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Moroleon

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Moroleón, sus inicios...

Y
200 años de laboriosidad compartida

Compiladores de datos:

Agustín Martínez Salgado


Evangelina Gordillo Sánchez

Autores de complementos:

Artemio Guzmán López


Nicolás Ruiz Rodríguez
Ulrik Vangstrup
Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración del Bicentenario
del inicio del movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del inicio
de la Revolución Mexicana del Gobierno del Estado de Guanajuato.
Moroleón, sus inicios... y
200 años de laboriosidad compartida

Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración


del Bicentenario del inicio del movimiento de Independencia Nacional
y del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana.

Colección Monografías
Municipales de Guanajuato

Guanajuato 2010
Primera Edición, 2010

Derechos reservados de esta edición:

Gobierno del Estado de Guanajuato


Secretaría Técnica
Campanero No.6, zona Centro, C.P.36000
Guanajuato, Guanajuato. México.
Moroleón, sus inicios... y
200 años de laboriosidad compartida.
Compiladores de datos,
Agustín Martínez Salgado.
Evangelina Gordillo Sánchez.

Autores de complementos,
Artemio Guzmán López.
Nicolás Ruiz Rodríguez.
Ulrik Vangstrup.
Guanajuato
Gobierno
del Estado

Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración del Bicentenario


del inicio del movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del inicio
de la Revolución Mexicana del Gobierno del Estado de Guanajuato.

Presidente Coordinador General


Juan Manuel Oliva Ramírez José Gerardo Mosqueda Martínez

Vocal Ejecutivo Secretario Técnico


Juan Alcocer Flores Raúl Herrera Vega

Integrantes:
Rector General de la Universidad de Guanajuato Director de la Unidad de Televisión de Guanajuato

Representante del Congreso del Estado Presidente Municipal de Dolores Hidalgo C.I.N.

Representante del Supremo Tribunal de Justicia del Estado Presidente Municipal de San Miguel de Allende

Comandante de la XVI Zona Militar Presidente Municipal de Pénjamo

Secretario de Finanzas y Administración Presidente Municipal de Abasolo

Secretario de Desarrollo Económico Sustentable Presidente Municipal de Acámbaro

Secretario de Educación Presidente Municipal de Guanajuato

Secretario de Desarrollo Turístico Presidente Municipal de Silao

Secretario de Obra Pública

Representantes Ciudadanos:
Consuelo Camarena Gómez

José Manuel Roqueñí Rello

Ramón Imperial Zúñiga


Moroleón, sus inicios... y
200 años de laboriosidad compartida.

Comisión Estatal para la Organización de la Conmemoración


del Bicentenario del inicio del movimiento de Independencia Nacional
y del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana.

Colección Monografías
Municipales de Guanajuato.

Guanajuato 2010.
DEDICATORIA.

A nuestros Antepasados
por habernos heredado
un territorio físico
jurídicamente establecido.
Por su ejemplo a seguir,
en ocupaciones productivas
y de utilidad social.

A la generación presente
para que valoremos y
conservemos lo recibido.

A los niños y jóvenes moroleoneses,


con una invitación a practicar
las tradiciones de virtud,
responsabilidad y afán
de superación integral que
debe caracterizarnos
por siempre.

Compiladores.
DESCRIPCIÓN DE LA PORTADA.

“Hidalgo, Maestro”.

Mural en el Centro Escolar de Moroleón.


Del pintor J. Jesús Gallardo.

Personajes forjadores del Municipio:

Virrey Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo,


autorizó la merced de tierras donde se fundó Moroleón.

R.P. Fray Francisco Quintana,


fundador de la Vicaría e impulsor del desarrollo económico y de la
integración social.

Don Juan Bautista Morales,


Gobernador del Departamento de Guanajuato en 1845 cuando
promulgó el Decreto 16 que dá independencia a la Congregación
(Moroleón).

Gral. Don Manuel Doblado,


quien siendo Gobernador del Estado, publicó el nuevo nombre:
Moro-León.

Gral. Don Tomás Moreno,


originario de Quiahuyo, Moroleón. Destacadísimo liberal, promotor
del Plan de Ayutla.

Fray Miguel F. Zavala,


“Constructor de templos y de almas”, quien concluyó el bello templo
de Moroleón.

Coronel Don Francisco Pérez Baeza,


dirigió la defensa de Moroleón y sus alrededores del asedio de ban-
doleros y asaltantes.

Dr. Cayetano Andrade,


Constituyente en 1917. Escritor, maestro y benefactor social.
INTRODUCCIÓN.

“Son las negras letras,


la pólvora con que,
cargados los cañones de las plumas,
desvían los porfiados tiempos
para que no aniquilen las memorias;
y son los papeles hojas bruñidas
con que se defienden
de los continuos arietes de los siglos,
los hechos maravillosos de los Héroes.”

MATÍAS DE ESCOBAR *

Este destacado narrador de la Provincia de San Nicolás de Tolentino, remarcaba


en esta frase la importancia de dejar plasmado el acontecer mas relevante para que se
pudiera conocer en su tiempo y muchos años después. Son “las negras letras” las que
nos hacen entender la forma de vida a través de los tiempos y nos enseñan el pasado
para saber quiénes somos y con ello definir lo que pretendemos ser, el “no aniquilar las
memorias”, es el sentido de la difusión de la historia.
Dada la naturaleza gregaria del ser humano y de la necesidad de tener identidad
personal, además de la social, se vuelve imprescindible el conocer nuestro origen; saber
de dónde venimos, quienes fueron nuestros abuelos y más allá… De esta manera los
apellidos nos dan una directriz, a la vez que los genes heredados de los ancestros pro-
porcionan parte de las características físicas y hasta mentales y nos hacen únicos a cada
uno de nosotros.
El acontecer actual de este mundo tan cambiante y comunicado, ha propiciado la
pérdida de los valores fundamentales; por ello el rescate de la Historia, en sus diferentes

* AMERICANA THEBAIDA 1729. BALSAL EDITORES. MORELIA MICH. PRIMERA EDICIÓN 1970.
facetas nos proporciona un soporte significativo para fortalecernos en lo individual y en
lo colectivo.
El sentirnos en un grupo con un objetivo en común, nos hace mas plenos, llenos de
energía. Sobre todo si tenemos algo en especial que compartir como el arte, el deporte, etc.
El saber que tenemos una historia en común, nos dará un refuerzo en la identidad,
lo que redundará en que seremos mejores personas, propiciando una convivencia social
y familiar mas armónica, llenando así los huecos existenciales de cada individuo.
Nuestra historia “matria”, la del solar pequeño, nos alentará a emular las actitudes
de los grandes personajes del pasado y a superarlos también... entonces podremos decir
que nos sirvió de algo el aprendizaje que hemos tenido en todos los aspectos, porque si
no usamos este potencial, estaremos en condiciones de fracaso personal y como Pueblo.
En la antigüedad los griegos desarrollaron una cultura que trasciende hasta nues-
tros días. Platón proponía, entre otras cosas, condiciones básicas para que las ciudades
tuvieran un crecimiento importante y pudieran subsistir, tales como que se cuidara de
inundaciones, que la bañara el sol, que el aire fuera puro, con suficiente agua, zonas de
producción de alimentos, etc.
En nuestro continente florecieron culturas destacadas en artes y ciencias de las que
persisten manifestaciones arquitectónicas que nos admiran y llevan a la reflexión de su
grandeza y posterior decaimiento. Ahora nos toca a nosotros, aprender de todos ellos,
no cometer los mismos errores y proponer un mejor modelo social que en todos sentidos
logre una mejor calidad de vida.
El reto es grande y podemos superar nuestro entorno si seguimos esa visión con
fortaleza y dedicación.
En este año de las celebraciones del Bicentenario del inicio de la lucha por la
Independencia de México y del Centenario del comienzo de la Revolución Mexicana,
será importante destacar los valores nacionales, usando de ejemplo la valentía y entrega
de todos aquellos que se sacrificaron por los ideales de tener una Patria mejor para las
generaciones venideras, no olvidemos estas acciones y busquemos definir el rumbo de
nuestro pueblo, no por vanagloria personal sino por un deber cívico y por la responsabi-
lidad histórica que nos corresponde.
Este trabajo pretende ser un sencillo aporte en el conocimiento de nuestra Historia
Local y de las realidades que nos dan las estadísticas. También intenta ser un recono-
cimiento a todos aquellos que antecedieron esta labor que de manera inédita tuvieron
mucho que aportar y otros cuyas obras impresas los perpetuaron en forma de escritos
breves, pero muy valiosos o en volúmenes mayores, como es el caso de Don Jesús López
López, Don Alfonso Ortiz, el Dr. Cayetano Andrade López y otros más.
Agradecemos a quienes participan en esta publicación: al Gobierno Estatal y Mu-
nicipal; a la Secretaría Técnica de las Celebraciones del 2010 y al Presidente de la Asocia-
ción de Cronistas.
Moroleón, gracias por aportar a nuestro Estado una honrosa historia de legalidad,
entusiasmo y laboriosidad.

Compiladores.
Monografía
del
Municipio de Moroleón.
CAPÍTULO I.

CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO AMBIENTE.

I.1.- Localización y Límites.


El municipio de Moroleón está ubicado al centro sur del Estado de Guanajuato, co-
lindando al Norte con Yuriria y Uriangato, al Sur con Cuitzeo y Huandacareo, del Estado
de Michoacán; al Este con Uriangato, además de Cuitzeo y al Oeste con Yuriria.

Coordenadas geográficas:
20º 10’ Latitud Norte.
20º 01’ Latitud Sur.
101º 09’ Longitud Este.
101º 20’ Longitud Oeste.

I.2.- División Política.


La cabecera está localizada al Noreste del municipio y el crecimiento de la mancha
urbana ha ido absorbiendo a las comunidades más cercanas, quedando integradas a ella:
Curumbatío, San Lucas, El Pitayo, Jinete y Terrero. Y además: Piñícuaro, Rancho Nuevo,
Cuanamuco, Salto, Cepio, La Soledad, Los Andrade, (Ejido El Salto), Charándaro, Cari-
cheo, Peñas, Pamaseo, La Ordeña, Ojo de Agua, Quiahuyo, La Barranca, La Loma, Santa
Gertrudis y Los Amoles. De la jurisdicción original, han desaparecido, por causas migra-
torias, entre otras: Cerro Blanco, Las Cútucuas, Guaro, El Mezquital, Raya, El Rincón,
Serrano, Tejocote, La China y La Tinaja.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

I.3.- Geología.
La estratigrafía regional de la zona ubica 3 unidades litológicas:
Basaltos y brechas volcánicas del Terciario Cuaternario Tpl-Q(BBvb). Existen aflo-
ramientos y brechas basálticas de color negro y rojo de textura porfirítica y con estruc-
tura vesicular y las brechas son piroclastos de lapillo, cenizas volcánicas y seudo capas
delgadas del Plio-Cuaternario.
Riolitas y tobas ácidas Ts(R-Ta). Secuencia volcánica compuesta por riolitas flui-
dales color gris a rosado así como vitrófidos que van de riolitas a dacitas del Terciario
Superior.
Aluvión del Cuaternario Q(al) Es una pequeña proporción que se manifiesta en
la parte baja del municipio junto o bajo la mancha urbana con sedimentos de arcillas
distintas, limo y algo de grava.
I.4.- Orografía.
El municipio está localizado en una superficie algo montañosa o de lomerío suave
que son derivaciones de la Sierra de Piñícuaro y de la zona llamada Bajío Michoacano;
sus elevaciones más importantes son: Cerro de Los Amoles con 2 mil 830 msnm (metros
sobre el nivel del mar), Mesa El Cerrito Hueco con 2 mil 400 msnm, Manuna y Cerro
Blanco en Rancho Nuevo con 2,500 y 2 mil 280 msnm, respectivamente. Además de éstos
podemos mencionar al Cerro del Melón, Prieto o Cupuato, Blanco o Tizar y Caricheo. La
mayoría forman parte de la Sierra de Piñícuaro y se calcula un promedio aproximado de
2 mil 400 msnm.

Predominio de lomerío suave.

14
Características del medio ambiente.

La mancha urbana está situada en la parte baja del municipio y que también es la
zona más plana, donde la altitud sobre el nivel del mar va de los 1,800 a 1,850 metros.

I.5.- Condiciones Edafológicas.


Los suelos que mayoritariamente se presentan en Moroleón son:
Vertisol Pélico (Vp).- Son los que se les forman anchas y profundas grietas en
época de secas por la pérdida de humedad y la consecuente contracción de sus partícu-
las; son arcillosos, de textura media hasta gravosa, negros a gris oscuro, y aptos para la
agricultura.
Vertisol Crómico (Vc/3/G).- Son de color pardo o rojizo con una fase pedregosa
y casi siempre sobre material ígneo, característica de climas semisecos.
Lumisol Crómico (Lc).- Este es de menor fertilidad para la agricultura por su
alta permeabilidad y suceptibilidad a la erosión; es favorable para pastizales o para
desarrollo forestal.

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

I.6.- Hidrografía.
Todos los escurrimientos del municipio pertenecen a la región hidrológica 12 de
la cuenca Lago de Pátzcuaro-Cuitzeo-Yuriria (RH12-G), hay también dos Sub-cuencas:
Yuriria (RH12-G-c) y Pátzcuaro (RH12-G-a).
Las corrientes de agua en Moroleón, inician todas dentro del mismo territorio mu-
nicipal y son por lo tanto cortas y de poca afluencia o volumen, siendo las principales el
Arroyo de Amoles, también llamado el Paso o Tejocotitos, el Arroyo Blanco que alimenta
a la Presa de Quiahuyo, el de Cuanamuco que va a la Sub-cuenca de Pátzcuaro.

Presa de Cepio de control de aguas pluviales.

16
Características del medio ambiente.

Existen dos cuerpos de agua importantes en el municipio: la mencionada anterior-


mente Presa de Quiahuyo con una capacidad máxima de captación de unos 3.7 millones
de metros cúbicos, que su principal utilidad es para riego y de similar volumen la Presa
de Cepio, que capta la corriente del arroyo de Amoles, construída en el 2006 para evitar
inundaciones o de control de avenidas.
Los acuíferos subterráneos denominados Moroleón-Ciénega Prieta sufren mayor
extracción que recarga por lo que se prevee una severa escasez; el otro es el llamado Sal-
vatierra, abarca una tercera parte del municipio, y ambos se utilizan para abastecimiento
de agua potable en su mayoría.
I.7.- Condiciones Climatológicas.
El clima, en la parte del Municipio donde se ubica la mancha urbana, es Semicálido
Subhúmedo (A)C(WO), con lluvia en verano y temperatura de unos 18ºC en promedio
y con variaciones extremas ya que en invierno se presentan algunas heladas; de mayo a
junio las temperaturas mas altas llegan a ser por encima de los 35ºC.
El resto del Municipio, que es de mayor altitud, es Templado Subhúmedo (Cwlw),
con veranos frescos y largos, es decir, es un poco mas frío que el de la cabecera y lluvias
similares al anterior pero con índices mayores a las granizadas.
La precipitación pluvial anual varía de 600 a 850 mm.
Nota: Se percibe en la zona el cambio climático. No existen ya suficientemente marcadas
las estaciones del año; hay terrenos no cultivados, muy erosionados. Se ha ido perdiendo la cultu-
ra de cultivos de temporal y de hortalizas. Urge recuperar estos conocimientos empíricos genera-
cionales. Se deberían proteger las colinas y laderas con el antiguo método de las terrazas.
I.8.- Flora.
—Flora silvestre.- La mayor parte del terriorio municipal de Moroleón está sobre
vegetación de matorral, cercano a lo que pudiéramos considerar de semidesierto; las espe-
cies más comunes encontradas son: Mezquite (Prosopis laevigata), palo bobo o cazahuate,
(Ipomoea murucoides), palo blanco (Ipomea murocides), tepame, tzicua, huamúchil, zapo-
te blanco, pico de pájaro, lantrisco, oñigato, gatillo, crucillo, pochote, palo dulce, huanumo,
huizaches (yóndiro y chino), coaquil, copal, changungo, tepehuaje (Lysiloma sp), papelillo
amarillo o chupiri (Bursera Fagaroides). En las pequeñas zonas cubiertas de pastizal en-

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

contramos las especies: Zacate tres barbas (Arístida sp), navajita velluda (Boutelova hirsuta)
y zacatón liendrilla (Muhlenbergia sp), triguillo, lobero, zurumuta, quelites, zacatillo, y una
gran variedad de cactáceas como nopales, pitayo, órgano, nopal blanco, nopal San Pedreño,
de xoconostle (aquí se le dice joconol) en las zonas más altas las especies más comunes e
importantes son: el encino, capulín, tejocote, pinos, fresnos, zapote blanco, pirul y euca-
liptos además de otras plantas como árnica, los amoles, cola de zorra, guamúchil y anís
silvestre.

Diversidad de flora en Moroleón.

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Características del medio ambiente.

—Flora domiciliaria.- En muchos patios de la ciudad y de las comunidades existen ár-


boles frutales como limoneros, limas, granados, naranjos, duraznos, guayabos, toronjos, agua-
cates, etc. y plantas de ornato como geranios, bugambilias, vegonias y varios tipos de enreda-
deras.

Diversos árboles frutales en patios de casas.

I.9.- Fauna.
—Fauna silvestre.- La constituyen: tuzas, tejones, armadillos, conejos, ardillas, zo-
rrillos, tlacuaches, coyotes, zorras, murciélagos, colibríes, gorriones, tarengos, chivitos,
mulatos, cenzontles, codornices, aguilillas, lechuzas, gavilanes, búhos, zopilotes, golon-
drinas, conguitas, saltaparedes, tordos y en las zonas de represa conviven aves acuáti-
cas migratorias; también existen reptiles: lagartijas, tortugas y distintas serpientes como
coralillos, hocicos de puerco, cincuates o de cascabel, alicantes y ratoneras negras que
llegan a medir hasta dos metros y gran variedad de insectos como grillos, chapulines,
catarinas y mariposas, incluída la monarca.
Estas especies de animales de vida silvestre son ya muy escasas, en variedades y en
número, ya que la acción del hombre ha ido destruyéndolas, en forma directa, a través
de la cacería o indirecta a través de la contaminación ambiental.

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

—Fauna doméstica.- Aves de corral, diversas aves canoras que se tienen en jaulas;
perros y gatos. En la periferia urbana y zona rural hay ganado bovino, porcino, caprino,
ovino, caballar y asnal.

Deterioro de la flora y la fauna.


Hace 60 años existían venados y linces en el cerro de Amoles; y en el cerro de Manuna y
sierra de Piñícuaro, había jabalíes; coyotes quedan ya muy pocos, el zopilote, que limpiaba los ba-
sureros de animales muertos casi se ha extinguido, el conejo silvestre, las liebres, ardillas, codorni-
ces y güilotas sufren depredación. Se va perdiendo el equilibrio ecológico en perjuicio del hábitat
moroleonés, pese a las leyes que no han podido rendir los frutos de su objetivo. (Nota escrita por el
Profr. Nicolás Ruiz Rodríguez).

Patio con vegetación.

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CAPÍTULO II.

ASENTAMIENTOS HUMANOS.

II.1.- Demografía.

—Población.
La población total del municipio, según el último censo efectuado en el año 2000
por el INEGI, era de 48,191 habitantes (1.21% del total del estado); se estima que en la
actualidad son 55,000 habitantes en Moroleón y que para el año 2010 llegará a 63,000.
—Distribución.
Está distribuída en 18 localidades, siendo las más importantes por el número de
habitantes las siguientes: Moroleón, 41,136 habitantes, Piñícuaro 1,431, La Ordeña 756,
Ojo de Agua 538, El Salto 800, Rancho Nuevo 500 y La Loma 430 habitantes.
—Densidad de población y tasa de crecimiento.
La densidad de población es de 293.84 habitantes por kilómetro cuadrado y el 60%
de la población es menor de 20 años. La tasa de crecimiento media anual es de 0.7%, la
población urbana es de 85.4% y la rural es de 14.6%.

II.2.- Población Económicamente Activa.

—Personas con capacidad laboral.


Hay en el municipio un total de 35,478 personas en posibilidad de trabajar, de los que
16,162 son hombres y 19,316 mujeres (hay mayor oferta de trabajo para mujeres).
En su mayoría los empleos son temporales, tanto para patrones como para empleados, y
la mayoría son trabajos familiares en el comercio y la industria textil.
—Actividades agropecuarias.
Ha disminuído la cantidad de personas ocupadas en labores agropecuarias, porque mu-
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

chos de ellos han emigrado en busca de trabajo, y además las tierras de cultivo, han ido
desapareciendo por urbanización o francamente están erosionadas y bajo los efectos
negativos de las lluvias de temporal, que no siempre son oportunas y suficientes.

II.3.- Características de la Vivienda.

Total de viviendas, aprox. 10,842


Departamentos en edificio 374
Vivienda en vecindad 175

Pisos predominantes:
Cemento, firme y mosaico

Paredes:
Tabique, ladrillo, block, piedra, cantera o cemento

Techos:
Losa de concreto, ladrillo, terrado, viguería, todavía existen techos de teja, tanto de
arcilla como de asbesto.

II.4.- Servicios Básicos de la Vivienda.

Las viviendas particulares habitadas en el área urbana, disponen de agua entubada,


tienen drenaje la mayoría y cuentan con energía eléctrica.
En la zona rural la desproporción de los servicios de agua y drenaje en la vivienda
es notable, pues se tienen graves problemas de abastecimiento al no existir pozos pro-
fundos para surtirse en cada comunidad y los drenajes se resuelven algunas veces con
letrinas o fosas sépticas en cada casa por no tener plantas de tratamiento colectivas. A
pesar de lo anterior la totalidad de las comunidades de Moroleón tienen agua potable y
electricidad; la carencia de estos servicios sólo se presenta en pequeñas zonas con asen-
tamientos dispersos o irregulares.

22
Asentamientos humanos.

Vivienda urbana Moroleón.

Vivienda rural.

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Construcciones del Moroleón antiguo.

24
CAPÍTULO III.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA MUNICIPAL.

Descripción General.
Moroleón es uno de los 46 municipios del Estado de Guanajuato; su Decreto de
Creación es de fecha 19 de noviembre de 1845. La cabecera del municipio es la ciudad de
Moroleón. Un Ayuntamiento o Cabildo ha administrado las funciones públicas desde 1846.
El Ayuntamiento de Moroleón está integrado por un Presidente Municipal, un Sín-
dico y diez Regidores. Todos son de elección democrática y de varios partidos políticos.
Son de elección interna, el Secretario del Ayuntamiento, el Tesorero y el Contralor.
También los Directores de las dependencias se eligen internamente: Obra Públi-
ca, Desarrollo Urbano y Ecología, Desarrollo Económico, Desarrollo Social, Desarrollo
Rural, Oficialía Mayor, Reglamentos y Fiscalización, Educación, Cultura y Deporte, Di-
rección de Seguridad Pública, Protección Civil, Central de Emergencias 066, CERESO,
Tránsito y Transporte.
Además hay funcionarios de confianza en la Oficina de enlace con Relaciones Ex-
teriores, el Archivo General Municipal, Predial y Catastro, Registro Civil, Departamento
Jurídico, Comunicación Social y Acceso a la Información Pública.
En cada una de las Comunidades rurales, existen Representantes o Delegados que
son el enlace entre la Administración Municipal de la Cabecera.
En la Oficina de Contraloría se vigila que se realice con calidad los trabajos de
todas las dependencias, está integrada por un Licenciado en Derecho, un Contador, un
Ingeniero o Arquitecto y personal de base.
Existe una oficina de enlace con la Secretaría de Relaciones Exteriores desde sep-
tiembre de 1999. Además de tramitar pasaportes, se realizan solicitudes y permisos de
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

integración de sociedades, solicitudes de compra-venta de propiedades por extranjeros,


se informa sobre trámites de naturalización. Tiene también un departamento de protec-
ción consular para conacionales en cualquier parte del mundo.

Fachada de la Presidencia Municipal.

Interior de la Sala de Cabildos.

Patio de la Presidencia con Pendones Patrios.

26
Organización Política Municipal.

La Dirección de Tránsito y Transporte cuenta con 50 elementos operativos. Realiza


revisiones con alcoholímetro, se vigila el uso del casco protector a los motociclistas. Se
organizan las rutas urbanas y suburbanas de transporte. Se cuida la colocación de seña-
lamientos para la comunidad.
En el CERESO, o Centro de Readaptación Social, dirigido por un Alcaide o Direc-
tor, por lo general existen una decena de internos, algunos ya sentenciados y otros en
proceso.
Los Departamentos descentralizados de la Administración Municipal son SMA-
PAM, Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Moroleón; el DIF, Desa-
rrollo Integral de la Familia y La Casa de la Cultura, que ofrece diversos servicios a la
Sociedad.
Algunos datos del Registro Civil son indicativos de las variaciones sociales, por
ejemplo: en 1980 se registraron 1287 nacimientos; en 1990, 1308; en el año 2000, 1101;
en el 2009 sólo 826. En cuanto a matrimonios en el año 1980 hubo 326; en 1990, 456; en
el año 2000, 457; en el 2009, 260. Los divorcios en 1980 fueron 17; en 1990, 11; en el año
2000, 49; en el año 2009, 64. En defunciones, en 1980 se hicieron 253 actas; en 1990, 246;
en el año 2000, 320; y en el 2009, 346. (Los datos no son por décadas, sino por el año es-
pecífico que se menciona). En estas tres décadas solo se han llevado a cabo un total de
25 adopciones.
En la Oficina de Catastro e Impuesto Predial se hace la evaluación de las fincas y
terrenos para el cobro de impuestos. A partir de 1994 el cobro de este “impuesto predial”,
lo hace el Municipio directamente, para proveer de recursos o ingresos para solventar,
en parte, los egresos municipales.
En la Dirección de Desarrollo Social se canalizan los Programas de diversas ayudas
del Gobierno Federal, del Gobierno Estatal y del Gobierno Municipal. Estas prestaciones
son diversas como: becas escolares de todos los niveles de estudio, el programa Oportu-
nidades, el programa Setenta y más. Colocación de piso firme, colocación de techo digno,
entrega de despensas, organización de los ex-braceros para el pago del adeudo con ellos,
apoyo a migrantes, etc.
El Archivo General Municipal de Moroleón cuenta con un acervo documental,
casi desde la época de su fundación legal en 1845: estos documentos conforman en Archi-

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

vo Histórico. Además el A.G.M.M., tiene la ardua y continua tarea de la revisión de todo


documento generado en la Administración, para clasificarlos en documentos de trámite,
o documentos de concentración.

Localizando personajes de Moroleón en fotografía antigua.

Los documentos de trámite tienen un periodo de vigencia que depende de la ne-


cesidad de ser consultados, después de este plazo se deben reciclar. Los documentos de
concentración, después de pasar por el análisis de la comisión de Dictaminación y Depu-
ración, si lo ameritan, pueden ya pasar a formar parte del Archivo Histórico.

El SMAPAM como organismo descentralizado está dirigido por un Consejo cuyos in-
tegrantes son de carácter honorífico, a excepción del Presidente, quien tiene labor de tiempo
completo en oficinas.
Este Consejo Directivo nombra para su administración interna a un director General. El
Consejo Directivo del SMAPAM, dependiendo de los resultados sobre la correcta administra-
ción del agua en la Cabecera Municipal, es ratificado cada dos años por el H. Ayuntamiento en
turno. Actualmente en SMAPAM laboran 42 personas en las diversas áreas de trabajo. Las 16
comunidades rurales reciben asesoría técnica en sus pozos y equipos de cloración.
El SMAPAM lleva a cabo campañas constantes para el cuidado del agua por diversos
medios.

28
Organización Política Municipal.

Se están realizando la colocación de circuitos hidrométricos y cambio de tuberías


para evitar fugas y facilitar la reparación de éstas.
Actualmente se cuenta con 16 pozos profundos para el abastecimiento urbano
de agua potable.
Para conservar la presión adecuada en el suministro de agua se cuenta con 11 tan-
ques elevados.
La región cuenta con un sistema de tratamiento de aguas residuales (SISTAR), sos-
tenido y abastecido por los municipios de Moroleón y Uriangato.

Uno de los tanques elevados y bomba de uno de los pozos.

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Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Tanque contenedor de aguas residuales.

Planta tratadora de aguas residuales Moroleón-Uriangato.

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CAPITULO IV.

SERVICIOS PÚBLICOS DE LA ADMINISTRACIÓN, BAJO LA


DIRECCIÓN DE OFICIALÍA MAYOR.

IV.1.- Mercados.
—El Mercado Hidalgo se instaló en los terrenos aledaños a la Calzada Manuel
Doblado. Su construcción se inició en junio de 1964. Se inauguró en 1965, con la asis-
tencia del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, de paso por una de sus giras.
Funciona con un Administrador, secretaria y unos doce trabajadores en las dis-
tintas áreas.
Área que ocupa: 6,000 mts. cuadrados aproximadamente.Cuenta con:
190 planchas interiores, 37 cortinas exteriores, 60 cortinas interiores, 40 cortinas
en la explanada, 7 bodegas, 7 locales de tablajeros, 31 fondas, 30 puestos de tianguis

Mercado Hidalgo recién inaugurado.


Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Portalería de la explanada. Inauguración por Presidente Gustavo Díaz Ordaz.

fijos, 10 planchas para comida, 25 banquetas de la explanada, 28 puestos en los arcos


del edificio, 30 varios, 2 módulos de sanitarios y uno más en construcción, estaciona-
miento y zona de ambulantes.
Esto lo hace uno de los más grandes del país (en su tipo), con un total aproxima-
do de 700 comerciantes, contando los semifijos que están ubicados en las banquetas
del frente.
El Mercado Hidalgo contaba con una explanada en la cual sobresalía la portale-
ría y una fuente; por la demanda de espacios comerciales, se ubicaron ahí numerosos
puestos comerciales (parte de la lista que ya se enumeraron), pero desafortunada-
mente en la actualidad carecen de suficiente afluencia de clientes.
Mercado Moroleón o Mercado Nuevo.
El otro mercado que hay en la población es el llamado “Mercado Nuevo” o Mo-
roleón; este es particular y está funcionando desde 1990, es casi igual de extenso que
el Hidalgo, pero no ha tenido el desarrollo comercial esperado por sus propietarios y
sólo está ocupado en un 20% aproximadamente. El estacionamiento de este mercado
es propiedad municipal.
Tianguis y Ambulantes.
De manera esporádica, se instalan tianguis en algunas zonas de la ciudad donde
se venden verduras, frutas, abarrotes y otros artículos de primera necesidad. Asismis-

32
Servicios Públicos de la Administración, bajo la Dirección de Oficialía Mayor.

mo a lo largo de la zona comercial se instalan puestos de comerciantes ambulantes,


con venta de ropa.

IV.2.- Otros Servicios Municipales.


Recolección de Basura.
La generación de basura en Moroleón es abundante, para cubrir su desalojo, la Ad-
ministración Municipal tiene 10 camiones en igual cantidad de rutas, además de uno que
cubre las necesidades de recolección del mercado Hidalgo. Se dirigen al tiradero oficial
o relleno sanitario, donde se compacta y se cubre con capas de tierra. El servicio que se
otorga es gratuito pero se necesita concientizar a la ciudadanía en la reducción y separación de
basura, para facilitar dicha tarea a los pepenadores y para su posible reciclaje.
• Cuidado del Alumbrado Público. Básicamente consiste en mantener útiles las lám-
paras en los postes.
• Apoyo a Protección civil. Durante las contingencias naturales todo el personal de
Servicios Municipales colabora para solventarlas.
• Colocación de estrados y muebles para eventos conmemorativos.
• Instalación, conservación y mantenimiento de jardines públicos.
• Cementerios. Los servicios que presta son de inhumación de las personas que fallecen,
ofreciendo gavetas bajo tierra o bien externas.

33
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Servicios Municipales da mantenimiento a parques y jardines.

Anterior fachada del Panteón de Dolores.

Antigua procesión al panteón con la Virgen de La Soledad.

34
CAPITULO V.

ÁREAS RECREATIVAS.

V.1.- Plazas.
Jardín Principal - Plaza Guanajuato.
De los jardines públicos en Moroleón destacan tres: El Jardín Principal o Plaza
Manuel González, que está en el centro de la población, rodeado por una bella porta-
lería (se inició su restauración); le sigue en importancia por su tamaño y uso la Plaza
Guanajuato, donde en algún tiempo se instalaban los circos o la plaza de toros. El otro
a destacar es el Jardín del Jinete, localizado a la salida a los Amoles y la Ordeña junto al
puente del mismo nombre. Casi junto a éste, pero con el arroyo de por medio se encuen-
tra el que se llama “Parque de la Familia”, con un par de tejados que tienen asadores y
algunos juegos infantiles.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Plazoletas.
El resto de los jardines o plazas lo integran el de “La Plazuela Nicolás Bravo”,
entre las calles Allende y Guerrero; la Plaza “El Cinco”, ubicada en la unión de las calles
Morelos, Cinco de Mayo y Santos Degollado. La Placita 12 de Octubre, en la esquina de
esta calle con Abasolo; El Parque Constituyentes, en la colonia Aviación Civil, aledaño
a la calle Heriberto Jara; otro conocido como “el Jardincito” de la calle Fuerza Aérea, y
también el parque de “Los Girasoles” en la colonia del mismo nombre. Actualmente en
construcción el parque “Los Laureles”, al final de la calle Chamizal. También en proceso
otra pequeña plaza por el mismo rumbo en la intersección de las calles de Aquiles Ser-
dán con 18 de Marzo.

36
Áreas recreativas.

V.2.- Parque Moroleón.

Áreas verdes, palapas y zoológico.


Situado a unos tres kilómetros de la zona centro, con accesos carreteros muy bue-
nos, pues se encuentra en el cruce de la carretera a Piñícuaro y Huandacareo con el
Libramiento Sur Poniente. Tiene una superficie aproximada a 15 hectáreas y cuenta con
estacionamiento en su interior, sanitarios, palapas o techumbres con asadores. El zooló-
gico, instalado en el área sur tiene más de 400 animales, que entre otros destacan: leones,
osos negros, un hipopótamo, un jaguar y un tigre, coyotes, varios tipos de aves, etc.

Complejo Eco-turístico Amoles.


Es un proyecto del cual se lleva realizado un 40% aproximadamente, y será a futuro un
gran atractivo regional.

37
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Complejo Eco-Turístico Amoles

38
CAPÍTULO VI.

EDUCACIÓN.
Planteles y Cantidad de Alumnos.

Existen en este sector en Moroleón un total de 85 Instituciones Educativas con


unos 13,600 alumnos inscritos.
VI.1.- Educación Básica
Preescolar. Existen 31 instituciones: 24 son federales, 5 estatales y 2 particulares;
el año 2008, ya se han agregado otras tres, que son particulares también.
Escuelas Primarias. Las escuelas primarias en el municipio son 37 las registradas
por el INEGI en el 2004; de éstas 22 son federales, 11 estatales y 3 particulares.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Dedicadas Maestras que laboraron en la Escuela Primaria Urbana Número Uno, Maestra Esther Gon-
zález Parga, Maestra Elodia Ledesma Martínez, Maestra Mercedes Díaz de Pérez, Maestra María Teresa
López López, Maestra Esther Martínez Ortega, algunos alumnos y alumnas del plantel.
La profesora Elodia Ledesma pasaría a la dirección del Centro Escolar Moroleón, cuyo director enton-
ces el Profr. José María Martínez Ortega había sido nombrado inspector de la zona escolar de Irapuato.

Primera banda de guerra escolar de la Escuela Primaria Superior No. 1. Foto tomada en el patio del an-
tiguo edificio de este plantel. Curiosamente la bandera que portan es de la época porfiriana. Durante
el desfile usarían otra con el Escudo Oficial de esa fecha con el águila de perfil.

40
Educación.

Escolta de la Escuela Josefa Ortiz de Domínguez en el desfile del 16 de Septiembre por los años cuarenta.

VI.2.- Nivel Medio


Secundarias Oficiales y Privadas. En el ramo de Secundaria hay 13 escuelas; en la
cabecera municipal hay tres Centros Académicos públicos de este nivel, en orden de an-
tigüedad, la J. Jesús López López, Defensores de Moroleón, y la ETI. Las particulares de
educación media básica son cuatro: Instituto de Ciencias Moroleón, Fr. Miguel F. Zavala,
Khépani y el Instituto Iberoamericano; el resto de estas escuelas son Tele-secundarias en
la zona rural del municipio.

