (Ortega, s/a).

Enfoque Psicolingüístico

La psicolingüística reúne los elementos, los fundamentos empíricos de la psicología y


de la lingüística, para estudiar los procesos mentales que subyacen a la adquisición y a
la utilización del lenguaje, por tanto, se trata de un campo interdisciplinario. Así
mientras la lingüística se ocupa de las estructuras del lenguaje, el término “psico” centra
su interés en conocer como se adquieren los sonidos y significados lingüísticos, como
funcionan estos sistemas cuando las personas las producimos y como llegamos a su
comprensión en las oraciones (Ruiz, s/a).

Kenneth Goodman (Citado en Muñoz, 2006) es el líder del modelo psicolingüístico y


parte de los siguientes supuestos:
• La lectura es un proceso del lenguaje.
• Los lectores son usuarios del lenguaje.
• Los conceptos y métodos lingüísticos pueden explicar la lectura.
• Nada de lo que hacen los lectores es accidental; todo es el resultado de su
interacción con el texto.

Goodman (2006) asume que los desaciertos, no se tratan de incompetencias,


inexperiencias o descuidos por parte del lector, el descubrió que los desaciertos son
parte del proceso de asignar significado a lo impreso, que es la búsqueda de sentido al
texto.

Para Goodman (2006), la lectura es un juego psicolingüístico de adivinanza, a medida


que los lectores usan claves proporcionadas por el texto lingüístico, utilizan también sus
creencias y conocimientos del mundo para poder comprender la lectura. Ellos
“adivinan” lo que viene en el texto por medio de predicciones e inferencias; son
selectivos en el uso de las claves del texto y vigilan la aparición de claves
contradictorias a sus “suposiciones”. Por tanto, la lectura efectiva no consiste en el

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reconocimiento exacto de la palabra sino en un acercamiento al significado. La lectura
eficaz, por su parte, es usar un número suficiente de las claves disponibles para entender
el texto, dependiendo del conocimiento que el lector aporta a la lectura.

El modelo de Goodman (citado en Mac Dowall, 2009) refiere que en la comprensión


lectora se ven involucrados tres sistemas de manera simultánea: el gráfico-fónico, el
sintáctico y el semántico. En el sistema gráfico-fónico, el lector usa las
correspondencias entre el sistema gráfico y el fonético de su lengua. En el sintáctico,
busca inferir la estructura profunda, el significado. En el sistema semántico, el lector
debe realizar un input semántico con la finalidad de verificar si lo que ha comprendido
corresponde a lo que quiso dar a entender el autor.

Frank Smith (citado en Muñoz, 2006), fue uno de los primeros autores en apoyar esta
teoría, destaca el carácter interactivo del proceso de la lectura al afirmar que en la
lectura la información no visual [el conocimiento del lenguaje pertinente, es parte de la
información esencial para la lectura, y no es información que se encuentre en el texto, es
información que contiene el lector (Smith, 2008)], con la información visual [la
información que va desde los ojos al cerebro (Smith, 2008)]. Es precisamente en este
proceso de interacción en el que el lector construye el sentido del texto.

La razón por la cual la distinción entre información visual y no visual es tan importante,
se puede plantear sencillamente: hay una relación recíproca entre ellas. Dentro de
ciertos límites, uno puede intercambiarlas. Entre más información no visual tenga un
lector, menos información visual necesita, Mientras menos información no visual éste
disponible, mas información visual se requiere (Smith, 2008).

En el modelo de Smith (citado en Mac Dowall, 2009) se rechaza claramente la


necesidad de que para llegar al significado de un texto se deba decodificar los signos
gráficos en signos auditivos, el autor enfatiza como elemento decisivo de la
comprensión lectora el conocimiento y experiencia que el lector tiene del lenguaje que
utiliza el autor. Los postulados básicos que defiende son: leer no es descifrar sonidos, la
comprensión debe preceder a la identificación de palabras individuales.

Para Smith (2008), la teoría interna del mundo, es lo que tenemos en nuestra cabeza, es

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una teoría de cómo es el mundo, una teoría que es la base de todas nuestras
percepciones y de nuestro conocimiento del mundo, la raíz de todo aprendizaje,
motivación y expectativas, razonamientos y creatividad.

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En el desarrollo de la investigación sobre la comprensión de textos, han intervenido
diferentes disciplinas como la inteligencia artificial, la psicología, la lingüística y la
teoría de la comunicación; tal situación ha puesto de manifiesto el desarrollo de
modelos explicativos que conforman las teorías predominantes hoy día. A continuación,
se describen tres de los más representativas:

1.1 Modelo lineal

1.2 Modelo interactivo

Bajo esta perspectiva, se dará importancia a los conocimientos previos del lector para la
construcción del significado. Los mecanismos de procesamiento de información actúan
en paralelo y se influencian mutuamente por medio de una comunicación bidireccional,
es decir, ya no se habla de un proceso lineal operado por etapas, sino de una interacción
entre lo que dice el texto y lo que sabe el lector (Solé, 1997).

