Transición y democracia en el
Ayuntamiento de Sevilla (1975-2003).
Dr. Manuel Ruiz Romero
1
Para citar este trabajo: RUIZ ROMERO, M., “Transición y democracia en el
Ayuntamiento de Sevilla”, en ORTIZ VILLALBA, J., El Ayuntamiento de Sevilla: dos
siglos de historia, Sevilla, Patronato Alcázar-Ayuntamiento, 2004, pp. 127-177. (ISBN
84-95724-53-7).
Inicio este capítulo de la presente publicación, antes conferencia, expresando mi
felicitación al Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, D. Antonio Rodríguez
Galindo por iniciar y mantener vivo para la ciudadanía un constante devenir de
conferencias sobre distintas temáticas bajo la denominación de Aula Pablo de Olavide.
Siendo coordinadas las mismas por el siempre inquieto profesor Juan Ortiz Villalba,
vienen contando con el concurso de un numeroso público como acierto a los títulos
abordados y, en mi caso, particularmente, hago constar mi agradecimiento por honrarme
participar en el ciclo sobre El Ayuntamiento de Sevilla en el siglo XX, reproduciéndola
ahora por escrito.
Entre los apuntes con los cuales impartí la citada conferencia y que ahora releo
para elaborar este texto, hice una alusión a la necesidad de recordar, por honestidad y
coherencia, aquello que otros tiempos gritábamos contra los bloques militares y que aún
hoy, anhelamos contra el terrorismo. Estaba apunto de reunirse el Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas para autorizar o no el uso de la fuerza sobre un país –Irak-, del que
entonces se anunciaba que poseía armas de destrucción masivas. La guerra fue, (¿o debo
decir mejor que continúa?), y lo cierto es que hoy no se vislumbra un final muy pacífico
para la zona tal como se pretendía por parte de los intervinientes.
Tras estas palabras protocolarias, pero no por ello menos sinceras, comienzo la
exposición de este periodo reciente de nuestro Ayuntamiento, realizando un análisis de
la brevedad –o cuasi nulidad mejor-, de títulos que versan sobre nuestra institución
local. Las investigaciones realizadas hasta ahora sobre dicha entidad constatan una
paupérrima bibliografía al respecto. Las monografías existentes vienen de la mano de
personajes o hitos puntuales en el devenir del siglo XX, o bien de un rico anecdotario
realizado por alguno de sus protagonistas2. Unos y otros no vienen sino a poner de
manifiesto algunas consideraciones que nos disponemos a comentar.
1
.- Doctor por la Universidad Pablo de Olavide con la tesis: La génesis de la autonomía andaluza en el
contexto de la transición (1975-1982); becada por el Congreso de los Diputados y dirigida por el
catedrático Dr. Manuel González de Molina. Su email: mruizromero@ono.com
2
.-. Como exclusivos ejemplos: SANTOTORIBIO SUMARIBA, J., Sevilla en la vida municipal (19201991), Sevilla, Guibusur e Impresión, 1994; FONTAN MEANA, A., El Ayuntamiento de Sevilla desde la
transición al cambio. La historia pequeña de una casa grande, Sevilla, Artes Gráficas sevillanas, 1983; e
incluso del autor de este capítulo: “El Ayuntamiento hispalense ante la autonomía republicana. Notas para
En primer lugar, consideramos que existe un manifiesto desequilibrio con
respeto a los estudios municipales y que se han realizado sobre la Diputación. En los
últimos años, desde la entidad provincial se ha venido impulsando una coherente línea
de investigación sobre el citado organismo y el conjunto de Corporaciones Locales en el
ámbito de la provincia.3
Una segunda observación constata la lejanía científica que la Universidad
hispalense tiene al respecto de nuestra primera institución local. Resulta incomprensible
que ninguna tesis doctoral haya tenido como objeto científico a la corporación de
nuestra ciudad durante algún periodo histórico del último siglo. Existen referencias pero
muy tangenciales en algunas de la obras publicadas sobre las derechas o izquierdas en la
Sevilla de la República, sobre los movimientos sociales o la masonería, en el estudio de
los antecedentes autonómico del periodo republicano o en las obras relacionadas con el
inicio del golpe militar de 1936. Sin embargo, pese a la convocatoria anual del Premio
de Investigación Ciudad de Sevilla por parte del Área de Cultura, nunca se ha
presentado una obra específicamente dedicada al gobierno local.4
Una siguiente reflexión –la tercera- nos evidencia, una vez demostrado el vacío
historiográfico, la necesidad de jornadas como las desarrolladas y de publicaciones
como las que el autor tiene en sus manos. Una última conclusión, nos invita además a
considerar que en los últimos años se ha estudiado más a personajes de la vida local, a
la ciudad misma, sus grandes ritos e hitos, que a quienes han representado y regido en
las últimas décadas los destinos de Sevilla. El panorama es cuanto menos paradójico y
altamente preocupante. Lo cual, por otra parte, no deja de servirnos como reto a los
especialistas en historia reciente.
Apuntados estos extremos, inicio mi intervención aludiendo a algunos ejemplos
significativos, que dentro del denominado tardofranquismo anuncian el agotamiento del
régimen y las necesidades de restauración democrática. Al menos a modo de prólogo
entiendo que es necesario reseñarlas, por cuanto las implicaciones que poseen de cara a
la institución local.
Todavía cuando las fuerzas de oposición son ilegales y a resultas de la restrictiva
Ley de Asociaciones del franquismo, ve la luz en Sevilla la primera de las asociaciones
de vecinos de nuestra ciudad. Como marcan los cánones de la época, se trata de una
Asociación de Cabezas de Familia en concreto del barrio E del Polígono San Pablo, a
cuyo frente estará el más tarde edil socialista Manuel Fernández Floranes.
el estudio de la participación institucional en el proceso”, en Revista de Estudios Andaluces, (22), 1996,
pp. 147-158. Recientemente: GUTIERREZ MARTÍNEZ, A., Manuel del Valle, un destino casual,
Sevilla, RD Editores, 2002.
3
.- PONCE ALBERCA, J. (Coord.) Municipios y democracia en la provincia de Sevilla, Sevilla, Diputación,
2003; la propia tesis doctoral de este profesor de la universidad hispalense: Política, instituciones y
provincias. La Diputación de Sevilla durante La Dictadura de Primo de Rivera y la II República (19231936), Sevilla, Diputación, 1999. Incluso, la inminente Memoria de Suficiencia Investigadora que sobre la
Diputación de Sevilla durante los primeros mece del golpe militar va a presentar en breve el amigo y también
colaborador de estas jornadas: José Díaz Arriaza
4
.- Algunas referencias puntuales también en: RAMOS ESPEJO, A. (dir.), Crónica de un sueño: 19731983. Memoria de la transición democrática en Andalucía, (vol. IV – Sevilla), Sevilla, Caja San
Fernando, 2003.
En el terreno político tendríamos que comenzar citando los no pocos roces entre,
el entonces joven de 27 años llamado Alejandro Rojas Marcos y, el Alcalde Felix
Moreno de la Cova. Tras convocarse las elecciones municipales por Decreto de fecha 13
de noviembre de 1966, un grupo de sevillanos articulados en torno a la persona de quien
era consejero privado de Don Juan de Borbón, preparan un plan para acceder a una de
las cuatro concejalías que representaban el citado tercio familiar. Así, 5450 votos le
auparon a un Ayuntamiento con el que pronto comenzarían las distancias5. Una nueva
convocatoria de elecciones a Cortes animaría al protagonista y a su círculo a probar
suerte para ganar un escaño de los dos que correspondían a Sevilla por idéntico tercio,
pero las dificultades le hicieron renunciar a su candidatura aún estando la misma
avalada, estratégicamente y desde la distancia, por algunos sectores del partido
comunista. Tras aquel duro y polémico enfrentamiento con Moreno de la Cova, y una
vez tiene lugar el anuncio de las razones que justifican la retirada de la candidatura, se
produce un progresivo distanciamiento que finaliza con la negativa del Alcalde a
concederle la palabra en Pleno del día 30 de octubre de 1968 y su posterior dimisión 6.
Seguirá impartiendo conferencias al hilo de las cuales, será procesado varias veces y
condenado por el Tribunal de Orden Público a un destierro en Écija tras pasar por
prisión7. Nadie pensaba entonces que ese edil díscolo de una corporación franquista
llegaría a ser Alcalde en 1991.
Del mismo modo entiendo que es de justicia citar a Cayetano Domínguez
Delgado, que a principios de los años setenta fue también capitular representante del
tercio familiar. Llegaría a ser Delegado competente en materia de educación, y Teniente
Alcalde del distrito séptimo (Cerro del Aguila). Persona singular por cuanto disputaría
la Alcaldía a Fernando Parias, y su labor estaría marcada por una abierta tendencia
progresista en hechos tan audaces como la defensa de un nuevo modelo más abierto y
participativo de gestión hacia la ciudadanía, y el impulso de una mayor
descentralización municipal. Autodefinido como “socialista democrático”, amenazaría
en algunos momentos de su actividad política con “tirar de la manta” y destapar las
numerosas corruptelas de las últimas corporaciones del régimen.8
Es de justicia en esta introducción homenajear a buena parte de los profesionales
de los medios de comunicación, los cuales, junto a muchas personas anónimas de otros
ámbitos profesionales y de la vida social pusieron su esfuerzo a la hora de impulsar y
hacer inevitable la restauración de la democracia. En buena medida, podemos afirmar
5
.- Estos hechos vienen relatados con detalle en el libro biográfico: TEBA, J., La Sevilla de Rojas
Marcos, Barcelona, Planeta, 1981, pp. 93-119 y ss.
6
.- La carta de dimisión de Rojas Marcos al entonces Alcalde se encuentra reproducida en TEBA, J., La
Sevilla de Rojas Marcos..., op. cit. p. 150-153.
7
.- Para aquel entonces el político sevillano comenzaba a gestar círculos comprometidos contra el
régimen a su alrededor, que primero se transformarían en C.P.sa, más tarde en Alianza Socialista
Andaluza (ASA). Precisamente, la que le llevaría al exilio fuera de Sevilla llevaba al título: “La
participación de los ciudadanos en el gobierno de la ciudad”.
8
.- Hasta tal punto es comprometida su labor que, el órgano portavoz del PSOE le dedica un elogioso
artículo cuando tiene lugar su dimisión: Cfr. “Dimite un concejal del PSOE (Cayetano Domínguez
Delgado, representante familiar desde 1970”. EL SOCIALISTA, 17-VII-1977 en: RUIZ ROMERO, M.,
“Prensa política en la transición. Andalucía según El Socialista (1977-1982)”, en Ámbitos. Revista
Andaluza de Comunicación, (7-8), Sevilla, 2002, p 288.
que la verdadera actividad política de nuestra ciudad, al igual que en otros puntos de
España, estuvo más fuera de la institución local que dentro de ella. El pulso palpitaba
fuera de ese cuerpo institucionalizado que languidecía, mientras entraba en una
progresiva crisis que le condenaba a consumar su existencia ante las inminentes
primeras elecciones municipales democráticas.
