Este documento ofrece consejos para superar el miedo y vivir una vida más rica y próspera. Enfatiza que el miedo paraliza y limita, mientras que el valor permite crecer y lograr los objetivos deseados. También sugiere enfocarse en el presente en lugar del pasado o el futuro, y exponerse gradualmente a los temores para superarlos.
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Este documento ofrece consejos para superar el miedo y vivir una vida más rica y próspera. Enfatiza que el miedo paraliza y limita, mientras que el valor permite crecer y lograr los objetivos deseados. También sugiere enfocarse en el presente en lugar del pasado o el futuro, y exponerse gradualmente a los temores para superarlos.
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Este documento ofrece consejos para superar el miedo y vivir una vida más rica y próspera. Enfatiza que el miedo paraliza y limita, mientras que el valor permite crecer y lograr los objetivos deseados. También sugiere enfocarse en el presente en lugar del pasado o el futuro, y exponerse gradualmente a los temores para superarlos.
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Frases libro menos miedos, más riquezas.
Juan Diego Gómez
Si Dios nos ha dado la oportunidad de seguir vivos, pongámonos un reto y
saquemos provecho de lo que acaba de pasar. Cuando la vida te quita algo a la fuerza, quizás te esté enviando un mensaje. ¿Por qué preocuparse tantas veces en la vida por cosas que no han sucedido todavía, si es en el presente y en tu realidad donde tienes todas las opciones para realizar lo que deseas? Si en 99% de las ocasiones que piensas que te vas a morir o que algo malo te va a pasar, no te pasa nada, ¿no resulta mejor pensar que no debes tenerle miedo a la muerte y a lo que te agobia? Tú vida se concibió por un milagro; el milagro de que un espermatozoide llegara a su destino, cuando millones, al mismo tiempo, se perdieron en el camino o carecieron de la fuerza suficiente para fecundar un óvulo. Es indispensable que te expongas gradualmente a lo que temes, el cerebro hace cambios físicos que controlan la respuesta del miedo. El mayor placer que engendra el miedo es el placer de vencerlo. No es evitarlo, no es obsesionarte con él, no es luchar contra él; es hacerte más grande para que el miedo no importe. El miedo nos paraliza, no nos deja crecer, dicta sentencia sobre lo que puedo o no hacer. El arrojo, por el contrario, la valentía misma si así la quieres llamar, te desliga de las cadenas que impiden vivir la vida que quieres. Muchas personas tienen miedo a morir como diamantes, porque están cómodas viviendo como carbón. No salir siempre será más seguro, no arriesgarse o asomarse al mundo será siempre la salida más fácil, pero es el camino a la pobreza mental y material. Si el miedo se te pasa por la cabeza, ten la precaución de que no se te pase por la lengua. Recuerda absorbes lo que ves. Tus actitudes se replican en quienes te rodean: si vives con miedo, transmitirás miedo e inseguridad. Si tus pensamientos son pobres, irradiaras pobreza. Si nunca aprendes a apalancarte y a convertir el miedo en energía creadora, olvídate de cambiar tu realidad o dar. Cuando algo de te dé miedo, pregúntate si realmente está pasando ahora o si solo estás trayendo al presente una experiencia negativa de tu pasado o la expectativa de lo que podría ocurrir en el futuro. A nadie le gustan las angustias y las dificultades porque son primas del miedo; son muy poderosas y capaces de frenar nuestra imaginación. Si sigues trayendo el pasado al presente y condenando así el futuro que quieres para ti, tú mismo te estás saboteando la posibilidad de ser feliz, próspero y abandonando la inmensa capacidad de cambiar y ser mejor siempre que tiene todo ser humano. Traer tu pasado a tu presente como un pesado lastre es un error. Mientras más combatas el miedo y te obsesiones con él, más difícil será erradicarlo. No pierdas la energía en algo que no podrás cambiar en ese momento. Siempre habrá algo que te haga ir al otro lado, algo por lo que valga la pena cruzar lo oscuro y desagradable, lo incierto. No intestes alejar el miedo; invítalo