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Teatro Antuanet

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UNIDAD DIDACTICA: CULTURA ARTISTICA

DOCENTE: AIDER

ALUMNA: Antuanet PEREZ FERMIN

SEMESTRE: II
LA OROYA – PERÚ

2018
¿Qué es el teatro?, su historia y origen

El teatro es un tipo de espectáculo que ha acompañado a la


civilización humana desde tiempos muy antiguos. Un tipo de
representación artística que siempre ha sido del gusto de todos
en sus diferentes variedades. En este artículo
de CurioSfera.com queremos explicarte qué es el teatro:
su definición, significado y concepto. Del mismo modo, te
mostramos como ha sido su historia y evolución, todos
los tipos de teatro que existen y también cómo es el edificio en
el que se realiza.

¿Qué es el teatro?
El significado de teatro es un término procedente de la palabra
griega theatrón (θέατρον). Una traducción válida en español
sería “lugar o sitio para la contemplación”.

La definición de teatro es que es uno de los componentes de


las Artes escénicas y vinculado con la actuación. En su desarrollo
intervienen actores que reproducen una historia ante el público
mediante la palabra, el canto, gestualidad, música, escenografía
y sonidos.

Del mismo modo, también se utiliza la denominación o concepto


de teatro para referirse al género literario que abarca a las obras
y textos escritos para ser representados ante unos espectadores
en vivo o mediante una grabación o retransmisión televisiva.

También se conoce como teatro al edificio o instalación donde


se representan tradicionalmente las obras de teatro. También
se incluyen en este ámbito espectáculos como el ballet, la ópera,
monólogos o la pantomima.

Origen del teatro


Casi todos los estudios coinciden en que los primeros indicios
del origen del teatro, o algo parecido, se encuentran en las
primitivas ceremonias y rituales relacionados con la caza. Del
mismo modo, tras la recolecta de la cosecha, se realizaban ritos
de agradecimiento con música, cantos y danza.

Gran parte de estos rituales, se convirtieron en verdaderos


espectáculos en los que se expresaban espiritualidad y se rendía
devoción y culto a los dioses. Este tipo de manifestaciones
litúrgicas o sagradas son un elemento fundamental para
el nacimiento del teatro en todas las civilizaciones.

Hace miles de años, en Mesopotamia y en África, existían


poblados y tribus que tenían un gran sentido de la mímica, los
sonidos y el ritmo. Contaban con gran facilidad para imitar a los
animales y contar grandes historias sobre sus cacerías.

En las noches, alrededor de un fuego, se explicaban increíbles


historias que poco a poco fueron acompañadas de cierta
música con tambores, canciones y disfraces. También sucedía
algo similar con celebraciones y ritos religiosos, que se
convirtieron en verdaderos espectáculos.
Pero los historiadores se preguntan si realmente se puede
considerar a estas prácticas como teatro, ya que por lo general
tenían una gran carga religiosa. Otros, en cambio, consideran que
como mínimo, son lo más parecido a los orígenes del teatro de
los que se tiene constancia.

Por tanto, si bien no se puede considerar estas prácticas como


teatro, si se puede considerar que son los primeros indicios del
origen del teatro.

Una vez dicho esto, a las preguntas ¿dónde nació el


teatro? y ¿quién inventó el teatro? La respuesta es que el
teatro nació en la antigua Grecia entre los siglos V y VI a.C.
Concretamente en su capital, Atenas.

Los ciudadanos atenienses realizaban ceremonias en honor al


dios de la vegetación y del vino Dionisio. Estos ritos
evolucionaron poco a poco hasta convertirse en teatro.
Siendo así en uno de los mayores avances culturales de la
civilización griega. Tanto que, en cada nueva ciudad o colonia,
era imperativo la construcción de un edificio para el teatro.
Historia del teatro y su evolución
A lo largo de la historia del teatro hasta la actualidad, siempre
ha estado en constante evolución. Por lo tanto, es evidente que
han existido diversos tipos de teatro. Todos ellos con
características y variedades distintivas que los diferencian entre
ellos. Vamos a realizar un recorrido por el tiempo para ver cómo
ha sido la historia del teatro ver a continuación los principales:

Teatro Antiguo Egipto

En tiempos del antiguo Egipto, hacia el año 2000 a.C., se tiene


constancia de la realización de una especie de representaciones
dramáticas sobre la muerte y posterior resurrección del dios
Osiris.

En este tipo de “espectáculos” religiosos se empleaban actores


provistos con máscaras para que la dramatización fuera más
creíble. Pero como hemos comentado anteriormente, los expertos
coinciden que esto no se puede considerar aún teatro.

Teatro Griego
Se considera que en la Antigua Grecia nació el teatro. En lo
que se puede considerar los inicios del teatro, se realizaban
ritos en las fiestas dedicadas al dios Dionisio. Se puede afirmar
pues que el nacimiento del teatro fue Atenas. En dichas
actuaciones, se escenificaba diferentes capítulos de la vida de los
dioses griegos con cánticos (Ditirambos) y danzas.

Más adelante surgieron las primeras representaciones


dramáticas, que se realizaban en las plazas públicas de los
pueblos. Dichas obras tenían un único actor acompañado por un
coro.

Acabando el siglo VI a.C, el intérprete y poeta Tespis, consiguió


tener una popularidad enorme en toda Grecia. Tanto fue así, que
hoy en día en su honor, se emplea el término “carro de Tespis”
para denominar a todo el ámbito del teatro.

Máscaras de teatro griego. Alegre para la comedia y triste para la


tragedia
El teatro griego es el resultado del perfeccionamiento de las
ceremonias y artes griegas. Como, por ejemplo, la festividad de
la vendimia, en la que los muchachos cantaban y bailaban
mientras peregrinaban al templo del Dios Dionisios para dejar en
ofrenda ejemplares de las mejores vides. Con el tiempo, se
decidió que el chico más adecuado fuese nombrado como maestro
del coro o Corifeo. Del mismo modo, surgieron el rapsoda y el
bardo, que se dedicaban a recitar.

Durante el transcurso del siglo V a. C., en plena Grecia clásica,


aparecieron dos modelos de teatro: la comedia la tragedia.
Sófocles y Esquilo, dos dramaturgos de la época, incluyeron como
novedad un segundo y tercer actor. Esto supuso un aumento en
la complejidad de la ejecución de las obras teatrales, por lo que
fue necesario disponer de mayores escenarios.

