TERRORISMO
TERRORISMO
TERRORISMO
El Terrorismo, en la historia ha sido uno de los peores flagelos en el ámbito interno como en el
mundial, no siendo un tema nuevo de discusión e investigación, pero sí uno de los más
importantes en la agenda nacional e internacional en pleno siglo XXI. Conocido como un
fenómeno mundial de violencia, que apareció una y varias veces a lo largo de la historia como
la denominada pelea sutil y enmascarada de violencia en la lucha política, en la que cada una
de las partes se considera agredida, persiguiendo la destrucción del orden instaurado o el
inicio de un clima de terror e inseguridad, propenso a intimidar de los enemigos a la población
en general;
Para Chris Cook (1997), el terrorismo es un fenómeno contemporáneo pues es: “La tentativa
de alcanzar fines políticos gracias a la creación de un clima de temor mediante bombas,
asesinatos, secuestros y piratería aérea, con el objeto de socavar la capacidad en la confianza
de un Estado para proteger a sus ciudadanos, o de lograr publicidad para una causa.” (p. 482).
Es por ello en el transcurrir de la historia surgieron hechos que conllevaron a denominarlos los
primeros actos violentos de terrorismo, los ligados al radicalismo religioso entre los zelotes,
una movimiento Judío contrario a la corriente Romana, iniciándose en el siglo I de nuestra era,
la llamada secta de los sicarios, cuyo apelativo era por su habilidad mortal en el manejo de la
sica, que era una daga con la cual decapitaban a los legionarios romanos. Adicionalmente a su
actividad asesina, los sicarios se adueñaban de tierras, las quemaban, asi como envenenaban
pozos de eran reservorios de agua para Jerusalén.
De mismo modo operaron entre los siglos XI Y XII la secta Chií de los ismaelitas, que dio inicio a
la banda de los assassins (naciendo el nombre de asesinos), calificada por sus actos violentos
hacia los cristianos y por la concepción de sus crímenes como genuinas intervenciones de
obediencia y sus motivos religiosos. Creando asi una especie de doctrina religiosa que sostenía
como base el asesinato de sus contrincantes políticos y religiosos, considerándolos diabólicos
en su forma moderna de luchar.
A finales de los siglos XVIII y XIX este flagelo del terrorismo sistemático, siguió impulsándose
con la transmisión de nacionalismos e ideologías, como secuelas propias tras la Revolución
Francesa. Asi como el nacionalismo imperialista, que en el Japón encauzo a la restauración
Meiji en 1868 estuvo acompañado de constantes ataques terroristas al shogunado Tokugawa.
Cabe resaltar que, uno de los más sanguinarios, crueles e importantes grupos terroristas de la
Historia, fue en ese momento el Narodnaya Volya (Denominada la voluntad popular),
operando en Rusia desde inicios de enero de 1878 hasta marzo de 1881, ejecutando una activa
cruzada en contra las autoridades zaristas. Siendo su principal cabecilla, Morozov, que sostenía
que el terrorismo era la moderna forma de lucha preferible a una matanza violentista y
generalizada, producto de un levantamiento en multitud.
Asimismo en Europa, a fines del siglo XIX, los fanáticos del anarquismo iniciaron radicales
ataques terroristas en contra mandatarios e incluso a la población en general, sin importarles
cobrar vidas inocentes. Siendo una de las víctimas más notables, la emperatriz Isabel, esposa
de Francisco José I, ajusticiada por un anarquista italiano el año 1898.
Ya con la llegada del siglo XX, nacieron otros grupos radicales como la Organización
Revolucionaria Interna de Macedonia, llamada la Ustashi croata, y el Ejército Republicano
Irlandés (IRA) establecieron sus actividades terroristas fuera de las fronteras de sus países.
Recibiendo el soporte de gobernantes establecidos, como el caso de los mandatarios de Italia y
Bulgaria bajo el cabecilla autoritario Benito Mussolini. Siendo el tipo de terrorismo nacional
amparado por el gobierno, provocando el homicidio de Francisco Fernando de Habsburgo en
Sarajevo el año 1914, lo que originó la Primera Guerra Mundial. Posterior a ello, ante la
inestabilidad política existente durante los años de 1920 y 1930, se dio inicio a constantes
actividades de violencia terroristas. Integrándose la lucha más amplia de la Segunda Guerra
Mundial.
