St. Aureus
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Francisco J. Fernández
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Rector General
Dr. Enrique Fernández Fassnacht
Secretaria General
Mtra. Iris Edith Santacruz Fabila
Comité Editorial
Dra. María Guadalupe Prado Flores
Dr. Hugo Ramírez Saad
Dra. Gabriela del Pilar Romero Esquiliano
M. en C. Jesús Sánchez Robles
D.- BIOMEDICINA
Bioquímica de los esteroides y su acción a nivel del sistema nervioso central...... 237
Dr. Emma Elisa Ortiz Islas
EPÍLOGO
La biología molecular es una de las disciplinas que ha tenido un desarrollo más espectacular
durante los últimos años. La revista Science publica anualmente una lista de los que, en opinión de
sus editores y científicos colaboradores, han sido los avances científicos más relevantes del año.
En la lista de 2010, seis los diez descubrimientos pertenecían al ámbito de la biología molecular,
en áreas como la genómica, la ingeniería genética o la biología sintética. Dos trabajos de física,
uno de medicina y otro de biofísica completaban la lista. El número de publicaciones científicas
dentro del campo de la biología molecular no ha dejado de aumentar desde hace años, y las
más prestigiosas revistas científicas multidisciplinarias, como Science o Proceedings of the National
Academy of Sciences of the USA, publican en la actualidad de forma mayoritaria artículos donde
la biología molecular es protagonista. Resulta por tanto muy importante facilitar y apoyar
en nuestra Universidad el desarrollo de esta disciplina, tanto desde un punto de vista básico
como de la aplicación de las metodologías de la biología molecular a diferentes campos de
conocimiento de las ciencias biológicas en su sentido más amplio.
La realización de este libro permite contar con una serie de especialistas en diversos ámbitos,
que van desde la biomedicina a la ecología y la biotecnología, y en cuyos capítulos se tratan
temas, siguiendo un hilo conductor centrado en la biología molecular y los avances que las
metodologías de la biología molecular han supuesto para estos temas. Aprovechando la
experiencia de los autores de los capítulos de éste libro, en gran mayoría miembros del Sistema
Nacional de Investigadores, se cuenta con la oportunidad de publicar un libro que recoge en su
capitulado temas de actualidad en las diferentes disciplinas del área biológica.
Además de tratar temas relacionados con la biología molecular, se ha querido dar cabida
también a otras metodologías de creciente importancia para los temas tratados. Tal es el caso
de la nanotecnología, cuyo desarrollo emergente está adquiriendo cada vez mayor notoriedad
y que se prevé tenga un gran impacto en un futuro próximo en campos como la biomedicina.
Así, dos de los capítulos del libro tratan sobre la aplicación de la nanotecnología en agronomía
y en farmacología respectivamente.
El libro se estructura en cuatro secciones que agrupan los diferentes capítulos por su temática.
La primera de estas secciones lleva por título “Avances Recientes en Microbiología
y Biotecnología”, y en la misma se tratan aspectos sobre la producción de metabolitos
secundarios microbianos por un lado, y sobre microbiología de alimentos por otro. Los hongos
y las bacterias del grupo de los Actinomicetos son los principales microorganismos productores
de metabolitos secundarios, muchos de los cuales encuentran una aplicación en medicina
humana o veterinaria como antibióticos o fármacos para tratar diferentes dolencias. En el
primero de los capítulos, “Sistemas biosintéticos, genética y regulación del metabolismo secundario; nuevas
metodologías para su estudio”, se introduce el tema de los metabolitos secundarios, analizando su
diversidad estructural, sus sistemas biosintéticos y la regulación de su biosíntesis. En otro de
los capítulos de esta sección se analiza la regulación del desarrollo morfológico en los hongos
filamentosos y la estrecha relación que este proceso tiene con el metabolismo secundario. Otro
de los capítulos, “Metabolitos secundarios de actinomicetos”, se centra en la biosíntesis de metabolitos
secundarios por parte de este importante grupo bacteriano, revisando aspectos como su
regulación y su conexión con el desarrollo morfológico. Y en el capítulo que lleva por título
“Avances en la producción de antibióticos y otros metabolitos secundarios” se analiza la tecnología de la
fermentación en medio sólido, de interés creciente y que está empezando a ser utilizada en
la producción de metabolitos secundarios como la lovastatina. En cuanto a la microbiología
de alimentos, el capítulo “Métodos actuales para el estudio de microorganismos en alimentos” hace una
revisión de las metodologías que en la actualidad se utilizan en esta disciplina, muchas de las
cuales son técnicas de biología molecular, y al final del trabajo “Identificación y tipificación molecular
de Staphylococcus aureus en Alimentos” describe la aplicación de algunas de estas metodologías en la
identificación y tipificación de esta bacteria patógena.
las interacciones desde el punto de vista molecular del individuo sano y su interrelación con
agentes antigénicos.
La cuarta y última sección, que lleva por título “Biomedicina”, está dedicada por completo
a esta disciplina, y se abordan diferentes problemas médicos desde un punto de vista de la
biología molecular, completándose la sección con algunos capítulos dedicados a aspectos
farmacológicos. Los dos capítulos que abren la sección se centran en una de las dolencias de
mayor incidencia y progresión en México, la diabetes, analizando aspectos moleculares de la
misma. Varios capítulos abordan temas de neurología, como los carcinomas cerebrales o las
enfermedades neurodegenerativas, centrándose en sus aspectos bioquímicos y moleculares. En
la misma línea se desarrolla el trabajo “Bioquímica de los esteroides y su acción a nivel del sistema nervioso
central”. Otros temas tratados en esta sección son las alteraciones celulares e inmunológicas en
niños desnutridos, las células troncales embrionarias y su importancia de cara al futuro en
el tratamiento de diferentes dolencias, y la epilepsia y su descripción mediante la dinámica
en electroencefalogramas. Finalmente, tres capítulos más abordan aspectos de farmacología,
como la farmacocinética y la farmacogenómica. Esta última disciplina, que se trata en el
capítulo “Farmacogenómica: medicina personalizada”, está adquiriendo un gran protagonismo en
el paulatino desarrollo de tratamientos personalizados; desde hace mucho tiempo se sabe
que diferentes individuos responden de manera dispar al mismo tratamiento para la misma
enfermedad, y hoy en día las bases genéticas y moleculares de estas diferencias comienzan a
dilucidarse y comprenderse.
Como epílogo, el capítulo “Fronteras de la ciencia y universidad moderna” discute los retos que en la
sociedad actual enfrenta la enseñanza universitaria, que debe reacomodarse permanentemente
a un desarrollo científico y tecnológico cada vez más dinámico y veloz.
En síntesis, el capitulado que compone este libro suponen un aporte al conocimiento sobre la
importancia e impacto que las nuevas tecnologías, principalmente la biología molecular, están
teniendo en diversos ámbitos de las ciencias biológicas, y esperamos que resulte de utilidad
para muchos profesores e investigadores de nuestra universidad y de otras casas de estudio.
Los últimos avances obtenidos a partir de los análisis de datos, que se producen a través de
herramientas incluidas en los campos de la genómica, transcriptómica y proteómica, nos
permiten contar con una amplia colección de datos, que sin embargo, a veces no permiten
comprender de manera integral los mecanismos e interacciones subyacentes, que regulan las
funciones celulares y los sistemas biológicos.
Sabemos que las funciones celulares no pueden atribuirse a una sola molécula biológica, existe
una gran interacción de los diferentes elementos que se localizan en una célula, como son el
DNA, RNA y proteínas, así como moléculas químicas que actúan como segundos mensajeros,
de naturaleza muy diferente a los anteriores como es el caso del calcio. La meta última de esta
era post-genómica, es llegar a comprender como los componentes estructurales y su dinámica
funcional, pueden intervenir para llegar a hacer funcionar a una célula.
La finalidad de este libro es analizar como una o algunas moléculas puede llegar a provocar una
gran variedad de cambios fisiológicos, que incluyen cambios en las vías metabólicas, regulación
de la expresión de diversas proteínas, y establecer los posibles mecanismos que pueden llegar
a provocar estos efectos, incluyendo vías de transducción de señales y efectos epigenéticos,
que podrían deberse a nuevas formas de modificaciones en la expresión de genes. También
se intentará al mismo tiempo, vislumbrar el fundamento y alcances de algunas herramientas
tecnológicas, como la nanotecnología, que permitan correlacionar los avances tecnológicos con
los descubrimientos científicos, y estudiar algunas de sus aplicaciones en campos tan diversos
como la medicina y la agronomía.
La biología es sin lugar a dudas una de las disciplinas científicas que en la actualidad y a
lo largo de las últimas décadas, ha logrado avances más significativos, uno de cuyos hitos
más importantes ha sido la secuenciación del genoma humano, metiéndonos de lleno en la
era de la genómica. Estos avances, además de haber contribuido enormemente a nuestra
comprensión del funcionamiento de los sistemas biológicos, han tenido además consecuencias
importantes en nuestras vidas, tanto en temas relacionados con la salud y la medicina como
en la agricultura, ciencias veterinarias, nutrición, etc. La enseñanza en el Tronco Común
Divisional C.B.S., proporciona a los alumnos la base de los mecanismos que subyacen en
todos los sistemas biológicos que serán objeto de estudio en sus diferentes carreras. Resulta por
ello de gran importancia, que dicha enseñanza sea efectuada teniendo en cuenta los últimos
Los Editores
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Estructuras químicas
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Phenazinas: frecuentes en bacterias como Pseudomonas, Strep-
tomyces, y Pantoea agglomerans. Se relacionan con la virulencia y
competitividad de los microorganismos productores.
Cumarinas: poseen un núcleo de benzo-2-pi-
rona (anillo B). Las aminocumarinas tienen tres
anillos: A (4-hidroxibenzoato), B (benzo-2-piro-
na), y C (desoxiazúcar). El aminoácido tirosina es
el precursor de los anillos A y B, mientras que el
anillo C (desoxiazúcar) deriva de la Glc-1-P. La
Novobiocina (en la figura) es un inhibidor de la
girasa bacteriana y por tanto un antibiótico.
Péptidos no ribosomales: son péptidos lineares o cir-
culares que se sintetizan por complejos enzimáticos de
una forma diferente a la síntesis habitual en ribosomas.
Suelen tener tamaños inferiores a los 3000 Da, y en su
estructura es frecuente la presencia de aminoácidos in-
usuales, como β-aminoácidos, iminoácidos, derivados
N-metilo, hidroxiaminoácidos y aminoácidos en con-
figuración D. Presentan gran resistencia a la digestión
por proteasas y frecuentemente poseen actividades de
tipo antibiótico, como el que se muestra en la figura: la
tirocidina.
Implicaciones de las estructuras químicas de los metabolitos secundarios
Esta enorme diversidad en las estructuras de los MS tiene importantes implicaciones en cuan-
to a su modo de biosíntesis y la utilidad que presentan para el ser humano, podemos resumir-
las de la siguiente forma:
La función que los MS tienen para el organismo productor ha sido un punto de controversia
frecuente. Los principales puntos de vista que se han dado sobre su función en la naturaleza
se resumen en los siguientes:
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3- Sistema que tiene un microorganismo para sustraer nutrientes del medio en periodos de
escasez y de esta forma evitar que sean utilizados por competidores, a la vez que sintetiza
compuestos (MS) no utilizables como nutrientes por los competidores y que en muchos casos
son tóxicos para ellos. Esta hipótesis está en parte relacionada con la 1.
Sin embargo, a pesar de todas estas evidencias, se observa que la mayoría de los MS no pare-
cen tener ninguna actividad biológica en el momento de testarlos frente a diferentes microor-
ganismos. Firn y Jones (2000) propusieron un modelo para explicar esta aparente paradoja,
razonando que aunque es difícil que una única molécula posea en un momento determinado
de la evolución actividad biológica frente a organismos competidores, resulta conveniente
para el productor la posesión de la maquinaria biosintética de los MS, ya que una simple mu-
tación, o la adquisición de un gen pueden generar, gracias a la baja especificidad de sustrato
de las enzimas implicadas en su biosíntesis, una nueva serie de compuestos, multiplicándose
de esta forma la posibilidad de que alguno de ellos resulte eficiente frente a otros organismos.
La ventaja selectiva estaría en la posesión de una maquinaria biosintética capaz de generar
un elevado y cambiante número de estructuras, y no en la capacidad de sintetizar una deter-
minada y única estructura.
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Pueden subdividirse las reacciones enzimáticas que dan origen a los metabolitos secundarios
en 4 grupos (Martín et al. 2000):
El orden de los dos primeros grupos de reacciones (I. conversión en precursores y II. reaccio-
nes de compromiso) puede variar, a veces la primera reacción de conversión es una modifica-
ción que introduce al intermediario en una vía de metabolismo secundario.
Como cabría esperar, existe una gran diversidad en las rutas biosintéticas de los MS. Dos de
los más representativos sistemas enzimáticos, exclusivos del metabolismo secundario, son los
que se describen a continuación: péptido sintetasas y polikétido sintetasas
Figura 1. Estructura en módulos y dominios de las péptido sintetasas (modificado de Gutiérrez et al.
2002; y Konz et al. 1997). δ-(L-α-aminoadipil)-L-cisteinil-D-valina sintetasa (ACVS), gramicidina sinteta-
sa (GS), tirocidina sintetasa (TY), bacitracina sintetasa (BS)
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Todos los polikétidos están formados por unidades básicas de 2, 3 o 4 carbonos: acetato (de-
rivado del malonil-CoA), propionato (del metilmalonil-CoA) o más raramente butirato (del
etilmalonil-CoA). Están unidades se van agregando en sucesivos ciclos (condensación descar-
boxilativa), en cada uno de los cuales se llevan a cabo una, varias o ninguna de las siguientes
actividades: cetorreducción, deshidratación y enoilrreducción.
Las PKS se organizan también en forma de módulos y dominios. Cada uno de los módulos
incorpora y modifica una unidad de acetato, propionato o butirato. Los dominios que cons-
tituyen un módulo básico de una polikétido sintetasa son: Cetosintasa (KS), Aciltransferasa
(AT) y Acyl-carrier, con un cofactor de fosfopanteteína (ACP). Junto a éstos pueden aparecer
dominios para reducir el O de cada unidad incorporada: cetorreductasa (KR), deshidratasa
(DH), enoil reductasa (ER), y otros dominios con diferentes funciones: metiltransferasa (MT),
ciclasa (CYC), y tioesterasa (TE).
PKS iterativas o de tipo II: consisten en un complejo multiproteico donde cada polipéptido
lleva a cabo una única actividad enzimática y es utilizado varias veces en sucesivas rondas,
incorporando una nueva unidad cada vez, hasta completar la molécula final. Forman meta-
bolitos secundarios con estructuras de anillos aromáticos, como las tetraciclinas. Usan casi
exclusivamente acetato y malonil-CoA.
Por lo tanto, existen muchas fuentes de variabilidad para generar las muy diversas estructuras
de los polikétidos:
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Figura 2. Esquema general del mecanismo de biosíntesis de una polikétido sintetasa (modificado de
Aparicio et al. 2002). Las líneas discontinuas representan cortocircuitos de la ruta que pueden ocurrir
en un determinado ciclo para dar lugar a (a) ceto, (b) hidroxi, (c) enoil, (d) metileno, diferentes estados
de reducción en la estructura final del polikétido. Dominios: AT, aciltransferasa; ACP, acyl carrier protein;
KS, cetosintasa; KR, cetorreductasa; DH, deshidratasa; ER, enoilrreductasa; TE, tioesterasa.
En los procariotas es frecuente que los genes pertenecientes a una determinada vía, anabólica
o catabólica, se encuentren agrupados, habitualmente disponiéndose en forma de un operón.
En eucariotas esto es mucho más infrecuente, sin embargo los genes de determinadas vías me-
tabólicas fúngicas sí se encuentran agrupados (Keller y Hohn, 1997). Estas vías metabólicas
son por lo general dispensables, aunque pueden ser importantes en la supervivencia del hongo
ya que funcionan normalmente en condiciones subóptimas o limitantes de crecimiento. La
mayoría de estas vías encajan en dos grandes grupos:
1- Vías catabólicas para la utilización de fuentes de nutrientes poco usuales (etanol, prolina,
nitrato).
2- Vías biosintéticas de metabolitos secundarios
Las razones por las cuales los genes de las rutas del metabolismo secundario se encuentran
agrupados se relacionan probablemente con la regulación simultánea de los mismos, como
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ocurre en el caso de los genes de aflatoxina regulados por LaeA en A. nidulans (Bok y Keller,
2004), regulación que se ha propuesto es de tipo epigenético, por modificación de la estructu-
ra de la cromatina (Bok et al. 2006a).
Los antibióticos β-lactámicos son producidos tanto por organismos procariotas (Streptomyces)
como por hongos (Penicillium chrysogenum, Aspergillus nidulans, Acremonium chrysogenum). El origen
de los genes biosintéticos de β-lactamas es procariota, y existen importantes evidencias de
que algunos de estos genes fueron transferidos horizontalmente a los hongos (Brakhage et al.
2005). Diferentes especies de hongos han desarrollado sus propias vías metabólicas combi-
nando la acción de las enzimas codificadas por los genes de origen procariota con otras de
origen eucariota, para producir antibióticos β-lactámicos diferentes a los sintetizados por las
bacterias, como la penicilina (P. chrysogenum, A. nidulans) y la cefalosporina (A. chrysogenum).
Resulta interesante observar como los genes de origen eucariota, como el gen penDE en P.
chrysogenum y los genes cefD1, cefD2 y cefG en A. chrysogenum, han llegado a agruparse con los de
origen procariota para formar los clusters biosintéticos de penicilina y cefalosporina respecti-
vamente (Fig. 3), es decir, evolutivamente se ha favorecido la agrupación de estos genes de ori-
gen diferente, lo que evidencia que existe una presión selectiva en favor de este agrupamiento
y que la formación de clusters de los genes β-lactámicos fúngicos tiene un sentido funcional, y
no es únicamente una herencia de la transferencia horizontal desde bacterias.
Los clusters de genes del metabolismo secundario suelen incluir, junto a los genes responsables
de la biosíntesis del compuesto, genes de transporte, reguladores, y en procariotas frecuente-
mente genes de resistencia si el compuesto tiene actividad antibiótica (Liras, 1999)
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Los genes del metabolismo secundario en procariotas son frecuentemente regulados por fac-
tores de transcripción del tipo denominado SARP (Streptomyces Antibiotic Regulatory Pro-
teins), como por ejemplo AfsR, un regulador general del metabolismo secundario de S. coeli-
color (Lee et al. 2002), o CcaR, que regula la biosíntesis de cefalosporina y ácido clavulánico
en S. clavuligerus (Santamarta et al. 2005).
En eucariotas los genes del metabolismo secundario se regulan por dos tipos de factores
transcripcionales: 1) narrow domain regulators, que son específicos de cada ruta, como por ejem-
plo AflR que regula la biosíntesis de esterigmatocistina en A. nidulans, o Cmr1, que regula la
biosíntesis de melanina en Colletotrichum, y 2) broad domain regulators, que son reguladores gene-
rales del metabolismo, como por ejemplo PacC, que regula genes expresados en condiciones
de pH alcalino y además los genes de la ruta de penicilina en Aspergillus nidulans y Penicillium
chrysogenum (Brakhage, 1998).
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Genome mining. Este término se refiere en general al hallazgo de nuevos genes involucra-
dos en determinadas rutas o procesos mediante análisis genómico. Bok et al. (2006b) desarro-
llaron un interesante método de genome mining consistente en la utilización de mutantes ΔlaeA
en el hongo Aspergillus nidulans. El gen laeA, como se mencionó con anterioridad, es un regu-
lador de todo el metabolismo secundario de Aspergillus, por lo que su ausencia mantiene re-
primidos los genes involucrados en el metabolismo secundario. De esta forma se identificó un
nuevo cluster para un MS no descrito previamente en Aspergillus, el antitumoral terrequinona.
Conclusiones
Los metabolitos secundarios son una de las principales fuentes de fármacos en la actualidad.
Los conocimientos sobre los mecanismos enzimáticos y los genes responsables de su biosínte-
sis han permitido la aplicación de técnicas biotecnológicas para la mejora de su producción a
nivel industrial. En la actualidad, la investigación sobre el metabolismo secundario ha expe-
rimentado un empuje de gran relevancia gracias a las nuevas técnicas derivadas de la genó-
mica, que han permitido la identificación de un gran número de clusters biosintéticos nuevos,
así como su delimitación y el estudio de su regulación.
Referencias
Aparicio JF, Mendes MV, Antón N, Martín JF (2002). Biosynthetic rules for macrolide cons-
truction. En: Microbial Secondary Metabolites: Biosynthesis, Genetics and Regulation, Fie-
rro F, Martín JF (Eds.). Research Signpost, Trivandrum, India.
Bok JW, Keller NP (2004). LaeA, a Regulator of Secondary Metabolism in Aspergillus spp.
Eukaryot Cell 3: 527-535.
Bok JW, Noordermeer D, Kale SP, Keller NP (2006a). Secondary metabolic gene cluster
silencing in Aspergillus nidulans. Mol Microbiol 61: 1636-1645.
Bok JW, Hoffmeister D, Maggio-Hall LA, Murillo R, Glasner JD, Keller NP (2006b). Geno-
mic mining for Aspergillus natural products. Chem Biol 13: 31-37.
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I. Metabolitos secundarios
• No son necesarios para el crecimiento del microorganismo que los produce. En estado
natural, sus funciones se hallan ligadas a la supervivencia de la especie.
• Cada uno de estos compuestos es producido por un grupo muy reducido de organismos.
Los metabolitos secundarios mejor conocidos son los antibióticos, de los que se han descubierto
más de 5000, cifra que aumenta a razón de una media aproximada de 300 por año, aunque
la mayoría carecen de utilidad pues son tóxicos para blancos no deseados. Aproximadamente
el 75% de los antibióticos conocidos son producidos por actinomicetos (Challis y Hopwood,
2003; Demain y Fang, 2000). Algunas especies son excepcionales productores de antibióticos,
por ejemplo Streptomyces griseus produce al menos 40 antibióticos diferentes.
Los médicos egipcios utilizaron una amplia variedad de fármacos con fines antiparasitarios
y antisépticos y las investigaciones realizadas acerca de algunas sustancias o preparaciones
descritas en los papiros han permitido descubrir un cierto conocimiento empírico del fenómeno
de la antibiosis. Así lo demuestra la utilización en preparados de aplicación tópica de levadura
de cerveza, la cual contiene principios activos contra el estafilococo dorado, microorganismo
involucrado en la forunculosis, el impétigo y otras infecciones dermatológicas; también da
prueba de ello el uso de pan fermentado prescrito en algunas fórmulas para el tratamiento
de heridas purulentas, afecciones intestinales y urinarias, cuyo efecto beneficioso se debía a
la presencia de mohos con capacidad antibiótica (Demain y Fang, 2000; García-Rodríguez
et al., 1998).
Por su parte, los aztecas tuvieron vastos conocimientos en la herbolaria, y su legado es tan
importante, que la herbolaria mexica ha sido considerada como una de las más importantes
del mundo. A pesar de que empíricamente utilizaron algunas medicinas, fueron muy eficientes
en el tratamiento de enfermedades, por ejemplo, para dolores de estómago y diarreas muy
severas, utilizaban agua con cal; para el tratamiento de algunas infecciones, utilizaron maíz
agrio; en la actualidad los científicos han estudiado las propiedades de este, y han demostrado
que contiene penicilina (Lozoya y Lozoya, 1982).
Pero no fue sino hasta 1895, que Tiberio observó la acción antibiótica de diferentes extractos
de hongos (Aspergillus, Mucor, Penicillium) frente a diversos microbios in vitro (bacteridia, bacilo
tífico, colibacilo, vibrión colérico, estafilococos) e in vivo (ensayos con conejos inoculados con
bacilos tíficos coléricos), y en 1896, E.A. Duchesne atribuyó esta acción a la producción de
determinadas sustancias tóxicas. Ese mismo año, B. Gossio utilizó, por primera vez, el hongo
Penicillium glaucum en un intento fallido de producir una sustancia antibacteriana y el propio
Duchesne hizo notar que algunos gérmenes patógenos, como el bacilo de Eberth, podían ser
inhibidos incluso in vivo por Penicillium.
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modelo de planificación –de técnicas, de ensayos y de errores– del que se aprendió para el
desarrollo de las moléculas que le siguieron en una vertiginosa carrera que fue acelerándose
hasta llegar a nuestros días (García-Rodríguez et al., 1998).
• Fleming describe el fenómeno tras estudiar todos los cultivos que había reservado para su
observación durante unas vacaciones, como hacía habitualmente.
Pero muy pocas personas como Fleming tenían los conocimientos necesarios para interpretar
la actividad biológica del hongo y la curiosidad científica e interés práctico en sus trabajos para
profundizar en el tema.
Del aire llegó Penicillium y de la tierra los actinomicetos. Los microbiólogos más interesados por
los microorganismos que habitan la tierra saben las dificultades que tienen los microorganismos
patógenos para convivir con aquéllos. Ésta fue la razón por la que S. Waksman y R. Dubos
pensaron que debía existir algún antagonismo entre ambos, lo que favorecería una rápida
destrucción del patógeno. El estudio de los microorganismos del suelo fue una línea de
investigación permanente y principal en la vida de Waksman. Éste había nacido en Ucrania en
1888, emigrando a EE.UU. en 1910. Allí comenzó su carrera como microbiólogo agrícola y sus
primeros trabajos se dirigieron al conocimiento de los hongos y las bacterias que intervienen
en la fertilización de la tierra. Waksman identificó muchos de estos microorganismos como
actinomicetos, aislando y estudiando un gran número de ellos, entre los que destaca el
hallazgo en 1915 del Streptomyces griseus, del que en 1943 se obtendría la estreptomicina. Este
microorganismo también había sido descrito en 1914 por A. Krainsky. El descubrimiento del
antibiótico lo realizaron A. Schatz y S. Waksman, a partir de una cepa aislada de la garganta
de un pollo, y se publicó en 1945. El cultivo original no producía estreptomicina y fue su
irradiación y mutación lo que condujo a la elaboración de dicho antibiótico. La actividad de
este antibiótico sobre Mycobacterium tuberculosis abrió una etapa extraordinaria en el control de
esta enfermedad y por ello Waksman recibió en 1952 el Premio Nobel de Medicina.
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La investigación de los microorganismos del suelo continuaba. Pronto una gran variedad de
antibióticos iba a surgir a partir de los habitantes de la tierra. El mundo de la terapia antiinfecciosa
se enriquecería con substancias como el cloranfenicol, la gentamicina, las tetraciclinas, los
macrólidos, la fosfomicina, la rifampicina, la novobiocina, etc. (Demain y Fang, 2000).
III. Actinomicetos
Los Actinomicetos son un grupo de bacterias filamentosas, generalmente Gram positivas, que
forman filamentos ramificados. Como resultado de un adecuado crecimiento y ramificación,
se forma una estructura ramificada de filamentos, denominada pseudomicelio, mismo que aún
siendo de dimensiones bacterianas es análogo al micelio que forman los hongos filamentosos.
Muchos actinomicetos forman esporas. Responden al oxígeno en diferentes formas, pues las
hay aerobias y anaerobias, dependiendo de la especie. Los actinomicetos son microorganismos
quimiorganotróficos (Shapiro, 1989).
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Se cree que el agotamiento de los nutrientes y/o descenso de la velocidad de crecimiento genera
señales que producen una cascada de eventos regulatorios que conducen a la diferenciación
química (metabolismo secundario). La señal es a menudo una molécula inductora de bajo peso
molecular (factor auto-regulador) que se une a una proteína reguladora (proteína represora/
proteína receptora) que impide el metabolismo secundario durante el crecimiento exponencial
y en presencia de exceso de nutrientes. Estas señales activan probablemente un “gen maestro”
que actúa a nivel de traducción, el cual codifica para un tRNA raro y para un factor de
transcripción positivo (Demain, 1989; Gräfe, 1989).
Durante las pasadas tres décadas, diversas categorías de compuestos orgánicos biológicamente
activos han sido estudiados por su posible efecto sobre la biosíntesis de metabolitos
secundarios. Estos grupos incluyen vitaminas, intermediarios metabólicos, inhibidores
enzimáticos, antibióticos y otras clases de agentes medicinales. Para el caso particular de la
rifamicina se ha aislado un compuesto inductor denominado factor-B (Azuma et al., 1990).
Este compuesto se reporta como un elemento regulatorio esencial para la inducción de la
biosíntesis de rifamicina B, lo cual fue demostrado mediante el uso de mutantes deficientes
en la síntesis del antibiótico. Esta deficiencia fue revertida en un medio que contenía extracto
de levadura, de donde posteriormente fue purificado el factor-B. Finalmente se identificó
mediante análisis estructural y síntesis química como 3’-(1-butilfosforil) adenosina. Se
determinó también que la concentración de factor-B requerida para inducir la biosíntesis
del antibiótico es extremadamente baja, alrededor de 10 ng/mL. Kawaguchi et al. (1988)
encontraron también el factor-B en la cepa progenitora. Por su parte, Azuma et al. (1990)
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reportaron que una ribonucleasa cataliza la biosíntesis del factor-B a partir de RNA en
presencia de butanol y 2’, 3’-cAMP.
Otro compuesto que da una marcada respuesta estimulatoria, pero de origen exógeno, es el
5, 5-dietilbarbiturato (barbital o veronal), el cual fue primeramente reportado por Ferguson
et al. (1957), quienes observaron que a una concentración óptima de 13.5 mM, en un
medio sintético y adicionado al momento de la inoculación, se obtiene consistentemente un
incremento de cuatro veces en la producción de estreptomicina por S. griseus. Otros barbituratos
hipnóticos, como los derivados 5-etil-5-fenil y 5, 5-dietil-1-metil, no fueron activos, sin
embargo, en aquellos análogos del barbital que conservaron la substitución dialquil en el C-5
de la molécula, si mostraron actividad inductora. En estudios posteriores sobre la biosíntesis
de estreptomicina (Heding y Gurtu, 1977), el barbital no incrementó la producción de una
cepa industrial altamente productora de S. griseus, tanto en medio definido como en medio
complejo. El resultado fue similar con una cepa semi-industrial, sin embargo con una cepa
posterior en medio complejo, a una concentración de barbital de 8.14 mM, la producción de
estreptomicina se incrementó en un 29% (Heding y Gurtu, 1977). Otro aspecto interesante
es el hecho de que el barbital de alguna manera evitó o antagonizó el efecto inhibitorio de la
quinacrina y del 2, 4-dinitrofenol sobre la biosíntesis de estreptomicina por S. griseus.
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V. Un problema en común
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ortofosfato (H3PO4) a concentraciones (>10 mM) que no son inhibidoras para el crecimiento.
En algunos casos se explica ya que los intermediarios de la ruta metabólica del producto que
nos interesa están fosforilados, aunque el producto final no lo esté. Las fosfatasas actuarían en
estos intermediarios (Bibb, 2005).
VIII. Exportación
Durante la segunda mitad del siglo pasado se incrementaron los estudios para el
mejoramiento genético de actinomicetos con miras a incrementar los niveles de producción.
Se identificaron una gran cantidad de genes involucrados en el metabolismo secundario de
los actinomicetos. Dentro de ellos se han encontrado genes involucrados en la resistencia y
exportación de los antibióticos propios de cada microorganismo productor. Sin embargo,
se ha puesto poca atención al papel que juegan estos genes en la regulación de los niveles
de producción, ya que es importante considerar que puede presentarse un efecto tóxico
propio de la actividad del antibiótico que sintetizan cuando las concentraciones del mismo
son altas lo que marca un límite en la producción en cepas industriales de alta producción
(Demain y Fang, 2000).
Por otro lado, en 1998 August y colaboradores reportaron la secuencia de nucleótidos de los
genes involucrados en la biosíntesis de rifamicina. Dentro del cluster, encontraron 34 marcos
abiertos de lectura, uno de los cuales, denominado rifP presenta un 66.1% de homología con
el gen ptr de Streptomyces pristinaespiralis, mientras que a nivel proteico RifP y Ptr tienen una
similitud de 81.2%. La función de la proteína RifP fue demostrada mediante silenciamiento
del gen rifP, encontrándose que este silenciamiento ocasiona una disminución de la producción
de un 80 % (Absalón et al., 2007). Esto sugiere que un incremento en la expresión de este tipo
de genes podría mejorar la capacidad de producción del antibiótico.
34
Los actinomicetos presentan un ciclo de vida complejo que implica procesos de diferenciación
morfológica y fisiológica. Estas bacterias son capaces de colonizar sustratos formando una
red de hifas tabicadas ramificadas que dan lugar al micelio vegetativo. Estas hifas obtienen
los nutrientes de la degradación del material orgánico insoluble gracias a numerosas enzimas
hidrolíticas (Chater, 1984). En una primera etapa, las zonas más alejadas de la fuente de
nutrientes empiezan a acumular sustancias de reserva, hasta que en un determinado momento
y debido a la carencia de nutrientes, se reciben una serie de señales; justamente en esta zona,
que disparan la expresión de genes implicados en la formación del micelio aéreo. Se produce
así, el desarrollo de hifas que emergen del micelio vegetativo para dar lugar al micelio aéreo.
Estas hifas se van a nutrir de los productos de degradación del micelio vegetativo, y en una
segunda etapa van a sufrir un proceso de curvatura, enrollamiento, formación de septos y
engrosamiento de la pared celular para dar lugar a una cadena de esporas uninucleares, que se
liberarán al medio y que con las condiciones adecuadas, germinarán y desarrollarán un nuevo
micelio vegetativo (Elliot y Talbot 2004).
Por otro lado, los aminoácidos son la principal fuente de carbono y nitrógeno, por lo que su
limitación juega un papel central en la iniciación del metabolismo secundarios, desencadenando
un mecanismo conocido como “respuesta estricta” que consiste en la disminución de la síntesis
proteica, disminución de la estabilidad de los mRNA, aumento de la degradación de proteínas
y aumento de la producción de aminoácidos. El efector de esta respuesta es el 3,5 difosfato
de guanosina (ppGpp), sintetizado por una proteína asociada a ribosoma. ppGpp se une
a la subunidad catalítica de la RNA polimerasa, alterando el reconocimiento de una serie
de promotores llamados promotores estrictos. Este incremento en la cantidad de ppGpp se
correlaciona con la necesidad de entrar en metabolismo secundario (Hesketh et al., 2007).
35
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36
37
Estos compuestos son producidos comercialmente por fermentación líquida sumergida (FL),
pero muchos de estos metabolitos podrían ser producidos ventajosamente por fermentación
sólida.
Aunque sistemas de fermentación sólida (FS) han sido usados desde la antigüedad en varios
países orientales, la FS ha sido transformada, en los últimos 25 años, para nuevos propósitos,
usando nuevos enfoques de microbiología, bioquímica e ingeniería bioquímica. Este mayor
grado de control, ha permitido el uso de la FS para producir sofisticadas y valiosas moléculas
como los MS (Barrios-González y Mejía, 1996; Barrios-González y Mejía, 2007; Barrios-
González y Mejía, 2009).
Hace 10 o incluso 5 años, las revisiones (reviews) de este campo señalaban que la FS era una
tecnología emergente con gran potencial para la producción de metabolitos secundarios a
escala comercial. Los autores comentaban que la morfología del micelio, asociada a los
microorganismos productores de MS, es muy apropiada o adaptada para el crecimiento en
soporte sólido. También que la FS presenta ventajas como mayor producción, a menudo en
tiempos más cortos, mayor estabilidad del producto, menores requerimientos de energía;
aunque también comentan desventajas como un más complicado escalamiento y dificultades
para monitorear y controlar los parámetros del proceso (Barrios-González & Mejía, 1996;
Blakrishnan & Pandey, 1996; Robinson & Nigam, 2001).
Hoy la producción industrial de MS por FS es una realidad. Hace algunos años, una compañía
de la India comenzó la producción industrial de algunos MS; y se ha convertido desde entonces
en un exitosa empresa y la FDA de EEUU ha aprobado esta tecnología para la producción
de fármacos para aplicaciones industriales desarrolladas (Suryanarayan, 2003). En un futuro
próximo, la competencia entre el sistema convencional de FL (fermentación líquida) y el de FS
promete ser mucho más reñida e interesante.
Investigaciones realizadas por nosotros y por otros autores han demostrado que la fisiología
de la idiofase (fase de producción) en FS comparte varias similitudes con la conocida fisiología
en medio líquido. De esta manera, similares estrategias deben ser adaptadas para desarrollar
procesos de producción eficientes; por ejemplo, evitar la regulación por carbono (catabólica),
nitrógeno o fosfato, además de incluir inductores y precursores en el medo sólido. No obstante,
hay importantes parámetros específicos para la FS que deben ser optimizados y que incluyen:
pretratamiento del sustrato o soporte, contenido de humedad inicial, concentración del medio
y aireación (Pandey et al, 2007).
40
Muchas de las ventajas de la FS, como que los metabolitos son a menudo producidos en
concentraciones mucho más altas que en FL, son una consecuencia de la diferente fisiología
mostrada por los microorganismos en FS, en relación a la presentada en FL (Barrios-González
y Mejía, 2009).
Aunque el conocimiento básico de la fisiología del medio sólido es aún incipiente, ya empiezan
a surgir ejemplos de su aplicación al mejoramiento genético (Campos et al, 2008; Te Biesebeke
et al, 2005; Te Biesebeke et al, 2006; Barrios-González y Mejía, 2009).
En relación a las cepas utilizadas para procesos de FS, un análisis de la literatura indica que
aislamientos silvestres tienen un rendimiento sorprendentemente alto en FS (Rao et al, 2005;
Asagbra et al, 2005, Baños et al, 2004; Mahalaxmi et al, 2010; Baños et al, 2009). Es importante
señalar que sería imposible obtener estos rendimientos, con una cepa silvestre, en un proceso
de fermentación sumergida.
Sin embargo, a pesar de todo esto, el mejoramiento genético de las cepas es también muy
importante o incluso inevitable para el desarrollo de procesos de FS competitivos. En este
sentido es significativo que 8 de los 10 procesos de FS más productivos para MS fúngicos,
reportados en los últimos años, utilizaron cepas mejoradas. También interesante es que los 3
procesos de FS más productivos de MS de actinomicetos, también utilizan cepas mejoradas
genéticamente (Barrios-González & Mejía, 2007; Khaliq et al, 2009).
Hoy está claro que es necesario utilizar y generar cepas especiales, particularmente adecuadas
o convenientes para el medio sólido; tanto para la producción de MSs como de enzimas. Lo
41
que no está tan claro es qué métodos o estrategias deberían usarse. Una estrategia que ha sido
usada, es partir de cepas hiperproductoras para FL y aislar mutantes que sean eficientes en
FS. Idealmente, esas mutantes combinarán la capacidad de alta producción con una buena
adaptación al medio sólido (Barrios-González et al, 1993).
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43
44
Introducción
Los microorganismos son probablemente los seres vivos más antiguos y colonizan cualquier
ambiente en la tierra. Han jugado papeles centrales en su evolución climática, geológica,
geoquímica, biológica (Xu, 2006). Los alimentos entonces están también colonizados,
generalmente con microbiotas complejas. Dentro de ésta pueden encontrarse microorganismos
indeseables: los que causan enfermedades, los que alteran los alimentos, y los deseables: los que
los fermentan, los que los hacen funcionales, como los probióticos, y también los comensales
que no causan problemas ni son útiles.
Los microorganismos han actuado en los alimentos siempre, pero debido a su tamaño se
conocieron hasta que Antonie van Leeuwenhoek los observó con una lente. Más tarde
Louis Pasteur descubrió la relación entre los microorganismos, la descomposición y la
fermentación de los alimentos. Debido a esto se le considera el padre de la microbiología de
alimentos (Jay, 2007).
A diferencia de los animales y las plantas, no había sido posible determinar las relaciones
filogenéticas entre los microorganismos, ya que no contaban con caracteres como los de los
45
organismos superiores (presencia de alas, picos, etc.), hasta que se ideó comparar las secuencias
del ADN de los microorganismos, que es lo que los hace diferentes. Debido a la dificultad para
comparar las secuencias del ADN total de un aislado, surgió la necesidad de seleccionar un
gen. Este debe cumplir con ciertas características: que esté distribuido universalmente, que sea
funcionalmente homólogo en todos los organismos a comparar, que cuente con regiones de
homología y regiones de heterogeneidad, que la velocidad de cambio de la secuencia sea
proporcional a la de la distancia evolutiva medida. Algunos genes que cumplen con estos
requisitos son: genes que codifican ATPasas, RecA (relacionado con la recombinación)
y los genes de rRNA (sobre todo el 16S es el que más se ha usado) (Tortora et al., 2006;
Ludwig, 2008).
Woese (1987) usó este método para determinar las relaciones filogenéticas entre los organismos
que tienen células. El menciona que: “La célula es un documento histórico, y obteniendo la capacidad
de leerlo (secuenciando sus genes) no podemos más que alterar drásticamente la manera de ver la biología”.
Entonces se agruparon en 3 dominios: Bacteria, Archaea y Eukarya, a diferencia de los 5 reinos
en los que se clasificaban. Debido a que esta nueva clasificación está basada en la historia de
los microorganismos se considera una clasificación más natural.
Por otra parte, si lo que se requiere es comparar las secuencias de los genes ribosomales de
los microorganismos, éstas pueden obtenerse directamente del ADN de una muestra, sin la
necesidad de aislar los microorganismos. A partir del ADN extraído, se amplifican mediante la
reacción de PCR regiones de los genes ribosomales. Estos amplicones pueden ser secuenciados
e identificados mediante la comparación de su secuencia con la de una base de datos, como el
GenBank.
Al usar esta técnica, que no requiere del cultivo de los microorganismos, se descubrió que la
microbiota presente en los ambientes naturales es más compleja de lo que se creía, ya que
una proporción muy baja, alrededor del 1%, se recupera en los medios de cultivo usados
tradicionalmente (Hugenholtz et al., 1998). Esto ocurre por ejemplo en el suelo. La diversidad
microbiana describe la complejidad y variabilidad a diferentes niveles. Variabilidad genética
entre los taxones (especies), el número (riqueza) y abundancia relativa (uniformidad) de
los taxones y grupos funcionales (asociaciones) en las comunidades. El tipo de proceso y
complejidad de interacciones. El estudio de todo lo anterior debe incluir múltiples métodos
que se dirijan a determinar la estructura y la función (Torsvik y Ovreås, 2002).
Dentro de las razones por las cuales no todos los microorganismos se recuperan en medios
de cultivo se mencionan: no se sabe cómo cultivarlos y no crecen debido a que les falta o les
sobra algún nutrimento en el medio, la atmósfera no es adecuada, no se pueden desarrollar
en cultivo puro, o entran en un estado conocido como viable pero no cultivable, al cual
entran cuando se encuentran ante una situación de estrés y no crecen en medios de cultivo,
a pesar de estar vivas (Roszak y Colwell, 1987; Colwell, 2000). Esto ha venido a cambiar los
criterios para determinar si un microorganismo está muerto o vivo, ya que anteriormente
se consideraba que los viables eran aquéllos capaces de desarrollarse en medios de cultivo.
46
Figura 1. Métodos dependientes e independientes del cultivo para el análisis microbiológico de alimentos
(Díaz-Ruiz y Wacher, 2003).
Se han ideado entonces una gran variedad de métodos con base en la biología molecular y en la
filogenética. Si bien fue muy importante la obtención de cultivos puros, con el descubrimiento
de que los ambientes son más complejos de lo que se pensaba, ahora se reconoce que los
microorganismos no funcionan como seres individuales, sino como miembros de comunidades
y éstas influyen en su desarrollo (Harwood y Buckley, 2008). Entonces se usa un enfoque
ecológico para estudiarlos (Ercolini, 2004).
47
Existe una gran variedad de métodos de “huella digital” y dentro de éstos se pueden mencionar:
PFGE (electroforesis en gel con campos pulsados). En ocasiones, cuando se usan enzimas
de corte raro, se obtienen fragmentos demasiado grandes que no migran adecuadamente en el
gel. Para promover o facilitar el movimiento de los fragmentos a través del gel, la electroforesis
es en varios sentidos, de manera que se va forzando a la molécula a moverse a través del gel,
siendo finalmente su movimiento en línea recta como la electroforesis convencional. Este es un
método muy reproducible y ha sido el seleccionado para usarse en programas epidemiológicos
nacionales, como el Pulsenet en Estados Unidos (Swaminathan et al., 2001).
Estos métodos son muy útiles para: a) Agrupar microorganismos antes de identificarlos (de
esta manera se puede seleccionar uno de cada grupo para identificar), b) Para determinar las
fuentes de contaminación de alimentos por ejemplo con bacterias patógenas, c) Para determinar
a partir de cuáles alimentos se produjo un brote, al aislar el mismo tipo del microorganismo
del alimento y de muestras clínicas de las personas enfermas. Estos métodos se usan entonces
para comprender la transmisión de las enfermedades transmitidas por alimentos y la seguridad
48
Figura 2. Ribotipos de aislados de L. monocytogenes del procesador D. Las muestras ambientales (E),
de materia prima (R), en proceso (IP) y producto terminal (F), agrupados por visita. * ribotipo aislado más
frecuentemente de las muestras del procesador D. (Norton et al., 2001)
49
Por las razones explicadas anteriormente, es importante usar métodos que no requieran del
cultivo de los microorganismos. Se extrae entonces el ADN de las muestras y se amplifica por
PCR una región del gen ribosomal 16S, o de otro gen. La especificidad estará determinada
por los cebadores, que pueden ser tan generales como un dominio o tan específicos como
una especie. Si se usan cebadores universales para Bacteria, el producto de la PCR será una
mezcla de fragmentos de miembros de este dominio. Son entonces del mismo tamaño, pero
con secuencias diferentes. Para separarlos y determinar qué bacterias se encuentran en la
mezcla, se puede hacer una biblioteca de clonas en E. coli, para después aislar las cepas que
hayan adquirido el fragmento y secuenciarlo. Otra alternativa es separarlos de acuerdo con
su secuencia usando geles de poliacrilamida y correrlos en una electroforesis con gradiente
de temperatura (TTGE) o de urea-formamida (DGGE, electroforesis en gel con gradiente
desnaturalizante). Se obtiene para cada muestra un patrón de bandas en el que idealmente
cada banda representa un microorganismo diferente y la intensidad de las bandas da una idea
de su proporción relativa en la muestra; sin embargo no es un método cuantitativo (Muyzer
et al., 1993). El SSCP (polimorfismo de conformación de bandas sencillas) se basa en la
separación de bandas sencillas de ADN de acuerdo con su conformación (que a su vez depende
de su secuencia). Para identificar cada banda del patrón se puede determinar la posición de
la banda que producen cepas aisladas e identificadas o se corta la banda, se extrae el ADN,
se reamplifica por PCR, se secuencia y se compara con una base de datos para identificar el
microorganismo al que corresponde (Schwieger y Tebbe, 1998).
50
con éste es posible usar los métodos mencionados anteriormente. De esta manera es posible
determinar la estructura de las poblaciones microbianas, distinguir los microorganismos activos
metabólicamente y se puede determinar su función, si se trabaja con genes funcionales.
Figura 3. Comparación entre patrones de PCR-DGGE, y RT-PCR de productos de las regiones V6 a V8
de aislamientos de ADN y rARN de leche, cuajada y queso madurado 15 días, del productor I. Las bandas
pertenecen a: A, Macrococcus caseolyticus; B, Lactococcus lactis; C, Leuconostoc mesenteroides; D,
Streptococcus thermophilus; E: Streptococcus bovis; F, G, H, I, and J, Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus;
K, Lactobacillus fermentum; L, Lactobacillus casei; and M, Enterococcus hirae. (Randazzo et al., 2002).
51
Cuantificación de microorganismos
En general, para realizar el análisis de algún alimento se toma una muestra y se homogeniza.
Para el caso de las muestras sólidas, con esto se pierde la información sobre la localización
de los microorganismos, que puede ser de gran importancia. Se usan entonces métodos in
situ, como el FISH (Hibridación fluorescente in situ). Se basa en la hibridación de sondas
de ADN marcado complementaria a regiones del gen ribosomal. Los microorganismos
marcados podrán ser detectados mediante microscopía de fluorescencia o citometría de flujo.
