Fabian Bergero

Los modos en que la población del Alto Valle de Río Negro y Neuquén consume noticias, sea en medios digitales como en los tradicionales (radio, diario, televisión), no son muy diferentes a los modos del resto de la población del país. Pero tiene sus particularidades. El equipo de investigación de Periodismo Digital de la Fadecs viene investigando desde hace 15 años cómo son esas prácticas: desde las rutinas informativas de la gente, pasando por los lugares de conexión, las plataformas utilizadas y la relación que establece con los medios.

La aparición-en noviembre de 2022-del Chat GPT 3.5 implicó una verdadera revolución para muchos de nosotros. Dedicamos horas a mantener conversaciones con una ventana de chat, que tiene la capacidad de producir textos elaborados, dar respuestas coherentes a muchas preguntas, hacer cálculos, proponer programaciones, esquemas, escribir cuentos, hacer resúmenes, entre muchas otras cosas.

Los boletines informativos o newsletters son herramientas de comunicación e
información tan antigua como efectiva en nuestros tiempos. Se trata de mensajes que
llegan a los correos electrónicos de destinatarios que deciden recibirlo, con un
contenido temático específico, multimedial e hipertextual.
El correo electrónico sigue siendo la red de sociabilidad mas grande que existe. Mas
que Facebook, Instagram o Whatsapp. Es donde se produce la mayor cantidad de
intercambios diarios. No lo mataron las grandes redes: siguiendo con la teoría de la
ecología de los medios, las especies evolucionan, se hibridan, se transforman y/o
cambian sus usos. Es así que el email redefinió sus objetivos, alcances y usos.
Evolucionó y en ese camino, los boletines electrónicos encontraron su oportunidad.
Tiempo y espacio alineados explican parte de su éxito. Pero detrás hay también
desarrollo y estrategia para llegar a la actual re-volución.
Un boletín de correo electrónico efectivo puede llegar a nuevas audiencias,
profundizar el compromiso (engagement), construir relaciones leales y proporcionar
un flujo de ingresos sostenible.
Por otra parte, como asegura Austin Smith, gerente general de Inside, "El correo
electrónico nunca será controlado como lo es Facebook, y las personas están tan
comprometidas con sus bandejas de entrada como siempre lo han estado". Esto
-claro- no quiere decir que no sean leídos, sino que difícilmente su contenido sea
guiado por algún algoritmo. Nada mal en la era de los algoritmos.
En 2021, mas de 4 mil millones de personas en el mundo utilizaron correo electrónico.
Por día, se envian más de 290 mil millones de correos electrónicos se envían
diariamente y se espera que esta cifra alcance los 347 mil millones de correos
electrónicos diarios para fines de 2023. No existe plataforma (aun) que supere el
potencial comunicativo e informativo del email. Es, incluso, uno de los tres lugares en
donde la gente busca noticias en un móvil, después de buscadores y redes sociales.

El audio constituye el contenido digital cuya demanda ha crecido más en todo el mundo en el inicio del 2020. No sólo porque el hábito de hablar y escuchar se haya extendido a cada vez mas gente de diferentes edades, sino porque además hubo desarrollos tecnológicos significativos que permitieron que el audio fluyera en diversos medios y soportes con mayor ductilidad e independencia. Los podcasts son quizás el elemento más dinámico y el que permite -además- monetizar el trabajo profesional y dar sustento a la llamada economía de creadores. Analizaremos aquí el audio como producto de consumo y la voz como interfaz y herramienta. Será un recorrido escrito por el mundo
de la oralidad y del desarrollo tecnológico asociado.

En el escenario digital los cambios son vertiginosos. Hace dos años nos asombramos del boom del audio y los podcasts. En 2022 fuimos deslumbrados por la consolidación de Web3, el metaverso de Meta y las criptomonedas. Este 2023 pone en debate la inteligencia artificial, el Chat-GPT y su asociación con buscadores.
Usamos redes sociales como Face o Instagram, pero llegó TikTok con un algoritmo de
satisfacción inmediata que sus competidores están copiando y convirtiendo a esas redes en cada vez mas individuales y menos sociales.
Vivimos inmersos en un mundo desbordante de información, al punto que es difícil no
enterarse de lo que está pasando. Pero los hechos reales compiten con las fábricas de relatos falsos, que nos llegan en forma de texto, imágenes, audio o video.
Vivimos en nuestros teléfonos móviles a los que somos adictos inconfesos. Nuevos formatos comunicativos emergen. También nuevas demandas de parte de las audiencias que se tornan exigentes en sus prácticas de consumo de medios.
El siguiente es un breve panorama del universo del consumo de medios, redes, producción y prácticas comunicativas del 2023, y un escenario de lo que vendrá.