41
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

VI.3.- Nivel Medio Superior.


Preparatorias. La educación media superior o preparatoria, es cubierta por una
de nivel profesional técnico por el plantel CONALEP, un CECyTEG (que aún carece de
edificio propio), la Escuela Preparatoria Lic. Benito Juárez, además existen cinco prepa-
ratorias privadas.

VI.4.- Nivel Superior.


Del nivel superior sólo hay tres instituciones privadas: la Universidad de León,
Quetzalcóatl y Humánitas.

VI.5.- Bibliotecas.
Biblioteca Tomás Moreno. Ubicada en la esquina de las calles Brasil y Durango.
Biblioteca Alfonso Ortiz Ortiz. Ubicada en la calle Morelos No. 80.
Biblioteca Nicolás Ruiz Rodríguez. Ubicada en la Casa de la Cultura.

42
Educación.

Otros servicios educativos.


Aunado a lo anterior están otros espacios educativos como el Centro del Saber
“Gral. Tomás Moreno”, que imparte clases de nivel primaria, secundaria y preparatoria
a un total de unos 230 alumnos adultos, también ofrece talleres de informática, jardi-
nería y reciclaje de basura; UniCCaT capacita y certifica en sectores básicos o en áreas
específicas laborales como computación, mecánica automotriz o de motocicletas, manejo
de maquinaria textil o corte y confección, entre otros. Este centro educativo cuenta con
la modalidad de oferta de talleres atendiendo a las peticiones de grupos que tienen ne-
cesidades específicas de aprendizaje en algunas otras áreas (los alumnos aportan una
módica cantidad de dinero).

Centro del Saber General Tomás Moreno.

VI.6.- Casa de la Cultura.


La casa de la Cultura fué fundada en junio de 1989, se encuentra ubicada en la calle Salvador
Díaz Mirón No. 45, con horario de lunes a viernes de 7 a 9 a.m. y de 16 a 21 hrs.
La educación que ofrece es artística, en talleres libres de: Artesanías, artes plásticas, baile
moderno, baile de salón, ballet clásico, coro infantil, danza folklórica, dibujo, guitarra popular,
piano, pintura, rondalla, yoga y karate.
Además de los talleres permanentes trabaja con salones culturales, fuera de su espacio,
cursos de verano, programa “Viva la banda”, funciones de teatro, conferencias, proyección de pelí-
culas, pastorelas, etc. En su espacio físico se encuentra la biblioteca Profr. Nicolás Ruiz Rodríguez.

43
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Como consecuencia del descenso de la demanda laboral textil y la baja de la actividad co-
mercial local, estas Instituciones educativas representarán una espectativa de lograr la diversifi-
cación de trabajo en la población.

Casa de la Cultura.

Piñícuaro, pueblo prehispánico, destacó en artesanías, cultura folklórica y educación.

44
Educación.

Actividades de la Casa de la Cultura.

45
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Documento del año 1888 en el que se muestra el reconocimiento que se hacía a la aplicación de los alumnos de las
Escuelas Oficiales.

46
CAPÍTULO VII.

ACTIVIDADES DEPORTIVAS.

VII.1.- Unidades Deportivas.

El municipio de Moroleón tiene dos unidades deportivas, una dentro de la mancha


urbana cuya construcción data de los años setenta, actualmente lleva por nombre “Fr.
Luis Gaitán” y está ubicada en la calle Francisco Pérez Baeza, junto al Estadio de Beisbol;
la otra unidad deportiva es la llamada “Moroleón” conocida como “la nueva”, que es más
grande que la anterior y que se complementa con una zona recreativa con arboleda na-
tural entre la cual se adaptaron senderos y techos con asadores para el esparcimiento de
las familias que acuden a ella. Tiene una magnífica cancha para basquetbol, con gradería
y domo. Nota: El mantenimiento de la duela de la cancha, así como el techo es deficiente, por lo
que urge invertir para conservarlas.

Deportiva Fray Luis Gaitán.


Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

VII.2.- Práctica del Futbol.

Para la práctica del futbol hay varias ligas y de ellas la que agrupa un mayor núme-
ro de jugadores es la Liga de Futbol Amateur de Moroleón, con un aproximado de 1,700
elementos que participan en este deporte, teniendo en su organización equipos de cate-
gorías libres o de mayores de edad, juveniles, infantiles y menores. Todos ellos utilizan
las canchas de la Unidad Deportiva Fr. Luis Gaitán; los infantiles y menores en la cancha
chica, mientras que el resto juegan en la cancha de dimensiones oficiales, ambas son de
piso de tierra (mezcla de arcillas y arenas adecuadas). También se usan las cinco canchas
que tiene la Liga por la misma salida a Quiahuyo. Hay también otras ligas de futbol rápi-
do o de salón que usan la cancha del Auditorio Municipal “Antonio Ortiz Mena” de lunes
a miércoles, y otra liga que es privada que juegan en la cancha llamada “Morosports”. En
el Club Campestre se practica entre otros el futbol en dos categorías: libre y máster en su
cancha de pasto natural y con dimensiones oficiales. La liga Femenil de futbol juega los
domingos en la Unidad Deportiva Moroleón, y el lunes en la Fr. Luis Gaitán.

Canchas de la liga amateur.

VII.3.- Práctica del Beisbol.

Este deporte se practica en cuatro espacios destinados a sus diferentes modalida-


des: El “Estadio de Beisbol”, que está junto a la Unidad Deportiva Fr. Luis Gaitán, al final
de la calle Juárez, tiene buen graderío, alumbrado, pasto en el cuadro y es donde se han
realizado juegos importantes de torneos estatales y nacionales. Se recuerda a jugadores

48
Actividades deportivas.

locales a Don Jesús Pérez Villagómez y a Valentín García Núñez. El campo “ROL” (Rigo-
berto Ortega López), en la Colonia San Isidro, completa las necesidades de la liga local
para las categorías libres, existe también un campo infantil en la colonia El Ranchito,
donde juega la liga de softbol femenil y un campo de veteranos en la colonia los Giraso-
les y junto al Libramiento Sur.

Estadio de Béisbol.

VII.4.- Práctica del Basquetbol.

El Basquetbol había venido a menos pero parece repuntar al nivel alto que ha teni-
do en la región. Actualmente la Liga, en sus diferentes categorías, usa preferentemente
la cancha del auditorio Ortiz Mena, de jueves a domingo, siendo este último, el día que
juega la femenil. Para entrenamiento, está también la cancha de la Presidencia Munici-
pal, que fue por algún tiempo el centro más utilizado para este deporte.

49
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

VII.5.- Charrería.

Otra actividad importante ha sido la charrería, la cual tuvo una etapa brillante con
la organización de escaramuzas charras integradas por jovencitas que le dieron gran
realce.

Tercera Generación de Charrería en Moroleón 2010.

Nota: Como apreciación, falta un “plus” generalizado en el deporte, y quizá se debe a que
esta actividad deportiva es recreativa, más que competitiva y de “fines de semana”. Hay
ejemplos de esfuerzos personales como es el caso del futbolista Ever Arsenio Guzmán
Zavala, quien participó en el campeonato mundial de futbol sub 17 en Perú en el año

50
Actividades deportivas.

2005, resultando la Selección Mexicana campeón mundial al vencer a la selección de Bra-


sil por marcador de 3 a 1; Ever anotó el último gol. Rubén Pantoja Cruz, quien practica el
motociclismo de pista de alto nivel, y logró ser campeón nacional de su categoría en este
año 2010; otro gran ejemplo es Luis Miguel García Zavala quien fué Campeón Mundial
de Atletismo Especial 2007.

Ever Guzmán en el Campeonato Mundial de Perú.

Rubén Pantoja, Campeón Nacional de Motociclismo 2010.

51
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Deportistas invidentes, entre ellos Luis Miguel García Zavala


(de sudadera blanca), Campeón Mundial de Atletismo Especial 2007.

Arranque de la Competencia Nacional de Ciclismo de Montaña


Ruta Amoles.

Categorías infantiles de Ciclismo de Montaña Ruta Amoles.

52
CAPÍTULO VIII.

SALUD PÚBLICA.

Demanda del Servicio.


La demanda de este servicio del Sector Público se ha incrementado notablemente a par-
tir de 1993, entre otras causas por el aumento natural de la población, y otro factor es
el descenso del ingreso económico general, dando como resultado que las Instituciones
que lo atienden se han visto rebasadas porque su capacidad de infraestructura no les
permite crecer físicamente para compensar el déficit.

VIII.1.- IMSS. Clínica-hospital para trabajadores derechohabientes, cuyos patrones ha-


cen los pagos de los servicios médicos. También hay “alta voluntaria” a costo de los
pacientes.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Los servicios que ofrece son:


• Consulta médica y surtido parcial de recetas.
• Maternidad y atención quirúrgica.
• Programas preventivos, como campañas de vacunación, también contra el cáncer, la
obesidad, la diabetes, etc.
• Seguros médicos temporales para trabajadores que intervienen en las obras de cons-
trucción.
• Seguro de retiro para los jubilados y pensiones por causa de enfermedad, incapaci-
dad física o edad avanzada.

VIII.2.- Servicios del ISSSTE. Institución que atiende a los empleados al servicio del Estado:

• Consulta externa y medicamentos.


• Translado de pacientes a especialidades.
• Expedición de comprobantes de incapacidad laboral.

VIII.3.- CAISES (antes Servicios de Salubridad).


• Atiende a derechohabientes del Seguro Popular, para tratamiento médico o cuando lo
amerite, canalización de pacientes al Hospital Regional o a Instituciones de Especialidad.

54
Salud pública.

• Vacunación gratuita, expedición de cartillas de salud.


• Control de posibles epidemias y su prevención.
• Control de rabia canina.
• Consulta general y hospitalización (reducida).

VIII.4.- DIF (Desarrollo Integral de la Familia). Institución de salud y servicios con


subsidio Estatal y Municipal.

• Atiende consultas médicas.


• Atención dental.

55
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

• Guardería infantil.
• Translado de enfermos a Instituciones Especializadas.
• Terapias de rehabilitación.
• Desayunos escolares y despensas.
• Atención a la violencia intrafamiliar.
• Servicios gratuitos de asesoría jurídica.
• Cursos de informática, etc.

VIII.5.- ISSEG.
• Venta de medicamentos con descuento.
• Facilita los trámites de recepción de divisas.
• Ahorro voluntario de los trabajadores.
• CREDISSEG.
• Entrega de becas “Contigo Vamos”.
• Seguros de vida.

VIII.6.- Hogar para Ancianos Santa Mónica.


Con aportes oficiales y privados de un patronato que realiza actividades producti-
vas, recibe para su atención integral a ancianos que carecen de hogar.

56
Salud pública.

VIII.7.- Ciudad de los Niños.


Atiende las necesidades de niños abandonados o con hogares disfuncionales.
Transportan a los niños a la escuela, al servicio médico, etc. En el mismo lugar tienen
actividades artísticas y de tareas.

VIII.8.- Cruz Roja


• Presta servicios de emergencia en accidentes.
• Servicio de consulta médica.
• Servicio de laboratorio clínico.
• Translado de enfermos.
• Cursos de primeros auxilios y prevención médica.

57
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Primer hospital de Salubridad en Moroleón. Foto de 1947.

Acceso al Hospital Comunitario de próxima construcción.

Patio del Gerontológico.

58
CAPÍTULO IX.

COMUNICACIONES Y TRANSPORTE.

ZIX.1.-Medios de Comunicación.
• Televisión. Esporádicamente ha funcionado un canal de Televisión; inicialmente en
la Presidencia Municipal, ahora de iniciativa privada.
• Radiodifusora. Es de la iniciativa privada, pero tiene un programa de servicio social,
que abarca denuncias, peticiones de servicios públicos y de trabajo, crítica social e
información en general.
• Periódicos. Circula un periódico a la venta, y varios más de tipo promocional, con
alguna información social noticiosa. Estos periódicos son gratuitos.
• Telefonía fija y celular.
• Correos y telégrafos.
• Internet.

IX.2.- Medios de Transporte.


• Central de autobuses para salida y arribo de pasajeros.
• Transporte de Carga. Existen varias líneas de transporte para el translado de mer-
cancías: acrilán y otras fibras, telas, maquinaria, accesorios para adorno de prendas,
etc. (el volumen de carga ha disminuído en los últimos años).
• Mensajería y paquetería.
• Servicio de transporte urbano.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

• Servicio de transporte para las Comunidades.


• Servicio de taxis.
• Motocicletas. El problema de fluidez vial es intenso en Moroleón, razón por la cual
el uso de motocicletas se ha incrementado. En este medio de transporte se trans-
lada a la familia, se va al trabajo, a la escuela, a comprar insumos o al “mandado
doméstico”.

Motocicletas afuera de Instituciones Educativas.

60
CAPÍTULO X.

ACTIVIDADES ECONÓMICAS.

X.1.- Industria y Comercio.


• La industria en Moroleón ha tenido una evolución muy notable, desde sus inicios con
la fabricación de rebozos, continuando con la industria textil de muy alta calidad, la
cual tuvo un auge impresionante que culminó hace dos décadas.
• Se creó el Centro de Convenciones que ha sido escaparate de la moda internacional.
Se agregó el Centro de la Moda Textil (CEMOTEX).
• Se instalaron expo textiles de corta duración para venta al público de productos tex-
tiles de Moroleón en casi todo el país.
• Los problemas nacionales e internacionales de la economía han influído negativa-
mente en la productividad industrial sobre todo a nivel de la mini industria familiar.
• La Dirección de Desarrollo Económico Municipal apoyado por el Gobierno del Esta-
do, intenta colaborar para el rescate de la industria, otorgando préstamos; obtenien-
do algunos resultados positivos.
• En cuanto al pequeño comercio está siendo absorbido por las empresas de globa-
lización económica, contrastando la “zona comercial” con el resto de la ciudad en
deterioro económico.
• Pese a todo lo anterior, se pueden aún obtener en excelente calidad y precio: suéteres
con gran variedad de modelos, texturas y precios; rebozos, colchas, toallas, ropa
tejida para bebé, blusas para dama, ropa de tela para adulto, niños y niñas, mame-
lucos para bebé, ropa deportiva, pants en gran variedad de telas y diseños.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

X.2.- Agricultura.
• Tenencia de la tierra. En el suelo moroleonés predominan la pequeña propiedad
con unas 14,000 hectáreas y la ejidal con aproximadamente 1,529 hectáreas, distri-
buídas de la siguiente manera: Ejido Moroleón 293 hectáreas, de las cuales 220 son
de uso agropecuario, 68 de agostadero y 5 de infraestructura urbanizada. Ejido Ojo
de Agua, tiene 330 hectáreas; Quiahuyo 227 hectáreas; La Ordeña 664 hectáreas; Las
Peñas 53 hectáreas; Amoles 409 hectáreas; Piñícuaro 403 hectáreas. Carpeta básica de
Ejidos. Procuraduría Agraria 2009.
• Clasificación de la tierra y uso del suelo. El uso agrícola tiene un porcentaje de 80%,
el pecuario un 14% y un 5% es de uso urbano e industrial. La erosión es un factor
negativo, sobre todo en la parte central del Municipio, afectando principalmente las
comunidades de La Barranca, La Loma y Piñícuaro. Este daño es causado básica-
mente por el arrastre de tierra por el agua de las lluvias, el sobrepastoreo que hubo
en la zona y por la tala de árboles (actualmente restringida).
• Principales cultivos. El cultivo de la tierra ha venido a menos por la emigración hacia
los Estados Unidos o simplemente a las ciudades o a zonas urbanas, abandonando
los campos de cultivo. Las siembras son de temporal en unas 3,000 hectáreas con
cultivo de: maíz, frijol, sorgo, garbanzo y haba. El cultuvo de calabaza reviste impor-

62
Actividades económicas.

tancia especial pues se convierte, junto con camotes, higos, tejocotes, chilacayote en
deliciosos “cubiertos” preparados con azúcar o piloncillo. También se ha agregado
el cultivo del agave y nopales forrajeros. Las siembras de riego son escasas. Se está
intentando la producción en invernaderos de hortalizas y flores.

X.3.- Ganadería.
• En algunos ejidos se tiene actividad pecuaria y pastoreo. El ganado es mayorita-
riamente bovino, porcino, caprino y ovino. También hay algunas granjas de aves, y
varios apiarios.
• Productos ganaderos. Ha disminuído notablemente la cantidad de establos para ga-
nado bovino debido a la facilidad del consumo de la leche industrializada. Los deri-
vados lácteos como quesos, yogurt, crema, etc. son a nivel casero. La cría de cerdos
a gran escala también ha desaparecido; pero es tradicional y de fama la preparación de
exquisitas “carnitas” de cerdo, y “birria” de chivo.

X.4.- Minería.
No existen yacimientos de metales en el Municipio, o al menos no se ha explorado
actualmente.
• Se extrae arena y grava para construcción.
• Hay extensos bancos de cantera pero carece de la dureza necesaria, aunque es ade-
cuada para el tallado.

X.5.- Otras Posibilidades de Desarrollo.


• Actividades turísticas. Está en construcción el Complejo Eco-turístico en el Cerro de
Amoles, aún faltan varias etapas por construir.
• Existen otros atractivos espacios donde se podría practicar ciclismo de monta-
ña, senderismo, rapel, campismo.

63
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Vista del cerro de Amoles.

Las comunidades del Municipio de Moroleón pueden ser visitadas, con la certeza
de encontrar en ella: belleza natural, historia, vistas panorámicas, capillas antiguas y
nuevas, etc.

Piñícuaro, ojo de agua.

64
Actividades económicas.

Capilla de la Virgen de la Salud en Amoles.

Puente en El Jinete.

Casco de la Hacienda en La Ordeña.

65
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Pamaceo.

Jardín de Piñícuaro.

X.6.- Otras Opciones Económicas y de Salud.


Dos de los pozos profundos que abastecen la ciudad producen agua a elevada
temperatura (entre 40º y 50º centígrados), lo que indica la posibilidad de su uso en bal-
nearios y con fines terapéuticos en temazcales o Spas.

66
CAPÍTULO XI.

MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARQUITECTÓNICOS.

XI.1.- Templo del Señor de Esquipulitas.


Antecedentes: Dos capillas antecedieron al templo actual, la primera por el año 1775
construída por Don José Guzmán López (donde está la torre actual), de 9 x 4 metros. La
segunda, en 1841, con la cual se fundó la Vicaría de la Congregación del Señor de Esqui-
pulitas, siendo su Vicario el propio M.R.P. Fray Francisco Quintana.

Exterior e interior de la Capilla para el culto del Señor de Esquipulitas


dirigida por su Vicario M.R.P. Fray Francisco Quintana.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Realización de planos.
Los planos iniciales los trazó el M.R.P. Fray Francisco Quintana, quien los envió a Roma
para su revisión. Los planos definitivos de la cúpula los realizó el arquitecto italiano
Gian Pietro Jombini por encargo del R.P. Fray Miguel F. Zavala.
La obra estuvo, en su primera etapa, a cargo del Alarife José Refugio Serrato.

Reseña de su construcción.
• El Padre Francisco Quintana realiza el primer croquis.
• En 1843 se abrieron las cepas de los cimientos de toda la planta.
• En 1888, inicia la construcción el Padre Fray Bernardo Arias, conforme al croquis del
Padre Quintana.
• En 1889 continuó la construcción el Padre Fray Fulgencio Villagómez, hasta dejar los
muros a una altura de cinco metros.
• De 1898 a 1904, durante el periodo del Padre Fray Leodegario Gallardo, se construyó
la Torre Señera.
• En enero de 1909, el Padre Fray Miguel Francisco Zavala (Padre Zavalita) inicia la
etapa final de la construcción de la Iglesia.
• En diciembre de 1912 se termina la construcción de la Iglesia.
• El 14 de enero de 1913, el Arzobispo de Morelia, Monseñor Don Leopoldo Ruiz y
Flores, consagró el templo y lo dedicó al Señor de Esquipulitas.

Características arquitectónicas generales.


La nave de la Iglesia mide 65 metros de longitud por una anchura de 15 metros;
cada crucero es de 15 por 15 metros. La planta del edificio tiene forma de Cruz Latina y
abarca, un área de 1,140 metros cuadrados. A ello, se suma la superficie de las dos capi-
llas de los cruceros y de la sacristía, que mide 45 metros de ancho por 10 metros de largo,
lo cual suma una superficie total de 2,040 metros cuadrados.

68
Monumentos históricos y arquitectónicos.

Cuenta con una torre gótica; la cúpula románica, es majestuosa con sus líneas y
vitrales ojivales.
En su fachada resalta una torre-campanario central, la ventana coral y el acceso
principal, estas dos últimas, con un frontón triangular y marcados elementos góticos.
El templo, de una sola nave en forma de Cruz Latina, presenta un bello altar princi-
pal en cantera, con decoración en hoja de oro e influencias de la arquitectura gótica, igual
que las ventanas de la cúpula.
Las cuatro pechinas formadas por los arcos torales que dan paso a la cúpula osten-
tan pinturas de pasajes religiosos. Siendo Moroleón parte de la Provincia Agustiniana,
estos pasajes pictóricos al interior de la Iglesia representan etapas de la vida de San
Agustín de Hipona, desde su conversión al catolicismo, hasta su deceso.
En la cruceta, existen dos altares laterales dedicados, uno a la Virgen de Guada-
lupe y el otro al Sagrado Corazón de Jesús; la nave cuenta con diez bóvedas en forma
de pañuelo, el coro es alto y tiene un órgano armónico elaborado a principios del siglo
XIX. La ornamentación y decoración de techos y paredes nos remonta a la época del
Romanticismo.
La capilla del lado oriente está dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen
María y en el Altar Poniente, se encuentra la Pila Bautismal.
Fuentes informativas:
—Alfonso Ortiz Ortiz, Disertaciones Moroleonesas, Moroleón, 1993.
—Fray Nicolás Navarrete, Un constructor de templos de piedras y almas.
—Coordinadora de Turismo en el Estado, “Inventario Turístico del Estado”. 2001.

69
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

En estas gráficas se aprecia


el Templo del Señor de
Esquipulitas en dos épocas
distintas.

Nótese a la izquierda el tem-


plo antes de la construcción
de la cúpula, y a la derecha
ya con la cúpula terminada.

Vista interior de la
cúpula, se aprecian
las cuatro pechinas
con pasajes de la vida
de San Agustín de
Hipona.

Acercamienos de la
cúpula y la torre.

70
Monumentos históricos y arquitectónicos.

XI.2.- Portalería del Centro Histórico.


Los portales que circundan el Jardín Principal, y flanquean el Templo, fueron cons-
truídos en diferentes etapas y se iniciaron casi desde el origen de su trazo, (los anteceden
portales de tejamanil con teja de barro que se construyeron en las primeras casas de la
Familia Guzmán, fundadores de la ciudad), para 1780 se sustituyeron por viguería con te-
jamanil y salitre, o sea de terrado; con el paso del tiempo se fueron completando hasta lle-
gar a su estado actual, a los cuatro costados del jardín y uno más sobre la Calle Hidalgo.

Portal Aldama (izquierda), y Portal Corregidora (derecha), a finales del Siglo XIX.

Están construídos con columnas de cantera de sección rectangular, a excepción de


un tramo del Portal Aldama que tiene columnas redondas y también es el más antiguo.
Sus arcos, todos de cantera, son de diferentes trazos para coincidir con las medidas de
cada frente de las propiedades y tienen también adornos o características que los dife-
rencian de sus colindantes, logrando así armonía e identidad.
Los cinco portales permanecieron en buen estado de conservación estética por unas déca-
das, pero se comenzó a permitir la ubicación en ellos de comerciantes ambulantes cuyos puestos
eran sostenidos en los capiteles y columnas con lazos y otros elementos que fueron destruyendo el
labrado de la cantera, las columnas, las cornisas, etc. Se obstruyeron las bajadas de aguas pluvia-
les, lo que provocó intensas humedades en la cantera, se colocaron infinidad de cables exteriores
para corriente eléctrica, cable de TV, cable de teléfonos, etc. Se alteraron las fachadas cambiando
muchas puertas y sus marcos por cortinas de acero. Se otorgaron permisos para construcción de
fincas sobre ellos, sin armonía arquitectónica ni el refuerzo adecuado para sostenerlas. Los inten-
tos de mantenimiento que se realizaron en algunas administraciones, no cumplieron los requisitos
de una correcta restauración, lo cual los deterioró mas.

71
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

En el año 2009 se inició un rescate arquitectónico en dos portales, el Aldama, que es el de


mayor circulación y el Galeana; este trabajo se basó en un proyecto realizado por especialistas en
restauración y aprobado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Estos porta-
les restaurados, son reinaugurados en el presente año 2010. La Administración Actual continuará
la gestión de recursos ante el Gobierno del Estado para continuar la obra de restauración en los
Portales Matamoros, Corregidora Domínguez y Heroínas Insurgentes.

Portales Aldama (arriba), y Galeana (abajo) restaurados.

72
Monumentos históricos y arquitectónicos.

Desde 1861 surgieron planes de construcción de los portales en Moroleón, como lo


muestra el siguiente documento:

73
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Reverso del documento anterior.

Parte de un informe que describe los portales de Moroleón en 1877.

74
Monumentos históricos y arquitectónicos.

XI.3.- Monumentos.

• Al Padre de la Patria, Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla.


Ubicado en el jardín principal denominado “Plaza Coronel Manuel González”. Se
inició durante la administración del Capitán Don Francisco Ávila, uniéndose con otros
preparativos para la celebración del primer Centenario del movimiento de Independen-
cia, a celebrarse en 1910.

• Al M.R.P. Fray Francisco Quintana.

75
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

• Al General de División Don Tomás Moreno.

• A Don Francisco I. Madero.

• Al Constitucionalista Dr. Cayetano Andrade.

76
Monumentos históricos y arquitectónicos.

• Al Farmacéutico e historiador Don Jesús López López.

XI.4.- Casas Antiguas o en Restauración.

Finca catalogada del Siglo XVIII en restauración.

77
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Casa del Siglo XVIII en Cepio, Moroleón.

Casa restaurada. (Esquina Calle del Tesoro con Allende).

78
Monumentos históricos y arquitectónicos.

XI.5.- Otros Templos y Capillas en la Ciudad y en el Municipio.

Santuario de la Virgen de Guadalupe.

Templo de Piñícuaro.

79
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Templo de San Agustín.

Capilla de la Comunidad de San Lucas.

Capillita en Quiahuyo.

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Monumentos históricos y arquitectónicos.

Capilla de la Virgen de La Soledad.

Campanario de la Capilla de la Virgen de Los Remedios.

81
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Capilla de la Casa Hipona.

Capilla de la Comunidad de La Soledad, Moroleón.

82
CAPÍTULO XII.

ACTIVIDADES SOCIALES.

Centros de Reunión de Antaño.


• Neverías en el jardín, Salón de Fiestas y Cine Victoria; cines Zavala y Avenida; Club
femenino Juana de Medina, etc.

Antiguas neverías en el jardín principal.


Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Cine Avenida.

Fachada de la casa de Doña


Altagracia Juárez, hoy Club de
Cine-Teatro Zavala.
Leones.

Casa de la Fam. Ortiz donde se ubicó el club “Juana de Medina”

84
Actividades sociales.

Fiestas Tradicionales.
• En el aspecto religioso: La Fiesta de Enero, que data del año 1806 en honor al Señor
de Esquipulitas con procesiones durante todo el mes; resaltando el dia 15 con la
celebración de Misa Solemne, Noche Buena con Serenata y juegos pirotécnicos, la
noche del dia 16 con Paseo de Carros Alegóricos con Temas Bíblicos, acompañados
con Danzas Autóctonas que representan el séquito de Guerreros Custodios del Señor
de Esquipulitas; el dia 31 Solemne Procesión nocturna con el Señor de Esquipulitas
por las calles de la Estación.

85
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

• El jardín principal era muy concurrido los domingos y los lunes por los y las jóvenes
que giraban alrededor de dos vueltas en sentido contrario y así disfrutar los encuen-
tros. Había dos “vueltas”, la amplia y la pequeña. Los días especiales los jóvenes
tiraban confeti y serpentinas a las muchachas, que a veces también las devolvían en
señal de aceptación.

El Jardín Principal en donde se colocaban algunos de los juegos mecánicos durante las
fiestas de enero (aprox. hace 70 años).

• En la parte oficial, la Feria que data de 1857, año en que el entonces Gobernador del
Estado, Don Manuel Doblado ofreció seguridad y exención de impuestos mediante
el respectivo Decreto, para que se llevaran a cabo peleas de gallos y corridas de toros.
Con el paso de los años se fueron agregando eventos de gran realce, como el Baile
Tradicional del 14 de enero. Posteriormente se ha elegido una Reina de la Feria, quien
es coronada después de un evento de inauguración con vistoso desfile; se realiza el
Teatro del Pueblo donde hay concursos de aficionados, presentación de artistas y
rifas. El palenque funciona los días entre la inauguración y la clausura. Sigue habien-
do corridas de toros los dias 15 y 16. Al finalizar la feria se lleva a cabo su clausura.
Durante todo el mes de enero hay quema de cohetes y castillos pirotécnicos.

86
Actividades sociales.

Cartel de la primera Feria Oficial en 1857.


Las fiestas religiosas en honor al Señor de Esquipulitas, también en enero de cada año
habían comenzado desde 1806.

87
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Cartel de la Corrida de Toros del 31 de enero de 1904. Los toros de lidia eran procedentes de la Ganadería El Canario,
antigua hacienda en Yuriria y propiedad de Don Hermenegildo López, dueño también de La Joyita y del Potrero de los
Zamudio en Moroleón. También en Moroleón hubo la Ganadería Barranca Honda, de toros de lidia.

88
Actividades sociales.

• Fiestas de Carnaval. En donde se usa romper cascarones rellenos de confeti, hay


desfile de disfraces, fiesta que antecede al Miércoles de Ceniza y la Cuaresma.

• Celebraciones de Semana Santa. Jueves Santo: visita a siete altares, Misa de Lavato-
rio, Bendición del Pan, Oración en el Huerto de Getzemaní; Viernes Santo: Sermones
de la Crucifixión y Muerte de Jesús de Nazareth, adoración de la Santa Cruz, Vía Cru-
cis por un grupo de teatro, Procesión del Silencio; Sábado Santo: Acompañamiento a
la Virgen Dolorosa. Recuerdo de la Pasión de Jesucristo. Misa de Gallo que inicia la
Resurrección del Domingo de Pascua.
• Festejos de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre. Que se inicia con mañanitas
y celebración de misas durante el dia. Se viste a los niños con atuendos indígenas.

89
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

• Fiestas nacionales, las que señala el Calendario Cívico, sobresaliendo el desfile de los
dias 16 de septiembre, 27 de septiembre y 20 de noviembre.

Antiguo desfile de Autoridades Municipales en cabalgaduras.

• Se están llevado a cabo homenajes especiales a los héroes de la Patria con motivo
del Bicentenario del inicio de la Independencia y el Centenario de la Revolución
Mexicana. También se recuerdan las fechas históricas locales como el natalicio del
Gral. Tomás Moreno, el día de Moroleón o del Decreto 16, el natalicio del Constitu-
yente Dr. Cayetano Andrade, etc.

Homenaje de las autoridades Municipales en honor al Padre de la Patria


Don Miguel Hidalgo y Costilla.

90
SÍNTESIS HISTÓRICA.
CAPITULO XIII.

XIII.1.- El Territorio de Moroleón en la Época Prehispánica.


El territorio que ocupa el municipio de Moroleón se ubica en la parte sur del es-
tado de Guanajuato, formando parte del Bajío pero con enlace regional, valles y sierras
michoacanas. Esta área cultural había sido considerada como poco desarrollada en la
época prehispánica, pero con el avance de las investigaciones aparece con una diversidad
importante desde épocas muy remotas. Así como la región que compete a este estudio
es límite de dos entidades federativas, en otro tiempo fue también frontera entre Meso-
américa y Aridoamérica y por tanto una zona de mucho intercambio de mercancías y de
conocimientos diferentes. El caso es que estamos ubicados entre el Río Lerma y los lagos
y cuencas, de Cuitzeo, Chapala, Pátzcuaro y los desaparecidos de Zacapu y Etzatlán.
Al respecto se apunta en el libro de Efraín Cárdenas Lara, EL BAJÍO EN EL CLÁSICO, el
Colegio de Michoacán, 1999.
Los sitios detectados hasta el momento, pertenecientes a la tradición cultural del
Bajío, se distribuyen en una superficie que oscila entre los 16,000 y los 18,000 km2. abar-
cando en su totalidad la región conocida como el Bajío y una amplia porción de la Mesa
del Centro; en otras palabras, se trata prácticamente de todo el Estado de Guanajuato,
con excepción de los municipios del norte del estado y de la región de la Sierra Gorda,
donde las evidencias arqueológicas nos sitúan en un panorama distinto.

XIII.2.- Antecedentes de la Cultura Purépecha-Chichimeca.


El poblamiento de la zona en que vivimos tuvo su origen en épocas remotas. Los
primeros hombres de los que se tiene noticia hicieron su aparición aproximadamente
de 6 a 4 mil años atrás; los lugares en que se asentaron fueron las orillas de los lagos y
ríos, como el de Cuitzeo, Chapala y el Lerma. Estos primeros pobladores se dedicaban
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

a la caza, la pesca y la recolección; posteriormente arribaron, de manera progresiva y en


diferentes tiempos, migraciones de origen nahua. Así se fueron asentando diferentes
comunidades que encontraron en nuestro suelo condiciones para vivir y desarrollarse.
Los pueblos establecidos tenían ya elaborado un sistema de gobierno más definido con
la presencia de un gobernante por cada pueblo y en cada jurisdicción; era una sociedad
que ya se había diferenciado mucho, existía ya desigualdad social. Una migración chi-
chimeca importante posterior a la de los grupos mencionados, llegó a la zona de Zacapu
y márgenes e islas del lago de Pátzcuaro entre 900 y 1,200 años después de Cristo. Era
una sociedad nómada dedicada a la caza y recolección pero que llegó a formar el núcleo
de una más importante: la Purépecha.
Los chichimecas encontraron pueblos que hablaban idioma semejante pero se di-
ferenciaban por su grado de desarrollo social, su forma de vivir y de comportarse en su
trabajo. Al llegar a esta zona habitada por agricultores se logró una fusión en una sola
comunidad hermana beneficiándose ambas partes de ello.
La cultura tarasca fue una de las más notables del México Prehispánico, su señorío
estaba bien organizado en cuatro partes; su capital era Tzintzuntzan, junto al Lago de
Pátzcuaro. Su territorio abarcaba todo el Estado de Michoacán, buena parte de Gua-
najuato, Guerrero, Colima, y Jalisco.

Algunas piezas de cerámica encontradas en la zona.

Se ignora su origen, tal vez porque han sido poco estudiados, pero por su idioma
que no tiene ninguna relación con ninguno otro de Mesoamérica, se puede inferir que
están más bien emparentados con culturas andinas de la zona ecuatorial de América.

94
Síntesis histórica.

Aunado a esto, sus técnicas para trabajar el cobre y sus tumbas en forma de “tiro”, entre
otras cosas, hacen suponer que remontaron el Océano Pacífico en unas sencillas balsas
ayudados con velas y con sus debidas escalas para ingresar por la desembocadura de los
ríos Balsas (de aquí el nombre) y el Lerma-Santiago o Chiconahuapan.

XIII.3.- La Época de la Colonia Española.