Cabe recodar aquí, al menos por cortesía, a aquellos medios de comunicación
que conformaron al hilo de los resquicios legales de la Ley de Prensa de 1966 una
opinión pública favorable a la democracia, y con ella, a la consolidación de la
autonomía, como herramienta de autogobierno impulsada sin éxito desde los inicios del
siglo XX. Precisamente, una de las características que ofrecen los últimos años del
régimen militar será la proliferación, con más o menos éxito de un conjunto de medios,
desde los cuales la ciudadanía comienza a tomar conciencia de la situación local, de sus
alternativas y de la neta vocación andaluza de nuestra capital. Cabe recordar La
Ilustración regional, Nueva Andalucía, Tierras del Sur, cabeceras que junto a los
respectivos órganos de las formaciones políticas, y otros medios ya existentes e
independientes de la Cadena de Medios del Estado, desde distintas posiciones y niveles
de compromisos, realizaran un estrecho seguimiento a la vida local y política durante la
década de los setenta dentro y fuera del consistorio.9
En definitiva, los últimos gobiernos de la dictadura estuvieron marcados por el
fracaso. Entre otras cuestiones, porque estaban sometidos a un férreo centralismo y
control político por parte del Gobierno Civil. La autonomía local no existía debido a la
nula posibilidad legal al respecto, ya sea de suficiencia económica o de cara al ejercicio
de unas mínimas medidas descentralizadoras. El control del Estado sobre las iniciativas
e instancias locales eran manifiesto, y la existencia de un régimen centralista y unitario
había impedido cualquier intento de traslación de competencias hacia otros ámbitos
dando como resultado –entre otras cuestiones- una Administración Local incapaz de
responder adecuadamente a las crecientes demandas sociales.
En este marco, una de las últimas bazas legales del tardofranquismo fue la Ley
de Bases de Régimen Local publicada en el Boletín Oficial del Estado un día después de
la muerte del dictador, y que serviría de coartada para una tímida reforma en dicho
ámbito de la administración de la mano de Arias Navarro.10
9
.- Como ejemplo del estrecho seguimiento que aún en los últimos años del franquismo se realizaba de
los profesionales de los medios cabe citar este comentario sobre José María Javierre Ortas, fechado el
febrero de 1973: “Posee una buena pluma y gran preparación profesional y teológica. De gran simpatía
personal, es, sin embargo, peligroso, tanto por su tendencia progresista democristiana, como por su
especial manera de ser: de trato cordial y afable, pero que sabe ir a lo suyo, de cuyo camino no se aparta
un milímetro. Se puede calificar como hombre de contrastes por su aparente ductilidad y su efectiva
tenacidad, a los que le ayuda su especial habilidad e inteligencia evidente. No suele permanecer mucho
tiempo en un puesto de trabajo. Fue propuesto para la dirección de El Correo de Andalucía por el Sr.
Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. José María Bueno Monreal”, en RUIZ ROMERO, M.; “Censura y
consignas en la prensa franquista. Algunos ejemplos de dirigismo informativo en Ámbitos. Revista Andaluza
de Comunicación, (9-10), Sevilla, 2003, pp. 507-529. Por nuestra parte el caso de ABC bajo la dirección
de Nicolás Salas ya ha sido estudiado: “Prensa sevillana y transición. El caso de Abc edición hispalense”,
en RUIZ ACOSTA, Mª. J. y REIG, R., (Coord.) Sevilla y su prensa: Aproximación a la historia del
periodismo andaluz contemporáneo (1898-1998), Sevilla, Universidad, 1998, pp. 129 – 168.
10
.- La Ley de Bases de Régimen Local 41/1975 introdujo un panorama novedoso en las administraciones
locales, sobre todo porque en su Base 20 se contemplaba la posibilidad de constituir Mancomunidades
provinciales. Cabe recordar en este sentido que la propuesta de ente mancomunal andaluz justificada por
Aún sólo como cita de cortesía histórica, ya que quedan la acción de sus
respetivas corporaciones fuera de la dimensión cronológica de nuestro trabajo, cabe
recordar a quienes ostentaron durante la década de los setenta la representación de la
ciudad de Sevilla: Juan Fernández Rodríguez y García del Busto, Rafael Ariza,
Fernando de Parias Merry, y José Ramón Pérez de Lama. Personaje que deben ser
nombrados al menos por cuanto durante el ejercicio de sus corporaciones, buena parte
de la ciudadanía sevillana comienza a despertar ante el inminente fin del dictador.
La segunda mitad de la década de los setenta es un tiempo de gran presión social
y una alta agitación ciudadana. Las formaciones de oposición volcarían sus exigencias
en demanda de un Estado democrático sobre unos municipios que contaban, como
hemos señalado, con unas muy limitadas competencias para incidir sobre las
alternativas, en muchos casos rupturistas, que reclamaban unos partidos ilegales aún y
un asociacionismo cada vez más combativo y movilizado. Los Alcaldes dimitían por
agotamiento justificando su acción por temas menores. Así, aunque desde las
formaciones de izquierda se defendió la celebración de las primeras elecciones
municipales con toda celeridad, se optó por priorizar primero las reformas desde la
cúspide político-administrativa del Estado. A diferencia del 14 de abril de 1931 el
nuevo régimen comenzaría sus transformaciones desde el ámbito de las Cortes
Generales, con lo que los sucesos de Estado forzaron aún más la intranquilidad con la se
vivía el régimen local, mientras la presión de los movimientos vecinales y ciudadanos
reclamaban participación y eficacia en la gestión de sus problemas.
Aprobada la Ley para la Reforma Política (16 diciembre de 1976) y convocadas
las primeras elecciones generales (15 junio de 1977), podemos afirmar que el poder
municipal va prácticamente a rastras de los grandes hechos del Estado que marcan el
inicio de la Transición en España. Se trataría así de afianzar primero las estructuras
democráticas del Estado, confeccionando para ello una Constitución y, una vez
configurada en ella las bases de lo que será el poder local, proceder con las reformas.
Quisiera señalar que la llegada de la democracia la vida local está marcada por
una profunda contestación local progresivamente en aumento. Los últimos años del
régimen militar estarán marcado por numerosas movilizaciones, sobre todo alrededor de
los que significa la vida socio económica de la ciudad. Cabe destacar entre ellas la
abierta campaña de boicot al pago del impuesto municipal de basuras que mantuvieron
los grupos de oposición y numerosas asociaciones ciudadanas, bajo el liderazgo de la
entonces comunista Federación de Asociaciones de Vecinos, en respuesta a lo que
consideraban un precio abusivo y un mal servicio. Como se encargaría de demostrar la
dicha legalidad, coexistieron durante casi dos años con la emergencia de un nuevo marco democrático en
el Estado y con la presencia los regímenes preautonómicos. Ello condenaría al fracaso la Sociedad para el
Desarrollo Industrial de Andalucía (SODIAN), el Plan Director de Coordinación Territorial de
Andalucía, así como la creación del Gran Área de Expansión Industrial de Andalucía, por citar algunos
de los proyectos impulsados desde la promotora regional del ente. Igualmente, los intentos de
consolidación política de la entidad, produciría no pocas controversias con la creación en abril de 1978 de
la Junta de Andalucía como órgano de autogobierno con personalidad jurídica propia tal y como recoge el
propio Decreto-Ley de puesta en marcha de la preautonomía. Al respeto de este autor: “Un pulso al
regionalismo tardofranquista. Diputaciones y preautonomía andaluza (1976-1978)”, en Actas del II Simposio
de Historia Actual, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2000, pp. 385-402.
transparencia democrática, la deuda acumulada del Ayuntamiento generaría un grave
lastre para el futuro.
No obstante, hay que recordar en este instante inicial del proceso democratizador
en el ámbito local que ya la primera corporación heredó una serie de empresa y
entidades municipalizados, con las que se había intentado agilizar la gestión en
determinados servicios. No referimos a Mercasevilla, creada en junio de 1971,
EMASESA (Empresa Municipal de Aguas) inaugurada en 1975, y TUSSAM, puesta en
marcha ese mismo año11. Esta triada será la base operativa sobre cuyo ejemplo la
corporación ha venido creando hasta hoy un conjunto de entes operativos con los que
desea vertebrar mejor determinados servicios a los ciudadanos.
Hecho este rápido pero obligado estado de la cuestión es necesario pasar a
analizar el ejercicio de la democracia desde la institución municipal de nuestra ciudad.
Y lo vamos a hacer de la mano de las distintas legislaturas por las que ha transcurrido
ésta aún adolescente democracia. A la fecha donde se cierra este artículo (diciembre de
2003), los ciudadanos y ciudadanas de la provincia de Sevilla, han votado un total de 26
veces desde la llegada de la democracia12. A esta cifra debemos añadir seis referéndums
donde, por diferentes motivos, los sevillanos han expresado su parecer al respeto de
importantes tema de Estado o referidos al proceso autonómico.13
Una primera propuesta de sistematización
Con el riego siempre que supone marcar etapas, máxime si entendemos que otras
tantas también pudieran realizarse si analizamos aspectos sectoriales concretos de la
gestión, considero que podemos dividir estos 25 años de vida democrática en el
Ayuntamiento hispalense al menos en tres periodos complementarios y, a su vez,
diferenciados entre si.
1).- La primera corporación democrática (1979-1983), está marcada por una
gran dosis de transitoriedad. El primer acceso de ediles al Ayuntamiento fruto de unas
elecciones democráticas pasaría por averiguar cual era el estado objetivo del mismo en
muchos de sus aspectos, recuperar su liderazgo en el ámbito local, iniciar las primeras
medidas para diseñar las actuaciones que vendrán aumentando con ello la participación
de los ciudadanos y la transparencia, así como recuperar eficacia en las gestiones y
servicios. Si ya en los últimos años del periodo franquista a la institución local se le
habían exigido respuestas en buena medida genéricas, muy por encima de sus propias
capacidades y competencias, en estos cuatro años la corporación hispalense debía de
recuperar la credibilidad que era de esperar en una administración que participa del
proceso de restauración democrática, y contribuir, desde esta óptica, al proceso de
11
.- Una vez se produce el rescate por parte de la corporación del servicio Tranvías de Sevilla el 15 de
agosto de 1958, se creará en 1970 un organismo especial administrativo que más tarde, al hilo de la Ley
del Metro de Sevilla, se convertirá en la citada empresa municipal.
12
.- Para ofrecer este dato contabilizamos las elecciones parciales al Senado celebradas en esta provincia
y en Almería el 27 de noviembre de 1980.
13
.- En concreto de: Ley para la Reforma Política (1976), apoyo a la Constitución (1978), adhesión a la
modalidad de acceso a la autonomía (1980), aprobación del Estatuto de Autonomía (1982), y entrada en
la OTAN (1986).
estabilización política que el Estado necesitaba. No en vano, como la historia se
encargaría de demostrar de la mano de la intentona golpista; faltaba aún mucho camino
para consolidar el proceso constitucional.
