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Puerperio y Cuidados de Enfermería

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Puerperio y cuidados de Enfermería

El puerperio es una etapa que atraviesa la mujer después


del parto. En este proceso la mujer readapta su
organismo con numerosos cambios en los que interfieren
las hormonas y las nuevas condiciones de ser madre.
El puerperio  es el periodo que pasa desde la expulsión
de la placenta o alumbramiento hasta que el aparato
genital vuelve a su estado normal previo al embarazo.
Dura alrededor de seis u ocho semanas, o cuarenta días,
por eso a este periodo se le conoce como cuarentena.
Fases del puerperio

• Puerperio inmediato: las primeras 24 horas después del parto.


Se vigila el riesgo de hemorragias posparto.
• Puerperio mediato: va desde el segundo al décimo día. Si no hay
incidencias y el parto es vaginal, dura unas 48 horas. Si fuera
cesárea dura unos cinco días. Se inicia la involución genital de la
mujer, los loquios y la subida de la leche materna.
• Puerperio alejado: desde el día 11 hasta el día 40 después del
nacimiento. Vuelta de la menstruación y recuperación del peso
normal del útero.
• Puerperio tardío: puede alcanzar hasta los seis meses si la madre
decide mantener la lactancia de forma activa y prolongada.
Si no existen complicaciones, el puerperio se considera fisiológico, el
cuerpo sufrirá una serie de cambios hasta que vuelva a la normalidad de
todo el organismo:

• Niveles de estrógenos descienden en la primera semana. Si no hay lactancia, los estrógenos aumentaran
en la tercera semana, apareciendo la menstruación entre la sexta y octava semana.
• Involución uterina: ésta se inicia con la expulsión de la placenta y el útero permanece duro y contraído. En
los primeros días se sitúa en la sínfisis del pubis y el ombligo, y en la segunda semana se hace intrapélvico.
• Loquios: estos son una pérdida hemática que aparece después del alumbramiento. Del primer al cuarto
día, la secreción es roja; del cuarto al décimo día es de color rosácea; y del día décimo hasta la tercera
semana posparto es de color amarillento o marrón. Estos nunca deben tener mal olor, de lo contrario se
debe vigilar para descartar una infección puerperal.
• Entuertos: son contracciones uterinas, se relacionan con la liberación de oxitocina gracias al estímulo de
succión producido por el bebé en el pezón. Pueden ser molestas y se da más en mujeres multíparas.
• Cuello uterino y vagina: la episiotomía suele cicatrizar en dos semanas. El orificio cervical se cierra entre el
décimo y duodécimo día tras el parto.
• Aparato urinario: aumenta la diuresis en los primeros días. Puede haber infecciones de tracto urinario
debido a una distensión de la vejiga o una incontinencia por rebosamiento que ocasiona un vaciado
incompleto.
• Estreñimiento: puede deberse al miedo previsor que la mujer tiene debido al dolor que causa la
episiotomía.
• Pérdida de peso.
Cuidados de enfermería en el puerperio

En el puerperio inmediato las principales complicaciones son la hemorragia


y el shock hipovolémico, por lo tanto los cuidados de enfermería irán
encaminados a vigilar para prevenirlos:
• Toma de constantes.
• Vigilar la administración de fármacos oxitócicos.
• Palpar el fondo uterino para comprobar la contracción de éste.
• Control urinario para controlar si es espontáneo o si necesita un sondaje
vesical.
• Valorar la episiotomía.
• Valorar el descanso, favorecer la lactancia, y vigilar el estado de las
mamas.
• Vigilar la aparición de los loquios, la cantidad, color y los coágulos si
aparecen.
• En el puerperio intermedio o mediato se tendrá en cuenta el estado
general de la mujer, controlar las constantes vitales para descartar
posibles hemorragias o alertarnos de signos de infección. Se debe
valorar la involución uterina y los loquios con el fin de valorar la
máxima involución uterina.
En el puerperio tardío el trabajo de enfermería es indirecto, tratará de
educación previa al alta o post parto en la que se capacita a la madre
para reconocer signos en su domicilio.
• La completa involución de los genitales.
• Cuidado de las mamas, informar de la aparición de grietas, fisuras e
infección para que la madre pueda manejarlas. Por medio de una
adecuada limpieza de manos, evitar cremas y lociones.
• La lactancia materna y si no la hay, vigilar el regreso de la
menstruación.
En todo el proceso se valorará la reacción psicológica de la
madre debido al proceso, su adaptación a él y sus capacidades.
• Reconocer el contacto visual y físico con el recién nacido.
• Ver la respuesta al llanto y resto de necesidades.
• Procurar que se genere un ambiente tranquilo, donde se
pueda desarrollar bien la relación padres – niño.
• Informar a la paciente que la tristeza, los cambios de humor y
cierta depresión posparto es normal y es pasajera.
Recomendar periodos de reposo y ejercicios acordes con sus
necesidades.
• Educar e informar sobre los métodos anticonceptivos ya que
durante este periodo puede quedar embarazada.
¿Qué mujeres tienen mayor riesgo de
padecer esta enfermedad?
• El acretismo placentario es más frecuente entre mujeres que hayan
tenido cirugías del útero (legrados, cesáreas, resección de miomas,
etc.) y que además tengan la placenta ubicada hacia la parte inferior
del útero, cerca o sobre el cuello de la matriz. Esta localización
anormal se llama “Placenta Previa”.
• Toda mujer que tenga historia de cesárea y que en el presente
embarazo se le diagnostique placenta previa, debe ser valorada por
un especialista en perinatología para descartar la presencia de
acretismo placentario. A mayor número de cesáreas realizadas en el
pasado, mayor el riesgo de acretismo placentario en un embarazo
futuro. Por ejemplo, si hay presencia de placenta previa, una de
cada tres mujeres con historia de dos cesáreas, puede tener
acretismo placentario.

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