Módulo 5, Unidad 2
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Índice
Introducción 2
vida 2
Fobias y Angustias 3
BIBLIOGRAFÍA 14
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Introducción
El Primer Nivel de Atención es un ámbito privilegiado para observar y acompañar el desarrollo
infanto-juvenil. En esta unidad se presentan algunos aspectos observables a considerar a la
hora de hacer una valoración y realizar hipótesis diagnósticas. Los mismos darán un puntapié
para indagar factores obstaculizadores (FOD), perturbadores (FPD) y de riesgo (FRD) para el
desarrollo (definidos en la unidad I), e intervenir sobre ellos desde un enfoque articulado en
red. Asimismo, se realizará un recorrido por algunas de las problemáticas de aparición más
frecuentes en la consulta.
Período Observable
Primeros tres meses -No mira el rostro de las personas ni los objetos que le mostramos.
-No balbucea o emite sonidos como “ajó”.
-No sonríe
-Llora mucho y es muy difícil de consolar
-Tiene rechazo al alimento, no se prende bien a la teta o no puede
tomar la mamadera, lleva mucho esfuerzo y tiempo su alimentación.
Entre los tres y los seis -Tiene más de 5 meses y aún no sostiene la cabeza.
meses -No intenta ponerse de costado. No reacciona a los sonidos.
-No fija la mirada. No muestra interés en mirar a la cara a otras
personas.
-Es difícil darse cuenta de sus emociones (alegría, angustia, miedo,
etc.)
-No emite sonidos. Llora mucho y es difícil el consuelo.
Entre los 6 y los 9 meses -Tiene dificultades para buscar con la mirada donde proviene el
sonido
-Cuando le llaman por su nombre, tiende a no responder
-Le cuesta mirar en forma sostenida, huye con la mirada.
-Es difícil interpretar sus emociones (alegría, miedo, angustia, etc.).
-Interactúa poco con las personas.
-Tiene más de 8 meses y aún no gira de costado o no logra sentarse
por sus propios medios.
-No toma objetos o juguetes.
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Período Observable
A partir de los tres años -Que no intente conectarse con otros/as niños/as.
-Que no manifieste curiosidad por lo novedoso.
-Que entre en estados de terror con frecuencia.
-Que no soporte estar con otro que no sea la madre.
-Que no diferencie familiar y extraño.
-Que predominen la tristeza y la apatía.
-Ausencia de registro de frío, calor, dolor, etcétera.
A partir de los cuatro años -Que el tipo de contacto sea estilo “robot”.
-Que esté en estado de alerta permanente.
-Ausencia de juegos dramáticos (no comprender el “como sí”).
-Lenguaje confuso, bizarro o ecolálico.
-Actos estereotipados.
-Golpes y accidentes frecuentes.
Fobias y angustias
Desde muy pequeños/as, los niños y las niñas pueden angustiarse y sentir miedo. Para dirimir
cuestiones clínicas, es preciso diferenciar la causa y proveniencia y la fase evolutiva en la
cual se encuentra la niña o el niño.
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El miedo es la reacción o actitud ante un peligro que amenaza desde lo real, mientras que la
angustia está ligada a aquellas amenazas provenientes del mundo interno. Si bien hay
diversos aportes y perspectivas teóricas al respecto, importa aquí diferenciar aquello que
puede devenir patológico de aquello esperable en el desarrollo. Los miedos están ligados a
fenómenos evolutivos, algunos autores los conceptualizan como “fobias universales” (Dio
Bleichmar Emilce,1991), ya que producen movimientos estructurantes en el psiquismo. A
cada fase del desarrollo le corresponde una situación de peligro específica. Es importante que
el/la profesional de la salud esté atento/a a esto para evitar el sobrediagnóstico de estos
cuadros en la infancia y adolescencia.
Ahora bien, estos miedos pueden persistir a lo largo del tiempo, en estadíos donde no serían
esperables y allí debe ubicarse una señal de alerta diagnóstica. También puede ocurrir que la
angustia se transforme en fobia, como síntoma, entrando en el campo de la psicopatología.
Tormentas
Separación (Miedo a no volver a ver a la
2-5 años Animales
persona de la que se separa)
Oscuridad
Evaluación social
Adolescentes Exámenes Popularidad
Situaciones nuevas
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referentes vinculares, profesores/as o maestros/as, talleristas, operadores/as barriales, para
valorar el impacto psicosocial, educativo y familiar que el trastorno conlleva.
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Los trastornos de ansiedad constituyen una de las problemáticas de salud mental
de mayor prevalencia en NNyA. Provocan un gran impacto en el funcionamiento
cotidiano asociándose con problemas a nivel familiar, escolar y social.
1)Trastornos emocionales de comienzo específico en la niñez (F93), entre los más frecuentes
se encuentran:
-Trastorno de ansiedad fóbica en la niñez (edad media de inicio 6-7 años), caracterizado
por un miedo que adquiere una dimensión patológica, irracional y desproporcionada que
produce la evitación conciente del objeto, actividad o situación temida. Ocasiona al niño, niña
o adolescente un estrés grave, y una alteración en la capacidad de funcionar de la manera
esperable en la vida cotidiana.
