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The legislative media and the redefition of politics news value in Brazil
DR. ANTONIO TEIxEIRA DE BARROS, Centro de Formación, Entrenamiento y Mejoramiento (CEFOR) de la Cámara de Diputados, Brasil
(antonibarros@gmail.com)
DRA. CRISTIANE BRUM BERNARDES, (cris.brum@gmail.com)
DRA. CLAUDIA R. F. LEMOS, (claudiarflemos@gmail.com)
TEIxEIRA, A., BRUM, C. y LEMOS, C. / Los medios legislativos y la redefinición de la noticiabiidad
política en Brasil (pp. 107-114)
Dossier
Políticas
Públicas
Los medios legislativos y la redefinición de la
noticiabilidad política en Brasil
RESUMEN
ABSTRACT
Los criterios de noticiabilidad y los valores-noticia en la cobertura política
en Brasil han sido redefinidos con el surgimiento de los medios legislativos, además de otros medios institucionales engendrados en los años 90.
El periodismo hecho por esos medios lleva la información directamente
al ciudadano y sirve como material para medios y empresas periodísticas. Sin embargo, ese nuevo tipo de periodismo es criticado como una
práctica paternalista del Estado, que utiliza las técnicas periodísticas para
influenciar la opinión pública. El texto discute el impacto informativo de
este modelo que resultó en la creación de una nueva categoría periodística
llamada “medios de las fuentes”. Estos medios ofrecen el noticiario listo y
evitan que los hechos relacionados a la acción institucional lleguen a los
filtros de los medios privados. Concluye que un sistema de comunicación
pública, aunque sea también un servicio público, debería funcionar de
manera independiente del Estado, tanto del punto de vista burocrático
como de la producción y emisión de contenidos.
The criteria of newsworthiness and news value of political journalism
in Brazil were redefined with the rise of legislative media, besides other
institutional media outlets established in the 1990s. Journalism produced
by these media brings information directly to the citizen and feeds media
outlets and news corporations. But this new kind of journalism is criticized
as being a paternalistic practice of the State, which appropriates journalistic
techniques in order to influence public opinion. This paper discusses the news
impact of that model, which led to the establishment of the so-called “source
media”. These media offer ready-made news bulletins, preventing news items
on institutional action from passing through the filters of private media. It
concludes that a public communications system, even if it is a public service,
should operate independently from the State, both from a bureaucratic point
of view as well as in terms of content production and dissemination.
Palabras clave: Legislativo, información política, noticiabilidad, valores-noticia, periodismo cívico, periodismo público.
Keywords: Legislative, political information, newsworthiness, news values, civic
journalism, public journalism.
1 Esta investigación se realizó en el marco del proyecto “Acciones de comunicación de la Cámara de Diputados para la promoción de la democracia y la participación popular”,
del Programa de Posgrado en Instituciones y Procesos Políticos del Legislativo promovido por el Centro de Formación, Entrenamiento y Mejoramiento (CEFOR) de la Cámara de
Diputados brasileña.
CUADERNOS DE INFORMACIÓN / Nº 28 / 2011 - I (ENERO - jUNIO) / ISSN 0716-162x
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ARTÍCULO
Recibido: 07/ 04/ 2011. Aceptado: 05 / 05 / 2011
1.INTRODUCCIÓN
Hace más de una década que el Parlamento brasileño ha
empezado a implantar sistemas de comunicación específicos
para cada una de las dos casas legislativas: Cámara de Diputados y Senado Federal. Los dos sistemas son compuestos principalmente por medios periodísticos -periódico impreso, canal
de TV por cable y abierto, emisora de radio y agencia de noticias online-, además de iniciativas de publicidad y de relaciones
públicas, como campañas institucionales, servicios de atención
al público, programas de visitación pública y de recepción de
estudiantes, entre otros.
