M1Bases Del Derecho Privado
M1Bases Del Derecho Privado
M1Bases Del Derecho Privado
El derecho privado civil constituye la rama principal de la que se desprenden las demás disciplinas del
derecho privado en general. Es por ello que desarrollaremos las nociones introductorias, estableciendo la
diferenciación entre el derecho público y el derecho privado, y una vez delimitada dicha distinción,
procederemos al estudio del proceso de codificación, su evolución histórica, la unificación legislativa y el
método del Código Civil y Comercial.
El derecho privado
Noción
El derecho, en su aspecto objetivo, es el conjunto de normas o reglas de conducta impuestas por el Estado
con carácter obligatorio, que prevén o describen comportamientos humanos, e imponen deberes y reconocen
facultades con miras a crear un orden social justo.
El derecho se divide en “ramas”, como comúnmente se las denomina, para su mejor estudio e interpretación.
No son independientes, sino que se interrelacionan. Ello es así debido a las exigencias científicas y la
división del trabajo, ya que es imposible abordar el estudio de todo el derecho como una totalidad.
Esta división en múltiples ramas (Torré, 2011) responde al carácter de las relaciones sociales regidas por
esas normas y su contenido. No podemos olvidar que el derecho, al regir conductas humanas intersubjetivas,
se transforma a diario, y van surgiendo nuevas formas de relaciones, que crean nuevas disciplinas o nuevas
ramas.
Sin embargo, de abordar el estudio de cada una de estas ramas del derecho, es válido tener en cuenta lo que
nos dice Torré:
… conviene advertir que no es posible establecer límites precisos y tajantes entre las diversas ramas
jurídicas, puesto que, en realidad, hay una zona común en las fronteras, que abarca elementos integrantes de
ambos campos limítrofes y que será más o menos amplia, según las ramas de que se trate. (2011, p. 435)
Para su mejor conocimiento y aplicación, el derecho objetivo positivo se clasifica en dos grandes ramas:
Figura 1. Clasificación del derecho objetivo positivo
Son muchas las teorías que han propuesto fundamentar diferentes criterios de clasificación para estas dos
ramas, y la idea no es profundizar en esos criterios, sino básicamente distinguir estas ramas conforme al
sujeto que interviene en la relación, que es el criterio más usado.
Entonces:
Derecho público
Una norma es de derecho público cuando por lo menos uno de los sujetos que interviene en la norma es el
Estado como poder público.
Derecho privado
Una norma es de derecho privado cuando los sujetos mencionados por la norma son los particulares, y aun el
Estado cuando no actúa como poder público (por ejemplo, un contrato en donde el Gobierno le compra un
inmueble a un particular, o un contrato de locación entre dos particulares).
Según esta teoría, para que la norma sea de derecho público, no es necesario que se establezca una relación
de subordinación entre un sujeto y el otro, aunque ello usualmente suceda.
En general, se consideran ramas del derecho público los derechos constitucional, administrativo, penal,
financiero y procesal, y del derecho privado, los derechos civil, comercial y laboral. Sin embargo, no es
posible hacer una clasificación muy exacta, ya que en todas estas ramas hay instituciones de uno y otro, y,
hoy por hoy, existe marcada tendencia al publicismo en las instituciones del derecho privado.
El hecho de que el derecho sea tan dinámico conduce, además, al surgimiento de nuevas disciplinas, que se
van posicionando en el mundo del derecho, como lo es el derecho a la salud, el derecho de las tecnologías, el
derecho deportivo, entre otras.
Ahora bien, una vez identificada la existencia de diferentes ramas del derecho, nos focalizaremos en el
estudio del derecho privado.
El derecho privado se divide en dos partes: una parte general y otra especial. En la parte general se estudian
los elementos esenciales y comunes a toda clase de relaciones jurídicas: sujetos, objeto y causa. En la parte
especial se estudiará lo siguiente: el derecho de familia, los derechos personales, es decir, derecho de las
obligaciones, de los contratos y de la responsabilidad civil, derechos reales, derecho de las sucesiones.
… una rama del derecho privado que se ocupa del hombre como sujeto del derecho sin distinción de
calidades accidentales, y de las relaciones jurídicas patrimoniales y familiares que lo tienen como sujeto,
regulando las instituciones básicas y sirviendo por lo tanto como punto de conexión de las demás ramas del
derecho privado. (2016, p. 48)
El derecho civil durante muchos años ha sido el derecho madre del cual se han ido disgregando las restantes
disciplinas del derecho privado.
Evolución histórica
Durante los últimos años existió una fuerte tendencia a la unificación del derecho civil con el derecho
comercial, por compartir problemáticas que caían bajo la regulación de ambas.
Lo que se pretendía era edificar las bases de un derecho privado patrimonial, que englobara tanto al derecho
civil patrimonial como al derecho comercial, sobre parámetros más amplios, propios de un derecho común.
Esto quiere decir que antes de la sanción del Código Civil y Comercial 1 era nítida la separación entre ambas
ramas del derecho privado.
[1] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Contenido actual
Ahora bien, ese panorama se vio modificado sustancialmente con la sanción del Código Civil y Comercial 2,
que unifica finalmente el derecho civil con el derecho comercial en un solo cuerpo normativo, aunque esta
unificación es parcial, pues muchos microsistemas legislativos subsisten, en particular en el área del derecho
comercial, como son los casos de la Ley de Sociedades 3, la Ley de Seguros4, la Ley de Concursos5, entre
otras.
[2] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
[3] Ley 19550. Ley de Sociedades Comerciales. (1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2SbM1bp
[4] Ley 20091. Ley de Entidades de Seguros y su control. (1974). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/2XrmuOj
[5] Ley 24522. Concursos y Quiebras. (1995). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/30xmKMO
… existe una clara tendencia hacia la formulación de un derecho privado patrimonial común,
que tanto rige para las relaciones patrimoniales comúnmente calificada como civiles, cuanto
tanto para las relaciones generalmente llamadas mercantiles. Es decir el derecho de las
obligaciones, de los contratos, y de los derechos reales es básicamente un derecho común.
Constitucionalización
Desde su sanción, hemos escuchado que el nuevo Código Civil y Comercial asienta sus bases sobre la
constitucionalización del derecho privado. Ricardo Lorenzetti, presidente de la comisión redactora, afirmó
en aquella oportunidad que “por primera vez hay una conexión entre la Constitución y el derecho privado,
basada en los aportes de la doctrina y jurisprudencia” (2018).
Entonces, podemos afirmar que los fundamentos de tal proceso de constitucionalización pueden hallarse en
el Anteproyecto del nuevo Código Civil, expuesto por la Comisión Redactora, el cual manifiesta sobre el
referido proceso de constitucionalización del derecho privado, que expresa lo siguiente:
La mayoría de los Códigos existentes se basan en una división tajante entre el derecho público y privado. En
nuestro anteproyecto, en cambio, tomamos muy en cuenta los tratados en general, en particular los de
derechos humanos, y los derechos reconocidos en todo el bloque de constitucionalidad. En este aspecto
innova profundamente al receptar la constitucionalización del derecho privado, y establece una comunidad
de principios entre la Constitución, el derecho público y el derecho privado, ampliamente reclamada por la
mayoría de la doctrina jurídica argentina 6.
[6] Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación (2012). Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3d2ebPw
Es por esto que el nuevo paradigma que plantea el texto del Código Civil y Comercial se fundamenta en el
art. 1°, que dispone en el párrafo 1° lo siguiente: “los casos que este Código rige deben ser resueltos según
las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos
en lo que la República sea parte”7.
[7] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El Código Civil y Comercial toma, entonces, muy en cuenta los tratados en general, en particular, los de
Derechos Humanos y los derechos reconocidos en todo el bloque de constitucionalidad. Es decir, que se
produce “la constitucionalización del derecho privado”, y se establece una comunidad de principios entre la
Constitución, el derecho público y el derecho privado.
Así se ve claramente, por ejemplo, en la protección de la persona humana a través de los derechos
fundamentales, los derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño, de las personas con capacidades
diferentes, entre otros aspectos. En otras palabras, “puede afirmarse que existe una reconstrucción de la
coherencia del sistema de derechos humanos con el derecho privado”8.
[8] Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación (2012). Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3d2ebPw
En su Código Civil y Comercial de la Nación Argentina Comentado, Ricardo Lorenzetti expresa lo que se
cita a continuación:
el bloque de constitucionalidad se manifiesta en todos los campos: la protección de la persona humana a
través de los derechos fundamentales, los derechos de incidencia colectiva, la tutela del niño, de las personas
con capacidades diferentes, de la mujer, de los consumidores, de los bienes ambientales y muchos otros
aspectos. Puede afirmarse que existe una reconstrucción de la coherencia del sistema de Derechos Humanos
con el Derecho Privado. (2018, p. 30)
La Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci, en la entrevista sobre el Código Civil y Comercial, que leímos
previamente, destacaba la importancia del estudio de los principios generales del derecho privado en las
futuras generaciones de abogados, pero ¿cuáles son esos principios?
Para conocer la respuesta, te invito a que leas este paper, donde se desarrollan los principios fundantes de
este Código Civil y Comercial (en adelante, CCyC).
El siguiente paper, publicado por el Dr. Juan Manuel Lezcano, resalta la relevancia del tema de principios
en el nuevo Código unificado, ya que constituye una de las cuestiones centrales en el Título Preliminar del
CCyC. Expone cada uno de los principios destacando sus particularidades e importancia en el marco del
nuevo Código.
Fuente: Lezcano, J. M. (2015). Los principios jurídicos en el nuevo Código Civil y Comercial. Recuperado
de http://marcelamascotena.com.ar/documentos/61.pdf
Por otro lado, Rivera y Crovi (2016) destacan la importancia del reconocimiento de los principios de
inviolabilidad de la persona, la dignidad personal, autonomía, igualdad, libre crítica, como presupuestos
fundantes de la convivencia en una sociedad democrática y pluralista.
Los autores, además, destacan que “sobre tales principios se está construyendo el derecho moderno actual y
su fuente está en la Constitución Nacional” (Rivera y Crovi, 2016, p. 16).
Los Códigos: Código Civil de Vélez y Código Civil y Comercial
Tanto hemos hablado de la importancia del nuevo CCyC 9 y sus principios fundantes, pero no hubiéramos
llegado hasta el actual de no haber sido por los antecedentes que constituyeron su base.
[9] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Es por ello que resulta necesario hacer un breve repaso de los antecedentes.
Antecedentes
Tanto el Código Civil10 como el Código de Comercio11 –que regían con anterioridad al sancionado mediante
ley 26994, Código Civil y Comercial de la Nación– fueron elaborados por Dalmacio Vélez Sarsfield.
[10] Ley 340. Código Civil de Argentina. (1871). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://bit.ly/37UUrK0
[11] Ley 2637. Código de Comercio. (1890). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/3d3uCuN
Esta iniciativa se convierte en precepto constitucional: Constitución de 1853, art. 64 inc. 11 12, y en la
Constitución de 1860, art. 67 inc. 11 13, donde se confiere facultad al Congreso de la Nación para dictar los
Códigos fundamentales.
[12] Art. 64. Constitución Nacional. (1853). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/3d4J4Tw
[13] Art. 67. Constitución Nacional. (1860). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2ZzKIIQ
De tal modo, Urquiza nombra a Vélez Sarsfield, en setiembre de 1854, como miembro redactor de la sección
encargada de preparar el proyecto del Código Civil (Buteler Cáceres, 2000).
Reseña histórica
Vélez Sarsfield prepara, junto con Eduardo de Acevedo, el proyecto de Código de Comercio para la
provincia de Buenos Aires, que entra en vigencia en 1859 y que, por sanción del Congreso de la Nación de
1862, vino a convertirse en Código de Comercio de la República Argentina. Así, el primer Código de
derecho privado fue el Código de Comercio14.
[14] Ley 2637. Código de Comercio. (1890). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/3d3uCuN
Bartolomé Mitre, por decreto de fecha 20 de octubre de 1864, encomienda a Vélez la tarea de la preparación
de un proyecto de Código Civil, quien se consagra enteramente a dicha tarea, y finaliza la obra en 1869.
El Poder Ejecutivo remite el proyecto al Congreso de la Nación, el que resuelve sancionarlo “a libro
cerrado”, lo que fue un acierto, porque nunca se habría logrado la sanción del Código si este hubiera sido
sometido a una revisión integral por las dos Cámaras del Congreso.
La Ley 340 es la que disponía la sanción del proyecto y, en su artículo primero establecía que el Código
Civil entraría a regir como Ley de la República a partir del primero de enero de 1871 15. Este Código, con
varias modificaciones, rigió hasta la entrada en vigencia del Código Civil y Comercial sancionado por Ley
2699416 (Buteler Cáceres, 2000).
[15] Ley 340. Código Civil de Argentina. (1871). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://bit.ly/37UUrK0
[16] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El Código Civil y Comercial
La unificación legislativa. Contenido
Tal como se ha señalado anteriormente, la sanción del Código Civil y Comercial ha unificado el derecho
civil y el derecho comercial y renovado la legislación de derecho privado.
La renovación de la legislación de derecho privado era necesaria. El Código sancionado responde a criterios
generalmente aceptados por la doctrina y avalados muchas veces por la jurisprudencia ya imperante. La
adecuación del derecho civil y comercial al derecho supranacional de los derechos humanos y -por supuesto-
a la Constitución Nacional, como lo hace el Código nuevo es un avance indiscutible. (Rivera y Medina,
2014, p. 47)
Fuentes
Para la elaboración del Código Civil y Comercial 17 se han tenido en cuenta los antecedentes más
significativos del derecho comparado, la doctrina de los autores nacionales y extranjeros con mayor
prestigio académico, la opinión de los congresos de juristas y los criterios de la jurisprudencia.
[17] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
[18] Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación (2012). Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3d2ebPw
Todo ello fue enriquecido por numerosos trabajos críticos de la doctrina y decisiones jurisprudenciales que
también se tuvieron en consideración para la elaboración del Código Civil y Comercial.
Es importante destacar además que tras su sanción ha sufrido de reformas, tal como la acaecida en junio del
2020 al sancionarse una nueva ley de alquileres que modifica el Código Civil y Comercial de la Nación y
establece nuevas reglas para los contratos de locación.
Contenido
Para comprender un poco más sobre el contenido y el alcance de la unificación gestada en el nuevo Código,
te invito a leer una publicación del Dr. Lorenzetti, presidente de la comisión redactora del CCyC, donde
destaca los principales temas abordados y sus principales características y modificaciones. En esta
publicación el Dr. Lorenzetti hace una introducción sobre el CCyC para que el lector pueda comprender los
aspectos de técnica jurídica del nuevo Código.
Introducción al Código Civil y Comercial.pdf
La Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci en la entrevista sobre el Código Civil y Comercial que leímos
previamente destacaba la importancia de los principios del derecho privado que precisamente se hallaban
hasta en el Título Preliminar del Código. Cabe preguntarnos, ¿qué contiene el Título Preliminar?
El Título Preliminar contiene las reglas generales de todo el sistema para que los operadores jurídicos tengan
guías para decidir en un sistema de fuentes complejo y puedan, de esta manera, promover la seguridad
jurídica y la apertura del sistema a soluciones más justas.
El Título Preliminar distingue entre el derecho como sistema y la ley como fuente principal, pero no única.
En el primer capítulo, denominado “Derecho”, se fijan reglas claras para la toma de decisión. Así, en primer
lugar, se dispone que los casos deben ser resueltos conforme a un sistema de fuentes, y se destaca
primeramente que deben resolverse de acuerdo con la ley que resulte aplicable; de lo contrario, aparecerían
sentencias arbitrarias por no aplicar la ley o apartarse de ella sin declarar su inconstitucionalidad. También
se alude a la Constitución Nacional y aquellos tratados de los que el país forme parte, y se regula el valor de
los usos, prácticas y costumbres, los que refiere que son vinculantes cuando las leyes o los interesados se
refieren a ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios al derecho 19.
[19] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El art. 2° establece pautas de interpretación y señala que la ley debe ser interpretada de acuerdo con la letra
de la ley, sus fines, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los tratados sobre derechos humanos
y los principios y valores jurídicos, todo de modo coherente con el ordenamiento20.
[20] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Finalmente, el último artículo de este capítulo regula la obligación de los jueces de decidir razonablemente y
de manera fundada, expresión que “se ajusta a lo que surge de la doctrina de la arbitrariedad de sentencias.
Esta disposición se aplica extensivamente a todos los que deben decidir casos con obligación de
fundarlos”21.
[21] Fundamentos del Anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación (2012). Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3d2ebPw
El segundo capítulo, denominado “Ley”, que comprende del artículo 4 al 8 inclusive, estatuye en primer
lugar la obligatoriedad de la ley y su vigencia. Luego dispone el modo de contar los intervalos de derecho 22.
[22] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El artículo 7, por su parte, prevé que, a partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes23.
[23] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
En cuanto a los contratos en curso de ejecución, ellos deben ser juzgados por la vieja ley, salvo que se trate
de una relación de consumo y la nueva sea más favorable al consumidor, en cuyo caso se aplicará esta
última, pues el legislador la habrá sancionado de acuerdo con lo que le parezca más razonable según los
cambios sociales o las prácticas negociales.
Por último, se regula el principio de la “inexcusabilidad de derecho”, es decir, que no se puede alegar, como
excusa de cumplimiento, la ignorancia de las leyes, salvo los casos que determine el ordenamiento jurídico.
El capítulo tercero, “Ejercicio de los derechos”, tiene como destinatario principal a los ciudadanos. Las
cláusulas generales relativas a la buena fe, el abuso, el fraude, son principios generales en todo el derecho
privado, y es por ello que se incluyen en el Título Preliminar24.
[24] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Así, en este capítulo se instituye la regla de que los derechos deben ser ejercidos de acuerdo con el principio
de buena fe, y los límites en su ejercicio son el abuso del derecho, el orden público, el fraude a la ley y los
derechos de incidencia colectiva (esto será desarrollado en el punto 1.6, a cuya lectura remitimos).
Asimismo, se consagra la prohibición a la renuncia general de las leyes, la que es plenamente justificable
porque, de lo contrario, se afectaría la obligatoriedad de la ley.
Por último, el capítulo 4, “Derechos y bienes”, contiene una serie de pautas generales que regulan la relación
del sujeto y su patrimonio. Así, por un lado, se dispone que la persona es titular de los derechos individuales
sobre los bienes susceptibles de valor económico que integran su patrimonio, y, por otro, se reconocen los
siguientes derechos: a) derechos sobre el cuerpo humano y sus partes; y b) derechos de propiedad
comunitaria de los pueblos originarios25.
[25] Título Preliminar. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Método
El método de las normas o de los códigos representa el ordenamiento sistemático de las instituciones en el
cuerpo normativo, con el fin de brindar coherencia, organicidad y claridad. De hecho, la codificación es el
último peldaño de la evolución legislativa. Como operadores del derecho, debemos conocer el método del
CCyC26, ya que nos facilitará la tarea diaria al momento de tener que encuadrar las situaciones jurídicas que
se nos presenten en los diversos institutos que el Código regula.
[26] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Susana Martínez, de 73 años de edad, ha iniciado una demanda ante el Juzgado de Primera Instancia, a fin
de solicitar se declare a su esposo, Juan Pérez, ausente con presunción de fallecimiento. ¿Dónde se
encuentran las normas que regulan la ausencia con presunción de fallecimiento?
Para poder saberlo, tendremos que primero conocer el método de nuestro CCyC, y, así, dar respuesta al
interrogante.
Te invito, entonces, a tomar tu CCyC (en versión digital o en versión papel) y a que repasemos juntos el
método.
El Código Civil y Comercial contiene un Título Preliminar y luego una Parte General para todo el Código,
así como partes generales para las diversas instituciones que regula27.
[27] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El Título Preliminar incluye las definiciones sobre las fuentes del derecho y las reglas de interpretación y
establece pautas para el ejercicio de los derechos con cláusulas generales relativas a la buena fe, abuso del
derecho, fraude a la ley.
Luego, el Libro Primero es la Parte General para todo el Código, en el que se regulan los institutos de esta
asignatura, es decir lo atinente a persona, capacidad e incapacidad, derechos y actos personalísimos,
atributos de la persona, persona jurídica, bienes, derechos de incidencia colectiva, vivienda, hechos y actos
jurídicos, vicios de los actos jurídicos, ineficacia y nulidad.
El Libro Segundo reglamenta las relaciones de familia; el Libro Tercero, los derechos personales; el Cuarto,
los derechos reales; el Quinto, la transmisión de derechos por causa de muerte; y el Sexto está integrado por
disposiciones comunes a los derechos reales y personales.
Por otro lado, el Código no contiene notas, y se ha tratado de incluir solo aquellas definiciones que tienen
efecto normativo y no meramente didáctico, en consonancia con la opinión de Vélez Sarsfield, primer
codificador, expresada en la nota al artículo 495 del Código Civil.
¿Has podido resolver el interrogante? ¿Dónde se encuentra regulada la ausencia con presunción de
fallecimiento?
En el Libro Primero de la Parte general, Título 1, capítulo 7 donde se desarrolla la regulación jurídica del
instituto ausencia con presunción de fallecimiento, desde el art. 85 hasta el art. 92.
Micaela, de 13 años de edad, quiere viajar a Europa con sus amigas del club a un campeonato de hockey que
se realiza en Alemania en la ciudad de Mannheim. ¿Dónde se encuentran las normas que regulan la
capacidad?
Para responder el interrogante, una vez más vamos a tener que consultar el método del Código.
Si es así, ¡enhorabuena! Puede que no sea sencillo las primeras veces, y todo requiere de práctica. Esta es
una tarea que deberás realizar a diario cuando tengas un cliente en tu estudio jurídico. Siempre tendremos
que encuadrar el problema jurídico planteado y repasar la normativa para poder dar nuestro asesoramiento.
