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Cultura Lacustre

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NOTAS SOBRE EL MODO DE SUBSISTENCIA

LACUSTRE. LA LAGUNA DE SANTA CRUZ


ATIZAPAN, ESTADO DE MXICO
Colaboracin: Aurelio Monroy Garcia
y Sirenio Martnez
En el mes de octubre de 1977 se inici el reconocimiento
preliminar del Proyecto Valle de Toluea. En esa primera
temporada de campo, tuvimos la oportunidad de conocer al
doctor Antonio Torres Quiones, expresidente municipal
de Santiago Tianguistenco, quien tiene un valioso conoci-
miento sobre el pasado histrico de la regibn. En ocasiones,
el doctor T o m nos acompa en el recorrido de campo y
nos explic sus ideas acerca de los pueblos prehispnicos que
habitaban en el Valle de Toluca. A travs de l, hemos
conocido a dos vecinos nativos del Municipio de Santa C m
AtizapBn, quienes han moatrado una gran inquietud por
conocer la identidad cultural de su pueblo. Desde entonces
hasta la fecha, se ha mantenido nuestro contacto con don
Aureiio Monroy Garcia, quien funge como representante
de tierras comunales de dicho pueblo y con don Sirenio
Martnez, ambos campesinos mayores de 60 aos.
A travs de repetidas conversaciones, nos dimos cuenta
de que ellos han tratado celosamente de conservar sus tes-
timonios histricos como parte del patrimonio cultural del
pueblo. Nos revelaron sus preocupaciones e inquietudes
por el acelerada praceso de destruccin y desaparicin de
vestigios prehispnicos. Durante el recorrido de campo, nos
relataron la vida de un piieblo ribereo; cuando Santa Cruz
Atizapn todava gozaba de l a riqueza lacustre de la
10 ANALES DE ANTRoPOLOGA
antigua laguna del Alto Lerma Hay lamentan los cambios
drsticos en su modo de subsistencia a partir de la deswcin
de la laguna (mapa 1).
El Pwyecto Valle de Toluca ha generado una serie de
investigaciones pardlelas entre dlas la de economa lacustre,
que aqu presenta su primera fase.
En algunas partes donde todava existe agua estancada,
nos detuvimos a identificar las plantas acuticas, los peces
MAPA 1
LOCALIZACION SANTA CRUZ ATIZAPAN
SUBSISTENCIA LACUSTRE
--
12 ANALES DE ANTROPOLOG~A
y otras especies de agua, las aves y otros animales que se
cazaban wmo parte sustancial de la base alimenticia. Capta-
mos as la importancia de la caza, la pesca y la recoleccin
dentro de las actividades de subsistencia de esta wna lacus-
tre; pero al mismo tiempo, surgieron nuevas interrogante8
sobre la economa de un pueblo ribereo que se mantena
fundamentalmente de la explotacin de su medio (fotos 1-2)
(mapa 2).
Desafortunadamente, los estudios etxogrficas hasta aho-
ra realizados en la regin mencionada han mostrado poco
inters por este aspecto primordial de la subsistencia. Sin
embargo, la informacih obtenida de estos &ores puede
ayudar sustancialmente a comprender el modo de vida de
los pueblos prehispnicos, que se asentazon en la orilla
de la laguna. De ahi, naci nuestro inters por rescatar y ano-
tar los datos etnogrkficos concernientes a la explotacin de
productos lacustres anteriores a la desecacin de la laguna
del Alto Lerma. En colaboracin con don Aurelio Monroy
y don Sirenio Martez comenzamos a reunir la informacin
que con los datos de las exmvaciones realizadas en 1979,
presentamos en este primer trabajo.
AsentcMnknto en la antigua hgum del Alto L m a
El actual miinicipio de Santa C m Atizapn, situado en
la ribera este de h antigua laguna en la cuenca aJta del ro
Lerma, se caracteriza por un asentamiento nmleacb, rasgo
comn de los poblados del sur de esta regin. Antes de la
desecacin de la laguna, esta Area formaba parte de un eco-
sistema lacustre que fue ampliamente conocido, desde los
tiempos de los cronistas, por su riqueza en recursos biolgicos.