La institucionalización de una política de comunicación
para la aproximación del Poder Legislativo a la sociedad y al
ciudadano es un proceso nuevo en Brasil y sus marcos fueron
la creación de la TV Assembléia de Minas Gerais, en 1995, y de
la TV Senado, de ámbito federal, en 1996. Las dos emisoras fueron desarrolladas a partir del espacio abierto por la legislación
de la TV por cable (Ley 8977/95), que permitió la creación de
canales del Poder Legislativo junto a las emisoras universitarias
y comunitarias. Esos vehículos, que son denominados medios
de las fuentes o medios corporativos (Sant’anna, 2006, p. 3),
tienen como referencia la iniciativa del Congreso Nacional
norteamericano que, en 1979, tuvo la primera sesión legislativa de la House of Representatives transmitida por la televisión (Cook, 1989, p. 1). Destacamos, sin embargo, que en el
caso estadounidense, la transmisión es hecha por un canal
independiente, una organización mantenida con recursos
aportados por los operadores de cable y no del propio Congreso, como suele ocurrir en Brasil.
La Cámara de Diputados brasileña, que ya tenía un servicio
de radiodifusión desde 1961, responsable de divulgar los trabajos
en el programa Voz do Brasil desde 1963, y un boletín informativo impreso, editado desde 1971, siguió el camino de los otros
órganos legislativos y se adentró en la comunicación electrónica con vehículos propios en la década de los 90. Además de
TV Câmara y del servicio de 0800 (servicio telefónico gratuito),
creados en 1998, la institución cambió el boletín informativo y
lo transformó en Jornal da Câmara y, además, empezó los trabajos de Radio Câmara en 1999. En 2000, el último vehículo
empezó a funcionar: Agencia Câmara. Concursos públicos
han sido realizados para contratar profesionales de periodismo,
publicidad y relaciones públicas.
La Cámara de Diputados y el Senado Federal, al institucionalizar sistemas de periodismo, con radio, TV, periódico impreso
y agencia online de noticias, están basados en el principio constitucional de que el ciudadano tiene derecho a la publicidad de
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actos, decisiones y actividades gubernamentales. De acuerdo
con la Constitución Federal de 1988, el trabajo de toda institución pública debe ser accesible a la sociedad. La creación de
los medios periodísticos de la Cámara brasileña se basa, además, en el diagnóstico de que la institución debe complementar la actuación de la prensa en la difusión de las actividades
parlamentarias, para compensar deficiencias percibidas en los
medios privados, una vez que es comprendida como instrumento de comunicación pública.
Los medios fueron creados, por lo tanto, con el objetivo
de llevar al ciudadano el máximo de informaciones sobre la
actuación parlamentaria, a fin de permitir más visibilidad al
Legislativo y de brindar al electorado y a las instituciones de
la sociedad civil informaciones sobre los temas analizados y
votados por el Senado Federal y por la Cámara de Diputados.
El principio es que cuanto mayor es la visibilidad, mayor será
la posibilidad de participación popular y de fortalecimiento de
la representación política, ya que la divulgación de las informaciones legislativas es considerada uno de los principales
elementos para el perfeccionamiento de la relación entre los
parlamentarios y sus electores. Estudios realizados sobre el
tema muestran que, en alguna medida, comienzan a aparecer
efectos positivos, ya que hoy están disponibles informaciones
que no eran accesibles al ciudadano y son resultado de la actuación de esos medios (Matos, 1999; Santos, 2005; Paz, 2006)
2. LA VISIBILIDAD DEL PARLAMENTO
La institucionalización de los medios de comunicación
legislativos se basó en análisis que diagnosticaron las deficiencias de la cobertura realizada por los medios comerciales. En
la evaluación de los gestores de información del Parlamento,
se detectó que aunque los medios privados tengan libertad de
expresión, contribuyen más al desgaste de la democracia que a
su perfeccionamiento, toda vez que se pautean en estereotipos
que reducen el papel del Parlamento. Los diagnósticos internos
encuentran respaldo en estudios de científicos políticos. Entre
esos estudios, destaca el de Alessandra Aldé (2004) que identifica en el discurso de los medios sobre la política tres tendencias
principales: la centralización de la producción periodística en
los mecanismos cognitivos de la esencia de los hechos; el estatuto visual de la política; y la personalización (p. 175). De esa
manera, electores y políticos son personalizados, sacados del
contexto social e insertados en estructuras narrativas que los
encuadran como personajes de conflictos específicos. Por otra
parte, los conflictos son reducidos a cuestiones prácticas, con
lados fácilmente identificables por los lectores. Ganan fuerza
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3. LA NOTICIABILIDAD EN LOS MEDIOS LEGISLATIVOS
El Poder Legislativo brasileño optó por un sistema de información que define como su objetivo el contribuir a la formación
de ciudadanos críticos y participativos. Para tanto, los vehículos de información no se limitan a la divulgación fragmentada
y episódica sobre el Parlamento. El objetivo es la emisión sistemática y continuada de contenidos sobre el mismo tema, de
modo contextualizado y detallado, a fin de ofrecer elementos
para que el ciudadano receptor pueda comprender el proceso
legislativo y la coyuntura política, además del noticiario factual.