Esta teoría se divide en dos vertientes, el modelo psicolingüístico y la teoría del


esquema. En la primera, se destacan los estudios de Goodman, quien refiere que al
iniciar sus investigaciones partió del supuesto de que nada de lo que hacen los lectores
es accidental, todo es resultado de la interacción con el texto, siendo la lectura un
proceso psicolingüístico, es decir, pensamiento y lenguaje intervienen para reconstruir
significados. (Dubois,1987).

En la lectura interactúa la información no visual que posee el lector con la información


visual que proporciona el texto. De esta manera la lectura se inicia con una entrada
gráfica que lleva la información al cerebro. Si el lector no puede relacionar el contenido
del texto con algo que conoce, la comprensión simplemente no se da, mientras mayor

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sea la información no visual que posee el lector, menor será la necesidad de utilizar la
información visual.

El significado dependerá de la red de relaciones entre la representación gráfica y


fonológica del lenguaje, a decir de convenciones ortográficas, orden de los elementos
lingüísticos y conceptos expresados a través de ciertos significados. Bajo esta
perspectiva psicolingüística, se pone énfasis en la estructura del lenguaje y sus
elementos, no obstante, esta visión es complementada por la perspectiva de los
esquemas, la cual fue nutrida por la psicología constructivista, que destaca la
experiencia previa del sujeto.

El concepto de esquema se ha insertado como un concepto adicional a la teoría


interactiva que amplía el entendimiento del proceso lector. Un esquema es una
representación de una situación concreta o de un concepto que permite manejarnos
internamente y enfrentarnos a situaciones iguales o parecidas en la realidad (Carretero,
2003).

Para Wolf (2006), los esquemas guían y controlan la comprensión del texto, a través del
establecimiento de metas o atendiendo selectivamente la información y contribuyen a
que una persona dé sentido a lo leído. Hay diferentes tipos de esquemas: aquellos que su
estructura interna corresponde analógicamente a un guion teatral, los que se asemejan a
teorías, los que se parecen a procedimientos computacionales y los que actúan como
analizadores. Un lector es capaz de comprender un texto, cuando puede encontrar la
configuración de esquemas que permite explicarse las cosas de la forma más adecuada
(Dubois, 1991).

Bajo esta postura, el rol del lector pasa de ser un ente pasivo a un papel activo. La
lectura es un proceso de identificación y de comprensión que los lectores realizan
simultáneamente. La comprensión se va definir como la interacción entre el significado
del texto y los conocimientos previos del lector; como un proceso mental, constructivo e
intencionado donde el lector elabora el significado a partir de lo escrito y los
conocimientos previos (Makuk,2008).

Llegar a la comprensión lectora supone organizar el significado textual, seleccionar el

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contenido que se considera relevante para la representación y conectar con los
contenidos, con nuestros esquemas. De tal forma que procesos como atención, memoria
y razonamiento son componentes sustanciales en la comprensión (Carretero, 2003;
Parodi, 2005).

1.3 Modelo transaccional

La teoría transaccional proviene de los postulados de Louise Rosenblatt (2002), quien


acuño el término y lo utilizó para referirse a la relación existente entre lo cognoscente y
lo conocido. A diferencia de la teoría interactiva esta concepción se complementa con
aportes del campo de la literatura, además integra elementos de historia, filosofía,
antropología y sociología.

Este enfoque postula que la relación entre lector y texto es una transacción, se fusionan
lector y texto en una síntesis única que construye un significado. El significado no
existe, ni en el lector, ni en el texto, se despierta durante la transacción.

A diferencia de las teorías interactivas, en las propuestas transaccionales el significado


es relativo, dependerá de las transacciones que se produzcan entre los lectores y los
textos en un contexto específico. Se destaca la importancia de la postura del lector
frente al texto y la influencia ejercida por los factores sociales y personales en el
proceso de lectura (Monroy y Gómez, 2009).

Se destaca la importancia de los antecedentes culturales del lector, pues plantea que a
medida de que los ojos recorren la secuencia de signos, éstos van removiendo huellas de
la experiencia pasada y haciendo uso de los antecedentes culturales y sociales del lector,
el cual seleccionará tentativamente de entre ellos, un marco organizador a fin de crear
oraciones con sentido (Rosenblatt, 2002).

Rosenblatt resalta que a pesar de que las convenciones culturales son sociales, la forma
de internalizarlas es estrictamente de carácter personal. Esto hace la diferencia entre las
teorías interactivas y las transaccionales, pues el individuo influye en la totalidad de la
reconstrucción del texto, no sólo con los conocimientos previos, sino con su inmersión
en el tiempo, en el mundo que lo rodea y sus propias decisiones (Dubois,1994).

