Int - Guía - Mineralogía
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INTRODUCCIÓN A LA GEOLOGÍA
Los materiales que nos rodean se diferencian entre sí por sus propiedades físicas y químicas.
Dentro de las propiedades físicas se incluyen diferentes colores, durezas, brillos, etc., mientras
que las propiedades químicas incluyen la solubilidad, la reactividad y conductividad entre otras.
Por ejemplo, los diamantes son transparentes y duros, la sal de mesa es blanda y se disuelve en
agua, el oro conduce la electricidad y es maleable. Estas propiedades de las sustancias,
observables macroscópicamente, pueden entenderse y explicarse en el mundo submicroscópico,
el mundo de los átomos y las moléculas.
Los átomos (del griego: indivisible) son los bloques de construcción básicos de la materia; son
las partículas más pequeñas que conservan la identidad química de cada elemento. Los átomos
están formados por un núcleo, donde se concentra la masa, constituido por protones con carga
positiva y neutrones que no tienen carga, por lo que su carga se considera neutra. Rodeando al
núcleo existe una zona denominada extra nuclear, conformada por una nube de electrones (de
carga negativa y masa despreciable), que se encuentran en continuo movimiento.
ENLACES QUIMICOS
La unión entre átomos se denomina enlace químico. La manera en que los átomos se
enlazan ejerce un efecto profundo sobre las propiedades físicas y químicas de las sustancias. Los
enlaces químicos presentes en la naturaleza pueden ser de tres tipos: enlaces iónicos, enlaces
covalentes y enlaces metálicos.
Por lo general, los compuestos con enlaces iónicos forman sólidos cristalinos y se rompen
con facilidad. Este es precisamente el caso de la halita o sal de mesa. Además, estos compuestos
suelen tener puntos de fusión elevados y son solubles en agua.
Figura 2 - Molécula de Oxígeno (O2), en la cual dos electrones de carga negativa son compartidos entre los dos átomos
de Oxígeno (O) para formar la molécula Oxígeno (O2).
Los enlaces metálicos son un tipo de unión química que se produce únicamente entre los
átomos de un mismo elemento metálico. En este caso, lo que ocurre con los electrones de la capa
externa, es que abandonan sus órbitas alrededor del núcleo atómico cuando éste se junta con
otro, y permanecen alrededor de ambos núcleos como una especie de nube electrónica.
Los enlaces metálicos se encuentran en metales nativos como el Oro, la Plata y el Cobre. En
estas sustancias los electrones pueden desplazarse libremente, lo que le otorga a estas
sustancias elevada conductividad eléctrica y térmica, maleabilidad y ductilidad.
Figura 3 - Sustancia con enlace metálico en la cual los electrones de la capa externa de los metales están
deslocalizados, formando una especie de nube. De este modo, se genera una atracción electrostática entre las cargas
positivas (1) y negativas (2) formando un enlace metálico.
Debido a que nuestro marco teórico son las ciencias naturales, se deben tener en cuenta las
excepciones de este campo: el mercurio es considerado un mineral a pesar de encontrarse en
estado líquido a condiciones normales de presión y temperatura (CNPT). Así mismo, el agua en
estado líquido no es una especie mineral, pero su forma sólida (hielo) sí es considerada como tal.
Una roca es una sustancia sólida de origen natural formada por una asociación de minerales.
Los componentes de una roca son minerales. La mayoría de las rocas tienen varios minerales que
la componen, mientras que algunas pocas sólo están compuestas por una única especie mineral.
POLIMORFISMO E ISOMORFISMO
En la naturaleza existen sustancias químicas con la capacidad de presentarse bajo dos o más
formas cristalinas diferentes. Estas sustancias cristalinas constituyen minerales diferentes según
la estructura atómica con la que cristalizan. Ambos minerales poseen la misma composición
química pero tienen diferentes estructuras cristalinas. Estos minerales se denominan polimorfos.
Por ejemplo, la Calcita (CaCO3) cristaliza en el sistema trigonal, mientras que la Aragonita
(CaCO3), de igual composición química que la calcita, cristaliza en el sistema rómbico (figura 4).
Otro clásico ejemplo son el diamante y el grafito: la composición química de ambos minerales es
el carbono (C), sin embargo el diamante cristaliza en el sistema cúbico mientras que el grafito
cristaliza en el sistema hexagonal (figura 5 y figura 6).
Figura 4 - La calcita (CaCO3) cristaliza en el sistema trigonal (izquierda), mientras que la Aragonita (CaCO3) cristaliza
en el sistema rómbico (derecha).