Esa es la forma peculiar del Poder Legislativo para aplicar algunos de los principios del llamado periodismo cívico o
periodismo público. El movimiento norteamericano llamado
civic journalism es un intento de abandonar la noción de que
los periodistas y su público son “espectadores” del proceso
político y social: “En el centro de la noción de civic journalism
está la creencia de que el periodismo tiene una obligación con
la vida pública, ya que va más allá del simple relato de noticias o de la detección de hechos”2. Según Traquina, ese nuevo
periodismo surge en la década de los 90 para revertir la progresiva falta de credibilidad del medio comercial alrededor del
mundo, especialmente en los Estados Unidos (2001, p. 171). El
autor escoge la denominación periodismo cívico por el énfasis
que los adeptos a la práctica dan al concepto de ciudadano. Sin
embargo, Traquina reconoce que la práctica también recibe los
nombres “periodismo comunitario”, “servicio público”, y simplemente “público”.
Una de las principales diferencias, por lo tanto, entre periodismo público y periodismo convencional está en la definición
de los criterios de noticiabilidad. La noticiabilidad -conjunto de
requisitos que son exigidos a un hecho para que se torne una noticia, o sea, para que tenga existencia pública (Lalínde, 1990)- es
un componente importante en los análisis sobre el periodismo,
especialmente aquellas identificadas con la perspectiva teórica
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cuando las acciones de los gobernantes son “detalladas, juzgadas y
criticadas cuando se vuelven públicas” (p. 30).
Para cumplir con la obligatoriedad de la difusión de las
acciones y, a la vez, garantizar una divulgación favorable de las
informaciones, los gobiernos desarrollaron una serie de estrategias que incluyen desde el ya tradicional asesoramiento de
prensa hasta los nuevos medios institucionales, pasando por
otras herramientas de comunicación. Al contrario de los medios
comerciales, la motivación para las emisoras legislativas no es
económica, sino política, amparada en la disputa por visibilidad social entre grupos de intereses, entidades e instituciones.
ARTÍCULO
las imágenes que identifican a los políticos como personajes
con conflictos electorales o con la ley, así como los electores
son individualizados en ejemplos que no son representativos
del conjunto de la población, pero que tienen el poder simbólico de retratar situaciones concretas de vida.
Al mismo tiempo, la crisis de credibilidad de las instituciones políticas, especialmente de los Parlamentos, demuestra
que hay una exigencia mayor de los ciudadanos por transparencia en las administraciones (Jardim, 2006) y de los propios
representantes, por una mayor visibilidad de su trabajo (Cook,
1989; Freitas, 2004). La falta de información de los ciudadanos
sobre las funciones y el funcionamiento de las casas legislativas puede llevarlos, incluso, a cuestionar la validez del gasto
para mantenerlas (Freitas, 2004). En dirección similar, se destaca que “la recuperación de los mecanismos representativos
depende de una mayor comprensión del sentido de la propia
representación” (Miguel, 2003, p. 123).