Esta etapa inicial estaría condicionada por la limitada capacidad legislativa
jurídica y competencial, y en el caso andaluz, profundamente condicionada por lo que
será el gran objetivo político de Andalucía durante la transición: la conquista de unas
primeras instituciones de autogobierno una vez se culmina con éxito su formación como
Comunidad Autónoma. En este sentido, cabe recordar que tanto UCD como PSA, se
verían seriamente afectados en su respaldo electoral en la siguiente convocatoria
electoral, precisamente, por sus respectivas actitudes políticas tomadas durante el
proceso autonómico. Por el contrario, el PSOE fue capaz de sacar un extraordinario
provecho del mismo: liderando el proceso de movilización habido, eclipsando el apoyo
táctico recibido en todo momento por parte del PCE, y comenzándose durante el
procedimiento andaluz, el gran cambio de actitudes en el electorado, el cual culminaría
con el acceso de Felipe González a la Presidencia del Gobierno de la mano de la amplia
mayoría absoluta en las generales de 1982.
Estos primeros años vienen marcados también por el pacto de izquierdas que
tanto en el Estado, como en otros muchos puntos de la geografía andaluza firman las
referidas formaciones para desplazar a UCD del mayor número de ayuntamientos. Fruto
de ese amplio acuerdo -criticado desde el centro derecha por frentepopulista-, PCE,
PSA, PSOE y PTA consensuaron en muchos municipios, entre ellos la ciudad que hoy
es capital de la misma, pactos para superar a quien, en aquellas primeras elecciones, fue
el partido más votado de Andalucía.
2).- Este primera etapa donde el ambicioso acuerdo de izquierdas quedaría
convertido en sus últimos instantes en un manifiesto desgobierno local, gracias entre
otras causas, a la mutua deslealtad de quienes lo habían suscrito, y paradójicamente,
también confirman al Alcalde hasta el último instante en su puesto; quedaría superado
por un periodo definido por las mayoría que obtiene el PSOE. Las dos siguientes
legislaturas (1983/1987 y 1987/1991), estarían caracterizadas por un amplio proceso de
estabilización política donde la corporación quedará marcada en la primera de ellas por
la salida del consistorio del andalucismo acompañada de una cómoda mayoría absoluta
socialista; y en el segundo de los casos, por la pérdida de la misma y el obligado recurso
por tanto a pactos puntuales con el PCE, en beneficio de la irrupción del ahora Partido
Andalucista (PA).
Los llamados ayuntamientos del cambio significan un periodo de fortalecimiento
de la vida municipal de la mano del PSOE. La corporación durante esta época recupera
un papel protagonista en la dinámica de la ciudad, y de la mano del Alcalde Manuel del
Valle, estos años protagonizarán un sustancial avance en la política sectorial,
enmarcados de una mayoría –absoluta o relativa- complementada por los contundentes
resultados electorales obtenidos por el socialismo tanto en la Diputación como en el
Parlamento andaluz y las Cortes.
Esta profundización y estabilidad de la vida local se encuentra respaldada por un
sustancial impulso cualitativo y cuantitativo derivado del desarrollo de los
ordenamientos jurídicos de Estado y autonómico, los cuales permitirán durante estos
años un significativo avance en pro de una autonomía local en los términos
contemplados en la Carta Magna. Del mismo modo, gran parte de los proyectos,
reformas y actuaciones que la ciudad acometió durante su tercera corporación
democrática, estuvieron marcadas por el motor de desarrollo que supuso para nuestra
ciudad la celebración de la Exposición Universal de 1992. Aspecto del que, por otra
parte, no es necesario convencer a nadie.
El clima de colaboración existente entre las distintas administraciones, fruto del
imperante cuasi monocolor político socialista, marca también una característica propicia
para culminar el proceso de Transición y completar el Estado de las Autonomías desde
una perspectiva de Estado. En el caso andaluz, consolidar de esta forma las primeras
normas propias, producto del desarrollo estatutario.14
3).- Una tercera etapa en la vida local de los sevillanos en el último cuarto de
siglo (1991-2003), viene definida por la plena normalización de la vida institucional
acompañada de un mayor equilibrio en la voluntad política de sus habitantes.
Consolidado el régimen de las cuatro formaciones que, desde 1987 ocupan escaños en el
Pleno de la entidad local de Sevilla, la década de los noventa estará marcada por el
pacto político como legítimo recurso político de unas fuerzas que no obtienen mayoría
absoluta desde 1983 como para ejercer funciones de gobierno monocolor. Las tres
últimas legislaturas que comentamos vienen caracterizadas por los sucesivos cambios de
la primera representación de la ciudad, en respuesta a los acuerdos políticos existentes:
1991-1995: Rojas Marcos (Partido Andalucista) gracias a un acuerdo PA-PP; 19951999: Soledad Becerril (Partido Popular) mediante el mismo pacto pero invirtiendo las
mayorías obtenidas PP-PA; 1999-2003: Sánchez Monteseirín (Partido Socialista Obrero
Español) por el gobierno fruto de la suma de los concejales de esta formación y los de
Izquierda Unida.
Esta etapa de equilibrio y pluralidad democrática, representa un periodo de
normalización y madurez donde con absoluta legitimidad y sin sobresaltos, han ido
rotando los sucesivos gobiernos locales de forma que, tras el equilibrio inicial de la
concertación de 1979 y tras una etapa posterior con una mayoría de izquierdas; vuelve a
restaurarse un mayor peso del progresismo (PSOE+IUCA) en el seno de la Casa
Grande en detrimento de anteriores legislaturas donde el binomio popular-andalucista
parecía haberse consolidado. Hoy día parece que el desequilibrio entre esos mismos
bloques de gobierno es mínimo, y un solo concejal de diferencia es suficiente como para
inclinar la balanza en favor de un acuerdo de gobierno en un sentido otro. Ese
argumento, precisamente, ha sido uno de los más utilizados por los partidos
mayoritarios en las elecciones de 2003.
Estas últimas legislaturas a la que nos referiremos en nuestro estudio con una
menor profundidad, viene definidas en sus actuaciones por cuatro líneas prioritarias:
-
14
El aumento de la consolidación y la universalización de las políticas propias del
Estado del Bienestar.
.- De hecho las primeras normativas se refieren a Reales Decretos sobre el traspaso de funciones y
servicios del Estado a la Comunidad Autónoma en materia de Administración Local (RD 689/1979, de 23
de febrero – BOJA 2, 15-IX-1979)). Una vez que las mismas son adscritas a la Consejería de Interior (D
2/1979, de 30 de julio - BOJA 11-VIII-1979), será el 21 de abril de 1980 cuando se regule el ejercicio de
las competencias en materia de Administración Local por el Consejo Permanente de la Junta (D 3/1980,
de 21 de abril-BOJA 9, 31-V-1980).
-
-
La progresiva descentralización de las funciones y servicios municipales, así
como la consolidación de un significativo conjunto de importantes
infraestructuras.
La modernización, en términos de agilización y eficacia, de las estructuras
administrativas, atención al ciudadano y participación social.
La asunción y rentabilización para la ciudad de las infraestructuras y el rédito de
imagen logrado con la Expo de 1992, así como la puesta en marcha de proyectos
anteriormente olvidados u otros nuevos desde una dimensión metropolitana.
En definitiva, nos enfrentamos a la progresiva constatación de una nueva
dimensión de una ciudad: revisando sus planes de ordenamiento urbano rediseñándose
su expansión futura; mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos y ciudadanas;
proyectando y compartiendo sus influencias alrededor del Área Metropolitana;
asumiendo el papel de liderazgo que hoy por hoy, nadie cuestiona ni percibe como
capaz de eclipsar otras sinergias, fruto entre otras cuestiones del status de capitalidad
andaluza que posee, y aspirando junto a otras poblaciones del Estado, a compartir y
regular sus retos inminentes a través de la Ley de Grandes Ciudades.
Electoralmente, Sevilla ha sido considerada desde la transición política como un
feudo del Partido Socialista Obrero Español. Si sus victorias han sido indiscutibles en
las convocatorias autonómicas y generales, la distancia entre este partido y el Popular
no sólo se ha venido recortando, sino que en algunos momentos el centro derecha ha
aventajado a los socialistas en el ámbito local. La denominada batalla de Sevilla ha sido
siempre un ámbito electoral especialmente enconado entre socialistas y populares por el
significado simbólico que la ciudad posee por distintos motivos: Tanto por su
capitalidad andaluza como por el referente que significa la ciudad en Andalucía y
España, pasando por ser la cuna de los dos dirigentes históricos que protagonizaron la
renovación socialista a principios de la década de los años setenta y su éxito electoral en
los ochenta. Pasemos a continuación a profundizar en cada una de las tres etapas antes
reseñadas.
La primera corporación de la democracia.
Luis Uruñuela como primer Alcalde democrático de Sevilla asumió la
Presidencia de un gobierno local de concentración de izquierdas el 21 de abril de 1979,
sin embargo, desde sus primeros instantes el ejecutivo tripartito, contrariamente a la
experiencia de otros municipios, se vería envuelto en no pocas disputas internas y crisis.
Ello, entre otras cuestiones, justificaría en las siguientes elecciones el amplio respaldo
ciudadano que posibilitará al partido socialista alcanzar un máximo histórico.
Nos encontramos ante un Gobierno local que sufrió numerosas rupturas y ceses.
Paradójicamente desde el ámbito de la vida orgánica de las formaciones políticas, o bien
desde las respectivas tácticas, y no tanto, a causa de la propia vida municipal. Un breve
repaso a las mismas nos hace calibrar su trascendencia. Expresadas sin orden de
prelación alguna, cabe señalar que todas ellas, benefician al PSOE el cual, dentro de su
particular y evolutiva estrategia de unidad socialista consigue finalmente identificar en
el imaginario ciudadano sus siglas con la profundización democrática, la estabilidad y la
puesta en marcha de un conjunto de medidas para el cambio social.15
En primer lugar desde las filas centristas y al respecto del proceso andaluz hacia
la autonomía a través de los procedimientos del constitucional artículo 151, se
comenzarían a producirse en su seno diferencias al respeto del ímpetu autonomista y las
tesis del café para todos defendidas por buena parte del círculo centrista hispalense
alrededor de quien fuera promotor del Partido Social Liberal Andaluz (PSLA): el
catedrático Manuel Clavero Arévalo. Precisamente, venimos defendiendo que, al
margen de cuestiones internas, por otro lado ampliamente recogidas en las biografías de
Adolfo Suárez, los hechos que derivan del cambio de posición de UCD respeto a la
modalidad de acceso para la autonomía andaluza, motivarán el comienzo de una
progresiva pérdida de confianza en quien comenzó la Transición política siendo su
incuestionable líder. Ello motivará la reconversión de una parte del electorado centrista
hacia un Centro Democrático y Social (CDS) que, en el caso de la provincia hispalense,
obtendrá un simbólico apoyo popular. A su derecha ideológica, dicha crisis impulsaría
una estrategia unitaria de los sectores conservadores alrededor de Alianza Popular (AP),
que comparecerá ahora a las elecciones junto a otras formaciones en la denominada
Coalición Democrática (CD); siglas con la que logrará superar ligeramente en 1983 los
primeros resultados centristas.16
Del lado del andalucismo las críticas hacia este ámbito ideológico se recrudecen
en la medida que los acontecimientos políticos ponen en el centro de la vida pública sus
siglas. Las acusaciones al PSA comenzarían desde el momento que apoyó la investidura
de Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno para la I Legislatura en Cortes. Pese a
que el gran conductor del proceso de Transición, de todas formas, hubiese sido elegido
al contar para ello con un número suficiente de votos, los nacionalistas andaluces en
contraprestación, conseguirían un Grupo Parlamentario propio que a la postre se
configuraría como un gran elemento dinamizador para la exitosa culminación del
proceso hacia la autonomía. Sin embargo, el cambio de algunas alcaldías de capitales de
provincias andaluzas por la hispalense, marcarían el inicio de una gran contestación
interna y un progresivo rechazo popular que alcanzará sus cotas máximas durante la
Sesión de Confianza a Suárez (17 septiembre 1980). En ella, Martín Villa y Rojas
Marcos, escenificarían sorpresivamente un acuerdo para el desbloqueo del proceso a la
autonomía por la vía del 151, utilizando para ello el interés nacional contemplado con
exclusividad en el precepto 144. Contra el acuerdo logrado se revelarían el resto de
partidos de izquierdas junto con Alianza Popular y Clavero Arévalo ya desde el Grupo
Mixto del Congreso, de forma que el andalucismo no pudo o no supo explicar un
acuerdo que, finalmente, se materializó el 23 de octubre de ese mismo año, con el
concurso de todas las formaciones y evitándose la mención expresa al icono que motivó
la intensa polémica.17
.- Sobre sus primeros pasos puede consultarse mi trabajo: “El PSOE en Andalucía al inicio de la
transición. De la FSA-PSOE al escuredismo (1976-1979)”, en Actas del III Congreso de Historia de
Andalucía celebrado en Córdoba, abril de 2001 (en prensa).