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pequeños, Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje y Trastornos
generalizados del desarrollo.
Los síntomas de ansiedad en las infancias y las adolescencias, muchas veces coexisten con
síntomas de depresión, y con frecuencia establecer un diagnóstico claro puede ser complejo.
Asimismo, los trastornos de ansiedad pueden ser precursores de los trastornos depresivos,
por esta razón se considera importante la detección y tratamiento precoz de los trastornos de
ansiedad en la población infanto juvenil, ya que puede ser una estrategia de prevención de la
depresión a todas las edades (Rey J M, Bella-Awusah TT, Jing L., 2012).
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en los que se hace necesaria la prescripción de medicación. Estos casos deberán
ser referidos a un/una psiquiatra infantojuvenil del Segundo Nivel de atención que
trabajará interdisciplinariamente con el resto del equipo interviniente.
El proceso de aprendizaje escolar involucra tanto al niño, niña o adolescente por el que
se consulta como a la escuela, al contexto socio-familiar y a las dimensiones socio-
históricas. Es un proceso en el cual se ponen en juego no sólo el deseo (principalmente el
deseo de saber), sino también el armado del yo, el sistema de normas e ideales y el vínculo
en que acontece. A partir de este marco, es fundamental comprender que las dificultades en
el proceso de aprendizaje suelen reconducirse a causas multidimensionales. Dichas
dificultades se encuadran en un proceso de desarrollo infantil, el cual no se caracteriza por
ser lineal, sino que presenta avances y retrocesos, tal como se desarrolló en la unidad
anterior.
Para que una niña o un niño aprenda, debe poder atender, comprender y apropiarse del
conocimiento. Al respecto, cabe destacar:
-La atención es una función que muchas veces está comprometida por razones
intrapsíquicas (conflictos internos, falta de integración yoica, duelos, etc.) pero también por
cuestiones intersubjetivas, como por ejemplo situaciones de violencias o abuso. La función no
está afectada per se, sino que está invertida sobre otros objetos y/o conflictos.
En relación al “prestar atención”, es importante mencionar que la escuela solicita una atención
sostenida y prolongada en estímulos que muchas veces no son de interés del NNyA. La
época y el sistema educativo entran en una compleja contradicción, ya que las pantallas
ofrecen estímulos y requieren una atención muy diferente a la escuela. Es necesario indagar
si en otros ámbitos que no son el escolar el NNyA presenta buen desempeño y concentración
en áreas que sean de su interés.
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-La apropiación tiene que ver con la actividad, con re-crear las palabras para el uso propio.
Se contrapone a la posición pasiva, en que el NNyA recibe, pero no puede operar con eso
porque no lo metaboliza.
Las dificultades de aprendizaje suelen detectarse frecuentemente entre los 5 y los 12 años.
Arribar a un diagnóstico integral implica un proceso que no puede determinarse en una sola
consulta ya que son varias las dimensiones a evaluar.
Por otro lado, numerosas investigaciones dan cuenta que la participación de la familia y la
escuela en el proceso educativo es un factor fundamental para que el niño o niña pueda
aprender. En este sentido, es importante que el proceso de construcción de una hipótesis
diagnóstica incluya a los referentes vinculares y a los actores intervinientes en la institución
educativa: ¿quién solicita la consulta?; ¿qué observan?; ¿en qué aspecto del aprendizaje
detectan dificultades?; ¿cómo miran a ese niño/a?; ¿qué estrategias utilizaron?; ¿cuáles
fracasaron?; ¿qué pronóstico hacen de su trayectoria escolar?.
En la CIE-10 estas problemáticas pueden clasificarse dentro de los Trastornos específicos del
desarrollo de las habilidades escolares (F81), como así también incluirse entre algunos de los
Trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen habitualmente en la niñez o en la
adolescencia, tales como Trastornos hipercinéticos (F90), Trastornos de la conducta (F91),
entre otros.
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Se realiza a continuación una breve descripción de estos últimos dos trastornos en tanto son un
motivo de consulta frente en el Primer Nivel de Atención
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En relación al vínculo con la institución escolar, es necesario que el equipo de salud pueda
establecer una comunicación fluida con el objetivo de articular estrategias inclusivas tal
como lo establece la normativa vigente 1. Es importante considerar que la responsabilidad
no se enfoque únicamente en la persona que presenta la dificultad sino también en las
condiciones en las que acontece el proceso de enseñanza-aprendizaje. Entre dichas
condiciones deben estar presentes la apuesta y la confianza en el niño, niña o
adolescente, en la/el docente a cargo y en una propuesta pedagógica oportuna.
El abordaje puede ser conducido desde el Primer Nivel de Atención, articulando con los
especialistas cuando fracasan las intervenciones mencionadas o en caso de agravamiento de
la sintomatología en el tiempo.
No deben utilizarse a priori medicamentos para tratar los problemas de conducta en el PNA.
Es importante consultar con un equipo interdisciplinario que incluya psiquiatría infanto juvenil ,
siguiendo el criterio propuesto en la unidad I y el Anexo para integrantes del equipo de salud
con incumbencia para prescribir.