a tu vida. Disfrútalo; se desvanece como lo hace un trozo de hielo bajo el sol. Cuanto más le temas al temor mismo; cuantos más luches para que no se presenten tus miedos, tanto más se presentarán. Ten presente esto claro. La aparición del miedo te produce más miedo y hay dos posibilidades que te nuble y te bloquee, o que su misma aparición te inspire para vencerlo y te dé incluso más fuerza para descubrir nuevas aptitudes tuyas, aprendizajes novedosos y transformadores. Aceptación no es resignación. Es entender que el miedo, como la lluvia, seguirán llegando; solo que cuando vuelva a llover, ya sabrás que hacer con el agua. El doctor Blanton: el miedo es una enfermedad sutil y destructiva; una enfermedad que mata sueños y esperanzas; una enfermedad que te envejece y te envía al hospital; una enfermedad que te paraliza para hacer cosas que sabes que puedes hacer, pero que no haces. El miedo es algo falso que parece real; es una ilusión que creamos en nuestra mente; un estado mental, que por cierto puede ser cambiado. Empieza por vigilar tu conversación interna. Lo único bueno que oirás sobre ti, es lo que te digas a ti mismo. El miedo limita tu visión y baja tu autoestima. El miedo es lo que mantiene a las personas haciendo lo que no les gusta hacer. La etapa más elevada en nuestra cultura moral es cuando reconocemos que debemos controlar nuestros pensamientos. Charles Darwin. Las circunstancias no hacen al hombre solo lo revelan. Siempre me ha gustado pensar que nuestras oraciones serán contestadas, cuando armonicen los pensamientos con las acciones. Tu progreso sería más rápido si la celeridad que clamas para tu mundo externo la impones en tu mundo interno. “El hombre será abofeteado por las circunstancias mientras él piensa que es una criatura en las condiciones externas; solo cuando entienda que tiene un poder creativo, verá cómo se convierte en el maestro de sí mismo”. “Aquel que se ha conquistado a sí mismo, ha conquistado el universo”. “el odio pesa mucho y hace más lento tu transitar, y fuera de ello, se le nota en el rostro a quien lo alberga en su corazón. Ama sin condición” La fe en uno mismo más la fe en un poder superior (Dios) son sinónimos de invencibilidad. El arte de olvidar es esencial para un nuevo comienzo. Si piensas mejor, acumulas más información y te esfuerzas por crecer como ser humano. Hazte más grande y tus miedos se verán más pequeños. Tu miedo te queda pequeño; es poca cosa ante alguien como tú. No te ocupes del miedo; ocúpate de ti. El miedo llegó, como ventaja, para que te hicieras más grande. Esforzarnos para superar los miedos hace que nos desarrollemos como seres humanos, que nos interesemos en aprender para poder crecer. Tú obtienes lo que decretas; conocer de primera mano lo que te gusta, te acercará a conseguirlo. Estoy seguro de que no eres así y con certeza me atrevo a afirmar que estas en el camino de mejorar cada día más y lograr tu propia prosperidad material, emocional y espiritual sin destruir a nadie. Bueno, hoy monto en bus o en metro por obligación, pero no necesariamente toda la vida tendré que hacerlo. Quien mantiene una mentalidad de progresar y cambiar, haciendo el bien y persiguiendo sus motivaciones profundas, obtendrá riqueza y prosperidad; quien no se sienta condenado a ser pobre para siempre, sino que vea que tiene el potencial para desarrollar su propósito de vida con sus talentos, no solo obtendrá las cosas materiales que desea sino también la felicidad de cumplir junto a los suyos cada una de sus metas. Aquello que odias, es aquello de lo que te alejas. Algunas personas pobres de mentalidad odian a los ricos solo porque son ricos. Seguirán siendo pobres. Generar ingresos para cumplir y satisfacer sus motivaciones más elevadas y profundas, sí tiene sentido. Muchos de los que critican el consumismo, en el fondo se mueren por conseguir aquello que critican. El ejemplo lo es todo. Quien quiere ser rico no puede tener comportamientos que reflejen pobreza mental. Solamente cuando tienes una presión alta, ves de qué estás hecho. El día que te sientas el más inteligente del salón amplia el tamaño del salón; así