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El proceso de la lectura

Leer es sobre todo comprender. No se sabe leer, sino cuando los signos de escritura son
considerados como cargados de un contenido de pensamiento. Considerar la
comprensión como cualidad intrínseca del proceso de lectura, no sólo muestra que ésta
es su finalidad, también denota que, mientras no existe, el acto de leer resulta estéril e
inexistente (González, 2001).

La comprensión se concibe actualmente como el proceso a través del cual el lector


elabora un significado en su interacción con el texto. Esta interacción es el
fundamento de la comprensión, pero está determinada por la manera en que el lector
relaciona la información que el autor le presenta, con la información almacenada en su
mente. Aunque indudablemente la estructura del texto influye, los procedimientos que
el lector ejecuta para establecer la relación son, en sí mismos, la comprensión (Cairney,
2002).

Por lo tanto, no es extraño que varios trabajos coincidan en que el resultado de la


comprensión supone la construcción de un modelo mental, situacional, que da cuenta de
las cosas descritas en el texto y lo ya conocido por el sujeto (García y otros, 2005).

En síntesis, la comprensión es el proceso de elaborar el significado por la vía de


aprender las ideas relevantes del texto y relacionarlas con las ideas que ya se tienen,
siendo un proceso a través del cual el lector interactúa con el texto.

Para especificar más la concepción de lectura, es necesario enfatizar los supuestos


básicos que las investigaciones consideran en la actualidad (Smith, 2000):

1 La lectura es una tarea compleja que depende de procesos perceptivos, cognitivos y


lingüísticos.

2. Es un proceso interactivo que no avanza en secuencia estricta desde las unidades


perceptivas básicas hasta la interpretación global de un texto. Por el contrario, el lector
deduce información en forma simultánea en varios niveles, integrando al mismo tiempo
información grafofonémica, morfémica, semántica, sintáctica, pragmática, esquemática
e interpretativa.

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3 El sistema humano de procesamiento de información es una poderosa fuerza que actúa
para acotar la capacidad para procesar información textual.

4. La lectura es estratégica. El lector actúa deliberadamente y supervisa constantemente


su comprensión.

Para Solé (2004), leer implica no sólo el aprendizaje de una serie de discriminaciones
visuales, sino sobre todo una serie de estrategias que van a facilitar la combinación de la
información proporcionada por el texto y la procedente de los conocimientos del sujeto,
de forma que éste pueda reconstruir una representación aceptable del significado de
aquél y almacenarla en su memoria para su uso posterior, representación que
constituiría la comprensión del texto.

Los elementos que participan en el proceso de la lectura, son: el lector que utiliza
estrategias que van a facilitar la combinación de la información proporcionada por el
texto, y la procedente de los conocimientos previos del sujeto o lector; el resultado de
esa combinación de conocimientos es la comprensión adquirida.

Niveles de comprensión lectora

En cualquier texto escrito es probable que el lector pueda lograr diversos niveles de
comprensión lectora, los cuales tienen que ver con el objeto, el modo y la intención de
quien los escribe. Ruffinelli (2005), afirma que la comprensión lectora puede darse en
tres niveles: informativo, estilístico e ideológico:

a) Nivel informativo: se refiere a la relación de los hechos, las palabras, e imágenes de


los temas y asuntos. Responde a la pregunta ¿Qué?.
b) Nivel estilístico: Se relaciona con el modo como se exponen los hechos, se ordenan
palabras e imágenes, se exponen los asuntos y temas. Responde a la pregunta ¿Cómo?
c) Nivel ideológico: Relacionado con la expresión de conceptos e ideas sobre la
realidad. Responden a las preguntas ¿Por qué ? y ¿ Para qué?.

Zacaula (1988), propone otra clasificación para lograr la significación de la lectura: el


literal, el complementario y el implícito.

a) El literal: Se refiere de manera directa al contenido, si se recuerda, correspondería a


la función referencial de la lengua. Tiene gran importancia el conocimiento del
17
vocabulario y las nociones particulares para entenderlo.

b) El complementario: Incluye todos los conocimientos que a juicio del lector


enriquecen o aclaran el sentido literal.

c) El implícito: Es aquel que puede descubrirse por inferencia; es decir, el que sin estar
escrito se encuentra soslayado en el texto.

Sánchez (2000), por su parte considera que para lograr una mejor comprensión de los
textos, es necesario que el lector logre cubrir tres niveles básicos, a los que ha
denominado: léxico, estructural y simbólico.

a) Nivel léxico: Se refiere a la necesidad del lector de comprender mejor las palabras
que contiene el texto.

b) Nivel estructural: La principal finalidad, es la identificación de los elementos más


importantes utilizados en el texto y sus funciones. Se destaca la acción y el tiempo
como dichos elementos.

c) Nivel simbólico: permite responder a varias interrogantes que se hace el lector, como
producto de una lectura profunda. Se maneja como lectura profunda, cuando se deduce
la intención que tuvo el autor al momento de escribir, qué y cómo pensaba, cuál era la
idea que quería trasmitir.
Estos niveles permiten a los lectores comprender mejor el lenguaje utilizado, identificar los
elementos más importantes dentro del texto y encontrar el mensaje profundo contenido en el
texto.