Es una técnica muy rápida y sensible, considerada una herramienta poderosa para identificar
microorganismos en comunidades microbianas complejas.
Mediante el uso de estos métodos, junto con los tradicionales, ha avanzado la comprensión de
la estructura y la función de la compleja microbiota presente en los alimentos, haciendo posible
52
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Las enfermedades de origen alimentario (EOA), las ha definido la OMS como “enfermedades
por infecciones o toxinas naturales causadas por el consumo de agua o alimentos”. Se conocen
más de 250 EOA, sus síntomas varían dependiendo del agente etiológico. La diarrea y el
vómito son los síntomas más comunes. El número de casos, hospitalizaciones y muertes es
elevado (Le Loir et al., 2003).
Las bacterias son una de las principales causas de las EOA, debido a que su patogénesis se
centra en su habilidad para penetrar, sobrevivir y multiplicarse en las células huésped. La
patogénesis en gran medida depende de la capacidad de la bacteria para producir toxinas
después de la ingestión (en el tracto digestivo) o antes (toxinas preformadas en los alimentos).
Dentro de las bacterias Gram-positivas que causan EOA se encuentra Staphylococcus aureus. (Le
Loir et al., 2003)
Staphylococcus aureus es una de los principales agentes etiológicos de gastroenteritis causada por
el consumo de alimentos contaminados. La intoxicación alimentaria por estafilococos (IAE) se
debe a la absorción de las enterotoxinas estafilocócicas (SEs) preformadas en los alimentos (Le
Loir et al., 2003; Alarcón et al., 2006).
Las cepas de S. aureus se pueden clasificar en biotipos de acuerdo a su origen animal o humano.
Se han desarrollado esquemas basados en sus características bioquímicas que incluyen seis
biotipos diferentes: humano, humano no β-hemolítico, aviar, bovino, ovino y no específico
(Devriese, 1984: 215-220).
55
Algunas cepas de S. aureus son capaces de producir enterotoxinas estafilocócicas, estas cepas son
los agentes causales de la intoxicación alimentaria por estafilococos. S. aureus no forma esporas,
por lo que su contaminación puede ser rápidamente eliminada al tratar con calor la comida.
Sin embargo, permanece como una causa principal de EOA debido a que puede contaminar
productos alimenticios durante su preparación y procesamiento.
S. aureus se puede encontrar en las narinas, piel y cabello de los animales de sangre caliente.
Entre el 30 y 50% de la población humana son portadores de S. aureus (Bustos et al., 2006).
S. aureus es capaz de crecer en un rango amplio de temperatura (7 a 48.5°C con una temperatura
óptima de 30 a 37°C) (Schmitt et al., 1990). Puede crecer a pH de 4.2 a 9.3 con un pH óptimo
de 7 a 7.5 (Le Loir et al., 2003). Crece en altas concentraciones de cloruro de sodio (arriba
del 15% de NaCl). Estas características lo hacen capaz de crecer en una amplia variedad de
alimentos. Además su nicho ecológico, explica fácilmente su incidencia en los alimentos que
requieren manipulación durante el proceso, incluyendo alimentos fermentados como el queso.
S. aureus es una bacteria patógena importante debido a su virulencia, mediada por la combinación
de sus toxinas, sus factores de invasividad y su resistencia a los antibióticos. Por lo que el espectro
de infecciones que produce es muy variado, causa desde furúnculos hasta el síndrome del shock
tóxico y sepsis, infecciones nosocomiales e infecciones adquiridas en la comunidad. Varios
de estos padecimientos dependen de numerosos factores de virulencia (Bustos et al., 2006;
Bachert et al., 2002). Sin embargo, por otra parte, la intoxicación alimentaria por estafilococos
(IAE), depende principalmente de un tipo de factor de virulencia: las SEs. Los síntomas de
IAE son dolor abdominal, nausea, vómito, algunas veces seguido de diarrea (nunca diarrea
solamente). La aparición de los síntomas es rápida (de 30 min a 8 h) y se observa generalmente
una remisión espontánea después de 24h (Balaban et al., 2000; Le Loir et al., 2003).
Los genes que codifican las SEs se localizan en diferentes partes, principalmente en elementos
genéticos móviles. Se pueden encontrar en profagos, plásmidos, transposones, islas de
patogenicidad y en el cromosoma (Le Loir et al., 2003; Bustos et al., 2006).
El principal sistema regulador que controla la expresión de los genes de los factores de
virulencia en S. aureus es el regulador de genes accesorios (accessory gene regulator, agr), que
56
En todos los casos de IAE, el alimento o uno de sus ingredientes se hallaba contaminado
con cepas de S. aureus productoras de SE y fueron expuestos, al menos por un tiempo, a
temperaturas que permiten el crecimiento de S. aureus. Esto puede deberse a fallas en el proceso
de refrigeración o porque se requieren temperaturas permisivas de crecimiento durante el
proceso de fabricación (por ejemplo, la producción de queso). Muchos y variados alimentos
pueden ser un buen medio de crecimiento de S. aureus y por lo tanto implicar la IAE, se incluyen:
leche, crema, mantequilla, jamón, quesos, salchichas, carne enlatada, ensaladas, sándwich y
platos de comidas (Le Loir et al., 2003).
57
Los alimentos que más involucran IAE difieren de un país a otro, en el Reino Unido se debe
al jamón (Wieneke et al., 1993), en Francia los quesos y en Estados Unidos las carnes rojas
(Genigeorgis, 1989:327-360). En todos los casos de IAE, la principal fuente de contaminación
de los alimentos son los humanos, contaminación vía contacto por manos o vía aparato
respiratorio por tos o estornudo. La contaminación ocurre después del tratamiento con calor
de los alimentos. No obstante los alimentos como carne cruda, salchichas, leche cruda y
quesos de leche cruda, se contaminan de los animales de origen y con mayor frecuencia
cuando el animal es portador o se encuentra con infección por S. aureus, por ejemplo, la
mastitis (Akineden et al., 2001).
Los alimentos y sus ingredientes deben estar sujetos regularmente a control microbiológico. Entre
las cepas de S. aureus aisladas de muestras de alimentos, el porcentaje de cepas enterotoxigénicas es
de alrededor del 25% (Le Loir et al., 2003). Sin embargo, esta estimación varía dependiendo del
tipo de alimento y del lugar del muestreo. Uno de los factores importantes en productos lácteos es la
presencia de vacas con mastitis, por ejemplo en un reporte de Alemania se encontró que el 72.8%
de las cepas aisladas eran enterotoxigénicas, productoras de SEA a SEJ (Akineden et al., 2001).
Actualmente en la mayoría de los lugares sólo se buscan las toxinas clásicas SEA a SEE, sin embargo
utilizando técnicas de biología molecular, se amplía el número de cepas enterotoxigénicas cuando
se buscan las SEs descritas recientemente (Le Loir et al., 2003). Esto demuestra la importancia de
cuantificar adecuadamente la producción de todas las SE en los alimentos para tener una idea clara
de la relación entre las SE descritas recientemente y la intoxicación alimentaria.
Una concentración de 106 a 108 ufc de S. aureus por gramo de alimento es suficiente para
producir IAE. Una dosis de menos de 1μg de enterotoxina, la cual puede ser producida por 105
ufc/gramo, en alimentos contaminados puede producir síntomas después de 1 a 6 horas de la
ingestión (FDA, 2007). La dosis infectiva requerida para inducir IAE se estima en alrededor de
0.1μg y puede variar por la sensibilidad del paciente (Evenson et al., 1988).
Regularmente se realiza una cuenta directa o se recuperan colonias aisladas después del
enriquecimiento en un caldo selectivo por 24-48h a 37°C. A las colonias sospechosas se les
58
Los métodos de identificación microbiológica han sido considerados como estándar de oro en
la identificación de bacterias. En muchos laboratorios también se incluye el análisis basado en
características fenotípicas utilizando pruebas bioquímicas, serológicas y perfiles enzimáticos.
Sin embargo, existen varias desventajas asociadas con los métodos microbiológicos. Se pueden
encontrar resultados negativos si el número de patógenos en la muestra es muy bajo. Cultivos
negativos también pueden obtenerse a partir de muestras obtenidas después de una terapia
con antibióticos ya que las muestras pueden contener residuos de antibióticos. La presencia
de leucocitos en la leche de casos clínicos con mastitis puede producir resultados negativos
(Gillespie et al., 2005).
Estos métodos requieren de más de 48 horas para obtener el resultado. Además la inadecuada
detección del patógeno o la realización de pruebas de confirmación aumentan el tiempo para
intervenir y controlar la contaminación y su diseminación (Gillespie et al., 2005).
La utilización de ensayos basados en el DNA resuelve varios de los problemas asociados con
los procedimientos microbiológicos convencionales. La mayor ventaja es que los métodos
diagnósticos basados en el DNA están enfocados a la composición única de los ácidos nucleicos
del genoma bacteriano, más que a la expresión fenotípica de los productos codificados por los
ácidos nucleicos. Por lo tanto, los ensayos basados en el DNA están sujetos a menos variabilidad
comparados con los métodos basados en la caracterización fenotípica. Los sistemas de
identificación basados en el DNA están dirigidos para patógenos específicos, se puede realizar
un escrutinio rápido de un número grande de patógenos de manera simultánea y proporcionar
una confirmación definitiva de los patógenos.
El método se basa en amplificar millones de veces una secuencia de DNA a partir de una copia
del gen que se está buscando. Para esto se utiliza una DNA polimerasa que puede realizar este
proceso de manera eficiente, la llamada taq polimerasa, la cual es una enzima termoestable
aislada de una bacteria termorresistente.
59
que da resistencia a la vancomicina (Depardieu et al., 2004). Genes de virulencia como: el gen
coa, que codifica para la coagulasa y el gen spa, que codifica para la proteína A (Kalorey et al.,
2007; Akineden et al., 2001). Genes de toxinas como: los genes sea, seb, sec de enterotoxinas
(Nakayama et al., 2006; Akineden et al., 2001); el gen tst de la toxina del síndrome del shock
tóxico (Jonson et al., 1996; Akineden et al., 2001); los genes eta y etb, que codifican toxinas
exfoliativas (Johnson et al., 1996; Akineden et al., 2001).
En el caso de los alimentos si se quiere detectar por PCR la presencia de la bacteria se utilizan
los genes nuc, coa y spa (Kalorey et al., 2007; Alarcón et al., 2006), si lo importante es determinar
la presencia de las toxinas de S. aureus, se utiliza principalmente la detección de los genes de
las SE (Akineden et al., 2001: Nakayama et al., 2006). Esta metodología se ha empleado en
alimentos como: leche (Cremonesi et al., 2005; Jorgensen et al., 2005); queso (Jorgensen et al.,
2005; Ercolini et al., 2004); salchichas (Holecková et al., 2002, Alarcón et al., 2006); pollo (Pepe
et al., 2006), pescado (Herrera et al., 2006), carne, ensaladas y una gran variedad de alimentos
(Alarcón et al., 2006).
A fines del siglo pasado Higuchi y colaboradores describen la PCR en tiempo real, la cual
vuelve a revolucionar la metodología para la detección de agentes infecciosos (Higuchi et al.,
1993). La diferencia con la PCR normal o también llamada de punto final, es que en la PCR
el producto de la reacción se puede observar hasta el final mediante electroforesis en un gel de
agarosa teñido normalmente con bromuro de etidio, mientras que en la PCR en tiempo real
se va observando la amplificación del DNA ciclo a ciclo, no se necesita esperar a que finalice la
reacción para saber si la muestra analizada contiene el gen que se busca, por lo que el resultado
se obtiene inmediatamente sin necesidad de realizar la electroforesis del producto final. Esta
metodología es más sensible y puede hacerse una determinación cuantitativa, de tal manera
que se puede saber el número de copias del gen que se está buscando en la muestra analizada.
También se requiere menos tiempo para la detección (aproximadamente una hora y media). Es
un método muy reproducible y con alta sensibilidad, al igual que en la PCR se pueden llevar a
cabo reacciones para detectar varios genes al mismo tiempo (reacción multiplex).
La detección del gen de interés se puede realizar por varias técnicas basadas en: sustancias
intercalantes del DNA como el SYBR green; en iniciadores marcados como los LUX; sondas de
hibridación como Hybprobes o sondas de hidrólisis como TaqMan.
60
Cualquier método de tipificación debe tener un elevado poder de diferenciación, debe ser
capaz de diferenciar claramente cepas no relacionadas, como aquellas que provienen de
diferente lugar, pero al mismo tiempo debe demostrar la relación de todos los organismos
aislados de individuos infectados de la misma fuente.
S. aureus causa brotes epidémicos de intoxicación alimentaria que involucran un número elevado
de personas, con hospitalizaciones y muertes (Le Loi et al., 2003; Do Carmo et al., 2004). En
estos casos es de suma importancia identificar el alimento contaminado y la cepa causante
del brote. Debido a la importancia clínica y epidemiológica de S. aureus, se han realizado
numerosos estudios de tipificación molecular de este microorganismo. Dentro de los métodos
utilizados se encuentran: el análisis de DNA polimórfico amplificado al azar (RAPD) (Van
Leeuwen et al., 1996); el análisis del polimorfismo longitudinal de fragmentos de restricción
(RFLP) (Yugueros et al., 1999); la tipificación de secuencias multilocus (MLST) (Rabello et al.,
2007). Sin embargo, ha sobresalido la electroforesis en gel de campos pulsados (PFGE) y se
le considera como el “estándar de oro” en la tipificación (Olive et al., 1999). La PFGE se ha
61
Conclusiones
Las nuevas tecnologías de análisis microbiológico basadas en el estudio del DNA han
revolucionado la manera de identificar y caracterizar a los microorganismos. En el caso
particular de S. aureus, bacteria causante de múltiples enfermedades debido a que presenta
una gran cantidad de factores de virulencia y resistencia a los antibióticos, es en estos genes
que codifican los factores de virulencia en donde se basa principalmente la identificación y
tipificación de las cepas enterotoxigénicas que se encuentran en los alimentos y que causan la
intoxicación alimentaria por estafilococos. Por lo que el conocer y manejar la tecnología del
DNA es de gran importancia en la actualidad.
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65
Los hongos filamentosos tienen una gran importancia para el ser humano, ya que participan
en numerosos procesos relacionados con actividades humanas, por ejemplo:
Ecología: remineralización de materia orgánica, biorremediación
Biotecnología: producción de antibióticos, fármacos, enzimas, etc.
Microbiología de alimentos: participación en procesos de maduración de muchos
alimentos, como el queso (Penicillium roqueforti, P. camemberti), salamis (P. nalgiovense) y otros.
Patógenos: humanos (Aspergillus fumigatus, Penicillium marneffei) y fitopatógenos
(Fusarium spp., Magnaporthe grisea, Botrytis cinerea, etc)
apical. A medida que crece longitudinalmente la hifa se ramifica, y el resultado final es una
red de células interconectadas que se denomina micelio. Este micelio forma una colonia que
crece radialmente a una velocidad constante. En Aspergillus nidulans, unas 16 h después de la
germinación surgen en el centro de la colonia hifas especializadas denominadas hifas aéreas
(Champe y Simón, 1992), muchas de las cuales se diferenciarán posteriormente para formar
conidióforos. Los conidióforos forman una “vesícula” (hinchamiento) en la parte apical (Fig.
1), sobre la que se desarrolla una corona de células denominadas “métula”, y sobre éstas las
fiálides, células especializadas con forma de matraz que sufren mitosis sucesivas en su parte
apical generando los conidios en una sucesión basipétala. En Penicillium el conidióforo no forma
una vesícula sino que se ramifica en la parte apical originando las “métula” y a continuación
las fiálides, que producirán los conidios.
Otro estímulo ambiental que induce la conidiación en determinadas especies como Neurospora
crassa, Trichoderma viridae y Aspergillus nidulans es la exposición a la luz. En Neurospora crassa la
proteína White Collar-1 (WC-1), que contiene FAD como cofactor, se ha identificado como
el receptor de luz azul que media la inducción por la luz del reloj circadiano (Froehlich et al.
2002; He et al. 2002).
68
Inductores endógenos
Otros posibles inductores endógenos han sido encontrados en otros hongos, como el esporógeno-
PF1, de Penicillium funiculosum, cuya síntesis es estimulada por la luz azul, y que es capaz de
inducir conidiación en condiciones de oscuridad (Katayama, 1989). En Aspergillus nidulans se
postula la existencia de una molécula autoinductora en cuya síntesis estaría involucrado el gen
fluG, ya que un mutante en este gen es aconidial, pero sin embargo es capaz de conidiar cuando
crece en presencia de la cepa silvestre, formando un número normal de conidios en el borde de
la colonia próximo a la silvestre (Lee y Adams, 1994).
Esta vía reguladora central de la conidiogénesis consiste en 3 genes que fueron identificados
mediante el estudio de mutantes bloqueados en diferentes fases del proceso de la conidiación:
69
la diferenciación de los conidióforos, los cuales crecen hasta una longitud 20 o 30 veces mayor
que los silvestres; estos mutantes son denominados bristle (erizados) por la apariencia de sus
colonias, consecuencia del excesivo desarrollo sin diferenciación de los conidióforos. brlA
codifica una proteína que contiene un motivo de unión a ADN de tipo Zinc-finger, se trata por
tanto de un factor de transcripción que se une a la secuencia consenso BRE (BrlA Response
Elements) en los promotores de los genes que controla (Chang y Timberlake, 1992)
abaA, implicado en las etapas intermedias del proceso. Regula la expresión de numerosos
genes específicos de la conidiación y del último de los genes de la vía central, el gen wetA.
Los mutantes abaA se denominan “abacus”, ya que desarrollan conidióforos normales pero las
“métula” y fiálides son anormales y no producen conidios, formando en su lugar estructuras
alargadas compuestas de cadenas de células con abultamientos que asemejan la forma de
un ábaco. abaA codifica un polipéptido que contiene un dominio de unión a ADN similar
al de factores de transcripción como el simian virus 40 enhancer factor TEF-1 (Andrianopoulos
y Timberlake, 1991), y una posible cremallera de leucina para dimerización. El factor AbaA
se une específicamente a la secuencia consenso 5’-CATTCY-3’ (ARE), que está presente en
muchos genes específicos de la conidiación incluido wetA.
wetA, se expresa con posterioridad a los otros dos y regula las etapas finales del proceso y
la formación de conidios, controlando entre otros la expresión de genes de biosíntesis de
componentes de la pared celular. El fenotipo de los mutantes wetA se describe como wet-white
(húmedo-blanco), caracterizado por la formación normal de conidióforos pero con conidios
no pigmentados y que se autolisan. wetA codifica un polipéptido que no muestra similitudes
importantes con otras proteínas en bases de datos, pero se postula que su función es la de
controlar la expresión de genes específicos de los conidios (Marshall y Timberlake, 1991).
En A. nidulans se han aislado además muchos mutantes con fenotipos aconidiales, que se
denominan fluffy, y que definen reguladores tempranos del proceso conidiogénico. Martinelli y
Clutterbuck (1971) propusieron que en torno al 83% de los mutantes en esporulación estaban
alterados en su capacidad para iniciar el proceso antes de la formación de la vesícula del
conidióforo, y presumiblemente antes de la activación de la expresión de brlA.
70
distintas etapas de la diferenciación. Por su parte, flbA codifica un polipéptido de 719 aminoácidos
que muestra similitud con una familia de proteínas que comparten un dominio C-terminal
conservado de 120 aminoácidos, el cual ha sido denominado RGS (Regulator of G-protein
Signaling) (Dohlman y Thorner, 1997). El dominio RGS tiene una función reguladora de la
señal mediada por proteínas G heterotriméricas, al activar la actividad GTPasa endógena de
la subunidad a de estas proteínas, lo que lleva a su inactivación temporal.
La función de flbA quedó establecida cuando se caracterizó otra mutación dominante en otro
gen, fadA. Esta mutación correspondía a un cambio de un residuo glicina por una arginina en
la posición 42, dando lugar al alelo mutante fadAG42R, el cual causa un fenotipo fluffy y autolítico
similar al de los mutantes flbA (Yu et al. 1996). fadA codifica la subunidad a de una proteína G
heterotrimérica. Las proteínas G heterotriméricas están compuestas de 3 subunidades: a, b y g.
En su estado inactivo la proteína se encuentra formando un trímero, asociada a la membrana
plasmática, y la subunidad a tiene unida una molécula de GDP. Cuando un receptor de
membrana denominado G protein-coupled receptor es activado por una señal, la subunidad a de
la proteína G heterotrimérica sufre un cambio conformacional que provoca su separación del
dímero bg y el intercambio de GDP por GTP (Hamm, 2001). La subunidad a y el dímero bg
por separado están entonces activos para interaccionar con sus efectores correspondientes.
Pero esta activación es temporal, la subunidad a posee una actividad GTPasa endógena que
hidroliza GTP en GDP, y cuando esto sucede la subunidad vuelve a unirse al dímero bg para
formar el trímero inactivo. La mutación G42R provoca la inactivación de la actividad GTPasa
de FadA, y consecuentemente produce una subunidad a constitutivamente activa, la cual
inhibe permanentemente el proceso de conidiación dando lugar a un mutante fluffy. FadA es
por tanto un regulador negativo del proceso de conidiación, mientras que el papel de FlbA
es antagonista de FadA, estimulando la actividad GTPasa de esta última, lo que provoca su
inactivación, y consecuentemente la estimulación de la conidiación. La inactivación de flbA
hace que FadA permanezca activa durante mucho más tiempo, reprimiendo la conidiación y
generando un mutante fluffy.
En base a estos resultados se postuló la existencia de dos rutas antagonistas de control del
proceso de conidiogénesis (Adams et al. 1998) (Fig. 2). La proteína G heterotrimérica con la
subunidad a FadA bloquea la conidiación, favoreciendo el desarrollo vegetativo; para que
se produzca la conidiación FadA debe ser al menos parcialmente inactivada mediante la
actividad de FlbA. Por otro lado, una señal extracelular dependiente de la actividad de FluG
activa otras rutas de transducción de señales que conducen a la conidiación, y entre cuyos
componentes están los productos de los genes flbB, flbD, flbE y flbC. Estos genes se transcriben
constitutivamente pero su actividad es específica del proceso de esporulación, por lo que la
señalización mediada por FluG posiblemente incluya la modificación transcripcional de los
productos de estos genes para activarlos.
La subunidad a FadA actúa a través de la proteína kinasa dependiente de AMPc, PkaA (Shimizu
y Keller, 2001). Esta kinasa actúa promoviendo el crecimiento vegetativo y bloqueando la
esporulación.
71
Figura 2. Modelo de regulación de la esporulación asexual en Aspergillus nidulans a través de dos rutas
antagónicas. Modificado de Adams et al. (1998), Lengeler et al. (2000), Shimizu y Keller (2001) y Rosén
et al. (1999).
72
FadA en otros hongos, así por ejemplo, en Trichoderma atroviride, la subunidad a Tga1 tiene una
función opuesta en la regulación de diferentes sustancias antifúngicas (Reithner et al., 2005).
El gen pga1 codifica una subunidad a de una proteína G heterotrimérica en Penicillium chrysogenum.
Pga1 pertenece al grupo I dentro de las subunidades a de los hongos (Bölker, 1998), y presenta
una alta similitud con la proteína FadA de A. nidulans (García-Rico et al. 2007).
La caracterización de Pga1 se llevó a cabo mediante la interrupción génica del gen, generando
la cepa Dpga1, y la obtención de cepas transformantes portadoras del alelo pga1G42R, que
produce una subunidad a constitutivamente activa, y otras portadoras del alelo pga1G203R,
que produce una subunidad a mutada la cual es incapaz de separarse del dímero bg, y por
tanto está permanentemente inactivada (García-Rico et al. 2007).
Las cepas pga1G42R presentan un fenotipo de tipo fluffy, con muy pocos conidios, mientras
las cepas Dpga1 y pga1G203R muestran un fenotipo hiperconidiante en medio sólido, y además
también conidian en medio líquido, una condición en la que P. chrysogenum no desarrolla
habitualmente el proceso de conidiación, lo que indica que Pga1 es un regulador negativo de la
conidiogénesis (García-Rico et al. 2008). El control sobre la conidiación se lleva a cabo mediante
la regulación de la expresión de los genes brlA y wetA, pertenecientes a la vía reguladora central
de la conidiogénesis. En las cepas pga1G42R la expresión de brlA y wetA se encuentra reprimida,
en cambio en las cepas Dpga1 y pga1G203R la expresión de estos genes es más alta que en la
parental, lo que provoca el fenotipo hiperconidiante en cultivos en medio sólido. Además, en
medio líquido, mientras en la cepa parental no hay expresión de brlA y wetA, en las cepas Dpga1
y pga1G203R se induce la expresión de ambos genes, dando lugar al desarrollo de las estructuras
conidiogénicas y cadenas de conidios que se observan en dichas cepas en esta condición.
Existen varios trabajos que describen la implicación del AMP cíclico (AMPc) en el proceso de
conidiación en hongos filamentosos. En Aspergillus nidulans, la regulación de la esporulación
asexual por la subunidad a FadA se produce a través de la proteína kinasa dependiente de
AMPc PkaA (Shimizu y Keller, 2001). También en Aspergillus niger (Bencina et al. 1997) y en
Penicillium marneffei (Zuber et al., 2002) se ha reportado un efecto negativo del AMPc en la
conidiación. Sin embargo, en Penicillium chrysogenum la vía señalizadora mediada por AMPc tiene
poca relevancia en el control negativo de Pga1 sobre la conidiación (García-Rico et al. 2008).
Pga1 sí modula la concentración intracelular de AMPc, al igual que ocurre en otros hongos,
pero el incremento inducido de la concentración de AMPc en la cepa parental, mediante la
utilización del análogo funcional dibutiril-AMPc y el inhibidor de fosfodiesterasas teofilina,
causó una disminución en el número de conidios de sólo un 25%, mientras que en las cepas
73
portadoras del alelo dominante activador pga1G42R la disminución fue hasta de un 95%. Este
resultado indica que la represión de la conidiación por Pga1 se lleva a cabo principalmente
por mecanismos independientes de la vía señalizadora del AMPc. En contraste, en Penicillium
marneffei las altas concentraciones de AMPc intracelular producen un fenotipo totalmente
aconidial (Zuber et al., 2002). Por tanto, aunque los mecanismos básicos de regulación de la
conidiación son similares en los hongos filamentosos, existen diferencias en las vías a través de
las cuales se ejerce esta regulación, estando el AMPc implicado de manera diferente según la
especie de que se trate.
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76
Introducción
77
implicados, sin obtener indicación de su estado fisiológico, mientras que mediante el análisis
del ARN es posible evaluar la actividad de dichos microorganismos.
Para poder aplicar las técnicas moleculares es necesario extraer el ADN o ARN de las muestras
ambientales a estudiar. El primer paso es el rompimiento mecánico o químico de las paredes
y membranas de los microorganismos a estudiar. Las etapas siguientes son de limpieza de la
muestra, seguidas al final por la precipitación y purificación del material genético.
El análisis de este gen permite caracterizar más del 90% de los microorganismos sin cultivarlos,
lo cual refuerza el interés de las técnicas moleculares (Hill et al., 2000; Madigan et al., 2004).
Además, la base de datos de secuencias de ARNr disponibles es muy amplia, lo cual facilita la
identificación de los microorganismos: por ejemplo, el sitio en Internet del National Center for
Biotechnology Information (NCBI) contiene ya más de 61,132,599 secuencias de ADNr 16S en la
base de datos Genbank (http://www.ncbi.nlm.nih.gov). Usando dichas bases ha sido posible la
obtención de cebadores específicos para cinco géneros de arqueas metanógenas, con el objetivo
de seguirlos de manera rápida en muestras ambientales, tales como lodos anaerobios de interés
para su uso industrial en plantas de tratamiento de aguas residuales (Cabirol et al., 2003).
Aparte de este gen, se pueden elegir otros genes o secuencias específicas como base para el diseño
de sondas de ácidos nucleicos. Éste es el caso de los denominados “genes de función”, como
por ejemplo el gen codificador de la nitrito reductasa (nirS y nirK) en bacterias desnitrificantes
y él de la metil-coenzima M reductasa (mcrA) en bacterias metanógenas. Los productos de estos
78
Esta técnica, base en casi todos los procesos de identificación molecular que se verán con
posterioridad, se fundamenta en el mecanismo de replicación natural del ADN. El resultado
principal es la amplificación del ADN, al aumentar artificialmente el número de veces que éste
se replica. Esto permite obtener una elevada cantidad del fragmento o fragmentos deseados.
La técnica consiste en la amplificación enzimática “in vitro” de una secuencia de ADN ubicada
entre dos cebadores, compuestos por oligonucleótidos, que sirven de inicio de la replicación,
y por lo tanto constituyen los extremos terminales del fragmento amplificado. El tamaño de
los fragmentos amplificados está determinado por la distancia entre las posiciones que ocupan
dichos oligonucleótidos (cebadores o “primers”) sobre la molécula de ADN, siendo la secuencia
de estos cebadores conocida y complementaria al gen o a la región que se pretende amplificar
(Mullis et al., 1994; Sambrook y Russell, 2001). La PCR permite una detección altamente
sensible del gen considerado, incluso en muestras heterogéneas de ADN como son el lodo, el
agua o el suelo (Dussurget y Roulland-Dussoix, 1994).
El protocolo de la técnica se puede describir como sigue: extracción de ADN total y repetición
(comúnmente, entre 25 y 35 veces) de un ciclo compuesto de:
Los principales factores que pueden afectar la eficiencia de la reacción son: el diseño
del cebador (considerando la secuencia y el grado de homología con el ADN blanco),
concentración del cebador, concentración y pureza del ADN molde, temperaturas de
desnaturalización y alineamiento, duración de cada etapa, tiempo para el cambio de
79
ADN
94°C
Alineamiento
de cebadores °C variable
20-35 ciclos
Múltiples copias
Con el objetivo de analizar las comunidades microbianas y detectar los microorganismos, desde
los más hasta los menos representativos, el ADN total obtenido de una muestra ambiental se
amplifica por PCR. A continuación, los diferentes amplicones o grupos amplificados, deben ser
separados para poder distinguir y secuenciar cada uno (Hill et al., 2000). Existen diferentes
métodos de análisis de la diversidad microbiana, que utilizan distintas formas de separar los
productos obtenidos por PCR.
Clonación y secuenciación
Esta técnica es aún la más utilizada en el estudio de las comunidades microbianas. Implica la
extracción de los ácidos nucleicos, amplificación y clonación de los genes estudiados (por ejemplo
del ARNr 16S), la secuenciación de dichos genes y la utilización de programas filogenéticos
para determinar la filiación del clon aislado en base a las secuencias obtenidas a partir de
bancos de datos (NCBI, EBI (www.ebi.ac.uk), etc.) (Sanz y Köchling, 2007). Lo extendido del
80
uso de esta técnica hace que, hoy en día, unas dos terceras partes de las 61,132,599 secuencias
depositadas en los bancos de datos citados no pertenezcan a organismos aislados.
En el vector de clonación, el sitio de restricción utilizado para la ligación suele encontrarse dentro
de un gen definido, lo que provocará la aparición de un fenotipo conocido al microorganismo
transformado con el vector. Dicho gen de selección puede ser un gen de resistencia a antibiótico
(p. ej. el plásmido pBR322, con genes de resistencia a la ampicilina y la tetraciclina), o un gen
catabólico (p. ej, el plásmido pGEM‑T con un gen para la β-galactosidasa, lacZ) (Figura 2)
(Madigan et al., 2004).
Figura 2. Vector de clonación, producto Promega, http://www.promega.com
El fragmento de ADN a secuenciar se inserta por ligación dentro de gen de selección, lo cual
inactiva su expresión fenotípica. En el caso del vector pGEM-T, la bacteria que contiene el
vector con el fragmento de ADN amplificado no presenta el gen lacZ activo, lo cual permite
una selección colorimétrica (colonias azules: Lac+ y crema: Lac-). Cada colonia bacteriana
81
corresponde a un clon, es decir una población de células que descienden todas de una única
célula. Cada colonia bacteriana contiene así un único fragmento de ADN a secuenciar
(Madigan et al., 2004).
Una vez obtenidos los clones, el fragmento de interés se amplifica por PCR usando cebadores
universales, que se unen a secuencias del vector y permiten amplificar cualquier fragmento
insertado en él: en el caso del vector pGEM-T, se utilizan los primers T7 y SP6 (Figura 2). Los
diferentes clones serán explorados, por comparación de los perfiles de los fragmentos generados
tras la digestión del plásmido con una enzima de restricción definida. A partir de este screening,
sólo se secuenciarán los plásmidos de los clones que presenten perfiles de restricción diferentes,
pues los perfiles idénticos podrían corresponder a un mismo microorganismo. En general, la
secuencia de los diferentes plásmidos se determina con un secuenciador automático, usando el
método de Sanger (método enzimático o de los didesoxinucleótidos), que consiste en hacer una
copia de ADN monocatenario con la enzima ADN polimerasa (Madigan et al., 2004). Cada
secuencia correspondiente a un clon se compara con las secuencias disponibles en bases de
datos en Internet, con el fin de identificar al microorganismo. El análisis de la microbiota total
se obtiene mediante la construcción de un árbol filogenético por el método de Jukes y Cantor
(1969), en el cual la longitud de las ramas entre las secuencias estudiadas se relaciona con el
número de cambios moleculares que han ocurrido entre dos nudos, es decir entre dos unidades
taxonómicas como especie o género (Prescott et al., 2000).
Desde su introducción a principios de los años 90 del siglo pasado (Ward et al., 1990), esta
estrategia ha sido utilizada masivamente y con éxito, ya que permite elaborar árboles
filogenéticos y estudiar exhaustivamente las muestras con un elevado nivel de detección,
facilitando el diseño de sondas para otro tipo de técnicas. Su principal desventaja es que supone
un trabajo y consumo de tiempo importante, por lo que resulta poco práctica para múltiples
muestras, por ejemplo para seguir la evolución de las poblaciones microbianas de un reactor
o comunidad natural a lo largo del tiempo, especialmente si se consideran distintos puntos de
muestreo (Mullis et al., 1994; Godon et al., 1997; Sanz y Köchling, 2007).
82
Dichos estudios les permitieron definir dicho grupo como una nueva división o subphylum
dentro del dominio Bacteria, así como determinar su función en los ciclos biogeoquímicos
dentro del digestor, en relación directa con su diversidad. Algo semejante había sido realizado
previamente por Liu y colaboradores (2002a) para evaluar la diversidad microbiana en lodos
granulares de tratamiento de aguas residuales de cervecería. Por último, la clonación del gen
para el ARNr 16S se ha complementado también con la técnica de reacción en cadena de la
polimerasa (PCR) en tiempo real, con el fin de cuantificar, además de definir, la diversidad
microbiana (Yu et al., 2005; Shigematsu et al., 2006).
Las interrelaciones entre cepas microbianas de varios tipos de hábitat pueden estudiarse
analizando el ADN para obtener su “huella genética” (“Genetic fingerprint”). Estas técnicas
permiten la obtención de un patrón de bandas y el patrón obtenido es característico de cada
grupo microbiano, pudiendo llegarse a discernir de este modo, y dependiendo del tipo de
83
Figura 3. Esquema de elaboración del metagenoma de una muestra ambiental para el estudio de una
comunidad microbiana. La secuencia de trabajo comprende: i) extracción directa de los ácidos nucleicos,
sin necesidad del aislamiento previo y cultivo microbiano; ii) ligación del ADN extraído en un vector
apropiado y clonación dentro de una bacteria huésped; iii) análisis funcional mediante la expresión del gen
y producción de una nueva enzima o compuesto dentro de diferentes bacterias huésped; iv) análisis de
la secuencia por bases de datos de ADN, para la comprensión del potencial metabólico de la comunidad
estudiada (Adaptada de Schmeisser y colaboradores (2007)
84
cebadores usado, hasta el nivel taxonómico de especie. Cada banda diferencial en la huella
puede analizarse mediante análisis directo de la secuencia de ADN o por clonación previa.
Por ello, durante el seguimiento de la dinámica microbiana dentro de un digestor, mediante
una técnica de “huella genética” bastaría con buscar una banda ya conocida por su tamaño y
a continuación comparar los diferentes patrones en función del tiempo (Oude Elferink et al.,
1998; Dabert et al., 2002; Angenent et al., 2005).
Separación por electroforesis en gradiente de gel desnaturalizante o térmico (DGGE, TGGE: Denaturing/
Thermal gradient gel electroforesis). La electroforesis en gradiente de gel desnaturalizante (DGGE)
y la electroforesis en gradiente de gel térmico (TGGE) fueron introducidas hace unos años en
microbiología ambiental y son ahora usadas de manera rutinaria como método molecular para
el estudio de comunidades microbianas y de dinámica de poblaciones en ecología microbiana
(Muyzer et al., 1993; Giraffa y Neviani, 2001). Las dos técnicas consisten en la separación de los
fragmentos de ADN amplificados utilizando los cambios conformacionales de estas moléculas
a lo largo de un gradiente de desnaturalización. Esta separación se basa en la disminución
de movilidad electroforética de los fragmentos de ADN parcialmente fusionados o de doble
cadena en un gel de electroforesis que contiene un gradiente linear de un desnaturalizante
químico para el ADN (DGGE) o un gradiente linear de temperatura (TGGE) (Giraffa y
Neviani, 2001). A lo largo del gradiente, las moléculas de ADN con diferentes secuencias y
de una misma longitud presentarán comportamientos de fusión de las cadenas bicatenarias
particulares (melting) y, por lo tanto, detendrán su migración en diferentes posiciones del gel
(Giraffa y Neviani, 2001; Madigan et al., 2004).
Utilizando estas técnicas, Cytryn et al. (2000) estudiaron la diversidad dentro del dominio Archaea
en muestras de un lago hipersalino a partir de una sonda de ADNr 16S; Duinevel et al. (2001)
evaluaron la presencia y la actividad del ecosistema de una rizósfera de Chrysanthemum por
comparación de los perfiles obtenidos a partir de ADNr 16S y de ARNr 16S. Como ejemplo
de estudios sobre dinámica poblacional, podrían destacarse los seguimientos de las bacterias
85
nitrificantes (Bruns et al., 1999; Laverman et al., 2001; Kowalchuk et al., 1998; Kowalchuk et
al., 2000; Nicolaisen y Ramsing, 2002). Roest y colaboradores (2005) demostraron mediante
DGGE acoplada a una serie de diluciones, que las bacterias sintróficas responsables de la
producción de H2 tienen el mismo papel en reactores anaerobios termofílicos que en los
mesofílicos. Liu y colaboradores (2002a), por su parte, determinaron por medio de la DGGE
la estructura de la comunidad microbiana en un lodo granular de un reactor tipo UASB
(Upflow Anaerobic Sludge Blanket) en tratamiento de efluentes de cervecería. Con base a 18
bandas, cada una equivalente a una unidad operacional taxonómica (OTU), se determinó
la composición cualitativa del inóculo a nivel dominio (Bacteria, Archaea), a nivel de grupo
(bacteria Gram + con bajo porcentaje en GC, Proteobacteria [subclase d y g], Cytophaga,
etc.), hasta llegar al nivel de especie (Methanobacterium formicicum y Methanosaeta concilii, por
ejemplo). Liu y colaboradores (2002b) compararon la comunidad microbiana en dos digestores
acidógenos, uno bajo condiciones de mesofilia y otro bajo condiciones de termofilia, durante su
arranque. En este caso, la técnica de DGGE fue eficaz para detectar el cambio del consorcio
microbiano, así como para identificar filogenéticamente las bacterias metanógenas dominantes
en el consorcio. Arkasubasi y colaboradores (2005) identificaron cinco unidades taxonómicas
diferentes del dominio Archaea, dos de ellas estrechamente relacionadas con Methanosaeta concilii
y Methanobacterium formicicum, con una distribución dependiente del tipo de sustratos a degradar
(de destilería a farmacéutico) en el digestor de lodos. En reactores anaerobios de doble fase
(acidogénico/metanogénico) la técnica de TGGE permitió definir una mayor diversidad del
dominio Bacteria en el reactor ácido, detectando la dominancia del género Coprothermobacter
(clostridia, dentro del phylum Firmicutes (bajo G+C Gram-positive bacteria)) participando en
la hidrólisis y/o acidogénesis, lo cual puede explicar la pérdida de diversidad bacteriana en los
reactores metanogénicos-mesofílicos (Noyola et al., 2007). Mediante el TGGE, se ha podido
detectar la presencia de Thiobacillus sp. UAM-I (99% similitud) en biofiltros que tratan H2S
(Cabirol, publicación en curso).
Método de polimorfismo de conformación de hebra simple (SSCP, Single strand conformation polymorphism).
El análisis del polimorfismo de conformación de hebra simple permite estudiar la diversidad
microbiana y la estructura de poblaciones complejas como los biorreactores (Leclerc et
al., 2001). El SSCP detecta variaciones de secuencia entre diferentes fragmentos de ADN,
normalmente amplificados con base en la región variable del gen ADNr 16S. Esta técnica
está esencialmente basada en la diferente movilidad de los fragmentos de ADN, debida a su
tamaño y su estructura secundaria. La conformación secundaria depende del fenómeno del
plegado de la hebra simple de la molécula de ADN, que es función de la secuencia de esta
cadena. Secuencias específicas se traducen en una velocidad de migración específica para
cada molécula. Se puede utilizar un primer fluorescente, lo cual permite obtener la secuencia
de ADN directamente. Sin embargo, el análisis requiere un electroforesis uniforme, a baja
temperatura y sin gradiente desnaturalizante, con el fin de no alterar la estructura secundaria
(Giraffa y Neviani, 2001; Leclerc et al., 2004).
86
en su composición que las eubacterias. En otro trabajo, se pudo relacionar una acumulación
de ácidos grasos volátiles en el proceso anaerobio, con una dominancia de Methanobacterium
formicicum sobre Methanosaeta concilii, con lo que se concluye que un buen equilibrio entre esas
dos especies provee una mejor capacidad de amortiguamiento en el sistema que se traduce
en una mayor eficacia de la digestión anaerobia (Leclerc et al., 2001; Bouallagui et al., 2004).
Delbès y colaboradores (2001) estudiaron, durante una acumulación de acetato, el papel de las
bacterias de tipo Synergistes y Spirochetes, organismos difíciles de cultivar, mediante el análisis de
su actividad a través de la extracción de ARN.
Método del ADN polimórfico amplificado al azar (RAPD, Random amplified polymorphic DNA). Esta otra
técnica se usa en muestras ambientales; no obstante es una de las más exitosas en sistemática
para la clasificación de bacterias (Franklin et al., 1999; Wikström et al., 2000; Yang et al., 2000;
Giraffa y Neviani, 2001). La amplificación al azar consiste en amplificar por PCR una región
de ADN escogida de manera arbitraria mediante un primer pequeño, generalmente de 8-10
nucleótidos. En una misma molécula de ADN, el primer se puede fijar en diferentes sitios, ya que
la sonda es corta. Por lo tanto, los fragmentos de ADN amplificados presentan polimorfismo
de longitud. En el caso de un cultivo bacteriano puro, un perfil similar indica un genoma
similar; sin embargo, actualmente este método aún se aplica a la evaluación de comunidades
microbianas (Franklin et al., 1999; Giraffa y Neviani, 2001).
Métodos basados en el polimorfismo en la longitud de fragmentos de ADN. Todas estas técnicas permiten
estudiar la diversidad total de comunidades microbianas. Permiten también realizar estudios
o seguimientos de poblaciones específicas. (Giraffa y Neviani, 2001; Atlas y Bartha, 2002;
Angenent et al., 2005; Sanz y Köchling, 2007). El polimorfismo en la longitud de fragmentos
de restricción (RFLP, Restriction fragment length polymorphism) se obtiene, a partir de cualquier gen
amplificado por PCR, tras digestión con endonucleasas de restricción concretas, de lo cual
resulta un perfil específico para la muestra. La separación de los fragmentos de ADN obtenidos
en un gel de electroforesis se puede acoplar a un Southern blot (se presentará más tarde) con lo
que se podría identificar a los microorganismos. Åakra et al. (1999) estudiaron de esta manera la
población de bacterias nitrificantes. Rangarajan et al. (2002) observaron el efecto de la salinidad
sobre Pseudomonas spp. en la rizósfera de arroz, utilizando solamente la técnica de RFLP. Imachi
y colaboradores (2000) estudiaron por RFLP la asociación sintrófica entre Desulfotomaculum y
Methanobacterium para la degradación del propionato.
En el caso de la amplificación del gen del ARNr 16S, el RFLP se puede denominar
específicamente como análisis de restricción de ADN ribosómico amplificado (ARDRA,
Amplified ribosomal DNA restriction análisis) (Giraffa y Neviani, 2001; Atlas y Bartha, 2002). Como
ejemplos de su uso, Cheneby et al. (2000) compararon poblaciones de bacterias desnitrificantes
en tres suelos agrícolas. Heyndrieckx et al. (1996) describieron que la técnica de ARDRA
permite la detección de variabilidad entre especies o entre cepas. Klocke y colaboradores
(2007) estudiaron la diversidad de un consorcio anaerobio que participaba en la degradación
de ensilaje de betabel en un reactor totalmente mezclado: se aislaron 60 clones y se identificaron
hasta el nivel de clase; cuatro de ellos pertenecieron al dominio Archaea y 56 al dominio Bacteria.
87
El alcance de este trabajo fue muy similar al estudio realizado por Godon y colaboradores
(1997), que emplearon la técnica de amplificación, clonación y secuenciación. Sin embargo, el
análisis del perfil ARDRA de cada clon permite descartar los clones repetidos, aunque es más
laborioso (Nocker et al., 2007).
Análisis del espacio intergénico de los genes 16S y 23S (RISA, rDNA internal spacer analysis) corresponde
a la amplificación por PCR de dicho espacio intergénico ITS/IGS (Figura 4).
Figura 4. Operón ribosomal bacteriano
88
El espacio intergénico ITS/IGS tiene una velocidad de evolución diez veces más elevada
que el gen ADNr 16S, lo cual permite realizar una identificación más segura de una cepa.
Puede revelar eventos evolutivamente recientes (Åakra et al., 1999). Esta región ITS/IGS es
extremadamente variable en tamaño y secuencia, aún dentro de un grupo taxonómico (García-
Martínez et al., 1999). Esta variabilidad de tamaño permite separar directamente el producto
de PCR proveniente de Bacteria o Archaea. Esta técnica ha sido reportada en distintos estudios,
como por ejemplo para evaluar la diversidad microbiana total en microagregados de suelo, o la
biodiversidad de Archaea (Ranjard et al., 2000; Benlloch et al., 2001). También se ha usado para
estudios de poblaciones específicas, como es el caso del estudio de una población bacteriana
reductora del mercurio y de la población nitrificante (Åakra et al., 1999; Canstein et al., 2001).
RISA presenta una ventaja para estudios en ambientes extremos. Los microorganismos han
habitado prácticamente todas las superficies existentes en la tierra y con ello han dado lugar a
una gran diversidad de estrategias metabólicas, una enorme biodiversidad de microorganismos
y también de microbiotas (Madigan et. al., 2004). Esta gran biodiversidad es el resultado del
éxito de adaptación a factores ambientales muy heterogéneos. Y se debe, desde su inicio, a la
supervivencia de microorganismos a condiciones extremas que son desfavorables para la gran
mayoría de las especies existentes. Estos microorganismos se ubican principalmente dentro del
grupo Archaea, que a diferencia de Bacteria y Eukarya han evolucionado muy lentamente y son
considerados como los primeros habitantes verdaderos de la tierra. Puesto que la región del
ADNr 16S tiene una evolución menor al espacio intergénico 16S-23S, RISA permite detectar
una mayor biodiversidad en ambientes extremos (Åakra et al., 1999).
Cada una de las técnicas de “huella genética” tiene sus ventajas y desventajas, aunque
la información que se obtiene es similar en todos los casos (Nocker et al., 2007). Permiten
estudiar de manera rápida y sencilla la variabilidad espacio-temporal de las poblaciones (Sanz
89
y Köchling, 2007). Otra ventaja es su adecuación para analizar un gran número de muestras
(comparado con la clonación). Sin embargo, el número de copias del ADN, dependiente
de la abundancia del microorganismo y de la facilidad para la amplificación del gen para
el ARNr 16S, puede ser muy diferente, lo que da lugar a bandas en el gel de electroforesis
con intensidades muy distintas (Sanz y Köchling, 2007). Por otra parte, el número de bandas
detectadas es normalmente pequeño, por lo que el número de especies identificadas también
lo es, y corresponden, aunque no necesariamente, a las especies mayoritarias presentes en la
muestra original. La mayor limitación de estas técnicas reside en que no permiten cuantificar
cada OTU identificada (Sanz y Köchling, 2007).