15
.- Cfr. de este autor: “El devenir político del centro-derecha en la transición andaluza”, en Actas del IV
Simposio de Historia Actual, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2002 (en prensa).
16
17
.- Sobre el desbloqueo estatutario puede consultarse RUIZ ROBLEDO, A., "Tras el 28 de febrero: una
interpretación jurídica del desbloqueo de la autonomía andaluza", en Actas del V Congreso sobre el
Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1993, pp. 245 – 256; así como del mismo autor:
Desde esos instantes, el nacionalismo andaluz sufriría un virulento acoso del
resto de formaciones empeñadas en denunciar una solución a la parálisis autonómica
que les excluía. Ello provocaría la emergencia de una larvada corriente crítica en su
seno y la convocatoria de un congreso extraordinario para el mes de diciembre, pero
sobre todo, una intensa campaña de descrédito que acarrearía la pérdida casi total del
capital político con el que comenzó su andadura parlamentaria y municipal en 197918.
En el caso concreto que nos ocupa, comportaría la desaparición del andalucismo de la
esfera municipal durante el cuatrienio de 1983 a 1987.
Un tercer ámbito ideológico en crisis a partir de los primeros instantes de la
restauración democrática es el comunismo. Si bien nadie duda que el Partido Comunista
de España llevó a sus espaldas la mayor parte de la resistencia interior contra el régimen
militar, la llegada de la Constitución de 1978 significó no pocas contradicciones en el
seno de este movimiento. La política de reconciliación nacional generaría una
emergente contestación interna, la cual unida a la profunda crisis de los países del Este
que concluiría con la caída del telón de acero, y junto a la implantación de la nueva
corriente eurocomunista, provocaría una gran ruptura orgánica, estratégica e ideológica
que tiene su manifestación en un importante descenso del número de votos. Ello
justificaría la puesta en marcha en 1986 de Izquierda Unida Convocatoria por
Andalucía, coalición en la que se integra el PCE, y desde la que se pretenderá ofrecer
una nueva imagen alternativa más allá de las tradicionales tesis pro-soviéticas.19
- El ordenamiento jurídico andaluz, Madrid, Cívitas, 1991. Igualmente, ACOSTA SÁNCHEZ, J,
“Andalucía en la transición”, en Actas del VIII Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla,
Fundación Blas Infante, 1999, pp. 71-103; CHERNICHERO DÍAZ, C., “El acceso de Andalucía a la
autonomía. Su tratamiento en los manuales de Derecho Constitucional”, en Actas del III Congreso de
Historia de Andalucía celebrado en Córdoba, abril de 2001 (en prensa); y del autor del capítulo en la
presente obra: “Nuevas claves para comprender el bloqueo y desbloqueo del estatuto andaluz “, en DE
LA CUEVA, P.L. (Coord.), La conquista de la autonomía. Jornadas de Estudios Organizadas por el
Parlamento de Andalucía en el XX aniversario del Estatuto, Parlamento de Andalucía, Granada, 2003, p.
71.
18
.- Cabe precisar que hasta estos instantes en Andalucía, paradójicamente el grupo político más
estudiado es el PSA. Cfr. al respecto: JEREZ MIR, M., "Una experiencia de partido regional. El caso del
Partido Socialista de Andalucía-Partido Andaluz", en Revista Española de Investigaciones Sociológicas,
(30), 1985, pp. 20 -244; MORENO NAVARRO, I., "Los intereses del Estado español y la desactivación de
la toma de conciencia andaluza", en Nación Andaluza, (6-7), 1986, pp. 101 - 122; RUIZ ROMERO, M., “La
emergencia del andalucismo político en el contexto del tardofranquismo a la transición” en Actas del III
Simposio de historia Actual, (Vol. II), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2002, pp. 639-656; de este
mismo autor: "Nacionalismo y autonomía en la Andalucía de la transición" en Aportes (45), 2001, pp. 3548; RODRÍGUEZ, J. y SEVILLA, E., "El movimiento nacionalista andaluz durante el proceso autonómico"
en Nacionalismo y regionalismo en España, Córdoba, Diputación Provincial, 1985, pp. 12 -135; y CHECA
GODOY, A., "El nacionalismo en las urnas: evolución del electorado del Partido Andalucista (1977 1991)", en Actas del V Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1993, pp.
267-283. Del mismo modo: RUIZ ROMERO, M., Andalucía Libre. Una revista andaluza de la transición.
Índice bibliográfico, Sevilla, Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la
Comunicación, 2000.
.- Cfr. MARTÍN MORA, J., “Evolución de la ideología andalucista del PCE-PCA durante la
transición” en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía celebrado en Córdoba, abril de 2001 (en
prensa).
19
Pese al constante y leal respaldo táctico del PCE hacia el PSOE en Andalucía,
tanto en el pacto municipal de izquierdas, en el proceso autonomista así como en la
Junta de Andalucía, el partido socialista, tanto por elaborados méritos propios como por
errores ajenos, resultaría ser el gran beneficiado electoral, eclipsando casi por completo
el apoyo recibido desde las filas comunistas para consolidar parcelas institucionales
para la izquierda. Bajo el liderazgo socialista, concretado en el mayoritario apoyo
popular a las tesis del cambio en 1982 y 1983, los resultados del PCE al menos desde
esta última fecha serían, prácticamente, muy semejantes y constantes en cuanto al
número de ediles obtenidos.
Nos encontramos pues ante un primer consistorio democrático que quiere ejercer
sus competencias, pero que realmente no puede. Según un informe del entonces
Delegado de Hacienda Fernández Floranes la primera corporación arrastra una deuda de
5.800 millones de pesetas20, de las cuales 1.049 son débitos del Estado con la ciudad, en
tanto, al día de la fecha se han recibido menos de la mitad (sólo 358). Igualmente, las
cifras alrededor del cumplimento ciudadano de los deberes impositivos eran altamente
preocupantes: el 20% de los sevillanos quedaban al margen de la labor recaudadora, y
todo ello motivaba, entre otras cuestiones, que la hacienda municipal tuviese un agujero
en el haber de 515 millones (de ellos, como ejemplos, 123 correspondientes al impago
de la tasas de basura y 95 al impuesto de circulación de vehículos).
Puede concluirse que la liquidez era prácticamente inexistente, y al dato hay que
unir, según citaba también el referido informe sobre la cuestión económica, que el 76%
del gasto municipal se dedicaba a abonar las nóminas de personal. Los llamamientos a
los sevillanos desde la nueva corporación para el cumplimiento de sus obligaciones
fiscales son constantes. Del mismo modo, puede resumirse que una de las primeras
medidas del Ayuntamiento tripartito será la de sanear económicamente sus arcas
distribuyendo la carga impositiva. Esa manifiesta debilidad en cuanto al equilibrio
presupuestario limitaría la amplitud de sus actuaciones y, por lo tanto, unido también a
su precariedad política, dibujarían un panorama cuasi simbólico o de transición, respeto
a lo que serán más tarde las posibilidades objetivas de transformación social que se
demandaban por parte de un municipio democrático.
El anecdotario de la actividades de aquella corporación, por citar algunas y sólo
con la pretensión de ilustrar la época, es realmente rico: los avatares de una Semana
Santa con ediles comunistas presidiendo la Carrera Oficial; la primera demanda de
Olimpiadas para Sevilla y los inicios de las gestiones en favor de una Exposición
Universal; el intenso debate abierto con el abortista caso Los Naranjos; la expansión de
la ciudad por el Polígono Aeropuerto; la consolidación del traslado de la Feria; la
creación del Consejo de la Juventud; el mundial de fútbol; la creación de la Bienal de
Flamenco; las restricciones de agua por la sequía; la huelga de comercios contra la venta
ambulante; las protestas de la embajada de EEUU ante una campaña contraria al juguete
bélico donde un marine de juguete agredía a un niño con su arma; la lenta agonía de un
proyecto de metro que se comenzaba a eternizar entre numerosas molestias; la
aprobación del primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el que se quiso
poner freno a la destrucción del patrimonio histórico artístico de la ciudad...
20
.- Todos los datos publicados de ABC, 6-VI-1979 utilizando el citado informe como fuente. Los
resultados de todas las convocatorias electorales en: INSTITUTO DE ESTADÍSTICA DE
ANDALUCÍA, Estadística de elecciones en Andalucía, (formato CD) Sevilla, Junta de Andalucía, s/f.
Objetivamente, aquel primer Ayuntamiento democrático no fue cómodo para
quienes ejercieron tareas de responsabilidad en el gobierno, al realizar sus funciones
bajo una gran presión social y mediática, y marcado estructuralmente por las
circunstancias heredadas.
La participación en el proceso autonómico.
En las referencias que realizamos sobre la primera corporación democrática
creemos de justicia realizar un inciso sobre el que fuera el principal objetivo político de
Andalucía durante la Transición política: la conquista de unas instituciones propias de
autogobierno. Consideramos necesario afirmar que nuestra ciudad y provincia, a través
de las entidades que la representan, siempre han estado a la cabeza y han creído que, lo
que era bueno para si, también lo era para el resto de los andaluces. Sevilla, pese a ser
objeto en muchos casos de burlas calumniosas, críticas excesivas y rivalidades miopes,
sobre las que en la mayoría de los casos el sevillano de a pié, sencillamente ni siquiera
se para a meditar, nunca ha tenido tentaciones uniprovinciales ni secesionistas para con
el resto de territorios de la Comunidad. Cabe señalar con contundencia que, pese a
continuar siendo calumniada por su actual status de capital andaluza, los históricos
intentos autonomistas meridionales siempre han pasado por el liderazgo de la ciudad de
la Giralda21.