La importancia política de los medios de comunicación es
destacada por varios estudios. Muchas investigaciones indican
que las propias reglas políticas tienen un valor alterado con la
creciente influencia social de los medios de comunicación sobre
el campo político (Lima, 2001; Rubim, 1994). Giovanni Sartori
utiliza la expresión “videopolítica” para definir el nuevo poder
político de la televisión, en las sociedades contemporáneas,
de divulgar un hecho y, así, hacerlo ocurrir (2001). Un tipo de
“capital transferido” empieza a ser importante para legitimar a
los actores, o sea, en la disputa política pasan a valer características, cualidades y reconocimiento obtenidos en otras actividades, como el campo artístico o en el propio medio (Bourdieu,
2006, p. 189-190; Miguel, 2001, p. 8).
En la misma línea de pensamiento, la difusión de las
acciones de gobierno ha sido defendida por Norberto Bobbio,
según el cual “el poder político es el poder público” (2005, p.
28). Para Bobbio, la República es diferente de los regímenes
autoritarios o absolutistas exactamente porque hay un control público del poder y la libre formación de una opinión
pública (p. 28). El carácter público del gobierno representativo es resaltado por el autor, que argumenta que si la asamblea es la reunión de los representantes del pueblo -pero sus
decisiones son públicas apenas para ellos y no para todo el
pueblo-, las reuniones de la asamblea deben ser abiertas al
público de modo que cualquier ciudadano pueda tener acceso
a ellas (p. 30). De esa manera, Bobbio está de acuerdo con Carl
Schmitt y con la idea de que “la representación solo puede ocurrir en la esfera de la difusión” (p. 30), que la democracia necesita
ejercitar los derechos de libertad y solamente puede funcionar
2 Disponible en www.
pewcenter.org .
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de newsmaking. La noticiabilidad es constituida por los criterios, operaciones e instrumentos con los cuales los órganos de
prensa enfrentan la tarea de escoger las noticias (Wolf, 1995) y
está vinculada al proceso de rutinización y estandarización de
las prácticas productivas, lo que lleva a criterios como el espacio
disponible y la política editorial, la aprobación del anunciante
y la apreciación del lector (Berger, 1996).
Para una definición de los valores-noticia, varios autores ofrecen buenas pistas. Como no hay espacio para noticiar todos los
hechos del contexto social, cuestiones culturales, ideológicas,
políticas y económicas intervienen en la selección de los acontecimientos que deben ser noticia.
De hecho, los valores-noticia, que los periodistas frecuentemente sugieren que es algo intrínseco a los acontecimientos, para que
sean deducidos con la utilización del sentido noticioso, son códigos culturalmente específicos de contar historias. (Bird & Dardenne, 1993, p. 268)
Los criterios identificados por Johan Galtung y Mari Ruge
en un estudio sobre el noticiario internacional -frecuencia,
amplitud, claridad, significación, consonancia, imprevisibilidad, continuidad, composición, referencia a naciones de elite,
referencia a personas de elite, referencia a personas, referencia
a algo negativo- son ejemplos de los criterios adoptados en el
periodismo (Galtung & Ruge, 1993, p. 71; Kunczik, 1997, pp.
245-246). Mauro Wolf (1995, p. 179), a su vez, agrupa los diferentes valores-noticia en cuatro aspectos principales: contenido,
producto, público y concurrencia.
Algunos autores resaltan el papel de los valores-noticia, o news
judgement, en la denominación precisa de Gaye Tuchman (1993,
p. 83), como una defensa del periodista, que los invoca como
criterios profesionales y técnicas objetivas, para enfrentar las
críticas. El aprendizaje de esas reglas en el ambiente profesional,
a través de la socialización del periodista, sirve como facilitador
de las rutinas, toda vez que la adopción de esos criterios posibilita el cumplimiento de las tareas dentro del plazo disponible,
además de constituir un freno a los periodistas (Breed, 1993).
La noticiabilidad, por lo tanto, es definida en conjunto por los
informadores a través de un complejo proceso de negociación
que involucra a la institución como un todo, a los profesionales y a las fuentes de información (Tuchman, 1983, p. 25). A
partir de la negociación son definidos reglas y métodos para la
recolección, la selección y la presentación de las informaciones
o de los hechos noticiosos.
