A día de hoy, plantear desde una perspectiva académica la investigación de fenómenos paranormales de cualquier tipo puede parecer una pérdida de tiempo por los numerosos fracasos que se han repetido a lo largo de la historia. Además, por...
moreA día de hoy, plantear desde una perspectiva académica la investigación de fenómenos paranormales de cualquier tipo puede parecer una pérdida de tiempo por los numerosos fracasos que se han repetido a lo largo de la historia. Además, por si éstos no fueran suficientes, los prejuicios que conlleva plantearse la realidad de estos fenómenos disuaden a cualquier investigador que pretenda ganarse cierta reputación en su ámbito. No obstante, existen contadas excepciones, pero la normalización de estos temas en el ámbito académico o en la comunidad científica parece todavía lejos de ser alcanzada.
La culpa, en parte, la tienen los mismos fenómenos paranormales, los cuales se resisten a cualquier explicación natural que la ciencia sea capaz de aportar. Por ello, todo fenómeno experimentado por cualquier testigo será explicado sistemáticamente sobre la base de las alucinaciones, los errores de percepción o la mentira intencionada. Pero, ¿se ajustan estas explicaciones a todos los testimonios de este tipo de fenómenos? La posición de la que partiremos en este ensayo es la de la insatisfacción frente a estas explicaciones, dado que no se ajustan a los datos de hecho relatados por los testigos en algunos casos. Sin embargo, esto no quiere decir que vayamos a defender o a justificar ningún tipo de explicación sobrenatural que obvie todas las exigencias de la comunidad cientifica.
Lo que pretendo defender en este ensayo es el interés por normalizar estos fenómenos, dado que existen multitud de testigos de lo paranormal que no encuentran satisfacción en las explicaciones que recurren a los errores de percepción. Pero lo haremos de un modo que nos impida abandonar las exigencias y los criterios que la ciencia de hoy requiere para las explicaciones naturales, y que cierran la puerta a multitud de explicaciones sobrenaturales y metodologías alternativas que amenazan la cordura sobre la que se construye el conocimiento veraz y fiable.
Para ello, hemos dividido el ensayo en cuatro puntos claramente diferenciados: en el primero de ellos, introduciremos brevemente la evolución del estudio de las "maravillas" -como aquello que reune el estudio de objetos y hechos extraordinarios- desde la época de la escolástica hasta la modernidad, con el fin de dilucidar el origen de algunos prejuicios que se vierten sobre el estudio de lo paranormal. Así, abordaremos en el segundo punto el surgimiento y la evolución de la parapsicología, como la última tentativa del estudio de lo paranormal.
Tras analizar las exigencias que la parapsicología no pudo satisfacer para hacerse un hueco en el ámbito de la ciencia, pasaremos al tercer punto, en el cual expondremos la tesis principal que pretendemos defender: tras reconocer la dificultad de aportar explicaciones que cumplan los requisitos exigidos, separaremos la explicación del fenómeno en sí, defendiendo una investigación que nos permita determinar la plausibilidad del relato del testigo. Es decir, el reconocimiento de nuestra incapacidad de aportar una explicación satisfactoria de origen natural, no conlleva que tengamos que recurrir a explicaciones alternativas, pero ello tampoco implica que tengamos que negar la realidad del fenómeno. Así, una investigación de los hechos sobre el terreno nos permitirá juzgar la plausibilidad de que el fenómeno en efecto haya ocurrido tal y como el testigo lo relata, sin que se deba a un error de percepción, e independientemente de la explicación que pueda tener.
Después, aprovecharemos el cuarto punto para exponer el caso real de una investigación multidisciplinar llevada a cabo por el equipo del programa Cuarto Milenio, que ejemplifica detalladamente el tipo de investigación y de talante que estamos defendiendo. De este modo, finalizaremos el ensayo explicitando las conclusiones que espero que queden implícitamente expresadas en este discurso: que creer en fantasmas no te hace más crédulo, y que esta actitud de apertura hacia horizontes nuevos de la ciencia refina y educa un espíritu crítico en el que merece la pena trabajar.