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Modulo 1 - Teoria de La Conducta

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“TEORIA DE LA CONDUCTA”

Docente a cargo del Espacio

1
Maria Graciela Cavana

Magister Universitaria en Psicología Social. CEF S. XXI Málaga - España- año


2013. Técnica en Comunicación y Psicología Social – dic. 2004. Operadora en Psicología
Social (Escuela de Psicología Social de San Isidro, Instituto de

Formación Superior DIPREGEP Nº 5614, Instituto San José, Corrientes) diciembre


2005- Técnica superior en Grafología – egresada del Instituto Americano de
Enseñanza Técnica – octubre 2010- Asistente Terapéutico en Familia y Pareja-
Escuela de Psicología Social de Quilmes- año 2013- Capacitadora Internacional de Cruz
Roja Argentina . Diplomada en Coaching y Liderazgo Organizacional

Especialista en Coordinación Psicoanalítica de grupos operativos. Especialista en


Análisis Organizacional e Intervención Institucional, egresada de la Escuela Psicoanalítica
de Psicología Social- 2012

Bienvenidos a este nuevo espacio curricular, están transitando su segundo cuatrimestre del
primer año de la carrera y el espacio que nos encuentra en esta oportunidad, es justamente el
motivo de estudio de nuestra disciplina, la conducta de los sujetos en sus tramas vinculares. 2

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El recorrido de Teoría de la Conducta se va a sustentar fundamentalmente en dos textos
que tome como lineamientos “Teoría del Vínculo”, de Pichon Riviere y “Psicología de la
Conducta”, de José Bleger, además de “Psicosociales Breves”, de Ronaldo Wright, “La
Personalidad”, de Jean Claude Filloux y “Subjetividad, familias y lazos sociales”, de
Alejandro Klein. Les sugiero la lectura de los dos primeros textos mencionados ya que
encontraran el sustento más fuerte de todo este espacio.

Este material sintetiza al primer Módulo de la materia, descrito en el cuadro siguiente:

VINCULO. REDES VINCULARES. COMPLEJIDAD VINCULAR. ESPACIOS


PSIQUICOS. REDES TRANSFERENCIALES. PACTOS IMPLICITOS. TEORIA
DEL VÍNCULO. CARACTERISTICAS Y TIPOS DE VÍNCULO. PATOLOGIA
DEL VÍNCULO. TEORIA DEL APEGO. ENVOLTURA AFECTIVA.

Introducción

Para Enrique Pichón Rivière la psicología social en sentido estricto se define como social a
partir de la concepción del sujeto, que es entendido como emergente,

3 configurado en una trama compleja en la que se entretejen vínculos y relaciones sociales. Según
el planteo pichoneano, la subjetividad está determinada histórica y socialmente en tanto el
sujeto se constituye como tal en procesos de interacción, en una dialéctica mundo interno-
mundo externo, en un interjuego entre sujetos, de la que el vínculo como relación bicorporal
y el grupo como red vincular constituyen unidades de análisis.

Sin embargo no es una psicología de los grupos sino una reflexión acerca del sujeto y su
comportamiento, que marca una forma de abordaje de ese sujeto en el interior de la red
vincular en la que emerge y se configura, a partir de esa contradicción interna entre la

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necesidad y la satisfacción. Para la psicología social el modo de abordar a ese sujeto
sujetado a la necesidad, que mantiene una relación dialéctica con el medio, es observar
cómo resuelve la contradicción sujeto-medio y sujetoestructura social. Resulta evidente
entonces que el análisis de las conductas, del comportamiento, debe hacerse en el contexto
social al cual el sujeto pertenece. El sujeto debe ser comprendido como emergente de la
estructura social que lo contiene.

El planteo de Pichón consiste en que hay una sola forma de abordar a ese sujetoobjeto de
reflexión de la Psicología Social: a través del vínculo y del análisis de la propia estructura de
relaciones, es decir abarcando las relaciones entre los hombres, la naturaleza y la sociedad;
porque el sujeto es naturaleza pero se construye histórica y socialmente en una praxis, en
una actividad transformadora del medio para producir su propia vida.
Hablemos entonces del Vínculo

Cómo nos comunicamos o qué conductas llevamos a cabo con ellos o en su presencia, entre
otros aspectos, afectan en gran medida al tipo de relación que tenemos con los demás.
Teniendo en cuenta que las relaciones interpersonales son un elemento de gran
importancia en nuestro desarrollo y que el ser humano
4 es un ser gregario por naturaleza, ser capaz de vincularse afectivamente de una forma correcta
y que permita el contacto normativo y relativamente continuado resulta fundamental.

De hecho, ya desde el nacimiento ser capaz de establecer un vínculo es importante, habida


cuenta que tras el nacimiento existe una dependencia absoluta del bebé respecto a los
adultos a su cargo. Es por ello que el estudio sobre los mecanismos empleados para
relacionarse con nuestros semejantes han sido objeto de múltiples investigaciones y
generado diversas teorías.

La teoría del vínculo, de Pichon-Riviere

Vamos a teorizar el vínculo desde la mirada pichoniana, el término "vínculo" es


conceptualizado como la forma en que una persona se relaciona con las demás,
estableciendo una estructura relacional entre ambos comunicantes que va a ser única entre
ellos dos. Dicha estructura marca la manera en que se va a interactuar, estableciendo que
pautas comunicativas y que conductas son aceptables y adaptativas en el contexto de la
vinculación.
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La teoría del vínculo de Enrique Pichón Rivière tiene como fuente principal a la teoría de las
relaciones de objeto que imperaba en el discurso kleiniano a finales de los años cincuenta.

Para ver claramente como Pichón responde a la teoría de las relaciones de objeto con su
teoría del vínculo, veamos las características que éste último tiene, las cuales ayudan a
definir claramente este concepto central de la psicología social pichoniana.

Características del vínculo

El concepto de vínculo es “la mínima unidad de análisis” de la psicología social.


Esto significa que el objeto de estudio de ésta, no es el individuo, la persona o el
5 sujeto en sí mismo, como lo es para la psicología o el psicoanálisis, sino el vínculo que un sujeto
pueda establecer con otro sujeto.
En este punto Pichón da un paso más, va más allá de la psicología de las relaciones de
objeto. En ésta, lo que interesa es la relación de un sujeto con un objeto, en una relación
unidireccional, en donde lo que se estudia es cómo el sujeto afecta al objeto.

En cambio Pichón Rivière hace de este vínculo entre un sujeto y otro, una relación
bidireccional, de tal manera que lo que se estudia en la psicología social es cómo un sujeto
se relaciona con un objeto -que en este caso es otro sujeto- y viceversa: cómo este objeto-
sujeto afecta al sujeto que establece un vínculo con él.

Por lo anterior se puede definir claramente al objeto de estudio de la psicología social como
el estudio de “los efectos subjetivos que tiene el encuentro con el otro” en la medida en que
se lo toma como modelo o ideal, auxiliar o semejante, objeto de amor y/o deseo y como rival
o enemigo. Más adelante se desarrollará más ampliamente este punto que se apoya en una
importante cita del texto de Freud, Psicología de las masas y análisis del yo y en el que se
puede situar desde el psicoanálisis, el origen de la psicología social pichoniana. Además que
sirve para diferenciar claramente el campo de intervención de la psicología social y el del
psicoanálisis.

El vínculo es condición de supervivencia, es decir que “las condiciones de nacimiento


son de tal grado de pre maturación, que es imposible que el recién nacido sobreviva sin la
asistencia del otro social” El otro ya tiene un carácter social por el sólo hecho de asistir al
recién nacido. Pero esta condición de supervivencia va más allá de la simple asistencia de
las necesidades básicas que garantizan la vida del organismo vivo que es el bebé. Así pues,

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se puede decir que todo niño venido al mundo establece dos tipos de relación con la madre
o el otro que lo auxilia. Freud lo dice claramente: El primer tipo de vínculo se denomina de
«indefensión» o «desamparo».

En éste de lo que se trata es de la satisfacción de la necesidad, es decir, que se trata de la


madre -o de la persona que cumple con esta función materna- en la

6 medida en que tiene, tiene el objeto que satisface la necesidad. El niño necesita de alimento, y
la madre lo tiene; el niño necesita de calor para sobrevivir, y la madre se lo brinda. Se trata
aquí de un vínculo con un otro que aparenta ser completo: que tiene algo que el niño necesita
y que se lo da. Es un otro que da lo que tiene. El niño se halla aquí en una posición de
completa indefensión, es decir, esta indefenso y necesita completamente de su madre para
sobrevivir.

Esto se debe a que el feto humano nace prematuro, nace inmaduro, no nace terminado de
madurar, como nacen los demás mamíferos superiores. Es como si a la madre le hubiese
faltado otro año de gestación, de tal manera que el niño pudiera caminar al nacer y pudiera
salir a buscar su alimento.

En todo vínculo hay circuitos de comunicación y aprendizaje. La teoría del vínculo no


sólo se alimenta del psicoanálisis freudiano y kleiniano, sino que él también toma aspectos
de otras teorías psicológicas y que le sirven a Pichón para establecer su ECRO.

La noción de aprendizaje es tomada de la psicología conductista, y Pichón se apropia de


ella, junto con la de comunicación, para convertirlas en dos de los más importantes objetivos
de la intervención de su psicología social. De hecho, estos dos aspectos del vínculo se
constituyen en rasgos con los que se define el vínculo cuando es normal.

La patología del vínculo va a tener mucho que ver con los trastornos que se presentan en el
vínculo a nivel de la comunicación y a nivel del aprendizaje, como se verá más adelante.

El vínculo es “una estructura compleja”. Es decir que Pichón piensa que el vínculo no es
una estructura simple, como lo es la relación de objeto, en la que hay involucrados sólo dos
elementos: el sujeto y el objeto. El vínculo es complejo por varias razones, y la primera es
que hay más de dos elementos en juego. De hecho se trata de una estructura triangular, es
decir que hay un tercero en juego en la relación sujeto a sujeto; “…el gran tercero de todo
vínculo es la cultura”. Esto nos conduce a la siguiente característica del vínculo.

Hay una triangularidad en el vínculo. Pichón descompone esta estructura

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7 triangular del vínculo en bi-corporal y tri-personal. Es bi-corporal porque hay en juego
siempre dos sujetos relacionados entre sí y afectándose mutuamente. Y es tri-personal
porque hay una tercera “persona” presente en esa relación bi-corporal. Estos tres elementos
hacen una estructura en el sentido más simple del término, es decir, una estructura es
aquella que está compuesta por una serie de elementos relacionados entre sí con la
siguiente característica: si se modifica uno sólo de los elementos de la estructura, la
estructura toda es modificada, es decir, que los otros elementos de la estructura resultarán
afectados si se afecta uno sólo de los elementos de ella.

Otra característica se encadena perfectamente con la concepción del vínculo como


estructura, tal y como lo vimos más arriba: La estructura triangular cambia. Sin esta
característica sería vana la intervención y la existencia del psicólogo social. Si la estructura
vincular no cambiara, no fuese susceptible al cambio, no valdría la pena intervenir sobre ella.
Si no cambiara, no habría nada que hacer. Pero ella cambia, y cambia a través de la historia.
De hecho hay historia debido a que cambia la estructura de los vínculos entre los hombres.
Si esta estructura no cambiara, no habría una historia para contar; la historia sería siempre
la misma. La estructura cambia porque cambian los elementos en juego en la estructura, por
eso es posible intervenir sobre uno o varios de los elementos de la estructura que están
vinculados entre sí, pudiéndose lograr un cambio en los otros elementos de la estructura, un
cambio que de hecho, puede llegar a hacer historia.

Esta característica es probablemente una de las más importantes, ya que sostiene que La
estructura vincular es conflictiva. Las relaciones interpersonales son conflictivas. El
conflicto hace parte de la estructura vincular. Pero más allá de que el vínculo conlleve
contradicciones, diferencias, ambivalencias y odios, a nivel del vínculo entre semejantes
existe intrínsecamente una tensión agresiva, una rivalidad imaginaria entre el sujeto y el otro
que hace parte de la forma como se constituye el yo de un sujeto por la vía de una
identificación imaginaria con su propia imagen. El vínculo no se refiere únicamente a un
componente emocional sino que incorpora tanto esfera emocional como la cognitiva y
la conductual, modificándose

8 mediante la interacción todos estos aspectos. La estructura resultante es dinámica y fluida,


variando y viéndose afectada por la retroalimentación que la conducta de uno produce en el
otro. El vínculo es un elemento fundamental para la supervivencia y la adaptación al
medio tanto social como natural, dado que permite influir en el medio a la vez que se es
influido por este. La existencia de vínculos se debe principalmente a la capacidad de

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comunicación, a través de la cual establecemos contacto con otros y aprendemos en base
a las consecuencias de nuestras conductas sobre ellos.

Según la teoría del vínculo la vinculación es bicorporal, dado que a nivel físico son dos los
elementos en contacto (el sujeto y el o los otros). Sin embargo, a pesar de ser dos seres los
que interactúan en todo vínculo o relación, hay al menos tres componentes que se tienen
que tener en cuenta, el yo emisor, el objeto (considerándose como tal la persona o cosa
con la que se produce la vinculación) y el tercero, que se entiende como el ideal o fantasía
construida por el yo sobre el objeto y que indica cómo vamos a relacionarnos con él. A la
hora de establecer una relación con un objeto el sujeto mantiene dos vínculos al mismo
tiempo, uno externo con el objeto en sí y uno interno con la fantasía inconsciente que va a
ser proyectada en el objeto y que va a marcar la existencia y el tipo de comunicación.

En un vínculo sano, la estructura que va a surgir de la interacción va a ser de tipo


espiral, encontrándose la conducta y comunicación del sujeto con una reacción por parte
del objeto que va a dar una retroalimentación al primero de manera que pueda variar su
conducta. Asimismo, el objeto también va a modificar su conducta en base a la actuación
del sujeto, siendo el vínculo una relación bidireccional en que ambos elementos en
comunicación se influyen mutuamente de forma dinámica y motivada por necesidades
psicológicas.