Técnicas de hibridación
Estas técnicas consisten en hibridar (o aparear) moléculas de ADN-ADN, así como ADN-
ARN; ambas opciones son herramientas poderosas para el estudio de comunidades
microbianas. Son técnicas de elevada precisión y sensibilidad en la detección y cuantificación
de microorganismos y tienen como fundamento el uso de las secuencias específicas del gen
ADNr 16S. La hibridación se detecta por fluorescencia o por marcaje con fósforo radiactivo en
el extremo terminal 5´ de la sonda (Raskin et al., 1994; Sanz y Köchling, 2007).
Mediante la hibridación ex situ de tipo “Slot Blot” de las bacterias sintróficas y metanógenas,
McMahon y colaboradores (2001) determinaron el efecto inhibidor de la agitación dentro
del reactor sobre la oxidación sintrófica de los ácidos grasos volátiles. La digestión anaerobia
de desechos de cerdos es posible con niveles de amonio superiores a 3,500 mg.L-1, gracias a
la capacidad de las bacterias metanógenas hidrogenófilas del orden Methanomicrobiales de
adaptarse a esas concentraciones de amonio (Angenent et al., 2002). Zheng y colaboradores
(2006) relacionaron la abundancia de Methanosaeta concilii junto con el crecimiento de los
90
Las técnicas de hibridación son muy sencillas y rápidas, si se dispone de las sondas adecuadas
(en muchos casos ya están descritas), las cuales permiten cuantificar grupos microbianos
específicos, frente a las técnicas tradicionales que, generalmente, no lo permiten. En el caso de
las hibridaciones ADN:ARN, la técnica permite la detección de únicamente microorganismos
activos. Sin embargo, para hacer un estudio completo de un ecosistema es conveniente tener
una idea de la composición del mismo o de lo que cabe esperar (puede ser necesaria combinarlas
con otras técnicas). El límite mínimo de detección con la técnica FISH es de 104 células.mL-1, lo
cual impide detectar poblaciones menos numerosas. Para estudiar la estructura/arquitectura
de un agregado (lodo granular, biopelículas), se necesita un microscopio confocal y, de ser
posible, hacer análisis de imágenes, lo cual es costoso y requiere de personal calificado (Bottari
et al., 2006).
Conclusión
En conclusión, los tres grupos de técnicas moleculares descritas no son mutuamente excluyentes,
sino que son y deben ser consideradas como complementarias. Esta es la filosofía del presente
trabajo. Lo ideal sería la utilización conjunta de varias de ellas cuando el trabajo lo requiera, de
tal manera que las técnicas basadas en la PCR y secuenciación permitan construir una librería
91
Agradecimientos
Los autores agradecen a la Lic. Guillermina Sánchez Nahuacatl y su equipo para el apoyo
bibliográfico
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Introducción
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físicos o químicos se conoce como procesos abióticos. Mientras los procesos que implican a
los organismos se conocen como procesos bióticos, con la intervención de organismos o una
combinación de ambos (figura 1). La eliminación abiótica de los compuestos orgánicos tóxicos
(COT) se realiza mediante mecanismos como la foto-descomposición, la volatilización a la
atmósfera o la percolación. Por ejemplo, la degradación troposférica la cual ocurre en la parte
baja de la atmósfera por la oxidación a través de radicales hidroxilo y otros agentes oxidantes
naturales los cuales transforman los compuestos tóxicos en dióxido de carbono, agua y cloro. La
eliminación biótica se refiere a la transformación de los COT por plantas y microorganismos,
éstos últimos tienen la capacidad de desarrollarse en medios con oxígeno y/o sin oxígeno.
ABIOTICA BIOTICA
Insecticidas
Transformación/
movilidad
Volatilización
Herbicidas
Vegetal
Fungicidas
Fotodescomposición
Hidrocarburos
y
derivados
Transformación
Compuestos
Halogenados
Microbiana
Degradación
Preservativos
de
la
madera
Percolación
Industria
eléctrica
(BPCs)
Acoplamiento
Solventes
Industriales
oxidativo
al
humus
Los microorganismos transforman los COT en moléculas más simples como el dióxido de
carbono, o bien, en moléculas más complejas que ayudan a la formación del humus del suelo.
La transformación de compuestos tóxicos por microorganismos es importante debido a que es
mucho más rápida que la transformación abiótica, ya que ésta última es extremadamente lenta
a causa de las limitaciones inherentes de las reacciones químicas, sobre todo, en la degradación
de sustancias recalcitrantes, tales como los pesticidas organoclorados, esta eliminación natural
es todavía más lenta y puede llevar muchos años. La elevada concentración actual de estos
COT por el uso excesivo de pesticidas, fungicidas, plásticos, explosivos, etc. y por la creciente
actividad industrial, ha rebasado por mucho la capacidad de la flora y microflora natural para
degradarlos. Debido a ello, es muy importante proponer procesos para eliminar de forma más
rápida y eficiente dichos compuestos del medio ambiente.
Biodegradación
100
en compuestos de menor toxicidad o nula (Jackson et al., 2005; Ucisik et al., 2007; Smith et al.,
2007). Sin embargo, por no ser tema de este trabajo no se mencionará durante este resumen.
Se verá con más detalle la biodegradación de compuestos organoclorados por bacterias y
hongos, así como las enzimas que intervienen en estos procesos.
Los clorofenoles son ácidos débiles y existen en la naturaleza como fenoles neutros o como iones
fenóxido disociados. Las propiedades, así como el destino de estos compuestos en el ambiente
difiere marcadamente si se encuentra en forma neutra o ionizada, afectando principalmente la
solubilidad y sorsión, por lo tanto la movilidad de los clorofenoles en el suelo.
Biodegradación de Clorofenoles
Los clorofenoles pueden ser hidroxilados, metoxilados o polimerizados por la acción de los
microorganismos, es decir pueden formar a partir de la o-metilación los correspondiente
cloroanisoles, o sufrir dimerización o polimerización entre otras alternativas metabólicas. Los
101
Varias bacterias son capaces de mineralizar los clorofenoles. La mineralización puede llevarse a
cabo aeróbicamente o por la vía de dehalogenación reductiva, ésta última no siempre conduce
a una mineralización completa, formando en éste caso productos más o menos tóxicos, que
pueden acumularse en el ambiente. Se han aislado, de suelo contaminado, tanto bacterias
Gram-positivas como Gram-negativas y se ha observado que las bacterias Gram-negativas
toleran mayor concentración de PCF que las positivas. Se ha demostrado que especies de
Shinogobium y Novoshingomonas, bacterias Gram-negativas, toleran y degradan PCF (Takeuchi et
al., 2001; Tiirola et al., 2002). También bacterias del género Pseudomonas y Sphingomonas pueden
degradarlo por vía aeróbica (Tiirola y cols., 2002). Muchas bacterias Gram-negativas tienen
un paso común para degradar PCP y otros fenoles altamente clorados. El paso involucra una
declorinación oxigenolítica para formar a parir del PCP el tetracloro-p-hidroxi benzoquinona
a través de una PCP-monooxigenasa. Las hidroquinonas cloradas formadas, pueden ser
degradas por bacterias Gram-positiva, incluyendo Mycobacterium chlorophenolicum, M. fortutim y
Streptomyces rochei siguiendo diferentes rutas de degradación que incluyen la oxidación de mono o
diclorofenoles a los correspondientes clorocatecoles seguida de dehalogenación y rompimiento
del anillo (Häggblo, et al., 1994, Golovela et al., 1992;Nohynek et al., 1993).
Otros compuestos organoclorados son los bifenilos policlorados (BPC) que tienen un amplio
uso industrial, principalmente, en la transferencia de calor en los fluidos dieléctricos e
hidráulicos. Se presentan con diversos nombres comerciales como Acrolor, Clofen y Delor,
y están constituidos de una mezcla de compuestos relacionados que difieren en el número y
posición de los átomos de cloro sobre los núcleos bifenilos.
Las bacterias como Pseudomonas, Vibrio, Aeromonas, Micrococcus, Acinetobacter, Bacillus y Streptomyces, son
bacilos Gram negativos y aerobias estrictas, degradan los bifenilos mono-, di-, tri- y tetraclorados
utilizando la enzima denominada 2,3-dioxigenasa, transformando al BPC, a través de diferentes
pasos de degradación a compuestos como los clorobenzoatos. A partir de los cuales, en presencia
de un consorcio bacteriano, se transforman finalmente en dióxido de carbono.
Los hongos son capaces de colonizar un amplio rango de organismos vivos y muertos, incluyendo
plantas, animales, madera y papel, por lo que son agentes primarios muy importantes en la
descomposición de la materia orgánica teniendo así un papel en el ciclo del carbono, del
102
nitrógeno y del azufre. Los hongos secretan gran diversidad de enzimas con extraordinaria
acción catalítica. Por esta razón, la degradación fúngica de compuestos organoclorados es de
importancia en la biorremediación y el papel de los hongos en la remoción de compuestos
tóxicos del ambiente ha sido ampliamente estudiado en las últimas décadas.
Los hongos de pudrición blanca son los agentes degradadores de lignina más activos. La
lignina es el polímero estructural clave en las plantas y uno de los polímeros más abundantes
y resistentes que existen en la naturaleza. Estos hongos, capaces de degradar la lignina han
sido usados para degradar un amplio espectro de contaminantes ambientales debido a su
sistema enzimático no específico, constituido principalmente por oxidasas. Estas enzimas
son conocidas también como enzimas ligninolíticas e incluyen a la lignina peroxidasa (LiP),
manganeso peroxidasa (MnP), versátil peroxidasa, glioxal oxidasa, aril-oxidasa y lacasa;
producidas por basidiomicetos, principalmente los de pudrición blanca y café. Phanerochaete
chrysosporium, un hongo de pudrición blanca, es uno de los más estudiados para la degradación
de compuestos xenobióticos incluyendo la degradación de clorofenoles. Se ha demostrado
que P. chrysosporium degrada y mineraliza el pentaclorofenol (PCP) cuando éste se encuentra
en concentraciones iniciales de 1 a 500 mg l-1 (Lamar et al. 1990; Lamar 1992; Lin et al.
1989; Mileski et al. 1988). A pesar de que P. chrysosporium fue de los primeros basidiomicetos
propuestos para fines de biorremediación, se han estudiado gran diversidad de basidiomicetos
capaces de degradar PCP como Inonotus dryophilus, Perenniporia medulla-panis, Trametes versicolor,
Phellinus badius, Ganoderma oregonens, Pleurotus ostreatus and Lentinula edodes (Alleman et al. 1992;
Okeke et al. 1996; Fahr et al., 1999). El tiempo de degradación depende de la concentración
inicial de PCP, del género y especie del hongo, de la biomasa inicial y de la edad del micelio
(Alleman et al. 1992; Lamar et al. 1990).
En 1996, Aitken y Logan, estudiaron la degradación del PCF por P. chrysosporium, observando
una degradación del 72 al 75% del compuesto. Los autores propusieron que la deshalogenación
del PCF era mediada por la actividad extracelular de la enzima lignina peroxidasa (LiP). Por
otro lado, Fahr et al. (1999), estudiaron la degradación del 2,4-diclorofenol y del PCF por
hongos de pudrición café (Gloeophyllum striatum y G. trabeum). En estos cultivos no detectaron
actividad lacasa ni otra peroxidasa normalmente involucrada (la manganeso peroxidasa); sin
embargo, la degradación de ambos clorofenoles se llevó a cabo.
Law et al. (2003) reportaron un 89% de degradación del PCF por una cepa de Pleurotus
pulmonarius, aunque esta cepa presenta el inconveniente de que tarda mucho tiempo en
propagarse para su uso (10 días). Walter et al. (2004) reportaron dos hongos, P. chrysosporium y
Trametes versicolor, aislados a partir de desechos ligninolíticos con capacidad de degradar el PCF,
en este trabajo también se reportó la actividad de peroxidasas extracelulares.
103
como los zigomycetos, los ascomycetos, y los mucorales capaces de degradar PCF con diferentes
eficiencias cada cepa.
Más recientemente, Szewczyk et al. (2003) publicaron un estudio realizado con 15 cepas de
hongos, aisladas de áreas contaminadas con compuestos xenobióticos provenientes de desechos
de aceite, efluentes de curtidurías y petróleo crudo. Estas cepas se incubaron en medios que
contenían fenantreno, antraceno y PCF, para determinar su capacidad de degradación. En
este trabajo lograron identificar algunas cepas capaces de degradar PCF, determinando que se
trataba de Mucor ramosissimus, aunque no identificaron ninguna actividad enzimática.
Rhizopus oryzae ENHE, aislado a partir de suelo contaminado con PCF, también es capaz de
degradar PCF. Se demostró que R. oryzae ENHE degrada entre el 85-95 % del PCF en 24
h, con una concentración inicial de 12.5 mg PCP l-1, además se determinó producción de
tirosinasa y LiP. (León-Santiesteban et al., 2008).
Tsai y col. (2005) revelan que levaduras del suelo poseen gran capacidad para la degradación
de compuestos aromáticos de bajo peso molecular, pero este tipo de reportes son escasos.
Se han reportado levaduras aisladas de suelo con capacidad de degradación del fenol a
concentraciones altas para el uso posterior de estos microorganismos en el tratamiento de
aguas residuales y del suelo. Las levaduras que reportan pertenecen a géneros de Candida,
Trichosporon, Pichia, Hansenula, Yarrowia y Rhodotorula. (Kaszycki et al. 2006; Ahuatzi et al. 2004;
Polnisch et al. 1992)
Tsai et al. (2005) demuestran que la cepa de Candida albicans TL3 tiene una mejor eficiencia
para degradar fenol y formaldehído que cepas de Pseudomonas y Buckholderia cepacia y Candida
tropicallis mutante. Además mencionan que es de las pocas levaduras reportadas con capacidad
para degradar ambos compuestos.
104
Juárez et al. (2001) evaluaron una cepa inmovilizada de C. tropicallis en un reactor de lecho
fluidizado para la degradación de fenol, en donde ellos obtienen eficiencias de degradación de
casi 100%, cuando las concentraciones de fenol son de hasta 1560 mg l-1.
Romero et al. (2001), mencionan que fueron seleccionadas cepas de levaduras nativas para
la degradación de bifenilo (BF), en donde se evaluó la capacidad de degradación de 24 cepas
de los géneros Candida spp., Cryptococcus spp., Pichia spp., Rhodotorula spp., Trichosporon spp., R.
glutinis y Yarrowia spp, provenientes de sedimentos contaminados; además, R. glutinis había sido
mencionado como capaz de degradar otros hidrocarburos aromáticas y tenía alta importancia
en experimentos de biorremediación.
Cabral et al. (2003) utilizan a Saccharomyces cerevisiae para evaluar la respuesta adaptativa al
herbicida ácido 2-metil-4-clorofenoxiacetico (MCPA). En este trabajo se proponen los efectos
tóxicos del herbicida MCPA y el mecanismo fisiológico de adaptación a dicho herbicida. Los
resultados pueden ser útiles para aclarar los mecanismos de adaptación a este compuesto
xenobiótico en eucariontes. También mencionan el uso de las levaduras como sistema
de bioensayo para determinar la toxicidad del herbicida de ácido fenolacético y de otros
xenobióticos lipofílicos.
Yan y col. (2006) mencionan la degradación de fenol y m-cresol usando cultivos puros de
Candida tropicalis, sus resultaron muestra que C. tropicalis puede degradar 2000 mg l-1 de fenol
y 280 mg l-1 de m-cresol en solo 66 y 52 h, respectivamente. Ellos encuentran que cuando se
aumenta la concentración de m-cresol se inhibe en gran medida la degradación de fenol, solo
se degradan 1000 mg l-1 de fenol, en presencia de una concentración mayor a 280 mg l-1 de
m-cresol.
Como se mencionó anteriormente, entre las enzimas más comunes que intervienen en la
degradación del PCF están las peroxidasas, principalmente la manganeso (MnP) y la lignina
peroxidasa (LiP). Estas enzimas realizan, en presencia de H2O2, la oxidación de la lignina
(Kirk y Farrell, 1987; Gold et al., 1989; Higuchi, 1990).
Las manganeso peroxidasas son proteínas con grupo hemo que catalizan la oxidación
del Mn2+. La MnP (EC 1.11.1.13) es oxidada por 2 electrones del H2O2 para generar un
intermediario conocido como compuesto I. El compuesto I puede oxidar Mn2+ a Mn3+ o
puede oxidar substratos fenólicos a sus correspondientes radicales, siendo la enzima reducida
al intermediario oxidado con un electrón, conocido como compuesto II. El compuesto II
105
requiere de Mn2+ como reductor, y por la oxidación de Mn2+ a Mn3+ la enzima pasa a su estado
reducido (Kuan et al., 1993). El Mn3+, quelado por un ácido orgánico, es un oxidante capaz de
oxidar gran variedad de substratos fenólicos (Kishi et al,. 1994).
Por otro lado, la lignina peroxidasa (LiP) (EC 1.11.1.14) es una glicoproteína, inespecífica y
extracelular, dependiente de H2O2. Contiene un mol de protohemo IX por mol de enzima y se
encuentra como una serie de isoenzimas (pI 3.2-4.0) (Wariishi y Gold, 1990). Esta enzima actúa
por extracción de electrones sencillos de anillos aromáticos de lignina, llegando a la generación
de un radical catiónico y al subsecuente rompimiento de los anillos (Bonnarme y Jeffries, 1990).
La enzima interviene también en reacciones de degradación de varios compuestos aromáticos.
Las lacasas (EC 1.10.3.2) pertenecen al grupo de las oxidasas azules de cobre. Son enzimas de
tipo fenoloxidasa cúprica que contienen cuatro átomos de cobre, los cuales tienen un papel
importante en los mecanismos catalíticos de la enzima. Los átomos de cobre se distribuyen
en diferentes sitios de la molécula. Las lacasas se han clasificado en tres tipos: lacasa tipo 1 ó
azul, tipo 2 ó normal y tipo 3 ó cobre binuclear. En la reacción típica de una lacasa fúngica,
el substrato está sujeto a la oxidación de un electrón para dar un radical oxi-aril: por ejemplo,
el fenol se oxida para formar el radical fenoxilo, acompañado de la reducción del oxígeno
molecular a agua. Las lacasas catalizan la oxidación de tanto compuestos fenólicos como
no fenólicos (Bourbonnais y Paice, 1990) y son capaces de mineralizar un amplio rango de
colorantes sintéticos (1999; Abadulla et al., 2000).
106
Yasushi et al. (2000) obtuvieron la expresión heteróloga eficiente de una peroxidasa con
capacidad de decoloración de colorantes de Geotrichum candidum Dec1 en Aspergillus oryzae,
usando el promotor del gen para la a amilasa de A. oryzae. En este caso, la actividad de la
peroxidasa recombinante fue 42 veces mayor a la actividad presentada por la enzima nativa.
Asimismo, Stewart et al. en 1996 reportaron la expresión heteróloga de un gen para la
manganeso peroxidasa (mnp1) de P. chrysosporium en Aspergillus oryzae. En este caso, la expresión
se consiguió fusionando el ADNc del gen mnp1 con un promotor de la taka-amilasa y una señal
de secreción, obteniendo la secreción de la enzima en forma activa con propiedades físicas y
cinéticas similares a las de la proteína nativa.
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110
Aspectos generales
En la última década han tomado importancia las llamadas tecnologías de liberación controlada
o “controlled release”. Esta tecnología puede definirse como la transferencia lenta, moderada
o gradual, de un material activo desde un sustrato de reserva a otro medio, con el fin de
conseguir sobre el mismo una acción determinada.
Por otra parte según la Asociación Americana del Control Oficial de Planta y Alimentos
(AAPFCO, 1995), los fertilizantes de acción lenta o controlada, son aquellos fertilizantes que
disponen de los nutrientes para las plantas de las siguientes formas:
No hay una diferencia oficial entre el término liberación lenta y liberación controlada. La
AAPFCO usa ambos términos y definiciones. Sin embargo, la descomposición microbiológica
de productos nitrogenados como UFs (urea-formaldehídos), normalmente se comercializan
como fertilizantes de liberación lenta y los productos recubiertos o encapsulados como
fertilizantes de liberación controlada
Este retardo o prolongación del tiempo de disponibilidad de los nutrientes puede ocurrir por
varios mecanismos: por recubrimiento semipermeable, oclusión, por polímeros insolubles en
agua, organismos nitrógenos naturales, u otras formas químicas así como, por la hidrólisis lenta
de compuestos solubles o de poco peso molecular (100-200 unidades estructurales) que actúan
por otros mecanismos no conocidos en los cuales influyen la solubilidad del material en agua.
111
Existen diferentes factores que influyen en el aporte de nutrientes por los fertilizantes de
liberación lenta siendo éstos los siguientes (Fujita, 1992):
- pH: Este factor ejerce su influencia sobre el recubrimiento o sobre el lavado y absorción
de los iones.
112
La lixiviación del nitrógeno de las tierras de cultivo demasiado fertilizadas, la tala indiscriminada
de bosques, los residuos animales y las aguas residuales han añadido demasiado nitrógeno a
los ecosistemas acuáticos, produciendo un descenso en la calidad del agua y estimulando un
crecimiento excesivo de las algas.
Los fertilizantes químicos arrastrados por el agua desde los campos de cultivo pueden ser los
responsables de estos graves problemas. El proceso de eutrofización puede ocasionar problemas
estéticos, como mal sabor y olor, y un cúmulo de algas o verdín desagradable a la vista, así
como un crecimiento denso de las plantas con raíces, el agotamiento del oxígeno en las aguas
más profundas y la acumulación de sedimentos en el fondo de los lagos, así como otros cambios
químicos, tales como la precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras (Hauck, 1993).
113
Teniendo en cuenta lo anteriormente expresado se puede plantear que hoy en día el mundo
experimenta un progresivo descenso en la calidad y disponibilidad del agua. Casi el 75% de la
población rural del mundo y el 20% de su población urbana carece de acceso directo a agua
no contaminada, ya que en muchas regiones, las reservas de agua están contaminadas con
productos químicos tóxicos y nitratos, por lo que las enfermedades transmitidas por el agua
afectan a un tercio de la humanidad y matan a 10 millones de personas al año, por lo que este
aspecto se considera de suma importancia para la salud mundial (Ferry, 1990).
Sin embargo, hoy en día se está trabajando en países tales como Japón E.U.A, Francia y
Alemania en búsqueda de producir fertilizante más ecológicos y que a su vez sean de bajo
costos, pues su principal desventaja son sus altos precios a que se cotizan, debido a la mayor
complicación para obtener capas perfectas de encapsulado o recubrimiento, al ser comparados
con la producción de los fertilizantes minerales convencionales (Trenkel, 1993).
El principal proceso de obtención de los fertilizantes de liberación lenta y controlada está dado
en proteger por recubrimiento o encapsulación un fertilizante convencional soluble haciéndolo
un material insoluble, semipermeable o impermeable, controlando la penetración del agua y el
por ciento de dilución y de liberación de nutrientes de acuerdo a las necesidades de las plantas
(Amberger, 1996).
Las más importantes vías de producción son (Trenkel, 1993):
• Materiales que liberan a los nutrientes a través de su poca solubilidad dada la estructura
química del complejo de alto peso molecular.
• Materiales que liberan los nutrientes a través de la superficie recubierta por una película.
• Materiales que liberan los nutrientes a través de la membrana, la cual puede ser o no
soluble (encapsulado).
• Materiales que liberan los nutrientes incorporados dentro de una matriz la cual puede
ser recubierta.
• Materiales que liberan los nutrientes en forma retardada, debido a la pequeña relación
superficie volumen (pellet, tabletas, clavos, aglomerados)
114
del mismo (DRP 431 585) en la producción de fertilizantes por condensación de la urea-
formaldehído (Abraham, et Col, 1996). En 1947 fue usada por los Estados Unidos esta patente
por primera vez. La producción comercial empezó en 1955 y presentaba distintas formas de
fabricación (Folleto Aglukon Nutralene, 1993).
Su eficiencia se hace mayor a temperatura más alta, por lo que se usa ampliamente en climas
más calurosos (en la región mediterránea en Europa y en la región del sur y del suroeste de los
Estados Unidos).
Diferentes trabajos fueron desarrollados por los científicos con el objetivo de obtener la
Ureaform de manera menos laboriosa, así fue el trabajo desarrollado por (Waters y Col, 1966)
sobre las suspensiones de NPK con Ureaform como portador de nitrógeno. En éste se plantea
que una cantidad calculada de monómeros solubles (urea formaldehído) se hacen reaccionar
“in situ”, para producir suspensiones estables, siendo necesario trabajar con una agitación
adecuada para obtener una suspensión con la estabilidad deseada.
Una serie de fertilizantes de liberación controlada han surgido y otros se han modificado
mediante diferentes métodos desarrollados. Los problemas principales en la producción del
polímero recubierto están dados por el material de la capa que se usa para recubrir y la técnica
aplicada para ésta (Moore, 1986).
115
El tiempo de duración del producto recubierto con el polímero depende del espesor de la capa
usado en el recubrimiento. Los productos obtenidos deben indicar el tiempo de liberación y
la temperatura a la que ésta se realiza preferentemente. En caso que en la formulación NPK
a recubrir existan compuestos secundarios no se declara el tiempo de liberación del producto,
ya que es muy difícil determinar exactamente el mecanismo del descargo para estos elementos
(González, 2004).
Una amplia recopilación de los procesos técnicos para la obtención de estos productos es la
ofrecida por (Goertz, 1993). Por otro lado los detalles de los procesos industriales empleados
en Japón son mostrados por (Gandeza y Shoji 1992). Las tecnologías más amplias se muestran
a través de (Pursell Inc, 1995). así como los modelos de liberación de estos fertilizantes
desarrollados en Israel son descritos por (Shavit, 1994) y colaboradores, (Lupu, 1996).
A pesar del alto costo de fabricación de estos polímeros comparados con los fertilizantes
convencionales, su consumo ha aumentado durante los últimos 15 años, siendo éste mayor (10
% por año) comparado con la Ureaform recubierta con azufre (2 % por año).
El consumo de estos fertilizantes en Japón ha aumentado por encima de 47% durante el período
1985 a 1994. Sin embargo, Europa está retrasada con un crecimiento anual de sólo 6.5%.
Una de las técnicas más usadas en Alemania y Japón está relacionada con la mezcla de
fertilizantes encapsulados con otros no encapsulados, es decir, con fertilizantes convencionales
los cuales ofrecen mayor flexibilidad y mejoras económicas (Kluge, 1996).
Las partículas de fertilizantes están incorporadas dentro de una matriz portadora, para lograr
un efecto de liberación lenta deseada, se necesita gran cantidad del material portador (40%).
Por consiguiente las formulaciones de fertilizante de baja cantidad de nutrientes posibles a
utilizar son: (NPK 10-10-10 o NPK 5-15-10).
En general el material portador es una mezcla de cera fundida, surfactantes, y polietilen glicol.
Otras matrices poliméricas, son formuladas con caucho, estireno-butadieno y otros.
Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, nos dimos a la tarea de trabajar con una
suspensión polimérica de peso molecular a base de urea-formaldehído en condiciones y
116
relaciones tales que nos permitiera, recubrir un fertilizante convencional, convirtiendo a éste
en un material poco soluble o semipermeable permitiendo la liberación de los nutrientes de
acuerdo a las necesidades de las plantas.
Los primeros estudios que se realizan en este tipo de materiales son los estudios “in vitro”,
los cuales constituyen la clave del conocimiento para poder predecir el posible mecanismo
y comportamiento de estos materiales en el suelo, una vez analizados los mismos en estas
condiciones “ideales”. A continuación se comprueba en campo “en vivo” la efectividad de estos
fertilizantes para lo cual se trabajó con el cultivo de tomate y el gladiolo. Estas evaluaciones
se llevaron a cabo en áreas del Instituto de Investigaciones Hortícola “Liliana Dimítrova”,
ubicado en la Habana, Cuba.
Tratamientos:
Tratamiento I FERLENT (12-5-16) (una sola aplicación)
Tratamiento II Fertilizante convencional (12-5-16) (dos aplicaciones)
Las evaluaciones realizadas durante el desarrollo de la plantación fueron:
• Altura de planta.
• Número de racimos.
• Rendimiento.
61.4 a 60.89 a
57.4
b
32.36 b
bbbbbb
22 a
bbbb
9b
117
instantánea de los nutrientes, la cual los pone a disposición de las plantas durante un período
más largo, facilitando su asimilación más lenta y evitando las posibles pérdidas lo cual se
traduce en mayores beneficios para el desarrollo y productividad de cada cosecha.
Otro estudio realizado con este fertilizante fue, en el cultivo de gladiolo (gladiolus spp. Var.
Rosado), para lo cual se trabajó en un suelo Ferralítico Rojo compactado con fertilidad de
media a alta (Tabla.1). Las variantes quedaron distribuidas en un diseño de bloque al azar con
3 réplicas en parcelas de 8.10 m2. Se utilizó un marco de plantación de 0.90 x 0.05 m y las
labores agrotécnicas se realizaron según lo establecido para el cultivo (Álvarez, 1976).
Tratamientos:
Tratamiento I FERLENT (14-5-12) (una sola aplicación) a razón de 40 g/m2 y aporta 70-
25-60 kg NPK/ha.
Tratamiento II Fertilizante convencional, 70-70-70 kg de NPK/ha según lo
recomendado (Álvarez, 1976) con fertilización nitrogenada fraccionada ½ en la plantación
y ½ a los 45 días posteriores. Todo el fósforo y el potasio se aplicaron en el momento de la
plantación
Por otro lado se observó que para el número de hojas, a pesar de no encontrarse diferencias
significativas estadística entre los dos tratamientos en estudio la aplicación del FERLENT
provocó ligeros incrementos en esta variable de crecimiento (8.75%) con relación a la
fertilización tradicional.
De lo anterior se deduce que desde el punto de vista agronómico la utilización del FERLENT
estimula el crecimiento del gladiolo. A los 60 días de la plantación, momento que coincide con
118
el máximo de desarrollo del cultivo, la planta se encuentra con un mayor desarrollo vegetativo
por tanto mejor preparada para enfrentar el proceso de floración que se inicia justo a los 60
días, y con menor posibilidad de sufrir los estrés que se pueden presentar en las condiciones de
desarrollo y con mayor acumulación de masa vegetal y sustancias de reservas, ésta última se
movilizan hacia el cormo durante el proceso de engrosamiento y favorecerá la formación de
materias de alta calidad, aspecto que será corroborado más adelante. El proceso de crecimiento
del cormo se inicia aproximadamente a los 93 días de la plantación coincidiendo con el final
del periodo de floración
Figura 2. Altura de la planta y número de hojas a los 60 (días después de la plantación) DDP.
El cormo del gladiolo es un tubérculo de estructura sólida, forma redondeada y algo achatada,
en él se localizan las yemas que dan lugar a las futuras plantas, se reversa en cada plantación y
sus restos permanecen en la base del nuevo formado.
El engrosamiento del nuevo cormo se produce por migración de los productos de la fotosíntesis
contenidos en las hojas y conjuntamente dan lugar a multitud de bulbillos denominados perlitas
o cormelos.
Al analizar los indicadores de calidad del cormo, material que se utilizará en las futuras
plantaciones, se encontró que FERLENT favoreció la producción de cormos con diámetros
superiores a 5 cm (categoría Jumbo), e inversamente, disminuyeron los porcentajes de cormos
ubicados en la categoría grande cuyos diámetros se ubican entre 3 y 5 cm lo cual se corresponden
con materiales de plantación de alta calidad.
En este sentido hay que destacar que la obtención de cormo con calibres superiores (Fig. 3)
influye en la calidad del cultivo del gladiolo, a nivel internacional se comercializan bulbos
con diámetros mínimos de 8 cm si se pretende obtener flores grandes, por otro lado se ha
comprobado que el ciclo del cultivo suele ser más corto si los calibres son mayores, por tanto el
grosor del cormo es un factor de precocidad. El órgano comercial del gladiolo está constituido
por una inflorescencia en la espiga si el interés es obtener flores cortadas, pero si por el
contrario el fin de la plantación es formar semillas las labores están dirigidas a cosechar cornos
de calidad. De aquí la importancia que esto representa en el estudio realizado.
119
Al evaluar el estado nutricional del cultivo a los 60 días después de la plantación (Fig.4), se
obtuvo un mayor porcentaje de acumulación de potasio, seguido por el nitrógeno y del fósforo,
que según estudios realizados para las condiciones de Cuba los contenidos de N, P, y K foliares
oscilan entre 0.97–2.22%, 0.19–0.85% y 1.45–3.25% respectivamente coincidiendo con las
determinaciones en esta experiencia. Al comparar ambos tratamientos se obtuvo que con
el FERLENT se favoreció la acumulación de nitrógeno y potasio en plantas de Gladiolo, al
encontrarse un porcentaje significativamente superior de estos macroelementos en las plantas
(11.61 y 26.34 %) respectivamente en comparación con la fertilización tradicional. Además
con estos resultados se pudo comprobar el aprovechamiento de los nutrientes por la planta,
lo que impide que éstos sean lixiviados o volatilizados contribuyendo a la disminución de la
contaminación ambiental.
Con todos estos análisis se pudo demostrar que con la utilización de FERLENT como
alternativa de nutrición en el gladiolo permite obtener indicadores de calidad de la espiga y de
crecimiento superiores que la fertilización tradicional recomendada para este cultivo en suelos
ferralíticos rojos, esto favorece además la producción de cormos de mayor calibre y plantas con
120
Es de destacar, que con la utilización de FERLENT se pueden aplicar los nutrientes que la
planta requiere durante todo su ciclo de una sola vez, ya que es un fertilizante que se suministra
de fondo sin necesidad de fraccionamiento y su acción de liberación progresiva le permite a
la planta tomar los nutrientes contenidos en su formulación a medida que ésta lo necesita, por
lo que este efecto redunda en una disminución del número de aplicaciones y por tanto en
un resultado positivo por el concepto de costo, al reducir los gastos en mano de obra que se
requieren para realizar el segundo fraccionamiento de fertilizantes.
Conclusiones
4-Con estos estudios se comprobó que con el fertilizante microencapsulado se logra un marcado
efecto ecológico al reducir las emisiones de gases de N2O y NxO a la atmósfera, sin lo cual
podría traer consigo que los nitratos puedan almacenarse en el humus en descomposición o
desaparecer del suelo por lixiviación, siendo arrastrado a los arroyos y los lagos, contaminándose
los mismos.
Referencias
121
122
En esta aportación se abordará este tema tomando en cuenta las condiciones agrícolas
y sociales que están presentes en México, no sin antes hacer un breve punteo sobre los
métodos de transformación genética de plantas, las herramientas moleculares que se
utilizan para caracterizar los transgenes una vez insertados en un nuevo genoma, las
limitaciones del biomonitoreo. Finalmente, los puntos anteriores serán discutidos en el
contexto de nuestro país.
123
En la mayoría de las plantas transgénicas y en particular en maíz, todas las líneas transgénicas
comerciales tienen además de los elementos mencionados arriba, genes que confieren resistencia a
algún sustrato, comúnmente, a antibióticos (llamados marcadores de selección). Esta característica
se usa para seleccionar las líneas que hayan incorporado de manera exitosa un transgen.
Hay dos estrategias generales para transformar plantas, en la primera se utilizan cultivos
celulares de tejidos poco diferenciados que pueden ser de origen esporofítico o gametofítico
que después de habérseles introducido la construcción de interés, son regenerados en plantas
completas mediante diferentes tratamientos hormonales; la segunda se basa en la introducción
de ADN en el gametofito u otros tejidos que lo conforman (transformación in planta). Para una
síntesis de los métodos de transformación más utilizados en cereales, así como sus ventajas y
desventajas metodológicas, ver tabla 1.
1
El ADNc (complementario) es producto de la extracción de ARN y retrotranscripción para obtener cade-
nas de ADN sin intrones, es decir, la parte codificante de un gen
124
125
biobalística, que son las técnicas más utilizadas a la fecha. Claves: MS, marcadores de selección; FT, fitohormonas. Información sacada de:
Dra. Alma Piñeyro Nelson
01/12/11 17:11
Tabla 2. Técnicas de detección de transgenes en plantas.
templado
No útil para alimentos procesados
ELISA ** Media Media media media donde la proteína se haya degradado.
Proteína Puede presentar resultados
artefactuales
Buena calidad de ARN necesaria para
resultados reproducibles; cantidad de
Western blot *** Alta Alta baja baja ARNm necesario es alta, transferencia
a membrana delicados. Sonda debe
tener actividad específica precisa
Un mayor número de asteriscos implica mayor costo de la técnica, tanto por los reactivos involucrados, como por la infraestructura im-
plicada. La información para esta tabla está basada en los artículos de Anklam et al, 2002; Shehata, M., 2005 y Tripathi, L., 2005. Tabla
modificada de Piñeyro-Nelson (2007).
01/12/11 17:11
Dra. Alma Piñeyro Nelson
selección. Hay que señalar que este permite saber si el transgen que codifica para el marcador
de selección ha sido incorporado adecuadamente y no garantiza la correcta expresión de
otro transgen con el que se haya cotransformado a una planta. En algunos casos, el gen de
resistencia puede haberse insertado pero no se expresa por silenciamiento transcripcional (no
hay ARN) o postranscripcional (el ARN es degradado antes de ser traducido). Para detectar
la presencia del ADN insertado la técnica más utilizada es la Reacción en Cadena de la
Polimerasa o PCR (por sus siglas en inglés), con la que se detecta el gen de interés, ya que si
éste se encuentra presente, habrá una amplificación exitosa al llevar a cabo una reacción de
PCR utilizando oligonucleótidos específicos para la secuencia que se busca. Con variantes de
esta misma técnica se pueden determinar, además, las secuencias flanqueantes al transgen, ya
sea por PCR inverso o TAIL-PCR2
En el caso del maíz genéticamente modificado, varias secuencias han sido ampliamente
utilizadas para transformar las diferentes líneas de maíz transgénico presentes en el mercado:
1
El PCR inverso y el TAIL-PCR se basan en diseñar oligonucleótidos o cebadores que se anclan dentro
de una secuencia conocida (por ejemplo, el promotor, el transgen o el terminador) pero en lugar de que
uno de los oligonucleótidos se dirija en dirección 3` a 5` y el otro en dirección 5`a 3`, ambos se dirigen en
dirección 5`a 3`, es decir, hacia fuera de la secuencia conocida, con lo cual empezarán a amplificar una
parte de la secuencia desconocida que se quiere determinar. Cada técnica tiene sus variaciones, sin em-
bargo, en ambos casos, se pueden aislar y clonar los fragmentos de PCR amplificados y secuenciar con
el fin de determinar las secuencias adyacentes.
127
la de mayor uso ha sido el promotor 35S del Virus del Mosaico de la Coliflor (CaMV, por sus
siglas en inglés), presente en 86% de los eventos transgénicos reportados y en menor medida
(60%)3, el terminador de la transcripción de la enzima Nopalina Sintetasa (tNOS), aislada
de Escherichia coli, así como ciertos genes que codifican para la resistencia a antibióticos o
herbicidas aislados de diversos organismos. Por ejemplo, el gen PAT, aislado de Streptomyces
viridochromogenes. Si se realiza pruebas de PCR para amplificar tanto el promotor 35S así como
el tNOS, se abarca el 96% de los eventos comerciales de maíz transgénico liberados al medio
ambiente en Estados Unidos4, que es el principal productor de OGMs del mundo.
Estas mismas técnicas, más otras que se mencionan en la tabla 2, han sido utilizadas para llevar
a cabo labores de biomonitoreo de OGMs, es decir, detectar la presencia de transgenes en
plantas y semillas de eventos transgénicos liberados al medio ambiente, así como sus derivados
(alimentos procesados, aceites, etc.) tomados de distintas partes de la cadena productiva y
alimenticia (campo, contenedores industriales, harinas, alimentos procesados). El biomonitoreo
de plantas transgénicas también se puede hacer mediante métodos de observación indirecta
en campo, al caracterizar la respuesta fisiológica de plantas vivas después de la aplicación de
herbicidas u otros marcadores de selección. Sin embargo, es más confiable determinar si están
presentes las proteínas o genes recombinantes mediante las técnicas moleculares enlistadas
arriba, pues la gran mayoría de los organismos transgénicos no se distinguen visualmente de los
no transgénicos y las respuesta fisiológica a determinada sustancia puede variar dependiendo
de condiciones ambientales. Ahora bien, las técnicas de detección moleculares pueden verse
afectadas y presentar falsos negativos si la secuencia de interés –en el caso de análisis basados
en ARN- se encuentra silenciada, vía metilación de residuos de citosina, o si ha sido blanco de
recombinación, en el caso del ADN, así como si fue integrada de manera truncada. En el caso
de técnicas de detección basadas en la presencia de proteínas recombinantes, éstas también
pueden presentar modificaciones en el epítope de reconocimiento, degradación proteica, o
demasiada o muy poca proteína, que pueden generar falsos negativos y en ocasiones, falsos
positivos, disminuyendo así la certidumbre de las pruebas de ELISA.
Por último, no se sabe si el cambiar de contexto genómico –es decir, pasar de estar en un
híbrido comercial a una raza criolla- afecta la sensibilidad de los ensayos de laboratorio, dada
la presencia de metabolitos secundarios no considerados o por los procesos de silenciamiento
transcripcional o postranscripcional. Los fenómenos bioquímicos mencionados provocan que
el llevar a cabo labores de biomonitoreo sea potencialmente mucho más complejo e impreciso
de lo previsto, por lo que es aconsejable corroborar la robustez de las diferentes técnicas a
emplear y en su caso, estandarizarlas para el caso específico del cultivar bajo monitoreo, así
como sus variantes (en el caso del maíz, las razas criollas e híbridos no convencionales). En la
siguiente sección se presentan los caracteres más utilizados en plantas agrícolas transgénicas así
como los patrones de adopción de estos cultivares a nivel mundial.
3
Según información consultada en www.agbios.com en Mayo, 28, 2008.
4
Ibid.
128
Los principales cultivares transgénicos sembrados desde 1996 han sido, en orden de extensión:
soya, maíz, algodón y colza. Las características de origen transgénico en estos cultivares han
sido primordialmente la tolerancia a herbicidas (glifosato y glufosinato, principalmente) y la
resistencia a insectos (Lepidópteros y Coleópteros), seguidas por cultivos con genes apilados
para ambas. Así, en 2005, la tolerancia a herbicidas, introducida en maíz, colza y algodón,
ocupó 71% de la superficie total plantada con OGMs, (63.7 millones de hectáreas de las 90.0
millones de hectáreas de transgénicos a nivel mundial) mientras que 16.2 millones de hectáreas
(18%) se sembraron con cultivos resistentes a insectos, comúnmente llamados Bt (con alguna
variante de proteínas Cry) y 10.1 millones de hectáreas (11%) con cultivos que contienen ambos
genes apilados. Estas últimas líneas fueron las que tuvieron una representación proporcional
mayor en 2004 y 2005, con 49% de aumento con respecto a años anteriores en comparación
con un 9% de aumento para las líneas tolerantes a herbicidas y 4% para aquellas resistentes a
insectos” (p. 4-5 James, 2005).
A decir de los proponentes del uso a gran escala de organismos genéticamente modificados
en la agricultura, la intención es que en los siguientes diez años los cultivos transgénicos pasen
de estar concentrados en países desarrollados (Estados Unidos concentra casi el 55% del área
mundial sembrada con OGMs) a estar preponderantemente en países en vías de desarrollo, en
particular, países de África, América Latina (además de Argentina y Brasil, cuyo uso de soya
resistente a glifosato es muy alto) y del continente Asiático, en particular China e India (para
más información ver James, 2005). Para ello, las corporaciones productoras y comercializadoras
de OGMs están llevando a cabo una intensa campaña de propaganda y cabildeo con los
gobiernos de los diferentes países blanco. Esto también implicaría el desarrollar transgénicos
de otras especies según las necesidades de estos países. El maíz es uno de los cultivares blanco,
ya que este cultivo es fundamental en muchos países del tercer mundo y actualmente las
variedades transgénicas comercializadas sólo representan menos del 14% del área mundial
plantada. Bajo este panorama, México es sin duda, uno de los países más importantes para
promover la siembra de maíz transgénico, ya que nuestro país se encuentra en los primeros
lugares de producción de este grano a nivel mundial y el maíz representa las dos terceras partes
de los cereales cultivados en México.
Dado lo anterior, a continuación se hará una breve síntesis de las características biológicas,
sociales, económicas y culturales que hacen que el uso de maíz transgénico en México sea
potencialmente nocivo.
El maíz es un cultivo nodal para México, pues es la base de la dieta mexicana. A la vez, nuestro
país es centro de origen y diversificación del maíz (Vavilov, 1992; Doebley e Iltis, 1984; Wang
et al, 1999; Matsuoka et al. 2002;) y actualmente cuenta con al menos 41 razas catalogadas
(Ortega, 2003) que representan un importante reservorio de diversidad genética que es
fundamental conservar.
129
En cuanto a su biología, el maíz (Zea mays ssp. mays) es una planta monocotiledónea anual,
monoica, con un tallo que termina en una inflorescencia masculina llamada panícula o espiga
mientras que la inflorescencia femenina, conocida por su fruto como “mazorca” se forma a
partir de meristemos laterales presentes en las axilas de las hojas, generalmente a mitad de la
longitud del tallo. La polinización se lleva a cabo por viento y es generalmente cruzada. El
polen es viable hasta por 8 horas después de haber sido dispersado de la panícula y puede
viajar entre 2 a 20Km, dependiendo de las condiciones climatológicas.
El maíz, es una planta que a diferencia de otros cultivos, como el trigo y la cebada, no tiene
variedades silvestres y depende del ser humano para completar su ciclo biológico (en particular,
en el proceso de eliminación de brácteas que cubren la mazorca y la dispersión de semillas).
Estudios recientes, tanto en genética del desarrollo como evolución molecular y arqueología,
están aportando evidencia empírica y experimental que apoya la hipótesis postulada por
George Beadle para explicar el origen biológico del maíz: Beadle propuso que esta planta es
el producto de la selección artificial del hombre sobre poblaciones de una especie de teocintle
(Zea mays ssp. parviglumis) presente en el valle del río Balsas hace 10, 000 años (Buckler y Stevens,
2006). Algo importante que se desprendía de esta hipótesis es que el cambio drástico en la
ontogenia y morfología del teocintle al maíz, en particular del fruto (la mazorca), se debe
a cambios pequeños en genes “maestros” (homeóticos) que son responsables de establecer
los patrones de desarrollo presentes en diferentes especies. Investigaciones recientes han
comprobado que éste es el caso para el maíz (Wang et al, 1999; Matsuoka et al. 2002)
Un grupo de herbáceas silvestres que se asemejan en estructura al maíz, los teocintles, son
considerados los parientes más cercanos del maíz pues aunque la mazorca de maíz y la
infrutescencia de las diferentes especies y subespecies de teocintles presentes en el territorio
nacional son muy distintos entre sí, su cercanía genética se ha comprobado (Doebley, 2004).
Actualmente se siguen encontrando híbridos maíz-teocintle, prueba de que el flujo génico
entre ambos, continúa y muchos teocintles crecen como herbáceas invasoras en sembradíos
del país. (Ellstrand et al, 1999) Lo anterior, abre la puerta a la posibilidad de introgresión de
transgenes en los teocintles presentes en México.
Los registros fósiles más antiguos de mazorcas de maíz “modernas” (con las características que
conocemos actualmente) son de hace aproximadamente 10,000 años (Benz, 2001). A partir de
estas primeras mazorcas “ancestrales”, el mejoramiento continuo por parte de los agricultores
mesoamericanos prehispánicos (para los cuales el cultivo de esta planta y otras llevó al
sedentarismo necesario para la construcción de las diferentes civilizaciones documentadas en
Mesoamérica) así como los actuales, asentados en áreas con condiciones edáficas, climáticas,
altitudinales y agroecológicas contrastantes, ha generado una enorme variedad de razas y
poblaciones nativas adaptadas a diversas condiciones y requerimientos agronómicos (Ortega,
2003). El mejoramiento de estas poblaciones no es un proceso acabado y se sigue llevando
a cabo en un proceso de “mejoramiento autóctono continuo”, término acuñado por el Dr.