Figura 5 - Aspecto de cristales de grafito y diamante. El grafito (C) cristaliza en el sistema hexagonal (izquierda),
mientras que el diamante (C) cristaliza en el sistema cúbico (derecha).
Figura 6 - Estructura cristalina del grafito y del diamante. El grafito (C) cristaliza en el sistema hexagonal (izquierda),
mientras que el diamante (C) cristaliza en el sistema cúbico (derecha).
Un ejemplo de minerales isomorfos que constituyen una solución sólida son las plagioclasas,
que conforman una serie continua de minerales que cristalizan en el sistema triclínico (Figura 07)
y cuyos dos extremos son la Albita (NaSi3AlO8) y la Anortita (CaSi2Al2O8). El Na y el Ca se
reemplazan mutuamente. Otro ejemplo son las olivinas (Figura 08), en las cuales hay reemplazo
mutuo de Fe y Mg, presentando un extremo férrico (Fayalita) y otro magnésico (Forsterita).
Figura 7 - Aspecto de cristales de Albita, NaAlSi3O8 (izquierda) y Anortita, Ca(Al2Si2O8)(derecha). Ambos minerales
cristalizan en el sistema triclínico.
Figura 8 - Aspecto de cristales de Forsterita, Mg2SiO4 (izquierda) y Fayalita, Fe2SiO4 (derecha). Ambos minerales
cristalizan en el sistema ortorrómbico.
PROPIEDADES FÍSICAS DE LOS MINERALES
Cada mineral tiene una estructura cristalina y una composición química definidas, que le
proporcionan un conjunto único de propiedades físicas compartidas por todas las muestras de esa
especie mineral. Para reconocer e identificar una muestra mineral, se determinan las propiedades
físicas en superficies frescas, es decir, una superficie recién rota.
Las propiedades ópticas de los minerales son aquellas propiedades físicas que resultan de la
interacción de la sustancia mineral con la luz.
COLOR
Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y refleja las
restantes. Las ondas reflejadas son captadas por el ojo e interpretadas en el cerebro como
distintos colores según las longitudes de onda correspondientes. El color específico de un mineral
está dado por las longitudes de onda de la luz blanca que refleja. Un mineral será blanco si refleja
todas las longitudes de onda, negro si las absorbe todas y de un determinado color si solo refleja
las longitudes de onda de ese color y absorbe las demás.
El color de un mineral es una propiedad que debe ser tenida en cuenta con precaución ya que
una misma especie mineral puede presentar numerosas coloraciones diferentes. Así mismo el
color de un mineral puede ser sustituido por otro debido a alteraciones superficiales.
Aunque el color es una de las propiedades físicas más sobresalientes de los minerales, no
siempre es constante y por lo tanto debe considerarse con precaución en la determinación de
ciertas especies.
RAYA
La raya es el color del polvo fino de un mineral. Su importancia radica en que es una
propiedad constante para un determinado mineral, ya que el color puede variar, mientras que la
raya suele ser constante. Por ejemplo, el cuarzo puede ser de varios colores (incoloro, rosa,
verde, violeta, gris, negro) sin embargo en todos los casos la raya será blanca. Si bien, es un
ejemplo clásico, la raya es difícil de obtener con el instrumental provisto en las clases prácticas
porque se trata de un mineral duro.
Para la obtención de la raya se presiona un sector del mineral contra una superficie áspera y
dura (bizcocho de porcelana) y se traza una línea sobre dicha superficie de 2 centímetros. La
porcelana en la escala de Mohs presenta una dureza de 6,5. Si el espécimen mineral es más
blando que la porcelana, quedará en la placa una marca de polvo. El color de la marca es la "raya"
(figura 9). A veces es útil utilizar una lupa para determinar el color. Cuando la dureza del mineral a
rayarse es mayor que el de la porcelana, la misma puede obtenerse pulverizando el mineral con
un martillo o un mortero.
Figura 9 - Raya de la Pirita (izquierda) y del Cinabrio (derecha). Se observa como el color del polvo fino del mineral no
necesariamente es igual al color del mineral.
