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Toponimia: Editar

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Ica es una ciudad del centro sur del Perú, capital del departamento de Ica, situada en el

estrecho valle que forma el río Ica, entre el Gran Tablazo de Ica y las laderas occidentales
de la cordillera de los Andes.
La ciudad de Ica incluye cinco distritos urbanos. Según el Instituto Nacional de Estadística
e Informática, es la decimoprimera ciudad más poblada del Perú y albergaba en el año
2021 a una población de 453 947 habitantes.1
En Ica destaca la agricultura extensiva y la agroexportación articulada alrededor de la
producción en el valle, situado en medio del desierto del Pacífico. Son importantes el
cultivo de uvas, espárragos, palmeras datileras, nueces de pecán, algodón, mangos y
paltas, entre otros muchos productos, muchos de los cuales convierten al valle en uno de
los más exitosos casos de agro-exportación.
El oasis de Huacachina, ubicado a 5 km de la ciudad de Ica, está rodeado de grandes
dunas de arena, adecuadas para practicar el deporte denominado sandboard, así como
otros deportes de aventura. El 6 de agosto del 2014, mediante el D.S 008-MINAM-2014,
fue creada el Área de conservación regional Laguna de Huacachina, con el propósito de
rescatar el ecosistema de la zona.
Los primeros habitantes se asentaron en la región de Ica hace unos 9000 años. El
"hombre de Paracas", descubierto en las pampas de Santo Domingo, data del año
6870 a. C., constituyendo el segundo horticultor más antiguo del Perú.

Toponimia[editar]
Los investigadores no han determinado de manera fehaciente el origen etimológico de la
palabra Ica, pero está plenamente establecido que los nativos daban a este valle el
nombre de Ica, según consta en innumerables documentos. Con relación al origen
eitmológico del vocablo Ica, Fray Martín de Morúa relata que Tupac Inca, estando de paso
por esta ciudad, durante el gobierno de Pachacutec, pidió a un indio hechicero que fuese
a Pachacamac y asistiese a los sacrificios que hacían en ese lugar. El hechicero le pidió
"unas señas para el gran maestro pontífice, señor de las guacas de dicho asiento, para
que viese como iba el dicho hechicero por mandato del Inca, su rey y señor". El Inca
respondió "y, ca", con lo que estaba diciendo "sí, toma". Le dio por señas un champi o
porra suya. Dice Morúa que, en memoria de lo ocurrido, esta ciudad "desde aquel tiempo
se llama y tiene por nombre Ica". Otras de las teorías sobre el origen del nombre es la
de José Sebastían Barranca, en carta dirigida a Juan de Dios López, al referirse a la
etimología de la palabra Ica dice: "Principiaré a discutir la raíz ik, río, laguna, pozo, que sea
de paso, no existe en el quichua hablado, pero sí en los nombres del lugar, sin duda, de
solemne antigüedad. De esta raíz se deriva Ica (ika), que desdoblada se tiene ik + a que
quiere decir río, laguna, pozo". Otra teoría, es la de Juan Durand en su obra "Etimologías
Perú-Bolivianas" que afirma que la palabra Ica existe en el quechua y significa tierras
secas, duras, eriazas, rugosas, tal como es el lugar donde se fundó la ciudad. Refuerza lo
que afirma recordando que pueblos eriazos y sedientos de agua tomaron nombres como:
Icampa, Icaño e Icapil en Argentina, Sicasica en Bolivia, Icata en Tacna, Icaco e Icallo
en Puno, Sicahuasi en Apurimac, Sicaya en Huancayo, Jicán en Piura, entre otros.2

Símbolos[editar]
Bandera[editar]
Luego de la proclamación de independencia se crea la banderaː el color verde representa
la vegetación y el fértil suelo, el color amarillo representa el sol siempre presente en la
ciudad de Ica, el Sol en el medio de la bandera representa la zona calurosa típica, la uva
es el símbolo que representa la vendimia, la laguna celeste representa las lagunas
cristalinas de la región.
Escudo[editar]
miniatura de imagen
Himno[editar]
El Himno a Ica fue compuesto en 1975 por Sara Lama y Lama (música) y Raquel Meneses
Villagra (letra) quienes nos describen la historia de Ica, sus personajes ilustres y atractivos
turísticos; recalcándonos además la devoción religiosa y el fervor patriótico de la
población.

