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Los jóvenes y la

democracia: retos
y perspectivas para
el ejercicio de su
ciudadanía* / Youth
and Democracy:
Challenges and
Perspectives for the
Achievement of
their Citizenship

* Recibido: 27 de febrero de 2014. Aceptado: 4 de abril de 2014.


TLA-MELAUA, revista de Ciencias Sociales. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México / ISSN: 1870-6916 / Nueva Época,
Año 8, No 37, octubre 2014 / marzo 2015, pp. 30-49.

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Oscar Antonio Jiménez Morales*

resumen abstract

El presente artículo aborda la proble- This article addresses the difficulties


mática que enfrentan algunos sectores that different youth sectors between
de jóvenes, entre 18 y 29 años, cuyo the ages of 18 to 29, whose citizenship
ejercicio de la ciudadanía se ve obsta- practices are hindered simply because
culizado cuando pertenecen a los es- they belong to a socially vulnerable
tratos de mayor vulnerabilidad social. strata. Such as: low education level,
Dichos estratos son la baja escolaridad, parenthood or pre-premature mater-
la paternidad o maternidad temprana, nity, despicable salaries, ethnic origin
bajos ingresos, origen étnico u orienta- or sexual orientation. Highest levels
ción sexual. Los altos niveles de discri- of discrimination that are still pre-
minación aún imperan en México; esto sent in Mexico; this has had negative
acarrea consecuencias negativas en los consequences in economic, political
planos económico, político y social: and social levels, violence, drug traf-
violencia, narcotráfico, migración, baja ficking, migration, hardly any political
participación política y abstencionismo participation and voter turnout, drug
electoral, drogadicción o alcoholismo, addiction or alcoholism, and a high
y en el alto número de jóvenes víctimas level of young victims being pimped.
del lenocinio.
keywords
palabras clave
Young people, Citizenship, Inte-
Jóvenes, ciudadanía, democracia inte- gral Democracy, Violence, Social
gral, violencia, vulnerabilidad social. vulnerability.

* Profesor investigador en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad


Autónoma de Puebla ( BUAP), México. (oscarantoniogob@hotmail.com)

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sumario 1. Introducción / 2. El modelo sectorial / 3. Democracia
societal y ciudadanía integral / 4. El sector de mayor vul-
nerabilidad social / 5. Baja escolaridad / 6. Orientación
sexual, origen étnico y madres solteras / 7. Efectos econó-
micos, políticos y sociales / 8. Conclusiones

1. Introducción

El objetivo general del presente artículo es describir, analizar y explicar las


problemáticas económicas, políticas y sociales que obstaculizan el ejercicio
de la ciudadanía en los jóvenes de los sectores más vulnerables de la socie-
dad mexicana.
Los jóvenes no son un grupo homogéneo. Los “jóvenes”, como concepto,
se encuentran en una categoría de análisis de contenido histórico, social,
económico y político. Dos de las variables demográficas más importantes de
este concepto son la edad y el género. Poseen características, metas, anhelos
e interacciones sociales diferentes; dependiendo de estas variables, los jóve-
nes asumen distintas maneras de percibir el mundo y de actuar sobre él.
Empero, además de todos estos criterios sociológicos, hemos de consi-
derar la trayectoria que los lleva al ejercicio de su ciudadanía en un sentido
amplio. Muchas de las veces, los sectores juveniles de mayor vulnerabilidad
social no encuentran un camino hacia el correcto ejercicio de su ciudadanía.
Este es el asunto que interesa tratar; para ello, formulo las siguientes
preguntas: ¿Qué atributos contiene el sector de las culturas juveniles más
vulnerable en términos sociales? ¿Cuáles son las repercusiones económicas,
políticas y sociales de estar en ese sector de alta vulnerabilidad social? ¿En
qué medida se ven afectadas las posibilidades de ejercer una ciudadanía
integral?

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Oscar Antonio Jiménez Morales |

Para contestar a estas preguntas, he distribuido el desarrollo del trabajo en


tres apartados. El primero de ellos, intitulado “El modelo sectorial”, consis-
tirá en la descripción del sector de jóvenes que interesa abordar; me ayudaré
de un esquema, construido a manera de intersecciones de subconjuntos,1
que pueda describir sus propiedades, atributos y características.
En el segundo, hablaré propiamente de la democracia societal y de la
ciudadanía integral como uno de los grandes objetivos e ideales que cual-
quier sociedad que se denomine o se haga llamar democrática pretenda
aspirar. Este ejercicio nos ubicaría en el análisis, y mostraría cuán lejos esta-
mos los mexicanos, sobre todo los jóvenes de nuestro país (y más aún, el
sector o sectores más vulnerables), de alcanzar una ciudadanía plena.
El tercer apartado estará constituido por la exposición del modelo. Dis-
cutiremos sobre los atributos del sector y los efectos sociales, económicos y
políticos que aquéllos pueden provocar: migración, violencia, baja o nula
participación política y el abstencionismo electoral, drogadicción, alcoho-
lismo y lenocinio.
Es de obligada mención que, a partir de la puesta en marcha de la deno-
minada “guerra contra el narcotráfico” (después llamada “lucha contra la
delincuencia”), emprendida por el entonces titular del Ejecutivo, Felipe Cal-
derón, el país se ha sumido en una espiral de violencia sin precedentes, en
la cual los jóvenes están directamente involucrados: como perpetradores y
como víctimas de todas las calamidades, inducidos por las cabezas de los
distintos cárteles del narcotráfico, así como de diversas organizaciones delin-
cuenciales en el país.
Esta situación ha potenciado al máximo la ya de por sí lamentable situa-
ción de los grupos vulnerables de jóvenes, cuyos cuerpos, desgraciadamente,
en la mayoría de los casos, acaban en fosas clandestinas.

1
Este modelo está construido a partir de reglas muy sencillas diseñadas a partir de la teoría de conjuntos
dentro de la ciencia formal de la matemática. A partir de un conjunto universo, se encontrarían diversos
subconjuntos que forman parte de él. Sin embargo, cuando éstos o parte de ellos se encuentran “trasla-
pados” entre sí, se forman las intersecciones. Una intersección contiene los atributos o propiedades de
los subconjuntos que se encuentran traslapados o interseccionados.