Por este motivo, se comenzaron a construir teatros cada vez más


grandes. Actualmente todavía se conserva en bastante buen
estado el teatro de Epidural, del siglo V a. C. Este recinto tenía
una capacidad de 12.000 personas, todo un logro en aquella
época. A continuación, puedes ver una foto del mismo.

También se conserva las ruinas del teatro de Dioniso, en la


capital griega (Atenas), del siglo IV A.C. De esta edificación, llama
la atención que para su construcción se aprovechó la inclinación
de la ladera de una montaña. La grada para los espectadores
tenía una forma semicircular rodeando a los músicos y el
escenario. Este teatro dispone de una acústica que muy pocos
teatros modernos pueden igualar.

Justo detrás de los músicos existía un edificio llamo skené, que


era el espacio donde los actores se cambiaban de vestuario.
Delante se erigía un muro con columnas (el proscenio), dónde se
colocaban pinturas que evocaban la acción representadas a modo
de decorados.

El teatro griego contaba con 4 formatos principales:

1. El drama satírico
2. La tragedia
3. EL mimo
4. La comedia

Los dos primeros formatos se consideraban adecuadas para un


público adulto. Mientras que las dos últimas eran consideradas
algo más “primitivas” y adecuadas para el público infantil.

Los actores del teatro, que eran todos hombres, vestían con un
vestuario al uso pero utilizaban unas máscaras para poder
caracterizarse del personaje en cuestión que tuviera que
interpretar.

La Tragedia Griega

Dentro del teatro griego, la tragedia es una obra


dramática capaz de causar pena y conmover al público y tiene
un final fatídico. En este tipo de género teatral despuntaron
dramaturgos griegos como Sófocles, Eurípides o Esquilo.
Las principales características de la tragedia griega son:

 Las representaciones son pomposas, se estructuran en


varias escenas o episodios y están escritas en verso. Rara
vez se puede ver a más de 3 actores interpretando a la
vez sombre el escenario y se acompañan por los cantos
de un coro.
 Las tragedias son historias que mayoritariamente se
apoyan en antiguos relatos o mitos. Pero el objetivo final
no era simplemente volver a contar una historia de una
manera distinta. Los autores se tomaban muchas
libertades para reinterpretar el original y enfatizaban en
el carácter de los protagonistas, las consecuencias de las
acciones individuales o de la sociedad en general.
 Normalmente eran representaciones sin mucha acción.
Los acontecimientos transcurrían mediante los cánticos
del coro y los diálogos de los actores.

La Comedia Griega

La comedia Griega se popularizó a mediados del siglo V a.C. Las


comedias más añejas que se tiene constancia y que han llegado
hasta nuestros días son las del autor Aristófanes. Cuentan con
una cuidada estructura inspirada en los ritos sobre la fertilidad
ancestrales.

Su jocosidad o humor se basaba en la ejecución de sátiras sobre


personajes públicos o populares. También se realizaban parodias
y chistes que incluso podían llegar a ofender a los dioses. Ya en
el siglo IV a.C. se puede considerar que el formato de la comedia
superaba con creces en número de seguidores a la tragedia.

Más adelante, surgió una variante de la comedia que recibía el


nombre de “comedia nueva “. El autor de las comedias nuevas
que más destacó fue Menandro. En sus obras el guion trata sobre
embrollos o enredos sobre el dinero, la familia o el amor. Existían
una serie de personajes habituales, que incluso existen en la
actualidad, como lo es la suegra metomentodo.

Teatro Romano

Se puede afirmar que el teatro romano emergió fuertemente en


siglo III a.C. Pese a que en principio las obras teatrales tenían un
fuerte vínculo con los festivales religiosos, no pasó mucho tiempo
para que esta espiritualidad teatral se desvaneciera. Esto fue así
debido al incremento de festejos y festivales, por lo que el teatro
se fue convirtiendo cada vez más en un entretenimiento del
pueblo.

Una vez dicho esto, es lógico que la forma teatral más demandada
y que más gustaba al público popular era la comedia. Los grandes
escritores Plauto y Terencio (siglo II a.C.), marcaron una gran
época dentro de las obras teatrales romanas. Por norma general,
eran adaptaciones de obras de la nueva comedia griega.

En la trama de estas obras, abundaba la intriga y en muchas


ocasiones se intentaba también aportar cierto valor educativo.
Estas representaciones gustaban mucho al público, ya que eran
muy dinámicas y contaban con muchos fragmentos que eran
cantados. Salvando las distancias, algo parecido al teatro musical
actual.

A este primer periodo se le denomina teatro romano clásico,


ya que incluye el teatro realizado en Roma y Grecia, es decir, las
civilizaciones clásicas. Del mismo modo, las obras de teatro se
escribían en las lenguas clásicas, latín y griego.
Pero con la finalización del siglo II d.C., llegó la decadencia del
teatro literario romano. Otros entretenimientos y espectáculos
más populares pasaron por delante de él. Además, la emergente
Iglesia cristiana fue muy crítica con el teatro romano. Entre otros
motivos, las actrices y actores gozaban de una mala fama de
inmorales, ya que hacían sátiras a los creyentes cristianos.

En el 476 d.C. coincidiendo con la definitiva caída del Imperio


romano, el teatro clásico prácticamente desapareció en
Occidente. Tuvieron que pasar 450 años para que el teatro
surgiera de nuevo de la mano de algunos artistas populares,
denominados trovadores y juglares.

¿Cómo eran los teatros romanos?

Hablando de los edificios, los teatros romanos tenían muchas


características similares a la de los teatros griegos, aunque bien
es cierto que contaban con algunas diferencias.
Inicialmente fueros construidos con madera y
posteriormente en piedra.

Pompeyo construyó en Roma, en el 55 a.C., un teatro de piedra


y lujoso mármol que llevaba su nombre. Sus dimensiones eran
descomunales, ya que no solo era un teatro, era todo un complejo
destinado a estas representaciones.
A diferencia de sus modelos helénicos, Se edificaban en suelo
plano. Contaban con diversas plantas construidas en
mampostería. Buscando mejorar aún más la acústica del
recinto teatral, los arquitectos disminuyeron la orquesta a un
semicírculo, y las representaciones se hacían ahora sobre una
superficie algo elevada (pulpitum). Este fue el origen de los
actuales escenarios.

Las fachadas de los teatros, denominadas frons scaenae,


contaban con varios pisos y hacía las veces de escenario. Las
gradas donde se ubicaba a los espectadores (cávea) constaba de
tres partes bien diferenciadas: la Ima, la media y la suma.