Los hashtags pasaron de simples símbolos numerales a habilitar la construcción colectiva de contenidos en la web, sin fronteras de espacio ni tiempo. Son herramientas clave para la transmedialización de producciones en red y pasarán a la historia con consignas tales como #NiUnaMenos o #StopWar. Y tienen una particularidad: nunca mueren, pueden ser resucitados por cualquiera en cualquier momento desde cualquier lugar. En este artículo analizamos qué son, sugerimos cómo usarlas y disparamos un par de ejemplos locales y nativos #Fadecs.

Nos facilitan la vida. Nos divierten. Nos ofrecen sugerencias de música, películas y series que se acercan bastante a nuestros gustos y preferencias. Resuelven un montón de problemas que, sin ellos, nos llevarían tiempo y nos obligarían a tomar decisiones de entre un menú creciente de opciones. Los algoritmos, definitivamente, nos hacen la vida más fácil.
Pero no es gratis. Esas fórmulas matemáticas funcionan a partir de infinidad de datos que cada persona cede gratuitamente a la web, a las plataformas y a las aplicaciones. Esos datos les permiten a los propietarios de esas tecnologías conocernos tan a fondo, que son capaces de decidir por nosotres y -sobre todoconvertirnos
en puntos de venta; perfilarnos como candidatos a un crédito o como delincuentes potenciales.
Incluso para que nos despidan. Las plataformas toman decisiones acerca de nosotros usando la información que nosotros mismos cedimos, filtrada mediante algoritmos.
En este texto, les invitamos a meternos en el mundo mas oscuro que claro de los algoritmos. Conocer los aspectos positivos y los negativos. Explorar hasta dónde pueden llegar y tratar de conocer sus lógicas de funcionamiento.
Y de paso, hacernos en conjunto la pregunta de cómo aprovechar su fuerza en beneficio colectivo. No es fácil, pero tampoco imposible.

Las redes sociales son plataformas de comunicación, intercambio y de expresión multidireccional que permiten la co-creación y la distribución descentralizada de contenidos. La gente vive en las redes y le da a cada una diferentes usos. En este documento hablaremos de qué son, cuáles son esos usos y con qué intensidad se utiliza cada una de ellas.
Exploraremos Facebook, Instagram, Youtube, Twitter, TikTok y otras plataformas como Whatsapp, WeChat y Twitch, con datos actualizados a Junio de 2022.
Hablaremos de las grandes ventajas de cada una, pero también de los riesgos que implica su uso des-regulado y des-controlado. Sumaremos los nuevos debates acerca de qué tan sociales son las redes, cuyos algoritmos cada vez mas, benefician el uso individual que el relacional.
También veremos del modo en que podemos apropiarnos de sus aspectos positivos para cumplir nuestros objetivos en el campo de la comunicación, la interacción y la información.

Los verbos son interactuar, conversar, crear comunidades. El imperativo en la era digital es sumar a las audiencias como productoras; como fuentes de información; como co-constructoras de contenidos; como vía para chequear datos; como lectores y lectoras fieles al medio. A esto llamamos construir comunidades, un concepto muy diferente al de captar audiencias a secas.
La era de la carta de lectores se agotó en el momento en que los sitios en la web (de noticias, de contenidos) comenzaron a facilitar la vinculación de la gente con el medio y con quienes estaban detrás de las interfaces. Se lo llamó Web2.0.
Esta etapa tuvo un fuerte respaldo por parte de las redes sociales, que habilitaron nuevos modos de contacto e interacción. Y para los medios, las redes fueron una señal de alerta: ya no se puede ignorar a sus audiencias. Cada medio, cada sitio en la web, cada productor o productora de contenido podrá dosificar los modos y los grados de interacción. Pero no podrá ignorar a sus seguidores, por el simple hecho de que -si no- dejarán de serlo.
Esa interacción es la que permite la construcción de relaciones sólidas. De lazos intensos. Es la que permite ir mas allá de la captación de atención: es pensar en cómo mantener y fidelizar a las audiencias como parte de un proceso distribuido de co-construcción.