Es pertinente decir, que durante las luchas coloniales ocurridas después de la Segunda Guerra
Mundial, volvió nuevamente el terrorismo, teniendo estos conflictos como característica
principal objetivos legítimos de despojar en forma violenta sus pertenencias a todo aquel que
no cooperaba en la lucha anticolonial. Teniendo por primera vez a la población civil como
blanco, asi, como medio de presión a los fines de sus partidos anticoloniales.
En los años de 1960 el maoísmo ejerció gran dominio en ciertos medios universitarios de
Norteamérica y Europa, quedando maravillados de su componente voluntarista y
antitotalitarista. La misma esencia ideológica del maoísmo y la identificación del principal
soporte social, siendo las clases campesinas, las que influyeron de forma apremiante,
determinando asi, que su expansión fuera finalmente una dirección muy definida: considerado
de esta manera el Tercer Mundo, cuyas condiciones políticas, económicas y sociales, permitían
un escenario ideal para la expansión de la doctrina de Mao.
Siendo la más despiadada violencia terrorista que tuvo que padecer el Perú desde los años 80
hasta fines de los años 90. El grupo terrorista Sendero Luminoso, liderado por Abimael
Guzmán Reynoso, intentó acomodar en el Perú el método comunista como china contra Japón.
Queriendo moldear a la realidad peruana, la ya existente en China, teniendo como pretensión
iniciar una cuestionada “guerra popular” contra el Estado peruano, con el fin de causar
destrucción en sus instituciones e instaurar un régimen totalitario, iniciando su escalada de
violencia en Chuschi - Ayacucho un 17 de mayo de 1980, para luego seguir avanzando a los
pueblos de la serranía de nuestro país, dejando un camino manchado de sangre de las miles de
víctimas, entre ellas, mujeres, niños, ancianos y atentar contra las autoridades públicas en
todos sus niveles.
Por otro lado el grupo terrorista denominado Movimiento Revolucionario Túpac Amaru
(MRTA), es una organización terrorista, de corte marxista, leninistamaoísta, guevarista y
antiimperialista, que se inspiró en las guerrillas de izquierda surgidas en la década de 1950,
como el Frente Sandinista de Liberación Nacional, teniendo como uno de sus objetivos
principales la apropiación del poder a base de violencia y muertes a través del reinicio de la
“violencia revolucionaria”, violencia sin piedad y genocida de secuestro y muertes de
autoridades del Estado, empresarios, fiscales y miembros Policía Nacional del Perú (PNP) y de
las fuerzas armadas (FF.AA), teniendo como icono la toma y secuestro de autoridades públicas
y civiles en residencia del embajador japonés el 17 de diciembre de 1996.
El terrorismo se constituye, tanto en el ámbito interno como en el mundial, en una vía abierta
a todo acto violento, degradante e intimidatorio, y aplicado sin reserva o preocupación moral
alguna. No es, por lo tanto, una práctica aislada, reciente ni desorganizada
Actualmente, con la reaparición de situaciones conflictivas latentes que se encontraban
reprimidos durante la guerra fría y el agravamiento de las diferencias económicas, ha surgido
el terrorismo internacional.
Es necesario citar a Marx, que se declaró partidario de la violencia terrorista como motor del
cambio social y sostuvo que no se podía concretar un proyecto de sociedad más que por una
insurrección violenta.
También Mao Tse-Tung integró un conjunto de tácticas militares para ser usadas por quienes
carecían de ejércitos. Mao se desvió de las teorías revolucionarias marxistas, hasta entonces
existentes, y de la estrategia militar del momento. Tanto el fascismo como el comunismo
utilizaron el terrorismo como instrumento de su política, contando con defensores entusiastas
como Liev Trotski y Georges Sorel (quién representó intermitentemente ambos extremos del
espectro político).