Pichón Riviere sustituye así la noción freudiana original de relación de objeto por la de
vínculo, noción cuyo estudio será el centro de toda la teoría de la salud y la enfermedad
planteada por Pichón Riviere.
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Una manera de comprender la idea de vínculo sostenida por Pichón Riviere es describiendo
su génesis y sus vicisitudes a lo largo de la vida.

Con fines simplemente didácticos, proponemos distinguir tres etapas en este proceso.

a) Configuración inicial.- A partir de los primeros días de vida, el lactante establece


relaciones con objetos, relaciones que podrán gratificarlo o frustrarlo y estableciéndose así
una primera configuración vincular, designada respectivamente como 'vínculo bueno' o
'vínculo malo’. La necesidad es el fundamento motivacional del vínculo, pues es sobre la
base de las necesidades del bebé que éste establece aquellas relaciones intersubjetivas.
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Dichas necesidades tienen desde un comienzo "un matiz e intensidad particulares, en los
que ya interviene la fantasía inconsciente" (La relación entre sujeto y objeto no es entonces
puramente objetiva, sino que está teñida por las fantasías inconscientes que alimenta el
sujeto con relación a su objeto.)

b) Internalización. A medida que el niño interactúa con su objeto (por ejemplo, la


madre), va internalizando la estructura relacional, o sea el vínculo adquiere, además de la
dimensión intersubjetiva, otra dimensión intrasubjetiva. O si se quiere, además de un vínculo
externo se establece también un vínculo interno (vínculo internalizado. Este pasaje o
Internalización "tendrá características determinadas [de acuerdo] con el sentimiento de
gratificación o frustración que acompaña a la configuración inicial del vínculo", es decir,
podrán internalizarse vínculos buenos o vínculos malos. Nótese que para Pichón Riviere no
se internalizan objetos, sino vínculos, es decir

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formas particulares de relacionarse con el objeto.

C) Evolución ulterior. Una vez constituido el vínculo como situación bicorporal y


tripersonal, éste podrá seguir diferentes evoluciones, de acuerdo a la intensidad de
los miedos básicos implicados en la estructura vincular. Estas diferentes
10 evoluciones son, simplificadamente, la constitución de un vínculo enfermo o bien la
constitución de un vínculo sano, que no deben ser confundidos, respectivamente,
con el vínculo malo y el vínculo bueno. De hecho, Pichón Riviere llega a proponer,
por ejemplo, una 'patología del vínculo bueno’, vale decir, la posibilidad de que un
vínculo bueno pueda enfermarse.

Las tramas vinculares


El Psicólogo Social es un profesional especializado en las tramas vinculares, en
tanto desarrolla y despliega su intervención en los grupos, en las organizaciones y
en la comunidad en general. Consecuentemente, la Psicología Social es la disciplina
científica que da cuenta de la interacción entre las personas, como así también
opera siempre considerando el implacable interjuego del hombre y el mundo. La
noción de vínculo es la unidad mínima de análisis de nuestra ciencia, siendo
el individuo el anudamiento singular de complejas tramas de relaciones, que van
desde el primer vínculo con la madre hasta las condiciones institucionales, políticas
y socio-históricas propias de lo humano.

Pichon definió al vínculo como una estructura compleja que incluye un sujeto, un
objeto y su mutua interrelación con procesos de comunicación y aprendizaje. Todo
encuentro es un reencuentro. Los invito a recordar la experiencia de Pichon en el

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Borda, aquí se enfrentó con la problemática del enfermo abandonado, esto llevo a
Pichon a visualizar la red vincular, pudiendo diagnosticar las fisuras, las tramas
vinculares fracturadas. Desde esta mirada, aseveramos que no hay individuos
aislados y recortados. Siempre estamos en presencia de seres entramados, de
estructuras vinculares. La Psicología Social entiende al hombre como
configurándose en una praxis, en una actividad transformadora y en una relación
dialéctica mutuamente modificante con el mundo.

El núcleo central de nuestra disciplina está sustentado en la idea de un sujeto 11


social, concebido en función de la presencia ineludible del otro y del vínculo.

Cualquier sociedad está conformada como una red vincular cuyas lógicas
contradictorias de intercambio son específicas de esa comunidad y no de otra. La
dimensión psicosocial posibilita a los profesionales de esta ciencia, en su condición
de agentes del cambio planificado, a diagnosticar las fracturas vinculares y, en
consecuencia, diseñar estrategias que permitan la rearticulación de esas fisuras,
es decir, su restablecimiento vincular. Para Pichon, el rol que se asume en la
interacción vincular es de gran importancia. Se ha de tener en cuenta a la hora
de asumir un rol el papel que cada uno de los componentes del vínculo ha de tener
y el hecho de que se pongan de acuerdo en el papel otorgado a cada uno. En una
vinculación principalmente podemos encontrar la figura del depositante, que es
quien emite la información o conducta, el depositario o destinatario de ésta y lo
depositado, el contenido transmitido o la acción llevada a cabo (teoría de las 3 D).

Tal y como hemos mencionado uno de los requisitos fundamentales del


establecimiento de un vínculo es la presencia de una comunicación fluida entre
sujeto y objeto. En lo que se refiere al acto comunicativo Pichon-Riviere parte de

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la creencia de que toda comunicación se da en base a cinco principios
fundamentales.

En primer lugar destaca que lo social nos afecta y estructura desde dentro,
formando parte de nuestro ser. Queremos y necesitamos vincularnos, siendo
afectados y afectando a la vez al entorno.
Un segundo principio se refiere a que las conductas que llevamos a cabo están
determinadas por lo más interno. Nuestro inconsciente nos impulsa a actuar
comunicativamente de cara a expresar nuestras necesidades, pulsiones y deseos.

El tercero de los principios implica que todo acto o incluso la ausencia de este
son comunicativos, no pudiendo haber un acto que no transmita nada. Cada
12 actuación e interacción llevada a cabo encierra un significado profundo que puede estar
oculto.

Otro principio hace referencia a la necesidad de dinamismo, apertura y


adaptación mutua entre personas vinculadas, haciendo ver que la ausencia de
fluidez y la presencia de una perseveración y repetición constante es sinónimo de
patología.

Por último, indica que todos los individuos tratan en todo momento de comunicarse,
siendo toda actividad mental dirigida a establecer una comunicación. A través de la
comunicación extraemos un aprendizaje que nos permite una vinculación más
adaptativa. Los datos extraídos de la interacción nos permiten generar un esquema
con el que organizar los conceptos de manera que podamos ir adaptándonos a los
cambios que sufre la realidad.

Las tres áreas

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En el proceso de interacción entre los componentes de un vínculo el sujeto debe
establecer una relación entre su mente, su cuerpo y la realidad exterior. Estas
tres áreas coexisten en todo momento, si bien puede haber un predominio sobre
una u otra según llevemos a cabo determinadas conductas. Según Pichon-Riviere,
que predomine o que sea inhibido va a marcar la personalidad del individuo,
que a su vez va a afectar en gran medida a la capacidad de vinculación y puede
llegar a generar vínculos patológicos. A la hora de establecer un vínculo, la
interacción entre los elementos vinculados se da en un contexto concreto en el que
se produce el intercambio, un contexto que recibe el nombre de campo
psicológico. Se trata del contexto en el que el sujeto se comunica con el medio. De
este campo psicológico se puede extraer a partir de la observación, diferentes datos
que permiten trabajar a nivel psicosocial con grupos. Principalmente las
informaciones más relevantes a este respecto pasan por la propia conducta

13 manifestada por el sujeto, los cambios corporales que permiten analizar las emociones
y actitudes de éste, la comunicación preverbal, los hechos vividos o vivencias y el
contorno o conjunto de elementos que se encuentran en interacción permanente.

El vínculo sano

Se va a considerar sano todo aquel vínculo en que el Yo es capaz de utilizar


estrategias para gestionar lo malo y conservar lo bueno de la relación,
manteniendo una comunicación bidireccional eficiente que pueda ser adaptativa.
Para que ello sea así es necesario que haya una comunicación permanente,
sincera y directa en la que se tenga en cuenta las necesidades de sujeto y objeto,
además de que dicha comunicación produzca un aprendizaje que permita la
retroalimentación de la propia conducta. Así, los componentes clave para la
existencia de un buen vínculo son la presencia de una comunicación bidireccional

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correcta, eficiente y en la que existe feedback y el hecho de que dicha comunicación
permita la adquisición de un aprendizaje.

Los vínculos patológicos

No todo tipo de vínculo es sano. Si bien como hemos dicho generalmente el vínculo
supone una estructura espiral en que se va dando una retroalimentación de la
relación, en ocasiones dicha estructura se ve entorpecida y paralizada por el
miedo, que haciendo que el tercero actúe como barrera provoca que el vínculo
acabe volviéndose algo estático que impide adaptarse de forma adecuada a la
realidad comunicacional. Por ello, existen diferentes maneras de relacionarse que
constituyen una vinculación patológica al no producirse un aprendizaje o al
encontrarse disfuncionalidades en la comunicación que hace que esta no sea
completamente bidireccional y no produzca una correcta modificación mutua. La
comunicación dejaría de ser totalmente permanente, sincera, directa o dialéctica.

Mencionamos algunos vínculos patológicos, los centrales los hemos


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desarrollado en clases:

Vínculo paranoico: En este tipo de vínculo pueden aparecer conductas agresivas


y de desconfianza, reivindicando algo uno al otro.

Vínculo depresivo: La vinculación establecida genera o es generada por la


presencia de culpa o necesidad.

Vínculo maníaco: Relación establecida se basa en la impulsividad y la actividad


frenética.

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Vínculo esquizofrénico: Este vínculo se caracteriza por una elevada presencia de
aislamiento de la realidad. Según Pichon-Riviere, es propio de la esquizofrenia y de
otros trastornos psicóticos en que se desvincula el yo con la realidad.

Vínculo obsesivo: La relación propia de un vínculo obsesivo supone que al menos


uno de los individuos vinculados pretende mantener un control y orden en la
relación. Se pretende controlar y vigilar al otro debido a la ansiedad producida por
la desconfianza.

Vínculo hipocondríaco: La forma de relacionarse con el entorno pasa a ser la


queja por el estado de salud o la preocupación por el cuerpo.

Vínculo histérico: Este tipo de vinculación se basa la representación, queriendo la


psique de uno de los componentes del vínculo querer expresar algo a través de la
actuación. El tipo de expresión puede ir desde la sintomatología física
(convulsiones, alaridos, etc.) propio de una histeria o a través de miedos derivados
de la desconfianza.

Más allá de su impacto a la hora de estudiar y analizar la importancia de los vínculos


y su deformación en procesos patológicos, la importancia de la teoría del vínculo es
tal que marcaría un precedente en el surgimiento de la psicología social. Hay que
15 tener en cuenta que en la época en que surgió esta teoría la psicología psicoanalítica
estaba principalmente focalizada en los conflictos internos de cada persona,
haciendo escasa referencia a los factores ambientales y a los mecanismos
relacionales entre personas.

Con esta teoría Pichon-Riviere abriría la puerta al estudio sistematizado de las


relaciones humanas y su organización desde el psicoanálisis, sirviendo sus

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estudios para mejorar la situación de múltiples pacientes mediante el tratamiento de
sus comunicaciones, en un ámbito anteriormente poco trabajado anteriormente

Redes transferenciales

Existen grupos que permanecen el tiempo, otros grupos que nunca pueden
constituirse, algunos que se diluyen ante el caos. Las preocupaciones que
atraviesan a los coordinadores grupales se interrogan acerca del por qué existen
grupos que se constituyen y permanecen cierto tiempo y otros no, siendo esto
independiente de la tarea que se propongan.

Desde la mirada psicosocial este hecho está sujeto a la posibilidad de constitución


durante las primeras reuniones de lo que se ha dado en llamar matriz del grupo o
matriz grupal, aludiendo de esta manera a la conformación entre los miembros del
grupo de ciertos lazos que organizan la permanencia del acontecer grupal. Para
que se constituya la matriz del grupo ha existido algún tipo de empatía que une a
los distintos miembros entre sí. Desde las primeras reuniones las personas

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sienten temores, amores, indiferencias, intereses en común, historias compartidas,
rechazos y aceptaciones.

Para que se constituya la matriz del grupo tienen que cumplirse algunas condiciones
mínimas de encuadre del devenir grupal que son organizadoras del mismo. Los
miembros de un grupo junto con su coordinador se reúnen en un cierto lugar,

16 con alguna tarea explícita, en un cierto tiempo y con algún objetivo en común. Los
integrantes del grupo invisten al coordinador, al docente y/o a la institución a la que
pertenecen, de ciertos poderes reales o ilusorios a través de los cuales los sujetos
puedan incorporar aquello que esperan obtener, conocimiento, cura,
reconocimiento. Es así cómo esta matriz grupal de la que hablamos está referida a
algún tipo de organización libidinal que ese grupo se ha dado. Esta organización
libidinal está basada en los lazos afectivos de amor, odio, indiferencia que los
individuos tienen entre sí y con el coordinador. La mirada recíproca entre los
miembros del grupo junto con su coordinador precipita los procesos de identificación
y transferencia.

La red de identificaciones y la red transferencial que se va estableciendo en el


transcurso del grupo están íntimamente relacionada; en realidad es lo que la
constituye con la matriz grupal. Es decir que esta matriz es en realidad una red de
identificaciones formada esencialmente por identificaciones secundarias y una red
transferencial, ambas entrecruzadas y relacionadas entre sí.

La etimología de la palabra nos remite a círculo, nudo. Pero no debemos


pensarlos como espacios cerrados sino como espacios abiertos. Desde la primera
reunión se empieza a conformar una red de identificaciones precipitada por el
papel que juega la mirada recíproca entre los miembros del grupo.