Durante la Transición esa inequívoca vocación andaluza de nuestra ciudad no
sólo se vio reforzada, sino que es obligado afirmar, que la autonomía por la vía del
artículo 151 de la Constitución, hubiese sido imposible sin el apoyo político, material,
económico y movilizador que existió desde los ayuntamientos, entre ellos, muy
especialmente, el hispalense.
Llegados a este punto, es oportuno recordar que el Ayuntamiento se adhirió en
1932 al intento autonomista impulsado en el seno de la II República, y el día de San
Fernando de ese mismo año se izaría por vez primera en la plaza nueva la bandera verde
y blanca. Es justo recordar, igualmente, que altos representantes de la primera
institución participaron activamente del proceso, tanto en la reunión provincial
preparatoria como en la Asamblea Regional Andaluza celebrada en Córdoba en enero
de 1933, así como en la segunda de ellas, celebrada en la Diputación hispalense el 5 de
julio de 1936.22
21
.- Cabe recodar que la primera petición de autonomía a los poderes del Estado fue realizada por el
Centro Andaluz de Sevilla en noviembre de 1918. Cfr. HIJANO DEL RÍO, M., y RUIZ ROMERO, M.,
!Andaluces levantaos!. Primer texto político a favor del autogobierno de Andalucía, Sevilla,
Ayuntamiento de Ecija, 1997.
22
.- Los trabajos específicos referentes a los antecedentes históricos de la autonomía andaluza más
significativos: HIJANO, M., y RUIZ, M., El Ideal Andaluz en la II República. La Asamblea Regional
Andaluza de 1933, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1995 (conteniendo en su anexo los textos
autonómicos del periodo republicano); HIJANO DEL RÍO, M., PONCE ALBERCA, J. y RUIZ
ROMERO, M., "Frente Popular y recuperación del impulso autonómico. Sevilla, 1936", en Actas del VII
Congreso sobre el Andalucismo Histórico, Sevilla, Fundación Blas Infante, 1996, p. 313-323; DIAZ
ARRIAZA, J. y RUIZ ROMERO, M., El proceso autonómico de Andalucía durante la II República,
Sevilla, Fundación Blas Infante, 1991.
No obstante, un balance y la relación de referencias bibliográficas sobre los antecedentes
autonómicos de Andalucía en: HIJANO, M. y RUIZ, M.; “Bibliografía sobre el Andalucismo Histórico”,
en Actas del Coloquio Internacional Andalucía y el 98, Córdoba, Cajasur, 2001, pp. 479-499. De los
El contexto de los últimos años de la década de los setenta sirve también para
recuperar los personajes, símbolos y hechos que participaron del proceso autonomista
republicano frustrado por causa del golpe militar23. La ciudad y su gobierno de nuevo,
es pionera cuando comienza a dar pasos hacia la normalización de unos símbolos como
expresión de una conciencia regionalista a la que se considera necesaria para la
recuperación de la democracia. La Feria de Muestra Iberoamericana de 1975 acogería el
primer izado de la enseña verde y blanca antes de ser asumida institucionalmente24. Tras
este hecho aislado, ABC de Sevilla, de la mano de su entonces director Nicolás Salas
inicia una intensa campaña para normalizar el uso institucional de la bandera. Así en
febrero de 1976 la corporación hispalense presidida por Fernando Parias debate este
tema a propuesta de su concejal, Jesús García. La solicitud será derrotada por nueve
votos a tres. Pero lo más preocupantes son las tópicas argumentaciones que se aportan
para su rechazo: “si por ideosincracia fuera, también podría ser, como símbolo, la
espuela, el sombrero a la ancha y el caballo o la fusta”.
En Sevilla y en la sede de su entidad provincial tiene lugar el acto de
constitución de la Asamblea de Parlamentarios Andaluces el 12 de octubre de 1977, y
acogería –incluso-, las primeras sedes provisionales de la Presidencia de la Junta una
vez se crea la misma en abril de 197825. Precisamente, es un colectivo ciudadano de esta
ciudad –Averroes-, quien impulsa la campaña de sensibilización autonómica que
culmina con las multitudinarias manifestaciones del primer Día de Andalucía (4
diciembre de 1977), una vez que la idea la hacen suya todas las formaciones políticas –a
excepción de la ultraderecha-, y por unanimidad, los propios parlamentarios.26
mismos autores: Bibliografía de la autonomía andaluza, Sevilla, Ayuntamiento- Área de Cultura, 1996.
Puede consultarse y obtenerse la totalidad de los en la página web de la Fundación Blas Infante:
http://fundacionblasinfante.org/repositorio-bibliografico-sobre-el-andalucismo-historico/
23
.- En línea con el interés por la percepción científica de la realidad andaluza como factor motivador y
promotor a su vez de toda la sensibilidad regionalista que aparece durante el tardofranquista, debemos
apuntar la emergencia de las temáticas relacionadas con la recuperación del Andalucismo Histórico.
Coincidimos por ello con el profesor Reig cuando apunta que en el marco de las revistas andaluzas, las
temáticas abordadas con más asiduidad entre otras, fueron “el pensamiento de Blas Infante junto a los
episodios más notorios del nacionalismo o andalucismo”. Cfr. REIG, R., “Revistas andaluzas
contemporáneas (1974-1993): pequeñas historias de un gran fracaso”, en Ámbitos. Revista Andaluza de
Comunicación, (1), Sevilla, 1998, p. 274. Según nuestros datos, todo apunta a que el primer artículo sobre
Blas Infante que es publicado, aparece en pleno Franquismo y lo firma José María Osuna. Cfr. “Blas
Infante y su ideal andaluz”, en ABC, 2-X-1971.
24
.- Nicolás Salas en el prólogo de la siguiente obra realiza un completo relato de este primer izado:
HIJANO DEL RÍO, M., y RUIZ ROMERO, M., " Sevilla en el recuerdo. Alfonso Lasso de la Vega (1898
- 1977): una vida dedicada a la cultura andaluza, Sevilla, Centro de Estudios Históricos de Andalucía,
1995.
25
.- Nos referimos a la cesión que tanto la Diputación hispalense como poco después el Ayuntamiento,
realizan respectivamente de un despacho al Presidente de a la Junta como del Pabellón Real de la
Exposición Iberoamericana de 1929 para el Consejo Permanente del órgano. Sobre esta primera etapa de
la Junta: RUIZ ROMERO; M, Política y Administración Pública en el primer Gobierno Preautonómico
de Andalucía. La gestión de Plácido Fernández Viagas al frente del ente preautonómico, Sevilla,
Instituto Andaluz para la Administración Pública, 2000.
26
.- Por aquellas fechas el Alcalde Parias se unía a la convocatoria reclamando en un bando el entusiasmo
de los sevillanos, la unidad entre andaluces, así como deseos de esperanza y el civismo ante el futuro. Del
Ante el medio millón de manifestantes que salen a la calle en nuestra ciudad, no
cabe duda que algo había cambiado desde aquel octubre de 1975, donde el Alcalde
exhortó a los sevillanos a manifestarse en una Plaza Nueva convertida en Plaza de
Oriente, en defensa del régimen y como respuesta al consabido contubernio masónico
internacional que protestaba por las condenas a muerte y las últimas arbitrariedades
política de un régimen moribundo.27
El Ayuntamiento hispalense en la sesión celebrada el 27 de julio de 1979 acordó
por unanimidad adherirse al procedimiento autonómico por la vía del artículo 151, y
junto a Jaén y Cádiz, la provincia de Sevilla alcanzaba un porcentaje del 100 % en el
apoyo de sus Corporaciones Locales a la cuestión28. Más adelante, el Pleno con la
ausencia de los concejales centristas, solicitaría en fecha 3 de junio de 1980 su adhesión
a la denominada Semana de Andalucía, así como las iniciativas parlamentarias de
reforma a la Ley Orgánica de Referéndums. Incluso, el mismo día que el acuerdo
unánime de las formaciones políticas llegaba desde el Congreso de los Diputados (23 de
octubre de 1980), el entonces Alcalde brindaba junto al resto de portavoces municipales
por la efectividad del diálogo y la solución final alcanzada29.
En la medida que la tramitación del procedimiento se desbloqueó por el interés
nacional, y una vez el resto del procedimiento constitucional se supera, el Pleno del día
2 de octubre de 1981 sirve para que el Ayuntamiento demande a los sevillanos su apoyo
al referéndum sobre el texto articulado de Estatuto de Autonomía que tendría lugar el
día 20 de ese mismo mes.
Así las cosas, la concreción de que la ciudad fuese la capital de Andalucía tuvo
lugar durante la segunda sesión del primer Parlamento andaluz (30 de junio de 1982), al
aprobarse una Resolución sobre las sedes de las instituciones autonómicas30. Desde
mismo modo, solicitaba una autonomía regida por un sentimiento solidario con otros pueblos de España.
Cfr. tanto el bando como la nota de adhesión de la entidad provincial en ABC, 3-XII-1977, p. 9.
27
.- Para calibrar la intensa movilización alcanzada ese día en la ciudad baste recordar que tras el intento
de golpe militar del 23 de febrero de 1980, se convocaron para el día 27 de ese mismo mes
manifestaciones en toda España bajo el lema: En defensa de la libertad, la democracia y la Constitución.
En aquellos instantes donde la Corporación realizó un Pleno Extraordinario durante ese mismo día, y un
Bando condenando los hechos y convocando a los sevillanos a la manifestación, sólo se congregan unos
sesenta mil ciudadanos.
28
.- La totalidad de municipios de la provincia hispalense, sus fechas de adhesión, censo y población de
derecho en: RUIZ, M., “Los ayuntamientos de Sevilla: de la reforma política al ejercicio de la democracia”,
en PONCE ALBERCA, J. (Coord.) Municipios y democracia en la provincia de Sevilla, Sevilla, Diputación,
2003, pp. 72 y 73.
29
30
.- ABC, 24-X-1980, p. 9.
.- Al respeto de que hubiese sido la aprobación durante la primera sesión del Parlamento, tal y como
explicita el Estatuto de Autonomía (art. 7), cabe advertir que ésta (14 de junio de 1982) resulta ser una
Sesión Constitutiva del órgano legislativo, con un carácter más bien protocolario y, de la que salen
elegido tanto Presidente como el resto de los miembros de la Mesa de la Cámara. Formalmente, la
segunda cita es la primera reunión de trabajo. Todo el debate sobre la capitalidad puede localizarse en el
Diario de Sesiones del Parlamento de Andalucía, (2), sesión 20 de junio de 1982, pp. 9-36. Como
compilación documental sobre la cuestión: HIJANO, M. y RUIZ, M., Documentos para la historia de la
autonomía andaluza (1882-1982), Málaga, Sarriá, 2001.
entonces, a la par que Andalucía fue llenando de contenido su autogobierno, Sevilla
hacía lo propio con una recién otorgada capitalidad, no exenta de las recurrentes
controversias de antaño concretados en un supuesto nuevo centralismo hispalense.