A continuación, te dejo algunos consejos para la utilización del Código 28, que te van a servir una vez
recibido de la carrera, a lo largo de tu vida profesional.
[28] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Tener a mano siempre el índice del Código Civil y Comercial de la Nación a los fines de ubicarse
rápidamente en los institutos del Código.
Señalizar la división del Código en libros a los fines de esquematizar la organización de sus artículos.
Ubicar los conceptos teóricos en los libros del Código Civil y Comercial de la Nación.
Apuntar y relacionar los fallos y conceptos desarrollados en la jurisprudencia que se vaya conociendo con la
ubicación en el Código en función de la interpretación que se hace de la normativa.
Pensar siempre en la relación y fuente de los institutos que se vayan aprendiendo del Código con la
normativa supralegal y convencional en función del proceso de convencionalización a la cual se adecuó el
derecho privado.
Dentro de todos los códigos que vas a encontrar a largo de tu carrera, el Código Civil y Comercial 29 es el que
probablemente más utilizarás, de hecho, lo consultarás a lo largo de toda tu carrera. Sin embargo, no será la
única ley o código con el que deberás trabajar, por lo que es de suma importancia conocer cómo buscar
legislación, como así también jurisprudencia.
[29] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Aprendamos juntos...
¿Cómo buscar legislación?
Pongamos por ejemplo a José, el estudiante de Abogacía que había alquilado un departamento en Córdoba.
Ha comenzado las clases y en su primer día de cursado le dicen que debe buscar la Ley 26743 de Identidad
de Género para resolver un caso práctico. ¿Cómo lo hará? La tarea es sencilla. Contamos con buscadores
gratuitos de sitios web oficiales que nos permiten acceder a dicha normativa.
Juan podrá buscar la Ley 26743 de Identidad de Género y otras leyes como también cualquier tipo de
normas: decretos, reglamentos, decretos leyes, etcétera. Se puede o bien buscar una norma con palabras
clave, o bien ingresando directamente el número de la norma.
Si, por ejemplo, haces clic en el ícono “Búsqueda simple”, podrás acceder a una pantalla desde donde se te
permitirá buscar la norma que necesites, según diferentes criterios de búsqueda, tal como se muestra en la
siguiente imagen:
Figura 3: Búsqueda de leyes en Argentina.gob.ar
Lo más importante es que deberás dirigirte entre todas las opciones posibles a la de "Texto actualizado de la
norma", ya que allí se encuentra lo vigente.
Al abrir la norma, encontrarás el índice del CCCN, lo cual te permitirá ubicarte rápidamente en los distintos
libros en que se divide la norma, con sus respectivos títulos y artículos.
Tal como aparece en la pantalla, puede verse en la misma página la metodología principal de este Código, el
cual comienza con su Título Preliminar, luego están sus diferentes materias divididas en los diferentes libros
que, a grandes rasgos, vemos que se subdividen en títulos y capítulos.
También tenemos otros sitios web, que usarás a diario, como los siguientes:
Infoleg
Link: http://www.infoleg.gob.ar/
Infoleg es una base de datos que recopila leyes nacionales y actos administrativos de alcance general del
Poder Ejecutivo nacional, y donde se pueden realizar diferentes tipos de búsqueda según los criterios que se
muestran en la siguiente imagen.
Figura 5: Infoleg
La jurisprudencia, como sabemos, representa la labor de los jueces en el dictado de su sentencia. Es aquí
donde estos sientan doctrina al momento de decidir los casos concretos que se les presentan, y, además,
interpretan o aplican normas. Asimismo, la falta de la jurisprudencia fija criterios y decide según la sana
crítica racional.
Entonces, si a Juan el profesor le solicita que busque jurisprudencia sobre cambio de nombre de las
personas, ¿cómo lo hará?
Existen bases de datos donde se publica jurisprudencia. Este es el caso del Centro de Información Judicial,
Infojus, entre otras.
Link: http://www.cij.gov.ar
El Centro de Información Judicial (CIJ) es la principal agencia de noticias del Poder Judicial de la Nación.
En su página web se publican noticias de actualidad del ámbito jurídico-legal nacional, así como también
decisiones judiciales de trascendencia. Además, el CIJ cuenta con dos bases de consulta de jurisprudencia,
ambas de carácter público y gratuito.
En la pestaña principal de inicio, podrás visualizar, como se muestra en la imagen, los criterios, ya sea para
buscar sentencias, acordadas de la Corte Suprema, resoluciones de la Corte Suprema, entre otras opciones.
Figura 6: Página web del Centro de Información Judicial
Link: http://www.infojus.gov.ar
Esta página web funciona en el marco del Sistema Argentino de Información Jurídica, perteneciente al
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Presidencia de la Nación.
Además de legislación y doctrina, posee una base de consulta de jurisprudencia de carácter totalmente
público y gratuito. Asimismo, Infojus brinda información acerca de noticias jurídicas destacadas y permite
suscribirse a un boletín de novedades.
La base de consulta de sentencias de Infojus exige necesariamente elegir una opción de varias que se
presentan en la pestaña “Jurisprudencia” de su portada, de acuerdo con una clasificación de los órganos de
los cuales emanan las resoluciones, o bien según la materia.
Figura 8: Página web de Infojus
Link: http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/index.jsp
Esta página de consulta de jurisprudencia cuenta con una base de datos pública y gratuita, en la cual se
pueden consultar únicamente sumarios de diversas cámaras nacionales y federales de apelaciones.
Figura 9: Página web del Poder Judicial de la Nación
Link: https://sj.csjn.gov.ar/sj/
La página oficial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación cuenta con una sección específica destinada a
la búsqueda de jurisprudencia, en la que únicamente se publican decisiones emanadas de este Tribunal.
Esta herramienta, de acceso público y gratuito, cuenta con opciones múltiples disponibles al momento de
iniciar una búsqueda.
Probablemente, este sea el buscador que más uses a lo largo de tu carrera como estudiante, por lo que
detallaremos a continuación cómo realizar una búsqueda.
Veamos un ejemplo de búsqueda de sumarios. Si, por ejemplo, utilizas un criterio amplio en el campo
“Texto” e indica “Amparo”, el buscador te llevará a un listado de todos los fallos que contengan referencias
a amparos. Por supuesto, puedes refinar la búsqueda colocando más datos en los restantes criterios de
búsqueda.
Figura 12: Página web de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Búsqueda de sumarios
Link: http://www.laleyonline.com.ar
El Ministerio Público de la Defensa dispone del servicio de búsqueda de jurisprudencia de La Ley Online, al
cual, por el momento, se accede a través de un usuario y una contraseña.
Este sitio web cuenta con una opción de “Búsqueda Temática” y otra de “Navegación”. Dentro de la opción
de “Búsqueda Temática” pueden adicionarse hasta tres variables, que es el número máximo. Por otra parte,
también es posible ingresar una cita o cualquier texto para poder guiar la búsqueda.
Figura 15: Página web La Ley Online
El objetivo general de estos boletines es brindar información sobre determinados núcleos temáticos en los
que se ha pronunciado la Corte, con el propósito de ilustrar acerca de la doctrina elaborada. A tal fin, en
cada uno de ellos se ha efectuado una selección de fallos, de los cuales se extraen algunas de las cuestiones
jurídico-constitucionales más relevantes sometidas a debate, y se señalan en torno a estas los principales
estándares enunciados por el Tribunal. Además de las sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación referidas al tema, los boletines incorporan extractos de legislación referidos al tema.
Lectura II
La relación jurídica privada
En este módulo te invito a recorrer el concepto de la relación jurídica privada analizando cada uno de sus
extremos, sus elementos esenciales y las vinculaciones que surgen al abordar una de las ramas del derecho
privado y su contenido. Además, nos enfocaremos en la regulación de los derechos subjetivos. Si bien la
naturaleza jurídica de los derechos subjetivos ha dado lugar al nacimiento de diversas teorías, cualquiera sea
la teoría que se adopte, existen límites al disfrute del derecho que surgen de su propia regulación jurídica. Se
analizará la estructura de los derechos subjetivos, sus límites, la tutela de los mismos y los medios de
defensa. Nos focalizaremos en los institutos jurídicos: abuso del derecho, orden público, fraude a la ley y los
derechos de incidencia colectiva.
La relación jurídica privada
LECCIÓN 1 de 5
Noción y elementos
Antes de responder este interrogante, te propongo leer el siguiente fragmento de un boleto de compraventa
de inmueble (es decir, un contrato donde una persona le transfiere el derecho de dominio sobre inmueble, en
este caso un departamento, a otra persona). Ello es a los fines de que puedan analizar si, en este caso,
estamos frente a una relación jurídica privada o no.
Fragmento del contrato
En la ciudad de Córdoba de la Provincia de Córdoba de la República Argentina, a los 18 días del mes de
mayo, comparecen las siguientes partes:
En calidad de vendedor/a: el Sr. Domingo Machado domiciliado en la calle Colón N.° 775, Piso 4 Depto. C,
de la localidad de Córdoba quien acredita identidad con el DNI N.º xxxxxxxxx, en adelante denominado
el/la VENDEDOR.
En calidad de comprador/a: la Sra. Alejandra Gómez del Carrillo domiciliada en la calle San Martín N.° 123,
Piso 3 Depto. F, de la localidad de Córdoba, quien acredita identidad con DNI N.º xxxxxxx, en adelante
denominado el/la COMPRADORA.
Convienen en suscribir el presente boleto de compraventa sujeto a las siguientes cláusulas y condiciones:
PRIMERA: el/la VENDEDOR vende a la COMPRADORA quien compra de conformidad el inmueble sito
en la calle Martínez Paz, N.° 170 , Piso 1, Depto. F, de la Ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, con
Nomenclatura Catastral: Circunscripción: xxx, Sección: xxx, Manzana: xxx, Parcela: xxx, Subparcela xxx,
todo ello conforme a su respectivo título de propiedad extendido por Escritura Pública N.º xxx, con fecha
xxxx, autorizada por el Escribano Público Juan Quiroga, titular del Registro N.º 4, la que pasó al Folio xxx
de dicho Registro e inscripta en el Registro de la Propiedad Inmueble en la Matrícula N.º xxx con fecha xxx
(en adelante, el INMUEBLE), en el estado en que se encuentra y que el/la COMPRADOR/A denuncia
conocer desde antes. ———
SEGUNDA: la presente operación se realiza por el precio total y convenido de Pesos Cinco millones ($ 5
000 000), pagaderos de la siguiente forma: Pesos 4 000 000 ($ 4 000 000) la COMPRADORA los entrega en
este acto al/la VENDEDOR, en dinero en efectivo, a cuenta de precio y como principio de ejecución de
contrato, quien le otorga, por medio del presente, el más suficiente recibo y carta de pago en forma por la
suma recibida. El saldo de Pesos 1 000 000 ($ 1 000 000) será abonado de la siguiente forma: en un pago a
los 30 días de la firma del presente boleto de compraventa.
TERCERA: la presente venta se realiza en base a títulos perfectos del INMUEBLE, libre de todo gravamen
y/o inhibición y con todos sus impuestos, tasas y contribuciones y demás cargas totalmente pagas al día de la
fecha, libre de ocupantes y/o intrusos y sin oposición de terceros.
*El fragmento del contrato contiene datos ficticios y contiene más cláusulas que no se insertaron en esta
actividad, ya que lo importante es que usted piense en cada uno de los elementos que han integrado este
acuerdo de voluntad de las partes firmantes del contrato, a los fines de que pueda verificar si se trata o no, de
una relación jurídica privada.
Para ello, primero debemos responder este interrogante: ¿cuándo existe una relación jurídica privada?
Rivera y Crovi (2016) definen la relación jurídica privada como “la situación en la que se encuentran varias
personas vinculadas entre sí respecto a determinado bien o interés, estable y orgánicamente regulada por el
Derecho, como cauce para la realización de una función social merecedora de tutela jurídica” (p. 169).
Ahora bien, no toda relación entre personas, aun cuando pueda producir efectos jurídicos, es relación
jurídica. Así, la amistad, pese a que puede producir ciertos efectos jurídicos, como la obligación de los
jueces de excusarse cuando tienen amistad íntima con alguna de las partes litigantes, no es relación jurídica.
En una palabra, es el vínculo entre dos o más personas que, tendiente a la satisfacción de intereses dignos de
tutela jurídica, es disciplinado y orgánicamente regulado por el ordenamiento jurídico.
Analicemos juntos cada uno de los elementos tomando como base el fragmento del boleto de compraventa.
Como la relación jurídica, por lo general, es compleja, se encuentra formada por un conjunto de relaciones
específicas que están relacionadas entre sí. El contrato de compraventa, por ejemplo, en este caso de la firma
del boleto de compraventa entre el Sr. Domingo Machado y la Sra. Alejandra Gómez del Carrillo, donde se
tiene como fin transmitir un departamento, se genera una relación entre dos partes: por un lado, del vendedor
y por otro lado el comprador. En esta relación surgen un conjunto de derechos y obligaciones recíprocas,
interdependientes entre sí: el comprador tiene, entre otros, el derecho a que le sea transferida la cosa
vendida, a que el vendedor le garantice la posesión si un tercero reclama derecho preexistente sobre ella, a
que la cosa sirva para su uso convenido o natural; el vendedor, por su parte, tiene el derecho principal a
recibir el precio y otros derechos conexos. Por otra parte, los derechos y deberes del comprador y del
vendedor están internamente conexos entre sí, de modo que se influencian recíprocamente; así si el
comprador no paga el precio, el vendedor puede suspender la tradición de la cosa (art. 1552 del Código
Civil1) o pedir la resolución del contrato con indemnización de perjuicios (art. 1489 2 y 1826 II). Es decir,
que de esta relación jurídica surgen múltiples efectos jurídicos.
[1] Art. 1552, Ley 340. Código Civil. (1869). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2AEkNVP
[2] Art. 1489, Ley 340. Código Civil. (1869). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2AEkNVP
Ahora, analicemos cada uno de los elementos de esta relación jurídica.
Sujetos
–
Son los titulares de las prerrogativas y deberes jurídicos que la conforman. Estos sujetos asumen los roles de
sujeto activo y de sujeto pasivo.
Tal como explican Rivera y Crovi: “Las relaciones se establecen entre personas y exclusivamente entre
ellas. Esto significa que normalmente se encuentra un sujeto activo titular del poder (derecho subjetivo) y un
sujeto pasivo, titular del deber jurídico correlativo a él” (2016, p. 170).
El sujeto activo es, entonces, la persona a quien el ordenamiento jurídico atribuye el poder. Si, por ejemplo,
Juan le debe a Pedro la suma de $ 5 000, también estamos frente a una situación jurídica privada, donde el
acreedor es el sujeto activo de la obligación, y tiene el poder o facultad para obtener el pago de su crédito,
incluso forzadamente. El sujeto pasivo será entonces, la persona sobre la cual recae el deber. Así, por
ejemplo, el deudor es el sujeto pasivo de la obligación, encontrándose en la necesidad de satisfacer una
deuda.
Retomando el caso de la firma del boleto de compraventa del inmueble, podemos afirmar que los sujetos son
quienes se encuentran como partes firmantes del contrato. La Sra. Alejandra Gómez del Carrillo en la
posición jurídica de comprador y el Sr. Domingo Machado como vendedor, donde uno de ellos debe abonar
el precio en dinero por la cosa que adquiere de la otra, es decir, por la entrega del inmueble.
Objeto: Es aquello sobre lo que recae cada uno de los derechos. En el supuesto planteado, el objeto sería el
inmueble que se quiere transferir, es decir, el departamento situado en la calle Martínez Paz, N.° 170, piso 1, dpto. F,
de la ciudad de Córdoba. Pero es importante destacar que el objeto pueden ser bienes, como en este caso, o
intereses.
Al respecto, Rivera y Crovi resaltan que:
El objeto de las relaciones jurídicas son los bienes y los intereses. Ellos se resumen a conductas humanas,
cuando el objeto de la prestación es una prestación de servicios, ejemplo de ello son las relaciones laborales.
De otro lado, el objeto de los derechos pueden ser bienes susceptibles de valor económico; los bienes
materiales son cosas (art. 16 del CCyC).
Se comprenden las energías y fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del hombre
(art. 16 CCyC) (2016, p. 171).
Causa
La causa es la fuente de la que ella emana. Son los hechos o actos jurídicos que le dan origen. Son, por lo tanto, los
hechos y actos jurídicos que producen como efecto el nacimiento de la relación jurídica. Es el hecho o acto que hace
nacer a la relación jurídica, o que por el contrario la modifica o la extingue. También se la denomina “causa eficiente
o causa fin”, de la relación jurídica.
Así, por ejemplo, el contrato de compraventa da nacimiento a una relación jurídica entre comprador y
vendedor. Como lo es, en este caso, la firma del boleto de compraventa entre el Sr. Machado y la Sra.
Gómez del Carrillo.
Los autores brindan otro ejemplo de relación jurídica privada. Un sujeto ingresó a la vivienda de otro sujeto,
con el fin de robar. Sería la relación jurídica que nace fruto de un hecho ilícito, donde existe el autor del
hecho y la víctima, en virtud de la cual la víctima tiene el derecho a obtener de aquel la indemnización del
daño que ha sufrido. La relación tuvo como causa el hecho voluntario ilícito (Rivera y Crovi, 2016).
Hemos señalado precedentemente que el derecho en sentido objetivo, es el conjunto de normas jurídicas
sancionadas por el estado y vigentes en un determinado momento, tendientes a instaurar un orden social
justo.
Ahora bien, el fenómeno jurídico también puede ser aprehendido desde una esfera subjetiva. Así, se nos
presenta como un conjunto de facultades o prerrogativas otorgadas por el derecho objetivo a los individuos –
derechos subjetivos– frente a los que aparecen, también en la esfera subjetiva del derecho, los deberes
jurídicos.
Los derechos subjetivos son los contenidos de las relaciones jurídicas. Es de vital importancia su
conocimiento a fin de poder aplicar su régimen regulatorio, sus acciones, la manera de hacer efectivo su
cumplimiento, los procesos y los medios de defensa de quien ejerce la titularidad del derecho.
Para definirlos, existieron distintas teorías: teorías que los afirman y teorías negatorias.
Los derechos subjetivos se ejercen frente a un sujeto titular del deber. Este puede cumplir voluntariamente
con su deber o no; en este caso el titular del derecho subjetivo debe ejercerlo a través de una acción que
persigue el reconocimiento y efectivización de tal derecho en una sentencia judicial (p. 189).
Elementos y clasificación
Para poder identificar los elementos que componen el derecho subjetivo, te presento el siguiente caso.
Pedro tiene la facultad, como acreedor de Agustín, de exigir de este, su deudor, el cumplimiento de la
prestación debida (pago de la suma de $ 5 000), toda vez que Agustín haya recibido en tiempo y forma lo
comprometido por Pedro (insumos para su computadora).
El análisis de la estructura del derecho subjetivo, permite descubrir que poseen los tres elementos descriptos
a continuación.
SUJETO
Un sujeto al que pertenece, que resulta ser titular.
El sujeto del derecho es quien resulta investido de la potestad que este encierra; no siempre coincide con el
portador del interés (por ejemplo, los representantes de los incapaces de obrar, son quienes ejercen los
derechos subjetivos que a aquellos corresponden).
Como se puede apreciar en el caso planteado, podemos identificar el sujeto, que es quien detenta el poder de
exigir (Pedro), el objeto sobre el que recae y el contenido que hace referencia las facultades que tiene Pedro
para exigir la conducta debida, en este caso, el pago del dinero adeudado.
En esta materia se estudiará cada uno de estos elementos, ya que constituyen los pilares de base para agrupar
sistemáticamente todo lo que comprende el contenido de la parte general de derecho privado.
Clasificación
Ahora bien, si retomamos el caso de la firma del boleto de compraventa del departamento entre la Sra.
Alejandra Gómez del Carrillo como parte compradora y el Sr. Domingo Machado, como vendedor, podemos
apreciar que de esa relación jurídica surgen derechos subjetivos patrimoniales, que surgen de la transmisión
de un inmueble hacia la otra parte de la relación jurídica, dando como nacimiento el derecho real de dominio
en manos del comprador, en este caso la Sra. Alejandra Gómez del Carrillo, que se constituye como nueva
propietaria del departamento una vez realizada la venta conforme a los requisitos establecidos por ley.
Rogelio López, con la intención de renovar su jardín, contrata a Juan Delgado, un arquitecto especialista en
paisajismo, y convienen como precio de la obra la suma de pesos veinte mil. ¿Qué derecho se encuentra
involucrado en este caso imaginario?
Para responder este interrogante, primero tendremos que hacer un breve repaso sobre la clasificación de los
derechos subjetivos.
Los derechos subjetivos se clasifican en diferentes categorías. Se encuentran primero dos grandes grupos:
los derechos subjetivos patrimoniales y los extrapatrimoniales.
a) los denominados iura in persona ipsa o derechos sobre la propia persona, que son los derechos humanos,
también denominados personalísimos, que se consideran innatos;
b) los denominados iura in persona aliena o derechos sobre la persona ajena, que son los denominados
derechos potestativos y que importan las relaciones de familia (responsabilidad parental, tutela o curatela).
2
2 Entre los derechos subjetivos patrimoniales o que importan al patrimonio, se encuentran:
a) los derechos personales o derechos creditorios u obligaciones, que implican la facultad de un sujeto
acreedor de exigir de otro deudor, el cumplimiento de una conducta o prestación debida;
b) los derechos reales que importan la relación de las personas con las cosas;
c) los derechos intelectuales que importan la protección del ingenio humano; entre estos se encuentran los
derechos de autor, las marcas y las patentes.