Podemos observar en cada una de las clasificaciones propuestas, la existencia de


elementos comunes y características similares. En cuanto al alcance de los niveles que
propone Sánchez y considerando las características de los alumnos, los primeros deben
lograrse con cierta regularidad al concluir la educación básica, siempre y cuando se
promuevan las actividades propicias para ello.

Las estrategias

El concepto estrategia es, actualmente, uno de los más utilizados en la ciencia cognitiva
y, en particular en las teorías psicológicas sobre la comprensión de textos. No obstante
la vaguedad que encierra la definición de este término por varios autores, es destacable
su importancia dentro de los procesos de aprendizaje.
18
Las estrategias cognoscitivas son un conjunto de operaciones y procedimientos que el
estudiante puede utilizar para adquirir, retener y evocar diferentes tipos de
conocimiento (Puente, 2001). Por lo tanto, una estrategia está constituida por todas las
actividades y operaciones mentales en las cuales se involucra el aprendiz durante el
proceso de aprendizaje y tienen por objeto influir en el proceso de codificación de la
información (Weinstein y Mayer, 2005).

Las estrategias intervienen en los procesos superiores de procesamiento, y conllevan


mayor grado de conciencia y reflexividad que los niveles de procesamiento inferiores:
perceptivo, fonológico, léxico, sintáctico. Todas las personas hacen uso de estrategias
cuando leen. En determinadas circunstancias esas estrategias son adecuadas para lograr
la comprensión, pero otras veces no resultan eficaces. Asimismo, en algunas ocasiones
el sujeto puede ser consciente, en mayor o menor grado, del funcionamiento de tales
estrategias, mientras que en otros momentos pueden operar ajenas al conocimiento y
control del sujeto (Safltuiste y otros, 2006).

Las estrategias tienen cabida en los procesos cognoscitivos que realiza el lector y
condicionan, de algún modo, la comprensión. Por tanto las estrategias que se empleen
determinan, en algún grado, el óptimo o deficiente resultado. Referidos únicamente a la
lectura, los estrategias comprenden, el grado de atención y el nivel de concentración que
el lector brinda al material escrito, la discriminación que realiza entre aspectos
sustantivos y detalles del contenido del texto, el reconocimiento perceptual de los
signos, la codificación del mensaje, la capacidad de organización en la memoria, la
recuperación de la información de los conocimientos previos y finalmente, los recursos
metacognoscitivos con que el lector cuenta.

Investigaciones realizadas sobre comprensión lectora

Entre los trabajos que se han conducido en el país en el ámbito de comprensión lectora,
destaca el realizado por Álvarez, Anastasio y Vázquez, (2022), cuyo objetivo fue
describir los procesos de lectura en los estudiantes de la Facultad de Pedagogía-Región
Veracruz de la Universidad Veracruzana. La metodología aplicada es de carácter
cuantitativo con alcance descriptivo, en el que se aplicó un cuestionario de 26 preguntas
que abordan cuatro áreas: hábitos lectores, frecuencia lectora, comprensión lectora y la
experiencia lectora, a 60 estudiantes cuyas edades oscilan entre los 23 y 26 años. El
análisis de los datos muestra que la frecuencia y experiencia lectora se encuentran por

19
debajo del promedio, tales resultados demuestran la necesidad de implementar
estrategias de E-A en las prácticas didácticas e institucionales que fomenten el gusto por
la lectura en los estudiantes y se promueva la importancia del proceso de lectura en los
universitarios.

Un estudio conducido por Galán, García y Gutiérrez (2021), tuvo como propósito
promover el interés por la lectura de textos literarios entre estudiantes que se consideran
no lectores y que afirman solo leer con fines de aprendizaje académico. Siguiendo las
estrategias metodológicas de la investigación-acción, se diseña un plan de acción con
diversas estrategias de lectura con estudiantes de una Escuela Normal Superior en el
Estado de México. La implementación de dichas estrategias arrojó diversos resultados
con los que se reconoce la manera en que los estudiantes han cambiado su percepción
sobre la lectura e incluso se muestran interesados por continuar con la lectura de este
tipo de textos. Aunado a estos logros, también se identificaron hallazgos que muestran
que los estudiantes perciben que la literatura también es una fuente de experiencias
extáticas, que promueven un aprendizaje integral y cambios en los mismos lectores.

Calva y Guzmán (2021), realizaron una investigación cuyo propósito fue comprender
las prácticas de formación de los docentes normalistas de la Escuela Normal “Valle del
Mezquital”. Se estudió, cómo han vivido sus de procesos de formación que les han
permitido asumirse como un maestro de español o de lenguaje. Se aplicaron entrevistas
narrativas a seis maestros, quienes vivieron experiencias con la lectura, principalmente
de literatura infantil y literatura universal, en diferentes contextos, familiares, escolares
y sociales (la iglesia) partiendo de estas experiencias formativas fueron configurando
sus primeras concepciones que han incorporado a su formación como docentes de
español.