En donde actualmente es Moroleón, por el año 1,604, la Doncella Juana de Medina
y Calderón recibe del Virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo una merced de dos caballerías
de tierra de sembradura (unas 85 hectáreas), entre los pueblos de Uriangato y Curumba-
tío al lado poniente del camino a Cuitzeo y a los lados del arroyo.
En 1613 al fallecimiento de la entonces viuda, Juana de Medina, esos terrenos,
(además de otros que ya poseía), sus padres los venden a Don Lope de Calderón, quien
después los hace pasar al Mayorazgo Agustino del Convento de Yuriria. Luego, en 1620
Don Diego López Bueno permuta sus tierras del Valle del Moro en la ciénega prieta de
Yuriria por las que habían sido de la doncella, trae a sus labriegos y los asienta en lo que
actualmente es la Colonia Hidalgo y también junto al manantial conocido como “el ojito
de agua”, en la base del cerro de Nana Nica.
Para el año 1775 Don José Guzmán López, heredero en ese tiempo de los terrenos
de la Doncella Juana de Medina, se translada de Yuriria para formar un caserío en donde
actualmente es el Jardín Principal, a las márgenes del arroyo, que entonces corría por lo
que ahora son las calles de Morelos, Hidalgo y Manuel Doblado; para esto, trajo familia-
res y conocidos de la región con la intención de fundar un pueblo, que en un principio se
conoció con los nombres de La Mezquitera, La Congregación del Moro ó La Congrega-
ción de Uriangato. De estos nombres, el primero hacía referencia a la abundancia de este
magnífico árbol en estos terrenos, el segundo, por el origen de los pobladores (Rancho
del Moro) ya instalados previamente cuando el intercambio de tierras, y el último de
estos nombres por la cercanía con este pueblo (Uriangato).
En esa época los habitantes originarios del Moro, sumados a los llegados con la fa-
milia Guzmán, no se dedicaban solamente a las actividades agrícolas, eran ya comercian-
tes que escogieron precisamente este suelo por su ubicación cercana a Caminos Reales,
que les permitieran comunicarse con facilidad a los destinos que frecuentaban; aunado a

95
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

lo anterior, la llegada a la Congregación del Padre Fray Francisco Quintana dio nuevas y
mejores ideas para acrecentar debidamente la población con una serie de factores indis-
pensables para tal fin, como la formación de una Vicaría Eclesiástica y la Fundación Legal
del Pueblo, el establecimiento de ciertas industrias y negocios que brindaran empleos
e ingresos, así surgieron y crecieron talleres para la confección de rebozos, jabonerías,
herrerías, panaderías, sastrerías, zapaterías, tiendas de productos de consumo básico, ali-
mentos, ropa, boticas, etc.
Aquel incipiente caserío dependía eclesiásticamente de Yuriria y la Congregación
era considerada una de las “Visitas” de su cura Párroco, (a su vez Yuriria pertenecía al
Obispado de Michoacán). El Estado de Guanajuato aún no existía, sino hasta 1786 que
surgió como Intendencia de Guanajuato, con una extensión muy cercana a la Entidad
actual.
A partir de 1802, se había hecho cargo del Curato de Yuriria, el M.R.P. Fray Fran-
cisco de Quintana y Aguilar, por lo que empezó a frecuentar más a la gente de la Con-
gregación, donde la Familia Guzmán había adaptado un Oratorio en la esquina de la
calle Juárez y del Portal Matamoros (nombres actuales), con una imagen de San Juan
Bautista, es por ello que la Vicaría está dedicada a este Santo. En mayo de 1805, llega a
este lugar la imagen del Señor de Esquipulitas, réplica reducida en tamaño del Cristo
Negro que se venera en la ciudad de Esquipulas, Guatemala, esta imagen fue traída por
Fray Alonso de Velasco, tallada por él mismo y con el propósito de llevarla al Templo de
Belén en Guanajuato, por la fama de Real de Minas y su esplendor. En su trayecto, había
sido acompañado por un comerciante de la comunidad de Quiahuyo, perteneciente a
Moroleón, desde la frontera con aquel país, en el Soconusco (Actual Chiapas). Habiendo
enfermado Fray Alonso en la última etapa de su viaje, consiguieron llegar a la Congrega-
ción; recibiendo hospedaje en la casa de Don Agustín Guzmán, desafortunadamente su
enfermedad se agravó; pero antes de fallecer hizo algo extraordinario: donó la imagen
del Cristo Negro que había tallado para que se venerara aquí en este pueblo que lo
recibió y atendió, en su enfermedad y por la compañía y protección que le brindó Don
José María Aguilar (a quien llamaba hermano).
Dentro de la caja donde venía la Imagen, estaban también documentos de la bendi-
ción o consagración del Cristo de Esquipulas en aquella ciudad Guatemalteca. En enero
15 de 1806, el Padre Quintana celebró Misa Solemne en honor del Señor de Esquipuli-

96
Síntesis histórica.

tas, misma fecha en que se festeja en Guatemala. Después de la Misa hubo también ja-
ripeo y verbena popular: este es el antecedente de las tradicionales “Fiestas de Enero”
en Moroleón.

XIII.4.- La Época de la Independencia de México.


Debido al auge comercial y de población que tuvo en los inicios del siglo XIX, la
entonces Congregación quedó en disposición de recibir mas pobladores que buscaba
un sitio seguro durante la guerra de Independencia, así llegaron gente de Valle de San-
tiago, Salvatierra, Yuriria y de toda la región a engrosar este núcleo. Como el Padre
Quintana tenía muy buena relación con el iniciador del movimiento libertador el Cura
Don Miguel Hidalgo, este pueblo apoyó al Padre de la Patria y en su paso hacia Valla-
dolid, según la tradición, lo hospedaron en la casa del Administrador de la Hacienda
de San José (ubicada frente al hoy portal Heroínas Insurgentes), siguiendo por aquí
con unos 3,000 insurgentes, “por la Ruta de la Independencia”, en noviembre de 1810.
En la Congregación, se mantuvieron por esta razón libres de saqueos, fusilamientos y
otros destrozos que ocurrían en ese tiempo por lo que su comercio se mantuvo en as-
censo, no ocurrió así en otras ciudades de la región que resintieron notablemente esta
crisis. Es importante hacer notar que varios congregatenses se unieron a la lucha por
la Independencia con el Padre Hidalgo a su paso por la región, entre ellos, el joven que
llegaría a ser General de División: Tomás Moreno.

XIII.5.- México Independiente y la Creación de Moro-León como Pueblo.


Cuando iniciaba el proceso del México Independiente, en esta región se produjo
una epidemia de cólera, por lo que hubo prohibiciones para comerciar en los sitios afec-
tados, y como la Congregación estaba libre de la epidemia, recibió a los comerciantes que
hacían sus días de plaza en Uriangato, estableciéndose definitivamente aquí, después de
superada la epidemia, logrando con ello una población mayor que la del pueblo vecino.
Se ha conservado la tradición que Moroleón proveyó de alimentos a Uriangato, a través
de una ruta por los cerros. Aunque en algún libro regional se dice que Moroleón vendió
entonces substancias prohibidas, pero solamente se trataba de los alimentos básicos que
necesitaban los vecinos en cuarentena.

97
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

AGMM.

Informe del costo de “levantar” la cosecha en el terreno


El Llanito de Moro-León

La situación de contar ya con una Vicaría Eclesiástica con un territorio definido


desde 1838 (cuando el mismo Padre Quintana se hizo cargo de ella); rindió sus frutos,
al alcanzar que se le concediera la Fundación Legal como Pueblo Independiente, lo
cual se especificó en el Decreto 16, dado por la Asamblea Departamental, y publicado
el 20 de noviembre de 1845, siendo Gobernador del Estado Don Juan Bautista Morales.
Este documento original es el siguiente:

98
Síntesis histórica.

99
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Artículo
importante

100
Síntesis histórica.

Última página del Decreto 16

XIII.6.- Muerte del M.R.P. Fray Francisco Quintana.


Lamentablemente, el querido Padre Quintana, autor e inspirador de todo este pro-
ceso, no pudo ver realizado su ideal, pues falleció el 14 de octubre de 1843; pero nos legó
su visión de tener un pueblo próspero, no obstante las dificultades del entorno y que
perdurara a través de las generaciones con armonía y los valores fundamentales.

XIII.7.- El Cambio de Nombre a Moro-León.


Desde que se tuvieron autoridades propias, a partir de enero de 1846, se tenía el
propósito de cambiar oficialmente el nombre de Congregación de Uriangato, por el de
Moro-León, pero no se logró sino hasta septiembre de 1856 cuando el General Manuel

101
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Doblado emitió un Decreto concediendo se realizara una Feria en el Pueblo de Moro-


León en enero de 1857. Este significativo hecho, es también la “oficialización” del nuevo
nombre y ratifica que el Decreto emitido en noviembre de 1845, es, sin lugar a dudas
exclusivamente para Moroleón, ya que, la preponderancia pólítica de los liberales, pues
el General Doblado y algunos destacados impulsores del desarrollo de Moroleón eran
de ese grupo ideológico, por lo que buscaron rendir homenaje al General Antonio León
y rememorando el origen de sus primeros pobladores procedentes del Rancho del Moro
de Yuriria; así quedó Moro-León.
El General Antonio León era originario de Huajuapan (de “León” también en su
honor) Oaxaca, miembro de una familia que apoyó las causas de la Independencia, pues
su padre tomó parte activa y trascendente en esa etapa, los hermanos Antonio y Agustín,
tuvieron destacada participación al lado de Benito Juárez. Después, Antonio moriría en
la Batalla de Molino del Rey en septiembre de 1847 defendiendo al país de la invasión
norteamericana.
Para que el cambio de nombre se diera, habrá que destacar la labor realizada por
el pasante de Derecho D. J. María Julio Martínez Aragón, radicado aquí, con su familia
procedente de Morelia, y que teniendo buena amistad y similitud de ideología política
con el Lic. y General Manuel Doblado, Gobernador del Estado, lograron se realizara,
junto con otros activos congregatenses el cambio de nombre. Al paso de algunos años la
yuxtaposición de esos dos vocablos perdió el guión, quedando solamente como MORO-
LEÓN. (fotos de documentos).
Moroleón transitó por las décadas de agitación política, la guerra de Estados Unidos contra
México, la intervención francesa y el imperio, con verticalidad ideológica, pero con énfasis en las
actividades del Comercio y de la Industria. En torno al General Liberal Tomás Moreno, hubo gente
de aquí en la lucha por la consolidación de México como País Autónomo.
El 12 de julio de 1877, se erige el Departamento de Valle, con sus partidos de Valle
de Santiago, Abasolo, Yuriria y Moroleón, según Decreto 16 del “séptimo” Congreso
del Estado Libre y Soberano de Guanajuato, publicado por el Gobernador Francisco Z.
Mena. Otro acontecimiento importante para Moroleón es el hecho de haber sido nom-
brado Distrito Electoral. Además, precisamente por haber sido Distrito Electoral, Mo-
roleón pasó más tarde, en 1917, directamente a ser Municipio Libre.

102
Síntesis histórica.

AGMM.
Fragmento del documento que menciona los nombres de algunas de
las personas que tramitaron el cambio del nombre de la Congre-
gación por el de Moro-León, Don José María Julio Martínez, Don
Ignacio López, Don Trinidad Guzmán Gordillo, etc.

103
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

AGMM.

Circular de 1881 donde se cita a los Consejales, entre ellos muy reconocidos nombres del Dr. Jesús Alemán Pérez, Don Jesús
Cerrato y dos de los hijos de Don Hermenegildo López: Don Pedro y Don Hermenegildo, (de segundo apellido Zamudio).

104
Síntesis histórica.

Documento de una remisión de colección de leyes del Estado. El AGMM.


nombre aún se usaba yuxtapuesto.

105
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

El nombre del Municipio ya unido en un documento de respuesta a AGMM.


un informe del Distrito de Moroleón para el Gobierno de Estado.

106
Síntesis histórica.

XIII.8.- La Etapa del Gobierno de Don Porfirio Díaz.


Durante el régimen de don Porfirio Díaz, Moroleón tuvo adelantos significativos:
se terminó la construcción de los portales alrededor del jardín, se empedraron sus calles
y empezó a funcionar el servicio postal. Se inauguró el monumento a Hidalgo y se inició
la construcción del templo actual o del Señor de Esquipulitas, en el año de 1888, el cual se
consagraría el 14 de enero de 1913.
Las autoridades máximas de la población eran los Jefes Políticos o Prefectos, de entre
ellos destacaron, no siendo originarios de Moroleón: Don Pedro González y Don Francisco
Ávila; el primero, originario de Salamanca era Geógrafo e Historiador, entre otras cosas;
escribió algunos libros muy importantes como la Geografía Local del Estado de Guanajua-
to. A él le tocó inaugurar el reloj de la Capilla de La Soledad, en el Portal Aldama. Don
Francisco Ávila en su gobierno de 1905 a 1909, terminó el edificio de la Presidencia Muni-
cipal, el Hospital Civil, la Calzada Manuel Doblado y la plazuela Nicolás Bravo. También
destacaron moroleoneses en estos cargos.
En 1908, el Pueblo de Moroleón es elevado al rango de Villa de manera conjunta con
Uriangato.
En la administración de Don Lino Matamoros, para 1910, se inició el servicio de tran-
vías de Moroleón a Uriangato (ahora, por falta de diversificación de inversión en Moroleón, las
rutas de transporte en su mayoría no le pertenecen). En 1911 empezó a funcionar el servicio de
energía eléctrica, con una planta que se instaló en una casa de la Calzada Manuel Doblado.

Tranvías de Moroleón.

107
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

XIII.9.- Época de la Revolución Mexicana.


En la etapa de la Revolución Mexicana, Moroleón sufrió el ataque de grupos ar-
mados que se pasaban a cualquier “bando” para robar y destruir a su antojo; pero estos
golpes fueron rechazados por la buena organización que tenían al respecto los pobla-
dores, al mando de Don Francisco Pérez Baeza, secundado por Don Jesús Gordillo y
Don Salvador Urrutia, entre otros moroleoneses y por el trazo singular de sus calles que
dificultaban los movimientos a los atacantes. Son de destacar las defensas hechas el 13
de octubre de 1912, en marzo del 14, otro más el 30 de julio del mismo año y el último, el
9 de febrero de 1915; la mayoría de estos intentos fueron realizados por los hermanos
Pantoja, Benito Canales, Eduardo Gutiérrez y Lucas Banda, principalmente.

Moroleoneses organizados para la defensa del Pueblo y de la región.

Las consecuencias de los acontecimientos revolucionarios en nuestra región, en su


parte negativa, fueron inicialmente hambres, incertidumbre, pobreza y pestes; de ésta
última se recuerda la terrible epidemia de “gripa” que causó muchísimas muertes. Se
adquirió un terreno al final de la Calle Juárez para un nuevo panteón, para sustituir al
anterior (desde entonces se le llamó “Panteón Viejo”) que estaba donde ahora se encuen-
tra la Secundaria Defensores de Moroleón.

108
Síntesis histórica.

XIII.10.-Episodios de la Revolución en Moroleón.


En Octubre de 1912 algunos salteadores y gavilleros comandados por los herma-
nos Pantoja amenazaron con atacar a Moroleón a menos que se les entregara cierta
cantidad de dinero, al parecer unos veinte mil pesos, por lo que se reunieron los vecinos
representativos del lugar y decidieron prepararse para la defensa y no entregar ni el
dinero ni la plaza. Prepararon grupos y los adiestraron para vigilar día y noche, todo al
mando de don Francisco Pérez Baeza; también en la azotea del Templo había vigilancia
en unas trincheras que para el caso se prepararon, al igual que sobre algunas casas en
lugares estratégicos, hasta hace pocos años, se retiraron los “fortines” que se hicieron
para la defensa de la ciudad en estos puntos, en las ojivas del Templo y en la Presidencia
Municipal. Se integró un cuerpo principal de defensa con sus respectivos nombramien-
tos o cargos militares, con armamento, caballería, reservistas y voluntarios.
La amenaza de los maleantes la cumplieron el 13 de octubre por la madrugada,
intentaron entrar y se entabló un combate por varias horas, al final resultaron muertos
dos asaltantes, sin bajas de los Defensores.
Hubo un segundo ataque a la población, éste en marzo de 1914 por parte de un
coronel de nombre Matías Ramos, esta vez el tiroteo duró unas dos horas, luego de eso
los sublevados se retiraron sin daños personales en ambos bandos.
“En Moroleón todo eran lenguas y comentarios; las familias no salían de sus casas y los
hombres se detenían en las calles para cambiar impresiones sobre el inminente suceso que se ave-
cinaba. Los vigías apostados en lo alto de la torre y los centinelas que en algunas azoteas perma-
necían alerta, escudriñaban los caminos con ojos penetrantes, con el fin de descubrir cualquier
movimiento sospechoso y dar la voz de alarma”.
Testimonio de Carlos Ortiz Vera, (Episodios de la Revolución en Moroleón, Alfon-
so Ortiz Ortiz).

Guardia Municipal en el patio de la Presidencia. 1924.

109
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Don Francisco Pérez Baeza, así como el señor Don Miguel Pérez Zamudio, organizaron en
varias ocasiones a valientes moroleoneses para la defensa de la ciudad, y de otras ciudades veci-
nas, para su defensa en contra de forajidos que atacaban las poblaciones con el sólo afán de llevar
a cabo robos y vejaciones.
Esta era una etapa turbulenta y se manifestó de manera especial en el mayor com-
bate que resistieron los moroleoneses el 30 de julio de 1914, otra vez los Pantoja pero
ahora mejor reforzados, iniciaron el combate por la calle 5 de Mayo y rápidamente ata-
caron varios puntos de la ciudad, por lo que algunos de los que estaban en lo alto del
templo, después de recibir la bendición del Padre Zavalita, acudieron a combatir más de
cerca, saliendo por la calle DEFENSORES DE MOROLEÓN (de aquí el nombre, ya que
anteriormente se llamaba Calle de los Remedios), rodearon al enemigo y lo tomaron a
dos fuegos, pensando los agresores que habían llegado refuerzos de Morelia, cayeron en
tal confusión, que huyeron del lugar como a las siete de la noche, dejando siete compa-
ñeros muertos de los más de un millar de “pronunciados” que intentaron tomar la plaza
y un caído por parte de los Defensores.
Algún tiempo después, el 9 de febrero de 1915, nuevamente se dio otro intento de
entrar por la fuerza de las armas a Moroleón, otra vez los hermanos Pantoja, junto con
Lucas Banda. En esta ocasión la balacera inició como a las tres de la tarde y se prolongó
como hasta las siete de ese mismo día; no se comprobó ninguna baja por parte de ambos
bandos.

110
Síntesis histórica.

Unos días después, a finales de febrero, llegó el General Joaquín Amaro a Moro-
león, solicitando ayuda para la causa revolucionaria y recibió aportaciones de varios
moroleoneses. En esta ocasión los hermanos Pantoja formaban parte del contingente de
Amaro, pero esta vez se comportaron de manera pacífica y permanecieron varios días en
la población; algunos soldados o personal de mayor rango se hospedaron en el extinto
Hotel Victoria de la Calle América.
El General Joaquín Amaro estaba en campaña de apoyo rumbo a Michoacán, don-
de era Gobernador Gertrudis Sánchez. Cuando hubo enfrentamientos cerca de Tacám-
baro, con villistas, el Gral. Sánchez salió a las acciones en aquel lugar, de donde ya no
regresaría con vida, por lo que nombraron Gobernador provisional a Anastasio Pantoja,
un analfabeta del clan de los Pantoja, quien después sería fusilado en Romita, Gto.

XIII.11.-Rebeldes de la Revolución en la Región

J. Inés Chávez García.


Este contradictorio personaje nació en el rancho de Godino, del
entonces vicariato de Presa de Herrera (actual Manuel Villalongín) y
que a su vez pertenecía a Puruándiro. Fue bautizado, el 21 de abril
de 1889 y sus padres fueron Anacleto García y Bartola Chávez; desde
joven vivió en Zacapu trabajando como peón en el campo. En 1911 in-
gresa al ejército federal como “maderista” en un regimiento a cargo de
Francisco Cárdenas (el asesino de Madero y Pino Suárez).
Por diversas causas Chávez perdió a su compañero y paisano Anastasio Pantoja,
responsabilizando de esto al General Joaquín Amaro y a Carranza entre otros, por lo
que se hizo villista. Con esto de pretexto, atacó con su característico estilo sanguinario
y de excesiva violencia las poblaciones de Curimeo, Pueblo Nuevo, Yuriria, Santa Ana
Maya, Villa Morelos, Huandacareo, Cuitzeo, Pátzcuaro, Cotija, Jaral, Ario, San José de
Gracia, Paracho, Jacona, Tingüindín, La Piedad, Tacámbaro, Apatzingán, Ayo el Chico, La
Barca, Taretan, Peribán y Uriangato, entre otras. Cabe destacar que a Puruándiro nunca
lo atacó, tal vez porque respetaba al párroco Juan Álvarez o porque recibía apoyos de
adinerados, según algunas versiones.
111
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Peribán fue el escenario de su última batalla; con su grupo ya muy diezmado por las
batallas y por la “gripa” o influenza española, Chávez enfermó, lo llevaron a Purépero donde
el médico ya no pudo salvarle la vida, era el 11 de noviembre de 1918. Su hermano Carlos
lo sepultó en un cerro, quedando de Inés una herencia de atrocidades por toda la región y
calificado por algunos como el más sanguinario de la historia en Michoacán y Guanajuato.

Los Pantoja
La hoguera de la Revolución en Moroleón y la Ciénega Prieta la prendieron los
cabecillas Benito Canales, Lucas Banda y los hermanos Abundio, Anastasio, Tomás, Ire-
neo y Esteban Pantoja. Los Pantoja eran de armas tomar, pendencieros y afectos a robar
ganado, por lo que eran temidos.
El padre se llamó Abraham Pantoja y la madre Ruperta Núñez. Vivían en el rancho
de “El Pozo”, de la hacienda “El Cimental”. Don Abraham, al nacer su primer hijo Pedro,
se radicó en el rancho “El Tigre”; luego fue perseguido por abigeo, por lo que con Pedro
y Abundio, se fué a vivir a Tiripetío, Michoacán. Pedro emigró a Norteamérica, en don-
de en riña lo mataron. Anastasio se quedó en la hacienda El Cimental; Tomás vivía en
el rancho El Pozo como mediero de José Aguirre, junto con sus hermanos menores José
y J. Guadalupe, éste último apodado “El Chorreado”; mientras en El Tigre se quedaron
Esteban e Irineo.

El jefe rebelde Pantoja antes de ser fusilado por las fuerzas militares en Michoacán.

112
Síntesis histórica.

En 1912, cuando se sublevó Pascual Orozco, algunos de la Ciénega Prieta formaron


una gavilla para asaltar rancheros ricos; entre los asaltantes figuraban los hermanos Pan-
toja. El grupo operaba de noche; durante el día eran señores y peones muy trabajadores.
Una noche asaltaron la hacienda Puerta de Andaracua y su propietario Felipe
Corona rechazó el asalto. Poco tiempo después, asaltaron en Las Lagunas al señor Vic-
toriano García, quien esperaba temeroso que derribaran la puerta los facinerosos, pero
una de sus hijas disparó, matando a uno de los asaltantes, por lo que la gavilla, se retiró
del lugar. A la noche siguiente en el rancho Rincón de Mulas, los cabecillas acordaron
retirarse de sus andanzas, al menos por el momento.
Un hacendado de nombre Delfino Raya encabezó un movimiento para combatir a
los beligerantes. En Moroleón y Valle recibió ayuda además el ofrecimiento de pagarle
500 pesos por cada una de las cabezas de los Pantoja y fueron contra ellos logrando solo
matar al menor de nombre José pero perdiendo la vida casi todos ellos en el intento.
Las correrías de los Pantoja a partir de esa fecha, amplían su radio de operaciones,
dedicándose a asaltar pueblos y ranchos indefensos, tanto de Valle de Santiago y otros
municipios del Estado de Guanajuato, como Puruándiro, Huandacareo, La Piedad y zo-
nas colindantes de los estados de Michoacán y Jalisco. En Puruándiro se les unió J. Inés
Chávez García y Lucas Banda. Luego los Pantoja se unieron a las fuerzas del General Joa-
quín Amaro y formaron parte de la Brigada “Fusileros de Coahuila”, al mando de Gertrudis
Sánchez. Más tarde los Pantoja morirían en diversas circunstancias, terminando así sus
numerosas fechorías.

Benito Canales.
Nacido en 1880 en la hacienda de Tres Mezquites, Puruándiro, Benito Canales era un
joven trabajador, mediero de tal hacienda. En un año de malos temporales, la cosecha de su
parcela se perdió y tuvo que recurrir al encargado de la tienda de la hacienda, pidiéndole
en préstamo una anega de maíz para pagársela en el próximo ciclo agrícola, cumplido el
plazo, Canales se presentó a saldar la deuda, pero tentado al juego, perdió Canales, que-
dando a deber una cantidad mayor aún, se suscitó un enfrentamiento, resultando muerto
el encargado de la tienda. Canales no esperó a que se presentaran los “rurales” por él y
se dio a la fuga, hacia el estado de California. Tiempo después, atraído por el activismo del

113
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Floresmagonismo que en varios estados de la Unión Americana hacían proselitismo para


organizar expediciones contra la dictadura de Porfirio Díaz. Posteriormente regresaría a
Pénjamo donde encontró que ya el maderismo preparaba el alzamiento contra Díaz.
Perseguido por la policía y el ejército, formó un grupo armado de alrededor de 30 a
40 hombres que convulsionaron la zona de Pénjamo, Abasolo, La Piedad, Huanímaro, etc.,
sobre todo cuando sus acciones coincidieron con el movimiento maderista.
Cuando Madero triunfó y ascendió al poder, Canales siguió beligerante y no con-
siguió desarmar a su gente, se hizo Orozquista. Ya se había vuelto popular, por lo que el
gobierno no encontró más remedio que perseguirlo a muerte.
En octubre 14 de 1912 las Defensas Sociales de Puruándiro, Michoacán, y de Abaso-
lo, Guanajuato, bajo el mando de Francisco Cárdenas y Angel Loza, lo cercaron en Maritas,
cerca de Villachuato, y luego de un combate contra más de 40 voluntarios de la Defensa
Social, fue aprisionado, desarmado y fusilado.

XIII.12.- El Periodo posterior a la Revolución. Los Delahuertistas.


Las Consecuencias que dejó la etapa revolucionaria, fueron: el final de los hacenda-
dos, la riqueza quedó distribuída de manera diferente, o se extinguió, vendría el reparto
agrario, una nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (la actual). Poco
tiempo después, en la búsqueda del poder en el país, pasaron y se quedaron aquí algunos
días, por 1924 los “Delahuertistas” sin causar destrozos mayores pero renovando el temor
de las familias que ya querían ver finalizada tan cruel etapa. Se vieron aquí por primera
vez aviones de combate enviados por Alvaro Obregón para atacar a los insurrectos.

El Conflicto Cristero.
A la muerte de Obregón, en julio de 1928 se puso tensa la relación de la Iglesia con
el Gobierno, agravado por el conflicto cristero, que ya había ido creciendo desde 1926 y
que ocasionó nuevamente violencia en los Estados de Jalisco, Michoacán y Guanajuato,
principalmente. Moroleón se vio inmerso también en este trance, hubo manifestaciones
de los grupos religiosos protestando por el cierre de los templos y la suspensión de cul-
tos a partir de agosto de 1927; se suspendió la fiesta de enero de 1928 y se vivía otra vez

114
Síntesis histórica.

en la zozobra. Cabe aclarar que los fieles católicos aquí no permitieron el cierre total del
Templo, hicieron guardias por turnos aunque no hubiera sacerdotes en el interior. No
hubo acciones bélicas, salvo el asesinato del Doctor Baltasar López, quien era Presidente
de los Caballeros de Colón, en mayo de 1927 (6).
Dentro de estas tensiones políticas, religiosas y agrarias, en mayo de 1929 Moro-
león obtuvo la categoría de Ciudad por el Decreto 101, de la XXXII Legislatura del Estado,
siendo Gobernador Don Agustín Arroyo Ch. y Diputado el Dr. Cayetano Andrade López.

XIII.13.- El Desarrollo después de La Revolución.


A finales de 1933, se inauguró la carretera Salvatierra-Moroleón, enlace de gran im-
portancia por estar allá la Estación más cercana de ferrocarril, lo que propició el despla-
zamiento de la mercancía e insumos que requería la industria y el comercio de Moroleón.

Ya desde 1920 había un servicio de automóviles que hacían el recorrido hacia Sal-
vatierra y hacia Morelia, sólo si las lluvias lo permitían, servicio instalado por la iniciati-
va de Don José María Guzmán Paniagua y Don Atilano Ortiz Escutia.
Hay un dato curioso, y es que el comercio de Moroleón, cierra sus negocios los jueves
por la tarde; esto se debe a que en octubre de 1938 se dio la orden de cerrar los domingos
para cumplir con la Ley del Trabajo, la cual dispone que deberá haber un día de descanso, por
cada seis de trabajo, pero como el domingo era el día más importante para las ventas, con-
siguieron los comerciantes aquí, el cierre de medio día del domingo y medio día del jueves.

115
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Las inundaciones en Moroleón.


En 1958, a partir del 17 de enero empezó a lloviznar por la madrugada, después del
paso de “los carros alegóricos” de las Fiestas Tradicionales, llovió y granizó aguanieve,
las cabañuelas señalaron el año como muy llovedor y así fué.
El exceso de lluvias propició inundaciones el 1º de julio y el 2 de septiembre. Du-
rante la inundación del 1º de julio no llovió en la ciudad, sino en el Cerro de Amoles,
causando un fuerte torrente que bajó por Cepio y La Soledad destrozando cultivos en los
terrenos cercanos al cauce, y ya en la zona urbana en Moroleón derribó algunas casas,
murieron dos personas y las pérdidas materiales fueron grandes. Ya para abril del año si-
guiente, se inició normalmente la temporada de lluvias y los cultivos fueron abundantes.
Otra grave inundación sucedió en 1973, el 8 de julio, fue muy destructiva, porque se
había invadido parte del cauce del arroyo, para aumentar los predios; había varios puen-
tes donde se atoraban los árboles arrastrados por la corriente, algunas bardas colapsaron,
mientras que otras obstruyeron el flujo del agua, se dañaron viviendas, granjas, comer-
cios, llenando de lodo todo a su paso. Los daños mas graves fueron a los lados del arroyo
y la zona centro, que era el antiguo cauce natural. En Cepio fallecieron algunas personas,
otras que fueron llevadas por la corriente lograron salvarse. Miembros del Ejército Na-
cional, se presentaron a auxiliar en las labores de limpieza y acciones de prevención de
epidemias, también se recibió ayuda de algunas ciudades vecinas. Algunos años más tar-
de nuevamente se inundaría la misma zona en 1991 y en el 2004, resultando graves daños
en el patrimonio de muchas personas. Estos desastres naturales pusieron de manifiesto
la urgencia de la construcción de una presa estratégica en Cepio (planeada desde 1902),
que regulara estas avenidas torrenciales, esta presa se inició y se concluyó en el año 2006,
por lo que ahora los problemas de las crecidas del arroyo de Amoles están controladas.

El problema del agua.


La carencia de agua, fue característica en Moroleón, al no tener un río importante
en su territorio o un embalse que la abasteciera; abundaban los pozos caseros poco pro-
fundos en los patios y de algunos pozos públicos, como el del Jardín, o en el pequeño
manantial “Ojito de Agua”. Los vecinos lucharon por llegar a tener agua entubada, pro-
cedente de un pozo profundo, lo que se logró en 1949.

116
Síntesis histórica.

El Conflicto Social y Político Limítrofe Entre Moroleón y Uriangato.


El 9 de agosto de 1989, Uriangato presentó, ante el Congreso del Estado, una recla-
mación sobre tres predios de Moroleón (que en gran parte pagan predial en Uriangato,
por descuido de oficinas recaudadoras de Moroleón, de unas seis décadas atrás): La Joyi-
ta, La Ladrillera y El Panteón.
Tiempo después el Congreso del Estado (Legislatura LVIII), propuso contratar a
unas “Academias” para resolver ese conflicto. Después de un procedimiento de análisis:
Histórico, Documental, Geográfico, Cartográfico y Jurídico; concluyeron que: “No es
posible establecer con bases sólidas y concluyentes los límites territoriales entre los mu-
nicipios de Uriangato y Moroleón” (Pág. 173 del dictamen).
En una inexplicable determinación, esa legislatura emitió una iniciativa de “De-
creto 204” que anulaba prácticamente al Municipio de Moroleón, a tal grado que el Go-
bernador Juan Carlos Romero Hicks, atinadamente lo vetó, por lo que no fue publicado
el citado proyecto.
Moroleón tiene su Decreto de Creación, el Número 16, emitido en 1845 por el en-
tonces Gobernador del Departamento de Guanajuato Don Juan Bautista Morales, cuyo
original existe en el Archivo del Congreso del Estado. Se tienen documentos que prue-
ban la amplitud de su jurisdicción territorial, también de su evolución desde pueblo in-
dependiente con el nombre de Moro-León pasando por ser Jefatura Política, Distrito
Electoral, y Municipio Libre en 1917.
Su territorio inicialmente perteneció a Yuriria, de cuyas tierras “mercedadas” en
la época colonial se formó este nuevo pueblo independiente con autoridades propias, y
al que se procedió a señalar una jurisdicción más amplia que el territorio que compren-
día la Vicaría de la Congregación del Señor de Esquipulas concedida en 1839 al M.R.P.
Francisco Quintana por el Provincial Agustino. esta nueva Municipalidad legalmente
constituida en 1845, habiéndosele agregado a la “merced” (ya anteriormente ampliada),
más de 20 comunidades y conservando sus haciendas, terrenos y potreros.
Cuando prevalezca el sentido de justicia y de verdad, en todos los involucrados en
este distorsionado asunto, y basados en el respeto mutuo, se logrará un mayor progreso
de ambos Municipios.

117
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Estamos entrañablemente unidos pero ubiquemos los límites legales en ambos


municipios en tiempos de nuestra Patria libre y soberana a partir de 1821, apegándonos
a los principios Constitucionales.

Don Ignacio López Tarso, talentoso actor, bisnieto de Don Hermenegildo López, antiguo dueño de
La Joyita. La prima Laura, es la señora “Laurita” Maciel López, de casi todos conocida aquí por ser
una persona amable y siempre dispuesta a ayudar a los demás. También ella es descendiente de Don
Hermenegildo López en el grado de bisnieta.

118
Síntesis histórica.

Sr. Obispo José López Lara, en el Vaticano junto su Santidad el Papa Juan Pablo II, después de haber sido
consagrado Obispo de Huajuapan de León. El Obispo Don José López Lara también bisnieto, por otra rama
del árbol genealógico de Don Hermenegildo López.
Como circunstancia especial Huajuapan de León comparte con Moro-León el recuerdo honorífico del Gene-
ral oaxaqueño Don Antonio León.

119
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Maestro José María Martínez Ortega, de amplia cultura, cuya bio-


grafía insertamos en el capítulo siguiente. El Maestro “Chemo”
fue Descendiente de Don José María Julio Martínez quien parti-
ció en la creación y denominación del Municipio de Moroleón.

Padre Don Eleuterio Raya. Originario de Moroleón.


Benefactor de la Parroquia de Áporo, Mich.

120
CAPITULO XIV.

PERSONAJES ILUSTRES FORJADORES DEL


MUNICIPIO DE MOROLEÓN.

Don Gaspar de Zúñiga Y Acevedo (1560-1606).- Noveno Virrey de la


Nueva España, quien concedió la primera “merced” de tierra a Doña
Juana de Medina y Calderón en 1602, donde se ubica la ciudad de Mo-
roleón.

Don José Guzmán López.- Heredero de estas tierras, quien con varias familias y la suya
propia fundaron el poblado inicial que dio origen al municipio de Moroleón.

R.P. Fray Francisco Quintana y Aguilar (1768-1843).- Sacerdote agustino


nacido en Tacámbaro, Michoacán. Realizó sus estudios en Valladolid
(Morelia), en el Convento de San Agustín hasta su ordenación sacerdo-
tal en 1792. Pasó a la Real y Pontificia Universidad de México, donde
obtuvo el Doctorado en Teología. En 1798 fué nombrado Párroco de Ti-
ripetío. En 1802 le fué asignado el Curato de la importante Parroquia de Yuririapúndaro,
una de cuyas “visitas” era la Congregación, (hoy Moroleón). Cuando llegó la Imagen del
Señor de Esquipulitas, se incrementaron estas “visitas” y por el aprecio despertado en
el Cura por esta Imagen de Cristo Crucificado, años después se trasladó a la Congrega-
ción, para fundar aquí una Vicaría, en 1839. Indicó nombrar a la Congregación como
“Congregación de Esquipulas”. Al Padre Quintana se le considera el forjador espiritual
y material de Moroleón, por su interés en que el Poblado llegara a la autosuficiencia,
propiciando el auge de la industria y el comercio. Sobre todo este bondadoso Cura ins-
piró en los congregatenses, los ideales de la fundación legal y política de nuestro Pueblo.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Habitantes Distinguidos de la Congregación que buscaron la Consolidación Oficial de


esta Municipalidad con el nombre de Moro-León.
Entre ellos:

Don Trinidad Guzmán Gordillo,


Don José María Julio Martínez,
Don José María Acevedo,
Don Miguel Serrato,
Don Manuel Pérez,
y otros que fueron los primeros alcaldes, síndicos procuradores o jueces de paz.

