Este documento describe el modo de subsistencia lacustre de Santa Cruz Atizapán, México. Rescata datos etnográficos sobre la explotación de recursos de la laguna del Alto Lerma antes de su desecación. Excavaciones en el sitio La Campana revelaron asentamientos desde el Clásico hasta el Epiclásico, con más de 30 "bordos" que emergían de la laguna como islotes. La vida allí se centraba en la caza, pesca y recolección debido a la falta de tierra cultivable. Los restos recuperados
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Este documento describe el modo de subsistencia lacustre de Santa Cruz Atizapán, México. Rescata datos etnográficos sobre la explotación de recursos de la laguna del Alto Lerma antes de su desecación. Excavaciones en el sitio La Campana revelaron asentamientos desde el Clásico hasta el Epiclásico, con más de 30 "bordos" que emergían de la laguna como islotes. La vida allí se centraba en la caza, pesca y recolección debido a la falta de tierra cultivable. Los restos recuperados
Este documento describe el modo de subsistencia lacustre de Santa Cruz Atizapán, México. Rescata datos etnográficos sobre la explotación de recursos de la laguna del Alto Lerma antes de su desecación. Excavaciones en el sitio La Campana revelaron asentamientos desde el Clásico hasta el Epiclásico, con más de 30 "bordos" que emergían de la laguna como islotes. La vida allí se centraba en la caza, pesca y recolección debido a la falta de tierra cultivable. Los restos recuperados
Este documento describe el modo de subsistencia lacustre de Santa Cruz Atizapán, México. Rescata datos etnográficos sobre la explotación de recursos de la laguna del Alto Lerma antes de su desecación. Excavaciones en el sitio La Campana revelaron asentamientos desde el Clásico hasta el Epiclásico, con más de 30 "bordos" que emergían de la laguna como islotes. La vida allí se centraba en la caza, pesca y recolección debido a la falta de tierra cultivable. Los restos recuperados
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NOTAS SOBRE EL MODO DE SUBSISTENCIA
LACUSTRE. LA LAGUNA DE SANTA CRUZ
ATIZAPAN, ESTADO DE MXICO Colaboracin: Aurelio Monroy Garcia y Sirenio Martnez En el mes de octubre de 1977 se inici el reconocimiento preliminar del Proyecto Valle de Toluea. En esa primera temporada de campo, tuvimos la oportunidad de conocer al doctor Antonio Torres Quiones, expresidente municipal de Santiago Tianguistenco, quien tiene un valioso conoci- miento sobre el pasado histrico de la regibn. En ocasiones, el doctor T o m nos acompa en el recorrido de campo y nos explic sus ideas acerca de los pueblos prehispnicos que habitaban en el Valle de Toluca. A travs de l, hemos conocido a dos vecinos nativos del Municipio de Santa C m AtizapBn, quienes han moatrado una gran inquietud por conocer la identidad cultural de su pueblo. Desde entonces hasta la fecha, se ha mantenido nuestro contacto con don Aureiio Monroy Garcia, quien funge como representante de tierras comunales de dicho pueblo y con don Sirenio Martnez, ambos campesinos mayores de 60 aos. A travs de repetidas conversaciones, nos dimos cuenta de que ellos han tratado celosamente de conservar sus tes- timonios histricos como parte del patrimonio cultural del pueblo. Nos revelaron sus preocupaciones e inquietudes por el acelerada praceso de destruccin y desaparicin de vestigios prehispnicos. Durante el recorrido de campo, nos relataron la vida de un piieblo ribereo; cuando Santa Cruz Atizapn todava gozaba de l a riqueza lacustre de la 10 ANALES DE ANTRoPOLOGA antigua laguna del Alto Lerma Hay lamentan los cambios drsticos en su modo de subsistencia a partir de la deswcin de la laguna (mapa 1). El Pwyecto Valle de Toluca ha generado una serie de investigaciones pardlelas entre dlas la de economa lacustre, que aqu presenta su primera fase. En algunas partes donde todava existe agua estancada, nos detuvimos a