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| Los jóvenes y la democracia: retos y perspectivas para el ejercicio de su ciudadanía

Esquema 1. Modelo sectorial: Jóvenes entre 18 y 29 años con escolaridad e


ingresos bajos y con paternidad o maternidad tempranas.

Efectos:
Conjunto
Universo (U):
Ciudadanos
mexicanos Migración

A Violencia

Baja participación

B E C política

Abstencionismo
electoral
D
Drogadicción y
alcoholismo

Narcotráfico

Lenocinio

A Jóvenes entre 18 y 29 años D Bajos ingresos

B Baja escolaridad E Intersección:


A, B, C, D

C Paternidad o maternidad tempranas

2. El modelo sectorial

Como he expuesto en la introducción de este artículo, el modelo del sector


de jóvenes fue construido a manera de intersección de subconjuntos de la
población mexicana (véase esquema 1). El conjunto universo es el total de la
población mexicana.
El subconjunto (A) estaría conformado por jóvenes dentro del rango
de 18 a 29 años. Los límites tanto inferior como superior están pensados

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arbitrariamente, puesto que las personas de 14 o 15 años en adelante podrían


considerarse como jóvenes; sin embargo, decidí comenzar en la edad de
18 años, toda vez que es la edad en la que la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos determina que un connacional puede ejercer
uno de sus derechos cívicos y políticos: el voto.
Ahora bien, el subconjunto (B) estaría conformado por los mexicanos
de baja escolaridad2 cuya intersección con el subconjunto (A) daría como
resultado a los jóvenes dentro del rango de 18 a 29 años que registran baja
escolaridad.
El subconjunto (C), por su parte, estaría conformado por los mexicanos
que presentan paternidad o maternidad tempranas, cuya intersección con
los anteriores subconjuntos daría como resultado a los jóvenes entre 18 y 29
años con baja escolaridad y que además tienen hijos; la situación se com-
plica aún más cuando al atributo “madres” se le agrega el de “solteras”.
El siguiente subconjunto, (D), estaría conformado por los mexicanos de
bajos ingresos3 cuya intersección con los subconjuntos (A), (B) y (C) daría
como resultado el subconjunto focal, es decir, la intersección (E), la cual
estaría conformada por los mexicanos dentro del rango entre 18 y 29 años
con escolaridad e ingresos bajos y con paternidad o maternidad tempranas;
dicha intersección conformaría el sector de los jóvenes de mayor vulnerabi-
lidad social.4
Ahora bien, ya que he descrito en forma sucinta el modelo en cuestión,
expondré la cuestión sobre democracia societal y ciudadanía integral, la
cual es una de las grandes carencias de la sociedad mexicana.

3. Democracia societal y ciudadanía integral

La democracia societal5 no se limita a las consideraciones electorales o pro-


cedimentales o a los aspectos referentes a un concepto de democracia mera-
mente formal; además, toma en cuenta aspectos económicos, sociales, polí-
ticos no electorales, y culturales, que enriquecen el concepto. Se erige como
un ideal que cualquier sociedad “democrática” debiera pretender alcanzar.

2
Por baja escolaridad entiendo a aquellos jóvenes que aún teniendo secundaria, se pueden considerar
como rezagados en comparación con el resto de la sociedad: aquellos mexicanos que no tienen primaria
terminada o que sólo tienen primaria, o que tienen estudios de secundaria incompletos.
3
Entiendo por “mexicanos de bajos ingresos” a aquellos connacionales cuyo nivel de ingreso no alcanza
para cubrir las necesidades materiales mínimas que necesitan para vivir.
4
El asunto de la vulnerabilidad social será discutido en apartados posteriores; además, analizaremos al
objeto de estudio, si añadiéramos tres atributos más: origen étnico, orientación sexual y (en el caso de la
maternidad temprana) estado civil.
5
El adjetivo societal se ha utilizado por diversos científicos sociales para referirse a un plano más gene-
ral en donde no sólo se inscribe la esfera social sino también la económica y la política.

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| Los jóvenes y la democracia: retos y perspectivas para el ejercicio de su ciudadanía

La democracia, más allá de un régimen o forma de gobierno, es una


forma de vida en donde se ponen de relieve los valores más altos en el sen-
tido humano.
Así, la democracia, en su concepción extensa (societal o integral), no
minimalista, tiene que ver con la defensa del Estado de derecho, la división
efectiva de poderes, el voto universal, la celebración de comicios periódi-
cos, la competencia efectiva entre partidos políticos; con la defensa insti-
tucional de los derechos humanos; con la libertad de expresión, opinión,
pensamiento, conciencia, religión, asociación y reuniones pacíficas; con el
derecho a la libertad de investigar y de recibir y difundir informaciones e
ideas por cualquier medio de expresión.
Tiene que ver también con la participación política (no sólo electoral)
activa de la ciudadanía y con la transparencia de la gestión pública; además,
este ideal democrático tiene que ver con el respeto a las diferencias étnicas,
religiosas, de género, de orientación sexual e ideológicas; sin pasar por alto
que la democracia, en total sentido, tiene que ver con el acceso a niveles
mínimos de bienestar socioeconómico, pues los valores de igualdad, libertad
y justicia no se remiten sólo al ámbito político.
La democracia implica, establece George Sabine, una concepción del
ser humano y de la construcción de la ciudadanía integral. En este tenor, el
gran ideal de una sociedad que se precie de tener un régimen democrático y
que desee democracia en todos los ámbitos, deberá aspirar a ese gran ideal
denominado democracia societal: deberá aspirar a alcanzar la ciudadanía
integral en donde se integran la civil, la política, y la social (esta última con
un factor económico muy importante). La ciudadanía es la condición de
pertenencia y participación en la politeia u organización política, donde se
integran los miembros de la sociedad.6
Más allá de su plasmación en el derecho positivo de las modernas demo-
cracias, la ciudadanía hace referencia a un conjunto de prácticas y usos que
otorga la cualidad de componentes activos a los individuos en su comunidad
de referencia. En este sentido, la ciudadanía es, principalmente, un estatus
conformado por el acceso a los recursos básicos para el ejercicio de los dere-
chos y deberes. La no discriminación7 en el acceso a esos recursos constituye
una de las condiciones necesarias de la ciudadanía.