Ahora bien, retomando el caso de Rogelio López, estamos en condiciones de afirmar que se trata de un
derecho subjetivos patrimonial que da nacimiento a un derecho personal, ya que los derechos personales,
derechos creditorios u obligaciones, implican la facultad de un sujeto acreedor, de exigir de otro, deudor, el
cumplimiento de una conducta o prestación debida.
Ejercer un derecho entonces, es hacer uso del mismo. El ejercicio del derecho es, por lo tanto, la actuación
de su contenido. Comprende, en sentido amplio, tanto los actos de uso y disfrute del objeto del derecho,
como la utilización de acciones y otros medios de defensa que pertenecen al titular para la protección de su
derecho.
Se entiende entonces por ejercicio del derecho subjetivo, a la realización del acto o actividades para los que
facultan o autoriza el poder concedido a su titular por el ordenamiento jurídico.
Cuando se ejecutan en todo o en parte, todos o algunos de los actos para los que está facultado el titular del
derecho subjetivo. Debe servir para satisfacer los intereses del titular mediante el poder de actuación que la
titularidad le confiere.
En primer lugar, directa o personalmente, el titular lo ejercita. Pero se puede ejercitar a través de otra
persona que actúa en nombre y por cuenta del titular del derecho subjetivo.
Quien realmente ejercita los derechos subjetivos es el titular. Sobre él recaen los efectos jurídicos.
El acto del ejercicio del derecho subjetivo por medio del cual su titular se dirige contra otra persona, se
llama pretensión. La pretensión puede ser satisfecha cuando el titular del derecho reclama del sujeto pasivo
que este dé satisfacción a su interés (por ejemplo, el acreedor reclama del deudor el pago de la deuda; el
propietario reclama, frente a quien posee indebidamente, la restitución de la cosa). Las pretensiones pueden
dar lugar a un ejercicio judicial de los derechos o realizarse privadamente. El ejercicio de un derecho
subjetivo en ocasiones puede determinar la consumación del derecho que una vez realizado se extingue. Por
ejemplo, el derecho de crédito queda consumido y extinguido una vez que el acreedor cobra aquello que se
le debe. En otras ocasiones, en cambio, el acto de ejercicio, en lugar de agotar y consumir el derecho, lo
consolida y prorroga. Por ejemplo, el goce de la propiedad determina la continuación del derecho y excluye
la prescripción del mismo.
Como afirmamos previamente, la ley concede derechos subjetivos, pero los otorga teniendo un fin
determinado, útil y justo; por lo que las personas que lo ejecutasen desviándose de ese fin, ya no estarán
haciendo ejercicio o uso de ese derecho, sino abuso. Es por ello que los derechos subjetivos son relativos y
limitados.
Ahora bien, este ejercicio tiene límites. Uno de ellos es el “principio de buena fe”.
Principio de buena fe
Rivera y Crovi (2016) explican que, si una persona debe obrar de buena fe, ello implica que debe
comportarse como lo hace la gente que es honesta y con lealtad. Además, explican que el principio de buena
fe se posiciona como un principio general del derecho que se proyecta en la totalidad de ordenamiento
jurídico.
El art. 9 del Código Civil y Comercial dispone: “Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
buena fe”4. Lo que implica, según Rivera y Medina, con “recíproca lealtad de las partes en el curso de las
relaciones contraídas, la que debe apreciarse objetivamente, aplicando a cada situación el criterio de lo que
hubieran hecho dos personas honorables y razonables” (2014, p. 83).
[4] Art. 9, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
La Comisión redactora del nuevo Código 5, concluye que bajo el principio de “buena fe” se asume tanto “la
exigencia de un comportamiento leal” (buena fe objetiva), como también la denominada “buena fe creencia”
(buena fe subjetiva), que incluye la apariencia (Lorenzetti, Highton y Kemelmajer, 2015).
[5] Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
La doctrina de los actos propios
Juan vive en un edificio desde hace 2 años. El consorcio de propietarios lo ha demandado y le solicita la
demolición de la obra de cerramiento que ha realizado en su terraza descubierta.
Juan alega que el consorcio de propietarios le ha permitido previamente a otros vecinos realizar el
cerramiento de sus terrazas, por lo que considera que en su caso el demandarlo sería un caso de
discriminación, ya que esta conducta se ha permitido a otros vecinos. De modo tal, que Juan considera que
el consorcio está actuando en contra de sus propios actos. El solo hecho de que el consorcio le haya
permitido esa misma conducta a otros vecinos, a Juan le ha dado a entender que dicha conducta se encuentra
permitida. Este es un claro ejemplo de aplicación de la teoría de los actos propios donde se vulnera el
principio de buena fe, donde existe una contradicción entre una conducta anterior y una actual.
Esta doctrina se encuentra receptada en nuestro CCyC en el art. 1067 que reza: “La interpretación debe
proteger la confianza y la lealtad que las partes se deben recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción
con una conducta jurídicamente relevante, previa y propia del mismo sujeto”6.
[6] Art. 1067, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
Rivera y Crovi (2016), respecto de la doctrina de los actos propios expresan que:
La buena fe exige congruencia consigo misma. De modo tal que puede entenderse que, bajo ciertas
circunstancias, obra prescindiendo de la buena fe, quien obra sobre una conducta anterior que ha creado en
la otra parte de una relación jurídica, una expectativa seria de comportamiento jurídico (p. 194).
Para que la conducta anterior pueda considerarse contradictoria con la actual, ella debe pertenecer al mismo
sujeto y ser jurídicamente relevante; esto es, no viciada, vinculada con la misma relación jurídica de la que
se trate y a algún aspecto importante de ella, no a una cuestión accesoria.
Cabe aclarar que esta doctrina fue aplicada en muchos casos jurisprudenciales antes de la vigencia del
CCyC7.
[7] Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
Para poder profundizar lo anteriormente expuesto, te invito a leer el siguiente paper el cual te permite
profundizar en la teoría de los “actos propios” como una limitación al ejercicio de los derechos subjetivos,
impuesta por el deber de un comportamiento coherente con la conducta anterior del sujeto que suscita en
otro una fundada confianza.
Andrea, como es noctámbula y tiene serios problemas para conciliar el sueño, por las noches escucha
música heavy metal a todo volumen hasta quedarse dormida. Juan está convencido que en realidad Andrea
tiene esa conducta debido a que ellos se encuentran enemistados desde hace tiempo. Andrea, además,
conoce que Juan trabaja como paramédico y que se levanta muy temprano para ir a trabajar.
Si bien Andrea tiene derecho a, dentro de su departamento, elegir qué desea hacer con su vida, lo que no
puede hacer es ejercer actividades que afecten a los demás vecinos del edificio, ya que el derecho de Andrea,
termina donde empieza el derecho del otro individuo. Este sería un ejemplo muy común de abuso de
derecho.
Los derechos son relativos, en un sentido general, ya que no hay posibilidad de ejercerlos de un modo
absoluto a costa de cualquier otro interés. Los derechos son relativos, en un sentido estricto, cuando el límite
que tienen está dado por otros derechos invocados por otros sujetos. De tal modo, es un supuesto de colisión
de derechos, y el límite es externo: la mayor o menor extensión de un derecho está en relación directa con lo
que se conceda al otro o con lo que el titular del otro derecho esté dispuesto a conceder. La descalificación
del ejercicio de un derecho es también un límite, pero en este caso proviene del derecho mismo: el derecho
debe ser ejercido de un modo regular, conforme a la buena fe, las buenas costumbres, los fines de la ley; es
decir, que el derecho en su nacimiento contiene un perímetro que el ejercicio posterior no puede transgredir
(p. 60).
Ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que el ejercicio de todo derecho debe tener lugar dentro
de los límites impuestos por la buena fe, traspasados los cuales aquel deviene abusivo y no resulta amparado
por la justicia8.
[8] CSJN. Estado Nacional Argentino, Sec. de Estado de Justicia; S.A. Las Palmas del Chaco Austral.
(1986).
La teoría del abuso del derecho nació con el objeto de mitigar la concepción individualista del derecho. Esta
teoría entraña la admisión aristotélica de que “las cosas se especifican por su fin”, es decir, que cabe
resguardar en su ejercicio el sentido, ratio legis o finalidad que lo caracteriza.
Lo que se protege es el ejercicio regular del derecho, lo que supone que, cuando el legislador nos confiere
una prerrogativa, no es para que hagamos de ella cualquier uso, sino aquel que ha tenido en vista un objetivo
determinado (Rivera y Medina, 2014).
Para comprender el instituto abuso del derecho, les invito a leer la siguiente explicación sobre un fallo
emitido por los tribunales de Francia. Al final del fragmento encontrarán el enlace para acceder al artículo
completo.
Fuente: León, P. (1931). La Teoría del Abuso del Derecho en la Doctrina Nacional [pdf]. Recuperado de
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/REUNC/article/download/6437/7518/
[9] SCBA. Fernández, Luis Roberto c/Reyes Terrabusi, Carlos Anibal y otras. (2011). Recuperado de
https://bit.ly/2A9v4Jr
En este fallo, el señor Luis Roberto Fernández entabla una demanda contra Carlos Aníbal Reyes Terrabusi y
High Door S.A. por los daños y perjuicios “causados a raíz de la construcción de una torre de 36 metros de
altura en el establecimiento de campo “La Picaza”, que habría impedido la utilización del aeródromo
privado explotado hasta entonces por el Sr. Fernández”10.
[10] SCBA. Fernández, Luis Roberto c/Reyes Terrabusi, Carlos Anibal y otras. (2011). Recuperado de
https://bit.ly/2A9v4Jr
El principio que veda el abuso del derecho se aplica a todo el ámbito de las relaciones jurídicas entre
particulares y, de ahí, su tratamiento en el “Título Preliminar” del CCyC 11. Es por ello que el nuevo artículo
1012 del CCyC se ocupa de regular este instituto como uno de los principios generales del derecho civil y
comercial.
[11] Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
[12] Art. 10, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no
puede constituir como ilícito ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que contraría los fines del
ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas
costumbres13.
[13] Art. 10, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
El abuso del derecho, entonces, es el ejercicio de un derecho propio, ejercido de modo injusto, inequitativo o
irrazonable, con afectación de los derechos de otros.
b) excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
Estos supuestos, que aluden a conceptos que deben ser objeto de interpretación en cada caso concreto, y
deben ser valorados en forma dinámica, pues la determinación de lo que es o no abusivo queda a criterio del
juez en el caso concreto, y de hecho la norma lo faculta para disponer de las medidas necesarias a fin de
evitar los efectos del acto abusivo y, en su caso, la reposición al estado anterior de las cosas y la posibilidad
de fijar una indemnización.
la conducta del titular de un derecho subjetivo permitida por una expresa disposición legal;
el perjuicio a un tercero sin provecho o utilidad alguna para el titular;
la conducta en contradicción con los fines de la norma o con las reglas de la buena fe, la moral o las buenas
costumbres.
Rivera y Crovi (2016) indican que: “puede invocarse a pedido de parte, por vía de acción con la finalidad de
obtener la nulidad del acto, o por vía de excepción, es decir, como defensa frente al ejercicio irregular que se
pretende por vía de acción” (p. 203).
Los autores, además, plantean la posibilidad de su aplicación de oficio (Rivera y Crovi, 2016).
Abuso de posición dominante
Las normas que analizamos previamente sobre ejercicio abusivo del derecho, se aplican también a los casos
de abuso de posición dominante en el mercado. De hecho, el art. 11 del CCyC reza: “Lo dispuesto en los
artículos 9 y 10 se aplica cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin perjuicio de las
disposiciones específicas contempladas en leyes especiales”14.
[14] Art. 11, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
Esta incorporación del Código15 hace remisión a leyes especiales en la materia, como el artículo 1 y ss. de la
Ley N.° 25.15616 (Defensa de la Competencia), la cual prevé sanciones para quienes constituyan abuso de
una posición dominante en un mercado, de modo que pueda resultar en un perjuicio para el interés
económico general.
[15] Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
[16] Ley 25.156. Defensa de la Competencia. (1999). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2XzTmo2
Para comprender el alcance de este instituto que se deriva del anterior, los invito a leer esta nota periodística
relativa a una situación de abuso de posición dominante en el cual se ejemplifica una situación de posición
dominante de una empresa. El fallo condenatorio fue adoptado por la jueza en lo Comercial de primera
instancia, Susana Polotto. El fallo condena la posición monopólica de YPF y la obliga a pagar una suma que
superaría los 50 millones de pesos, como consecuencia del "abuso de su posición dominante y de otros
comportamientos anticompetitivos".
¿Pero en qué consiste el abuso de posición dominante? ¿Incurrió entonces YPF en abuso de posición
dominante en el mercado?
La posición dominante es la que ejerce una empresa cuando tiene la posibilidad independiente, que la pone
en condiciones de actuar sin tener en cuenta los competidores, los compradores o los proveedores; existe
abuso de esa posición cuando la empresa pretende, falsea la competencia o lleva perjuicio a los usuarios y
proveedores (p. 204).
Está claro que esta situación se da en el marco de una situación de monopolio u oligopolio en la provisión de
un determinado bien y servicio, generando una situación de vulnerabilidad en quien lo recibe.
En el caso de YPF planteado previamente, el tribunal dicta su sentencia argumentado que las prácticas de
YPF tenían la finalidad de perjudicar a todos los usuarios de garrafas permitiéndole a la empresa dominar el
mercado mediante esa política de precios.
Orden público. Fraude a la ley
Las convenciones particulares no pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el
orden público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un resultado sustancialmente
análogo al prohibido por una norma imperativa, se considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto
debe someterse a la norma imperativa que se trata de eludir17.
[17] Art. 12, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
En relación con el “orden público” como límite de la autonomía de la voluntad privada, si bien se trata de un
concepto difícil de precisar por su generalidad y mutabilidad (por hallarse ligado a las ideas que predominan
en una sociedad y que, por tanto, son variables), se concluye que existen dos tipos o categorías de leyes: las
que pueden ser dejadas sin efecto por las partes –llamadas supletorias, interpretativas o permisivas– y las
que no.
A estas últimas, el Código las denomina de orden público y son precisamente las imperativas, puesto que lo
que las caracteriza y configura es la circunstancia de que las partes no pueden dejarlas sin efecto 18. Así, la
ley de orden público prevalece sobre la voluntad individual contraria, por lo que los interesados no pueden
eliminar u obstaculizar los efectos de una disposición de tal carácter.
[18] Art. 12, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
En otro orden de ideas, en cuanto al alcance del segundo párrafo, es decir, del fraude a la ley, lo que el
legislador busca es que prime la verdad real sobre la formal, la buena fe sobre la maniobra fraudulenta 19.
Así, el acto fraudulento “debe someterse” a la norma imperativa que se trata de eludir (Rivera y Medina,
2014).
[19] Art. 12, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
El art. 1220 contiene dos conceptos que se encuentran relacionados entre sí. En el primer párrafo, determina
los límites de la autonomía individual, identificados con el concepto de orden público. En el segundo,
determina la noción de acto otorgado en fraude a la ley y sus efectos.
[20] Art. 12, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
El orden público es un concepto dinámico y variable, que muta con los cambios que acaecen en la sociedad,
cuyo alcance debe ser precisado por el intérprete.
En cuanto al fraude a la ley, se trata de un supuesto donde se contempla un acto determinado que ha sido
realizado bajo la órbita de una norma, pero destinado a burlar una prohibición que ha sido establecida por
otra norma con carácter imperativo. Es por ello que el fraude a la ley implica el despliegue de actos
aisladamente válidos pero nulos, en tanto tienen como finalidad la de eludir una prohibición de orden
público. Este acto es ineficaz, porque se vio privado de los efectos pretendidos por las partes en razón de
tener la intención de violar una ley imperativa, desplazando al acto fraudulento.
Para profundizar estos institutos, te invito a leer el artículo: “El fraude y el orden público. Un análisis del art.
12 del Código Civil y Comercial” por Fernando Shina, donde se desarrollan las principales características y
regulación de estos institutos.
Fernando-Shina-Consumidor.pdf
Fuente: Shina, F. (2017). El fraude y el orden público. Un análisis del art. 12 del Código Civil y Comercial.
En Diario Consumidores y Usuarios nro. 121. Recuperado
de https://dpicuantico.com/sitio/wp-content/uploads/2017/06/Fernando-Shina-Consumidor-13.06.pdf
Derechos de incidencia colectiva
Te invito a leer lo dispuesto en un fallo de la CSJN. ¿Cómo se relaciona la tutela del medio ambiente con los
derechos de incidencia colectiva?
Según la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su fallo de fecha 20/6/2006, “Mendoza, Beatriz y otros
c/ Estado Nacional y otros”, LL 2006-D-86:
La segunda pretensión de los actores tiene por objeto la defensa del bien configurado por “el ambiente”. En
este supuesto, los actores reclaman como legitimados extraordinarios (Constitución Nacional, arts. 41, 43, y
30 de la ley 25.675) para la tutela de un bien colectivo, el que por su naturaleza jurídica, es de uso común,
indivisible y está tutelado de una manera no disponible por las partes, ya que primero corresponde la
prevención, luego la recomposición y, en ausencia de toda posibilidad, se dará lugar al resarcimiento 21.
[21] CSJN. Mendoza, Beatriz y otros; Estado Nacional y otros. (2006). Recuperado de https://bit.ly/3darDkt
Para responder el interrogante planteado previamente, primero debemos indagar cuáles son los derechos de
incidencia colectiva.
Los derechos de incidencia colectiva, en una primera aproximación identifican el interés de la comunidad en
general de que se respeten ciertos derechos que corresponden a sus integrantes; por ejemplo, el medio
ambiente, la fauna, la flora, los valores espirituales o culturales, los vinculados a la protección del
consumidor, etc. (p. 177).
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los
derechos de incidencia colectiva en general22.
[22] Art. 14, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2VIOoW7
Los derechos de incidencia colectiva son los que tienen por objeto bienes colectivos (art. 43 CN 23). Es decir,
son los que tutelan un bien que pertenece a toda la comunidad.
[23] Art. 43, Ley 24.430. Constitución Nacional Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU
La Constitución establece en su art. 4324, segundo párrafo, que la acción de amparo en lo referente “a los
derechos de incidencia colectiva en general” (incluyendo explícitamente “los derechos que protegen al
ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor” y “cualquier forma de discriminación”) tiene tres
tipos de legitimados activos:
el propio afectado;
el Defensor del Pueblo;
las asociaciones que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los
requisitos y formas de su organización25.
[24] Art. 43, Ley 24.430. Constitución Nacional Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU
[25] Art. 43, Ley 24.430. Constitución Nacional Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU
A estos tres supuestos constitucionales, corresponde agregar un supuesto legal adicional previsto en la Ley
de Defensa del Consumidor26.
[26] Ley 24.240. Defensa del Consumidor. (1993). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2TONypx
Otro límite al ejercicio de los derechos, es lo estatuido en el mencionado artículo 27, pues se prohíbe el
ejercicio abusivo de los derechos individuales en cuanto pueden dañar al ambiente y a “los derechos de
incidencia colectiva en general”28, como por ejemplo, los derechos del consumidor.
[27] Art. 43, Ley 24.430. Constitución Nacional Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU
[28] Art. 43, Ley 24.430. Constitución Nacional Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU
A modo de cierre de esta lectura, te propongo el repaso de cada uno de los institutos abordados, mediante la
lectura del siguiente paper.
Fuente: Colombato, L. (s.f.). Apuntes sobre los límites al ejercicio de los derechos subjetivos en el Código
Civil Argentino [pdf]. Recuperado de
http://www.biblioteca.unlpam.edu.ar/pubpdf/perspe/v04n2a05colombato.pdf
Lectura III
Personas y sujetos de derecho
Esta lectura invita a profundizar sobre el primer elemento de la relación jurídica: la persona, como sujeto de
derecho, como titular de las prerrogativas o facultades, y sus correlativos deberes que conforman el
contenido de la relación jurídica. En lo referente al aspecto subjetivo de las relaciones del ámbito civil,
abordaremos la noción de persona y realizaremos la distinción, en primer lugar, de las clases de personas
previstas por el Código Civil y Comercial de la Nación (CCyCN): la persona humana y la persona jurídica.
La personalidad implica una serie de cualidades o atributos que permiten distinguir a cada persona de sus
semejantes. En el campo jurídico, se denomina atributo de la personalidad a las características propias de
una persona humana o jurídica.
Nos centraremos en la persona humana y los derechos personalísimos que detenta en su calidad de tal, como
así también en el análisis de cada uno de sus atributos.
Sujetos de la relación jurídica
¿Cuándo podemos hablar de “sujetos de derecho”? En su aspecto subjetivo, la relación jurídica privada, ¿por
quiénes puede ser ejercida?
Para responder estos interrogantes, te propongo la lectura de un caso de jurisprudencia real que motivó el
dictado de una sentencia en nuestro país.
A fines de 2014, en un fallo inédito a escala mundial, la justicia argentina le reconoció derechos básicos
como “sujeto no humano” a una orangutana [llamada Sandra] del zoológico porteño y posibilitó que fuera
trasladada a un santuario.
Al admitir el habeas corpus [1] presentado por la Asociación de Funcionarios y Abogados por el Derecho
de los Animales (AFADA), la Cámara Federal de Casación Penal dispuso que Sandra, de 30 años y oriunda
de Sumatra, fuera reconocida como persona jurídica. Antes, pedidos similares para grandes simios
interpuestos por diferentes organizaciones, en los que se alegaba que tienen cierto grado de raciocinio y
características emocionales similares a las de los humanos, fueron rechazados.