identificar las plantas acuticas, los peces MAPA 1 LOCALIZACION SANTA CRUZ ATIZAPAN SUBSISTENCIA LACUSTRE -- 12 ANALES DE ANTROPOLOG~A y otras especies de agua, las aves y otros animales que se cazaban wmo parte sustancial de la base alimenticia. Capta- mos as la importancia de la caza, la pesca y la recoleccin dentro de las actividades de subsistencia de esta wna lacus- tre; pero al mismo tiempo, surgieron nuevas interrogante8 sobre la economa de un pueblo ribereo que se mantena fundamentalmente de la explotacin de su medio (fotos 1-2) (mapa 2). Desafortunadamente, los estudios etxogrficas hasta aho- ra realizados en la regin mencionada han mostrado poco inters por este aspecto primordial de la subsistencia. Sin embargo, la informacih obtenida de estos &ores puede ayudar sustancialmente a comprender el modo de vida de los pueblos prehispnicos, que se asentazon en la orilla de la laguna. De ahi, naci nuestro inters por rescatar y ano- tar los datos etnogrkficos concernientes a la explotacin de productos lacustres anteriores a la desecacin de la laguna del Alto Lerma. En colaboracin con don Aurelio Monroy y don Sirenio Martez comenzamos a reunir la informacin que con los datos de las exmvaciones realizadas en 1979, presentamos en este primer trabajo. AsentcMnknto en la antigua hgum del Alto L m a El actual miinicipio de Santa C m Atizapn, situado en la ribera este de h antigua laguna en la cuenca aJta del ro Lerma, se caracteriza por un asentamiento nmleacb, rasgo comn de los poblados del sur de esta regin. Antes de la desecacin de la laguna, esta Area formaba parte de un eco- sistema lacustre que fue ampliamente conocido, desde los tiempos de los cronistas, por su riqueza en recursos biolgicos. El reconocimiento intensivo de superficie llevado a cabo ex 1979, detect la presencia indiscutible de asentarnientos prehbpAniccs en esta zona riberea, y entre estos localizados sobresale el sitio 110-La Campana o Tepozoco, situado a 2,680 metros sobre el nivel del mar. Es un centro ceremonial construido en una planicie de la orilla este de la laguna, rodeado por numerosas casas-habitacin. Las estructuras monumentales, la tcnica de construccin representada por las plazas de diferentes niveles y el uso de bloques de piedra rectangular con esquina rematada y perfectamente mreada, sugieren que el sitio jugaba un papel rector en el sureste del FOTOS 1 Y 2. Paisaje lae~ntre de la laguna sur del Alta Lema. Foms 3, 4 Y 5. Sitio 110 "IA Campana-Tepozoco" de Santa Cmz Atizapfrn. FOTO 6. Uno de las "bardos" de Santa Cruz Atiznpn. Pisos de ocupacin expuestos en una zanja que atraviesa uno de los 'l>ordos". FOTO 9. BWO. SUBBISTENCIA LACUSTRE E L CICLO ESTACIONAL DE CAZA-RECOLECCION EN LA LAGUNA DE LA CUENCA .ALTA DEL Rf 0 LERMA. ( St a Cruz Atlzopa'n, Edo.dr Mbxloo) Valle de Toluca desde los fines del Clsico y principalmente durante el Epiclsico (Sugiura 1980) (fotos 3, 4 y 6). Al suroeste y oeste del centro ceremonial T e p o m se localizaron ms de 30 puntos de concentracin de materiales arqueolgicos, localmente llamados "bordos" (foto 6). Cada uno de stos fonna una leve elevacin en forma de montculo bajo, resultado de suparposiciones del piso de ocupacin (fotos 7-8). Cuando la laguna tena suficiente agua, los "bordos" emergian del nivel acuifero como ialotes. 14 ANALES DE ANTROWLOG~A Del Ol&ico Terminal al Epiilsico, o sea en los tiempos en que estaban ocupados estos "bordos", el nivel de agua se encontraba mucho ms bajo que en el Postclsico, ya que el piso de ocupacin en algunos "bordos" llegaba a alcanzar una profundidad mayor de 2 metros. El tamao de &m "bordos" vara; pero el ms comn se reduce lo necesario como para edificar en l una casa. Por las razones arriba mencionadas, la posibilidad de siembra se des- debido a la carencia de superficie cultivable. Por a t o lado, la riqueza del medio ambiente lacustre pudo haber servido de base para las actividades