Embarazo Gemelar
Embarazo Gemelar
Embarazo Gemelar
El embarazo múltiple se define como el desarrollo simultáneo de más de un feto dentro del útero.
Se considera un embarazo de alto riesgo debido al aumento de las complicaciones materno-
fetales, en comparación con los embarazos simples. Estas gestantes requieren de un control
prenatal más estricto, así como un mayor cuidado durante el nacimiento. La gestación gemelar
puede ser: monocigótica y dicigótica.
Incidencia: La tasa de embarazo gemelar varía según el país que se estudie, la tasa más alta se ha
encontrado en Nigeria, con 54/1 000 embarazos y la más baja en Japón, con 4,3/1 000 embarazos.
Venezuela:
Gestación dicigótica:
Es cuando son fecundados dos óvulos independientes por dos espermatozoides diferentes y se
conoce como gemelos fraternos, biovulares, bivitelinos, gemelos no idénticos o mellizos. Esta
ovulación múltiple puede ser espontánea o por la administración de estimulantes de la ovulación
como gonadotropinas o citrato de clomifeno. Los embarazos dicigóticos constituyen un 66% de
todos los embarazos gemelares, pueden ser de diferentes sexos y poseen las mismas semejanzas
genéticas que dos hermanos fraternos. Los factores que modifican la gemelaridad dicigótica
pueden ser:
Edad y paridad: Se ha encontrado una relación constante entre edad materna, paridad y la
frecuencia de gemelaridad. La incidencia de gemelaridad aumenta conforme lo hace la
edad de la mujer hasta los 40 años, y después de esta edad, la incidencia disminuye.
También mientras mayor es la paridad, mayor es la incidencia de gemelaridad.
Tratamientos de infertilidad: La incidencia de embarazos múltiples aumenta con los
inductores de ovulación. En un estudio se encontró que, con el uso de clomifeno, la
incidencia de múltiples varió entre 6,8% y el 17% y con las gonadotropinas de 18% a
53,5%. En las técnicas de reproducción asistida, la incidencia de múltiples también está
aumentada y son más frecuentes los embarazos de más de dos fetos.
Factores genéticos: Se ha observado que los gemelos dicigóticos están influidos por el
genotipo materno, más que por el paterno. Las gemelas procrean gemelos en 1/58
embarazos, en comparación con 1/116 de aquellas cuyo esposo era gemelo.
Nutrición: El hecho de que durante las guerras, con períodos de desnutrición marcada,
hay una disminución de la frecuencia de embarazos gemelares, ha hecho pensar que una
nutrición balanceada puede favorecer los embarazos múltiples. El factor nutritivo también
es probable por el hecho de que en las mujeres altas y grandes, la incidencia de
gemelaridad es mayor que en las mujeres pequeñas
Gestación monocigótica
Monocorial-monoamniótico: Cuando la división ocurre entre los ocho y los trece días de
Siameses: Cuando la división ocurre luego de los trece días de la fecundación se forman los
gemelos siameses, con una incidencia de 1/1 500 embarazos gemelares y 1/58 000 a 80 000
nacimientos. Cuando comparten estructuras vitales la mortalidad, por lo menos de uno de los
fetos, es aproximadamente 100%.
Complicaciones: defectos congenitos, amenaza de parto prematuro, parto pretermino (PP), crecimiento
intrauterino restringido (CIR), paralisis cerebral y mortalidad perinatal. Tambien existe mayor incidencia de
complicaciones maternas: trastornos hipertensivos, diabetes gestacional, parto operatorio y hemorragia
posparto, hiperémesis gravídica
Diagnóstico:
Anamnesis
Clínico:
Dentro de los parámetros clínicos que hacen sospechar la presencia de más de un feto:
1. Antecedente familiar o personal de embarazo múltiple.
2. Embarazo logrado con inductores de la ovulación o con técnicas de reproducción asistida.
3. Tamaño uterino mayor que el esperado para la edad gestacional.
4. Presencia de más de un latido cardíaco con una diferencia de 10 ó más.
5. Palpación de más de un polo cefálico, así como de múltiples partes fetales.
1. Síndrome de transfusión intergemelar, donde uno de los gemelos puede presentar restricción
del crecimiento intrauterino.
2. Diagnóstico de malformaciones en uno o ambos gemelos.
3. Diagnóstico de óbito en uno o ambos fetos, con el riesgo de daño neurológico para el feto
sobreviviente por la embolización de sustancias similares a la tromboplastina.
Tratamiento:
CONDUCTA OBSTETRICA: La pauta más aceptada es la CESÁREA para evitar morbimortalidad fetal
añadida en relación con los fenómenos de colisión fetal, sin embargo por supuesto que el parto
vaginal también es una conducta viable para el nacimiento.
FORMAS DE PRESENTACIÓN
Existen múltiples formas de presentación en los embarazos gemelares. La forma y vía de parto
varía de acuerdo al tipo y se distribuyen básicamente en tres grupos que se ven a continuación.
Ambos cefálica: (céfalo- cefálica) 42%
Primero cefálico, segundo podálico: (céfalo- podálico) 34%
Primero posición diferente a la cefálica: 20%
Otras: 5%
HIPERÉMESIS GRAVÍDICA
Definimos náusea como sensación de deseo inminente de vomitar y vómito como la expulsión oral
violenta del contenido gástrico. Las arcadas son las contracciones rítmicas forzadas de la
musculatura respiratoria y abdominal que con frecuencia preceden o acompañan al vómito, la
regurgitación es la expulsión de alimento en ausencia de náuseas y sin la contracción muscular
respiratoria y abdominal que acompaña a los vómitos
Hiperémesis gravídica: Náuseas y vómitos continuos, intensos e incoercibles, sin causa orgánica,
que impiden la alimentación de la embarazada ocasionando su deshidratación, pérdida de peso y
un trastorno metabólico más o menos grave, como cetosis y alteración electrolítica.