El reconocimiento intensivo de superficie llevado a cabo
ex 1979, detect la presencia indiscutible de asentarnientos
prehbpAniccs en esta zona riberea, y entre estos localizados
sobresale el sitio 110-La Campana o Tepozoco, situado a
2,680 metros sobre el nivel del mar. Es un centro ceremonial
construido en una planicie de la orilla este de la laguna,
rodeado por numerosas casas-habitacin. Las estructuras
monumentales, la tcnica de construccin representada por
las plazas de diferentes niveles y el uso de bloques de piedra
rectangular con esquina rematada y perfectamente mreada,
sugieren que el sitio jugaba un papel rector en el sureste del
FOTOS 1 Y 2. Paisaje lae~ntre de la laguna sur del Alta Lema.
Foms 3, 4 Y 5. Sitio 110 "IA Campana-Tepozoco" de Santa Cmz Atizapfrn.
FOTO 6. Uno de las "bardos" de Santa Cruz Atiznpn.
Pisos de ocupacin expuestos en una zanja que atraviesa uno
de los 'l>ordos".
FOTO 9. BWO.
SUBBISTENCIA LACUSTRE
E L CICLO ESTACIONAL DE CAZA-RECOLECCION
EN LA LAGUNA DE LA CUENCA .ALTA DEL Rf 0
LERMA. ( St a Cruz Atlzopa'n, Edo.dr Mbxloo)
Valle de Toluca desde los fines del Clsico y principalmente
durante el Epiclsico (Sugiura 1980) (fotos 3, 4 y 6).
Al suroeste y oeste del centro ceremonial T e p o m se
localizaron ms de 30 puntos de concentracin de materiales
arqueolgicos, localmente llamados "bordos" (foto 6). Cada
uno de stos fonna una leve elevacin en forma de montculo
bajo, resultado de suparposiciones del piso de ocupacin
(fotos 7-8). Cuando la laguna tena suficiente agua, los
"bordos" emergian del nivel acuifero como ialotes.
14 ANALES DE ANTROWLOG~A
Del Ol&ico Terminal al Epiilsico, o sea en los tiempos
en que estaban ocupados estos "bordos", el nivel de agua se
encontraba mucho ms bajo que en el Postclsico, ya que
el piso de ocupacin en algunos "bordos" llegaba a alcanzar
una profundidad mayor de 2 metros. El tamao de &m
"bordos" vara; pero el ms comn se reduce lo necesario
como para edificar en l una casa. Por las razones arriba
mencionadas, la posibilidad de siembra se des- debido a
la carencia de superficie cultivable. Por a t o lado, la riqueza
del medio ambiente lacustre pudo haber servido de base
para las actividades econmicas de caza, pesca y recoleccin
de la fauna y flora acutica; quiz florecieron algunas
especialidades artesanales relacionadas con las caraderati-
cas del medio ambiente especifico, las cuales pudieron inter-
cambiarse por productos agrcolas de la zona cercana.
En la segunda temporada de campo en 1979, con el objeto
de afinar las stxuencias cronolgicas del Valle de Tduca, se
excavaron cuatro pozos estratigrficos en uno de los ''bordos"
que presentaba buen estado de preservacin. A pesar de la
limitada superficie excavada, obtuvimm datos sustanciales
para esclarecer algunos aspectos de la vida lagunera de aquel
tiempo, por lo que creemos pentinente resumir los puntos
m& relevantes de las excavaciones.
En una trinchera con orientacin este-oeste (con 10 gra-
dos de desviacin hacia el oeste), que atraviesa el %ardo"
en direcci6~ este-oeste, se abrieron cuatro pozos de 1 X 1 m.
Serlvo el primer pozo, situado fuera del "bordo", los tres
restantas se encuentran en el mismo montculo.