econmicas de caza, pesca y recoleccin de la fauna y flora acutica; quiz florecieron algunas especialidades artesanales relacionadas con las caraderati- cas del medio ambiente especifico, las cuales pudieron inter- cambiarse por productos agrcolas de la zona cercana. En la segunda temporada de campo en 1979, con el objeto de afinar las stxuencias cronolgicas del Valle de Tduca, se excavaron cuatro pozos estratigrficos en uno de los ''bordos" que presentaba buen estado de preservacin. A pesar de la limitada superficie excavada, obtuvimm datos sustanciales para esclarecer algunos aspectos de la vida lagunera de aquel tiempo, por lo que creemos pentinente resumir los puntos m& relevantes de las excavaciones. En una trinchera con orientacin este-oeste (con 10 gra- dos de desviacin hacia el oeste), que atraviesa el %ardo" en direcci6~ este-oeste, se abrieron cuatro pozos de 1 X 1 m. Serlvo el primer pozo, situado fuera del "bordo", los tres restantas se encuentran en el mismo montculo. A d d de no haber sufrido dmtmccin por el arado, la mayor parte del "bordo" que qued bajo el agua durante largo tiempo favoreci la preservacin de materias orgni- cas frgiles. En los cuatro pozos estratigrficos recuperamos una gran cantidad de restos orghicos, w i a h e n t e bo- tnicos, Mescomo tallos y hojas de plantas, t r onm de rbol algunos de los cuales medan casi 1 metro de largo y 10 cm de dimetro. A unos 260 centmetros de profundidad en el pozo cuatro, se encontraron restos de un olote carbonizado, fibras de maguey, madera trabajada en forma de estaca con punta endurecida por el fuego y otros restoa botnicos. En cuanto a la construccin de las ma s no se han iden- tificado los muros. Sin embargo, conforme a las evidencias SUBSISTENCUL LACUSTRE 16 arqueolgicas de otros "bordos", se deduce que los cimientos estaban formados por piedras alineadas, sobre las cudea estaban colocados los adobes. Los pisos de ociipacin tienen variaa capas; la superior est hecha de una. capa de tezontle triturado y endurecido. Debajo de sta, se encuentran otras capas muy compactas de tierra (fig. 1)- En relacin a la superficie excavada, dl nmero de entie- rros ha sido considerable (dos completos, dos parciales y uno probable, los cuales fueron localizados en los pozos 2 y 3). Todos los entierros son de tipo flexionado y con orientacin sur-norte. Para enterrar a los muertos, los habi- tantes de estos "bordos" cavaban una oquedad rectangular sobre el piso, que llega a una profundidad de 1.60 metros aproximadamente. La diferencia en el nmero de ofrendas funerarias indica cierta desigualdad estamental de la persona enterrada, ya que mientras unas tienen varias vasijas como ofrendas, otras no tienen una sola. De los materiales morbuorios se identificaron los restos de algn tejido hecho de fibras vegetales, probablemente una especie de petate. La evidencia indica que el muerto estaba cubierto con este tejido. El hecho, aunque muy limitado, pue- de ayudar a esclarecer otras actividades especializadas del sitio. Considerando el medio lacustre, donde se encuentran abundantes tules que se utilizan especficamente para la ma- nufactura de petates, esta evidencia debe relacionarse con la mpeci6lizacin artesanal de esta zona. A pesar de las diferencias en los tratamientos de los muer- tos, los matmhles cermicas son burdos y toscos, lo que pone de manifiesto una pobreza en su tecnologa manufacturera Comparado con los materiales de la Campana-Tepozoco, donde se encuentran abundantes tiestos finamente decora- dos del Rojo sobre Crema, los "bordos" se caracterizan por el dominio de la cermica sin decoracin, lo cual refleja la diferencia del carcter entre la parte del centro ceremonial y la zona habitacional. La importancia de los estudios e&aogrfieos en la arqueo1ogf.n Las observaciones de la conducta contempornea facili- tan el anaisis de las conductas pasadas. De acuerdo con esta premisa, la