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Que Es El Aula Taller

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¿Qué es el aula taller?

Históricamente, el taller era considerado el lugar en donde se aprendía y se producía. Es


decir un maestro con un grupo de aprendices producía zapatos, pinturas, instrumentos musicales
etc. De aquí surgen algunas características: relación personalizada entre el docente y los alumnos
y de los alumnos entre sí; aprendizaje y producción como dos caras de una misma moneda y no
como aspectos contrapuestos o como pasos separados en el tiempo.
Convertir el aula en un taller significa acercarnos respetuosamente a la realidad, con
ánimo de aprenderla. Se trata de comprenderla haciéndola parte de nosotros mismos. Significa
trabajar, estrujar la realidad para analizarla y entenderla.
El aula taller no es incompatible con ninguna técnica de enseñanza, por el contrario se
nutre de todas ellas. Se hacen dinámicas de grupo, pero no se descarta el trabajo individual.
Para muchos esta manera de enseñar se reduce simplemente a enseñar de manera
“práctica” y no “teórica”. Para nosotras esto es un error y debemos aclarar por qué.
La diferencia entre el conocimiento vulgar y el conocimiento científico está precisamente
en conocer no sólo qué ocurre sino por qué ocurre. Teorizar es descubrir el tejido de causas que
se esconde detrás de los fenómenos que percibimos con los sentidos. La escuela no puede,
entonces, dejar de ser teórica.
Cuando el alumno comience a realizar sus propias “teorizaciones” de la realidad se
sentirá necesitado de las teorizaciones que existen. No va memorizar juicios críticos ajenos y
extraños sobre una obra literaria que a lo mejor no leyó o no comprendió. Va a reforzar y
contraponer su experiencia como lector con la de otros lectores.
El aprendizaje en un aula taller es una reedición del proceso de investigación científica.
Muchas veces podemos caer en el activismo en suponer que la actividad vale en sí misma.
Algunas veces, buscando que el alumno investigue nos contentamos con que mire y mire,
tome muchas muestras, haga muchas encuestas, y nos olvidamos del objetivo central que es el
aprendizaje.
Para que las diferentes actividades que se realicen no queden inconexas y el alumno
perciba su utilidad, es preciso que de manera clara y por escrito se planteen objetivos, consignas
de trabajo y formas de evaluación.
Sintetizando, concebimos al taller como:
 Un proceso de producción en pequeños grupos, donde el conocimiento es
construido entre todos.
 La integración de las experiencias particulares de cada participante en el
proceso de conocimiento en una línea que va desde el sentido común al conocimiento
científico.
 Una labor crítica sobre la bibliografía que permita integrar teoría y
práctica, logrando que los aprendizajes adquiridos en el taller tengan una influencia
posterior en la acción de los propios miembros.
 Un operar dialécticamente sobre la realidad produciendo transformaciones
cualitativas, la base del cambio está en las contradicciones internas de cada tallerista,
proceso individual al que arribará a través de la producción grupal.
Concebimos al alumno como un sujeto social e históricamente determinado que se realiza
en cada aquí y ahora que es a la vez, la síntesis, el punto de llegada de una historia vincular y
social. Cada sujeto se constituye en una relación dialéctica con el mundo, relación que tiene su
motor en la necesidad. (Pichón-Riviere).
El sujeto es en primer término sujeto de la necesidad, y desde allí accede a las
representaciones, las significaciones sociales, las normas. Esa transformación del sujeto de la

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necesidad en sujeto de la significación tiene como escenario e instrumento la interacción, el
vínculo, el grupo.
El sujeto para Enrique Pichón-Rivière, si bien emergente, producido, configurado y
determinado desde lo vincular social, no es sólo el sub-jetum de la necesidad; en tanto sujeto de
la acción destinada a satisfacerla, es sujeto del pro-jetum, de la acción transformadora, de la
creatividad.
Este hacer con otros, esta interacción en función de la necesidad es rasgo esencial y
fundante de esa estructura que denominamos grupo.
Enrique Pichón-Rivière define al grupo como “conjunto restringido de personas, que
ligadas por constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, se
proponen en forma explícita o implícita una tarea que constituye su finalidad, interactuando a
través de complejos mecanismos de adjudicación y asunción de roles.
Entendemos que el hombre es tal en tanto en cuanto está con los otros, que es producto de
una historia, ya sea del devenir de su cultura, ya sea de los complejos entrecruzamientos de los
deseos en los cuales está inserto desde su nacimiento y también desde antes, ya que todo sujeto
humano no deja de tener efectos en aquellos a los que se integra como miembro nuevo. Estos
efectos son los que lo marcarán como ser vivo, como efecto de una estructura de relaciones…
En la actualidad es imposible concebir lo consciente sin la integración del sujeto a un
sistema lingüístico. Lo fundamental de esta afirmación es que el sistema lingüístico es aquello
que cumple la función de ordenarle –al sujeto- su mundo y su percepción. Es decir que existir
como hombre, significa existir en un mundo donde los objetos no tienen existencia “natural”.
Son propuestos por la cultura en, y a través del sistema de la lengua. Por lo tanto la conciencia
presupone la existencia de un sistema de signos sin los cuales no podría haber fenómenos
conscientes propiamente humanos. Los fenómenos conscientes no pueden tener existencia
empírica sino bajo la forma de asociaciones entre representaciones de palabras…
Estamos afirmando que “las palabras hacen el mundo de las cosas”. La realidad es
representación y toda realidad de representación es intersubjetiva…

BIBLIOGRAFÍA:

Quiroga, A.: “El grupo instituyente del sujeto y el sujeto instituyente del grupo”,
Conferencia, 1984.
Sabelli, C.: “¿Qué es el aula-taller?, Apuntes.
Piga, F.: “El taller en educación”, Apuntes
López, J.: “Teoría del Sujeto”, Apuntes

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