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TP Pedagogía Entre Paréntesis

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Bibliografía: Pedagogía (entre paréntesis) de

Daniel Brailovsky (2019)

Materia: Pedagogía
Profesora: Verónica Sanna
Curso: Primero Prof. Educación Primaria
Año: 2022
Alumnas: Ochoa Antonella – Pedraza Laura
Actividad 1 - Volver a pronunciar algunas palabras

 Síntesis de los capítulos 9 al 14 del libro “Pedagogía (entre paréntesis)” de Daniel


Brailovsky (2019)

Capítulo 9: Defender, elogiar, recuperar la escuela.

¿Qué significa ser alumno?

Aprender a ser alumnos:

 Operaciones para volver a alguien un estudiante: suspensión de lazos de pertenencia


al espacio familiar, estado, religión, etc. (Autónomo y es capaz de formar parte de
cualquier familia y comunidad)
-Aprenden lo que hace falta para que la tarea de la escuela se desarrolle
armónicamente.
- “Estar en la escuela” formas de ser ciudadano, amigo, compañero, de “ser uno con
otros”
 Los términos sin luz (A-lumno) y “alimentar – hacer crecer”: es alumbrado por la
razón en la escuela/ construir y enseñar, aprender con el alumno.
 Orden usual de “cosas” (libros, herramientas, etc) y “como en casa” (la importancia
de la atracción del objeto dependiendo de los detalles y no viéndolo como un objeto
útil) (Mapa en una estación – mapa en la escuela)
 La importancia del tiempo liberado: tiempo libre (ocio, aprendizajes, estudio, perder
o experimentar por sí mismo y no fuera de la experiencia)
-Tiempo productivo (emplean su tiempo por lo que puedan obtener de él)
-Convertirlos en atentos: Atender aquello que se les propone disciplinariamente.
 La renuncia a la utilidad: hay que dejar que el niño se aburra para que cree, imagine
y proponga solo. Al desligarse de relaciones lineales (tal competencia dirigida a tal
ámbito de desempeño) y de saberes entendidos como herramientas de aplicación,
esa relación entre el sujeto y el mundo se fortalece.
 Desnaturalizar los destinos: la educación como espacio abierto debe desnaturalizar
los destinos truncos, librar horizontes para que los niños puedan reconocerse,
descubrirse e inventarse.

Capítulo 10: Conversación.

La magia del aula.

Conversación en el aula: encuentro entre desconocidos que no buscan conocerse, celebrar


amistad, ni pasar buen rato si no que se celebra el conocimiento, el saber y el ancho mundo
alrededor.

En la conversación, en tanto practica de cuidado, tiene lugar cierto efecto del cuidar: la
mirada, la palabra y el rostro del otro. Nos cambiara la nuestra.

La conversación del aula es grupal (así asista un solo alumno) ya que el docente debe estar
atento a cualquiera, a todos en general y a nadie en particular.

Cuenta con interlocutores reales y vividos que buscan las palabras “propias y las
apropiadas”

La conversación en el aula se ritualiza por el tipo de encuentro que instala entre las
personas.

Docentes preparados (para conversar)

 Se diferencia el “docente preparado” para respuestas del contenido de estudio,


organización y materiales y el “docente preparado” para conversar parado a
conciencia como interlocutor, preparado para sintonizar con el grupo, construir
juntos un espacio y habitarlo.
-Abre preguntas diferentes de las que surgieron otras formas de conceptualizar
(didácticas teóricas)
-Renunciar a la certeza absoluta, verdad cerrada, punto de llegada prefijado
(devenires necesariamente difusos/fluidos) corrección política o ideológicamente
correcta, y por ultimo a la complacencia.
Capítulo 11: Cuidado.

Cuidado: gesto ético, practica de conservación y mirada pública.

“Cuidar”: pensar  asistir, poner solicitud  “cuidar y atender” (estar atento: ser
cuidadoso)

Para Antelo la educación es un conjunto de operaciones históricas tendientes a la acogida,


cuidado, formación y modelado del cachorro humano, con un fondo cultural común de
conocimientos, entendidos como medios de orientación humanos.

Estudios universitarios profesionales: se centran en la transmisión y se apoyan en


dispositivos para ponderar la utilidad práctica y material de lo transmitido.

Etmos: Ed. Bebes y niños pequeños: dimensión del cuidado en un lugar central, requiere ser
tratada muy especialmente.

Cuidado del porvenir y cuidado físico, medicinal o policial.

Cuidar y enseñar.

El proceso educativo es constante, comienza en el instante del nacimiento y ya nunca se


detiene.

