DSM V-Tea
DSM V-Tea
DSM V-Tea
Texto traducido del borrador del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) en su revisión de 26 de enero
de 2011.
A. Déficits persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos, no atribuibles a un retraso general del
desarrollo, manifestando simultáneamente los tres déficits siguientes:
1. Déficits en la reciprocidad social y emocional; que pueden abarcar desde un acercamiento social anormal y una incapacidad
para mantener la alternancia en una conversación, pasando por la reducción de intereses, emociones y afectos compartidos,
hasta la ausencia total de iniciativa en la interacción social.
2. Déficits en las conductas de comunicación no verbal que se usan en la comunicación social; que pueden abarcar desde una
comunicación poco integrada, tanto verbal como no verbal, pasando por anormalidades en el contacto visual y en el lenguaje
corporal, o déficits en la comprensión y uso de la comunicación no verbal, hasta la falta total de expresiones o gestos faciales.
3. Déficits en el desarrollo y mantenimiento de relaciones adecuadas al nivel de desarrollo (más allá de las establecidas con los
cuidadores); que pueden abarcar desde dificultades para mantener un comportamiento apropiado a los diferentes contextos
sociales, pasando por las dificultades para compartir juegos imaginativos, hasta la aparente ausencia de interés en las otras
personas.
B. Patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidas y repetitivas que se manifiestan al menos en dos de los siguientes
puntos:
1. Habla, movimientos o manipulación de objetos estereotipada o repetitiva (estereotipias motoras simples, ecolalia,
manipulación repetitiva de objetos o frases idiosincráticas).
Página 2 de 5
2. Excesiva fijación con las rutinas, los patrones ritualizados de conducta verbal y no verbal, o excesiva resistencia al cambio
(como rituales motores, insistencia en seguir la misma ruta o tomar la misma comida, preguntas repetitivas o extrema
incomodidad motivada por pequeños cambios).
3. Intereses altamente restrictivos y fijos de intensidad desmesurada (como una fuerte vinculación o preocupación por objetos
inusuales y por intereses excesivamente circunscritos y perseverantes).
4. Hiper o hipo reactividad a los estímulos sensoriales o inusual interés en aspectos sensoriales del entorno (como aparente
indiferencia al dolor/calor/frío, respuesta adversa a sonidos o texturas específicas, sentido del olfato o del tacto exacerbado,
fascinación por las luces o los objetos que ruedan).
C. Los síntomas deben estar presentes en la primera infancia (pero pueden no llegar a manifiestarse plenamente hasta que las demandas
sociales exceden las limitadas capacidades).
Fundamentos
Nuevo nombre para la categoría, el trastorno del espectro autista, que incluye el trastorno autista (autismo), el trastorno de Asperger, el
trastorno desintegrativo de la infancia y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra forma.
La diferenciación entre el trastorno del espectro autista, el desarrollo típico y otros trastornos sin-espectro, se hace de forma fiable y
con validez; mientras que las distinciones entre los trastornos han demostrador ser inconsistentes a lo largo del tiempo, variables
entre un sitio u otro, a menudo asociadas con la severidad, el nivel de lenguaje o de inteligencia en lugar de características del
trastorno.
Como el autismo se define por un conjunto de comportamientos, se representa mejor como una única categoría diagnóstica que se
adapta a la presentación clínica de cada persona, con la inclusión de especificaciones clínicas (por ejemplo, la gravedad, habilidades
verbales y otros) y las características asociadas (por ejemplo, trastornos genéticos conocidos, epilepsia, discapacidad intelectual y
otros). Un solo trastorno del espectro es un mejor reflejo del estado de los conocimientos sobre la patología y la presentación clínica;
previamente, los criterios eran equivalentes a tratar de trocear un pastel de carne siguiendo las articulaciones.
Los déficits en la comunicación y el comportamiento social son inseparables, y se pueden considerar de forma más precisa como un
único conjunto de síntomas con especificidades ambientales y contextuales.
Los retrasos en el lenguaje no son únicos ni universales en los TEA, y con más precisión pueden considerarse como un factor que
influye en los síntomas clínicos de los TEA, en lugar de definir el diagnóstico de TEA.
Requerir que se cumplan ambos criterios completamente mejora la especificidad del diagnóstico sin menoscabo de la sensibilidad.
Proporcionar ejemplos de los subdominios de un rango de edades cronológicas y los niveles de lenguaje aumenta la sensibilidad a
través de los niveles de severidad de leve a más grave, mientras que mantiene la especificidad con sólo dos dominios.
Página 4 de 5
Decisión basada en el análisis de la literatura, las consultas de expertos, y las discusiones de grupo de trabajo; confirmada por los
resultados de los análisis secundarios de datos de CPEA y STAART, de la Universidad de Michigan, y de la colección de bases de datos
de Simons Simplex.
Diversos criterios sociales y de comunicación se han fusionado y simplificado para aclarar los requisitos de diagnóstico.
En el DSM-IV, múltiples criterios evalúan el mismo síntoma y, por tanto tienen un peso excesivo al emitir el diagnóstico.
La fusión de los dominios sociales y de comunicación requiere un nuevo enfoque de los criterios.
Se realizaron análisis secundarios de datos sobre los síntomas sociales y de comunicación para determinar las agrupaciones mas
sensitivas y específicas de síntomas y descripciones de los criterios para una gama de edades y niveles de lenguaje.
Exigir dos manifestaciones de síntomas para los comportamiento repetitivos y los intereses fijos mejora la especificidad del criterio sin
disminuciones significativas en la sensibilidad. La necesidad de múltiples fuentes de información, incluyendo la observación clínica y los
informes especializados de los padres/cuidadores/profesores se destaca por la necesidad de satisfacer una mayor proporción de criterios.
La presencia, a través de la observación clínica y el informe del cuidador, de una historia de intereses fijos, rutinas o rituales y las
conductas repetitivas aumenta considerablemente la estabilidad en el tiempo de los diagnósticos del espectro del autismo, y la diferenciación
entre el TEA y otros trastornos.
La reorganización de los subdominios aumenta la claridad y continúa proporcionando una sensibilidad adecuada al tiempo que mejora
la especificidad mediante la provisión de ejemplos de distintos grupos de edad y niveles de lenguaje.
Se incluyen explícitamente comportamientos sensoriales inusuales dentro de un subdominio de comportamientos motores y verbales
estereotipados, ampliando la especificación de distintas conductas que pueden ser codificadas dentro de este dominio, con ejemplos
especialmente relevantes para los niños más pequeños.
El Trastorno del espectro autista es un trastorno del desarrollo neurológico y debe estar presente desde la infancia o niñez temprana,
pero puede no ser detectado hasta más tarde debido a mínimas demandas sociales y al apoyo en los primeros años de los padres o cuidadores.
Página 5 de 5
Severidad
Niveles de severidad para el Trastorno del Espectro Autista