Liderazgo en Tiempos de Cambios Profundos Ronald Siatek
Liderazgo en Tiempos de Cambios Profundos Ronald Siatek
Liderazgo en Tiempos de Cambios Profundos Ronald Siatek
Ronald Sistek G.
Perspectiva organísmica
Desde la perspectiva individual, el liderazgo tiene que ver con la presencia de
lo vivo en nosotros y de cómo generamos la coherencia de nuestro potencial.
En palabras de Andreas Weber “con un sentido ampliado de lo vivo, la gente
contribuye al vivir del todo del cual forman parte. Vivir desde la conexión
interior para que la energía creativa agregue energía al sistema y agregue más
a la vida. Lo vivo tiene que ver con los principios globales y actitudes que
promueven la emergencia de procesos abiertos, mutuos, cooperativos…. es un
entendimiento de los procesos profundamente creativos, poéticos,
expresivos, encarnados en los organismos vivos”.
Desde la perspectiva organísmica conductual, podemos decir que muchas de
nuestras reacciones podrían ser identificadas por alguna o algunas de estas
características dependiendo de desde dónde nos movemos para decir lo que
decimos o para reaccionar como reaccionamos. Pareciera ser que podemos,
frente a un mismo estímulo, reaccionar de maneras distintas dependiendo del
lugar desde donde operamos como líderes de nosotros mismos. La
neurofisiología tiene una aproximación biológico conductual bien interesante
también y dice que nuestros resultados, en sus etapas iniciales se pensaba que
dependían de nuestro comportamiento, y detrás del comportamiento estaba
el pensamiento. Según investigaciones recientes, se logró establecer
vinculación entre pensamientos, sentimientos, emociones y más
profundamente, los órganos de nuestro cuerpo. Los órganos y su estado como
gatillantes de estímulos emocionales desde donde se identifican con
sentimientos que nos llevan a tener ciertos pensamientos que inciden en
nuestra conducta, la cual define nuestros resultados. En fin , otra interesante
aproximación desde la complejidad humana. Dónde llevo mi atención e
intención? Desde dónde digo lo que digo? Una perspectiva que abre
posibilidades enormes es comprender la fenomenología de la expresión y de
la escucha.
Tenemos consciencia de que está todo mucho más íntimamente relacionado
de lo que creemos? Lo que comemos y cómo tratamos a nuestros órganos
incide directamente en nuestro estado de consciencia al interactuar con otro?
Tiene relevancia en nuestro estilo de liderazgo?
Perspectiva del futuro emergente, el punto ciego del liderazgo
Otto Scharmer y Katrin Kaufer (3), en su libro “Liderando desde el Futuro
Emergente”, entrevistando a un CEO de una compañía de seguros llamado Bill
O´Brien, nos comentan que el mayor insight de O´Brien como líder del cambio
transformacional de su compañía, era que: “El éxito de una intervención
depende de la condición interior del que interviene” que los autores
significaron como: “el éxito de nuestras acciones como agentes de cambio no
depende de qué hacemos o cómo lo hacemos, pero del lugar interior desde
donde operamos. Podemos decir que ese es el punto ciego del liderazgo:
podemos observar qué hacemos y cómo lo hacemos; pero la calidad de la
fuente o lugar interno desde donde operamos en el ahora, tiende a estar fuera
de nuestro rango de observación normal, atención y consciencia”… Volviendo
al ejemplo inicial, podríamos decir en el lenguaje de éstos autores que el
chofer de reparto, experimentó su liderazgo, permitiendo que en un momento
conectara con su fuente, sintiera y presenciara su más alto futuro posible, su
futuro emergente. Pareciera que liderar y nuestros haceres tienen que ver con
algún nexo entre la conexión con lo que somos y el aparecer del futuro que
emerge. Con permitir ese momento de “presencing” (una mezcla de presencia
y sentir) gatillado por momentos de deconcentración o “stillness”, dejando ir
creencias para permitir que emerja el mejor futuro posible, o el dejar venir
desde lo individual y desde lo grupal, actuando como líder facilitador de un
proceso colectivo.
Ahora bien, esto solo es posible generándose un campo social, descripción de
los mismos autores como el “sostener” el espacio social. Este campo social se
genera experimentando los niveles más profundos posibles de escucha y
conversación…caminando hacia la empatía y más allá. Esto significa que para
poder experimentar el máximo potencial humano, debemos generar
espacios sociales libres de miedo y donde crezca entonces la confianza. Al
miedo y a la confianza les cuesta coexistir en campos sociales. Donde emerge
uno, el otro desaparece. Tenemos claridad de esto desde nuestras prácticas
de liderazgo? Somos capaces de cocrear campos sociales de confianza donde
se multiplican las posibilidades para el ser humano? Cómo facilitamos
momentos para volver a nosotros mismos y desde ahí funcionar en el mundo?
Como nos abrimos al liderazgo conscientes desde donde operamos,
intencionamos y ponemos atención, así como desde dónde escuchamos y nos
comunicamos?