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Debemos diferenciar además a la red de identificaciones de una matriz
identificatoria. Mientras la red de identificaciones alude a las diferentes
identificaciones a rasgos que realizan los miembros de un grupo entre sí,
conformando una red móvil y dinámica, la Matriz Identificatoria es lo que identifica
a un grupo de otro grupo y tiene que ver fundamentalmente con la identidad grupal,
como cada grupo conforma las distintas redes junto con el proceso propio de
subjetividad, sus ilusiones, sus proyectos, su historia.

Recordemos que la transferencia es definida como el proceso mediante el cual los


deseos inconscientes de un sujeto se actualizan sobre ciertos objetos. Si bien este
mecanismo se hace visible y se teoriza a partir del psicoanálisis y es Freud quién lo

17 define y da cuenta de su presencia y desarrollo, podemos en rigor hablar del mismo


cuando hablamos de las formaciones colectivas, ya que está presente en toda
relación humana. Las diferencias con respecto a su conceptualización tienen que
ver con que no es pensada la transferencia sólo como una reedición sino más bien
como un conjunto de sentimientos, ideas, pensamientos, sensaciones corporales,
que no solamente tienen que ver con la historia del individuo, su historia pasada,
que no solamente tiene que ver con la repetición de situaciones vividas, sino más
bien con aquello que sucede entre la persona y lo otro. Y es en ese entre que se
producirá lo nuevo, lo repetitivo, lo rememorativo, la creación de nuevos órdenes de
significancia.

Cuando una persona ingresa a un grupo trae consigo una serie de deseos, ideas,
temores, proyectos, algunos conscientes, otros no, que transfiere sobre ciertas
figuras dentro del grupo, sobre ciertos lugares que en general son los que detentan
ciertos poderes. Es decir que estos ciertos lugares de poder, que pueden estar
situados y desde la experiencia así lo comprobamos en la coordinación y en los
líderes, atraen sobre sí el mayor caudal transferencial. Esta transferencia

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reactualiza en el aquí y ahora todos aquellos circuitos de relaciones que esa
persona ha vivido a lo largo de su historia poniendo el acento en unas o en otras.
Son las transferencias, las que permiten el primer acercamiento, las que ponen en
movimiento deseos, temores, ideales. Pero no sólo eso. También estará presente
como la persona se ve afectada por el contacto con los otros.

Por esto las identificaciones son las que van a darle al grupo movimiento, acción,
permanencia y las transferencias van a proveer del campo propicio para que estas
identificaciones se realicen. La red transferencial se construye entretejida con la
transferencia institucional que exista y con las representaciones sociales que
impregnan la vida institucional de emblemas de poder. Estos emblemas ideológicos
son “aprovechados” para garantizar la permanencia sin cambios de los grupos que
constituyen las instituciones dentro de un dispositivo ideológico institucional
determinado a los efectos de producir determinadas subjetividades.

La mirada recíproca actúa e incentiva las identificaciones. Mostrarse, mirarse, ser


18 visto, ser mirado. Los cuerpos se mueven de una cierta manera, los gestos
imperceptibles, las palabras inconclusas. Mostrar lo que uno es. Mostrar lo que uno
cree que es. Expuesto a la mirada del otro veo y soy mirado, me veo ver, veo que
otros me miran. Existe una diferencia entre la visión y la mirada.

No es mi intención desarrollar aquí exhaustivamente el concepto de transferencia


sino más bien plantear algunas cuestiones sin pretender abordar tan amplio y
complejo concepto.

De manera general se designa como transferencia al proceso en virtud del cual los
deseos inconscientes de una persona se actualizan sobre ciertos objetos, repitiendo
prototipos infantiles, viviendo ésta situación con un marcado sentimiento de
actualidad sobre la persona del coordinador. La transferencia en los grupos está
dirigida hacia:

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- el coordinador o docente (no todos, alguno o algunos que les represente al grupo)
- los compañeros
- ambos
- la institución
En caso de existir varios coordinadores existe una mayor pluralidad transferencial
sobre dicha coordinación. Tanto la red transferencial como la red de identificaciones
son procesos que se producen invariablemente y la red de identificaciones estaría
más puntualmente desarrollada entre los miembros del grupo en tanto que la red
transferencial tiene su punto de apoyo fundamentalmente en la coordinación. Se
denomina habitualmente Transferencia Central a la transferencia que los
miembros del grupo depositan sobre él o los coordinadores, y Transferencias
Laterales a las transferencias entre los participantes / pares del colectivo.

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Estas relaciones necesarias que se dan entre los miembros del colectivo, cargadas
de amor/odio adquieren diversas intensidades en virtud de la complejidad de lo allí
planteado. Proyecciones, introyecciones, lo social-histórico, lo personal, los juegos
de alianzas de poderes, los conflictos y obstáculos que toda tarea convoca. La
presencia de estos otros moviliza, reactiva baja la forma de identificación a

19 rasgos los sucesos que acontecen. Las transferencias realizadas con el coordinador,
con el colectivo y con los pares, organizan la intensidad afectiva del colectivo y le
dan el signo al afecto actual.

Principios de la conducta.

Pichon introduce para el entendimiento de las conductas patológicas es


importante mencionar la noción de necesidad. Pichon abandona el concepto de
instinto y adopta el de necesidad entendida como estado subjetivo o registro del
sujeto que emerge y que tiene sus condiciones de producción en la transformación
de la materia en el interior del organismo. La necesidad se genera según un
proceso en el cual un estado previo de equilibrio inestable se desestructura;
esta desestructuración es registrada como carencia o tensión, la cual a su vez
promueve la búsqueda de elementos cuya incorporación genere un nuevo
equilibrio que nunca es idéntico al anterior. La necesidad, y con ella el sujeto de
la necesidad, se transforma en la búsqueda de la satisfacción y en el acto de
satisfacerse. Y en ello radica la clave del desarrollo del ser humano, del aprendizaje
a nivel individual y social, como sujeto y como especie. Esa búsqueda se transforma
en actividad, en producción, en praxis: el hombre se transforma a la vez que
transforma al medio.

De este modo, la necesidad se convierte en el motor de la conducta y es a través


de ésta última que el sujeto se nos hace manifiesto. Pichon entendió a la
conducta como una estructura o sistema dialéctico y significativo (y por lo tanto
decodificable) que tiene una intencionalidad y que surge como intento de respuesta
P á g i n a 20 | 66
y resolución frente a las contradicciones y exigencias adaptativas, en particular, la
contradicción inherente a todo ser vivo entre necesidad y satisfacción. En términos
de Pichon: “La conducta sería un conjunto de operaciones materiales y simbólicas
por las que un sujeto en situación tiende a resolver sus contradicciones internas en
una relación permanente de modificaciones recíprocas con el contexto.” Tales

“operaciones materiales y simbólicas” aluden a las capacidades propias del


20 psiquismo humano que incluyen la posibilidad de anticipar y planificar la acción, de
nombrarla e interpretarla, esto es, el pensamiento lógico, la representación, la
fantasía conciente e inconciente, la creación artística, la capacidad de elaborar
códigos y emplearlos, o sea la capacidad de lenguaje, etc.

El sujeto, según Pichon Rivière, está siempre presente de forma total en cada
conducta y en función de esto plantea principios y conceptos que darían cuenta de
la raíz de todas las conductas, ya sean éstas normales o patológicas. La
conformación de la Teoría de la Enfermedad Única en la obra de Enrique Pichon-
Rivière forma parte de una psiquiatría psicoanalítica que posteriormente se nutre y
nutre a la psicología social. En este sentido, dicha teoría permite reconstruir una
serie de operaciones de recepción e historia de las ideas que, de algún modo,
representan los avatares en que se constituyeron estas tradiciones disciplinares en
Argentina.

Pichon expone los cuatro principios que constituyen la Teoría de la Enfermedad


Única -policausalidad, pluralidad fenoménica, continuidad genético funcional y
movilidad de las estructuras-, realizando un análisis histórico crítico de estas ideas.

Su larga experiencia clínica, tanto pública como privada, permitió la conformación de


sucesivas elaboraciones teóricas que posibilitaron un trabajo de comparación y
articulación de diversos cuadros nosológicos hasta arribar a una síntesis teórica,
representada en parte por la TEU.

P á g i n a 21 | 66
Para enmarcar las formulaciones que realiza Pichon-Rivière es conveniente dividir
su obra en dos períodos: 1) de 1930 a 1960 posee un enfoque centrado en el campo
psiquiátrico y psicoanalítico; 2) a partir de 1960 predomina una perspectiva
proveniente de la psicología social, que a su vez integra los enfoques derivados del
psicoanálisis y la psiquiatría. En este segundo período el autor formula de forma más
acabada, tanto su Teoría de los Grupos Operativos como la TEU. 1) Policausalidad

21 Este es el principio que más tempranamente aparece en la obra de Pichon: 1946.


Para este autor en la génesis de la esquizofrenia intervienen los mismos factores
que para la neurosis. Por este motivo retoma las series complementarias de Freud
que condicionan la disposición y la situación desencadenante de la neurosis. Pichon
describe las series complementarias del siguiente modo:

1. La primera serie se constituye por los factores hereditarios, constitucionales, y


por las vivencias infantiles traumáticas.

2. La segunda serie se constituye por la nueva relación del factor disposicional


con las situaciones actuales. A partir de una situación de frustración relativa a la
satisfacción del instinto, se inicia el proceso de regresión a los puntos
disposicionales.

3. La tercera serie complementaria, pero primera en orden cronológico, supone


que la constitución debe considerarse como producto de dos factores: el hereditario
y la actuación sobre el feto de las vivencias de la madre durante el embarazo.

En 1965, nombra como “principio de policausalidad” a las series complementarias y


las sintetiza del siguiente modo:

1) el factor constitucional, que divide en dos: a) genético propiamente dicho y

b) precozmente adquirido en la vida intrauterina


2) al factor anterior se agrega el impacto que tiene en el sujeto el grupo familiar; la
interacción entre ambos es lo que constituye el factor disposicional

3) y por último se ubica el factor actual o desencadenante del proceso de enfermar.

P á g i n a 22 | 66
2) Pluralidad fenoménica
Ya inicialmente en 1946, Pichon sostiene que para deshacerse de la situación
depresiva básica el psicótico puede configurar una manía, hipocondría o paranoia, y
en el caso de la esquizofrenia, se configura una mezcla de estos mecanismos.
Meses más tarde agrega que este conflicto básico de naturaleza depresiva puede
proyectarse en tres zonas: si el conflicto permanece en la mente da lugar a la
melancolía, proyectado en el cuerpo origina el cuadro hipocondríaco y su proyección
en el mundo externo da lugar a la paranoia; una manifestación combinada en las

22 tres zonas ocasiona la esquizofrenia. Esto podría considerarse como una incipiente
postulación de lo que luego llamará “pluralidad fenoménica”. En 1965 refiere
explícitamente a estas “áreas de expresión” como parte de la TEU. Corresponde al
carácter instrumental de las estructuras patológicas junto al recurso adaptativo
situacional utilizado por el sujeto. Esto determinará el predominio de la multiplicidad
sintomática en un área u otra. En 1967 amplia esta descripción considerando tres
dimensiones fenoménicas de la mente con sus respectivas proyecciones:

• área 1 mente
• área 2 cuerpo
• área 3 mundo exterior.
El comportamiento implica las tres áreas, una Gestalt en permanente interacción en
donde puede predominar una de ellas, sin que dejen de participar permanentemente
las tres. En 1970 las retoma, pero el acento se coloca en el vínculo. Cada área se
transforma en un ámbito proyectivo en el que el sujeto sitúa sus vínculos buenos y
malos a través de mecanismos de proyección e introyección

3) Continuidad genética y funcional


Este es el principio esencial de la teoría. Supone un núcleo patogenético central
(depresión básica) que se articula con aspectos de las cinco formas características
de depresión que sostiene Pichon.

P á g i n a 23 | 66
El proceso de la enfermedad y de la cura tiene como hilo conductor la situación
depresiva, que adoptará cinco formas diferentes según el momento cronológico de
su aparición. Para Pichon tanto la salud, como la enfermedad son procesos
dinámicos y situacionales. Por tal motivo estas depresiones pueden acontecerle en
el transcurso de su vida tanto a un sujeto sano como a uno enfermo. Lo que
diferencia uno de otro es el monto de ansiedad puesta en juego, así como la
plasticidad de las técnicas defensivas del yo. Estas depresiones se encuentran en
relación dialéctica unas con otras, de modo que la depresión actual promueve la
regresión a los puntos disposicionales, suscitando la depresión básica. Este proceso
tiene diferentes desenlaces, promoviendo un mayor grado de salud mental, en el
caso que el sujeto elabore parte de la situación actual y pasada o, en su

23 defecto, puede incrementar aún más el monto de ansiedad frente a la situación


depresiva básica, estereotipar los mecanismos defensivos y de este modo verse
acrecentada la enfermedad mental. Pichon describe sistemáticamente estas cinco
depresiones en 1965 de la siguiente manera:

• Protodepresión: corresponde a la depresión del nacimiento.


• Posición depresiva del desarrollo: situación de pérdida (como el destete), donde se
generan sentimientos de ambivalencia, culpa e intentos de elaborar la situación
mediante los mecanismos de reparación positivos o maníacos.

• Depresión de comienzo o desencadenante: experiencia de frustración o pérdida


actual que corresponde al período prodrómico de la enfermedad mental.

• Depresión regresional: a partir de la cual se retorna a los puntos disposicionales.


• Depresión iatrógena: acontece durante la tarea correctora que intenta conducir de
la posición esquizo-paranoide a la posición depresiva para que el sujeto pueda
lograr una mayor integración del yo, del objeto y del vínculo.