Existe un lugar, un espacio, un momento de encuentro entre los generadores de contenidos para ser visto en las pantallas de computadoras y dispositivos móviles y los usuarios y usuarias. En forma genérica, podríamos hablar del encuentro entre el hombre y la máquina. Pero como detrás de cada máquina hay personas, lo correcto es hablar en principio de diseñadores por un lado y usuarios por el otro. O entre editores que deciden los códigos (textos, palabras, imágenes, sonidos) que deben figurar en una pantalla para transmitir un mensaje determinado, y entre quienes consumen esos código, y -que a su vez- determinan (y exigen) con sus hábitos de lectura y producción nuevos caminos, atajos o rutas alternativas. Ese lugar/momento recibe el nombre de interfaz.

Este artículo se propone indagar en las prácticas de consumo informativo respecto del COVID-19 en las provincias del norte de la Patagonia argentina durante el período de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que decretó el gobierno nacional. Mediante el análisis de dos encuestas realizadas por el Observatorio de Comunicación y Temáticas Sociales (FadeCS-UNCo), interesa conocer la relación entre el funcionamiento de los medios y soportes comunicacionales oficiales y privados y los cambios de hábitos informacionales de la población, en tanto pueden generar mejoras en los procesos de prevención colectiva y derecho a la comunicación o bien procesos de desinformación

Más tiempo de exposición a las noticias. En el móvil. Las tendencias de consumo informativo de la población del Alto Valle se consolidan en los medios y redes digitales y obligan a los medios a buscar estrategias de captación por fuera de sus plataformas analógicas.
El móvil es el dueño absoluto del consumo informativo: un 95 por ciento de población dice usarlo habitualmente. De la mano de este fenómeno, se observa que crece la escucha de radio y el visionado de televisión en los denominados teléfonos inteligentes (smartphones), tanto en directo como en diferido.
Los medios de referencia en la web son los diarios Río Negro (más que en 2018) y LMNeuquén (menos que en 2018), seguidos de medios nacionales. Los temas nacionales son los que más interés despiertan incluso en sitios locales.
A pesar de su alto consumo, los sistemas de chat en línea como Whatsaspp, las redes sociales y los medios siguen siendo plataformas con baja credibilidad para la enorme mayoría de la gente.
El estudio de prácticas de consumo informativas de la población regional permite ver más continuidades que rupturas con el estudio de 2018.

En este trabajo buscamos analizar la estrategia que siguen diez medios norpatagónicos en sus redes sociales. ¿Utilizan los medios sociales en forma nativa o sólo replican lo publicado en la web? ¿Aprovechan las posibilidades narrativas e interactivas de las redes? Lo hacemos a través del desarrollo de una herramienta metodológica propia que mide ocho variables y que propone tres perfiles diferentes de uso de redes. Concluimos que las redes sociales de estos medios transitan la etapa " 1.0 " que diez años atrás protagonizaron los sitios digitales en la web. Son-en su mayoría-plataformas monológicas, que llevan tráfico hacia la web. Forman parte de una estructura jerárquica en la cual el sitio de noticias digital es la punta de la pirámide y el resto de las plataformas, sus tributarias. Existen sin embargo algunas buenas excepciones: medios que deciden usar sus redes para crear comunidad, que generan contenidos informativos y multimediales nativos convencidos de que existe una amplia franja de lectores y lectoras-sobre todo jóvenes-que viven en las redes y que no salen de allí por mas que se les ofrezca un enlace 1. 1 Lo que aquí se expone es parte de una investigación integral de los medios de la Patagonia norte titulado " Periodismo en Internet: rutinas productivas, nuevas narrativas e interactividad " que dirigen el Dr. Alejandro Rost y la Especialista María Teresa Bernardi. En esta indagación que se extiende desde 2017 a 2020, se busca conocer cómo son las dinámicas de funcionamiento de estos medios. Por eso analiza desde su historia, su evolución en diferentes plataformas, el desarrollo de sus marcas, su modelo de negocios, las rutinas de producción informativa, la relación con sus audiencias, la calidad de las interacciones que generan y los modos en que esta interactividad (o falta de) se retroalimenta en la dinámica de funcionamiento del medio.