A d d de no haber sufrido dmtmccin por el arado, la
mayor parte del "bordo" que qued bajo el agua durante
largo tiempo favoreci la preservacin de materias orgni-
cas frgiles. En los cuatro pozos estratigrficos recuperamos
una gran cantidad de restos orghicos, w i a h e n t e bo-
tnicos, Mescomo tallos y hojas de plantas, t r onm de rbol
algunos de los cuales medan casi 1 metro de largo y 10 cm
de dimetro. A unos 260 centmetros de profundidad en el
pozo cuatro, se encontraron restos de un olote carbonizado,
fibras de maguey, madera trabajada en forma de estaca
con punta endurecida por el fuego y otros restoa botnicos.
En cuanto a la construccin de las ma s no se han iden-
tificado los muros. Sin embargo, conforme a las evidencias
SUBSISTENCUL LACUSTRE 16
arqueolgicas de otros "bordos", se deduce que los cimientos
estaban formados por piedras alineadas, sobre las cudea
estaban colocados los adobes. Los pisos de ociipacin tienen
variaa capas; la superior est hecha de una. capa de tezontle
triturado y endurecido. Debajo de sta, se encuentran otras
capas muy compactas de tierra (fig. 1)-
En relacin a la superficie excavada, dl nmero de entie-
rros ha sido considerable (dos completos, dos parciales y
uno probable, los cuales fueron localizados en los pozos
2 y 3). Todos los entierros son de tipo flexionado y con
orientacin sur-norte. Para enterrar a los muertos, los habi-
tantes de estos "bordos" cavaban una oquedad rectangular
sobre el piso, que llega a una profundidad de 1.60 metros
aproximadamente. La diferencia en el nmero de ofrendas
funerarias indica cierta desigualdad estamental de la persona
enterrada, ya que mientras unas tienen varias vasijas como
ofrendas, otras no tienen una sola.
De los materiales morbuorios se identificaron los restos
de algn tejido hecho de fibras vegetales, probablemente una
especie de petate. La evidencia indica que el muerto estaba
cubierto con este tejido. El hecho, aunque muy limitado, pue-
de ayudar a esclarecer otras actividades especializadas del
sitio. Considerando el medio lacustre, donde se encuentran
abundantes tules que se utilizan especficamente para la ma-
nufactura de petates, esta evidencia debe relacionarse con la
mpeci6lizacin artesanal de esta zona.
A pesar de las diferencias en los tratamientos de los muer-
tos, los matmhles cermicas son burdos y toscos, lo que pone
de manifiesto una pobreza en su tecnologa manufacturera
Comparado con los materiales de la Campana-Tepozoco,
donde se encuentran abundantes tiestos finamente decora-
dos del Rojo sobre Crema, los "bordos" se caracterizan por
el dominio de la cermica sin decoracin, lo cual refleja la
diferencia del carcter entre la parte del centro ceremonial
y la zona habitacional.
La importancia de los estudios e&aogrfieos en la arqueo1ogf.n
Las observaciones de la conducta contempornea facili-
tan el anaisis de las conductas pasadas. De acuerdo con esta
premisa, la etnoarqueologa indaga aspectos de conducta so-
cioeultural contempornea desde una perspectiva arqueol-
16 ANALES DE ANTROPOMGfA
gica. Los etnoarquelogos tratan de sistematizar y definir
relaciones entre la conducta y la cultura material, que fre-
cuentemente no son analizadas por los etnlogos (Kramer,
C. 1979).
Recientemente ha surgido la etnoarqueologa como una
tendencia novedosa en la arqueologa. Realiza estudios etno-
grficos basados en el anlisis de ia cultura material en gru-
pos actuales. Aunque existen pros y contras de este mtodo
Y problemas sobre el cmo y el porqu de los ostudios
etnoarqueolgicos, mientras no se extralimiten los resultados
y las conclusiones, estudiar el presente para entender el
pasado es vlido.
Para llevar e cabo este tipo de estudio, debe definirse
primero para qu se hace el anilisis etnogrfico en la pro-
blemtica arqueolgica. Una vez establecido el objetivo, se
determinan los elementcw que deben ser tomados en cuenta.
La mayora de los estudios realizados por la escuela nor-
teamericana y la inglesa investigan los grupos actuales con
modos de vida semejantes a los de la evidencia arqueolgica;
por ejemplo, para entender el modo de vida de cazadores
pleistocnicos, Binford (1978) analiz al grupo esquimal
Nunamuit e identific todos los elementos posibles que pu-
dieran correlacionar la conducta con evidencia materiales.