Al decidir en sentido favorable al planteo de la actora, Casación revocó un fallo de primera instancia y
señaló que a partir de una interpretación jurídica dinámica era menester explicitar que animales como esos
son sujetos de derechos. (“Corte de EE. UU negó que los chimpancés sean ‘personas no humanas’, 7 de julio
de 2017, https://comercioyjusticia.info/blog/justicia/corte-de-eeuu-nego-que-los-chimpances-sean-personas-
no-humanas/).
Por otro lado, en EE. UU., un tribunal neoyorquino sostuvo, en un caso de similares características, que los
animales no tienen derecho a estar libres porque no pueden asumir obligaciones, asumiendo una postura
contraria a la expuesta por el tribunal argentino.
En primer lugar, diremos que, si bien el CCyCN no nos proporciona un concepto de persona, desde la
perspectiva del derecho y en cuanto a su regulación jurídica, diremos que entendemos a la persona como
centro de imputación de normas jurídicas, titular de derechos y obligaciones, es decir, como un verdadero
sujeto de derecho. Es importante destacar que tanto la persona humana como la jurídica, cuando participan
en una relación jurídica concreta, se denominan sujetos de derecho.
Entonces, ¿podría considerarse persona a la orangutana Sandra? Al respecto, Rivera y Crovi (2016) expresan
que
…se encuentran en contra de esa posición: el CCCN clasifica las personas en “humanas” y “jurídicas”; los
animales son “cosas”, tal como lo indica el art. 227 [2] del CCCN al referirse a las cosas muebles, como
aquellas que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.
Ahora pensemos en otro supuesto: ¿qué sucedería si, actualmente, existiera un ente que pudiera tomar
determinaciones racionales, sin la necesidad de una persona humana, como es el caso de los robots?
En mayo de 2018, el Parlamento Europeo propuso la creación de un estatuto jurídico específico para
los robots autónomos, para que los más sofisticados tengan la condición de personas electrónicas, con
derechos y obligaciones específicas, entre ellas, la de reparar los daños que puedan causar. La aplicación de
la personalidad electrónica se haría efectiva para casos en los que los robots toman decisiones inteligentes
de manera autónoma o interactúan con terceros de forma independiente (“El Parlamento Europeo quiere que
los robots tengan personalidad jurídica”, 4 de julio de 2016). El tema aún sigue en debate.
¿Las ciencias jurídicas deberían reconocer al robot como un sujeto de derecho nuevo?
Este artículo científico nos permite profundizar y reflexionar sobre la pretendida personalidad jurídica de los
animales y los robots.
Fuente: Crovi, LD (2018). Los animales y los robots frente al derecho. Revista Venezolana de Legislación
y Jurisprudencia, (10), 133-144. Recuperado de http://rvlj.com.ve/wp-content/uploads/2018/07/Revista-No.-
10-l-133-144.pdf
[1]
El habeas corpus es la garantía constitucional que tiene como fin la protección de la libertad física de los
individuos.
[2]
Art. 227, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Persona humana
Persona y sujeto de derecho: nociones y distinciones
La noción de persona es muy importante para nuestro sistema jurídico, ya que posee una cantidad de
connotaciones necesarias para comprender su protección.
Nuestra ley no da una noción de lo que debe entenderse por persona; directamente empieza el Título I,
refiriendo al comienzo de su existencia. Matilde Zavala de González, (1983) expresa:
…mientras que el hombre es una realidad ontológica (un "ente" biosíquico y espiritual), persona es, dentro
del derecho, una categoría jurídica (el ente, humano o no, que goza de capacidad de derecho)… El hombre
existe en la naturaleza, la persona solamente en el derecho. (p. 4).
Esto quiere decir que cuando hablamos de persona hacemos alusión a una categoría jurídica, a una calidad
que contiene, en sí misma, la aptitud de ser portadora de derechos. Así, se puede deducir que la
palabra persona hace referencia a la personalidad jurídica —la investidura jurídica de la que goza el sujeto
—, a la aptitud, la disposición potencial para tener derechos, para adquirirlos, para ser sujeto activo o pasivo
de las relaciones jurídicas. Por su parte, hombre hace referencia al sustrato o soporte biológico de las
personas humanas, que, para estar protegido, necesita de esa personalidad jurídica.
Por último, la expresión sujeto de derecho alude a las personas cuando están interactuando en interferencia
intersubjetiva, por ejemplo, cuando le están dando vida a un contrato. Gráficamente, es la persona en
movimiento.
Derechos y actos personalísimos
Definición. Naturaleza jurídica
“Los derechos personalísimos son los que recaen sobre ciertos aspectos o manifestaciones de la personalidad
del hombre para proteger su libre desenvolvimiento: derecho al honor, a la intimidad, a la libertad, a la
integridad física, etc.” (“Qué son los ‘derechos personalísimos’: protección del honor, intimidad, su libertad
e integridad física”, 12 de junio de 2018, https://www.elliberal.com.ar/noticia/530905/encontraron-sin-vida-
persona-hotel-quimili?utm_campaign=ScrollInfinitoDesktop&utm_medium=scroll&utm_source=nota).
Estos derechos subjetivos no solo tienen reconocimiento expreso en el Código Civil y Comercial; el derecho
supranacional de derechos humanos constitucionalizado (art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional
[CN]) [3] establece las bases fundacionales del régimen de los derechos personalísimos, toda vez que la
dignidad personal, como sus emanaciones (intimidad, imagen, identidad, honor y derechos sobre el propio
cuerpo), son reconocidos de manera explícita en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en
otros instrumentos supranacionales (“Qué son los ‘derechos personalísimos’: protección del honor,
intimidad, su libertad e integridad física”, 12 de junio de 2018).
[3] Art. 75, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
Caracteres
Estos derechos son innatos, vitalicios, necesarios, absolutos, esenciales, de objeto interior,
extrapatrimoniales, irrenunciables, relativamente disponibles por las partes, absolutos, autónomos y, por
ende, no transmisibles.
Otro carácter es que la vulneración de ellos da derecho a su titular a reclamar la prevención y reparación de
los daños conforme lo estipulado en los arts. 1708 a 1780 inclusive del Código Civil y Comercial [5].
Ahora bien, una vez que hemos aprendido respecto de sus características como derechos subjetivos, ahora
nos focalizaremos en cada uno de ellos.
[4] Art. 55, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[5]
Arts. 1708-1780, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
La inviolabilidad de la persona humana
A continuación, te invito a leer los fundamentos de un fallo donde podemos visualizar la vulneración de los
derechos de una persona. En este caso, una señora intentó ingresar en un supermercado.
En el caso, la mujer denunció haber sido maltratada por personal de vigilancia luego de que se activara la
alarma del local por tener una prótesis de titanio en su columna. El nuevo Código consagra el trato digno y
no discriminatorio del consumidor.
La Sala I de la Cámara Civil y Comercial de San Martín revocó una sentencia de primera instancia y
condenó a un supermercado a abonar a una mujer $20 000 en concepto de daño moral, con aplicación del
nuevo Código Civil y Comercial. Se trata del caso de una mujer discapacitada que entró en un supermercado
y activó la alarma del local por tener una prótesis de titanio en su columna vertebral y, a pesar de la
explicación, recibió un trato no digno por personal del lugar.
En la resolución, firmada el pasado 17 de septiembre por los jueces Carlos Ramón Lami y Manuel
Augusto Sirvén, se subraya que el nuevo Código incorpora una serie de principios generales de protección al
consumidor que actúan como una “protección mínima”, regulándose lo atinente a la relación de consumo,
contrato de consumo e interpretación y prelación normativa.
El nuevo ordenamiento establece que “la persona humana es inviolable y en cualquier circunstancia tiene
derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad” [6]. Al respecto, los magistrados sostuvieron que “el mal
trato, la falta de colaboración de los dependientes de una empresa para con el consumidor o usuario, que en
el caso particular resulta una persona discapacitada, configuran una violación a la obligación de trato digo,
debiendo, en consecuencia, exigirse con mayor rigor el cumplimiento de los deberes a cargo del polo más
fuerte en la relación de consumo” [7].
En tanto, la nueva normativa dispone que “hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no
reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio o un derecho de
incidencia colectiva” [8].
Según el fallo, el mal trato recibido por la actora, tal como se encuentra acreditado, provocó un daño de
carácter moral, “ya que significó una afección en los sentimientos de la actora, viéndose vulnerado su
derecho a la paz y tranquilidad, experimentando angustias y ansiedades” [9]. (“Fallo ordena a un
supermercado indemnizar a una mujer con aplicación del nuevo Código Civil y Comercial”, 23 de
septiembre de 2015, https://www.cij.gov.ar/nota-18066-Fallo-ordena-a-un-supermercado-indemnizar-a-una-
mujer-con-aplicaci-n-del-nuevo-C-digo-Civil-y-Comercial.html).
El hombre es el eje y centro de todo el sistema jurídico y, en tanto fin en sí mismo, su persona es inviolable.
Como bien lo ha resaltado el tribunal en el fallo expuesto, la persona humana es inviolable y tiene derecho a
que se respete su dignidad.
El artículo 51 del CCyCN expresa: “Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable
y en cualquier circunstancia tiene derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad” [10]. De modo tal que
el reconocimiento y el respeto de la dignidad personal, además de estar previstos expresamente en el
Código, encuentran amparo constitucional por vía del art. 75 inc. 22 [11] y rango constitucional asignado al
art. 11 del Pacto de San José de Costa Rica [12].
Este derecho implica que todo ser humano debe ser respetado como persona tanto en su existencia – vida,
cuerpo, salud– como en su propia dignidad – honor, intimidad, imagen–.
Así, la inviolabilidad de la persona humana extiende su tutela tanto a los derechos de la personalidad
espiritual (es decir, la imagen, la intimidad, identidad, honor o reputación) como a cualquier otro que resulte
de una emanación de la dignidad personal. De igual forma, la inviolabilidad de la persona hace que esté
protegida la integridad física y, por ende, primordialmente la vida y la salud.
derecho a la vida;
derecho a la integridad física;
derecho a disponer del propio cuerpo;
derecho a disponer del propio cadáver.
Comencemos entonces con los derechos sobre la personalidad espiritual. El artículo 52 del Código Civil
y Comercial de la Nación dispone:
La persona humana lesionada en su intimidad personal o familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o
que de cualquier modo resulte menoscabada en su dignidad personal, puede reclamar la prevención y
reparación de los daños sufridos, conforme lo dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo I [13].
[6]
Art. 51, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[7]
Cám. Apel. Civ. y Com. San Martín, Sala I, “L., M. G. c/ INC S. A.-Supermercados Carrefour y otro s/
daños y perjuicios” (2015). Recuperado de https://www.cij.gov.ar/nota-18066-Fallo-ordena-a-un-
supermercado-indemnizar-a-una-mujer-con-aplicaci-n-del-nuevo-C-digo-Civil-y-Comercial.html
[8]
Art. 1737, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[9]
Cám. Apel. Civ. y Com. San Martín, Sala I, “L., M. G. c/ INC S. A.-Supermercados Carrefour y otro s/
daños y perjuicios” (2015). Recuperado de https://www.cij.gov.ar/nota-18066-Fallo-ordena-a-un-
supermercado-indemnizar-a-una-mujer-con-aplicaci-n-del-nuevo-C-digo-Civil-y-Comercial.html
[10]
Art. 51, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[11]
Art. 75, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[12]
Art. 11, Pacto de San José de Costa Rica [Tratado Multilateral]. (22 de noviembre 1969). Organización de
los Estados Americanos. Recuperado de https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm
Derecho a la intimidad personal o familiar
Basta con utilizar alguna red social para darnos cuenta de qué manera las personas vulneran el derecho a la
intimidad de otras personas sin tener conciencia de ello. Sin ir más lejos, existen padres que publican fotos
de sus hijos menores de edad en las redes sociales a diario, exponiéndolos a los graves peligros de la red.
Esta conducta se ha denominado oversharenting y hace referencia al uso excesivo de las redes sociales por
parte de los padres para mostrar a sus hijos.
Si bien la publicación en redes sociales de contenidos relacionados con los hijos no tiene por qué ser
vergonzosa, cuando el niño crece y comienza tener conciencia de su identidad digital, descubre que en la red
existe un historial de información no deseada por ellos. Esto es un claro ejemplo de cómo actuamos
exponiendo nuestro datos personales y exponiendo nuestra intimidad y la de los demás.
Pero también existen otros casos donde este derecho se encuentra vulnerado en contra de la voluntad de la
persona, como es el caso de Micaela Giolito.
Te invito a leer esta noticia de actualidad, donde se vislumbra un claro ejemplo de vulneración al derecho a
de la intimidad, que ha sentado un precedente jurisprudencial en mayo de 2020.
Le robaron su Gmail, reclamó por el acceso a sus archivos y sentó un precedente local.pdf
Fuente: Sternik, I. (18 de mayo de 2020). Le robaron su Gmail, reclamó por el acceso a sus archivos y
sentó un precedente local. La Nación [versión digital]. Recuperado
de https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/le-robaron-su-gmail-reclamo-acceso-sus-nid2366807
Este artículo hace referencia al primer fallo contra Google en nuestro país y ello es consecuencia de una
denuncia presentada por Micaela Giolito, que habilitó la investigación y sanción. Esto resalta la importancia
de la protección de la intimidad de las personas cuando hay violaciones a la ley de protección de datos
personales.
El caso de Micaela es uno de los tantos casos que suceden a diario donde se producen violaciones al derecho
a la intimidad. El hecho de no poder acceder a su cuenta de Gmail, le costó a Micaela perjuicios
económicos, financieros, morales y psicológicos, ya que la información sobre su persona quedó en manos de
alguien que se dedica a vulnerar el derecho a la intimidad.
La intimidad es el ámbito de reserva de la vida, de los sentimientos y de las creencias de un individuo. Este
ámbito de reserva es el bien jurídico protegido por este derecho, que garantiza al titular el derecho a vivir en
forma independiente, sin injerencias ni intromisiones que puedan provenir de la autoridad o de terceros, en
tanto su conducta no ofenda al orden público, a la moral ni perjudique a terceros (Tagle, 2002).
De la lectura del artículo 11 del Pacto de San José, se advierte que no solo se protege la intimidad personal,
sino también la familiar, es decir que “nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida
privada, en la de su familia…” [14].
Ahora bien, este derecho tendrá más reducida su esfera de acuerdo al grado de actuación o función pública
que posea, pues mientras más pública sea la imagen de la persona, más reducida será la esfera de protección,
pero siempre la conserva. Por ello, algunas personas reconocidas o famosas han iniciado acciones para
proteger su derecho a la intimidad cuando la prensa ha invadido tal esfera.
[14] Art. 11, Pacto de San José de Costa Rica [Tratado Multilateral]. (22 de noviembre 1969). Organización
de los Estados Americanos. Recuperado de https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm
Derecho a la honra o reputación
Sumario:
1.-La demanda por daños sufridos al derecho a la intimidad y al honor del accionante es procedente, pues,
sin perjuicio de la fuerte exposición pública de la accionante, de su presencia en medios televisivos, la
demandada difundió en un programa televisivo un informe de la actora en el que se detallan diferentes
características, todas y cada una indignas, ultrajantes, con las que llevaría adelante su vida, se la presentó al
público de manera descarnada, una vida miserable, absolutamente penosa, abyecta, calificativos extremos
que denotan una clara invasión en su vida privada, y dicho producto televisivo se llevó a cabo sobre [la] base
de testimonios de vecinos, fuente vaga o genérica de la información que se suministraba.
2.-Si bien el accionante reviste el carácter de mediático, la intimidad nunca puede ser considerada como
algo superfluo, pues todos tienen derecho a su preservación y, por lo tanto, también el demandante, aun
cuando elija tener una fuerte exposición pública.
3.-El hecho [de] que el accionante haya participado personalmente de una segunda emisión del mismo
programa en el cual se había presentado un informe que violentó su derecho a la intimidad, no significa
aceptación o consentimiento, ni menos aún renuncia a la acción que luego habría de entablar y que
fundamenta el caso de autos… [15].
En este fallo, quien demanda es una figura mediática con gran exposición en los medios televisivos; sin
embargo, esto no da lugar a que se vulnere su derecho a la honra. Pues lejos de haberse ejercido el derecho
de informar, se han vulnerado los aspectos más íntimos de la persona, exponiendo detalles de su vida
privada (sean reales o no), ya que el informe la presenta como una persona que come de los tachos de
basura, entre otras cuestiones degradantes para la persona, que no deben darse a conocer de manera pública
porque pertenecen a la esfera de su intimidad.
Por ende, es importante recordar que este derecho comprende dos aspectos. De un lado, el honor en sentido
objetivo, que es la valoración que otros hacen de la personalidad, es el buen nombre o reputación, el aprecio
de terceros; y en sentido subjetivo, es la autovaloración, el íntimo sentimiento que cada persona tiene de la
propia dignidad y la de su familia (Tagle, 2002).
Analicemos el texto del CCyCN que, en su art. 53, hace referencia al derecho a la imagen expresando que:
Para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de cualquier modo que se haga, es necesario su
consentimiento, excepto en los siguientes casos:
b) que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario y se tomen las precauciones
suficientes para evitar un daño innecesario;
c) que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés general.
En caso de personas fallecidas, pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado por el
causante en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un mismo grado,
resuelve el juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción no ofensiva es libre [16].
El derecho a la propia imagen es el derecho personalísimo que protege la imagen —entendida esta en
sentido amplio— de una persona física, ya que permite a su titular oponerse a que su imagen o su voz sean
reproducidas, captadas o publicadas por cualquier medio sin su consentimiento. Este derecho goza de
amparo constitucional, ya sea como un aspecto del derecho a la privacidad [17] o bien como un derecho
autónomo implícito en el art. 33 de la CN [18] , a lo que se suma su recepción por vía del art. 75 inc. 22, que
otorga rango constitucional a diversos instrumentos internacionales [19], entre los que se encuentra el Pacto
de San José de Costa Rica [20].
Este derecho se vulnera con la mera captación de la imagen o la voz, sin el consentimiento del sujeto, aun
cuando no se infiera una lesión a la privacidad. Se señala que tiene un contenido positivo y uno negativo.
Desde su faz negativa o de exclusión, el derecho a la imagen confiere la facultad de oponerse y prohibir a
terceros su captación y divulgación; desde su faz positiva, permite a su titular ceder su uso y explotación,
incluso a título oneroso (Rivera y Medina, 2014).
En relación al alcance de lo que debe interpretarse por “imagen”, tal como hemos señalado, el concepto es
amplio y, por ende, la protección legal comprende distintas formas de reproducción de la imagen, como
dibujos, caricaturas o pinturas, cualquiera sea la vía de difusión (por ejemplo filmaciones, reproducciones
televisivas, entre otras) (Tagle, 2002).
Sin embargo, el precepto precedente señala tres excepciones a la exigencia del consentimiento:
1“Que la persona participe en actos públicos” [22], es decir, inauguraciones, desfiles, cortejos fúnebres de
hombres célebres, ceremoniales oficiales, etc.
2“Que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario” [23], siempre que no resulte ofensivo y
que se tomen las precauciones suficientes para evitar un daño innecesario. Por ejemplo: evitar la
identificación de la persona en ilustraciones en revistas médicas.
3Que se trate de informar sobre acontecimientos de interés general, es decir que haya un interés colectivo en
la información, ya sea porque la imagen se vincula a la actividad profesional o pública del sujeto, porque
presenta cierta relevancia pública, o porque su difusión se hace para verificar o refutar aspectos de la vida
privada que, voluntariamente, la persona involucrada ha expuesto al público [24].
Cabe analizar si en el caso de la fotografía de los voluntarios entregando alimentos hubo consentimiento
para la difusión de las imágenes y si este caso puede encuadrarse en la última excepción, es decir, en la que
indica que no será necesario el consentimiento si se trata de “informar sobre acontecimientos de interés
general”.
Recordemos otro caso paradigmático, como el fallecimiento de la modelo Jazmín de Grazia, en el que el
personal policial que intervino en la investigación filtró fotografías de la fallecida. El Juzgado Nacional en
lo Contencioso Administrativo Federal N° 8, a cargo de Cecilia Gilardi Madariaga de Negre, hizo lugar a
una demanda entablada contra el Estado Nacional (Policía Federal Argentina).
En el fallo citado, se determinó la violación del deber de custodia del material fotográfico que recaía sobre
los funcionarios policiales, señalando que la culpa de la fuerza demandada consiste en la falta de medidas
concretas y protocolos para asegurar, de la mejor manera posible, las cadenas de custodia de los registros
fotográficos policiales destinados a servir como prueba en las investigaciones judiciales, lo que llevó al
tribunal a admitir la responsabilidad por falta de servicio del Estado Nacional. En consecuencia, la firma
Editorial Sarmiento S. A, propietaria del Diario Crónica, resultó responsable de la vulneración del derecho a
la intimidad.
Este caso es relevante a los fines del art. 53 del CCyCN, ya que en el último párrafo la norma dispone:
En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado por el causante
en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un mismo grado, resuelve el
juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción no ofensiva es libre [25].
La norma indica que el consentimiento puede ser prestado por sus herederos o por quien hubiera sido
designado por el causante del efecto en una disposición de última voluntad. En el caso de Jazmín de Grazia,
fueron las padres quienes demandaron con el fin de proteger el derecho de su hija difunta.
Ahora bien, pasados veinte años desde la muerte, la reproducción es libre en tanto no resulte ofensiva. De tal
modo, si antes de transcurrido tal lapso legal no existiese ninguna de las personas que, por ley, deben prestar
su consentimiento, podría reproducirse la imagen.