4) Movilidad de las estructuras. En 1965, cuando explicita los tres preceptos


anteriormente expuestos, no resalta a este cuarto como principio. Cuando Pichon
intenta articular su Teoría de los Grupos Operativos con la TEU, plantea que el

P á g i n a 24 | 66
nexo entre ambas supone tanto el proceso de enfermarse como el proceso
terapéutico. Este principio explica que la salud evidencia movilidad y plasticidad,
mientras que la enfermedad supone repetición y estereotipia en la expresión
fenoménica de la conducta. A partir de la movilización de las estructuras
estereotipadas es posible un mayor grado de salud, ya que implica la elaboración
de la ansiedad frente al cambio (la ansiedad depresiva provocada por la pérdida
y la ansiedad paranoide que produce el sentirse desintrumentado frente a la
nueva situación).

En 1967 se lo conceptualiza como el cuarto de los principios sosteniendo Pichon que


las estructuras tienen carácter funcional, instrumental, situacional y vincular en el
aquí y ahora del proceso interaccional. En 1970 agrega a esta concepción que se
requiere un esquema referencial plástico.

24
Teoría del apego

La teoría del apego es la teoría que describe la dinámica de largo plazo de las
relaciones entre los seres humanos. Su principio más importante declara que un
recién nacido necesita desarrollar una relación con al menos un cuidador principal
para que su desarrollo social y emocional se produzca con normalidad.

La teoría del apego es un estudio interdisciplinario que abarca los campos de las
teorías psicológicas, evolutivas y etológicas. Inmediatamente después de la
Segunda Guerra Mundial, los huérfanos y sin hogar presentaron muchas
dificultades, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le pidió al psiquiatra y
psicoanalista John Bowlby que escribiera un folleto sobre el tema, que él tituló
privación materna. La teoría del apego surgió de su trabajo posterior sobre las
cuestiones planteadas. Los bebés se apegan a los adultos que son sensibles y
receptivos a las relaciones sociales con ellos, y que permanecen como cuidadores
P á g i n a 25 | 66
consistentes por algunos meses durante el período de cerca de seis meses a dos
años de edad. Cuando el bebé comienza a gatear y caminar, empieza a utilizar las
figuras de apego (personas conocidas) como una base segura para explorar más y
regresar de nuevo a ellos. La reacción de los padres lleva al desarrollo de patrones
de apego y estos, a su vez, conducen a modelos internos de trabajo que guiarán las
percepciones individuales, emociones, pensamientos y expectativas en las
relaciones posteriores. La ansiedad por la separación o el dolor tras la pérdida de
una figura de apego se considera una respuesta normal y adaptativa de un recién
nacido apegado. Estos comportamientos pueden haber evolucionado debido a que
aumentan la probabilidad de supervivencia del niño. El comportamiento infantil
asociado al apego es principalmente la búsqueda de la proximidad a una figura de
apego.

El apego es un lazo afectivo o un vínculo emocional que establece el niño con sus
padres o figuras representativas de cuidado y protección. El cual proporciona una
25 seguridad emocional necesaria y clave para el posterior desarrollo de la personalidad del
menor. Como se sabe, las personas vienen predispuestas biológicamente para las
relaciones sociales desde su nacimiento y para el desarrollo de conductas de apego.
En esta línea, lo más importante de la teoría de John Bowlby es que el estado de
seguridad, ansiedad o temor que presente el niño, estará determinado por la
accesibilidad con su figura de apego, la cual suele ser su madre.

Actualmente, la teoría del apego sigue teniendo peso en la sociedad científica y en


la explicación de cómo se desarrollan los niños. Su influencia ha servido para la
realización de nuevas terapias y también ha contribuido a aportar nuevas ideas a
éstas.

El apego no surge de manera espontánea sino que va desarrollándose conforme


pasan una serie de etapas o fases. Así pues, primero existe una preferencia del niño
por las personas en general para pasar después a una asociación con aquellas que
P á g i n a 26 | 66
están cercanas a él. Así, el apego se intensifica durante la mitad del primer año
desarrollando un tipo de apego que puede ser más positivo o más negativo.

Los estudios que el autor de esta teoría realizó fueron sobre la crianza con los
primates, pudiendo describir la evolución de la conducta del apego, sus etapas y la
formulación entre la conducta exploratoria y el vínculo seguro. Por otro lado, se
estudió también el establecimiento de la relación entre la conducta del apego y la
conducta de angustia ante personas extrañas de los niños.
A rasgos generales, las conductas de apego son necesarias para la supervivencia
de los menores ya que al nacer éstos están totalmente desprovistos de habilidades
que los permitan sobrevivir por ellos mismos.

En esta línea, las conductas establecidas por John Bowlby fueron: el llanto, la
sonrisa, la succión, la llamada, el aferramiento y el seguimiento y las cuales se
26
observan en el niño de las siguientes formas:

• El llanto provoca que inmediatamente la figura representativa se acerque al


niño, lo que le permite ver que al acercarse a él, éste deja de llorar.

• La sonrisa en torno al mes del niño se va haciendo social, al igual que refuerza
al cuidador para que se produzca ese acercamiento.

• La succión garantiza el contacto y acercamiento físico con la figura


representativa, padre, madre, etc.

• Las vocalizaciones por parte del bebé facilitan el diálogo y favorece el


acercamiento con las figuras de apego.

• El aferramiento se puede reflejar en conductas como presionar la mano.


• El seguimiento se percata en el niño con estímulos preferentes que desarrolla
en torno a su cuidador como buscarlo con la mirada.

P á g i n a 27 | 66
Por otra parte, en cuanto al cuidador, que puede ser la madre, también cuenta con
ciertas condiciones que le facilitan el apego desde un punto de vista biológico. Dichos
cambios en ella pueden observarse a través de los cambios hormonales que la
predisponen al cuidado de sus hijos así como la relación de interacción
prácticamente innata que se establece entre ella y el bebé.

El modelo de Bowlby

Su modelo se basa en cuatro sistemas de conductas relacionadas que son: el


sistema de conductas de apego, el sistema de exploración, el sistema de miedo a
los extraños y el sistema afiliativo.
El sistema de conductas de apego se refiere a aquellas que se realizan para el
mantenimiento y la continuidad del contacto con las figuras de apego como son las
sonrisas, el llanto y los contactos físicos. Estas conductas se activan cuando el niño
percibe una señal de peligro o amenaza como cuando aumenta la distancia entre él
y su cuidador o cuidadores. Relacionado con el anterior, se encuentra el sistema de

27 exploración el cual se diferencia de él en que al disminuir la conducta del apego


el niño realiza más conductas exploratorias.

Por otro lado, el sistema del miedo a los extraños también está vinculado con los dos
sistemas anteriores, ya que si aparece tendrá como consecuencia un aumento de
las conductas del apego y una disminución en el sistema de conductas exploratorias.

En contraposición al sistema de miedo se encuentra el sistema afiliativo, el cual pone


de manifiesto la predisposición que tienen las personas a la interacción con otras,
incluso con aquellas desconocidas para las que no hay vínculo.

A través de esto, se puede observar cómo el apego constituye una serie de


conductas diversas que cuya activación, intensidad y morfología va a depender de

P á g i n a 28 | 66
variables individuales y ambientales. A continuación se extiende un conjunto de
procesos que conducen a la selección de la figura del apego:

• Tendencia innata al acercamiento a determinados estímulos como voces o


caras humanas.

• Aprendizaje discriminativo por contacto, distinguiendo entre voces y olores


conocidos como el de su madre y el de otras personas.

• Predisposición a orientarse hacia lo conocido y familiar.

Etapas de la formación del apego

28 1. Desde el nacimiento a los 2 meses: orientación hacia las personas y emisión


de señales. Aquí se van produciendo las primeras interacciones que facilitan la
adaptación mutua y la familiarización sensorial del bebé con su cuidador.

2. Entre los 3 y los 7 meses: reacciones diferenciadas ante la figura de apego.


Las conductas del bebé son diferentes con otras personas en relación de las
que presenta con la madre, como puede comprobarse con la sonrisa o el
llanto que son mucho más frecuente el primero y más regulado el segundo,
en presencia de ésta.

3. Entre los 7 meses y los 3 años: conductas de apego. En esta fase el niño
mantiene y hace lo posible por que se dé el acercamiento con su figura de
apego, ya sea por medio del llanto o gateando. Responde con temor ante los
extraños y la presencia de su madre le proporciona seguridad.

P á g i n a 29 | 66
4. Desde los 3 años en adelante: formación de pareja con corrección de
objetivos. Esta fase es de ajuste y regulación mutua, y las relaciones se
dirigen a la autonomía del niño.

Reacción del niño ante extraños

Mary Ainsworth fue una psicóloga que realizó estudios de la interacción madre-hijo
mediante trabajos de observación. Dicha investigación la llevó a cabo por medio de
la creación de una situación extraña ante el niño para observar la reacción de éste
ante una serie de presentaciones, separaciones y encuentros entre su figura de
apego y otra persona ajena o desconocida para él. Las condiciones experimentales
consistían en la disposición de dos habitaciones: una de lugar de actuación de las
conductas del niño y otra comunicada con ésta donde se disponían los
observadores. Los participantes del experimento lo conformaban la madre y su hijo
y una mujer desconocida.

A continuación se propone una descripción de las actuaciones llevadas a cabo


en el estudio de la psicóloga:

29 1. El observador lleva a la madre y al bebé a la sala.


2. La madre permanece pasiva mientras el bebé explora. Si es necesario se le
estimula con un juguete pasado un par de minutos.

3. Entra la persona extraña, en el primer minuto habla con la madre y en el


segundo se acerca al niño. Pasado tres minutos la madre sale de la
habitación.

4. Se da el primer episodio de separación


5. Aquí se produce el primer episodio de reunión, donde la madre saluda y calma
si es necesario al niño, tratando de que vuelva a jugar. Después vuelve a salir
de la habitación diciendo adiós.

P á g i n a 30 | 66
6. Se produce así el segundo episodio de separación.
7. Continuación de la separación, volviendo a entrar en la habitación la persona
extraña.

8. Por último, segundo episodio de reunión. Vuelve a entrar la madre mientras


la extraña se va discretamente.

Apego seguro

El niño muestra extrañar a su madre, se alegra al volver a verla y se tranquiliza pero


vuelve a sus juegos. Los pequeños utilizan a su cuidadora como una base a partir
de la cual empezar a explorar. La autora creía que estos niños mostraban un patrón
de apego adecuado y saludable.

Apego inseguro-evitativo

El niño no está perturbado ni muestra desagrado ante la separación, además de


ignorar y evitar a la madre en su regreso. Se mostraban independientes en la

30 situación en la que aparecía el extraño, presentando conductas de exploración


independientemente de la presencia o no de su madre. La conducta de
independencia de estos niños al principio fue considerada como algo positivo,
pero después Ainsworth concluyó que se trataba de pequeños con problemas
emocionales.

Apego inseguro-resistente

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El niño muestra mucha angustia por la separación y busca el contacto tras su vuelta
pero no consigue tranquilizarlo a pesar de estar con él, mostrando resistencia ante
ella. En esta línea, los niños se aferran a su figura de apego pero luego se resisten
a que se les acerque. Ante la presencia del extraño muestran desagrado por no estar
su cuidador y además no indican conductas exploratorias de la habitación de juegos.

Apego desorganizado

El niño muestra patrones de conductas contradictorias, confusión, rigidez, desorden


en las secuencias temporales y aprensión. Estos niños muestran dificultades a la
hora de regular sus emociones. Este tipo de apego se relaciona muchas veces con
diversos tipos de abuso infantil.

Para formular una teoría completa sobre la naturaleza de los vínculos afectivos
prematuros, Bowlby exploró una variedad de campos, incluyendo la biología
evolutiva, la teoría de la relación de objeto (una rama del psicoanálisis), la teoría de
sistemas de control, y los campos de la psicología cognitiva.
Las investigaciones realizadas por la psicóloga del desarrollo Mary Ainsworth en la
década de 1960 y 70 reforzaron los conceptos básicos, introdujeron el concepto de «base
segura» y desarrollaron la teoría de un número de patrones de apego en recién nacidos:
apego seguro, apego inseguro-evitativo y apego inseguroambivalente. Posteriormente, fue
identificado un cuarto padrón, el apego 31 desorganizado.

En la década de 1980, la teoría se extendió al apego en adultos. Otras interacciones


pueden ser interpretadas como componentes de la conducta de apego, que incluyen
relacionamientos entre pares en cualquier franja etaria, atracción romántica y sexual
y reacciones a la necesidad de cuidar del recién nacido, enfermos o ancianos.

Críticas a la teoría del apego se refieren al temperamento, a la complejidad de las


relaciones sociales y a las limitaciones de los modelos discretos para las

P á g i n a 32 | 66
clasificaciones. La teoría del apego se ha modificado de manera significativa como
resultado de la investigación empírica, pero, en general, los conceptos se han vuelto
aceptados. La teoría del apego ha servido de fundamento de nuevas terapias y ha
esclarecido las ya existentes, y sus conceptos han sido usados en la formulación de
políticas y la protección social de los niños para apoyar las relaciones de vinculación
de los niños.

Si bien es común que la madre sea la primera figura de apego, los niños formarán
vínculos con cualquier cuidador que sea sensible y receptivo a las interacciones
sociales con ellos. Dentro de la teoría, apego significa un vínculo afectivo o enlace
entre un individuo y una figura de apego (por lo general un cuidador). Estos enlaces
pueden ser recíprocos entre dos adultos, pero entre el niño y el cuidador se basan
en las necesidades de seguridad y protección del niño, fundamentales en la infancia.
La teoría propone que los niños se apegan instintivamente a quien cuida de ello con
el fin de sobrevivir, incluyendo el desarrollo físico, social y emocional. La meta
biológica es la supervivencia, y la meta psicológica es la seguridad.
La teoría del apego no es una descripción exhaustiva de las relaciones humanas, ni
es sinónimo de amor o afecto, aunque estos puedan indicar que existen los vínculos.
En relación niño-adulto, el vínculo entre el niño se llama «apego» y el equivalente
recíproco del cuidador se clasifica como «enlace de cuidado».