Don Juan Bautista Morales (1788-1856).-Originario de la ciudad de Gua-


najuato. Liberal de convicciones firmes, escribió bajo el nombre de “Ga-
llo Pitagórico”. Siendo Gobernador del Departamento de Guanajuato,
promulgó el Decreto 16, documento oficial que otorgó existencia jurídi-
ca a la Congregación (hoy Moroleón).

Gral. Tomás Moreno (1800-1864).- General de División, caudillo de la Re-


volución de Ayutla. Nació en la comunidad de Quiahuyo, Moroleón. Se
incorporó a las huestes insurgentes en 1810, siendo casi un niño, perma-
neciendo en la milicia el resto de su vida constantemente al servicio de la
Patria. Combatió contra la intervención de los norteamericanos y contra
la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Luchó siempre por los principios libe-
rales y durante la Guerra de Reforma, se distinguió notablemente por su valor. Recibió
la importante Condecoración por el famoso combate de “30 contra 400”. Fué Goberna-
dor interino del Estado de Tamaulipas y dos veces Gobernador del Estado de Guerrero.
Combatió contra la intervención francesa, habiendo recibido heridas graves en la batalla
de Puebla, a causa de las cuales falleció en la Hacienda El Marqués, cerca de Acapulco.
Durante la primera administración del General Porfirio Díaz, se le erigió un mausoleo
en el cementerio del Tepeyac, en la Ciudad de México. Por disposición que había hecho
el General Don Juan Álvarez, sus restos fueron trasladados a su tierra natal Moroleón en

122
Personajes Ilustres forjadores del Municipio de Moroleón.

1962, los cuales fueron depositados en un sencillo Monumento en el extremo norte del
camellón de la Avenida Hidalgo.

Gral. Don Manuel Doblado (1818-1865).- Originario de San Pedro Pie-


dra Gorda (hoy ciudad Manuel Doblado). En 1856 expidió el Decreto
de aprobación de la Feria de Moro-León, oficializando ya este nombre,
atendiendo a las gestiones realizadas por moroleoneses también de
principios liberales.

Fray Miguel F. Zavala (1867-1948).- Este destacado “Constructor de Tem-


plos de Almas y de Piedra” nació en Santa Clara, Puruándiro. Conocido
como el “Padre Zavalita”, desde pequeño vivió en Moroleón, ingresó al
Convento de San Ignacio, en Morelia, donde se ordenó Sacerdote en
1894. Realizó una labor muy importante en la construcción de varios
templos de la Provincia Agustiniana, destacando haber continuado el dedicado al Señor
de Esquipulitas de Moroleón, sobre todo su hermosa cúpula y otros detalles sobresalien-
tes; lo concluyó en el año 1913. Fué nombrado “Hijo Predilecto de Moroleón”, en una
ceremonia el 16 de septiembre de 1946.

Dr. Jesús Alemán Pérez (1883-1948).- Cirujano militar con el grado de Mayor. Durante la
Revolución Mexicana, atendió enfermos y heridos en las tropas de la División del Nor-
te, alcanzó varios ascensos y recompensas. Fue médico de cabecera del Presidente Don
Venustiano Carranza. Investigó sobre el mal de Bre y descubrió en 1943 un tratamiento
para la curación de tal enfermedad, tenida hasta entonces como incurable. Su padre, del
mismo nombre, fué médico y político en Moroleón.

Dr. Cayetano Andrade López (1889-1962).- Notable médico, inspirado


poeta, escritor y además político, firmante de la Constitución de 1917.
Tuvo varios cargos oficiales en Michoacán, Guanajuato y en la Ciudad
de México, en los ramos de Salubridad y Educación. Fue Catedrático de
la Universidad de San Nicolás de Hidalgo y de la Normal de Maestros
de Morelia. Fué Diputado varias veces en el Congreso de la Unión, por el Estado de Gua-
najuato y por Michoacán.

123
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Capitán José Ávila Garibay.- Terminó la Casa Presidencial, gestionó el Centro de Higie-
ne, la Calzada Manuel Doblado, la Plazuela Nicolás Bravo, Puente de la Calle Libertad
(hoy Isabel la Católica). Durante su mandato Moroleón adquirió el título de Villa. Tuvo
la gran idea de construir una presa en Cepio.

Don José López Bermúdez (1908-1971).- Ingeniero Agrónomo, escritor, poeta y conferen-
cista. Publicó 21 libros de poemas; como Ingeniero realizó importantes estudios agríco-
las. Representó a México en diferentes eventos internacionales.

J. Jesús López López (1888-1952).- Farmacéutico, historiador y maestro.


Ejerció su profesión con verdadera entrega y filantropía. En la farma-
cia de su propiedad, hizo el bien a enfermos y necesitados, sobre todo
durante la epidemia de gripe de 1918. Se preocupó por la educación de
la juventud, donando un terreno para la creación de la primera Escuela
Secundaria de la localidad, en la cual fue catedrático y director. Se dedicó también a
investigar el pasado de Moroleón que publicó en tres pequeños, pero muy valiosos volú-
menes, realizó también trabajos sobre pedagogía y filología, escribió también poesía, la
mayor parte de su obra quedó inédita debido a su trágica muerte.

Padre Don Eleuterio Raya (1888-1967).- Benefactor de la Parroquia de Aporo,


Mich., donde se le rinde homenaje cada año.

J. Trinidad Martínez Ortega (1909-1969).- Músico, compositor y maestro. Autor de varias


canciones, marchas, pasos dobles y coros de temas religiosos, que dejó inéditos.

José María Martínez Ortega (1904-1987).- Maestro, escritor y poeta. De-


dicó toda su vida a la educación de la niñez, primero como maestro de
aula, luego como director de escuela y finalmente como Inspector Esco-
lar, al servicio del Gobierno del Estado. Recibió la medalla Ignacio M.
Altamirano. Escribió poesía, colaboró con artículos en varios periódicos;
escribió algunos libros que desafortunadamente quedaron inéditos. En Moroleón se le
dió reconocimiento poniéndole su nombre a una calle, así mismo en Irapuato, una escuela
se llama “José María Martínez Ortega”.

124
Personajes Ilustres forjadores del Municipio de Moroleón.

C.P. Alfonso Ortiz Ortiz (1919-1994).- Contador público, escritor, histo-


riador y poeta. Poseedor de una vasta cultura sus escritos son de gran
inspiración y profundidad. Publicó varios libros y folletos sobre temas
de carácter histórico, antologías literarias y poemarios. Su obra histórica
conserva la esencia del pasado y presente de Moroleón, lo cual dió im-
pulso al prestigio y progreso de esta ciudad guanajuatense. Fue prolífico cronista oficial
del Municipio de Moroleón, extendiendo sus investigaciones históricas a la región.

Nicolás Ruiz Rodríguez (1930--).- Nació en Rincón, comunidad cerca-


na a Piñícuaro. Hizo sus amplios estudios en un Seminario. En 1953
inició su carrera de Maestro en la Secundaria Estatal, donde se desem-
peñó como mentor y prefecto. Dirigió el periódico El Centinela en el
que colaboró también el señor Emilio Zamudio, quien lo animó a que
aceptara el cargo de bibliotecario, por lo que el 1º de enero de 1966 asumió la dirección
de la Biblioteca Pública Municipal “Gral. Tomás Moreno”. A lo largo de 30 años, luchó
incansablemente para que en la biblioteca se difundiera el amor por la lectura y el cono-
cimiento. Consiguió que se construyera un edificio de grandes proporciones para alber-
gar numerosos y útiles libros, ahora también dotado de otros servicios. Ha escrito varias
recopilaciones sobre la historia de Moroleón y sus tradiciones, no duda en compartir su
vasta cultura con quien se dirige a él para conversar en busca de datos de nuestra historia
y personajes locales.

Otros Moroleoneses Destacados.- Además de estos Personajes mencionados, Moroleón


ha sido cuna y hogar de hombres y mujeres que han contribuído con su capacidad y valía
humana en varios ámbitos, dentro y fuera de nuestro Municipio.
Mencionaremos a algunos de ellos, con la certeza de que involuntariamente, se
tendrán omisiones:
Sr. Obispo José López Lara,
quien fue nombrado Obispo de Huajuapan de León y después de San Juan de Los Lagos.

Padre Ramón López Lara,


Canónigo de la Catedral de Morelia y Escritor.

125
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Sr. Salvador Serrato López,


poeta e historiador.

Maestra Elisa López López,


cuya labor al frente de la Normal de Guanajuato, puso en alto esta Institución, formándo-
se ahí excelentes profesores.

Esperanza López López,


maestra culta y políglota.

Elodia Ledesma Martínez,


dedicada Maestra, directora del Centro Escolar Moroleón, que hoy lleva su nombre.

Profesora Aurea López,


fundadora de escuelas rurales.

Don Ponciano Vega,


músico y maestro de escuela.

Don Jesús Rivera,


maestro de varias generaciones.

Además, un merecido reconocimiento a Investigadores, Magistrados, Abogados, No-


tarios, Médicos en diversas Especialidades, Sacerdotes, Ingenieros, Arquitectos, Químicos,
Odontólogos Especializados, Contadores Públicos, Diseñadores, Psicólogos, etc., origi-
narios de Moroleón, algunos ejerciendo sus profesiones y talentos en diversos lugares de
nuestro Estado y de nuestro País.
Mención importantísima merecen los Industriales Textiles y Comerciantes quienes
con su laboriosidad e ingenio han logrado un desarrollo económico local y regional, siem-
pre con el respaldo de la Mujer Moroleonesa. Ellas han sumado esfuerzo y talento para
coadyuvar decididamente al progreso. Esperamos que los resultados de estos meritorios esfuerzos de
los moroleoneses no sigan siendo mermados por el efecto de la crisis económica y social de nuestros días.

126
CAPÍTULO XV.

ENUMERACIÓN DE GOBERNANTES DE MOROLEÓN.

Aclaración:

La Congregación obtiene un alcalde primero constitucional y síndico procurador


con su subtituto en 1845 y empieza a funcionar desde 1846.
Sabemos que desde 1847, luego de que se crea la municipalidad de la Luz se le
otorgan dos alcaldes constitucionales y antes de diez días esta concesión es ampliada a
todas las municipalidades.
Durante 1853 y 1854, incluso parte de 1855 se vive un periodo de centralización muy
severa, aparentemente bajo el gobierno de Octaviano Muñoz Ledo y Pacheco. Desapare-
cen los alcaldes y en su lugar la autoridad serán los Jueces de Paz, de los que la Congrega-
ción todavía tiene dos. Esto desaparecerá con el triunfo de la Revolución de Ayutla.
Lo que es un hecho, que no debemos olvidar, es que la tarea de Alcalde es también
de juez de primera instancia. Por eso suelen confundirse los cargos.
También es un hecho que la lista no está completa porque algunos entran y salen
según las cuestiones políticas: la filiación y el control del territorio por una facción de
gobierno u otra determina con claridad quién es el gobernante.

1846.- D. José María Acebedo.


Es el primer gobernante de la Congregación de Uriangato, (Moroleón); Su nombramiento fue de
Alcalde Único Constitucional con mandato por un año, el cual concluyó D. J. Trinidad Guzmán.
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

1847.- D. Joaquín López.


Segundo Alcalde Único Constitucional, con D. Miguel Pérez como Síndico.

1848.- D. Antonio Zabala.

1849.- D. J. Trinidad Guzman Gordillo.

1850.- D. Miguel Cerrato.

1851.- D. José María Julio Martínez Aragón.

1852.- D. Vicente Cerrato.


Alcalde Segundo D. Rafael Sánchez, Síndico Procurador D. Juan Guzmán.

1853.- D. Ygnacio Silva.


Alcalde Primero Provisional. Juez de Paz, D. Miguel Pérez y como Juez de Paz Segundo
D. Julián Cerna.

1854.- D. Ygnacio Silva.


En el país dominaban los centralistas; fue la etapa previa a la Revolución de Ayutla.

1855.- D. Gabriel González.


Juez Primero de Paz. Se continuaba con el sistema centralista de tener sólo jueces de Paz,
al frente de las administraciones.

1856.- D. Trinidad Guzman Gordillo.


Ejerció el poder como Juez Primero Popular. Descendiente de los fundadores de Mo-
roleón, trascendió en los procesos de la Formación Legal y Política de Moroleón, se le
recuerda por su atinado liderazgo. El programa de esta primera Feria fue firmado por
Don Trinidad Guzmán Gordillo, (quien por toda una larga época estuvo cerca de todos
los eventos políticos de Moroleón). Se repartieron “programas”, invitando a esta primera
Feria, ofreciendo el Gobernador General Manuel Doblado seguridad en los caminos y en
los eventos de corridas de toros, peleas de gallos, etcétera.

128
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

1856.- D. José María Julio Martínez.


Originario de Morelia se radicó aquí. Militar que combatió al lado de los liberales, con
los mismos ideales de Don Benito Juárez y Don Manuel Doblado. Tuvo una destacada
actuación en lo político y colaboró para que se cambiara el nombre a la Congregación,
por el de Moro-León.

1857.- D. Miguel Cerrato.


Personaje de convicciones firmes y con visión hacia el porvenir. Aplicó las Leyes de Re-
forma limitando algunas funciones de la Iglesia Católica. Organizó la primera “Noche
Buena” o Feria de Enero. Se estableció el Registro Civil y los panteones pasaron a control
del Gobierno.

1858.- D. Ygnacio Silva.


Alcalde Primero Provisional. Alcalde Segundo Provisional D. Gabriel González.

1859.- D. Manuel Pérez.


Primer Jefe Político con un Alcalde Primero que fue D. Miguel López.

1860.- D. Julián Espino.


Jefe del Partido Político de Moroleón. Con auxiliares Don Florencio Acevedo, como Al-
calde Primero, Don José Cano como Alcalde Segundo, Don Jesús Sánchez como Síndico
Procurador Primero y Don Ramón Ortiz Síndico Procurador Segundo. A partir del mes
de abril el Jefe Político fue Don Luciano Muñoz y Muñoz.

1861.- D. Miguel Pérez Zamudio.


Alcalde Primero Constitucional del Juzgado de Moro-León y Juan López, en el Juzgado
Segundo.

1864.- D. Miguel Cerrato.


Estuvo a cargo del Pueblo como Juez Segundo Constitucional.

1865.- D. Miguel Perez Zamudio.


Descendiente de Don Antonio Pérez, llegado de Valle de Santiago desde el inicio del

129
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

poblado. Don Miguel Pérez Zamudio fue valiente defensor de su Comunidad durante la
Invasión Francesa, como ejemplo sucedió un intento de tomar la Plaza de Moroleón para
saquearla; al fallar en el intento el jefe de los merodeadores, Esteban Bravo, retó a duelo
a Don Miguel Pérez, con la consigna que si ganaba el asaltante la población sería entre-
gada y de lo contrario la tropa se retiraría. El vencedor del combate con sable resultó ser
el moroleonés Don Miguel Pérez Zamudio, quedando a salvo la población.

1866-1884.- (Hay poca información de gobernantes en este lapso de tiempo).

1884.- D. Pedro González.


Fue Jefe Político, originario de Salamanca, era Geógrafo e Historiador, miembro de la
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, destacadísimo en su actuar al frente del
entonces Distrito y Municipalidad de Moroleón, inauguró el primer reloj público en la
Capilla de la Soledad del Portal Aldama; se arregló el Jardín Principal al que se le dio el
nombre de “Manuel González”, Gobernador del Estado de Guanajuato.

1885-1901.- (Hay poca información de gobernantes en este lapso de tiempo).

1902.- D. Ladislao Pérez.


Inició la construcción del edificio de la Presidencia Municipal y el Kiosco anterior del
jardín, le dio nomenclatura a las calles. Estableció el sistema métrico decimal y le tocó
implantar la instrucción militar para los jóvenes.

1905.- D. Francisco Ávila Garibay.


Terminó la construcción de la Casa Municipal y la amuebló, inició las obras del Hospital
Civil, que después sería el Centro de Higiene; construyó la Calzada Manuel Doblado y
el Puente ahí mismo; la Plazuela Nicolás Bravo y el Puente de la calle Isabel la Católica.
Durante su gestión se le dio el título de “Villa” a Moroleón, se inició el servicio de Telé-
grafos. Propuso el proyecto de la construcción de la Presa de Cepio. Se prepararon los
festejos del Centenario de la Gesta Independentista.

1910.- D. Lino Matamoros.


Le tocó celebrar el Centenario de la Independencia Nacional, para lo cual se inauguró el

130
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

Monumento al Padre Hidalgo en el Jardín. Se inició el servicio de transporte de Tranvías


Moroleón-Uriangato.

1911.- D. Faustino Castillo.


En esta época se dio el inicio de las acciones bélicas de la Revolución Mexicana, por lo
que no hubo adelantos materiales significativos en este período en Moroleón. Aún así se
inició el servicio de energía eléctrica con una planta ubicada en un predio de la Calzada
Manuel Doblado.

1912.- D. Jesús De La Peña.


En plena lucha revolucionaria los hermanos Pantoja, solicitaron a este Prefecto o Jefe
Político la entrega de 20,000 pesos, por lo que convocó a los moroleoneses para evaluar
tal situación, resolviendo que se organizaría la defensa contra la amenaza de estas “pro-
nunciados” por considerar que no representaban las ideas auténticas de la revolución. Se
llevó a cabo el enfrentamiento no pudiendo los agresores tomar la plaza.

1913.- D. Emeterio Ituria Y D. Mauro Aroché.


La Consagración del Templo al Señor de Esquipulitas se llevó a cabo en este período.
Esta Administración permitió que se defendiera la población, manteniendo una vigilan-
cia constante para evitar asaltos de grupos “alzados” sin representatividad social.

1914.- D. Otilio De La Peña.


Por lo agitado de este período revolucionario quien tomaba las decisiones importantes
en la ciudad era Don Francisco Pérez Baeza; durante este tiempo se realizaron ataques
armados en marzo y julio, siendo este último el más intenso al que resistieron los moro-
leoneses.

1915.- D. Ramón Esquivel y D. Adolfo Ortiz.


Fueron los últimos Prefectos que mandó el gobierno de Guanajuato. Les tocó recibir
el cuarto ataque de los seudo-revolucionarios al mando de los Pantoja, quienes luego
entrarían de manera pacífica a Moroleón por haberse adherido a las fuerzas del Gral.
Joaquín Amaro (destacado Jefe Revolucionario). Este contingente estuvo algunos días en
el centro de la población y después siguieron su camino rumbo a Morelia.

131
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

1916.- D. Cirenio Zamudio.


Primer Presidente Municipal, a pesar de que no se había promulgado la Constitución de
1917 se habían realizado elecciones en base a la Carta Magna y los principios revolucio-
narios.

1917.- D. Pedro Martínez.


Este Presidente Municipal no desarrolló labor pública debido a la inestabilidad nacional
por las diferencias entre Villa y Carranza. Continuó este mismo año Don Ángel Ortega
Lara como substituto, se enfocó a perseguir maleantes y vagos en un período de falta de
credibilidad política. Terminó el período de 1917 Don Jesús Pérez Baeza con pondera-
ción y eficacia.

1918.- D. Moisés López.


Le tocó gobernar durante una época de gran pobreza a causa de los años
de desgaste por la revolución a lo cual se agregó la epidemia de gripa o
influenza española, por esto hubo gran mortandad. Se adquirió terreno
para otro panteón, al final de la calle Juárez.

1919.- D. Gumersindo Pérez Díaz.


Todavía la prioridad de este presidente fue proteger a la población de los maleantes, que
aunque en menor número, seguían asolando a toda la región. Se sumaron las calamida-
des de la Primera Guerra Mundial, acentuándose la escasés de alimentos y elevados pre-
cios. En julio de 1919, durante un acto de campaña para gobernador, hubo una balacera
resultando muerto, lamentablemente, Don Francisco Pérez Baeza.

1920.- D. Alfredo Pérez.


Duró en su cargo de enero a abril, dejando el cargo. Se nombró una junta de administra-
ción civil y después terminó el período Don Baldomero Guzmán.

1921.- D. Moisés López.


En su segundo período como Presidente, inauguró el puente de la calle Presidente Gua-
dalupe Victoria.

132
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

1922.- D. Antioco Andrade.


Le tocó ejecutar el Decreto de creación de varias escuelas rurales como en la Barranca, la
Ordeña, Las Peñas, La Soledad y Cepio.

1923.- D. Arnulfo Zamudio y Don Rosendo Guzmán.


Desempeñaron la Presidencia Municipal alternadamente. -Este año 1923 se instaló el
Teatro-Salón Victoria, administrado por los hermanos Fidel y Alfredo Pérez. -El Padre
Alberto León inicia la reconstrucción de la Capilla de la Soledad, cuya torre amenazaba
caerse, pero el Padre León falleció el 20 de abril de ese mismo año, quedando inconclusa
la obra.

1924.- D. Jesús Echeverría.


Enviado del Gobierno del Estado. Pavimentó la banqueta central del jardín y colocó
artísticos arbotantes de hierro de cinco lámparas que adornaron por muchos años esta
parte del Jardín.

1925.- D. Salvador López Moreno.


Tomó posesión el mes de enero en medio de una agitación política, pro-
vocada por los opositores. El día 16 de este mes hubo enfrentamiento
armado quedando varios heridos entre ellos el Sr. Moisés López.
Formó un Cuerpo de Policías Sanitario encargado de barrer y eliminar to-
dos los focos de infección existentes dentro y fuera de la población, obligó a los vendedo-
res de alimentos y frutas a usar mandil y boinas blancas, prohibió la venta de mercancías
a ras del suelo obligando el uso de mesas para los productos, prohibió el uso del calzón
blanco (sin otro encima), encarcelando a los reincidentes. Estableció peluquerías en la
Casa Municipal para hacer cortes a los de pelo largo y barba crecida, ahí mismo, se les
obligaba a asearse.
Abrió la calle que hoy lleva el nombre de Obreros Libres y la calle Anáhuac.
Intervino la casa del antiguo Diezmo que era propiedad del Clero; en esa casa estableció
la Escuela Primaria Federal Francisco I. Madero.

1927.- D. Arcadio Orozco.


Al principiar el año 1927 tomó posesión del cargo, para poco después ser substituido por

133
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Don Moisés López y después por Don José Escutia Rosiles, para después ser reemplaza-
do por Don Pascual Alcalá.

1927-1928.- Don. Pascual Alcalá.


Durante este período administrativo ocurren los siguientes hechos:
-Lamentable fusilamiento del Dr. Baltasar López, por ser Presidente de la Asociación de
Caballeros de Colón y supuestamente apoyar a los cristeros.
-Cierre de los templos el 31 de agosto de 1927, se hicieron manifestaciones y guardias
permanentes en el templo. Los sacerdotes se refugiaron en casas particulares donde
siguieron oficiando misa, matrimonios y bautizos.
-Se suspendió la Fiesta de Enero de 1928 por el conflicto cristero.

1929.- D. Agustín Balcázar.


Trabajó con empeño en su administración destacando lo siguiente:
-En este periodo se eleva a Moroleón de Villa a Ciudad, el 23 de abril, con el apoyo del
Dr. Cayetano Andrade, entonces Diputado Local.
-Apertura de la calle Juárez, que sólo llegaba hasta donde está el arroyo, construyó el
puente y logró la conexión directa hasta el panteón Dolores.
-Corrigió el cauce del arroyo desde Heroínas de Tixtla a Jaime Nunó, construyéndose su
respectivo puente.
-Ordenó la construcción de una cárcel nueva en la calle Isabel la Católica, que sustituyó
a la que estaba frente al Jardín Principal.

1930.- D. José Orozco Díaz.


Gobernó de enero a septiembre, porque la Federación desconoció al Go-
bernador de Guanajuato; aquí se tuvo que designar a D. Jesús Guzmán
para terminar hasta diciembre de 1932. En este año se inauguró la carrete-
ra Salvatierra-Moroleón.

1933-1934.- D. Tomás Guzmán Martínez.


Durante su gestión fue asesinado D. Salvador López Moreno, quien había sido Presiden-
te Municipal y Diputado, resultando esto a consecuencia de diferencias partidistas.

134
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

1935.- D. Prisciliano López.


Tuvo fama de enérgico combatiendo a los delincuentes, por lo que al ter-
minar su periodo en la Presidencia de Moroleón, se fue al Estado de Mi-
choacán a trabajar en asuntos policíacos.

1936-1937.- D. José Balcázar Escutia, D. Luis Delgado Y D. Mariano Martínez.


Estas tres personas fueron, de manera consecutiva, Presidentes Munici-
pales. Durante su gestión se decretó la construcción de la carretera Sala-
manca-Moroleón-Morelia, el 20 de febrero de 1937. El primero de Mayo,
con motivo del día del trabajo se realizó un desfile con numerosos obreros
reboceros. En julio de 1937, por orden del Gobernador, se sustituye a D. José Balcázar
por D. Luis Delgado y éste a sus vez, por otro foráneo, el Sr. Mariano Martínez.

1938-1939.- D. Angel Zamudio.


Coincidiendo con esta Administración, se inauguró el Cine Zavala el 14 de
enero de 1938, sala con capacidad para 800 espectadores y con un bello
salón de actos en la parte superior. Se descubrió el Monumento al padre
Quintana, el 16 de enero del mismo año, al cumplirse 100 años de la fun-
dación de la Vicaría Eclesiástica. Por lo demás fue una época turbulenta debido a las
manifestaciones obrero-campesinas, por la expropiación petrolera y algunas huelgas.

1940.- D. Arcadio Orozco.


En su segunda ocasión como Presidente, tuvo serios problemas con los regidores, quie-
nes apoyaban al movimiento obrero, al punto que no pudo seguir gobernando, quedan-
do en su lugar D. Miguel Pérez Lucio, por unos días, y luego se nombró una Junta de
Administración Civil, presidida por D. Luis Pedroza Guerra. –En octubre de 1940 visitó
Moroleón, el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, Presidente de la República.

1942.- D. Fidel Garibay.


Bajo su Administración se formó un Comité para gestionar la introducción
del Agua Potable en Moroleón. También se implantó el Servicio Militar
para los jóvenes de 18 años a quienes se les denominaba conscriptos y
participaban en los desfiles.

135
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

1944.- D. José Orozco Díaz.


Tuvo un segundo periodo, ahora de dos años. Es en este tiempo que se editó el folleto
de Historia de Moroleón, por el Profr. J. Jesús López López en 1944 y su segundo folleto
el año 1945. En este bienio se perforó el primer pozo profundo para agua potable. Se
realizaron, las festividades con motivo del Primer Centenario de la Fundación, en 1845
del Pueblo de la Congregación, ahora Moroleón. Estas fiestas tuvieron gran esplendor
y la competencia entre las candidatas a Reina del Centenario fue reñida, a causa de las
cualidades de cada una de ellas.

1946.- D. Jesús Ortega Paniagua.


Este Presidente fue efímero en su cargo, debido a que hubo una manifestación de sinar-
quistas en León, Gto., que se reprimió, habiendo varios muertos y heridos; el Congreso
de la Unión desconoció los poderes del Estado y de los Municipios también; en Moro-
león se nombró una Junta de Administración Civil a cargo de Don Samuel Pérez Juárez.
-El 15 de enero de 1946 se inauguró el Cine Avenida. En este mismo mes se iniciaron los
problemas por la fiebre aftosa que padeció el ganado vacuno, por lo que se sacrificaron
grandes cantidades de estos animales, y se tendió un cordón sanitario para su control.
Hubo grandes carencias en la alimentación de las familias.

1947.- D. Eduardo Chávez.


Sólo terminó el periodo de octubre a diciembre de 1947, mientras se convocaba a elecciones.

1948-1949.- D. Francisco Juárez Guzmán.


El 22 de septiembre de 1948 el Profr. José Álvarez y Gasca gestionó una bi-
blioteca para Moroleón y un museo, coordinado con el Círculo Social Mo-
roleonés, que se había organizado entonces. El 30 de abril de 1949 empezó
a funcionar el primer pozo profundo para agua potable, con sus redes de
distribución y llaves públicas. En julio del mismo año se inauguró el servicio de telefonía
a larga distancia, con instalaciones domiciliarias.

1950-1951.- Dr. Miguel Cerna Martínez.


Durante su gestión se fundó la Escuela Secundaria del Estado (hoy Profr. J. Jesús López
López). También se remodeló el Jardín Principal, se cambió el kiosco por uno de cantera,

136
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

trasladando el anterior a Piñícuaro. Se inició la construcción del Estadio


de Beisbol. En estos años se construyó la Escuela Centro Escolar Moro-
león (hoy Profra. Elodia Ledesma), de grandes dimensiones y funcionali-
dad. Este presidente fue el primero en ofrecer un folleto donde describía
detalladamente sus obras y estados financieros del periodo municipal de trabajo al fren-
te de la Administración.

1952-1954.- D. Manuel López Bermúdez.


A este presidente le toca por primera vez un periodo de gobierno de 3 años. El 23 de
noviembre de 1953 se inauguró la carretera Salamanca-Morelia, el 15 de septiembre se
inauguró el Jardín ó Alameda Jaime Nunó. En este año se diseñó el Escudo de la Ciudad.

1955-1957.- Dr. Salvador Cuéllar Nava.


Impulsó el desarrollo comercial e industrial. Se pavimentó la calle Amé-
rica, con sus respectivos drenajes, también un tramo de la calle Morelos
en “el Cinco”, por donde corre una barranquilla. En 1955 se inició la cons-
trucción del edificio de la Secundaria Estatal. Se prolongó la calle Defen-
sores de Moroleón. Al Dr. Cuéllar se debe la gestión para que el IMSS se instalara aquí.

1958-1960.- Dr. David García De Alba.


En septiembre de 1958 el Ayuntamiento de Moroleón declaró “el Día de
la Fundación del Municipio”, sucesivamente los días 27 de septiembre de
cada año; se ha seguido conmemorando ese día, que es propicio también
por coincidir con la fecha de la consumación de la Independencia Nacio-
nal en 1821.

1961-1963.- D. Marcelino Lara Balcázar.


En este periodo se inauguró el edificio de la Secundaria Estatal, también
es de este tiempo el puente de la calle 5 de Mayo en “el Mirador” y un
tramo de pavimentación con entubamiento en la calle Morelos.

1964-1966.- Sr. Silvestre Cerna Juárez.


Durante este periodo se modificó el cauce del arroyo en la calzada Manuel Doblado,

137
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

para construir ahí el Mercado Hidalgo, también se inauguró la clínica del


IMSS con la presencia del Presidente de la República, D. Adolfo López
Mateos. Se construyó un puente en la calle Abasolo esquina con 12 de Oc-
tubre. Hubo un mejoramiento en el alumbrado público.

1967-1969.- Sr. José Gaytán Silva.


El 3 de agosto de 1968 se estableció el Juzgado de Primera Instancia. La cons-
trucción del edificio para la Secundaria Federal (hoy Defensores de Moro-
león) inició el 11 de noviembre de 1968. La fundación de la Cruz Roja en mayo
de 1969 y la construcción de un puente en la calle Heroico Colegio Militar.

1970-1972.- Sr. Graciano Rodríguez Morales.


Presentó su plan de gobierno en tres ejes básicos: escuelas, sanidad y ca-
minos. En enero se inició la ampliación del rastro, se construyó una atarjea
para embovedar las aguas negras y pluviales de la calle Morelos, se edificó
el primer jardín de niños o preescolar, junto a las actuales oficinas de SMA-
PAM. Se fundó la Preparatoria “Lic. Benito Juárez”, con el propósito aún no logrado de
pasar oficialmente al sistema de la Universidad de Guanajuato.

1973.- Sr. Efraín Martínez Gutiérrez.


Este periodo fue de sólo un año, para hacer coincidir los tiempos municipales con el
estatal. Se instalaron los primeros semáforos en la calle Hidalgo, se propuso un plan de
ordenamiento que regulara el crecimiento de la ciudad. Se vendió una parte de la plaza
junto al Mercado Hidalgo, donde se construyó el edificio de Telmex.

1974-1976.- Sr. Jesús Zavala Bedolla.


Se crearon varios patronatos que realizarían tareas específicas como la
construcción del edificio de la preparatoria, obra proyectada con antela-
ción, que inició el 2 de septiembre de 1975. Se remodeló el Jardín, se inicia-
ron las obras de pavimentación de la calle Morelos, cubriendo adecuada-
mente la atarjea que corre por debajo.

1977-1979.- Sr. Efraín Martínez Gutiérrez.

138
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

Ahora en un trienio, se llevó a cabo el desasolve de barranquillas y arro-


yo para evitar inundaciones, incluyendo la demolición de las rocas que
obstruían el paso del agua en el “arroyo de las piedras”. Se llevó a cabo
la electrificación en las comunidades de La Barranca, La Loma, Las Peñas,
Amoles y Santa Gertrudis. Se construyó el puente de la calle Arteaga, se terminó el edifi-
cio destinado a la preparatoria Lic. Benito Juárez y se equipó. Se formó el patronato de
Bomberos. Se concluyó la construcción del edificio de la Secundaria Técnica (ETI).

1980-1982.- Dr. Jorge Villafuerte Zavala.


Se realizaron obras en la explanada del Mercado Hidalgo, se terminó el
edificio de la Biblioteca “Tomás Moreno”, se logró la prolongación de la
calle Heroico Colegio Militar, hasta la calle Pípila. Iniciaron los cursos del
CONALEP.
En octubre de 1981 se realizaron manifestaciones protestando por la manera de actuar de
la administración, que originaron la salida del Presidente. Tomó el cargo el Secretario del
Ayuntamiento, D. Wenceslao Lemus, como presidente interino para terminar el periodo.

1981-1983.- D. Wenceslao Lemus Lemus.


Cambió a algunos de los funcionarios al quedar al frente de la Presidencia.
Ya electo creó un comité de feria, se pavimentó un tramo de la calle 12 de
octubre. El Sistema de Agua Potable y Alcantarillado quedó al cargo de un
Patronato. La arquería de la explanada del mercado quedó casi concluída.
Se construyó el plantel de preescolar Sor Juana Inés de la Cruz. El rastro nuevo quedó
casi terminado, donde ahora es la Central de Autobuses, pero no se usó (desconocien-
do las irregularidades que debe haber tenido). Se pavimentó la calle peatonal Salvador
López Moreno, sobre el arroyo. Para abastecimiento de agua se perforó un pozo en el
Derramadero y otro en la Joyita a costas de recursos regionales, que posteriormente
pasaron al Sistema de Agua Potable de Uriangato, hecho que creó espectativas de pro-
piedad por este municipio en la zona irrigada, problema que continúa, y que tuvo origen
en un acto de buena fe de las autoridades de Moroleón.

1983-1985.- Sr. Rigoberto Ortega López.


Con un triunfo electoral cuestionado, tomó posesión apoyado por la Legislatura del Es-

139
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

tado. En este trienio se realizaron múltiples pavimentaciones: drenajes,


puentes, caminos y escuelas. Se adquirieron terrenos uno para el ISSSTE
y otro para el Parque Moroleón Áreas Verdes.

1986-1988.- Sr. Pedro Gutiérrez Cerna.


Lo más sobresaliente de esta administración fue la construcción del Audi-
torio Antonio Ortiz Mena y la Unidad Habitacional 27 de Septiembre.

1989-1991.- Sr. Jaime Gutiérrez Oseguera.


Se construyó la Casa de la Cultura, quedando sin concluir el teatro o au-
ditorio, se asfaltó parte de la carretera a Piñícuaro y a Ojo de Agua de en
Medio (Caracuan).

1992-1995.- Sr. Ranulfo Balcázar Martínez.


Primer Presidente de Moroleón surgido de la oposición (PAN). Se edificó
la Unidad Deportiva Nueva. Se construyó la “Glorieta de la Amistad” o de
“Los Conos”. Terminó el auditorio de la Casa de la Cultura. Se repavimen-
tó la calle Colón y la Pípila, hasta la González Ortega.

1995-1997.- Dr. Carlos Zamudio López.