Como en su día, las razones fueron igualmente estériles, paralizantes, injustas e
inoportunas; y más bien, añadimos nosotros, escondieron problemas internos en casi
todos los partidos del arco parlamentario.31
Los ayuntamientos del cambio.
Retomando nuestra exposición sobre las distintas corporaciones que resultan de
las diferentes convocatorias electorales, cabe señalar que en las elecciones locales del 8
de mayo de 1983 los sevillanos otorgan una contundente mayoría absoluta al PSOE, de
forma que su candidato, Manuel del Valle Arévalo, anterior Presidente de la Diputación
pasa a ser ahora Alcalde.
Los mayoritarios resultados en beneficio del partido socialista eran fruto de un
intenso trasvase casi total de votos desde el andalucismo político primero, y en segundo
lugar, también desde el Partido Comunista. Las municipales de 1983 serían la de mayor
porcentaje de éxito en la provincia para el PSOE, aún con ligeros descensos en los
resultados con respeto a las autonómicas y generales de 1982. Fueron unos comicios
donde la representación socialista en la provincia alcanzó la mitad del total de ediles, lo
que le llevó a ocupar casi el 63 % del total de alcaldías que estaban en juego. Con
seguridad esta amplia representación fue clave a la hora de entender porqué la media de
los porcentajes alcanzados en la provincia (64,1%), o en la capital hispalense (61,5%)
superan el respaldo popular logrado como media por el socialismo en España (52,4%).
Una de las primeras medidas de este nuevo Alcalde, fue la introducción de la
figura de los Directores de Área, cargo que aún hoy vigente, y que responde una
situación de temporalidad basada en la confianza del representante político hacia una
figura a la que se consideraba fundamentalmente técnica. Su creación contaría con la
negativa del Comité de Empresa que reclamaría sin éxito la existencia en la plantilla
municipal de funcionarios, tanto o más preparados, para desarrollar las competencias
atribuidas a dicho puesto.
Los ocho años que significaron las dos legislaturas, la segunda con mayoría
absoluta y la tercera con gobierno de mayoría minoritaria amparada con acuerdos
puntuales, supusieron una cómoda estabilidad política para afrontar numerosas
actuaciones de gran trascendencia para nuestra ciudad, mediante el establecimiento de
acuerdos puntuales con la representación comunista. El Ayuntamiento comenzaría a
realizar una lenta pero inexorable mejora de sus servicios, que poco a poco, sirvieron en
democracia para universalizar los derechos ciudadanos. De otra parte, el monocolor
.- En este sentido compartimos con Clavero Arévalo la siguiente reflexión: “Sólo cuando las supremas
instituciones autonómicas con sede en Sevilla realicen esa doble función de capitalidad reivindicando
ante Madrid lo que a Andalucía corresponde en España, y distribuyendo con justicia las inversiones en
Andalucía, habrá empezado a desaparecer el fantasma del centralismo sevillano. Sólo entonces los
andaluces podremos estar orgullosos de que sea Sevilla la capital de Andalucía”. Cfr. CLAVERO, M.,
“Sevilla, capital de Andalucía”, en DIARIO DE SEVILLA, 19-I-2001.
31
socialista en las distintas administraciones, sirvió para recabar el apoyo de la Junta o de
los distintos Ministerios a la tarea de restaurar la liquidez de las arcas municipales.
Más allá de la primeras intenciones simbólicas de la primera corporación, estos
son los años de la reformas a la hora de agilizar respuestas y procesos, ante los cuales la
presencia de la representación de la ciudadanía es al menos, tanto o más importante que
las propias atribuciones de la clase política. No en vano nace en 1983 el Área de
Participación Ciudadana, encaminada a facilitar la responsabilidad cívica que su propio
nombre indica.
Son los años del nacimiento del Instituto Municipal de Juventud y Deportes
(IMJD)32, el servicio de Limpieza (LIPASAN), la Gerencia Municipal de Urbanismo
(GMU), así como la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVISESA). Medidas todas
ellas encaminadas a mejorar la gestión y la agilización presupuestaria, de manera que la
importante deuda acumulada antes citada (5.800 millones) resultará finalmente reducida
a 1.700.
Es la época de importantes proyectos que se mostrarán definitivos para la
recuperación de la economía local, aunque no sólo deben percibirse en términos
económicos33. De esta forma, durante los primeros años de Gobierno de Felipe
González, Sevilla recibirá no pocas acusaciones de privilegios bajo el argumento de ser
la ciudad donde nació el Presidente de Gobierno, entre otras personalidades de su propio
partido. Los nuevos planes urbanísticos, una vez se comienza a habitar Sevilla Este,
dispondrán un nuevo crecimiento de la ciudad por la zona Sur: los Bermejales. Es la
época donde el recién creado Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía asume
la gestión de las antiguas Casas de Socorro. Se construye el Palacio de Deportes y el
Palacio de Congreso, y el Mundial de Ajedrez harían recaer muchas de las miradas del
mundo sobre una ciudad que ya comenzaba a preparar los fastos de la Exposición
Universal de 1992. Las distintas administraciones no recataron esfuerzos, dentro de la
connivencia antes apuntada, para aunar intenciones y asegurar las inversiones necesarias
para el citado año emblemático. Para lo cual, ya el 11 de enero de 1986, Jaime
Montaner como Consejero de Política Territorial y Energía de la Junta de Andalucía,
Alfonso Guerra en su calidad de Vicepresidente del Gobierno Central y el propio
Alcalde Manuel del Valle, suscribieron un convenio de actuaciones que aseguró la
solvencia del proyecto expositivo. Muy al contrario de la rémora que significó para
nuestra ciudad la Exposición Iberoamericana de 1929.
Sin embargo, uno de los aspectos más controvertidos de estos gobiernos
socialistas sería el entierro –entonces cuasi definitivo-, del emblemático proyecto de
metro para nuestra ciudad.
Conviene recordar que los iniciales sondeos sobre el denominado tren
subterráneo comienzan en 1968, de la mano de un diseño teórico de una primera línea
32
.- Finalmente, durante la tercera legislatura tiene lugar la secesión de la temática joven del citado
organismo.
33
.- Sobre la evolución del caso hispalense puede consultarse: PÉREZ RAMÍREZ, B., Las haciendas
locales: especial referencia a las ciudades de Barcelona y Sevilla (análisis del periodo 1986-1990), tesis
doctoral inédita de la Universidad de Sevilla dirigida por el profesor José Vallés en 1992.
desde Juan XXIII a Los Remedios. Era entonces Alcalde Feliz Moreno de la Cova 34.
Más tarde, siendo Alcalde, Rodríguez y García del Busto se procede a la redacción del
primer proyecto en torno a abril del año 1970, comenzándose las primeras actuaciones
en 1972.
Es de prever que la progresiva crisis mundial alrededor del petróleo como
materia básica influyera lo suficiente en los presupuestos de forma que, durante las
últimas corporaciones del régimen militar y la primera democrática, se percibiera el
ambicioso proyecto como una obra faraónica que nunca llegaría a culminarse. Será,
precisamente, durante el segundo mandato de Manuel del Valle cuando se da carpetazo
a una obra emblemática para la que los sevillanos habían pasado numerosos
inconvenientes durante casi veinte años, y sobre la que se habían invertido unos cinco
mil millones de pesetas.
Antes de la publicidad del lema con el que se pretendió justificar tal cuestión:
“El metro: un túnel sin salida”, no es menos cierto que existieron no pocos titubeos y
polémicas. De hecho desde finales de 1983 se comienza a hablar sobre dicha
paralización: el Ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones del primer
ejecutivo socialista, Enrique Barón, señalaría que “razones técnicas” dificultaban su
ejecución. Palabras a las que se uniría la escasa rentabilidad esgrimida por Montaner
como primer Consejero de Obras Públicas de la Junta; e incluso, las puntualizaciones a
las que se vio obligado Manuel del Valle, intentando convencer a los sevillanos de que
el limitado censo de la ciudad, contrariamente a lo esperado, así lo aconsejaba.
Lo cierto es, creemos nosotros, que aquellas campañas y anuncios institucionales
no llegaron a convencer del todo, como la historia se encargaría de demostrar, a una
ciudadanía cuya atención se dirigirá hacia la inminente Exposición Universal para la
que se preparaba35. Mientras se acometían importantísimas remodelaciones viarias y de
infraestructuras en nuestra ciudad: Ronda S-30, nuevo aeropuerto, autovía de 1992,
desaparición de Chapina, novedosas rondas y avenidas, tren de alta velocidad,... entre
otras actuaciones; se procedería a la reposición de los paramentos superficiales
clausurándose las obras con la consiguiente mejora en la imagen paisajística de la
ciudad y en la comodidad de su tráfico.
Cabe recordar del mimo modo que aquel ayuntamiento estuvo investido de un
respaldo popular mayoritario como para decidir aquella legítima medida, y sin negar las
críticas sobre el enterramiento recibida desde muy diversos sectores al observar cómo
en otros puntos de España se concretaba el proyecto, considero que no es honesto para
nuestra ciudad que aquellas razones barajadas sigan ocultas. Veinte años después sigue
siendo necesario, y ello es una incógnita que venimos despajando lentamente, cómo
estaba concebido aquel medio de transporte y qué razones justificaron su olvido.
34
.- Sobre la historia y pormenores de este proyecto pude consultarse: JUSTO ALPAÑES (Ed.); Pasado y
futuro del metro de Sevilla, Sevilla, Universidad, 1994.
35
.- De hecho, la campaña donde el andalucismo político (PA) irrumpe de nuevo en la corporación de
1987 estuvo profundamente marcada, entre otras reivindicaciones, por la necesidad de recuperar el metro.
Es más, durante el cuatrienio presidio por Rojas Marcos como Presidente de la corporación, se crearía la
Sociedad Metro de Sevilla encaminada a la puesta en marcha del tren urbano. Proyecto que acabaría
finalmente concretado, de forma muy diferente al que fue inicialmente concebido y con el concurso de la
Junta, durante el primer mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín en coalición con el Partido
Andalucista.
Es obvio que el proceso de comunicación institucional no tuvo un completo
éxito para con la ciudadanía, y que en la memoria de muchos sevillanos quedaría una
sensación de agravio, injusta en algunos casos, y que ha sabido ser alentada
electoralmente ante una Sevilla que se concibe como ombligo del universo. Pero aún
asumiendo este autor el ser criticado por determinados ámbitos sociales, me atrevo a
apuntar algunas valoraciones en mi calidad de observador y crítico histórico: desde una
perspectiva lejana y con el convencimiento de que dicho medio de transporte, es un
elemento decisivo en el diseño del futuro inmediato de este conjunto humano.