Otros arquelogos estudian grupos de agricultores y pastores
en Irn, Africa y otros lugares. Sin embargo, la mayora de
estos estudios no plantean el anlisis retrospectivo arqueo-
lgico, sino que solo comparan diclias reas con situaciones
arqueolgicas ajenas. En Mesoamrica donde existe una
continuidad culturdl, la perspectiva es m& completa. Por lo
mismo, los datos e informaciones etnogrficas presentan
frecuentanente una gran similitud con las evidencias arqueo-
lgicas.
Uno de los objetivos de este estudio es el reconstruir el
modo de vida lagunero prehispniw. El caso concreto que
nos ocupa es la cuenca alta del ro Lerma, que como hemos
mencionado anteriormente, se caracteriza por un medio la-
custre r i w en fauna y flora acu&tica.s. La zona lacustre del
Valle de Toluca conserv su fisonoma ecolgica hasta hace
unos 40 aos, cuando fue desecada la laguna para llevar el
agua ii, la ciudad de Mxico. Los habitanta de ata regin
expiotaban todm los recursos viables de su medio ambiente.
SUBSISTENCIA LACUSTRE 17
Y an hoy en da, se pradican en fo'rma espordica y en
menor escala, ,la cara, pesca y recoleccin. Esta continuidad
favorece l a utilidad de las informaciones etnogrficas para
Qucidar el pasado prehispnico.
Lo importante en este tipo de estudio no es &lo o h a r
y registrar los datos, sino profundizar en los conocimentoa
referentes al ciclo de obtencin, al pmceso culinario, &&era.
Todas &m actividades requieren una serie de datos que
escapan al estudio arqueolgico directo, ya que los arque-
iogos, aunque encuentran e identifican las plantas y restos
de animales, no pueden inferir su uso, el momento de obten-
cin y el tipo de preparacin necesaria.
Modo de vida lacustra
En la vida lacustre destacan dos aspectos primordiales
que reflejan un alto grado de adaptacion: la obtencin de
alimentos y la produccin artesanal. El primero implica una
forma especfica de aprovechamiento de recursos esenciales
de subsistencia. Esto, a su vez, est regulado por una serie de
conocimientos ombtenidos por las observaciones de los ciclos
estacionales tanto de la flora como de la fauna Los habitan.
tes de la zona kenan una perfecta id'ea de chno, cundo y
dnde poda obtenerse un alimento determinado.
El segundo t rat a de 'las especializaciones ar t esades.
Los productos manufacturados no slo se destinaban al con-
sumo domstico sino ai inte
r
cambio con los pueblos vecinos.
De esta manera, las actividades especiaJizadas incrementan
wnspicuamente la capacidad econmica de la p.ablaci6n la-
custre.
En la dikta de la zona lacustre time un& importancia
singular la apropiacin de los recursos vegetales y animales
del medio ambiente. El uso de estos recursos est determi-
nado por los comportamientos cclicos, por los hbi t at s y
por las tcnicas de obtencin.
Los principales produdos vegetales, que crecen en di f e
rentes partes del lago, son la papa de agua o apaclol, el
berro, la cabaa de negro o tzatxamol, la jara, el cresn o
atlaquelite, el tule tierno y el mnmdoeote (fotos 9 a la 12
y 14). A stos podemos aadir las hierbas silvestres que cre-
cen juanto a hs cultivadias; entre ellas el j a l t o d e , el xocoyol,
los queilita, la lengua de vaca y la palebria (fatos 15 a 18)
tabla 1.
18 ANALES DE ANTROPOLOG~A
FOTO 11. Papa de agua o apaCbl.
FOTO 13. Tule ''triangular".
FOTO 14. Brote de tule.
FOTO 16. Jaltomate o Xaltmatl
(Savacha j al t omt e Schl.)
Foro 18. Xocoyol o xocoyolin
(Oaalis conziculata L.)
Fo~n %O. Acociles.