Historia[editar]
Época preincaica y virreinal[editar]
Tres importantes culturas preincaicas se asentaron en la región: la cultura
Paracas (600 a. C. al 100 d. C.), la cultura Nazca (100-800 d. C.) y la cultura
Chincha (800 d. C. al 1476 d. C.).
Cultura Paracas[editar]
De la primera quedan los mantos de fibras de algodón y lana, conservados en sus colores
y textura por las condiciones climáticas y el suelo de la zona, así como los fardos
funerarios con momias en cuclillas que muestran el avance en la técnica no solo de la
momificación, sino también de conocimientos de medicina y cirugía a través de la llamada
trepanación. Estas momias fueron encontradas principalmente en Cerro Colorado, en
donde tallaron la roca en forma de copa invertida para acondicionar subterráneamente
cada fardo.
Cultura Nazca[editar]
Lo más notable de la cultura Nazca son los geoglifos trazados en las pampas del mismo
nombre, siendo los más conocidos el colibrí, la araña y el mono. María Reiche, matemática
alemana que le dedicó 50 años de su vida al estudio y preservación de las líneas de
Nazca, llegó a la conclusión de que es un gigantesco calendario agrícola relacionado con
los movimientos del sol, la luna y las constelaciones. A diferencia de las líneas de Palpa,
en Nazca solo hay una figura antropomorfa, más conocida como "el astronauta" porque se
ve un ser humano con una especie de escafandra, cuya silueta es muy parecida a la de los
actuales astronautas.
En 1994, las líneas de Nazca fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad
por UNESCO y constituyen uno de los principales atractivos turísticos de la región.
La cultura Nazca también legó una red de acueductos que se utilizan hasta hoy en día y
que permitieron el desarrollo de la agricultura del algodón nativo, la especie Gossypium
perivianum.
Cultura Chincha[editar]
Luego surge la cultura Chincha que se extiende por la región teniendo como centro político
el valle de Chincha. Tuvo vigencia del 800 d. C. al 1476 d. C., año en el que el
Inca Pachacútec expande el imperio y conforma el Chinchaysuyo, que abarcaba toda
la región Ica hasta el valle del río Majes. Es una cultura de la que no se tienen muchas
referencias en las crónicas españolas, aun cuando se menciona que el Señor de Chincha
era el único cargado en andas además del Inca cuando coincidían en ceremonias. Las
investigaciones señalan que fue un pueblo muy dedicado al comercio, ya que
intercambiaba mercancías entre la sierra y el litoral costero, siendo su ámbito de acción
extendido aparentemente por todo el imperio incaico y tal vez más allá de este.
Época Incaica y Virreinal[editar]
Luego de la dominación de Ica por el Inca Pachacútec, en el siglo XV, se construyen
algunos asentamientos de poblaciones en todo el valle, con el fin de asegurar la tributación
de productos agropecuarios a la Capital Imperial del Tahuantinsuyo.
Los incas complementaron los acueductos ya existentes, siendo el más importante La
Achirana del Inca, que desvía parte de las aguas de río Ica y cuya construcción se
atribuye, de acuerdo a la leyenda, al pedido de una hermosa joven de la región que cautivó
a Pachacútec, quien accedió a la construcción del acueducto a pesar de no ser
correspondido en sus sentimientos hacia la joven. El significado de Achirana es "lo que
corre limpiamente hacia lo que es hermoso".
Los españoles llegaron a la región en 1533 en busca de un lugar para fundar la capital del
Virreinato, creando la Villa de San Gallán en la zona donde está ubicada Pisco hoy en día.
Como quiera que se decidió que la capital fuera en el valle del Rimac, esta región fue
entregada a Nicolás de Ribera el Viejo, quien, en 1540 sería el primero en producir el
aguardiente del mosto de uva en sus tierras de Tacarará (nombre anterior de Ica) con las
cepas traídas de las Islas Canarias.
Fue en esta época que se desarrolló la uva tipo quebranta sobre la base de la uva negra
europea, lo que le daría la singularidad al sabor del aguardiente. El mosto era almacenado
en tinajas de barro, denominadas piscos, similares a las que se usaban en el incanato para
fermentar la chicha, vocablo de donde también se supone derivó el nombre de pisco. Muy