La primera zona era la inferior y en ella se ubicaban a la clase


dirigente y a los senadores. En la zona media se sentaban el
pueblo llano. La suma o parte superior se destinaba para los
esclavos y para las mujeres. Al igual que en algunos circos
romanos, el graderío se podía cubrir con un velum a modo de
gigantesco toldo para proteger del sol.

Teatro Oriental
Las representaciones teatrales en el continente asiático se
remontan a más de 2000 años. Concretamente en China se
realizaban escenificaciones de poemas ante un grupo de refinados
espectadores.

En la India, en el siglo IV a.C., existía un tipo de poema épico-


mitológico, el Mahabhárata. A través de algunos de ellos se
puede saber la existencia de una especie o tipo de
interpretaciones teatrales de carácter religioso muy remotas.

En Japón, la evolución del teatro, llamado en español “Nō” derivó


en el denominado teatro kabuki. Este último se fundamenta en
la priorización de los sentidos sobre el intelecto. Por este motivo
fue el más apreciado y popular entre el pueblo. Fue declarado
patrimonio de la humanidad por la UNESCO (ver noticia).

En el teatro oriental, el de China, India, Japón y en general el del


Sureste asiático, cuenta con unas características comunes que
claramente lo diferencian del teatro occidental pos renacentista.

El teatro en Asia tiene un fuerte componente teatral


presentaciones, ya que el objetivo es fabricar una ilusión a través
de la réplica o repetición de una realidad social. Pese a que,
naturalmente, en función de cada país el arte teatral es diferente,
suelen ser obras que unifican la mayoría de las artes. Como, por
ejemplo, danza, literatura, interpretación, espectáculo y música.

Por tanto, y en líneas generales, el teatro oriental antiguo se


caracterizaba por la ritualidad y el simbolismo.
Precisamente estos dos conceptos, hicieron que la danza y la
música gozara de especial protagonismo. Vamos a verlos con más
detalle:

Teatro Chino
Se puede afirmar que el teatro chino tradicional tal y como lo
conoceos hoy, comenzó su singladura durante el siglo XIV. En sus
inicios contaba con protocolos muy escrupulosas y era
excesivamente literario.

Pero desde inicios del siglo XIX, ha ido evolucionando


constantemente. Ha sido muy influenciado por la ópera de
Pekín, que es como se denomina al arte escénico que integra la
recitación, el canto, las artes marciales y la actuación teatral.

Por este motivo, en todas las representaciones que se realizaban


a lo largo de todo el territorio chino, se otorgaba más importancia
al canto, la danza, las acrobacias y la interpretación que al texto
propiamente dicho.

En este tipo de teatro se hace especial énfasis a la destreza de


los actores. Normalmente, la trama suele ser bastante oscura.
Los escenarios son minimalistas, es decir, con los elementos
justos e imprescindibles. El maquillaje de los actores es muy
elaborado y caricaturesco, y éstos se mueven con acciones muy
estilizadas.

Teatro Indio
El teatro indio emergió durante los siglos IV y V a.C. Las obras,
que eran épicas y complejas, se estructuraban sobre la base de
nueve conceptos o rasas. El nudo principal de las obras trataba
sobre cuestiones espirituales.

Los escenarios contaban con una decoración muy cuidadosa, pero


en cambio no se aplicaban técnicas representacionales. Existían
estrictos códigos para las canciones, la recitación y todos los
movimientos de los actores. El teatro Kathakali (teatro bailado) y
el teatro de marionetas han sido siempre muy valorados a lo
largo de la historia en este país.

Precisamente este último tipo de teatro, el de marionetas,


dominaban muchas partes del Sureste asiático. En especial el
de marionetas de sombras, denominado wayang kulit. Tanto
es así que, en algunos lugares, como en java, los actores estudian
minuciosamente los movimientos de dichas marionetas para
imitarlos en las representaciones.

Teatro Japonés
Es posible que el arte teatral más complejo de Asia sea el
teatro japonés. Como hemos comentado con anterioridad, los dos
tipos o géneros más populares son el Nō y el teatro kabuki.

El primero se puede considerar el teatro clásico japonés por


antonomasia. Mediante el relato de una historia o hecho, intenta
rememorar un ánimo. En este género escénico se cuida
escrupulosamente la síntesis entre música, danza y teatro. Este
arte escénico nipón está estrechamente vinculado al budismo
Zen. El apogeo del nō se produjo principalmente durante el siglo
XV.

En cambio, el teatro kabuki tiene su origen en el siglo XVI y ha


gozado de mucha más popular que su predecesor. También son
dignos de destacar otros géneros teatrales propios del país del
sol naciente:

1. El bugaku, que es un delicado teatro bailado


2. El bunraku, un teatro de muñecos o marionetas casi de
tamaño real.

Como resumen, cabe destacar que estas formas de expresión


teatral niponas son tremendamente bellas, elegantes y refinadas.
Como ejemplo basto con ver los decorados y el vestuario muy
bien elaborados, incluyendo los populares abanicos japoneses.
Quizá quieras conocer la historia del abanico.

Estos dos tipos de teatro que hemos descrito, se basan sobre


todo en la tradición, la danza y los rituales, valores que no
se tienen en tanta consideración en el teatro occidental.

Teatro Prehispánico

En las civilizaciones prehispánicas americanas el teatro llegó a


tener una tremenda importancia. Desafortunadamente se tienen
muy pocas evidencias de cómo eran las manifestaciones
artísticas escénicas de las civilizaciones precolombinas.
Pero sí se conoce que tenían un elevado carácter religioso.

Cabe destacar en este aspecto el pueblo maya, dónde las


escenificaciones artísticas y religiosas eran muy habituales.
Afortunadamente, se conserva un escrito maya descubierto en
1850 de carácter dramático: el Rabinal-Achi.

Esta obra describe el feroz combate entre dos legendarios


guerreros que luchas hasta la muerte en una batalla ceremonial.
En su representación entran en juego elementos como la música,
el vestuario, la expresión corporal y la danza.

Del mismo modo, el teatro Maya estaba también estrechamente


relacionado con los ciclos agrícolas y a la grandiosidad de sus
hitos históricos.

En cambio, el teatro Azteca y el teatro Inca, eran un reflejo de


cómo estaban organizadas estas civilizaciones. Eran pueblos
regidos por la teocracia (un gobierno que obedecía las órdenes
de los dioses). Por lo que sus actividades teatrales tenían un claro
aspecto religioso y bélico.