[16]
Art. 53, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[17]
Art. 19, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[18]
Art. 33, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[19]
Art. 75, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[20]
Art. 11, Pacto de San José de Costa Rica [Tratado Multilateral]. (22 de noviembre 1969). Organización de
los Estados Americanos. Recuperado de https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm
[21]
Art. 55, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[22]
Art. 53, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[23]
Art. 53, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[24]
Art. 53, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[25]
Art. 53, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Derecho a la identidad
El derecho a la identidad implica que “cada persona sea ella misma”, que pueda distinguirse sobre la base de
sus atributos y sus propias cualidades personales, que hacen a esa determinada persona distinta de las otras.
Este derecho comprende tanto la identidad biológica como la identidad de género (regulada por ley 26.743
“De identidad de género”).
Este tema también lo abordaremos con mayor profundidad en el tema “atributos de las personas: nombre”.
Ahora sigamos con el segundo grupo de derechos, los derechos de la personalidad física:
Derecho a la vida
Este derecho se encuentra profundamente protegido y se refleja en el impedimento de obrar contra la propia
vida y sobre la vida de los demás.
Rivera y Crovi (2016) expresan que la vida humana se encuentra tutelada por diferentes disposiciones de
derecho constitucional, penal y civil, así como por el derecho supranacional de los derechos humanos.
En los códigos civiles no existe un reconocimiento expreso del derecho a la vida y de sus consecuencias. Es
por ello que la protección de la vida humana se manifiesta a través del derecho al resarcimiento a favor de
los parientes de la persona que ha sido privada de aquella (Rivera y Crovi, 2016).
Este derecho, actualmente, se encuentra en grandes discusiones bioéticas, debido a que existen fallos que lo
contraponen con el derecho a la dignidad, por ejemplo, cuando se permite a la persona (siendo capaz o por
ser objetor de conciencia) negarse recibir tratamiento médico para preservar su dignidad. Es sumamente
importante esta categoría porque se tiene (al igual que los demás derechos humanos) desde que se comienza
a ser persona para el derecho.
Otro caso emblemático relativo a la defensa del derecho a la vida fue el dictado por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en el conocido fallo "Portal de Belén", de fecha 5 de marzo de 2002, que prohibió la
fabricación y distribución del medicamento comúnmente denominado “Píldora del día después”.
En aquella oportunidad, la asociación civil sin fines de lucro, Portal de Belén, promovió acción de amparo
contra el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación a fin de que se le ordene revocar la autorización
y prohíba la fabricación, distribución y comercialización del fármaco de Laboratorios Gabor S. A., cuyo
nombre comercial es "Imediat", pues se trata de una píldora con efectos abortivos, encubierta bajo la
denominación eufemística de "anticoncepción de emergencia".
Dicha afirmación se fundamenta en que el fármaco impide el anidamiento del embrión en el endometrio,
lugar propio de implantación, tal como el mismo prospecto del medicamento reconoce entre sus modos de
acción: "...c) modificando el tejido endometrial produciéndose una asincronía en la maduración del
endometrio que lleva a inhibir la implantación".
De esta manera, afirmaba el accionante, se tiende a impedir que un óvulo humano fecundado anide en el
útero materno, lo que constituye la muerte, por aborto, de un ser humano ya concebido. La Cámara Federal
de Apelaciones de Córdoba (sala B) (LLC, 2000-263; DJ, 2000-1-526) dejó sin efecto el fallo de primera
instancia que ordenó revocar la autorización concedida y prohibir la fabricación, distribución y
comercialización del fármaco "Imediat". Contra tal pronunciamiento, la actora dedujo recurso extraordinario
cuya concesión produjo el ingreso a conocimiento de la Corte Suprema.
Cabe discriminar ahora las dos posturas que se exhibieron en dicho fallo, y respecto a ello
reseñar que la mayoría de la Corte Suprema declaró que el derecho a la vida es el primer
derecho natural de la persona humana preexistente a toda legislación positiva que resulta
garantizado por la Constitución Nacional, y terminó prohibiendo la fabricación y
distribución del medicamento, por considerar que atentaba contra dicho derecho natural.
(“Derecho a la vida, métodos anticonceptivos, píldora del día después, establecimientos
asistenciales, fallos de la Corte Suprema” [Sumario de fallo], 28 de enero de 2013,
http://www.saij.gob.ar/derecho-vida-metodos-anticonceptivos-pildora-dia-despues-
establecimientos-asistenciales-fallos-corte-suprema-suf0029869/123456789-0abc-defg9689-
200fsoiramus).
Derecho a la integridad física
Rivera y Crovi (2016) establecen que, en este derecho, se encuentran incluidos:
1la determinación de las atribuciones que la persona debe tener sobre su propio cuerpo y sobre sus despojos
mortales, y la fijación de sus límites;
2la tutela legal que posibilite el efectivo ejercicio de ellas frente a la oposición, al atentado o a la amenaza de
agresión que puedan provenir de terceros o del Estado; y que, asimismo, establezca los recursos y sanciones
correspondientes.
El artículo 54 del CCyCN [26] dispone que no resultan exigibles aquellas convenciones que tengan por objeto
la realización de un acto peligroso para la vida o para la integridad física. En otras palabras, el contrato
mediante el cual una persona comprometa un acto que traiga aparejado dicho peligro, carecerá de fuerza
obligatoria para quien asumió dicha obligación, no siendo pasible de exigir su cumplimiento forzado o
indirecto, salvo que el acto de que se trate se corresponda a su actividad habitual (por ejemplo, un boxeador
o un corredor de autos) y que se adopten las medidas de prevención y seguridad adecuadas a las
circunstancias.
Este derecho se vincula también con el derecho a disponer sobre el propio cuerpo.
[26] Art. 54, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Derecho a disponer sobre el propio cuerpo
En primer lugar, es dable señalar que el cuerpo humano no es una cosa en sentido jurídico, en tanto no
constituye un objeto material susceptible de apreciación pecuniaria.
Los derechos sobre el cuerpo humano o sobre sus partes no tiene un valor comercial, sino afectivo,
terapéutico, científico, humanitario o social y solo pueden ser disponibles por su titular siempre que se
respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes especiales [27].
Este derecho de disponer del cuerpo humano se vincula con el anterior, es decir, con el derecho a la
integridad física, que procura determinar las atribuciones que se tienen sobre el propio cuerpo, sus límites y
la tutela legal que posibilite su efectivo ejercicio frente a la oposición, atentado o amenaza de agresión, ya
sea proveniente de terceros o del Estado.
La regla es que no están autorizados aquellos actos que causen una disminución permanente en la integridad
del propio cuerpo o sean contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres.
Sin embargo, el art. 56 del CCYCN [28] prevé excepciones a tal principio, las que tienen lugar cuando se trata
de actos enderezados al mejoramiento o preservación de la salud de la persona titular, como ser una
intervención quirúrgica; o, “excepcionalmente”, para el mejoramiento o preservación de la salud de otra
persona distinta a la del titular, la que tiene lugar cuando se dispone la ablación de un órgano (que se rige
por la ley 24.193, modificada por ley 26.066) a los fines de ser trasplantado.
En 2018, un investigador chino, He Jiankui, anunció el nacimiento de los primeros seres humanos
modificados genéticamente en su estado embrionario: dos gemelas, Lulu y Nana. En 2019, fue condenado a
tres años de cárcel y a pagar una multa de tres millones de yuanes (380 000 euros) declarándolo culpable de
“llevar a cabo, de manera ilegal, la edición genética de varios embriones humanos con fines reproductivos”
(Román, 3 de enero de 2020, https://www.infobae.com/salud/ciencia/2020/01/03/por-que-son-peligrosos-
los-experimentos-de-he-jiankui-el-cientifico-condenado-a-prision-por-edicion-genetica-de-embriones/).
Sin dudas, el experimento de este doctor abrió un debate sobre los límites de la licitud en cuanto a la
modificación y mejora del genoma humano.
Nuestro CCyCN ha tomado posición al respecto y en su texto indica que están prohibidas las prácticas
destinadas a la modificación de la constitución genética de la descendencia [29], salvo aquellas que tiendan a
prevenir enfermedades genéticas o la predisposición a ellas (art. 57 CCyCN).
Por otro lado, se prevé la regulación de las investigaciones biomédicas en seres humanos que procuran un
beneficio para el paciente sobre el cual se realizan, a la par que pueden aprovechar, en general, a la ciencia
médica. Estas investigaciones deben cumplir con los recaudos legales que establece el art. 58 del CCyCN,
teniendo una especial trascendencia el previsto en el punto “f”, que alude al ineludible acuerdo que debe
prestar la persona objeto de la intervención, quien siempre deberá estar debidamente informada en relación a
los riesgos para su vida [30].
[27] Art. 17, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[28] Art. 56, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[29] Art. 57, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[30] Art. 58, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Derecho de disposición sobre el cadáver propio
A continuación, presentamos un caso de un fallo del 17 de mayo de 2019, en el que un tribunal (Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal) dicta sentencia condenando a un nosocomio que
entregó el cuerpo del fallecido a una familia equivocada.
El nosocomio demandado tuvo que otorgar a los hijos de la fallecida una indemnización por daño moral, ya
que se encuentra acreditado que la entidad —a través de su dependiente— entregó el cuerpo a la persona
equivocada y no se puede desconocer la perturbación que significa tal desaparición, sobre todo porque el
culto a los muertos es un hecho jurídicamente relevante, tutelado en donde los parientes más próximos
gozan derecho subjetivo de custodiar sus restos y perpetuar su memoria. (“Cadáver equivocado:
Responsabilidad del hospital que entregó el cuerpo de una persona a una familia equivocada”, 10 de julio de
2019, https://aldiaargentina.microjuris.com/2019/07/10/cadaver-equivocado-responsabilidad-del-hospital-
que-entrego-el-cuerpo-de-una-persona-a-una-familia-equivocada/).
La norma del artículo 61 del CCyCN [31] consagra el derecho que posee toda persona capaz en orden a
establecer el destino post mortem de su cuerpo. Es decir que la persona, mientras viva, puede disponer de
sus exequias o inhumación, como así también la dación de todo o parte de su cadáver con fines terapéuticos,
científicos, pedagógicos o de índole similar.
La manifestación de la voluntad puede ser expresada de cualquier forma, es decir, puede ser por disposición
testamentaria, o bien puede ser escrita o por signos inequívocos, o inducida de hechos o circunstancias que
posibiliten conocerla.
Ahora bien, en ausencia de instrucciones por parte del difunto, será el cónyuge, el conviviente o los
parientes, según el orden sucesorio, quienes dispongan del cadáver de su familiar.
Es por ello que, en virtud de lo dispuesto por el art. 61 del CCyCN, el juez que intervino en el caso del
hospital citado previamente reconoce el derecho de los familiares del difunto para disponer de su cadáver.
[31] Art. 61, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Los atributos no son derechos ni deberes, sino cualidades inherentes a la calidad de la persona, que no se
adquieren luego, sino que son contemporáneas a la persona, a su existencia y la acompañan toda su vida,
protegiéndola e identificándola.
Son necesarios e inherentes a las personas: no se concibe que la persona física pueda carecer de
alguno de estos atributos por cuanto la determinan en su individualidad.
Son únicos: una misma persona no puede poseer más de un atributo de cada clase en un momento
determinado. Así, la persona humana no puede ser capaz e incapaz a la vez de adquirir un derecho,
no puede tener más estados civiles familiares del mismo orden, por ejemplo, soltero-casado.
Son indisponibles: no pueden ser transferidos, pues están fuera del comercio.
Son inmutables: solo se modifican cuando se verifica el supuesto normativo que así lo prevé.
Son imprescriptibles: por cuanto no se adquieren ni pierden por el transcurso del tiempo.
Nombre. Noción
El nombre es el atributo de la persona que la identifica y la individualiza del resto. Está compuesto por dos
elementos: el pronombre o nombre de pila (o apelativo) y el apellido (o cognomen o patronímico). Ambos
cumplen funciones diferentes: el nombre de pila individualiza a la persona en su familia y el apellido la
individualiza en la sociedad.
Naturaleza jurídica
Respecto de su naturaleza jurídica, existen varias teorías. Siguiendo a María Victoria Tagle (2002), podemos
citar:
Tesis de la propiedad
Sostenida, fundamentalmente, en Francia, a mediados del XIX, esta tesis consideraba que el nombre era objeto de
un derecho de propiedad análogo al que se tiene sobre las cosas. Ha sido abandonada.
Tesis del derecho de la personalidad
Parte de la doctrina entiende que el nombre es un derecho o un bien de la personalidad que permite distinguir al
individuo de los demás. El nombre, al ser utilizado como forma de distinguir al individuo, es un atributo esencial de la
personalidad.
Institución de policía móvil
Planiol concibe al nombre como una institución de policía civil, por cuanto es impuesto por la ley en forma
obligatoria para la identificación de los individuos. Tesis seguida en nuestro país por Orgaz.
Institución compleja
Consideran que el nombre es tanto un derecho de la personalidad como una institución de policía civil, porque
protege intereses individuales y también sociales. Esta posición es compartida por autores como Salvat, Llambías,
Borda, Rivera.
Así, el artículo 62 del CCyCN establece: “Derecho y deber. La persona humana tiene el derecho y el deber
de usar el prenombre y el apellido que le corresponden” [32]. Es de este artículo de donde surge su naturaleza
jurídica, en donde confluyen los dos criterios: que el nombre es un derecho de la personalidad y que es una
institución de policía civil.
[32] Art. 62, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Régimen legal
El prenombre. Apellido de los hijos
Es dable señalar que el apellido, nombre familiar o patronímico es la designación común a todos los
miembros de una misma familia, que, unido al prenombre, identifica a la persona física, conformando su
nombre propiamente dicho. Así, el apellido designa el grupo familiar, pues cada individuo lleva el apellido
que le corresponde en razón de su pertenencia a dicho grupo.
El art. 64 del CCyCN [33] prevé que el hijo matrimonial lleve el primer apellido de alguno de los cónyuges;
en caso de no haber acuerdo, se determina por sorteo en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las
Personas. A pedido de los padres o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el
apellido del otro. Asimismo, dispone que, en caso de que un mismo matrimonio tuviera muchos hijos, todos
deben llevar el mismo apellido que se haya decidido para el primero. Ahora bien:
En el caso del hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial, este lleva el apellido de ese progenitor.
Si la filiación de ambos padres se determina simultáneamente, se sigue la regla establecida para los hijos
matrimoniales en cuanto a que llevarán el primer apellido de alguno de los cónyuges.
Si la segunda filiación se determina después, ambos padres deberán acordar el orden de los apellidos. A falta
de acuerdo, será determinado por el juez según sea el interés superior del niño.
Para el supuesto de la persona menor de edad sin filiación determinada, se establece que debe ser anotada
por el oficial del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas con el apellido que esté usando o, en
su defecto, con un apellido común [34] o bien, si la persona tiene edad y grado de madurez suficiente, puede
solicitar la inscripción del apellido que esté usando [35].
[33] Art. 64, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[34]
Art. 65, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[35]
Art. 66, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Apellido de los cónyuges
Te presento, a continuación, un caso para que lo analicemos:
Marta González ha quedado viuda, ya que su esposo, Juan Quiroga, ha fallecido, luego de una larga
enfermedad que lo mantuvo en estado de coma por varios años. Desde su fallecimiento, ella se ha hecho
cargo de la empresa de su marido, asumiendo todas las responsabilidades.
Ya ha pasado un tiempo desde su muerte y ha conocido a Carlos, con quien ha decidido constituir una unión
convivencial y formar una familia ensamblada con los hijos de ambos. Marta va a tu estudio jurídico para
consultar si es posible seguir usando el apellido de su esposo fallecido. ¿Qué le responderías? ¿Da una
solución el CCyCN para este caso?
En relación al apellido de los cónyuges, el art. 67 dispone:
Cualquiera de los cónyuges puede optar por usar el apellido del otro, con la preposición “de” o sin ella. La
persona divorciada o cuyo matrimonio ha sido declarado nulo no puede usar el apellido del otro cónyuge,
excepto que, por motivos razonables, el juez la autorice a conservarlo. El cónyuge viudo puede seguir
usando el apellido del otro cónyuge mientras no contraiga nuevas nupcias, ni constituya unión
convivencial [36].
Como se advierte, en materia de apellido y matrimonio, el Código posibilita a que cualquiera de ellos pueda
utilizar el apellido del otro con o sin la preposición “de”. Ahora bien, en el caso de persona divorciada y de
la nulidad del matrimonio, la regla es la prohibición de empleo del apellido y solo de mediar razonables
motivos, el juez puede acordar su conservación. En cuanto al viudo, este puede seguir usando el apellido del
otro cónyuge mientras no contraiga nuevas nupcias ni constituya unión convivencial.
Aquí está el problema en el caso de Marta. Ella podría seguir usando el apellido de su esposo difunto, pero
al constituir una unión convivencial con Carlos, pierde la posibilidad de seguir usándolo.
[36] Art. 67, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Cambio del prenombre y del apellido
Pablo, de 22 años de edad, llega a tu estudio jurídico planteando su situación. Te comenta que, desde los 5
años de edad, no se ha sentido bien consigo mismo y que desde pequeño se ha autopercibido como mujer y
no como varón, razón por la cual ha iniciado un tratamiento, con la idea de realizar un cambio de género. Te
pregunta si es jurídicamente posible cambiar su nombre “Pablo” por el nombre “Paula”, con el que siente
más identificado. ¿Qué le responderías?
Los arts. 69 y 70 del Código Civil y Comercial receptan la posibilidad del cambio del prenombre y del
apellido solo de mediar, a criterio del juez, justos motivos. Al respecto, formula una enunciación de justos
motivos:
Así, para lograr el cambio del nombre y/o del prenombre, se precisa la intervención del Poder Judicial y esa
es la regla, con excepción de los dos supuestos contemplados en el último párrafo del art. 69.
En tales casos, no se requiere la intervención judicial y se consideran justos motivos cuando se pretende “el
cambio del prenombre por razón de identidad de género y el cambio de prenombre y apellido por haber sido
víctima de desaparición forzada, apropiación ilegal o alteración o supresión del estado civil o de la
identidad” [38]. Entonces, en el caso de Pablo, deberás responderle que sí puede cambiar su nombre por
“Paula” y que, para ello, no necesitará autorización judicial, ya que este supuesto es considerado un justo
motivo por la ley para solicitar la modificación.
El cambio de nombre se tramitará “por el proceso más abreviado que prevea la ley local, con intervención
del Ministerio Público” [39], debiendo “publicarse en el diario oficial una vez por mes en el lapso de dos
meses”, a fin de que presenten las oposiciones y se soliciten informes respecto de “las medidas precautorias
que existieren con relación al interesado” [40]. Una vez inscrita en el Registro de Estado Civil y Capacidad de
las Personas, será oponible a terceros.
[37]
Art. 69, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[38]
Art. 69, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[39]
Art. 70, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[40]
Art. 70, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Acciones de protección
a) aquel a quien le es desconocido el uso de su nombre, para que le sea reconocido y se prohíba toda futura
impugnación por quien lo niega; se debe ordenar la publicación de la sentencia a costa del demandado;
b) aquel cuyo nombre es indebidamente usado por otro, para que cese en ese uso;
c) aquel cuyo nombre es usado para la designación de cosas o personajes de fantasía, si ello le causa
perjuicio material o moral, para que cese el uso.
En todos los casos puede demandarse la reparación de los daños y el juez puede disponer la publicación de
la sentencia. Las acciones pueden ser ejercidas exclusivamente por el interesado; si ha fallecido, por sus
descendientes, cónyuge o conviviente, y a falta de estos, por los ascendientes o hermanos[41].
Así, las acciones para proteger el nombre son tres:
1Acción de reclamación o reconocimiento del nombre: se requiere que el demandado haya desconocido
el derecho de usar el nombre por parte del sujeto afectado, debiendo el juez ordenar la publicación de
sentencia a costa del demandado.2
2Acción de impugnación o usurpación del nombre: requiere que el demandado use en forma indebida el
nombre de otra persona y el efecto propio de la sentencia es el cese de dicho uso indebido.
3Acción de supresión del nombre: debe mediar un uso indebido por parte del demandado del nombre de
otra persona para individualizar una cosa o un personaje de fantasía y dicho uso provocar un perjuicio
material o moral. El efecto de la sentencia es el cese de dicho uso indebido.
Por último y en orden a quiénes pueden interponer estas acciones, se establece que el titular exclusivo es el
interesado y, si este ha fallecido, podrá ser ejercida por sus descendientes, cónyuge o conviviente; a falta de
estos, por los ascendientes o hermanos.
[41]
Art. 71, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Seudónimo
Llega a tu estudio jurídico el Sr. Alejandro Wiebe, conocido en los medios de televisivos por el nombre
artístico de "Marley", y te comenta que nadie lo llama “Alejandro” en su vida privada, por lo que le gustaría
cambiar su nombre por "Marley Wiebe", ya que todos lo conocen por su seudónimo y no por su nombre
real. ¿Qué deberías responderle al conductor de TV?
Analicemos juntos qué nos dice al respecto el CCyCN. En cuanto al seudónimo, el art. 72 contempla “El
seudónimo notorio goza de la tutela del nombre” [42].
El seudónimo es la designación, diferente del nombre verdadero, que una persona voluntariamente se da a sí
misma en el desarrollo de alguna actividad específica cultural, artística, comercial o profesional, sea con el
objeto de ocultar su verdadera identidad o para darle realce en el ejercicio de esa actividad. Puede formarse
con un nombre y apellido, con un prenombre o con una designación de fantasía. Como el seudónimo notorio
goza de la tutela del nombre, el titular, para su protección, podrá interponer las acciones previstas para
proteger el nombre, es decir, las previstas en el art. 71.
Asimismo, el art. 69 ha receptado el cambio de nombre cuando existan justos motivos a criterio del juez y el
inc. “a" dispone que se considera justo motivo al supuesto en que el seudónimo hubiese adquirido
notoriedad [43].