6
Tal concepto hunde sus raíces etimológicas en la antigua polis griega. En la historia social subsiguiente
y, con carácter general, se ha identificado a la politeia con el conjunto de instituciones políticas de la
sociedad; su uso no debe hacerse necesariamente sinónimo de Estado en su sentido moderno, el cual
corresponde a una fase relativamente reciente del devenir de la humanidad. SABINE, George, Historia de
la teoría política, Madrid, España, FCE , 1945.
7
Entendemos por discriminación, la situación en la cual, por prejuicios, se le da un trato desfavorable a
una persona o grupo de personas, generalmente por pertenecer a una categoría social específica.

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Oscar Antonio Jiménez Morales |

Caso contrario, los titulares de los derechos permanecerían en una situa-


ción de precariedad, expresada como déficit de la ciudadanía. Un hito en
la articulación del moderno concepto de ciudadanía, que atañe a su dimen-
sión social, es el del pensador británico Thomas Henry Marshall, emitido
en 1949. Marshall tenía la preocupación por teorizar la evolución de la
ciudadanía en las sociedades capitalistas como una marcha hacia la igual-
dad social; distinguía tres ciclos históricos con sus correspondientes factores
constitutivos:8

• Un factor civil integrado por las capacidades de ejercicio de las liber-


tades individuales fundamentales relativas a la vida y al desarrollo
integral de las personas, de expresión y pensamiento, y a las más tan-
gibles de propiedad, contractuales y de sometimiento a los tribunales
de justicia;
• Un factor político compuesto por los recursos de participación demo-
crática que competen a las franquicias de elección y mecanismos de
representación en la legitimación de la autoridad y el poder político.
Por consiguiente, los individuos adquieren su estatus político ciuda-
dano como electores y elegidos;
• Un factor social garantizador de las aspiraciones a una vida digna
y al bienestar social de los individuos, con acceso al trabajo remu-
nerado y a la previsión social en situaciones de riesgo; tal estadio
correspondería a la consecución de unos estándares de vida básicos
legitimados por el conjunto de la ciudadanía.

José Antonio Ocampo9 entiende por ciudadanía social la extensión efec-


tiva de los derechos humanos, en su doble dimensión de derechos civiles y
políticos, que garantiza la autonomía individual frente al poder del Estado
y la participación en las decisiones públicas, y de los derechos económicos,
sociales y culturales que responden a valores de igualdad, solidaridad y no
discriminación. La ciudadanía social se refiere a aquellos aspectos de la
vida de los ciudadanos que afectan el potencial para desarrollar sus capa-
cidades básicas.
Los derechos a la salud y a la educación son considerados componentes
básicos de la ciudadanía social. A su vez, la falta de empleo, la pobreza y
la desigualdad han sido ampliamente reconocidas como aspectos que obs-
taculizan la integración de los individuos en la sociedad. En condiciones de
extrema pobreza y desigualdad, se dificulta la efectividad de un presupuesto

8
M ARSHALL , Thomas, Ciudadanía y clase social, Madrid, España, Alianza, 1998.
9
OCAMPO, José Antonio, “Economía y democracia “, en La democracia en América Latina, hacia una de-
mocracia de ciudadanas y ciudadanos, Buenos Aires, Argentina, Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo ( PNUD), 2004.

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| Los jóvenes y la democracia: retos y perspectivas para el ejercicio de su ciudadanía

clave ideal de la democracia: que los individuos son ciudadanos plenos que
actúan en una esfera pública donde se relacionan en condiciones iguales.
En la medida que la ciudadanía social contiene un componente económico,
el empleo10 constituye para la mayoría de la población un pilar básico de su
ciudadanía.
El trabajo es la forma en que los ciudadanos aportan a la producción de
la sociedad y por la cual se hacen de medios que les permiten gozar de sus
derechos.11
Si bien los derechos civiles y políticos, así como los derechos económicos,
sociales y culturales se rigen por estatutos jurídicos diversos en cuanto a su
carácter, exigibilidad y mecanismos de protección, todos forman parte de los
derechos fundamentales de las personas, reconocidos en las declaraciones y
convenciones internacionales correspondientes.
De esta manera, si no se logran avances respecto a los derechos econó-
micos, sociales y culturales, los derechos cívicos y políticos (tan difícilmente
alcanzados en México y en muchos países latinoamericanos), tienden a per-
der sentido para los sectores con menores recursos. Esto es de suma impor-
tancia para entender la relación entre democracia societal, ciudadanía social
y el asunto que estamos analizando como punto focal de este artículo.

Esquema 2. Ciudadanía integral y sus dimensiones

Fuente: Elaboración propia.

10
El empleo debe estar bien remunerado y cubrir las necesidades básicas. En México y en muchos otros
países, existe un gran sector de la población cuyo salario no cumple este requisito. Basta analizar los
efectos negativos que, en la economía de muchos sectores de la sociedad mexicana, causaría la posible
aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas que ciertos grupos legislativos
pretenden aprobar muy probablemente en los primeros meses de 2013.
11
La situación del empleo ha desmejorado y los niveles de desigualdad se han incrementado considera-
blemente durante el sexenio de Felipe Calderón.

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Oscar Antonio Jiménez Morales |

Existe una relación bidireccional entre ciudadanía integral y desarro-


llo humano,12 puesto que el reforzamiento de la primera implica elevar el
segundo, y el reforzamiento de éste último blinda a la ciudadanía integral,
sin antes pasar por la social, y ésta es la que, en última instancia, refuerza
tanto la política como la civil.
A final de cuentas, la ciudadanía es una figura jurídica montada sobre
el reconocimiento de individuos libres, iguales y autónomos, poseedores de
derechos y obligaciones para con el Estado y sus instituciones, cuyas reglas
deben imperar de manera justa e imparcial, garantizando el pleno desarro-
llo de aquéllos. Consustancial a la ciudadanía es la existencia de un Estado
que asegure libertades básicas de acción política, tránsito, trabajo, así como
derechos fundamentales que procuren el desarrollo individual y colectivo,
como educación, vivienda, salud.
He descrito cómo sería una situación ideal en torno a la democracia y la
ciudadanía integrales; ahora iré a un asunto mucho más concreto, en donde
se inscribe la población objeto de estudio, cuyos atributos, anteriormente
descritos, conllevan a problemáticas políticas, sociales y económicas.