Teatro Poscolonial

A partir de la llegada de los españoles al continente americano,


el teatro que se practicaba se basaba y seguían casi en su
totalidad el modelo que se realizaba en España.

Hay que esperar hasta bien entrado el siglo XX para que el teatro
latinoamericano consiga su propia personalidad. Es en este
periodo cuando comienza a tratar temas nativos y prioriza los
intereses del público al que va dirigido.

Se priorizan obras teatrales que hagan referencia a realidades


sociales y a los orígenes históricos. Un movimiento que fue
denominado como “Nuestra América”.

Países como Chile, Uruguay o Argentina, desarrollaron


experimentos teatrales independientes tomando como base el
Teatro del Pueblo. El teatro Mexicano también destacó en este
aspecto.

Otro movimiento destacable fue el llamado teatro campesino,


impulsado en 1965 por Luis Valdés tras una importante huelga
laboral.
Compañías teatrales como La Candelaria o Rajatabla impulsaron
un tipo de teatro que sirviera como elemento de denuncia de la
realidad social. Pero sin olvidar, naturalmente, el componente
estético y conceptual del espectáculo.

Teatro Medieval

Tras siglos desde el declive del teatro romano, el resurgimiento


del teatro en Occidente debe dar las gracias al clero, que lo
utilizaba como una herramienta para la enseñanza de la
doctrina cristiana.

De este modo, en el siglo XI, era habitual ver en las iglesias


representaciones que trataban los mensajes bíblicos y moralistas
con el objetivo de adoctrinar de una manera muy sencilla y
entendible para el pueblo llano.

Debes saber que la gran parte de los fieles eran personas


analfabetas y sin cultura; artesanos y campesinos sin ninguna
cultura ni formación. Además, las misas se realizaban en latín.
Pero poco a poco a partir de los siglos XIII y XIV se fue
reemplazando por la lengua autóctona.

En estas representaciones recibían el nombre de tropos. Se


podía explicar, por ejemplo, la muerte y resurrección de
Jesús, las buenaventuras o cualquier otro pasaje de la Biblia.
Tenían lugar en el interior de las iglesias, en la parte central o en
la parte del coro: Cada vez eran más elaboradas y espectaculares
y de mayor duración. Por lo que acabaron dando lugar a cierto
tipo de teatro religioso cristiano y, por ende, en el teatro
medieval.

Con el paso de los años, se incorporaron algunos elementos un


tanto cómicos o profanos. Tanto fue así, que llegó un punto que,
por moralidad, ya no se podían representar en el interior de los
edificios eclesiásticos. Pasaron entonces a realizarse en sitios
públicos como plazas, pórticos y calles.

Teatro Medieval profano

Llegado el siglo XIV, el teatro se independizó del estilo litúrgico y


eclesiástico para realizarse en otros lugares fuera de las iglesias.
Evolucionó en una especie de ciclos que contaban con muchos
dramas. Algunos historiadores expertos creen que eran parecidos
a los dramas litúrgicos, estos ciclos nacieron de una forma
totalmente independiente.

Estas obras se producían por toda una corporación cada 4 o 5


años. Estas representaciones podían tener una duración de entre
2 días hasta casi un mes. La producción de todas y cada una de
estas obras era labor de un gremio laboral que procuraba que la
obra tuviese relación con su trabajo. De este modo, los miembros
del gremio del comercio, podían escenificar el pasaje de los
mercaderes, por ejemplo.

Durante el siglo XV, aparecieron un tipo de obras del tipo


farsas, folclóricas o dramas pastorales que entretenían al
pueblo llano. Estas obras se denominaban autos. Pese a que
éstos no tuvieran personajes ni una trama cristiana, los autos se
diferenciaban de los ciclos religiosos principalmente en que no
hacían referencia a pasajes bíblicos. Los autos se representaban
por “actores” profesionales como los juglares o trovadores.
Teatro Renacentista

La aparición del Renacimiento en Italia trajo unas influencias


determinantes en la evolución del teatro. Apareció un tipo de
manifestación dramática con un alto componente cultural, basada
en los patrones clásicos y para las más altas clases aristocráticas.

El teatro renacentista se generalizó durante todo el siglo XVI.


Comportó la edificación de recintos con salas cubiertas para la
realización de las obras de teatro y bien dotadas con las mejores
comodidades de la época.

Teatro Italiano
No es hasta el siglo XV que se tiene constancia del teatro
renacentista en Italia. Pese a que las primeras obras estaban
escritas en latín, pronto se fueron escribiendo en el idioma
materno y, por lo general, trataban sobre temas clásicos.

Este género teatral no es una evolución resultante de los modelos


religiosos, tampoco de los tipos dramáticos populares. Era un tipo
de teatro con un proceso meramente académico. Eran obras que
se escribían principalmente para ser leídas, ya sea con fines
didácticos o por varios lectores para los espectadores.

También se desarrolló en Italia durante este periodo un tipo de


teatro popular, la commedia dell’arte (comedia del arte). Su
característica principal es que priorizaba la total libertad del actor
para improvisar, lo que supuso un enorme progreso en la técnica
interpretativa.

El teatro Olímpico de Vicenza es considerado uno de los


primeros teatros modernos de Italia. Fue diseñado por el
prestigioso arquitecto italiano Andrea Palladio y su construcción
se finalizó en 1585. En cuanto a su estructura, se podría decir
que era una evolución de los antiguos teatros romanos. Detrás
del escenario, se podía tener una vista de las calles de la
población.

Pese a ello, el teatro Farnese de Parma, es considerado el


referente principal del modelo clásico del teatro italiano.
Levantado en 1618, su estructura contaba con un escenario,
encuadrado con arco proscenio y separado de los asientos de los
espectadores por un telón. También disponía de una platea con
forma de herradura que estaba rodeada por diversos pisos de
galerías.

Teatro Isabelino

A finales del siglo XVI y en el periodo de reinado de Isabel I,


fue cuando el teatro renacentista inglés evolucionó. En
aquellos años, lo habitual era crear obras que eran tragedias de
marcado carácter neoclásico y que se interpretaban
mayoritariamente en las universidades. No obstante, gran parte
de los poetas de la época isabelina ignoraban el neoclasicismo o
lo empleaban solo en casos puntuales a conveniencia.

Al contrario que el teatro que se realizaba en el resto del


continente europeo, escrito con la intención de representarse
ante las clases altas, el teatro renacentista inglés se cimentaba
en fórmulas populares, en el antiguo teatro medieval, y en los
gustos y reivindicaciones del gran público en general.