En el caso de “Marley”, estamos ante un claro caso de seudónimo; entonces, debemos responderle a nuestro
cliente que sí puede solicitar el cambio de prenombre, porque el seudónimo que ha utilizado ha adquirido
notoriedad y, por lo tanto, está determinado como un justo motivo por la ley para solicitar la modificación.
[42] Art. 72, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[43]
Art. 69, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
El hijo matrimonial lleva el primer apellido de alguno de los cónyuges; en caso de no haber acuerdo, se
determina por sorteo en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Verdadero, ya que, si no hay acuerdo entre los progenitores, se determina por sorteo en el Registro del
Estado Civil y de las Personas.
Falso, ya que la ley establece que en caso de no haber acuerdo, el hijo matrimonial lleva al primer apellido
del padre.
Domicilio
Noción. Caracteres
El ordenamiento jurídico requiere situar a la persona en un determinado lugar, aun cuando no actúe
necesariamente allí. Domicilio, en sentido jurídico, es el lugar que la ley considera como centro o sede legal
de la persona.
Como veremos seguidamente, existen distintas clases de domicilio: el domicilio general y el especial. El
domicilio general es el atributo, cualidad o propiedad inherente a la persona que representa su indispensable
asiento o sede legal para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones (Tagle, 2002).
Este domicilio general puede ser legal, es decir, instituido por la ley, o real, que es la efectiva residencia de
la persona en un cierto lugar con ánimo de permanecer allí. El domicilio general, sea legal o real, es
necesario, ya que no puede faltar en ninguna persona, y es único, ya que una persona no puede tener más de
un domicilio general.
Por último, decimos que el domicilio general es mutable, es decir, es modificable, ya sea por cambio en la
capacidad de las personas (por ejemplo, un menor que cumple la mayoría de edad pasa de domicilio legal a
domicilio real) o por un cambio en su situación (por ejemplo, una persona que es designada en un puesto de
funcionario público y que requiere trasladarse cambia de domicilio real a domicilio legal).
Clases de domicilio. Distinciones
Como vimos, el domicilio se clasifica en general (u ordinario) y especial. El domicilio general, lugar en que
la ley sitúa a la persona para la generalidad de sus relaciones jurídicas, se clasifica en: real o voluntario, y
legal o forzoso. Por su parte, el domicilio especial solo produce efectos en relación a una o varias relaciones
jurídicas determinadas y puede ser convencional, procesal, conyugal, comercial, entre otros.
Gráficamente:
Figura 2: Clasificación del domicilio
Como podemos ver, la ley contempla la residencia como un elemento del domicilio, dado que este se
determina en función de la residencia habitual, entendida como el lugar en el que, habitual y
permanentemente, reside una persona. También se considera domicilio real el lugar de desempeño de la
actividad profesional o económica para las obligaciones nacidas de estas.
Este domicilio toma en cuenta la efectiva residencia de la persona; es voluntario, pues solo depende de la
voluntad del individuo y, además, es de libre elección e inviolable [45].
Elementos constitutivos del domicilio real: el domicilio real, esencialmente voluntario, está conformado por
un elemento material o corpus, y el elemento intencional o animus. El primero está constituido por la
residencia de la persona, que es efectiva y permanente, y el animus es la intención o propósito de
permanecer en un determinado lugar. Así, el domicilio real se constituye por la reunión de sus dos
elementos.
Adrián, de 35 años de edad, casado y con 3 hijos, reside en la provincia de Mendoza con su familia. Es
gendarme desde hace 5 años y hace 6 meses fue trasladado al norte del país con el objetivo de proteger la
frontera norteña. Si te preguntan qué clase de domicilio tiene Adrián, ¿qué responderías?
El art. 74 del CCyCN define el domicilio legal como “el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en
contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de
sus obligaciones” [46].
a) los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus funciones, no siendo
estas temporarias, periódicas, o de simple comisión;
b) los militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar que lo están prestando;
c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tienen domicilio conocido, lo
tienen en el lugar de su residencia actual;
Como se puede apreciar, el caso de Adrián, el gendarme, encuadra en la norma porque se trataría de un
domicilio legal. Este domicilio es forzoso, en tanto la ley lo impone independientemente de la voluntad del
interesado, es ficticio, pues el sujeto puede no estar allí presente; es excepcional y de interpretación
restrictiva, pues solo funciona en los casos previstos por la ley; y es único, en tanto es una clase de domicilio
general u ordinario.
Por último y en relación al domicilio especial, cabe poner de relieve que este no es un atributo de la persona;
solo lo es el general, en todas sus clasificaciones.
Juan ha alquilado su departamento a Marcos y han firmado un contrato de locación de inmueble por el plazo
de 2 años con destino habitacional. En dicho contrato han designado como domicilio la calle Av. San Martín
126, piso 4, oficina C, que es donde funciona la oficina de la inmobiliaria que tendrá a su cargo la
administración del inmueble. ¿Qué clase de domicilio es el estipulado?
El domicilio especial es el que las partes de un contrato eligen para el ejercicio de los derechos y
obligaciones que de él emanan [48].
Este domicilio produce sus efectos limitados a una o varias relaciones jurídicas determinadas, es decir, tiene
eficacia solo para aquellas relaciones jurídicas para las que ha sido instituido. Es elegido libremente por las
partes y el domicilio convenido tiene fuerza de ley para los contratantes, es decir que tiene efecto vinculante,
salvo que, por acuerdo común de las partes, lo modifiquen.
En principio, este domicilio es temporario y se termina cuando la situación finaliza, como en el caso del
contrato de Juan, cuyo domicilio tendrá sus efectos legales mientras dure el contrato, (en este caso, los 2
años que pactaron).
Por eso, no se puede decir que este sea un atributo de las personas, sino que puede faltar.
Otro caso de domicilio especial es el que se constituye a los efectos de un determinado proceso,
denominado domicilio procesal.
El domicilio especial participa de los siguientes caracteres: no es necesario, pues la persona puede no tener
constituido domicilio especial alguno; puede ser múltiple, porque la persona puede tener varios domicilios
especiales; es voluntario, convencional y transmisible tanto a los sucesores universales como a los
singulares.
[44]
Art. 73, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[45]
Art. 18, Ley Nº 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[46
] Art. 74, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[47]
Art. 74, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[48]
Art. 75, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Importancia y efectos
El domicilio produce importantes efectos jurídicos. Siguiendo al art. 78 del CCyCN, debemos señalar, en
primer lugar, que determina la competencia judicial [49]. Así, por ejemplo, para el proceso donde se solicite la
declaración de incapacidad o de restricción de la capacidad, deberá tenerse en cuenta el domicilio de la
persona en cuyo interés se lleva a cabo el proceso [50]; en la declaración de ausencia, es juez competente el
del domicilio del ausente [51]; y en el proceso sucesorio, es competente el juez del último domicilio del
causante, entre otros.
Asimismo, de conformidad a la última parte del mencionado artículo, en caso de constitución de domicilio
contractual o de elección, se admite la prórroga de competencia, la que importa que deja de ser competente
el juez que normalmente hubiera correspondido por aplicación de los principios procesales en los códigos de
rito, para dar lugar a aquel del domicilio elegido.
Cabe aclarar que este último efecto será siempre en caso de que la jurisdicción judicial resulte renunciable,
es decir, cuando la jurisdicción sea impuesta en razón del domicilio de las personas, pues la determinada en
razón de la materia no puede alterarse porque es de orden público (Rivera y Medina, 2014). La prórroga
tampoco podrá operar en los supuestos de fuero de atracción, que tienen virtualidad en los concursos y
quiebras, y en los procesos sucesorios, pues el fuero de atracción es de orden público.
[49] Art. 78, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[50]
Art. 36, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[51]
Art. 81, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Cambio de domicilio
El domicilio real puede modificarse de un lugar a otro sin que dicha facultad pueda ser coartada por contrato
ni por disposición de última voluntad. Dicho cambio se verifica instantáneamente por el hecho de trasladar
la residencia de un lugar a otro con ánimo de permanecer en ella [52].
El domicilio real es mutable, y es necesario que concurran los dos elementos ya referidos: corpus, es decir,
efectivo cambio de domicilio, y animus, esto es, intención de establecerse en el nuevo lugar.
[52] Art. 77, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Capacidad
Noción
La capacidad es uno de los atributos más importantes de la persona. Como se expuso anteriormente, este
atributo forma parte del concepto mismo de persona; la capacidad de derecho siempre está presente.
Clases. Caracteres
Las reglas que gobiernan la capacidad son de orden público y no pueden ser modificadas por voluntad de los
particulares; es principio general que tanto las incapacidades como las restricciones a la capacidad son la
excepción; las restricciones a la capacidad son de interpretación restrictiva.
Así, la capacidad de derecho se define como la aptitud de que goza toda persona humana para ser titular de
derechos y deberes jurídicos. Esta aptitud se vincula muy directamente con la personalidad humana. Por
ello, todas las personas son capaces de derecho y no puede concebirse una incapacidad de derecho absoluta,
es decir que comprenda todos los derechos y obligaciones, porque sería contrario al orden natural.
Por el contrario, sí existen incapacidades de derecho relativas, es decir, referidas a ciertos derechos en
particular, como lo prevé el art. 1002 del Código Civil y Comercial al referir, por ejemplo, que:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto
de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de las
testamentarias que estén a su cargo [54].
[53] Art. 22, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[54]
Art. 1002, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
A continuación, los invito a leer el fallo (sentencia firme) de un caso donde se aborda la importancia de la
capacidad progresiva de los menores de edad de intervenir en la toma de decisiones.
En esta sentencia que los invito leer podrán ver la importancia de la capacidad progresiva de los menores de
edad de intervenir en la toma de decisiones, tema regulado por nuestro CCyCN. En él, se resalta la
importancia del derecho a ser oído en el proceso a los menores de edad y el instituto del abogado del niño,
como así también la afectación de otros derechos subjetivos, la aplicación de un principio rector: “el interés
superior” del niño en el ámbito del derecho de familia y de protección de la niñez.
Tal como indican Rivera y Crovi (2016), la idea de autonomía progresiva ya no coloca el eje en la edad de
los sujetos exclusivamente, sino en la madurez suficiente para celebrar ciertos autos jurídicos o tomas de
decisiones y, de esa forma, se pretende que las personas gocen de su autonomía personal.
En los últimos años, esto se ha vinculado muy directamente con los actos de disposición sobre el propio
cuerpo, como el consentimiento para tratamientos médicos o las cuestiones relacionadas con la capacidad
reproductiva. A su vez, los autores indican que esta capacidad progresiva debe reservarse para el ejercicio de
derechos no patrimoniales por una cuestión de seguridad del tráfico jurídico.
Es por ello que, además de la capacidad aplicable a las relaciones patrimoniales, el CCyCN regula los
aspectos derivados de la denominada capacidad progresiva o competencia.
Como se pudo visualizar a partir de la lectura del fallo expuesto, la capacidad progresiva es un tema
sustancial, ya que ha permitido, por parte del juez, un análisis pormenorizado de las circunstancias y de la
petición del menor. Además, hemos visto de qué manera se encuentran afectados otros derechos subjetivos;
en este caso, el derecho a la identidad, la dignidad y libertad de las personas, temas que hemos desarrollado
en este lectura previamente.
La resolución del tribunal se fundamentó sobre dos grandes ejes rectores: el interés superior del niño y su
capacidad progresiva, consagrados en la Convención de los Derechos del Niño, en la ley 26.061 de
Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes , y en el Código Civil y Comercial de la
Nación, vinculados ambos principios a la identidad sexual y de género, como así también a la dignidad y la
libertad de la persona.
Capacidad de ejercicio
Por su parte, el artículo 23 define la capacidad de ejercicio o de hecho y prevé “Capacidad de ejercicio. Toda
persona humana puede ejercer por sí misma sus derechos, excepto las limitaciones expresamente previstas
en este Código y en una sentencia judicial” [56].
[56] Art. 23, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
CAPACIDAD DE EJERCICIO
Son incapaces de ejercicio, según el artículo 24 del CCyCN: a) la persona por nacer; b) la persona que no
cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª sobre “Persona
Menor de Edad”; c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa
decisión [58].
I N C A P A C E S D E L E J E R C I C I O Son incapaces de ejercicio, según el artículo 24 del CCyCN: a) la
persona por nacer; b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance
dispuesto en la Sección 2ª sobre “Persona Menor de Edad”; c) la persona declarada incapaz por sentencia
judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión [58].
[58] Art. 24, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[58] Art. 24, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
La capacidad de ejercicio es la aptitud para ejercer derechos por sí mismo. Así, el principio general es la
capacidad, con las limitaciones que prevé el Código en su artículo 24 al referir a las personas incapaces de
ejercicio y las que determine en una sentencia judicial, referencia que alude al supuesto de restricción al
ejercicio de la capacidad en relación a los mayores de edad, en las condiciones establecidas por la
legislación en el art. 24, inc. “c” y 31 y ss. del CCyCN.
Te invito a analizar los supuestos de incapacidad de ejercicio prestando atención a los respectivos
fundamentos, teniendo en cuenta lo desarrollado previamente:
Tabla 1: Supuestos de incapacidad de ejercicio.
SUPUESTO FUNDAMENTO
Dada la incapacidad de obrar de ese niño, el
ejercicio de sus derechos corresponde a sus
El bebé de 20 semanas de gestación que lleva en
representantes, quienes se identifican con sus
su vientre Susana.
padres y, en su caso, si estos son incapaces, los
tutores que se designen.
Atento a que por su edad no cuenta con grado de
Micaela, de 6 años de edad, que participará en un
madurez suficiente, el ejercicio de sus derechos
concurso de comedia musical que será
corresponde a sus representantes, quienes se
televisado.
identifican con sus padres.
Resulta incapaz y puede declararse su
Marcelo, de 33 años de edad, diagnosticado con
incapacidad por sentencia judicial si carece de
un trastorno mental severo que requiere
posibilidades para ejercer todos los actos de la
internación en un instituto mental.
vida civil o algunos de ellos.
Fuente: elaboración propia.
Tabla 2: Comparación entre capacidad de derecho y capacidad de ejercicio.
Fuente: Rivera y Medina, 2014, pp. 132-133.
Estado civil
Definición
El estado es un atributo propio de las personas físicas y hace referencia a la posición o rol que ocupa una
persona en la sociedad, por ejemplo, estado civil, o en una familia, por ejemplo, estado de padre, de hijo, etc.
Caracteres
Las normas que regulan el estado de las personas son de orden público; no pueden ser modificadas por la
voluntad de los interesados; es indivisible y oponible erga omnes; generalmente, es recíproco o correlativo,
porque a cada estado de una persona le corresponde el de otro que resulta correlativo; es inalienable, es
decir, intransmisible; es necesario, indisponible y único, es decir que no se puede tener dos estados
correlativos a la vez (por ejemplo, no ser casado y soltero al mismo tiempo, no ser padre e hijo al mismo
tiempo).
Los invito, una vez más, a leer un fallo muy interesante donde se plantea un conflicto relacionado con el
atributo “estado”, en este caso, con el estado civil “casado”.
Matrimonio-impedimento de ligamen-facultad de los jueces “V., N.J. c/R., V.H. s/nulidad de matrimonio”
Sentencia Nro. 1140/17 – 25/10/17 Tribunal de Familia. Firmante: Dra. Viviana Karina Kalafattich.
Sumarios:
1. El C.C.C define al ligamen como “el matrimonio anterior mientras subsista”. Este es un
impedimento de vigencia universal en los países que aceptan el matrimonio monogámico, es
independiente de la disolubidad o indisolubilidad del matrimonio en vida de los esposos, pues la
posibilidad de disolver el matrimonio anterior mediante el divorcio vincular no excluye la
imposibilidad legal de contraer nuevas nupcias en tanto no se produzca la disolución de los
anteriores.
2. La buena fe radica en el desconocimiento del impedimento o circunstancia que provoca la invalidez.
Esta ignorancia y por ende la buena fe que de ella deriva, como regla, ha de ser presumida, por
tratarse de un principio que surge de normas análogas como los arts. 2, 3, 9 y 1919 del Código Civil
y Comercial.
3. Es oportuno recordar que el art. 710 del CCC. y del Código Procesal (art. 383) dispone que el juez ha
de apreciar, según las reglas de la sana crítica, las circunstancias y motivos que corroboren o
disminuyan la fuerza de las declaraciones. Como así también que esas reglas son las de la lógica, la
experiencia y el sentido común, que constituyen el soporte del correcto entendimiento judicial
(Fallos: 316:1877; 321:2990; 335:729), que no ha de prescindir del curso natural y ordinario de las
relaciones humanas (Fallos: 316:247; 321:1596; 325:450 de la CSN). (Tribunal de Familia Formosa,
“V., N.J. c/R., V.H. s/nulidad de matrimonio”. Sentencia Nro. 1140/17. (2017). Recuperado
de http://www.jusformosa.gov.ar/jurisprudencia/fallos/FallosNovedosos/Familia/Matrimonio%20-
%20Impedimento%20de%20ligamen%20-%20Facultad%20de%20los%20jueces%20%28S-1140TF
%29/SUMARIOS%20y%20FALLO%201140%20S%202017-TFAMILIA.pdf).
En el siguiente fallo se plantea el caso de una persona que procede a unirse en matrimonio con otra, siendo
que esa persona estaba casada, es decir, estaba subsistente un matrimonio anterior.
El estado genera deberes jurídicos, como el de usar un apellido o suministrar alimentos. En el ámbito del
derecho procesal es causal de excusación o de recusación de los jueces o funcionarios, quienes no podrán
entender en aquellos pleitos en que intervengan parientes que se hallen en los grados previstos en las leyes
rituales; en el ámbito penal, es agravante o eximente de penas.
Asimismo, se relaciona con los otros atributos porque, por ejemplo, en el matrimonio (estado: casado), los
esposos tienen limitaciones entre sí para ciertos contratos; o por caso, los padres no pueden contratar con sus
hijos sometidos a responsabilidad parental. Además, si se logra el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial por el padre, este reconocimiento cambia el estado del hijo reconocido y del padre que
reconoce.
Por ello, se dice que los efectos de este atributo son importantes a la hora de los reclamos patrimoniales o de
deberes correspondientes al estado que se posea, para lo cual la ley establece una serie de normas que lo
protegen. Por ejemplo, a las personas les reconoce dos acciones:
De reclamación de estado: que son acciones que persiguen un reconocimiento (por ejemplo, las acciones
de filiación).
De impugnación de estado: que son acciones que persiguen un desconocimiento de un estado ostentado
hasta entonces (por ejemplo, la que le corresponde al padre con respecto al hijo nacido en matrimonio y que
no es suyo).
Prueba
Los datos concernientes a la existencia y estado civil de las personas deben recogerse de modo fidedigno y
ser custodiados en archivos oficiales, en beneficio no solo del interesado, sino también del Estado y de los
terceros que puedan tener interés en obtener información útil.
El Código establece que el nacimiento, matrimonio y muerte de las personas físicas se prueba con las
partidas del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, conocido como Registro Civil [59].
[59] Arts. 96 y 420, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Lectura VI
La existencia de la persona humana
Sujetos de la relación jurídica
LECCIÓN 1 de 6
Comienzo y fin de la existencia de las personas humanas
Personas por nacer
Noción de personas y vida humana
¿Cómo entendemos al concepto de persona?
En primer lugar, diremos que, si bien el Código no nos brinda un concepto de persona, desde la perspectiva
del derecho y en cuanto a su regulación jurídica, entendemos a la persona como centro de imputación de
normas jurídicas, titular de derechos y obligaciones, es decir, como un verdadero sujeto de derecho. Es
importante destacar que tanto la persona humana como la jurídica, cuando participan en una relación jurídica
concreta, se denominan sujetos de derecho.
Además, cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como señalamos anteriormente, la noción de
persona es una categoría jurídica, pues se trata de ser portador de derechos, mientras que la vida humana es
un suceso de la naturaleza, es su asiento natural.
Importancia jurídica de la concepción
La persona humana comienza su existencia como tal desde la concepción, según lo estipula el Código Civil
y Comercial argentino, en el artículo 17 [1] siguiendo las normas establecidas en Tratados Internacionales de
Derechos Humanos.
De conformidad al mencionado artículo, la concepción determina el momento a partir del cual se es persona,
es decir, el sujeto tiene personalidad jurídica y goza de protección de la ley. Así, el Código Civil y
Comercial subsume el concepto de vida humana con el de persona en el sentido técnico del término,
reconociendo su comienzo en el momento mismo de la concepción. De esta manera, se considera que hay
persona durante todo el proceso de gestación: desde su inicio, hasta el nacimiento y, luego, habrá persona
física, desde ese instante hasta la muerte. En igual línea, Vélez Sarsfield aclaraba, en la nota a su art. 63, que
“las personas por nacer, no son personas futuras, pues ya existen en el vientre de la madre” [2].
Ahora bien, esta solución no podría haber sido diferente a la adoptada, toda vez que el art. 4.1 del Pacto de
San José de Costa Rica, establece: “... Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho
estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción…” [3].
El dispositivo de jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, CN) asigna tutela jurídica a la vida humana desde
este momento de la concepción [4]. Así se visualiza con claridad que, bajo el enfoque de la jerarquía
normativa, de conformidad a la pauta del art. 31 de la CN, la asignación de personalidad al ente natural no
puede ser ubicada por nuestra legislación común en un momento posterior a este [5]. Lo propio puede
afirmarse sobre la Convención sobre los Derechos del Niño que, en su art. 1, establece que “niño” es todo
ser humano menor de dieciocho años de edad [6].