4. El sector de mayor vulnerabilidad social

El sector juvenil de mayor vulnerabilidad social es el que tiene baja escolari-


dad, bajos ingresos, y paternidad o maternidad temprana. Estos atributos lo
colocan en desventaja con respecto a otros sectores juveniles. Dicha vulne-
rabilidad se tornaría todavía más compleja al añadir al atributo de “mater-
nidad temprana”, el de “soltera”, o bien, a toda esta intersección, añadir el
de “indígena” o el tener y manifestar una orientación sexual diferente a la
heterosexual, dado el nivel de discriminación que impera en nuestro país.
Los jóvenes de México, como he dicho, no son un grupo homogéneo. Al
igual que en el resto de la población, existen grupos con mayores y menores
oportunidades de ejercer sus derechos. Este fenómeno es particularmente
relevante en el ejercicio de los derechos sociales, pero también se expresa
en los derechos civiles y políticos. García Moreno13 establece que el acceso
de los adolescentes a una mejor educación redundaría en mejores empleos
e incidiría positivamente en la ampliación de sus oportunidades de partici-
pación política.
Sin embargo, se observa que esto cada vez se torna más difícil, puesto
que en un país como México, donde la gran mayoría de los puestos de

12
El objetivo básico del desarrollo humano es ampliar las oportunidades abiertas a los ciudadanos para
vivir una vida saludable con educación y vivienda dignas, creativa y con los medios adecuados para
participar en su entorno social.
13
GARCÍA Moreno, Mauricio, Ciudadanía, participación, y derechos civiles y políticos de los jóvenes y adolescentes
en Ibero América, UNICEF, 2005.

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| Los jóvenes y la democracia: retos y perspectivas para el ejercicio de su ciudadanía

trabajo no requieren alta especialización o un nivel de estudios, el sector


de jóvenes o adultos jóvenes con un alto grado de estudios no encuentra
empleo en el campo laboral. Este es uno de los sectores más golpeados por la
más reciente crisis económica, desatada en 2008 ante la quiebra del banco
norteamericano Lehman Brotheres.
García Moreno también establece que un amplio sector de adolescentes
y jóvenes se encuentra inserto en un círculo vicioso: mala calidad de la edu-
cación y baja escolaridad, trabajo prematuro e ingresos precarios, empleos
mal remunerados, escasa educación en valores ciudadanos y baja participa-
ción política.
Los efectos tanto de la ineficiencia como de la inequidad del sistema
escolar, que en buena medida son reflejo del sistema social, político y prin-
cipalmente económico (modelo neoliberal monetarista), son catastróficos
para el ejercicio de los derechos y para el largo proceso de construcción de
una forma de vida democrática. Empuja a los niños al trabajo prematuro y
a los adolescentes al trabajo peligroso.
Por otra parte, el embarazo temprano es otro elemento que limita el
ejercicio de los derechos; asumir antes de tiempo la responsabilidad de criar
a un hijo conlleva grandes obstáculos para la participación política de los
jóvenes padres, tanto hombres como mujeres, y para el ejercicio de sus dere-
chos. La mayoría de las veces los obliga a sumirse, en malas condiciones,
en la dura tarea de sostener un hogar. ¿Cuántos adolescentes y jóvenes han
tenido que abandonar las actividades e inquietudes propias de la gente de
su edad? Dichos jóvenes otorgan mayores ganancias a la industria de las
fórmulas lácteas, de los pañales desechables, de los biberones, a la de los
servicios médicos privados (si no se cuenta con los públicos), entre otras.
En México son muchos, y difícilmente se podría tener un estimado real
a pesar de las estadísticas oficiales, toda vez que la realidad es compleja y
cambiante y que la situación de polarización económica acentúa la magni-
tud de dicho sector.

5. Baja escolaridad

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2000, más de la mitad


de la población de 15 años y más se encontró en condición de rezago educa-
tivo, es decir, no contó con la secundaria terminada.14 Para el año de 2004,
el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) calculó
que más de 33 millones de hombres y mujeres de 15 años y más no lograron
incorporarse o permanecer en el sistema educativo y concluir la educación
secundaria.

14
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, XII Censo de Población y Vivienda, 2000.

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Oscar Antonio Jiménez Morales |

En 2011, el estudio Mujeres y Hombres en México, del INEGI, estableció que


la cobertura en educación media superior se incrementó del año 2000 al
año 2010, al pasar de 55 a 67%; sin embargo, la educación sigue mante-
niendo serías deficiencias.15
Suárez Zozoya16 indica que el establecimiento de la educación básica
deviene exigencia para la formación de individuos reflexivos, autónomos
y racionales, capaces de integrarse a la vida pública como portadores de la
representación de su sociedad.
El volumen del rezago educativo es indicador del grado de injusticia
que ha existido en el país y del nivel de vulnerabilidad que tienen el mismo
y su población ante la actual competencia económica tanto nacional como
internacional en condiciones de desventaja.
Ahora bien, uno de los estudios más recientes de la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en 201117 afirma que existen
más de siete millones de jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni
trabajan. Este no es un dato exacto, pero refleja la realidad de la juventud
mexicana. Este sector de la juventud ha sido calificado con el término nini.
México ocupó el tercer lugar entre los países miembro de la organiza-
ción. Se ubicó en primer lugar en el número de mujeres jóvenes sin empleo
ni estudios. El estudio apunta a que México es el país que menos ejerce gasto
público en educación como porcentaje del producto interno bruto (PIB)18 en
comparación con el resto de países miembro.
Para 2012, México ascendió un lugar más en el número de jóvenes ninis,
dentro del conjunto de los países de la OCDE: casi 8 millones de jóvenes.19
Por lo regular, el fenómeno nini se genera en las clases medias (madias bajas,
medias medias y medias altas) además de las clases altas, pues es un extracto
de la sociedad que asegura a estos jóvenes la cobertura de sus necesidades
básicas: alimentación, techo, vestido y hasta entretenimiento.
Hay diferentes tipos de ninis: los que por falta de una orientación
vocacional no se deciden a estudiar alguna carrera universitaria, los egresados
universitarios que, al no encontrar empleo en un lapso determinado, se
resignan a no estudiar ni trabajar. Además, encontramos los rechazados de
alguna institución educativa que, por la decepción, deciden dejar el estudio
a un lado. El modelo económico que se cierne sobre México desde 1983,