La aparición de cada nueva tecnología de la comunicación trajo consigo una promesa de profundos cambios. El tren (1814), el telégrafo (1794), la radio (1920), la televisión (1950), la computadora (1980). Todos estos nuevos desarrollos prometían transformaciones sociales, económicas y políticas. Cada cual auguraba sociedades más democráticas, abiertas, participativas.
Lo mismo ocurrió con las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC): Internet, la digitalización, la web, la comunicación inalámbrica y las redes sociales. Todas estas tecnologías nacieron bendecidas por la promesa mística de reformas radicales. De una revolución (de cientos y miles de revoluciones) social sin precedentes. De un nuevo mundo en el que la ciudadanía podría gozar de una mayor participación cívica; en donde el saber y el conocimiento estarían al alcance de la mano de todos y cada uno de los integrantes de una comunidad. En donde cada quien podría estar más y mejor informado, aportar a la vida democrática y tomar decisiones responsables en consecuencia.
Un escenario ideal en el que la gente podría leer, pero también escribir. Producir contenidos. Hacer periodismo. Y en donde podamos hacer oír nuestras opiniones, formando parte de una construcción colectiva general (una wiki) del mundo en que vivimos. Esto es: sumar nuestro punto de vista para la consolidación de un nuevo tipo de opinión pública6 que ya no sólo abarca a un reducido grupo de personas con opinión formada y alcanzada por las encuestas (Bourdieu; 1973).
En ese espacio ideal, la web como plataforma tendría un papel fundamental, ya que modificaría en forma radical las formas de selección, jerarquización, producción y presentación de las noticias, (porque el concepto mismo de noticia se vería alterado, en tanto que sólo se informaría acerca de las cuestiones que realmente importan a la sociedad), y se lo haría en forma multimedial, interactiva e hipertextual.
Estos postulados (que desarrollaremos con más detalle en las páginas siguientes) conforman el mito de la revolución digital. Una narración que no sólo está alimentada por los fanáticos de las tecnologías, sino que la apoyan y fomentan las empresas privadas y los empresarios del ramo de las telecomunicaciones los medios de comunicación. También los gobiernos: los del primero, el segundo y el tercer mundo. Y los políticos de todos los niveles. Pero quizás unos de los centros de consolidación mítica más importante, sean las instituciones académicas que acogen, investigan, fortalecen, potencian y difunden el mito con preocupante convicción y escasísimo espíritu crítico (ver Almirón y Jarque; 2008; páginas 32 a 43).
En este trabajo pretendemos analizar con algo de detalle los mitos que rodean el desarrollo de las tecnologías digitales de la información y la comunicación: desde la web, la sociedad de la información y también los relatos que giran en torno a los cambios que se producen en las etapas de producción, distribución y consumo informativo, las formas de hacer periodismo y los espacios de participación e interacción digital y, sobre todo, las redes sociales.

Este trabajo intenta descubrir si existe una distancia entre la agenda de temas que un medio de información general regional propone en su edición papel con la agenda de su versión digital y entre ésta y las redes sociales. Es decir: la brecha entre la agenda del medio y la de la gente en el online y en las redes. Se busca conocer cuáles son los temas que despiertan mayor interés en cada una de estas plataformas, y cuáles son los modos en que ésta interactúa con los contenidos, medios y periodistas.
Entendemos que estas brechas y estos espacios de interacción deben ser tenidos en cuenta por los medios de comunicación en un escenario de desarrollo de las tecnologías que impone nuevo paradigmas para los modos de hacer periodismo.
Los medios (periodistas, editores) ya no pueden ignorar lo que ocurre en las redes sociales: cuál es la conversación, qué temas importan, cuáles generan más comentarios, más réplicas o cuáles se convierten en tendencia cada día. Las redes sociales no sólo contribuyen a cambiar el modo de consumir las noticias, sino también la forma en que se hace periodismo (Tous Rovirosa et al; 2015). La ecuación es clara: si no miran lo que pasa en las redes, pierden a una audiencia potencial tan grande, que en muchos casos puede decidir el futuro de los medios.
Para Cerezo (2016: 12) los medios (tradicionales, digitales) ya no son los únicos que generan agenda informativa: “Hasta la irrupción de las redes sociales la agenda informativa había estado dominada casi en exclusividad por los medios tradicionales; en la actualidad, es la comunidad la que confiere relevancia a una información frente a otra”.
Boczkowski y Mitchelstein (2015) realizaron un estudio sobre 20 sitios de noticias online de Estados Unidos, Europa y América Latina para comprobar si existía una brecha entre la agenda de temas que los periodistas consideraban importantes y la demanda de noticias de lectores y lectoras de esos medios. Concluyeron que existe una brecha considerable entre el tipo de noticias que se ofrece y el tipo que se demanda de la gente.
Alentados por esta idea, iniciamos un estudio exploratorio de pequeña escala, para tratar de averiguar si también existe una brecha entre lo que los medios de noticias locales publican en sus ediciones online y la lectura y comentarios de la gente, tal como se hizo en la investigación antes indicada.
Pero además, quisimos ver si esa brecha también se refleja en las redes sociales. Es decir: si hay una distancia entre lo que los medios publican en las redes sociales Facebook y Twitter, y el interés de sus seguidores, medido en término de la participación que tales temas despiertan a través de comentarios, likes o comparticiones (en Face) y retuiteos, favoritos y comentarios (en Twitter).
La idea era mostrar qué hace la gente con la agenda de los medios.

