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Por último, se nombró un nuevo Gobierno, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo o
Sovnarkom. Dicho gobierno aplicó otras medidas, como la abolición de la pena de muerte (a pesar
de la reticencia de Lenin, que consideraba esta pena indispensable), la nacionalización de los
bancos (el 14 de diciembre), el control obrero sobre la producción, la creación de una milicia
obrera, la soberanía e igualdad de todos los pueblos de Rusia, su derecho de autodeterminación,
incluida la separación política y el establecimiento de un estado nacional independiente,43 la
supresión de cualquier privilegio de carácter nacional o religioso, etc. En total, se realizaron las
treinta y tres reformas que el Gobierno Provisional había sido incapaz de realizar en ocho meses de
mandato.
En 1871, los obreros parisinos habían tomado el poder en la conocida como Comuna de París. Esta
primera experiencia de «dictadura del proletariado» (tal y como Friedrich Engels la calificó)44
había acabado con la matanza de 10 000 a 20 000 miembros de la comuna y con deportaciones en
masa. Con el poder controlado en Petrogrado, Lenin y Trotski sabían que no podrían mantener ese
poder sin el apoyo de países industriales como Alemania, Francia e Inglaterra; por lo que
esperaban mantenerse más que los setenta y dos días que duró la Comuna de París.45
La naturaleza de Octubre
Desde las primeras horas del 7 de noviembre hasta la actualidad, varios medios calificaron la
Revolución de Octubre como un golpe de Estado de una minoría determinada y organizada que
tenía como objetivo dar «todo el poder a los bolcheviques»46 y no a los sóviets. L'Humanité, el
principal periódico socialista francés, titulaba «Golpe de Estado en Rusia que lleva a Lenin y a los
"maximalistas" al poder».
El historiador Alessandro Mongil observa además que en los años siguientes, los mismos
bolcheviques no dudaban en hablar entre ellos acerca de su «golpe de octubre» (oktyabrski
perevorot).47 En su autobiografía, Trotski utilizaba los términos «insurrección», «toma del
poder» y «golpe de Estado».48 Rosa Luxemburgo, comunista alemana, también habló del «golpe
de Estado de octubre».49
Marc Ferro considera que Octubre es desde el punto de vista técnico un golpe de Estado, pero que
no se explica en el contexto de ebullición revolucionaria general en todo el país y en toda la
sociedad. Las fuerzas populares han dado por lo menos un apoyo tácito a la empresa bolchevique
contra un gobierno impotente y ya desacreditado:
Sin embargo, no fue hasta un año después, cuando una ola revolucionaria estalló en Alemania
(desembocando en la Revolución de Noviembre) y en Hungría (donde se instauró la República
Soviética Húngara, dirigida por Bela Kun y que perduró por 133 días). En la vecina Finlandia, la
revolución fue derrotada en marzo de 1918, en el transcurso de una Guerra Civil, donde el «terror
blanco», con ayuda de Alemania, dejó 35 000 muertos. En enero de 1919, los socialdemócratas
alemanes pidieron ayuda a los Freikorps para reprimir la revolución obrera, siendo asesinados Karl
Liebknecht y Rosa Luxemburgo, dirigentes espartaquistas. Entre 1919 y 1920, otros países como
Italia experimentaron huelgas insurrectas. En otros lugares, como en Francia, el Reino Unido o los
Estados Unidos, se produjo una ola de huelgas y manifestaciones que no desembocaron en ningún
intento revolucionario.
La oleada revolucionaria, más tardía de lo previsto, terminó por retroceder, y el poder bolchevique
permanecía aislado como en sus primeros días. Los bolcheviques se enfrentaban en solitario a los
inmensos problemas de una Rusia en explosión, donde su toma solitaria del poder no disfrutaba de
una aprobación unánime.
La Primera Guerra Mundial había sangrado Rusia, y se llevó gran parte de sus suministros. En las
zonas rurales, no había posibilidad de comprar bienes de consumo por el grano, y los agricultores
ya habían dejado de suministrar a las ciudades, incluso antes de la Revolución de Febrero. Ya el
Gobierno Provisional de Kérenski había procedido a requisar forzadamente las existencias de
alimentos para garantizar el suministro de las ciudades, donde la hambruna se había presentado.
Al llegar al poder los bolcheviques, intentaron abandonar estas prácticas impopulares, pero por el
empeoramiento de la salud y la situación económica, se vieron obligados a utilizarlas de nuevo.
La producción industrial se había visto socavada por la guerra, las huelgas y los cierres patronales.
Incluso antes de la llegada de los bolcheviques al poder, ya había caído en tres cuartas partes.52 La
situación económica, evidentemente, no mejoró tras la invasión de la rica Ucrania por las tropas
alemanas, ni tras el embargo impuesto a Rusia en 1918 por las grandes potencias (Estados Unidos,
Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón), ni por el comienzo de la Guerra Civil.
Por otra parte, Lenin y Trotski, fascinados por el dirigismo económico militarizado establecido por
el Estado Mayor de Prusia en Alemania, deseando devolver a los obreros al trabajo siguiendo
métodos similares, con el objetivo de poder tener las cosas de cara ante una hipotética
contrarrevolución.53 Sin embargo, muchos trabajadores no querían renunciar a sus conquistas y
volver a los enormes esfuerzos exigidos por el autoritarismo y la guerra. La coerción sobre ellos se
convirtió en inevitable.54