15
Mujeres y Hombres de México, INEGI, 2011. Disponible en: http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/
espanol/bvinegi/productos/integracion/sociodemografico/mujeresyhombres/2011/MyH2011.pdf.
16
SUÁREZ Zozoya, María Herlinda, Rezago educativo de los mexicanos en México y en los Estados Unidos,
México, Centro Regional de Investigaciones multidisciplinarias de la UNAM, 2009.
17
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Panorama de la educación, 2011.
18
Recordemos que el PIB es el principal indicador para mediar la actividad económica de un país o con-
junto de países. De igual manera, sirve para establecer los rankings económicos por parte del FMI y BM.
19
AVILÉS, Karina, “México, segundo lugar de la OCDE en ‘ninis’ con 7 millones 820 mil”, en La Jornada,
marzo de 2012.

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| Los jóvenes y la democracia: retos y perspectivas para el ejercicio de su ciudadanía

año en el cual se empezaron a aplicar las políticas de ajuste, estabilización y


reforma estructural de la economía mexicana (modelo neoliberal monetarista),
auspiciadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
el proceso de privatización de la educación en detrimento de la pública,
aunado al de crisis económica y al propio modelo económico capitalista
atrasado y dependiente, han aumentado la cifra de jóvenes en esta situación.

6. Orientación sexual, origen étnico


y madres solteras

Añadir al sector objeto de estudio los atributos de indígena,20 o una orienta-


ción diferente a la heterosexual, implica una situación de mayor vulnerabili-
dad explicada por la presencia de una discriminación inherente en muchos
sectores de la sociedad.21 Según estadísticas oficiales,22 el rezago educativo
indígena es de poco más de 86%; si se añade que gran parte de ellos se encuen-
tran subalimentados, analfabetos, enfermos, marginados y pobres, se tiene
una bomba de tiempo que ya ha estallado en distintas facetas y momentos.
Muchos de los adolescentes y jóvenes indígenas migran a las ciudades en
busca de mejores oportunidades; sin embargo, la discriminación merma sus
posibilidades de crecimiento y desarrollo de su ciudadanía y, por supuesto,

20
En una columna de opinión de Ilán Semo, con la cual estoy completamente de acuerdo y asumo la
misma postura, afirma que en la revista Líneas de fuga (número 26, pp. 35-49) que dirige Philip Olé,
hay un ensayo de Gregorio Regino el cual establece que “la situación de subordinación que comparten
todos los pueblos indígenas en el conjunto de la sociedad mexicana ha propiciado que se le asignen
características culturales comunes y que el concepto indígena se aplique indiscriminadamente a todos,
como si fueran una sola cultura”. Establece también que “a finales del siglo XVIII, el protonacionalismo
criollo convierte a la geografía social imperial en una perversión nacionalista: reformula el término
para mantener a la principal parte de la población (los “indígenas”) en una condición de subalternidad”.
En este sentido, Regino afirma que “el movimiento de Independencia produjo una república que no
eliminó el concepto de indígena sino que lo redefinió para fincar un orden estamental: en ese orden la
palabra “indígena” homologaba al universo que quedaba fuera del principio de ciudadanía. En rigor
el liberalismo mexicano padeció el mismo síndrome que sus homólogos conservadores, para reafirmar
una antigua tesis de O’Gorman: el criollismo. Los “indígenas” eran aquellos a los que no se les conce-
dían los atributos suficientes para formar parte legítima del orden público reflexivo, condición central
del principio de ciudadanía”. El autor indica que “homologar el mosaico cultural y nacional que fue la
sociedad mexicana en el siglo XIX bajo un solo concepto permitía al nuevo Estado presentar políticas
de desindigenización como cruzadas en nombre de la “civilización”. Regino se pregunta: ¿Qué sentido
tiene hoy seguir hablando de “indígenas”? ¿No acaso nos encontramos en un proyecto que aspira a la
efectiva ciudadanización de la sociedad? ¿Por qué no hablar de mayas, chontales, mazatecos, popolo-
cas, nahuas, tzotziles… y derogar, erradicar, olvidar esa palabra en la que está inscrita toda la perver-
sión del criollismo? La Jornada, febrero de 2009.
21
Digo inherente puesto que la cultura de la discriminación registrada en muchos de los sectores de
la sociedad mexicana se cultiva desde la infancia. ¿Cuántos infantes de jardín de niños o de primaria
ya reflejan en su comportamiento la discriminación de sus padres? ¿Cuántos niños ejercen ya la dis-
criminación a sus compañeros por motivos de raza, género, apariencia u otros factores? La sociedad
mexicana, como otras, se encuentra enferma.
22
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y la Secretaría de Desarrollo Social, Encuesta
Nacional sobre Discriminación en México, 2005.