etnoarqueologa indaga aspectos de conducta so- cioeultural contempornea desde una perspectiva arqueol- 16 ANALES DE ANTROPOMGfA gica. Los etnoarquelogos tratan de sistematizar y definir relaciones entre la conducta y la cultura material, que fre- cuentemente no son analizadas por los etnlogos (Kramer, C. 1979). Recientemente ha surgido la etnoarqueologa como una tendencia novedosa en la arqueologa. Realiza estudios etno- grficos basados en el anlisis de ia cultura material en gru- pos actuales. Aunque existen pros y contras de este mtodo Y problemas sobre el cmo y el porqu de los ostudios etnoarqueolgicos, mientras no se extralimiten los resultados y las conclusiones, estudiar el presente para entender el pasado es vlido. Para llevar e cabo este tipo de estudio, debe definirse primero para qu se hace el anilisis etnogrfico en la pro- blemtica arqueolgica. Una vez establecido el objetivo, se determinan los elementcw que deben ser tomados en cuenta. La mayora de los estudios realizados por la escuela nor- teamericana y la inglesa investigan los grupos actuales con modos de vida semejantes a los de la evidencia arqueolgica; por ejemplo, para entender el modo de vida de cazadores pleistocnicos, Binford (1978) analiz al grupo esquimal Nunamuit e identific todos los elementos posibles que pu- dieran correlacionar la conducta con evidencia materiales. Otros arquelogos estudian grupos de agricultores y pastores en Irn, Africa y otros lugares. Sin embargo, la mayora de estos estudios no plantean el anlisis retrospectivo arqueo- lgico, sino que solo comparan diclias reas con situaciones arqueolgicas ajenas. En Mesoamrica donde existe una continuidad culturdl, la perspectiva es m& completa. Por lo mismo, los datos e informaciones etnogrficas presentan frecuentanente una gran similitud con las evidencias arqueo- lgicas. Uno de los objetivos de este estudio es el reconstruir el modo de vida lagunero prehispniw. El caso concreto que nos ocupa es la cuenca alta del ro Lerma, que como hemos mencionado anteriormente, se caracteriza por un medio la- custre r i w en fauna y flora acu&tica.s. La zona lacustre del Valle de Toluca conserv su fisonoma ecolgica hasta hace unos 40 aos, cuando fue desecada la laguna para llevar el agua ii, la ciudad de Mxico. Los habitanta de ata regin expiotaban todm los recursos viables de su medio ambiente. SUBSISTENCIA LACUSTRE 17 Y an hoy en da, se pradican en fo'rma espordica y en menor escala, ,la cara, pesca y recoleccin. Esta continuidad favorece l a utilidad de las informaciones etnogrficas para Qucidar el pasado prehispnico. Lo importante en este tipo de estudio no es &lo o h a r y registrar los datos, sino profundizar en los conocimentoa referentes al ciclo de obtencin, al pmceso culinario, &&era. Todas &m actividades requieren una serie de datos que escapan al estudio arqueolgico directo, ya que los arque- iogos, aunque encuentran e identifican las plantas y restos de animales, no pueden inferir su uso, el momento de obten- cin y el tipo de preparacin necesaria. Modo de vida lacustra En la vida lacustre destacan dos aspectos primordiales que reflejan un alto grado de adaptacion: la obtencin de alimentos y la produccin artesanal. El primero implica una forma especfica de aprovechamiento de recursos esenciales de subsistencia. Esto, a su vez, est regulado por una serie de conocimientos ombtenidos por las observaciones de los ciclos estacionales tanto de la flora como de la fauna Los habitan. tes de la zona kenan una perfecta id'ea de chno, cundo y dnde poda obtenerse un alimento determinado. El segundo t rat a de 'las especializaciones ar t esades. Los productos manufacturados no slo se destinaban al con- sumo domstico sino ai inte r cambio con los pueblos vecinos. De esta manera, las actividades especiaJizadas incrementan wnspicuamente la capacidad econmica de la p.ablaci6n la- custre. En la dikta de la zona lacustre time