También representante del Partido Acción Nacional. Se construyó la pri-
mera etapa del Libramiento Sur, desde la carretera a Morelia, hasta el Par-
que Moroleón. El Boulevard Manuel Gómez Morín (ahora Esquipulas).
Se prolongó la calle Circunvalación. Se instaló la Telesecundaria El salto.

1998-2000.- Sr. Roberto Zamudio López.


Surgido del PRI, que retomaba el poder en el Municipio, Don Roberto
realizó varias obras para el municipio como la continuación del Libra-
miento Sur, desde el cruce con la carretera a Los Amoles, hasta la Presa de
Quiahuyo.

2001-2003 Sr. Benito José Lucio Guzmán.


En su cuarto intento consiguió ser Presidente Municipal. Se realizó obra pública. Hubo

140
Enumeración de Gobernantes de Moroleón.

situaciones polémicas como la desaparición del rastro municipal y la plaza


de toros, pero lo que más afecto negativamente este periodo fue la apari-
ción de la iniciativa de decreto de la Legislatura LVIII, con lo que se preten-
día delimitar a Moroleón y Uriangato de una manera por demás absurda,
en la que Moroleón perdería gran parte de su territorio y de servicios básicos.

2004-2006.- Ing. Adrián Sánchez Contreras.


Primer Presidente surgido del PRD, hizo modificaciones al organigrama
de la administración, ocasionando un incremento en la nómina. Se realizó
la importante obra de regulación de avenidas pluviales con la construcción
de la Presa de Cepio para evitar inundaciones en la ciudad. Repavimentó
la calle Abasolo y la 12 de Octubre.

2007-2009.- C.P. José Rafael Miguel Zamudio Pantoja.


Se realizaron dos etapas del Circuito Moroleón. Se remodelaron las pla-
zuelas y se pavimentó la Calle Aguascalientes. Se inició la restauración
de los Portales. Este gobierno municipal intentó estabilizar los actuales
límites de estos municipios, que por décadas han ido reduciendo la juris-
dicción de Moroleón por el descuido de los representantes electos en este Municipio.

2010-2012.- Profr. J. Jesús Rosiles López.


Esta administración decidió basar sus actividades siguiendo un plan de
gobierno bien estructurado, elaborado por un equipo idóneo de la Univer-
sidad de Guanajuato. Se inició la repavimentación de la importante calle
Circunvalación.

Glorieta de la Amistad.

141
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Unidad Deportiva Moroleón. Auditorio Antonio Ortiz Mena.

Circuito Moroleón. Casa de Jubilados y Pensionados.

Centro Gerontológico.

142
CAPÍTULO XVI.

CRONOLOGÍA DEL MUNICIPIO DE MOROLEÓN.

1600.- La Doncella Juana María de Medina y Calderón, solicita al Virrey de la Nueva Es-
paña una “merced” de tierra de cultivo, en la jurisdicción de Yuririapúndaro.

1604.- Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, noveno Virrey de la Nueva España, ordena
la entrega de la “merced” de tierra entre los pueblos de Uriangato, Curumbatío y Qui-
ahuyo, sumándose ésta a otras propiedades en esta misma región que ya poseía. Estos
terrenos son donde actualmente se encuentra la ciudad de Moroleón.

1612.- Muere la Doncella Juana de Medina y Calderón (hija de Doncel, título nobiliario),
y sus tierras pasan a ser propiedad de Don Lope de Calderón.

1613-1614.- El Mayorazgo Agustino de Yuririapúndaro, adquiere las tierras de Don Lope


de Calderón, para arrendarlas y mantenerlas productivas.

1620.- Don Diego López Bueno permuta tierras de su propiedad, en el Valle del Moro (en
la Ciénega Prieta, Yuriria), con el Mayorazgo de los Agustinos, por las tierras que eran
inicialmente de la Doncella Juana de Medina, asentando a sus labriegos o mozos (moços),
en lo que actualmente es la colonia Hidalgo y hasta el cerro de Nana Nica o el “Ojito de
Agua”.

1636.- Misioneros españoles construyen la Capilla de Curumbatío.

1710.- Don Alejandro López recibe por herencia de su abuela Doña Nicolasa López, hija
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

de Don Diego López Bueno, 4 caballerías de tierra y medio “sitio” de ganado mayor, en
este territorio.

1775.- Don José Guzmán López, heredero de los terrenos anteriormente citados, se trans-
lada de Yuriria y funda un Pueblo al que se llamó la Congregación de Uriangato, primer
nombre de Moroleón (faltó definir un nuevo nombre en la publicación del Decreto 16).

1780.- Se termina la construcción de la primera Capilla de la Congregación, que fue dedi-


cada a San Juan Bautista. La parroquia continuó con este nombre, no así el gran templo
que se construyó después para el culto al Señor de Esquipulitas.

1802.- El M.R.P. Fray Francisco Quintana y Aguilar se hace cargo del Curato de Yuriria-
púndaro, al cual perteneció eclesiásticamente la Congregación.

1805.- Llega la imagen del Cristo llamado Señor de Esquipulitas, traída por su autor, Fray
Alonso de Velasco.

1806.- El 15 de enero, el M.R.P. Fray Francisco Quintana celebra en la Congregación, la


primera misa en honor al Señor de Esquipulitas. Hubo jaripeo y verbena popular, siendo
este día, el lejano antecedente de la “Fiesta de Enero” en Moroleón.

1835.- Se construye la pequeña capilla dedicada a la Virgen de los Remedios, que restau-
rada, existe en la ahora calle Defensores de Moroleón.

1839.- El M.R.P Fray Francisco Quintana funda la “Vicaría del Pueblo de la Congrega-
ción”, habiendo obtenido licencia de su superior Fray Ignacio Gracia, para ser él mismo,
Párroco de la Nueva Vicaría.

1841.- El 6 de enero se consagró el templo en honor del Señor de Esquipulitas, iniciado


por el Padre Quintana. (Toda la Parroquia actual es de San Juan Bautista. El templo prin-
cipal es del Señor de Esquipulitas).

1842.- Se construye la capilla de la Virgen de la Soledad en el hoy Portal Aldama.

144
Cronología del Municipio de Moroleón.

1843.- Muere el M.R.P Fray Francisco Quintana y Aguilar el 14 de octubre, habiendo


dejado planos para la construcción de un gran Templo y de cuatro portales rodeando
un jardín; además de las necesarias recomendaciones, para promover la independencia
eclesiástica y política de la Congregación.

1845.- El 19 de noviembre, mediante el Decreto 16, publicado el día siguiente, se con-


cede la Fundación Legal como Pueblo con autoridades propias de la Congregación de
Uriangato (hoy Moroleón), siendo entonces Gobernador del Departamento de Gua-
najuato, Don Juan Bautista Morales.

1856.- El Gobernador de Guanajuato Gral. Don Manuel Doblado, emite un decreto con-
cediendo una Feria al pueblo de la Congregación, apareciendo ya con su nuevo nombre
de Moro-León. Nombre formado por la palabra Moro, en recuerdo de los primeros po-
bladores venidos del rancho del Moro y León en honor al apellido del Gral. Juarista An-
tonio León, quien comandaba la caballería de jinetes guanajuatenses, que tomaron para
la causa liberal, la ciudad de Oaxaca.

1877.- Moroleón se convierte en “partido político” junto con Valle de Santiago, Abasolo
y Yuriria.

1880.- Se establece en Moroleón el servicio de Correo Postal.

1884.- En este año se terminó la construcción de la mayor parte de los portales que ro-
dean la Plaza Principal. Esta obra se había comenzado en 1842, habiendo sido los prime-
ros con pilares de cantera, los del Portal Aldama, en la calle Morelos.

1888.- Se inicia la construcción del gran Templo dedicado al Señor de Esquipulitas en el


lugar donde se encontraba el pequeño templo también en su honor. Fue iniciado por el
Padre Fray Bernardo Arias, según el croquis ya existente. Se instala un reloj público en
la torre de la capilla de la Virgen de la Soledad en el hoy Portal Aldama.

1905.- El 15 de septiembre se inauguró la Plazuela Nicolás Bravo entre las calles Allende
y Guerrero.

145
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

1906.- Se estableció en Moroleón una sucursal del Banco de Londres y México que sus-
pendió sus labores al inicio de la revolución; ocupó el lugar donde actualmente está Ban-
comer, o tal vez en el edificio de dos pisos en contra esquina de este lugar, en el Portal
Matamoros.

1908.- Moroleón adquiere el título de Villa, por Decreto expedido por el C. Gobernador
del Estado, Lic. Joaquín Obregón González. -Se inauguró el servicio de Telégrafos Nacio-
nales.

1909.- Se inauguró el Palacio Municipal, también la Calzada Manuel Doblado (donde se


encuentra hoy el mercado Miguel Hidalgo). -Se fundó el Colegio Josefino, por iniciativa
del Padre Fray Miguel F. Zavala, ocupando una amplia y antigua finca que se demolió
años mas tarde, para construir la escuela Josefa O. de Domínguez.

1910.- Se establece el servicio de tranvías urbanos entre Moroleón y Uriangato. -Se inau-
guró el monumento a Hidalgo. -Aparece el primer periódico local titulado “El Progreso”.

1911.- Se establece el alumbrado eléctrico, proporcionado por una planta eléctrica insta-
lada por Don Esteban García de Alba.

1912.- El 21 de octubre, Moroleón rechaza el primer ataque de seudo-revolucionarios,


comandados por Eduardo Gutiérrez y Benito Canales.

1913.- Se llevó a cabo la consagración del Templo actual, dedicado al Señor de Esquipuli-
tas, pero conservando en el altar la imagen de San Juan Bautista, la Virgen Dolorosa, San
Agustín y Santa Mónica. La Misa Pontifical la celebró el Señor Obispo Don Leopoldo
Ruiz y Flores.
En mayo de este mismo año, se rechazó el segundo ataque, esta vez comandados por el
Coronel Ramos y en julio, se rechazó una ofensiva mayor por las fuerzas de los herma-
nos Pantoja.

1914.- Fue enfrentado con éxito, el mayor ataque desatado contra la población por la
gavilla al mando de los hermanos Pantoja.

146
Cronología del Municipio de Moroleón.

1920.- Se estableció el servicio regular de automóviles entre Moroleón y Salvatierra, por


iniciativa de los señores Don José María Guzmán Paniagua y Don Atilano Ortiz Escutia.

1927.- Se lleva a cabo el cierre de los templos a consecuencia del movimiento cristero.

1929.- Moroleón adquiere el rango de ciudad, según Decreto promulgado por el C. Go-
bernador del Estado Don Agustín Arroyo Ch.

1932.- Se inició la construcción del Santuario de la Virgen de Guadalupe por el Padre


Reginaldo Vega. Lo terminaría el Padre Fray Rafael Lagunas en 1963. -Ese mismo año se
estableció el Centro de Higiene o Salubridad.

1933.- Se inauguró la carretera Salvatierra-Moroleón.

1938.- Se inauguró el monumento al Padre Quintana erigido por Moroleoneses radicados


en la ciudad de México.

1942.- Se consagró el Templo del Señor de Esquipulitas como Templo Expiatorio. Se ben-
dijo la Custodia Monumental.

1944.- El señor profesor Jesús López López publica su primer libro a cerca de la Historia
de Moroleón.

1946.- La H. Junta de Administración Civil, presidida por el señor Don Samuel Pérez
Juárez, declara Hijos Predilectos de Moroleón a los señores: Padre Fray Miguel F. Zavala,
Dr. Cayetano Andrade, Prof. J. Jesús López López y Capitán Don Francisco Ávila.

1949.- Se inauguró el servicio de Agua Potable y el servicio de Teléfonos a larga distancia.

1950.- Se funda la Escuela Secundaria de Moroleón, que posteriormente pasó al Sistema


Educativo del Estado hoy denominada J. Jesús López López. -En ese mismo año se esta-
blece la Sucursal del Banco de Comercio y se funda el Club de Leones, Institución Civil
de servicio a la sociedad.

147
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

1953.- Se inauguró la Carretera Federal Salamanca-Moroleón-La Cinta.

1955.- Se inauguró el Centro Escolar Moroleón (hoy Escuela Elodia Ledesma).

1956.- Se inauguró el nuevo Edificio del Colegio Josefino Fray Miguel F. Zavala (iniciado
desde 1906), pero con una interrupción de labores por varios años.

1962.- Inauguración del monumento a la memoria del Insurgente Gral. Don Tomás Moreno.

1963.- Fundación de la Biblioteca Pública Gral. Tomás Moreno.

1964.- Se inauguró la Clínica Hospital del Seguro Social, con la presencia del Presidente
Adolfo López Mateos.

1965.- Se inauguró el Mercado Municipal Miguel Hidalgo, por el Presidente Gustavo


Díaz Ordaz.

1969.- Fundación de la Cruz Roja de Moroleón, Institución que ha dado auxilio médico
en la Región.

1972.- Fundación de la Escuela Preparatoria Licenciado Benito Juárez.

1981.- Se inauguró oficialmente la Escuela Secundaria Técnica (ETI), que venía funcio-
nando desde hacía 2 años. Así como la Preparatoria Técnica CONALEP. -Este mismo
año inicia su servicio el nuevo edificio de la Biblioteca Pública Tomás Moreno, el 17 de
agosto.

1985.- El 29 de agosto la Vicaría Eclesiástica de Moroleón es elevada a Parroquia. —Se


adquieren terrenos para la clínica del ISSSTE y para el Parque Moroleón Áreas Verdes.

1986-1988.- Construcción del Auditorio Antonio Ortiz Mena y la Unidad Habitacional 27


de Septiembre.

148
Cronología del Municipio de Moroleón.

1989-1991.- Se inicia la construcción de la Casa de la Cultura. —Se asfalta parte de la


carretera a Piñícuaro.

1992-1995.- Se construye la Unidad Deportiva Moroleón, la “Glorieta de la Amistad y el


Auditorio de la Casa de la Cultura.

1995-1997.- Se construye la primera etapa del Libramiento Sur y el Boulevard Manuel


Gómez Morín (ahora Esquipulas). —Se instala la Telesecundaria El Salto.

1998-2000.- Se continúa con la construcción del Libramiento Sur, hasta la presa de Qui-
ahuyo.

2001-2003.- Construcción del Boulevard Ponciano Vega. —Repavimentación de la calle Puebla.

2004-2006.- Construcción de la Presa de Cepio que regula las avenidas de aguas pluviales.

2007-2009.- Se inicia la restauración de los Portales. Remodelación de las plazuelas. –Pa-


vimentación de la Calle Aguascalientes. —Se inicia la importante obra Circuito Moro-
león. Gracias al Gobierno del Estado 2006 - 2012.

2009-2010.- Se continúa la restauración de los portales. -Se inició la pavimentación de la im-


portante vialidad Circunvalación. —Se obtiene recurso para mejoramiento de la Seguridad.

Ruinas en Quiahuyo.

149
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Casa junto al Templo de Piñícuaro.

El reloj de la antigua capilla (izq.), se cambió a


la torre grande. La foto de la derecha muestra
su mecanismo, para marcar las horas con esas
campanas. Antiguo casco de Hacienda en La Ordeña.

150
Cronología del Municipio de Moroleón.

Casa de dos pisos, antes de construir el Templo, posiblemente curato de la Capilla antigua.

En esta fotografía se aprecia la torre que tenía la Capilla de la Virgen de La Soledad, torre que no estaba
sobre el portal cuyo tramo aún no se construía.

151
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

La imagen del Señor de Esquipulitas ocupa la parte elevada del altar.

152
Cronología del Municipio de Moroleón.

Calzada Manuel Doblado, a la izquierda se aprecia el edificio donde la gente pagaba el servicio de luz.

Primera banda de viento que amenizó durante muchos años las serenatas en el jardín.

153
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Documento en el que se responde al aviso de las actividades de la Junta Patriótica para celebrar la Inde-
pendencia el 16 de Septiembre de 1869.

154
Cronología del Municipio de Moroleón.

Barda en una finca de Cepio, Moroleón del Siglo XVIII que muestra las pilastras o contrafuertes
que reforzaban esas construcciones de la época.

Centenario portalito donde vendían ricas carnitas en El Jinete.

155
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Arco en Piñícuaro.

Capilla de Curumbatío (izquierda)


cuya construcción data
del año 1636.
Nótese la fecha en
la placa de cantera. (arriba).

156
COMPLEMENTOS
S.G.M. Ma. Luisa I,
Reina de la Celebración y festejos del
Primer Centenario de la Creación
del Municipio de Moroleón
1945.
Agradecemos a la Señora

María Luisa García de


Alba de Zavala,
su anuencia para presentar esta
bella fotografía de la
colección de su Reinado
(reinado que aún perdura).

En esta imagen, S.G.M.


María Luisa I, porta un rebozo
que enmarca su rostro y sostiene
una “lanzadera” o rueca con la
que se tejía la tela que formaría
cada rebozo.

La decoración del fondo de la foto-


grafía, hace también honor al
Rebozo Moroleonés.
“UNA TRADICIÓN EN MI PUEBLO”.

El siguiente relato, inspirado en la fabricación


del rebozo es de tal claridad descriptiva que
nos hace remontar el tiempo con la imagina-
ción, y gozar la época en que todos los mo-
roleoneses fuimos observadores o también
partícipes de su complicada elaboración.

El maestro Nicolás Ruiz Rodríguez, autor de


esta reseña, nos conduce a la gozosa remem-
branza de la observación del uso cotidiano de
esta prenda de vestir, que portaban tanto las
mas distinguidas damas, como las sencillas
campesinas.

Moroleón fabricó y distribuyó en casi todo el


país estos útiles y bellos rebozos.
UNA TRADICIÓN DE MI PUEBLO:
LA ARTESANÍA DEL REBOZO.

Nicolás Ruiz Rodríguez.

Existe en Moroleón, una tradición que está ya a punto de extinguirse. Ella es la ela-
boración de rebozos, realizada en telares de tejer a mano. Ésta se inició en la localidad,
en los albores de su fundación, hace unos doscientos años. Desde el siglo pasado y hasta
la década de los años cincuenta, la producción era en gran escala; pero, debido a que
dichas prendas vinieron cayendo en desuso, la demanda bajó y sus últimos fabricantes
pensaron en cambiar de giro. Por eso, hoy lo que está en su apogeo, es la fabricación de
prendas de vestir, a base de tejido de punto, realizadas con maquinaria de lo más moder-
no y sofisticado.
El rebozo, como todos sabemos, es una prenda femenina, que las mujeres portan
con donaire en el hogar, en la calle, en la iglesia y otros centros de reuniones sociales. Los
poetas, ahondando en sutilezas de carácter lírico y sentimental, van más allá, aplicándole
calificativos a su propio modo de sentir y pensar, como aquello de “cuna al nacer”, “paño
de lágrimas en los avatares de la vida”, “mortaja al morir”, etc.
En realidad, el rebozo es una prenda que, sobre todo, la mujer mexicana, usa como
tocado y manto, a la vez; es una parte de su atuendo diario. En ocasiones especiales, la
luce con singular gracia, como complemento del mexicanísimo traje de china poblana,
plegado en cuatro dobleces longitudinales y terciándoselo majestuosamente, cruzado
por sobre sus hombros, el pecho y la espalda.
Se describe esta prenda, como un lienzo rectangular, generalmente jaspeado de
pequeñas motas blancas, confeccionado en hilo de algodón, lana, seda, articela u otras
fibras sintéticas; que ostenta en sus extremos, un largo fleco, en forma de red, con mallas
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

elaboradas a mano, mediante primorosas labores, a base de empalmes y anudados, en


los hilos sin tejer.
Las mujeres de la clase humilde son las que, principalmente, usan todavía del re-
bozo, ya sea por costumbre, ya por necesidad. Pues, entre ellas, es una prenda de usos
múltiples. Las mujeres que amamantan la utilizan para llevar a sus bebés en brazos y
protegerlos de las inclemencias del tiempo. Las de algunas etnias tienen la costumbre de
echarse sobre sus espaldas a los pequeñuelos, materialmente, anidados y colgados con
su rebozo aparte de que, a muchas, les es muy útil, para abanicarse, secarse las manos,
enjugarse el sudor o las lágrimas, hacer atados con él, y hasta acondicionarlo como mo-
rral, en las compras del mandado y los encargos.
En Moroleón, por resultar ya incosteable su fabricación, quedan muy pocos talle-
res de esta artesanía. Lo mismo que, tal vez, no pasará mucho tiempo, y ya no habrán
oficiales calificados para estos menesteres. Muchos propietarios de aquellos centros de
trabajo, lo mismo que sus obreros, han fallecido o se han retirado del oficio.
Se fabricaron, en la localidad, rebozos de tipos rayado, jaspeado y lisos. Tales de-
nominaciones obedecían a características determinadas por su dibujo o su color. Los
rayados eran de dos o más colores y, sus rayas, generalmente, longitudinales; los jaspea-
dos se distinguían por sus dibujos a base de pequeñas motas blancas, predominando su
fondo de color negro, azul, café, o de cualquier otro tono obscuro; los rebozos lisos eran
de un solo color, sin rayas ni dibujo.
Aparte, tenían su nombre particular, según la calidad del hilo y la disposición, for-
ma y tamaño del jaspeado, así como por el acabado del tejido y del trenzado. Todos estos
detalles eran, fácilmente identificables para las personas involucradas en la fabricación y
los expertos que comerciaban con dichas prendas. Así, se hablaba de rebozos de crucita,
chales, chalinas, chilapas, dos arcos, dos labores, garrapatos, granizos, guaritos, lisos,
lutos, lluvias, milrayas, palomos, patacuas, polkos, santamarías, tenangos y zamoranos.
Algunos de estos nombres hacen alusión a sus estilizados dibujos, o al lugar de origen
de estilos o diseños.
Hubo productores de rebozos, a nivel doméstico, cuyo taller estaba constituido
por un solo telar y otros escasos implementos, los más indispensables para el proceso
de fabricación. En estos casos, el mismo dueño o algún familiar era quien tejía y realiza-

168
Complementos.

ba gran parte de los pasos requeridos. Solía ser, a la vez, urdidor, fatiguero, cañonero y
canillero. Especialidades estas, que se detallarán más adelante. Aún, el mismo trenzado
de los flecos, era realizado en casa, por mujeres de la familia. Si estos fabricantes en
pequeño eran activos y perseverantes, pasado algún tiempo razonable, aumentaban el
movimiento de aquel taller, y, a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio, llegaban a ser po-
seedores de grandes talleres. Así hubo muchos casos que se citan en la localidad, como
ejemplos de progreso. A aquellos fabricantes de poco capital, se les daba el nombre de
“garreros” o “garrerillos”. Y, por regla general encontraban muchas dificultades para
vender sus mercancías. Había veces que, para recuperar sus inversiones y continuar fa-
bricando, se veían obligados a malbaratar su producción. Pues, si no lograban contraer
pedidos directos de clientes, tenían que vender los rebozos a otros fabricantes en mayor
escala. Así mismo, había personas que se dedicaban, exclusivamente, a acaparar la pro-
ducción de los garrerillos, para revender a clientes que ya tenían. A aquellos intermedia-
rios se les llamaba “rescatones” o “chachareros”.
La materia prima, como el hilo, en todas sus variedades, añil, anilinas sintéticas,
sulfuro, cloro, sal común, e inclusive, refacciones e implementos de taller, se expendían
por comerciantes dedicados a ofrecer aquellos artículos. Pero, casi siempre, en los gran-
des talleres, realizaban tales compras, mediante pedidos que hacían, directamente a com-
pañías productoras o importadoras de dichos insumos, con lo cual lograban abaratar la
producción y tener mayores utilidades. Esta era una razón de más, para que los garreros
menos pudieran competir con los precios de su producción.
Eran abundantes los talleres. Podían constar de un número muy variable de tela-
res, quizá de cinco o de diez, tal vez algunos de veinte. Los mas abundantes eran de dos o
tres telares. En cuanto al número de talleres, con diferente número de telares, se calcula
que llegó a haber, entre cuatrocientos y quinientos. Hoy, quizá ya no lleguen ni a veinte.
De esta manera, existía una gran fuente de trabajo, no solamente para las gentes
del lugar, sino que, también se beneficiaban muchísimas más de comunidades y pobla-
ciones vecinas. Porque, para las diferentes fases de la artesanía se empleaban a hombres
y mujeres, grandes y chicos, a éstos, una vez que ya pudieran desempeñarse en cualquie-
ra de las especialidades requeridas.
El ambiente que reinaba, en aquel entonces, cuando, todavía, Moroleón era un

169
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

rincón provinciano, sin el ajetreo y barahúnda que hoy priva, era apacible y pintoresco.
Las diferentes arterias de la población estaban diariamente, flanqueadas con “jaspes”
tendidos, para secarse al sol. Eran éstos, largos y gruesos haces de hilos recién pintados
y almidonados que, a vuelta y vuelta se tendían en el arroyo de la calle, junto a las ban-
quetas entre dos barras de acero clavadas en el piso, todavía empedrado, a una distancia
de 30 o de 40 metros una de otra. Y, para que quedara más tenso aquél hilo se le intro-
ducían, debajo del conjunto de tiras dos o tres tablones verticales de la altura que fuera
requiriéndose, para su rápido secado, en el que intervenía el calor del sol, el viento y la
fuerza del atirantado.
Así mismo se percibía en el entorno, un ruido muy peculiar por todos los rumbos
de la ciudad producido por el persistente golpeteo de telares, el azotar del hilo recién
teñido y los infaltables y animados cantares de los trabajadores de los talleres o de las
trenzadoras en sus hogares. Unas veces de bien acopladas voces, otras tan discordantes
que nada le pudieran pedir a la popular chimoltrufia (de un cómico programa te televi-
sión de ahora).
Todas estas cosas pueden parecer a las nuevas generaciones como una leyenda de
lejanos tiempos, pero en realidad fue protagonizada por sus mismos ancestros. Y, todo se
viene narrando en formas de tiempo pasado ya que, lo que hoy persiste de la reboceria
no es ni la sombra de lo que en otro tiempo fue.
Muchas cosas deberían de pasar desde que el patrón o propietario del taller, ad-
quiría el hilo en blanco, hasta que los rebozos quedaran terminados y listos para ser
vendidos a los clientes, ya fuera a pie de fábrica, o para que los maleteros o vendedores
viajeros los llevaran a vender de pueblo en pueblo por todos los caminos de nuestro país.
De acuerdo con las actividades específicas que cada operario realizaba, así se les
denominaba.
A continuación se enumeran los nombramientos de cada oficial:
• Fatigueros, eran los encargados del trabajo del lavado, blanqueado, teñido y almido-
nado del hilo según los usos a que se iba a destinar.
• Cañoneros, los que devanaban el hilo, pasándolo en tornos especiales, de las madejas a
tubos de cartón en donde al enrollarlo le iban dando una modulación en forma de huso.

170
Complementos.

• Urdidores, los que utilizando el hilo de los cañones preparaban en la urdidera, un


largo y grueso manojo de hilos, para la urdimbre que se habría de colocar después
en el telar.
• Amarradores, eran los que realizaban a todo lo largo de los haces de hilo, destinados
para jaspes de la urdimbre, una sucesión de apretados nudos, como los amarres de
chorizos embutidos y que al ser desatado, después del teñido, determinaban las por-
ciones blancas del jaspeado de los rebozos.
• Desatadores, quienes con cuchillas especiales, una vez que habían teñido los fatigue-
ros el hilo del jaspe, le trozaban los nudos para desamarrar los que habían hecho los
amarradores.
• Canilleros, los que al igual que los cañoneros enrollaban hilo, sólo que éstos ahora
en pequeños tubos de cartón, que usaría el tejedor en una “lanzadera” para tramar
la urdimbre.
• Tejedores, los obreros que realizaban el tejido de los rebozos en el telar.
• Trenzadoras, las mujeres que mediante una serie de anudados y empalmes con los
hilos de los flecos, “empuntaban” los rebozos, realizando con mallas, figuras estili-
zadas de casitas, monitos y culebrillas, de artísticos terminados.
• Torculadores, los encargados de dar el planchado y doblado final a los rebozos, en
una prensa de rodillos llamada tórcul.
Las diferentes áreas de trabajo en un taller mas o menos completo eran: a).- despa-
cho, b).- bodega, c).- fatiga, d).- urdidera, e).- cañonera y f).- el cuarto de telares.
No siempre los talleres contaban con todos estos anexos, por ejemplo: los cañones
y las canillas, se elaboraban también en algún espacio del cuarto de telares. Además mu-
chas veces, aquellos trabajos se daban en maquila, para que los trabajadores los hicieran
en sus propias casas; así mismo y esto era invariablemente, que las trenzadoras, amarra-
doras y desatadores hacían los trabajos en su domicilio.
La fatiga consistía en un cobertizo y pequeño patio. Bajo el cobertizo se tenían dos
o más barricas, en que se hervía el agua de las soluciones de pinturas, sales fijadoras
o almidón; había otras tantas hornillas para el fuego, piletas de enjuagues, chaparros
horcones fijos en el piso para el exprimido de madejas, a torsión, algunas piedras lajas

171
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

para el esponjado del hilo, mediante el azotado de madejas en ellas. En el patiecillo, se


tendían las madejas recién pintadas o almidonadas para secarse al sol, insertadas en
delgados morillos de madera, llamados huembas que se colocaban horizontales, sobre
trípodes en los extremos fijos debidamente acondicionados.
Al fatiguero era un personaje típico e inconfundible, que se distinguía por su pan-
talón de peto de mezclilla, ostentaba en pies y manos, así como en toda su ropa las hue-
llas indelebles de las tinturas de usaba en su cotidiano trabajo. Una sucesión de manchas
sobre manchas, pero… tenía sus secretos para remediar en parte, aquellas contingencias.
Para disimular lo percudido de pantalones y camisas, nada mejor que pintarlas con el co-
lor predominante, en las mismas tinturas de la fatiga. Y, para remover la coloración que
como tatuaje se le había fijado en la piel, debido a grietas y asperezas causadas por las
sales sulfurosas, sobre todo si ya se iba a retirar del oficio, se propinaba enérgicas fric-
ciones con jabón y estiércol de pichón, borrándosele así toda huella. ¡Secretos del oficio!
En cuanto al proceso del teñido, fueran de madejas o de jaspes ya amarrados, los
fatigueros auxiliados por otras dos o tres personas, colgaban de una polea suspendida de
la tejavana el hilo que iban a teñir o almidonar en fardos de unos 40 o 50 kilos quedan-
do exactamente sobre la boca de la barrica con solución hirviendo, del color con que se
fuera a pintar. Allí estaban hundiendo y sacando alternativamente, aquel material hasta
que fuera necesario. A éste proceso, se le llamaba “achinado”, y se estaba repitiendo
hasta que fuera necesario. Para ello aquellos fatigueros estaban pendientes de que el
teñido ya estuviera a punto, “calando”, mediante el desatado de uno que otro nudo para
ver cuando el color ya cubriera bien las porciones de hilo sin amarrado. Cuando ya todo
salía a satisfacción dejaban de achinar y sacando aquel hilo lo enjuagaban en agua fría,
lo exprimían y lo ponían a secar.
En la fabricación de rebozos se distinguen en su proceso tres fases principales: a).-
preparación de la urdimbre, b).- tejido de lienzo y c).- detalles del acabado.
Urdimbre es un término, con que se designa la distribución de hilos desplegados
paralelamente en el telar, para que al entreverar en ella, los hilos transversales de la
trama durante el tejido, se produzca entre ellos la trabazón o ligamiento que habrá de
constituir la tela esperada.
La urdimbre, en la rebocería podía estar alimentada con dos fuentes de hilos: una

172
Complementos.

era el fondo y la otra el jaspe. El fondo lo integraban hilos de un solo color, que iba a ser
el predominante en el rebozo. El jaspe era la fuente de hilos del mismo color del fondo
pero con porciones blancas, que eran las que habrían de dar los puntos y motas blancas,
características de los rebozos jaspeados.
Los rebozos de un solo color sin dibujo alguno, solamente llevaban hilos de fondo,
por lo que la urdimbre tendría nada más una fuente y, de ella salía toda la cuenta de hilos
que fuera a tener en su anchura el rebozo.
En el caso de urdimbre con hilos de fondo y jaspe, estos aportaban uno la mitad y
el otro la otra mitad de los hilos que contenía dicha urdimbre.
La cantidad de hilos de una urdimbre estaba determinada por la talla de los rebo-
zos. Por ejemplo los de talla normal para mujer adulta podían llevar unos 4,000 hilos de
urdimbre, 2000 de fondo y 2000 de jaspe.
Tal cuenta también podía variar por el grosor del hilo que se usara, pues mientras
mas delgado fuera mayor cantidad se requeriría y al contrario, mientras mas grueso,
menor cuenta, si se tratara de rebozos que se quisieran con igual anchura.
El hilo mas corriente era la hilaza, que era de algodón, de un solo cabo grueso y
motudo. Se usaba para tramar. Otra clase era el hilo torzal, en algodón, lana, seda o ar-
ticela, de dos o mas cabos y de diferentes calibres; de éstos los más usados eran 36, 60-2,
80 y 120. Se llegaba a usar hilos tan delgados, que se hizo tradicional la “prueba” para
los rebozos “santamarías”, que consistían en pasarlos de punta a punta a través de la
entrada de un anillo digital.
Pasando ahora, a la urdidera, esta era el área donde se preparaban las urdimbres.
Para fondo, se urdía hilo de color; para jaspe debía de usarse blanco. Se urdía con dos
bastidores, uno llamado caja de los cañones y el otro era propiamente la urdidera.
La caja de los cañones consistía en tres tablones, dispuestos de canto y paralelos
entre sí a una distancia de 30 cm. Uno del otro, unidos por otros dos mas pequeños por
sus extremos. Estaban atravesados por varillas de acero conteniendo en conjunto entre
40 y 60 cañones con hilo, los que se iban a estar desenvolviendo para alimentar la urdide-
ra, que se encontraba a una distancia de 4 a 5 metros de la caja de referencia. La urdidera
era giratoria, la formaban 4 postes de madera ligera unidos en sus extremos superior e

173
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

inferior por dos crucetas atravesadas por un eje metálico, que se apoyaba por abajo en el
piso y por arriba en un aro con tirantes hacia los lados lo que le permitía girar vertical-
mente. En conjunto daba la forma de un soporte, encuadrado de dos metros y medio de
altura por 6 de perímetro, determinando una base en que el obrero realizaba la urdida.
Tomaba las puntas de hilo de todas los cañones de la caja, e insertando aquel ma-
nojo en una clavija de la parte superior de la urdiera, comenzaba a imprimirle rotación a
aquel bastidor con una mano a la vez que, con la otra iba conduciendo aquel haz de hilos,
sobre el exterior en forma de serpentín tal como se le hace con la cuerda a un trompo,
comenzando de arriba y, al llegar abajo insertaba el hilo en otra clavija y regresaba so-
bre el mismo manojo de hilos que había tendido en la primera pasada y así continuaba
engrosándolo, hasta completar la cantidad de hilos que fuera a tener el jaspe o el fondo,
según para lo que se iba a destinar aquel hilo urdido.
Una vez que había terminado la urdida, el urdidor tomaba una punta de aquel
abultado haz de hilos y lo iba plegando cuidadosamente, para que no se enredara sobre
una manta que colocaba en el piso. Enseguida, si era blanco, se llevaba a los amarrado-
res, y si era de color se enrollaba, ya en forma desplegada y entre varios trabajadores,
unos atirantando fuertemente y otros haciendo girar un gran carrete, llamado enjulio,
en que quedaba envuelto todo el fondo, para posteriormente colocarlo en el telar en que
fuera necesario. En caso de que la urdida fuera para jaspe, los amarradores harían lo
correspondiente.
Como ya se mencionó, éstos realizaban su trabajo en sus propios domicilios, gene-
ralmente lo hacían en equipo de unos 4 o mas familiares o vecinos. Ellos sabían perfecta-
mente, lo que le correspondía hacer a cada uno. Su bastidor de trabajo era un rectángulo
de madera con cuatro patas cortas irremovibles, semejante a un banco ordinario de car-
pintería de unos 3 metros de largo por 75 de ancho y otros tantos de altura. Enrollaban
de extremo a extremo el hilo de jaspe en aquel bastidor, entre varias personas; pues
como en muchas de las operaciones que se hacia con el hilo lo mojaban previamente, y
lo envolvían, muy tenso. Lo ponían a secar y ya que estaba seco, le colocaban las patas
al bastidor; enseguida, sentados los amarradores alrededor, en unos bancos o sillas co-
menzaban el amarrado. Cada cual portaba un uso de cordoncillo mojado en una mano y
en la otra, una filosa navaja en forma de anillo, con una pequeña prolongación cortante.
De esta manera para cada nudo, daban varias vueltas del cordoncillo, le hacían un nudo

