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Organización Fonológica Cervera

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Organización fonológica

Juan Cervera. Enlace


Para MONFORT y JUÁREZ (1980), a quienes seguimos en parte, el aprendizaje
fonético está marcado por tres características fundamentales:
1º La globalidad del proceso, según la cual el niño adquiere los fonemas globalmente
y no como una serie de unidades que se agregan unas a otras analíticamente. Es decir, el
niño no aprende a pronunciar letras, sino palabras y frases.
Esto tendrá su importancia a la hora de aprender a leer también, de acuerdo con el
uso de los métodos analíticos y los sintéticos.
2º El desfase entre el sistema perceptivo y el reproductivo. Es decir, que hay que
distinguir entre lo que el niño percibe, y que es motivado por las emisiones del adulto, y
lo que el niño emite y nosotros percibimos.
El niño dice Tetesa en vez de Teresa, o paya, en vez de playa. Si nosotros le
decimos Tetesa y paya, lo desorientamos y no nos entiende.
Es importante, por consiguiente, que el adulto no incurra en la autocorrección en
beneficio del niño.
Por otra parte, el proceso productivo del niño es mejor conocido, puesto que el adulto
lo puede analizar con facilidad; mientras que el perceptivo es peor conocido, porque se
resiste más al análisis.
3º Existe un orden de aparición y unas estructuras de desarrollo muy definidos; casi
iguales en todos los países, aunque con rapidez variable entre los distintos niños.
El niño procede por oposiciones fundamentales. Y a través de ellas va afinando su
capacidad articulatoria.
Así,
- a la apertura máxima /a/ se opone la apertura mínima /b, p, m/,
- a la pronunciación oral /p/, la pronunciación nasal /m/,
- al punto de articulación labial /p/, el punto de articulación dental /t/.
Estas oposiciones básicas están presentes ya en el balbuceo.
Conclusiones
a) La adquisición de un fonema supone la adquisición previa de otros que le son
anteriores. Es decir, que no se puede producir un fonema, si antes no se ha producido otro.
Esto lo confirma también ERVIN-TRIPP (1966):
- El primer contraste se da entre vocal y consonante.
- En posición inicial las oclusivas /p/ preceden a las fricativas /f/.
- La dental /t/ precede a la sibilante /s/ y a la gutural /k/.
- La nasal /n/ precede a la dental /d/.
- Los grupos consonánticos o combinaciones generalmente aparecen tarde.
- Los contrastes consonánticos en posición inicial aparecen antes que los intermedios
o finales.
b) El sistema productivo del niño es un sistema cerrado y completo, aunque no
coincida con el del adulto.
En consecuencia el niño atribuye, por ejemplo, a una letra dos sonidos distintos. La
/t/, por ejemplo, le sirve para realizar la /t/ y la /s/. Así el niño dice pata, correctamente
y cata y meta, por casa y mesa.
c) Cada nueve adquisiciones del niño modifica la totalidad del sistema fonológico
anterior, y, en consecuencia, se inicia un período de crisis en el que el niño, para dar
cabida al nuevo fonema, incurre en una serie de fluctuaciones que puedan dar la impresión
de regresión, hasta que llega a la fijación definitiva de las adquisiciones precedentes y de
las posteriores. El niño fluctuará entre casa y cata; o entre pata y pasa, para acabar
diciendo casa y pata, formas correctas.

Desde el punto de vista didáctico


Habida cuenta de que hay una adaptación progresiva:
1º Al hablar al niño no debemos imitar su pronunciación, porque lo desorientamos,
como hemos dicho antes. Lo más adecuado es el uso del lenguaje bebé.
2º Hay que insistir en la repetición, aunque para evitar la monotonía, haya que
introducir variaciones de palabras en las que aparezcan las mismas dificultades y además
echar mano de expansiones y extensiones.
3º Hay que tener presente que hasta los cinco años, y a veces hasta los seis, el niño
encontrará dificultades ante sílabas complejas como pla, ter, gru... y ante el fonema /r/.
Así serán palabras difíciles para él tigre, madrastra...
4º Es frecuente a esta edad la geminación, lleval.lo, el cambio de líquidas, r y l, por
ejemplo almario, en vez de armario.
5º A menudo las dificultades articulatorias proceden más de pereza, comodidad o
prisa que de deficiencias reales o articulatorias.
6º El contexto geográfico y sociocultural a menudo es causa de dificultades y de su
pervivencia, aunque suelen desaparecer entre los 6 y 7 años por influencia de la escuela
y del lenguaje escrito.
7º El hablar hacia adentro o el hablar mimoso suele tener causas psicoafectivas:
mimos, celos, vergüenza, hábito...
8º El orden de producción de los fonemas está presidido por leyes relacionadas con
elementos portadores de significado. Por consiguiente el niño puede incurrir en errores,
principalmente bajo la forma de metátesis, que en modo alguno tienen que relacionarse
con dislexias. Para el niño, por ejemplo, es más fácil cerdito que crédito, porque la
primera de estas palabras tiene significado para él.

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