BRILLO
El brillo puede ser de cuatro tipos: metálico, submetálico, no metálico o mate. Los
minerales de brillo metálico tienen un aspecto similar a la superficie de un metal, es decir que
reflejan la mayor parte de la luz que incide en ellos. Los minerales de brillo metálico poseen rayas
obscuras. Los minerales con brillo submetálico presentan un aspecto de metal no pulido o sin
lustre. Por su parte, los minerales de brillo no metálico presentan una gran variedad de
interacciones de la luz con su superficie, generando diferentes tipos de brillos no metálicos: vítreo
(por ejemplo cuarzo y fluorita), nacarado (por ejemplo micas), sedoso (por ejemplo talco y
asbestos), graso (por ejemplo triplita y grafito), resinoso (por ejemplo òpalo), adamantino (por
ejemplo esfalerita), céreo (por ejemplo calcedonia). Los minerales de brillo no metálico tienen en
general rayas de colores claros. Aquellos minerales que no presentan brillo, se los denomina con
brillo mate.
Brillo metálico: aproximadamente el 15% de los minerales pueden tener brillo metálico. Los
elementos nativos, sulfuros, sulfosales y óxidos están bien representados. Entre los minerales
más comunes con brillo metálico se encuentran: calcopirita, cromita, galena, goethita, hematita,
magnetita y pirita.
Brillo submetálico: los minerales con brillo metálico pueden presentar una disminución de la
intensidad de su luz reflejada o bien un aspecto de poco lustre.
Brillo adamantino: el brillo adamantino es luminoso, brillante, casi como un metal muy pulido, pero
sin presentar la intensidad ni el aspecto metálico. Los diamantes pulidos exhiben este tipo de
brillo. Los minerales que contienen iones muy pesados, como la plata, el mercurio y el uranio,
suelen tener un brillo adamantino. Menos del 10% de los minerales presentan brillo adamantino.
Algunos minerales con lustre adamantino son: esfalerita, calcita, yeso.
Brillo vítreo: el brillo vítreo es el lustre del vidrio recién roto. Es luminoso, con un brillo intenso,
pero no tan brillante como los reflejos de los minerales de lustre adamantino. Alrededor del 70%
de todos los minerales presentan un brillo vítreo. Una gran proporción son silicatos, carbonatos y
fosfatos. El cuarzo, uno de los minerales más comunes, tiene brillo vítreo. Otros son: ortosa,
plagioclasa, granate, calcita, berilo, apatita, baritina.
Brillo nacarado: un brillo nacarado tiene la cualidad de la luz como la que se refleja en las perlas o
el nácar. Es ligeramente nebuloso, difuso, desenfocado. El brillo nacarado se suele atribuir a un
mineral con planos de clivaje paralelos, como la moscovita, en los que se reflejan planos apilados
muy próximos entre sí. Entre los minerales que suelen mostrar un brillo nacarado se encuentran:
muscovita y biotita.
Brillo sedoso: un mineral de brillo sedoso refleja la luz como una fina tela de seda. Entre los
minerales que pueden mostrar un brillo sedoso se incluyen: yeso (variedad fibrosa), malaquita,
tremolita y ulexita.
Brillo resinoso: un brillo resinoso refleja la luz como un trozo de ámbar (resina de pino solidificada)
o un trozo de plástico. Los minerales con un brillo intenso y un color marrón, amarillo o rojo suelen
parecer resinosos, ya que el color puede afectar la percepción subjetiva de los diferentes brillos.
Los minerales que pueden mostrar un brillo resinoso incluyen: granate, epidoto y azufre.
Brillo graso: los minerales de brillo graso, además de parecer un grumo de grasa, poseen un
aspecto de haber sido untados con aceite de cocina. Los minerales que pueden tener un lustre
graso incluyen: cuarzo, triplita.
Brillo céreo: los minerales de brillo céreo tienen un aspecto de haber sido untados con una vela o
un jabón sólido. Los minerales que pueden tener un brillo ceroso son: ópalo, talco y turquesa.
Brillo terroso: el brillo terroso es aquel en el que las superficies del mineral se asemejan a un trozo
de tierra seca. Este brillo depende en gran medida del tamaño de las partículas o de la friabilidad
del mineral. Sin embargo, un gran número de minerales que suelen tener un brillo más intenso
también pueden presentar un brillo terroso. Por ejemplo, la azurita suele presentarse en forma de
cristales adamantinos, pero también se encuentra en forma de polvo azul terroso en la medida
que sus cristales sean de tamaños inferiores a 0,5 milímetros. Otros minerales que suelen tener
brillo terroso son las arcillas, como la caolinita y la montmorillonita.
En los minerales la proporción de luz que se refleja depende en gran medida del estado de la
superficie. Por ejemplo un mineral que puede tener un brillo vítreo cuando la cara del cristal es
plana y muy lisa, puede mostrar un brillo graso si presenta una fractura concoide bien
desarrollada.