Mientras que en la superficie se Sevilla se realizaban amplias actuaciones con
suficiencia económica para el año 1992, considero que el antiguo proyecto de metro –
quizás-, podría convertirse en una rémora para la concreción exitosa de la Exposición
Universal. Creo que a ojos de la historia habría que preguntarse hasta qué punto el
sistema de transporte previsto no hubiese sido incompatible -económica, logística y
técnicamente-, con otras obras emprendidas en nuestra ciudad. ¿Hasta qué punto eran
compatibles metro y Expo`92?, y es más, ¿qué resortes en ese inconsciente colectivo de
los sevillanos se han movilizado para recuperar la cuestión?. Lo cierto es que, hoy por
hoy, carecemos de datos para evaluar la intensidad, tanto del entierro, como de la
recuperación y la concreción del nuevo tren ligero. Nuestra perspectiva es que fue una
ecisión arriesgada, de la cual no supo convencerse a la ciudadanía. Con todo ello
finalmente la sexta legislatura ha marcado las diferencias dado que el pacto de gobierno
PSOE-PA bajo el mandato de Sánchez Monteseirín, ha sabido concretar una idea ya
recuperar y ofrecer un nuevo formato a la misma vinculando al proyecto a numerosos
municipios del área metropolitana.
Entre el equilibrio electoral y la normalización institucional
Una tercera etapa a la que antes hemos aludido se refiere a las tres últimas
legislaturas (1991/1995, 1995/1999 y 1999/2003). Curiosamente, durante este periodo
ha sucedido que los partidos que han liderado el Ayuntamiento de la mano de su
Alcalde no han sido la formación política que ha obtenido más respaldo popular. Así ha
sucedido con los mandatos de Rojas Marcos, Soledad Becerril o el primero de Alfredo
Sánchez. De este modo, desde las primeras elecciones de 1979 Sevilla ha contado con
dos alcaldes socialistas: Manuel del Valle Arévalo y Alfredo Sánchez Monteseirín; dos
andalucistas: Luis Uruñuela Fernández y Alejandro Rojas Marcos, así como una
alcaldesa del Partido Popular: Soledad Becerril Bustamante.
Cabe también señalar que en la corporación hispalense nunca han existido
tránsfugas, grupos mixtos o representación de las agrupaciones denominadas
independientes. Al margen de las legítimas críticas políticas y de los diferentes puntos
de vista, siempre enriquecedores en respuesta al pluralismo democrático, nunca han
existido extremos casos de corrupción en un sentido tan lamentable y de tanto eco
mediático, como lo han sido en algún instante desde otras esferas de la Administración
Pública. Podemos afirmar igualmente que junto a la propia evolución interna de cada
una de estas formaciones, el sistema de partidos en la vida local de Sevilla, ha sido el
mismo que ha venido obteniendo representación en los ámbitos provinciales y
autonómicos.36
Eso sí, los resultados para cada una u otras elecciones vienen siendo diferentes
para nuestra ciudad, ya sean autonómicas, generales o municipales; y con ello podemos
hablar de un serio crecimiento de la responsabilidad cívica a la hora de elegir
representantes en respuesta al equilibrado pluralismo del que puntualmente, elección
tras elección, se hace gala. Por el contrario, la provincia como conjunto siempre ha sido
un bastión socialista a tenor de los contundentes porcentajes alcanzados.
Me muestro convencido de que nuestro Ayuntamiento, como otros tantos, ha
venido recuperando con el asentamiento de la democracia, un protagonismo que exige
ahora una segunda descentralización, recordando a aquellos constitucionalistas que
aluden a que los municipios son las verdaderas “cenicientas” de la Carta Magna. Entre
otras cuestiones, porque existe un importante debate, pendiente aún, alrededor del
denominado Pacto Local, el cual, estoy seguro ofrecerá un nuevo impulso los servicios,
funciones y financiación de los ayuntamientos. Del mismo modo, entiendo que a partir
de entonces se potenciará las actuaciones del Plan de Cooperación Municipal que
anualmente aprueba el Parlamento a través de los Presupuestos Generales de la
Comunidad.
Particularmente, el Ayuntamiento tiene ante si importantes retos ante el nuevo
siglo: la posible ampliación de la ciudad por Tablada; la puesta en marcha del metro; la
agilización y una mayor eficacia administrativa; la desconcentración de muchos de sus
servicios y funciones; la integración en la ciudad de las infraestructuras de la isla de la
Cartuja; el traslado de la Feria; consorcio de transportes del área metropolitana; la
denominada ciudad de la justicia… por citar sólo algunos ejemplos. En estos doce
últimos años se han iniciado una política de atención preferente a los barrios sin
descuidar por ello lo que es el conjunto histórico artístico más amplio de Europa;
recuperando el río e integrándolo plenamente en la ciudad, a la vez que se construyen
nuevos parques: Chapina, el Prado, San Jerónimo, Celestino Mutis, Polígono
Aeropuerto, Buhaira y Miraflores. Por el contrario, mientras desde 1991 ha venido
consolidándose una delegación específica de turismo, las expectativas olímpicas de
nuestra ciudad han ido languideciendo.37
En los últimos años, se ha consolidado una importante red de equipamientos que
continúa aumentando en beneficio de la ciudadanía: centros cívicos, bibliotecas, centros
de salud, centros sociales, instalaciones deportivas, equipamientos educativos, tres
universidades,… por el contrario tenemos importantes carencias que son retos para
futuros gobiernos locales. Necesitaríamos mayores dotaciones en algunos aspectos tales
como: casas de juventud, centros de atención a la mujer o a mayores. Pero en cualquier
caso, el reto de igualar el extendido sentimiento de sevillanía con el de civismo sigue
36
.- Pueden consultarse los distintos tipos de indicadores estadísticos en el Anuario anual que edita el
Área municipal de economía. Del mismo modo, suelen editarse en todas las instituciones al final de la
legislatura, en común o por áreas de gobierno, memorias o informes sobre los proyectos y actuaciones
realizados. Con la debida dosis crítica constituyen una importante fuente histórica para el estudio de las
Corporaciones Locales.
37
.- Por citar sólo un ejemplo del avance producido en los barrios de Sevilla puede consultarse: CENTRO
ANDALUZ CARLOS CANO; San Jerónimo: buscando futuro a nuestro pasado, Sevilla, AyuntamientoÁrea de Participación Ciudadana, 2003
siendo necesario, y para ello los hijos de esta ciudad, nacidos o adoptivos, tenemos que
realizar un serio examen de conciencia.
Es de prever que con la anunciada Ley de Cooperación Municipal por parte de la
Junta de Andalucía, la Ley de Grandes Ciudades o el Estatuto de la capitalidad, Sevilla
pueda recuperar mediante novedosas fórmulas jurídicas el liderazgo que debe tener en la
esfera andaluza, estatal y europea. En esta línea, entiendo que sería adecuado y
necesario realizar un llamamiento a todas las fuerzas políticas andaluzas para que,
recordando aquel Pacto Autonómico que materializara Fernández Viagas, alcanzar un
acuerdo donde intereses partidistas, locales y provinciales no primen por encima de la
necesaria unidad y solidaridad que deben existir como valor añadido a nuestra condición
de andaluces.
En todo caso, la instauración de la democracia ha supuesto un factor decisivo en
la aceleración de profundos cambios estructurales, e indudablemente, para caminar por
el nuevo siglo nuestro Ayuntamiento debe hacer gala de unas buenas dosis de
imaginación y eficacia ante un ciudadano que demanda respuestas ante los nuevos retos.
Finalizo mi intervención recordando y homenajeando a Alberto Jiménez
Becerril, concejal del Partido Popular asesinado hace ya cinco años junto a su esposa
por ETA.
Creo que no sería presuntuoso por mi parte afirmar que nuestro Ayuntamiento
goza de muy buena salud democrática. No resultaría por ello arriesgado defender que,
por encima de todo, y sin excesos en uno u otro sentido que poco aportan de
objetividad, los ciudadanos tenemos la garantía de que, sea quien sea el Alcalde, Sevilla
siempre gana en democracia. Así sea por Andalucía, España y la Humanidad.
ANEXO DOCUMENTAL
A).- Número de concejales obtenidos en el Ayuntamiento de Sevilla por las
diferentes formaciones políticas a lo largo de las distintas legislaturas.38
UCD/
AP/PP
PSOE-A
PCE/
IU-CA
PSA/
PA
1999/03 2003/0739
1979/83
1983/87
1987/91
1991/95
1995/99
9
1040
8
841
10
13
12
842
19
13
12
10
12
14
6
243
344
2
445
2
3
8
--
746
9
9
6
4
38
.- Desde 1979 a 1995 el número total de ediles de la corporación es de 31. Sin embargo, desde este
último año pasan a ser 33 sobre la base de la población del municipio, tal y como recoge la Ley Electoral.
39
.- Aunque no hemos aludido a ella, citamos los resultamos de la última Legislatura por mera cortesía.
40
.- Desaparecida UCD, AP concurrió en las elecciones generales de 1982 bajo las siglas de Coalición
Democrática (CD), sin embargo, en el municipio lo hace en compañía del Partido Demócrata Popular y el
Partido Liberal.
41
.- Desde las europeas de 1989 se recuperan las siglas Partido Popular (PP) antes integradas dentro de
UCD, y desaparecerá del mapa electoral Alianza Popular (AP).
42
.- Sólo a partir de su segundo congreso (diciembre de 1979) el PSOE se presentaría siempre a las
elecciones con las vigentes siglas de PSOE-A.
43
.- El PCE concurre a las elecciones autonómicas de 1982 con las siglas PCA: Partido Comunista de
Andalucía, tras celebrar su Congreso Constituyente (14-16 diciembre de 1979).
44
.- Estos comicios suponen la primera vez donde concurre la coalición Izquierda Unida-Convocatoria
por Andalucía (IU-CA).
45
.- Dentro de la coalición de izquierdas se integraron a partir esta convocatoria local Los Verdes: IUCALV.
46
.- A partir de su V Congreso (febrero de 1984) esta formación pasa a denominarse Partido Andalucista
(PA).
B).- Relación nominal de las distintas corporaciones democráticas según
adscripción política.47
Legislatura 1979-1983.48
ALCALDE: Luis Uruñuela Fernández (PSA)
CONCEJALES:
PSA
José Luis Ortiz Nuevo
Javier Sánchez Palencia
Miguel A. González de la Puente
Vicente Sanz Cuesta
José María Díaz Muñoz
Francisco Álvarez Rodríguez
Mercedes Gamero Rojas49
PSOE
Antonio Rodríguez Almodóvar
Guillermo Gutiérrez Crespo
Manuel del Valle Arévalo50
Javier Queraltó Dastis
Miguel Ángel Pino Menchén
Francisco Rodríguez Martín
Fermín Caballero Moreno
Manuel Fernández Floranes
UCD
Rafael López Palanco
Miguel Sánchez Montes de Oca
Manuel Laguna Rodríguez
Benito Mateos Nevado
Eugenio Alés Pérez
Sebastián Vázquez Risueño
Francisco Pavón Coloma
47
.- Nuestro agradecimiento al Servicio de Protocolo del Ayuntamiento de Sevilla por los datos
facilitados para la realización de la presente relación corporaciones en democracia inédita hasta estos
instantes.
48
.- Lugar y fecha de la toma de posesión: Salón Colón, 21 de abril de 1979.