Los recién nacidos establecen enlaces afectivos con cualquier cuidador compatible
32 que sea sensible y receptivo en interacciones sociales con ellos. La calidad del
compromiso social es más influyente que la cantidad de tiempo invertido. La madre
biológica es, normalmente, la figura principal de apego, pero el papel puede ser
tomado por cualquier persona que se comporte comparativamente de una manera
«maternal» durante un período. En la teoría del apego, esto significa un conjunto de
comportamientos que envuelven una activa interacción social con el recién nacido y
reacciones inmediatas a las señales y abordajes. Nada en la teoría sugiere que el
padre, u otros, no estén igualmente susceptibles a convertirse en las principales

P á g i n a 33 | 66
figuras de apego, basta que ellas provean la mayor parte del cuidado y de la
interacción social al niño en cuestión. Algunos bebés direccionan el comportamiento
del apego (búsqueda por proximidad) a más de una figura tan pronto como empiezan
a para discriminar entre los cuidadores, la mayoría viniéndolo a hacer durante su
segundo año. Estas cifras se organizan jerárquicamente, con la principal figura de
apego en la parte superior.

El conjunto de metas del sistema de comportamiento de apego es la de mantener un


vínculo con una figura de apego accesible y disponible «Alarma» es el término usado
para la activación del sistema conductual del apego causado por el miedo o el
peligro. «Ansiedad» es la anticipación o el miedo de ser descartado por la figura de
apego. Si la figura no está disponible o no responde, ocurre la angustia de
separación. En los recién nacidos, la separación física puede causar ansiedad y
rabia, seguida por tristeza y desesperación. A los tres o cuatro años de edad, la
separación física no es más una amenaza a los vínculos del niño con la figura de
apego. Surgen amenazas a la seguridad en los niños mayores y adultos a partir de
la ausencia prolongada, interrupción en la comunicación, indisponibilidad emocional
o signos de rechazo o abandono.

Los patrones de apego inseguro pueden comprometer la explotación y la conquista


de la autoconfianza. Un bebé con patrones de apego seguro es libre para concentrarse en
su medio ambiente. 33

El sistema conductual del apego sirve para mantener o lograr una mayor proximidad
a la figura de apego. Los comportamientos pre-apego se producen en los primeros
seis meses de vida. Durante la primera fase (las primeras ocho semanas), los niños
sonríen, balbucean y lloran para atraer la atención de los cuidadores. Aunque los
niños de esta edad aprendan a diferenciar los cuidadores, estos comportamientos
están dirigidos a cualquier persona que esté cerca. Durante la segunda fase (dos a
seis meses), el bebé aumenta su capacidad para discriminar entre adultos conocidos

P á g i n a 34 | 66
y desconocidos, por lo que es más receptivo al cuidador; seguir y asegurarse se
añaden a la gama de comportamientos. El apego claro y cierto se desarrolla en la
tercera fase, de entre seis meses y dos años. El comportamiento del bebé en relación
con el cuidador se organiza sobre la base de un comportamiento intencional para
lograr las condiciones que lo hagan sentirse seguro. Al final del primer año, el bebé
es capaz de demostrar una serie de comportamientos de apego destinadas a
mantener la proximidad. Estos se manifiestan como protesta contra la partida del
cuidador, saludando a su regreso, aferrándose a él cuando se asusta y le
acompañará cuando pueda. Con el desarrollo de la locomoción, el bebé comienza a
usar el cuidador o cuidadores como una base segura para explorar. La exploración
del bebé es mayor cuando el cuidador está presente, debido a que su sistema de
apego está relajado y libre de explorar. Si el cuidador está inaccesible o no responde,
la conducta de apego se muestra con más fuerza.

La ansiedad, el miedo, la enfermedad y la fatiga provocarán en el niño un aumento


de los comportamientos de apego. Después del segundo año, cuando el niño
comienza a ver al cuidador como una persona independiente, se forma una
asociación corregida por objetivos más complejos. Los niños empiezan percibir
objetivos y los sentimientos de los demás y planifican sus acciones en consecuencia.
Por ejemplo, mientras que los recién nacidos lloran por el dolor, los bebés de dos
años lloran para llamar a sus cuidadores, y si eso no funciona, lloran

34 más fuerte.

Los comportamientos de apego y las emociones humanas son adaptables. La


evolución humana trajo como consecuencia la selección de los comportamientos
sociales que hacen la supervivencia del individuo o del grupo más probable. El
comportamiento de apego más comúnmente observado en niños de brazos que
están cerca de personas familiarizadas tendría ventajas claras en el ambiente de la
adaptación primitiva, y tiene esas ventajas hoy en día. Bowlby consideró el entorno
de adaptación primitiva similar a las actuales sociedades cazadoras-recolectoras.
P á g i n a 35 | 66
Existe una ventaja de supervivencia en la capacidad de percibir condiciones
potencialmente peligrosas, tales como la ignorancia, la soledad o la aproximación
rápida. Según Bowlby, la búsqueda de la proximidad a la figura de apego frente a la
amenaza es el objetivo del sistema conductual del apego.

El sistema de apego es muy robusto y los humanos jóvenes crean vínculos con
facilidad, incluso en circunstancias nada ideales. A pesar de esta robustez, una
separación significativa de un cuidador conocido –o cambios frecuentes de
cuidadores que impiden el desarrollo del apego– pueden resultar en psicopatologías
en algún punto futuro en la vida. Los recién nacidos en sus primeros meses no tienen
preferencia por sus padres biológicos o por extraños. Las preferencias por ciertas
personas, además de los comportamientos que soliciten su atención y cuidado, son
desarrolladas durante un período considerable de tiempo. Cuando un recién nacido
se irrita por su separación del cuidador, esto indica que el enlace afectivo ya no
depende de la presencia del cuidador, pero es de naturaleza permanente. Las
experiencias prematuras con los cuidadores dan como consecuencia la aparición
progresiva de un sistema de pensamientos, recuerdos, creencias, expectativas,
emociones y comportamiento acerca de sí mismo y de los otros. El período crítico
de Bowlby, que va desde los seis meses a dos o tres años, ha sido modificado para
un abordaje menos radical. Hay un período sensible durante el cual es muy deseable
desarrollar vínculos selectivos, pero este período

35 es más grande y el efecto es menos fijo e irreversible que el propuesto originalmente.


Con más investigación, los autores, examinando la teoría del apego, han evaluado
que el desarrollo social se ve afectada tanto por las relaciones iniciales como
posteriores. Los primeros pasos en la vinculación se producen más fácilmente si el
recién nacido tiene un cuidador, o el cuidado ocasional de un pequeño número de
otras personas. Según Bowlby, casi desde el principio, muchos niños tienen más de
una figura a quién ellas dirigen el comportamiento de apego. Estas cifras no son
tratadas de la misma manera, para un niño, hay una fuerte tendencia en dirigir el
comportamiento de apego a una persona en particular, principalmente.
P á g i n a 36 | 66
Las experiencias prematuras con los cuidadores dan gradualmente origen a la
aparición progresiva de un sistema de pensamientos, recuerdos, creencias,
expectativas, emociones y conductas sobre sí mismo y los demás. Este sistema,
llamado «modelo interno de funcionamiento de relaciones sociales», continúa
desarrollándose con el tiempo y la experiencia. Los modelos internos regulan,
interpretan y predicen la relación entre el comportamiento de unión en sí mismo y en
la figura de apego. A medida que ellas se desarrollan de acuerdo con los cambios
en su medio ambiente y desarrollo, incorporan la capacidad de reflexionar y
comunicarse sobre las relaciones de apego pasadas y futuras.Ellos permiten que los
niños jueguen con los nuevos tipos de interacciones sociales, sabiendo, por ejemplo,
que un recién nacido deben ser tratado de manera diferente que un niño mayor, o
las interacciones con los maestros y los padres comparten características. Este
modelo interno de trabajo continúa desarrollándose hasta la edad adulta, ayudando
a hacer frente a las amistades, el matrimonio y la paternidad, los cuales implican
diferentes comportamientos y sentimientos. El desarrollo del apego es un proceso
transitorio. Los comportamientos específicos de apego comienzan con conductas
predecibles aparentemente innatas, en la infancia. Ellos cambian con la edad de
maneras que se determinan, en parte, por la experiencia y, en parte por factores
situacionales. Como las conductas de apego cambian con la edad, lo hacen

36 de maneras moldeadas por las relaciones. El comportamiento de un niño cuando se


une con su cuidador está determinado no solo por cómo el cuidador ha tratado al
niño antes, sino también por la historia de los efectos que el niño tiene sobre el
cuidador.

La infancia y la adolescencia

Continuamente la edad, el desarrollo cognitivo y la experiencia social promueven el


desarrollo y la complejidad del modelo interno de trabajo. Las conductas de apego
del período recién-nacido/niño de pecho pierden algunas de sus características
típicas y asumen las tendencias relacionadas con la edad. El período preescolar
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implica el uso de la negociación y gangas. Por ejemplo, los niños de cuatro años se
angustian por la separación, si ellos y sus cuidadores ya han negociado un plan
común para la separación y reunión. Los compañeros se vuelven importantes en la
infancia media y tienen una influencia distinta de los padres. Idealmente, estas
habilidades sociales son incorporadas por el modelo interno de funcionamiento para
ser usados con otros niños y, más tarde, con pares adultos. Cuando los niños mudan
a los años de la escuela en torno a seis años de edad, la mayoría desarrolla una
asociación corregida meta con los padres, en la que cada participante está dispuesto
a ceder con el fin de mantener una relación gratificante.

Durante la tercera infancia (7-11 años), la meta del sistema conductual del apego
cambia de proximidad a la figura de apego a la disponibilidad. Generalmente, un niño
queda satisfecho con largas separaciones, con la condición de que el contacto —o
la capacidad para reunirse físicamente, si es necesario— estén disponibles. Las
conductas de apego, como aferrarse y seguir al cuidador disminuyen y aumenta la
autoconfianza. Durante la tercera infancia, puede haber un cambio en relación con
la coregulación mutua de base segura en el que cuidador y el niño negocian métodos
de mantener una comunicación y supervisión, mientras el niño se mueve hacia un
mayor grado de independencia.

En la primera infancia, las figuras paternas permanecen como el centro del mundo
37 social del niño, aunque pasen largos períodos de tiempo sobre cuidado alternativo.
Esto disminuye gradualmente, sobre todo durante la entrada del niño en la educación
formal. Los modelos de apego de la escuela de los niños pequeños suelen ser
evaluados en relación a las cifras concretas, como los padres y otros cuidadores.
Parece que hay limitaciones en el pensamiento de los niños que restringen su
capacidad para integrar las experiencias de relación en un único modelo general. En
general, los niños comienzan a desarrollar un único modelo general de las relaciones
de apego en la adolescencia, aunque esto ya se puede producir en la tercera
infancia.

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Las relaciones con los padres tienen una influencia en el niño que es distinta de la
relación padre-hijo, aunque este último pueda influenciar en la forma de la relación
del niño con sus semejantes. Aunque sus compañeros se vuelvan importantes en la
infancia media, la evidencia sugiere que no se convierten en una figura de apego,
aunque los niños puedan dirigir las conductas de apego a sus compañeros, si las
figuras parentales no están disponibles. Las relaciones con los compañeros tienden
a surgir en la adolescencia, aunque los padres sigan siendo figuras de apego. Con
los adolescentes, el papel de las figuras parentales es estar disponible cuando sea
necesario, mientras que el adolescente hace excursiones al mundo exterior

El patrón más preocupante es el apego desorganizado. Alrededor del 80 % de los


recién nacidos que sufrieron maltrato son susceptibles de ser clasificados como
desorganizados, en contraposición al 12 % encontrados en grupos que no sufrieron
maltrato. Solo alrededor del 15 % de los recién nacidos que sufrieron maltrato son
propensos a ser clasificados como seguros. Los niños con un patrón desorganizado
en la infancia tienden a mostrar, en las relaciones, claros patrones de disturbio. A
continuación sus relaciones con sus pares, muchas veces, se caracterizan por el
patrón de la agresión y retirada llamado «reacción de lucha o huida». Estos niños
tienen más probabilidades de convertirse en padres que maltratan. Una minoría de
estos niños no tienen, en lugar de lograr vínculos seguros, una buena relación con

38 sus compañeros y estilo paterno no abusivo. La relación entre el apego inseguro,


sobre todo la clasificación desorganizada, y el surgimiento de psicopatología en la
infancia está bien establecida, aunque un factor de riesgo no específico para
problemas futuros, no una patología o una causa directa de patología en sí. En el
aula, al parecer, los niños ambivalentes tienen un mayor riesgo de trastornos de
internalización, y los niños desorganizados y evitativos, externalización de
trastornos.

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Una explicación para los efectos de las clasificaciones de apego prematuro puede
estar en el mecanismo interno de funcionamiento. Los modelos internos no son solo
«imágenes», sino también se refieren a los sentimientos despertados. Ellos permiten
a la persona anticipar e interpretar el comportamiento del otro y planificar una
reacción. Si un recién nacido percibe a su cuidador como una fuente de seguridad y
apoyo, es más propenso a desarrollar una autoimagen positiva y espera reacciones
positivas de los otros. Por otro lado, un niño que pasa con un cuidador por una
relación de abuso, puede internalizar una autoimagen negativa y generalizar las
expectativas negativas en otras relaciones. Los modelos internos de funcionamiento
en los cuales el comportamiento de apego está basado muestran un grado de
continuidad y estabilidad. Los niños son propensos a caer en las mismas categorías
que los cuidadores primarios, lo que indica que los modelos de los cuidadores
afectan a la forma de relacionarse con sus hijos. Bowlby creía que los primeros
modelos formados son más propensos a persistir porque existen en el
subconsciente. Estos modelos no son, sin embargo, impermeables al cambio, dadas
experiencias de relacionamiento, una minoría de los niños tienen diferentes
clasificaciones de apego con diferentes cuidadores.
Existe cierta evidencia de que las diferencias de género en patrones de apego de
significancia adaptable comienzan a emerger en la infancia media. El apego inseguro
y el estrés psicosocial prematuro indican la presencia de un riesgo en torno al niño
(pobreza, enfermedad mental, inestabilidad, estatus de minoría, violencia, por
ejemplo). Esto tiende a facilitar el desarrollo precoz de estrategias de

39 reproducción. Sin embargo, diferentes patrones son valores adaptativos diferentes


para hombres y mujeres. Los niños inseguros del sexo masculino tienden a adoptar
estrategias de evitación, mientras que las del sexo femenino tienden a adoptar
estrategias de ansiedad/ambivalencia, a menos que estén en un ambiente de alto
riesgo.