DUREZA
Friedrich Mohs hacia el 1820, ideó una escala de dureza relativa de diez minerales
estándares (Tabla 01) en la cual los números más altos indican que el mineral puede rayar
minerales con un número más bajo. Por ejemplo, la calcita (3) puede rayar el yeso (2), pero no a
la fluorita (4).
Dicha escala es denominada Escala de dureza de Mohs y cuenta con los siguientes minerales:
Tabla 01 - Escala de Mohs.
Para obtener la dureza, se intentará rayar el mineral estudiado con los distintos minerales que
componen la escala de Mohs o bien con elementos como la uña, clavo de cobre, clavo de acero y
lápiz de dureza. Es importante, a la hora de determinar la dureza, trabajar con superficies
frescas.
Por ejemplo, si el mineral objeto de estudio no es rayado por la uña (dureza de 2,5) pero a su
vez es rayado por el clavo de cobre (dureza de 3,5), su dureza será de 3.
CLIVAJE
FRACTURA
Los minerales pueden fracturarse de diversas maneras y la fractura se refiere a la forma en
que un mineral se rompe cuando no presenta clivaje en esa dirección. A diferencia del clivaje, que
sigue planos de debilidad específicos en la estructura cristalina, la fractura no sigue direcciones
definidas.
Es importante tener en cuenta que tanto la fractura como el clivaje son propiedades
vectoriales que pueden coexistir en un mismo mineral. Por ejemplo, la mica exhibe una dirección
de clivaje, mientras que en las demás direcciones se rompe por planos de fractura.
Fractura concoide: formada por superficies cóncavas o convexas (figura 10), similares a las que
se generan cuando una botella de vidrio se rompe. Entre los minerales que pueden mostrar una
fractura concoide se incluyen: cuarzo y ópalo.
Figura 10 - Fractura concoide en obsidiana (vidrio volcánico).
Fractura astillosa: caso en el que el mineral al romperse genera fibras o astillas (fragmentos
delgados y largos). Un ejemplo es el asbesto (Figura 11).
HÁBITO
El hábito es el aspecto o forma natural con la que crecen y se presentan los cristales. El
hábito de un mineral es una propiedad variable ya que depende de las condiciones de formación
del mismo, como lo es el tiempo de formación, temperatura, presión, y espacio de crecimiento
disponible. El hábito puede apreciarse en su máxima expresión cuando la muestra mineral se
analiza sin haber sido rota o afectada ya que así se puede observar su forma de crecimiento
original.
Hábito granular: cristales equidimensionales en los que el desarrollo de los individuos es igual en
las tres direcciones (figura 14). Ejemplos: granate, pirita.
Hábito prismático o columnar: cristales en los cuales predomina una dirección de desarrollo frente
a las otras dos (figura 15). Las dos direcciones menores son iguales entre sí. Ejemplos: turmalina,
berilo, anfíboles y piroxenos.
Hábito laminar: cristales que presentan dos direcciones mucho más desarrolladas que la tercera
(figura 17). El cristal se asemeja a una hoja de papel. Ejemplos: muscovita y biotita.
Hábito acicular: cristales en los cuales predomina una dirección de desarrollo respecto de las otras
dos. Las dos direcciones menores son iguales entre sí siendo la relación ancho/largo mucho
menor en los cristales aciculares que en los columnares o prismáticos (figura 18). Los individuos
tienen forma de agujas. Ejemplo: rutilo.
Hábitos para grupos de cristales. El hábito en grupos de cristales describe la manera en que un
conjunto de cristales individuales crecen formando agregados que desarrollan distintos diseños.
Hábito dendrítico: conjunto de cristales con diseño arborescente, en ramas divergentes, similares
a plantas (figura 19). formando agregados que desarrollan distintos diseños. Ejemplos: dendritas
de óxidos de manganeso, oro nativo y cobre nativo.
Figura 19 - Hábito dendrítico.
Hábito radiado: grupo de cristales que se irradian de un mismo punto (figura 21). Ejemplos:
anfíboles y turmalina.
Hábito fibroso: agregado de fibras (figura 22) dispuestas al azar o en forma paralela (fibroso
paralelo) o radiada (fibroso radiado). Ejemplos: yeso, aragonita y wollastonita.
Hábito botroidal o mamelonar: conjuntos de cristales que adoptan formas globulares semejantes a
racimos de uvas (figura 23). Ejemplos: pirolusita y hematita.
Figura 23 - Hábito botroidal.
Hábito bandeado: mineral que presenta bandas definidas por cambios de color y/o hábito (figura
24). Ejemplo: aragonita, calcedonia y fluorita.
