Evidencia 1 DDD Emrh
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Evidencia 1 DDD-EMRH
INTRODUCCION
En este análisis les hablaremos sobre los diferentes tipos de leyes que se encuentran en
el país de España, como saben en todos los países rigen diversas leyes respecto al
deporte, en el caso de España les mencionaremos diferentes artículos;
Nuestro vigente texto constitucional, surgido del consenso de todas las fuerzas políticas,
aborda, como no podía ser de otra manera en un texto moderno, uno de los fenómenos
sociales de nuestro tiempo, el deporte, y lo hace en dos ocasiones, a saber, en los
artículos 43.3 y 148.1.19 C.E. En el primero de ellos se establece que los poderes
públicos fomentarán la educación física y el deporte; posteriormente en el artículo 148, en
el que se citan las posibles competencias de las Comunidades Autónomas, se establece
que éstas podrán asumir competencias en materia de deportes.
Como resultado de la invitación que el texto constitucional brinda a dichas Comunidades,
éstas, mediante la correspondiente inclusión en sus respectivos Estatutos de autonomía,
han asumido las competencias en materia de deportes regulando las mismas mediante la
promulgación de sendas Leyes del deporte, desarrolladas posteriormente mediante las
correspondientes normas de rango reglamentario.
Las primeras leyes del deporte fueron aprobadas por las respectivas cámaras
autonómicas en la década de los ochenta; las Comunidades Autónomas que regularon la
materia en dichos años, como consecuencia de la evolución social, se han visto obligadas
a promulgar una segunda norma más acorde con los usos sociales y deportivos actuales.
Por otro lado, aquellas otras Comunidades que no tuvieron tanta prisa en regular la
materia deportiva con una norma de rango superior, han promulgado una sola norma con
rango de ley,
ESPAÑA
Ley 39/2022 de 30 de diciembre, del deporte
FELIPE VI
REY DE ESPAÑA
Sabed: Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la siguiente ley:
El modelo deportivo español ha estado sujeto a una evolución constante fruto de los
continuos y vertiginosos cambios que afectan a este fenómeno social, que cada día
extiende la práctica deportiva a un mayor número de ciudadanos, y alcanza una
proyección en la sociedad que difícilmente se preveía hace pocas décadas. El deporte, tal
y como se encuentra definido en la Carta Europea del Deporte, engloba «todo tipo de
actividades físicas que, mediante la participación organizada o de otro tipo, tengan por
finalidad la expresión o mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las
relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones en todos los niveles».
El deporte se erige hoy en día no solo como una actividad humana enormemente
enriquecedora y generadora de bienestar personal; también constituye un importante
instrumento de cohesión social, un eficaz vehículo para la transmisión de valores y un
sólido elemento de impulso económico. Por otra parte, la pandemia de la COVID-19 ha
puesto de manifiesto la destacada relevancia social del deporte, tanto a nivel individual
como colectivo, en tanto que factor coadyuvante a la preservación de la salud, física y
psicológica, así como la moral como país. Los efectos de esta excepcional situación de
emergencia sanitaria mundial sobre el ecosistema deporte, y las lecciones aprendidas por
todo el sector, también señalan la necesidad de asumir un nuevo concepto, el de deporte
seguro, centrado en la mejora de la previsión, prevención, alerta temprana, reacción
rápida y capacidad de resiliencia de nuestro deporte.
Este cambio tiene carácter transversal y afecta a todos los ámbitos vinculados al
fenómeno deportivo: el de la propia práctica y sus diferentes fórmulas, el económico,
laboral, turístico, comunicativo, educativo, sanitario, social e internacional. El análisis de
los diferentes datos derivados del deporte en España resalta su transformación y la
necesidad de adaptar la normativa vigente a su situación actual, necesidad que el propio
sector deportivo ha puesto de manifiesto en repetidas ocasiones a lo largo de los últimos
años. Cabe destacar que dimensiones como la inclusión social, la igualdad y la
diversidad, la cohesión territorial y social, la transición ecológica y la innovación a través
de la digitalización son fundamentales para adecuar el deporte a la realidad
socioeconómica actual y futura.