Al final de los años 1980, Cindy Hazan y Phillip Shaver extendieron la teoría del
apego a las relaciones románticas adultas. Se identificaron cuatro estilos de apego
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en los adultos: seguro, ansioso, preocupado, evitativo-independiente y con
miedoevitación. Ellos corresponden aproximadamente con las calificaciones de los
recién nacidos: seguro, inseguro-ambivalente, inseguro-evitativo y
desorganizado/desorientado.

Los adultos con apego seguro tienden a tener una visión más positiva de sí
mismos, sus parejas y sus relaciones. Se sienten cómodos con la intimidad y la
independencia, equilibrando los dos. Los adultos preocupados-ansiosos buscan
mayores niveles de intimidad, aprobación y respuesta de la pareja, volviéndose
excesivamente dependientes. Ellos tienden a ser menos confiados, tienen una visión
menos positiva de sí mismos y de sus parejas, y pueden presentar altos niveles de
expresividad emocional, preocupación e impulsividad en sus relaciones. Los adultos
desapegados-evitativos desean un alto nivel de independencia, muchas veces
evitando el apego por completo. Ellos se ven a sí mismos como autosuficientes,
invulnerables a los sentimientos de apego y sin necesidad de relaciones cercanas.
Tienden a reprimir sus sentimientos, que trata de rechazo, distanciándose de sus
parejas de quien por lo general tienen una visión negativa.
Por último, los adultos asustados-evitativos tienen sentimientos encontrados
sobre las relaciones, tanto deseantes cuando se siente incómodos con la intimidad
emocional. Ellos tienden a desconfiar de sus compañeros y se ven a sí mismos como
algo sin valor. Como los despegados-evitativos, los asustados-evitativos tienden a
buscar menos intimidad, suprimiendo sus sentimientos.

40
Estilos de apego en las relaciones románticas adultas corresponden
aproximadamente a los estilos de apego en los niños, pero los adultos pueden
mantener diferentes modelos de trabajo internos para diferentes relaciones.

Se han estudiado dos aspectos principales de apego en adultos. La organización y


estabilidad de los modelos de trabajo mentales que sustentan los estilos de apego

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son exploradas por los psicólogos sociales interesados en las relaciones románticas.
Los psicólogos interesados en el desarrollo del estado mental de la persona con
respecto al apego generalmente investigan cómo funciona el apego en la dinámica
de la relación y su impacto en el resultado de la relación. La organización de los
modelos mentales de funcionamiento es más estable, mientras que el estado mental
de la persona con respecto al apego fluctúa más. Algunos autores han sugerido que
los adultos no mantienen un conjunto único de modelos de funcionamiento. En
cambio, en un nivel que tienen un conjunto de reglas y suposiciones acerca de las
relaciones de apego en general. En otro nivel ellos mantienen información sobre las
relaciones o eventos específicos. La información sobre los diferentes niveles no
necesita ser coherente. Los individuos, por lo tanto, pueden mantener diferentes
modelos para cada relación.

Hay una serie de diferentes medidas de vinculación en adultos, las más comunes
son los cuestionarios de auto-informe y las entrevistas codificadas sobre la base de
la Entrevista de Apego del Adulto. Las numerosas medidas se desarrollaron
principalmente como herramientas de investigación, por ejemplo, relaciones
amorosas, parentales o entre compañeros. Algunos clasifican el estado mental de
un adulto con relación al apego y a sus normas por referencia a las experiencias de

P á g i n a 42 | 66
la infancia, mientras que otros evalúan los comportamientos en las relaciones y la
seguridad en relación a los padres y semejantes.

41

Teorías sobre el apego

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Se han propuesto dos teorías principales las cuales representan las corrientes más
importantes, que explican cómo se forma el apego.

Teoría del aprendizaje conductista del apego: Representada por Dollard y Miller,
sugiere que el apego es un conjunto de conductas aprendidas. La base para el
aprendizaje del apego es la provisión de alimentos. Un bebé inicialmente formará un
apego con aquella persona que lo alimenta.
Los bebes aprenden por tanto a asociar al alimentador, generalmente la madre, con
la comodidad de ser nutridos a través del proceso de condicionamiento clásico, por
tanto, llegan a encontrar el contacto con la madre que los conforta.

También encuentran que ciertos comportamientos, por ejemplo, llorar, sonreír,


brindan respuestas deseables de los demás, tales como, atención, comodidad y, a
42 través del proceso de condicionamiento operante, aprenden a repetir dichos
comportamientos para obtener aquello que desean.

Teoría evolutiva del apego: Representada por autores como Bowlby, Harlow y
Lorenz sugiere que los niños vienen al mundo biológicamente preprogramados para
formar vínculos con los demás, porque esto les ayudará a sobrevivir.

El bebé crea conductas innatas de “facilitación social”, tales como el llanto y la


sonrisa que estimulan las respuestas innatas de cuidado de los adultos. El factor
determinante del apego no es el alimento, sino el cuidado y la capacidad de
respuesta.

Bowlby sugirió que un niño inicialmente solo formaría un apego primario, además la
figura apego actuaba como una base segura que permite al niño explorar el mundo.
La relación de apego actúa como un prototipo para todas las demás relaciones
sociales futuras, por lo que su interrupción puede tener graves consecuencias.

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Esta teoría también sugiere que existe un período crítico para desarrollar el apego,
el cual se ubica alrededor de 0 meses a 5 años de edad.

Si el apego no se ha desarrollado durante este período, entonces el niño sufrirá


consecuencias en su desarrollo las cuales serán irreversibles, tales como
inteligencia reducida y aumento de la agresividad.

Tipos de apego en adultos

Bowlby sostuvo que el apego constituye parte integrante de la conducta humana a


lo largo de toda la vida.

43
Cindy Hazan y Phillp Shaver comprobaron que los adultos adoptan estilos de apego
característicos en el contexto de las situaciones afectivas. Los resultados de su
trabajo indicaban de forma evidente que la distribución de los estilos de apego entre
individuos maduros coincide con la de los niños.

También en el caso de los adultos la mayoría pertenece a la categoría seguro y el


resto de los sujetos se dividen entre ansiosos y evasivos. Los investigadores
descubrieron así mismo que a cada estilo le correspondían ideas y actitudes muy
diferenciadas y características de relación con el propio individuo, con sus parejas,
con los lazos afectivos y con la intimidad en general.

Estudios posteriores corroboraron lo que Bowlby suponía, el apego ocupa un lugar


primordial a lo largo de toda la vida. La diferencia radica en que los adultos somos
capaces de mayores niveles de abstracción, de tal modo que la seguridad de contar
psicológica y emocionalmente con nuestra figura de apego puede reemplazar la
necesidad infantil de tenerla cerca físicamente en todo momento. Pero sea como
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sea, el deseo de disfrutar de un vínculo estrecho y de saber que nuestra pareja
estará ahí cuando la necesitemos nos acompaña toda la vida.

Los estilos de apego en las relaciones amorosas adultas se corresponden a los


estilos de apego en niños, pero los adultos pueden tener diferentes modelos de
apego para diferentes relaciones.

Por desgracia, igual que la importancia del vínculo entre padres e hijos fue
desdeñada en el pasado, hoy día se pasa por alto el valor del apego adulto. En
nuestra sociedad sigue predominando la idea de que una dependencia excesiva en
el contexto de las relaciones amorosas es negativa.

Comprender el funcionamiento de las diversas formas de apego constituye un modo


sencillo y fiable de predecir la conducta de las personas en cualquier contexto
romántico. De hecho, una de las lecciones más importantes que podemos extraer
44 de esta teoría es la idea de que estamos programados para comportarnos de
una manera predeterminada en las relaciones de pareja.

Las investigaciones en torno al apego adulto han dado lugar a cientos de artículos
científicos y libros que describen al detalle cómo se comportan los adultos en sus
relaciones sentimentales. Esos estudios han confirmado, una y otra vez, la existencia
de los tres estilos de apego de apego entre los individuos de muy diversos países y
culturas.

A grandes rasgos, las personas seguras se sienten a gusto en situaciones de


intimidad y suelen ser cálidas y cariñosas; las ansiosas o ambivalentes anhelan la
intimidad, tienden a obsesionarse con sus relaciones y acostumbran a dudar de la
capacidad de su pareja para corresponder a su amor; las evasivas o evitativas, en
cambio, equiparan la intimidad con una pérdida de independencia y se esfuerzan
constantemente en evitar el acercamiento.

P á g i n a 46 | 66
Así, los individuos que encajan en cada uno de estos tres estilos difieren en:

• Sus ideas de intimidad y de relación.


• La forma de reaccionar ante el conflicto.
• La actitud hacia las relaciones sexuales.
• La capacidad para expresar sus deseos y necesidades.
• Las expectativas que tienen de la pareja y de la relación.

Apego adulto y relaciones de pareja

La naturaleza se encarga de que los individuos de una especie sean diferentes para
asegurar la supervivencia de unos u otros si el entorno cambia o se modifica, no

45 somos todos iguales ni poseemos las mismas características físicas o psicológicas.


Cada persona pertenece a una de las tres categorías de apego adulto y esto
condiciona sus relaciones de pareja.

Estilo de apego ansioso

Apego ansioso, ambivalente o resistente

Tengo la sensación de que mis parejas se muestran reacias a vincularse tanto como
yo soy capaz, eso me lleva a angustiarme con la idea de que mi pareja no me quiera
lo bastante o no desee pasar

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conmigo la cantidad de tiempo
que necesito. Mi anhelo de crear
un vínculo tan estrecho en
ocasiones aleja a mis
pretendientes o parejas.

Estilo de apego evasivo

46
Apego evasivo o evitativo

Me empiezo a encontrar algo


molesto y nervioso cuando mi
pareja busca mayor intimidad y
compromiso en la relación. No
me es fácil confiar
completamente en la otra
persona y aceptar el depender
emocionalmente de ellas.

Frecuentemente doy con


parejas que quieren relaciones más estrechas de las que a mí me resultarían
cómodas.

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47 Estilo de apego seguro

Apego seguro

Me resulta relativamente
sencillo vincularme a
mis parejas y me resulta agradable
depender de

ellas emocionalmente y permitir


que dependan de mí. Disfruto de
la intimidad y una relación
estrecha, sin preocuparme
mucho porque me puedan dejar

o me pidan un mayor compromiso. Expreso mis necesidades y sentimientos con


facilidad a mi pareja.

P á g i n a 49 | 66
Todo aquel que forme parte de nuestra sociedad, tanto si se encuentra en las
primeras fases de una relación como si lleva casado cuarenta años, encaja en una
de estas tres categorías o, con menor frecuencia, en una combinación de las dos
últimas (ansiosa y evasiva).

Estructuración del Apego


En un ambiente familiar la mayoría de los bebés reaccionan de manera diferenciada
a la madre y de modo distinto con las demás personas, Bowlby, considera que el
bebé identifica a la figura que comparte los cuidados y el tiempo con él, sin embargo,

48 aún no se puede hablar de una estructuración de apego hasta que el bebé no solo
reconozca a la madre en presencia de otros, sino hasta que tienda a portarse de tal
modo que mantenga su proximidad con ella, momentos que serán expresados
mediante llanto, cuando la madre sale de la habitación y con la sonrisa del bebé
cuando regresa, estas expresiones se observaran con mayor regularidad e
intensidad con el paso del tiempo, como si cada vez el vínculo de apego fuera más
fuerte y sólido, aferrándose el bebé más a la figura de la madre.

Las conductas de apego serán el resultado de la interacción con el ambiente en la


adaptación evolutiva, pues el bebé intenta producir respuestas en los padres, como
una reacción que pretende mantener para reforzarla y sentir seguridad.

La teoría de Bolwby manifiesta cinco pautas de conducta que contribuyen a la


estructuración del apego, estas son: succión, aferramiento, seguimiento, llanto y
sonrisa, “dichas pautas se organizan y se activa de tal manera que, la preferencia
hacia el cuidador será fuerte y persistente en vías de la formación del apego del
bebé”. Los padres tienen muchos recursos que deben usar a la hora de estimular al
niño, en la instauración de sus modelos relacionales de apego lo harán a través de
P á g i n a 50 | 66
la sensibilidad materna en la demanda, con sus actitudes receptivas, con las señales
de afecto constante, mediante los cuidados básicos y principalmente en la necesidad
de alimentación para el bebé, bajo estas pautas el mismo autor considera que, en la
interacción se demuestra la importancia del contacto con la principal figura de
cuidado, generando confianza básica ante situaciones inesperadas en el
enfrentamiento de un mundo incierto.

Por otro lado para otro autor como Matas (1997), la estructuración del apego, tiene
su origen en las experiencias previas que se dan gracias al aprendizaje diario del
bebé, pero en este punto es importante considerar hasta qué momento el propio
bebé toma la iniciativa de emprender la interacción, pues este vínculo afectivo facilita
la adquisición de habilidades sociales, y las características necesarias en la
construcción de su propia identidad y autoestima, alcanzando el desarrollo de la
capacidad para la percepción de su propio ser y comprender los hechos del mundo
que le rodea.