En este artículo se intenta descubrir si existe una brecha entre la agenda de un medio en línea y la de la gente en las redes sociales. Se busca conocer cuáles son los temas que despiertan mayor interés del lectorado en cada una de estas plataformas, y cuáles son los modos en que interactúa con los medios y periodistas.

El diario Río Negro no estuvo en contra del golpe militar de 1976 desde el principio. Es mas: legitimó el asalto alimentando un escenario caótico previo a la irrupción militar; defendió con convicción el golpe de Estado, al que recibió como " el fin de una pesadilla " y lo defendió como un hecho " inevitable " ante una etapa de " populismo " antidemocrático ejercida por el gobierno peronista; eludió en todo momento llamarlo " golpe de Estado " ; y-ciertamente-se hizo carne de las políticas liberales del ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, aunque con críticas a su implementación. En sus páginas post-golpe, reprodujo acríticamente los comunicados oficiales (presentados como tales o como información de prensa) sobre la lucha contra la subversión en el país. Sobre la represión en la región, apenas publicó unas pocas y pequeñas noticias que-aunque daban cuenta de la versión oficial-delataban hechos de secuestros y desapariciones. A partir de 1979, la luna de miel con el régimen fue llegando a su fin. Las notas críticas al gobierno militar y a su política de seguridad iban en aumento. Y la pregunta sobre los desaparecidos, se repetía con insistencia. Así fue como el diario Río Negro pasó gradualmente del amor al odio y de la adscripción total a la propaganda oficial sobre la lucha antisubversiva, a cuestionar los métodos y, sobre todo, la desaparición sistemática de personas. Y de su apoyo a la política económica, hasta las duras críticas no al plan, sino a su implementación.

En este texto veremos con profundidad los cambios producidos en el consumo de medios por parte de las audiencias. Compararemos al viejo lector de diario con el nuevo internauta. Definiremos al usuario/usuaria de Internet y de la web. Y veremos cómo cambia el consumo entre aquellas personas que nacieron en la era digital y aquellos que accedieron a la tecnología como inmigrantes. Veremos la forma en que unos y otros navegan en la web y pondremos especial atención a los estudios nacionales y regionales en la materia, sobre todo, de consumo de noticias.

El nacimiento de la escritura, 5000 años atrás, significó una verdadera revolución en las formas de transmitir el conocimiento y la cultura. También el paso de la lectura en voz alta a la silenciosa. La invención de la imprenta fue trascendente, pero según los estudiosos del tema, no modificó la forma de leer. La propagación de los libros y la lectura extensiva, sí. A estos grandes hitos en la historia de la lectura, se suma –a finales del siglo pasado- la aparición de los textos en las pantallas de las computadoras. Cada forma de leer implicó una estrategia lectora diferente. En este documento haremos un breve recorrido por estos cinco mil años de historia y veremos la importancia de cada etapa.

En este documento intentaremos ver cuáles son los elementos fundamentales a tener en cuenta en una teoría de las noticias. Su impacto a nivel social, político e ideológico. También hablaremos sobre cuáles son los criterios de noticiabilidad y de qué dependen. Será fundamental considerar los estudios de gatekeeping y de newmaking. Es decir: cómo se producen las noticias. También analizaremos los desafíos que la era digital le plantean al trabajo de selección y generación de noticias. Y algunas ideas para que los egresados de la carrera de Comunicación Social comiencen a debatir.