Al contrario de los medios privados, que seleccionan los
temas legislativos de acuerdo con criterios de noticiabilidad
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y valores-noticia inusuales o que privilegian la denuncia, los
vehículos de información del Poder Legislativo son regidos
por criterios periodísticos que se basan en valores-noticia diferentes. Lo que es noticia, según las directrices editoriales que
orientan la cobertura de los medios mantenidos por el Poder
Legislativo, son los temas relacionados a materias legislativas
de carácter institucional, o sea, que sobrepasan la esfera de
actuación parlamentaria individual y las iniciativas partidarias aisladas. Así, constituyen esa categoría las deliberaciones
de la Mesa Directora, de las comisiones permanentes, los pronunciamientos de los líderes, los debates en Plenario y en las
comisiones técnicas, como la votación de proyectos de leyes,
seminarios y audiencias públicas.
Mientras que los medios privados informan solo el resultado
de algunas votaciones evaluadas como de gran impacto social
y concentran la cobertura del Parlamento en las disputas entre
los parlamentarios, los medios institucionales transmiten información sobre todo el proceso de tramitación de un proyecto
de ley: por ejemplo, desde su presentación por el parlamento,
incluyendo los cambios hechos por las enmiendas y sustitutivos en cada una de las comisiones por las cuales la materia
se tramitó, hasta la aprobación definitiva o rechazo. Ese tipo
de cobertura se basa en el principio del periodismo público
(o cívico), que busca la comprensión del ciudadano, en lugar
de la mera divulgación de hechos por su capacidad de vender
noticia. Según el Manual de Redação da Câmara dos Deputados, el periodismo público
contribuye a que los segmentos organizados de la sociedad brasileña puedan participar activamente de las decisiones tomadas
por los parlamentarios, derecho inalienable de ciudadanía, lo
que fortalece el carácter democrático de la tramitación de las proposiciones y de su acción fiscalizadora sobre el Poder Ejecutivo,
para que haya el correcto uso de los recursos públicos”. (Malavazzi, 2004, p.24)
Otro diferencial de los medios legislativos con relación a los
medios privados es la profundización de la discusión pública
sobre los temas tratados por las comisiones y por el Plenario.
El temario, casi ausente de la cobertura realizada por la prensa
privada, se expone en los medios mantenidos por el Poder
Legislativo bajo la forma de debates polémicos, o sea, que presentan múltiples visiones y no apenas los llamados “dos lados
de la cuestión”. Al evitar la polarización y la dicotomía de los
debates públicos, los medios de comunicación del Poder Legislativo se basan en otro principio de la comunicación pública
y del periodismo cívico, que es el de contribuir a la educación
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de informaciones, que condiciona el ejercicio de la ciudadanía
a la recepción de informaciones divulgadas por los medios de
información.
En el periodismo público, comprendido como prestación de
servicios públicos de información a los ciudadanos, la captación de las demandas y la identificación de los intereses de los
diferentes segmentos de públicos, es uno de los diferenciales
con relación a los medios privados. Eso porque la comunicación
pública, en la cual el periodismo público se fundamenta, no
debería confundirse con administración pública, en su sentido
tradicional, toda vez que la última engendra prácticas paternalistas que predominan en los actuales servicios de comunicación
ofrecidos por los órganos públicos. La existencia de mecanismos efectivos de interactividad con los receptores rompe con
ese esquema paternalista, pues deja de ofrecer solo información
y empieza a captar las respuestas de los ciudadanos.
En los sistemas de comunicación del Poder Legislativo brasileño, la interactividad es mucho más pequeña. Puede ser identificada en los servicios telefónicos gratuitos, existentes tanto en
la Cámara de Diputados como en el Senado Federal. También
es utilizada en algunos programas de televisión y de radio que
cuentan con la participación de las audiencias, o en charlas de
la Agencia Cámara, en Internet. Se espera, aun, que la nueva
tecnología digital, en estudio para su implantación en las redes
de televisión, favorezca la interacción.
