4 - II - Artículo 3
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PLANTILLA DE ADENDA
Autor/es: Ana Castro Zubizarreta y Paula Renés Arellano
Resumen
El desarrollo sostenible requiere contar con la educación como medio garante de una
vida digna en armonía con el entorno. En este marco reivindicamos el papel de la
Educación Infantil en la promoción y desarrollo sostenible. Compartimos con los
ponentes la necesidad de implicación de la Educación Superior y la conveniencia de
repensar la Universidad, si bien, incidimos también, en la importancia de prestar
atención a la función sustentadora que puede realizar la Educación Infantil en el
desarrollo sostenible y en la formación de los más pequeños, favoreciendo el
sentimiento de pertenencia al entorno donde se desarrollan, la aceptación y cuidado de
uno mismo, del otro y del medio en el que viven, en un marco de escucha, de
participación y acción que favorezca la transformación de una realidad que urge de
medidas para cambiar.
Avanzar hacia un desarrollo sostenible es un reto planteado a nivel mundial desde hace
más de treinta años. Coincidimos con García-Esteban y Murga-Menoyo (2015) cuando
afirman que, a pesar de la falta de uniformidad en la definición, existen unos valores
comunes e irrenunciables ligados al desarrollo sostenible: aquellos vinculados con la
dignidad humana, las libertades fundamentales, los derechos humanos, la equidad y el
cuidado del medio ambiente. Desarrollo sostenible significa, siguiendo a la UNESCO
(2012), valorar la biodiversidad y la conservación, junto con la diversidad humana, la
inclusión y la participación. Los valores anteriormente citados se presentarían como un
eje transversal orientador de la práctica pedagógica (Davis, 2005).
Es esta situación la que nos lleva a reflexionar a través de esta contribución sobre el
potencial que puede comportar la Educación Infantil para el desarrollo de una educación
sostenible. ¿Por qué abordar el desarrollo sostenible desde las edades tempranas? ¿Por
qué reivindicar la idoneidad de la Educación Infantil de cara a alcanzar dicho logro?
Por otro lado, son los años de la primera infancia los fundamentales para desarrollar
"actitudes ambientales y un compromiso con el cuidado de la Tierra" (Wilson, 2012:87).
Un contacto con la naturaleza que vuelve a reivindicarse actualmente y que a finales del
s-XIX y principios del XX, ya se hacía patente en corrientes pedagógicas y
El mundo natural puede dar a los niños respuestas instantáneas a su curiosidad a través
de todos sus sentidos a medida que tocan, prueban, huelen, ven y oyen lo que sucede a
su alrededor. Tales conexiones tienden a fomentar una ética del cuidado para el entorno
natural y los sistemas de vida dentro de él. Las experiencias positivas en la naturaleza
pueden ayudar a los niños a desarrollar la comprensión de que los humanos están
interconectados con la tierra y sus sistemas de soporte vital, y que todos los seres
humanos tienen la responsabilidad de garantizar su supervivencia para las generaciones
futuras (Pramling-Samuelsson y Park, 2017). Sin embargo, también es sabido que los
pequeños actualmente, no tienen las mismas oportunidades de conexión con la
naturaleza que las que tenían generaciones anteriores.
Creemos que la Escuela Infantil es, por ello, un contexto privilegiado para promover un
entorno más sostenible. En ella, los niños viven y aprenden, exploran fronteras, y
experimentan conflictos infantiles que surgen en su vida cotidiana. La Escuela Infantil
además es la que mejor cumple con rol de “tercer maestro” (los dos primeros son la
familia y el maestro) que Malaguzzi otorgaba al entorno, identificándolo con el aire
libre, el juego vivencial y el aprendizaje en la naturaleza como forma de contribuir al
desarrollo infantil. Una riqueza, la del entorno, que la Escuela Infantil tiende a
aprovechar pues, el ambiente está provisto de las suficientes provocaciones para llenar
el mundo y las mentes de los niños.
Además, coincidimos con Trilla y Novella (2001) cuando sostienen que los niños tienen
la capacidad de ser agentes activos de cambio ahora, así como en el futuro, y que el
aprendizaje temprano es importante para dar forma a las actitudes, los conocimientos y
las acciones medioambientales. La investigación ha demostrado que incluso los niños
más pequeños tienen la capacidad de comprender los problemas ambientales y hacer
cambios en sus propias vidas e influir en sus familias (Duhn, 2012). Prioritario es por
tanto, el abordaje desde la primera infancia porque es ahí donde se establecen las
primeras relaciones con los otros, personas y entornos. Porque es desde las edades
tempranas desde donde tenemos que enfatizar una educación en valores que asienten las
A su vez, no podemos obviar que las experiencias de los niños son a la vez físicas,
sociales, emocionales e intelectuales. En consecuencia, si los educadores pretenden que
los niños generen una mirada crítica y defiendan su posicionamiento, los pequeños
deben haber experimentado y comprendido esas situaciones que requieren de su
valoración. En este sentido, la experiencia significa haber tenido experiencias
personales y oportunidades de ser tenidos en cuenta, de sentir que forman parte de un
grupo y de que sus aportaciones son valiosas (Pramling-Samuelsson y Park, 2017).
Estas experiencias nos llevan nuevamente a la Escuela Infantil, un contexto donde el
niño se siente querido, valorado e importante, donde se promueve la participación
infantil, porque en él los niños se pueden expresar con libertad, sintiendo que se les
escucha y se les tiene en consideración. Es la Escuela Infantil la que, desde nuestro
parecer, mejor puede asentar las bases de una vida participativa y democrática.
“Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y qué hacer y cómo debo ser lo
aprendí en la Escuela Infantil. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de
la universidad, sino allí, en el arenero”.
2. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DAVIS, J. (2005) Educating for sustainability in the early years: creating cultural change in a childcare
setting. Australian Journal of Environmental Education, 21, 47–55.
DUHN, I. (2012) Making “place” for ecological sustainability in early childhood education.
Environmental Education Research, 18 (1), 19–29.
FULGHUM, R. (1989) Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario. Barcelona,
Plaza y Janes Editores.
HOYUELOS, A. (2007) Documentación como narración y argumentación, Aula de Infantil, 39, 5-9.
PRAMLING SAMUELSSON, I. Y PARK. E. (2017) How to Educate Children for Sustainable Learning
and for a Sustainable world, International Journal of Early Childhood. Consultado el 26 de junio de 2018
https://link.springer.com/content/pdf/10.1007/s13158-017-0206-4.pdf
PRESSOIR, E. (2008) Preconditions for young children's learning and practice for sustainable
development, en Pramling-Samuelsson, I. & Kaga, Y. (eds.) The contribution of early childhood
development for sustainable societies. Paris, UNESCO, 57-62.
WILSON, R. (2012) Nature and young children: Encouraging creative play and learning in natural
environments (2nd ed.). New York, NY, Routledge.