Antonio Turrent para sintetizar el proceso realizado por los agricultores de comunidades
130
rurales tradicionales (Turrent y Serratos, 2004). Éstos conservan semilla de un ciclo agrícola
a otro, seleccionando en cada generación aquellas mazorcas con características deseadas
como tamaño de la mazorca, tamaño del grano y olote, color, consistencia, precocidad, etc.
También, intercambian semilla con vecinos y parientes y en ocasiones, adquieren semilla de
lugares lejanos si ésta les parece atractiva. Este proceso ha dado como resultado al menos 41
razas distintas de maíz (Sánchez 2000, citado por Ortega, 2003) aunque nuevas razas se siguen
descubriendo y caracterizando (Astier y Barrera, 2006). En nuestro país, 75% de las tierras
sembradas con maíz lo son con variedades criollas. (Turrent y Serratos 2004) Además, este
cultivo ocupa las dos terceras partes de tierras cultivadas en México (www.sagarpa.gob.mx),
mientras que a nivel mundial, es el segundo cultivo (después del arroz) más sembrado.
131
legales de infringir un derecho de patente. Otro aspecto aún más preocupante se refiere al
hecho de que ya existen otras líneas de maíz transgénicos que expresan fármacos, solventes,
plásticos, sustancias de uso industrial o terapéutico que eliminan la vocación alimenticia de este
cultivo y que además, de llegar a la cadena trófica podrían tener consecuencias desastrosas. Esta
posibilidad se incrementa dado el hecho de que en Estados Unidos, con quien compartimos
una frontera grande y porosa, ya tiene sembrados miles de acres con este tipo de OGMs1. Esta
posibilidad ha sido advertida en diferentes foros, así como por un panel trinacional de expertos
consultados por parte de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (2004),
quienes han recomendado la moratoria a la siembra de este tipo de cultivos.
Dado lo anterior, más el hecho de que México, en su calidad de Centro de origen y diversificación
cuenta con un reservorio genético sobresaliente en lo referente a este cultivar, aunado a la
importancia alimenticia, social y económica que tiene el maíz en nuestro país, la política más
sensata a la fecha es declarar una moratoria indefinida a la siembra a campo abierto de maíz
transgénico.
Referencias
Anklam E, Madani F, Petra H, Pijnenburg H, Van Den Eede G (2002). Analytical methods for
detection and determination of genetically modified organisms in agricultural crops and plant-
derived food products. Eur Food Res Technol 214: 3-26.
Astier M, Barrera N (2006). Catálogo de maíces criollos de las cuencas de Patzcuaro y Zirahuen.
GIRA, INE, INIFAB, SEDAGRO y UNAM. pp. 55.
Benz B (2001). Archeological evidence of teosinte domestication from Guila Naquitz, Oaxaca.
Proc Natl Acad Sci USA 98: 2104-2106.
Bukler ED, Stevens NM (2006). Maize Origins, Domestication and Selection. Chapter 4, pp. 67-90.
Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA) (2004). MAÍZ Y
BIODIVERSIDAD, Efectos del maíz transgénico en México: Conclusiones y Recomendaciones.
En: Informe del Secretariado conforme al artículo 13 del ACAAN. Comisión para la
Cooperación Ambiental de América del Norte. 8 de noviembre de 2004
http://www.cec.org/pubs_docs/documents/index.cfm?varlan=espanol&ID=1647
Doebley J, Iltis HH (1980). Taxonomy of Zea (Gramineae). I. A Subgeneric Classification with
Key to Taxa. Amer J Bot. 67: 982-993.
Doebley J (2004). The Genetics of Maize Evolution. Annu Rev Genet 38: 37-59.
Ellstrand N, Prentice HN, Hancock JF (1999). Gene Flow and Introgression from Domesticated
Plants into their Wild Relatives. Annu Rev Ecol Systemat 30: 539-563.
James C (2005). Resumen ejecutivo Número 34 del Servicio Internacional para las Adquisiciones
de Aplicaciones Agro- Biotecnológicas. http://www.isaaa.org
5
Para más información acerca de los acres sembrados con OGMs que expresan
sustancias no alimentacias, consultar la página de la Union of Concerned Scientists:
http://www.ucsusa.org/food_and_environment/genetic_engineering/
132
133
A lo largo de las últimas décadas, hemos descubierto que en la Tierra existen ambientes ini-
maginables, y lo que era aún más difícil de esperar, se ha descubierto que existen organismos
que viven ahí. No es que estos organismos sobrevivan en estas condiciones, sino que estos am-
bientes extremos son su hábitat natural, es por ello que se les ha denominado extremófilos. Este
término fue usado por primera vez por Maceroy hace tres décadas (MacEroy, 1974).
Cuando las condiciones del medio son tales que el individuo se encuentra en situación de stress,
estamos hablando de un ambiente extremo (Rossi et al, 2003). Ante esta situación y para no
morir los organismos pueden generar distintas estrategias, una de ellas es por ejemplo aislarse
del medio; así Cyanidium caldarium y Dunaliella acidophila que se encuentran en un pH de 5 tiene
un citoplasma neutro, aunque eso sí sus proteínas externas son ácido tolerantes.
HALÓFILOS
Los microorganismos capaces de crecer tanto en ausencia como en presencia de sal, son lla-
mados halotolerantes y los que requieren sal para su crecimiento son llamados halófilos. De
acuerdo a la definición de Kushner (1978), es posible distinguir entre halófilos débiles, como lo
son la mayoría de los organismos marinos, considerando que el agua de mar contiene cerca de
3% (w/v) de NaCl; halófilos moderados cuyo crecimiento óptimo se encuentra en un rango de
3% y 15% (w/v) de sal; así como halófilos extremos, que presentan un crecimiento óptimo al
25% (w/v) de NaCl. (Margesin y Schinner, 2001).
Muchos de estos microorganismos han sido aislados de hábitats que presentan alta salinidad
ubicados en diferentes puntos geográficos del planeta (Ventosa et al. 1998). En la Tabla 1 se
mencionan algunos de los puntos geográficos característicos de los diferentes ambientes salinos,
136
Muchos de los ambientes salinos son también extremadamente alcalinos ya que el carbonato
sódico, así como otras sales, pueden liberar iones que producen la alcalinidad.
ACTINOMICETOS HALÓFILOS
En 1975 se dio a conocer por vez primera el reporte de un actinomiceto capaz de crecer en
altas concentraciones de salinidad, Actinopolyspora halophila, (Gochnauer, 1975). Dieciséis años
más tarde, en 1991, se reporta el segundo actinomiceto halófilo, A. mortivallis (Yosida, 1991).
Existen en la actualidad 15 miembros conformando este grupo. A continuación se presenta
de manera breve las principales características de los actinomicetos halófilos reconocidos a la
fecha. Tabla 2.
CRECIMIENTO ÓPTIMO
MICROORGANISMO PROCEDENCIA
% NaCl
Contaminante en medio con 25% de
Actinopolyspora. halophila 10
NaCl. Canadá
Suelo salado. Valle de la muerte,
A. mortivallis 5 - 25
California, E. U. A
A. iraquiensis Suelo salino. Iraq 10 – 15
Suelo salado.
Nocardiopsis lucentensis 10
Alicante, España.
Nocardiopsis halophila Suelo salino. Iraq 20
Nocardiopsis kunsanensis Salinas de Kunsan. Korea 10
Nocardioides aquaticus Lago salado Ekho. Antártida 1-6
Friedmanniella lacustris Lago salado Ekho..Antártida 4
Streptimonospora salina Lago salado.Oeste de China 15
Saccharomonospora halophila Suelo pantanoso. Kuwait 10
Nocardiopsis xinjiangensis Suelo salino. Xinjiang, China 10
Streptomonospora alba Suelo salino. Xinjiang, China 10 - 15
Prauserella halóphila Suelo salino. Xinjiang, China 10
Prauserella alba Suelo salino. Xinjiang, China 10
Saccharomonospora
Suelo salino. Xinjiang, China 10
paurometabolica
137
México es un país notable por su diversidad climática por lo que se ha conseguido desarrollar
varios ecosistemas que contienen una gran riqueza de especies (Jaramillo et al., 1996). Esta
diversidad biológica no solo abarca los organismos antes mencionados, sino también una gran
cantidad de especies microbianas habitantes de estos ecosistemas, aun en ambientes de extre-
ma salinidad.
Es en estos ambientes (de agua y suelo) donde predominan los microorganismos halófilos y
halotolerantes, siendo varios de estos ambientes seleccionados como fuente de obtención de
muestras para el aislamiento de actinomicetos halófilos (Alcocer, J. y Williams W. D., 1993).
Dentro de estos ambientes salinos se encuentran los suelos. Un suelo salino es aquel que tiene
una cantidad de sales solubles elevada que alterará desfavorablemente su productividad.; un
ejemplo de ello es el suelo salino del ex Lago de Texcoco, considerado un ecosistema casi único
en el mundo dadas sus características fisicoquímicas y la alta salinidad-sodicidad que se presen-
ta en esta gran extensión. La acumulación del carbonato de calcio en este ambiente es un rasgo
característico de las regiones áridas y semiáridas como resultado de la escasa precipitación.
Este ecosistema representa una fuente poco estudiada respecto a diversidad microbiológica,
principalmente en lo que a microorganismos extremófilos se refiere (Cruickshank, 1995).
Los estudios realizados en México, en los últimos años han demostrado por técnicas taxonó-
micas y moleculares la presencia de los géneros Saccharomonospora y Actinopolyspora en salinas
costeras del país. Además en estudios anteriores en el suelo del ex Lago de Texcoco han identi-
ficado la presencia de 5 géneros predominantes: Salinicoccus, Halomonas, Planococcus, Staphylococcus
y Nocardiopsis.
Actualmente el grupo de actinomicetos halófilos que se conoce es muy reducido; sin embargo
el estudio de sus características fisiológicas y su distribución en el mundo los ubica como un
grupo importante dentro de los microorganismos extremófilos debido al potencial que ofrecen
a nivel ecológico, biotecnológico y médico entre otros.
El objetivo de esta búsqueda es hallar otros géneros de actinomicetos halófilos (además de los
ya reportados), en ambientes salinos de México.
138
Para la caracterización fenotípica se puede echar mano de varias pruebas (Koneman, 1983;
Stainer et al., 1966):
139
La biología molecular destaca también su aplicación para identificar poblaciones con el uso
de técnicas basadas en el análisis de ADN mediante el uso de marcadores moleculares, herra-
mientas básicas en la identificación taxonómica, la estructura genética poblacional, evolución
y conservación de los organismos (Welsh y McClelland, 1990).
Una vez seleccionadas algunas cepas como miembros representantes de cada grupo formado
en las pruebas anteriores se procede a la extracción del material genético (ADN) y sea cual sea
el método resulta bastante simple.
La obtención y purificación del material genético se confirma con la visualización del mismo
en geles de agarosa al 1%.
En términos simples, la técnica necesita una mezcla de reacción que contiene, entre otros com-
ponentes, una polimerasa termoestable y oligonucleótidos sintéticos, como ,23 INSf, 5’- (AC)
A (AGT) GCG TAG (AGCT) CG A (AT) G G-3’; 23 insR 5’ –GTG (AT) CG GTT T (AGCT)
(GCT) GGT A-3’; que flanquean una región del ADN, se puede amplificar dicha región en
forma específica hasta 100 millones de veces (Mullis et al., 1986).
La amplificación por PCR del 23’s rRNA se realizará utilizando oligonucleótidos de inicio
de tipo universal.
140
141
IDENTIFICACIÓN DE ESPECIES
Finalmente se complementa la información obtenida con el análisis de las secuencias del 23S
rRNA para determinar la presencia de especies y subespecies correspondientes al suelo salino
estudiado.
Fig. 5. Uso de BLAST para comparación de secuencias de DNA
142
Fig. 6. Uso de BLAST para comparación de secuencias de DNA
Referencias
143
144
La muerte celular es el proceso mediante el cual una célula pierde de manera irreversible
la capacidad para mantener la composición específica de su medio intracelular. Durante el
proceso de muerte, se pueden reconocer dos momentos diferentes: 1) cuando todavía pueden
detectarse y medirse algunas funciones, y 2) después de haber cesado por completo toda
actividad fisiológica, a lo cual se le ha llamado “punto de no retorno” (Pérez-Tamayo 1987).
Una célula puede alcanzar la muerte por varias vías, y aunque el final es el mismo (la desaparición
de la célula), el nombre que se le da al tipo de muerte depende de varias características, entre
las que destacan: el estímulo que la indujo, la señalización o ruta intracelular que sigue la señal,
el organelo blanco que recibirá el estímulo o señal de muerte, las moléculas que intervienen en
la pérdida de la homeostasis celular, etc.
La muerte celular debe ser considerada como un proceso necesario en el mantenimiento del
equilibrio homeostático de los individuos. La pérdida de la capacidad de muerte de las células
que conforman un tejido, puede llevar a la formación de tumores, mientras que la muerte
precipitada o acelerada de algunos grupos celulares es característica de muchas enfermedades
autoinmunes o en casos como VIH. Un tejido se mantiene sano en la medida que guarde un
fino equilibrio entre la proliferación y la muerte de las células que lo conforman.
Por ser la apoptosis y la necrosis las vías de muerte que ocurren con mayor frecuencia en
los organismos vertebrados, en el desarrollo de este trabajo se describirán las características
celulares y moleculares de estos dos tipos de muerte.
145
En la actualidad se han utilizado como sinónimos los términos de apoptosis y muerte celular
programada (MCP), sin embargo, esto no es adecuado porque aunque en ambos casos las
células contienen un programa genético para la muerte, en la MCP la célula debe reconocer
cuando exactamente debe iniciar el proceso de muerte (generalmente el tiempo es el detonador
de la muerte), mientras que en la apoptosis, la muerte es inducida por factores intrínsecos o
extrínsecos.
La muerte por apoptosis puede ser disparada por una gran variedad de señales, tales como
la interacción ligandos-receptores, problemas en el metabolismo energético y en el potencial
redox, generación de ceramidas, movilización de Ca++ y activación o inactivación de proteínas
de la familia de Bcl-2 (Revisado por Chen et al., 2003). La apoptosis ocurre cuando en el
ambiente celular, se pierde el fino equilibrio entre factores pro y anti-apoptóticos y predominan
los proapoptóticos (Lu et al., 2005).
Las células se liberan de la matriz extracelular y adoptan una forma redonda, el citoplasma
y la cromatina nuclear se condensan, y forman grumos densos que se desplazan hacia la
superficie de la membrana nuclear, el DNA se rompe en los espacios internucleosomales y
produce fragmentos de 180-200 pb o sus múltiplos. La membrana nuclear permanece intacta,
aunque se produce una redistribución de los poros nucleares asociados con alteraciones en las
proteínas nucleares que son degradadas como son: la topoisomerasa y las proteínas de la lámina
o nucleares reguladoras de la mitosis. El núcleo se fragmenta (cariorrexis) y forma múltiples
fragmentos de diferentes tamaños que parecen gotas que tienen DNA y se dispersan por todo
el citoplasma. Si bien en la muerte por apoptosis aparentemente no hay lesiones graves de la
membrana citoplasmática lo cierto es que se deforma y sufre numerosos abombamientos, así
como pérdida de la asimetría fosfolipídica, aparición de sitios de unión a trombospondina y
pérdida de residuos de ácido siálico. En los estadíos finales, la membrana plasmática se fusiona
para empaquetar y envolver los constituyentes del citoplasma así como los fragmentos nucleares
para forma los denominados cuerpos apoptóticos. Los cuerpos apoptóticos son eliminados al
entorno extracelular, donde son endocitados por células fagocíticas o por las células vecinas, lo
que evita la lesión y la consiguiente respuesta inflamatoria. En estudios in vitro donde se inhibe
la endocitosis de las células vecinas y por consiguiente no se eliminan los cuerpos apoptóticos,
se ha podido ver que la célula culminará la muerte con características de necrosis, a lo cual se
conoce como “necrosis secundaria” (Crompton, 1999; Bouchier-Hayes et al, 2005).
La apoptosis es difícil de detectar in vivo debido a que los cambios morfológicos ocurren
rápidamente (entre 2 y 4 h) y los cuerpos apoptóticos son rápidamente fagocitados y removidos
del tejido para evitar una respuesta inflamatoria (Qin et al., 2005)
146
En las células de los mamíferos, la cascada de señalización que culminan con la muerte por
apoptosis, puede ser dividida en dos grandes vías: la intrínseca o mediada por la mitocondria
y la extrínseca o mediada por señales extracelulares que disparan los mecanismos de muerte
(Putcha et al., 2002; Zacks et al., 2004). Aunque los mecanismos que disparan una u otra vía
son diferentes, el objetivo en ambos casos es la activación de pro-caspasas y la desestabilización
de la función mitocondrial. La cascada de las caspasas (por sus siglas en inglés: Cytosolic
Aspartate-Specific ProteASAS), es el centro de la progresión de la apoptosis. Estas enzimas, son
una subclase de proteasas que rompen a su sustrato en un residuo de ácido aspártico. Éstas son
sintetizadas como enzimas inactivas (pro-caspasa) y sólo tendrán actividad cuando una célula
recibe el estímulo para la apoptosis. En mamíferos, al menos 13 caspasas han sido identificadas
y se han clasificado en iniciadoras y efectoras (Ho y Hawkins, 2005). Las caspasas iniciadoras
(caspasas 8, 9 y 10), son activadas por autoproteólisis en respuesta a señales de muerte, las
caspasas efectoras (caspasas 3, 6 y 7), son activadas por las caspasas iniciadoras e inician la
digestión proteolítica de la célula para finalizar con la muerte de la misma. Dentro de las
proteínas que son sustrato de las caspasas, se encuentran, proteínas inhibidoras de caspasas de
DNA activas, ADN polimerasa, Bcl-2, lamininas y varias proteínas de unión al citoesqueleto
(Affar et al., 2001). El rompimiento de estas proteínas ocasiona: fragmentación del DNA,
inhibición de la síntesis y reparación del DNA, daño de la membrana nuclear, condensación
de la cromatina y colapso del citoesqueleto (para revisar Crow et al., 2004; Lu et al., 2005).
1.2.1 Intrínseca
Esta vía de señalización, implica un amplio espectro de estímulos estresantes extra e intra-
celular que se traducen en un estímulo de muerte. Los estímulos extracelulares incluyen,
deficiencia en factores tróficos y de supervivencia, deficiencia en nutrientes, radiación, drogas
y estrés físico, mientras que el estímulo intracelular, incluye estrés oxidativo, daño del DNA y
proteínas malformadas (Crow et al., 2004). Estos estímulos de muerte, ocasionan la activación
de proteínas de la familia de Bcl-2 de un solo dominio BH3, lo que causa la liberación de
factores pro-apoptóticos desde el espacio intermembranal de la mitocondria hasta el citoplasma
(Wang, 2002 citado por Yan y Shi, 2005). Entre ellos se encuentran al citocromo c y la proteína
Smac/Diablo, la salida de estas proteínas es mediada por Bax y Bak (miembros también de la
familia de Bcl-2) que forman un poro para permitir la salida de estas moléculas (Putcha et al.,
2002), lo cual es antagonizado por las proteínas anti-apoptóticas Bcl-2 y Bcl-xL (Crow et al.,
2004; Yan y Shi, 2005). La liberación de citocromo c activa directamente Apaf-1 y en presencia
de dATP o ATP, induce la formación de un complejo multimérico denominado apoptososma.
El apoptosoma media la activación de la caspasa iniciadora 9 que subsecuentemente activa a
las caspasas efectoras 3 y 7, las cuales se encargan de desmantelar a las células en apoptosis. La
147
Fig. 4. La apoptosis puede seguir dos vías: la extrínseca, a través de la interacción de receptores de
muerte como Fas con su ligando (Fas-FasL), y la vía intrínseca, en la cual la señal de muerte (ausencia de
factores tróficos, quimioterapia, radiaciones, etc), provoca un daño directo a la mitocondria.
1.2.2 Extrínseca
148
Mitchell (1961) sugirió que en la membrana mitocondrial interna los electrones son transferidos
a través de los complejos de la cadena de fosforilación oxidativa hasta el O2 en una serie de
reacciones acopladas de óxido-reducción que producen una translocación de protones hacia el
espacio intermembranal mitocondrial para generan un diferencial de potencial electroquímico
necesario para la síntesis de ATP. Este potencial electroquímico que recibe el nombre de delta
Psi (Dy) está constituido por la distribución asimétrica de los protones que generan un gradiente
de concentración y eléctrico (Chen and Smiley, 1993).
Diversas señales de muerte celular convergen sobre las membranas de la mitocondria para
inducir cambios en la permeabilidad de la membrana mitocondrial (MMP) (Ferri and
Kroemer 2001). La MMP se ha considerado como un mecanismo fundamental en el proceso
de muerte por apoptosis y necrosis (Crompton, 1999). La MMP favorece la caída del Dy, la
liberación de proteínas desde el espacio intermembranal mitocondrial como las procaspasas 2,
3, 8 y 9 (Van Loo et al 2002), así como de Smac/Diablo, Omi/HtrA2, además la MMP puede
desencadenar un descenso en los niveles de ATP acompañado del aumento en la producción
de especies óxido reactivas (Verhagen et al, 2002; Bratton et al, 2001).
El PT puede estar cerrado o abierto, diversos miembros de la familia de Bcl-2, que se describen
en la tabla 3, pueden modular a PT. En condiciones fisiológicas el PT está cerrado, VDAC
regula el movimiento de sustancias a través de la membrana mitocondrial externa mientras
149
que el ANT intercambia ADP del espacio intermembranal por ATP de la matriz mitocondrial.
Al inicio del proceso de muerte se abre el PT y dependiendo de la intensidad del estímulo, la
conductancia de PT puede estar regulada para estímulos moderados o puede estar desregulado
ante estímulos intensos (He and Lemasters, 2002).
El término “Necrosis”, proviene del griego nékrosis que significa mortificación, también se ha
llamado muerte celular accidental y puede pensarse como un asesinato de la célula. La necrosis
se observa cuando las células mueren por un traumatismo grave y súbito.
La célula necrótica presenta un núcleo condensado que es altamente basófilo (se tiñe con
hematoxilina). El sitio de mayor daño está localizado en la membrana plasmática, se observa
principalmente la ruptura y los cambios en la permeabilidad que esto ocasiona, finalmente
edematizan a la célula, por ello, se ha propuesto el término de oncosis “hinchazón” para
designar este tipo de muerte celular. La célula necrótica libera su contenido citoplásmico hacia
el tejido subyacente, donde su presencia desencadena una reacción inflamatoria. La muerte es
pasiva y desencadenada por una perturbación en el medio ambiente más que por un programa
genético de la célula (Kitanaka and Kuchino, 1999).
150
Los lisosomas son organelos citoplasmáticos delimitados por membrana. En su interior tiene
un pH 4-5 y contienen alrededor de 60 diferente hidrolasas identificadas hasta el momento, con
actividad catalíticas como las fosfatasas, nucleasa, glicosidasas, proteasas, peptidasas, sulfatasas
y lipasas, que son capaces de digerir todas las macromoléculas de la célula (Cuervo and Dice,
2000; de Duve, 1983). Las catepsinas están dentro de las hidrolasas lisosomales que más se han
estudiado. Se han dividido en tres subgrupos de acuerdo a la presencia de un aminoácido en su
sitio activo, las catepsinas cisteína (B, C, H, F, K, L, O, S, V, W y X/Z), las catepsinas aspartato
(D y E) y las catepsinas serina (G) (Rawlings et al, 2004). Todas ellas tienen una buena actividad
a pH de 4-5; pero otras tienen actividad a pH neutros como el contenido en el citoplasma,
aunque puede existir un descenso en su estabilidad o puede estar acompañado de alteraciones
en su especificidad o de ambos.
En el proceso de muerte celular por necrosis hay una ruptura de la membrana lisosomal, lo cual
libera todo el contenido lisosomal hacia el citosol, principalmente las catepsinas y otras enzimas
hidrolíticas que son las principales ejecutoras de la muerte (Syntichaki and Tavernarakis, 2002;
Fukuda et al, 1993).
151
Conclusiones
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153
154
Durante la interacción del espermatozoide con el ovocito, ocurre una secuencia de eventos
altamente regulada. En primera instancia los espermatozoides eyaculados son activados en
el tracto reproductor femenino, en un proceso denominado capacitación, durante el cual
experimentan una reorganización dramática de su membrana plasmática (Frits et al., 2000) y
sólo aquellos que son exitosamente capacitados podrán unirse a la zona pelúcida del ovocito
de manera especie específica. La unión del espermatozoide con la zona pelúcida produce
en el espermatozoide una serie de señalizaciones que desencadenan la entrada de Ca2+ y la
fusión de la membrana plasmática con la membrana acrosomal externa en múltiples sitios,
proceso que se conoce como reacción acrosomal. El contenido acrosomal, compuesto por
enzimas hidrolíticas, produce la digestión de la zona pelúcida del ovocito, lo cual ayuda al
espermatozoide a penetrar a través de esta capa glicoproteica que rodea al gameto femenino.
Durante la reacción acrosomal la membrana plasmática apical y la membrana acrosomal
externa se fusionan para formar vesículas que se separan del espermatozoide. Al terminar
la reacción acrosomal, la membrana acrosomal interna queda expuesta y los residuos de la
membrana plasmática de la región anterior del espermatozoide pueden observarse como
estructuras que parecen horquillas en los costados del espermatozoide. La progresión del
espermatozoide a través de la zona pelúcida, aparentemente facilitada por la existencia de
sitios específicos de fijación entre la membrana acrosomal interna expuesta y las proteínas
constituyentes de la zona pelúcida, conduciéndolo hasta el espacio perivitelino del ovocito
(Frits et al., 2000). Aquí el espermatozoide se coloca de manera que su región ecuatorial
(horquillas), queda en contacto y se fusiona con la membrana plasmática del ovocito (oolema)
(Frits et al., 2000) produciendo la penetración de la cabeza del espermatozoide al interior del
citoplasma del gameto femenino.
155
eventos están: la afinidad para factores de adhesión, la permeabilidad para solutos hidrofílicos,
señalización celular y eventos de fusión (Dunina-Barkovskaya, l998).
Antecedentes.
Espermatozoide maduro.
156
157
de colesterol es una pequeña parte del esterol total, constituye un componente de la mayor
importancia en el dominio acrosomal de la membrana plasmática del espermatozoide humano
(Yanagimachi, 1994; Frits et al., 2000).
Los fosfolípidos pueden ser divididos en dos grupos: fosfoglicerolípidos y esfingomielinas. Los
fosfoglicerolípidos varían en estructura molecular porque la cabeza de su grupo polar es diferente,
en la posición sn-3 del esqueleto del glicerol. Cada clase de fosfolípido contiene diferentes cadenas
Esquema 1
PRINCIPALES COMPONENTES Y DOMINIOS DEL ESPERMATOZOIDE MADURO
Los principales componentes del espermatozoide son la cabeza, pieza media y cola, en la cabeza se
encuentra la membrana plasmática, la acrosomal externa, la acrosomal interna, el acrosoma, la cubierta
nuclear y el núcleo. La membrana plasmática del espermatozoide se caracteriza por estar organizada en
dominios y los principales son: la región apical, la preecuatorial, ecuatorial, postecuatorial, anillo posterior,
pieza media, anillo anular y flagelo (Frits et al., 2000).
158
alifáticas tales como acil, alquil, alquenil, que pueden estar unidas a la posición sn-1 o sn-2 del
esqueleto del glicerol (Parks and Hammerstedt, 1985). Las concentraciones de fosfolípidos en
la membrana plasmática de las células espermáticas, son generalmente comparables a los de
las membranas plasmáticas de las células somáticas. Por ejemplo el espermatozoide humano
contiene una relación porcentual de 50 de fosfatidilcolina, 30 de fosfatidiletanolamina,
12.5 de esfingomielina, 3 de fosfatidilserina, 2.5 de cardiolipina y casi 2 de fosfatidilinositol.
Por el contrario, la composición estructural de especies moleculares de fosfatidilcolina y
fosfatidiletanolamina, así como de otros fosfolípidos, es considerablemente diferente entre los
espermatozoides y las células somáticas (Frits et al., 2000). La posición sn-2 del esqueleto del
glicerol de los fosfolípidos espermáticos constituye una de las diferencias más notables en cuanto
a la esterificación con ácidos grasos poli insaturados de cadena larga (casi exclusivamente
ácido docosahexaenóico 22:6 y ácido docosapentaenóico, 22:5), además en la posición sn-1
contienen predominantemente cadenas alifáticas saturadas de 16 átomos de carbono de los
cuales casi el 55 % está unido a un vinileter (plasmenilcolina o plasmeniletanolamina) y 25 %
con un grupo alquilo saturado (fosfatidilcolina o fosfatidiletanolamina) (Brouwers, 1998), solo
el 20 % de la fosfatidilcolina y fosfatidiletanolamina contienen en el sn-1 un enlace de tipo éster
con un ácido graso. Durante la capacitación la cantidad de fosfatidilcolina pueden aumentar
debido a la metilación de la fosfatidiletanolamina (Frits et al., 2000).
Las moléculas lipídicas que presentan la asimetría más marcada y constante, en cuanto a
su distribución en la membrana plasmática de las células animales, son los glicolípidos, los
cuales se caracterizan por estar únicamente en la mitad exterior de la bicapa, quedando sus
carbohidratos al descubierto en la superficie de la célula (Frits et al., 2000).
159
plasmática, es importante resaltar que por el hecho de que casi el 100% de este fosfolípido
se encuentre en la cara interna de la membrana, la presencia de éste en la cara externa es
considerada como indicador de la pérdida de la asimetría membranal (Kuypers et al., 1996).
La Anexina V es una proteína que en presencia de concentraciones adecuadas de Ca2+ tiene
una alta especificidad por la fosfatidilserina, por lo cual ha sido usada como una técnica de
elección para detectar pérdida de la asimetría de la membrana (Kuypers et al., 1996). La
citometría de flujo es una técnica que en la actualidad es utilizada, como una prueba estándar
confiable, para observar los cambios en la asimetría de las células espermáticas (Gadella et al.,
1999; Nolan et al., 1995).
Otras enzimas, semejantes a las translocasas, han sido descritas recientemente como
importantes en la regulación de la distribución asimétrica de los fosfolípidos de las membranas.
Estas enzimas, llamadas “flipasas” regulan una rápida translocación de fosfolípidos por el
movimiento de “flip-flop” (Schneider et al., 1986). La actividad de “flip-flop” de fosfolípidos
puede ser incrementada significativamente por la incorporación de antibióticos formadores de
canales iónicos, como la anfotericina B (Schneider et al., 1986).
160
Los iones de calcio juegan un importante papel en algunos procesos fisiológicos por su habilidad
para regular la estructura y función de las membranas celulares y por sus acciones en algunas
vías metabólicas, particularmente aquellas involucradas en los procesos de contractibilidad y
metabolismo energético.
Esquema 2
ASIMETRÍA FOSFOLIPÍDICA DE LA MEMBRANA PLASMÁTICA.
La membrana plasmática de la mayoría de las células presenta una distribución asimétrica en cuanto a su
distribución fosfolipídica, tal es el caso de fosfatidilserina y fosfatidiletanolamina que de forma normal se
encuentran principalmente en la lámina interna de la bicapa.
161
Algunos estudios practicados con liposomas fabricados con fosfatidilserina han demostrado
que la estequiometría de fijación de la Anexina V a este fosfolípido oscila entre 4 a 8 moléculas
162
de Anexina por cada fosfatidilserina. Esto también refleja la tendencia que tiene la Anexina V
para formar trímeros en el momento de su fijación a fosfatidilserina aumentando notablemente
la intensidad de la fluorescencia producida.
Finalmente, podemos resumir que en la mayoría de los diferentes tipos celulares, la mayoría
de los componentes estructurales de su membrana plasmática se encuentran distribuidos
asimétricamente, y que una pérdida de su asimetría podría traer como consecuencia la muerte
celular, sin embargo para el espermatozoide esta pérdida de la asimetría fosfolipídica es un
paso necesario rumbo a la fertilización del ovocito.
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163
164
“El estudio de las causas de enfermedad en humanos, animales y plantas no deja duda de que uno de los
principales caracteres con valor en la sobrevivencia es la inmunidad a la infección. Desafortunadamente, esta no
es una adquisición permanente, ya que los agentes patógenos también evolucionan, por lo general más rápido que
sus víctimas.”
J.B.S. Haldane. The causes of evolution (1932)
Los seres vivos, sean uni o multicelulares responden de maneras diversas a estímulos nocivos
derivados de su interacción con el ambiente. Sin embargo, el aumento en la complejidad
anatómica y funcional derivada de la multi-celularidad y diferenciación celular generó nuevos
y diversos nichos ecológicos susceptibles de ser colonizados por otros seres vivos estableciendo
en su mayoría, interacciones mutualistas. No obstante, también se crearon nichos potenciales
para interacciones parasitarias que no existían en formas de vida unicelular.
La respuesta inmune se compone de un brazo aferente que inicia con el reconocimiento del
patógeno (estimulo) a nivel molecular, usualmente a través de receptores trans-membranales
165
La mayoría de las respuestas efectoras implican un acoplamiento entre las vías de transducción
de señales con la inducción o represión de la expresión de genes. Eso usualmente se logra
mediante la activación de factores de trascripción, usualmente citosólicos, su translocación
al núcleo donde interactúan con elementos de respuesta en regiones reguladoras de los genes
blanco, promoviendo así el inicio de la transcripción de los mismos. Los factores de trascripción
más importantes en la respuesta inmune y otras formas de estrés celular (luz UV, estrés
oxidativo, necrosis de células vecinas) en la mayoría de los metazoarios estudiados pertenecen
a la familia de factor de trascripción REL-NFkB (Beutler, 2004; Hoffman y Baltimore, 2006).
Por otro lado, el sistema inmune adquirido o anticipatorio (SIA) surgió hace unos 550-450
millones de años y está presente a partir de los peces mandibulados (Gnatostomados). Este
sistema de reconocimiento se basa en la construcción de novo de receptores de antígeno, ya
sea inmunoglobulinas (Ig) o receptores de linfocitos T (RLT), esto es, que los individuos
heredan una colección de segmentos génicos en la línea germinal, así como la maquinaria
para ensamblar Ig y RLT. En el individuo, estos segmentos se recombinan clonalmente en
células especializadas denominadas linfocitos B (para las Ig’s) y linfocitos T (para los RLT)
mediante un proceso denominado recombinación somática. El resultado final de este proceso
es que cada linfocito B o T contiene un receptor único que en potencia puede reconocer a un
determinante antigénico del patógeno (Cooper y Alder, 2006).
166
Receptores tipo Toll: El receptor Toll fue originalmente descrito como un receptor
involucrado en la determinación del patrón dorso-ventral durante la embriogénesis temprana
en Drosophila melanogaster. La activación de este receptor por el ligando Spatzle activa una vía de
transducción de señales que conlleva a la activación del factor de transcripción de la familia
REL-NFkB llamado dorsal. Dorsal regula la expresión de dos organizadores embrionarios Twist
y snail en la región ventral del embrión, los cuales promueven la diferenciación del endodermo.
La falta de actividad de Twist y snail en la región dorsal favorece la diferenciación del ectodermo
y eventualmente del sistema nervioso central (Stathopoulos and Levine, 2002).
En el ser humano se han descrito 11 TLR’s los cuales se encuentran conservados estructuralmente
y funcionalmente en el ratón. Cada TLR tiene propiedades diferentes de reconocimiento.
Así mismo, cada receptor tiene particularidades en cuanto a su capacidad de translucir
167
señales intracelulares. TLR4 forma un complejo con CD14 y esencial para el reconocimiento
del lipopolisacárido (LPS). Por su parte TLR1, 2 y 6, ya sea como homodímeros o como
heterodímeros, pueden reconocer diversos componentes de bacterias Gram positivas como
peptidoglicano y ácido lipoteicoico, así como componentes de la pared de hongos, como el
zymosan. TLR5 reconoce flagelina. La activación de este tipo de TLR usualmente conlleva a
la activación de factores transcripcionales de la familia REL-NFkB, lo cual a su vez activa un
programa de expresión genética caracterizado por la expresión de citocinas pro-inflamatorias
(Beutler, 2004; Akira, 2006).
Receptores NOD LRR: Existen otro tipo de receptores de PAMP’s que no pertenecen a la
familia de los TLR. Una familia muy interesante es la familia NOD-LRR que comprende
un grupo diverso de proteínas citosólicas y están constituidos por dominios LLR, un dominio
central llamado NOD (Nucleotide Oligometization Domain), y un dominio CARD (Caspase
Recruitment Domain). Estas proteínas están implicadas en el reconocimiento de componentes
de paredes bacterianas Gram positivas de aquellas bacterias que escapan de la vía endocítica y
residen en el citosol. Así mismo, variantes alélicas de una de estas proteínas han sido implicadas
en el desarrollo de la enfermedad de Crohn (Enfermedad inflamatoria crónica del colon)
(Strober, 2006; Akira et al 2006).
168
deuterostomados, ya que diversas proteínas como los TEPs han sido descritas en la respuesta
inmune en dípteros. En particular, la proteína TEP1 de Anopheles gambiae parece tener un papel
importante en la destrucción de Plasmodium, el parásito causante de la malaria (Blandin et al, 2008)
La función del sistema inmune adquirido está íntimamente relacionada con la función del
sistema inmune innato. La producción de anticuerpos así como la inmunidad celular mediada
por células T requieren de estímulos resultantes de la activación del sistema inmune innato. De
hecho, el reconocimiento antigénico per se mediado por los receptores de antígeno (Ig o RLT)
induce un estado refractario a la activación llamado anergia clonal, el cual está implicado
en los mecanismos de tolerancia inmunológica. La activación y diferenciación de linfocitos
requiere, además de la señal antigénica, estímulos co-estimuladores para montar una respuesta
inmune. Estos son muy diversos e incluyen citocinas como IL-1, IL-6, IFN-g, TNF-a; productos
derivados de la activación del complemento (C3b), interacciones celulares mediadas por pares
ligando-receptor (CD40-CD154; CD80-CD28).
169
tienen la misma combinación de alelos (a menos de que sean gemelos monocigóticos). Este sello
de identidad molecular individual confiere a los individuos capacidades diferentes de responder a
diferentes patógenos debido a que las diferencias estructurales en el MHC confieren capacidades
diferenciales para asociarse a péptidos antigénicos. Si bien es conocida la asociación de ciertos alelos
de HLA con la resistencia o susceptibilidad a infecciones como malaria, tuberculosis, progresión de
VIH, lepra, la evidencia apunta que los determinantes genéticos de la resistencia o susceptibilidad
a infecciones no se restringen al HLA, sino que son poligénicos (Frodsham y Hill, 2004). De la
misma manera, otras enfermedades crónicas de etiología no infecciosa cuya patogenia obedece a
mecanismos inmunológicos también están asociadas a ciertos alelos de HLA.
170
Así mismo, las comparaciones a escala genómica entre D. melanogaster, Aedes aegypti y An.
gambiae revelan una gran diversidad en los mecanismos de reconocimiento y mecanismos
efectores, principalmente debida a duplicación genética y de dominios; mientras que las vías
de señalización principales están bastante bien conservadas (Waterhouse, 2007).
La visión clásica del sistema inmune innato como un sistema cuyos mecanismos de
reconocimiento se basan en una diversidad pobre de receptores de PAPM’s ha ido cambiando
paulatinamente conforme se analizan los genomas de mas protostomados y deuterostomados
no vertebrados, o bien al apoyo de técnicas derivadas de la genómica que no implican la
secuenciación total de un genoma. A continuación, se resumen algunos ejemplos que nos
permiten re-plantear esta visión ya que apoyan la noción de que aquellos animales que no
cuentan con sistemas de recombinación somática de segmentos de Ig y TCR pueden generar
una gran diversidad por diferentes mecanismos moleculares:
171
dramáticos. El genoma del erizo contiene alrededor de 220 TLR (recordemos que el humano,
el ratón y Drosophila tienen una decena de TLR’s). Más aún, el genoma del erizo cuenta
con aproximadamente 200 receptores tipo NOD-LRR y un número similar de receptores
Scavenger, mientras que el genoma humano cuenta con 20 y 80, respectivamente (Rast, 2006).
Especulaciones sobre el origen del SIA: El origen del SIA plantea un enigma desde la
perspectiva evolutiva porque pareciera que en los gnatostomados aparecieron de la nada los
siguientes elementos: 1) Un sistema de recombinación mediado por las recombinasas Rag 1 y
Rag 2. 2) Ancestros inmediatos del MHC, el RLT y el RLB. 3) Células similares a linfocitos, así
como un programa de regulación transcripcional y diferenciación al linaje linfoide. El aparente
surgimiento de estos elementos novedosos asociados al SIA ha llevado a la postulación de un
supuesto “Big Bang” inmunológico, el cual ocurrió hace aproximadamente 450 millones de
años (Marchalonis, 1998).
Una hipótesis interesante establece que previo al surgimiento de los vertebrados ocurrió una
duplicación genómica, que aumentó la complejidad de los organismos en términos de número
de genes y permitió la duplicación del MHC ancestral (Kasahara, 2004). Por último, el análisis
comparativo de los factores de trascripción involucrados en la diferenciación del linaje linfoide
172
sugiere que todos los elementos requeridos para el desarrollo de linfocitos estaban presentes en
agnatos (Rothenberg y Pant, 2004). En síntesis, el surgimiento del SIA ocurrió gradualmente
mediante la apropiación de genes con funciones preexistentes, así como la generación de
nuevas funciones resultantes de la duplicación génica y combinación de dominios (Klein y
Nikolaidis, 2005).
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174
175
Esfingolípidos
En las células de los mamíferos, la esfingosina es el esfingolípido más común, mientras que
en las levaduras y células de las plantas, la fitoesfingosina es la más común. La biosíntesis de
los esfingolípidos (Figura 1) inicia con la condensación de serina y palmitoil CoA que forman
3-cetoesfingosina qué a su vez sufre la reducción a dihidroesfingosina. Un grupo acil graso es
agregado por una unión amida para formar dihidroceramida que se convierte directamente
a ceramida el precursor de todos los esfingolípidos, por la introducción de una doble ligadura
trans entre los carbonos 4 y 5 de la base esfingoide (Merrill y Jones, 1990).
Inhibidor
Fumonisina
Serina +
B1 Palmitoil-CoA Esfingomielina Complejo
Serina Esfingolípidos
Palmitoiltransferasa EMasa Fosfatidilcolina
Dihidroesfingosina Glucosilceramida
Ceramida Sintasa
Dihidroceramida Glucosilceramida
Sintasa
Hannun y Obeid,
Diferentes grupos radicales se agregan a la ceramida para formar esfingolípidos más complejos,
sin embargo uno de los más simples es la ceramida-1-fosfato formada por la ceramida cinasa. Los
grupos radicales más complejos incluyen a cerebrósidos β-glicosídicamente unidos a la glucosa
176
Muy recientemente se han reportado una correlación de eventos en el útero durante el inicio
de la implantación por metabolitos de esfingolípidos en otros sistemas y órganos, por lo que
se ha sugerido que el metabolismo de los esfingolípidos provoca en el útero desarrollo de la
decidualización. Además, los esfingolípidos juegan un papel importante en la angiogénesis,
migración celular, apoptosis, regulación de la secreción de materiales extracelular, señales de
transducción, inmunomodulación y la diferenciación celular (Kaneko-Tarui, 2007).
177
Ceramida
178
TNFR 1 Cer
Cer EM
nSMase NSD
FAN Ceramidasa
Ácida
Bax aEMasa
nEMasa EM
Caspasa-3
Cer
Mitocondria
Poro de
ceramida Catepsin D Esfingosina
Lisosoma
Cer itocondría
DH-Cer
DHCD
r
Figura 2. Algunas vías apoptóticas que involucran a la ceramida (Cer). La señal de muerte se activa
externamente vía los receptores como TNFR1, Fas, y TRAIL, o internamente (radiación ionizante, falta
de nutrientes, etc.). Las enzimas que controlan la concentración de ceramida representan blancos
terapéuticos. Éstas incluyen enzimas involucradas la producción de ceramida [nEMasa/aEMasa
(esfingomielinasa neutra/ácida) y DHCD (dihidroceramida desaturasa)] y en su desglose (ceramidasa
ácida). DH, dihidroceramida; FAN, factor asociado con la nEMasa; NSD, dominio que interactúan con
EMase neutra; EM, esfingomielina.
ovocitos de las ratonas viejas desarrollan una elevada respuesta a la ceramida exógena debida
a una prolongada deficiencia en la ceramida endógena (Figura 3.) (Pérez et al., 2005).
Ceramidasa ácida
179
Ovocito Ovocito
Niveles de Niveles de
- niveles de - niveles de
ceramida muy ceramida muy alto
bajos
- Envejecimiento por estrés
Ratonas viejas
Ovocito
S1P
Apoptosis acelerada
(Pérez et al., 2005)
180
ceramida, esto ha sugerido que las ceramidasas pueden ser un “reostato” que mantenga un
equilibrio apropiado entre el crecimiento y la muerte celular. Los ovocitos ovulados sufren
cambios moleculares característicos de la apoptosis a menos que ocurra una fertilización
exitosa. Mientras que múltiples factores, incluso la ceramida, se han caracterizado como
elementos proapoptóticos involucrados en este proceso, poco es conocido sobre los factores
que mantienen a los ovocitos o a la supervivencia del embrión. Por lo que se ha propuesto
evidencias que demuestran que la CA es uno de los factores que participan de forma
importante en la supervivencia del embrión temprano. Desde hace algunos años se usó el gen
designado para inactivar al gen de la CA (Asah1) en la ratona. La caracterización inicial de
estos animales reveló que las ratonas heterozigotas (Asah1±) tenían una enfermedad fenotípica
que almacenaba lípidos progresivamente y que completamente perdían la CA llevando esto
a la ausencia en individuos mutantes. En este mismo estudio se observó que los niveles de
ceramida se encontraban aumentados en ovocitos viejos y que después llegaban a la apoptosis,
es razonable suponer que la CA, una enzima responsable para la hidrólisis de la ceramida y
producción de esfingosina (el precursor de S1P), podría ser un factor esencial requerido para
la supervivencia del embrión. Estos mismos autores suponen que la ausencia de la actividad
de CA, el nivel de ceramida en embriones de 2-células Asah1, se incremente, provocando la
apoptosis. Esta hipótesis es fuertemente apoyada por datos que muestran que S1P, antagoniza
a la ceramida y que rescata embriones Asah1 -/- y permite su supervivencia a estados de 4–8
células. El mecanismo propuesto de cómo actúa la CA es removiendo el exceso de ceramida
del embrión y esto previene la inducción de la apoptosis por la ceramida. Por el contrario,
embriones “knockout” que carecen del gen CA no transcriben CA a los estados de dos células,
y por lo tanto estos embriones sufren apoptosis (Eliyahu et al., 2007; Savtchouk et al., 2007).
Esfingosina-1-fosfato
La ceramida también puede producirse de novo por la ceramida sintasa. Dependiendo del
tipo de célula, la ceramida sintetizada a través de cualquier vía puede ser utilizada como una
respuesta a estrés para inducir muerte celular. Alternativamente, la ceramida también puede
ser metabolizada por las ceramidasas a esfingosina la cual es fosforilada por la esfingosina
cinasa para generar esfingosina-1-fosfato (S1P) que inhibe la apoptosis (Figura 4.) La S1P actúa
como un ligando extracelular para una familia de receptores acoplados a proteína-G (receptor
del gen de diferenciación endotelial), así como también, a un segundo mensajero intracelular
que induce proliferación celular y sobrevivencia. La S1P inhibe los eventos citoplásmicos y
nucleares que conducen a la apoptosis, proporcionando así protección de la activación de
muerte celular en múltiples puntos de la red reguladora de la apoptosis. Por consiguiente, ha
sido propuesto que un equilibrio metabólico intracelular entre la ceramida y la producción de
S1P contribuyen a la decisión de si una célula vivirá o morirá (Morita et al. (2000).