4. CONCLUSIONES.
La información política sobre el Poder Legislativo es uno de
los principales elementos para perfeccionar la relación entre
los representantes y sus electores, lo que es indispensable para
fortalecer la representación política. Es fundamental, por lo
tanto, el propósito de ofrecer nuevos encuadramientos, diferentes de aquellos limitados a los estereotipos y estigmas sobre
el Poder Legislativo. Sin embargo, sería necesario analizar más
largamente cuál es el alcance proporcionado por los medios de
divulgación mantenidos por las propias instituciones legislativas.
¿Están realmente orientados por los conceptos de comunicación
pública a que sus profesionales hacen referencia? ¿Consiguen
ofrecer nuevos encuadramientos, diferentes de los limitados a
los estereotipos sobre el Poder Legislativo? Además, ¿son capaces de avanzar en la oferta de oportunidades de participación
del público en los debates y decisiones, en vez de limitarse a
ofrecer informaciones?
Desde el punto de vista teórico, una de las contribuciones
del modelo de periodismo de interés público es el cambio de los
criterios de noticiabilidad y de los valores-noticia de los medios
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política del ciudadano, al ofrecer instrumentos analíticos para
que comprenda el proceso político/legislativo en su complejidad y, así, hacerse un ciudadano más participativo y actuante
en la sociedad. Bajo ese punto de vista, la información no es
tratada como un producto comercial, sino esencialmente como
instrumento para el ejercicio de la ciudadanía y de una cultura
política participativa.
De esa manera, la búsqueda de temas es incentivada por los
medios institucionales, a fin de presentar diferentes encuadramientos sobre el mismo asunto. Como ejemplos de ese tipo de
acción, se pueden destacar los contenidos que complementan
los noticiarios, como los debates y las entrevistas en las emisoras de radio y TV, además de la síntesis de las discusiones
polémicas en el Plenario, divulgados por la web y por los
vehículos impresos.
Otro ejemplo es la diferencia más sustantiva entre la cobertura de los canales de televisión privados y los noticiarios del
Legislativo. Mientras que en los canales privados solamente
aparecen los líderes de los partidos mayoritarios, el presidente de la Casa y algunos parlamentarios con más fama, la
propuesta de las emisoras del Legislativo es garantizar espacio
democrático para que todos los parlamentarios -y, así, todas
las corrientes que representan- aparezcan. Sin embargo, otros
estudios del grupo ya indicaron que, aún en los medios legislativos, las fuentes preferidas también son los líderes partidarios (Barros-Bernardes, 2007).
Sin embargo, eso no siempre se logra. En términos generales, los profesionales de la Cámara de Diputados oídos en
otros estudios (Paz, 2006; Queiroz, 2007) se dan cuenta de
que no existen criterios políticos y editoriales coherentes con
los principios básicos de la comunicación pública, respecto a
todo esfuerzo para esa adecuación en los últimos años. En el
periodismo, especialmente, cuestionan la similitud de formatos y criterios con los adoptados por los medios comerciales. Al
mismo tiempo, y contradictoriamente, cuestionan también la
adopción de criterios que son institucionales, y no periodísticos.
O sea, se cuestiona que el esfuerzo de definición de nuevos criterios de noticiabilidad en los medios del Poder Legislativo los
aleja de lo que los profesionales consideran como periodismo.
La redefinición de los criterios de noticiabilidad y de los
valores-noticia en la cobertura de los medios del Poder Legislativo forma parte de una política editorial que pretende estimular la participación del ciudadano. Esa concepción se basa
en el presupuesto de que un sistema público de información
debe asegurar al ciudadano mecanismos de interactividad
que rompan con el esquema tradicional de emisión unilateral
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convencionales, como fue abordado antes. Con nuevos criterios
de noticiabilidad, el modelo informativo resultante del fenómeno
de la pluralización de los medios interviene en la definición de
la agenda de temas políticos y legislativos, lo que rompe con el
silencio construido por los medios privados acerca de los temas
relativos a la actuación del Poder Legislativo. Entretanto, las
redefiniciones teóricas también son blanco de críticas, empezando por la naturaleza conceptual de esos servicios de información: ¿periodismo o divulgación institucional? ¿Servicio de
información pública o estatal?