En otro trabajo, Chávez, Flores, Ordóñez y Sánchez (2020), llevaron a cabo un


diagnóstico en estudiantes universitarios nativos digitales con el propósito de estudiar
la relación entre el uso de internet y el número de horas de lectura semanal en este
medio y en fuentes impresas, así como su vínculo con la búsqueda de información de
tipo académico y no académico. La muestra se conformó de 1 500 estudiantes
universitarios, con un muestreo probabilístico aleatorio de estudiantes en México
inscritos en educación superior y el uso de un instrumento tipo encuesta. Los resultados
indican que los estudiantes universitarios en México presentan una relación directa entre

20
el número de horas de lectura semanal vía internet y el número de horas de lectura en
fuentes impresas; son buscadores de información académica en mayor medida en
fuentes impresas. Destaca que la mayoría de los nativos digitales universitarios tienen
un hábito lector.

La investigación de Castillo, Martínez y Sánchez, (2019), se centró en organizar un


seminario sobre Alfabetización académica con el propósito de apoyar a los estudiantes a
desarrollar las habilidades que les faciliten el estudio de sus asignaturas en los distintos
semestres. Aplicaron un cuestionario al inicio del semestre y al final del mismo.
Durante el curso enseñaron una estrategia de resumen con el propósito de contribuir a la
resignificación de la lectoescritura, así como una forma de realizar resúmenes. Los
resultados muestran que los estudiantes logran darle sentido al papel de la lectura y la
escritura en el aprendizaje y la construcción de conocimientos, aunque aún se observan
pocos cambios en las prácticas de resumir por la dificultad al incorporar la estrategia a
sus esquemas de aprendizaje.

Cortes, Gálvez y Lugo (2019), llevaron a cabo un estudio cuyo propósito fue conocer el
hábito lector de los docentes en formación de la Benemérita y Centenaria Escuela
Normal del Estado. Mediante un enfoque cuantitativo y una encuesta en la que se
examina sobre el hábito lector, el propósito que le dan a los diversos textos que leen y la
relación que tienen con la lectura, realizándose a una muestra representativa de 12
estudiantes de segundo y tercer grado de la licenciatura en educación secundaria con
especialidad en lengua extranjera Inglés. Se concluye que los alumnos normalistas sí
tienen ese hábito lector, no obstante es evidente que los alumnos de mayor grado poseen
una mayor relación con la lectura, esto es benefactor para su desarrollo escolar el cual le
será de ayuda para un futuro al ejercer como docente. Además es importante destacar
que conforme van avanzando en sus estudios ese hábito lector mejora, la relevancia de
este hábito es de suma importancia al estar frente a un grupo, porque ayuda a compartir
ese gusto por la lectura a los alumnos e ir impulsando ese hábito en ellos, el cual
impacta de manera positiva para que sean conscientes del valor de la lectura.

Por su parte, Arciso, Gallegos y Valverde (2019), establecieron como propósito de su


investigación conocer las prácticas de lectura y escritura que se llevan a cabo los
alumnos de las distintas asignaturas de la BECENE mediante un enfoque cuantitativo a
través de una encuesta adaptada que explora las actividades académicas y los propósitos

21
para las que se lee y escribe, las experiencias en la lectura y escritura que han vivido, así
como las actividades frecuentes en una asignatura. En este estudio participaron 42
alumnos, entre 20 a 21 años, distribuidos entre las siete licenciaturas. Esta investigación
concluye que los estudiantes leen para investigar, resolver evaluaciones escritas y
realizar exposiciones, asímismo escriben porque lo solicitan en una asignatura, y los
tipos de documentos más elaborados son los apuntes de clase y los resúmenes de libros,
es importante resaltar que los estudiantes prefieren la lectura en idioma español, todo
esto es utilizado y aplicado para que los estudiantes aprendan a realizar el tipo de
escritos que utilizarán como profesionales.

Gómez y Machorro (2019), plantean una propuesta para consolidar a estudiantes de


educación media superior como lectores críticos. Para lo cual es necesario habilitarlos
en el domino de tres niveles de lectura (literal, inferencial y crítico-analógica) mediante
ejercicios de análisis; tales estrategias buscan, simultáneamente, mejorar los procesos
cognitivos de los estudiantes, lo cuales permiten resolver las problemáticas lectoras del
ámbito académico, laboral o cotidiano. Para implementar la intervención fue necesario
medir los niveles de desempeño en competencia lectora, a partir de la aplicación de un
pretest y un postest en el marco de la asignatura Literatura I. El instrumento utilizado
fue la prueba Escala de Estrategias de Aprendizaje Contextualizado (ESEAC) y se
aplicó a una muestra dirigida de 44 estudiantes del quinto semestre de bachillerato,
quienes conformaron los grupos control y experimental. Los resultados se describen,
analizan e interpretan mediante una metodología cuantitativa y con base en ellos se
estructuraron los planes clase de la intervención y posteriormente se midió el impacto.