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desarrollo humano. En promedio, nueve de cada diez indígenas opina que


existe discriminación por su condición, según la primera encuesta nacional
sobre discriminación en México llevada a cabo en 2005;23 sin embargo, la
encuesta de 2012 no varía significativamente en estas percepciones.24
Cosa no diferente presentan los homosexuales.25 Muchos de ellos son
víctimas de la discriminación, lo cual repercute de forma negativa en el ejer-
cicio de sus garantías individuales y derechos civiles. Aunado a ello, se han
presentado en México múltiples casos de adolescentes y jóvenes asesinados y
torturados por razones de homofobia.26 Ésta se explica, en parte (lo formulo
como hipótesis), por el proceso de interiorización de antivalores que ejercen
ciertas instituciones, como la propia Iglesia católica27 (jerarquía), la familia
conservadora, y otras instituciones educativas de corte conservador.
Resultados de la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en
México, indican que 48.8% no estaría dispuesto a permitir que en su casa
vivieran homosexuales. Los discapacitados y los homosexuales son los dos
grupos que, en 2005, fueron sujetos de mayor discriminación.28 Los resulta-
dos de la encuesta 2012 no varían significativamente.
Párrafo aparte merece el asunto de las madres solteras, que, también por
razones de interiorización de antivalores en la sociedad, son víctimas de dis-
criminación. Muchas de ellas son estigmatizadas por no contar con los “valo-
res” que debiera tener toda mujer con hijos: si los ha de tener, éstos deben
haber nacido dentro del matrimonio, según la perspectiva de las sociedades
conservadoras, sin indagar acerca de las razones que tuvieron estas mujeres

23
Ibidem.
24
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y la Secretaría de Desarrollo Social, Encuesta
Nacional sobre Discriminación en México, 2012.
25
Nueve de cada diez homosexuales opina que existe discriminación por su condición. Ibid.
26
La homofobia es el miedo o rechazo hacia la homosexualidad. Es un fenómeno cultural que no es
universal, ni toma las mismas formas ni tienen el mismo significado en todas partes.
27
La Iglesia católica es una de las instituciones abiertamente homofóbicas. Recordemos que una de las
políticas del papa Benedicto XVI es que en los seminarios se prohíba la entrada a homosexuales con el
objetivo de disminuir la pederastia clerical. El significado de esto es profundo y, a la vez, equivocado:
múltiples jerarcas de la Iglesia equiparan la homosexualidad con la pederastia, cuando esto es una rela-
ción absolutamente espuria. El problema sistemático en torno a la pederastia se deriva, más bien y, esto
también lo formulo como hipótesis, de los desequilibrios emocionales y sexuales de algunos sacerdotes
católicos, producto del celibato y del voto de castidad y no de la orientación homosexual de algunos
de los integrantes de la estructura de la Iglesia católica. Cabe indicar que esta institución religiosa se
encuentra aún sumida en cierto grado de desprestigio, a raíz de las demandas masivas que cientos de
víctimas de sacerdotes pederastas han presentado en contra de esta institución, no sólo en México, sino
en distintos países del orbe. Durante la primera quincena de marzo de 2013, los cardenales electores del
nuevo papa se encontraron en conflicto pues existió un sector de ellos (los brasileños, principalmente)
quienes pretendieron que se aclararan todos los asuntos relacionados con los escándalos de pederastia y
los de las acusaciones de lavado de dinero por parte del Banco del Vaticano antes de entrar al cónclave
y elegir al nuevo “sucesor de san Pedro”. Ya veremos si el argentino Jorge Mario Bergoglio, el papa
Francisco I, puede, de alguna manera, resolver los graves problemas en los que hoy se encuentra sumida
la jerarquía de la Iglesia católica.
28
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y la Secretaría de Desarrollo Social, Primera En-
cuesta Nacional sobre Discriminación en México, op. cit.

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para concebir sin tener el estatus de casadas. Si bien es cierto que la sociedad
mexicana presenta cierto grado de secularización, también lo es que éste no
es suficiente para erradicar dichos antivalores y, por ende, la discriminación.
La vulnerabilidad de las madres solteras, adolescentes y jóvenes merma
sus posibilidades de desarrollo tanto humano como ciudadano. No obs-
tante, el problema es un tanto mayor dentro de este sector: la discriminación
comienza por ser mujer. En este sentido, uno de cada cuatro empleadores
en México pediría un examen de embarazo. Por otra parte, prácticamente
uno de cada cuatro mexicanos de ambos géneros está de acuerdo con que
muchas mujeres son violadas porque provocan a los hombres. En esta tesi-
tura, tendría que existir una sociedad lo suficientemente educada y con la
interiorización de otros valores para que una persona pudiese tener la liber-
tad de vestirse como desee sin el temor a ser agredida.
Además, para casi 40% de los mexicanos, las mujeres que quieren tra-
bajar deben hacerlo en tareas propias de su sexo.29 Tenemos un ejemplo de
esto en las alumnas del Instituto Polítécnico Nacional (IPN), cuya matrícula
comienza a superar la de los hombres y, según un reportaje de La Jornada en
marzo de 2013, dichas alumnas han tenido que tolerar manifestaciones de
discriminación por parte de algunos profesores.30

7. Efectos económicos, políticos y sociales

He descrito hasta ahora el abanico de atributos que posee el sector juvenil objeto
de estudio; ahora pasaré a la exposición, más explícita, de los principales efectos
sociales, políticos y económicos que conlleva estar dentro de este subconjunto.

7.1. Migración

Desde 1982, México ha estado en una crisis económica permanente, y no


ha sufrido un verdadero colapso porque, entre otras razones, la expulsión
histórica de fuerza de trabajo a Estados Unidos le ha servido como válvula
de escape y le ha permitido mantenerse a flote; sin embargo, la actual crisis
económica estadounidense ha frenado el fenómeno migratorio, aunado y
combinado con la llamada “guerra contra el narcotráfico” emprendida por
el entonces titular del Ejecutivo, Felipe Calderón, que contribuyó (y sigue
contribuyendo) a frenar en mayor medida los flujos migratorios.31

29
Ibidem. Cabe indicar también aquí que los resultados emanados de la Encuesta 2012, no varían signi-
ficativamente sobre este asunto.
30
“En el IPN son mujeres 6 de cada 10 inscritos”, La Jornada, febrero de 2013.
31
Dentro del clima de violencia desatada por la guerra contra el narcotráfico, se han registrado, desde
sus inicios, asesinatos en contra de migrantes so pretexto de haberlos confundido con narcotraficantes,
o bien, secuestros a migrantes, tanto mexicanos como centroamericanos, que sólo buscan un mejor