pronto comenzó a comercializarse por todo el Virreinato, el resto de América y Europa,
siendo el puerto de Pisco el punto por donde partían las embarcaciones.
De ahí que el aguardiente adquiriera el nombre de Pisco, actual producto Bandera del
Perú (2005) y cuya Denominación de Origen ha sido inscrita en la Organización Mundial
de Propiedad Intelectual de la ONU (Certificado 865) en el año 2005.
Fundación de Ica y llegada del Señor de Luren[editar]
Aún bajo órdenes españolas, la ciudad de Ica fue fundada por Jerónimo Luis de Cabrera el
17 de junio de 1563, con el nombre de Villa de Valverde del Valle de Ica. Luego de
constantes sismos que destruían la Villa, se tenían que cambiar de lugar y finalmente en
1633, se le reconoció como ciudad y se estableció en el lugar que actualmente ocupa. Se
denominaría San Jerónimo de Ica en honor a su fundador.
En 1570, era cura principal de la parroquia de Luren, el fraile franciscano Francisco de
Madrigal, quien abocado en llevar una buena administración de su curato, se percata que
en ella, era necesario adquirir una nueva imagen del crucificado, puesto que había una
hechura que estaba muy deteriorada por los años y el último terremoto, lo que le motivó ir
en busca de una nueva. En vista de ello, el fraile decide viajar con destino a su convento
mayor de San Francisco, en la Ciudad de los Reyes, para consultar su tenían en sus
almacenes alguna efigie reciente o por reparar que le podría servir para su doctrina, o si
conocían referencia de venta en otras órdenes y periferia de la ciudad.
En 1570, en 25 de enero, Fray Francisco de Madrigal, permaneciendo aún en los claustros
franciscanos de la capital, le llega la noticia de que unos marineros habían traído para la
venta una imagen de un Cristo del tamaño de un hombre a su convento mayor, y que los
responsables del monasterio no habían querido comprar por conocer que la referida
imagen había naufragado, haciéndoles pensar que su madera estaba podrida. El cura de
Ica, al conocer esta primicia, va al alcance de los marineros, a quienes les manifiesta su
deseo de adquirir la hechura; a los hombres de mar que se habían retirado acongojados
por su suerte, les sorprendió el ofrecimiento, quienes no dudaron enajenar la imagen en el
precio de mil doscientos reales, tal como lo indica el acta original que es custodiada por la
orden franciscana de Lima, desde hace 450 años.
El relato dice así:
"...A honra y gloria de Dios nuestro Señor Jesus Christo, Yo Fr. Francisco de Madrigal,
Religioso indigno de N.P.S. Franco, siendo nombrado por cura de este pueblo de Lurin, y
estando informado que en la iglesia de dicho pueblo, no había imagen de culto ninguna
más de una hechura de un Cristo del tamaño de una bara la cual dicha hechura estaba ya
muy carcomida y vieja que es la que dieron en repartimiento a la iglesia del dicho pueblo
de Lurin, y siendo nombrado por cura del aviendo llegado a esta ciudad de los Reyes, ya
que estaba de partida una hechura de un Santo Christo de la estatura de un hombre de la
otra cosata para el convento de Jesús de Lima, la cual dicha hechura no quiso comprar el
convento por saber que en una tormenta grande que tuvieron en el viaje, viéndose que se
iban a pique, desbalijaron de la nao muchas cosas y entre ellas un caxón donde estaba
esta dicha hechura, y a ver estado mucho tiempo en el agua y imaginando los padres del
Convento de Lima vendría podrido, no lo quisieron comprar, y yo me llegué a los hombres,
y les dije que cuanto me llevarian por la hechura y le concerté últimamente en mil y
doscientos Rs". "Y al margen, que hacen docientos y sinquenta Ps. La cual dicha hechura
compré, y traxe conmigo a esta doctrina con licencia de Nuestro Padre Fr. Pedro de Molina
al presente Comisario General de estas Provincias del Perú, el qual me dio licencia con tal
que siempre estubiese la dicha hechura con vienes del convento, digo de la orden por
quanto conforme a nuestra Regla, no podía tener propiedad en cosa alguna; y por verdad
lo firmé en veinte y cinco de Henero de mil y quinientos y setenta años. Fr. Franco de
Madrigal cura de la Doctrina de Lurin Yca."