Audelo, Salazar y Verastica, (2017), realizaron una investigación titulada “Un análisis a
las prácticas de lectura para la escritura en estudiantes de Educación de la UAS”. Este
estudio se apoya en un enfoque cualitativo interpretativo, para lo cual se entrevistó a un
grupo de estudiantes de octavo semestre a fin de conocer las prácticas de lectura para la
escritura más recurridas durante el proceso de aprendizaje. Uno de los resultados indica
cómo estos jóvenes refieren difícil la práctica de lectura acompañada porque consideran
que esta práctica no tiene un valor curricular. Con ello, se encontró cómo para la
mayoría de los estudiantes es mejor leer en solitario y fuera de la escuela porque
suponen que así se lee más rápido, aunque se tenga en claro que rinde mayores frutos
leer en compañía y en la escuela cuando se lee para transformar los conocimientos en
educación.
22
Morán (2017), llevó a cabo una investigación con estudiantes de sexto semestre de la
Licenciatura en Intervención Educativa de la UPN, unidad Querétaro. El propósito fue
explorar y describir el tipo de información que las alumnas recuperan de los textos
académicos y cómo la integran a sus producciones escritas. Para lograr este objetivo se
solicitó a las alumnas elaborar un resumen. Entre los conceptos utilizados para estudiar
las dificultades manifiestas por las estudiantes estarían la dependencia de lo literal, la
lectura como decodificación, la lectura como comprensión y la alfabetización
académica. Los resultados revelaron que cerca del 50 % de las estudiantes recurrieron a
la copia literal de enunciados del texto origen para elaborar el resumen. También se
presentaron casos en los que el resumen contenía enunciados que contradecían la
información del texto original y otros en los que se presentaban enunciados de los que
no se consiguió extraer sentido alguno. Estas dificultades las manifestaron el 40 % de
las estudiantes que no copiaron enunciados del texto origen.

El estudio de Alemán y Carvajal (2017), tuvo como propósito describir los niveles de
comprensión de los estudiantes de las carreras de Comunicación e Información y
Trabajo Social, así como las tareas de lectura que llevan a cabo dentro del contexto aula.
Para lograr los objetivos planteados, se utilizó un instrumento semiestructurado que se
integra de dos partes; la primera, un texto expositivo con preguntas relacionadas al
mismo, y una segunda con preguntas sobre tareas de lectura que se realizan en la
universidad. Los primeros resultados muestran un bajo índice de respuestas correctas
para los niveles de comprensión lectora, esto como consecuencia del tipo de error al que
recurrieron los informantes al leer el texto y contestar los reactivos. Por otra parte, los
resultados han permitido replantear la clasificación de los niveles de comprensión
debido a que se identificó un nivel de comprensión lectora que debe ser contemplado
como parte de la clasificación. Finalmente, se identificaron dos tareas de lectura que los
estudiantes universitarios realizan más frecuentemente.

Castro, Domínguez y Nava (2017), muestran los resultados de un estudio empírico


sobre las percepciones que de la lectura y la escritura tienen estudiantes provenientes de
sectores vulnerables y con bajo rendimiento escolar en una universidad pública en
México. Su objetivo fue identificar el impacto que estas representaciones tienen en su
desempeño escolar y en los procesos de inclusión educativa propios del nivel superior.
Los resultados muestran que las dificultades académicas asociadas a la comprensión y
comunicación de saberes, si bien no son un factor exclusivo, sí contribuyen de manera
23
dominante al fracaso y la deserción escolar de jóvenes en situación vulnerable.

Ibarra, Martínez y Rodríguez (2015), investigaron las técnicas de estudio que utilizan
las docentes en formación de la Licenciatura en Educación Preescolar de la Benemérita
y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí.. Como instrumento de
recolección de datos se utilizó una encuesta de 25 preguntas que fueron agrupadas en
los diversos métodos de estudio. Dentro de los datos recuperados se obtuvo que las
técnicas más utilizadas son el subrayado y el resumen. La relevancia que posee destaca
en la información precisa e importante que brindan los textos por medio de la lectura. Se
concluye que las docentes en formación de la Licenciatura en Educación Preescolar
utilizan las técnicas de estudio, lo cual permite a las estudiantes adquirir la información
más importante de un texto escrito, a través de la lectura como eje rector.

Las anteriores investigaciones proporcionaron luz y pistas sobre las dimensiones que
han sido abordadas y suministró elementos para la conformación del esquema
metodológico de investigación. Fue posible identificar los problemas que han sido
tratados, las características de la población atendida, las técnicas utilizadas, la forma de
obtención de datos y el tipo de variables objeto de análisis.