SUBSISTENCIA LACUSTRE 19
Los recursos animales los hemos agrupado de acuerdo con
su tcnica de explotacin, la pesca y la caza. La pesca inclu-
ye: peces, anfibios, crustceos e insectos. La segunda est
representada por varios tipos de aves acuticas y zancudas
(fotos 19-21) tablas 2 y 3.
De las conversaciones con los informantes de Santa Cruz
Atizapn creemos pertinente transcribir las descripciones
acerca de sus costumbres culinarias.
Se coma dos veces al da. La primera a las 9: 00 a.m. se
llamaba almuerzo, sirvindose como sigue: rodeando
al temil o al tenamastle se sentaba toda 1s familia,
ocupando asientos bajos que eran troncos de maguey
seco o metzintli o bien pequeos troncos de rbol. Los
muchachitos utilizaban petates. La seora que daba de
comer utilizaba su metate o temetate; el primero con tres
pequeas patas y el otro sin ellas. Ambos se colocaban
en el suelo. Su lado derecho de la boca del tecuil para
alimentar e'l fuego que calentaba el comal. Al i r moliendo
el nixtamal, la masa iba cayendo en una batea especial o
bipn en el fexpetute, que era una tabla especial, pequea
o grande. En el comal, adems de las tortillas, se acos-
AVES ACU.\TICAS QI:K S I (.':\Z.\ii I<N OTOTO E IiiVIERNO.
IDENTIFIC.ICIOPI' POR VI.:CTKOS 1)1? S.\XT.Z CRUZ ATIZ.4PAN.
ESTADO DE )IEXICO
Golondrino. roco macho
Xalcuani, roco hembra
Guaco macho
Sarceta pinta
Hembra de golondrina
Cuchara maeho, cuchara grande,
tempatlhuae
Xalcuani hembra
Sarceta parda
Golondrino macho, ehiflador, pato real
de Mxico
Xalcuani macho. xalniani chiquito
Chaparro
Sarceta d o r a d a
Pato real
Ansar macho
Ansar macho
Tildillo
Ronco
Aparradores, chichicuilote
Pata larga. chichicuilote
Gallareta americana
Aythya affinis
Aythya manla
-4ythya americana
Anas crecca
Anas acuta
Ana8 cypeata
Anas penelope
Anas discors
Anas platyrhynehos
Anas americana
Bucephala allbeola
Anas cyanoptera
Anas diazi
Chen esenilesoena
Branta canademis
Anser albifmns
Charadrius voeiferus
Calidris alba
20 1 ANALES DE ANTROPOLOG~A
FAUNA LACUSTRE RECOLECTAD-4 Y PESCADA
EN LA LAGUNA
IDENTIFICADA POR VECINOS DE SANTA CRUZ ATIZAPAN,
ESTADO DE MEXICO
Meses de recoleccin y pesca
E F M A M J J A S O N D
Ahuautli ahuautli X X X
Acwiles acosilin X X X X X X X X X X X X
Ajolotes axlotl X X X X X X X X X X X X
Atcpocates at+cati X X X X
Juilm xohuilin X X X
Peseado blanca ixtwmiehin X X X X X
Xalirrlichis xalmichin X X X
tumbraban cocer los huevos de distintas maneras, los
tamales de pescados, de ranas, de atepocates o de carpa.
Por el lado opumto a la boca del tecuil se encontraba
otra pequea boca que con ayuda de un temnuaztle ser-
va para calentar una olla con diferentes lquidos con
frijoles, habas, carne, quelites, etctera. El almuerzo
1
se serva con un jarro de atole hecho en variadas formas.
El segundo alimento del da se llamaba comida, que
se tomaba en l a tarde cerca de l a noche. La familia se
sentaba al ruedo de tecuil Po mismo que en la maana.
Se coma guisado caldoso picante de diferentes pes9dos
o ranas. Los peces que se guisaban eran xalmzchis
pescado blanco, juiles, ajolotes, atepocates, carpa en dis-
tintas variedades, acociles. A veces se coma el ahuauhtli
como albndigas pequeas con huevo en caldo picante.
