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Señales del temporal. Apuntes sobre meteorología entre los zapotecos del sur de Oaxaca El marco del presente texto es la investigación de mi tesis doctoral –realizada en el programa de Doctorado en Antropología del Posgrado de Antropología de la UNAM– titulada: Llover en la sierra. Ritualidad y cosmovisión en torno al Rayo y la lluvia entre los zapotecos del sur de Oaxaca. La investigación fue asesorada por la Dra. Johanna Broda. Una primera versión de este trabajo se presentó en el IX Congreso Centroamericano de Antropología. Territorio, Recursos Naturales y Sociedades Locales, en la Universidad San Carlos de Guatemala, en febrero de 2013. Recientemente, en el 2019, el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM publicó como libro dicho trabajo. Damián González Pérez Preámbulo Este trabajo es una aproximación al conocimiento tradicional sobre pronósticos de distintos fenómenos físicos cuyas manifestaciones intempestivas o excesivas son denominadas de manera general, por los zapotecos del sur de Oaxaca, como “tempestad” o “temporal”. Entre esos fenómenos existen los propiamente meteorológicos y otros de carácter geológico. Son conocimientos que, si bien continúan vigentes en varias comunidades, los utilizan sobre todo personas adultas y ancianos al momento de realizar algún trabajo agrícola o de cacería, al caminar en el monte o planear una construcción, entre otras actividades. Nos enfocaremos en la revisión y sistematización de datos etnográficos –de varias comunidades zapotecas–, tanto bibliográficos como testimoniales y vivenciales, asociados con dicho tipo de fenómenos. La información expuesta proviene de comunidades ubicadas en los distritos de Miahuatlán y Yautepec, en la región Sierra Sur, y Pochutla, en la región Costa (mapa 1). La mayor parte de la información se obtuvo mediante trabajo de campo en comunidades de esas regiones. Sin embargo, existen dos trabajos de suma importancia para nuestro estudio, los cuales aportan datos significativos de las comunidades de Santiago Xanica y San Bartolomé Loxicha, los cuales fueron escritos por Sara y Raúl Cruz (1992) y Emiliano Cruz Santiago (2009), respectivamente. Mapa 1. Situación geográfica En la praxis cotidiana, estos conocimientos permiten a los zapotecos del sur anticipar distintas manifestaciones tempestivas e intempestivas del temporal, como lluvias, viento, granizadas, tormentas, huracanes, temblores, heladas, sequías, entre otros. Los medios o recursos a partir de los cuales se hacen los pronósticos provienen, sobre todo, de animales (aves, reptiles, anfibios, mamíferos e insectos), así como de distintos fenómenos físicos, a saber, los movimientos de la tierra, las nubes, el arco iris, los rayos, la neblina y el viento. Tanto los fenómenos que se pronostican como las señales percibidas forman parte de un complejo fundamental en la ritualidad y la cosmovisión de comunidades zapotecas. Nos referimos al Rayo, que es en esta región una de las entidades sagradas más importantes, la cual articula diversos ámbitos de la vida social. El Rayo es concebido de manera general como el dueño o patrón de los animales y de las plantas, así como del cerro, del agua y de la lluvia. Además de las atribuciones hídricas, meteorológicas y agrícolas, a esta entidad sagrada también se le invoca para solicitar salud, prosperidad y otras plegarias de carácter social. Esto hace del Rayo una entidad múltiple que aglutina una serie de atribuciones que en otras regiones de México están diseminadas en diversas entidades sagradas, como lo he mostrado en otros trabajos (González Pérez, 2012, 2014ª, 2014b, 2015, 2016, 2019). Dentro del campo de la cosmovisión, uno de los principales recursos que permite a los zapotecos del sur ordenar y dar sentido a los fenómenos que inciden en su entorno se constituye a partir de la naturaleza misma de una entidad sagrada como el Rayo; es decir, de su proyección dual en dos advocaciones, el Rayo seco y el Rayo de lluvia, las cuales rigen distintos momentos de los ciclos naturales, así como los fenómenos mismos, dependiendo de su intensidad. Este principio de dualidad proyectado en las entidades sagradas y sus atribuciones se observa también en comunidades indígenas de otras regiones de Mesoamérica. Área de estudio Es importante tomar en cuenta que el área de estudio se caracteriza por ser una de las menos conocidas dentro de la investigación antropológica, etnohistórica y arqueológica en México. En tal contexto, cabe mencionar que el territorio habitado por los zapotecos del sur constituye un área sumamente rica, biológicamente hablando. En general, todo el territorio considerado como zapoteco ocupa a nivel nacional el primer lugar en tipos de vegetación, de los cuales contiene –al igual que el territorio mixteco– 20 tipos de los 48, que existen en el país (Boege, 2008: 134, 2005: 56). La mayoría de las comunidades del área de estudio pertenece a la subprovincia fisiográfica conocida como Sierra Madre del Sur de Oaxaca o Sierra de Miahuatlán. En ésta se encuentran las dos montañas más altas de esa entidad federativa: el Cerro Nubeflan o Quie Yelaag y el Cerro Quiexobee –con elevaciones de 3,720 y 3,600 msnm–, que se ubican, respectivamente, en los municipios de San Pedro y San Juan Mixtepec, del distrito de Miahuatlán. Justo en esta zona existe un nudo estructural que posee una alta densidad de relieves donde convergen varios ejes orográficos transversales, los cuales favorecen la concentración