Hábito hojoso: mineral que presenta un crecimiento a modo de láminas superpuestas unas sobre
otras asemejando una resma de hojas (figura 25). Ejemplos: muscovita y biotita.
PESO ESPECÍFICO
El peso específico de una especie mineral es el valor expresado en g/cm3 que muestra la
relación entre el peso de un mineral y el peso de un volumen igual de agua a 4ºC. El peso
específico de una sustancia cristalina depende de la clase de átomos que la componen y de la
manera como éstos están empaquetados (estructura cristalina). En la práctica, el peso específico
de una muestra se determina aproximadamente, comparando su peso con el de una muestra de
igual volumen de una especie mineral conocida de peso específico medio; así se puede
determinar si la muestra analizada tiene un peso específico bajo, medio o alto.
MAGNETISMO
Es la propiedad que tienen ciertos minerales de ser atraídos por un imán. Los minerales
magnéticos suelen contener hierro con un estado de oxidación +2, tal como la magnetita y la
pirrotina.
Las características de los minerales que podemos percibir por nuestros sentidos también
pueden servirnos para ayudarnos en su identificación. Las propiedades organolépticas son las
que podemos percibir por nuestros sentidos.
Olor: es la sensación al olfato producida por la emisión de sustancias por parte de algunos
minerales al ser golpeados, calentados, frotados o mojados (azufre). Algunos minerales como la
pirita desprenden un olor parecido al de los huevos podridos cuando se calientan o son
golpeados.Los minerales que contiene arsénico, como la arsenopirita, desprenden vapores
cuando son calentados (o golpeados o triturados) que huelen a ajo. Los minerales arcillosos,
como la caolinita, desprenden un olor similar a la arcilla fresca. Los minerales que contienen
restos de materia orgánica o bituminosa desprenden olor fétido al ser golpeados con un martillo.
Sabor: los minerales que son solubles en agua, o en saliva, suelen tener un sabor característico.
Esta propiedad puede resultar de gran ayuda para identificar un mineral de un modo rápido.
Seguramente, el ejemplo más característico es el de la halita (sal común) que podemos reconocer
por su sabor salado. A su vez, se la puede distinguir de otra sal, como la silvita, la cual tiene un
sabor más amargo.
Tacto: en algunos casos, al tocar un mineral se produce una sensación que puede ayudarnos en
su determinación. Algunos minerales pulverulentos como el talco o el grafito producen una
sensación de untuosidad al tacto.
REACCIÓN AL ÁCIDO
Los minerales compuestos por carbonato de calcio (CaCO3) reaccionan al entrar en contacto
con sustancias ácidas como lo es el ácido clorhídrico (HCl). Esta reacción disuelve la sustancia
mineral emitiendo gases que se manifiestan en forma de burbujas. Este simple experimento
permite identificar rápidamente especies minerales específicas de la clase V de Strunz
(carbonatos).
Este sistema divide los minerales en diez clases, que a su vez se dividen nuevamente en
varias divisiones, familias y grupos, de acuerdo con la composición química y la estructura
cristalina de los ejemplares. Las diez clases principales son:
I. ELEMENTOS NATIVOS
II. SULFUROS Y SULFOSALES
III. HALOGENUROS
IV. ÓXIDOS
V. CARBONATOS Y NITRATOS
VI. BORATOS
VII. SULFATOS
VIII. FOSFATOS, ARSENIATOS Y VANADATOS
IX. SILICATOS
X. ORGÁNICOS
BIBLIOGRAFÍA
MINERALOGÍA
Contenidos
Objetivos
Herramientas de trabajo
Actividad I
Determinar las propiedades físicas de cuatro muestras minerales mediante la utilización de las
herramientas de trabajo.
● Color
● Raya
● Brillo
● Dureza
● Clivaje
● Fractura
● Hábito
● Peso específico
● Magnetismo
● Propiedades organolépticas o sensoriales
● Reacción al ácido clorhídrico (HCl)
Actividad II
MINERALOGÍA
Contenidos
Objetivos
● Dominar las técnicas para la obtención de las propiedades físico - químicas de minerales
en muestras de mano.
● Clasificar las especies minerales identificadas como Silicatos o No Silicatos.
Herramientas de trabajo
Actividad I
● Color
● Raya
● Brillo
● Dureza
● Clivaje
● Fractura
● Hábito
● Peso específico
● Magnetismo
● Propiedades organolépticas o sensoriales
● Reacción al ácido clorhídrico (HCl)