un& importancia singular la apropiacin de los recursos vegetales y animales del medio ambiente. El uso de estos recursos est determi- nado por los comportamientos cclicos, por los hbi t at s y por las tcnicas de obtencin. Los principales produdos vegetales, que crecen en di f e rentes partes del lago, son la papa de agua o apaclol, el berro, la cabaa de negro o tzatxamol, la jara, el cresn o atlaquelite, el tule tierno y el mnmdoeote (fotos 9 a la 12 y 14). A stos podemos aadir las hierbas silvestres que cre- cen juanto a hs cultivadias; entre ellas el j a l t o d e , el xocoyol, los queilita, la lengua de vaca y la palebria (fatos 15 a 18) tabla 1. 18 ANALES DE ANTROPOLOG~A FOTO 11. Papa de agua o apaCbl. FOTO 13. Tule ''triangular". FOTO 14. Brote de tule. FOTO 16. Jaltomate o Xaltmatl (Savacha j al t omt e Schl.) Foro 18. Xocoyol o xocoyolin (Oaalis conziculata L.) Fo~n %O. Acociles. SUBSISTENCIA LACUSTRE 19 Los recursos animales los hemos agrupado de acuerdo con su tcnica de explotacin, la pesca y la caza. La pesca inclu- ye: peces, anfibios, crustceos e insectos. La segunda est representada por varios tipos de aves acuticas y zancudas (fotos 19-21) tablas 2 y 3. De las conversaciones con los informantes de Santa Cruz Atizapn creemos pertinente transcribir las descripciones acerca de sus costumbres culinarias. Se coma dos veces al da. La primera a las 9: 00 a.m. se llamaba almuerzo, sirvindose como sigue: rodeando al temil o al tenamastle se sentaba toda 1s familia, ocupando asientos bajos que eran troncos de maguey seco o metzintli o bien pequeos troncos de rbol. Los muchachitos utilizaban petates. La seora que daba de comer utilizaba su metate o temetate; el primero con tres pequeas patas y el otro sin ellas. Ambos se colocaban en el suelo. Su lado derecho de la boca del tecuil para alimentar e'l fuego que calentaba el comal. Al i r moliendo el nixtamal, la masa iba cayendo en una batea especial o bipn en el fexpetute, que era una tabla especial, pequea o grande. En el comal, adems de las tortillas, se acos- AVES ACU.\TICAS QI:K S I (.':\Z.\ii I<N OTOTO E IiiVIERNO. IDENTIFIC.ICIOPI' POR VI.:CTKOS 1)1? S.\XT.Z CRUZ ATIZ.4PAN. ESTADO DE )IEXICO Golondrino. roco macho Xalcuani, roco hembra Guaco macho Sarceta pinta Hembra de golondrina Cuchara maeho, cuchara grande, tempatlhuae Xalcuani hembra Sarceta parda Golondrino macho, ehiflador, pato real de Mxico Xalcuani macho. xalniani chiquito Chaparro Sarceta d o r a d a Pato real Ansar macho Ansar macho Tildillo Ronco Aparradores, chichicuilote Pata larga. chichicuilote Gallareta americana Aythya affinis Aythya manla -4ythya americana Anas crecca Anas acuta Ana8 cypeata Anas penelope Anas discors Anas platyrhynehos Anas americana Bucephala allbeola Anas cyanoptera Anas diazi Chen esenilesoena Branta canademis Anser albifmns Charadrius voeiferus Calidris alba 20 1 ANALES DE ANTROPOLOG~A FAUNA LACUSTRE RECOLECTAD-4 Y PESCADA EN LA LAGUNA IDENTIFICADA POR VECINOS DE SANTA CRUZ ATIZAPAN, ESTADO DE MEXICO Meses de recoleccin y pesca E F M A M J J A S O N D Ahuautli ahuautli X X X Acwiles acosilin X X X X X X X X X X X X Ajolotes axlotl X X X X X X X X X X X X Atcpocates at+cati X X X X Juilm xohuilin X X X Peseado blanca ixtwmiehin X X X X X Xalirrlichis xalmichin X X X tumbraban cocer los huevos de distintas maneras, los tamales de pescados, de ranas, de atepocates o de carpa. Por el lado opumto a la boca del tecuil se encontraba otra pequea boca que con ayuda de un temnuaztle ser- va para calentar una olla con diferentes lquidos con frijoles, habas, carne, quelites, etctera. El almuerzo 1 se serva con un jarro de atole hecho en variadas formas. El segundo alimento del da se llamaba comida, que se tomaba en l a tarde cerca de l a noche. La familia se sentaba al ruedo de tecuil Po mismo que en la maana. Se coma guisado caldoso picante de diferentes pes9dos o ranas. Los peces que se guisaban