Estos mismos autores demostraron que la administración in vivo de S1P protegió los ovocitos
de los folículos primordiales de los efectos deletéreos de la radiación, la causa de la falla
ovárica prematura y la infertilidad en los pacientes de cáncer. En ratonas que recibieron
S1P conservaron una distribución normal de folículos con ovocitos dos semanas después de
181
Esfingosina cinasa
esfingomielinasa ceramidasa P
Hidrólisis Metabolismo Fosforilación
Bax
Apoptosis
Radiación
Quimioterapia
Desarrollo
Casper y Jurisicova (2000)
la radiación. Estos mismos autores también encontraron que los ovocitos rescatados por el
tratamiento de S1P pueden desarrollarse morfológicamente en embriones normales. Sin
embargo, no se sabe si estos embriones se desarrollan y llegan a término normalmente. Es
probable que los embriones que presentan más daño en el ADN producto de la radiación no
lleguen a la fase de implantación y desarrollo. Sin embargo los embriones normales producirán
recién nacidos saludables (Morita et al., 2000; Casper y Jurisicova, 2000).
En otro estudio se demostró que la S1P juega un papel importante en protección de ovocitos
de bovino del choque calórico. En particular, los ovocitos cultivados con S1P bajo condiciones
de choque calórico no experimentaron reducción en la tasa de degradación y posteriormente
se desarrollaron a estado de blastocisto, como ovocitos cultivado sin S1P. Además, la inhibición
de la síntesis de S1P provocada por adición de N1N-dimetilesfingosina (DMS) reduce o tiende a
reducir la proporción de ovocitos que sufre degradación y posteriormente se desarrollan incluso
182
en ausencia de choque calórico, esto sugeriría que la S1P está directamente o indirectamente
involucrada con procesos que llevan a la maduración de los ovocitos. Es probable que los efectos
termoprotectores de la S1P sean el resultado de una acción antiapoptótica de la S1P. La apoptosis
mediada por caspasas es una vía importante para la ruptura y la capacidad de desarrollo de
ovocitos bovinos causada por el choque calórico y la S1P bloquea la apoptosis de los ovocitos en
la ratona inducida por la doxorubicina y la radiación (Tabla 1.) (Roth y Hansen, 2004).
Tabla 1. Número total de células y porcentaje de blastómeros que fueron positivos a TUNEL en blastocistos
desarrollados de ovocitos madurados durante 12 horas a 38.5 a 41.0 °C en presencia o ausencia de
esfingosina-fosfato (S1P)
Durante el desarrollo normal de los ovocitos precede la apoptosis a menos que la fertilización
ocurra. Entre el complejo de vías reguladoras que se necesitan para controlar este delicado
balance entre la muerte y supervivencia, la señalización de los esfingolípidos es un componente
importante. De hecho, la acumulación de ceramida en ovocitos viejos ha mostrado conducir
a la apoptosis y los lípidos antiapoptóticos, como la S1P, que pueden neutralizar los efectos de
la ceramida y pueden promover la supervivencia de los ovocitos. Otros cambios fisiológicos
en los ovocitos sin fertilizar y en los embriones, son la oscilaciones de Ca2+, también son
componentes importantes de esta decisión reguladora. En la fertilización, los ovocitos jóvenes,
saludables deben proporcionar proteínas antiapoptóticas y mRNA suficiente a los embriones
recientemente formados para superar la vía apoptótica predefinida. Posteriormente el embrión
recientemente formado debe proporcionar estos factores a través de la expresión de su propio
genoma, activación del genoma embrionario (EGA). En la ratona, la activación del EGA es
durante la fase de 2-células mientras que en los humanos el evento de activación mayor ocurre
entre las 4-8-células. Aunque los factores antiapoptóticos deben estar entre la relación genes /
proteínas expresados en la EGA, sorprendentemente, muy pocos factores se han identificado
hasta la fecha. Consistente con las evidencias anteriormente mostradas, de que el aumento de
los niveles de ceramida en los ovocitos viejos conduce a la apoptosis, es razonable suponer que
la CA, es una enzima responsable de la hidrólisis de ceramida y la producción de esfingosina (el
precursor de S1P) y podría ser un factor esencial requerido para la supervivencia del embrión
(Spiegel y Kolesnick, 2002; Eliyahu et al., 2007).
183
Otra explicación que podría responder la presencia de los esfingolípidos en la decidua al inicio
de la gestación, es que los derivados de los esfingolípidos en el útero pueden servir como una
fuente de nutrientes para el embrión en ausencia de una placenta funcional.
Es necesario realizar estudios a futuro para medir el contenido de cada una de estas moléculas
de esfingolípidos, así como también, la actividad de cada una de las enzimas involucradas en
el proceso. Los experimentos como éstos, serán de gran utilidad para delinear cuales de las
moléculas de señalización de los esfingolípidos son críticas para el desarrollo de la gestación. Para
establecer el uso potencial de la ceramidasa ácida, para prolongar la sobrevivencia del ovocito/
embrión durante los procedimientos de fertilización in Vitro (FIV), facilitando la identificación
y selección de embriones sanos para reimplantación, especialmente en mujeres de avanzada
edad reproductiva. En conclusión, estos hallazgos establecen el papel tan importante que tiene
la ceramidasa ácida, en los estados tempranos de la embriogénesis de los mamíferos y sugiere
que la enzima y/o los genes pueden ser utilizados para facilitar la sobrevivencia del ovocito/
embrión tanto in vitro como in vivo.
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Introducción
Los procesos patológicos en los cuales la disfunción mitocondrial tiene gran relevancia,
incluyen la recuperación del tejido isquémico (corazón, cerebro y riñón), enfermedades
neurodegenerativas (Parkinson, Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica), padecimientos
relacionados con el envejecimiento y diabetes (Cooper and Schapira, 1997).
Las ERO tienen una función muy importante en diversos procesos biológicos, por ejemplo,
en la acción antimicrobiana de células fagocíticas (neutrófilos, monocitos, macrófagos,
eosinófilos), vía NADPH oxidasa; como segundos mensajeros de ligandos específicos (factores
de crecimiento) y como reguladores de algunos factores transcripcionales como NF-kb (Hoidal,
2001). Sin embargo un exceso de ERO es capaz de oxidar diversas biomoléculas (lípidos,
carbohidratos, proteínas y ácidos nucleicos) y promover de esta manera daño tisular. Por esta
razón, las células poseen sistemas que controlan fisiológicamente su producción y/o limitan
su capacidad de daño; de no ser así, alteraciones entre la producción de ERO y las defensas
celulares, generan un estado conocido como estrés oxidante, el cual resulta en disfunción y
muerte celular (Ortega-Camarillo et al., 2001; Ortega-Camarillo et al., 2006).
1. Mitocondria
188
Fig. 1. Flujo de electrones y protones en la cadena respiratoria mitocondrial. La coenzima Q (CoQ) cap-
tura electrones vía complejo I y II, y los trasfiere al complejo III, posteriormente pasan al citocromo c. El
complejo IV pasa los electrones del citocromo c reducido al oxigeno. La activación de las UCPs evita el
paso de electrones por la ATP sintasa y disminuye la producción de ATP y favorece la liberación de calor.
El término radical libre se aplica a especies químicas que contienen uno o más electrones no
apareados, ya sea por pérdida o ganancia de ellos. La presencia de electrones no apareados
modifica la reactividad química de un átomo o de una molécula y la hace generalmente más
reactiva que su correspondiente “no radical”. Sin embargo, la reactividad química de los
189
diferentes tipos de radicales libres es muy variable (Halliwell and Gutteridge, 1992; Olivares-
Corichi et al., 2007)
La mitocondria ha sido propuesta como la fuente principal de ERO. Como se mencionó antes,
de forma paralela a la reducción del O2 hasta H2O por la citocromo c oxidasa en la cadena
transportadora de electrones, tiene lugar la reducción, no enzimática y monoelectrónica del
O2 molecular, dando lugar a la formación de anión superóxido (O2.-). De forma adicional, el
anión superóxido puede dar origen a otras especies reactivas como el peróxido de hidrógeno
(H2O2), el radical hidroxilo (HO.) y el peroxinitrito (ONOO-) (Olivares-Corichi et al., 2007).
Existen otras fuentes de ERO en el organismo, por ejemplo el O2.- se produce durante la
fagocitosis para la destrucción de microorganismos extraños (Zentella and Saldaña, 1996). El
radical HO.. se origina como consecuencia de la interacción de radiaciones electromagnéticas
de baja longitud de onda con el agua o por el rompimiento del ONOOH y por la reacción de
Fenton. Este radical tiene la propiedad de interactuar prácticamente con cualquier molécula.
190
3. Sistemas antioxidantes.
Los antioxidantes se pueden clasificar con base en su estructura y función biológica en: 1)
enzimáticos, como la glutatión peroxidasa, la catalasa y la superóxido dismutasa y; 2) no
enzimáticos, como las vitaminas C y E, el b-caroteno, el ácido úrico y la bilirrubina, entre otros.
El origen del estrés oxidante en las células b por hiperglucemia, se atribuye principalmente
al aumento de las vías glucolíticas y por lo tanto de NADH+. Estos eventos favorecen la
interacción del oxígeno molecular con electrones no pareados producidos vía respiración
mitocondrial, lo que resulta en la formación de ERO (Duchen, 2004). Sumado a esto, el
aumento de Ca2+ intracelular necesario para la exocitosis de la insulina, también contribuye
a la formación de ERO; estas moléculas se proponen como responsables de la disfunción de
las células b y de alteraciones en la síntesis y secreción de insulina (Robertson et al., 2003), así
como de la acumulación de metabolitos altamente reactivos capaces de unirse a proteínas y
generar estrés oxidante (Díaz-Flores et al., 2004; Fridlyand and Philipson, 2004).
191
esta respuesta es una propiedad exclusiva del acoplamiento estímulo-secreción de las células
b. De acuerdo con esta hipótesis, la activación de la secreción de insulina inducida por glucosa
tiene una función dual: primero, aumenta la secreción de insulina y segundo, incrementa el
estrés oxidante (Fridlyand and Philipson, 2004). Esto se traduce en que la tasa de secreción de
insulina podría eventualmente tener efectos negativos sobre la propia producción de insulina.
De lo anterior se puede concluir que al menos 3 estados durante la secreción de insulina
(aumento del flujo glucolítico, disminución de ADP y aumento de Ca2+ intracelular) pueden
exacerbar la formación de ERO, lo cual puede explicar por qué las células b son quizás las
únicas que tienen un mayor riesgo de daño por estrés oxidante y apoptosis (Grankvist et al.,
1981). La secreción de insulina inducida por glucosa contribuye al incremento en la producción
de ERO en las células b, lo que sugiere que las ERO son parte del mecanismo de señalización
para la secreción de insulina, sin embargo el incremento en la síntesis de estas moléculas puede
también ejercer efectos deletéreos en las células b (Pi et al., 2007).
La identificación del tejido adiposo pardo (BAT, por sus siglas en inglés) y su gran actividad
termogénica en los animales que hibernan y en los niños recién nacidos, sugirió que la grasa
parda contenía uno o más compuestos que desacoplaban la cadena respiratoria. A finales de
la década de los 70s, se demostró que una proteína de 32 kDa localizada en la membrana
interna de la mitocondria participaba en este proceso. Su nombre original fue “termogenina”,
sustituyéndose años después por el de proteína desacoplante tipo 1 (UCP-1). Las proteínas
desacoplantes están bien caracterizadas, en los mamíferos se conocen 5 tipos (UCP-1 a UCP-
5) localizadas en diferentes tejidos y con una función específica en el metabolismo celular
(Sokolova and Sokolov, 2005).
Estructura
Las UCPs pertenecen a una familia de proteínas acarreadoras de aniones mitocondriales,
divididas en tres regiones homólogas internas, de aproximadamente 100 aminoácidos cada
una. En cada región existen 2 dominios transmembranales en forma de a-hélice, los extremos
amino y carboxilo se localizan en el espacio intermembranal. Las proteínas homólogas
conservan los seis dominios transmembranales, salvo en el caso de UCP-3S. El gen de UCP-3
en el humano codifica para 2 proteínas: una larga de 311 aminoácidos (UCP-3L) y una corta
de 275 aminoácidos (UCP-3S) que se origina cuando la ruptura y una señal de poliadenilación
(AATAAA) localizada en el último intrón, irrumpe el mensaje de elongación, hasta ahora se
desconoce la razón de la existencia de estas isoformas (Argyropoulos and Harper, 2002).
Expresión
El gen que codifica a UCP-1 está localizado en el cromosoma 4q28-q31 y se expresa
exclusivamente en tejido adiposo pardo, por lo que tiene una función poco significativa en la
homeostasis energética del humano adulto. UCP-2 y UCP-3 se expresan en músculo y tejido
adiposo blanco, tejidos que tienen mayor relevancia para la termogénesis adaptativa en el
humano. El gen de UCP-2 se encuentra en el cromosoma 11p15.1 del humano y presenta una
homología del 59% con UCP-1. La UCP-3 se expresa exclusivamente en tejido muscular y
192
Regulación
Las proteínas desacoplantes son susceptibles a una regulación de carácter agudo y crónico. La
primera estimula la actividad de UCPs existentes, y la segunda aumenta los niveles de ARNm
y la síntesis de novo de estas proteínas. El frío regula la expresión de UCP-1 en grasa parda, un
tejido termogénico que únicamente tiene sentido fisiológico en animales que hibernan y en
roedores; aunque también puede estimular la expresión de UCP-2 y de UCP-3 en grasa parda,
pero no en músculo (Nagase et al., 1996).
Se pueden predecir 4 funciones básicas de las UCPs; cuando su actividad es moderada ocurre
un desacoplamiento parcial de la mitocondria (situación en que la síntesis de ATP no esta
afectada). Tal desacoplamiento aumenta la tasa de respiración y la tasa metabólica (función
básica 1). Esto es benéfico para numerosos procesos fisiológicos, al evitar la formación de
especies reactivas de oxígeno (función básica 2) y es inevitablemente paralela a la termogénesis
media (función básica 3). Por otra parte, mantienen el potencial de membrana mitocondrial
bajo cierto límite y controlan la producción de ATP (función básica 4), de otro modo, el
aumento en la síntesis de ATP podría inhibir la cadena respiratoria (Jezek, 2002).
Mecanismo de Acción
193
energía del gradiente electroquímico es disipada en forma de calor. Se han propuesto dos
mecanismos para explicar la actividad desacoplante de UCP-1 y el papel que desempeñan los
ácidos grasos. En el primer modelo, la UCP-1 actúa como un canal de protones y en presencia
de ácidos grasos, éstos proporcionan los grupos carboxilo que favorecen su transporte. En el
segundo modelo, los ácidos grasos aniónicos siguen un circuito en el que recogen los protones
del espacio intermembranal, fluyen hasta la matriz donde liberan los protones y la UCP-1
se encarga de regresar el ácido graso aniónico a la zona intermembranal, donde puede ser
protonado nuevamente (Garlid et al., 1996). Este proceso se repite hasta que los ácidos grasos
no esterificados son eliminados (Figura 3). Este mecanismo puede extenderse a todas las UCPs
lo que permite predecir que estás proteínas (al menos UCP-2 y UCP-3) son capaces de mediar
el transporte unidireccional de los ácidos grasos aniónicos (Nagase et al., 1996).
Fig. 3. La exportación de ácidos grasos aniónicos y/o peróxidos por UCPs, evita el daño mitocondrial, al
disminuir el gradiente de protones y la formación de ERO por B-oxidación.
UCP-2
La localización del gen de UCP-2 en el loci asociado con obesidad e hiperinsulinemia,
despertó gran interés por entender su función en DT2, en la regulación del peso y en el balance
energético (Krauss et al., 2003). Estudios clínicos (sujetos con DT2) y experimentales (ratas
Zucker delgadas y fa/fa obesas), realizados en islotes pancreáticos, mostraron un incremento
en la transcripción de UCP-2, ligada a alteraciones en el metabolismo de la glucosa y en la
secreción de insulina debido al incremento en el desacoplamiento de la cadena respiratoria
mitocondrial y la disminución de ATP; recordemos que la secreción de insulina en respuesta a
glucosa, es dependiente de las concentraciones de ATP y se estima que el 98% de su producción
en la célula β depende del proceso oxidante. Por esta razón, UCP-2 se considera un regulador
194
negativo de la liberación de insulina (Jezek, 2002; Krauss et al., 2003). Esto se confirmó en
células β de ratones knockout para UCP-2, donde se observó un aumento en los niveles de
ATP y en la secreción de insulina en respuesta a glucosa. La disminución de ATP en las
células que sobre expresan UCP-2, está asociada a una disminución en la hiperpolarización
de la membrana interna mitocondrial inducida por glucosa (Sesti et al., 2003), por lo que el
incremento en la expresión y/o activación de UCP-2 puede contribuir a alteraciones en la
secreción de insulina al reducir la relación ATP/ADP, necesaria para el cierre de los canales
KATP y la subsiguiente despolarización de la membrana, la entrada de Ca2+ y la exocitosis de
los gránulos de insulina.
Por otro lado, aunque UCP-2 reduce la magnitud en la secreción de insulina en respuesta a
glucosa y por lo tanto la eficiencia de las células β (Brownlee, 2001), también pueden proveer
un sistema de protección contra ERO (Fridlyand and Philipson, 2004). En DT2 prevalece
un estado de estrés oxidante dado principalmente por el aumento en la producción de anión
superóxido (Ortega-Camarillo et al., 2006) (Figura 4).
Fig. 4. En condiciones de hiperglucemia hay un aumento de anión superóxido y de UCP-2 que disminuye
la producción de ATP y la secreción de insulina.
La UCP-2 exporta el anión superóxido desde la matriz hacia el espacio intermembranal, donde
puede experimentar una dismutación más rápida o bien ser capturado por otras defensas
antioxidantes, contribuyendo así a la disminución del potencial de membrana mitocondrial y
de la producción de ERO (Echtay et al., 2002).
Esto permite sugerir que el desacoplamiento parcial ejercido por UCPs, puede ser benéfico
tanto para células como para tejidos. La protección de las células b contra el estrés oxidante
por activación de UCP-2, se confirmó en un estudio en el que se cultivaron células INS-1
(células productoras de insulina) en presencia de H2O2, en estas condiciones se incrementó la
expresión de UCP-2, disminuyó la producción de ERO y la activación de caspasas, mejorando
195
notablemente la tasa de supervivencia celular, por lo que se propuso que UCP-2 evita el daño y
probablemente la apoptosis debida a estrés oxidante (Echtay et al., 2002; Vincent et al., 2004).
Otra fuente de ERO la constituye el aumento en la tasa metabólica de los ácidos grasos
libres, al incrementar el flujo de energía a través de la cadena transportadora de electrones
y la producción de ERO en las células b. La UCP-2 también limita la producción de ERO
provenientes de esta vía, al disipar el exceso de energía. Dado que los ácidos grasos regulan
la trascripción de UCP-2 en las células b, se ha propuesto la hipótesis de que la obesidad,
considerada como uno de los principales factores de riesgo para DT2, está relacionada con la
activación de UCP-2 (Joseph et al., 2004). Esta propuesta se apoya en experimentos con células
INS1 expuestas a oleato, en donde se observó una disminución de la secreción de insulina
en respuesta a glucosa, aumento de la expresión de UCP-2 y desacoplamiento mitocondrial
(Chan et al., 2004). Lo que indica que la oxidación de ácidos grasos libres (AGL), está limitada
por un aumento en el desacoplamiento debido a la activación de UCP-2 y de la exportación de
ácidos grasos aniónicos fuera de la mitocondria, haciéndolos inalcanzables para el metabolismo
oxidante (Joseph et al., 2004).
Por otro lado, se sabe que los ácidos grasos inducen la expresión de genes implicados en diversas
rutas lipolíticas, como los que codifican para carnitil palmitoil transferasa I (CPT-I), acil-CoA
oxidasa peroxisomal (ACO) y UCP-2 (Jezek, 2002). Al mismo tiempo, disminuyen la expresión
de acetil-CoA carboxilasa (ACC), enzima clave en la ruta lipogénica y que sintetiza malonil-
CoA, un inhibidor fisiológico de CPT-I, contribuyendo de esta manera a la regulación de la
lipólisis (Joseph et al., 2004). Esta compleja remodelación metabólica podría tener un papel
clave en el proceso de desintoxicación a través de rutas lipolíticas celulares. En este sentido,
UCP-2 podría formar junto a CPT-I y ACO una primera línea lipodesintoxicante, donde
CPT-I y ACO se encargarían de degradar el exceso de lípidos para evitar su esterificación
así como la formación de depósitos tóxicos de triacilgliceroles, UCP-2 disiparía los protones
para disminuir la producción de ATP y adaptar la respuesta secretora a los niveles de glucosa
circulantes, manteniendo en la medida de lo posible, la sensibilidad de la célula b a la glucosa.
UCP-3
La UCP-3 estimula la translocación de GLUT 4 y por lo tanto, el transporte de glucosa en
músculo esquelético y cardíaco por un aumento en la actividad de la fosfatidilinositol-3-cinasa.
Los animales que sobre-expresan UCP-3 (más de 66 veces) pierden peso a pesar de tener
hiperfagia y muestran mayor sensibilidad a la insulina en músculo. La mayoría de los autores
proponen que UCP-3 regula la cantidad de ATP disponible en el interior de las células al
controlar el flujo de protones, como por ejemplo, en el músculo la demanda de energía puede
modificarse de forma brusca durante el ejercicio, en esta situación, la expresión de UCP-2 y 3
disminuye y por lo tanto se favorece la producción de ATP (Nedergaard and Cannon, 2003).
Se ha propuesto que UCP-3 está involucrada en el manejo de lípidos como fuente energética,
más que en la mediación de la termogénesis; así por ejemplo, UCP-3 podría funcionar en
concierto con la tioesterasa mitocondrial 1 (MTE 1), para remover ácidos grasos aniónicos
libres, generados por esta enzima y liberar CoA, necesaria para la b-oxidación y para el ciclo
196
La alta correlación entre la expresión de UCP-3 y la oxidación de ácidos grasos, apoya la idea
de que está proteína interviene en su metabolismo. Los pacientes obesos y diabéticos, muestran
niveles elevados de ácidos grasos libres (AGL), y a largo plazo, este aumento junto con la
disminución en la capacidad de oxidarlos conduce a la acumulación tanto de AGL como de
triacilgliceroles en células b, corazón, hígado y músculo esquelético. Esto aunado a episodios
de hiperglucemia postprandial, pueden conducir a disfunción mitocondrial y a un estado de
resistencia a la insulina. La expresión de UCP-3, se encuentra disminuida en pacientes con
resistencia a la insulina, DT2 y ancianos; lo que sugiere, que en estas condiciones, los niveles
de UCP-3 son insuficientes, tanto para reducir la producción de ERO como para exportar los
ácidos grasos aniónicos y/o peróxidos, por lo que el daño mitocondrial por lipoperoxidación
no puede evitarse (Garvey, 2003)
En los últimos 20 años se han realizado estudios para identificar las variantes genéticas que
predisponen a las enfermedades complejas como DT2 y obesidad. Aunque el incremento en la
prevalencia de estas patologías se debe principalmente a los cambios en el estilo de vida actual,
se cree que la susceptibilidad a estos padecimientos, posee ciertos determinantes genéticos que
aún se encuentran en estudio.
197
A pesar de la poca evidencia funcional que liga a las UCPs con obesidad, diversos grupos han
buscado asociación entre variaciones genéticas de estas proteínas y el acumulo de grasa corporal.
Varios polimorfismos de nucleótidos únicos (SNPs) han sido descritos en el gen de UCP-1, sin
embargo ninguno presenta asociación con obesidad. Algunas mutaciones raras de UCP-3 se han
descrito en pacientes de origen Africano con obesidad mórbida; pese a ello su relación causal se
ha puesto en duda, ya que la mutación Arg282Cis, que elimina la función de UCP-3, no causa
obesidad (Yanovski et al., 1999). En indios Pima el alelo t en la posición –55 aumenta la expresión
de UCP-3 en tejido muscular, en Franceses esta variable se ha relacionado con un aumento en
la frecuencia de dislipidemias y del perímetro de cintura (Walder et al., 1998). Estudios recientes
demuestran que la expresión de UCP-3 en músculo no es distinta entre obesos y delgados, pero
los sujetos delgados con obesidad previa presentan baja expresión de UCP-3, hecho que puede
estar relacionado con una disminución de la tasa metabólica basal descrita en estos sujetos. Dado
que un bajo metabolismo en reposo es un factor que predispone al desarrollo de obesidad, estos
resultados sugieren que la disminución de UCP-3 en músculo esquelético puede favorecer el
incremento de peso corporal (Gable et al., 2006)
Conclusión
198
está familia juegan un papel esencial en el tráfico de metabolitos intermediarios dentro y fuera
de la matriz mitocondrial. La UCP-1 además de regular la termogénesis y en el transporte
unidireccional de ácidos grasos; inhibe la acumulación de grasa en tejido adiposo, por lo que
su expresión en hígado podría ser un blanco terapéutico en síndrome metabólico, DT2 y
obesidad. En este trabajo se proveen evidencias del doble papel de UCP-2 y UCP-3: por
un lado el aumento patológico en la transcripción de UCP-2 en islotes pancreáticos puede
conducir a alteraciones en la secreción de insulina en respuesta a glucosa y de está manera
contribuir a la patogénesis de la diabetes tipo 2; y por el otro las UCPs intervienen en la defensa
y probablemente evitan la apoptosis de las células b, en condiciones de estrés oxidante, de tal
manera que el tratamiento con antioxidantes, posiblemente disminuya la expresión de UCPs,
aumente la síntesis de ATP y aminore los síntomas de DT2. Además, estas proteínas ejercen
un papel clave en el metabolismo energético y actualmente constituyen un campo de intensa
investigación como blancos potenciales para el tratamiento farmacológico de DT2 y obesidad.
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La diabetes tipo 2 (DT2) se puede definir como una enfermedad metabólica caracterizada por
un estado de hiperglucemia crónico que se presenta junto con alteraciones en el metabolismo
de carbohidratos, lípidos y proteínas, debido a la ausencia o disminución en la secreción y/o
acción de la insulina y en la mayoría de los casos está asociado con obesidad. La prevalencia
global de la DT2 alcanzará la cifra de 300 millones de casos en el 2025 (Zimmet et al., 2001)
y se está incrementado entre los niños y jóvenes debido a factores ambientales (sedentarismo)
y factores genéticos (por ejemplo: polimorfismos o cambio de una base nitrogenada en los
genes). La DM2 presenta síntomas característicos tales como: sed intensa (polidipsia), orina
abundante (poliuria), pérdida de peso, algunas veces con gran apetito (polifagia), visión
borrosa, náuseas, vómito, debilidad o cansancio excesivo, altos niveles de glucosa en sangre
y orina, incremento en la susceptibilidad a enfermedades e infecciones. Los efectos a largo
plazo de la DT2 incluyen el desarrollo progresivo de complicaciones específicas; por ejemplo,
anormalidades macrovasculares (macroangiopatía) y microvasculares (microangiopatía). Las
anormalidades macrovasculares resultan en aterosclerosis con incremento en enfermedades
cerebrovasculares e infarto del miocardio. Las afecciones neuropatológicas afectan al sistema
autónomo y a los nervios periféricos. Las anormalidades microvasculares comprenden
cicatrización proliferativa de la retina (retinopatía diabética) y enfermedad renal (nefropatía
diabética) (Expert Committee, 2003 a y b).
203
La mayoría de los modelos de DT2 señalan a la obesidad como una causa importante de la
enfermedad, debido a su asociación con la resistencia a la insulina y a la falla en las células
beta del páncreas. La falta de regulación en los tejidos periféricos y la señalización central,
provocadas por diversos factores, puede iniciar y sostener la cascada de eventos que llevan al
incremento en el peso corporal, a la obesidad y diabetes. Se revisarán aspectos relacionados
con la etiología de estos padecimientos, enfocados principalmente a las funciones de la insulina
y al mecanismo por el cual se incorpora la glucosa en las células.
De manera general, una vez que la insulina es liberada, se transporta por el torrente sanguíneo
hasta llegar a los órganos blanco, ahí se une a su receptor (IR). El IR está formado por cuatro
subunidades: dos de tipo alfa y dos beta. La interacción de la insulina con su receptor, provoca
la activación del dominio de tirosina cinasa del receptor y su autofosforilación en determinados
residuos de tirosina de las subunidades ß. Lo anterior va seguido de la fosforilación de otros
sustratos endógenos. Entre estas proteínas, se encuentran los sustratos del receptor a insulina
(IRS), de los cuales se conocen 4 isoformas; IRS-1 es la más común.
El IRS-1 contiene dominios con homología Src 2 (SH2), y después de que se une el fosfato
a residuos de tirosina (Tyr), interacciona con la enzima fosfatidil inositol 3 cinasa (PI3K), esta
interviene en la mayoría o en todas las acciones metabólicas de la insulina. La PI-3K está
constituida por las subunidades catalítica y reguladora. Se han identificado tres clases de esta
enzima, las de clase Ia es más estudiada, presenta la combinación de subunidad catalítica p110
y reguladora p85. La unión de p85 con IRS-1 fosforilado estimula la activación de PI3K, lo
cual lleva a la formación de fosfatidil-inositol-3, 4 bifosfato (PIP2) y fosfatidil inositol-3, 4. 5
trifosfato (PIP3). La activación de esta enzima es un paso necesario para la movilización de los
transportadores de glucosa, ya que en presencia de inhibidores específicos de la PI3-cinasa, se
disminuye la translocación del transportador de glucosa tipo 4 (GLUT4) y por consiguiente,
la entrada de glucosa a las células. La PI3K, a su vez, activa otras serina (Ser)/treonina (Thr)
cinasas, entre las que se encuentran la proteína cinasa tipo B (PKB), también conocida como
Akt, la cinasa p70S6 y las isoformas de las proteínas cinasas C atípicas (PKC): λ y ξ. La p70S6
interviene solamente en la síntesis de proteínas estimulada por insulina, mientras que Akt/PKB
y las PKC atípicas regulan la translocación de GLUT4. Los productos lipídicos de PI3-K (PIP2
y PIP3) son necesarios para la localización de PKB en las membranas y para su activación,
para ello se unen a la cinasa dependiente de fosfoinosítidos (PDK1). Por lo tanto estos dos
fosfolípidos pueden atraer a la PDK1 y a la PDK2 hacia la membrana plasmática, esta última
enzima no se ha identificado. Los sustratos conocidos de estas últimas cinasas son Akt/PKB y
204
las PKCs atípicas. Las PDK 1 y 2 fosforilan Akt/PKB en dos residuos: treonina 308 y serina 473,
respectivamente. Akt/PKB actúa sobre más de 35 sustratos que están involucrados en diversos
procesos metabólicos como el transporte de glucosa, síntesis de glucogéno, síntesis de proteínas,
lipogénesis y supresión de la gluconeogénesis hepática, y también interviene en procesos
mitogénicos. Cuando las células no se someten a ningún estímulo, Akt/PKB se localiza en el
citoplasma y bajo el estímulo de insulina, la enzima se transloca hacia la membrana plasmática
(MP), donde se une a PIP2 y PIP3 (Kohn et al., 1996; LeRoith and Zick, 2001; Vanhaesebroeck
et al., 2000). Uno de los sustratos de Akt/PKB es la proteína Rab-GTPasa (GAP) de 160–kDa
(AS160), que participa en la translocación de GLUT4 en los adipocitos y en células de músculo
esquelético (Sano et al., 2003). Parte de Akt/PKB activa también se moviliza hacia el núcleo, por
medio de un mecanismo desconocido, y modula la expresión de genes (Andjelkovick et al., 1997;
Vanhaesebroeck et al., 2000). Los sustratos que son fosforilados directamente por AKT/PKB
incluyen a la glucógeno sintasa cinasa 3 (GSK-3) y a algunos miembros de la familia de factores
de transcripción Foxo, que son parte importante de la homeostasis de la glucosa dependiente de
insulina. En la Fig. 1 se muestran esquemáticamente las reacciones de la vía de señalización de
insulina (Tirosh et al., 2000).
Además de la vía de señalización ya descrita, existe una segunda vía independiente de PI3K, en
la cual participan las proteínas c-Cbl (producto de un proto-oncogene), CAP (proteína que une
c-Cbl) y la GTPasa TC10 que forman un complejo para regular la movilización de GLUT4,
con incremento en la incorporación de glucosa (Saltiel and Pessin, 2002), aparentemente esta
vía es específica de los adipocitos.
205
La entrada de glucosa a las células se lleva a cabo por un transporte pasivo, mediante proteínas
transportadoras que se encuentran en la membrana celular, la glucosa se une al transportador
en la parte orientada hacia el exterior de la célula, se modifica la conformación de la proteína,
lo cual permite que la glucosa se libere hacia el interior de la célula. Se conocen varios tipos
de transportadores de glucosa (GLUT). Estos transportadores son el producto de distintos
genes, su localización en diversos tejidos y su función se muestran en la Tabla 1. La isoforma
predominante en el músculo esquelético y en el tejido adiposo es GLUT4 (Tirosh et al., 2000).
Después de la estimulación con insulina, los trasportadores GLUT-1, pero más eficientemente
GLUT-4, se translocan desde vesículas que almacenan GLUT4 (GSV) hasta las pozas que se
localizan en la membrana celular interna, incrementando así el transporte de glucosa. Los
dos trasportadores pasan a diferentes pozas de la membrana. Su cinética de reciclamiento
y de regulación, es diferente, mientras que GLUT1 se recicla predominantemente, en los
endosomas, GLUT4 se puede distribuir, en por lo menos dos sitios distintos, el principal
es GVS. En el proceso participan varias proteínas, cuya función es facilitar la movilización
206
del trasportador hacia la membrana celular, entre ellas se encuentran: VAMP2 (proteína de
fusión 2, sensible a N-etilmaleimida y asociada a vesículas), SNAP (proteínas de unión NFS
soluble), VAMP2 se une a receptores SNAP o SNAREs. Algunas proteínas de la familia de
sinaptobrevina se encuentran asociadas con las vesículas que contienen GLUT4 y actúan como
v-SNARES (SNARES vesiculares). La insulina favorece la formación de un complejo entre
GLUT4, v-SNARES, NSF, SNAP y sintaxina-4. La v-SNARE se requiere exclusivamente
para la fusión de GLUT4 con la membrana durante la estimulación con insulina, pero no
en condiciones basales (sin estímulo de insulina). El proceso es más complejo e involucra a
proteínas de la familia Rab, de bajo peso molecular, que unen GTP, y también requiere de la
remoción de una proteína de fusión denominada Munc18c, la cual, en condiciones basales
bloquea la participación de sintaxina-4 (Dugani and Klip, 2005).
La terminación de la señalización de la insulina está compuesta por una red de múltiples cambios y
es crítica para mantener el control metabólico. La endocitosis del IR y la disociación del complejo
ligando-receptor, así como su posterior degradación, permiten regular la cascada de reacciones
en etapas muy tempranas. En los mecanismos de terminación de la señal, pueden participar
serina/treonina cinasas y tirosina fosfatasas. Estas últimas se pueden activar desde el inicio de
la vía, por medio de su interacción con IRS-1-Tyr-fosforilado, una de las más importantes es
la proteína-tirosina-fosfatasa 1B (PTP1B). En los ratones a los que les falta el gen de PTP1B se
incrementa su sensibilidad a la insulina y no desarrollan RI cuando se someten a una dieta alta
en grasas. Además, en los ratones diabéticos, cuando se inhibe la actividad de PTP1B por medio
de la aplicación de oligonucleótidos antisentido, que son específicos para PTP1B, se mejora
207
En los humanos, las mutaciones en IRS-1 son poco frecuentes y están asociadas con RI
(Whitehead et al., 1998)) y en los ratones la modificación del gene de IRS-1 provoca RI
principalmente en músculo y en tejido adiposo (Yamauchi et al., 1996). Los ratones knockout
presentan además de RI en músculo, hígado y tejido graso, desarrollan diabetes como resultado
de la alteración en las células beta del páncreas (Previs et al., 2000). Existen resultados que
asocian la disfunción de IRS-1 en músculo esquelético, con las proteínas expresadas y liberadas
por los adipocitos, y la lipotoxicidad. Por ejemplo, los ácidos grasos libres (AGL) y la adipocina
TNF-α pueden incrementar la fosforilación de las proteínas IRS en residuos, provocando así
la alteración en la transducción de la señalización de insulina (White et al., 2002). Además.
El estímulo prolongado con insulina, como la que presentan los pacientes diabéticos con
hiperinsulinemia, puede provocar la degradación de IRS (Rui et al., 2001).
El papel del tejido adiposo (TA), tanto en la obesidad como en la lipodistrofia se presenta
resistencia a la insulina en músculo. Actualmente se acepta que tanto la diabetes como la
obesidad cursan con inflamación crónica. La grasa puede influir sobre la homeostasis de la
glucosa, ya que la RI se puede revertir por medio del transplante de tejido adiposo. Cuando se
elimina el gen de GLUT4 en el tejido adiposo de ratón, se provoca resistencia a insulina en el
músculo y en el hígado.
208
El tejido adiposo también contribuye a exacerbar la RI, ya que ahora se sabe que no solamente
aporta ácidos grasos libres, sino también contribuye el estado inflamatorio por el aporte
de citocinas, denominadas específicamente “adipocinas”, las principales adipocinas pro-
inflamatorias son: el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), la interleucina (IL) 6 y resistina,
cuyas concentraciones plasmáticas se elevan en la RI, obesidad y diabetes. En condiciones
normales, la adiponectina, adipocina anti-inflamatoria y anti-aterogénica, está incrementada.
Otra de las adipocinas, la leptina, tiene una función importante en la regulación de la ingesta
de alimento, el peso corporal, el gasto energético y las funciones neuroendócrinas. Resulta
paradójico que la leptina está sobre expresada en el tejido adiposo de la mayoría de los
pacientes obesos, lo que ha llevado al desarrollo del concepto de la resistencia a la leptina,
misma que se considera causa de las complicaciones cardiovasculares en la obesidad. Por otra
parte, la leptina sensibiliza la acción de la insulina, promoviendo la oxidación de ácidos grasos
libres y la reducción de grasa ectópica en tejidos no adiposos (Fig. 2) (Sánchez-Muñoz et al.,
2005; Bugianesi, 2005)
Por otro lado, la acumulación de ácidos grasos libres (AGL) altera el metabolismo de la glucosa
y la sensibilidad a insulina en el hígado y en el músculo. Los tratamientos con metformina y
TZD pueden reducir la RI en hígado y tejidos periféricos, respectivamente.
Fig. 2. Efecto de las adipocinas sobre la sensibilidad a la insulina, la ingesta de alimento, la inflamación,
y el sistema vascular. Los signos indican el tipo de regulación (positiva o negativa) que ejercen las
adipocinas. Inhibidor 1 del activador del plasminógeno (PAI-1); proteína estimuladora de acilación
(ASP); factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α); interleucina 6 (IL-6). (Figura tomada de Sánchez-Muñoz
et al., 2005).
209
Tanto el aumento de los AGL, como de ERO conducen a la activación, del factor de necrosis
tumoral κB (NF-κB) que es un factor de transcripción que regula la expresión de citocinas
pro-inflamatorias, y por otra parte los AGL y ERO activan algunas isoformas de PKC, que
promueven la fosforilación del IRS-1 en residuos de Ser y disminuyen la fosforilación en Tyr,
afectando por este mecanismo la vía de señalización de insulina, lo que lleva a disminuir el
trasporte de glucosa y su acumulación en la sangre, este último efecto también se favorece
debido a que los AGL afectan la actividad de la hexocinasa, en estas circunstancias se presenta
resistencia a insulina (Wellen et al., 2003) (Fig.3).
Como podemos observar existen diversos factores que intervienen en el buen funcionamiento
de la vía de señalización de la insulina. Las alteraciones en la ingesta de alimentos, la falta
de ejercicio físico, pueden conducir a presentar sobrepeso u obesidad, si además existen
alteraciones genéticas, en su conjunto pueden favorecer estados de resistencia a la insulina
y finalmente la diabetes. El reto en los próximos años es incidir en las modificaciones en los
estilos de vida y por nuestra parte en un mayor conocimiento de los mecanismos que participan
Fig. 3. Efecto del incremento en la concentración de triglicéridos, y de las especies reactivas de oxígeno
sobre la señalización de la insulina. El diacilglerol (DAG) se incrementa debido a la presencia de altas
concentraciones de ácidos grasos libres. El DAG estimula la vía pro-inflamatoria regulada por el factor
de transcripción NF-κB y también favorece la activación de isoformas de la PKC. También disminuye la
utilización de glucosa, y bajo estas condiciones se presenta la resistencia a la insulina.
210
en estos padecimientos, así como crear fármacos más efectivos para prevenir la enfermedad,
y sus complicaciones.
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212
Introducción
Las neoplasias son secundarias a más de 200 variedades diferentes de alteraciones que
producen un crecimiento anormal de las células, que se convierten en masas de tejidos
llamados tumores. Se puede definir como una alteración que se caracteriza por una división y
crecimiento celular descontrolado.
Los tumores benignos desde el punto de vista histológico pueden tener un comportamiento
biológico maligno dependiendo del sitio donde estén localizados por ejemplo los tumores
cerebrales al crecer comprimen tejido circundantes causando la muerte del tejido e incluso de
la persona.
Los tumores malignos se conocen por su capacidad para invadir y destruir tejidos y órganos,
tanto los que están cerca como los que están lejos del tumor original. La muerte se produce
cuando la propagación del cáncer daña de tal manera los tejidos y los órganos vitales, que no
pueden funcionar.
Las células del cáncer atacan el tejido sano y nunca dejan de multiplicarse. El cáncer tiene un
comportamiento distinto en cada persona, según su tipo. Puede darse a cualquier edad, pero
213
es más probable que afecte a personas de edad avanzada; por lo general a partir de los 55 años.
El cáncer también puede presentarse en niños, y de hecho, es la segunda causa principal de
muerte en niños de edades comprendidas entre 1 y 15 años. (Becker, 1975)
El cáncer, que puede originarse a partir de cualquier tipo de célula y en cualquier tejido
corporal. Se clasifica como:
Sarcomas. Los sarcomas son cánceres del tejido conectivo y de sostén (tejidos blandos) de
todos los tipos. Los sarcomas se encuentran en cualquier parte del cuerpo y se diseminan a
través de vasos por lo cual son frecuentes las metástasis en hígado, pulmones, etc.
Teratoma. Tumor constituido por diferentes clases de tejidos, ninguno de los cuales se
presentan normalmente juntos o en el sitio del tumor. Estos pueden ser de elementos bien
diferenciados, inmaduros, o tener focos de transformación maligna.
La propagación del cáncer a otros sitios u órganos en el cuerpo mediante el flujo sanguíneo o
el sistema linfático se llama metástasis
214
Cáncer en Cerebro
215
• Antimetabolitos: se trata de agentes que se combinan con el ADN celular para modificar
la estuctura de las células, de manera que estas mueren al no poder seguir reproduciéndose
normalmente. Este tipo de fármacos, entre los que se incluyen, por ejemplo el metroxato,
se administra a enfermos que padecen tumores de mama, ovario o bien en el tracto
gastrointestinal y también a pacientes que padecen leucemia crónica.
• Antibióticos antitumorales doxorubicina, mitoxantrona, etc): no funcionan
igual que los antibióticos empleados en el caso de infecciones, sino que por su mecanismo
de acción alteran la membrana que rodea a las células y bloquean el proceso por el que las
células se multiplican
• Inhibidores mitóticos: desde el paclitaxel hasta el docetaxel (Thomson, 2006), estas
sustancias derivan de productos naturales y son capaces de frenar el proceso de reproducción
celular así como la acción de las enzimas responsables de la reproducción celular.
• Inmunoterapia: en este grupo se incluyen todos aquellos medicamentos capaces de
estimular el sistema inmune del propio paciente para que éste sea capaz de reconocer y
combatir las células enfermas. Algunos expertos los consideran una forma diferente de
tratamiento al margen de la quimioterapia. La primera evidencia de ‘inmunoterapia’ data
de principios del siglo XXI, cuando William Cloey, un cirujano neoyorquino apreció una
regresión espontánea del sarcoma entre aquellos de sus pacientes que habían padecido
previamente una infección bacteriana.
El tratamiento quimioterápico puede deteriorar físicamente a los pacientes con cáncer. Los
agentes quimioterápicos destruyen también las células normales sobre todo las que se dividen
más rápidamente, por lo que los efectos secundarios están relacionados con estas células que
se destruyen (Chu et al, 2002). Los efectos secundarios dependen del agente quimioterápico y
los más importantes son:
• Alopecia o caída del cabello: Es el efecto secundario más visible debido al cambio de imagen
corporal y que más afecta psicológicamente a los enfermos, sobre todo a las mujeres. Sin
embargo este depende de la cantidad e intensidad de la dosis y no ocurre en todos los casos.
Pero de 4 a 6 semanas el cabello vuelve a crecer.
• Náuseas y vómitos: Pueden aliviarse con antieméticos como la metoclopramida o mejor
con antagonistas de los receptores tipo 3 de la serotonina como dolasetron, granisetron
y ondansetron. Algunos estudios y grupos de pacientes manifiestan que el uso de
cannabinoides derivados de la marihuana durante la quimioterapia reduce de forma
importante las náuseas y los vómitos ya que aumenta el apetito.
• Diarrea o estreñimiento.
• Anemia: Debido a la destrucción de la médula ósea, que disminuye el número de glóbulos
rojos al igual que la inmunodepresión y hemorragia. A veces hay que recurrir a la transfusión
de sangre o a la administración de eritropoyetina para mitigar la anemia.
216
Comenzando a partir de la citocinesis la célula hija resulta pequeña y posee un bajo contenido
de ATP resultante del gasto experimentado en el ciclo anterior. La acumulación del ATP
necesario y el incremento de tamaño acontecen durante el intervalo (en inglés: gap) G1 de la
interfase, la parte más larga del ciclo celular. Cuando adquiere el tamaño suficiente y el ATP
necesario comienza la fase S, la célula sintetiza ADN (replicación del ADN) proceso que da
como resultado final “un original y una copia” del ADN, destinadas a las dos células que se
originan del proceso. Dado que el proceso de síntesis consume una gran cantidad de energía
la célula entra nuevamente en un proceso de crecimiento y adquisición de ATP la fase G2. La
energía adquirida durante la fase G2 se utiliza para el proceso de mitosis.
La regulación del ciclo ocurre de diferentes formas en las distintas células. Algunas se dividen
rápidamente, otras como la mayor parte de las células nerviosas pierden la capacidad de
dividirse una vez que llegan a la madurez. Algunas, como las células hepáticas, conservan,
aunque no la utilizan, su capacidad de división. Las células del hígado se dividen si se remueve
parte del hígado y su división continúa hasta que el hígado retorna a su tamaño normal (Alberts
et al, 2004).
217
Factores ambientales tales como cambios en la temperatura y el pH, disminución de los niveles
de nutrientes llevan a la disminución de la velocidad de división celular. Cuando las células
detienen su división generalmente lo hacen en una fase tardía de la G1 denominado el punto
R (por restricción).
Las células normales se reproducen en respuesta a una “ cascada” de señales que les envían los
factores de crecimiento externo y detienen su división en respuesta a factores inhibidores que,
obviamente, actúan también por medio de una cascada de señales.
Para programar estos sucesos el “ reloj del ciclo celular” se vale de diversas moléculas proteicas.
Los dos “ engranajes “ moleculares de este reloj son
• Las ciclinas
• Las quinasas (las CDK)
Estos “engranajes” se asocian entre sí e inician los “movimientos” que llevan a iniciar los
diferentes estadios del ciclo celular. Por ejemplo en la G1 temprana las ciclinas del tipo D se
unen a la CDK4 o CDK6 y el complejo resultante “libera” el freno que impedía la progresión
hacia la G1 tardía y, por lo tanto, el pase a la fase S (el complejo ciclina D- CDK4/6 desarma
un potente inhibidor de la progresión del ciclo: el formado por la proteína pRB y los factores
de transcripción inactivos).