Justificación de la investigación

Durante el periodo escolar 2020-2021, la matricula del sistema educativo nacional a


nivel superior está conformada por 4,030 millones (Caballero, 2921). De acuerdo con
datos de la Secretaría de Educación, en el ciclo escolar 2021-2022, hay en Jalisco
285,423 estudiantes (IIEG, 2022). Esta comunidad de jóvenes universitarios ofrecen un
terreno fértil para realizar estudios e investigaciones sobre diversos tópicos relacionados
con los textos impresos y electrónicos, así como con las prácticas lectoras, una línea
temática poco abordada en la UPN Unidad 142, y escasamente integrada en los
programas de investigación en las universidades mexicanas en general.

Es de destacar que a la fecha en la UPN Unidad 142 no se ha desarrollado ninguna


investigación educativa para generar conocimiento sobre las estrategias y prácticas
lectoras de los estudiantes universitarios, de ahí que se carezca de información que nos

24
permita conocer con exactitud como son estas prácticas y el impacto que están teniendo
en su formación académica y cultural. De forma particular se desconoce: la frecuencia,
duración, lugares donde leen, los momentos de lectura; las diferentes formas y maneras
de leer, los usos que le dan a la lectura, las vías de acceso a los textos, tanto impresos
como electrónicos, los contextos sociales en donde desarrollan el acto lector, el lugar
que ocupa la lectura frente a otras prácticas culturales; no se cuenta con información de
sus experiencias de lectura, ni de los factores que las favorecen o inhiben, la influencia
que tiene esta práctica en los distintos escenarios de su vida, los géneros temáticos que
les gusta o le desagrada leer, de igual manera, se desconoce cómo están incidiendo el
capital económico, social, escolar y cultural en el desarrollo de sus prácticas lectoras y
en su formación como lectores.

Ante la ausencia de investigaciones enfocadas al conocimiento de las prácticas de


lectura de los estudiantes de pedagogía y LIE de la Unidad 142, este estudio pretende
además, la apertura de nuevas líneas de trabajo académicas relacionadas con la lectura,
partiendo de la premisa de que en los últimos seis años se ha incrementado
notablemente la matrícula escolar con la apertura de la Licenciatura en Pedagogía. Este
incremento en tan poco tiempo, ofrece un terreno fértil para realizar investigaciones
sobre diversos tópicos y comparar los hallazgos con los estudiantes de la LIE.

Por todo lo anterior, el presente proyecto de investigación persigue los siguientes


objetivos:

Objetivo general:

Conocer las estrategias de comprensión lectora y las prácticas de lectura de los


estudiantes de pedagogía y LIE de la UPN Unidad 142 y las diferencias determinadas
por los capitales económico, escolar, social y cultural en sus trayectorias de lectura.

Objetivos específicos:

a) Identificar y describir las estrategias de la lectura que utilizan los estudiantes de


pedagogía y LIE de la UPN unidad 142, ante diferentes tipos de texto con distintos
temas y tareas

b) Conocer si las estrategias empleadas son distintas en cada situación y especificar la


diferencia.

25
c) Indagar los factores que motivan o inhiben las prácticas de lectura entre los
estudiantes, así como el impacto que tiene el capital económico, escolar, social y
cultural en las prácticas y trayectorias de lectura de los universitarios.

d) Explorar algunas variables subjetivas en el imaginario del lector universitario en


relación con sus prácticas lectoras y el uso de textos en comparación con otras prácticas
culturales, recreativas y de entretenimiento que realizan cotidianamente.

e) Investigar si existe una preferencia determinante en las prácticas de lectura de los


estudiantes en relación a los diferentes soportes de contenido de la información que
utilizan en su vida cotidiana

f) Averiguar el impacto y el grado de importancia que tiene el Internet y los textos


electrónicos en la cotidianidad de las experiencias lectoras de los estudiantes y como se
ponen de manifiesto en sus prácticas.

Hipótesis o supuestos

En el contexto universitario se considera como un hecho, que debido a que los


estudiantes han cursado doce o más años de estudios antecedentes, han desarrollado
prácticas de lectura consolidadas que los ubican dentro de las categorías de: lectores
fuertes, lectores asiduos o excelentes lectores.

Se establece también que el capital económico, escolar, social y cultural que han
adquirido los estudiantes en sus entornos familiar y educativo con el que llegan a la
universidad, es suficiente para que desarrollen prácticas lectoras que les permitan
alcanzar los objetivos establecidos en el currículo universitario.

De ahí que se considere, que entre más años se cursen en el sistema educativo, se
establece una relación proporcional directa que favorece el uso de las prácticas lectoras
de los estudiantes de los niveles educativos superiores.

De igual manera se acepta, que estas prácticas influyen significativamente en su


formación académica y cultural, en la construcción y la representación de ellos mismos
como individuos y en su relación con el entorno social en el que se desenvuelven.