Todo esto se acompaaba con abundantes cantidadea
de tortillas en las que no faltaba la sal y el chile en sus
diferentes variedades.
Aparte de Pos mencionados, se coman hervidos o
asadas la papa de agua y la cabeza de negro. Se hacan
ensaladas con el berro, raz de tule tierno, paletaria,
carretilla, cr~esn o atlaquelite la jara y el amamalocote.
Se guisaban en diferentes ionnas las aves acutiiw
abundantes en invierno, como los patos.
Referente a los comerciantes que iban a un viaje largo,
mencionan lo siguiente:
. . .la parte ms importante del itaeate que sirve para
comerse durante un viaje largo es el totopo. El totopo
SUBSISTENClA LACUSTRE 21
se haca de l a siguiente forma: se muele el nixtamal; en
seguida sobre el metate se extiende una capa delgada
de masa con el methp. y se va empujando con el mismo
metlapd una capa delgada de tortilla grande hacia una
servilleta, la que, a su vez, est sostenida por el texpe-
tate.. . El totopo adquiere un tamao que abarca toda
la extensin del metate. Con la ayuda de servilleta y
tsxpetate se voltea esa bt or l a en el coma1 caliente y se
cuece. Este totopo a salado y se come seco. Se cumple
taba con unos animalitos que se criaban en la pastura
de la cinega y que eran parecidos a los llamados az*
tadores, gusanos peludos pequeos. Estos se asaban pa-
r a que as se duraran muchos das. Tambin se llevaban
los acociles tostados, lo mismo que algunos pescados,
como los juilep J. el ahuauhtli. El itacate adems, se
completaba con pinole. Este alimento duraba muchas
semanas sin descomponerse y se coma sobre la marcha
del caminante.
La obtencin de alimentos lacustres consiste principal-
mente en la caza, pesca y recoleccin. En la captura de aves,
que es la partc ms importante de la mza, no ha habido
cambios drsticos, salvo la introduccin de la escopeta. Las
tcnicas tradicionales siguieron utilizndose hasta una poca
bastante reciente.
La caza de las aves se realizaba en la siguiente forma:
en las pocas f
r
as, cuando inmigraban los patos a la zona, se
localizaba primero el lugar donde los patos dorman, o sea,
en el caso de la laguna del Alto Lema, la orilla norte. En las
tardes, se llevaban barras de estacas al lugar mencionado.
En un extremo de la estaca se amarraba una soga o un
cordel, eii el otro extremo de la estacz se hacia una lazada.
Las estacas .as preparadas se clavaban en el lugar donde
hubiese agua y los alimentos de patos. Cuando los patos
coman durante la noche, clavando su cabeza en el agua,
quedaban atrapados o por la cabeza o por la pata en la
lazada extendida. Tambin se utilizaban las redes extendidas
al aire, fijadas en los postes de madera. Cuando los patos
dorman en el da, se cazaban con las hondas.
En cuanto a la pesca, la tcnica principal era 61 uso de
redes; sin embargo, su prctica en aguas profundas se redi-
zaba tambin con los tridentes desde las canas, mientras
que la captura de ranas se realizaba despus de las 8 de la
noche con la luz de teas de ocote (pino) untadas de chapopote.
22 ANALES DE ANTROPOLOGfA
En cuanto a las especializaciones artesanales, se ha sin-
gularizado la importancia del trabajo del tule en la manu-
factura de petates, aventadores, sillones, bancos, mesas y
otros objetos ornamentales, hechos de diversas variedades
de esta planta, que abundaba en la antigua laguna del ro
Lerma. An hoy en da, los pueblos como Tultepec y San
Pedro Tlaltizapan mantienen la tradicin. Se sabe que ante-
riormente exista un convenio entre Santa Cruz Atizapn y
Tultepec sobre el permiso de cortar tules. De acuerdo con
l, los habitantes de Tultepec tenan derecho de cortar cierta
cantidad de tule triangular, que abundaba en una franja casi
en el lmite sur del terreno de Santa Cruz Atizapn, a cam-
bio de que la banda de Tultepec tocase msica en las fiestas
de Atizapn.