de climas y tipos de vegetación (Ortiz Pérez et al, 2004: 51). Así, los climas de la zona son semiseco muy cálido, semiseco semicálido, cálido húmedo, cálido subhúmedo, semicálido húmedo, templado subhúmedo y semifrío subhúmedo, con temperaturas promedio de entre 10º y 22º C en la parte correspondiente a la Sierra Sur, y 24º y 26º C en la parte que desciende hacia la Costa. Son característicos de esta zona los bosques de Quercus y Pinus, el mesófilo de montaña, la selva mediana subperennifolia, selva baja caducifolia y matorrales. A lo largo de los declives orográficos que enlazan la zona montañosa de la región con la franja costera descienden escurrimientos que forman una serie de ríos que aportan agua en su mayor parte a la Cuenca del Río Copalita, así como a lagunas costeras, lo que se traduce en aspectos ambientales importantes. La mayor nubosidad durante la temporada de lluvia deriva de fenómenos como vientos monzónicos, ciclones del pacífico y depresiones tropicales típicas de la franja ecuatorial (Trejo, 2004: 70). Es precisamente dicha parte de la Sierra Sur y Costa de Oaxaca una de las áreas a nivel nacional que recibe mayor impacto por la erosión hídrica. La gran concentración de agua en las montañas provoca deslaves que azolvan el cauce de los ríos en la porción baja (Boege, 2008: 96). En contraste, junto con el territorio habitado por comunidades chatinas y chontales tanto en la Sierra Sur y la Costa, la zona zapoteca del sur alberga seis tipos de vegetación primaria, al igual que la región Sierra Gorda, habitada por comunidades otomí, nahua y pame, entre hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro (Boege, 2008: 152). Además, en ese territorio los zapotecos siembran 22 tipos y variedades de semillas de maíz, la tercera cifra más alta en nuestro país (Boege, 2008: 204-209). Estos últimos aspectos hacen de dicha región una de las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad en México. Mapa 1 Mapa 1. Área de estudio De la benevolencia y la hostilidad del Rayo En la actualidad, los zapotecos de la región de estudio aún consideran al Rayo como la entidad sagrada más importante, pues se le concibe como regente del agua y de la lluvia, patrón de los animales y dueño del cerro y de las riquezas contenidas en su interior. Esta tradición cultural es sin duda una continuidad de Cocijo, En la escritura del Vocabvlario de Córdova debe considerarse la observación hecha por Thomas Smith (1996, 2001), sobre la utilización de la “j” en el español del siglo XVI para representar una “i” larga. Este autor emplea la forma “ii” en palabras como cocìio, para expresar de manera más fidedigna la fonética del zapoteco. Javier Urcid (2009: 30) recurre a la “y” para escribir cociyo. Aquí usaremos la forma tradicional de cocijo, teniendo presente la distinción entre el sonido y la escritura. como fue registrado por el fraile dominico Juan de Córdova en su Vocabvlario en lengua çapoteca (1987). Cocijo era concebido como “Dios de las lluuias” y como “Rayo del cielo” (Córdova, 1987: 141r, 339r). Es decir, la misma entidad era deidad, a la vez que manifestación de la naturaleza. Por eso, siguiendo a Smith (1996: 413v, 339r, 218v), cuando tronaba el cielo, hablaba Cocijo (tinnij cocijo, tinñij cocijo, tinñij xoo cocijo); cuando caía el rayo, caía Cocijo (tace cocijo); cuando golpeaba el rayo a alguien, golpeaba Cocijo, hería Cocijo, castigaba Cocijo (tiquiñea cocijo, Smith, 1996: 218v, 339r). Para la comprensión de las representaciones materiales de Cocijo y sus atribuciones como regente del agua, la lluvia y la meteorología en general, pueden consultarse los trabajos de Urcid (2005; 2009), Sellen (2007) y González Pérez (2016, 2019: 96-130). En las comunidades contemporáneas existen diversos referentes que dan cuenta de la regencia del Rayo sobre los ámbitos acuático, pluvial y agrícola. Un sinfín de relatos muestran la vigencia de este papel: Un señor de San Pedro El Alto que era regidor del pueblo acudió al tanque de agua en una ocasión que la lluvia demoraba. Al llegar levantó la tapa del pozo, entró y adentro se abrió un camino; bonito era ese lugar. Empezó a caminar por ese camino y cruzó por una milpa, luego se cruzó con dos abuelitos, una abuelita y un abuelito. Los abuelitos le dijeron: ―¿A dónde vas? ―Lo que pasa es que en mi pueblo no hay agua, ya tiene tiempo que no llueve. ―No te preocupes, nosotros quitamos tantito el agüita para regar nuestra milpita, pero ya al rato la mandamos. Pero siéntese usted, ande, coma un poco. Pero el plato de comida estaba simple, no tenía sal, ni chile. Cuando terminó de comer el señor, los abuelitos le dijeron: ―Bueno, ya terminaste, ahora regrésate a tu casa. Vete por aquí derechito y no te preocupes, que ya luego enviamos el agua. O si quieres, vente con nosotros, vamos a nuestra casa, nada más que nuestra casa está en medio del mar. ―No, gracias, mejor me regreso de una vez. Cuando llegó a la entrada del pozo ahí estaba su sombrero y su escopeta que llevaba. Al otro día empezó a llover y empezó a platicarle a sus vecinos lo que había pasado, pero nadie le creyó. Otro día, y volvió a caer mucha agua. Todo pasó así porque fue a la casa de los rayos, porque los rayos son dueños del agua, pero también son patrones del mar. Relato del señor Marcos Cruz Hernández, especialista ritual, San Miguel Suchixtepec, mayo de 2012. El carácter dual del que hablamos anteriormente y del que hemos dado cuenta en otros trabajos (véase González Pérez 2019: 174-189) se refleja mediante la forma de nombrar las advocaciones de la entidad; es decir, al Rayo de lluvia –wndi yi en San Miguel Suchixtepec , wnziy’ kio en Santiago Xanica – o Rayo de agua –wzî nith en San Pedro Coatlán , wndi nith en San Pedro El Alto) y al Rayo seco –wndi bits en San Miguel Suchixtepec y San Pedro El Alto, wnziy’ bits en Santiago Xanica, wzî bits en San Pedro Coatlán). El Rayo de lluvia o agua, que también es llamado en ocasiones “Rayo bueno”, se asocia con manifestaciones tempestivas de la naturaleza, a diferencia del Rayo seco, al que se le atribuyen las irregularidades del ciclo de lluvia, así como la presencia torrencial y destructiva del agua, del viento y de otros fenómenos meteorológicos. En la comunidad de Santo Tomás Quierí, distrito de Yautepec, existe un relato que da cuenta precisamente de esta distinción. Se dice que hace tiempo hubo una tormenta muy fuerte que duró tres días, durante los cuales la gente se quedó resguardada en sus casas. La tormenta era en realidad una pelea entre dos rayos, el Rayo de lluvia o Rayo bueno, y el Rayo seco o Rayo malo. Además de éstos, había un tercer rayo de carácter mediador, llamado por algunas personas: “medio”. Para detener la pelea el tercer rayo tronó fuerte, pero justo en ese momento el Rayo seco lanzó una descarga que golpeó y cortó la pierna del tercer rayo, la cual, al caer en forma de iguana muy cerca del pueblo, dio origen a un pozo al que la gente denomina Hondura Verde. El vencedor de aquella batalla fue el Rayo de lluvia, que se quedó a vivir en el Cerro Nubeflan, el cerro de San Pedro Mixtepec, el cerro más alto de Oaxaca. Este cerro es sumamente significativo dentro de la cosmovisión de pueblos zapotecos de la Sierra Sur, Valles Centrales, Costa e Istmo, así como para pueblos chontales y probablemente de otros grupos etnolingüísticos. En su cima hay una pequeña laguna considerada para muchos la principal casa del Rayo, es decir, el magisterio o la gubernatura del Rayo. A ésta acuden diversos pueblos para hacer peticiones no sólo agrícolas y pluviales, sino también de salud, prosperidad, bonanza, entre otras cuestiones. Al cerro en general se le considera también como un gobernador, jefe o patrón de los demás cerros. Existen relatos que explican su papel de contenedor de riqueza. Otra parte fundamental de esta tradición oral corresponde a relatos que señalan que en aquél habita una gran serpiente que está conectada, por diversos medios (dependiendo de la versión mitológica), con otros cerros, ríos o cuerpos de agua, a manera de red o circuito de lugares sagrados. Es frecuente que las y los relatores señalen con certeza los lugares que están conectados con el Cerro Nubeflan. El Rayo seco se fue hacia un lugar llamado kie wnziy, “piedra de rayo”. Desde sus lugares, cada rayo manifiesta sus atribuciones: el Rayo de lluvia, tronando en lo alto del Cerro Nubeflan cuando va a llover, ya sea al inicio del ciclo de lluvia –en mayo– o en una lluvia ocasional; el Rayo seco haciendo lo propio antes de una lluvia tardía, de una tormenta o un huracán; y el Rayo de en medio, el Rayo cojo, relampagueando cuando se desatan tempestades o cuando una lluvia enviada por el Rayo bueno se excede y está a punto de dañar la milpa, es decir, regulando el tiempo meteorológico. La lluvia considerada benéfica también se predice mediante la formación de neblina sobre la Hondura Verde, que es la casa del Rayo cojo. Luego de esta neblina suele tronar en la cima del Nubeflan, lo que muestra el momento en el que el Rayo cojo y el Rayo de lluvia se comunican. De manera general, el orden del ciclo de lluvia en la cosmovisión de los zapotecos del sur se explica mediante la atribución del Rayo de lluvia de iniciar el ciclo del agua, así como del Rayo seco de cerrar la temporada húmeda. En comunidades como San Pedro Coatlán, muy cerca de Miahuatlán, también existen lugares específicos en el territorio, los cuales forman parte de los conocimientos meteorológicos derivados de la adaptación al entorno. Los rayos que caen por el rumbo del norte, es decir, sobre el cerro en el que se ubica la comunidad, indican el comienzo de la lluvia; mientras que los rayos que caen por el sur, hacia la parte de la costa, cierran el ciclo pluvial o dan fin a una tempestad. Un ejemplo concreto de esta situación tuvo lugar durante la presencia del Huracán Paulina en Buenavista Loxicha (BL), en el distrito de Pochutla, en la Costa, ya que en diversos testimonios es explícita la asociación del fin de la tempestad provocada por Paulina con la caída del Rayo seco. Otro ejemplo de la proyección de estas advocaciones la encontramos en uno de los relatos en torno al santo tutelar de Santiago Xanica, que es Santiago Caballero, cuya iglesia fue destruida por un rayo enviado desde el pueblo huave de San Mateo del Mar. Esto sucedió debido a que en una ocasión, con motivo de la fiesta patronal de San Mateo del Mar, personas de Xanica –pueblo ubicado en la sierra, en el distrito de Miahuatlán–, bajaron hasta el Istmo de Tehuantepec para asistir a la celebración referida. Estando allá tuvieron problemas con personas locales. Como venganza, los mareños, los de San Mateo del Mar, enviaron un nagual de rayo seco a quemar la iglesia del pueblo rival, que en aquel entonces era de madera y zacate. Durante el incendio la imagen del santo patrón se salvó, apareciendo un poco más arriba de la iglesia. Este milagro es atribuido por las personas a que Santiago Caballero es hijo del Rayo de lluvia. Sin embargo, el incendio no pudo ser apagado por las personas de Xanica, debido a que el rayo que lo provocó era precisamente un rayo seco, cuya lumbre sólo puede apagarse con agua mezclada con sal. La proyección de atribuciones distintas en torno a advocaciones de entidades regentes de la lluvia y los fenómenos meteorológicos, en su relación con el territorio, se observa también en otras regiones indígenas de México. Uno de estos casos tiene lugar en el pueblo nahua de Xico, en Veracruz, donde se denomina tlamatine a las entidades sagradas encargadas de provocar la lluvia. Los lugares sagrados en los que habitan los tlamatine pueden ser piedras, ríos, manantiales, lagos, el mar, zonas arqueológicas, cerros, cuevas o diversas formaciones rocosas. En general, los nahuas de Xico distinguen dos tipos de tlamatine: por un lado están los truenos que aparecen del lado del Cerro Citlaltépetl o Pido de Orizaba, y son los rayos de calor que caen y queman sin acompañarse de lluvia; en oposición están los truenos de agua o lluvia, que caen del lado del Cofre de Perote, y son precisamente los que anticipan la caída del agua (Noriega Orozco, 2008: 151). Entre los chontales de Oaxaca la distinción entre este tipo de atribuciones y advocaciones de las entidades meteorológicas se proyecta en el Rayo y el Cometa. El Rayo es propiamente la entidad que genera la lluvia y humedece la tierra, la fertiliza y genera el crecimiento de las plantas. Además de aquéllas, hay diversos animales que están bajo la tutela del Rayo, los cuales anuncian la llegada del agua. La entidad opuesta es el Cometa, al cual se le concibe y describe como una gran serpiente cubierta de brea o aceite ardiendo, que habita en ciertos lagos o manantiales. Al igual que el Rayo, el Cometa también provoca rayos, pero éstos no son de agua, son más bien secos y causan incendios que no pueden ser apagados con agua (Carrasco, 2006: 233). Finalmente, conviene considerar también en una revisión como ésta el caso del Rayo y la Culebra entre los huaves de Oaxaca. Los rayos o monteok, entidades ligadas directamente con los antepasados, habitan en el Cerro Bernal y son los encargados de dispersar la lluvia. Para ello sacan agua salada del mar y la convierten en agua dulce que depositan en las nubes (Signorini, 1997; Millán, 2007). Por su parte, la Culebra o Serpiente de Agua es la que provoca las lluvias torrenciales y las inundaciones, derivadas del desbordamiento de la “laguna interior” (Signorini, 1997). Para evitar este tipo de calamidades el Rayo debe partir a la Culebra, cuya oposición, por medio de la lucha entre ambas entidades, es en sí una proyección de los cambios agrestes en el entorno de los huaves, el cual se caracteriza por tener un clima seco y ventoso durante buena parte del año; mas, entre julio y septiembre hay una ruptura de este orden debido a la precipitación de lluvias torrenciales que suelen provocar las inundaciones referidas (Covarrubias, 1980: 87; Ramírez Castañeda, 1987: 9; Millán, 1995: 129, 2007: 139; véase González Pérez, 2019: 44.46, 149-151). Complejo de conocimientos meteorológicos El sistema de medición del tiempo que funciona en la región zapoteca del sur debe entenderse como un complejo diverso, que se adapta a distintos entornos, pero que es compartido por muchas comunidades, y en cada caso dicho sistema se corresponde precisamente con las características y condiciones ambientales particulares. En esta categoría de “tiempo”, los zapotecos del sur conciben fenómenos no sólo de orden meteorológico, sino también geológico, como ya se dijo. En el caso de los fenómenos meteorológicos, cuando su presencia es intempestiva o excesiva, se les nombra “temporal” o “tempestad”. Existen sobre todo tres momentos del año en los que se realizan pronósticos del tiempo, los cuales pueden considerarse, retomando el enfoque de Mesa Jiménez et al. (1997), “de largo plazo”, pues funcionan para periodos prolongados o momentos específicos del año. Fuera de estos periodos específicos, las lecturas que se hacen de manera cotidiana en cualquier día del año corresponden a pronósticos “de corto plazo”. De los tres periodos, el primero de éstos tiene lugar en diciembre o enero, dependiendo de la comunidad. A este periodo se le denomina “cabañuelas” y funciona de manera muy similar a otras regiones de México en las que también se hacen pronósticos en el mismo periodo. Si bien es cierto que la tradición de las “cabañuelas” o “témporas” fue introducida por los europeos en América, es importante atender las formas específicas mediante las que se interpreta o pronostica el clima en regiones indígenas de México, las cuales seguramente tienen antecedentes muy antiguos. Dos trabajos que pueden consultarse para la comprensión de las cabañuelas en España son los de Mesa Jiménez et al. (1997: 93-126) y Calzacorta Elorza (1999: 95). Un estudio interesante sobre las cabañuelas en comunidades nahuas de Guerrero es el de Hémond y Goloubinoff (1997: 237-270). En términos generales, los primeros doce días del mes correspondiente permiten saber cómo se comportará el tiempo durante los doce meses del año. Es decir, las interpretaciones durante el día 1 de diciembre o de enero corresponden a enero, las del día dos a febrero, las del día tres a marzo y así sucesivamente. Los siguientes doce días, que van del 13 al 24 de diciembre o enero, la lectura es inversa, debido a que el día 13 corresponde a diciembre, el 14 a noviembre, el 15 a octubre y así sucesivamente. En algunas comunidades, durante los siguientes seis días, cada uno de éstos permite hacer pronósticos para dos meses del año y el día de la víspera de año nuevo cada hora de luz corresponde a un mes. Imagen 1. Esquema del complejo de conocimientos sobre el pronóstico del tiempo En la comunidad de San Marcial Ozolotepec, en la Sierra Sur, algunas personas afirman que la segunda parte del mes de cabañuelas, del 13 al 24, la lectura del tiempo indica lo que sucederá en la región de los Valles Centrales. De tal suerte que del primero al 12 de diciembre algunas personas interpretan el comportamiento del clima para la zona del sur, justo donde se asienta la comunidad, y del 13 al 24 se hacen pronósticos para la región central del estado. Cuadro 1 (Cabañuelas en San Miguel Suchixtepec) Cuadro 2 (Cabañuelas en San Marcial Ozolotepec) El segundo periodo de pronósticos se hace entre fines de abril y principios de mayo, que corresponde al término de la temporada de calor y el comienzo de la lluvia. Debido a que es precisamente este momento en el que se lleva a cabo la siembra de maíz, en muchas de las comunidades se realizan diversos rituales agrícolas, así como ceremonias asociadas con el santoral. Finalmente, el tercer periodo coincide con la canícula, es decir, con una recesión del periodo de lluvia entre mediados de julio y mediados de agosto. Dependiendo de las señales observadas, se puede anticipar, precisamente, una canícula de seca o canícula de lluvia. Una manera de nombrar a los periodos en los que se hacen pronósticos de largo plazo en Santiago Xanica es rluu mioo: rluu, “enseñar” y mioo, “luna” o “mes”; es decir, “mes que enseña” o “mes en el que se interpreta o pronostica”. Para el caso de los días específicos en los que se hacen lecturas del tiempo, en San Miguel Suchixtepec se les denomina with xgab, “día de pensar”, de with, “sol” o “día”, y xgab, “pensar”. Muchas de las señales se perciben en lugares como las ciénegas o la cima de los cerros. Sobre los periodos del año, al tiempo seco se le denomina en San Miguel Suchixtepec mbè’ bë’, “mes de calor” y al tiempo de lluvia mbè’ mbi yi, “mes de lluvia”. Otras expresiones que aluden a periodos climáticos son mbè’ yiee’, “mes de flores” (primavera) y mbè’ mbi’, “mes de viento” (noviembre, diciembre, febrero). En San Marcial Ozolotepec los términos para algunas de las épocas del año son: mbe beyi, “mes de lluvia”; mbe nâ, “mes frío” y mbe bĕ, “mes seco”. En relación a la forma de nombrar los distintos fenómenos, en Buenavista Loxicha se le denomina huix a cualquier suceso físico o climatológico fuerte, es decir, a cualquier manifestación intempestiva de la naturaleza; en tanto que a aquellos sucesos asociados sobre todo con tormentas y huracanes los llaman yi tab, término empleado también en San Marcial Ozolotepec. De manera general, las señales pueden clasificarse a partir de su procedencia, ya sea que deriven de animales, fenómenos físicos u otro tipo de señales. En el caso de los animales, la gran mayoría de las señales están asociadas con el arribo o abundancia de lluvia y la mayor parte de las señales, independientemente de lo que anuncian, provienen de aves. Imagen 2. Esquema de pronósticos de fenómenos físicos derivados de animales Entre las señales que se distinguen de las aves está su sonido. La chachalaca, por ejemplo, anuncia que lloverá muy pronto cuando grazna al medio día o en momentos de mucho calor. De manera similar, el canto de la perdiz por las noches o cuando el calor es muy fuerte, anticipa la lluvia. También el vuelo es considerado en ocasiones una señal, como en el caso de los pericos, ya que cuando éstos vuelan durante la temporada de lluvia a baja altura y cerca del pueblo, es indicio de que las lluvias pararán. Un caso muy curioso es el de las gallinas, de las que se dice que cuando comen piojos después de una lluvia, significa que ese mismo día volverá a caer agua. Además de las lluvias, otro tipo de eventos, como los temblores, Xù’, xu’, xu, xo’ en distintas variantes zapotecas del sur. son anunciados por las aves. Tal es el caso del gallo, el cual, al cacarear durante varias noches seguidas, avisa la proximidad de dicho fenómeno. En ocasiones los nombres de las aves que pronostican el temporal son al parecer expresiones onomatopéyicas. Muestra de ello es el nombre de un pájaro llamado Santiago. Al respecto, el señor Prudencio Santiago, originario de Buenavista Loxicha, explica lo siguiente: “Hay un pájaro que su canto suena `santiooo, santiooo, santiooo, chrr… santiooo, santiooo, santiooo, chrrr´. A este pájaro le llamamos Santiago, debido al sonido que produce y cuando canta por las noches quiere decir que se aproxima la lluvia. Por eso la gente lo escucha cada año antes de la temporada de agua”. Testimonio del señor Prudencio Santiago, Buenavista Loxicha, mayo de 2012. Cuadro 3. Señales para el pronóstico del tiempo provenientes de aves La información disponible sobre mamíferos es muy limitada. Una de estas señales deriva del venado, cuyo bramido antes del anochecer es tomado por los zapotecos del sur como anticipo de la lluvia. En el caso de los insectos, los anuncios indican únicamente el arribo del agua y las señales consisten sobre todo en su presencia o vuelo en ciertos lugares, así como su sonido. Un caso peculiar es el de la Mantis religiosa, ya que se cree que cuando hace mucho ruido por las noches avisa que muy pronto lloverá. Finalmente, están los reptiles y anfibios, en cuyo grupo se encuentran la rana, el sapo, lagartijas y tortugas terrestres. Los sapos y algunas lagartijas son llamados en ocasiones “hijo del Rayo”, pues se cree que son animales vinculados con dicha entidad sagrada, propiciadora de la lluvia. En el caso de las lagartijas, la especie Anolis nebuloides es sumamente significativa dentro de la cosmovisión y la etnometeorología en diversas comunidades zapotecas de la zona sur. Según el conocimiento tradicional, este reptil no sólo anuncia el arribo de la temporada de lluvia, sobre todo a partir de su presencia abundante cerca de las casas, lo cual ocurre a finales de abril. También permite a las personas saber la intensidad o comportamiento del temporal, mediante la tonalidad de la membrana que porta en la parte baja, desde la papada hasta el pecho. Si su color es rosa la gente tiene la certeza de que el agua será abundante, así como la cosecha de maíz; pero si el color es de un rojo intenso, se cree que con mucha probabilidad la lluvia se retrasará o habrá sequía. Cuadro 4. Señales para el pronóstico del tiempo provenientes de mamíferos, insectos e invertebrados y anfibios y reptiles Sobre los fenómenos físicos, denominados en San Marcial Ozolotepec como ko nchak lo islio, “fenómenos que suceden en la tierra”, se encuentran las vibraciones del suelo, el arcoíris, el rayo, la neblina, las nubes y el viento. Las vibraciones de la tierra se pueden percibir en distintos lugares, pero sobre todo alrededor de manantiales y ciénegas. Cuando las vibraciones ocurren entre las 5 y 6 de la mañana suelen anunciar lluvias intensas, en especial durante la canícula, que es la recesión de la lluvia de mediados de julio a mediados de agosto, como se dejó anotado. Sin embargo, estas vibraciones también pueden anticipar huracanes, tormentas o temblores. En la mayoría de los casos, dicho fenómeno es asociado con la culebra de agua, Mbel nith, San Pedro Coatlán; ma’l nis, Santiago Xanica; mbëa nith, Buenavista Loxicha; mbea’ nith, San Marcial Ozolotepec. entidad emparentada con el Rayo y a la que se le adjudica el papel de vigilar las cuevas, las ciénegas y los manantiales, así como a los animales, en especial al venado. En la cosmovisión de los zapotecos del sur, la presencia o ausencia de la culebra implica de manera análoga la abundancia o desaparición del agua, situación que puede corroborarse a partir de una serie de relatos y testimonios como el siguiente, el cual fue proporcionado por el señor Policarpio Reyes de San Miguel Suchixtepec, en septiembre de 2011: La culebra de agua es un encantado. Ese animal está en los lugares que son encantos. Esos lugares están donde hay laguna. En el Calvario, antes había una laguna y la gente iba a traer agua en cántaros. Ahí llegaba el venado a tomar agua. Un señor que vive allá abajo que se llama Tomás Sánchez dice que una vez que había una temporada fuerte retumbó mucho la tierra y cayó mucho rayo. Entonces vio cómo se arrastró la culebra en el suelo y se fue bajando, hasta que desapareció. Así fue como se secó esa laguna. El carácter del Rayo como propiciador de la lluvia se da en su calidad de rayo de lluvia y rayo de agua. Esto ocurre, por ejemplo, en el mes de mayo, que es cuando inicia el ciclo de lluvia, como se mencionó. Hay ciertos lugares que son especiales para observarlos, como los santuarios o adoratorios llamados “casas de rayo”, “Casa de rayo” o “donde está el rayo”: Gyy lo wzy (San Agustín Loxicha), lits wnziy’ (Santiago Xanica), list mdi’ (Buevavista Loxicha), list wndi’ (San Miguel Suchixtepec), liz wndi (San Marcial Ozolotepec), lo wndi’ (San Pedro El Alto). que consisten en cuevas, cimas de cerros, ciénegas, manantiales y pequeñas planicies con pinos de ocote. En algunos de estos lugares hay piedras semiesféricas llamadas “piedras de rayo”, a las cuales se les sahúma y ofrenda. Se cree que su profanación trae consigo enfermedad o muerte para quien lo hace. De manera similar, el avistamiento de neblina sobre ciertos lugares es señal de lluvia y de huracanes. El nombre general para la neblina en algunas de las variantes es mbe, bee, be’, be. Sin embargo, en San Marcial Ozolotepec existen términos específicos para ambos tipos de neblina, los cuales son: be yi, “neblina de lluvia” y be yi tab, “neblina de temporal” o “neblina de huracán”, respectivamente. Uno de los casos más interesantes es el de las nubes, de las cuales hay una categorización amplia. En la región las variantes que se emplean para nube son xkow, xkwa y xkëw, y los tipos de nubes, así como sus nombres correspondientes, son: xkow yig, “nube de hielo” o “nube de helada” (San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec), xkow gi, xkow yi, “nube de lluvia” (San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec), xkow yi kie’, xkow gi kie’, xkwa yi kie, gi kie’, “nube de piedra” o “nube de granizo” (San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec, Santa Cruz Xitla, Buevavista Loxicha), xkow gi, xkow yi, xkow yi xo’, “nube de tormenta” (Buenavista Loxicha, San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec), xkow bii, xkow bi, “nube de viento” (San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec), xkow xo’, xkow yoo, xkow xu’, xkwa xo’, “nube de terremoto” (Buenavista Loxicha, San Miguel Suchixtepec, San Marcial Ozolotepec, Santa Cruz Xitla), xkow ren, “nube de sequía” (San Marcial Ozolotepec) y xkëw agüits, “nube blanca” (Santiago Xanica). Cuadro 5. Clasificación de nubes Otros dos elementos que sirven como señales del temporal son el arcoíris y el viento. El primero de éstos indica el término de la lluvia y el segundo –que puede anunciar lluvia, tormentas o huracanes– recibe los nombres de be yi, “neblina de lluvia” y bĕ yi xo’, “viento de lluvia fuerte”, en San Marcial Ozolotepec, y meh to’, “viento grande”, y meh tux, “viento peligroso”, en Santiago Xanica. Por último, existen otro tipo de señales que corresponden a diversas situaciones o sucesos, una de las cuales es la caída de rocas o piedras de la parte alta de los cerros sin alguna causa aparente. Esto es tomado como señal de la proximidad de un huracán o tormenta. De igual manera, algunos sonidos del mar también alertan sobre el arribo de dichos fenómenos. Dos señales que anuncian la llegada de la temporada de lluvia son el vuelo al aire de una telaraña y la formación de espuma en la superficie de los ríos. Un elemento que puede interpretarse de dos maneras distintas es la lumbre. Su tono rojizo durante la temporada de lluvia es signo de un cese próximo del agua, en tanto que la lumbre rojiza de la quema de la parcela, antes de la siembra, anticipa el retraso de la lluvia. En contraste, su tono claro durante la temporada húmeda es indicio de la prolongación del ciclo pluvial, mientras que en la quema del terreno de siembra este tono se interpreta como la pronta caída del agua. Cuadro 6. Otras señales para el pronóstico del tiempo Consideraciones finales En su propuesta sobre el estudio de la religión y cosmovisión mesoamericanas, Broda (2009: 47) considera que a pesar de la desarticulación de dichos complejos, provocada por la conquista española, sobrevivieron en las comunidades campesinas buena parte de los conocimientos en torno al medio ambiente, los ciclos de la naturaleza, la agricultura, la botánica y la geografía: “[...] los cultos del agua y de la fertilidad agrícola siguen teniendo tanta importancia para el campesino indígena actual como para el de hace siglos” (Broda, 2001: 23). A partir del análisis realizado a lo largo de este trabajo, podemos constatar la vigencia de conocimientos tradicionales sobre el comportamiento de la naturaleza, en términos del propio medio natural, la agricultura y, en el presente capítulo, la zoología en el territorio zapoteca del sur de Oaxaca. Tal como señala Broda, el culto al agua y la lluvia sigue ocupando un lugar fundamental dentro de la religiosidad y la cosmovisión de los pueblos que habitan ese territorio. En el caso expuesto, la predominancia del Rayo como aquella entidad que concentra las atribuciones de propiciación de la lluvia y del crecimiento de las plantas, es muestra de la continuidad del complejo que hemos descrito como parte de un proceso de larga duración, con adaptaciones y particularidades entre las comunidades zapotecas. Muestra de ello es tal vez la terminología sobre “etnometeorología” y “etnozoología”; algunas señales específicas derivadas de las características propias de los distintos hábitats; una mayor o menor influencia de formas de conocimiento ajenas a la tradición, las cuales se han ido incorporando a las formas de relación con la naturaleza, entre otras. Sin embargo, es necesario un estudio más detallado que dé cuenta de aspectos como: la descripción física de las especies de animales que permiten pronosticar las lluvias; un mayor énfasis en los territorios en los que se ponen en práctica los conocimientos tradicionales; y, en fin, la importancia de otros elementos como, por ejemplo, las plantas. Mapa 1. Situación geográfica: Regiones de Oaxaca, Distritos de Oaxaca, Comunidades zapotecas de la zona sur referidas en este capítulo: elaboración del autor. Cuadro 1. Funcionamiento de las Cabañuelas en San Miguel Suchixtepec. Días (diciembre) Mes correspondiente Días (diciembre) Mes correspondiente 1 Enero 17 Agosto 2 Febrero 18 Julio 3 Marzo 19 Junio 4 Abril 20 Mayo 5 Mayo 21 Abril 6 Junio 22 Marzo 7 Julio 23 Febrero 8 Agosto 24 Enero 9 Septiembre 25 Enero, febrero 10 Octubre 26 Marzo, abril 11 Noviembre 27 Mayo, junio 12 Diciembre 28 Julio, agosto 13 Diciembre 29 Septiembre, octubre 14 Noviembre 30 Noviembre, diciembre 15 Octubre 31 Todo el año 16 Septiembre     Cuadro 2. Funcionamiento de las Cabañuelas en San Marcial Ozolotepec Días (enero) Mes correspondiente Región Días (enero) Mes correspondiente Región 1 Enero Sur 17 Mayo Oaxaca 2 Febrero Sur 18 Junio Oaxaca 3 Marzo Sur 19 Julio Oaxaca 4 Abril Sur 20 Agosto Oaxaca 5 Mayo Sur 21 Septiembre Oaxaca 6 Junio Sur 22 Octubre Oaxaca 7 Julio Sur 23 Noviembre Oaxaca 8 Agosto Sur 24 Diciembre Oaxaca 9 Septiembre Sur 25 Enero, febrero Sur 10 Octubre Sur 26 Marzo, abril Sur 11 Noviembre Sur 27 Mayo, junio Sur 12 Diciembre Sur 28 Julio, agosto Sur 13 Enero Oaxaca 29 Septiembre, octubre Sur 14 Febrero Oaxaca 30 Noviembre, diciembre Sur 15 Marzo Oaxaca 31 Todo el año Sur 16 Abril Oaxaca       Cuadro 3. Señales para el pronóstico del tiempo provenientes de aves Nombre común Zapoteco/variante Descripción, Significado Sarnícula Msiy lit´ (Santiago Xanica) Pájaro que habita en la costa, semejante al gavilán. Anuncia la retirada de las lluvias, en especial cuando éstas han sido muy fuertes. Chachalaca Kiik (Santiago Xanica) Cuando se le oye cantar al medio día o en momentos de mucho calor, es señal de que pronto lloverá. Gallina de monte o perdiz Mtsúu (Santiago Xanica) Cuando canta en horas de calor o por las noches, anuncia la llegada de las lluvias. Perico Mkiil (Santiago Xanica), myin (San Marcial Ozolotepec) Si durante la temporada de lluvias vuela a baja altura por las mañanas y cerca del pueblo, quiere decir que pronto dejará de llover. Calandria   Si hace su nido con anticipación, la lluvia