Esta ley constituye la primera reforma (R1) del Componente 26, relativo al «Fomento del
Sector Deporte», del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Estado,
cuyo objetivo principal es el fomento del sector del deporte con la dinamización,
reestructuración y modernización del sector adaptándolo a la nueva realidad
socioeconómica surgida tras la pandemia mundial de la COVID-19; que pone de
manifiesto el papel esencial que las políticas de fomento del deporte deben jugar para
promover la actividad física entre la población juvenil más vulnerable, fomentando el
deporte base y la captación del talento, así como la protección y la integración en el
deporte de los jóvenes y de otros colectivos en riesgo de exclusión social. Esta
concepción del deporte como instrumento para facilitar la cohesión social y territorial del
país supone un valor añadido en las zonas más despobladas del medio rural, con
mayores dificultades para establecer y reforzar vínculos sociales y de proximidad. En este
sentido de facilitar la cohesión social, existe una necesidad patente desde hace ya más de
una década de crear canales estructurados de participación de las aficiones organizadas
en los clubes y los órganos de gobierno de deportes en que existen aficiones organizadas
y altos grados de sentimiento de identificación comunitaria entre entidades deportivas y
aficiones.
Esta necesidad está reconocida en numerosos documentos normativos aprobados por las
instituciones de la Unión Europea. Mediante esta ley se satisface esa necesidad al
garantizar la participación de los aficionados, socios y accionistas minoritarios en la toma
de decisiones en las federaciones y en los órganos de administración de sus entidades
deportivas, participación que se realizará a través de las asociaciones y federaciones
inscritas en los registros correspondientes.
El primer reto que afronta esta ley es el reconocimiento de la actividad física y el deporte,
en tanto que actividad esencial, como derecho de toda la ciudadanía, y así se recoge en
el artículo 2. De esta forma, la actuación de los poderes públicos en esta materia debe
girar en torno al respeto y el ejercicio de este derecho, y el contenido de esta ley se
orienta a su garantía y a su disfrute pleno y eficaz.
La presente ley tiene en cuenta que el deporte manifiesta una serie de peculiaridades en
su ordenación y organización en lo que se ha venido a denominar o calificar como
«especificidad» de dicha actividad. Así lo ha previsto, por ejemplo, el artículo 165 del
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que hace referencia al deporte, cuyas
características lo hacen merecedor de una atención especial y, en determinados
supuestos, de una regulación propia.
Esta norma está inspirada en todo su articulado por el principio de igualdad recogido en el
artículo 14 de la Constitución Española, que informa el ordenamiento jurídico en su
conjunto; que debe ser entendida como igualdad real en el acceso a la práctica deportiva
y a los puestos de carácter técnico y directivo, así como una práctica deportiva libre de
cualquier tipo de discriminación, especialmente en el caso de niñas y mujeres. Además, la
presente norma se inspira en el principio de igualdad de trato entre mujeres y hombres,
que, de acuerdo con el artículo 4 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la
igualdad efectiva de hombres y mujeres, ha de informar el conjunto del ordenamiento
jurídico.
Hoy en día asistimos al crecimiento imparable del papel de las mujeres en el deporte sin
que el ordenamiento jurídico haya respondido adecuándose a este fenómeno. Esta ley
permite que las distintas modalidades y especialidades deportivas, con independencia del
sexo de sus deportistas, puedan ser profesionales en unas condiciones que garanticen la
viabilidad y estabilidad de las competiciones en las que participen. Además, las entidades
deportivas deberán equilibrar la presencia de hombres y mujeres en sus órganos
directivos, dando cumplimiento así a lo establecido en la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo.
Finalmente esta ley, en su búsqueda de la igualdad real y efectiva de todas las personas
que practican deporte, no se olvida de los derechos de las personas LGTBI, atendiendo a
dos criterios esenciales: eliminar cualquier clase de discriminación, cuya protección debe
ser encomendada a la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la
xenofobia y la intolerancia en el deporte; y lograr que la práctica deportiva se pueda
realizar de forma segura con pleno respeto al principio de igualdad constitucional, con
independencia de su orientación o identidad sexual.
Bibliografías
http://www.csd.gob.es/es/csd/organizacion/legislacion-basica
https://www.efdeportes.com/efd92/sde.htm