La progresión del ciclo depende en gran medida de que se alcancen niveles elevados de ciclinas,
a saber en la siguiente secuencia (Lodish et al, 2005):
• Ciclina D
• Ciclina E
• Ciclina A
• Ciclina B
Un instante crucial del ciclo es el que ocurre en el punto R (por restrictivo) de la fase G1
momento en el cual la célula decide si debe o no avanzar en la prosecución del ciclo. La “llave”
de este paso es un conmutador molecular que pasa de “apagado” a “encendido”.
A medida que sube el nivel de las ciclinas, las mismas se combinan con quinasas dependientes
de ciclinas (es decir enzimas fosforilantes cuya actividad depende de los niveles de ciclinas).
Las quinasas activas transfieren fosfatos del ATP a la proteína pRB (el “freno” del ciclo celular)
Si la pRB no está fosforilada “secuestra” (es decir permanece unida) a otras proteínas claves
para la prosecución del ciclo: los factores de transcripción, en otras palabras, mantiene la llave
en “apagado”.
Cuando el complejo ciclina-quinasa añade suficientes fosfatos a la pRB, la misma libera los
factores de transcripción que actúan sobre los genes
218
Los genes estimulados producen proteínas necesarias para que avance el ciclo celular
El esquema muestra las múltiples interacciones moleculares en el curso del ciclo celular.
Más allá del punto R se observa los cambios que ocurren para mantener el conmutador en
“encendido”.
Por otra parte, diversas proteínas reprimen el ciclo al actuar como inhibidores.
Las proteínas p15 y p16 bloquean la actividad del complejo CDK-ciclina D (recuerde que esta
quinasa en su forma activa activa la pRB) impiden que el ciclo progrese de G1 a S.
Otro inhibidor de CDK, la proteína p21 actúa a lo largo de todo el ciclo celular
proteína supresora de tumores denominada p53, que entre sus múltiples efectos pueden
mencionarse:
219
Los genes supresores de tumores regulan negativamente el ciclo. Se encargan de que la mitosis
no continúe si se ha producido una alteración del proceso normal.
Entre estos genes, también llamados ‘de verificación’, se encuentran los que codifican:
proteínas que inactivan las CDK por fosforilación/desfosforilación (ej. quinasa WEE1,
fosfatasa CDC25)
proteína Rb (retinoblastoma), cuya alteración génica recesiva causa el cáncer de retina con ese
nombre.
proteínas que inducen la salida del ciclo hacia un estado celular diferenciado o hacia apoptosis
(ej. Bad, Bax, Bak, receptor de ligando de Fas)
Algunos oncógenos y agentes supresores de tumor pueden alentar o prever apoptosis (Bruce
et al, 2000).
Puntos de control
Existen puntos de control en el ciclo que aseguran la progresión sin fallos de éste:
Punto de control de ensamblaje del huso, antes de la telofase. Se activa una proteína Mad2
que impide la degradación de la segurina, lo que impide la segregación de las cromátidas
hermanas.
Punto de control del daño del DNA, en G1, S o G2. El daño celular activa a p53, proteína
que favorece la reparación del DNA, detiene el ciclo promoviendo la transcripción de p21,
inhibidor de Cdk, y, en el caso de que todo falle, estimula la apoptosis (Nelson et al, 2000).
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222
Los avances en genética molecular han abierto grandes esperanzan en el estudio de enfermedades
neurodegenerativas (EN), entre los 35000 genes del genoma humano, muchos de ellos van a
codificar proteínas expresadas solamente en el sistema nervioso, también muchos genes van a
codificar proteínas que se expresan, con diferentes grados, en distintos tipos de neuronas, de
esta manera, ciertas poblaciones neuronales van a ser especialmente vulnerables a los cambios
originados por variaciones genéticas por factores ambientales o por la combinación de ambos.
En todas las enfermedades neurodegenerativas, se presenta por lo menos algún tipo de proceso
anormal de las proteínas neuronales, que pueden ser (Praag et al., 1999, Sohal RS 1996):
• Plegamiento anormal de proteínas
• Alteraciones en las modificaciones post-traduccionales de proteínas nuevamente
sintetizadas.
• Anormalidades en el proceso proteolítico.
• Anomalías en los genes que intervienen en el acoplamiento de corte y empalme (splicing
alternativo).
• Expresión impropia
• Reducción de aclaración de las proteínas degradas.
Por lo se infiere que deduce que las proteínas procesadas defectuosamente, fácilmente se
acumulan cuando se convierten en ineficaces los mecanismos para su eliminación, y por ende,
cuando se procesan mal, alteran su funcionamiento de las diferentes neuronas y por lo tanto
se manifiesta su enfermedad. Son procesos crónicos y progresivos que se caracterizan por la
pérdida selectiva y simétrica de neuronas en los sistemas motor sensorial y cognitivo.
223
224
Se describió por primera vez en 1907 por Alois Alzheimer, en donde establece los cambios
anatomopatológicos que consiste en ovillos neurofibrilares y placas seniles o neurotróficas.
Los ovillos neurofribrilares son agregaciones de proteína microtubular TAU, que se encuentra
hiperfosforilada. Si se observa al microscopio electrónico, las neurofibrillas de los ovillos
aparecen como filamentos helicoides pareados. Las placas seniles resultan de acumulo de varias
proteínas en una reacción inflamatoria alrededor de los depósitos de la sustancia denominada
β-amiloide. En algunas placas neuríticas degeneradas se encuentran segmentos de proteína
TAU. A medida que las lesiones progresan se pierden neuronas en el hipocampo, en el córtex
enthorrinal y en las áreas asociadas del neocortex. Aun todavía se discuten si los primeros
cambios corresponden a los ovillos neurofibrilares o a las placas seniles, aunque la mayoría se
inclina por las últimas (Shors et al., 2001; Annunziato et al., 2003).
225
Otras enfermedades
No existen muchos datos con respecto a la función mitocondrial en pacientes con esclerosis
lateral amiotrófica (ELA). Se ha encontrado disminución de la actividad del complejo I en
médula, especialmente en sus regiones ventrales. Algunos autores han señalado disminución de
actividades del complejo I en pacientes con distonía, tanto focal como generalizada, mientras
que otros sólo han encontrado dicha alteración en distonías focales (Jiménez-Jiménez et al.,
1998, Palfi, et al., l996).
226
Acetilcolina.
227
nicotina entre otros. 3.- Fármacos inhibidores del catabolismo de la acetilcolina, inhibidores de
acetilcolinesterasa como la tacrina, el donepezilo, la rivastigmina y la galantamina (Westaway
D 2002, Karatsky et al., 2003, Anande et al., 2003).
Dopamina
Debido a que existe una localización encefálica más elevada que la noradrenalina, la
dopamina es el neurotransmisor catecolaminérgico más importante, y por lo tanto, con
mayor repercusión. Estudios realizados en cerebros post mortem de pacientes con Parkinson
se han encontrado niveles bajos de dopamina. La farmacología mantiene las investigaciones
sobre fármacos que recuperan los niveles de dopamina: l. Precursores de la síntesis de
dopamina, como la levodopa, 2. Potenciadores de su liberación en los botones sinápticos
como la amantadina, 3. Agonistas de receptores dopaminérgicos, como la bromocriptina, la
apomorfina, lalisurida, el ropiniro, el pramipeso, la cabegolina y la pegolida. 4.- Inhibidores
de las enzimas encargadas de su catabolismo, como la monoamino oxidasa B (MAO B);
destacan la selegilina, o la enzima catecol-O-metiltrnasferasa (COMT); entacapona y
tolcapona (Muller et al., 2003; Crosby et al., 2003).
Glutamato
228
El glutamato participa en 70% de las sinapsis excitatorias, sin embargo, la activación excesiva
de sus receptores, bajo ciertas condiciones, es neurotóxica, y se ha relacionado con procesos
neurodegenerativos, tanto agudos como crónicos. En la neurotoxicidad aguda (p. ej., la isquemia
cerebral), el déficit energético celular conlleva una disminución en la recaptación de glutamado
del espacio sináptico, con el consecuente aumento en su concentración y un incremento de la
sensibilidad de las neuronas al glutamato. La sobre activación de los receptores en esta situación
tiene como resultado una alteración de los iones de Na+ y Cl- que genera la entrada masiva de
agua, e induce la lísis osmótica de la neurona. Hasta la fecha, el glutamato permanece como
marcador bioquímico más potente de deterioro neurológico precoz tras el ictus. Por otro lado,
la neurotoxicidad crónica se media por mecanismos dependientes de la entrada de Ca+2 y se
implica en enfermedades como la ELA, la demencia asociada al SIDA, Parkinson, Huntington
y Alzheimer (Urbani et al., 2000, Kilpatrick et al., 2002)
La farmacología del glutamato, ha centrado sus estudios en fármacos que o bien disminuyen
los niveles sinápticos del neurotransmisor (riluzol, lubeluzol), o antagonizan los receptores
ionotrópicos (selfotel, eliprodil, aptiganel, licostinel, remacemide, dizocilpina y gavestine entre
otros) (Catillo et al., 1997; Muir et al 1995; Urbani et al., 2000)
Muerte celular
Los procesos de muerte celular se engloban dentro de dos grandes bloques, la necrosis y
apoptosis. La necrosis se ha relacionado con estados agudos donde la célula pierde, de una
forma brusca, la integridad de sus organelos, y disipa la capacidad de síntesis de energía y el
control de la homeostasis celular, Estos procesos se han relacionado con patologías como el
traumatismo o la isquemia. Sin embargo durante los procesos apoptóticos la célula mantiene
la integridad de sus organelos hasta estadios bien tardíos, lo que le permite conservar el estado
energético, la homeostasis celular, y en algunos casos, mantener la maquinaria necesaria
para sintetizar proteínas implicadas en estas rutas, por lo que se le ha llamado muerte celular
programada. Células con características apoptóticas se han observado en áreas afectadas en
neuropatías como EA, ELA, EP, EH entre otras (Diener et al., l997).
Fase de activación: se media por señales extracelulares, como la unión de ligando a su receptor;
como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a) o los neurotramisores excitatorios como
los antes mencionados. En esta etapa, el ión Ca+2 juega un papel importante en el Sistema
Nervioso Central (SNC), donde se incluye la producción del potencial de acción, la liberación
de neurotransmisores, la plasticidad neuronal y probablemente en la formación de la memoria.
Sin embargo, la entrada masiva de Ca+2 o el fallo de los mecanismos que regulan su contracción
desencadenan una serie de acontecimientos que llevan a la muerte neuronal mediada directa
o indirectamente con el Ca+2. El aumento de la concentración intraneuronal de calcio puede
229
conducir a la activación de rutas moleculares entre las que se incluyen las proteincinasas, las
fosfolipasas A2, la óxido nítrico sintetasa y las proteasas, estas rutas inducen a la generación
de radicales libres, con el daño en organelos como las mitocondria y el retículo endoplásmico
(Zipfer et al., 2000; Annunziato et al., 2003).
Las neuronas, en su citoplasma, contienen proteínas con capacidad de amortiguar Ca+2, como
la calbindina o la parvoalbúmina. En determinadas patologías como la EA o la ELA, los grupos
neuronales que carecen o expresan cantidades muy pequeñas de esas proteínas, se vuelven más
sensibles, mientas aquellos que expresan grandes cantidades parecen respetarse relativamente.
(Prehn et al., 1997).
Se sabe que aunque el estrés oxidativo no es el causante directo o el factor etiológico responsable
de las neuropatologías, existen evidencias de que la presencia de radicales libres produce el daño
tisular y degenerativo secundario que acompaña a estas enfermedades (tabla 2). Se sabe que
el SNC específicamente el cerebro, tiene un alto requerimiento metabólico de oxígeno y una
alta concertación de ácidos grasos poliinsaurados, por lo que lo convierte en un lugar propenso
a la peroxidación lipídica. La sobreproducción de radicales libres que pueden atacar y dañar
irremediablemente el tejido neuronal, contribuye de manera directa o sinérgica al proceso
neurodegenerativo. Para prevenir los aumentos descontrolados de EROS, las células tienen
sistemas antioxidantes. Estos sistemas pueden clasificarse en sistemas enzimáticos (superóxido
dismutasa, la catalasa y la glutatión peroxidasa), antioxidantes endógenos (transferían, la
lactoferrina, la ceruloplasmina, la albúmina, la bilirrubina el ácido úrico) o contenidos en
la dieta (vitaminas C y E, el β-caroteno, los flavonoides, el selenio y el zinc) y por último
230
antioxidantes farmacológicos (tirilazad, ebselen, la N-acetil cisterna, las porfirinas) entre otros
(Imam et al., 2001, Butterfield et al., 2002, Butherfield et al., 2002).
Factores de transcripción
Otra diana farmacológica es la proteína p53, ésta controla la integridad del ADN y la
terminación correcta de las diferentes fases del ciclo, y detienen el crecimiento celular cuando
existe daño en el ADN o los sistemas de control de regulación. Se ha encontrado activada en
pacientes de la EP, EA 97, y tras la exposición a radiaciones gamma. Fármacos inhibidores de
p53, como la pifithrin-a y el Z-1-117 han sido efectivos en modelos experimentales frente a
diversos estímulos neurotóxicos (Duan et al., 2002).
La mitocondria ocupa hoy un lugar privilegiado en los procesos de muerte cedular, alteraciones
mitocondriales y alteraciones en los complejos de la cadena transportadora de electrones, se
231
Etapa de ejecución: Se activan en las células procesos de degradación en los que participan
proteasas y DNasas. Durante esta fase, se lleva cabo la degradación de proteínas, que se medía
fundamentalmente por la acción de proteasas, como los miembros de la familias de cisterna
(caspasas y calpainas) y serina proteasas. Estas enzimas hidrolizan sustratos selectivos como
elementos del citoesqueleto (actina, fodrina, proteína tay y catenina, enzimas encargadas de
reparar (PARP) o degradar (ADNasa) el ADN celular, factores de transcripción (retinoblastoma,
MDM2), proteínas reguladoras cinasas y fosfatasas (proteína cinasa C, fosfatasas 2, cinasas de
adhesión focal, Akt, raf1) (Jordan et al., 2000).
Otras dianas.
Estrategia antiinflamatoria
232
La falta o escasez de determinados factores de crecimiento (FC) puede ser la causa de procesos
neurodegenerativos, el factor de crecimiento nervioso (NGF), la neurotrofina 3 (NT-3) o el
factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), son miembros de la familia genética de
las neurotrofinas que inducen supervivencia, diferenciación, mantenimiento y reparación
de poblaciones neuronales específicas. Posiblemente la falta de modulación de los complejos
ciclinas-cdk, por parte de determinados FC, sea uno de los motivos que conducen a la apoptosis.
Además la ausencia de inducción de los genes responsables de la síntesis de determinadas
enzimas antioxidantes o redeterminadas proteínas amortiguadoras de Ca+2, probablemente
también influya en el desarrollo de la muerte neuronal. Así, los niveles de BDNF se reducen
significativamente en el Hipocampo y la corteza parietal del paciente con EA. En este sentido,
el suministro de determinados FC como el NGF, la NT-3, el GDNF o el BDNF, podrían
constituir una terapia protectora en muchas END (Lars O. 2000).
Inmunomodulación
Otras alternativas
233
Conclusiones
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236
Esteroides
Las fracciones de lípidos que se obtienen de plantas y animales contienen un grupo importante
de compuestos que se conocen como esteroides. Estos compuestos son reguladores biológicos
importantes y casi siempre presentan efectos fisiológicos severos cuando se administran a
organismos vivos. Dentro de estos compuestos se encuentran las hormonas sexuales masculinas
y femeninas, las hormonas adrenocoticoides, la vitamina D, los ácidos biliares y algunos
venenos cardiacos (Montenegro, 2002).
Los esteroides son derivados del sistema de anillos perhidrociclopentano fenantreno que se
muestra en la figura 1, Los átomos de carbono de este sistema de anillos se enumeran como se
muestra en la figura. Los cuatro anillos se designan con letras, A, B, C y D.
En la mayoría de los esteroides, las uniones entre los anillos B,C y C,D son trans. Sin embargo,
la unión entre los anillos A,B pueden ser cis o pueden ser trans, y esta posibilidad da lugar a
18
CH3
12
17
11 13
19
CH3 CH D 16
1 9 14
2 10 8 15
A H H
3 5 B 7
4 6
237
dos grupos generales de esteroides que poseen las estructuras tridimensionales que se muestran
en la figura 2.
18
A) B) 19 18
11 13 17
19 12 13
10 9
10 9
8 16 8 14 16
2 1
6 5
7
5
4
3
Figura 2. Serie de esteroides A) Serie de esteroides 5a (Todas las inserciones son trans. B) Serie de
esteroides 5b (La inserción del anillo Ay B es cis).
Los grupos metilo están integrados en los puntos de unión de los anillos (es decir, los numerados
como 18 y 19), se llaman grupos metilos angulares y sirven como puntos importantes de
referencia para las designaciones estereoquímicas. Los grupos metilo angulares sobresalen del
plano general del sistema de anillos cuando este se escribe de la manera que se presenta en
la figura 2. Por convención, los otros grupos que se encuentran en el mismo lado general
de la molécula que los grupos metilo angulares (es decir, en la parte superior), se designan
como sustituyentes β (y se escriben con una cuña sólida). Los grupos que se encuentran en la
parte inferior (o en la posición trans respecto a los grupos metilo angulares) se designan como
sustituyentes α (y se escriben con una cuña punteada). Cuando las designaciones α y β se
aplican al átomo de hidrogeno en la posición 5 el sistema de anillos en el cual la unión de los
anillos A y B es trans, se convierte en la serie 5α, en el sistema de anillos en el cual la unión de
A y B es cis se transforma en la serie 5 .
Colesterol
238
R NOMBRE
-H Adrostano
-20CH221CH3 Pregnano
-20CH222CH223CH224CH3
| Colano
21
CH3
-20CH222CH223CH224CH225CH26CH3
| | Colestano
21 27
CH3 CH3
239
Además de ser captado en la dieta, el colesterol puede ser sintetizado por los tejidos humanos.
El colesterol se sintetiza a partir de acetil-CoA, que puede derivar de los carbohidratos,
aminoácidos o ácidos grasos. La principal localización de la síntesis del colesterol es el hígado,
aunque el intestino constituye así mismo un importante lugar de síntesis en el hombre. Además
el colesterol es sintetizado en las glándulas productoras de hormonas esteroides, por ejemplo las
glándulas suprarrenales, los testículos y los ovarios. Todas las reacciones de síntesis se producen
en el compartimiento citoplásmico de la célula y la mayor parte de enzimas necesarias se
encuentran en el retículo endoplasmático.
La vía metabólica de síntesis del colesterol es muy compleja pero se puede dividir en tres etapas
como se muestra en la figura 4. En resumen en la primera etapa la Acetil-CoA es transformada
en un intermediario tioéster de 6 átomos de carbono: la 3-hidroxi-3-metil-glutaril-CoA (HMG-
CoA). La segunda etapa implica la conversión de la HMG-CoA escualeno, un hidrocarburo no
cíclico que consta de 30 átomos de carbono. En esta etapa actúa de intermediario la unidad
de isopreno, con 5 átomos de carbón, que está presente en dos formas fosforiladas isoméricas.
Δ3-isopentenilpirofosfato y 3-3-dimetilalilpirofosfato. En la tercera etapa, el escualeno es
ciclado y convertido en un esterol de 27 átomos de carbono, el colesterol, los intermediarios
están unidos físicamente a una proteína citoplasmática, la proteína transportadora de esteroles
(Montenegro, 2002).
Figura 4. Etapas durante la biosíntesis del colesterol en el organismo humano.
240
Además de los ácidos biliares el colesterol puede convertirse en hormonas esteroides. Estas
hormonas esteroides comprenden los corticoides suprarrenales, de 21 átomos de carbón, el
cortisol, la aldosterona y la corticosterona.
Figura 5. Síntesis del cortisol a partir de colesterol.
Cuando hay estrés y ansiedad, el cerebro envía una señal a las glándulas adrenales para que
liberen la hormona cortisol (Williams, 2002). Si el estrés y la ansiedad permanecen por tiempo
prolongado, los niveles de cortisol se mantendrán elevados, produciendo muchos problemas
metabólicos, entre ellos:
241
2. La habilidad del cerebro para la utilización de la glucosa está disminuida y puede producir
problemas en los centros de control del apetito y “HAMBRE” (Venkatraman, 2001).
4. Hay constricción de los vasos sanguíneos y la sangre es dirigida a otros órganos, que
necesitan mayor volumen sanguíneo en el organismo con estrés. El sistema digestivo no es la
prioridad del cuerpo en este momento, por lo que pueden presentarse trastornos a este nivel
(Norton, K, 1988)
5. Nutrientes como las vitaminas C y B y el mineral hierro son repletadas, afectando la habilidad
del cuerpo para la conversión de carbohidratos y grasa en energía (Peterse, 2001)
6. Los “antojos” que produce el estrés, pueden producir aumento del deseo de consumir
azúcares y grasas (Rizza, 1982)
Los niveles corporales de cortisol en la sangre muestran lo que se denomina una variación diurna,
lo cual significa que las concentraciones normales de cortisol varían a lo largo de las 24 horas
de día, siendo más elevados en la mañana temprano, cerca de las 6-8 hs, y más bajos cerca de
la medianoche (Brillon, 1995).
El cortisol es liberado a la circulación sanguínea, con el fin de ejercer sus efectos en el tejido
periférico donde se une a la globulina específica unidora de glucocorticoides α2, llamada
242
transcortina. Cerca del 75% del cortisol se une a esta proteína, 15 al 20% se une menos
fuertemente a la albúmina, y el 5% restante es cortisol libre (Amri, 1997). Este es un factor
importante a tener en cuenta, a la hora de realizar mediciones de cortisol. La excreción de
cortisol sin metabolizar en orina de 24 horas, es una de las mejores formas de medir el cortisol
con precisión. Uno de los mejores momentos para monitorear los niveles de cortisol, es en la
mañana con el estómago vacío (Simmons, 1984). Este valor de referencia o rango apropiado
debe estar entre 4 mcg/dl and 19 mcg/dl, en una muestra sanguínea. El rango normal de
cortisol libre medido en orina debe encontrarse entre 10 pg/ml and 110 pg/ml. Existe otra
forma de medir cortisol a través de la saliva (Jacks, 2002). El rango normal con este método,
tomado en la mañana, se encuentra entre 100nmol/L y 300nmol/L. Al respecto, un estudio
ha demostrado que existe una fuerte correlación entre las mediciones de saliva, suero y orina,
por lo tanto cualquiera de los tres métodos puede ser usado para monitorear el nivel de cortisol
durante el período de recuperación del ejercicio (Neary, 2002).
243
Con este trabajo se pretende evaluar la efectividad del nanoimplante liberador de cortisol en
la reducción del dolor articular en modelos experimentales de OA en ratas Wistar. Para esto,
se reproducirá un modelo animal de osteoartritis (OA) de rodilla en ratas Wistar que permita
evaluar los cambios tardíos potencialmente asociados a los componentes del nanoimplante
colocado en la articulación dañada sin fármaco. Además, determinaremos la existencia o no
de reacción inflamatoria local a los componentes del nanoimplante sin fármaco, instalado
en articulación de la rodilla de ratas Wistar macho, sanas. Por ultimo, determinaremos la
efectividad del nanoimplante liberador de cortisol, instalado en la articulación dañada de
modelos experimentales de OA en ratas, para la reducción del dolor articular mediante las
modificaciones conductuales en la prueba de disfunción inducida por dolor en ratas (PIFIR).
Quiero hacer mención que colaborarán en esta investigación la Dra. Paola Arteaga López del
CINVESTAV-SUR y su grupo de trabajo.
244
Podemos concluir que nuestro objetivo a mediano plazo es la aplicación de este nanoimplante
de SiO2-cortisol en enfermos con OA.
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246
Introducción
El heptacloro (H) es un plaguicida organoclorado diénico que ha sido aplicado con el objeto de
abatir plagas en cultivos agrícolas. Su principal metabolito es el epóxido de heptacloro (EH),
el cual manifiesta efectos químicos y biológicos más acentuados que su progenitor. Una de sus
mutuas características es su alta estabilidad molecular y por esa razón persiste en el ambiente,
de modo que se le ha registrado en diversos eslabones de la cadena trófica. Paralelamente
a la contaminación producida, se ha generado evidencia de los daños a la salud que se han
provocado por su manejo excesivo (Albert 1996; Cassidy et al. 2005; Barlow 2005).
El heptacloro se introdujo en 1952 en aplicaciones tanto foliares como al suelo y para proteger
la madera. De 1975 a 1976 se estimó la producción de 4.5 x 106 kg en EE. UU., usándose como
insecticida sobre 22 cultivos. Debido a sus características fisicoquímicas y a la difusión por las
cadenas tróficas, se le encuentra en el suelo, el aire y el agua; en organismos tanto vegetales y
animales, terrestres y acuáticos; en órganos como hígado, riñón y hueso y en alimentos con alto
contenido de grasa como la leche y la carne.
247
Las investigaciones en este campo han venido dando informes tanto de daños metabólicos
como genéticos que se han asociado a la presencia de H y EH. Entre los primeros, se reconoce
que alteran respuestas de los sistemas nervioso, inmunológico y endocrino y aparatos como
el reproductivo. Los efectos citotóxicos se manifiestan con alteraciones en el ciclo celular,
proporción anormal de mitosis y disfunción en la regulación del mismo. Como daños sobre
el DNA se reconocen la clastogenicidad, las aberraciones cromosomales y efectos tanto
mutagénicos como carcinogénicos (Gentile et al. 1982; Smialowicz et al. 2001; Pastor et al.
2003; Caudle et al. 2005; Laville et al. 2006; Prado et al. 2008).
Las investigaciones de Suwalsky et al. (2005) han dado evidencias que el clordano, el cual es
un metabolito del H, afecta la forma discoidal de los eritrocitos humanos modificándolos a
esferocitos. Este cambio conduce a una mayor fluidez en la membrana con la consiguiente
alteración de la permeabilidad y el transporte anormal de sustratos al citoplasma. La entrada
excesiva de agua puede estallar la célula y al verterse sus contenidos sobre las células adyacentes,
se produce una respuesta infamatoria en la que se hacen presentes radicales libres asociados a
un estrés oxidativo.
Entre las respuestas que afectan al sistema nervioso se ha registrado que el H induce
modificaciones en la actividad de neurotransmisores como GABA y dopamina (Miller et al.
1999, Kirby et al. 2001; Caudle et al. 2005). Hay estudios que expresan daños inmunológicos
entre los que se citan aumento de gamma globulinas, disminución de citocromo oxidasa y
peroxidasa en leucocitos de sangre periférica, alergias e irritabilidad (Smialowicz et al. 2001).
Los trabajos de Lawson y Luderer (2004) no encontraron alteraciones en el aparato reproductor
de ratas; sin embargo, diversas investigaciones lo señalan como un disruptor endocrino con
alteración en isoformas del citocromo P450 (Laville et al. 2006) como la aromatasa, y efectos
sobre la esteroidogénesis. Se ha considerado que exposiciones de H in utero afectan la fertilidad
de varias generaciones de ratas y que las exposiciones a clordano en el ovario retrasan la
pubertad y modifican los ciclos menstruales.
Hay evidencia creciente que el H in vitro interfiere en la señalización celular modificando factores
de transcripción, reguladores de señales en la división celular, comunicación y apoptosis. Por
ejemplo, puede interferir con la vía Ras/MAP quinasas, decreciendo la expresión de Ras y
desregulando a la proteína supresora de tumor de retinoblastoma en linfocitos humanos, con
la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO) (Rough et al. 1999; Okoumassoun et
248
al. 2003). Una alteración semejante sucede con la p53, proteína protectora frente a cáncer
(Chuang and Chuang 1998). Estimula la protein quinasa C en cerebro de rata y se ha postulado
que dicha enzima juega un papel en el efecto promotor de tumor por H.
Se ha observado que algunos plaguicidas tienen una acción citotóxica directa sobre el
crecimiento celular, al modificar el índice de proliferación de linfocitos humanos tanto in vivo
como in vitro (Pastor et al. 2003). El heptacloro mostró este efecto al responder a concentraciones
de 10 M en cultivos primarios de hepatocitos de rata in vitro y junto con otras manifestaciones, se
le consideró un agente mutagénico (Okoumassoun et al. 2003). Se le ha calificado como factor
de riesgo en diversos procesos oncogénicos. Tessier y Matsurama (2001) le dan este carácter
en cáncer de próstata; Cassidy et al. (2005) lo responsabilizan en el cáncer mamario y Hansen
y Matsumura (2001a) en el hepatoblastoma en ratón, con la demostración que aumenta la
incidencia del carcinoma hepatocelular y del colangiocelular. Sin embargo, los efectos de largo
alcance permanecen desconocidos y no hay claridad total si las respuestas carcinogénicas
son por razones genéticas o por mecanismos epigenéticos o de otro orden (Okoumassoun
et al. 2003). Por lo mismo, la International Agency of Research on Cancer (IARC) lo evaluó como
carcinogénico en ratón (Bartch and Malaveille 1989) y actualmente está clasificado en el grupo
2B como posible carcinógeno en humanos.
Se ha informado que los plaguicidas organoclorados tienen efectos genotóxicos, los cuales se
manifiestan en aberraciones cromosomales (CA) tanto numéricas como estructurales así como
intercambio de las cromátidas hermanas (SCE). Igualmente se han dado evidencias sobre la
presencia de micronúcleos (MN) en eritocitos de sangre periférica in vitro cuando son expuestos
a los contaminantes de referencia. Las inducciones de MN se han considerado indicadores de
genotoxicidad cuando las células, tejidos u organismos son expuestos in vitro a las sustancias
descritas. Recientemente, la UE lo ha incluido entre sus pruebas para dar cuenta de riesgo en
procesos carcinogénicos (Kiekerland et al. 2005).
Hay datos experimentales tanto en linfocitos humanos de sangre periférica como líneas
celulares, tejidos, hepatocitos in vitro o in vivo que ratifican la formación de MN cuando son
249
Cada vez con mayores recursos y complejos diseños experimentales las técnicas de biología
molecular se han orientado en estudiar las respuestas de diferentes compuestos en procesos
mutagénicos y carcinogénicos y el espectro de datos que se viene obteniendo tiene este valioso
componente.
Los autores Yakes y Van Houten (1997) midieron la respuesta por estrés oxidativo causado
por el H2O2 tanto en DNA nuclear como el mitocondrial que es más sensible. Las especies
reactivas de oxígeno asociadas al estrés oxidativo indujeron radical superóxido, luego, éste
generó agua oxigenada y ésta, radical hidroxilo. Se sabe que dicho oxidante provoca daño en
unos 11 sitios del DNA, lipoperoxidación, disminución del crecimiento y mayor expresión en
la apoptosis. Los daños incluyeron ruptura de una o las dos bandas del DNA, sitios básicos,
daños en la 8-oxoguanina y en ocasiones indujeron a la p53 y ésta a la p21. Una causa de dicho
daño pudo ser la acción sobre las histonas que protegen al DNA, ya que el DNA mitocondrial
contiene menor cantidad de histonas y probablemente esa sea una de las causas de su mayor
vulnerabilidad. Otro motivo puede ser la depresión de la respuesta inmune, ya que se sabe que
los macrófagos y los neutrófilos inducen estrés oxidativo.
Los estudios de Wang et al. (2000) han contribuido a evidenciar que las condiciones de hipoxia,
como de exposiciones a cloruro de cobalto en concentraciones 100 y 200 mM generan especies
reactivas de oxígeno, inducción de p53, p21 y el factor inducible por hipoxia, HIF-1a. Cuando
miden los daños al DNA nuclear y mitocondrial por Q-PCR encuentran una disminución de
la amplificación de los transcritos y concluyen que esta disminución está en relación directa
tanto con la ruptura de una sola banda del DNA como con la disfunción en los mecanismos
de reparación del DNA a nivel de MYH, una glicosilasa implicada en tal proceso. Además,
ratifican la mayor sensibilidad de los sistemas de mitocondria para enfrentar los daños
oxidativos al calcular que el mtDNA fue tres veces más sensible que el nDNA.
Las investigaciones que hicieron Moufarij et al. (2003) para medir aductos en el DNA de
unas líneas celulares de cáncer ovárico tratadas experimentalmente con dos medicamentos
anticancerosos, han sido un protocolo metodológico que ha ofrecido información valiosa. Ellos
detectaron la presencia de aductos intrabanda, aductos interbandas y entrecruzamientos DNA-
proteínas potenciados por los tóxicos de estudio. Por sus acuciosas investigaciones identificaron:
250
Una consideración que ha de tomarse en cuenta es que la acción observada expresa diferencias
en los variados tipos de tejidos, dosis de la exposición y frecuencia de las mismas. Las
particularidades de estas condiciones y la amplísima gama de diferencias en los microambientes
celulares abren una serie de preguntas y respuestas que pese a la dificultad, va abriéndose paso
a una comprensión más completa y diversa. Igualmente, los mecanismos de acción genotóxica
pueden expresarse simultáneamente en el tiempo, pueden ser funcionalmente dependientes
uno de otro o no serlo; o bien sus respuestas pueden estar conectadas en cascada.
Mecanismos de acción
La propuesta que el estrés oxidativo es uno de los mecanismos, por el cual la acción tóxica
de los plaguicidas heptacloro y epóxido de heptacloro tiene lugar, se fundamenta en los
aspectos teóricos y en múltiples respuestas relacionadas robustamente con sus consecuencias,
las cuales ya han sido referidas. Los efectos observados se inician por la interacción entre
dichos agentes y las múltiples macromoléculas. Unas, de naturaleza proteica, que expresan
funciones como catálisis, defensa o implicación en la señalización de procesos. Otras, como
los lípidos de membrana, responsables de transducciones, transporte y reconocimiento, y los
ácidos nucleicos, donde está codificada la información global de la célula. Es decir, operan
sobre las estructuras fundamentales y en consecuencia, afectan las funciones básicas de los
organismos. Ciertas enzimas son capaces de convertir a los xenobióticos en intermediarios
altamente reactivos, o de generar metabolitos secundarios como los radicales superóxido e
hidroxilo y el peróxido de hidrógeno: O2-•, •OH y H2O2, (ERO) y otras especies reactivas de
naturaleza nitrogenada. La acción de estos radicales es un motivo creciente de estudio y se
tiene hasta el momento un panorama amplio de evidencias de su acción (Boveris et al. 2008).
Se sabe que el radical hidroxilo (•OH) es el iniciador de la oxidación de proteínas; sin embargo,
la continuidad del proceso oxidante se da con la disponibilidad del oxígeno singulete (1O2) y el
superóxido (O2-•), los cuales actúan sobre las cadenas laterales de los aminoácidos o sobre el
esqueleto carbonado de las mismas proteínas. Adicional a la reactividad entre el oxidante y su
sustrato hay muchos factores que intervienen en el daño a la infinidad de proteínas presentes
en el medio celular, siendo algunos simplemente moduladores y otros altamente selectivos.
Cuando se oxida el esqueleto carbonado de la proteína por el radical hidroxilo, se produce
una cadena de derivados tóxicos entre los que están el radical intermediario alquilperoxil,
que se transforma en alquilperóxido, seguido de un alcohoxirradical que finalmente termina
en una hidroxilproteína. Las proteínas oxidadas también son sensibles a descarboxilaciones,
desaminaciones, pérdida de conformación tridimensional, fragmentación y entrecruzamientos.
Los sistemas biológicos tienen mecanismos de reparación que ofrecen a las células las
condiciones de contender el daño. Sin embargo, si esos umbrales son rebasados, la proteína
puede llegar a ser degradada o se conjuga con lípidos o carbohidratos que a su vez pueden ser
agregados o precipitados. Conviene decir que los mecanismos de reparación se limitan por la
edad y la desnutrición (Zentella and Piña 2008).
251
Una de las acciones de las especies reactivas de oxígeno sobre los lípidos es la lipoperoxidación,
que consiste en el deterioro oxidativo de los lípidos poliinsaturados. La causa de producción
de especies reactivas de oxígeno en proporción lesiva, puede ser iniciada por metabolitos de
plaguicidas, entre otras causas, y las consecuencias de este deterioro son la modificación de la
fluidez y permeabilidad de las membranas que constituyen un sistema celular con funciones de
reconocimiento, transducción de señales y de energía, transporte de sustratos, comunicación
intracelular y extracelular como los más evidentes.
La reactividad entre los agentes oxidantes y las cadenas de dobles enlaces conjugados de los
ácidos grasos que conforman la bicapa lipídica es responsable que el proceso de lipoperoxidación
sea autocatalítico y se propague. Su realización se hace en las etapas de iniciación, propagación
y terminación y puede tener un comportamiento catalizado por enzimas o ser independiente
de ellas. Por ejemplo, el metabolismo del ácido araquidónico es una fuente de ERO, que
puede inducir estrés oxidativo por la vía del citocromo P450, el cual interviene en procesos de
destoxificación por xenobióticos y que además conduce a la formación de epóxidos derivados
del ácido.
Las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno que actúan sobre el DNA son de variada índole
pero todas con consecuencias determinantes a la salud porque afectan señales de transducción,
252
Los investigadores se han dado cuenta que las especies en cuestión abarcan a los radicales
de oxígeno superóxido, oxígeno singulete, peróxido de hidrógeno, hidroxilo, hidroperoxilo,
hidroperóxidos orgánicos, alcoxilo y peroxirradicales (O2-•, 1O2, H2O2, •OH, HO2•×, ROOH,
RO•, RO2˙ respectivamente) y a los nitrogenados óxido nítrico y peroxinitrito (NO• y ONOO-
). Los radicales superóxido sufren un proceso de dismutación capaces de generar H2O2. En
presencia de metales como el Cu+ o el Fe2+, el agua oxigenada es convertida por la reacción de
Fenton en radical hidroxilo (•OH) que tiene un gran poder oxidante. Dicho radical es capaz
de abstraer átomos de hidrógeno del DNA y de formar aductos que son lesivos a la lectura de
la información génica.
También se ha mostrado que el radical peroxinitrito que proviene de la acción entre el óxido
nítrico (•NO) y el radical superóxido (O2-•), se forma en macrófagos y neutrófilos en los
procesos de inflamación y se le reconoce como actividad mutagénica.
En resumen, puede decirse que entre los efectos de las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno
sobre el DNA, están los daños a las bases, a sus azúcares, entrecruzamiento de proteínas con
el DNA, rupturas de una sola cadena y de doble cadena así como formación de sitios abásicos.
La guanina que tiene un bajo potencial de ionización es susceptible de ser oxidada por
los radicales hidroxilo, oxígeno singulete y peroxinitrito. La adición del •OH al C8 de
2’-desoxiguanosina produce un radical de aducto-C8-OH que puede llevar a la formación
de 8-oxo-7,8-dihidro-2’-desoxiguanosina (8-oxo-Guo). Las lesiones oxidativas sobre la adenina
son semejantes en su formación pero el daño permanece por menor tiempo. La timina y la
citosina también son sensibles a desaminaciones por los radicales nitrogenados y responden
finalmente con mutaciones o rupturas de cadena.
Las reacciones con el radical hidroxilo son muy rápidas y poco específicas; en cambio, con
el radical de oxígeno singulete son muy específicas y se tienen datos de la formación de
8-oxodGuo como producto final. Es importante completar que la formación de aductos
también se ve aumentada por la lipoperoxidación, cuyos productos pueden ser el 4-hidroxi-
2-nonenal, el malonaldehído, la acroleína y el crotonaldehído. Estos electrófilos reactivos
pueden alquilar las bases del DNA con la generación de las respuestas mutagénicas, antes
mencionadas (Medeiros 2008).
La apoptosis
253
Discusión
A la luz de la información de los daños que las especies reactivas de oxígeno generan en las
moléculas fundamentales de los sistemas biológicos, parece plausible relacionar la información
teórica con muchos datos de la toxicidad por contaminantes ambientales y en el caso concreto
con H y EH referida en los estudios realizados en sistemas in vitro como en resultados en
organismos vivos, los cuales son escasos.
En este sentido los estudios de cánceres citados por Tessier y Matsurama (2001), Cassidy et
al. (2006) y Valavanidis et al. (2006) son concluyentes, puesto que los mismos investigadores
hacen señalamientos de estrés oxidativo responsable de peroxidación de lípidos de membrana,
de daño a proteínas y de entrecruzamientos internos de DNA así como entrecruzamientos del
DNA con proteínas.
La información que se tiene sobre la muy alta reactividad de las ERO, su presencia en diversos
fenómenos, desde la actividad respiratoria en mitocondria, la iniciación del proceso apoptótico
y muchas más, conduce a darse cuenta que la célula tiene estrategias para vivir en los ambientes
aeróbicos y ha evolucionado hasta tener activos mecanismos reguladores para contender de sus
potenciales daños. La actividad reguladora más estudiada es el paquete reductor que las células
generan por medio de vías metabólicas como el ciclo de las pentosas y la producción de NADH.
Adicionalmente, actúan los sustratos reducidos como el glutatión y las enzimas antioxidantes
como las superóxido dismutasas, las glutatión transferasas, la glutatión peroxidasa y la catalasa.
La presencia de carotenos, ácido ascórbico, tocoferoles y el selenio reafirman la actividad
antioxidante con las cuales los organismos neutralizan el daño por el estrés oxidativo. Esta
serie de acoplamientos modula el estado redox de los compartimentos celulares protegiendo
las estructuras y con ello, las funciones que la célula realiza.
254
efecto oxidante. Los autores hallaron disminuidas las concentraciones de glutatión y vieron
modificadas las concentraciones de enzimas antioxidantes glutatión-S-tranferasas, catalasa y
superóxido dismutasa.
Es muy conocido que existe una diversidad de isoformas del sistema de monooxigenasas,
la familia del P450, las cuales están implicadas en reacciones de hidroxilación, oxigenación,
peroxidación y epoxidación en casi la generalidad de los organismos de la escala filogenética.
Por la clara proximidad entre la implicación de estas proteínas y las respuestas de disruptores
endocrinos que el heptacloro y su epóxido expresan (Dehn et al. 2004 y Laville et al. 2006),
se puede inferir que los radicales libres generados tienen consecuencias en el estrés oxidativo
manifiesto. Se ha estimado que en la mitocondria de células de mamíferos, la concentración de
intermediarios en estado estacionario para la especie hidroxilo •OH es del orden de 1 x 10-16
M, con una vida media de 1 x 10-9 s, y que el DNA mitocondrial es más susceptible a daños que
el DNA nuclear (Yakes and Van Houten 1997).
De acuerdo a lo expuesto, entre los efectos de las ERO sobre el DNA están la formación
de aductos que Laouedj et al. (1995) evidenciaron con la formación de desoxi-8-guanosina,
adiciones covalentes que no permitieron la lectura correcta de la información génica y ésta se
manifestó con mutagénesis. Cuando la respuesta fue de proliferación celular, la cual se expresó
como oncogénica para el EH, se encontraron aumentadas las concentraciones de quinasas
(Hansen y Matsurama 2001a), reguladores del ciclo celular y la proteína p53 dejó de funcionar
como un factor protector ante la tumorigénesis, según los datos ofrecidos por Chuang y
Chuang en 1998. Es posible también que el efecto sobre mecanismos de reparación del DNA
por escisión de bases señalada por Surallés et al. (1995) sea una consecuencia del daño que las
ERO generan en las purinas y pirimidinas que constituyen la estructura del DNA.
Una de las investigaciones que analizó la respuesta del heptacloro como un promotor de
mutagénesis fue la de Okoumassoun et al. (2003). En el trabajo realizado, los autores dieron
evidencias del comportamiento de la familia de Bcl-2, sus isoformas y su vinculación con la
apoptosis que se bloqueó con la incorporación de heptacloro en concentraciones 10 mM. La
orientación que convendría obtener a la luz de las ERO sería verificar si el superóxido (O2-•)
o algún otro radical interviniese, en qué momento y organelo se generase y de esa manera,
ratificar con su identificación, su implicación en la actividad mutagénica.
También es factible conectar el daño inmunológico analizado por los estudios de Rough et
al. (1999) y los datos presentados por Smialowicz et al. (2001) con la información que en los
macrófagos y neutrófilos se generan respuestas conectadas con los radicales de óxido nítrico
(•×NO) y superóxido (O2-•) en los procesos inflamatorios.
255
La afirmación que en los estados de hipoxia o con cloruro de cobalto se producen radicales
oxidantes y la relación de ellos con los daños en el DNA, mitocondrial sugiere verificar la
equivalencia de este fenómeno a la exposición con H y/o EH. Está ratificada la información
de la ruptura de una sola banda del DNA total que se encuentra con el Ensayo Cometa
(Prado et al. 2008) y parece que hay clara similitud. Por tanto, resulta conveniente comprobar
si en el origen de la respuesta tóxica al plaguicida, están involucrados los mismos radicales
generadores de la respuesta hipóxica, ya que por hoy, se reconoce al H2O2 como el principal
responsable. El peróxido de hidrógeno actúa como segundo mensajero en la estabilización del
factor inducible por hipoxia, el HIF-1a. Conviene comentar que las investigaciones en esta
área del conocimiento señalan que en los descensos de oxígeno, el complejo III de la cadena
respiratoria mitocondrial aumenta la producción del radical superóxido y que a través de los
canales iónicos, éste pasa al citosol para ser transformado en H2O2 por la superóxido dismutasa
(SOD), y entonces actúa en la estabilización del HIF-1a (Lluis and Morales 2008). Esta
comprobación daría explicación, por lo menos parcialmente, a la disminución del crecimiento
y a las débiles respuestas energéticas en los organismos expuestos al tóxico.
Los entrecruzamientos de DNA con proteínas y la formación de aductos que han sido
registrados como efectos tóxicos de H y de EH, guardan similitud con las respuestas señaladas
por las ERO. Como antes ha sido mencionado, también en este caso es conveniente conocer
la naturaleza y proporción de esas especies de alto poder oxidante que fuesen generadas en
las exposiciones a H y a EH y que tienen efectos sobre los fenómenos de la replicación y de la
transcripción del DNA.
256
Seguramente no hay un solo mecanismo de la acción citotóxica y genotóxica del H y del EH.
Junto con el mecanismo del estrés oxidativo, existe el argumento de participación de otras
formas de manifestar su toxicidad. Desde la influencia de las propiedades de quiralidad como
ha sido propuesto por Hegeman y Laane (2002), los genéticos y los epigenéticos (Okoumassoun
et al. 2003), que junto con los primeros, serán motivo del avance de la ciencia en el campo de
la contaminación ambiental de evidente importancia para la salud.
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258
259
Electroencefalografía básica
Las ondulaciones de los potenciales eléctricos del cerebro se denominan ondas cerebrales
y su registro es el electroencefalograma (EEG). La electroencefalografía es una rama de la
electrofisiología, encargada de estudiar la actividad eléctrica espontánea que genera el SNC
como resultado de la actividad metabólica celular a nivel de la corteza cerebral, los núcleos
subcorticales y el tallo cerebral (Martínez Villar, 1998). Las señales cerebrales se caracterizan
por su frecuencia y amplitud particulares.
En 1928 Hans Berger (1873-1941), psiquiatra y neurólogo alemán, desarrolló un método para
registrar la señal eléctrica en seres humanos, descubriendo el ritmo de Berger, ahora conocido
como ritmo alfa. Berger es considerado el padre de la electroencefalografía (Teplan, 2002).
La electroencefalografía se utiliza en el estudio, detección, diagnóstico y tratamiento de
anormalidades cerebrales en trastornos neurológicos y psiquiátricos. El EEG convencional
registra gráficamente la actividad eléctrica espontánea que se genera en la corteza cerebral.
La actividad rítmica de la corteza cerebral depende de los impulsos que recibe del tálamo,
cuyas células originan una inhibición periódica de las proyecciones talamocorticales con
frecuencia de 10 veces por segundo. La proyección de estos impulsos hacia la corteza
cerebral produce potenciales postsinápticos que se registran en el EEG en forma de ondas
con frecuencia de 10 Hz. Las neuronas de la corteza cerebral se encuentran dispuestas
en columnas perpendiculares a la superficie del cerebro, los cambios que se registran son
producidos por la suma de las corrientes que producen estos potenciales, captados por los
electrodos y transformados en una señal electrónica amplificada en el electroencefalógrafo
(Martínez Villar, 2004; Waxman, 2004).
La intensidad de las ondas cerebrales depende del número de neuronas y fibras descargadas
de manera sincronizada. La forma de las ondas depende de la actividad cerebral y estado
fisiológico del individuo. La mayor parte se clasifica en: alfa (entre 8 y 13 Hz); beta (mayor a 13
Hz); delta (entre 0.5 y 4 Hz) y theta (entre 4 y 8 Hz) (Teplan, 2002).
Un equipo de EEG capta las diferencias de potencial de la corriente eléctrica que se producen
entre un electrodo de registro y otro. En el EEG la descarga siempre es contra lateral al sitio
de la manifestación clínica. El cerebro en su hemisferio izquierdo controla la parte derecha
del cuerpo y viceversa (Martínez Villar, 1998). Un EEG se obtiene mediante la colocación
de electrodos en una posición específica de la corteza cerebral, definida por un sistema de
medición y terminología común, utilizados internacionalmente desde 1958, llamado sistema
10-20. Se realiza mediante la medición de ciertas áreas del cráneo, de tal manera que los
puntos correspondientes se encuentran a igual distancia uno del otro (a 10 o a 20%). Cada
electrodo tiene su simétrico en cada lado y se representa con una abreviatura que identifica la
zona del cerebro sobre la que está colocado, creando una nomenclatura formada por una letra
y un número (par para el hemisferio derecho e impar para el izquierdo). La línea de referencia
se identifica por las letra C y Z (correspondiente a Zero). Las letras correspondientes a las
zonas del cerebro son: F (frontal), C (la cisura central o de Rolando), P (parietal), O (occipital),
T (temporal), A (auricular). Sobre la línea de referencia se colocan los electrodos Fz (frontal
cero o frontal medio), Cz (central medio o vértex) y Pz (parietal cero o parietal medio) (Franco
Salazar, 2006).
Epilepsia
Los periodos en los que se dividen las crisis epilépticas, abarcan desde el momento en que
inicia una crisis, hasta el inicio de la siguiente, considerando los intervalos entre una y otra.
Los términos utilizados para cada etapa son (Esteller et al., 1999) el periodo interictal, el
tiempo entre una crisis y la siguiente; el periodo ictal, el tiempo cuando la crisis se manifiesta
y desarrolla; el periodo preictal, el tiempo que precede a un periodo ictal, el periodo
262
postictal, el que sigue a un periodo ictal; el inicio clínico, el momento en que una crisis
clínica es percibida por un observador externo que está observando al paciente cuyo EEG
está siendo registrado y el inicio electroencefalográfico, el momento en el que una crisis
comienza, marcado visualmente por un experto al analizar el EEG.
La complejidad cerebral
Sistemas complejos y caos. No existe una definición exacta para sistema complejo, sin
embargo, la complejidad implica ciertas propiedades; un sistema complejo posee un gran
número de grados de libertad o variables independientes, está compuesto por elementos
simples que modifican su estructura de acuerdo al intercambio que reciben del entorno y de sus
propias interacciones; presentan las leyes de potencia (de “colas pesadas”) en las distribuciones
de frecuencia de sus eventos; son inestables en su mayoría y dado que cualquier variación de
alguno de sus elementos puede ocasionar un cambio global en todo el sistema, se consideran
impredecibles. Estas variaciones provocan que se encuentre continuamente entre un estado de
orden y desorden o caos. Se considera que el caos es el comportamiento aperiódico a largo
plazo de un sistema determinístico limitado que presenta dependencia sensible a las condiciones
iniciales (Clinton J., 2003). Cuando un sistema dinámico no lineal tiene un comportamiento
impredecible, se le llama sistema caótico. Los métodos no lineales para el estudio de sistemas
dinámicos, basados en la teoría del caos, han logrado resultados satisfactorios para identificar
parámetros patológicos en medicina. Actualmente aún se estudia el comportamiento caótico
del cerebro, tratando de determinar el comportamiento de la compleja red neuronal, el papel
de los neurotransmisores y el efecto de los fármacos (Bahrami B., 2005 y otros).
263
detectar por observación clínica (Stellate, Harmonie Signal File Browser Software, 2007). Sin
embargo, no son suficientes para el especialista. Al no ser óptima la tasa de falsas detecciones,
no se resuelve el problema de la revisión manual de todo el registro. Aún se encuentran en fase
de investigación métodos que permitan una detección correcta en registros de largo plazo y en
línea. Por otro lado, un método de predicción debería ser capaz de anticipar una crisis inminente,
disparando una alarma, en un lapso de tiempo antes del inicio, que permitiera la intervención
de un mecanismo para evitarla. Es más probable la identificación, caracterización y predicción
cuando se presenta una transición entre un periodo interictal y preictal, esto ocurre en las crisis
de tipo focal.
Mormann (2007) realizó una compilación de los estudios sobre predicción de crisis epilépticas
realizadas en las últimas décadas, desde los años 70 cuando se realizaron los primeros intentos
por determinar precursores de crisis. Las mediciones utilizadas han sido de diversa índole,
entre ellas: energía acumulada, sincronía/complejidad, densidad de correlación, dimensión
de correlación, disimilaridad, entrenamiento dinámico, entropía de Kolmogorov, densidad de
Lerner, predictabilidad marginal, clustering de fase, sincronización de fase, periodograma de
signo, índice de similaridad, red neuronal simulada y sincronización/correlación. Maiwald
(2004) define lo que idealmente sería una correcta predicción: después de la señal de alarma,
durante el tiempo mínimo de intervención, no ocurre ninguna crisis, sino hasta que inicia el horizonte
de predicción. Las crisis que suceden fuera del horizonte de predicción no son anticipadas por el
sistema y se clasifican como falsos negativos. Las señales de alarma que no son seguidas de una
crisis durante el horizonte de predicción, son predicciones falsas, mientras que cuando la crisis
sí ocurre, se trata de una predicción verdadera.
El estado del arte en el tema tanto de detección como de predicción de crisis epilépticas está en
continuo desarrollo, beneficiándose de los avances tecnológicos respecto a almacenamiento
y velocidad de procesamiento de los algoritmos. Periódicamente se han realizado eventos
como el International Workshop on Seizure Prediction (Lehnertza et al., 2005), cuya cuarta
emisión se llevará a cabo en Kansas, EUA, en Junio de 2009 (http://www.iwsp4.org). El
tercer evento realizó en octubre de 2007, en Freiburg, Alemania, en donde se presentaron
investigaciones que actualmente se llevan a cabo alrededor de mundo. Los enfoques de dichas
investigaciones se presentan en distintos vértices: aproximaciones teóricas de predicción de
crisis; modelización de células y redes neuronales y aproximaciones experimentales en cortes
in vivo; estado del arte en detección de crisis y formas de onda y su aplicabilidad en sistemas
de intervención y alarma; transiciones interictal-ictal en modelo animal y EEG humano;
modelación dinámica y análisis estadístico; control de crisis: implementación técnica de
sistemas de ciclo cerrado y desarrollos recientes en predicción de crisis. Se presentaron
también los enfoques de la industria para la comercialización de dispositivos de alarma/
prevención, analizando restricciones tecnológicas y requerimientos de aplicación clínica.
Entre los métodos utilizados para la detección de crisis sobresalen: el análisis de frecuencias,
el reconocimiento de patrones, la sincronización de fase, el análisis de microcrisis y otras
oscilaciones. En predicción se utilizan entre otros, redes neuronales no lineales, análisis con
métodos estocásticos, sistemas neurodifusos, análisis espectral, teoría de la matriz aleatoria,
264
EEG como serie de tiempo. Para el análisis estadístico de un registro de EEG, éste puede
considerarse como una serie de tiempo: una secuencia de datos de una variable, registrados
en intervalos de tiempo sucesivos e iguales. Una serie de tiempo permite modelar y comprender
el mecanismo que describe aquello que produjo los datos, así como monitorear, predecir y
controlar el fenómeno. El análisis de series de tiempo considera que los datos registrados poseen
una estructura interna, como la auto-correlación, la variación estacional y la tendencia. Las
series de tiempo se utilizan entre otras aplicaciones, en predicción, en términos de comparar
su rendimiento predictivo bajo distintas condiciones (Clinton Sprott, 2003).
265
donde T es la duración de la muestra de datos y R/S el valor correspondiente del rango reescalado.
Está relacionado con la dimensión fractal como:
D = 2 – H (2)
Kannathal et al., (2004) afirmó que la no estacionalidad local está presente usualmente
en datos fisiológicos y puede comprometer la habilidad de algunos métodos para estimar
la autosimilitud. En el caso de las series de tiempo de EEG, el exponente de Hurst puede
caracterizar el comportamiento no estacionario. Existen varios métodos para calcular H.
Propuesto por Mandelbrot y Wallis, se utiliza para calcular el exponente de Hurst como
parámetro de autosimilitud y para estimar la dependencia a largo plazo de una serie de tiempo.
Para una serie de tiempo de longitud n, X = {X, :t = 1,2,..., n}, R/s se define como el cociente
del rango máximo normalizado de la señal integrada R(n) entre la desviación estándar S(n):
donde: k n k
(4)
∑t =1 X t rk = ∑ Xt −
n
t =1
1/2
⎡ n ⎛
1 1 n ⎞ 2 ⎤
y S(n) = ⎢ ∑⎜ X t − ∑ X t ⎟ ⎥
(5)
€ ⎢⎣n t=1 ⎝ n t=1 ⎠ ⎥⎦
266
Método de rugosidad-longitud
SD ∝ ?H
(6)
V(n) =
2N
∑ (X − X )
i i+n
2
(7)
i= 0
donde N es el número de parejas de puntos separados por un intervalo n (el desfasamiento del
€
intervalo). Cuando la semivarianza estimada es graficada contra n, ésta puede aproximarse
asintóticamente a un valor constante (umbral) o puede incrementarse sin límites conforme
aumente n. Los variogramas sin límites sugieren que la variación está dándose en un rango
continuo de escalas de tiempo. Tanto el variograma transitivo, con un umbral finito, y los
variogramas sin límites pueden ser analizados en una gráfica a escala logarítmica. Si el
logaritmo de una semivarianza es graficado contra el logaritmo de n, entonces la pendiente es
2H. Por consiguiente:
(8)
(Benoit Software).
La función estructura por permite analizar la memoria a largo plazo en las fluctuaciones de las
series de tiempo:
(9)
267
la barra denota un promedio de toda t en una serie de longitud T-t; T es la longitud de la serie
original z(t). Los corchetes angulares denotan un promedio entre diferentes muestreos de la
ventana de tiempo de tamaño dt (Balankin A.S., 2007).
268
En los siguientes párrafos se describe una investigación realizada por un grupo interdisciplinario
del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto
Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”.
1) Identificación del problema: Se han publicado diversos estudios en los últimos años, relacionados
con la caracterización de EEG, con el propósito de predecir la ocurrencia de las crisis
epilépticas. Un tema abierto a la investigación en este campo es la caracterización estadística
de EEG epiléptico bajo distintas condiciones, por ejemplo, el mecanismo de acción de
fármacos antiepilépticos in situ (Duncan J., 2002; Mormann et al., 2006). El objetivo de esta
investigación está centrado en la caracterización del comportamiento cerebral en el inicio y
desarrollo de una crisis, particularmente originada en el lóbulo temporal de ratas, mediante
el análisis estadístico y fractal de EEG bajo el efecto de un fármaco epiléptico ocluido en un
reservorio nanoestructurado de liberación controlada.
Para el grupo de ratas sin reservorio, se colocaron dos electrodos formando tres canales (conector
de 5 terminales: tierra, corteza izquierda y corteza derecha en montaje referencial y amígdala
en montaje bipolar) mientras que para el grupo de ratas con reservorio, se colocaron un par
de electrodos formando un solo canal (conector de 3 terminales: tierra y corteza izquierda y
derecha en montaje bipolar).
269
Figura 1. Lugar de colocación del reservorio. Fuente: Adaptado de Bregma 2.30 mm en Paxinos y
Watson (1998)
4) Análisis experimental: Los EEG fueron segmentados para su procesamiento por etapas de las
crisis: periodo de control, preictal, ictal y postical y divididos en ventanas de 5 y 10 segundos.
En la figura 2 se observa el periodo de control y una crisis en fase IV de la escala de Racine.
a)
b)
Figura 2. EEG en periodos de a) control, b) ictal en fase IV de una rata con reservorio de Ti2O con Ácido
Valproico
Se obtuvo z mediante métodos de trazado auto afín, con el software Benoit (análisis de rango
reescalado, longitud de rugosidad y variograma).
270
Resultados
Figura 3. Variación del exponente de escalamiento z para los periodos preictal, ictal y postictal
Conclusión
El comportamiento complejo y fractal del cerebro puede estudiarse mediante el análisis con
métodos no lineales de las señales eléctricas. Actualmente el área de investigación en detección
y predicción de crisis epilépticas se encuentra en desarrollo, beneficiándose de aportaciones
provenientes de estudios con modelos animales, para el mejoramiento de tratamientos
farmacológicos, con el propósito de desarrollar dispositivos de liberación controlada.
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272
273
Introducción
La farmacología es la ciencia que estudia las drogas: lo que son, como trabajan y que es lo que
hacen. Esta ciencia se divide en farmacocinética y farmacodinamia.
Figura 1. Fenómenos que determinan la disposición de un fármaco
Para que se pueda llevar a cabo una terapéutica científica y segura para el paciente, el médico
debe conocer claramente los mecanismos por los cuales una determinada droga se absorbe,
circula en la sangre y se distribuye.
La absorción de una droga es necesaria para que esta cumpla su acción farmacológica en
el sitio de acción (Katzung el al., 1991). Esto implica que la droga debe pasar a través de las
membranas biológicas semipermeables, para posteriormente alcanzar la sangre, en donde se
distribuye, circula y se metaboliza para finalmente ser excretada por el organismo.
Factores físicos que determinarán el proceso de absorción son (Domínguez.Gil et al., 2001):
Es muy importante conocer los mecanismos mediante los cuales las drogas atraviesan las
membranas celulares, porque de ellos dependerá la concentración final en los sitios de acción.
En los procesos de absorción, se presentan los siguientes mecanismos:
• Transporte pasivo
• Absorción convectiva
• Transporte activo
• Difusión facilitada
• Pinocitosis
• Absorción por asociación de pares de iones
Para todos estos mecanismos, es importante también considerar los factores que modifican la
absorción, como la solubilidad de la droga (se absorbe más rápido cuando se encuentra en forma
acuosa), la cinética de disolución de la forma farmacéutica del medicamento, concentración,
circulación en el centro de acción, superficie de absorción y vía de administración.
Una vez que el fármaco sufrió los procesos de la absorción, ingresa a la sangre y en el plasma
sanguíneo se liga a proteínas en parte y el resto circula en forma de moléculas libres. La unión a
las proteínas es usualmente lábil y reversible, generalmente a través de enlaces iónicos, puentes
o en laces de hidrógeno, fuerzas de Van der Walls y raramente enlaces covalentes. La fracción
276
ligada a las proteínas guarda siempre un equilibrio con la fracción libre. Debe considerarse que
solo esta fracción de moléculas libres puede atravesar las membranas que separan los distintos
compartimentos, por lo que de ella dependen los efectos terapéuticos. Cuando moléculas de
la fracción libre salen del plasma y se distribuyen en el organismo, una fracción equivalente de
moléculas se desliga de las proteínas y pasa a reemplazar a las moléculas de la fracción libre.
De esa manera la proporción fracción ligada/fracción libre se mantiene constante aunque la
concentración total vaya disminuyendo progresivamente en el plasma (Curtis et al., 1992).
277
Los fármacos para ser eliminados del organismo deben ser biotransformados o metabolizados
en compuestos polares (Levine et al., 2000). Los mecanismos de biotransformación de drogas
pueden dividirse en dos grupos, que dependen de distintos procesos bioquímicos En general los
compuestos xenobióticos (Fármacos y tóxicos) sobre todo aquellos con actividad farmacológica,
tienden a ser muy lipofílicos y se encuentran no ionizados al pH fisiológico es por ello que su
excreción por vía renal es muy dificultosa porque aunque por el tamaño molecular pueden
atravesar las membranas por filtración glomerular, sufren un intenso proceso de reabsorción
tubular.
Figura 2. Mecanismos de biotransformación de drogas1
a) Reacciones de Fase I: Catalizadas por los sistemas de citocromos P450 (Cit P450) y afines,
llevan a la formación de metabolitos intermedios mediante reacciones metabólicas reductivas
y oxidativas. Estas permiten posteriormente la conjugación de los metabolitos intermedios
formados, aumentando así su polaridad, en la llamada Fase II. Las reacciones adversas a
drogas se relacionan con la presencia de metabolitos intermedios en Fase I.
1
http://www2.uah.es/tejedor_bio/bioquimica_ambiental/imagenes/biotransformacion-complu.gif
278
Las enzimas de Cit P450 son una familia compleja de enzimas bajo control genético de la
que aún desconocemos la mayor parte. Básicamente corresponden a hemoproteínas capaces
de transferir electrones y son de gran importancia en las reacciones de Fase I y generación
de metabolitos tóxicos reactivos. Los metabolitos generados por estas hemoproteínas son
principalmente de dos tipos: electrófilos y radicales libres.
Los electrófilos son producidos por la oxidación de drogas y generan metabolitos reactivos que
actúan como arilantes o alquilantes, uniéndose covalentemente a sitios nucleofílicos, ejerciendo
su toxicidad a través de la formación de enlaces covalentes.
Los radicales libres que se producen por reacciones de oxidación o reducción de los sistemas
de Cit P450, pueden unirse de manera covalente a proteínas o ácidos grasos no saturados y
extraen electrones de estos ácidos grasos desde fosfolípidos de membrana. Los radicales libres
pueden combinarse con oxígeno y formar radicales peroxidados de ácidos grasos, que a su vez
extraen un electrón del ácido graso no saturado inmediatamente adyacente. Esto trae consigo
una reacción en cadena que es capaz de autopropagarse, alterando gravemente la composición
de las membranas.
Biodisponibilidad y Bioequivalencia
La biodisponibilidad, bioequivalencia y selección de drogas han emergido como temas críticos
en farmacia y medicina en las pasadas cuatro décadas. Con respecto a la disminución de
gastos que en cuestiones de salud, normalmente suele hacer la gente, el uso de medicamentos
genéricos ha incrementado de manera considerable. Tan solo en la década de los 90’s el 50%
de las prescripciones podían ser sustituidas con un producto genérico2 y cerca del 80% de las
drogas podían obtenerse de al menos más de una fuente. Con la creciente disponibilidad y
uso de productos genéricos, los profesionales de la salud se enfrentan a una enorme lista de
productos, de los cuales deben seleccionar aquellos que son terapéuticamente equivalentes.
2
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Pharmacist, 5(1):30-37, 1990.
279
Figura 3. Curva de concentración máxima de un fármaco en plasma.
280
Figura 4. Niveles del fármaco vs. tiempo. Aquí se representa la evolución temporal de las concentraciones
sanguíneas del fármaco administrado por vía intravenosa (curva punteada) o por vía oral (curva continua).
Modelos farmacocinéticos
Una ecuación farmacocinética describe las relaciones entre los regímenes de dosificación y el
perfil de concentración de la droga en la sangre en función del tiempo.
Para que la interpretación de las relaciones entre concentraciones y efecto sea correcta es
necesario proponer un modelo farmacocinético que simplifique el complejo sistema biológico
que es el organismo y los procesos que el fármaco experimenta en él. Los modelos se conciben
mediante términos matemáticos que son una forma concisa de expresar relaciones cuantitativas.
281
Por lo general los medicamentos no crean nuevas funciones sino que modifican funciones
existentes. El mecanismo de acción, se refiere a las modificaciones que ocurren a nivel
molecular.
Receptores
Muchos fármacos se adhieren a las células mediante receptores que se encuentran
en la superficie de éstas. Las células en su mayoría tienen muchos receptores de superficie que
permiten que la actividad celular se vea influenciada por las sustancia químicas (fármacos u
hormonas), que están localizadas fuera de la célula (figura 5). La mayor parte de los receptores
son proteínas. Este grupo incluye, aparte de moléculas que son propiamente receptoras de
sustancias endógenas (que median la transmisión de mensajes en el organismo), enzimas
importantes de vías metabólicas, proteínas transportadoras, proteínas estructurales, etc.
Un receptor de la superficie de la célula presenta una configuración que permite que una
sustancia química determinada, como un fármaco, una hormona o un neurotransmisor,
pueda unirse a él, dado que dicha sustancia química presenta una configuración que se ajusta
perfectamente al receptor.
Existen dos parámetros fundamentales en la acción del fármaco con el receptor: la afinidad
(mutua atracción entre el fármaco y su objetivo) y la eficacia o actividad intrínseca (medida
282
Figura 5. Esquema de los receptores celulares
Hay que tener en cuenta que para que exista efecto farmacológico es necesaria previamente
la acción farmacológica y hay que tener en cuenta también, que puede haber acción y no
haber efecto.
La acción que un fármaco puede realizar sobre el organismo puede ser acción estimulante,
depresora, sustitutiva, anti infecciosa.
Curva dosis-respuesta
Una curva de dosis-respuesta es una representación gráfica de la correlación entre una serie
de dosis, consideradas como la variable independiente y por lo tanto representadas en el eje x
de coordenadas, y el efecto observado, considerado como la variable dependiente y graficado
en el eje y.
Las curvas de dosis-respuesta pueden tomar diferentes formas de acuerdo a los mecanismos que
representan (Velásquez-Lorenzo et al., 1993). En algunos casos es posible obtener una mejor
representación usando una escala aritmética para la dosis, como en el caso del estudio de la
inhibición de la actividad de colinesterasas de acuerdo a una serie de dosis de organofosforados
en la dieta.
283
Figura 6. Curva dosis-respuesta
Por otro lado, la variabilidad biológica, se refiere al hecho de que no todos los individuos
reaccionan del mismo modo ante la misma droga, de tal manera que una curva dosis-respuesta
de un individuo sólo puede aplicarse al mismo.
284
Antagonismo farmacológico
Un antagonista se puede definir como una molécula que se une al receptor sin inducir
en él la producción de la función a la que está destinado, por lo que su acción sería la de
impedir la del agonista endógeno. En general, por el tipo de unión al receptor, existen dos
tipos de antagonista: si se unen al sitio en que el agonista normalmente lo hace se trata de
antagonistas competitivos; si lo hacen en otro sitio del receptor, se trata de antagonistas
no competitivos (Hughes et al., 1989).
Los antagonistas no competitivos, al situarse en otro sitio del receptor, no pueden ser
desplazados por el agonista, por lo que su efecto persistiría aún en presencia de dosis altas de
aquél. Por esta razón, este antagonismo también se conoce como no superable.
Hasta hace poco tiempo el concepto de agonista y antagonista se entendía solamente como
un mecanismo relativamente simple en el cual el agonista se unía al receptor modificándolo
y activando procesos en la membrana y el antagonista solo actuaba interfiriendo con la
unión del agonista al receptor, compitiendo por afinidad al receptor y evitando su activación
(antagonismo competitivo).
285
Sinergismo farmacológico
Las interacciones entre dos fármacos no siempre son en sentido negativo, es decir que no
siempre se manifiestan como la disminución del efecto de uno por la presencia de otro. Hay
combinaciones farmacológicas en las cuales la respuesta puede acrecentarse en lugar de
inhibirse. Este fenómeno se llama sinergismo, y comprende dos posibilidades:
• De suma: se refiere al hecho de que los dos fármacos implicados en la respuesta tienen
actividad por sí solos, la cual se suma al estar presentes ambos para producir un efecto
que es la SUMA de los efectos individuales. Generalmente se da cuando los mecanismos
de producción del efecto de cada fármaco son diferentes. Ejemplo: uso concomitante
de agonistas adrenérgicos y antagonistas muscarínicos: Ambos son capaces de producir
taquicardia, la cual se manifiesta en presencia de los dos en forma más intensa (suma de
los efectos).
• De potenciación: uno de los fármacos presenta actividad intrínseca, es decir es capaz
de producir el efecto; el otro fármaco es capaz de “ayudar” a que ese efecto se realice
más fácilmente, pero de por sí, no posee actividad. Ejemplo: Uso de penicilinas en
conjunto con inhibidores de las betalactamasas.
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287
Introducción
Uno de los principales objetivos de la medicina del siglo XXI es el desarrollo de nuevos
medicamentos, mejor dirigidos a sus sitios blanco y mejor tolerados por la mayoría de los
pacientes. Esta meta ha estado favorecida por el rápido aumento en el conocimiento del
genoma humano, basado principalmente en los datos obtenidos del Proyecto del Genoma
Humano (International Human Genome Sequencing Consortium, 2001; Little, 2005). A
partir de esta investigación han surgido nuevas ideas sobre la susceptibilidad y la patogénesis
de las enfermedades, así como de la interacción entre los humanos y las sustancias exógenas,
como las drogas o fármacos.
Actualmente existe una gran expectación de que el avance científico repercuta en mejorar
las técnicas diagnósticas y en el desarrollo de medicamentos personalizados, es decir, cuya
Las reacciones adversas a los fármacos (RAF) constituyen un serio problema de salud. Un
estudio realizado en Estados Unidos calculó que 6.7% de los pacientes hospitalizados
presentaron RAF severas y 0.32% tuvieron RAF fatales, lo que correspondería a 2 millones 216
mil y 106 mil casos respectivamente, situando a estas reacciones entre la cuarta y sexta causa
de muerte en ese país (Lazarou et al, 1998). Aun cuando estas cifras se han criticado, existen
otras evidencias similares de que las RAF constituyen de 5-7% del total de hospitalizaciones
(Einarson 1993; Green et al, 2000), además de que se ha estimado que incrementan dos días la
estancia en el hospital (Bates et al, 1997).
Por otro lado, las RAF son una de las causas más comunes para retirar un medicamento del
mercado (Jefferys et al, 1998), lo que representa una importante repercusión financiera para
la industria farmacéutica, siendo fundamental el conocimiento de los factores genéticos que
afectan la respuesta farmacológica individual tanto para la terapia como para el desarrollo de
los fármacos.
290
Las principales EMF de fase I son los citocromos P450 (CYP), que reciben este nombre porque
se encuentran unidos a las membranas celulares (cito) y contienen un pigmento heme (cromo y
291
P) que absorbe luz a una longitud de onda de 450 nm cuando se expone a dióxido de carbono.
En el humano, los citocromos P450 son una súper familia de más de 50 enzimas implicada en
más del 90% del metabolismo de los fármacos. Se han descrito polimorfismos genéticos de
varios citocromos P450; sin embargo, CYP2C9, CYP2C19, y CYP2D6 son las enzimas más
polimórficas y metabolizan cerca del 40% de los medicamentos actualmente en el mercado,
por lo que han sido las más relevantes para la farmacogenética.
Como ejemplo describiremos a la enzima CYP2D6 (producto proteico codificado por el gen
CYP2D6) que es responsable del metabolismo del 25-33% de los fármacos de la práctica clínica
actual, entre los que se encuentran antidepresivos (ej: imipramina, amitriptilina y paroxetina),
antipsicóticos (ej. haloperidol y risperidona) y beta bloqueadores (ej: carvedilol y metoprolol),
entre otros (Ingelman-Sundberg, 2005).
Los pacientes ML presentan una baja o nula actividad de la enzima CYP2D6 lo que resulta
en una alteración del metabolismo y excreción de muchos fármacos, por lo que tienen más
probabilidad de mostrar RAF a estos medicamentos. En contraste, los sujetos MU tienen
riesgo de presentar ineficacia al tratamiento farmacológico por lo que requerirán dosis más
altas que las que se prescriben normalmente para conseguir concentraciones terapéuticas
(Oscarson, 2003).
292
Aplicaciones clínicas
La oncología es el área que mejor ha aprovechado del uso de una estrategia farmacogenómica.
Un mayor entendimiento de la biología de muchos cánceres ha identificado blancos o dianas
293
294
Perspectivas futuras
La farmacogenómica también permitirá alcanzar una mayor habilidad para predecir las
reacciones adversas en etapas tempranas del desarrollo de fármacos. Al disminuir los eventos
adversos e incrementar la eficacia terapéutica se podrían tener costos menores en los servicios
de salud. La detección de variaciones en genes implicados en el metabolismo de fármacos o
en la destoxificación de compuestos, permite establecer el perfil genético individual que tendrá
un profundo impacto en la predicción de la respuesta farmacológica y hará posible la terapia
personalizada.
Es importante señalar que el uso y la utilidad de las pruebas farmacogenéticas para reducir las
RAF y mejorar la eficacia de los fármacos debe ser probada por estudios clínicos prospectivos
y estudios farmacoeconómicos relacionados que demuestren el beneficio de la genotipificación
para estos propósitos (Manolopoulos, 2007).
295
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297
Introducción
B. Ensayo del cometa, técnica que permite indagar sobre los posibles daños que puede
presentar el material genético.
C. Técnicas de biología molecular para estudiar algunos aspectos moleculares, como son la
expresión de genes en estos niños.
Desde hace varios años se ha venido trabajando sobre el tema de la inmunidad mediada por
células en niños desnutridos. La investigación se ha centrado principalmente en el estudio de
las subpoblaciones de linfocitos en niños desnutridos infectados; lo que ha permitido estudiar
también estas subpoblaciones en niños bien nutridos con infecciones y en niños bien nutridos
sin infección; estos grupos de estudio permiten, por un lado analizar los cambios que propicia
la presencia de la infección en las subpoblaciones de linfocitos, y por otro, las diferencias que
se pueden encontrar por la presencia de la desnutrición. Además ha sido necesario para la
realización de este trabajo, definir los parámetros de referencia de estas subpoblaciones en
niños sanos.
Para que el citómetro pueda medir las diferentes características de la célula requiere de los
siguientes sistemas:
1. Fluidos: para introducir y alinear las células para ser medidas.
2. Ópticos: una fuente de excitación (láser de 488 nm) y colección óptica para generar y colectar
las señales de luz.
3. Electrónicos: para convertir las señales ópticas a señales electrónicas proporcionales y
digitalizadas para análisis en la computadora.
Para la interpretación de los datos se obtienen gráficas de puntos, a través de las cuales
primero se regionaliza, para que a partir de la región se adquieran los datos de las diferentes
subpoblaciones. Las regiones pueden ser del total de los linfocitos o de una subpoblación en
específico (Figura 1).
Los principales hallazgos derivados del estudio en los grupos de trabajo se señalarán
considerando primero los encontrados en el grupo testigo, posteriormente a los niños con
infecciones para terminar con los hallazgos en los niños desnutridos infectados.
a) Se encontró a nivel de leucocitos (linfocitos, granulocitos y monocitos) que los niños entre
recién nacidos y hasta la edad de 4 años presentan variaciones en su porcentaje, de tal manera,
300
a) b)
b)
CD3 PerCP
Figura 1. a) Gráfica de puntos (FSC contra SSC) para definir la región R1 (total de linfocitos); b) gráfica de
puntos (FL-3 contra SSC) para definir subpoblaciones específicas (linfocitos CD3+, CD4+ etc.).
a) b)
b)
CD45RA-CD45RO+
CD45RA+CD45RO+
CD45RO
CD45RA+CD45RO-
CD45RA
Figura 2. a) Gráficas de puntos con las diferentes subpoblaciones linfocitarias, por medio de cuadrantes y b) gráficas
de puntos con las células vírgenes (CD45RA) y de memoria (CD45RO).
que a los 4 años se podría considerar que alcanzan su madurez, dado que sus valores se acercan
al de los adultos. En los niños estudiados se observaron diferencias relacionadas con el sexo sólo
en los granulocitos (Nájera et al., 2003).
301
c) En las células vírgenes y de memoria a nivel del total de linfocitos y dentro de las
células CD4+ se encontraron diferencias de acuerdo a la edad, conforme los niños son de
mayor edad, las células vírgenes disminuyen y las células de memoria aumentan. Además
se encontraron diferencias vinculadas a la edad en las células CD4+CD45RA+/CD45RO+
(dobles positivas) (Nájera et al., 2003), considerando este dato como otra probable relación
con la raza, dado que tampoco ha sido señalado para asiáticos y caucásicos (Osugi et al.,
1995; Huenecke et al., 2008).
CD4++ CD8++
CD3 ++CD4 ++
CD4++CD45RA
CD45
++
CD4++CD45RA
CD45
++
CD45RO
CD45
++
CD4++CD45RO
CD45
++
CD3+
Figura 3. Principales fenotipos de linfocitosCD4+CD62L-
determinados CD8+CD28-
en los grupos de estudio en sangre periférica.
302
a) En los niños bien nutridos infectados (BNI), se observó que ante la presencia de infección,
en sangre periférica tienden a disminuir los linfocitos CD3+, CD4+, CD8+ y aumentar las
células CD19+ y/o CD20+ (linfocitos B) con relación a niños sanos. La disminución de los
linfocitos T y el incremento de los linfocitos B son hallazgos importantes que muestran los
cambios a nivel periférico de las subpoblaciones de linfocitos como respuesta ante la infección
(Nájera et al., 2004). En pacientes pediátricos con infecciones respiratorias recurrentes también
se ha encontrado porcentaje alto de linfocitos B (CD5+/CD20+) y disminución de monocitos
(CD11c+/CD18+) (Wasik et al., 2005).
CD4++CD69 ++ CD8++CD69++
++
(CD69 Células Activadas)
Activadas)
Figura 4. Inmunofenotipo de linfocitos activados
b) Los niños bien nutridos infectados presentaron en las células CD4+CD45RO+ (memoria)
un aumento y una disminución de las células CD4+CD45RA+ (vírgenes) con relación a niños
sanos, que orientan sobre un buen funcionamiento de la capacidad de los linfocitos T CD4+
para diferenciarse de células vírgenes a células de memoria, como un mecanismo de defensa del
organismo ante la infección (Nájera et al., 2001b). Así mismo, al analizar células con funciones
efectoras de tipo ayudadoras (CD4+CD62L-) y citotóxicas (CD8+CD28-) se encontró que
estas células se encuentran aumentadas con relación a niños sanos, evidenciando en estos
niños que ante la presencia de una infección la presencia de estas células son necesarias para
la defensa del organismo ante agentes patógenos (Nájera et al., 2007). Las células efectoras
son capaces de producir citocinas y de generar mecanismos inmunológicos necesarios para la
defensa del organismo (Williams and Bevan, 2007).
303
memoria (CD4+CD45RO+), células que son capaces de producir citocinas y ejercer funciones
efectoras (Lanzavecchia and Sallusto, 2005). Al indagar la presencia de células con funciones
efectoras (CD4+CD62L- y CD8+CD28-) se encontró que se encuentran aumentadas en
niños infectados en comparación a niños sanos, evidenciando lo que podríamos considerar
como un buen funcionamiento del sistema inmunológico. Además, estas células se encuentran
“sensibilizadas”, dado que pueden reaccionar rápidamente ante cualquier estímulo, en este
caso se utilizó un mitógeno, observando que un mayor porcentaje de células se activaron en
los niños infectados en comparación a los niños sanos. Estos datos orientan a la movilización y
acción que desarrolla el sistema inmunológico ante una infección. Es importante señalar que
estos datos (sobre células de memoria, efectoras y la capacidad de activación) no habían sido
reportados en la literatura internacional.
b) Los niños desnutridos infectados mostraron una disminución significativa en las células
de memoria (CD4+CD45RO+), con aumento de la fracción de células dobles positivas
(CD4+CD45RA+/CD45RO+) con relación a los niños bien nutridos infectados, lo que fue
interpretado como una alteración o retardo en la funcionalidad (diferenciación) de estas células
(Nájera et al., 2001b). Además al estudiar la presencia de células con funciones efectoras
(CD4+CD62L- y CD8+CD28-) éstas se encontraron disminuidas con relación a niños bien
nutridos infectados (Nàjera et al., 2007).
Los cambios encontrados en los linfocitos B (CD19+ y/o CD20+), en las células de memoria, las
dobles positivas, en células con funciones efectoras y en la activación, son hallazgos importantes que
pueden contribuir a entender la causa de la inmunodepresión observada en los niños desnutridos.
Además se pudo constatar estas mismas alteraciones tanto en niños con desnutrición de tercer
grado como de segundo grado; esto último no se había señalado en la literatura internacional,
dado que se señalan alteraciones solo en niños desnutridos de tercer grado.
Así mismo, se encontraron diferencias de acuerdo al grado y tipo de desnutrición: En los niños
con desnutrición tipo kwashiorkor, las células que mostraron más dificultad en la activación
304
fueron en los linfocitos totales (CD3+) y los CD8+; en cambio, los niños con segundo grado de
desnutrición presentaron mayor dificultad en el cambio de células CD4+ de vírgenes a células
de memoria al presentar el porcentaje más alto de células dobles positivas (CD4+ CD45RA+
/CD45RO+). Se requiere realizar estudios adicionales con un mayor número de pacientes
desnutridos para corroborar estas tendencias.
Otros estudios que se han realizado tratando de entender la inmunodeficiencia que presentan
los niños desnutridos, fue evaluar si la desnutrición podría estar relacionada con un incremento
en la cantidad de rompimientos de cadena doble y de cadena sencilla de las moléculas de
ADN, dado que ya había antecedentes de que la desnutrición induce daño al ADN, lo que
se determinó por la presencia en linfocitos de estos niños de aberraciones cromosómicas y de
intercambio de cromátidas hermanas (Betancourt et al., 1979; Ortiz et al., 2004). Para poder
trabajar en esta parte de la investigación se utilizó el ensayo cometa.
a). En leucocitos de niños desnutridos se observó un incremento en los niveles de daño y además
por primera vez se señaló que las infecciones graves y los medicamentos podrían influir en el
305
a) b)
incremento de los niveles de daño al ADN en niños sanos y desnutridos ambos con infección
(Betancourt et al., 1995; González et al., 2002a).
b) Con el mismo método se determinó que los linfocitos de niños desnutridos después de la
inducción de daño al ADN con peróxido de hidrógeno, tienen una menor capacidad para
repararlo comparados con los niños bien nutridos con infección (González et al., 2002b).
La mayor cantidad de daño en la molécula de ADN y la incapacidad para reparar este daño, en
los linfocitos de niños desnutridos podría relacionarse con la deficiente respuesta inmunológica
observada en ellos, ya que los linfocitos son células que tienen una función primordial en la
respuesta inmunológica de tipo específica. El alto nivel de daño en el ADN podría interferir
con la correcta expresión de los genes de los niños desnutridos.
El siguiente nivel de estudio se derivó de los resultados del incremento de daño al ADN, ya que
se consideró importante evaluar si la expresión génica se encontraba alterada en los niños con
desnutrición.
Para estudiar la expresión de genes en linfocitos de niños desnutridos se han utilizado dos
estrategias experimentales:
a) Análisis diferenciales.
b) Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real.
306
autoradiografía y la confirmación de la identidad de los clones fue obtenida por Southern blot.
4) Las clonas de cDNA fueron secuenciadas usando el secuenciados Perkin Elmer (Wellesley),
la base de datos usada fue la de la National Center for Biotechnology Information, usando el
servidor BLAST algorithm [Gltschul et al., 1990].
Los resultados fueron: Después de analizar 12,000 clonas, se encontraron 16 genes en los
linfocitos de los niños desnutridos con expresión claramente diferencial, de los cuales 15 estaban
sub-expresados y uno sobre-expresado con relación a niños bien nutridos infectados. Los genes
fueron secuenciados e identificados, observando que nueve de los 16 genes sub-expresados,
correspondían a una proteína relacionada con el metabolismo mitocondrial (metaxina) y uno
más a la proteína 451 con estructura de dedos de zinc que al parecer está relacionada con el
control de la trascripción (González et al., 2006).
Estos datos fueron interpretados como que la desnutrición calórico-proteica está relacionada
con la sub-expresión o sobre-expresión de los genes relacionados con la función mitocondrial,
y con el desarrollo y diferenciación celular.
Los resultados mostraron que hay disminución en los linfocitos de los niños desnutridos
infectados de la expresión de los genes de IL-2, IL-6, e IFN y un aumento en la expresión de IL-
4, IL-10 y TNF con relación a niños bien nutridos infectados (González-Martínez et al., 2008).
Estos resultados claramente están relacionados con alteraciones en la respuesta inmunológica
de los niños desnutridos. La disminución de la expresión de dos genes relacionados con la
respuesta T1 (IL-2 e IFNγ), evidencia una alteración en la respuesta T1/T2 y puede explicar
las alteraciones observadas en la respuesta celular de los niños desnutridos y su dificultad para
erradicar infecciones.
Cabría señalar que nuestros estudios sobre la expresión de genes en niños desnutridos con
infección, son los primeros de este tipo que se publican a nivel internacional.
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308
309
Introducción
Gracias a los avances tecnológicos y al interés cada vez mayor de muchos investigadores en
el campo de la biología molecular y celular, en medicina regenerativa y en terapia génica,
se ha avanzado en el conocimiento de las células troncales embrionarias en aspectos como:
marcadores celulares, proteínas constitutivas; tanto membranales como citoplásmicas, sobre
los mecanismos de metilación y acetilación del ADN, las vías de señalización celular, los
medios de cultivo y la aplicación y el uso potencial de las células troncales embrionarias.
Sin embargo, muchos de estos procesos no están del todo claros o completos, debido a la
dificultad de trabajar con células embrionarias humana, dadas las implicaciones bioéticas. Los
proyectos de investigación son evaluados por las leyes y organismos que regulan el uso de las
células troncales embrionarias humanas, como el “Partners Embryonic Stem Cell Research
Oversight comité” (Pruszak et al., 2007) y autorizados por “Human Embryo and Fertilisation
Authority (HFEA)” (http://www.iscr.ed.ac.uk). La mayor información generada al respecto
proviene de embriones de primates no humanos, ratones y pollos, principalmente.
El estudio de las células troncales embrionarias (ES, del inglés “Stem Cells”), está documentado
desde 1981 con las investigaciones de Martín y Evans y Kaufman, que trabajaron con las
células ES de la masa interna del blastocisto de ratón, desarrollando los primeros cultivos in
vitro (Anzaldúa et al., 2007; http://stemcells. nih.gov/info/scireport/chapter3).
Las célula ES tienen su origen en la mórula disociada (Anzaldúa et al., 2007) y en la masa
interna de células del blastocisto (Belkind-Gerson et al., 2003; Merchant, 2007; Nakatsuji,
2001; Nagano et al., 2002a; http://www.amyshah. com.2007/04/). Son células con gran
capacidad de proliferación ( Anzaldúa et al., 2007; Merchant, 2007). In vitro las células ES
pueden producir hasta 10 mil millones de células sin diferenciarse (http://stemcells.nih.gob/
info/scireport/ appendixb). Se auto renuevan (Li y Leder, 2007; Young, 2004, http://www.
amyshah.com.2007/04/), mediante división celular mitótica simétrica; formando células hijas
indiferenciadas (Burdon et al., 2002), con capacidad de diferenciarse en diversos tipos celulares
(Merchant, 2007) in vivo e in vitro (Merchant, 2007), por largos periodos de tiempo. (http://
stemcells.nih. gov/info/scireport/2001report; Prelle et al., 2002). Son células pluripotentes,
con potencialidad para formar células de las tres capas germinales: del endodermo, el
mesodermo y el ectodermo (Anzaldúa 2004; Henson et al., 2005; Konno et al., 2006; Nagano
et al., 2002a; Nikatsuji, 2001; Niwa, 2001; Prelle, et al., 2002; Ulloa et al., 2005).
Las células ES de ratón presentan un núcleo grande (Young et al., 2004) con escasa cantidad
de citoplasma (Tada y Tada, 2001). Su genotipo muestra un cariotipo normal estable (Prelle et
al., 2002; Henson et al., 2005), diploide, característico de cada especie. Young y colaboradores
(2004), observaron gran actividad de la telomerasa en estás células indiferenciadas.
Marcadores celulares
Los marcadores celulares de superficie son antígenos formados por azúcares y/o proteínas
de membrana celular (http://www.antibody.com/index2.html). Las células ES expresan un
grupo de marcadores superficiales que caracterizan a las células embrionarias indiferenciadas
(Young et al., 2004), pluripotentes y en proliferación, que distinguen entre las células ES del
ratón, del mono y las humanas (Ito et al., 2007). Los marcadores que identifican a las células
ES humanas (hES, del inglés “human Stem cells”) son: SSEA-3, SSEA-4, TRA-1-60 y TRA-
1-81 (Pruszak et al., 2007; http://www.antibody.com/index2.html), Oct-4, telomerasa y la
fosfatasa alcalina. En ratón: SSEA-1, fosfatasa alcalina, Oct-4 y la telomerasa y en el mono:
SSEA-1, SSEA-4. TRA-1-60. TRA-1-81, la fosfatasa alcalina y Oct-4 (http://stemcells.nih.
gov/info/scireport/appendixb).
Entre las técnicas utilizadas para poder evidenciar y seleccionar (sorting) a las células que
portan el marcador de superficie de interés, están: a) la técnicas de tinción fluorescentes (Fig.
1), como la proteína verde fluorescente (GPF), que consiste en insertar en la célula un “gene
reportero”, b) la inmunofluorescencia (Humprey et al., 2004), c) el método de etiquetado
y selección con anticuerpos fluorocromo-conjugados (FAC´s (Pruszak et al., 2007; http://
stgemcells.nih.gov/info/ scireport/appendixe) y d) la separación celular inmunomagnética
(MACS) (Pruszak et al., 2007).
Li y Leder (2007), utilizaron la técnica del vector gen trampa retroviral (Virus murino de la
leucemia MMVL) y los genes Neo reporteros, acoplados a los análisis de la GFP y los FAC´s,
teniendo como blanco los genes expresados en células troncales embrionarias indiferenciadas,
clonadas. Con está técnica observaron, in vivo, que la actividad transcripcional se reduce y que
hay genes endógenos se apagan cuando están diferenciadas las células.
Proteínas
312
Figura 1: Marcadores de
superficie celular usando etiquetas fluorescentes (Terese Winslow, http://
stemcells.nih.gov/info/ scireport/appendixe)
Genes
Es difícil, in vivo, identificar los genes y factores que participan en el la bioquímica de las célula
hES, por lo antes mencionado, así que gran parte de la información genética y molecular
provienen de estudios en células ES de ratón in vitro (http://stemcells.nih.gob/info/scireport/
appendixa).
Los microarreglos son comúnmente reconocidos como una herramienta para evaluar la
expresión de genes vía análisis del cDNA o RNA (Yamazoe e Itawa, 2005). La expresión de
313
genes puede ser monitoreada mediante el uso de GFP (gen reportero) (Li y Leder, 2007) en
células hES (Kuroda et al., 2004) y en mono (Shigehiko et al., 2006). Los FAC´s, son usados
para evidenciar con mayor “facilidad” la expresión de genes (Kuroda et al., 2004). La Actividad
o inactividad de estos genes se ha podido identificar mediante técnicas como la reacción en
cadena de la polimerasa (PCR) o la transcriptasa inversa RT–PCR (Ko et al., 2006). Mediante
manipulación genética se han elaborar plásmidos para la introducción del gen de interés (Boer
et al., 2007; Ito et al., 2007). Y la técnica de Knockout para identificar la función de un gen en
particular (Humprey et al., 2004).
La metilación del DNA es un proceso en el que se añade grupos metilos a residuos específicos de
citosina en las regiones promotoras del DNA. Cuando el grupo metilo está unido a una región
en el DNA, los factores de transcripción no pueden unirse al DNA y los genes de transcripción
se apagan. Es un mecanismo de regulación de la expresión de genes (Gilbert, 2000 en http://
stemcells. nih.gov/info/scireport/appendixa).
Factores transcripcionales
Un factor de transcripción, es una proteína que se unen al sitio promotor del DNA e intensifican
el proceso de transcripción, activando o inactivando genes que regulan la expresión de las
314
características específicas de las células. Los factores de transcripción reconocidos para células
ES son Oct4, Nanog (Herg et al., en Ulloa-Montoya et al., 2005), Sox2 (Boer et al., 2007), y
posiblemente Zfp57 (Agari et al., 2002).
a) E1A (adenovirus), sirve como un puente de unión entre Oct-4 y la maquinaria transcripcional
(Niwa, 2001).
b) Sox2 (Cofactor transcripcional), es un factor proteico, que activa a los genes Fgf-4, Utf-1, e
inhibe al gen Opn, formando un homodímero con Oct-4. Sox y el octámero son esenciales
para la activación de genes específicos para la pluripotencialidad. Se ha observado que las
secuencias de DNA en Oct-4 y Sox son idénticas entre humanos, ratones y monos (Kuroda
et al., 2004)
c) Zfp57, proteína expresada específicamente células en estado indiferenciado. Su expresión
está regulada por STAT3. Es posible que actúe como cofactor de Oct-4 (Agagi et al., 2002).