174
Complementos.

y con la navaja cortaban dicho cordoncillo, pasando a un siguiente nudo y así sucesiva-
mente iban haciendo nudos, a distancias, uno de otro que variaban entre unos cinco y
diez milímetros de acuerdo a la clase de rebozos a que fuera a destinarse aquel jaspe,
pues para las diferentes que había, ya aquellos amarradores sabían la distancia en que
deberían hacer los amarres. Unos días después, ya que terminaban de amarrarlo, desen-
volvían aquel jaspe y lo enrollaban, en forma de ovillo, para llevarlo a entregar al taller.
Finalmente, se hablará del telar, de ese elemento indispensable, que servía de so-
porte a la urdimbre y a otros accesorios decisivos, para la realización del tejido, e, inclu-
sive el mismo tejedor debía de instalarse sobre aquel.
Era una armazón de madera, con cerca de dos metros y medio de altura; estaba
formado por cuatro postes de viga, como esquineros, en un área cuadrada de un metro
y medio de lado. Les unían gruesos maderos espigados, alrededor, en su parte superior
y media. De tal manera, que, tanto la “camada” de la urdimbre, como el tejedor daban la
impresión de que estuvieran en una cárcel o en una jaula.
Aquel telar se adosaba a la pared, a la vez que se apuntalaba hacia los demás tela-
res contiguos y a los techos de la estancia de telares, a efecto de que permaneciera fijo y
sin balanceos, al momento de trabajarlo.
En su parte anterior, se colocaba el enjulio, en que estaban contenidos los hilos de
fondo, para la urdimbre, de donde partían, ya desplegados y paralelos, hacia arriba, a la
parte media, en que se le incorporaban los hilos jaspe. Y mediante un rodillo “guíahilos”,
se desviaban, todos juntos, hacia el interior del telar, para formar la “camada” de la ur-
dimbre. A poco de avanzar, se encontraban los “varales”, dos perchas de madera, en que
tomaban su “cruzado” aquellos hilos, canalizándose, un hilo por arriba de la primera
percha, para continuar por debajo de la segunda; a la inversa el hilo contiguo, se des-
viaba hacia debajo de la primera, para continuar por arriba de la segunda. Y así sucedía
con todos los demás hilos, hasta llegar a la otra orilla de la urdimbre. Esta disposición en
cruz era necesaria, para después lograr el “calado” o abertura para la lanzadera.
Seguía, en el trayecto de la urdimbre, un juego de dos “lizos”, series de mayas
verticales de finísimos cordoncillos de ixtle, enmarcadas entre perchas, pendientes de
pequeñas poleas, cuyos movimientos se sincronizaban con los de unos pedales, llama-
dos “cárculas”, que el trabajador habría de accionar al estar tejiendo, para subir y bajar,

175
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

alternativamente, los lizos. Y, como, en aquella infinidad de mallas que éstos tenían,
entraban los hilos de la urdimbre, encausándose por sendos “ojales” que canalizaban
los hilos unos hacia arriba y otros hacia abajo, según las cárculas que fuera pisando el
tejedor y la aviadura que con ellas controlara. Así determinaba, una y otra vez, el calado
necesario, para arrojar por su interior con una mano, una lanzadera en cuya oquedad
llevaba inserta una canilla con hilo de tramar. Con la otra mano estaba presto a recibir
dicha “lanzadera”, a la vez que, con la que le había quedado libre momentáneamente,
atraía un “batiente”, dotado de un “peine” de finísimas laminitas de acero, con lo que
iba recorriendo y apretando el hilo de trama que dejaba la lanzadera, en cada vez. La
incesante repetición de estos actos, hacía avanzar, más y más, el tramo tejido. Y, de aque-
lla manera, mientras el operador aparentaba estar bailando, todo el día, tejía rebozo,
pasándose, solamente, las porciones correspondientes a las “barbas” o flecos en que se
les habría de hacer el trenzado.
Conforme el tejedor realizaba el tejido, iba enrollando los rebozos, en el “contra-
julio”. Y, al final de la jornada, “cortaba”, es decir, separaba cada rebozo, los doblaba
provisionalmente, y los entregaba en el despacho, en donde les iban anotando, a cada
trabajador en un libro, el trabajo realizado, para “rayarles” y liquidarles lo ganado, al fin
de semana.
A los rebozos, todavía sin trenzar, les llamaban rebozos “sueltos”. Hasta que se
les hacía el trenzado, les llamaban “empuntados”. El planchado en el tórcul, no era muy
necesario, aunque, con ello, recibían una mejor presentación. Una vez que ya quedaba
totalmente terminada aquella “ropa”, que así les denominaban a los rebozos ya hechos,
se concentraba en el almacén de existencias, dispuesta para su venta.
En cuanto a la urdimbre, cuando ya se terminaba una, se reponía con otra, median-
te un proceso que le llamaban “betilla”, consistente en el añadido, hilo a hilo, juntando y
torciendo fuertemente sus puntas, con los dedos pulgar e índice, previamente empolva-
dos en ceniza de leña, como pez.
Y en esa forma, se ha pretendido reseñar, aunque, sucintamente, como lo ha per-
mitido el espacio para la presente participación, “UNA TRADICIÓN DE MI PUEBLO”.
Tradición que, seguramente, no tardará en desaparecer, con el hálito postrer del último
de nuestros calificados artesanos.

176
Complementos.

Nuestros ilustres reboceros que ya se fueron y los que, aún quedan, merecen un
bien ganado monumento, si les hemos de reconocer y agradecer con abnegación y cons-
tancia. Ojalá que, algún día, las autoridades lugareñas quieran hacerlo realidad, en vista
de la labor insigne y señera, de nuestros antepasados que sentaron, así, las bases del
progreso incontenible de MOROLEÓN.

Moroleón, Gto., verano de 1990.

Esta pieza narrativa de la fabricación de los rebozos en Moroleón, participó en un Concurso


Estatal, ameritando el Diploma cuya foto insertamos.

Diploma que recibió el Maestro

177
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

El señor Don Baltasar Villalobos representó todo el proceso de fabri-


cación del rebozo en estas bellas y valiosas miniaturas.

178
Complementos.

Telar en buenas condiciones que se encuentra en la


finca de la ex-cárcel (proyecto de museo).

La diversificación de la industria en Moroleón.

En 1902, un padrón de giros mercantiles y establecimientos comerciales señala la exis-


tencia aquí de 80 rebocerías, 34 tendajones, 8 zapaterías, 4 expendios de carne, 4 tiendas,
3 sastrerías, 2 fábricas de aguardiente, 2 panaderías, 2 pailas para jabón, 2 boticas, 2 po-
sadas, 2 platerías, 2 barberías, 2 expendios de maíz y otros.
La diversificación de la producción textil se inició por el año de 1936, cuando se ins-
taló maquinaria para tejer suéter y otras prendas de punto. En 1937 el señor Arnulfo
Zamudio inauguró la primera fábrica de ropa hecha de mezclilla, se llamó “La Ideal”,
posteriormente la vendió a la señora Esperanza Lara, bajo cuya dirección se elevó a nivel
regional la producción de prendas de mezclilla.
En 1941 se instaló la primera fábrica de colchas, por Don Emilio Zavala Avalos; la pro-
ducción de colchas se ha extendido en Moroleón durante muchos años.

Edificio de la fábrica de ropa de mezclilla “La Ideal”.

179
BIOGRAFÍA DEL
GENERAL DON TOMÁS MORENO.

En el año 2003, tuvimos la oportunidad de reci-


bir la copia de una conferencia dictada en el Palacio
Legislativo por el Maestro Universitario Artemio
Guzmán López, con motivo del año de Don Miguel
Hidalgo y Costilla, Padre de la Patria. Esta conferen-
cia incluía datos biográficos del General Moroleonés
Don Tomás Moreno.

Logrando contactar al maestro Artemio, él tuvo la


gentileza de ampliar los datos y enviarnos esta “Bio-
grafía”, dándonos la posibilidad de su publicación;
con gran satisfacción la anexamos a esta monografía:
“Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad
compartida”.

La afirmación contenida en el subtítulo de la mo-


nografía, se refrenda con el hecho de haberse fun-
dado oportunamente dos escuelas secundarias en
Moroleón, una estatal primero, una federal después;
a la cual acudieron estudiantes de los alrededores
geográficos. Uno de estos honrosos ejemplos es el
maestro Artemio, otro, el actual Rector de la Univer-
sidad de Guanajuato, Doctor Arturo Lara López; se-
guramente hay muchos más.
TOMÁS MORENO,
VIDA Y TIEMPO DE UN HÉROE LIBERAL.

Mtro. Artemio Guzmán López1.

(México a través de los siglos. V. 9. Editorial Cumbre, 23° ed.


México, 1985. Pág. 197)

1
El autor es historiador, catedrático e investigador de la Universidad de Guanajuato y la Escuela Normal Superior
Oficial de la misma entidad, instituciones en las que ha colaborado tanto en la vida académica como en la administra-
tiva. Su infancia y adolescencia las disfrutó plenamente radicando en Moroleón y conviviendo con sus inolvidables
profesores y amigos.
Complementos.

1. En el origen, Moroleón.
En el sur del estado de Guanajuato y muy cercana a Michoacán se encuentra la
ciudad de Moroleón, cabecera del municipio del mismo nombre. Junto con su vecina
Uriangato, a la cual le unen fuertes lazos históricos, Moroleón destaca por ser un impor-
tante foco comercial generado sobre todo por su industria textil.
El auge de la industria del vestir ha sido en esa región tan intenso que tiene mani-
festaciones únicas: como las excursiones que del norte del país arriban a este lugar en
largas filas de autobuses con el único fin de comprar o los tianguis nocturnos que espe-
ran a estos visitantes para atenderlos sin importar la hora.
No siempre fue así, pues la historia de Moroleón ha sido ardua. Su origen parte
de 1775 cuando Don José Guzmán López, acompañado de familiares y vecinos, emigra
de Yuriria y establece a unas leguas de distancia la llamada Congregación, embrión de la
actual y dinámica ciudad. Este legendario peregrinaje pudo estar motivado por la pre-
sencia de la peste en la zona lacustre, según suponen algunos de los cronistas.
La Congregación quedó asentada dentro de las dos caballerías de tierra que por
merced real delimitó en 1601 el virrey Gaspar Zúñiga y Acevedo a favor de doña Juana
de Medina y Calderón, cuyo consentimiento se tiene por hecho, aunque se desconoce la
existencia de algún documento al respecto.
En lo administrativo la comunidad dependía de Uriangato, añejo poblado de raíces
purépechas cuya toponimia se interpreta como “lugar donde el sol se pone alto”.2 Este,
a su vez, fundado en 1604 por mandato del rey Felipe III bajo el nombre de San Miguel
de Uriangato.
En cuanto al sustento económico, el establecimiento de Moroleón obedece a la
labor ejemplar del religioso Francisco Quintana, quien es recordado a través de un mo-
numento en el Jardín Principal por ser el introductor de la actividad textil en la localidad;
misma que inició con talleres familiares para tejer rebozos y paños modestos.
2
El nombre hace referencia al hecho de que allí anochece temprano, porque los cerros altos situados al poniente
ocultan pronto el sol.

185
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Es en este contexto, exactamente en el modesto rancho de Quihauyo, donde el 7 de


marzo de 1800 nace Tomás Moreno, el héroe que hoy recordamos por su espíritu liberta-
rio, sus acciones militares y su labor política.

2. Un guerrillero en la lucha por la independencia.


Poco después de sus diez años, el niño Tomás Moreno tuvo conocimiento del
estallido social ocurrido en la villa de Dolores, ubicada al norte de Moroleón, pero
dentro de la misma intendencia de Guanajuato. Allí, el cura Miguel Hidalgo encauzó
el descontento popular contra la política colonial, responsable de la marginación que
sufría la mayoría de los novohispanos, dando paso a una rebelión de grandes propor-
ciones.
Así, a partir del domingo 16 de septiembre de 1810, los insurrectos recorrieron las
ciudades de la región y al grito de “¡Viva la virgen de Guadalupe y mueran los gachupi-
nes!” sustituyeron a las autoridades instituidas por sus partidarios.
A San Miguel el Grande —como muestra— entraron sin resistencia al anochecer
del mismo día 16. Allí saquearon las casas de los españoles y a éstos los redujeron a pri-
sión; soltaron los cautivos de la cárcel local y se apoderaron de una remesa de pólvora
que venía de México a la zona minera.
Otro tanto hicieron el día 21 en Celaya, donde además se formalizó el liderazgo de
Hidalgo con el nombramiento de Capitán General de América, quedando Ignacio Allende
y otros partidarios con experiencia militar subordinados al popular y osado cura.
La toma de Guanajuato y Guadalajara, así como la batalla del Monte de las Cruces
y el asedio de la capital virreinal fueron los mayores éxitos de aquel movimiento; pero las
derrotas sufridas en Aculco, en Puente de Calderón y la traición de Acatita de Baján le pu-
sieron fin, llevando a sus líderes al paredón.
Para entonces, Tomás Moreno no era más que un niño; sin embargo, los comenta-
rios escuchados a su alrededor, sobre todo cuando los insurgentes pasaron por la proxi-
midad de Moroleón rumbo a Michoacán, debieron impresionarlo. Y, como miles de per-
sonas empobrecidas, depositó su esperanza de superación en las medidas dictadas por
Hidalgo durante su breve, pero revolucionaria, campaña.

186
Complementos.

Por esta misma razón, la lucha tuvo decenas de continuadores. El más apegado al
ideario social del cura de Dolores fue José María Morelos, sacerdote también y antiguo
discípulo del primero en el Colegio de San Nicolás, en Valladolid. José María se levantó
contra el gobierno en el sur –las actuales entidades de Oaxaca, Guerrero y desde luego Mo-
relos— y dejó constancia de su programa político en la Constitución de Apatzingán, guía
imperecedera en la búsqueda de libertad y justicia.
El abogado Ignacio López Rayón, por su parte, fue el sucesor nominal del movimiento
armado. Después de la captura de los primeros cabecillas se hizo cargo del resto del ejército,
se fortaleció en Michoacán y convocó a las distintas partidas de sublevados a unirse en la
Junta de Zitácuaro. Su llamado careció de la fuerza suficiente para lograr este objetivo básico;
pero su labor de resistencia lo mantuvo activo hasta que cayó preso en 1817.
En Guanajuato, los personajes comisionados por Hidalgo para extender la guerra
pasaron ahora al frente. Entre ellos, Albino García, José Antonio “el Amo” Torres y José
María Liceaga. Sin embargo, no lo hicieron de manera tumultuaria y por ello no presen-
taron un frente de batalla amplio, como el de Hidalgo, descrito por el historiador Lucas
Alamán de la siguiente manera:
Era “gente que formaba diversos grupos o pelotones que por banderas ataban en palos
o en carrizos mascadas de diversos colores, en que fijaban la imagen de Guadalupe que era la
enseña de la empresa, la que también llevaban por distintivo en el sombrero todos los que se
adherían al partido.
Los vaqueros y demás gentes de a caballo de las haciendas, casi todos de las castas, for-
maban la caballería, armada con las lanzas que Hidalgo había hecho construir de antemano, y
con las espadas y machetes que estos mismos hombres acostumbraban llevar en sus trabajos
ordinarios: muy pocos tenían pistolas o carabinas.
La infantería la formaban los indios, divididos por pueblos o cuadrillas, armados
con palos, flechas, hondas y lanzas, y como muchos llevaban consigo sus mujeres e hijos,
todo presentaba el aspecto más bien de tribus bárbaras que emigraban de un punto a
otro, que de un ejército en marcha”.3
No, los nuevos cabecillas formaron partidas guerrilleras, menos contundentes que
la muchedumbre inicial; pero más persistentes ante la represión.
3
Alamán, Lucas. Historia de México. Antología. Gobierno del Estado de Guanajuato. Guanajuato, 1989. Págs. 127 y 128.

187
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Bajo estas circunstancias, en 1815 Tomás Moreno se incorpora a la gesta por la


independencia. Era apenas un adolescente y contaba sólo con la educación recibida en
su familia; pues no es un secreto que careció de preparación escolar al grado de ser
analfabeto. Sin embargo, suplía estas carencias con el entusiasmo y el deseo de mejorar
a los suyos.
Desafortunadamente se ignora el nombre del cabecilla que le aceptó en sus filas;
dado que los líderes más destacados contaban con subordinados en varias jerarquías
cuya endeble fidelidad pasaba de jefe a jefe. Lo más seguro es que haya servido a la
causa bajo diversos mandos. Pero sí se conoce que Tomás fue lancero; esto es, un jinete
dotado de una pica de cerca de tres metros, y que sobresalió por su valentía entre los
guerrilleros.
En palabras del estudioso Davis Robinson: “(Estos centauros) peleaban como los
escitas, desatándose contra el enemigo como una tormenta y disipándose como el humo”.
Esto es, ponían en práctica dos acciones fundamentales: el ataque y la huida; teniendo en
el primero algunos elementos imprescindibles, como la temeridad que Robinson elogió
al expresar: “su valor personal los hacía capaces de las más brillantes proezas”.
Otro de los factores determinantes en el ataque guerrillero fue la sorpresa, enten-
dida no sólo como el aprovechar la ocasión propicia; sino sobre todo, el propiciar esa
ocasión, ya agrediendo el convoy que va mal protegido, ya asaltando el poblado desguar-
necido o saqueando la cosecha y el ganado de las extensas haciendas.
“El mexicano confía mucho en sí mismo –agrega Robinson—cuando tiene un buen
caballo en cuya ligereza y resistencia pueda confiar. Ni las balas ni el número de enemi-
gos lo desaniman. Los oficiales atacan con brío, y sin pensar en dirigir y mandar a sus
propios soldados, sólo aspiran a darles buen ejemplo” 4. Esta descripción nos recuerda
al “Manco” García cabalgando sobre “Cabro” al frente de sus hombres o al “Pachón” En-
carnación Ortiz huyendo ladera abajo sobre alguno de sus apreciados potros. Y por qué
no, al propio Tomás Moreno en alguna de sus arriesgadas embestidas.
Durante la huída, los guerrilleros eran especialmente cuidadosos, sabían que en
ello les iba la vida, quizás más que en el enfrentamiento, y por eso conocían de atajos, de

4
Rionda Arreguín, Isauro. Pedro Moreno, Francisco Javier Mina y los Fuertes del Sombrero y los Remedios en la insur-
gencia guanajuatense, 1817. Presidencia Municipal de Guanajuato. Guanajuato, 2000. Págs. 68 y 69

188
Complementos.

humildes hogares donde encontrar refugio y, con frecuencia, del mimetismo mágico que
en un abrir y cerrar de ojos los transforma en pueblo, los vuelve a sus orígenes sociales.
Gracias a la persistencia de estos caballeros heroicos, la lucha por la libertad se
mantuvo vigente en Guanajuato, al menos hasta 1817. Este año irrumpe en la guerra
el español Javier Mina, joven navarro de ideas liberales y románticas. Mina no duda
en atravesar el Atlántico con un pequeño ejercito internacional con tal de combatir el
despotismo del rey Fernando VII desde la principal de sus colonias. Desembarca en Soto
la Marina y en campaña hacia el suroeste arriba a territorio guanajuatense, alojándose en el
fuerte de “El Sombrero”.
Pese al recelo mostrado por muchos de los insurrectos ante el recién llegado, la Junta
de Jaujilla –grupo rector de la insurrección-- brinda a los extranjeros una calurosa bienvenida:
“Mexicanos, corred presurosos a felicitar a nuestros aliados; estrechadlos en nues-
tro pecho, dándoos vosotros mismos la enhorabuena; auxiliadlos con vuestras personas
e intereses; juntad con los suyos vuestros membrudos brazos; tomad todos las armas y al
sonoro grito de ¡Viva la América y mueran los antiguos tiranos! vibradlas contra nuestros
enemigos para conseguir la felicidad que os proporcionan vuestros generosos aliados y
os desea este superior gobierno...” 5 decía la proclama de la Junta que daba a conocer
la venida de Mina y los suyos.
Ante los triunfos y botines obtenidos por el joven navarro en el Bajío, la Junta le
otorga en los primeros días de julio el mando de todos los efectivos rebeldes en Gua-
najuato. Tal nombramiento aumenta su fama y, a la vez, la persecución del gobierno
virreinal en su contra; pues con su campaña ha logrado reactivar la lucha que a partir de
la muerte de Morelos venía declinando.
Luego de perder “El Sombrero” y de fracasar en su ataque a Guanajuato, Mina es
sorprendido por los realistas en el rancho de “El Venadito”, donde es tomado preso y
fusilado en noviembre del mismo 1817 en el cerro de “El Bellaco”, cercano a Pénjamo.
A partir de ese momento el movimiento armado sucumbe, pues en la persecución
que se hizo de Mina cayeron otros líderes de renombre –Pedro Moreno, en primer lugar–
y fueron destruidos algunos bastiones hasta entonces inexpugnables –como el fuerte de
“El Sombrero” y más tarde “Los Remedios”–.
5
Rionda, Arreguín, Isauro. Obra citada. Pág. 63

189
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Además, a su firmeza militar el virrey Juan Ruiz de Apodaca le sumó su astucia po-
lítica al conceder el indulto a los rebeldes que abandonaran las armas y decidieran rein-
tegrarse a la sociedad, medida que ante el infortunio adoptaron más de 50 mil personas.
De allí que para 1818 la sublevación quedara circunscrita a la zona meridional y
entre sus caudillos destacaran sólo Vicente Guerrero y Pedro Ascencio Alquisiras, quie-
nes resistían gracias al conocimiento de su intrincado medio geográfico, la majestuosa
sierra madre.
¿Fue en este momento histórico cuando Tomás Moreno abandonó la intendencia
de Guanajuato para refugiarse en el sur?... Afirmarlo parece lógico, muchos rebeldes
obstinados, renuentes a la amnistía, tuvieron que huir ante el avance gubernamental y
encontraron refugio entre los últimos alzados.
Sin embargo, unos años antes, la convocatoria al Congreso de Chilpancingo había
creado ya un puente entre los insurgentes de ambas regiones. De aquí partió José María
Liceaga como representante por Guanajuato a tan relevante evento, quien a la postre y
de acuerdo a la Constitución de Apatzingán, fue incluso integrante del nuevo poder eje-
cutivo junto con Morelos y José María Cos, “los tres chemas”.
Con Liceaga, muchos guanajuatenses se trasladaron a la tierra sureña; entre ellos
posiblemente Moreno, de quien no existe mayor huella en aquel tiempo por su modesto
papel de soldado –uno entre miles-- carente aun del renombre que luego le distinguiría
dentro de la oficialidad.

3. Como dirigente en la Revolución de Ayutla.


El primer día de marzo de 1854 surgió en Ayutla una rebelión más en contra del
gobierno dictatorial de Antonio López de Santa Anna, general que, por sus excesos políti-
cos, había suscitado el descontento popular en todo el país. Esta revuelta, cuyo promotor
fue el viejo caudillo sureño Juan Álvarez, tuvo como antecedente la animadversión que el
presidente sentía por el grupo de liberales que gobernaba el actual estado de Guerrero.
Buscando poner fin a sus antagonistas ideológicos, Santa Anna impulsó movi-
mientos contra ellos, como el pronunciamiento que a mediados de 1853 se presentó en la
Costa Chica y que fue controlado por las tropas de Diego Álvarez y Tomás Moreno; este

190
Complementos.

último convertido ya en uno de los líderes de la región meridional.


Los 300 prisioneros capturados en la Costa Chica debieron ser una advertencia al
dictador sobre la firme posición que mantenía Juan Álvarez en su tierra natal; sin embar-
go, no fue así. Valiéndose del rumor de que Raousset Boulbon preparaba en los Estados
Unidos una expedición filibustera que atacaría Acapulco como medio para invadir Méxi-
co, el presidente avisó a los guerrerenses que enviaría dos batallones (el 2” de Puebla y el
11” permanente) y los buques Carolina y Guerrero para resguardar el puerto.
Siendo evidente la intención de quitarles su punto más estratégico, los liberales
respondieron al gobierno central que tenían la capacidad para defenderse por sí solos y
no precisaban de refuerzos externos.
Para entonces, el gobernador de aquella entidad era Tomás Moreno, quien había
sustituido al general Juan Álvarez el 30 de octubre de 1853. A éste último correspondió,
junto con Nicolás Bravo, el haber propuesto y defendido ante el Congreso Nacional la
creación de su entidad, e incluso el solicitar que llevará el apellido de Vicente Guerrero,
jefe insurgente a cuyo mando militó. Luego de arduas gestiones, la provincia se fundó en
1849 y a partir de entonces, salvo el breve interinato del coronel Miguel García, su único
dirigente había sido el propio Álvarez.
El general Moreno, por su parte, se había ganado la confianza del caudillo suriano
a pesar de la enemistad que originalmente tuvieron; pues en 1830 ambos militaron en
bandos contrarios en el lamentable enfrentamiento que hubo entre Bravo y Guerrero,
los antiguos líderes independentistas. Bajo la guía del general Gabriel Armijo, Moreno
llegó a la sierra sureña a combatir contra Álvarez, incondicional de Guerrero. Éste, re-
curriendo al conocimiento de su medio, les derrotó por completo, apoderándose de su
armamento e invitando a los sobrevivientes a cambiar de causa.
Moreno, como muchos otros insurgentes que no estaban convencidos del choque
fratricida, se unió a Álvarez y a su servicio descolló de tal modo que sucedió sin oposi-
ción a su antiguo rival en la gubernatura de la provincia. Como mandatario enfrentó en-
seguida una devastadora epidemia que se extendió por Tixtla y sus alrededores, aislando
a la entonces capital de todo contacto político y comercial. El cambio de cabecera se hizo
imprescindible y la elección de don Tomás, la ciudad de Chilpancingo, se mantiene hasta
nuestros días, pese a otros cambios temporales.

191
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

En este escenario, corresponde al propio Moreno oponerse a la ocupación de Aca-


pulco por las tropas conservadoras. Pero, al no detenerse éstas, se arresta a los agentes
del gobierno central en la zona: el coronel Zambonino, comandante militar del puerto;
el primer teniente de la armada, Sebastián Holzinger, y el comerciante Manuel Barrera,
conocido partidario santannista, quienes son conducidos a Tepetixtla en condición de
rehenes.
El 24 de febrero de 1854, fecha cívica de gran significado en la comarca, Juan Álva-
rez exhorta a su ejército a defenderse de la tiranía enfrentando a los soldados que llegan
de México y de los departamentos vecinos. La situación es apremiante, pues en la misma
fecha el gobernador Moreno huye de Chilpancingo ante el arribo de los conservadores,
quienes imponen en su lugar al general Ángel Pérez Palacios.
Es entonces cuando el Plan de Ayutla se prepara en la hacienda “La Providencia”,
donde su propietario Juan Álvarez convoca a su hijo Diego, a Ignacio Comonfort, Trini-
dad Gómez, Rafael Benavides y Eligio Romero para elaborar la proclama que justifique
su rebeldía. Así, este documento sostiene: el desconocimiento del presidente Antonio
López de Santa Anna y de los funcionarios que hayan defraudado al pueblo o que se
opongan al plan revolucionario; el compromiso de nombrar un presidente interino una
vez que la lucha se haya generalizado; el otorgamiento de amplias facultades a este man-
datario para que atienda la seguridad, independencia y administración del país, y la
obligación del propio presidente interino de convocar a un Congreso Constituyente que
se encargue de organizar a la nación como una república representativa y popular.
El encargo de lanzar el plan se dió a Florencio Villarreal, oficial perseguido por la
dictadura debido a su actitud rebelde, y la invitación para unirse a él fue atendida desde
luego por Juan Álvarez y Tomás Moreno; no así por Nicolás Bravo, quien se manifestó
sólo como simpatizante.
Días después y luego de algunas precisiones que se agregaron al documento, el
coronel Ignacio Comonfort y la guarnición de Acapulco también se incorporaron. El
general Álvarez dando muestras de gran vitalidad a sus 74 años se puso al frente del
llamado Ejército restaurador de la libertad designando como su segundo a Tomás Mo-
reno. Este nombramiento significó el ingreso del militar moroleonés a las páginas de la
historia nacional.

192
Complementos.

Conforme el Plan de Ayutla se difunde, los pueblos de Guerrero se unen a la lucha;


excepto aquéllos ocupados por el gobierno central, como Chilpancingo, donde establece
su cuartel el general Pérez Palacios. Pronto el sur de Michoacán aumenta la subleva-
ción siguiendo al jefe Gordiano Guzmán; pero la reacción de Santa Anna es contundente:
desde Oaxaca ordena el avance sobre la Costa Chica de una columna al mando de Luis
Noriega; exige a los comandantes de los departamentos de Puebla y México que ubiquen
efectivos en sus fronteras para aislar el levantamiento, y en Michoacán encarga al coronel
Francisco Cosío sofocar todo brote de inconformidad.
Más aún, con la experiencia de veinte años de encender y apagar asonadas, el pro-
pio Santa Anna encabeza un ejército de cinco mil efectivos que sale de México el 16 de
marzo de 1854 para enfrentar a los liberales del sur. La partida del presidente da realce al
levantamiento que la mayoría de los capitalinos desconocía, lo que redunda en un golpe
político no previsto por el ejecutivo.
Entre bienvenidas y homenajes, el ejército santanista avanzó por las poblaciones
adeptas; mas, al cruzar el río Mescala, fue atacado por los guerrilleros de Faustino Vi-
llalva, quienes no pudieron impedirle el paso, pero le ocasionaron considerables daños.
El 29 de marzo las fuerzas conservadoras llegaron al cuartel de Chilpancingo, don-
de repararon sus fuerzas una semana para continuar su marcha hacia Acapulco. En el
Coquillo, cerca del río Papagayo, los hombres de Florencio Villarreal los enfrentan, pero
son derrotados. A mediados de abril, el general Santa Anna arriba a las inmediaciones
del puerto y prepara su asalto. Antes del amanecer del día 20, un millar de santannistas
se lanza por sorpresa sobre el fuerte y las trincheras defendidas por la gente de Ignacio
Comonfort. Luego de horas de un reñido combate, los agresores son rechazados.
Por la tarde, el general Manuel Céspedes solicita entrevistarse con Comonfort. Pri-
mero demanda la entrega de la plaza en un máximo de doce horas; luego, ante la firme
negativa del coronel, pretende sobornarlo con cien mil pesos, pero la postura de don
Ignacio no cambia.
Con la obscuridad sobreviene una segunda acometida de los centralistas, la cual fra-
casa ante el fuego de la artillería liberal; como fracasan también los nuevos ofrecimientos
monetarios que hace Céspedes a cambio de que Comonfort abandone la revuelta.
La noche del 22 de abril varios botes abren fuego sobre uno de los barcos que si-

193
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

tian la bahía causando heridas a algunos marineros. El 24 y el 25 Santa Anna retira sus
fuerzas a las lomas del Herrador, lo que se toma como un paso estratégico. Sin embargo,
el 26 el dictador levanta todo su campamento y emprende la retirada ante el asombro de
los defensores que esperaban con temor un ataque general.
Esta medida, aparentemente ilógica, tiene su explicación por el avance de las co-
lumnas de Álvarez y Moreno en apoyo de sus compañeros, cuya cercanía hizo sentir
a Santa Anna que podía ser atrapado entre dos fuegos. En realidad tal riesgo fue muy
remoto si se atiende la enorme diferencia en efectivos y armamento que en ese momento
había entre los contendientes.
La retirada evita que la revolución sea apagada en su origen y expone al presiden-
te a un lamentable retorno donde sufre a diario la hostilidad de Tomás Moreno y sus
guerrilleros. Éstos no pueden evitar todos los destrozos que se hacen en los pueblos
insurrectos; pero sí acuden en defensa de la mayoría.
El ejemplo más relevante de esta labor se dio en el cerro del Peregrino, donde el
30 de abril las tropas del gobierno fueron frenadas por la gente del coronel Encarnación
Álvarez, cuya mayor ventaja era su posición en la cima de la montaña. Desde allí se abrió
fuego sobre los soldados causándoles cuantiosas bajas. En respuesta, los cañones fueron
montados y su estruendo sacudió la serranía, lo que llamó la atención de Moreno, quien
marchaba a la zaga. Don Tomás ataca la retaguardia del enemigo en el punto conocido
como Agua del Perro, logrando a través de los coroneles Miguel García y Diego Álvarez
desalojar a los adversarios y quitarles un cuantioso botín. Al finalizar aquella batalla que
en total duró más de cuatro horas, Santa Anna huyó a galope para no caer prisionero.
El ejército centralista entró a su refugio en Chilpancingo el 4 de mayo; pero todavía
en su cruce por el río Mescala fue nuevamente agredido por Faustino Villalva, quien le
causó varias bajas y le despojó de materiales y alimentos. Finalmente, el 16 de mayo de
1854 el presidente Santa Anna regresó a la ciudad de México, donde fue recibido con gran
alegría y fastuosidad, como el gran triunfador que se describía en los reportes oficiales.
En las provincias, en cambio, el desastre de la campaña santannista motivó a otros
cabecillas inconformes a adherirse al estallido de Ayutla. Durante el resto de 1854 y
hasta mediados del año siguiente se incorporaron a la lucha Manuel García Pueblita,
Santos Degollado, Epitacio Huerta, Santiago Vidaurri, Juan José de la Garza e Ignacio

194
Complementos.

de la Llave, entre otros. Esto significó la expansión de la revuelta por los territorios de
Michoacán, Jalisco, San Luis Potosí, Tamaulipas, Nuevo León y posteriormente a la ma-
yoría del país.
Muy trascendente, además, fue la incorporación de los políticos liberales que con
sus ideas dieron cauce al movimiento, unos en México y otros desterrados por la propia
dictadura santannista, como Benito Juárez, Melchor Ocampo, José María Mata, Poncia-
no Arriaga, Manuel Doblado, Guillermo Prieto, José María Lafragua, Luis de la Rosa,
Ezequiel Montes y Francisco Zarco.
Las tres medidas que el presidente solía aplicar contra sus opositores: “encierro,
destierro o entierro” se recrudecieron para evitar que el movimiento creciera. El fusila-
miento sin formación de causa de los presuntos sublevados, el incendio de los pueblos
colaboradores de ellos y el encarcelamiento de los sospechosos fueron actos comunes.
Contrario a su intención, Santa Anna perdió apoyo con esta represión extrema y con las
disposiciones hacendarias que se tomaron para sostener la guerra. Convirtió a los inde-
cisos en adversarios y sembró la desconfianza entre sus colaboradores.
En Guerrero, la recompensa monetaria que ofreció el gobierno por la entrega de
Juan Álvarez y sus hijos no tuvo eco, al igual que los sobornos prometidos a Moreno si
desertaba o a quienes desearan entregar el puerto de Acapulco aprovechando que Co-
monfort se encontraba en los Estados Unidos consiguiendo armamento y fortaleciendo
la amistad con los liberales desterrados allá.
El 9 de diciembre de 1854 los surianos al mando de Tomás Moreno libran otro
importante combate en Petatlán contra el ejército de Félix Zuloaga, siendo rechazados
por éste. Sin embargo, acrecentados por los hombres de Florencio Villarreal, Juan y
Encarnación Álvarez, persiguen a Zuloaga hasta la hacienda de Nuzco y allí lo sitian,
incomunicándolo por completo. Luego de un mes de no recibir auxilio, el 13 de enero
de 1855, los soldados intentan romper el cerco desesperados por la falta de alimentos.
Moreno y el coronel Pinzón lo impiden agravando el estado de la milicia con un mayor
número de heridos.
Cinco días después los oficiales conservadores deciden abandonar las filas del gobierno
que los había dejado sin auxilio y unirse al plan de Ayutla. El general Zuloaga se niega a secundar
lo que considera una traición y se entrega en calidad de prisionero. Esto no evita que un millar

195
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

y medio de sus hombres, varios cañones y cargas de municiones pasen a engrosar la rebelión.
Con todo, la versión del “Diario Oficial” sobre los acontecimientos era muy di-
ferente a la realidad; por ejemplo, en el panorama que presentaba de Guerrero, donde
decía: “Álvarez, conociendo su nulidad en todo, marcha despavorido buscando las playas
de Acapulco; sus hijos, dignos cachorros de la pantera del sur, le abandonan librándose
de la muerte con la fuga más vergonzosa, y el ex general Tomás Moreno sale herido del
combate, corriendo a refugiarse y restañar su sangre en las cuevas donde tienen, como
las fieras, sus asquerosas guaridas los malvados que a todo trance se han propuesto cu-
brir de luto a las familias y reducir los pueblos y los campamentos al último extremo de
la desolación y la miseria”.6
Ajenos a las calumnias periodísticas y alentados por el eco de sus victorias, los
revolucionarios muestran su poderío al apropiarse de Chilapa el 26 de febrero de 1855
y amenazar seriamente Chilpancingo. Una vez más Santa Anna, acompañado de Santia-
go Blanco, su ministro de Guerra, parte de la capital para aniquilar la revuelta. Llega a
Iguala con un gran contingente y evita el asalto sobre Chilpancingo; pero elude los en-
frentamientos directos y el penetrar en territorio rebelde. Para el 10 de marzo regresa a
la ciudad de México presumiendo el haber ahuyentado a Álvarez, aunque abandona su
aire triunfalista al haber constatado que el movimiento del sur era ya incontenible.
El dictador aun intentó detener el levantamiento en otros frentes, sobre todo en
Michoacán, a donde envío al coronel José López, su hijo, a imponer medidas sanguina-
rias. El mismo mandatario emprendió una campaña en aquel departamento durante el
mes de mayo que le redituó la recuperación de Zamora y la derrota de Santos Degollado
en Tizayuca. No obstante, el surgimiento de nuevos focos revolucionarios y la derrota de
sus oficiales en Taxco, Zumpango, Sochilapa y Saltillo deslucieron sus escasos triunfos.
Nuevamente en México, Santa Anna prepara su retiro ante la exitosa campaña
militar de Comonfort por Jalisco y Colima, además de los intentos por sumarse a los
revolucionarios en la misma capital. Primero organiza la salida de su familia buscando
no atemorizar a sus más cercanos colaboradores en el gobierno. Luego huye en las som-
bras, antes del amanecer del 9 de agosto, protegido por un piquete de jinetes, rumbo a
Veracruz y de allí, al exilio.