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En 2000, fueron 400 000 mexicanos los que cruzaron la frontera; para
2006 fueron 600 000. Entre estos nuevos migrantes, planteó Zatarain,32
encontramos a muchos hombres y mujeres del medio rural y urbano que
tuvieron acceso a la enseñanza media superior e incluso con una profesión,
pues la única alternativa para un importante sector de jóvenes, con carrera
universitaria o no, se encuentra más allá de la frontera norte.
Los más de 20 millones de mexicanos, entre ellos una gran proporción
de jóvenes, que han migrado a los Estados Unidos han tenido que enfrentar
y resolver la circunstancia política en la que ahora viven, circunstancia que
desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 ha ido empeorando, pues
la sociedad estadounidense se ha obstinado en confundir a quien migra,
para trabajar en sus campos y factorías, con los terroristas islámicos. Hoy
en día, con la puesta en marcha de la denominada “guerra contra el nar-
cotráfico”, los flujos migratorios han disminuido en gran medida, aunado a
que muchos mexicanos emigrantes que lograron pasar la frontera tienen y
tendrán un motivo más de estigmatización: el de narcotraficante.

7.2. Violencia juvenil

El problema de México es el número de personas jóvenes que se encuen-


tran en estado de marginación social y económica en muchas de las entidades
federativas de la nación. La bomba de tiempo que se temía ya ha estallado
en el contexto de la “guerra” desatada en 2006: muchos jóvenes y niños se
han enrolado en las filas del crimen organizado. Ya han sido miles abatidos
en la barbarie desatada en el sexenio pasado y continuada hasta nuestros días
aunque silenciada, en buena medida, por los medios de comunicación masiva.
Son dignos de mención los hallazgos presentados en el artículo: Violencia,
jóvenes y vulnerabilidad en la frontera noreste de México.33 Las autoras reflexionan
acerca de la irrupción de una violencia tan profunda como compleja de la
cual son víctimas los jóvenes de diferentes comunidades de la ciudad fronte-
riza de Matamoros, Tamaulipas.
En el documento los sujetos de estudio narran formas tan perversas e
inimaginables de violencia que no se acercarían a lo que pudiese escribir
el director mas experto de películas de terror. Además, coloca en el centro
de la mesa la reflexión de los diferentes científicos sociales, que tienen que
reaprender a hacer investigación para abordar, necesariamente, el objeto de
estudio de la violencia y sus múltiples aristas.

nivel de vida en los Estados Unidos. Por ello, el sacerdote mexicano Alejandro Solalinde advirtió que
emprenderá una huelga de hambre si no cesan los secuestros. La Jornada, marzo de 2013.
32
La Jornada, 2007.
33
De la O, María Eugenia y F LORES ÁVILA, Alma Leticia, “Violencia, jóvenes y vulnerabilidad en la
frontera noreste de México”, en Desacatos, núm. 38, México, 2012.

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No obstante, y a manera de complemento, la violencia en México no


sólo se encuentra y sigue presente en esa ciudad fronteriza, sino en casi toda
la franja norte de nuestro país, así como entidades como Jalisco, Michoacán,
Morelos y Veracruz y, en diversos grados, en casi todas las entidades fede-
rativas del país.
La violencia vulnera la ciudadanía de los jóvenes y disminuye en gran
medida los de por sí bajos niveles de democracia en México. A los jóvenes
mexicanos desempleados les quedan pocas opciones; una de ellas es la de
unirse, además de los grupos de narcotraficantes y de crimen organizado,
a grupos como los maras34 u otros como ciertos grupos delictivos que se
dedican a causar desmanes, principalmente en zonas urbanas con poca
vigilancia. Una juventud violenta es uno de los problemas más difíciles
para una sociedad que intenta ser democrática.

7.3. Abstencionismo electoral

Por su naturaleza compleja y cambiante, el abstencionismo es uno de los fenó-


menos políticos más difíciles de analizar e interpretar. Debido a la profundi-
zación de las crisis económicas, un sector de la población mexicana, ante la
desesperanza y la desesperación tanto social como económica, ha optado por
otras vías distintas a la electoral para tratar de transformar la realidad.
Un sin fin de investigaciones puedo contar sobre el abstencionismo en las
cuales se toman, principalmente, sus factores socioeconómicos; entre ellos se
encuentra el de Juan Campos Vega,35 quien establece que, partiendo de la
base de que las causas que generaron el abstencionismo en épocas pasadas
continúan presentes en la sociedad, y en todas las sociedades que tienen
como base de su vida político-electoral la democracia burguesa representa-
tiva, se habrá de aceptar que el abstencionismo es un elemento consustan-
cial de dicho sistema político, característico de la sociedad burguesa, porque
el capitalismo, que constituye la base económica del sistema, se distingue
por las desigualdades que genera; estas desigualdades constituyen, a su vez,
la base política, económica y social del abstencionismo.
En el caso de México, lo que habría que buscar, dice Campos Vega,
son los elementos nuevos que, sumados a las causas preexistentes, incre-
mentaron el abstencionismo en las elecciones federales intermedias del
2003 y lo llevaron cerca de 60%, muy superior al de los procesos electora-
les federales inmediatos anteriores. El fenómeno se torna más preocupante
por la cantidad de jóvenes que se abstuvieron de votar.

34
Grupo de jóvenes centroamericanos que se han distinguido por sus actos de vandalismo, extorsión y
asesinatos; dicho grupo ya ha permeado territorio mexicano.
35
CAMPOS Vega, Juan, Abstencionismo y democracia, México, Partido Popular Socialista de México, 2003.

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Adicionalmente, el abstencionismo ha tenido una tendencia ascendente,


en términos relativos, hasta las elecciones presidenciales de 2012, un tanto
matizado por la presencia de los votos de los anulistas (abstencionismo
cívico), principalmente en las legislativas de 2009 y, posteriormente, en 2012.
Es innegable que, en la actualidad, no solamente enfrentamos las causas
tradicionales (y estructurales) que en el país generaron el abstencionismo
electoral. Ahora hay nuevos elementos que analizar; entre ellos, precisa-
mente, el detrimento o estancamiento del bienestar social y económico, así
como la baja credibilidad de los jóvenes hacia las instituciones electorales,
que, a su vez, señalan que el incremento del abstencionismo refleja una pro-
funda crisis del actual sistema electoral y de partidos.
Son varios los estudios36 que demuestran que un gran sector de los abs-
tencionistas se encuentra en desventaja social, tanto por falta de medios mate-
riales como de oportunidades. Una gran parte del abstencionismo es conse-
cuencia lógica del fuerte sentido de desarraigo, cuando no de subordinación,
provocada por la exclusión social. Basta ver en México los niveles de exclu-
sión y desigualdad social; esta situación socava las bases mismas del sistema.