eran xalmzchis pescado blanco, juiles, ajolotes, atepocates, carpa en dis- tintas variedades, acociles. A veces se coma el ahuauhtli como albndigas pequeas con huevo en caldo picante. Todo esto se acompaaba con abundantes cantidadea de tortillas en las que no faltaba la sal y el chile en sus diferentes variedades. Aparte de Pos mencionados, se coman hervidos o asadas la papa de agua y la cabeza de negro. Se hacan ensaladas con el berro, raz de tule tierno, paletaria, carretilla, cr~esn o atlaquelite la jara y el amamalocote. Se guisaban en diferentes ionnas las aves acutiiw abundantes en invierno, como los patos. Referente a los comerciantes que iban a un viaje largo, mencionan lo siguiente: . . .la parte ms importante del itaeate que sirve para comerse durante un viaje largo es el totopo. El totopo SUBSISTENClA LACUSTRE 21 se haca de l a siguiente forma: se muele el nixtamal; en seguida sobre el metate se extiende una capa delgada de masa con el methp. y se va empujando con el mismo metlapd una capa delgada de tortilla grande hacia una servilleta, la que, a su vez, est sostenida por el texpe- tate.. . El totopo adquiere un tamao que abarca toda la extensin del metate. Con la ayuda de servilleta y tsxpetate se voltea esa bt or l a en el coma1 caliente y se cuece. Este totopo a salado y se come seco. Se cumple taba con unos animalitos que se criaban en la pastura de la cinega y que eran parecidos a los llamados az* tadores, gusanos peludos pequeos. Estos se asaban pa- r a que as se duraran muchos das. Tambin se llevaban los acociles tostados, lo mismo que algunos pescados, como los juilep J. el ahuauhtli. El itacate adems, se completaba con pinole. Este alimento duraba muchas semanas sin descomponerse y se coma sobre la marcha del caminante. La obtencin de alimentos lacustres consiste principal- mente en la caza, pesca y recoleccin. En la captura de aves, que es la partc ms importante de la mza, no ha habido cambios drsticos, salvo la introduccin de la escopeta. Las tcnicas tradicionales siguieron utilizndose hasta una poca bastante reciente. La caza de las aves se realizaba en la siguiente forma: en las pocas f r as, cuando inmigraban los patos a la zona, se localizaba primero el lugar donde los patos dorman, o sea, en el caso de la laguna del Alto Lema, la orilla norte. En las tardes, se llevaban barras de estacas al lugar mencionado. En un extremo de la estaca se amarraba una soga o un cordel, eii el otro extremo de la estacz se hacia una lazada. Las estacas .as preparadas se clavaban en el lugar donde hubiese agua y los alimentos de patos. Cuando los patos coman durante la noche, clavando su cabeza en el agua, quedaban atrapados o por la cabeza o por la pata en la lazada extendida. Tambin se utilizaban las redes extendidas al aire, fijadas en los postes de madera. Cuando los patos dorman en el da, se cazaban con las hondas. En cuanto a la pesca, la tcnica principal era 61 uso de redes; sin embargo, su prctica en aguas profundas se redi- zaba tambin con los tridentes desde las canas, mientras que la captura de ranas se realizaba despus de las 8 de la noche con la luz de teas de ocote (pino) untadas de chapopote. 22 ANALES DE ANTROPOLOGfA En cuanto a las especializaciones artesanales, se ha sin- gularizado la importancia del trabajo del tule en la manu- factura de petates, aventadores, sillones, bancos, mesas y otros objetos ornamentales, hechos de diversas variedades de esta planta, que abundaba en la antigua laguna del ro Lerma. An hoy en da, los pueblos como Tultepec y San Pedro Tlaltizapan mantienen la tradicin. Se sabe que ante- riormente exista un convenio entre Santa Cruz Atizapn y Tultepec sobre el permiso de cortar tules. De acuerdo con l, los habitantes de Tultepec tenan derecho de cortar cierta cantidad de tule triangular, que abundaba en una franja casi en el lmite sur del terreno de Santa Cruz Atizapn, a cam- bio de que la