En Brasil hay una dificultad histórica respecto a esa diferencia. Por definición, un sistema estatal de información es privativo
del Estado, con el objetivo de ofrecer al ciudadano contenidos
informativos, culturales y educativos. En ese régimen, cabe al
Estado la función exclusiva de financiar el sistema, nombrar sus
titulares y ejercer control sobre la programación. Un sistema de
comunicación pública, aunque sea también un servicio público,
debería funcionar de manera independiente del Estado, tanto
desde el punto de vista burocrático como de la producción y
emisión de contenidos. Se trata de una modalidad de servicio
de información pública caracterizado como no privativo del
Estado, con autonomía editorial y administrativa.
De esa manera, la gestión de un sistema de comunicación
pública debe ser implementada de forma independiente del
Gobierno, que no debe interferir en la selección de los ejecutivos y tampoco en su programación. En Brasil, muchas veces,
los dos sistemas son usados como sinónimos o términos intercambiables, cuando no lo son. Realmente, si el canal americano
C-Span -tomado como modelo para la creación de los medios de
televisión del Poder Legislativo- se encaja en ese modelo independiente, los canales brasileños, por supuesto, deben ser cla-
sificados como estatales, por su estructura y financiamiento.
Desde un punto de vista socio-político-cultural, se cuestiona la efectividad y la imparcialidad de los servicios de
información mantenidos por instituciones del Estado, como
es el caso del sistema de comunicación del Poder Legislativo en Brasil. La inserción de los discursos de los medios
oficiales, en teoría, debería atender a las demandas de la
sociedad y garantizar la constitución de un espacio público
democrático y pluralista. De lo contrario, la interferencia
en la esfera pública es reconocidamente limitada: aunque
enfrenten críticas, los medios privados ya se consolidaron
ante la opinión pública. Los sistemas estatales, por su parte,
enfrentan resistencias de la sociedad, ya que son asociados
a los intereses de dirigentes de las instituciones que mantienen esos medios institucionales.
Así, los medios estatales, aunque deseen ser públicos, tanto
por lo que registran en sus documentos como por lo que dicen
sus profesionales, son reconocidos como oficiosos por los ciudadanos que, generalmente, sospechan de la propuesta editorial
de esos canales de información. Para muchos, esas emisoras
sirven más como instrumentos de propaganda que de información propiamente dicha. Sin embargo, el principal obstáculo que esos canales encuentran es el desconocimiento
por parte de la población. En el caso específico del Poder
Legislativo, ni siquiera existen investigaciones para identificar el grado de información que existe sobre los canales
públicos, sobre la existencia de esos servicios y su aceptación. Con esas observaciones, salta a la vista la necesidad
de desarrollar mecanismos de autocrítica por parte de gestores y trabajadores de los sistemas de información pública
del Poder Legislativo brasileño.
SOBRE LOS AUTORES:
Dr. Antonio Teixeira de Barros, periodista, doctor en Sociología y maestro en Comunicación. /Profesor e
investigador del Programa de Posgrado en Instituciones y Procesos Políticos del Poder Legislativo, del Centro de
Formación, Entrenamiento y Mejoramiento (CEFOR) de la Cámara de Diputados – Brasil.
Dra. Cristiane Brum Bernardes, periodista, doctora en Ciencia Política y maestra en Comunicación e Información.
/ Profesora e investigadora del Programa de Posgrado en Instituciones y Procesos Políticos del Poder Legislativo,
del Centro de Formación, Entrenamiento y Mejoramiento (CEFOR) de la Cámara de Diputados - Brasil
Dra. Claudia R. F. Lemos, periodista y maestra en Letras. / Profesora e investigadora del Programa de
Posgrado en Instituciones y Procesos Políticos del Poder Legislativo, del Centro de Formación, Entrenamiento y
Mejoramiento (CEFOR) de la Cámara de Diputados - Brasil
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CUADERNOS DE INFORMACIÓN / Nº 28 / 2011 - I (ENERO - jUNIO) / ISSN 0716-162x