Templo del Señor de Luren después del terremoto del


2007.

El padre Madrigal, al haber cumplido su objetivo, preparó inmediatamente el retorno a su


parroquia matriz, colocando la caja que contenía la imagen en lomo de bestia, la que
condujo pacíficamente en toda su travesía desde Lima a Ica, que por esa época cabe
resaltar tenía una duración de un mes a pie.
En 1570, el 25 de febrero, con el agotamiento natural del viaje, aparece el cura principal en
su parroquia de Luren, sin ningún inconveniente, trayendo con él a la acémila que portaba
la buena nueva para su parcialidad, tal como lo indica claramente el acta. De manera que,
al descargar el bulto, procedió en seguida a abrir el cajón, hallando en su interior un
magnífico Cristo en perfectas condiciones, y sin ningún daño que podría haber ocasionado
las aguas del mar, como se creía.3
Por deformación del vocablo lurín, se derivó el nombre actual de Señor de Luren, patrono
de Ica que inspira tanta devoción entre los iqueños. La tradición también menciona las
veces que la imagen ha sobrevivido milagrosamente a los intensos terremotos,
inundaciones e incendios que han asolado la ciudad y la región en los últimos tres siglos y
medio.
Hacia 1595 se inició la trata de esclavos africanos por los españoles que, para el sur
del Perú, se comercializaban en Chincha, provincia en donde actualmente se encuentra
más concentrada la cultura afroperuana. Esta población fue ocupada principalmente en la
agricultura, tanto en los viñedos como posteriormente en los algodonales.
En 1786, debido a que el Virreinato del Perú quedó dividido en intendencias, se suprimió
el corregimiento de Ica, pasando a formar parte de la intendencia de Lima. En aquella
época el personaje iqueño más notable era el Marqués de Torre Hermosa.
En la gesta libertadora, la ciudad de Ica proclamó la independencia meses antes de la
llegada del libertador San Martín en septiembre de 1820, quien desembarca en la Bahía
de Paracas y establece su Cuartel General en Pisco. En julio de 1821 parte hacia Lima.
Más adelante, el escritor Abraham Valdelomar se inspiró en este hecho para inventar un
cuento en el que San Martín se imagina la bandera peruana observando
unas parihuanas con alas rojas. Este cuento se llama "El sueño de San Martín". Por
supuesto, una ficción creada alrededor de la independencia del Perú en las costas de
Pisco.
Guerra del Pacífico[editar]
En medio de la Guerra del Pacífico y la inevitable invasión chilena, el departamento de
Ica fue parte de la resistencia ante la invasión chilena, librándose batallas en todo el
departamento. En la ciudad de Ica se resaltan peleas como la batalla del Cerillo en San
José de los Molinos.
Cuando llegaron al poblado de Ica, los soldados chilenos visitaron la entonces capilla
del Señor de Luren que mostraba la sencillez y la omnipotencia divina. Estos detalles
motivaron a los generales chilenos a arrebatársela al pueblo iqueño. Con el fin de llevarse
la imagen, construyeron una enorme caja que llegaba a medir 10 metros, pero por cosas
inexplicables la imagen rompió parámetros de sus carpinteros y resultó más grande.
Sorprendidos, intentaron cubrirlo con un manto y armaron una especie de camilla para
transportar la imagen con ayuda de unas robustas mulas, pero al querer cargar la imagen,
estos armaron su berrinche. Las mulas tironeaban todo lo que sus fuerzas daban, pero no
podían mover la imagen hasta que las cuerdas que sujetaban la imagen comenzaron a
romperse en sus ataduras y, finalmente, las mulas quedaron como clavadas en el suelo.

Oasis de Huacachina, Ica.


Tras esto los oficiales chilenos intentaron destruirla ordenando a los soldados, con hacha
en mano, a cumplirlo. Sin embargo, muchos de ellos no querían cometer tal acto, y
aquellos que lo intentaron, su hacha se rompía. Finalmente tras todo esto, dejaron en paz
a la imagen.
Los desastres en la ciudad de Ica[editar]
Ica ha sido lugar de frecuentes terremotos e inundaciones, las cuales han llegado a afectar
la ciudad completamente. La primera gran inundación se registra el 17 de marzo de 1908,
cuando el río Ica estaba protegido por barreras de sauces y tamarices. Fue entonces que
en 1912 se construyó la primer

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