Influenciados por la constante evolución de la lengua, y a los


cambios económicos y político del momento, dramaturgos
como Christopher Marlowe y Thomas Kyd apadrinaron el
nacimiento de un teatro épico, dinámico y sin barreras. Este
fenómeno fue culminado con la compleja y variada obra del
escritor más grande del teatro inglés, William Shakespeare.

Los teatros construidos en Inglaterra durante el periodo de Isabel


I eran muy distintos al resto de Europa. Teniendo en cuenta que
las obras de teatro se representaban principalmente en los meses
con mejor climatología, los teatros eran al aire libre y de
forma circular.
Por tanto, si estar provistos de techo y construidos básicamente
con madera, su rasgo diferencial más importante era la ubicación
del escenario. Era de forma rectangular y en una posición
elevada. En torno a él, los espectadores lo rodeaban por tres de
los cuatro lados y los puestos elevados estaban reservados para
las clases altas o la nobleza. Entre todos los teatros de esta época
destaca The Globe, teatro londinense en el que Shakespeare
representaba sus obras.

Teatro Español
En España, el denominado Siglo de Oro del teatro fue el siglo
XVII. Sin duda, uno de los periodos más prolíferos del teatro
universal. Aunque bien es cierto que esta denominación creó
cierta controversia en algunos países europeos. Grandes autores
del denominado Siglo de Oro español son Miguel de
Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de
Molina.

Abundan las nuevas obras, los autores y las compañías


teatrales. El teatro ya no es un espectáculo reservado para las
altas esferas, se democratiza y deja de estar sujeto a la ley de la
oferta y la demanda. El desarrollo de este nuevo estilo y forma
de entender el teatro provocó un gran debate en la época.

En el mismo periodo del teatro Isabelino en Inglaterra, siglos XVI


y XVII, en España se construían edificaciones fijas para la
representación del teatro al aire libre que recibían el nombre
de Corrales de Comedias. Estas salas teatrales eran
gestionadas por las denominadas “hermandades”. Sin duda las
precursoras de lo que actualmente conocemos como los
empresarios del teatro. En España se han conservado hasta
nuestros días algunas de estas instalaciones (al contrario que en
Inglaterra).

Teatro Francés

En Francia, una especie de comedia parecida a la farsa era muy


popular a finales del siglo XVI. Tan aclamado era, que opuso gran
resistencia al establecimiento definitivo del drama renacentista.

Pero finalmente, la elevada influencia italiana consiguió


popularizar en Francia unas representaciones que recibieron el
nombre de ballets.

Se considera a Jean-Baptiste Poquelin (más conocido


como Molière) como el más grande dramaturgo francés de la
época. Sus comedias y farsas están indudablemente
influenciadas por la commedia dell’arte.
No obstante, aportan cuestiones sobre los errores y las
limitaciones del género humano. Del mismo modo, bastantes de
sus escritos están impregnados de una cierta angustia.

Molière también fue un actor cómico de reconocido talento. La


misión de su trabajo era cambiar el estilo caricaturesco y
pomposo que dominaba en aquel tiempo la escena francesa.

En aquellos años, en París, la capital del país galo, no había


edificios dedicados exclusivamente a las representaciones de
obras teatrales. Se empleaban para tal fin unas instalaciones que
originariamente fueron construidas para un juego de pelota.

Teatro Barroco y Neoclásico

Durante los siglos XVII (teatro barroco) y sobre todo del XVIII
(teatro neoclásico), se priorizaba un tipo de teatro a medida
para los actores. Es decir, los dramaturgos escribían obras
ajustándose al estilo o las preferencias de los intérpretes. Tanto
era así, que incluso se rescribieron grandes clásicos para
satisfacer los gustos o caprichos de los más famosos actores.
Cabe destacar que, en especial las obras de Shakespeare, se
alteraron de tal modo, que casi no se podía reconocer. Y no tan
solo para satisfacer a los intérpretes, también para cumplir los
ideales y estándares neoclásicos.

Por poner un par de ejemplo, a las obras de Romeo y Julieta o El


rey Lear, se les modificó el final trágico original por un final feliz.
Por tanto, se cambiaba totalmente la intención inicial del autor.

Durante los siglos XVII y XVIII se produjo un enorme


enriquecimiento respecto a la escenografía empleada en los
teatros. Debido a la recuperación parcial del drama clásico
francés, cuya norma era “acción, tiempo y lugar”, la
simultaneidad de los decorados se hizo totalmente innecesaria.
Esto propició el empleo de un solo decorado en cada acto, y en
poco tiempo se optó por cambiarlos entre acto y acto.

Años más tarde, la paulatina notoriedad de la ópera, que


precisaba disponer de varios montajes, colaboró al desarrollo y
evolución de mecanismos que otorgaran una apariencia de
realismo a acciones como: la simulación de vuelo o la
desaparición de escena de los actores.
En este aspecto, por ejemplo, unos mecanismos denominados
“glorias”, podían hacer que desde el techo del teatro pudieran
descender suavemente al escenario un pequeño grupo de actores
simulando ser ángeles.

Un claro exponente de esto es el mundialmente famoso teatro


de la Scala de Milán. Que fue finalizado en 1778 y que
representa todo un ejemplo de las enormes dimensiones que eran
necesarias para poder ubicar a todo el aparato escénico, la
tramoya y a los espectadores.

Teatro moderno
Durante buena parte del siglo XIX los conceptos escenográficos y
arquitectónicos del teatro no sufrieron prácticamente cambio
alguno. Pero arribando a finales del siglo las reclamaciones de
poder tener libertad creativa promovidas por los grandes autores
románticos derivaron a realizar un replanteamiento del este arte
dramático en todos aspectos.

Un buen ejemplo de ello fue la construcción en 1876 del


colosal teatro Festspielhaus de Bayreuth, en Baviera
(Alemania). Se erigió bajo las recomendaciones del famoso
compositor y dramaturgo Richard Wagner. Este teatro
supuso la primera escisión arquitectónica y conceptual con
modelos de teatros italianos.

Destacar su platea escalonada y disposición en abanico. Como en


los teatros actuales, la orquesta era ubicada en un foso justo
antes del escenario y durante las representaciones toda la zona
de asientos del público (auditorio) se oscurecía para resaltar lo
que estaba sucediendo sobre el escenario.