26
Se considera también que la aparición del Internet y las nuevas tecnologías (que
posibilitan el acceso libre e ilimitado a infinidad de datos y fuentes de información)
favorecen las prácticas lectoras del universitario. Asimismo, este medio modifica la
percepción, el valor, y el significado hacia la lectura de libros y otras fuentes de
información.

Ante estos supuestos, muchas de las instituciones de educación superior tanto públicas
como privadas, no han establecido líneas de investigación que se avoquen al estudio de
estos fenómenos, ni instrumentan programas de fomento a la lectura que fortalezcan
estás prácticas en su comunidad, a pesar de que en contraparte, hay evidencia de tipo
cuantitativo que pone en tela de duda estas creencias o supuestos sobre las prácticas
lectoras de los estudiantes.

Si bien existen ya algunas investigaciones de orientación cuantitativa y cualitativa que


empiezan a establecer referentes sobre las prácticas lectoras que efectúan los
universitarios mexicanos, también es una realidad que en las unidades UPN del estado
de Jalisco, se carecen de estos estudios donde se aborden variables tales como: Las
estrategias de lectura, capital escolar, cultural, social y económico en relación con el
imaginario colectivo del lector universitario.

Con ello se estaría posibilitando la generación de nuevos conocimientos que permitan


conocer con mayor profundidad la realidad particular e íntima del lector universitario,
para que partiendo de esta información, se puedan diseñar y poner en prácticas
programas diversos que incidan en las prácticas lectoras de la comunidad de la UPN
Unidad 142.

2. Método

2.1 La muestra de investigación

Se seleccionará una muestra no probabilística de estudiantes de diferente semestre de la


Licenciatura en Pedagogía y Licenciatura en Intervención Educativa que muestren
interés en participar en la investigación.
27
2.2 Técnicas de observación e instrumento

Los instrumentos para recabar la información se diseñaran a partir de las experiencias


de otras investigaciones, tomando en cuenta los propósitos pretendidos por esta
investigación.

Para lo cual se elaborará una guía de entrevista a profundidad, con la finalidad de


conocer qué estrategias utiliza o ha empleado el lector en la lectura de un determinado
texto y qué sabe sobre el proceso de la lectura. También se hará uso de distintos textos
(científicos, narrativos y expositivos). Tanto la guía de entrevista como los textos, serán
sometidos a la revisión de expertos para su validación.

2.3 Procedimiento

Se instrumentarán tres sesiones con el propósito de dar cumplimiento a los objetivos,


mismas que serán grabadas. En la primera se realizará una entrevista a profundidad para
conocer cuáles son las valoraciones, percepciones y simbolismos que los estudiantes
manifiestan sobre sus prácticas de lectura. En la segunda sesión, se observará el proceso
de la lectura de los estudiantes en dos situaciones distintas y ante dos temas diferentes.
Se le hará la indicación que lea el texto como comúnmente lo hace. La tercera sesión
solo variará en que la lectura estará precedida por la indicación de que lo lea para
elaborar un resumen y se le entregarán hojas blancas para que lo elaboré. Se elegirá un
resumen por ser la actividad escolar más recurrente. Hay que recordar que de acuerdo a
la literatura, las estrategias pueden indagarse a partir de una tarea que involucre la
detección de los aspectos importantes y la identificación de las ideas principales por
parte de los lectores en su afán por comprender un texto.

Es importante destacar que las observaciones se llevarán a cabo en condiciones casi


idénticas: lugares iluminados y silenciosos; sitios propicios para realizar una lectura, sin
distracciones externas. A los lectores, además, no se les impondrá un tiempo límite para
leer, mucho menos durante la entrevista.

2.4. Análisis de resultados

Se llevará a cabo la trascripción de las entrevistas, con el objetivo de identificar y

28
resaltar los argumentos en que el estudiante expresa. También se analizarán los
resúmenes trabajados por cada lector y las estrategias utilizadas (subrayar, poner notas
al margen de los párrafos, colocar señales en las partes de interés, etc.), así como
los apuntes del diario de campo hechos por el investigador.

E. Calendario y cronograma del proyecto

En los dos primeros meses de trabajo, se llevará a cabo un estado del arte de la
problemática abordada.

En el tercer mes se determinará la muestra y se establecerá contacto con los


participantes.

Del cuarto al sexto mes se llevarán a cabo la aplicación de instrumentos.

En el séptimo y octavo mes se realizará la sistematización e interpretación de los


resultados.

En el noveno mes se elaborará el reporte final, que permita que dicho documento sea
publicable.

Actividades Primeros Tercer mes Cuarto a Séptimo y Noveno


dos sexto octavo mes
mese mes mes
s
Estado del arte X
Contacto y elección de la X
muestra
Aplicación de instrumentos. X
Sistematización e X
interpretación de resultados
Reporte final X

29
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