Finalmente, cabe destacar que en nuestro país está declarado de interés nacional el abordaje
integral e interdisciplinario de los sujetos que presentan Dificultades Específicas del
Aprendizaje por la Ley N° 27306.
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Ley de Educación Nacional N°26.206 y Resolución Consejo Federal de Educación N° 311/16.
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Otras situaciones específicas en la consulta en el Primer Nivel de
Atención
Los trastornos del control esfinteriano pueden dividirse en primarios, cuando el niño o la niña
no logra el control en los intervalos de tiempo esperables para su edad, y secundaria, menos
frecuente, que consiste en un retroceso luego de ya haber logrado controlar la micción o la
defecación. También pueden caracterizarse como enuresis/encopresis diurna, nocturna o
combinada (la enuresis nocturna es la más frecuente), y como cotidiana o episódica (esto es,
intermitente con largo períodos sin el síntoma). En cuanto al momento de aparición de los
síntomas puede establecerse que:
Es muy importante destacar el componente emocional que suele acompañar a los trastornos
del control esfinteriano. Ante una indagación sencilla se puede obtener información del
impacto reciente de situaciones tales como separación de los padres, algún evento de duelo o
pérdida en el entorno cercano, etc. De particular significancia y más difícil diagnóstico resulta
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la asociación con eventos traumáticos como puede ser el abuso sexual infantil o el maltrato
infantil (Silvia Chejter, 2018)
Por lo antedicho debemos destacar que el abordaje farmacológico no suele emplearse salvo
casos fisiológicos de insuficiencia de los músculos del esfínter, debiendo realizar un abordaje
integral desde el primer nivel de atención de las diferentes problemáticas, ya sean
referidas al desarrollo en general o a la esfera psicosocial, con importancia de un seguimiento
psicoterapéutico.
Las problemáticas en la alimentación en NNyA deben ser pensadas dentro del contexto
individual, familiar y social. Son un conjunto de síntomas y signos que responden a distintas
estructuras psicopatológicas. Las más frecuentes en este grupo etario son la anorexia
nerviosa y la bulimia.
La anorexia se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos indicada para el
individuo en relación con su edad, estatura y necesidades vitales. Esta disminución no
responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación
excesiva por no subir de peso o por reducirlo.
Algunas conductas de los y las adolescentes que presentan anorexia o bulimia pueden ser el
pensar excesivamente en cuánto y cómo comen o en dejar de hacerlo, estar pendientes
continuamente de su imagen corporal y preocuparse excesivamente en cómo son vistos por
los otros/as. Detrás de estos comportamientos hay una preocupación absoluta por el peso,
por no engordar, por mantener una delgadez extrema o conseguir una mayor. Cabe
mencionar que estas conductas pueden pueden responder a mandatos socio-culturales. Sin
embargo, se entra en el campo psicopatológico cuando la imagen corporal de sí está
distorsionada y no corresponde a la realidad. Las problemáticas de la alimentación son en
general más frecuentes en mujeres. El imaginario cultural respecto al cuerpo femenino y los
criterios normativos de belleza, ocasionan una mayor vulnerabilidad de las chicas ante este
tipo de trastornos.
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A la hora de realizar un diagnóstico integral se debe tener presente que el mismo no se
debe reducir a una serie de exámenes médicos o de laboratorio, sino que debe llevarse a
cabo teniendo en cuenta la variedad de factores que influyen en la aparición de la
problemática y de su desarrollo. Especialmente en este grupo etario se requiere de una
escucha cuidadosa y personalizada y de cierta plasticidad.
Al igual que en el resto de las problemáticas, se deben priorizar los abordajes ambulatorios a
menos que mediare una situación de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros. El
riesgo puede estar dado en esta problemática por la situación clínica u orgánica del NNyA,
como por ejemplo la negativa irreductible a la ingesta; la deshidratación o por su situación
psíquica, como por ejemplo presencia de autolesiones o ideas suicidas.
El abordaje debe incluir psicoterapia individual, familiar y/o grupal; apoyo y acompañamiento a
los referentes afectivos y diálogo y cooperación constante con la institución escolar a la que
asiste el niño, niña o adolescente.
BIBLIOGRAFÍA
-MSAL: Programa de capacitación Terapéutica Racional en Atención Primaria de la Salud -
TRAPS- Módulo Salud Mental (2017).
-Janin, Beatriz “El sufrimiento psíquico en los niños”. Buenos Aires. Noveduc Libros. (2011)
14
-Dio Bleichmar Emilce.Temores y Fobias, Barcelona, Ed Gedisa, 1998.(1991)
-Rapee RM. (2012) Anxiety disorders in children and adolescents: Nature, development,
treatment and prevention. In Rey JM (ed), IACAPAP e-Textbook of Child and Adolescent
Mental Health. Geneva: International Association for Child and Adolescent Psychiatry and
Allied Professions.
-Rey J M, Bella-Awusah TT, Jing L. (2012) Depression in children and adolescents. In Rey JM
(ed), IACAPAP e-Textbook of Child and Adolescent Mental Health. Geneva: International
Association for Child and Adolescent Psychiatry and Allied Professions.
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