Tras la gran acogida de este tipo arquitectónico de teatro, en el


que la representación y la escenografía tenían el máximo
protagonismo posible, en los últimos 20 años del siglo XIX y los
primeros del siglo XX, muchos países lo acogieron y potenciaron.
Y todo ello gracias a grandes personajes, autores y directores
como, por ejemplo:

 El francés André Antoine (líder y precursor del


naturalismo)
 El germano Max Reinhardt (autor de espléndidos
montajes)
 El ruso Konstantín Stanislavski, actor y director que
ejerció una enorme influencia sobre el teatro moderno
gracias a sus revolucionarios métodos de interpretación.
 El británico Edward Gordon Craig, escenógrafo que en la
defendió la creación de escenarios más dúctiles y sencillos
a favor de un teatro más estilizado y poético.

Por todo ello, la irrupción del teatro moderno, se determinó


por su total y absoluta libertad en los planteamientos a través de
los diálogos. Se produjo una curiosa transformación del arte
teatral debido también, en parte, a los nuevos avances
tecnológicos.

Efectivamente, dentro del ámbito escenográfico y arquitectónico


se produjeron conceptos nunca antes vistos en el teatro. El
desarrollo y novedades en el ámbito de la iluminación y nuevos
sistemas mecánicos propiciaron que los escenarios tuvieran una
versatilidad, plasticidad y transformabilidad inaudita hasta la
fecha.

Teatro Romántico

A finales del siglo XVIII algunas ideas y conceptos filosóficos


fueron adquiriendo bastante notoriedad y finalmente terminaron
por cuajar y fusionarse a comienzos del siglo XIX, dando
nacimiento a un movimiento denominado romanticismo.
El romanticismo surgió en Alemania, algo curioso ya que el
país germano contaba con muy poca tradición teatral hasta antes
del siglo XVIII. Rápidamente se extendió a otro país y ya en
1820, el teatro Romántico imperaba en la mayor parte de las
naciones europeos.

En cuanto al teatro romántico español, destacar que se inspiró


en muchos de los grandes temas empleados en el medievo y
muestra a un personaje subyugado por pasiones de todo tipo,
buenas o malas. Se utilizan estructuras y formas del teatro
empleado durante el Siglo de Oro, pero eso sí, aprovechándose
de los efectos de iluminación y la nueva maquinaria escénica.

El gran referente es José Zorrilla, popularmente conocido por ser


el autor de la obra Don Juan Tenorio. En esta trama, la figura
del burlador es acogida por Zorrilla con gran libertad y en su
apasionado romanticismo procura que el seductor sea redimido
por el amor.

Esta obra de teatro posee tanto carisma, encanto y fuerza que,


desde su estreno hasta nuestros días, nunca ha dejado de
interpretarse. Incluso actualmente se realizan versiones en teatro
musical con una escenografía espectacular.

Teatro Burgués

Como hemos podido ver, durante el primer cuarto del siglo XIX,
tanto el romanticismo como el melodrama solían agregar un
cierto aire exótico, abarcando hechos extraordinarios o históricos
a la vez que simplificaban o idealizaban la elaboración del
personaje.

No obstante, en Inglaterra alrededor del año 1930, los elementos


estilísticos y las características ambos géneros teatrales antes
mencionados iniciaron a plasmar la vida diaria y las cuestiones
cuotidianas del momento: el teatro burgués.
En poco tiempo se pasó de la emoción y el espectáculo a la
representación de las situaciones diarias del hogar.
Lógicamente, este tipo de cambios precisaban tener que adoptar
nuevas técnicas para realizar la puesta en escena. Precisamente
éstas serían las que facilitarían la evolución hacia la escenografía
moderna.

Como las obras teatrales representaban la vida del hogar, se


modificó el escenario con un concepto de caja. Un entorno
formado por tres paredes, y el espacio donde faltaba la cuarta era
el que estaba enfrente del público, para que este tuviera
constantemente una sensación de total inmersión en la escena.
Además, el atrezzo, mobiliario tridimensional y los accesorios en
general, sustituían ahora a los decorados utilizados con
anterioridad.

De este modo, los decorados ya no eran algo plano en el fondo


de la escena. Los actores interactuaban con él y actuaban como
si no fuesen observados por los espectadores. De hecho, se les
indicaba que debían ignorar su presencia.

En el teatro burgués los actores ya no adoptaban una pose irreal


y recitaban versos. En su lugar se construían escenas y actitudes
realistas, perfectamente identificables por la audiencia.

Del mismo modo, los autores de las obras utilizaban cada vez
más giros y expresiones empleadas en la cotidianidad de las
personas. También se fueron empleando decorados y vestuarios
más realistas y cercanos a la vida del público.

Asimismo, se produjo un cambio importante en la forma de


trabajar de los actores. Si bien antes eran parte de una compañía
teatral e interpretaban decenas de obras durante una temporada,
ahora eran contratados para representar una única obra durante
el tiempo que estuviera en cartel.
Como dato curioso, en los principales teatros de París, a finales
del siglo XIX, se instaló un invento revolucionario para la época:
el teatrófono. Un precursor y prototipo del teléfono. Este
mecanismo, permitía a las personas poder escuchar el teatro o la
ópera desde sus casas. Puedes ampliar la información en nuestro
artículo sobre la historia del teléfono.

Teatro de Melodrama

Las circunstancias que propiciaron el nacimiento del


romanticismo también fueron las que, junto a otros elementos
populares, hicieron posible la creación del teatro de
Melodrama. Sin duda alguna, el género dramático por
excelencia y más enraizado en el siglo XIX.

La figura del melodrama, como elemento literario, con mucha


frecuencia ha sido ridiculizado o incluso menospreciado. Muchos
críticos teatrales lo ignoran debido a que aporta elementos poco
ortodoxos para ellos, como, por ejemplo: damiselas en peligro
atadas a unas vías de tren o indecorosos villanos que se acicalan
constantemente el bigote.

Naturalismo y Crítica Social


El interés por los verdaderos problemas de la sociedad, las
incitaciones psicológicas de los protagonistas, propició que a
mediados del siglo XIX apareciese el naturismo en el teatro.

Tomando como referencia a los conocimientos científicos, los


naturalistas pensaban que el principal objetivo de este arte, al
igual que el de la ciencia, tenía que ser el de ayudarnos a tener
una vida mejor. Los actores y dramaturgos retrataban el
mundo real tras observarlo, al igual que hacen los científicos.