¿En qué medida los discursos pedagógicos muy centrados en la planificación y en la


técnica, llevados al aula, no producen en el ambiente educativo un efecto similar al de la
tecnificación y deshumanización del paciente en los hospitales?

Más allá del “mero” cuidado.

 Didactización del cuidado.


 Valoración pedagógica del cuidar.

Pedagogizar el aspecto asistencial o de cuidado.

Introducción de elementos ligados a la enseñanza (canciones, juguetes, poesías, etc)

Ruptura con modelos más ligados al cuidado y protección de los niños de sectores sociales
más desfavorecidos (PONCE, 2014)
“El jardín de infantes intento despegarse de la cuestión social para lograr legitimidad
pedagógica” (PONCE, 2014)

Valoración pedagógica del cuidar como gesto propiamente educativo. Si cuidar es mirar,
pensar en al otro, prestar atención y desplegarse sobre un futuro deseado, tanto alimentar
como cambiar los pañales manteniendo el contacto de la mirada, piel y voz, son gestos
educativos.

Capítulo 12: Experiencia.

Experiencia: Escenario, vivencia, relato y ganancia.

El término experiencia en las escuelas se desglosa en cuatro cuestiones:

Primero, como escenario propuesto, como estrategia didáctica: cuando hablamos de


proponer a los alumnos una “experiencia directa”, un “experimento” o distintas
“experiencias”, la palabra refiere al diseño de una propuesta educativa, una estrategia, un
dispositivo pedagógico.

Una segunda forma de emplear el término “experiencia” refiere al núcleo vital del enseñar
y el aprender, es decir, a la parte vivida y transitada de lo planeado, pensado, concebido. La
experiencia es aquello en lo que se convierte la planificación.

La experiencia es lo que le falta al “contenido” para ser “conocimiento”.

La experiencia es también el relato que se construye a partir de alguna de las dos 2


acepciones anteriores. Contar, compartir, socializar una experiencia es poner en palabras lo
vivido, lo pensado, lo realizado.

Finalmente, la experiencia es presentada como una especie de ganancia a la que se alude en


la expresión “tener experiencia”. Es una suerte de bien adquirido; si se tiene poca o mucha
y se capitaliza en antigüedad docente que repercute en el salario: es la versión monetizada
de lo experiencial.

Más allá de estas acepciones escolares de la experiencia, es difícil decir cuál es en realidad
el límite de la experiencia, donde empieza, donde termina.
Experiencia: diez notas sueltas.

1. La experiencia supone un destino abierto. “Experimentamos” cuando transitamos


por una vivencia. La formulación de metas puede herir de muerte a la experiencia.
El lugar del afecto hacia el alumno no es desde la formalización de metas, sino de
otros lugares más potentes y oportunos: la reflexión abierta, la vuelta sobre lo
andado, la narrativa personal.
2. Hablar de las propuestas didácticas como experiencias a ser ofrecidas, supone una
cierta actitud de apertura a lo indeterminado. En cuanto al registro, suele hablarse de
“registrar experiencias” o “socializar experiencias” cuando se procura evitar que se
queden en el terreno doméstico, cuando se quiere que se abran al conocimiento de
otros.
Experiencia y registro se reúnen de maneras diversas y paradójicas, a veces se
repelen, a veces se requieren; se repelen cuando el registro es archivístico y
documental y se requieren cuando el registro se parece a la construcción de un
relato personal o colectivo.
3. La necesidad de verbalizar lo que sucede y que se convierta en hecho significado, es
decir, en experiencia. El lenguaje, el relato habitan el centro de lo que llamamos
experiencia.
4. Quizás por eso tenga tanto éxito el término “experiencia” (junto con el término
“compartir”, que para muchos es sinónimo de publicar en una red social) en el
mundo mediatizado por el consumo. Burdas recreaciones artificiales, guionadas y
orientadas al consumo, que nada tienen que ver con la experiencia.
5. No hay posibilidad de experimentar sin sentirse afectado por las cosas que nos
suceden. Experiencia y afectación van juntas. Larrosa dice: “Desde el punto de vista
de la experiencia, lo importante no es ni la posición (nuestra manera de ponernos),
ni la oposición (nuestra manera de oponernos), ni la im-posición (nuestra manera de
imponernos), ni la pro-posición (nuestra manera de proponernos), sino la
exposición, nuestra manera de ex- ponernos, con todo lo que eso tiene de
vulnerabilidad y de riesgo”. (2003)
6. La experiencia es el compromiso. Estar comprometido, comprometerse.
Comprometerse es asumir una obligación específica y empeñar la palabra. En este
aspecto contractual puede pensarse el compromiso como palabra que promete
experiencia.
7. La experiencia tiene que ver con correrse del lugar del apuro, para que las cosas que
pasan tengan lugar en otro nivel y nos pasen.
Recuperar espacios de experiencia en la escuela, tal vez pueda parecerse a recuperar
espacios de mirada infantil, de ingenuidad, de detención.
8. La experiencia supone pronunciación y conversación, supone que las palabras
tengan sentido cuando se las pronuncia, que no se las diga o haga sonar en el aire,
sino que haya un ejercicio autentico y profundo de pronunciación y que el encuentro
con otros este mediado por una apertura conversacional.
9. El lugar de la experiencia es un lugar de alguna manera vulnerable, ya que para
experimentar hace falta bajar la guardia y esto implica no solo un gesto emotivo,
sino también una presunción de ignorancia; una apertura hacia la humildad de quien
está dispuesto a aprender lo que no sabe y a entender lo que no entiende.
La experiencia demanda una mirada más etnográfica que estadística: experimentar
tiene más que ver con el “como” que con el “que” y con el “durante” más que con
los resultados.
10. La experiencia es un acto de presencia, bastante corporal; sin embargo, desde las
virtualidades en un “campus” se logra construir de algún modo la presencialidad
que es inherente a la experiencia.