seguirás progresando. Solo cuando tú sientas placer haciendo algo, lo haces; solo cuando sientas que algo te produce un beneficio, lo llevas a cabo. Solo te digo algo, por experiencia, y luego de irla domando, como se doma una fiera: mientras más crezcas como ser humano, más pequeña se hará tu voz limitante, la voz que llevas dentro de ti. Simplemente, se cansará de competir. No te fíes, sin embargo; es una voz traicionera y mezquina; se alimenta cual sanguijuela de tus debilidades; ama tu falta de energía, tus dudas, depresiones, tristezas y ataca de nuevo. Se alía con sus hermanos. El mayor es el ego, poseedor de la verdad absoluta y poderes ilimitados; y soberbia, su hermana, una rebelde caradura que se cree de sangre azul. Tu voz limitante se nutre de la maleza que hay dentro del ser, y cual vampiro, le huye a la luz, al brillo de una persona exitosa, de ese ser extraordinario que habita en modo hervir y del que es su mejor exponente. No hay nada más serio y transcendental en la vida que vencerse a sí mismo cuántas veces sea posible. Quien supera un listón llamado miedo, pisa una nueva tierra llamada progreso. Aumenta la importancia en tu vida de aquello que realmente valoras y tus miedos, ya comparados, se verán pequeños. Un miedo, el que escojas, no es grande o pequeño por sí solo; requiere de un competidor fuerte que lo minimice. Nos podemos reinventar, literalmente, y cambiar. Cuando algo nos abrume pensemos en lo que ya han superado muchos; será un alivio hacerlo para dejar de quejarnos y avanzar. Creemos que nuestros problemas son insuperables; hasta que los comparamos con los de otros que, por cierto, no se quejan. No hay miedos grandes ni miedos pequeños; solo existen motivaciones fuertes o débiles al lado para compararlos. Asegúrate de dos cosas para que no caigas en la tragedia del perfeccionismo, que puede ser un obstáculo para ser feliz, y deja de pensar que todo lo puedes y todo lo mereces. Primero, agradece todo cuánto te pase, incluyendo lo que en apariencia no sería susceptible de agradecerse; y segundo, disfruta las cosas buenas que te pasen; celébralas, vívelas, siéntelas, aprécialas, sin que tengas que estar pensando en que son poco frente a las que probablemente vengan. Acumula méritos y deja que el universo se encargue del cómo. No hay nada más importante que servir; desde lo que hagas, con tus palabras, con tu compañía, con tu atención con tu tiempo, con tu dinero, con las uñas si es necesario. Tú no te concentres en el resultado, dinero, viajes, tiempo libre; tú concéntrate en el propósito de tu vida, que él te llevará al resultado. Al servir, desarrollamos muchas habilidades: escuchar a los demás, ser menos egoístas y volvernos más sensibles. Un verdadero ser humano debe vivir para los demás. Cuanto más se olvida uno de sí mismo, al entregarse a una causa o a la persona amada, más humano se vuelve y más perfecciona sus capacidades. Por el contrario, cuanto más se empeña el hombre en alcanzar la autorrealización, más se le escapa, pues la verdadera autorrealización es el efecto profundo del cumplimiento del sentido de la vida. En otras palabras, la autorrealización no se logra como un fin, sino que es el legítimo fruto de la trascendencia. No le temas entonces a los momentos difíciles; témele a la comodidad. La comodidad es un atentado contra el progreso. Si no me ayudas a volar, despeja la pista. Cuando vas creciendo como persona necesitas incluso de la incomodidad, porque sabes que ella te permitirá seguir avanzando. La vida nos envía maestros disfrazados para desarrollar ciertas habilidades o superar algunos defectos. Si no hay dolor, no hay recompensa. ¿Qué te incomoda y que estas aprendiendo de ello? Por más intolerante que seas ante la incomodidad, la verás diferente si ella te hace crecer y te conviertes en una persona más sabia y feliz. Haz con frecuencia cosas que te incomoden. A la mayoría le da miedo ser diferente; finalmente es más cómodo fundirse con la masa para no ser criticado o pasar agachado, como lo dirían otros. En un mundo como el de hoy, no hay mayor mérito que tener la valentía de ser tú mismo, con lo que ello implique.