Las 7 capacidades de liderazgo según Otto Scharmer
1. Contener el espacio: Escuchar lo que la vida nos pide que hagamos
2. Observar: Prestar atención con la mente totalmente abierta
3. Sentir: conectarse con el corazón
4. Presenciar: Conectarse con el origen más profundo de su ser y su intención
5. Cristalizando: Acceder al poder de la intención
6. Haciendo prototipos: Integrando cabeza, corazón y manos
7. Realizar-Actuar: Tocando el Violín Macro
Perspectiva evolucionista
“Desde una perspectiva evolucionista, según José Luis Escorihuela (Ulises), se
entiende el liderazgo como una estrategia adaptativa de coordinación social.
Según esta teoría no hay líderes a priori, cualquier persona puede jugar un rol
que emerge en el propio proceso grupal, aunque algunas personas, dada su
personalidad, tienen más posibilidades que otras.”
Podríamos decir que desde la perspectiva individual, todos estamos llamados
a liderarnos a nosotros mismos, a dejar florecer todo nuestro potencial
humano, a permitir que emerja lo mejor de nosotros mismos en cada
momento. Desde la perspectiva grupal, entendemos a los colectivos,
organizaciones, empresas, etc., como comunidades llenas de líderes. Dentro
de un ambiente donde el miedo disminuye y somos capaces de legitimar al
otro, puede emerger el liderazgo de uno cualquiera que esté preparado tanto
en su empoderamiento personal, como en su estado emocional, tal como lo
vimos emerger en el ejemplo con el que comenzamos éste artículo, dentro
de un marco de seguridad cocreado en un campo social.
Es interesante esto del liderazgo grupal. El mismo Thich Nhat Hanh sugiere:
“Es posible que el próximo Buda no asuma forma de individuo, sino de
comunidad (una comunidad que ponga en práctica la comprensión y la
solicitud amorosa; el vivir pendiente del otro)
Perspectiva de los sistemas vivos y la complejidad
Desde la perspectiva de los sistemas vivos, aparece un aporte desde estudios
efectuados con miles de líderes. Lecciones para Líderes se llama el artículo,
una invitación a educadores y agentes de cambio. En él, Fritjof Capra,
Margaret Wheatley, Donella Meadows y Joanna Macy han sido inspiración y
aporte desde el Centro de Ecoliteratura (Center for Ecoliteracy). La capacidad
de facilitar rindiéndose a la ilusión de que uno puede dirigir un sistema vivo es
una de las aproximaciones de Humberto Maturana y Francisco Varela en sus
trabajos, en término de cambios sistémicos: “uno nunca puede dirigir un
sistema vivo”. Esta cualidad es una de las características de los líderes de
cambio. Los líderes eficientes reconocen primicias o novedades emergentes,
nutriendo redes de conexión y comunicación, creando ambientes de apoyo
mutuo y confianza, motivando el cuestionamiento y recompensando la
innovación. De la misma línea es la capacidad de autoorganización: la vida, en
los sistemas u organizaciones, siempre intenta generar algo nuevo y esta
propiedad de los sistemas vivos es el origen del desarrollo, aprendizaje y
evolución. Favorecer la autoorganización es entonces capacidad de liderazgo.
Tomando la naturaleza como maestra, el trabajar en distintos niveles de escala
es otra capacidad de un líder. El entendimiento de los sistemas anidados para
escoger el sistema en el cual deben generar el cambio y cómo influye en el
resto de los sistemas pareciera ser otro desafío del líder. Aprovechar las
oportunidades cuando se presentan y prepararse para ser sorprendido son
otras dos cualidades para liderar cambios. Un llamado a poner atención e
intención en todo momento, facilitará el actuar en el momento pertinente
estimulando al sistema y manteniéndolo estable pero lejos del equilibrio. El
estar preparado para sorprenderse tiene que ver con la no linealidad del
cambio y con el concepto de propiedades emergentes del sistema producto de
esa no linealidad.
De héroes a facilitadores
Margaret Wheatley propone transformar el liderazgo modificando la
percepción del héroe hacia anfitriones o facilitadores. Tiene mucho sentido
comprender a un líder en su capacidad de facilitar un proceso grupal,
permitiendo que la inteligencia colectiva se manifieste. Volviendo al ejemplo
inicial, en ese grupo de 8 personas que juntos sumaban 380 años de
experiencia humana….porqué vamos a suponer que un gerente general de 42
años va a tener más capacidad de liderazgo en una situación específica que un
colectivo de 380 años de experiencia? La realidad es que el liderazgo emergió
en el momento preciso y el trabajo colaborativo permitió la cocreación de una
“inmejorable meta”, en palabras del propio gerente.
El desafío es cómo una organización, una comunidad, puede ver a través de
muchos ojos, integrando creativamente la diversidad, las maneras de
percibir, las muchas maneras de conocer y de los cambios del conocer que es
el aprender.