banda de Tultepec tocase msica en las fiestas de Atizapn. En otra ocasin, los que se dedicaban a cortar los tules se agruparon y su representante solicit el pe~miso, con la condi- cin de que la mitad de los tules cortados se dejase para el pueblo de Santa Cruz Atizapn. De acuerdo con las informaciones obtenidas por don Mo- desto Becerril Flores de San Pedro Tlaltizapan, existen varios tipos de tule, que se utilizan en diferentes trabajos segn sus caractersticas; el tule "ancho", que sirve para hacer asientos, bancos, mesas; el tule "triangular" para los petates, aventadoi-es y canastas, y el tule "esquinado" papa bejer objetos m%s pequeos; ya que no crece muy alto (foto 13). El proceso de trabajo en tule consiste en los siguientes pasos: 1) se escogen y cortan los tules altos, 2) se amarran en tercios, 3) se forman baisas con los tules amarrados, 4) se transportan por el ro Lerma hasta el lugar de fabricacin, 5) se sacan los tercios del agua, 6) se dejan amontanados durante 15 das hasta que amarillan, 7) se separan los tules ya amarillos, 8) se forman manojos que se tienden al sol para que se sequen durante 10 das, recogindose todas las noches para evitar que se mojen con la lluvia o por el roco, 9) una vez secos, se escoge el tamao de los manojos segn la cantidad de tules necesarios para manufacturar un objeto determinado; por ejemplo, para tejer un petate de un tamao mtablecido de 1.50 X 1.20 m. se calcula midiendo la circunferencia de la cabeza del tejedor con un SUBSISTENCIA LACUSTRE 23 tule. Luego esto sirve de medida para determinar el grosor del manojo. Hay varios tipos de tejido segn el nmero de tules que forman la trama, tales como "dos por dos" hecho con dos tules cruzados; "cuadro" de cuatro tules cruzados; "costiIla" de ocho tules cr wdos , etctera, mientras que el ''coco1 con picos", las "estrellas" y otros se prestan para tejer objetos pequeos. El trabajo del tule puede adaptarse a las horas de trabajo domstico. Por ejemplo, la realjzaci6n de un petate con las dimensiones mencionadas anteriormente requiere unas 4 5 horas de trabajo efectivo. Esto significa que se puede reali- zar el trabajo entre tareas domsticas. Por otro lado, no son necesarias herramientas especializadas ni lugares especficos. El trabajo depende principalmente de la habilidad de manos y pies del tejedor y las nicm herramientas que se utilizan soa una piedra que sirve para aplanar los tules tejidos y un instrumento cortante cualquiera para cortar las puntas que sobreslen (fotos 22-23). Por las razones arriba mencionadas, l a artesana del tule es una actividad que no requiere condiciones complejas y por consiguiente, resulta idnea para este tipo de medio ambiente. ConszXeraciones finales En Mesoamrica, sobre todo en el Altiplano Central, los procesos evolutivos de las sociedades prehispnicas se han interpretado frecuentemente en torno a la intensificacin de la agricultura. Es indiscutible la importancia de esta ac- tividad econmica para explicar los cambios histricos en un macronivel; sin embargo, se ha subestimado el valor de dife- rentes formas de adaptacin especfica a los diferentes mi- croecosistemas. En la cuenca alta del ro Lema, caracteri- zada por su heterogeneidad no slo topogrfica sino de medio ambiente, adquieren mayor importancia las "relaciones sim- biticas" entre los diversos grupos adaptados a los diferentes ecorsistemas. Precimmente por esta razn, para reconstruir el pasado prehispnico del Val'le de Toluca, es una necesidad h e qua laon analizar este complejo sistema de interaccin. Desafortunadamente hasta la fecha, los estudios se han enfo- cado dade un solo punto, sin tomar en cuenta debidamente otros factores que forman parte del mismo sistema. 