Que cada pensamiento que tengas lo evalúes y mejores; que a cada
persona con la que hables, la impactes y transformes; que no cedas a la tentación de juzgar a la gente, ni quejarte ni criticar; que tengas más control sobre tus relaciones; que cada actividad diaria, cualquiera que sea, la conviertas en una oportunidad para hacer las cosas de manera distinta y mejor. No hagas lo que todo el mundo hace. Cualquier mortal juzga, critica y se queja; no cualquiera comprende, alienta y acepta. Sea que te sientas mal o no, puedes estar seguro de algo; siempre te rodearán personas resentidas, envidiosas, que disfrutan de las derrotas ajenas, solo porque carecen de victorias propias; gente que merced a ese resentimiento, no progresan, quizá porque el universo no se queda con nada finalmente, y a cada cual le da su merecido. Todos los días es explotar lo que sabemos hacer, y hacerlo mejor. Un ser excelente saborea la aventura; se hace más grande con las adversidades y hasta las disfruta. Es capaz de extraer placer a lo que solo supone dolor, y sin perder de vista lo que busca, es consciente de que no existe un camino para la felicidad, pues la felicidad está en el camino. Aprovechar lo que se tiene y no flagelarse por lo que se carece. Pensar en que es mejor apalancarte con tu pasado que flagelarte con él; que es mejor leer de una manera distinta lo que te ocurrió. Cuando te divorcias de la historia que crees que ha marcado tu presente, construyendo una nueva historia; será esta ultima la que determine tu futuro. Nada más tóxico en la vida que una acumulación de ¿y si lo hubiera hecho? Solo te limita el límite que tu creas. Robin Sharma: mientras más vayas al extremo de esos límites, más se expandirán. Tu realidad interna crea tu realidad externa. Si piensas y dices que algo no te sucederá, ese pensamiento y lenguaje de imposibilidad se convierten en una profecía autorrealizada, o que se cumple a sí misma. Yo seré la persona en la que me quiero convertir. A ti te salvará una fuerza inexplicable, que se apodera de cada ser especial de este planeta; un propósito de vida más grande que tú mismo. Hállalo; enamórate de él, y al hacerlo, tus miedos y defectos serán eclipsados por su cumplimiento. Poner aspiraciones irreales en la mesa, cosa que hacen los perfeccionistas en muchas ocasiones, no desembocan sino en frustración, enfermedades y suicidios. Así, tener expectativas ambiciosas pero realistas no solo es inteligente sino necesario. Perfecciona a diario tu habilidad, haz más fuertes tus fortalezas; riégalas como plantas que deben crecer, y siempre mantén el listón elevado para que los rendimientos sean aún mayores. Eso te llenara de la confianza suficiente para creer que puedes. Eres lo que crees que serás, o puedes si crees que puedes. Anticipa el éxito; si la duda se atraviesa por tu mente, disípala con más trabajo, fe y con un pensamiento nuevo. Mientras más conozcas las raíces de tus miedos, más podrás cambiarlas. Si el quiero es fuerte, el puedo es real. Lo primero que debes hacer es divorciarte de la historia que viviste, ya que, de no hacerlo, la seguirás repitiendo, incluso con tus hijos en un futuro. Tú no tienes por qué repetir una historia con la que no comulgues. Tú puedes seguir pidiéndole a la vida no solo porque te lo mereces, sino también porque lo quieres y lo necesitas. Preguntarte por qué te pasan las cosas te hace victima; preguntarte para que te pasan te vuelve emprendedor. Dios lo que quiere es determinación; Dios lo que quiere es actitud; Dios lo que quiere es que con todo lo que te ha dado, progreses, sirvas, ayudes a los demás. Dios lo que quiere es menos resignación. Ora como si todo dependiera de Dios, pero trabaja como si todo dependiera de ti. Las motivaciones activan sueños; eclipsan defectos y evitan suicidios. Si la idea está clara