Cuaresma

En la comunidad de Reyes, ubicada en el valle de Etla se venera el Señor de las Peñas el quinto viernes cuaresmal. De acuerdo con la memoria colectiva se cuenta que el Cristo dejó a su paso una huella y una rodilla en los mogotes. Este hecho milagroso atrae numerosas procesiones y peregrinaciones a nivel regional. El presente artículo describe brevemente, con  base  ala tradición oral y algunas entrevistas realizadas a los peregrinos los milagros que concede el Cristo y los pedimentos que efectúan en torno a la imagen. Se divide la exposición en cuatro apartados,  los  cuales en  conjunto  explican  la  importancia  de  un  caso  concreto  sobre  el  proceso  de sincretismo y religiosidad popular que aconteció en los Valles Centrales de Oaxaca, la relación que guarda el santuario con la imagen, la tradición oral, el paisaje y su territorio.

Revista Electrónica: Narrativas Antropológicas de la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH  / 04-2019-121112490400-203,  ISSN: 2683-300X

El entonces Card. Joseph Ratzinger en su conferencia “Las crisis de las culturas” (Subiaco, 1 de abril de 2005), decía:

“Lo que más necesitamos en este momento de la historia son individuos que, a través de una fe iluminada y vivida, presenten a Dios en este mundo como una realidad creíble. El testimonio negativo de cristianos que hablaban de Dios mientras vivían de espaldas a él ha oscurecido la imagen de Dios y ha abierto las puertas a la increencia. Necesitamos hombres que tengan su mirada dirigida a Dios para aprender de él el verdadero humanismo. Necesitamos hombres cuya mente esté iluminada por la luz de Dios y a los que el propio Dios abra el corazón para que su inteligencia pueda hablar a la inteligencia de los otros y su corazón pueda abrirse a los demás. Sólo a través de hombres tocados por Dios, puede el propio Dios volver a habitar entre nosotros. Necesitamos hombres como Benito que, en una época de disipación y decadencia, se sumió en la soledad más extrema y, después de todas las purificaciones que tuvo que sufrir, pudo volver a la luz y fundar en Montecasino una ciudad edificada en la cumbre del monte que, a pesar de toda su ruina, aunó las fuerzas de las que surgió un mundo nuevo”.

Podemos ser esos “hombres que tengan su mirada dirigida a Dios para aprender de él el verdadero humanismo”, si prestamos atención al cap. 49 de la Regla de los monjes sobre la Santa Cuaresma...

The Lent office of Lazarus of Bethany in the catalano-narbonese churches (12-15 cent.) The liturgy related to Lazarus of Bethany is singularly interesting due to its antiquity and relevance in the proprium de tempore, as well as due to its later proliferation in the proprium sanctorum in the churches of Gaul. This work studies the presence of the formularies de Lazaro in the medieval sources of three territories: central-northern Italy, Provence and Septimania including the carolingian Catalonia. The particular features acquired by the office of Friday IV of Lent in the catalano-narbonese dioceses during the 12th-15th centuries are presented. The incipits of the most representative studied documents are transcribed in the final annex.

Se trata de un estudio donde se describe el desarrollo de la celebración de la Cuaresma por parte de la Iglesia Católica desde sus primeros tiempos describiendo las prácticas alimenticias y religiosas asociadas. Se observa una sucesión de comportamientos y usos que se solapan en el tiempo pero que su tipificación no permite comprender el proceso histórico que afecta a la Cuaresma.
El origen de la celebración de la Cuaresma se fundamenta en una preparación “durante un tiempo fuerte” del camino de iniciático de los candidatos ser aceptados en las comunidades cristinas primitivas bajo la supervisión de los obispos y en la fase final los candidatos son dirigidos catequéticamente por los propios obispos. El Catecumenado cuya finalidad era el recibir el bautismo por parte de los que deseaban hacerse cristianos, decayó y se alivió a partir del Edicto de Milán del emperador romano Constantino en el año 313 d.C., cuando los cristianos dejan de ser perseguidos. Este hecho motivó que la celebración de la Cuaresma se extendiese en primer lugar a la vida monástica y además se enfocase a un periodo especial para la Reconciliación de los Penitentes sometidos a prueba tras ser expulsado de las comunidades cristianas por motivo de pecados públicos muy graves (proceso producido entre el s. IV-VI).  Se aprecia que la Cuaresma de los fieles aparece cuando la cuaresma adquiere un carácter general como tiempo de oración y penitencia de todos los laicos (a partir del s. V-VI), como vía para la renovación de su fe. Por último se estudia la celebración de la Cuaresma entre Trento y el Concilio Vaticano II tomando como ejemplo Coria del Río (Sevilla), donde como en otros pueblos de Andalucía en la celebración de la Cuaresma toman parte destacada las misiones parroquiales y la vida de las cofradías penitenciales.

La Cuaresma nos invita a prepararnos como Iglesia para la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, acontecimiento fundamental de nuestra fe. En este artículo queremos ofrecer algunas pistas o claves para vivir una adecuada espiritualidad cuaresmal. De esta manera podremos ir viviendo este tiempo de gracia en el que se nos anuncia que la Salvación está muy próxima.

Navegando por internet me he topado con este impresionante grabado que ilustra la portada de una de las obras de Cristóbal de Fonseca.
Se trata de la portada de la traducción al inglés de su “Discurso para todos los Evangelios de Cuaresma”, que se publicó por primera vez en Madrid en 1614, en casa de Alonso Martín de Balboa. Esta portada se incluye en la edición inglesa de esta obra, traducida en el Magdalen Colledge de Oxford y publicada en 1629 en Londres, por el impresor Adam Islip. Se publicó bajo el título “Devout Contemplations – Expresed in two and fortie sermons upon all Quadragesimall Gospells”, (Devotas contemplaciones - Expresadas en cuarenta y dos sermones para todos los evangelios de Cuaresma”. Uno de los ejemplares mejor conservados, y del que hemos tomado la imagen, se encuentra en las colecciones del Museo Británico.