llegará antes de tiempo. Pájaro primavera Mkiin miaan (Santiago Xanica), mblús (San Marcial Ozolotepec) Si se le ve volar antes de lo acostumbrado, anuncia el arribo anticipado de las lluvias. Pájaro chismoso Ndxuúb (San Bartolomé Loxicha) Si por las tardes canta en tono bajo cerca de las casas, significa que la lluvia se acerca. Gallina Ngid goa (San Marcial Ozolotepec), nquiit cóss (Santiago Xanica) Si comen piojos cuando ha parado la lluvia, significa que volverá a llover ese mismo día. Gallo Ngid te (San Marcial Ozolotepec), nyid kay (Santiago Xanica) Su canto nocturno y repetitivo se interpreta como anuncio de temblores. Pájaro Santiago   Su canto nocturno anuncia la llegada de las lluvias. Se le llama Santiago porque su sonido es percibido por las personas como: “santiooo, santiooo, santiooo, chrr...” Zopilote Ngóol (San Bartolomé Loxicha) Cuando los zopilotes vuelan miy alto es señal de que habrá sequía. Cuadro 4. Señales para el pronóstico del tiempo provenientes de mamíferos, insectos e invertebrados y anfibios y reptiles Nombre común Zapoteco/variante Descripción, Significado Mamíferos Venado Msin (San Marcial Ozolotepec), Mziin (Santiago Xanica) Cuando brama antes del anochecer significa que lloverá. Perro Mbáak (San Bartolomé Loxicha) El ladrido nocturno de los perros es señal de un temblor. Insectos e invertebrados Hormiga barrendera Mer be´ (Santiago Xanica), Mdxebíi (San Bartolomé Loxicha) Con su aparición en ciertos lugares es señal de que no lloverá en los próximos días. Hormiga chicatana Mieats (Santiago Xanica), mbrei (San Marcial Ozolotepec) Especie de hormiga grande, color café, con alas largas. Cuando sale de su hormiguero anuncia el arribo de las lluvias. Luciérnaga Su vuelo a ras del suelo en la temporada de lluvia es indicio de la continuidad y la abundancia del agua. Cierto tipo de lombriz de tierra Mbéeyloóbdeh’ (San Bartolomé Loxicha) Mbel yig (San Miguel Suchixtepec) Cuando se le ve en la superficie, es señal de que ese día lloverá. En Suchixtepec se cree que cuando se ven bolas de lombrices llamadas “culebra de hielo” es indicio de heladas. A este tipo de lombrices se les ve sobre todo en septiembre. Chicharra o cigarra   Su sonido anuncia la lluvia. Mantis Wins (Santiago Xanica) Cuando hace mucho ruido por las noches, se sabe que lloverá pronto. Escarabajo de lluvia Ngut (San Marcial Ozolotepec) En tiempo seco es de color café, mientras que durante las lluvias adopta un color negro. Reptiles y anfibios Rana Meets pi´ (Santiago Xanica), mbi’ch (San Marcial Ozolotepec) Si en un día caluroso canta al mediodía, anuncia la llegada de las lluvias. Lagartija hija del Rayo Xi mdi’, xua mdi, xin nwziy (hijo del Rayo)’, xumbil, mbil (varias comunidades) Cuando extiende su membrana que tiene debajo de la cabeza, anuncia lluvia para ese día. A principios de la temporada de lluvia, si la membrana es color rosa, es señal de que habrá lluvia abundante, pero si el color es rojo intenso, se sabe que habrá poca lluvia. Tortuga terrestre Si se le ve en el suelo a medio día, significa que lloverá pronto, pero si se le ve en el agua, quiere decir que habrá sequía. Sapo Xin nwziy, “hijo del Rayo” (Santiago Xanica) Su aparición anuncia la llegada de las lluvias. En varios pueblos zapotecos de la zona sur y los Valles Centrales se cree que los sapos son animales del Rayo y caen de las nubes con la lluvia. Cuadro 5. Clasificación de nubes Nombre Zona sur Valle de Miahuatlán Valles Centrales Nube de helada San Miguel Suchixtepec y San Marcial Ozolotepec: xkow yig     Nube blanca Santiago Xanica: xkëw agüits     Nube negra Buenavista Loxicha: yal yi San Pedro Coatlán: xkwa ngat San Mateo Macuilxóchitl: zaya’s Nube de sequía San Marcial Ozolotepec: xkow ren     Nube de tormenta Buenavista Loxicha: xkow gui, xkow yi San Marcial Ozolotepec: xkow yi xo’   San Mateo Macuilxóchitl: bel gu’n (“culebra toro”) San Jerónimo Tlacochahuaya: nisie pi’ Nube de granizo San Miguel Suchixtepec: xkow yi kie’ San Marcial Ozolotepec: xkow gi kie’ Buenavista Loxicha: gui kie’ Santa Cruz Xitla: xkwa yi kie San Pedro Coatlán: xkwa gi San Jerónimo Tlacochahuaya: nis guiee’   Nube de temblor Buenavista Loxicha: xkow xo’ xkow yoo, xkow xu San Marcial Ozolotepec: xkow xu’ Santa Cruz Xitla: xkwa xo’ San Jerónimo Tlacochahuaya: dzao xu’ Nube viento SMS: xkow bii SMO: xkow bi   San Marcos Tlapazola: xkai bi o xkaw bi San Mateo Macuilxóchitl: bel bii (“culebra viento” San Jerónimo Tlacochahuaya nisa do’ Cuadro 6. Otras señales para el pronóstico del tiempo meteorológico Nombre común Descripción, Significado Otras señales Piedras y rocas Cuando caen piedras o rocas de una montaña sin causa aparente, es señal de que se aproxima una tormenta o huracán. Mar Cuando por la mañana se escucha un ruido proveniente del mar, se toma como señal de un huracán o tormenta. Este fenómeno se asocia con la culebra de agua y el Rayo. Telaraña Cuando se ve volar en el aire cerca de la temporada de lluvia, significa que ésta arribará pronto. Lumbre Si durante la temporada de lluvia su color suele ser de un rojo intenso, significa que pronto dejará de llover, pero si es un tono claro, se cree que la lluvia continuará por más tiempo. Cuando se quema el terreno de siembra, si el tono de la lumbre es muy claro, es señal de que la lluvia no demorará, pero si es intenso su color, se cree que ésta se retrasará. Espuma Cuando se forma espuma en la superficie de los ríos se toma como señal del arribo de las lluvias. 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