Capítulo 13: Confianza.

Decir “confianza”

La confianza como un valor, se la piensa como valor energético a ser promovido, como una
variable que incide sobre distintos campos, donde se pondera, por ejemplo, la incidencia de
los niveles de confianza que inspira un ámbito determinado, para predecir el
comportamiento de los sujetos. Se viene estudiando la confianza como un recurso para el
mejoramiento educativo.
Confianza y saber.

Saber y confianza se retroalimentan. Este vínculo hace referencia al saber que funciona
como fundamento para confiar.

En relación pedagógica se puede pensar esta relación entre confianza y saber en otras
direcciones: confianza en el saber del maestro, que es en buena medida lo que lo hace
maestro, y confianza en el saber del alumno.

La confianza en el maestro es confianza en sus saberes. La confianza en el alumno es en sus


posibilidades de aprender.

El mundo de la incertidumbre impone la necesidad de confiar, “pero no porque constituya


una entidad confiable sino porque, si no se confía, se derrumba”. Esa es la confianza
desesperada: confianza en que la confianza es lo único que nos queda, y en que “la
afirmación de la confianza nos aleja de la subjetividad desdichada”.

Confiar en alguien produce efectos en la relación que hemos entablado con ese alguien, un
poco en el sentido de lo que se ha llamado “efecto Pigmalión” (creencia de una persona en
el rendimiento de otra). Por eso, creeríamos que confiar no es solo ponerse en manos del
otro: es también poner algo en las manos del otro, para que haga algo con ello.

La forma dispositiva que asumen tanto en la confianza como la desconfianza en relación al


saber escolar es la evaluación. (Se ejerce control, se ejercitan, en suma, los gestos propios
de la desconfianza y este es un camino que todo maestro debe andar y desandar).

La desconfianza es el punto de partida del pensamiento científico.


El maestro será quien confíe en la capacidad de sus alumnos para aprender a desconfiar del
saber vulgar.

Confianza y tiempo.

(¿Ser de confianza o estar en confianza?)

Diferencia entre “ser de confianza” y “estar en confianza”


Ser de confianza, equivale a tener algún tipo de prestigio, a llegar precedido de credenciales
que acreditan ese carácter confiable. Sentirse en confianza, en cambio o estar en confianza,
refiere a cierta forma de encuentro y de trato: tratarse con confianza.

La persona “de confianza” es alguien a quien consultar. Las personas “en confianza” son
quienes pueden conversar honestamente.

Maestros y alumnos confían en la posibilidad de un devenir sano, amoroso, donde no se


juegan las posesiones materiales sino la propia vida, el propio destino, la propia identidad.
Por todo esto, maestros y alumnos necesitan estar en confianza.

Confianza y alteridad.

A nivel de los encuentros singulares, confiar nos enfrenta a la pregunta respecto de cuanto
control ejercemos sobre el otro. La experiencia escolar se trata también muchas veces de
estar sujeto a reglas.

La confianza en la relación pedagógica, debería poder evolucionar hacia cierta forma de


confianza mutua en la que haya una reciprocidad.

La confianza tiene bastante que ver con el lenguaje, confiar habilita la conversación.

Capítulo 14: Rituales y ceremonias.

Ritual.