las palabras nunca faltarán. Tú te inspiras más cuando crees en lo que dices, y los has vivido. Lo importante es que el tamaño de tus sueños, el tamaño de tu idea, el tamaño de tu mensaje, sea superior al tamaño de tu miedo. La fuerza, la magia, la pasión con la que te comuniques retumbará en la mente de quienes te escuchan y, sobre todo, en su corazón. Odiar es un mal negocio. Solo tienes tiempo para avanzar a partir de una mejor lectura de tu pasado. Si el quiero es realmente fuerte, el puedo es real. Hace tiempo entendí que, si tú quieres cambiar lo que recibes, debes cambiar primero lo que das. ¿no te gusta lo que recibes de la vida? Pues bien, cambia lo que le están dando a ella. Si quieres que tu negocio llegué a su primera comunión, no te gastes todo el dinero en el bautizo. Los tiempos difíciles despiertan un deseo instintivo de autenticidad. Aprender de lo que a uno le estado pasando para ponerlo al servicio de la humanidad. Incluso en las condiciones más extremas de sufrimiento, es posible encontrar una razón para vivir. El miedo al éxito es el que hace que muchas personas no consigan lo que quieren. Cuando abrazas una causa mayor que tú, no te da miedo perder la vida buscando que se cumpla. Es que si no la cumplas igual ya estarás muerto. Enamorarse de un propósito de vida es el mejor antídoto posible contra el miedo. Además de entregarte con pasión a lo que haces y disfrutarlo, sientes que tu vida ya no te pertenece. Que será mandato de Dios lo que pase con ella, y al volverte más consciente de esa realidad, dejas que tus actos sean guiados, para que solo fluyan, como debe ser. Siempre ten al frente algo que te guste mucho, para que sin importar lo que debas vivir antes, tu perspectiva de la vida sea más favorable. Siempre ten un incentivo al frente para que puedas disfrutar del camino. Apaláncate con el miedo, disfruta el miedo, cualquier miedo que llegue a tu vida. Así como suena. Míralo con placer; con el placer de superarlo; con el placer de vencer esa voz limitante que tú puedes controlar. No vences un miedo solo por vencerlo. Vences un miedo para demostrar quien está al mando, si tu voz limitante o tú. Nada que perder entonces. Para vencer tus miedos mayores, empieza practicando a diario como vencer tus miedos menores. A ti no te ofenden, te enseñan; a ti no te hieren, te hacen más fuerte y resistente. Piensa que las personas que producen en ti las reacciones que menos deseas, son maestros disfrazados que te envía la vida para que progreses. Crece, siente que das saltos cuánticos, juzga menos, escucha más, sonríe con más frecuencia, abraza a menudo, navega en las virtudes de los demás, y pasará algo mágico: los miedos los empezarás a ver distinto. Construye un imperio con las piedras que te lanzan Cuando tú tienes esa filosofía, de que todo es insuficiente (y no se me ha olvidado darle gracias a Dios por lo que tengo), no solo no te conformas con nada, sino que sabes que cualquier cosa que hagas es poco frente a lo que puedes y debes llegar a hacer. Si permaneces en una relación infeliz, es porque has decidido ser infeliz. Tú eres tú; con lo bueno, lo malo y tus intenciones de mejorar. Explota lo que tienes, que alguien le gustará; y no te flageles con lo malo. Escucha al otro; ponte en sus zapatos; no lo interrumpas, y sin juzgarlo, dile lo que piensas si es una opinión lo que te pide. Cuando aprendemos a escuchar mejor, sabemos que necesita la gente, y al saberlo, encontraremos que darle. Ayudar a cumplir los sueños de los demás, alimenta mi propio sueño. Tu falta de progreso no se debe al tamaño de tu miedo; se debe al tamaño de tu motivación. Las cosas en la vida no llegan cuando uno las quiere; llegan cuando uno las necesita. Quizás necesites motivaciones más grandes para que el miedo ni cuente. Para que caminar si puedes volar.