6
México a través de los siglos. V.8. Editorial Cumbre, 23° ed. México, 1985. Pág. 419.

196
Complementos.

4. Defensor de la Reforma Liberal.

Cumplido el objetivo de terminar con la dictadura, los caudillos triunfantes dedica-


ron todos sus esfuerzos al establecimiento del nuevo gobierno. El primer paso para ello
fue buscar la unificación de las distintas facciones rebeldes en torno a los postulados de
Ayutla y el liderazgo de Juan Álvarez. La adhesión de los dirigentes Manuel Doblado y
Antonio Haro y Tamariz, pactada en Lagos de Moreno, fue fundamental para ello.
Así, el 4 de octubre de 1855, los representantes de los grupos revolucionarios se
reunieron en Cuernavaca para nombrar un presidente interino, recayendo tal distinción
en Juan Álvarez, quien formó su gabinete con liberales radicales, como Juárez, Ocampo
y Prieto. Unos días más tarde se lanzó la convocatoria para establecer el Congreso que
prepararía una nueva Constitución nacional.
Sin embargo, la presión del ejército y la iglesia que veían amenazados sus intere-
ses con la tendencia del nuevo gobierno; presente, como ejemplo, en la ley Juárez que
suprimía los tribunales especiales en la impartición de justicia, limitó la presidencia de
Álvarez a dos meses. En diciembre, éste presentó su renuncia a favor de Ignacio Comon-
fort, liberal moderado reconocido por su ánimo conciliador.
Con colaboradores igualmente mesurados, Comonfort medió entre sus compañe-
ros inflexibles y los grupos reaccionarios consiguiendo un éxito parcial. Esto es, logró
contener el inicio de una nueva guerra civil, pero no los brotes de violencia que amena-
zaban con crecer. Entre ellos, el dirigido por Luz Rocha en el Estado de México, Tomás
Mejía en Querétaro, Santiago Vidaurri en Nuevo León, Juan González en Tampico; así
como la sublevación del buque “Democracia” en Coatzacoalcos.
El más grave de estos brotes se vivió en Puebla a partir del 23 de enero de 1856,
cuando un fuerte ejército conservador se apoderó de la ciudad. Entre los sublevados
figuraban militares de gran renombre, como Mariano Salas, Miguel Miramón y Antonio
Haro y Tamariz. Ante la seriedad del caso, el propio Comonfort se puso al frente de 12
mil hombres y sitió a los poblanos durante 40 días hasta conseguir su rendición.
Como castigo por el respaldo prestado a la asonada, el presidente ordenó la inter-
vención de los bienes de la diócesis de Puebla; así como la expulsión del obispo Pelagio

197
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Antonio de Labastida y Dávalos. Las protestas contra la ley Lerdo que disponía la desamor-
tización de las fincas rústicas y urbanas de las corporaciones civiles y religiosas condujo a
la aprehensión de otros eclesiásticos disidentes, y ésta a un nuevo estallido que al grito de
“Religión y fueros” volvió a cimbrar la ciudad.
Impedido de abandonar la capital por las conspiraciones que allí mismo existían,
el presidente Comonfort encargó al general Tomás Moreno el sofocar la rebelión, pro-
porcionándole para ello 3 mil efectivos, 30 cañones y municiones suficientes para la
campaña. De inmediato esta fuerza se puso en marcha para cumplir con ello.
El 25 de octubre, frente a Puebla, el general Moreno inició la movilización de sus
oficiales para levantar un cerco ante el enemigo. Así, el general González Mendoza se
estableció en el cerro de San Juan y posteriormente llegó al fuerte de San Javier. El día
30 se avanzó a la plazuela del Parral, el Hospicio y Belem, además de montarse ante el
fuerte de Guadalupe una fila de artillería.
Por entonces un cuerpo de 400 soldados que procedía de Izúcar para reforzar a los
conservadores fue interceptado por el general Morett, probando la eficacia del bloqueo
también hacia el exterior, lo cual desmoralizó a los sitiados que confiaban en recibir el
auxilio de otros opositores al gobierno.
En el inicio de noviembre llegaron refuerzos para los liberales, quienes siguieron
estrechando el asedio al avanzar por la Soledad, San Jerónimo y Capuchinas. Los emba-
tes para apoderarse de San Francisco, el cuartel de San José, la Concordia y Santa Inés
fueron especialmente reñidos. Sin embargo, el triunfo del coronel Vicente Sánchez sobre
los guerrilleros del padre Marín y el cabecilla Machorro que hostilizaban a los sitiadores
puso a los liberales en el camino de la victoria definitiva.
El 2 de diciembre, el general José María Arteaga asestó el golpe definitivo al des-
alojar al enemigo del colegio de San Luis y la manzana de la Siempreviva. Ante la huída
de los líderes principales Joaquín Orihuela y Miguel Miramón, el coronel José Mariano
Fernández quedó al frente de los conservadores con la ingrata tarea de rendir la plaza en
los mejores términos posibles. .
La capitulación fue firmada el día 3 en el convento de Las Capuchinas y obligó a
los vencidos a entregar desde luego los fuertes de Loreto y Guadalupe y las guarniciones
que aun se encontraban en su poder. Al alto mando se le impuso la entrega de la artille-

198
Complementos.

ría, depósitos y pertrechos de guerra; a la tropa y los paisanos se les recogieron las armas
individuales. El general Moreno, por su parte, se comprometió a garantizar el orden, la
seguridad y los intereses de la población, además de respetar “la vida a todas las personas
que han tomado parte en la revolución”, quedando pendiente la decisión sobre los empleos
de los militares regulares involucrados en la misma.
El festejo del triunfo sobre el mayor foco rebelde del país no fue total en la ciudad de
México, pues el presidente consideró indulgente el tratamiento otorgado a los derrotados
y así se lo hizo saber a Moreno a través del Ministerio de Guerra y Marina al comunicar-
le: “(Respecto a la capitulación, el presidente) no ha quedado satisfecho de ella, porque
habiéndose cometido en el movimiento revolucionario que ha terminado en Puebla no
sólo errores, sino también crímenes, si la clemencia aconseja el perdón de los primeros, la
justicia reclama el castigo de los segundos”.7
Comonfort respetó la mayor parte del texto suscrito por Moreno, aduciendo “cuan
sagrada debe ser la fe de un convenio militar”, pero dio de baja a los oficiales y soldados
involucrados, con pena de ser confinados y sus nombres difundidos como desleales en
los periódicos, e igual pena de confinamiento se determinó para los combatientes civiles.
Tomás Moreno, un general con antecedentes de crueldad ante los rivales, debió
verse confundido por el criterio de Comonfort; quien, por el contrario, sí tendía a la
clemencia. Un nuevo episodio de la campaña los volvería a distanciar. Este se presen-
tó cuando Joaquín Orihuela, el mayor instigador de la revuelta, fue aprehendido en su
huída por el general Pueblita disponiéndose su fusilamiento. En defensa, Orihuela argu-
mentó estar protegido por el documento de la capitulación y Pueblita decidió consultar
el caso con el gobierno.
La respuesta de México indicaba que Orihuela debía probar tal protección con
un salvoconducto otorgado por el general en jefe o el comandante militar de Puebla, en
cuyo caso debía ser remitido a Veracruz para su reclusión. En su defecto, debía ser juz-
gado atendiendo la ordenanza.
El general Moreno, sin entender el ánimo dilatorio de Comonfort y sabiendo que
tal salvoconducto no existía, mandó a su subordinado Pueblita el inmediato fusilamiento
de Orihuela, cuyo escape abandonando a su gente consideraba por demás vergonzoso.
7
México a través de los siglos. V. 9. Editorial Cumbre, 23° ed. México, 1985. Pág. 203

199
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

La noticia del desenlace irritó al presidente, quien al parecer esperaba ser informado
del resultado del juicio para perdonar de última hora al sentenciado y mostrarse pacifica-
dor ante sus enemigos y la nación. Sin embargo, no hubo tiempo para aclaraciones, pues
Moreno partió enseguida con 2 mil hombres a enfrentar al general Luis Osollos que en
Tlaxcala había esperado el mejor momento para intervenir a favor de los sitiados. Ahora,
con él acudían los fugitivos de Puebla, la mayoría armados e incumpliendo los términos
de la capitulación.
Unidos a la gente de Cobos y Gutiérrez, los mil efectivos de Osollos rehuyeron a
Moreno; pero se lanzaron sobre Orizaba y Córdoba con el fin de saquearlas. Rechazados
por la guardia nacional, Moreno los ubica en Coscomatepec y los derrota en toda la línea
el 12 de aquel histórico mes de diciembre, para gloria de las armas gubernamentales.
Mientras tanto, otro conflicto surgía en el norte, dentro de esta larga cadena de
pronunciamientos que mantenía en vilo al país. Aprovechando la salida del gobernador
de Tamaulipas, Juan José de la Garza, para combatir a Santiago Vidaurri, el controver-
tido caudillo neoleonés, se dio un alzamiento en Tampico para impedirle el regreso a
su cargo. Se argumentaba que en su mandato de la Garza no había procurado el bien
público, y se aclaraba que el movimiento no tenía relación alguna con las instituciones
reaccionarias.
El 6 de enero de 1857, en Pueblo Viejo, sobrevino un sangriento combate entre los
regimientos del coronel Francisco Andrade, al servicio del gobierno, y del coronel rebel-
de Pedro Hinojosa. La victoria correspondió a este último, quien no dudó en saquear la
localidad como celebración, no obstante ser territorio tamaulipeco.
Ante la presión, de la Garza renunció y el presidente decidió nombrar en su lugar
al general Tomás Moreno, elemento neutral en aquel problema y de probada capacidad
política, como hemos reseñado. Su designación se acompañó de la advertencia que se ce-
rraría el puerto de Tampico al comercio exterior y al cabotaje si no se le reconocía como
nuevo gobernador. Este temor resultó infundado, pues Moreno fue bienvenido y cumplió
con acierto su periodo extraordinario del 19 de febrero al 5 de diciembre de 1857, con lo
cual prestó un servicio más al restablecimiento del orden en aquel aciago periodo.
Por su parte, luego de un año de arduo trabajo y debates, el 5 de febrero de
1857 el Congreso Constituyente promulgó la nueva constitución mexicana, misma que

200
Complementos.

garantizaba la libertad de pensamiento, enseñanza, tránsito, trabajo, asociación; así


como el derecho de petición. Establecía el juicio de amparo; la abolición de la pena
de muerte y de la prisión como pena por deudas; la justa indemnización en caso de
expropiación por utilidad pública; la prohibición de los estancos, acaparamientos y
monopolios; la abolición de los fueros y los títulos nobiliarios. A la vez se ratificaba
la desamortización de los bienes de la iglesia y la prohibición a las corporaciones ci-
viles y religiosas de adquirir bienes raíces, todo ello dentro de una república federal,
representativa y popular que reconocía el sufragio universal.
Aun desde su preparación, la nueva constitución suscitó un profundo descon-
tento en la iglesia y el ejército, instituciones que con ella veían afectados sus intereses.
Una muestra de esto fue la intensa polémica que levantó el proyecto para la formula-
ción del artículo 15 relativo a la libertad de cultos, y que a la postre pospuso la legis-
lación sobre el tema. De allí que no haya sorprendido la abierta oposición que estos
grupos, sus simpatizantes y aun los liberales moderados manifestaron al promulgarse
la carta magna.
Lo que sí asombró a la mayoría de los mexicanos fue la adhesión de Ignacio Co-
monfort a estos sectores políticos; sobre todo porque este general fue ratificado, con-
forme a los nuevos principios constitucionales, como primer mandatario de México,
legitimando así su importante cargo.
En búsqueda de una justificación puede argüirse la ideología templada del propio
presidente, las grandes atribuciones que el documento concedía al poder legislativo en
perjuicio del ejecutivo o la experiencia frustrada del gabinete radical de Álvarez. No obs-
tante, la decisión finalmente adoptada fue funesta, ya que marcó el inicio de la guerra civil.
Cuando el 17 de diciembre de 1857 Comonfort desconoce la Constitución, desco-
noce su propia jerarquía. Se subordina al plan de Tacubaya y a su dirigente y amigo, el
general Félix Zuloaga, con la esperanza de ser envestido de facultades extraordinarias
para convocar a un nuevo congreso que redacte un estatuto “conforme con la voluntad
nacional y garantice los verdaderos intereses de los pueblos”. Lo hace con toda preme-
ditación, luego de encarcelar a los liberales radicales que le rodean; entre ellos, Benito
Juárez, presidente de la Suprema Corte de Justicia y sustituto del ejecutivo federal ante
su ausencia.

201
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Su proceder causa confusión entre los sectores políticos; por lo cual no es de ex-
trañar que también Tomás Moreno se haya pronunciado en Tamaulipas contra la Cons-
titución. Este acto no demerita su brillante labor a favor de la reforma, pues a las pocas
semanas se reintegró al bando liberal e incluso sufrió prisión por esta causa a manos del
coronel conservador Rafael Moreno.

5. Como destino final, Moroleón.


Una vez estallada la Guerra de Reforma, la participación del general Moreno siguió
siendo importante, complementando el primer plano que ocupó en los momentos que se
han descrito. Combatió más tarde contra los franceses en el inicio de la invasión de 1862 y
murió dos años después en su hacienda de El Marqués, Gro., según algunos historiadores
a causa de heridas recibidas en el campo de batalla contra los europeos.
Durante el Porfiriato sus restos fueron llevados al panteón del Tepeyac y colocados
en un mausoleo construido en su honor. De allí, en 1962, regresaron a su tierra natal,
Moroleón, al monumento que se levanta en la avenida Miguel Hidalgo, donde se puede
apreciar el busto de aquel valiente moroleonés, Tomás Moreno, símbolo de la lucha por
la libertad y la reforma liberal, ejemplo imperecedero para las nuevas generaciones.

Guanajuato, Gto., Octubre de 2009

Una de las familias descendientes del General Tomás Moreno en Quiahuyo.

202
ESTUDIO DEL INVESTIGADOR
ULRIK VANGSTRUP.

El desarrollo de la industria en Moroleón, desde sus inicios, con la fabricación de re-


bozos, se debe en gran parte a la escasez de tierras para cultivo agrícola, el municipio es
pequeño y su suelo agreste.

También hay un innegable factor de laboriosidad en sus habitantes.

Unas décadas atrás, hubo un notable auge en la producción textil, lo cual generó un
concepto exagerado de riqueza económicamente generalizada, por el cual, decir moroleonés
significaba “rico e inculto”.

En los alrededores geográficos, mucha gente aprendió también a trabajar en este ru-
bro. Hoy la fabricación y el comercio textil y de la confección se ha extendido a municipios
vecinos y existen numerosas tiendas y tianguis, esto justifica también el título de nuestra
Monografía: “Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida”.

El estudio de campo hecho por el investigador danés Ulrik Vangstrup, refleja la realidad
de su momento y pronostica los retos a que se habían de enfrentar los fabricantes, que son
los que estamos sobrellevando actualmente en Moroleón.
MOROLEÓN LA PEQUEÑA CIUDAD
DE LA GRAN INDUSTRIA.

INTRODUCCIÓN.

El objetivo de este estudio de campo es explorar el desarrollo de la industria del


suéter en Moroleón, población situada en el extremo sur del Estado de Guanajuato.
Aunque Moroleón se encuentra alejada de las ciudades grandes de México, en los años
ochentas se convirtió en el principal centro de producción de suéter de la república y en
un centro nacional de comercialización textil de primera magnitud.
Este artículo muestra cómo la acelerada expansión económica que experimentó la
industria en la década de 1980 se ha convertido en recesión en los años noventa. En la
actualidad existe una fuerte competencia en el mercado nacional y la crisis de la década
pasada ha llegado a afectar a toda la industria textil. De persistir estas condiciones para
muchos talleres será quizá difícil sobrevivir en los próximos años.
A pesar de sus problemas actuales, hay que decir que el desarrollo de la industria
en Moroleón pone en cuestión las teorías que insistían en que la industria moderna
sólo se podría localizar en las grandes urbes y que la tecnología de punta era privilegio
de la gran empresa, de modo que las ciudades pequeñas estaban relegadas a funcionar
como lugares de intercambio entre los productos agrícolas del campo y los productos
industriales de la ciudad (Centro Bull y Corner, 1993:1).
Moroleón no es un ejemplo único, su desarrollo forma parte de una red de peque-
ñas ciudades industriales del occidente de México, es decir, de los estados de Michoacán,
Jalisco y Guanajuato. En varias poblaciones de esa región se ha desarrollado una indus-
tria de pequeña escala, basada sobre todo en el taller familiar, donde numerosos talleres
producen una serie de productos que requieren mucha mano de obra: confección de
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

ropa, suéteres, calzado y muebles, para lo cual se recurre sobre todo al empleo de muje-
res (Arias, 1992: 44-56).
Pero a pesar del desarrollo positivo de varias ciudades medias y pequeñas de Gua-
najuato, existen escasas investigaciones al respecto y, en el caso de Moroleón, no se
conoce ningún trabajo en torno a la industria de la ropa.
La industria del suéter moroleonesa puede ser vista a la luz del concepto de “dis-
trito industrial”, noción que se ha utilizado para explicar el éxito de pequeñas ciudades,
sobre todo europeas, con una elevada concentración industrial (Pyke y Sengenberger,
1990). En esta línea de análisis, las interrogantes que se tratarán de responder están
relacionadas con cinco aspectos: el origen histórico de la industria, las formas de organi-
zación industriales, los cambios de la década de 1980-1990, las dificultades que enfrenta
ahora la industria y, dese luego, sus posibilidades frente al TLC.

EL MARCO ANALÍTICO.

Como se sabe, en las últimas décadas la producción a nivel mundial ha experi-


mentado transformaciones que las teorías de desarrollo industrial no fueron capaces de
explicar suficientemente. Un ámbito importante ha sido el de los cambios en la división
internacional del trabajo. En la actualidad, la producción industrial ya no es privilegio
de Estados Unidos y Europa. Países de Asia como Japón, Taiwán, Corea del Sur, Singa-
pur y, últimamente, China, han sido capaces de fomentar un desarrollo industrial acele-
rado basado sobre todo en la exportación. Esto se debe principalmente a que, debido al
abaratamiento de los costos de transporte y comunicaciones, la distancia entre el lugar
de producción y de consumo ya no juega un papel decisivo.
Esta nueva división internacional del trabajo se ha hecho notar en México, entre
otras cosas, con el desarrollo de la manufactura de ropa en el occidente del país. No
se trata de una imitación sino de una misma lógica económica: la motivación que las
empresas multinacionales han tenido para invertir en Asia como una manera de reducir
gastos, corresponde al interés de los productores y comerciantes por aumentar la pro-
ductividad al emplear mano de obra barata del campo de México.
También en los países europeos se ha dejado de sentir la puesta en marcha de este

206
Complementos.

nuevo modelo de desarrollo industrial. Un ejemplo importante es el del norte de Italia que
se ha convertido en una de las regiones más ricas de Europa, debido a un fuerte crecimien-
to económico basado en la empresa familiar de tamaño pequeño y mediano y concentrado
en el medio rural (Centro Bull y Corner, 1993). Investigadores de Italia, Gran Bretaña,
Dinamarca y otros países europeos empezaron a preocuparse por explicar ese crecimiento
que nadie había previsto y fue entonces cuando se empezó a discutir el concepto de distrito
industrial (Pyke y Sengenberger, 1990). Creemos que hay similitudes interesantes entre esa
forma de desarrollo en Italia y la del occidente de México.
Alfred Marshall (1920) fue el primero en usar el concepto de distrito industrial para
explicar, a principios de este siglo, la organización industrial para explicar, a principios de
este siglo, la organización industrial de ciudades pequeñas de Inglaterra. Él pensaba que
en poblaciones pequeñas donde se concentraban talleres de producción homogénea era
posible conseguir efectos de sinergia positivos que creaban ventajas competitivas para el
distrito como tal (Centro Bull y Corner, 1993:131).
Décadas más tarde, a principios de los años ochenta, el concepto fue redescubier-
to por economistas italianos como Becattini, que lo utilizaron como un modelo de expli-
cación par el funcionamiento de algunas ciudades italianas. Añadió, sin embargo, que
el punto de partida no era tanto el taller individual sino la red industrial de la ciudad en
su conjunto. Los planteamientos de Becattini (1979) han abierto nuevos caminos para
reconsiderar las pequeñas ciudades productoras en el mundo industrializado. También
se han utilizado en estudios de países en vías de desarrollo: Tanzania (1992), México
(Rabellotti, 1993) y Brasil (Schmitz, 1993). El interés se debe principalmente al éxito
económico que han tenido muchos lugares que caen dentro de esa clasificación.
Una característica común de los distritos industriales parecía ser el hecho de que
produjeran mercancías como textiles, zapatos, muebles, es decir, actividades que re-
quieren de mucha mano de obra. Pero en Italia misma existen varios ejemplos de dis-
tritos donde se elaboran productos basados en alta tecnología: acero (Brescia), armas
(Gardone Val Trompia), aparatos domésticos (Lumezzane), calcetines, lámparas (Castel
Goffredo), botas de esquiar (Montebelluna) (Centro Bull y Corner, 1993:134).
El concepto del distrito industrial ha llamado la atención sobre asuntos que antes
no se habían investigado y ha motivado discusiones animadas sobre sus aspectos histó-

207
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

ricos, socio-económicos y políticos. Pero al mismo tiempo que los investigadores están
preocupados por explicar el fenómeno, ha surgido el interés por desarrollar políticas
adecuadas que permitan fortalecer el distrito industrial.
Los norteamericanos Sabel y Piore (1984) han tenido bastante influencia en el de-
bate. Ellos han sugerido que el desarrollo de los distritos industriales se puede entender
como una redefinición de las relaciones obrero-patronales. Desde su punto de vista, en
el distrito industrial el trabajador puede negociar mejores condiciones de trabajo debi-
do a su importancia para la producción. Esto ha sido cuestionado por otros autores con
base en el argumento de que existen ciudades donde el trabajo es simple, los sueldos
bajos y las condiciones de trabajo deplorables. Para autores como Zeitlin (1990), los
distritos industriales desaparecerán debido a la competencia de la gran industria.
En los últimos años otros investigadores han expresado puntos de vista más com-
plejos. Pyke y Segenberger (1990) hablan de distritos de “camino bajo” y “camino alto”.
Los primeros se caracterizan por tener una competitividad reducida y basarse en bajos
salarios; los segundos son los que elaboran mercancía que pueden competir en los mer-
cados internacionales y emplean a trabajadores calificados. Desde este punto de vista,
se puede ver que Sabel y Piore han centrado su atención en los últimos, en tanto que sus
críticos se han enfocado en los primeros.
Anna Cento Bull y Paul Corner (1993) han ido un paso más adelante. Con bases
histórica y empírica sólidas han investigado las razones por las que unos distritos son
fuertes y competitivos y crean trabajo bien remunerado, mientras que otros han te-
nido un desarrollo menos afortunado. Ellos hacen hincapié en los factores sociales y
económicos que son decisivos para el desarrollo específico de cada distrito particular.
Con todo, en la situación actual no se puede hablar de una teoría como tal del dis-
trito. La literatura ofrece más bien una serie de observaciones sobre el funcionamiento
de los distritos industriales.
Aunque hay diferencias, a partir de Becattini se pueden establecer seis caracte-
rísticas del distrito industrial en las que la mayoría de los investigadores parecen estar
de acuerdo: 1) concentración geográfica de una gran número de empresas de pequeña
y mediana escala que producen mercancías homogéneas; 2) existencia de una red entre
personas relacionadas con la industria que mantiene un intercambio constante de infor-

208
Complementos.

mación, mano de obra y mercancías; 3) relaciones de competitividad y cooperación que


contribuyen de manera positiva a la dinámica industrial; 4) desintegración vertical de las
empresas que favorece la especialización y la productividad; 5) existencia de una red de
instituciones privadas, semiprivadas y públicas que contribuye positivamente a la diná-
mica industrial; y 6) agentes económicos que comparten una herencia social y cultural
que conlleva un “espíritu” industrial y una autocomprensión colectiva (Becattini 1990).
En términos generales, se supone que la concentración de talleres ayuda a redu-
cir los costos de las transacciones, es decir, los costos que conlleva la utilización del
mercado. Y, en el conjunto, se producen efectos de sinergia positivos para el distrito
industrial.

MOROLEÓN EN LA TRADICIÓN PRODUCTIVA.

Desde los años treinta, la incipiente pero sostenida tendencia a la concentración de


gente, producción y capital en ciudades como el Distrito Federal y Guadalajara, perjudi-
có a los productores ligados a formas artesanales y manufactureras de producción en el
occidente de México (Arias 1985: 94-96). Uno de los pocos lugares donde la producción
artesanal continuó vigorosa fue en San Francisco del Rincón en Guanajuato, donde se
elaboraban sombreros (Arias 1992) y en Moroleón, en el sur del mismo estado, donde se
producían rebozos y chalinas.
La sobrevivencia y persistencia de ambos pueblos productores puede atribuirse a
la confluencia de cuatro factores: su relativa lejanía de las grandes centros urbanos; su
ubicación en lugares poco conmocionados por las perturbaciones nacionales; su sólida
capacidad para comercializar sus productos en otras partes de la República, mediante
el ferrocarril como en el caso de San Francisco (Arias 1992: 36) o a través del sistema de
arrieros en el caso de Moroleón; la calidad de sus productos que les permita competir en
el mercado nacional.
En las siguientes décadas la industria urbana, estrechamente vinculada al creci-
miento demográfico, creció de manera acelerada. Pero a partir de la década de 1960 y
sobre todo en los años setenta comenzó a darse un cambio importante en las relacio-
nes entre el campo y la ciudad. Una serie de industrias de la confección que requieren

209
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

mucha mano de obra empezaron a trasladarse de la ciudad al campo o se establecían


directamente en una región rural, sobre todo en los Altos de Jalisco, pero también en
Guanajuato y Michoacán. Se trataba tanto de talleres pequeños independientes como de
sucursales de fábricas grandes (Arias, 1986: 40-41).
Existen entonces dos tendencias en las comunidades manufactureras del occidente
de México: por una parte, un número restringido de pueblos que han sobrevivido desde
el siglo pasado como centros de producción no agrícola como San Francisco del Rincón y
Moroleón. Por otra, un número creciente de pueblos, alrededor de cincuenta localidades,
que han empezado a producir después de la Segunda Guerra Mundial (Wilson, 1990:15).
Hay cuatro factores que pueden explicar el surgimiento de esta nueva forma de
manufactura rural: en primer lugar, el deterioro de las condiciones para la industria en la
gran ciudad; en segundo, la expansión del mercado de productos de consumo; en tercer
lugar, la mejora relativa de las condiciones de vida del campo en comparación con la
ciudad y, finalmente, el desarrollo de nuevas tecnologías que resultaron apropiadas para
los pequeños talleres.
Estos factores también tuvieron influencia en San Francisco del Rincón y Moro-
león, pero en ambos casos las industrias se desarrollaron con mayor intensidad que en
otras localidades. Esto parece tener que ver, en parte, con la importancia histórica de la
manufactura en esos lugares y al fuerte espíritu empresarial que existe en ambos lugares.

LA CIUDAD DE MOROLEÓN.

La pequeña ciudad de Moroleón está situada en el extremo sur de Guanajuato,


de tal modo que es atravesada por la carretera federal Irapuato-Morelia. Limita con los
municipios de Uriangato y Yuriria en Guanajuato y, además, hace frontera con el estado
de Michoacán. El municipio cubre unos 185 Km cuadrados y su altura s.n.m. es de 1,810
metros (H. Ayuntamiento de Moroleón, 1993).
De acuerdo con la monografía de Alfonso Ortiz, Moroleón es una población rela-
tivamente joven, ya que fue reconocida oficialmente por las autoridades de Guanajuato
en 1845. El primer asentamiento tuvo lugar en el siglo XVII, cuando se empezó a usar el
territorio como hacienda bajo la familia Medina, pero en realidad no fue antes de 1775

210
Complementos.

que el lugar empezó a desarrollarse con José Guzmán López como dueño. En esa época
(1775-1838) se hicieron una serie de obras públicas y la gente de los alrededores empezó
a trasladarse al pueblo (Ortiz, 1993).
Hasta 1857 los municipios de Moroleón y su vecino Uriangato, un viejo centro de
producción agrícola, fueron uno solo, y de hecho, sigue siendo una zona conurbada. La
separación municipal se hace imprescindible dado los conflictos que siempre han existi-
do sobre cuestiones económicas y políticas entre las dos poblaciones.
El origen de la industria de Moroleón se remonta, se dice, al tiempo del primer
cura que hubo en el lugar, el padre Francisco Quintana, quien pertenecía a los agustinos,
orden religiosa que tuvo grandes haciendas en la región durante la época colonial (Guz-
mán 1985).
Aunque el padre Quintana sólo ejerció durante tres años, desde 1839 hasta su
muerte 1842, llegó a tener una influencia decisiva en el futuro de Moroleón. Al darse
cuenta, de que la agricultura no podía ser la base del desarrollo local, incitó a la pobla-
ción a buscar alternativas, lo que los llevó a iniciar la producción artesanal de zapatos y
rebozos. Para ello invitó a productores de pueblos cercanos a que se trasladaran a Mo-
roleón (Ortiz, 1993: 22-25). Poco a poco, Moroleón empezó a desplazar a Uriangato de su
posición de centro comercial y a convertirse en la economía más dinámica de la región.
Hay varias razones que pueden ayudar a explicar este cambio en la dinámica ur-
bano-regional. Uriangato un poblamiento más viejo que Moroleón, tenía una tradición
agrícola más antigua y compleja, lo que quizá orientó el desarrollo de Moroleón hacia
otras actividades, como la producción artesanal. Se dice también que la epidemia de có-
lera de Uriangato en 1850 hizo que los comerciantes de allí se trasladaran a Moroleón,
donde se establecieron de manera definitiva (Ortiz 1993). Un último factor, orgullosa-
mente reivindicado por la gente de Moroleón, es que ellos han sido siempre más em-
prendedores que los de Uriangato.
En el transcurso de cincuenta años, el número de pequeñas empresas creció rápida-
mente. De acuerdo con Pedro González, a la vuelta del siglo, en 1900, había 39 rebocerías
y 16 zapaterías, además de un buen número de otras industrias y pequeños comercios
(González, 1904). El crecimiento de la industria de Moroleón fue estimulado por la ca-
pacidad de la población para vender sus productos fuera de la ciudad y la región. Como

211
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

en muchas partes del Bajío, arrieros y recuas de mulas llevaban las mercancías locales a
otras partes de la república. Pedro González menciona que los arrieros de Moroleón lle-
vaban rebozos hasta lugares tan remotos entonces como Oaxaca y Guatemala (González,
1904). Al mismo tiempo, la pequeña ciudad reiteraba su papel de centro comercial en esa
microrregión de Guanajuato.
La prosperidad de los talleres de rebozo persistió hasta la Segunda Guerra Mun-
dial. Desde entonces, la urbanización y el cambio de costumbres hicieron disminuir el
uso de esa prenda y comenzó a reducirse el número de talleres que los fabricaban. Hoy
son sobre todo las mujeres mayores de las regiones indígenas como Michoacán, Puebla,
Oaxaca, Chiapas, las que usan esa prenda, pero siguen existiendo unos ocho talleres de
rebozo en Moroleón. Todos sus trabajadores tienen más de cincuenta años. Los jóvenes
ya no quieren aprender ese viejo oficio artesanal: sus posibilidades de trabajo son me-
jores en los otros ramos de la industria o en Estados Unidos. Los rebozos se producen
como antes: a mano, en telares de madera. El proceso de producción es complicado y
lento y todo indica que la rebocería desaparecerá dentro de pocos años.

LA INDUSTRIA DEL SUÉTER.

los productores de Moroleón buscaron la manera de cambiar a otros ramos de


producción. Se dedicaron entonces a fabricar artículos que para ellos eran más sencillos
como colchas, toallas y suéteres. En la década 1950-1960, la elaboración de suéter con
máquinas manuales era una actividad casi artesanal, no muy distinta a la de la época y
el quehacer de los reboceros. Pero más tarde introdujeron máquinas automáticas y mo-
torizadas con lo cual aumentaron la capacidad instalada y las posibilidades de diseño.
La introducción de nueva tecnología hizo que la producción de suéter creciera du-
rante los años sesenta y setenta y, gracias al auge de la industria en la década de 1980, ese
sector llegó a ser el más dinámico del ramo textil. Paradójicamente, a pesar de la difícil
situación económica de México durante los ochenta, la industria del suéter no vivió ni un
año malo en Moroleón.
Entre los factores que pueden explicar el largo y consistente periodo de crecimiento
de la industria del suéter están los siguientes: la protección del mercado nacional ligada a

212
Complementos.

la escasez de divisas para hacer importaciones; la producción creciente de materia prima,


sobre todo acrilán; un fuerte desarrollo internacional de tecnología que los productores de
Moroleón pudieron instrumentar rápidamente. De hecho, muchos de ellos fueron a Europa
para ver y comprar la tecnología más moderna.
Al mismo tiempo, los comerciantes del Distrito Federal buscaron nuevos proveedo-
res después del terremoto en México en 1985: la gente quería prendas nuevas y modernas a
precios económicos, demandas con las que Moroleón podía cumplir de manera efectiva. La
producción de suéter era un nicho en que se había especializado eficazmente la industria
moroleonesa.
Finalmente, en Moroleón existía una vieja tradición de producción textil y para mu-
cha gente era una idea natural empezar a trabajar por cuenta propia. Es decir, las barreras
de entrada para nuevos productores al negocio eran muy bajas, casi inexistentes.
En resumidas cuentas, se puede decir que la bonanza de la industria hasta y durante
la década de los ochenta tuvo que ver tanto con el proteccionismo del mercado nacional
como con las habilidades especiales de los moroleoneses.
El éxito de la industria se reflejó en un crecimiento demográfico fuerte en el período
1980-1990.

CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO DE MOROLEÓN, 1950-1988


1950 1960 1970 1980 1988
21,348 25,203 33,833 44,858 58,224
13,801 17,954 25,620 37,500 50,862
7,547 7,249 8,213 7,358 7,362
Fuente: H. Ayuntamiento de Moroleón y de Uriangato 1993.
El hecho de que haya sido fácil vender los productos en los años ochenta tuvo una
serie de consecuencias para la industria local. Muchos de los nuevos dueños no tenían
experiencia previa en la industria textil y, en muchos casos, no sabían como mantener la
tecnología moderna y usar su potencial. La mayoría de los talleres producían muy pocos
modelos distintos y casi siempre usaban acrilán como materia prima. En general, los
productos no podían competir en el mercado internacional, pero en ese momento, dada

213
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

la protección del mercado nacional, eso no se planteaba como problema. En resumidas


cuentas, los productores podían permitirse una actitud bastante pasiva ante el mercado
y, como veremos, esa fue su principal dificultad en los años siguientes.

LA INDUSTRIA DEL SUÉTER EN LOS AÑOS NOVENTA.

Dado que la información estadística industrial de Moroleón es muy escasa re-


sulta difícil formarse una idea de cosas tan simples como el número de empresas y
volúmenes de ventas. Durante muchos años la Cámara Textil no funcionó, apenas fue
restablecida recientemente y todavía no tiene una estadística industrial. Tampoco las
cifras oficiales de INEGI son suficientes. La información del XIII Censo Industrial
decía que existían 91 fabricantes de tejido de punto y 15 fabricantes de confección de
prendas de vestir lo que, según mis informaciones, es una subestimación del número
de establecimientos (INEGI 1990).
Según los representantes de la Unión de Crédito de Moroleón y algunos infor-
mantes claves se puede estimar que existen entre 200 y 250 talleres de suéter, aunque
en ciertos períodos del año algunos de ellos reducen la producción o incluso dejan de
producir. Además, hay un número desconocido, pero importante, de tallercitos que
tiene una producción reducida o esporádica y que cierran cuando se les presenta un
año malo.
Con la información existente se puede hacer una subdivisión en tres tipos de
empresa de acuerdo a su grado de mecanización: hay unos 100 y 150 talleres que usan
máquinas manuales, automáticas y motorizadas; hay alrededor de 100 talleres media-
nos que tienen entre una y tres máquinas electrónicas, aunque a veces también usan
máquinas manuales, automáticas y motorizadas; finalmente, hay unos 20 o 30 talleres
grandes que tienen entre cuatro y doce máquinas electrónicas y, a veces, también usan
máquinas manuales, automáticas y motorizadas.
Probablemente no hay empresas que tengan más de doce máquinas electrónicas.
Los talleres grandes producen entre cuarenta y cien mil prendas anuales, los medianos
entre veinte y cuarenta mil y los chicos entre cinco y veinte mil. En total, en 1993 se
produjeron entre cinco y seis millones de suéteres.

214
Complementos.

En general, Moroleón tiene alrededor de 1,200 talleres dentro de la industria tex-


til. Muchos se dedican al giro de la confección: playeras, vestidos de niñas y de mujer
y pantalones de hombre. De hecho, los productores de suéter son una minoría pero
tienen una productividad elevada y registran una acumulación de capital más alta que
la de los talleres de confección, debido a las grandes inversiones que han hecho en tec-
nología moderna. La productividad de los productores de confección de ropa es más
baja, ya que se basan casi exclusivamente en la utilización de mano de obra.

EL TALLER COMO EMPRESA FAMILIAR.

Por lo regular, la producción de suéter se lleva a cabo en la casa-habitación del


propietario. Sólo en tres casos la familia no vive en la casa-taller, porque recientemente
compraron casas independientes. Para la mayoría de los dueños resulta una ventaja
vivir cerca del taller y también es una cuestión económica, porque no tienen que com-
prar y mantener dos casas.
En diez casos el propietario de la empresa es un matrimonio y en nueve casos
ambos trabajan en el taller. Es común que uno o dos miembros de la familia, además
del matrimonio, trabajen en el taller (diez casos); pero al mismo tiempo casi todos los
talleres entrevistados basan la producción en el uso de mando de obra asalariada. Existe
una división del trabajo entre los esposos: en nueve casos la esposa se encarga del diseño
y la supervisión de las costureras. El esposo se encarga del trabajo de los tejedores y de
representar al taller ante las autoridades y en las relaciones comerciales. En varias oca-
siones es la esposa quien se encarga de esos deberes y, en general, se puede decir que las
mujeres juegan un papel muy importante dentro de la industria.
Normalmente los hermanos no trabajan en conjunto sino que cada quien tiene su
taller particular. Ese fue el caso en once talleres. Había otros ejemplos de cinco, siete y
hasta ocho hermanos con talleres individuales.
En los últimos años, cuatro de los talleres grandes han cambiado su forma de orga-
nización. Se han empleado encargados del tejido y la costura, secretarias, programado-
res, contadores y también algunos diseñadores. Están en una fase de transición del taller
tradicional a una empresa formalizada. Pero todavía los dueños se encargan de mucho

215
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

trabajo para mantener el control y economizar los gastos de mano de obra. Se puede
concluir que los talleres son fundamentalmente familiares, la familia está en el centro de
la organización y se ve a los trabajadores como “ayudantes”.

LOS PROPIETARIOS DE LOS TALLERES.

Salvo uno, todos los propietarios de los talleres nacieron en Moroleón. La genera-
ción de sus padres es también oriunda de Moroleón, de modo que se puede decir que la
industria está en manos de gente de la región.
El nivel escolar de los dueños actuales va desde primaria hasta licenciatura. 6 de
ellos son licenciados, casi todos ingenieros. Se nota que los licenciados tienen los talleres
más exitosos. Pertenecen al grupo de dueños de talleres grandes a los que les fue posible,
gracias a sus posibilidades de ofrecer seguridad, conseguir préstamos bancarios para es-
tablecer sus negocios. Esto no es la regla ya que la mayoría de los dueños de talleres han
empezado desde abajo, con sus propios recursos, tienen talleres pequeños o medianos y
normalmente no cuentan con mucha formación escolar.
Los propietarios son relativamente jóvenes. Su edad fluctúa entre los 20 y los 45
años, situación que se debe a un cambio de generación en los talleres viejos, y, sobre
todo a la entrada de nuevos empresarios durante los últimos años; sólo en dos casos los
propietarios tenían más que 45 años de edad.
Para tratar de explicar las posibilidades empresariales de los propietarios actuales
se revisó la historia laboral de sus padres. Éstos habían tenido diversos oficios, entre los
que predominaban: siete comerciantes, cuatro porcicultores, 3 propietarios de taller de
suéter, dos agricultores; 2 migrantes a E.U.
La abundancia de comerciantes indica que hubo una integración hacia atrás, del
comercio hacia la producción. Un propietario narra que en los años setenta fue necesa-
rio empezar a invertir en la producción debido a que se estableció una creciente compe-
tencia en la esfera comercial. En estos mismos años los porcicultores comenzaron a ver
en la producción de suéter una alternativa económica interesante.
Sólo un dueño actual de un taller pequeño tenía experiencia migratoria en E. U. y
en la generación de los padres sólo hubo dos casos. Este resultado fue sorprendente ya

216
Complementos.

que se esperaba que hubiera ahorro de la migración invertido en la industria del suéter.
Varios informantes expresaron que esto fue común en los años ochenta, pero o bien es-
tán sobrerrepresentados en el sector de los talleres pequeños o no lograron sobrevivir a
la competencia de los últimos años.

LA SITUACIÓN OBRERA.

De acuerdo a la información local, se puede estimar que la industria emplea entre


cuatro y cinco mil trabajadores remunerados en la temporada alta, es decir, en trimestre
octubre diciembre. Además, un número no conocido de mujeres, tanto de la ciudad como
de los ranchos de los alrededores, trabaja como obrera eventual a domicilio. Se observa
una tendencia a que las mujeres de los ranchos sean las que se dedican a las tareas del
bordado a mano y la colocación de perlas que son los trabajos peor pagados. Las mujeres
de la ciudad se dedican a hacer el terminado de las prendas a domicilio que es una tarea
mejor pagada. La diferencia se debe a que hay más competencia en la ciudad donde exis-
ten mayores y mejores posibilidades de trabajo.
Antes se ofrecía mucho trabajo en los meses de junio-julio y en enero, pero en
los últimos años la capacidad de producción ha aumentado y las ventas han bajado.
Eso significa que se produce durante menos tiempo y la producción se concentra en el
trimestre octubre-diciembre. La mayoría de los talleres trabaja poco el resto del año. Se
dedican sobre todo a hacer pruebas de la siguiente colección, lo que da empleo sólo a
los trabajadores más experimentados que el taller no quiere perder.
Entre los trabajadores de un taller existe una división genérica que corresponde a
la de los matrimonios propietarios. Los hombres trabajan como planchadores y tejedo-
res y las mujeres la mayor parte solteras y jóvenes trabajan como costureras o en fun-
ciones especializadas, como hacer ojales o trabajar con la remalladora, lo cual requiere
mucha experiencia si se requiere producir con efectividad.
El salario por las tareas que se realizan dentro del taller que fluctuaba, en enero-
febrero de 1994, entre N$300 y N$800 semanales. Las que más ganaban son las mujeres
que trabajaban en las funciones especializadas. Los trabajadores que menos ganan son
los que llevan menos tiempo en el taller y se dedican a las funciones de trabajo más sim-
ples como hilvanar o planchar.

217
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

Durante mucho tiempo los trabajadores ganaban alrededor de N$600 a la semana


con las máquinas manuales. Pero debido a la creciente automatización, su trabajo se ha
reducido a una función de vigilancia y su sueldo se ha visto reducido a la mitad. Hoy un
tejedor puede supervisar hasta cuatro máquinas al mismo tiempo y, en consecuencia,
hay menos trabajo para los hombres y los sueldos son más bajos. Normalmente los teje-
dores son pagados por semana y las costureras a destajo.
Dada la reducción y la mecanización de la producción, el número de trabajadores
se ha reducido en los últimos tres años. Siete de los talleres más grandes habían reducido
entre 20 y 50 por ciento de su personal; cinco de los talleres más pequeños mantenían
un número estable de trabajadores; y sólo tres talleres medianos habían empleado más
trabajadores en los últimos tres años.
La diferencia se debe a que los talleres grandes cortaron personal debido a la crisis
de las ventas, en tanto que los talleres pequeños no pueden hacer más recortes sin perder
alguna función del taller. Los tres talleres medianos son de reciente fundación y el tener
éxito les permitió emplear más trabajadores. De cualquier modo, la reducción en el nú-
mero de trabajadores ha sido significativa.
Casi todos los trabajadores son originarios de Moroleón. Nueve talleres tienen
sólo operarios de la localidad. Otros tres talleres tienen trabajadores de Moroleón y
Uriangato, y en otros tres talleres los trabajadores provienen de poblaciones cercanas
como Yuriria, Cuitzeo y Cerano además de Moroleón.
Los talleres empleaban más mano de obra femenina que masculina, sobre todo los
talleres grandes que más han automatizado sus procesos de producción. Allí la propor-
ción es de un hombre por cuatro o cinco mujeres. De este modo, en Moroleón resulta
más fácil para las mujeres encontrar trabajo que para los hombres. Hay que decir que las
mujeres tienen además las mejores posibilidades de encontrar empleos en el sector ser-
vicios, es decir, en el comercio o la banca. El sector financiero tiene ciento treinta y dos
empleados en total (Bancomer S.A.), la mayor parte mujeres; el sector comercial tiene
muchos más y allí casi siempre se emplean mano de obra femenina.
Como los hombres tienen pocas posibilidades de trabajo en Moroleón, muchos
optan por emigrar a E.U. En el bajío la migración a E.U.A ha sido una alternativa per-
manente desde fines del siglo pasado (Durand, 1988:27) y la mayor parte de las familias

218
Complementos.

de Moroleón sigue teniendo parientes en el norte, sobre todo en la ciudad de Chicago y


el estado de California.
Aunque los talleres sigan siendo una fuente de empleo importante hay que decir
que las condiciones de trabajo y los sueldos se han deteriorado bastante. Sin embargo,
desde 1964 no han existido organizaciones sindicales (Wilson, 1990). Las protestas que
se conocen se restringen a los casos en que un trabajador sale de un taller sin recibir la
compensación esperada.
La falta de organización y actividad sindicales se puede explicar por varios fac-
tores. En primer lugar, la estructura familiar de los talleres hace que los empleados
sean considerados como “ayudantes” y no como trabajadores. En segundo lugar, por
el riesgo de perder para siempre el acceso a ese tipo de empleo. Como los talleres no
trabajan todo el año pueden fácilmente evitar, en la temporada siguiente, la contrata-
ción de trabajadores que crean “problemas”. En tercer lugar el carácter individualista
de los trabajadores que privilegia las aspiraciones personales de establecer cada uno su
propio taller.

LA ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA DEL TALLER.

La máquina de mayor importancia de un taller es la maquina de tejer, que puede


costar desde 300 USD (una manual) hasta 350 mil USD, que es el precio de una circular.
Hoy existen entre 400 y 600 máquinas electrónicas en Moroleón, algunas compra-
das de segunda mano en el extranjero, pero la mayor parte fue comprada nueva. Allí se
puede ver tecnología de todos los fabricantes importantes: Stoll (alemana), Shima Seiki
(Japonesa), Universal (Alemana), Jumberca (Española) Rimach (Italiana). En Moroleón
se encuentra la mayor concentración de maquinaria electrónica en México y esa inver-
sión en maquinaria refleja el éxito de muchos productores durante los años ochenta.
Los talleres suelen tener, además, máquinas especializadas como planchas auto-
máticas, remalladora, máquina para pegar botón, máquinas para hacer ojal, overlok,
máquina de coser, quásar, bordadora computarizada y computadoras para programa-
ción de diseño.
El número y la variedad de máquinas especializadas parecen incrementarse pro-

219
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

porcionalmente al tamaño del taller. Es decir los propietarios compran las máquinas
especializadas en la medida en que su situación económica se los permite. Esa búsque-
da de integración de los procesos de trabajo en un mismo taller puede atribuirse a tres
razones. En primer lugar, los dueños son todólogos que realizan muchas tareas durante
el día por lo cual es difícil colaborar con maquiladores, situación que les costaría toda-
vía mas planeación, control y tiempo. En segundo lugar, durante muchos años las ventas
crecieron cada año y no fue necesario bajar los costos marginales, algo que habría sido
posible con un mayor uso de la maquila. En tercer lugar, hay poca confianza entre los
productores, lo cual significa que temen que sus maquiladores copien sus modelos o
procedimientos.
Sin embargo, existen cuatro formas de maquila. Algunos de los suéteres suelen
llevar algún bordado hecho a mano por las trabajadoras a domicilio ya mencionadas.
En varios ranchos alrededor de Moroleón, donde los sueldos son más bajos, muchas
mujeres se dedican a ese trabajo, sobre todo en Cerano, Yuriria. Allí las mujeres traba-
jan en pequeños talleres con maquinitas o individualmente en sus casas. En el racho del
Puerto del Salto, por ejemplo, las mujeres se han especializado en el tejido a mano de
orlas, y en Ozumbilla las mujeres colocan perlas. En Moroleón hay muchas mujeres que
trabajan a domicilio haciendo el terminado.
Otra forma de maquila es la que se realiza a través de talleres maquiladores que
han invertido en maquinaria especializada. Así, Algunos establecimientos se han espe-
cializado en hacer ojal y poner botón ya que no todos los talleres tienen suficiente pro-
ducción como para invertir en esas maquinas. También los talleres grandes suelen dar
a maquilar esos trabajos en los periodos en que su capacidad instalada es insuficiente.
Otras empresas, entre 25 y 30 talleres de suéter, han invertido en maquinas compu-
tarizadas de bordado. Como esas maquinas tiene una capacidad de producción superior a
las necesidades del taller, unos diez talleres ofrecen maquilar para otros. Aunque todavía
es mas barato maquilar el bordado en Cerano, la calidad es inferior a la de los bordadores
computarizados. De hecho, últimamente las mujeres de Cerano han tenido menos trabajo
debido a la calidad en la competencia, un factor cada vez más importante en la industria.
Finalmente, se encontró otro tipo de maquila: un productor que daba a maquilar
el lienzo del suéter. Este fabricante tenía buenas ventas, buen diseño, pero una capaci-

220
Complementos.

dad instalada insuficiente en los primeros años. Pero apenas pudo, compro maquinaria
y dejo de dar a maquilar. Probablemente solo hay 5 o 6 productores que usan su contra-
tación para el tejido del lienzo y sólo uno lo hace en su totalidad. De modo que allí no
se puede hablar de una tendencia hacia la subcontratación.
Más bien se puede concluir que lo común es dar a maquilar los procesos de tra-
bajo que tienen su propia escala de economía, como es el caso de las máquinas borda-
doras y, en menor grado, el de las máquinas de ojal y botón. La maquila a domicilio es
quizá diferente: se trata de una manera eficaz de reducir costos de mano de obra, renta,
electricidad.
El grado de integración es un factor crucial para entender las posibilidades de
sobrevivencia de los talleres en un clima cada vez mas competitivo como el que se vive
en México. En Italia, que durante muchos años ha sido el país líder de la producción de
suéter, se ha constatado la tendencia a un alto grado de desintegración vertical, es decir
de especialización en el proceso de la producción. En Módena, un importante centro
de producción de suéter, hay talleres que solo diseñan, otros que tejen, otros que ponen
botón y así hasta terminar la prenda (Lazersone, 1990). Esa forma de organización em-
pezó a desarrollarse en los años setenta como resultado de la actividad sindical de los
trabajadores y de una creciente competencia internacional. Hoy los talleres de Moro-
león también están expuestos a una competencia fuerte y quizá su estructura integrada
les haga más difícil enfrentar la competencia.

LA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LOS TALLERES.

La fase de crecimiento vivida en la década de los ochentas se vio interrumpida en los


últimos años debido a la competencia interna en Moroleón y a la creciente competencia de
otros productores nacionales e internacionales en el mercado nacional.
En 1993 sólo tres talleres tuvieron ganancias satisfactorias. Salvo uno, todos los de-
más reportaron una baja de sus ventas y seis talleres se quedaron con stock. El ciclo ante-
rior, 1992, había sido mejor: cinco empresas tuvieron un buen año, para cuatro fue un año
satisfactorio, aunque para otros cuatro fue malo y dos no lo evaluaron. En 1991 todavía no
se había notado la crisis. Doce tuvieron un año bueno y tres no pudieron contestar.

221
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

En las tres clases de taller hay algunos que tienen más éxito que otros, pero es evi-
dente que los talleres grandes tienen menos problemas. Esto se debe a varios factores:
su experiencia productiva, la variedad de sus diseños la posibilidad de comprar nuevas
materias primas con mayores descuentos y sus relaciones comerciales. La crisis de ventas
se ha intensificado en los últimos tres años y, de continuar así la tendencia, es posible que
un número de talleres, sobre todo medianos y pequeños, tengan que cerrar de manera
definitiva. La situación actual no parece atractiva para la entrada de nuevos productores
en la industria.

DISEÑO Y MATERIA PRIMA.

En los últimos años los talleres han empezado a ampliar la gama de sus diseños. Ha
sido una de las respuestas ante la crisis de ventas que significa que cada modelo se vende
menos, situación que hay que compensar con variedad. En 1991 la mayoría de los talleres
manejaba menos de diez diseños diferentes. Dos años más tarde, en 1993, había nueve
talleres que habían llegado a producir entre veinte y cuarenta modelos.
Sólo los pequeños talleres siguen produciendo dos o tres modelos cada año y para
ellos es todavía más difícil competir en el mercado. En general, los talleres pequeños,
que solo tienen maquinas manuales o automáticas, ya no pueden competir en el merca-
do del suéter. Por eso, en lugar de esa prenda, se han dedicado a elaborar artículos más
sencillos como trajecitos de bebé y mamelucos.

LA COMERCIALIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN.

Durante la década de 1980 fue posible vender la producción a precios altos sin
mayores dificultades. La fama de Moroleón como un lugar que ofrecía gran variedad de
ropa a precios económicos atraía comerciantes mayoristas y clientes de menudeo. En la
ciudad hay un sinfín de establecimientos de venta de ropa, desde grandes tiendas hasta
vendedores ambulantes. El comercio ha sido decisivo para el desarrollo de la industria al
generar la base necesaria para vender los productos de los talleres y, de hecho, mantiene
un papel clave en la economía moroleonesa.

222
Complementos.

Pero la política antiinflacionista del gobierno, la adhesión de México al GATT y el


aumento de las importaciones han tenido repercusiones que han afectado especialmen-
te a la industria textil. El sistema de comercialización más importante para los talleres
sigue siendo la venta directa a clientes de mayoreo. Pero en una situación de alta com-
petitividad ya resulta insuficiente. Otra modalidad ha sido la de tener una tienda propia
donde vender parte de la producción. Esta tendencia se ha reforzado últimamente: doce
de los productores tenían tiendas, uno había hecho un acuerdo con un establecimiento
comercial y los dos últimos querían abrir una. Otra forma de comercialización es por ca-
tálogo. Tres talleres grandes han empezado a hacer catálogos con fotos de su colección,
para mandar a posibles clientes en todo el país y esto parece haber tenido un impacto
positivo en sus ventas. Así, aunque Moroleón sigue siendo un centro de distribución de
ropa, la crisis actual ha obligado a los productores a buscar nuevos métodos de venta.

LAS ORGANIZACIONES INDUSTRIALES.

Se puede decir que las organizaciones empresariales no están muy desarrolladas en


Moroleón. El financiamiento es el área mas consolidada, pero las demás iniciativas están
apenas en cierne. Las experiencias de ciudades industriales en Italia y Brasil muestran
que la organización ha tenido un papel decisivo en el desarrollo de la competitividad de
la industria. En este sentido se podría decir que dada la creciente competencia a la que
se enfrentan los productores de Moroleón es de suma importancia el fortalecimiento de
sus organizaciones industriales.

LAS POSIBILIDADES DE EXPORTACIÓN.

Hasta ahora muy pocas empresas de Moroleón han logrado exportar. La exporta-
ción ha sido el resultado de algún contacto casual por algún importador norteamericano
o canadiense. Las investigaciones preliminares del Tianquiztli han mostrado que los nor-
teamericanos están dispuestos a comprar grandes cantidades de artículos pero a precio
bajo. La mayoría de los talleres tiene una capacidad instalada pequeña y un nivel de cos-
tos alto, lo que hace difícil cumplir con esas condiciones del mercado estadounidense. Al

223
Moroleón, sus inicios... y 200 años de laboriosidad compartida.

mismo tiempo, el consumidor norteamericano es exigente: quiere buena calidad a precio


reducido y prefiere las fibras naturales a las sintéticas. Esto hace que el nivel general de
diseño, calidad y materias primas sea problemático en Moroleón respecto a una de las
demandas internacionales más importantes como es la de Estados Unidos.
En Moroleón no existen empresas comercializadoras que tengan como objetivo
exportar la mercancía de otros, este tipo de empresas ha jugado un papel decisivo en
el desarrollo de las manufacturas de las ciudades italianas y brasileñas (Schmitz, 1993).
Una alternativa sería establecer una estructura de ventas en Estados Unidos o Canadá,
pero es una opción muy costosa.
También hay que pensar que no siempre, ni en todos los casos, la internacionaliza-
ción de la producción ha sido una ventaja. Empezar a trabajar un nuevo mercado exige
recursos y tiempo, quizá todo el tiempo, con lo cual se descuidan otros factores. En la
actualidad existen ejemplos de empresas sanas que quebraron, como consecuencia de
compromisos mal planeados en el extranjero (Jenster, 1994). A corto plazo las posibilida-
des de exportar parecen poco favorables y el TLC puede resultar un arma de doble filo.

CONCLUSIÓN.

Como se ha visto, diversos factores han tenido importancia en el desarrollo de la


industria de Moroleón. El más importante parece haber sido que la agricultura casi nun-
ca ha sido la base económica de la población. Esto se puede deber a que Moroleón es una
población relativamente joven, donde no se suscitó una cultura agrícola intensa. En Mo-
roleón se desarrollo y fortaleció una cultura artesanal-industrial que, junto al comercio,
fueron las que llegaron a organizar y definir la vida económica local. La organización
industrial se ha basado en la existencia de un gran número de talleres fundamentalmen-
te familiares. Esta raigambre familiar ha fortalecido su crecimiento ya que invertir en la
empresa ha sido, al mismo tiempo, invertir en el futuro de la familia.
El artículo ha buscado presentar las razones por las que el acelerado crecimiento
de la industria del suéter en Moroleón durante la década de los 80 se detuvo en los 90 y
discutir las consecuencias de este cambio. La protección del mercado nacional hasta los
años 80 fue un factor muy importante para el crecimiento de la industria. Los produc-

224
Complementos.

tores habían encontrado un nicho en el mercado nacional y podía producir sin mucha
competencia. Durante la fase del proteccionismo los talleres tendieron a crecer y a inte-
grar procesos.
El cambio se inicio a fines de la década de los 80 con la apertura al comercio inte-
rior, lo que dio lugar a un ambiente comercial muy competitivo. En consecuencia se ha
suscitado un notable decrecimiento de la producción y del número de empleados durante
los últimos años. También ha habido cambios en la forma de producir: ahora es necesa-
rio hacer más y mejores diseños, usar materias primas y tecnología más modernas y, en
algunos casos, poner en marcha mecanismos de cooperación comercial entre los talleres.
El carácter integrado de los talleres parece haber dificultado la búsqueda de formas dis-
tintas de organización industrial. Como punto de partida de este análisis se ha utilizado
el concepto de “distrito industrial”. Aunque Moroleón tiene varias similitudes con lo que
podríamos considerar el “distrito ideal”, también hay algunos puntos divergentes.
Sin duda la producción de suéter en Moroleón puede ser definida como un ámbito
privilegiado de empresas pequeñas y medianas que operan dentro de un área restringi-
da y que manufacturan el mismo tipo de productos. Al mismo tiempo, existen ahí redes
de relaciones de intercambio de mercancías, información y mano de obra. También hay
mucha competencia entre los talleres aunque se observa la tendencia a un incremento
de la cooperación entre grupos de productores. A pesar de que no están plenamente
consolidadas, se han desarrollado una serie de instituciones que dan acceso a servicios
que los talleres no pueden conseguir de manera individual. Finalmente a partir de los
talleres se ha generado un “espíritu industrial” y un consenso positivo acerca del papel
de la industria en la vida de la ciudad. Pero en general, en Moroleón no existe ejemplo de
desintegración vertical comparables a los de otros espacios industriales similares.
Quizá Moroleón no sea un distrito industrial en algunos aspectos claves como la
alta competitividad o la homogeneidad de los talleres. Pero para el taller moroleonés
puede ser relativamente sencillo llegar a formar parte de un “distrito industrial” capaz
de responder a las exigencias industriales de hoy. Por lo anterior para un taller de suéter
es más fácil y posible operar en Moroleón que en cualquier otro lugar del país.

ULRIK VANGSTRUP.

225
Escudo de la Ciudad de Moroleón.
Realizado al óleo en 1954 por el pintor michoacano Guillermo Sánchez, según la idea sugerida
por Fray Fulgencio Villagómez. Durante el periodo presidencial de Don Manuel López Ber-
múdez, el Gobernador del Estado Lic. José Aguilar y Maya había solicitado a cada uno de los
Municipios el diseño de sus respectivos escudos.

DESCRIPCIÓN:
Tiene forma de escudete, dividido en cuarteles, demarcado en cruz color oro con 5 aspas cruces -en
las esquinas superiores- símbolos de trabajo y fortaleza.
En el cuartel superior izquierdo sobre campo oro -símbolo de realeza- la imagen del Señor de
Esquipulitas, Patrono de Moroleón, en color natural.
En el Cuartel superior derecho un paisaje del lugar; el primer caserío con el arroyo que cruza la
ciudad y el cerro prieto como fondo.
Cuartel inferior izquierdo un campo azul, el caduceo del dios griego Hermes, símbolo del comercio.
Cuartel inferior derecho sobre un campo dorado que representa la honradez y la unidad, una
hilandera con torno, rueca e hilo que simbolizan la actividad textil.
Coronan el escudete dos guías estilizadas de hojas y flores descendiendo hacia los flancos en color
oro que simbolizan hospitalidad y cobijo.

FUENTE: Orlando Sámano López, Sin fronteras. Inédito.


Documento que muestra la elevación a CIUDAD de la entonces Villa de Moroleón. El
documento original se encuentra en el Archivo General del Estado.
Periódico Oficial donde se publicó la Elevación a Ciudad de la Villa de Moroleón, tomado de
el original que se encuentra en el Archivo General del Estado.
Al Señor de Esquipulitas

Aunque venido de región lejana


no eres entre nosotros extranjero:
De Moroleón Tú fuiste, en su mañana,
Luz de alborada y su Amor Primero.

Hacia otra tierra te llevaba ufana


tu dulce caridad de misionero,
y te quedaste aquí, donde Quintana
forjaba un –pueblo corazón de acero–

Hoy como ayer, ante Tu Altar desflora


en pétalos de luz su amor en llamas
y en tu Santuario tu piedad implora

Eres su Rey: Con su fervor te aclama;


Eres su Dios; con humildad te adora
y porque le amas para siempre te ama.

P. Fray Nicolás Navarrete, O.S.A.


Bienvenida.
Fragmento del Poema por el Canónigo de la Catedral de
Morelia P. Ramón López Lara, originario de Moroleón.

Banderas y estandartes, Allá nació el Obispo;


repiques y clamores, de aquí fue el General
estruendos y cantares Congregación del Moro!
Huajuapan luce hoy. Huajuapan de León!

Recibe a su Prelado La tierra mixtecana


es tierra de valientes,
con los brazos abiertos
su gente es muy cristiana,
y más abierto el pecho
muy bien lo sabe Dios.
y aún más, el corazón.
Por eso es Obispado,
por eso se engalana
La mixteca te recibe lanzando sus clamores
cual gracia venida de Dios y cantos con amor.
de Morelia vas llegando
cual prenda desde Moroleón. La mixteca te recibe
cual gracia venida de Dios
Congregación del Moro de Morelia vas llegando
y Antonio de León cual prenda desde Moroleón.
un lauro conquistaron
Por eso es Moroleón! 19 de septiembre de 1978.
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- Zavala Bucio José Antonio, Puruándiro (lugar de aguas termales). Apuntes históricos, Antorcha,
2004.
ÍNDICE.

DEDICATORIA. 5
DESCRIPCIÓN DE LA PORTADA. 6
INTRODUCCIÓN. 7

CAPÍTULO I: CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO AMBIENTE.


I.1.- Localización y Límites. 13
I.2.- División Política. 13
I.3.- Geología. 14
I.4.- Orografía. 14
I.5.- Condiciones Edafológicas. 15
I.6.- Hidrografía. 16
I.7.- Condiciones Climatológicas. 17
I.8.- Flora. 17
I.9.- Fauna. 19

CAPÍTULO II: ASENTAMIENTOS HUMANOS.


II.1.- Demografía. 21
II.2.- Población Económicamente Activa. 21
II.3.- Características de la Vivienda. 22
II.4.- Servicios Básicos de la Vivienda. 22

CAPÍTULO III: ORGANIZACIÓN POLÍTICA MUNICIPAL.


Descripción General. 25

CAPÍTULO IV: SERVICIOS PÚBLICOS DE LA ADMINISTRACIÓN


BAJO LA DIRECCIÓN DE OFICIALÍA MAYOR.
IV.1.- Mercados. 31
IV.2.- Otros Servicios Municipales. 33

CAPÍTULO V: AREAS RECREATIVAS.


V.1.- Plazas. 35
V.2.- Parque Moroleón. 37
CAPÍTULO VI: EDUCACIÓN. Planteles y Cantidad de Alumnos.
VI.1.- Educación Básica. 39
VI.2.- Nivel Medio. 41
VI.3.- Nivel Medio Superior. 42
VI.4.- Nivel Superior. 42
VI.5.- Bibliotecas. 42
VI.6.- Casa de la Cultura. 43

CAPÍTULO VII: ACTIVIDADES DEPORTIVAS.


VII.1.- Unidades Deportivas. 47
VII.2.- Práctica del Futbol. 48
VII.3.- Práctica del Beisbol. 48
VII.4.- Práctica del Basquetbol. 49
VII.5.- Charrería. 50

CAPÍTULO VIII: SALUD PÚBLICA.


VIII.1.- IMSS. 53
VIII.2.- Servicios del ISSSTE. 54
VIII.3.- CAISES (Antes Servicios de Salubridad). 54
VIII.4.- DIF (Desarrollo Integral de la Familia). 55
VIII.5.- ISSEG. 56
VIII.6.- Hogar para Ancianos Santa Mónica. 56
VIII.7.- Ciudad de los Niños. 57
VIII.8.- Cruz Roja. 57

CAPÍTULO IX: COMUNICACIONES Y TRANSPORTE.


IX.1.- Medios de Comunicación. 59
IX.2.- Medios de Transporte. 59

CAPÍTULO X: ACTIVIDADES ECONÓMICAS.


X.1.- Industria y Comercio. 61
X.2.- Agricultura. 62
X.3.- Ganadería. 63
X.4.- Minería. 63
X.5.- Otras Posibilidades de Desarrollo. 63
X.6.- Otras Opciones Económicas y de Salud. 66

CAPÍTULO XI: MONUMENTOS HISTÓRICOS Y ARQUITECTÓNICOS.


XI.1.- Templo del Señor de Esquipulitas. 67
XI.2.- Portalería del Centro Histórico. 71
XI.3.- Monumentos. 75
XI.4.- Casas Antiguas o en Restauración. 77
XI.5.- Otros Templos y Capillas en la Ciudad y en el Municipio. 79

CAPÍTULO XII: ACTIVIDADES SOCIALES.


Centros de Reunión de Antaño. 83
Fiestas Tradicionales. 85

SÍNTESIS HISTÓRICA. 91

CAPÍTULO XIII
XIII.1.- El Territorio de Moroleón en la Época Prehispánica. 93
XIII.2.- Antecedentes de la Cultura Purépecha-Chichimeca. 93
XIII.3.- La Época de la Colonia Española. 95
XIII.4.- La Época de la Independencia de México. 97
XIII.5.- México Independiente y la Creación de Moro-León como Pueblo. 97
XIII.6.- Muerte del M.R.P. Fray Francisco Quintana. 101
XIII.7.- El Cambio de Nombre a Moro-León. 101
XIII.8.- La Etapa del Gobierno de Don Porfirio Díaz. 107
XIII.9.- Época de la Revolución Mexicana. 108
XIII.10.- Episodios de la Revolución en Moroleón. 109
XIII.11.- Rebeldes de la Revolución en la Región. 111
XIII.12.- El Periodo posterior a la Revolución. Los Delahuertistas. 114
XIII.13.- El Desarrollo después de la Revolución. 115

CAPÍTULO XIV: PERSONAJES ILUSTRES FORJADORES DEL


MUNICIPIO DE MOROLEÓN. 121

CAPÍTULO XV: ENUMERACIÓN DE GOBERNANTES


DE MOROLEÓN. 127

CAPÍTULO XVI: CRONOLOGÍA DEL MUNICIPIO DE MOROLEÓN. 143

COMPLEMENTOS. 157

REFERENCIA AL PRIMER CENTENARIO DE MOROLEÓN. 159

FOTO DE LA REINA DEL PRIMER CENTENARIO. 161

PRESENTACIÓN DEL PRIMER COMPLEMENTO. 165


UNA TRADICIÓN DE MI PUEBLO: LA ARTESANÍA DEL REBOZO,
por Maestro Nicolás Ruiz Rodríguez. 167

PRESENTACIÓN DEL SEGUNDO COMPLEMENTO. 181

TOMÁS MORENO, VIDA Y TIEMPO DE UN HÉROE LIBERAL.


por Maestro Artemio Guzmán López. 183

PRESENTACIÓN DEL TERCER COMPLEMENTO. 203

MOROLEÓN, LA PEQUEÑA CIUDAD DE LA GRAN INDUSTRIA.


por el Investigador Ulrik Vangstrup. 205

ESCUDO DE LA CIUDAD DE MOROLEÓN. 227

DOCUMENTO DE ELEVACIÓN A CIUDAD DE LA ENTONCES


VILLA DE MOROLEÓN. 229

POESÍAS. 233

BIBLIOGRAFÍA. 237

ÍNDICE. 239

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