Con respecto al comienzo de la vida, la Convención nada aclara, pero sí lo hace la ley 23.849 –la de
ratificación del Tratado– en su art. 2, el cual declara que, con relación al artículo 1 de la Convención sobre
los Derechos del Niño, la República Argentina entiende por niño a todo ser humano desde el momento de la
concepción y hasta los 18 años [7]. Repárese en que lo que goza de jerarquía constitucional es el texto de la
Convención, junto con la ley de ratificación, porque, como bien lo señala el art. 75, inc. 22, de la Carta
Magna, cada tratado adquiere jerarquía constitucional “en las condiciones de su vigencia”, incluyendo así la
ratificación como una unidad que debe ser considerada de ese modo, a la hora de valorar las disposiciones
con jerarquía constitucional.
[1]
Nota al art. 63 del Código Civil dictado por Vélez Sarsfield, actualmente derogado por el Código Civil y
Comercial de la Nación.
[2]
Art. 17, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[3]
Art. 4, Pacto de San José de Costa Rica [Tratado Multilateral]. (22 de noviembre 1969). Organización de
los Estados Americanos. Recuperado de https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm.
[4]
Art. 75, Ley 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[5]
Art. 31, Ley Nº 24.430. (15 de diciembre de 1994). Constitución de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/804/norma.htm
[6]
Art. 1, Convención sobre los Derechos del Niño. (20 de noviembre de 1989). Naciones Unidas.
Recuperado de https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf
[7]
Art. 2, Ley 23.849. (27 de septiembre de 1990). Convención sobre los Derechos del Niño. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/249/norma.htm
Duración del embarazo
El embarazo es el estado funcional en el que se encuentra la mujer desde la concepción hasta que se produce
el nacimiento.
La determinación del tiempo de duración del embarazo tiene sentido, a los fines de establecer la época en
que ha ocurrido, en cada caso, la concepción. Según sostuvimos anteriormente, esta definición resulta
relevante porque allí es donde comienza la existencia de la vida humana y, por tanto, desde entonces, puede
asignarse a ella la calidad de persona, con la consecuente adquisición de derechos.
Nuestro Código Civil y Comercial proporciona las indicaciones, en el artículo 20, en torno a los plazos del
embarazo. Así, dice:
Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la concepción es el lapso entre el máximo y el
mínimo fijados para la duración del embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo de
tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo de ciento ochenta, excluyendo el día del
nacimiento [8].
De tal modo, un embarazo de trescientos días significa una franja temporal, en semanas, de casi cuarenta y
tres semanas, mientras que uno de ciento ochenta importa una gestación de más de veinticinco semanas.
Sobre esta base y atendiendo a que, desde el punto de vista médico, la duración del estado de gravidez
alcanza a cuarenta semanas de gestación, se advierte que la previsión resulta “generosa”, tanto en máximo
como en mínimo.
En definitiva, sin contar el día del parto, se cuentan trescientos días hacia atrás y, luego, ciento ochenta días,
también hacia atrás. En el período de ciento veinte días que hay entre uno y otro término, la ley presume que
se ha producido la concepción.
En una palabra, se presume, salvo prueba contraria, que la concepción se produjo en los primeros ciento
veinte días de los trescientos del embarazo, sin contar la fecha de parto.
[8]
Art. 20, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Figura 1: Duración del embarazo
Fuente: elaboración propia con base en González Unzueta, C.
Esto es lo que afirma la regla. Sin embargo, se puede probar la concepción de la persona fuera de estos
plazos máximos y mínimos que fija la ley.
Ejemplo de relevancia jurídica
Haz clic para voltear
La paternidad del marido no se presume respecto del hijo nacido después de los 300 días de embarazo,
contados a partir de la disolución del vínculo, o la separación de hecho. Sin embargo, a los efectos de
determinar, por ejemplo, si el hijo es matrimonial o no, hoy en día se cuenta con el avance de la tecnología y
la ciencia, que utilizan métodos mucho más certeros.
Nuevas consideraciones jurídicas a partir de los avances científicos
Para dar comienzo a este tema, los invito a leer el siguiente artículo:
Para dar respuesta a este interrogante, primero te propongo la lectura de un paper relativo al análisis de la
sentencia “Artavia Murillo y otros (Fecundación in vitro) vs. Costa Rica” de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, fallo de trascendental importancia en el debate generado por este tema tan controversial
y discutido por la doctrina.
La Justicia autorizó a desechar los embriones congelados de una pareja que no quiere tener más hijos
El fallo instó al Congreso Nacional a que trate el tema ante la falta de legislación vigente.
Una pareja tiene el ferviente deseo de convertirse en padres; sin embargo, por una imposibilidad física, no
pueden concebir a su hijo de forma natural. Recurren a un tratamiento de fertilidad y comienzan a
experimentar una extensa etapa en la que se generan los embriones in vitro, se implantan y, finalmente, llega
el ansiado embarazo. El anhelo por tener un bebé en sus brazos y la felicidad que puede generar superar
juntos esta lucha por la vida deja en segundo plano el vacío legal con respecto a qué sucede con el resto de
los embriones que se criopreservan. Algunos no son conscientes de la problemática a la que se enfrentarán
con el paso del tiempo; para otros, la inobjetable prioridad de tener un hijo supera cualquier desafío que
deberán afrontar a futuro. Ante el debate sobre desde cuándo se considera la vida humana, el deseo de volver
a ser padres y el costo de mantener embriones que posiblemente nunca se utilicen, un fallo de la Justicia
puede sentar precedente en la legislación argentina.
Los procedimientos en los que la fecundación ocurre fuera del cuerpo de la mujer conllevan, habitualmente,
la generación de un número de embriones mayor al que será transferido al útero, lo que da lugar al
congelamiento (vitrificación) a -198° en nitrógeno líquido de los embriones no transferidos. Pero no todos
son utilizados en posteriores transferencias. Se estima que hay más de 25 000 embriones congelados en
clínicas de la Argentina. Dado que el Código Civil considera que ese embrión es vida humana, las únicas
opciones son utilizarlo en un tratamiento de fertilización in vitro, donarlo a otra pareja (embriodonación) o
mantenerlo congelado.
Un matrimonio de la ciudad de La Plata recurrió a la clínica Procrearte en 2008 para iniciar un tratamiento
de fertilización (aún no se había legislado al respecto ni en Provincia ni en Nación). Tras lograr tener una
hija, 10 años más tarde decidieron no ampliar la familia y desechar los embriones congelados. Pero la falta
de legislación vigente y una deuda por manutención convirtió la decisión de no tener más hijos en un
problema por el cual debieron acudir a la Justicia.
Mediante una sentencia emitida el pasado 30 de septiembre, el juzgado de Familia N°8 de La Plata autorizó
al matrimonio a cesar la criopreservación de embriones y proceder a su descarte. “Es algo que le ocurre a
muchas parejas que no los usan (a los embriones) por distintos factores: ya sea por no querer seguir adelante
con el tratamiento, por un divorcio, la muerte de alguno de ellos, o por no querer seguir teniendo más hijos”,
explicó a Infobae la abogada de la familia en cuestión, Griselda De Luca.
La manutención de los embriones ronda entre los 100 y 200 dólares anuales, dependiendo del
establecimiento donde se realiza el tratamiento y del contrato que se haya firmado. Todos los gastos quedan
a cargo de la pareja que inicia el procedimiento. Luego de varios años, la familia comenzó a endeudarse con
la clínica. Fue ahí que surgió el interrogante: “¿Por qué seguir manteniéndolos si ya había cesado la voluntad
procreacional?”, contó la letrada.
Incluso teniendo éxito en el tratamiento, son variadas las preguntas que giran en torno a las parejas y la
decisión de seguir conservando o descartar los embriones. ¿Si por el momento no, pero después quieren
volver a tener hijos?; ¿si, producto de una separación, uno los quiere los embriones y el otro no?; ¿quién se
hace cargo de la manutención de los embriones en caso de fallecimiento de los solicitantes? De Luca apuntó
a que no hay legislación al respecto: “Se tendría que poder cesar la criopreservación, revocando el
consentimiento, pero no hay una ley específica sobre el tema”. “Está la autonomía de la voluntad de no
querer tenerlos más, que no está respetada por las leyes porque dejan una laguna. Hay un contrato a tiempo
indefinido en cuanto al cuidado y mantenimiento de embriones, ya que no está legislado que se puedan
destruir”, explicó la abogada.
El fallo, que lleva la firma del juez Mauro Javier Cerdá, argumentó que los cónyuges “carecen de
voluntad procreacional” y apunta que los solicitantes no quieren estar “atados a un contrato indefinido y
que tampoco tienen la voluntad de donarlos ni dejarlos para la investigación”. “Es un fallo
vanguardista, no es un detalle menor que un juez tenga esta iniciativa. Es bueno para lo que puede aportar a
la comunidad, basándonos siempre en la autonomía de la voluntad de las partes que son los propietarios del
material genético”, destacó De Luca, quien recordó que “ya hay dos fallos preexistentes: uno en Mendoza y
otro, también en La Plata". Sin embargo, resaltó este último porque “insta al Poder Legislativo a tratar el
tema porque hay un vacío legal en relación a qué hacer con los embriones que pertenecen a una
familia si no quiere seguir teniendo hijos ni continuar manteniéndolos”.
La letrada también apuntó que al iniciarse estos tratamientos de fertilidad “no hay suficiente información
sobre el cese de embriones, hay un vacío legal en cuanto hasta dónde y cuándo se protege, y la discusión
siempre se basa en desde qué momento se considera la vida humana”.
En ese sentido, sostuvo que “un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos -el caso Artavia
Murillo- dice que el embrión no implantado no es persona”, y que “en nuestro ordenamiento legal se podría
entender que es persona a partir de la implantación”. Ante este panorama, “la clínica se resguarda porque
no está definido el tema. Sería ideal que salga una normativa que aclare o modifique la ley de
fertilidad existente, y que sea la pareja la que decida cuando cesa la voluntad procreacional, hay que
definirlo jurídicamente”.
De Luca hizo referencia a un proyecto que persigue el objetivo de aclarar la situación de los embriones
implantados presentado por el diputado nacional Daniel Filmus, pero que aún no fue tratado en el Congreso.
Al respecto de cómo continúa la situación de esta familia a partir del reciente fallo, explicó
que “deben terminar unos pasos procesales y después estarán presentes en la clínica al
momento de desechar los embriones que no se van a utilizar. Les cesa un contrato vitalicio,
lo tenían que mantener de por vida”. Al no haber contraparte, no se puede apelar la
decisión de la Justicia, por lo que el fallo “quedará firme el jueves próximo”, explicó.
(Russo Coroman, 9 de octubre de 2019, https://www.infobae.com/sociedad/2019/10/09/la-
justicia-autorizo-a-desechar-los-embriones-congelados-de-una-pareja-que-no-quiere-tener-
mas-hijos/).
El artículo 19, en su versión original del Proyecto de Código Civil, de 2012, decía:
La existencia de la persona humana comienza con la concepción en el seno materno. En el caso de técnicas
de reproducción humana asistida, comienza con la implantación del embrión en la mujer, sin perjuicio de lo
que prevea la ley especial para la protección del embrión no implantado [9].
Este precepto dejaba de lado cualquier discusión con relación al nasciturus concebido en el vientre de la
madre, al que se lo seguía considerando persona y sujeto destinatario de la protección del derecho. Sin
embargo, no ocurría lo mismo con relación a los embriones no implantados, los que quedaban huérfanos de
toda protección legal, hasta tanto no se produjese su implantación en el cuerpo de la madre, momento a
partir del cual, recién, eran considerados personas humanas (Rivera y Medina, 2014).
[9]
Art. 19, Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación (2012). Poder Ejecutivo Nacional.
Recuperado de http://www.saij.gob.ar/docs-f/ediciones/libros/codigo_civil_comercial.pdf
Según Rivera y Medina (2014), la Comisión de Reformas suministró tres argumentos por los cuales los
embriones no implantados no son personas humanas:
1El primero de ellos tiene que ver con el estado actual de las técnicas de reproducción humana asistida. De
acuerdo con ellas, no existe posibilidad de desarrollo de un embrión fuera del cuerpo de la mujer.
2El segundo motivo alegado radica en que la regulación de la persona humana tiene como finalidad
establecer los efectos jurídicos que tienen fuente en esa personalidad, tanto en el orden patrimonial como
extrapatrimonial, sin ingresar en otros ámbitos, como puede ser el derecho penal, conducido por otros
principios.
3Y el tercer argumento decía que, tal como está regulado en el derecho comparado, corresponde que tan
importante cuestión sea regulada en leyes especiales, que prevean su revisión periódica, dado el permanente
avance científico en la materia.
De los múltiples proyectos que, sobre el tema, existen en el Congreso, solamente en dos de ellos se protege
la vida de los embriones desde la concepción extrauterina. En los restantes proyectos, se trata a los
embriones no como vidas humanas, sino como objetos descartables, tal como lo hace la actual ley 26.862,
“Reproducción Médicamente Asistida” [10].
Ahora bien, tal como quedó el texto definitivo del artículo 19, no quedan dudas de que el Código Civil y
Comercial tutela la vida humana desde el momento mismo de la concepción. El tema es que el término
“concepción” ha dado lugar a distintas teorías que conviven.
Así, por un lado, se sostiene que el ser humano comienza con la unión de los gametos masculino y
femenino, es decir, del óvulo y del espermatozoide, lo que se conoce como fecundación del cigoto. A partir
de allí, se configura una realidad genética distinta de las dos que le dieron origen, es decir, se produce una
combinación de cromosomas claramente diferenciable de las de sus progenitores. Así, para esta postura, el
término concepción, supone fecundación.
Por otro lado, otra postura entiende que el cigoto necesita anidar en el útero de la mujer, para que se
produzca el inicio de la vida humana. Los sostenedores de esta doctrina distinguen el embrión
preimplantario, del embrión propiamente dicho, fundando tal distinción en el momento en que tiene lugar la
anidación en la pared del útero, que se produce en el día catorce, contando a partir de la entrada del gameto
masculino en el femenino. En consecuencia, la anidación resulta de trascendental importancia jurídica, pues
antes de ella, no hay vida humana.
Otra postura más innovadora propugna un desarrollo aún superior de maduración de embrión posterior a la
anidación para que estemos frente a un individuo.
La última tesis ubica el comienzo de la persona humana en un tiempo posterior, en el que el feto adquiere su
viabilidad en el nacimiento (Chiapero, 2012).
La divergencia entre una y otra posición se aprecia en los cambios que sufrió el dispositivo antes de la
versión definitiva y que son un reflejo de las discordancias en la comunidad jurídica argentina.
La mayoría de las doctrinas se inscriben en la posición que considera persona a la vida humana a partir de la
fecundación, sin perjuicio de admitir que no ocurre lo mismo en la doctrina y la jurisprudencia internacional.
Para la postura mayoritaria, la fecundación del óvulo por el espermatozoide da inicio no solo a la vida
humana, sino también a la persona humana, sea que la fecundación se hubiese producido en el seno materno
o en el laboratorio.
Esto puede comprobarse al repasar lo ocurrido en las XIX Jornadas Nacionales de Derecho Civil en la
Ciudad de Rosario (año 2003), en donde la Comisión de Parte General abordó el tópico y la mayoría aprobó
el despacho que sostuvo que la existencia de la persona humana comienza con su concepción, entendida
como fecundación, y lo propio ocurrió diez años después en las XXIV Jornadas en la Universidad de Buenos
Aires (año 2013).
Así, en autos “Artavia Murillo y otros ("Fecundación in vitro") vs. Costa Rica”, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de repasar las dos interpretaciones del término
concepción, señaló que “la prueba científica concuerda en diferenciar dos momentos complementarios y
esenciales en el desarrollo embrionario: la fecundación y la implantación” [11] y que “solo al cumplirse el
segundo momento, se cierra el ciclo que permite entender que existe concepción” [12].
El Alto Tribunal Internacional admite que, si bien al ser fecundado el óvulo se da paso a una célula diferente
y con la información genética suficiente para el posible desarrollo de un "ser humano", lo cierto es que, si
dicho embrión no se implanta en el cuerpo de la mujer, sus posibilidades de desarrollo son nulas.
La Corte razona que prueba de ello es que solo es posible establecer si se ha producido o no un embarazo,
una vez que se ha implantado el óvulo fecundado en el útero, al producirse la hormona
denominada gonodatropina coriónica, que solo es detectable en la mujer que tiene un embrión unido a ella.
Antes de esto, es imposible determinar si en el interior del cuerpo ocurrió la unión entre el óvulo y un
espermatozoide, y si esta unión se perdió antes de la implantación, concluyendo a partir de allí. que hay
diferencia entre embrión implantado y embrión no implantado.
Por todo lo anterior, la Corte concluyó (por mayoría) que la interpretación histórica y sistemática de los
antecedentes existentes en el Sistema Interamericano confirma que no es procedente otorgar el estatus de
persona al embrión, quedando claro en cuál de las dos posiciones se enrola el Tribunal Internacional en este
decisorio.
Sin embargo, el Estado involucrado no fue Argentina, sino Costa Rica y, por ende, parte de la doctrina
sostiene que no se desprende de la Convención Americana que sus fallos tengan obligatoriedad erga
omnes, más allá del expediente en el que fueron dictadas, por lo que no es vinculante para la República
Argentina. Pero quienes descartan esta posición sostienen que dichas resoluciones son vinculantes y que
Argentina debe tomar decisiones a la luz de esas consideraciones.
Al respecto, Rivera y Crovi (2016) sostienen que “la disposición actual no soluciona la cuestión relativa a la
naturaleza jurídica del embrión no implantado, producto de las técnicas de reproducción humana asistida, ni
protege su destino”(p. 218).
Luego de la lectura de los artículos propuestos, ha quedado claro que el embrión crioconservado no se trata
de una persona, pero ello no le quita que sea merecedor de protección jurídica.
[10]
Ley 26.862. (5 de junio de 2013). Reproducción Médicamente Asistida. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/215000-
219999/216700/norma.hm
[11]
Corte Interamericana de Derechos Humanos, "Artavia Murillo y otros (Fertilización in vitro) vs. Costa
Rica". (2012) Recuperado de http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_257_esp.pdf
[12]
Corte Interamericana de Derechos Humanos, "Artavia Murillo y otros (Fertilización in vitro) vs. Costa
Rica". (2012) Recuperado de http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_257_esp.pdf
A continuación, te invito a leer un paper científico donde se aborda la problemática de los embriones
crioconservados a la luz de diferentes fallos que autorizaron su descarte.
Laferriere resalta: si los embriones criocongelados no son personas, entonces, ¿qué son? Lamm (2015)
responde este interrogante diciendo que:
El embrión humano no puede ser considerado una persona humana completa, pero tampoco
es mero tejido humano sin estatus moral. Considero que el embrión humano tiene un “estatus
moral intermedio”. Consecuentemente, al embrión se le debe cierto respeto, aunque no todas
las protecciones de la persona humana. (p. 8).
Nacimiento con vida
Definición
El artículo 21 del CCCN dispone: “Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del concebido o
implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si no nace con vida, se
considera que la persona nunca existió. El nacimiento con vida se presume”[13].
[13]
Art. 21, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Figura 2: El nacimiento
Fuente: [Imagen sin título sobre nacimiento]. (sf) Recuperada
de https://cadenaser.com/ser/2019/05/27/sociedad/1558949034_527058.html
Como el nacimiento con vida se presume, se puede afirmar que corresponderá a quien alega probar que
existió vida, aunque sea por un corto período de tiempo, siempre que se haya producido la separación
definitiva de la madre. Se trata de una presunción que admite cualquier tipo de prueba.
Los derechos y obligaciones adquiridos por el nasciturus en el momento mismo de la concepción (es allí
donde adquiere la calidad de persona) quedan sometidos a una suerte de condición suspensiva: el
nacimiento con vida. Ocurrido ello, se produce su “adquisición irrevocable” de todos los derechos que le
correspondan por filiación; por el contrario, es decir, en caso de nacer muerto o sin vida, se extinguirán
retroactivamente la totalidad de los derechos que pudo haber adquirido desde la concepción.
En una palabra, si el niño nace con vida, mantiene o conserva esos derechos que adquirió desde la
concepción, de manera tal que su nacimiento lo único que hace es perfeccionar o consolidar esa
personalidad que ya poseía.
Los invito a leer este artículo publicado por el Dr. Nicolás Lafferriere relativo a la importancia del
nacimiento con vida de la persona humana.
Medios de prueba
Los artículos 96, 97 y 98 del código unificado regulan en materia de prueba del nacimiento y de la
muerte [15].
En primer lugar, es dable señalar que, prueba por excelencia del nacimiento, así como de las circunstancias
de tiempo, lugar, sexo, nombre y filiación de las personas nacidas, es la partida del Registro Civil.
Las partidas del Registro Civil asumen el carácter de verdaderos instrumentos públicos, siempre que estén
confeccionadas en debida forma, sean emitidas por oficiales públicos con competencia para tal fin o que, por
las circunstancias en las que se encuentren, estén autorizados a emitirlas (arts. 289 inc. “b” y 296) [16].
Asimismo, se dispone que el nacimiento ocurrido en el extranjero se prueba con los instrumentos otorgados
según las leyes del lugar donde se produce, legalizado o autenticado del modo que disponen las
convenciones internacionales y, a falta de ellas, las disposiciones consulares de la República.
A continuación, les presento un fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala I, relativo a la
importancia de la prueba del nacimiento, para poder dar lugar a la inscripción de una persona. Si bien el
dictado de esta sentencia es anterior a la sanción del CCCN, se mantienen los mismos principios en materia
probatoria.
Teniendo en cuenta el fallo citado, se puede apreciar que, para probar la existencia del nacimiento con vida,
existe libertad probatoria, por ende, esta persona podría haber acreditado el nacimiento con la declaración de
testigos u otros medios probatorios, para que el tribunal pudiera tener certeza del lugar y fecha de
nacimiento del solicitante, a los fines dar lugar a la inscripción.