Lo que queremos conservar
En un mundo cada vez más VUCA, como comentaba arriba: volátil, incierto,
complejo y ambiguo, donde las organizaciones enfrentan entornos cambiantes
a velocidades de cambio que no habíamos visto antes, donde la
interdependencia está en aumento exponencial y la conciencia de esa
interdependencia está cada vez más reducida en el ser humano, como
llevamos a las organizaciones al siguiente nivel de madurez?, como ejercemos
un rol de liderazgo acorde a nuestros tiempos de cambios profundos? Qué
necesitamos conservar para producir los cambios que necesitamos ver?
Dado que estamos entrando en una época donde tenemos que desarrollar
maneras de conservar la vida en todas sus manifestaciones, qué tipo de
liderazgo eso requiere? Qué estilos de liderazgos son los esperados de manera
que el resultado sea el florecimiento de una nueva cultura y entendimiento del
mundo? Qué condiciones deben crear los líderes de manera que el centro sea
el bienestar de todos en nuestras organizaciones y de todas las especies en los
sistemas mayores?
Algunas reflexiones
Dada la necesidad de llevar el liderazgo al máximo potencial para producir el
cambio desde el comportamiento y el compromiso consciente de las
características de nuestra cambiante realidad, aparecen movimientos en
distintas dimensiones y ámbitos para describir el fenómeno de liderar.
El movimiento desde lo individual a lo colectivo: del liderazgo individual al
liderazgo articulador, facilitador de procesos grupales… el movimiento de la
capacidad centrada en lo intelectual a las capacidades relacionales,
emocionales, mentales integradas a lo intelectual que puedan navegar en la
incertidumbre y en escenarios de dinámicas de sistemas de influencia
profundamente interconectado. Un movimiento desde el liderazgo basado en
objetivos al liderazgo basado en procesos que permita a los miembros
determinar y co-descubrir los resultados emergentes. Un movimiento desde el
intentar influenciar el comportamiento del otro hacia la administración de las
dinámicas polares entre estabilidad e inestabilidad, creando las condiciones
que conduzcan a la identificación de los fenómenos emergentes desde donde
innovar y co-crear. Un movimiento desde el poder/sobre hacia el poder/con,
transformando campos sociales de miedo en campos sociales de confianza
donde los grupos puedan florecer. Un movimiento desde las capacidades
intelectuales hacia la integración del intelecto con el desarrollo personal
mediante la modificación de modelos mentales que permitan eso. Es muy
difícil que el paradigma del liderazgo jerárquico de comando y control se
modifique si no modificamos los patrones y modelos mentales subyacentes,
en este caso será el tránsito hacia modelos mentales y visiones del mundo que
abracen el concepto VUCA y que puedan permanecer aterrizados a pesar del
desequilibrio, tensión y confusión que nuestra realidad trae. Esto es un
movimiento desde la percepción lineal, de causa y efecto, mecanicista hacia
una percepción no lineal, contextual, holística, integral… Aparece un
movimiento relevante que es el paso de liderazgos que permanecen en el
centro dificultando los flujos de información hacia liderazgos colectivos que
permiten la construcción de comunidades de práctica y aprendizaje que
elevarán a las organizaciones , comunidades y sistemas sociales a entidades
que aprenden y que pueden generar la co-creación de sistemas de influencias
y de cambios en los sistemas mayores difíciles de predecir, pero claves en estos
tiempos de cambios profundos, para poder ser testigos de los cambios que
necesitamos ver en el mundo. Emergen de manera clara algunos patrones de
comportamiento y cognitivos que tienen que ver con la creatividad, la unidad,
el ritmo, como elementos relevantes en la conversación del liderazgo y de
cómo las organizaciones, comunidades y sistemas sociales pueden desarrollar
capacidades para maximizar la creatividad colectiva, la consciencia de la no
separación y el ritmo que nos permita volver a colaborar abriéndonos a lo
natural, armonioso, coherente y desde ahí abrazar las múltiples maneras de
enfrentar los desafíos en esos dominios.
Esto no significa que en tiempos de crisis o eventuales necesidades, el
liderazgo no adopte otras formas más primitivas, pero cada vez vemos más la
necesidad de que esos retrocesos sean temporales y situacionales de manera
de no ver reducido el tan esperado incremento en la integración y
trascendencia cultural de los estadios de conciencia individuales y colectivos.
Hoy vemos comunidades llenas de líderes cada vez más preparados para
enfrentar los desafíos sistémicos y humanos, desarrollando cada vez más
resiliencia y adaptación a los cambios disruptivos, cada vez más ávidas de
aprendizaje y empoderamiento. Seremos capaces de sobrellevar esta
transición hacia una sociedad más justa, coherente, consciente de conservar
la vida en todas sus formas, de respetar la diversidad y abrirnos a convivir con
la incertidumbre, confusión, volatilidad, complejidad y ambigüedad? Seremos
capaces de aprender de las capacidades de ese chofer de reparto que
representa lo emergente, lo creador de significado, el aparecer del liderazgo
dinámico y situacional que nace de la participación, la confianza y la co-
creación? Seremos capaces de ver más allá, de cruzar el umbral?