La liturgia patriótica podría decirse que hace referencia al saludo e izado de la bandera,
reconocer los próceres argentinos, tomar distancia extendiendo el brazo, responder al
unísono los saludos y las marchas escolares.

En este capítulo se describen en 2 contextos diferentes del juramento a la bandera, en


primer lugar, durante la época de la dictadura militar y luego en la actualidad, sin guerra,
sintiéndolo como un día especial.

Las filas y los cuerpos rígidos han sido sustituidos por rondas y grupos en el caso de las
filas y los signos son cantados con una melodía más desestructurada por Jairo, por ejemplo
y no el regimiento de Patricios. El mundo se ha globalizado y las fronteras con todos sus
símbolos han trastocado bastante nuestras convicciones patrióticas.

De igual forma seguimos observando cierto ritualismo en las escuelas, como la llegada de
los alumnos, la entrada de las maestras, la ordenación automática de los grupos en filas y
las maestras pidiendo silencio, designando a dos alumnos para llevar la bandera hasta el
mástil, atarla y elevarla (antes con Aurora, ahora con Mercedes Sosa), el saludo de ingreso
y el recorrido hasta las aulas siempre el mismo orden y camino siguiendo las mismas
advertencias y recomendaciones de maestros.

La idea del rito es ofrecer oportunidades de funcionar al sistema de los roles escolares. Que
los alumnos se aburran y se indisciplinen, que reaccionen a la demanda de quietud con
intento de movimiento, que antepongan al silencio sus susurros clandestinos.

Ceremonia.

Tiene que ver con la celebración, ética y estética, de un estilo de vida, de un mundo de vivir
conectando profundamente con lo que hacemos mediante un encuentro devenido alegoría.

Tiene un carácter público y formal. En las ceremonias se celebra la valoración, el sacrificio,


la constancia, la valentía, la dedicación al estudio, etc; para instalar el deseo de persistencia
y continuidad de esos valores.

Conclusión reflexiva

Nosotras llegamos a la conclusión sobre la importancia de recuperar la escuela, desde la


alumnización, liberando horizontes y destinos truncos; aprendiendo a relacionarse con los
alumnos desde la conversación como practica de cuidado, asistiendo, formando y
modelando a los mismos, dándole una valoración pedagógica al cuidar.

Analizamos que desde la experiencia acompañado con una planificación se pueden tener
vivencias más enriquecedoras tanto como para alumnos y maestros, por eso es importante
lograr “estar en confianza” ambas partes para que haya cierta predisposición para cumplir
con lo propuesto.
Si bien hubo un cambio en los rituales y ceremonias dentro de las escuelas, es importante
que ambos estén presentes aún en la actualidad para que los alumnos reaccionen ante estas
costumbres (ritual) y para celebrar y conmemorar la valoración de los alumnos(ceremonia).

Mar Romera: Las emociones no se enseñan por apuntes. (Video)


A continuación, desglosaremos diferentes puntos característicos de la conferencia:

 La importancia de detectar la problemática del alumno para abordar de la manera más


eficiente, pero evitar “etiquetar” dicha problemática.
 Identificar los sentimientos, emociones y valores, correctamente. No confundirlos entre
ellos.
 Preparar a los chicos para el no, para el fracaso, para el momento final de algo, de todo.
No exigir y pedir algo que no sabemos si el alumno podrá resolver y afrontar
inmediatamente.
 Escuchar, mirar y admirar al niño.
 Preguntar, dialogar, acompañar a los niños que no se comunican con facilidad.
 Cuidar la convivencia, el tacto con el otro.
 Saber escuchar sin hacer juicio de valor.
 La docencia necesita profesionales con todos sus sentidos bien atentos a lo que nos rodea,
anexando el sentido común y el sentido del humor, que sean capaces de reír y hacer reír.
 El alumno debe aprender también de su profesor, ese que no le gusta demasiado, que no
le “llega” como los demás.
 La importancia de demostrar las emociones… las emociones adecuadas, con las personas
adecuadas, en el momento adecuado.
 Se enseña con el corazón, no con apuntes. En el Siglo XXI la educación se centra en el ser,
no en el saber.
 Los docentes no somos terapeutas, pero somos educadores del desarrollo integral: Solo
debemos trabajar en el entrenamiento emocional, y recurrir a un terapeuta en el caso que
sea necesario.
 Conocer y brindar el autoconcepto al alumno para explorar y saber que puede, quiere y
necesita hacer.
 El aparentar es un problema importante del autoconcepto.
 Necesitamos la escuela para “aprender a vivir” sin obligaciones al éxito.
 La docencia es mucho más que una profesión
 No puede haber educación sin trascendencia.

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