Ahora bien, para el supuesto en que no hubiera partida del Registro, porque no hay registro público o bien
porque falta o es nulo el asiento, y quisiera demostrarse el hecho del nacimiento, se podrá acreditar por
cualquier otro medio de prueba, ya sea una información pericial, testimonios de los médicos o expertos,
entre otros, como en el caso del fallo citado, donde se solicitó la presentación de cualquier otro medio de
prueba.
[15]
Arts. 96-98, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[16]
Arts. 289 y 296, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[17]
Cám. Nac. Apel. Civ., Sala I, “N.N. o R.K.S. s. inscripción de nacimiento”. (2014). Recuperado
de https://jurisprudencia.mpd.gov.ar/Jurisprudencia/Forms/DispForm.aspx?ID=213&source=https://
jurisprudencia.mpd.gov.ar/Jurisprudencia/Forms/voces.aspx?voces=REGISTRO%20CIVIL
Presunción
El mencionado artículo 21 establece que “el nacimiento con vida se presume” [18], presunción que funciona
ante la hipótesis de que existieran dudas al respecto.
Ahora bien, esta presunción admite prueba en contrario, es decir que si alguien alegara que el niño nació
muerto, debe cargar con la prueba de tal extremo.
[18]
Art. 21, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Ausencia de la persona
Definición
Volver de la muerte: el caso de la mujer que regresó tras 11 años de estar desaparecida
Brenda Heist desapareció sin dejar rastro hace 11 años en el condado de Lancaster, en Pensilvania, y acabó
siendo declarada muerta por las autoridades. ¿Qué sucede cuando alguien "regresa de la muerte" de esta
manera?
Una mañana de 2002, Heist sacó la cena del congelador, planchó algo de ropa y llevó a la escuela a sus dos
hijos, una niña de 8 años y un niño de 12. Después, desapareció tras conocer a un grupo de personas sin
hogar que estaban viajando hacia Florida.
En ese momento, se estaba divorciando de su marido de forma amistosa y acababa de saber que le habían
denegado una ayuda pública para vivienda. Tras años de pesquisas para hallar su paradero, el marido de
Brenda, Lee Heist, pidió a un tribunal que la declarara oficialmente muerta. Pero la mujer, que ahora tiene
54 años, acaba de reaparecer en los cayos de Florida, en mayo de 2013, donde ha estado, según su
testimonio, viviendo con un grupo de indigentes (“Volver de la muerte: el caso de la mujer que regresó tras
11 años de estar desaparecida”, 5 de mayo de 2013).
¿Qué sucederá ahora con Brenda? ¿Qué tratamiento le da el CCCN argentino a la ausencia de las personas?
El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (79 a 84) [19] las normas sustantivas y
procedimentales correspondientes a la simple ausencia y al procedimiento previsto a los fines de obtener tal
declaración. El fin último de esta regulación es la protección del patrimonio del ausente, pues lo que se
pretende es la designación de un curador especial a los bienes para que estos puedan ser administrados en
debida forma, mientras dure el estado de ausencia.
[19]
Art. 79-84, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Presupuestos fácticos y jurídicos
Si una persona ha desaparecido de su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin haber dejado apoderado,
puede designarse un curador a sus bienes si el cuidado de estos lo exige. La misma regla se debe aplicar si
existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes o no desempeña convenientemente el mandato. [20]
Pareciera tratarse del caso de Brenda, que se ausentó de su domicilio sin que se tengan noticias de ella,
dejando todos sus bienes a la deriva y sin nadie que los administre. En el estado de Pensilvania (EE. UU.), se
requiere un período de tiempo de siete años para declarar legalmente a alguien muerto en ausencia, aunque
en otros estados es de cinco.
De conformidad con el art. 79 [21] del CCCN, para configurarse el presupuesto de la ausencia simple es
preciso que:
la persona haya desaparecido de su domicilio, sin que se tenga noticias sobre su existencia;
haya dejado bienes que exijan protección;
no haya dejado apoderado o que los poderes del apoderado del ausente resulten insuficientes, o que
este haya incurrido en un desempeño inconveniente de su mandato.
Como se advierte, la ley argentina no exige que haya transcurrido plazo alguno para peticionar, ante el juez
competente, la declaración de ausencia simple ni que la desaparición se vincule con un hecho extremo del
cual se presuma la muerte del ausente. En el caso de Brenda, en Pensylvania, la ley sí establecía un plazo.
Nuestra norma solo establece, como requisito, que existan bienes para cuidar, de manera tal que se adopten
aquellas medidas necesarias para proteger el patrimonio del ausente.
[20]
Art. 79, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[21]
Art. 79, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Procedimiento
Los artículos 80, 81, 82, 83 y 84 del CCCN regulan el procedimiento para obtener la declaración de
ausencia.
Si el caso de Brenda Heist hubiera acaecido en nuestro país, ¿quién estaría legitimado para solicitar el
procedimiento de ausencia?
El art. 80 establece quiénes se encuentran legitimados para incoar el proceso de ausencia [22]:
el Ministerio Público;
toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del ausente.
La solicitud de la declaración deberá incoarse ante el juez del domicilio del ausente; si este no lo tuvo en el
país o no es conocido, es competente el juez del lugar donde existen bienes, y si hubiere bienes en distintas
jurisdicciones, el que haya prevenido; todo ello conforme lo prevé el art. 81[23].
“En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o adoptar las medidas que las
circunstancias aconsejan”[24], a fin de la preservación del patrimonio.
Una vez oído el defensor y producida la prueba correspondiente, que tendrá por fin acreditar la desaparición
del ausente y que podrá rendirse por cualquier medio, si concurren los extremos legales, el juez estará en
condiciones de dictar la sentencia de declaración de ausencia simple y designar al curador.
[22]
Art. 80, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[23]
Art. 81, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[24]
Art. 82, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Efectos
Dictada la sentencia de simple ausencia, se designará un curador, a fin de que realice los actos de
conservación y administración ordinaria de los bienes. Para el supuesto de que deba realizar un acto que
exceda la administración ordinaria, deberá requerir autorización al juez, la que debe ser otorgada solo en
caso de necesidad evidente e impostergable.
La curatela del ausente termina por su presentación personalmente o por apoderado; por su muerte o por su
fallecimiento presunto declarado judicialmente [25].
[25]
Art. 84, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Muerte presunta
Régimen legal. Casos y términos
El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se ha perdido totalmente la noción o los datos del
paradero de una persona durante un tiempo prolongado o porque la persona se haya encontrado en
circunstancias en las que se presume su muerte.
La desaparición del ARA San Juan (S-42) se refiere a la pérdida de contacto con el submarino ARA San
Juan (S-42) de la Armada Argentina, sucedida el 15 de noviembre de 2017, a las 7:30 a. m. (hora local) en
aguas del Mar Argentino, con 38 tripulantes y 6 buzos tácticos a bordo.
¿Qué sucede con estas personas? ¿Se las puede declarar ausentes con presunción de fallecimiento? ¿Quiénes
pueden solicitar la medida?
Todas estas cuestiones las responde nuestro CCCN, planteando diferentes escenarios: si la persona tiene una
ausencia prolongada en el tiempo sin que se tengan noticias de ella o si existe una situación en la que se
presume que la persona ha fallecido.
Así, el Código contempla, en el art. 85, el caso ordinario y, en el art. 86, los supuestos extraordinarios.
SUPUESTO ORDINARIO
Ausencia de una persona física que se prolonga por tres años, de manera continua y sin ningún tipo de
noticia de ella; estos tres años se comienzan a contar desde el día en que se ausentó o desde la última noticia
que se tuvo de la persona[26] (art. 85 CCCN). Se exigen dos requisitos: ausencia prolongada de tres años y la
falta de noticias sobre esa persona.
[26]
Art. 85, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
S U P U E S T O E X T R A O R D I N A R I O G E N É R . . . Es el caso de la desaparición de una persona
domiciliada o residente en la República que hubiese sido gravemente herida en un conflicto de guerra o un
naufragio, o algún tipo de desastre común, cuyo suceso sea susceptible de ocasionar la muerte. También,
causa la presunción de fallecimiento, pero, a diferencia del caso que analizamos anteriormente, son
necesarios tres requisitos: a) es necesario que no tengamos noticias de estas personas, b) que el lapso sea de
dos (2) años a contar desde el día del evento dañoso, si fue conocido, o desde un término medio entre el
principio y fin de la época en que sucedió el evento, y c) que el ausente se haya encontrado en el mismo
espacio físico que el suceso extraordinario, de índole tal capaz de producir la muerte [1] (art. 86 CCCN,
primer párrafo).
[27]
Art. 86, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
SUPUESTO EXTRAORDINARIO ESPEC...
Si la persona que se encuentra ausente se hubiese encontrado en una nave o aeronave naufragada o perdida,
y no se tienen noticias de ella por el término de seis (6) meses, desde el día que ocurrió el suceso o pudo
haber ocurrido y no se tengan noticias de ella. Es decir, este supuesto acorta bastante el plazo, siempre,
entonces, que se den los tres requisitos:
1. ausencia injustificada;
2. falta de noticias por el lapso legal de seis (6) meses, y
3. que se trate de uno de los supuestos enunciados en la norma[28] (art. 86 CCCN, segundo párrafo).
[28]
Art. 86, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
En resumen, conforme lo prescribe el art. 85 [29], para que nazca la presunción de fallecimiento es preciso
que la persona se ausente de su domicilio, sin que se tengan noticias de ella por el término de tres años y no
requiere la norma que la ausencia de la persona haya ocurrido en virtud de una circunstancia que traiga
aparejada la muerte (supuesto de buque o aeronave naufragada, incendio, terremoto, etc.), como ocurre en
los casos extraordinarios. Por último, el plazo de tres años debe contarse desde la fecha de la última noticia
que se haya tenido del ausente.
La disminución de los plazos en los casos extraordinarios ,en relación al supuesto ordinario se debe a que se
trata de hipótesis que se sustentan en circunstancias particulares, en las que las posibilidades de
supervivencia resultan ínfimas.
Teniendo en cuenta estos supuestos, estamos, entonces, en condiciones de afirmar que la tragedia del ARA
San Juan puede enmarcarse dentro del supuesto extraordinario específico.
En ese caso, todas aquellas personas que tuvieren algún derecho sobre los bienes de estas personas
desaparecidas (imaginemos un heredero de uno de las personas tripulantes del ARA San Juan) deben
solicitar al juez del domicilio del ausente, la declaración del día en que presuntamente falleció, probando
todas las circunstancias analizadas precedentemente.
Se encuentran legitimadas aquellas personas que tuvieren algún derecho sobre los bienes de estas personas
desaparecidas subordinados a la muerte: herederos, legatarios, el fisco, el cónyuge (queda excluido el
cónyuge si se hubieren divorciado con anterioridad).
[29]
Art. 85, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Procedimiento para su declaración
En primer lugar, debe señalarse que (de conformidad, lo establece el art. 87), cualquier persona que tenga
“algún derecho subordinado a la muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración de
fallecimiento presunto, justificando los extremos legales y la realización de diligencias tendientes a la
averiguación de la existencia del ausente” [30] que arrojen resultado negativo.
El artículo 88 [31] prescribe el procedimiento que debe seguir el juez en orden al trámite del pedido de
declaración de fallecimiento presunto.
[30]
Art. 87, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[31]
Art. 88, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Deberá nombrarse un defensor al ausente, a fin de garantizarle el derecho de defensa durante la tramitación
del juicio.
Deberá citarse al ausente por edictos que se publicarán una vez por mes durante seis meses, publicación que
deberá disponerse en el Boletín Oficial y en otro que resulte de importancia.
En el supuesto de que existan bienes y no haya mandatario o, si lo hubiere, ejerciera incorrectamente el
mandato, deberá nombrarse un curador a sus bienes a los fines de que los administre y conserve.
Por último, el artículo 88 aclara que la declaración de simple ausencia no constituye presupuesto necesario
para la declaración de fallecimiento presunto, ni suple la comprobación de las diligencias realizadas para
conocer la existencia del ausente.
Así las cosas, pasados los seis meses –tiempo en que se publican los edictos–, recibida la prueba que
acredite que la búsqueda del ausente dio resultado negativo y oído el defensor, el juez debe declarar el
fallecimiento presuntivo si están acreditados los extremos legales, fijar el día presuntivo del fallecimiento y
disponer la inscripción de la sentencia en el Registro Civil.
Por su parte, el art. 90 dispone qué día debe fijare como el presuntivo del fallecimiento.
Día presuntivo de fallecimiento. Deberá fijarse como día presuntivo del fallecimiento:
Así, tenemos que, dictada la declaratoria, el juez mandará abrir, si existiese, el testamento que hubiese
dejado el desaparecido; los herederos y los legatarios deben recibir los bienes del declarado presuntamente
fallecido, previo inventario. El dominio se inscribirá en el registro correspondiente (Registro de la
Propiedad, Registro de la Propiedad del Automotor) con la prenotación del caso, a nombre de los herederos
o legatarios, que podrán hacer partición de los bienes, pero no enajenarlos ni gravarlos sin autorización
judicial [33].
Este sería el caso de Brenda Heist, que mencionamos previamente, que apareció 11 años después de ser
declarada ausente con presunción de fallecimiento.
El CCCN, para este caso, establece que, si entregados los bienes, aparece el ausente o se tiene noticia cierta
de su existencia, queda sin efecto la declaración de fallecimiento, procediéndose a la devolución de aquellos
a petición del interesado. Esta circunstancia fue tenida en cuenta como recaudo frente a la posible aparición
de la persona ausente. De todos modos, en caso de que aparezca luego de la posesión definitiva, se le
entregarán los bienes en el estado en que se encuentren. El cónyuge puede volver a casarse, disolviéndose el
anterior matrimonio en el momento de la celebración de las segundas nupcias y, si aparece luego el ausente,
no hay nulidad del matrimonio contraído.
La conclusión de la prenotación se encuentra regulada en el art. 92. Este prevé que la prenotación queda sin
efecto transcurridos cinco años, desde la fecha presuntiva del fallecimiento, u ochenta años, desde el
nacimiento de la persona. Desde ese momento, puede disponerse libremente de los bienes, es decir que los
herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno [34].
Efectos sobre el matrimonio: según el art. 435, inc. “b”, la declaración de ausencia con presunción de
fallecimiento es una causal de disolución del matrimonio, por lo que el otro cónyuge podrá contraer nuevo
matrimonio [35].
[33]
Arts. 90 y 91, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[34]
Art. 92, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[35]
Art. 435, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
Reaparición del presunto muerto
Ahora bien, si el ausente reaparece, como en el caso citado previamente, de Brenda Heist, que reapareció 11
años después, podría reclamar:
la entrega de los bienes que existen en el estado en que se encuentran;
los bienes adquiridos con el valor de los que faltan;
el precio adeudado de los bienes enajenados;
los frutos no consumidos.
Muerte comprobada
Definición. Forma y prueba
Luz Milagros Verón, una bebé chaqueña nacida en forma prematura, con solo seis meses de gestación,
permaneció 12 horas en la morgue con temperatura de cero grado; los médicos la dieron por muerta porque,
aparentemente, no tenía signos vitales. Declarada muerta después de su nacimiento prematuro, la bebé
resistió más de 10 horas en un refrigerador de la morgue, antes de ser encontrada viva por su mamá (Sousa
Dias, 5 de agosto de 2019).
Más allá del análisis que podemos realizar sobre la responsabilidad civil o penal que tuvieron los médicos en
este caso, nos preguntamos: ¿qué establece el CCCN sobre la muerte? ¿Hay algún criterio legal para
establecer el fin de la persona humana?
El artículo 93 del Código Civil y Comercial sienta el principio general de que “la existencia de la persona
humana termina por su muerte” [36], hecho que será comprobado, según el art. 94, de acuerdo a “los
estándares médicos aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación de órganos del
cadáver” [37].
Es decir que, para la comprobación de la muerte, se tendrán en cuenta los conocimientos científicos, los
avances de la biotecnología, de las ciencias biológicas y de la medicina, entre otros.
Cuando la comprobación de la muerte se requiere a los fines de la ablación de órganos cadavéricos, el art. 94
se remite, en forma directa, a lo prescripto en la legislación especial vigente. De tal modo, la ley 24.193, de
trasplantes de órganos, en sus arts. 23 y 24, prescribe las bases para el diagnóstico bajo criterios
neurológicos y a esta normativa especial se remite el art. 94.
El art. 23 de la mencionada ley establece que se considerará que una persona ha fallecido:
…cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir
ininterrumpidamente seis (6) horas después de su constatación conjunta.
d) inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales adecuados a las diversas
situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud y Amiente con
el asesoramiento del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) [38].
Y el art. 24, requiere que la certificación del fallecimiento sea efectuada por dos médicos (entre los que
figurará, por lo menos, un neurólogo o neurocirujano) y que ninguno de ellos integre el equipo que realice
ablaciones o implantes de órganos de fallecidos [39].
Al igual que el nacimiento, la muerte se prueba con la partida del Registro Civil, es decir, con el asiento
extendido en los libros respectivos, con arreglo a la ley y las copias auténticas de estos.
El Código unificado prescribe, en el art. 289 inc. “b”, que revisten el carácter de instrumento público los
extendidos por funcionarios públicos con los requisitos que establecen las leyes.
El art. 296 prevé que hacen plena fe y enuncia el alcance de su eficacia probatoria.
[36]
Art. 93, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[37]
Art. 94, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[38]
Art. 23, Ley 24.193. (24 de marzo de 1993). Trasplantes de órganos y materiales anatómicos. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/591/norma.htm
[39]
Art. 24, Ley 24.193. (24 de marzo de 1993). Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/591/norma.htm
Según el art. 97 del CCCN, la muerte sucedida en el extranjero debe probarse con los instrumentos
otorgados según las leyes del lugar donde acaece, los que deberán legalizarse o autenticarse según lo
disponen las convenciones internacionales [41].
Por último, el art. 98 prevé cuándo no hay de registro o el asiente es nulo. En este caso, el nacimiento o la
muerte pueden acreditarse por otros medios de prueba, que es lo que se llama la prueba supletoria, es decir,
aquella que, a falta de prueba directa, permita al juez arribar a la certera convicción de que el hecho se ha
producido [42].
Para el supuesto de que el cadáver de una persona no sea hallado o no pueda ser identificado, el juez puede
tener por comprobada la muerte y disponer la pertinente inscripción en el registro, si la desaparición se
produjo en circunstancias tales que la muerte deba ser tenida como cierta.
Otro supuesto que abordaremos cuando hablamos de la muerte y esta no está comprobada, es el de la
desaparición forzada de personas.
La desaparición forzada de personas está regulada en la Ley Nacional Nº 24.321 y se dictó con motivo de la
última dictadura que tuvo lugar en nuestro país, cuyos sucesos son de público conocimiento. La ley
establece en su artículo 1 que: “Podrá declararse la ausencia por desaparición forzada de toda aquella
persona que hasta el 10 de diciembre de 1983, hubiera desaparecido involuntariamente del lugar de su
domicilio o residencia, sin que se tenga noticia de su paradero” [43].
¿Qué es “desaparición forzada de personas”?
Es aquella que se configura cuando se hubiere privado a alguien de su libertad personal y el hecho fuese
seguido por la desaparición de la víctima, o si esta hubiera sido alojada en lugares clandestinos de detención.
Podrán solicitar la declaración de ausencia por desaparición forzada todos aquellos que tuvieren algún
interés legítimo subordinado a la persona del ausente. Ejemplos: el cónyuge, los ascendientes, los
descendientes, etc.
El art. 4 de esta ley establece que “Será competente para entender en la causa, el juez en lo civil del
domicilio del solicitante o en su defecto el de la residencia del desaparecido. El procedimiento en
jurisdicción nacional será por trámite sumario” [44].
[40]
Art. 59, Ley 26.413. (10 de septiembre de 2008). Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Honorable Congreso de la Nació]n Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/145000-149999/145345/norma.htm
[41]
Art. 97, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
[42]
Art. 98, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#2
[43]
Art. 1, Ley 24. 321. (11 de mayo de 1994). Desaparición Forzada de Personas. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/719/
norma.htm
[44]
Art. 4, Ley 24. 321 (11 de mayo de 1994). Desaparición Forzada de Personas. Honorable Congreso de la
Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/719/
norma.htm
Hipótesis de la Conmoriencia
Para comprender este supuesto, debemos partir de un caso. Supongamos que, en un avión, viaja la familia
Martínez, compuesta por Susana (madre) y Marcelo (padre) y sus 2 hijos: Milagros y Juan Cruz. El avión,
luego de transcurridas 3 horas de vuelo, tiene un desperfecto que causa su impacto en alta mar, donde toda la
tripulación ha quedado sin vida en el accidente. Si te consultaran si hay alguna manera de determinar quién
ha fallecido primero de los miembros de la familia, ¿qué responderías?
El artículo 95 del CCCN establece: “Conmoriencia. Se presume que mueren al mismo tiempo las personas
que perecen en un desastre común o en cualquier otra circunstancia, si no puede determinarse lo
contrario” [45].
Este artículo está destinado a solucionar la cuestión que plantea la muerte de dos o más personas, entre las
que pudiera existir transmisión de derechos, sin que pueda determinarse cuál de ellas falleció primero, como
es el caso de la familia Martínez. En tal caso, debe considerarse que todas murieron al mismo tiempo.
Para el supuesto en que se pretendiera la transmisión de derecho entre los fallecidos, tendrá que probarse,
efectivamente, que uno murió antes que el otro, pues, a falta de pruebas, se considerarán simultáneas las
muertes.
[45]
Art. 95, Ley 26.994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-
239999/235975/norma.htm#2
Video Conceptual