24 ANALES DE ANTROPOLOGA Los datos ekiogrficos de Santa Cruz Atizapn reafirman la importancia gustancial de explotaciones de los recursos acu6ticos dentro del modo de vida lacustre. Esto implica que los estudios arqueolgicos deberan incorporarlos dentro del sistema econmico regional; sin ello los esquemas evolutivos del Valle de Toluca pecaran de los mismos errores, come- tidos en algunos estudios realizados en la Cuenca de Mxico. Como hemos mencionado anteriormente, los materiales arqueolgicos orgnicos no permiten inferir los procesos de obtencin temporalidad, localizacin y tcnica, ni de prepa- racin, ni de consumo, ya que la recuperacin de dichos materiales en las excavaciones no implica ms que su mera presencia. No obstante, esta ,l i mitacin puede superarse con la ayuda de la analoga etnogrfica adecuada, es decir, los datos etnogogrficos abren una nueva dimension zt una mayor potencialidad en la interpretacin de materiales arqueo- lgicos, y por ende, facilitan la reconistruwin de l a sociedad prehispnica, en este caso del modo de vida lacustre (figura 2). Apoyada en los datos etnogrficos, 3a evidencia arqueo- lgica de restos de petate en que envolvan el cadver, in- erementa la validez de la hiptesis de que exista una actividad artesanal del trabajo d8el tiile, cuando estaba habitada la zona lacustro a fines del Clsico y en el Epiclsico. Para entender el carcter de esta especializacin, los datos etnogrficos anteriormente mencionados nos proporcionan algunos aspec- tos claves, de lo's que se puede inferir el modo de produccin dom&tica (Sahlins 1977) en esta especializacin. Por otro lado, los datos etnopficos advierten el peligro de asevewr a priom' que muchas actividades se llevan a cabo en los lugares espacialmente definidos, como se ha mencio- nado en textos de arqueologa (Waison, Leblanc y Redman 1971 : 119) : "varios miembros de una misma cultura realizan diferentes actividades en dife r entes partes del mismo asen- tamiento casi en forma simultnea. La distribucin horizon- tal resultante d,e desechos culturdles puede indicar o delinear reas de actividades donde se manufacturaba, se dorma, se coma y otras". Los datos etnogrficos de los tejedores de tule sugieren que sus trabajos no requeran lugares especficos destinados exclusivamente a ellos, sino que se aprovechaba cualquier espacio suficiente dentro o fuera de la casa, como se observ Fmos 22 Y 23. Diferentes etapas en la elaboracin de petates. SUBSISTENCIA LACUSTRE 25. claramente en Terremote-Tliultenco, Mxico, D. F., donde no se detect un rea especfica de actividades artesanales del trabajo del tule (Serra, 1980). Asi, el uso de la analoga et- nogrfica puede, por un lado, advertir a los arquelogw el peligro de cometer una interpretacin falseada de los mate- ri des culturalles del pasado; poi' otro lado, puede implementar una estrategia que supla las limitaciones de datos asquml- gicos. De todas formaa es de importancia singular el usa adecuado de datos etnogrficos especficos. El abuso de la analoga ha suscitado criticas en los estudios arqueolgicos. Sin el previo proceso de valoracin correcta de los datos ac- tuales, la analoga etnogrfica pierde su fuerza wmo un ins- trumento potencial para valuar el planteamiento, o como una bme sobre la cual se establecen algunos modelos especficos u otras hiptesb alternativas (Yellen, 1976 :72). Sin embargo, tomando en cuenta estos lmites, reiteramos que para comprender el modo de vida lacustre prehispnico, debemos planear este tipo de estudios, en el que se analizan tanto los datos arquedlgicos como las evidencias etuogrficas que se tienen a mano. Octubre, 1982. This article derives in part fmm a proyect dealing with the modes of lacustrine subsistente in prehispanic times. It pre- sents the archaeolo~cal data obtained from excavations con- :ampana, la'ated in the - - -. - - .. - - -. As an aid to archaeological interpretation ethnographic informatirrn aas gathered regarding the use oP lacustrine resources (flora auid fauna) af the ana. BINFORD, Lewis 1978 Nummuit Ethnoarchacohgy. 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