La aparición en el teatro de la figura del director teatral


moderno, tiene en gran medida como responsable el
naturalismo. Si bien es cierto que durante mucho tiempo a lo
largo de la historia la organización y producción de una obra de
teatro era la responsabilidad de una persona, la existencia de un
director que aplica su propio estilo, adecúa el texto e interviene
en el diseño y elección del vestuario y decorados, aparece por
primera vez en el naturalismo.

Realismo Psicológico

De la misma manera que el teatro empezó a evolucionar hacia


realismo, en el afán de mostrar a realidad del mundo, se
comenzó a introducir en los aspectos psicológicos de los
personajes. Los primeros directores que comenzaron este tipo
de género lo hicieron durante el siglo XIX.

Los autores del teatro de realismo psicológico de finales del


XIX comenzaron a crean personajes complejos que vivían
circunstancias, situaciones y experiencias reales.

Las obras de este tipo de teatro plasman los problemas sociales


como la inutilidad del matrimonio como institución social y
religiosa, los derechos de la mujer o los problemas derivados de
las enfermedades hereditarias.

El dramaturgo sueco August Strindberg y el autor


noruego Henrik Ibsen son los exponentes más importantes
dentro de este estilo. Muchos expertos los consideran como los
verdaderos fundadores del teatro moderno.

Teatro contemporáneo
Se puede afirmar, sin miedo a equivocarse que, a partir del teatro
renacentista, éste ha procurado esforzarse para alcanzar un total
realismo. Paradójicamente, una vez que lo consiguió a finales del
siglo XIX, emergió un movimiento anti realista que en este arte
escénico.

Principalmente en los EE.UU., el teatro realista ha seguido


adelante, sobre todo en el aspecto comercial. No obstante, parece
ser que el objetivo era conseguir un realismo psicológico. Pero
para ello se utilizaban elementos escénicos y dramáticos muy
poco reales.

Se crearon obras fundamentadas en personajes simbólicos,


sueños, en la memoria humana e incluso proyecciones. Se
añadieron poemas en forma de diálogo y con el objetivo de
endulzar el crudo realismo, se cuidaba hasta el extremo los
sonidos y las notas musicales. También puedes ver historia de las
notas musicales.

Cabe recordar que el teatro es un todo que no podemos dividir.


Se distinguen en él tres componentes elementales, como son:

1. La dirección
2. La actuación
3. El texto

A todos estos elementos se han de sumar también otros


componentes como el maquillaje, el decorado y el vestuario.

Recuerda que a las personas que escriben las obras de teatro se


le denomina dramaturgos. Pero también este término se emplea
para el escritor de teatro dramático o de dramas en general.

Teatro simbolista

Durante el siglo XIX también emergió una corriente


simbolista. Los afines a este movimiento, los simbolistas,
pretendían conseguir la “desteatralización” del teatro. Esto es,
eliminar todos los avances escénicos y tecnológicos y substituirlos
por una espiritualidad proveniente de la interpretación y del
texto.

En este género de teatro, los textos estaban dotados de una


simbología bastante compleja de interpretar por parte de los
actores. Por norma general, el ritmo de estas obras era bastante
lento, buscando el mismo tempo que se puede tener en un sueño.

Teatro expresionista

Los primeros 20 años del siglo XX fueron en los que el teatro


expresionista tuvo su mayor apogeo, sobre todo en
Alemania. Esta modalidad pretendía profundizar en los aspectos
más grotescos y violentos de la psique humana.

Para ello se solía crear una escenografía que emulase el mismo


ambiente que se puede encontrar en una pesadilla. El empleo de
sombras y luces, la exageración y la distorsión, son las principales
características, a nivel escénico, del teatro de expresionismo.

Teatro del Absurdo

El teatro del Absurdo surge justo después de la segunda guerra


mundial. Su principal génesis proviene del absurdo y
sinsentido de un mundo desilusionado, desesperanzado y
destruido.

Aquello que no tiene ningún tipo de lógica, lo absurdo, aquello


que no tiene ningún parecido o relación con un contexto escénico
o texto dramático convencional… esto es lo que caracteriza a este
teatro. La existencia misma de los personajes carece de sentido
alguno, por lo que no hay caracteres ni acción consecuente.

Teatro Musical
Los musicales aparecieron en la década de los años veinte del
siglo XX. Una amalgama de bailes, canciones, diálogos y
pequeñas piezas cómicas versionando incluso historias que
originalmente eran dramáticas.

Un grupo teatral a cargo de Oscar Hammerstein II y Richard


Rodgers actualizó y perfeccionó el género musical en los años
40. Pero en la década de los 60 este espectáculo dejó las raíces
del musical para convertirse en algo más sombrío y serio.

No obstante, a finales de los 70, seguramente debido a la


crispación por la situación política y económica
general, retornaron los musicales para que la gente pudiera
evadirse de sus problemas. La mayoría de ellos eran reposiciones,
pero con alto presupuesto, por lo que el lujo y el exceso estaban
muy presentes.

Como dato un tanto curioso, debes saber que incluso alguna de


estas obras de teatro musical eran retransmitidas por radio
(ver historia de la radio). Esto es debido a que eran del gusto del
gran público por sus letras y canciones animadas.

Qué es un teatro (edificio)


El edificio de un teatro es, por norma general, una construcción
majestuosa, que se construyó para albergar las
representaciones de espectáculos teatrales.

Si bien es cierto que no siempre es necesario un edificio para


realizar representaciones de teatro, la arquitectura para estas
funciones es necesaria para la organización de los lugares de
interpretación, público y todo el elenco de equipos técnicos, de
vestuario e iluminación.

Vamos a ver las diferentes partes de un teatro:


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Partes de un teatro
Dentro de un teatro se pueden encontrar dos grupos de espacios
o instalaciones. Los espacios teatrales que están destinados al
desarrollo en sí de la obra teatral, y los espacios para el
público, que son los destinados a satisfacer sus necesidades y
ubicación. Vamos a verlos con más detalle:

Espacios teatrales

Son las partes del edificio que son necesarias para el correcto
desarrollo de una obra o representación teatral:

Escenario

La parte que está condicionada a la propia representación se


denomina escenario, espacio escénico o escena.

En un teatro típico italiano, el escenario está ubicado en un plano


más elevado justo enfrente de los espectadores. Esta disposición,
heredada del siglo XVIII, es la típica en la mayoría de los teatros
de occidente.