Etiología:
Si bien la etiología de la hiperémesis es desconocida, puede tratarse de un síndrome al que
contribuyen varios factores predisponentes, siendo probablemente los hormonales los más
importantes.
Factores psicológicos:
Algunas hipótesis la describen como un trastorno de conversión o como un síntoma de histeria,
neurosis o depresión, o bien como resultante del estrés psicosocial o de conflictos maritales Otros
investigadores se oponen a estas teorías y mantienen que los síntomas psicológicos son
consecuencia del estrés y el deterioro físico de la hiperémesis antes que una causa. Aunque
todavía es prematuro asegurar que no exista un componente psicológico subyacente, parece claro
que no es exclusivamente un problema de origen psíquico.
Factores gastrointestinales:
Se cree que tanto los estrógenos como la progesterona actúan como mediadores de las siguientes
alteraciones
– La relajación del músculo liso modifica la motilidad del esófago, estómago e intestino,
enlenteciendo el tránsito.
– La disminución del tono del esfínter esofágico causa sobre todo pirosis, pero también favorece el
vómito.
– El retraso del vaciado gástrico durante el embarazo contribuye significativamente a la sensación
nauseosa y al vómito.
– Por otro lado, se han descrito seropositividades del 90,5% frente a Helicobacter pylori en
mujeres con hiperémesis en comparación con el 46,5% de las gestaciones fisiológicas si bien otros
estudios no hallan tal relación. Dado que la mayoría de las gestantes con infección por H. pylori
permanecen asintomáticas, parece probable que el daño del tracto gastrointestinal superior como
consecuencia de los vómitos, incremente la susceptibilidad a la infección subclínica por este
microorganismo.
Factores hormonales:
hCG: El período en que la hiperémesis es más frecuente (6- 12 semanas)
coincide con el pico en los niveles plasmáticos de hCG, siendo mayor la
incidencia en casos asociados a niveles elevados de hCG, como ocurre en los
embarazos múltiples, en embarazos molares y en gestaciones de fetos de sexo
femenino o de fetos con síndrome de Down. Se han demostrado aumentos del
doble y del triple en los niveles de la fracción β de la hCG en pacientes con
hiperémesis comparadas con controles, mientras que la fracción α-hCG fue
similar en ambos grupos.Aunque se desconoce su acción causal exacta, se
especulan como mecanismos posibles, un efecto estimulador de la hCG sobre
la secreción del tracto gastrointestinal superior y una estimulación de la
función tiroidea debido a su homología estructural con la TSH. Dado que las
mujeres con hipertiroidismo vomitan excepcionalmente, se acepta que debe
existir alguna circunstancia particular de la molécula de hCG que explique la
estimulación tiroidea y la hiperémesis.
Otros factores:
– Anomalías hepáticas: En contra de distintas teorías que implican en la patogenia de los vómitos
en embarazo alteraciones hepáticas, se ha comprobado que dichas alteraciones son consecuencia
de los vómitos, de la hipovolemia, de la malnutrición y de la acidosis láctica.
– Alteraciones metabolismo lipídico
– Cambios en el funcionamiento del Sistema Nervioso Autónomo para adaptarse a gestación.
– Déficit de vitaminas, como la B6, o de oligoelementos (Zn, Cu).
Manifestaciones clínicas:
Náuseas y vómitos persistentes e incoercibles
pérdida de peso (>5% del peso corporal)
deshidratación.
Se describen clásicamente tres períodos de acuerdo con la agravación del cuadro. El primero o de
enflaquecimiento corresponde a la etapa de los vómitos matutinos, inicialmente mucobiliosos y
luego alimentarios, sin esfuerzo, que pueden estar desencadenados por olores fuertes como
tabaco, aceite, perfume, visualización de determinadas comidas, ingestión de ciertos alimentos,
pérdida de peso, epigastralgias, sialorrea y en ocasiones, hematemesis por desgarro de la mucosa
gastroesofágica, erosión de los labios, lengua seca y con grietas, encías enrojecidas y con ulceras,
faringe seca, roja y con petequias.
El tercer periodo se caracteriza por los fenómenos nerviosos (confusión, letargo, neuritis periférica
con disminución de los reflejos profundos, encefalopatía, coma). Esta última etapa es muy poco
frecuente y aparece sólo si la hiperémesis aún no se ha tratado correctamente.
Diagnóstico
El primer paso es establecer el diagnóstico de gestación y, una vez realizado, diferenciar entre una
émesis simple del embarazo y una hiperémesis gravídica. El diagnóstico es clínico y se establece en
presencia de vómitos persistentes y graves durante el embarazo. Al principio la sintomatología es
tolerable pero después aparece deshidratación, cambios en los electrolitos y pérdida gradual de
peso. El síntoma más llamativo de la exploración es la deshidratación, pudiendo aparecer
taquicardia e hipotensión arterial.
Mediante una buena anamnesis, una exploración física cuidadosa y una analítica básica, podremos
llegar al diagnóstico correcto en la mayoría de los casos. Así, es también muy importante el
diagnóstico diferencial con patologías propias del embarazo que producen vómitos u otras
enfermedades que, sin tener nada que ver con la gestación, cursan de igual modo con náuseas y
vómitos.
Es de mal pronóstico encontrar un aumento en las cifras de nitrógeno ureico, creatinina, ácido
úrico, urea, transaminasas y osmolaridad sérica; así como la disminución de forma importante de
la reserva alcalina, el sodio y el potasio.
Medidas generales: