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Ficha de Trabajo - La Guerra Del Pacífico - Parte Final

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Atentos

LA CAMPAÑA DE LA BREÑA aprendamos como


defendimos el Perú
Luego de la captura del presidente García Calderón, el gobierno quedó a
cargo de Lizardo Montero en Arequipa, quien no combatió contra los
chilenos a pesar de contar con los medios, puesto que esperaba, aún la
colaboración del ejército boliviano; pero su espera fue vana, pues aquéllos
se dedicaban a defenderse en el interior de su país; además estaban
paralizados por una contradicción interna: esperar o no el ofrecimiento
chileno de entregarles, en canje por su litoral perdido (Antofagasta), las
tierras de Tacna, Moquegua y Arica que Perú no recuperaba por el
divisionismo de su ejército.
El triunfo de Cáceres provocó una oleada de entusiasmo en todo el Perú y mucha gente
le pidió que incursionará sobre la capital, prometiéndole un levantamiento popular.
“En estas condiciones, Cáceres solicitó el apoyo de Montero, quien se hallaba en Arequipa, pidiéndole
reiteradamente el envío de armas: con dos mil fusiles –le decía en una carta que transcribe Nelson
Manrique- y el armamento que tenemos acá podré armar un ejército de cinco a seis mil hombres y tengo,
además, a mi disposición en este momento una fuerza guerrillera de diez a doce mil hombres. Con estas
fuerzas y con el levantamiento de Lima te garantizo que te devuelvo Lima. Pero, señala Manrique, Montero
no le envió un solo fusil porque temía consolidar a Cáceres y perder la presidencia ” (Silva Santisteban -
1985)
“En 1883 nuestra situación política internacional era muy complicada. Mientras el invasor ocupaba nuestro
territorio, Cáceres y los montoneros combatían en los Andes con rebeldía indoblegable; Montero, que era
Presidente y estaba en Arequipa, no hacía la guerra pero tampoco firmaba la paz con cesión territorial;
García Calderón, se resistía a entregar Tacna y Arica; Iglesias en el norte nombrado presidente
regenerador, se hallaba repudiado. La actitud chilena fue la de apoyar a Iglesias y sus partidarios y lanzar
una ofensiva para derrocar a Cáceres” (Toledo - 1984).

Andrés Avelino Cáceres, miembro del gobierno de La Magdalena, que había convocado al campesinado para
formar un ejército irregular (guerrillas), salió de Lima en dirección a la sierra central de ahí el nombre de La
Breña: Andahuaylas, Ayacucho y Jauja; desde donde organizó y desarrolló la resistencia. Estas poblaciones
jugaron un rol protagónico; a pesar de sus carencias, en ellas el pueblo organizó a sus improvisados soldados
y los apertrechó con ropa simple, zapatos de piel de ganado o usutas, armas domésticas, como la práctica de
las galgas, etc. Sus habitantes, con la típica actitud resuelta de hombres que luchaban al cargamontón,
enfrentaron en desigualdades condiciones a los invasores, haciendo escaramuzas, asaltos cortos, golpes de
mano; estos “montoneros” guerrilleros derrotaron a los chilenos en Sangrar, Marcavalle, Pucará y
Concepción. Los campesinos habían ya peleado contra el gamonalismo, contra el abuso caudillista, contra el
Estado criollo aristocrático y ahora peleaban contra el invasor chileno, pero fueron marginados por los
gamonales.
Movilizarse entre montañas con picos escabrosos y valles interandinos era parte de sus vidas, se batían
con furia no sólo contra el invasor sino, también, frente a los terratenientes que huían o pactaban con los
chilenos. El coronel peruano Panizo llegó a combatir “contra las montoneras en Acuchimay, (Carmen Alto)
pero fue vencido por Cáceres; quien era llamado el Brujo de los Andes por sus acciones tan rápidas con sus
montoneros y por lo que no se le podía ubicar fácilmente. Actuaba con mucha astucia contra los chilenos; por
ejemplo, para tomar la ciudad de Ayacucho con sus 500 morochucos y 100 carmenaltinos, se hizo preceder
con tropelía de llamas, latas, el reventazón de cuetes y choques (especie de látigo que suena cual si fuesen
balas) y los soldados de Cáceres profiriendo gritos desapacibles bajaban atizando los animales”.

s
Desplazamiento de las guerrillas campesinas o “montoneras” durante la campaña de
la Breña, en el que se aprovechó estratégicamente el accidentado relieve andino.
Algunos de estos animales gritaban de dolor porque las velas calentaban sus cachos. Cáceres manda
disfrazar de soldado y guerrillero a
pencas de tuna, palos, carrizos, cabuyas
y sayhuas. A las pencas le ponían
ponchos y a los palos ropas usadas, se
construían sayhuas en las cumbres de los
cerros con apariencia de personas”
(Cavero – 1994). Eso mismo hizo con
llamas para confundir y desgastar a los
enemigos chilenos.
Las actividades guerrilleras estas
acciones prolongaron la guerra por dos
años más de lo previsto, ello nos hace
pensar en lo valioso que hubiera sido la
participación, en conjunto, de un
ejército, nacional compacto y bien
dirigido. Lamentablemente el Comando
Supremo soslayó a batallones formados
del ejército, como también a la fuerza
de los guerrilleros, quienes se
enfrentaban con mucho valor socavando
incluso la psicología del invasor, como lo
declararon muchos chilenos. Los sureños
pues nunca pensaron que la guerra sería
tan larga, cuatro años, sólo se
imaginaron unos meses de lucha y saqueo.
Los hacendados, sin embargo, no miraban con agrado los triunfos peruanos a cargo de los “montoneros” o
guerrilleros en esas circunstancias; preferían un triunfo chileno. Su privilegiada posición terrateniente los
hacía preocuparse más de sus intereses, que del país. Por ello clamaban que debían finalizar la guerra,
acabarla de una vez; pero no para respirar una victoria nacional, sino para frenar el peligro potencial de las
reivindicaciones campesinas, planteadas por los
“montoneros de quepis rojos”, como Tomás Laynes,
Ambrosio Salazar, Mendoza, etc. Entonces, los
hacendados buscaron un militar que los represente, y lo
encontraron en el general Miguel Iglesias, quien lanzó
desde su hacienda el Manifiesto de Montán, el 31 de
agosto de 1882: documento que proponía la rendición
peruana, pero con ello sólo buscaba la paz y la seguridad
del poder de los terratenientes peruanos, además de
ceder territorios al invasor. El mismo Iglesias era
hacendado y dueño de minas de Hualgayoc.
Antes del acuerdo definitivo, los terratenientes Andrés Avelino Cáceres, pensó acertadamente que para
peruanos, en alianza con los chilenos, forman el Ejército continuar la guerra contra Chile había que utilizar las
Mixto de Pacificación con el que, tras la traición de los fuerzas vivas del campesinado, quienes siempre
hacendados informantes, derrotaron a Cáceres y a su demostraron combatividad para recuperar sus derechos
ejército de “montoneros” en la batalla de Huamachuco, de tenencia de tierras.
el 10 de julio de 1883. Esto constituyó un golpe muy duro, pues trajo como consecuencia la desarticulación
de las guerrillas al no tener apoyo en el norte. Tras este encuentro, desastroso para el Perú, los chilenos
fusilaron al coronel Leoncio Prado y recibieron a un grupo de comisionados del general Iglesias, quien los
felicitó por su victoria.

EL TRATADO DE ANCÓN (20 DE OCTUBRE DE 1883)


 La derrota de Cáceres afianzó el gobierno de Miguel Iglesias para firmar la paz.
 El 20 de Octubre José Antonio de Lavalle, Mariano Castro Zaldivar (peruanos) y Jovino Novoa
(chileno) firmaron en Lima el tratado.
 El 22 de Octubre fue aprobado por Iglesias en el balneario de Ancón.
 El 1 de Marzo de 1884 fue ratificado por la Asamblea.
 Los chilenos terminaron de desocupar Lima en Agosto de 1884.

En el Tratado se estipuló:
1. Cesión perpetua de Tarapacá.
2. Tacna y Arica quedarían en poder de Chile por diez años.
3. Un plebiscito decidiría la situación de las dos provincias.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
1. Pérdida de Tarapacá y después de Arica.
2. Pérdida de salitre.
3. Ruina de la economía.
4. Ruina de la agricultura, industria y comercio.
5. Crisis fiscal y ruina del crédito externo.
6. Pérdida de la escuadra.
7. Destrucción del ejército.
8. Desorganización de la clase alta peruana y de grupos dirigentes.
9. Vacío en el poder e inestabilidad política que permite el desarrollo del segundo militarismo.

AHORA RESPONDEMOS
1.
2.
LO QUE APRENDIMOS
¿A que se denomina Campaña de la Breña?
¿Qué acciones de armas tuvieron lugar en la sierra central y la sierra norte?
3. ¿En qué consistió El Pronunciamiento de Montán?
4. Relata la batalla de Huamachuco.
5. ¿Quiénes fueron los plenipotenciarios peruanos y chilenos que firmar la Paz de Ancón?
6. ¿Cuándo fue ratificado el tratado, y quien quedo como Presidente Provisorio?
7. Enumera las consecuencias de la guerra con Chile.
8. ¿Cuál fue el objetivo de la expedición Lynch?
9. ¿Cuál fue la actitud del pueblo y las clases dominantes durante la guerra?
10. ¿Quién fue el país que al final se benefició más con el manejo del salitre?
11. ¿Qué papel cumplió EE.UU. en la guerra del Pacífico?
12. ¿Por qué los hacendados peruanos no apoyaron a los montoneros durante la Campaña de la Breña?
13. ¿De qué manera participaron las mujeres en la guerra?
14. ¿Por qué Miguel Iglesias capituló ante los chilenos?
15. ¿Por qué se perdió la guerra?
Lectura :
¿Por qué se perdió la Guerra?
El retiro de Bolivia, el apoyo que recibió Chile de Inglaterra, la situación de nuestra fuerza

bélica, son algunas razones que se ha intentado explicar para saber el por qué de la derrota.

Inglaterra estaba interesado en el destino de Chile porque existía una ideología en el libre

cambio. Manuel Pardo también tenía ideas librecambistas, pero la crisis económica lo obligó a

replantear esta política al punto de nacionalizar el salitre.

En cuanto al armamento, Chile ya se venía preparando para una guerra de tal manera que su

armada llegó a ser superior a la de los EE.UU. con el Cochrane y el Blanco Encalada. En su

artillería tenía los cañones Krupp, su ejército estaba armado con un solo tipo de fusil, el

Comblain mientras que el Perú empleaba cañones de varios modelos y ocho tipos de fusiles

diferentes.

Chile pudo darse el lujo de dar la transferencia democrática de su gobierno con cuatro

candidatos y en plena guerra cuando Lima estaba ya ocupada. A todo esto se debe agregar que

Chile era una unidad étnicamente uniforme, sin mayores diferencias raciales.

El Perú estaba fragmentado y vivía muchos conflictos internos. Su burguesía se sentía

heredera de los antiguos privilegios de las altas clases coloniales y consideraba que el indio no

formaba parte de la sociedad peruana.

Por eso el autor de Páginas Libres, diferenciando al soldado peruano del chileno decía: “…

cuando el más oscuro soldado del ejército invasor no tenía en sus labios mas nombre que

Chile, nosotros desde el primer general hasta el último recluta, repetíamos el nombre de

un caudillo, éramos siervos de la Edad Media que invocábamos al señor feudal”.

Autor: Nelson Manrique

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