Dicha distribución está formada por del escenario propiamente


dicho, que está separado de las gradas del público un marco
denominado boca del escenario o arco de proscenio.
Para cubrirlo y ocultar al espectador lo que está sucediendo en él
se emplea el telón de boca, normalmente de color rojo y
elaborado con un tipo de tejido denso y pesado, con algo de brillo
y aspecto aterciopelado. En algunos teatros existe delante de este
telón uno menor denominado “corbata” o proscenio.

Los teatros suelen tener entre la primera fila de asientos y el


proscenio lo que se denomina foso. Aquí es donde se alojan o
ubican los miembros de la orquesta y sus instrumentos musicales.
Puedes ver historia del piano.

Ocultos al campo visual de los espectadores gracias a las


bambalinas, en un escenario al estilo italiano, se encuentran los
“hombros”. Son una prolongación lateral del escenario por
donde salen y entran los actores a escena y algunos elementos
del decorado esperan para que sean utilizados cuando sea
necesario.

El escenario hospeda las varas, que son unas estructuras


metálicas que aguantan los dispositivos de decorado e
iluminación. Mediante las varas este elemento puede moverse y
subir y bajar accionados por motores.
Del mismo modo, las varas cuelgan de lo que se denomina peine.
Una especie de estructura metálica que clausura por la parte
superior la caja escénica. Ésta puede llegar a tener una altura de
más de 40 metros.

Algunos elementos del decorado se incorporan al escenario desde


debajo del mismo mediante unas trampillas o escotillones.
Este espacio que existe debajo del suelo del escenario se le
conoce como foso. En algunos montajes teatrales modernos,
incluso algunos actores acceden a escena por dichas trampillas.

Qué duda cabe que durante el transcurso del siglo XX la evolución


de las artes teatrales ha producido el replanteamiento del espacio
escénico como tal. Se ha tenido que adaptar a las técnicas
interpretativas más modernas con el fin de facilitar la interacción
entre público y actores, haciéndoles estar más próximos entre sí.

Huyendo del concepto de escenario tradicional o proscenio, ahora


se prefiere denominarlo espacio escénico, una definición de
teatro más amplia y flexible. La ubicación del escenario en
formato “en arena” hace que la escena esté situada en pleno
centro de la sala. En un plano un poco más bajo que el público y
rodeado del mismo en gradas escalonadas para tener una
perfecta visión.

Existen diferentes variantes, puede ser de forma rectangular,


cuadrada o circular, como la que se utiliza en los circos. Otra
fórmula que se utiliza bastante es la denominada escenario en
forma de corbata. Dónde los públicos rodean tres partes del
espacio escénico, dejando la cuarta parte, en forma de pasillo,
para la entrada y salida de los actores.

Aunque sí bien es cierto que estas distribuciones facilitan que el


espectador tenga un completa visión del espectáculo, la
escenografía y decorados quedan algo más limitados.
Sala de ensayo

Es una amplia sala, normalmente diáfana, destinada a realizar


ensayos de la obra teatral. No todos los teatros disponen de
ella, ya que, si el teatro no es de grandes dimensiones, es
bastante complejo destinar un espacio tan amplio para la sala de
ensayo. En estos casos no queda otra opción que realizar los
ensayos en el escenario principal.

Camerinos

Son una especie de habitaciones donde los actores o artistas se


preparan antes de salir a actuar, se visten y desvisten o
descansan. Existen camerinos individuales (normalmente
destinado para los actores principales) y para dos, tres o más
personas (normalmente destinados para actores secundarios o
con pequeños papeles).

En los teatros pequeños, no hay otra opción que peinar y


maquillar a los actores en los camerinos. En los teatros de mayor
tamaño, normalmente existen unas salas destinadas
específicamente a estas labores, que son realizadas por personal
destinado a ello, como lo son los peluqueros o maquilladores.

Secciones técnicas y talleres

Un teatro cuenta con una gran cantidad de elementos técnicos


imprescindibles para el correcto funcionamiento. Instalaciones y
elementos eléctricos, maquinaria diversa, sastrería, maquillaje,
decorados, utilería, peluquería, iluminación, audiovisual, sonido…
tienen que tener una sala destinada para su almacenaje y su
gestión de todo este material.

Del mismo modo, en algunos teatros el vestuario, el atrezzo y


sobre todo los decorados se fabrican y/o montan in situ. Por lo
tanto, necesitan tener unos talleres equipados y acondicionados
para estas labores.

Oficinas

Aunque piensen que es una cuestión menor, un teatro precisa


disponer de oficinas para la correcta gestión del mismo. La
producción de obras en un teatro comporta tener departamentos
de gerencia, marketing, administración, limpieza, comunicación,
nóminas, taquilla, dirección artística o gestión técnica.

En algunos teatros con mucha enjundia y prestigio, existe


también actividades destinadas a la formación de actores o
personal indirecto del teatro. Del mismo modo también organizan
actividades para el público o incluso pedagógicas para adultos y
también para niños.

Espacios destinados al público

Estos espacios son los imprescindibles para poder atender y


acomodar al público que acude al teatro a disfrutar de las
representaciones teatrales. Las principales son:

Sala

En la clásica distribución al estilo italiano, la sala donde están


instalados los asientos para el público y que se haya enfrente del
escenario, suele ser en forma semicircular o de herradura.

La parte más baja, que suele ser la más amplia, recibe el nombre
de patio de butacas o platea. Los asientos se distribuyen en
filas, y normalmente, separadas mediante un pasillo central y dos
laterales.
En la gran mayoría de los teatros antiguos, el suelo o piso de la
platea cuenta con una ligera inclinación para garantizar
mínimamente una correcta visión del escenario. En cambio, en
los teatros más modernos, la platea o patio de butacas tienen una
inclinación mayor o las filas de butacas están instaladas como las
gradas de un estadio. Esto permite absolutamente a todos los
espectadores tener una total y completa visión del escenario,
incluso desde las filas más lejanas. Algo que el espectador
realmente agradece.

Para un total aprovechamiento de todo el espacio disponible, en


las paredes de la sala se ubican en varias plantas y sobre la platea
unas dos estructuras en forma de voladizo. Las zonas laterales se
destinan a balcones palcos. La parte más elevada del teatro es
la más económica, ya que es la de menor visibilidad.
Tradicionalmente se le llama gallinero.

En resumen y ordenado de menos a mayor precio de la entrada,


la estructura típica de un teatro es:

1. Anfiteatro (en las plantas superiores)


2. Palcos (ubicados en la entreplanta)
3. Platea (situada en planta baja)

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