49
.- De los cuales dimitirían por distintas razones: Mercedes Gamero Rojas; José María Díaz Muñoz y
Javier Sánchez Palencia; siendo sustituidos por: Enrique Álvarez Perea, Alejandro Cotta de Torres y Juan
Ramírez Corro.
50
.- Durante esta legislatura este edil ejerce funciones de Presidente de la Diputación.
Antonio Fontán Meana
Francisco de Paula Pérez Sindreu51
PCE
Alonso Balosa García
José Nieto Martínez
Amparo Rubiales Torrejón
José Manuel Cervera Grajera
Víctor Pérez Escolano
Eugenio López Sánchez52
Legislatura 1983-198753
ALCALDE : Manuel del Valle Arévalo (PSOE)
CONCEJALES
PSOE
Guillermo Gutiérrez Crespo
Miguel Ángel Pino Menchén54
José Caballos Mojeda
Francisco Rodríguez Martín
José Vallés Ferrer
Francisco Barrionuevo Ferrer
Fermín Caballero Moreno
Manuel Fernández Floranes
Javier Queraltó Dastis
Francisco Díaz Velázquez
Rafael Cerrato Costi
María Rodríguez Gil
Francisco de Asís Arcas Lucena
Jesús Mª Lagier Mateos
Bernardo Bueno Beltrán
Pedro Rodríguez de la Borbolla Camoyán
Néstor Serrano Beteta
Isidro Rebollo Torrent55
51
.- Abandonan su responsabilidad: Miguel Sánchez Montes de Oca; Francisco de Paula Pérez Sindreu y
Rafael López Palanco. Siendo sustituidos respectivamante por: Felipe Rodríguez Melgarejo; Ramón
Espejo Pérez de la Concha y Manuel Sainz de Rozas.
52
.- Dimiten: Amparo Rubiales Torrejón; Alonso Balosa García y José Nieto Martínez; los cuales son
sustituidos por: Francisco Javier Aristu Mondragón; Manuel Navarro Alcázar y José Villa Rodríguez.
53
.- Lugar y fecha de la toma de posesión: Salón Colón, 24 de mayo de 1983.
54
.- Cabe hacer constar que durante ésta y la siguiente legislatura este edil, ocuparía el cargo de
Presidente de la Diputación Provincial.
AP-PDP-PL
Pedro Albert Lasierra
Jesús Barrigón Poyo
Javier Arenas Bocanegra
Juan Antonio Mora Cabo
Mª Dolores Meléndez Martínez-Agulló
Felipe José Pareja Collantes
Felipe Rodríguez Melgarejo
Rafael Barbudo Melguizo
Andrés Torrico Torrico56
Manuel García García57
PCA
Francisco Javier Aristu Mondragón
Fernando Villamil Fernández
Juan Ramón Medina Precioso (Independiente)58
Legislatura 1987-199159
ALCALDE: Manuel del Valle Arévalo (PSOE)
CONCEJALES
AP
Soledad Becerril Bustamante
Valentín Franco Pérez
Manuel García García
Alberto Jiménez-Becerril Barrio
Rafael Barbudo Melguizo
Jaime Bretón Besnier
Adolfo Rubio Cobos
Antonio Fontán Meana
55
.- Por distintas razones abandonan su cargo municipal: José Caballos Mojeda; Francisco Díaz
Velázquez y Rafael Cerrato Costi; siendo sustituidos por: Ana Antúnez García; Eduardo Herrera Jiménez
y José Antonio García González.
56
.- No finalizan la legislatura: Jesús Barrigón Poyo y Pedro Albert Lasierra, siendo sustituidos por: José
Mª Ferre Tejera y José Luis Montoya Sánchez.
57
.- Este edil sustituiría a D. Juan Ramón Medina Precioso (PCA) al ganar esta formación recurso ante la
Junta Electoral.
58
.- Finalmente, aunque toma posesión en un principio, este grupo político pierde este concejal en
beneficio de la coalición AP-PDP-PL.
59
.- Toman posesión en la sala capitular el día 30 de junio de 1987.
PSOE
Miguel Ángel Pino Menchén
Francisco Moreno Franco
Juan Manuel López Benjumea
Isidoro Beneroso Dávila
Francisco Rodríguez Martín
José Vallés Ferrer
Manuel Fernández Floranes
Bernardo Bueno Beltrán
Pedro Rodríguez de la Borbolla y Camoyán
Néstor Serrano Beteta
María Rodríguez Gil
Eduardo Herrera Jiménez
PA
Alejandro Rojas Marcos de la Viesca
José Antonio Hurtado Sánchez
Enriqueta Vila Vilar
José Núñez Castain
Antonio Ortega García
Pablo Ollero Pina
Francisco Ballesteros del Valle60
IU-CA
Adolfo Cuéllar Contreras
Fernando Villamil Fernández61
Luis Pizarro Fernández
Legislatura 1991-199562
ALCALDE: Alejandro Rojas Marcos de la Viesca (PA)
CONCEJALES
PA
José Antonio Hurtado Sánchez
Enriqueta Vila Vilar
José Nuñez Castain
José Luis Villar Iglesias
Antonio Cabrera Jiménez
Ana Arillo Ramírez
60
.- Por fallecimiento este munícipe es sustituido por Vicente Sanz Cuesta
61
.- Tras la dimisión de este concejal pasa a formar parte del Grupo Comunista Rosa Bendala García
62
.- Toma de posesión en el salón de Tapices del Alcázar el día 15 de junio de 1991.
Emilio Lechuga Gallego
Mª Teresa Garrido Conde63
PP
Soledad Becerril Bustamante
Antonio Fontán Meana64
Manuel García García
Faustino Gutiérrez-Alviz Conradi
Carmen Diz García
Alberto Jiménez-Becerril Barrio
Jaime Bretón Besnier
Adolfo Rubio Cobos
PSOE
Luis Yáñez Barnuevo García
Miguel Ángel Pino Menchén
Amparo Rubiales Torrejón
Bernardo Bueno Beltrán
Juan Manuel López Benjumea
José Vallés Ferrer
José Manuel Cervera Grajera
María Rodríguez Gil
Manuel Fernández Floranes
Eduardo Herrera Jiménez
Manuel Serrano Cabeza
Mª del Carmen Álvarez Pérez65
IU-CA
Rosa Bendala García
Luis Pizarro Fernández
Legislatura 1995-199966
ALCALDESA: Soledad Becerril Bustamante (PP)
CONCEJALES
PP
Jaime Bretón Besnier
63
.- Tras dimitir es sustituida por Juan Ortega Pérez.
64
.- Tras la dimisión de este edil es sustituido por Mª Salud García Chaves.
65
.- Luis Yáñez Barnuevo y Amparo Rubiales Torrejón presentan su dimisión para formar parte más tarde
del Grupo Parlaentario Socialista en el Congreso de los Diputados. Son sustituidos por: Ignacio Guzmán
Cuevas y Antonio Rodríguez Galindo.
66
.- Toman posesión el dia 17 de junio de 1995 en el salón Colón.
Alberto Jiménez-Becerril Barrio
Carmen Diz García
Luis Miguel Martín Rubio
Adolfo Lama Cotelo
Rosario Conde Hinojosa
Mariano Palancar Penella
Manuel García García
Ricardo Tarno Blanco67
PA
Alejandro Rojas Marcos de la Viesca
José Antonio Hurtado Sánchez
José Núñez Castain
Mª del Mar Calderón Miranda
José Luis Villar Iglesias
Isabel Guerra-Librero Alcaraz
Juan Ortega Pérez
Diego de los Santos López
Mariano Pérez de Ayala Conradi68
PSOE
José Mª Rodríguez de la Borbolla Camoyán
José Mª Romero Calero
Juan Manuel López Benjumea
Mª Montserrat Badía Belmonte
José Manuel Cervera Grajera
Manuel Serrano Cabeza
María Rodríguez Gil
Carmelo Gómez Domínguez
Rosa Mª Baleriola Salvo
José Gallardo Fernández69
IU LV-CA
Luis Pizarro Fernández
Paula Garvín Salazar
Antonio Rescalvo Vizcaíno
Ricardo Marqués Sillero
67
.- Presentan su dimisión: Jaime Bretón Besnier, Ricardo Tarno Blanco y Alberto Jiménez-Becerril
Barrio, este último a causa de su asesinado por ETA. Son sustituidos por Dolores Meléndez MartínezAgulló; Susana del Río Estévez y Adolfo Rubio Cobos.
68
.- Tras la dimisión de José Núñez Castain que pasa a ocupar el cargo de Consejero de Turismo y
Deportes de la Junta de Andalucía y Diego de los Santos López, son sustituidos por: Juan Ramírez Corro
y Alberto Morales Chacón.
69
.- Dimiten: Juan Manuel López Benjumea y Manuel Serrano Cabeza, los cuales son reemplazados por:
Antonio Rodríguez Galindo y Juan Iglesias Verdugo.
Legislatura 1999-200370
ALCALDE: Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE)71
CONCEJALES
PSOE
Piedad Bolaños Donoso (Independiente)
Emilio Carrillo Benito
Carmelo Gómez Domínguez
Evangelina Naranjo Márquez
José Gallardo Fernández
Antonio Rodríguez Galindo
Victoria Martínez Ocón
Blas Ballesteros Sastre
Susana Díaz Pacheco
Juan Carlos Raffo Camarillo
José Antonio García González
PA
Alejandro Rojas-Marcos de la Viesca
Mariano Pérez de Ayala Conradi
Paola Vivancos Arigita
Juan Ortega Pérez
Rafael Carmona Ruiz
Isabel Guerra-Librero Alcaraz72
PP
Soledad Becerril Bustamante
Carmen Diz García
José Mª Pareja Ciuró
Luis Miguel Martín Rubio
Jaime Raynaud Soto
Carmen Martínez de Sola Coello de Portugal
Adolfo Lama Cotelo
Ricardo Villena Machuca
Mª Dolores Meléndez Martínez-Agulló
Susana del Río Estévez
Ignacio Manuel Flores Berenguer
Jaime Ruiz Rodríguez
José Vélez Liaño73
70
.- Toman posesión de sus cargos en el salón Colón el día 3 de julio de 1999.
71
.- Cabe recordar que este edil, en funciones ahora de Alcalde, venía ocupando el cargo de Presidente de
la Diputación en la anterior Legislatura.
72
.- Dimiten Mariano Pérez de Ayala Conradi y Juan Ortega Pérez, que pasará a ocupar el puesto de
Consejero de Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía. Le sustituyen Pablo de los Santos
Parejo y Antonio Ardila Morente.
IU LV-CA
Luis Agustín Pizarro Fernández
Paula Garvín Salazar
73
.- Por diferentes razones dimitirán Soledad Becerril Bustamante (más tarde Diputada al Congreso y
Vicepresidenta Primera del Congreso de los Diputados), Carmen Diz García, Luis Miguel Martín Rubio,
y Carmen Martínez de Sola Coello de Portugal. Le sustituyen en este periodo: Almudena Zubiría
González, Joaquín Peña Blanco, Milagrosa Díez Collado y Benito Ponce de León.