49 Freud, señala que “El amor tiene su origen en el apego que crea la necesidad
satisfecha de alimentos, sin embargo la comida y el acto de alimentos cumplen un
papel de menor importancia, ya que la sensación de seguridad que se presenta será
condicionada hasta que el bebé experimente otra vez la compañía de la madre,
incrementando así la confianza que el bebé adquiere cuando desarrolla un buen
apego, por lo tanto esta estructuración de los distintos tipos de apego se dan de
manera temprana, determinado conductas positivas y negativas en los niños.

Indicadores de Apego
Considerando la importancia de la calidad de la relación afectiva llamada apego, que
una madre y un padre establecen con sus hijos en la salud mental, física y social,
tanto en el presente como en el futuro, Lecannelier (2002), establece herramientas
de observación que tienen gran importancia para evitar o diagnosticar problemas
actuales y futuros, evitando malas experiencias que pueden lastimar la sensibilidad

P á g i n a 51 | 66
del niño, y así eliminando la posibilidad que en el futuro sean rasgos poco
adecuados, crónicos que no se puedan cambiar.

En el recién nacido el equipo perceptual está listo para recoger y procesar estímulos
de los demás, resultando importante los tipos de estímulos que provienen de los
seres humanos.

Para describir la conducta de apego durante el primer año de vida, se plantean dos
criterios principales: observar el llanto y el seguimiento cuando se aleja la madre, y
el saludo y el acercamiento cuando esta vuelve, se pueden añadir otros criterios
también como la sonrisa, que son dirigidas a la madre observables en el cuarto mes
de vida, así también el desplazamiento en dirección a ella y el aferramiento cuando
el niño se siente alarmado y la manera diferente de su comportamiento en ausencia
o presencia materna.

Para esto intervienen algunos elementos del apego que permiten observar la
interacción entre los padres y el bebé. Los intentos de entender las relaciones
cercanas adultas, están descritas en los procesos de apego mencionados

50 anteriormente, considerados como cualquier forma de conducta, que tiene como


resultado el que una persona obtenga o retenga la proximidad de otro individuo, por
eso se define a los seres humanos como seres que están innatamente preparados
para formar relaciones de apego.

Sí un individuo, entre sus recuerdos guarda la sensación de confianza, de que puede


contar con la figura de apego necesaria en momentos de ansiedad, para Bowlby, la
persona será menos vulnerable en tener temores basados en el miedo,
construyendo gradualmente la confianza en sí mismo que tiende a perdurar en la
adultez, con conductas sanas, seguras y felices, a estas conductas le llamamos
modelos operativos internos, que operan a nivel inconsciente y son las
representaciones, mapas o guiones de sí mismo o de su entorno, que se remodelan
en todo el ciclo vital

P á g i n a 52 | 66
Los adultos reflejan un sentimiento de seguridad interna, en el desarrollo de un apego
saludable, que les permite establecerse con mayor autonomía y confianza. Como se
mencionó antes, en la adolescencia y la adultez se presenta cambios en la conducta
afectiva, esta se dirige al entorno familiar, convirtiéndose otros adultos en figuras de
mayor importancia, este hecho sucede por el proceso de aprendizaje social, este
aprendizaje se convierte en imitativo por identificación y cobra gran importancia a la
hora de elegir una pareja, en la autoestima y con otros rasgos de la personalidad.

Para deducir los distintos estilos de relación adulta, Bowlby, considera las pautas de
como las personas instauran la forma de percibir e interaccionar con su entorno de
acuerdo a las circunstancias, es así que un adulto ante la enfermedad o catástrofe
se vuelve más exigente hacia los demás y ante un peligro inesperado buscará la
proximidad de un conocido en quien confía.
Para el mismo autor, la vida adulta y el amor de pareja puede conceptualizarse como
un proceso de apego, por esto la relación de pareja es un vínculo afectivo duradero
caracterizado por complejas dinámicas emocionales, el amor de pareja puede adoptar
formas distintas, según el apego de cada sujeto, aquí se pone en juego las necesidades de
cada uno y el cómo serán satisfechas, esto será lo que 51 inspire sentimientos de confianza
y seguridad en uno mismo.

Posteriormente se realiza la comparación de la perspectiva que le ofrece este apego


en relación al amor, en la cual Shaver y Hazan (1987), se refieren al amor ansioso,
marcado por los celos, las obsesiones y el miedo al abandono, los autores creen que
este amor es equivalente al estilo ansioso – ambivalente de apego, estilo
caracterizado por la inconsistencia o la intrusividad en la crianza por lo tanto estas
conductas serán manifestadas a la hora de establecer relaciones, creando en la
personas, ideas irracionales respecto a la problemática con su pareja.

Los adultos inseguros ambivalentes, son dependientes y desconfiados, estas


personas en todos sus actos esperan la aprobación y respuesta de los demás y
especialmente de la pareja, constantemente están inmersos en la negatividad,
viéndose a sí mismos desvalorizados y a los demás, son demasiado expresivos
P á g i n a 53 | 66
emocionalmente y en momentos innecesarios, tienen la características de manejar
sus relaciones con impulsividad y además presentan preocupación intensa por sus
relaciones pasadas y temas como su autoestima, apariencia física y duelos no
resueltos, son personas que entablan relaciones fácilmente y se comportan en ellas
de manera ambivalente y adhesiva, pero en ocasiones con explosiones de rabia y
hasta expresan su vulnerabilidad de manera exagerada.

El logro del estilo de apego seguro es importante para que las personas desarrollen
una identidad, en la que logren enfrentarse a situaciones de conflicto o de peligro,
alcanzando soluciones satisfactorias, positivas y teniendo siempre un equilibrio en
sus acciones, este estilo facilita la búsqueda de la autonomía, los sujetos inmersos
en este apego, tienen autoconfianza acompañado de habilidades sociales, son
sujetos abiertos y estables en sus relaciones, estas personas están en la capacidad
de recordar el pasado con facilidad, hablando de sus experiencias sin dificultad, con
un diálogo reflexivo y cooperativo, expresan dolor y a la vez resolución, este es el
estilo de apego más adecuado para el desenvolvimiento de la vida cotidiana No se
puede dejar de reconocer que cada historia personal referente a los vínculos de
apego es única, y esta se encuentra asociada a procesos relacionados con los
recuerdos, hablamos de aspectos específicos y relaciones interpersonales

52 diferentes de un sujeto a otro, que se activan por diversos estímulos ambientales,


finalmente tenemos el apego inseguro evitativo, según Ainsworth, estas personas se
sienten confundidas en sus relaciones, evitan la intimidad por sentirse incómodos, y
son demasiado desconfiados de sus compañeros, reprimiendo sus sentimientos,
estas personas refieren que las experiencias negativas no han tenido efecto en ellos,
además sus discursos sobre la infancia son cortos, debido a la falta de recuerdos de
sus experiencias, los sujetos estructurados en este apego sienten frustración, por no
contar con seguridad de estar listos y dispuestos a conservar una relación estable y
duradera.

Estos sujetos mantienen sus conductas de apego en un nivel bajo de activación


debido a sus mecanismos de defensas, la consecuencia de este estilo en los adultos
P á g i n a 54 | 66
es la tendencia a no buscar apoyo, cariño intimidad o empatía en las relaciones,
reaccionando de manera débil frente a las pérdidas. Cuando se refieren a sus figuras
de apego pueden presentar idealización, desprecio o devaluación. Estos aspectos
mencionados generan la importancia en pretender analizar el nivel de relación entre
el Apego y los Rasgos de la Personalidad de cada sujeto, pues estos rasgos
aparecen con los distintos estímulos que están presentes en la interacción diaria, y
que activan tanto el tipo de apego como los rasgos de la personalidad a la hora de
resolver conflictos y variadas vivencias.

El Apego y su relación con los rasgos de Personalidad


El comportamiento humano es variado y diverso, estas conductas se organizan en
perfiles o como pautas que caracterizan a las personas, dando lugar a reacciones
diferente frente a una misma circunstancia.
La conducta de las personas no se define por intervalos de tiempo, al contrario
importa todo lo que el sujeto haga a lo largo de su vida, estos aspectos se pueden
determinar en tres tipos de conducta que aparecen en las personas: a)
Conducta de Afrontamiento

b) Conducta referida al propio sujeto


53 c) Conducta de relaciones interpersonales.

a) Las conductas de afrontamiento de una realidad que amenaza o desafía a una


persona, esto es importante mencionar puesto que el comportamiento responde a
funciones adaptativas como respuesta al medio y como autoprotección. Es
importante mencionar que todo individuo presenta un sistema de protección, que
funciona como barrera de los estímulos externos, de filtro y como equilibrador
interno. Por medio de ellas los individuos se enfrentan a situaciones peligrosas,
cambiándolo de acuerdo a sus necesidades.

P á g i n a 55 | 66
b) La conducta referida al propio sujeto: estas se refieren al comportamiento a sí
mismo y al punto extremo como suicidarse, y otros no observables como pensarse
a sí mismo, estas conductas son autorreferentes porque incluyen la autodefensa,
autorrefuerzo y autocastigo, en donde el sujeto se toma a sí mismo como objeto para
su comportamiento

c) Las conductas de relaciones interpersonales: se enmarcan en los roles que el


sujeto vive en momentos de interacción social, en este ámbito se muestra mucho de
sí mismo demostrando la persona que es interpersonal, siendo la personalidad una
realidad social y no solo individual.

A partir de estas conductas los seres humanos establecen vínculos fuertes y


duraderos, que provocan emociones, hasta el punto de llegar a situaciones
patológicas, la personas logran establecer relaciones íntimas, pero las emociones
intensas, generadas por alegría o dolor, son enfrentadas en función de las relaciones
de apego temprano, como determinantes en el desarrollo de la personalidad y
generadores de equilibrio para la salud mental.

El apego integra el mantenimiento de la relación como tal, en un período de tiempo


y en la búsqueda de la proximidad inmediata en situaciones de adversidad. Para
encontrar una solución, se toma en cuenta la relación más importante creada en los

54 inicios de vinculación, es decir la relación parento filial, la misma que sigue su


proceso normal de jerarquía con el paso de los años, a partir de esto, en el adulto
algunas relaciones son más valoradas que otras e influyen en el desarrollo
emocional del individuo.

En la investigación de Apego y personalidad Vega en su tesis cita a Theodore Millon


(1976) por su interpretación de la personalidad, menciona que son características no
conscientes que mantienen una constante, en efecto este comportamiento se verá
presente en la conducta humana sumada a los rasgos y características que marcan

P á g i n a 56 | 66
la diferencia en cada persona, según su historia familiar, experiencias aprendidas,
así este autor define personalidad como “un estilo de funcionamiento adaptativo que
un organismo muestra en diferentes contextos”, es decir las personas tienen la
capacidad de abstracción y la forma de representar y simbolizar tanto en el mundo
interno como en el externo, evaluando y emitiendo juicios críticos y construyendo
proyectos de su propia vida.

De este modo tenemos las personalidades racionales que buscan información, con
pensamientos más abstractos y simbólicos, en los afectivos predomina el grado de
las emociones, personas despreocupadas por las relaciones sociales, otros tienen
facilidad de entablar vínculos diferentes, los seguros que son cautelosos y los
inseguros audaces y persuasivos.

Los rasgos de personalidad estarán basadas en las pautas de aprendizaje, los


resultados de las experiencias vividas, contextos familiares que son importantes en
el proceso de configuración de la misma, la importancia de la organización y
significado que se da a la interpretación de la experiencia interpersonal, el adulto
tiene la capacidad de formar esquemas cognitivos se ha mencionado eso
anteriormente.
Los modelos de identificación, los mecanismos de defensa, la recompensa, los
castigos, las situaciones dolorosas determinan los rasgos de personalidad y las
conductas que un sujeto podrá demostrar, así también buscará las estrategias
significativas para configurar una personalidad sana.

En el desarrollo de la personalidad se han considerado las experiencias tempranas,


55 incluidas ciertos tipos de apego y algún trauma relacional, como los aspectos que
pueden crear síntomas en la personalidad de los adultos, es importante considerar
a la infancia y sus experiencias amenazadoras vividas, percibidas como
situaciones de riesgos, generando preocupación por ubicar a la vida en algo
inesperado, además de la falta de afecto y cuidado, como creadoras de las
sensaciones traumáticas que son conocidas como traumas ocultos incapacidad
del cuidador para equilibrar la regulación afectiva.
P á g i n a 57 | 66
Enfocarse en la situación o experiencia traumática temprana es considerar la
prevalencia y sus efectos a largo plazo, sin olvidar que dichas experiencias podrían
no ser recordadas en la vida adulta, sin embargo, otros factores traumatizantes
poderosos son la negligencia biparental y la ausencia de alguna figura de apego,
creando en el niño incertidumbre y desamparo, por otro lado ese no sería el caso de
los niños que cuentan con una persona que les brinde apoyo y cuidado, a pesar de
ello se debe considerar al control que brindan los padres sin afecto, como una
experiencia alejada a la vinculación, aparentemente las actitudes o conductas que
tengan los padres con sus hijos parece no solo influir al desarrollo de cualquier
patología, sino que también incrementa la facilidad de caer en otros factores de
riesgo, Por ejemplo, refirieron que las mujeres con Trastorno Límite de Personalidad,
que recordaban a su madre como negligente y a su padre como abusivo tenían más
probabilidad de haber sido abusadas sexualmente por una persona que no era uno
de sus cuidadores, en tal virtud la idea de la mujer quien vivió esa experiencia
considera, a la madre como alguien poco capaz de protegerla, dispuesta a enfrentar
cualquier adversidad, y la consideración que tendría esa hija de su padre podría ser
de alguien quien le enseño, que ser tratada mal por otra persona es algo inevitable.
Por otro lado Gunderson (1984, 1996), menciona a las diferentes reacciones de un
niño con apego inseguro, con el miedo a tener que depender de los otros, a la
extrema preocupación al abandono y la necesidad de saber la ubicación de su
cuidador para su tranquilidad, pero que pueden crear problemas en la conducta, es
así que, el apego se convierte en una función simbólica instaurada desde las

56 primeras experiencias de relación, que bien pueden ayudar a crear buenos


patrones de desenvolvimiento, o bien la ausencia de este apego puede generar
vulnerabilidad.