En otra ocasin, los que se dedicaban a cortar los tules se
agruparon y su representante solicit el pe~miso, con la condi-
cin de que la mitad de los tules cortados se dejase para el
pueblo de Santa Cruz Atizapn.
De acuerdo con las informaciones obtenidas por don Mo-
desto Becerril Flores de San Pedro Tlaltizapan, existen
varios tipos de tule, que se utilizan en diferentes trabajos
segn sus caractersticas; el tule "ancho", que sirve para
hacer asientos, bancos, mesas; el tule "triangular" para los
petates, aventadoi-es y canastas, y el tule "esquinado" papa
bejer objetos m%s pequeos; ya que no crece muy alto
(foto 13).
El proceso de trabajo en tule consiste en los siguientes
pasos: 1) se escogen y cortan los tules altos, 2) se amarran
en tercios, 3) se forman baisas con los tules amarrados, 4) se
transportan por el ro Lerma hasta el lugar de fabricacin,
5) se sacan los tercios del agua, 6) se dejan amontanados
durante 15 das hasta que amarillan, 7) se separan los tules
ya amarillos, 8) se forman manojos que se tienden al sol
para que se sequen durante 10 das, recogindose todas
las noches para evitar que se mojen con la lluvia o por el
roco, 9) una vez secos, se escoge el tamao de los manojos
segn la cantidad de tules necesarios para manufacturar
un objeto determinado; por ejemplo, para tejer un petate
de un tamao mtablecido de 1.50 X 1.20 m. se calcula
midiendo la circunferencia de la cabeza del tejedor con un
SUBSISTENCIA LACUSTRE 23
tule. Luego esto sirve de medida para determinar el grosor
del manojo.
Hay varios tipos de tejido segn el nmero de tules que
forman la trama, tales como "dos por dos" hecho con dos tules
cruzados; "cuadro" de cuatro tules cruzados; "costiIla" de
ocho tules cr wdos , etctera, mientras que el ''coco1 con
picos", las "estrellas" y otros se prestan para tejer objetos
pequeos.
El trabajo del tule puede adaptarse a las horas de trabajo
domstico. Por ejemplo, la realjzaci6n de un petate con las
dimensiones mencionadas anteriormente requiere unas 4 5
horas de trabajo efectivo. Esto significa que se puede reali-
zar el trabajo entre tareas domsticas. Por otro lado, no son
necesarias herramientas especializadas ni lugares especficos.
El trabajo depende principalmente de la habilidad de manos
y pies del tejedor y las nicm herramientas que se utilizan
soa una piedra que sirve para aplanar los tules tejidos y un
instrumento cortante cualquiera para cortar las puntas que
sobreslen (fotos 22-23).
Por las razones arriba mencionadas, l a artesana del tule
es una actividad que no requiere condiciones complejas y por
consiguiente, resulta idnea para este tipo de medio ambiente.
ConszXeraciones finales
En Mesoamrica, sobre todo en el Altiplano Central, los
procesos evolutivos de las sociedades prehispnicas se han
interpretado frecuentemente en torno a la intensificacin
de la agricultura. Es indiscutible la importancia de esta ac-
tividad econmica para explicar los cambios histricos en un
macronivel; sin embargo, se ha subestimado el valor de dife-
rentes formas de adaptacin especfica a los diferentes mi-
croecosistemas. En la cuenca alta del ro Lema, caracteri-
zada por su heterogeneidad no slo topogrfica sino de medio
ambiente, adquieren mayor importancia las "relaciones sim-
biticas" entre los diversos grupos adaptados a los diferentes
ecorsistemas. Precimmente por esta razn, para reconstruir
el pasado prehispnico del Val'le de Toluca, es una necesidad
h e qua laon analizar este complejo sistema de interaccin.
Desafortunadamente hasta la fecha, los estudios se han enfo-
cado dade un solo punto, sin tomar en cuenta debidamente
otros factores que forman parte del mismo sistema.