La cooperación entre Oct-4 y sus cofactores (Boer et al., 2007) se ha analizado con el
procedimiento de “squelching”. Mediante la activación de promotores artificiales, se observó
la importancia del balance cuantitativo entre estos factores, que forman un complejo ternario
que consiste en Oct-4, E1A y la maquinaria transcripcional. Los excesos de Oct-4 o de E1A
previenen la formación del complejo activo por saturación de sitos de unión. El exceso de Oct-
4 conlleva a la no activación de genes blanco, pero la represión o sobre expresión de Oct-4
activa algunos genes como Zfp42/Rex-1 y Upp/383 (Niwa, 2001). El complejo formado con
Sox2 ha mostrado que pequeños cambios en los niveles de Sox2:Oct-4, alteran en destino
de la células ES (Boer et al., 2007). Es importante, el equilibrio entre la expresión de Oct-4
y sus cofactores, ya que expresiones por arriba del 50% de lo requerido puede promover la
diferenciación de células del endodermo primitivo y el mesodermo, y niveles bajos de Oct-4
puede llevar a las células de la masa interna del blastocisto a la diferenciación en células del
trofoectodermo (Niwa et al., 2000; Niwa, 2001). Boer y colaboradores (2007), encontraron
315
que la elevación mínima de los niveles de Sox2, se inhibe la acción sobre los genes y la sobre
expresión de Oct-4 o Nanog no inhibe la relación Sox2:Oct-4.
Se ha observado que los genes que regula Oct-4 en coordinación con los cofactores son: Utf-
1(cofactor transcripcional), Zfp42/Rex-1 (Proteína Zinc-finger), PDGFαr (receptor del factor
de crecimiento) Fgf-4 (factor de crecimiento de fibroblastos), UPP/383 (Uridin fosforilasa) y
Tera/226. Estos genes se expresan en células ES pero los patrones de expresión son diferentes
dependiendo de la etapa embrionaria de pre o postimplantación (Niwa, 2001)
a) Factor inhibidor de la leucemia (LIF). Su gen y el mRNA para su receptor (LIFRβ) son expresados
en el blastocisto. Es una citosina (Gearing et al., 1991), del grupo de las interleucinas-6 (IL-
6). Liberado por la capa alimentadora de fibroblasto de ratón o por proteínas recombinantes
(Burdon et al., 2002). Inhibe la diferenciación de células ES en ratones(Dahéron 2004; Konno
316
et al., 2006; Nagano et al., 2002a; Ko et al., 2006), sin embargo, esto no sucede en humanos
ya que es considerado un factor que induce la diferenciación en célula de la leucemia tipo M1
(Niwa, 2001). En cultivos de ratón es requerido para la sobrevivencia, el estado indiferenciado
y la proliferación de células de la masa interna del blastocisto. Mediante la técnica de
inmovilización de LIF, se ha podido determinar la influencia de LIF en la activación de
STAT3 y Oct-4 (Makino et al., 2004). Sin embargo, Dahéron (2004), encontró que el receptor
LIFβ y la subunidad gp130 se expresan en células troncales embrionarias humanas y que
LIF puede inducir la fosforilación de STAT3 y la translocación nuclear y LIF es incapaz de
mantener la pluripotencia. También, observó que los cultivos con capas alimentadoras que
mantienen el estado indiferenciado no muestran activación de STAT3, lo que sugiere que el
camino de señalización que dirige la auto renovación en células humanas es distinto. Nagano
y colaboradores (2002a), encontraron que la vía de señalización de LIF es importante para
mantener la pluripotencia de las células ES.
La activación de STAT3 es suficiente para la auto renovación de células ES (Agagi et al., 2002)
c) Factor de crecimiento de fibroblastos (FGF-4). Es un factor proteico que se expresa junto con
Oct-4 en la masa de células interna y el epiblasto. FGF-4 actúa como una señal parácrina,
(liberada en la masa interna y actúa alrededor del trofodermo) o como una señal autócrina
(que puede actúan en la misma masa de células internas que la liberan). Codificado por el Gen
Fgf4 (http://stemcells.nih. gov/info/scireport/appendixa)
Dos posibles vías de transducción de señales mantienen el estado de auto renovación de célula
ES, son la vía JAK/STAT3 y la SHP2.
Vía de señalización jak-stat3. (fig. 2). La vía de señalización de LIF es importante para
mantener la pluripotencia LIF se une a un complejo de receptores de membrana, el receptor
LIF y la proteína gp130; mediante señalizaciones moleculares se activa la vía JAK-STAT3 o
la ERK, o SH2 (http://ims.u-tokyo.ac.jp/stem/annual02.pdf). Se ha observado en ratones
que LIF se une a su receptor membranal, LIFRβ que forma un heterodímero con la proteína
gp130. Se asocia con la tirosina cinasa (JAK) y este complejo se fosforila, lo cual activa la vía
JAK-STAT3 (Humphrey et al., 2004). La fosforilación de de STAT3 induce la expresión de
Oct-4 (Konno et al., 2006), que promueve la auto renovación (Burdon et al., 2002) y el estado
317
Vía de señalización SHP. La auto renovación de las células del ES del ratón parece ser
influenciada por la actividad de SHP-2 y de ERK. SHP-2 es una fosfatasa de tirosina (una
enzima que elimina grupos fosfato a los residuos del Tirosina de varias proteínas). SHP-2 actúa
recíprocamente con el dominio intracelular (del amino terminal) del receptor gp130. ERK es
una de varias clases de enzimas que se activa cuando se estimulan el receptor gp130 y otros
receptores de la superficie celular. ERK y SHP-2 son componentes de una vía de señales de
transducción que actúa en contra de la activación de STAT3 y por lo tanto la proliferación
celular. Por lo tanto, si ERK y SHP-2 están activos, se inhibe la auto renovación de la célula del
ES (http://stemcells.nih.gob/info/scireport/appendixb; Burdon et al., 2002).
Figura 2: Vía de señalización LIF-STAT3 vía que promueve la auto renovación de células troncales
embrionarias (© Terese 2001 Winslow, Lydia Kibiuk en http://stemcells.nih.gob /info/scireport/appendixb)
Solo tres especies de mamíferos se han mantenido en cultivos a largo plazo de células con
auto renovación; los ratones, los monos y los seres humanos (http://stemcells.nih.gob/info/
scireport/chapter2/.
318
El medio de cultivo (MEF) es elaborado con suero fetal de becerro, que proporciona factores
del crecimiento. Se coloca una capa de células de fibroblasto de ratón, llamada capa
alimentadora, que se utilizan como sustrato de adherencia y LIF. Las células del fibroblasto son
tratadas químicamente para evitar su proliferación (http://stemcells.nih.gov/info/scireport/
appendixb). Los fibroblastos embrionarios del ratón mantienen la pluripotencia (Humphrey
et al., 2004), el estado indiferenciado (Li y Leder, 2007) y la proliferación de las células de la
masa interna del blastocisto.
MEF es el medio de cultivo tradicional para proliferar células ES, sin embargo, se han hecho
observaciones del peligro potencial de de trasmitir algún patógeno a células hES, si se utiliza
este medio. El equipo de Yoo ha proliferado exitosamente células hES a partir de células
semejantes a los fibroblastos (DiffMiz-hES6) derivadas de linajes humanos (Yoo et al., 2005).
Las células hES se han cultivado en capas alimentadoras de fibroblastos embrionarios, de piel
y músculo fetal, de fibroblastos de célula adultas, de células de la médula (Ulloa-Montoya et
al., 2005). Se ha podido sustituir las capas alimentadoras con Matrigel, o colágeno purificado
tipo IV, laminina, y fibronectina, medios que minimizan cambios genéticos y optimizan el
mantenimiento del estado indiferenciado (Draper et al., 2004)
Variantes a estos cultivos son los cultivos químicos inmovilizados de fibroblastos embrionarios
de ratón o epitelio amniótico humano. Estos cultivos pueden usarse repetidamente sin perder
la habilidad de mantener el crecimiento de células ES indiferenciadas. Los resultados obtenidos
en las muestras de ratón y mono expresan fosfatasa alcalina, Oct-4 y los marcadores SSEA-1,
en ratón y SSEA-4, en monos (Ito et al., 2007)
319
Anzaldúa y colaboradores, (2007), hacen una revisión en relación a las pruebas que se realizan
a las líneas celulares ES obtenidas in vitro, conocidas como de caracterización, en las que
se encuentran: a) las de crecimiento y subcultivo, b) el uso de marcadores moleculares de
superficie y para factores de trascripción, c) la aplicación de enzimas citoplásmicas, d) el
estudio del cariotipo y e) la diferenciación y formación de cuerpos embroides. Mientras que
las pruebas para línea obtenidas in vivo son: a) la formación de animales quiméricos y b) el
desarrollo de teratomas (Nakatsuji 2001).
La pluripotencia es otra prueba requerida para las línea celulares obtenidas (http://stemcells.
nih.gob/info/scireport/chapter2). In vitro los laboratorios han podido probar la pluripotencia
de células ES humanas. In vivo, solo se ha probado la pluripotencia de célula humanas
inyectadas en ratones inmunodeficientes que forman los teratomas (http://stemcells.nih.gov/
info/scireport/chapter3).
320
Mediante la fusión de células troncales adultas con células troncales embrionarias se han
logrado que las primeras presenten características de células troncales embrionarias (Nakatsuji,
2001; Kevin y Hughes en htt://bioeducation.net/news/ pdf/melton6-esp.pdf)
321
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325
El proceso de diferenciación sexual cerebral en los mamíferos y en las ratas es consecuencia de una
expresión diferencial del genoma neuronal de machos y hembras y depende fundamentalmente
del ambiente hormonal circundante en el que se encuentre el SN. Este ambiente hormonal es
necesario ya que gracias a él se lleva a cabo la organización del sustrato anátomo - funcional y
de las vías neuroendócrinas preexistentes determinantes de las diferencias sexuales.
La mayoría de los circuitos dimórficos del cerebro relacionados con el proceso de diferenciación
sexual están relacionados con el hipotálamo. Este, regula la secreción hormonal y funciona
como interfase entre el sistema endocrino y nervioso, presenta gran cantidad de receptores
a hormonas sexuales como andrógenos y estrógenos (Pfaff and Schwartz-Giblin, 1998). Este
órgano es también el centro regulador funcional del cuerpo, controlando vías relacionadas
con funciones autónomas, endocrinas, emocionales, somáticas y de comportamiento sexual.
El hipotálamo es un órgano complejo a nivel neuroquímico y neuroanatómico; se divide en
4 regiones y 25 núcleos organizados de acuerdo a su estructura anatómica y funcional. Así
mismo presenta diferentes núcleos dimórficos que se relacionan directamente con la fisiología
y la conducta sexual; estos núcleos son el núcleo ventromedial, supraquiasmático y preóptico
(Goy and McEwen, 1980; Robinson et al, 1986; Doler et al, 1986). Durante el periodo
perinatal la presencia de andrógenos determinarán el desarrollo del dimorfismo sexual en
núcleos específicos del hipotálamo en aspectos como conducta sexual, patrones de secreción
de gonadotropinas, teniendo como resultado la masculinización o feminización durante el
periodo crítico de diferenciación.
328
II.- La neurogénesis implica proliferación y diferenciación, que en el ámbito del ciclo celular, se
traduce en la re-entrada y salida de neuroblastos en el ciclo celular, la cual regulará y determinará
el número de neuronas del cerebro. En este sentido, el número de neuroblastos que salen del
ciclo celular y se diferencian incrementa con el transcurso del desarrollo. La diferenciación
neuronal es un proceso clave en el desarrollo y se encuentra estrechamente vinculada con el ciclo
celular, ya que las células que salen del ciclo celular en fases tempranas exhiben determinadas
características, mientras que las que salen en las fases tardías exhiben otras. Por ello, debe existir
una coordinación precisa entre el ciclo celular y la diferenciación neural, la cual estará regulada
por los factores que regulan ambos procesos (Herrera et al., 2006).
Trabajos realizados “in vitro” con células hipotalámicas de rata, demostraron que para que
los estrógenos ejerzan su acción neuroprotectora las células deben presentar receptores a y
β, ya que las que sólo presentaron el receptor b tuvieron un mayor índice de muerte neuronal
(Nielsen et al., 2000; Temple et al., 2001), debido muy probablemente al efecto antagónico
que tiene la activación del receptor β sobre el efecto neuroprotector del estradiol. El efecto
neuroprotector de los estrógenos en células hipotalámicas, se debe a que este esteroide actúa
sobre el receptor a para inducir la sobreexpresión de genes antiapoptóticos de la familia de
bcl-2, mientras que en el caso de las células que sólo expresan el receptor b, el estradiol activa
el sistema primario de inducción de apoptosis Fas-Fas ligando (FasL) (Mor et al., 2000). Una
vez que los estrógenos regulan la expresión del FasL, el sistema activa a la caspasa 10, que
a su vez activa a la caspasa 3, y ésta a las endonucleasas, encargadas de fragmentar el ADN
durante el proceso de apoptosis. En el desarrollo del sistema nervioso central (SNC), alrededor
de la mitad de las células mueren, (Oppenheim et al., 1991; Mooney et al., 2000). Las neuronas
que mueren durante el desarrollo del SNC presentan signos de muerte por apoptosis y este tipo
de muerte es un importante mecanismo que determinará el tamaño y forma del SNC (Chia
et al., 2000).
III.- Las hormonas gonadales activan la conducta sexual mediante un efecto local en las
estructuras del sistema nervioso. Esta acción se realiza como parte del funcionamiento normal
de las neuronas y modula la interacción entre ellas. Ello, de hecho, supone la interacción entre
las hormonas gonadales y los neurotransmisores que actúan como mediadores químicos en la
329
comunicación interneuronal. Existen evidencias que sugieren que los neurotransmisores podrían
participar en el desarrollo de las diferencias sexuales del SNC, ya que la administración prenatal
de drogas que afectan sistemas adrenérgicos, colinérgicos, serotoninérgicos, dopaminérgicos
(Döhler et al., 1991) y gabaérgicos (Segovia et al., 1991). Son capaces de modificar el desarrollo
de las diferencias sexuales en el cerebro y de las conductas reproductivas. Se han encontrado
diferencias entre los sexos en cuanto al contenido de neurotransmisores y de la actividad
enzimática en los sistemas serotoninérgico, dopaminérgico, colinérgico (De Vries et al., 1984),
así como en el número de sus receptores (Segovia et al., 1991, Avissar et al., 1981; Orensanz et
al., 1983) y de algunos sistemas enzimàticos relacionados con estrés oxidativo (Herrera et al.,
2006). Este dimorfismo encontrado en animales adultos no sólo indica un dimorfismo sexual
funcional, sino también un posible dimorfismo estructural en los núcleos que sintetizan estos
neurotransmisores y en los patrones de distribución de las fibras que los liberan.
IV.- Durante el desarrollo del SNC, se genera un número excesivo de neuronas, siendo
selectivamente eliminadas las que no establecen correctamente sus conexiones (Oppenheim,
1991). Durante la diferenciación sexual del hipotálamo, la muerte celular reduce a la mitad
el número de neuronas que se generaron durante las etapas tempranas de la neurogénesis.
Se piensa que esta pérdida sirve para afinar la función neuronal y parece estar asociada
con un incremento en la especialización de las funciones cerebrales en diferentes regiones
del cerebro. La apoptosis es esencial para el desarrollo y mantenimiento de los organismos
multicelulares, y ocurre de manera natural durante el desarrollo del SNC. De acuerdo con la
teoría trófica, los factores tróficos producidos en las células diana protegen las proyecciones
neuronales de la muerte celular programada (Oppenheim, 1991). En este sentido, las neuronas
necesitan de una serie de factores de crecimiento para sobrevivir. Se han descrito muchos
posibles factores de crecimiento, siendo los más conocidos el factor de crecimiento nervioso
(NGF), el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), neurotrofina (NT-3) y el factor
de crecimiento insulínico del tipo 1 (IGI-1) (Díaz-Horta et al., 2002), los cuales promueven la
proliferación y diferenciación celular. Estos factores de crecimiento se encuentran en el SNC
en concentraciones muy bajas, con estos niveles las neuronas tienen que competir entre sí por
ellos y al no conseguirlos mueren por apoptosis. La muerte de las neuronas presinápticas puede
servir para una variedad de funciones biológicas entre las cuáles se puede incluir la regulación
poblacional de células neurales precursoras que son necesarias para la propia morfogénesis
cerebral, seleccionando las poblaciones regionales apropiadas y/o los fenotipos neuronales
específicos, y eliminando las células con anormalidades genéticas (Herrera et al., 2006).
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333
Introducción
Figura 1. Disciplinas científicas relacionadas con liberación de fármacos.
Actualmente existen dos métodos para mejorar la acción de los fármacos (Virginia, 2003):
Liberación controlada, que trata de eliminar o reducir los efectos secundarios produciendo una
concentración terapéutica del fármaco que sea estable en el organismo. Se trata de alcanzar
una cinética de liberación de orden cero y no suelen existir cambios en la concentración del
fármaco en el organismo (comparándolo con los cambios intermitentes de concentración en
las dosificaciones convencionales).
Liberación dirigida hacia lugares específicos, que trata de asegurar que el fármaco es liberado
en el lugar requerido y al mismo tiempo mantiene el fármaco inactivo en cualquier otro lugar
del organismo.
La aplicación más frecuente en la actualidad de estos sistemas está dada por el recubrimiento
eficaz del medicamento con un material adecuado, con lo que se consigue no solo una sección
gradual y sostenida sino una liberación que se produzca a modo de pulso a determinados pH.
También se puede conseguir la reducción del efecto directo irritante causado por algunos
medicamentos en la mucosa gástrica, mediante el recubrimiento del principio activo con un
material no soluble al pH gástrico.
Reducción del efecto gástrico irritante, causado por algunos medicamentos en la mucosa
gástrica: El ejemplo más ilustrativo lo representa, de modo general, los medicamentos
de carácter ácido, de los cuales un caso singular es la aspirina. El recubrimiento de estos
medicamentos con un material no soluble al pH gástrico ha permitido reducir sensiblemente
la irritación gástrica causada por los mismos.
Enmascaramiento del olor y del sabor del medicamento: Es importante para mejorar la
aceptación por parte del paciente y se utiliza en medicamentos con características organolépticas
indeseables. Este recubrimiento se puede llevar a cabo para formas farmacéuticas sólidas como
son los comprimidos, sin embargo, en el caso de formulaciones pediátricas, es más deseable
disponer de formas líquidas constituidas por una suspensión de microparticulas, para lo cual se
ha de recurrir a la microencapsulación.
Conseguir una liberación sostenida o controlada del principio activo a partir de la forma
farmacéutica: Con esto se logra un suministro gradual y sostenido del principio activo durante
el tiempo de duración del tratamiento, lográndose mejor efectividad y asimilación del mismo.
336
Los materiales poliméricos permiten liberar de forma controlada fármacos de bajo peso
molecular y permiten una gran variedad de rutas de administración (oral, parenteral,
transdermal, nasal, ocular, etc.). En casos en los que la actividad de los fármacos convencionales
se pierde o se ve disminuida en el medio corporal, la combinación con macromoléculas puede
mejorar la eficacia de estos fármacos, aliviando la respuesta inmunológica del paciente y
reduciendo la inactivación biológica del agente terapéutico (Nakamura, 2004).
Se puede entonces resumir las categorías de los sistemas de suministro mediante liberación no
inmediata de la siguiente forma:
1. LIBERACIÓN RETARDADA: Utilizan emisiones intermitentes y repetidas de la droga
a partir de una o más unidades de liberación inmediata incorporadas en una sola forma
posológica.
2. LIBERACIÓN SOSTENIDA: Comprende todo sistema de suministro de drogas que
produzca su liberación lenta por un período prolongado.
a) Liberación controlada: Se mantiene un nivel constante de la droga en la sangre o en los
tejidos de destino.
b) liberación prolongada: Prolonga la duración de la acción en comparación con el
suministro convencional.
3. LIBERACIÓN ESPECÍFICA EN UN SITIO
4. LIBERACIÓN EN EL RECEPTOR
Economía.
Si se presentan reacciones adversas éstas duran más tiempo que si se compara con los
medicamentos convencionales.
No todos los p.a pueden ser empleados en estos sistemas (t1/2 elevados, dosis muy elevadas).
Diseño con parámetros farmacocinéticos medios poblacionales.
Peligro de liberación brusca de todo el contenido.
337
Los medicamentos cuyas dosis terapéuticas sean muy altas traerían dificultades técnicas a la
hora de la elaboración.
Los fármacos que presenten tiempos de vida media muy prolongados (>12 horas) o muy
pequeños (<1 hora), no son apropiados para su inclusión en este tipo de preparado.
Los fármacos pueden administrarse por varias vías. Se pueden ingerir (vía oral) o inyectar en una
vena (vía intravenosa), en un músculo (vía intramuscular) o debajo de la piel (vía subcutánea).
Se pueden colocar debajo de la lengua (vía sublingual), introducir en el recto (vía rectal), instilar
en el ojo (vía ocular), vaporizar en las fosas nasales (vía nasal) o en la boca (inhalación), o
bien aplicar sobre la piel con efecto local (tópico) o sistémico (transdérmico). Estas vías de
administración tienen objetivos específicos, así como ventajas y desventajas (Deasey, 1996).
Administración
Los fármacos administrados por vía oral se absorben en el tracto gastrointestinal. La absorción
comienza en la boca y el estómago pero se efectúa principalmente en el intestino delgado
(Bakan,1973). Para llegar a la circulación general, el fármaco debe primero atravesar la pared
intestinal y luego el hígado. La pared intestinal y el hígado alteran químicamente (metabolizan)
muchos fármacos, disminuyendo la cantidad absorbida.
Algunos fármacos administrados por vía oral irritan el tracto gastrointestinal y pueden dañar
el revestimiento del estómago y del intestino delgado, favoreciendo así el desarrollo de úlceras,
como, por ejemplo, la aspirina y muchos otros antinflamatorios no esteroideos. La absorción de
ciertos fármacos en el tracto gastrointestinal puede ser limitada o irregular, o pueden destruirse
en el estómago por el medio ácido y las enzimas digestivas. A pesar de estas limitaciones, la vía
oral se usa más que las otras vías de administración de fármacos. Las demás vías se reservan
generalmente para los casos en que un individuo no pueda ingerir nada por vía oral o cuando
un fármaco tiene que ser administrado con rapidez, a dosis muy precisa, o cuando se trata de
un fármaco cuya absorción es limitada e irregular.
Absorción
338
ABSORCION DE UN FARMACO
1. Paso al tubo digestivo por el esófago.
2. Disolución del medicamento en pequeñas partículas.
3. Absorción, que puede tener lugar a nivel del estómago, pero que se lleva a cabo
principalmente en el intestino.
Figura 2. Pasos de Absorción del Figura 3. Principales Tejidos que inter-
fármaco. viene en la Absorción del fármaco.
Una vez absorbido a nivel de la circulación sanguínea el fármaco circula a través del cuerpo, y
penetra en los diferentes tejidos. El metabolismo de los fármacos se lleva a cabo principalmente
en el hígado.
A pesar de ser administrado a una misma dosis, los efectos del fármaco podrían variar de
un producto farmacéutico a otro. Los productos farmacéuticos son bioequivalentes cuando
contienen el mismo principio activo y cuando se obtienen los mismos valores del fármaco en
la sangre.
339
Algunos productos farmacéuticos están especialmente formulados para liberar sus principios
activos lentamente, en general al cabo de 12 horas o más. Estas formas de liberación controlada
retrasan la proporción en que se disuelve un fármaco. Por ejemplo, pueden revestirse las
partículas del fármaco contenidas en una cápsula con un polímero (una sustancia química) de
grosor variable. El diseño de este polímero permite su disolución en el tracto gastrointestinal
en distintos momentos.
El material de protección (entérico) que reviste algunos comprimidos y cápsulas está destinado
a prevenir los daños que puedan causar las sustancias irritantes (como la aspirina) en el
revestimiento del estómago; también evita que las sustancias se descompongan en el medio
ácido del estómago. La disolución de este material empieza cuando entra en contacto con
un medio menos ácido o con las enzimas digestivas del intestino delgado. Dado que este
revestimiento protector no siempre se disuelve, son muchas las personas (especialmente las de
edad avanzada) que eliminan en las heces los productos farmacéuticos todavía intactos.
Distribución
El fármaco circula rápidamente por todo el organismo una vez absorbido en la sangre, debido
a que el tiempo promedio de la circulación de la sangre es de un minuto. Sin embargo, es
posible que el fármaco se mueva con lentitud desde la sangre hasta los tejidos del organismo
(Kibbe, 2000).
Eliminación
Los fármacos son metabolizados o bien eliminados intactos. El metabolismo es el proceso químico
por medio del cual el organismo altera un fármaco. El hígado es el principal, pero no el único
lugar del organismo donde se metabolizan los fármacos. Los productos del metabolismo, los
metabolitos, pueden ser inactivos o bien, por el contrario, pueden tener una acción terapéutica
o una toxicidad similar o distinta a la del fármaco original. Los denominados profármacos son
340
los fármacos que se administran en forma inactiva. Los metabolitos de estos profár-macos son
activos y cumplen con el efecto deseado. Luego se eliminan (principalmente en la orina o las
heces) o bien son convertidos en otros metabolitos que finalmente son excretados.
Los fármacos se excretan principalmente por la orina. El hígado también excreta algunos
fármacos a través de la bilis, conducida por el conducto colédoco hacia el intestino, para ser
eliminada finalmente con las materias fecales.
Figura 5. Eliminación del Fár- Figura 4. Eliminación del fár-
maco como materias fecales. marco por la orina.
Los riñones filtran los fármacos de la sangre y los excretan en la orina, pero existen muchos
factores que afectan a la capacidad de excreción de los riñones. Un fármaco o un metabolito
debe ser soluble en agua y no estar demasiado unido a las proteínas del plasma. La acidez
de la orina afecta la proporción en que se excretan algunos fármacos ácidos o alcalinos. La
capacidad de los riñones para excretar fármacos depende también del flujo de orina, del flujo
de sangre a través de los riñones y del estado de éstos.
A través de la bilis, el hígado excreta algunos fármacos que a su vez penetran en el tracto
gastrointestinal y terminan en las heces, en caso de no ser reabsorbidos en la sangre ni
descompuestos. Pequeñas cantidades de algunos fármacos también se eliminan en la saliva, el
sudor, la leche materna y el aire espirado.
341
porción liberada debido a su permeabilidad específica. El principio activo puede existir dentro
del reservorio en forma sólida, suspensión o solución (Aso,1994).
342
2-Sistema Osmótico
3-Sistemas matriciales
En estos sistemas el reservorio del fármaco está preparado por una dispersión homogénea de
partículas de la droga en una matriz polimérica que controla la porción liberada, la cual está
elaborada con polímeros lipofílicos, hidrofílicos o plásticos (Singh, 1998).
343
Matrices lipídicas
Ejemplos de polímeros lipídicos: cera de carnauba, cera de castor, alcohol estearílico, ácido esteárico,
alcohol cetílico, monoestearato de polietilenglicol y triglicéridos entre otros (Chiang, 2003).
Matrices Hidrofílicas
Matrices Hidrófilas
• Con elevada proporción de sustancias hidrófilas gelificables: ejemplo, carbopol, éteres
de celulosa
• Secuencia
Fármaco superficial se cede con rapidez
Formación de una capa de gel alrededor del comprimido
Difusión del fármaco en la capa del gel
Disolución progresiva del gel y gelificación de nuevas capas
• Sustancias solubles: incrementan velocidad de cesión (por formar canalículos (lactosa,
manitol)
• Sustancias insolubles: disminuyen la velocidad de cesión por dar mayor consistencia al
comprimido (fosfato cálcico, silicatos)
• Variantes :
B. Multicapa
Capas de carboximetilcelulosa con el fármaco + capas de carboximetilcelulosa reticulada
(es insoluble). En el tracto gastrointestinal las capas reticuladas gelifican y se hinchan
formando una membrana coloidal que regula la cesión del principio activo
C. Bioadhesivos:
Polímeros bioadhesivos
• Molécula flexible
• Con numerosos grupos hidrofílicos
344
(Shozo, 1999)
Matrices inertes
Fundamento: Este tipo de sistema está constituido por algún tipo de polímero inerte que es
mezclado íntimamente con el principio activo, no interactuando con los fluidos biológicos.
Las formas farmacéuticas más empleadas son las sólidas y específicamente las tabletas. En el
comprimido, además del polímero plástico y los principios activos, se utilizan coadyuvantes
especiales denominados acanalantes o canalizadores, que son sustancias muy solubles en agua
que al disolverse, aumentan la porosidad de la matriz permitiendo que el líquido penetre y
promueva la salida del fármaco desde el interior de la misma (Katstra, 2000).
Algunos de los productos utilizados para la fabricación de matrices inertes son: polietileno,
etilcelulosa, cloruro de polivinilo, siliconas, copolímeros acrílicos, poliamida, copolímeros de
acetato y de cloruro de vinilo, entre otros. (Ngo, 1997)
Son dispositivos que ceden el principio activo de modo continuo en una cantidad fija
predeterminada (orden cero) durante un periodo de tiempo fijo.
345
Sistemas Transdérmicos
Uso Ocular
Uso Uterino
Referencias
346
347
Un nuevo elemento hace esta relación ciencia –universidad más compleja: los sistemas de
información actuales que junto con los avances de los instrumentos va dirigiendo la investigación
científica y tecnológica por derroteros de competencia sin parangón, ni referente histórico
comparable como se puede ver en el cuadro, el crecimiento de la información en cualquier
rubro de la ciencia es astronómico
y mantenerse en la línea de competencia es buena parte de
la labor de los científicos; hay además historia, la ciencia se desarrolla desde caminos variados
y distintos unos de otros; esto significa que el grado de avance de la ciencia por sí misma y en
los centros educativos depende en alto grado de las condiciones sociales en que el complejo
ciencia-universidad se desarrolle; condición de subdesarrollo es necesariamente subdesarrollo
de la ciencia; en estos casos la actividad científica llega a tener
tintes de heroísmo. Genoma 1,030,000
Ecology 38,500,000
Cuando se quiere impulsar la ciencia, se encuentra que no hay
políticas públicas o bien éstas no son las adecuadas para renovar Bioquímica 1,220,000
e impulsar proyectos científicos; entonces, la actividad científica
carece de base social y no tiene peso ni reconocimiento. Biochemistry 19,900,000
Las carreras científicas son desconocidas por la inmensa mayoría Taxonomía 361,000
de los estudiantes; sólo después de la enseñanza media superior se
orientan algunas vocaciones hacia la ciencia y ocurre en el sistema Taxonomy 13,900,000
educativo estatal y con menos frecuencia en los sistemas privados.
Es clara la relación entre ciencia, tecnología y progreso, los ejemplos son variados pero por
brevedad y sentido de este trabajo se limitarán a tres que llaman la atención: E.U.A., Kenia y
Japón. En el primer caso, en el año de 1996 se definieron por la Academia de Ciencias de los
E.U.A. los estándares de la educación para la ciencia, fijando los estándares para los diferentes
niveles de educación de los contenidos mínimos para los profesores y para los alumnos, lo
que significó al mismo tiempo de un impulso a programas que privilegiaron en la ciencia una
homogeneidad de contenidos y prácticas; se especificaron no sólo lo ya mencionado sino se
dio preferencia a las actitudes y se impulsó de manera determinante la carrera docente de las
ciencias, con lo cual los profesores lograron especializarse en enseñanza de la ciencia y en la
investigación docente sobre la efectividad de los programas que pasan a ser nacionales. Los
estándares son parte de una política pública nacional y los efectos se notan a corto y mediano
plazo; es evidente la influencia que el sistema social tiene a través de sus representantes y como
se refleja esto en presupuestos y empleos públicos y privados relacionados con la actividad
científica y tecnológica; los estándares no sólo comprenden la actividad científica en sí, sino la
historia y sociología de la ciencia: por ello la generación de personas dedicadas a la ciencia no es
un hecho fuera del contexto académico sino que impacta en otras áreas del conocimiento, con
lo cual se logra una cohesión que no descuida el entorno escolar ni el social; este movimiento
va relacionado con la producción de manuales y textos especializados en los variados aspectos
de estos programas. El resultado pleno se verá en unos años en el aumento de las personas
dedicadas a la actividad científica y se podrá medir en el aumento de la productividad científica
y tecnológica.
En otra escala pero siguiendo la línea de países más avanzados está el caso de Kenia. Las
políticas gubernamentales han privilegiado la ciencia en dos sentidos: uno como formador
de personal de alto nivel y competitividad y el otro dirigido hacia una apropiación de teorías
universales en el contexto de su realidad; desde la enseñanza pre-primaria se inician conceptos
generales y más bien difusos sobre algunas nociones científicas, en este nivel el papel del
maestro es determinante y claro, si no formalmente, al menos en las prácticas escolares se
impulsan actividades de interrogación que conducen a ideas precientíficas.
En la escuela primaria, los conceptos del nivel anterior se exploran de manera menos informal,
son al menos 12 unidades por año en los tres primeros años de la primaria, en los siguientes
tres años son 7 unidades por año, en este nivel, son menos pero son más profundas tanto en
énfasis como en profundidad.
350
En los niveles de maestría y doctorado cada una de las ciencias se subdivide en especialidades
como, biología molecular, genética, endocrinología, etc. Hay que hacer notar, revisando
cuidadosamente sus planes y programas de estudio, que no se quedan solamente en descripciones
de materias sino que se dirigen a los fundamentos experimentales más que a los descriptivos.
En el caso de Japón es evidente la relación entre ciencia y sistema educativo. El avance indiscutible
se proyecta en ciencia y tecnología de primer nivel: un ejemplo de ello es la Universidad de
Tsukuba, donde en sus institutos se investigan desde problemas educativos hasta problemas
de plasmas, pasando por nanotecnología, cultivo de tejidos vegetales y animales, ecosistemas
marítimos y terrestres, etc. No es la única institución que lleva a cabo esto, pero es notorio
por la gran concentración de científicos y tecnólogos concentrados ahí. El nivel científico y
tecnológico japonés se debe entre otras cosas a un sistema social que respeta, promueve y
privilegia la actividad científica. Esta Universidad es única en muchos aspectos: a diferencia
de otras, la educación general no graduada está organizada de acuerdo a grupos de colegios
que proveen un apoyo muy variado de actividades extracurriculares para estudiantes dentro y
fuera del campus universitario; esto incluye actividades científicas como parte fundamental del
conglomerado de actividades formativas ligadas a la investigación científica; ésta tiene entonces
una gran prioridad y una difusión que rompe con las líneas tradicionales tanto de divulgación
como de iniciación en las ciencias cubriendo un amplio espectro de campos académicos, en
los cuales se realiza investigación y docencia de alta calidad; la actividad docente está ligada
de manera determinante con las instituciones de investigación localizadas en la Ciudad de la
Investigación de Tsukuba. En cada estamento de la Universidad de Tsukuba se encuentran los
planes y programas de estudio con laboratorios dentro y fuera de la universidad con el personal
y el equipamiento técnico idóneo para la docencia e investigación de alto desempeño; de esta
forma recluta a los alumnos con vocación, excelencia y talento y sobre todo interés en un campo
de la ciencia y la tecnología. Por ejemplo, el Colegio de Ciencias de la Ingeniería, con énfasis en
la Ingeniería Molecular y de Materiales donde cubren temas como los polímeros dieléctricos,
nuevos materiales como los orgánicos magnéticos, el desarrollo de catalizadores para convertir
bióxido de carbono en metanol, desarrollo de nuevas cerámicas para la superconductividad de
alta temperatura, etc.
Para esto, cuenta con el apoyo de al menos trece laboratorios de alto nivel que apoyan la labor
de los docentes y proveen de técnicas y materiales de punta a los alumnos teniendo como
consecuencia un nivel de competitividad muy alto.
¿Por qué hacer estas descripciones y como se asocian a nuestra situación? En primer lugar
porque el curso nos ha orientado y demostrado el nivel que tenemos en este momento y también
la forma de superar el nivel y arribar a un estrato verdaderamente universitario; en segundo
351
lugar para hacer una historia que refleje el camino seguido por la ciencia en la UAM-X y lo que
se espera ocurra en los próximos años; por ello se hará a continuación una reseña del camino
seguido al menos en E.U.A., donde nuestra dependencia de todos tipos es mayor, incluyendo
por supuesto la científica. Editado por P. Handler, se publicó en 1970 una obra denominada
BIOLOGY AN THE FUTURE OF MAN en ella la Academia de Ciencias de los Estados Unidos
de América fijaba con precisión las líneas de acción y los campos prioritarios de la ciencia para
ese momento; en esa época tenía importancia primordial la Biología Molecular, sobre todo en
los aspectos de función de ADN/ARN, información genética, naturaleza de ella, duplicación,
etc. Al mismo tiempo se fijaron las metas a corto y largo plazo, entre las primeras estaban las
de comprender a fondo los mecanismos y procesos de función de los genes, como operan con
precisión cuando se habla de enzimas y como es la programación de las funciones celulares
desde el ADN.
En las líneas de acción de largo plazo estaban entre otras las de la comprensión del papel del
ADN y la síntesis de proteínas en el desarrollo de organismos multicelulares. Bajo esta premisa de
análisis se establece primero el campo de la ciencia sobre el cual se va a dar un mayor desarrollo
y enseguida se establecen las metas a lograrse en un plazo determinado; de esta manera se
expusieron los temas siguientes: materiales de la vida y sus transformaciones (proteínas, grasas,
carbohidratos), la célula como estructura fundamental de la vida comprendiendo todos los
aspectos de una biología celular incluyendo problemas de acción de los virus y la relación con
el cáncer.
Los orígenes de la vida, la biología del desarrollo, las funciones de tejidos y órganos, el sistema
nervioso, la biología del comportamiento, la ecología, la herencia y la evolución, la diversidad
de la vida, la computadoras digitales y las ciencias de la vida, la alimentación humana, la
ciencia y la práctica médica, los recursos naturales, la biología y el desarrollo tecnológico, la
salud ambiental y por último la biología y el futuro del hombre, nótese que en este tiempo no
se mencionan de manera directa la nanotecnología, las células troncales, o genoma.
En el año de 1989, se publicó la obra Opportunities in Biology por el National Research Council,
Comisión sobre las Ciencias de la Vida, en cuyo prefacio se aclara la diferencia con la obra
anterior, debida al enorme avance que mediaba entre las dos publicaciones y al problema toral
de la cantidad de información generada en esos años; la diferencia esencial es el énfasis. En
este caso se destaca de manera clara el valor de las nuevas tecnologías e instrumentaciones; sin
embargo, se vuelve a tocar el punto de la estructura y función molecular, en especial las nuevas
técnicas e instrumentaciones, en particular, la relación entre la estructura y función molecular
y la computación, que en la actualidad permite dilucidar una buena parte de los genomas de
los seres vivos incluyendo por supuesto el genoma humano. Al igual que en la obra anterior no
aparecen como prioritarios algunos de los temas de gran relevancia en la actualidad.
352
por resonancia magnética, la regulación genética, y las redes neuronales entre otras. De 10
capítulos, sólo 4 están dedicados específicamente a biología o a medicina, para este tiempo, se
han dedicado ya volúmenes especiales para cada capítulo de las ciencias actuales.
Esta revisión conduce a una pregunta: ¿Qué debemos enseñar? Aunque también ¿Qué
podemos enseñar? La información crece por horas y no es posible tener un panorama completo
excepto de algunas áreas reducidas y muy especializadas; además, hay que considerar el nivel
de desinformación de los alumnos: en ellos la idea de ciencia es algo deformado por los cursos
de enseñanza media, los cuales no reflejan desde ningún punto de vista el avance y nivel de las
ciencias actuales; por ello, el esfuerzo de llevar los temas avanzados de este curso representan
un reto a enfrentar. Al no ser posible cubrir la totalidad de los contenidos revisados, se puede
hacer una serie de propuestas sobre los temas y las carreras donde pueden tener mayor
trascendencia; esto constituye la segunda parte del ensayo, revisando de forma parcial a que
corresponderían del conocimiento actual en el mundo, como es comprensible, pueden variar
los criterios por lo que están sujetos a discusión todo el tiempo.
Las células troncales, (Bajaj,2002), como resultado de una conferencia internacional sobre líneas
emergentes en biotecnología, considera a las células troncales como una de las investigaciones
más prometedoras y apasionantes, como los elementos potenciales de tratamiento de
enfermedades como Parkinson, Alzheimer, diabetes, desórdenes cardiacos entre otras. En este
caso, la incorporación a las carreras de la Salud daría una visión diferente y más avanzada.
Es importante destacar como una gran posibilidad y avance, el trabajo con el ADN,
desde el desciframiento del genoma humano hasta la estructura y funciones de las
histonas y nucleosomas, relacionadas con la regulación epigenética de la expresión
génica. (Recillas, 2007).
353
En segundo lugar, en ese nivel no hay diferencia entre el nivel biótico y abiótico, de tal manera
que es posible, aplicar procedimientos biológicos a los procesos materiales, o interferir con
materiales en los cuerpos vivos.
En tercer lugar, cualquiera de los elementos químicos manipulados a nivel nano, despliega
propiedades físicas diferentes a las de una escala mayor.
Minakshi (2005), afirma que en los últimos años ha ocurrido una revolución científica
en la Biología; considera que las técnicas se han desarrollado para producir moléculas
medicinalmente valiosas, que podrían cambiar los rasgos hereditarios de plantas y animales,
diagnosticar enfermedades y curarlas a través de proteínas y polipéptidos formando un nuevo
grupo de drogas potentes o bien de vacunas inmunodiagnosticadas; de esas y otras maneras la
Biotecnología está teniendo un gran impacto en la salud, alimentación, agricultura e incluso
en la protección ambiental.
Agrega el uso potencial de estos arreglos, como enrejados de ADN que podrían contener
copias de grandes moléculas biológicas en arreglo ordenado para cristalografía de rayos-X y
con ello determinar su estructura, para a su vez hacer un diseño más racional de fármacos.
354
biológica, en este caso el ribosoma, considerando la forma en que el ribosoma junto con ARN
mensajero, traduce con precisión las ordenes del ADN, así, las máquinas moleculares naturales,
procesarían la información en el sentido en que Turing pensó la máquina programable, quien
guarda la información (ADN) y quien la interpreta y traduce (ARN) en forma de proteínas
(enzimas), pueden ser programables para proteínas más específicas con lo que se lograrían
fármacos de gran precisión y tal vez individualizados por enfermedad y persona.
Durante el curso hemos constatado al menos dos cosas: la primera es que en México, a pesar
del personal científico y académico con el que se cuenta, los presupuestos y las facilidades son
escasos, por lo que tratar de incorporar la información al campo de estudios profesionales o
de posgrado resulta casi imposible; la segunda tiene que ver con algunos elementos que se
dan hacia el interior de la institución: la dificultad de cambiar los planes y programas y la
velocidad a la que sería necesario hacerlo, para al menos saber de manera razonable cual es
la ubicación de los planes y programas; en el fondo debatimos otros aspectos de la educación.
La ciencia carece de un valor social, no hay políticas públicas claras de apoyo y desarrollo, se
piensa que las prioridades son otras y se relega a un plano inferior la actividad científica; al no
haber un reconocimiento y validación social, no hay tampoco una historia académica en los
estratos anteriores que apoyen la ciencia. Por esta razón las carreras de disciplinas científicas se
encuentran en una crisis de alumnado.
Para terminar es necesario hacer propuestas, además de expresar las ideas. Para esto y con
base en el curso y la literatura, comparándolas con los planes actuales en la D.C.B.S. de la
U.A.M.-X., se sugieren los temas que deberían formar parte de los diversos curricula y en los que
actualmente, aun teniendo a los profesores-investigadores, no están incorporados de manera
expresa; en el cuadro siguiente se plantean los contenidos que podrían ser incorporados y en
las carreras en las que al menos en una primera etapa actualizarían los planes y programas de
estudio. Los criterios de inicio serían entre otros, el estado actual de las carreras y los indicadores
los planes y programas, las facilidades, tanto para información como de laboratorios; con
base en el curso y la separación que se hizo en el programa, habría un énfasis variable según
la carrera, habría que agregar el tiempo en el que se llevaría a cabo y como se crearía y
conservaría un sistema de información permanente y de actualización docente para mantener
un nivel aceptable de comunicación.
A B C D E
Temas Microbiología Procesos Genética y Biomedicina Nutrición
Carreras y Ecología Celulares Genómica
Fundamentales
Biología xxx xxx xxxx xx xx
Medicina xxx xxx xxxxx xxxx xxx
M.V.Z.
xxxx xxxx xxxxx xx xxx
Q.F.B. xxxx xxxxx xxxxx xxxx xxxx
355
Las X, representan el énfasis de cada una de las divisiones y el impacto que tendrían en las
carreras de una, el menor a cinco el mayor.
La propuesta es, finalmente, incorporar primero en los profesores y luego en los planes y
programas de estudio, en cursos y seminarios permanentes, los contenidos actualizados, según
carrera y eventualmente posgrados de los avances de las ciencias en especial de las físicas y
naturales.
Referencias
Bajaj BS. (2002) Emerging trends in biotechnology-stem cells. Current Science, 83: 202-203.
Commission on Life Sciences (1989). Opportunities in Biology. Commision on Life Science,
National Academy Press. Washington, D. C.
Foladori G, Invernizzi N. (2006). La nanotecnología: una solución en busca de problemas.
Comercio Exterior 56 No.4: 326-334.
Greenwood A. (1992) Science at the Frontier. National Academy Press. Washington, D. C.
Handler P. (1970). Biology and the Future of Man Edited by Philip Handler. New York. Oxford
University Press.
Marshall A. (2000). Keeping track of the trends. Nature Biotechnology, 18, IT1.
Minaksi D. (2005). Recent trends in biotechnology. Current Science 88: 1030-1031.
Moghimi SM, Hunter AC, Murray C. Nanomedicine: current status and future prospects. The
FASEB Journal 19:311-330.
Recillas F. (2007). Epigenética y Epigenómica. (Conferencia) Curso: Impacto de las Nuevas
tecnologías de la Biología Molecular. UAM-X. D.C.B.S. Septiembre.
Shapiro E, Benenson Y. (2007) Bringing DNA computers to life. Scientific American 17: 41-47
Seeman NC. (2007). Nanotechnology and the double helix. Scientific American 17: 31-39
356
INSTITUCIONES PARTICIPANTES
PROCEDENCIA
Universidad de Habana
• Centro de Ingeniería e Investigaciones Químicas C, Habana, Cuba
357
PARTICIPANTE PROCEDENCIA
358
PARTICIPANTE PROCEDENCIA
359
PARTICIPANTE PROCEDENCIA
360
PARTICIPANTE PROCEDENCIA
Marisol López López. Prof. Titular C
Depto. de Sistemas Biológicos.
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Mayra A. Alvarez Lemus Investigadora en Ciencias Médicas b
Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía
“MVS”
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Mayra González Hurtado Investigadora Auxiliar
Centro de Ingeniería e Investigaciones
Químicas C, Habana, Cuba
Profesora Adjunta, Facultad de Química
Universidad de Habana
Nathalie Cabirol Profesor de Asignatura A
Departamento de Biología Celular
Facultad de Ciencias, UNAM
Instituto de Ingeniería, UNAM
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Oralia Nájera Medina Profesor Titular C
Departamento de Atención a la Salud
Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad
Xochimilco
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Rebeca García Macedo. Investigador Asociado D
Unidad de Investigación Médica en Bioquímica,
Hospital Especialidades,
IMSS Centro Medico Nacional sXXI.
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Román Espinosa Cervantes Prof. Titular C
Depto. Producción Agrícola y Animal
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
Sonia Recillas Gispert Instituto de Química de la UNAM
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Teresa Florencia López-Murillo Prof. Titular A
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
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