8. Conclusiones

El propósito fundamental del artículo fue describir, analizar y aproximarse


a algunos de los factores explicativos de las diferentes problemáticas econó-
micas, políticas y sociales que los jóvenes de los sectores más vulnerables de
la sociedad mexicana enfrentan para ejercer correctamente su ciudadanía.
El sector juvenil objeto de estudio fue conformado por los mexicanos de
entre 18 y 29 años con escolaridad e ingresos bajos y paternidad o mater-
nidad tempranas. Dicha intersección conforma el sector de los jóvenes de
mayor vulnerabilidad social. Además, vimos el caso en que este sector se
torna más vulnerable si se agregaran la orientación sexual, el origen étnico
y el estado civil. Ello se explica, en alguna medida, por la profunda discrimi-
nación que aún impera en México.
Todos estos atributos condicionan en gran medida el ejercicio de una
ciudadanía plena: los derechos civiles, políticos y sociales se tornan mucho
más difíciles de ejercer. Los primeros, integrados por las capacidades de ejer-
cicio de las libertades individuales fundamentales relativas a la vida y al
desarrollo integral de las personas, de expresión y pensamiento, y a las más
tangibles de propiedad, contractuales y de sometimiento a los tribunales
de justicia; los segundos, por un factor político compuesto por los recursos

36
JIMÉNEZ Morales, Óscar Antonio, La desilusión sexenal. Abstencionismo electoral y detrimento/ estancamiento
del bienestar social y económico, FRA de la Zona Metropolitana de Guadalajara, elecciones federales de 2003 y 2006.
Málaga, España, Universidad de Málaga, 2012. Véase también: JIMÉNEZ Morales, Óscar Antonio, Abs-
tencionismo electoral y deterioro socioeconómico, tomo 1, Madrid, España, EAE , 2013.

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de participación democrática que competen a las franquicias de elección y


mecanismos de representación en la legitimación de la autoridad y el poder
político; los terceros, por un factor social garantizador de las aspiraciones
a una vida digna y al bienestar económico y social de los individuos, con
acceso al trabajo remunerado y a la previsión social en situaciones de riesgo.
Todas estas virtudes, dentro de un marco ideal o del deber ser, se ven
fuertemente vulneradas por las características del sector juvenil al que me
he referido. En México, por otro lado, la democracia es deficiente en sus
múltiples aristas.
En la tercera parte del artículo, se analizaron los diversos efectos econó-
micos, políticos y sociales que conllevan estas características de vulnerabi-
lidad. Se observó que muchos de estos efectos se traducen en migración a
los Estados Unidos, en busca de lo que nunca, o pocas veces, encontraron
en México. Dichos efectos se traducen también en violencia juvenil; ésta ha
escaldo muchos niveles desde que Felipe Calderón emprendió la “guerra
contra el narcotráfico”, en la cual han sido miles los caídos, desaparecidos y
las personas obligadas a migrar.
Existen en el país niños sicarios y jóvenes que participan en las filas
del crimen organizado por la falta de oportunidades laborales, económi-
cas y sociales. La baja participación política es otro de los efectos men-
cionados, sumada al crecimiento constante del abstencionismo electoral
tanto en comicios federales como locales en las últimas dos décadas, en
términos generales y dentro del sector de los jóvenes. Muchos electores, y
más los que se encuentran dentro del objeto de estudio planteado, no ven
en el voto una posibilidad de cambio real en sus condiciones económicas
y sociales, principalmente, ni un cambio real de la política gestada en el
ámbito nacional.
Problema aparte es el del alcoholismo y la drogadicción, que se observa
principalmente dentro del sector en cuestión y que mina aún más el camino
al ejercicio de su ciudadanía. Muchos de estos jóvenes encuentran una
salida, por lo demás falsa, a sus múltiples problemáticas económicas y socia-
les en el abuso del alcohol y demás drogas, y son presa fácil de la gente que
se dedica a la extorsión, la delincuencia y el narcomenudeo.
Un factor de vulnerabilidad que no fue abordado en este artículo y que
sería material de publicación en un futuro, es el asunto de los jóvenes con
capacidades diferentes, el cual contribuye a ensanchar aún más las dificulta-
des para un correcto ejercicio de su ciudadanía.
¿Cuántas escuelas, edificios y espacios públicos carecen de infraestructura
para los discapacitados? ¿Cuántos sufren discriminación, estigmatización o
indiferencia por parte de la sociedad mexicana? Y qué decir acerca de aquellas
niñas y jóvenes víctimas del lenocinio, quienes son obligadas a prostituirse en
condiciones indignas y miserables en las calles y centros de diversión nocturna

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en muchas de las ciudades de México, provenientes de localidades y estados


lejanos, víctimas del engaño o explotación, incluso de sus propios parientes.
Cabe decir que muchas de ellas son amenazadas de muerte para que no sal-
gan de las redes de prostitución donde se encuentran esclavizadas.
Todas estas problemáticas minan, vulneran y destruyen el espíritu y
principalmente la capacidad natural e inherente de los jóvenes para inventar
más que para juzgar, para ejecutar más que para asesorar, para emprender
proyectos más que para sostener los existentes; para disfrutar de una vida
más o menos plena y no hacerse responsables ya de un hogar o una nueva
familia; para vivir en un clima de paz, solidaridad y tranquilidad; para vivir,
para soñar, para disfrutar.
Son los jóvenes quienes tienen la responsabilidad de transformar y revo-
lucionar el país y contribuir a destruir el México antidemocrático, corrupto,
desesperanzador y violento.

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