Otro aspecto interesante a considerar, es la situación de padres con problemas de


personalidad, debido a factores genéticos o biológicos, pues esto podría llevarlos a
no sentir las necesidades de sus hijos, fallando a la hora de sustentar un ambiente

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adecuado. Las experiencias positivas con las figuras de apego seguro pueden ser
uno de los factores sociales protectores más efectivos.

Teorías Psicodinámicas
Basados en la teoría de la personalidad, a través de la experiencia que tuvo Freud
con sus pacientes, quien sustenta el origen de su teoría en la agresividad y el sexo,
la misma atravesó por constantes revisiones, evolucionando en su contenido para
ayudar al entendimiento de las conductas humanas, conociendo la base de la misma
para su desarrollo.

Freud (1923), considera al Consciente, el Inconsciente y el Preconsciente, como


la base de las experiencias que forman la personalidad, sustentada desde la
percepción de cada sujeto, para trasmitir sus pensamientos, sentimientos y deseos
de la mente a la hora de tener una experiencia relacionada a su pasado.

El Consciente está definido por los elementos mentales de lo que somos


conscientes, es el nivel accesible a la mente, mediante el contacto externo,
elementos de sueños, comportamientos de defensa, sentimientos y deseos
camuflados, que no generan ningún tipo de ansiedad por la transformación por la
que han atravesado para salir a la realidad.
El Inconsciente motiva en la persona todos los impulsos, palabras, sentimientos y
actos, es el bloqueador de la entrada en el consciente de los recuerdos no deseados
que pueden generar ansiedad, pero a su vez permite el ingreso de ciertos aspectos
cuando son expresados de manera agradable y no amenazante.

El Preconsciente contiene todos los elementos que no son conscientes, es el salón


57 de espera en donde los elementos hacen su parada después de atravesar la percepción
consciente, esto sucede una vez que la idea se ha fijado en otra cosa, sin embargo
el trabajo del consciente y preconsciente van de la mano.

La personalidad también está integrada por los sustratos de la mente dividida en tres
partes: El Ello, el Yo y el Superyó.

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El Ello representa la satisfacción de las necesidades sin considerar si es posible o
no, debido a que este no diferencia entre el bien o el mal, por lo tanto el juicio del
sujeto está determinado por esta instancia, que produce la energía forjadora de los
impulsos que buscan la satisfacción del “principio del placer”.

El Yo según Freud es la parte de la personalidad que trabaja en la toma de


decisiones, mediante el contacto exterior, es decir el contacto con la realidad, es el
nivel de la mente que se comunica con el mundo a partir de las vivencias diarias, con
el transcurso del tiempo el bebé diferencia a su Ello de su Yo cuando logran
diferenciarse a sí mismos del resto del mundo acompañado del detalle de no poder
obtener todo lo que desea o quiere.

El Superyó a diferencia del anterior no se encuentra en contacto con el mundo


exterior, sin embargo este no deja de exigir la perfección de los comportamientos y
no olvida de aplicar el castigo por las acciones indebidas, las que están fuera de los
principios morales establecidos por exigencias irrealista

Erickson: Teoría Postfreudiana


Erickson habla que la personalidad se desarrolla por la capacidad de progresar, de
saber y de relacionarse con la sociedad, siendo esta sociedad la que estimula el
potencial de interacción, y el ritmo adecuado del desarrollo, a partir de esto se dan
las fases del desarrollo psicosocial.
Este autor toma en consideración también las necesidades de la libido en la
personalidad, y las necesidades humanas, dando importancia a las relaciones entre
padres e hijos, ya que la familia es el primer contacto del niño con la sociedad, la
misma que contribuye la búsqueda de identidad, intimidad y generatividad en el
desarrollo de la personalidad.

58 Para Erickson cada componente surge de otro sin dejar de lado a los iniciales,
dándose la interacción entre contrarios, es decir experiencias concordantes y
discordantes, que favorecen a una adecuada adaptación, posterior a esta relación

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aparece el ego, este será generado por los elementos antes mencionados, los que
darán alguna cualidad o virtud en cada fase, sin embargo, en cualquier fase en donde
la cualidad es demasiado débil se produce una patología, y para esto Erikson no
deja de lado el aspecto biológico de la humanidad, es así que “la identidad del ego
está formada por una gran diversidad de conflictos y hechos pasados, presentes y
futuro”, finalmente el autor considera a la llamada crisis de identidad, que se presenta
posterior a cada fase de desarrollo principalmente en la adolescencia, la etapa más
vulnerable de la vida del hombre.

Teoría Cognitiva – Conductual: Skinner


La construcción de la personalidad tiene su base entre el hedonismo y la tolerancia
a la frustración, en la vivencia de situaciones placenteras o en la evitación de
situaciones dolorosas, en este punto la abstracción y los procesos cognitivos de cada
persona serán establecidos de acuerdo al aprendizaje y a las experiencias vividas
que dan paso a la interacción social y a la manera de relacionarse unos a otros,
estos detalles construyen las variadas personalidades que los teóricos postulan en
el tema los rasgos de la personalidad, considerando su estructuración a partir de las
experiencias vitales, sociales y psicológicas.

La mayoría de los autores consideran que las conductas de cada sujeto, se dan a
partir de motivos internos, sin embargo, para Skinner no es importante referirse a
las necesidades o los motivos para entender la conducta, más bien analiza las
condiciones indirectas que generan las actitudes en las personas, ya que estas
deben ser observables, “El hambre, las emociones, los valores, la confianza en uno
mismo, las tendencias agresivas, la religión y el rencor existen, pero son aspectos
que no explican la conducta, ya que esta tendencia busca interpretar la conducta y
no encontrar sus causas, tenemos dos tipos de condicionamiento, el clásico y el
operante:

59 Condicionamiento Clásico: Este condicionamiento para Skinner (1978) es un


estímulo neutro, que provoca una respuesta condicionada, es decir el ser humano
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aprende según las experiencias del medio en el que se encuentra, por ejemplo las
personas pueden aprender a tener miedo debido a que este aparecerá asociado a
un estímulo desagradable, debido a que se produce una asociación de un estímulo
condicionado con uno no condicionado.

Condicionamiento Operante: El mismo autor afirma que el aprendizaje diario se da


por condicionamiento operante, ya que el organismo actúa sobre el entorno y está
basado en el refuerzo inmediato de una respuesta, permitiendo la repetición o
disminución de una conducta, controlando tanto la frecuencia como la posibilidad de
que suceda. Esta respuesta tiene cuatro vías: refuerzo positivo, refuerzo negativo y
castigo.

a) Refuerzo Positivo.- se trata de todo estimulo que incrementa la posibilidad


que se produzca una conducta, reforzado con estímulos constantes que continuaran
con el ciclo de la conducta.

b) Refuerzo Negativo.- Skinner explica que, al pretender eliminar un estímulo


desagradable con esta técnica, no necesariamente desaparece, al contrario se
incrementa la probabilidad que se repita otra vez, por ejemplo “algunas personas
comen porque les gusta una comida concreta, otras comen para reducir el dolor que
les produce el hambre”, en estas dos situaciones la conducta de comer se refuerza
porque las consecuencias son satisfactorias.

c) Castigo.- Un castigo es la presentación de un estímulo molesto, este no


refuerza una conducta y tampoco la disminuye. El castigo se usa para impedir las
actuaciones de una persona, por lo que este es impuesto, de tal forma genera cierto
rechazo y resistencia, si este mencionado castigo funciona, la persona deja de actuar
de tal o cual manera, reprimiendo las acciones no deseadas, sin embargo el deseo
de hacerlo no se elimina.

Otro autor como Mischel (1973) sostiene que las variadas situaciones del sujeto son
determinantes en el comportamiento, definiendo a este como “los patrones de
conducta, incluidos emociones y pensamientos, que caracterizan la adaptación del

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60 individu o a las situaciones de la vida”, entonces es el proceso que soluciona
problemas, acompañados del beneficio de la experiencia, ya que mejora la
capacidad cognitiva, y la persona se adapta a las demandas de la vida, en donde
influyen la manera de pensar, la cultura, el ambiente que a través de sus
oportunidades y expectativas desarrolla su personalidad.

Con el tiempo Mischel insistió en que las situaciones tienen influencia en las
conductas de las personas, por lo tanto es importante el interés que el sujeto le dé a
la situación, pues empiezan los objetivos, afloran las capacidades para mejora los
detalles y por lo tanto esta interacción permite predecir una conducta, es así que la
conducta no está determinada por los rasgos sino por la percepción, el autor sostiene
que “las opiniones, los valore, los objetivos, las cogniciones y los sentimientos de la
persona interactúan con los rasgos para determinar la conducta”, las personas
identifican la interrelación entre situaciones y conductas.

Bandura: La Teoría del Aprendizaje Social


En esta teoría es importante mencionar como el aprendizaje se da a partir de las
experiencias diarias, pero el autor parte de la idea que, la mayor parte de lo que se
aprende es por medio de la observación, de tal manera cada sujeto aprende mirando
lo que el otro realiza, Bandura (1986), indica que, los niños observan y “repiten lo
que oyen o ven, no tienen que mostrar conductas aleatorias”, es decir que no están
en la expectativa de que esta conducta sea elogiada o tomada en cuenta. Por lo
tanto el autor considera a la imitación, como los procesos que guían el aprendizaje
por observación y el aprendizaje a través de la experiencia. Imitación.- esta es la
base del aprendizaje, como un proceso cognitivo, se trata del simbolismo que está
representado, a través, de la información de lo observado, ya que esto se encuentra
almacenado en la memoria, listo para ser usado en cualquier momento. La influencia
que tengan las características del sujeto a seguir también es importante, por el peso
que tendrá para ser adoptado como una figura representativa.

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Procesos que guían el aprendizaje por observación.- son cuatro los procesos: 61
atención, representación, actuación y motivación.

a) Atención.- primera instancia prestar atención a otra persona, por lo tanto debe
ser llamativa y de interés para acreditarle el valor necesario.

b) Representación.- en este punto se representan las pautas simbólicas de lo


observado, aparecen mediante imágenes y no necesariamente debe estar el aspecto
real para activarlo, sin embargo, la comunicación verbal facilitara el proceso de
aprendizaje.

c) Actuación.- aquí se desarrolla la conducta como tal, empieza la acción


después de observar los modelos, se dan los cuestionamientos de si está siendo
bien o mal ejecutada, sobre todo cuando se trata de habilidades motoras.

d) Motivación.- es vital importancia que, quien aprende se encuentre motivado,


de tal forma que puede imitar tal o cual conducta, entonces para actuar se debe estar
motivado hacerlo, sin embargo no en todas las situaciones se tendrá el deseo de
realizarlas.

Aprendizaje a través de la experiencia.- con toda acción se da una consecuencia


que puede agradar o no, una vez que estos efectos se hayan presentado ayudaran
en la anticipación de las respuestas, es como saber cuáles serán los resultados de
las acciones, y esto reforzará de manera inconsciente las conductas de las
actividades, permitiendo conocer otras alternativas de acción.

Maslow: Teorías Humanistas

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La teoría humanista de la personalidad sostiene que las personas tienen una
motivación positiva y progresan hacia niveles superiores de funcionamiento, cada sujeto
experimenta la dicha de vivir potenciando el crecimiento y el cambio en sí 62 mismo,
enfatizando el presente y no el pasado.

Maslow aporto un enfoque holístico de la motivación que afecta a la persona en su


totalidad, por lo que distintas conductas pueden darse por variados motivos
desconocidos y otra motivación de la personas es la necesidad que tendrá un ciclo
repetitivo tanto en alimentación, seguridad, amistad y el autorrespeto. Otro supuesto
de Maslow es que “las personas están motivadas por las mismas necesidades
básicas”, y finalmente las necesidades se pueden clasificar según una jerarquía.

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Roger afirma que los hombres y las mujeres desarrollan su personalidad al servicio
de metas positivas, toda persona nace con un componente genético al que se agrega
sustancias a medida que la vida progresa, y estas tienen tendencia a la realización
llamadas autorrealización, y son parte de la naturaleza humana para la

63 adquisición de autonomía, madurar y desarrollarse, transformándose en una persona


plena, completa y autorrealizada, a través de la conocida tendencia formativa,
evolución de la materia y tendencia realizadora, desarrollo pleno de los potenciales
y las necesidades de satisfacción.

Estos llamados rasgos de la personalidad contribuyen a las diferencias de


comportamiento, la coherencia y la estabilidad de cada sujeto en distintas
situaciones según sus matrices de aprendizaje.

De esta manera observaran ustedes que, hablar de conducta, vinculo, apego,


matrices y conformación del ecro, son conceptualizaciones que se articulan e
interrelacionan en nuestra vida cotidiana.

Los invito a que, en la medida que avancen con la lectura, vayan articulándola con
las nociones vistas desde el espacio de Introducción, sujeto productor- producido,
texto- contexto, con lo visto desde Teorías del Aprendizaje, en relación a como se
componen nuestras matrices de aprendizajes y cuanto estas nos determinan, con lo
visto desde Teoría de los grupos, en cuento a la conformación de los grupos
primarios y secundarios y como estos inciden en nuestra constitución psíquica y con
el espacio de Psicología a los fines de distinguir elementos constitutivos de nuestra
personalidad y su relación con matrices y ecro, y como en su conjunto, todos estos
elementos, constituyen a nuestro aquí y nuestro ahora.

Hasta el próximo Modulo.

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