24 ANALES DE ANTROPOLOGA
Los datos ekiogrficos de Santa Cruz Atizapn reafirman
la importancia gustancial de explotaciones de los recursos
acu6ticos dentro del modo de vida lacustre. Esto implica que
los estudios arqueolgicos deberan incorporarlos dentro del
sistema econmico regional; sin ello los esquemas evolutivos
del Valle de Toluca pecaran de los mismos errores, come-
tidos en algunos estudios realizados en la Cuenca de Mxico.
Como hemos mencionado anteriormente, los materiales
arqueolgicos orgnicos no permiten inferir los procesos de
obtencin temporalidad, localizacin y tcnica, ni de prepa-
racin, ni de consumo, ya que la recuperacin de dichos
materiales en las excavaciones no implica ms que su mera
presencia. No obstante, esta ,l
i
mitacin puede superarse con
la ayuda de la analoga etnogrfica adecuada, es decir,
los datos etnogogrficos abren una nueva dimension zt una
mayor potencialidad en la interpretacin de materiales arqueo-
lgicos, y por ende, facilitan la reconistruwin de l a sociedad
prehispnica, en este caso del modo de vida lacustre (figura 2).
Apoyada en los datos etnogrficos, 3a evidencia arqueo-
lgica de restos de petate en que envolvan el cadver, in-
erementa la validez de la hiptesis de que exista una actividad
artesanal del trabajo d8el tiile, cuando estaba habitada la zona
lacustro a fines del Clsico y en el Epiclsico. Para entender
el carcter de esta especializacin, los datos etnogrficos
anteriormente mencionados nos proporcionan algunos aspec-
tos claves, de lo's que se puede inferir el modo de produccin
dom&tica (Sahlins 1977) en esta especializacin.
Por otro lado, los datos etnopficos advierten el peligro
de asevewr a priom' que muchas actividades se llevan a cabo
en los lugares espacialmente definidos, como se ha mencio-
nado en textos de arqueologa (Waison, Leblanc y Redman
1971 : 119) : "varios miembros de una misma cultura realizan
diferentes actividades en dife
r
entes partes del mismo asen-
tamiento casi en forma simultnea. La distribucin horizon-
tal resultante d,e desechos culturdles puede indicar o delinear
reas de actividades donde se manufacturaba, se dorma, se
coma y otras".
Los datos etnogrficos de los tejedores de tule sugieren
que sus trabajos no requeran lugares especficos destinados
exclusivamente a ellos, sino que se aprovechaba cualquier
espacio suficiente dentro o fuera de la casa, como se observ
Fmos 22 Y 23.
Diferentes etapas en la elaboracin de petates.
SUBSISTENCIA LACUSTRE 25.
claramente en Terremote-Tliultenco, Mxico, D. F., donde no
se detect un rea especfica de actividades artesanales del
trabajo del tule (Serra, 1980). Asi, el uso de la analoga et-
nogrfica puede, por un lado, advertir a los arquelogw el
peligro de cometer una interpretacin falseada de los mate-
ri des culturalles del pasado; poi' otro lado, puede implementar
una estrategia que supla las limitaciones de datos asquml-
gicos. De todas formaa es de importancia singular el usa
adecuado de datos etnogrficos especficos. El abuso de la
analoga ha suscitado criticas en los estudios arqueolgicos.
Sin el previo proceso de valoracin correcta de los datos ac-
tuales, la analoga etnogrfica pierde su fuerza wmo un ins-
trumento potencial para valuar el planteamiento, o como una
bme sobre la cual se establecen algunos modelos especficos
u otras hiptesb alternativas (Yellen, 1976 :72).
Sin embargo, tomando en cuenta estos lmites, reiteramos
que para comprender el modo de vida lacustre prehispnico,
debemos planear este tipo de estudios, en el que se analizan
tanto los datos arquedlgicos como las evidencias etuogrficas
que se tienen a mano.
Octubre, 1982.
This article derives in part fmm a proyect dealing with the
modes of lacustrine subsistente in prehispanic times. It pre-
sents the archaeolo~cal data obtained from excavations con-
:ampana, la'ated in the
- - -. - - .. - - -.
As an aid to archaeological interpretation ethnographic
informatirrn aas gathered regarding the use oP lacustrine
resources (flora auid fauna) af the ana.
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