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¿Un nuevo caso de “discurso secundario”, para ocupar dos líneas más en las ya bastante frondosas bibliografías, y dormir allí? ¿Otro refrito de datos archipublicados y muchas veces mal interpretados? ¿Más de lo mismo? Ciertamente que no.... more
¿Un nuevo caso de “discurso secundario”, para ocupar dos líneas más en las ya bastante frondosas bibliografías, y dormir allí? ¿Otro refrito de datos archipublicados y muchas veces mal interpretados? ¿Más de lo mismo? Ciertamente que no. Estamos frente a un trabajo que deleita, y por tanto, por eso,  resulta muy útil. Un Tolkien leído con amor y con inteligencia, en la Iglesia y en nuestra patria, meditado y visto en su pleno contexto cultural. Esto es lo que se nos entrega aquí.

Aquí hay luz, porque hay gozo, que desencadenó la reflexión. En los setenta se quejaba el profesor Komar:

[...] “actualmente es muy raro que un estudiante, habiendo terminado de leer un libro, se quede pensando en él, gozando y viviendo lo que ha comprendido, sino que en general desvía la atención a otra cosa. Es precisamente este abandono de la fruición lo que arruina el estudio, porque aquel momento es especialmente fecundo, en él se llegan a ver y a explicitar muchas ideas implícitas, que provocan gran gozo cuando permanecemos en lo que estudiamos” .


El Padre Horacio se detuvo, permaneció en la fruición, y lo contemplado se articuló con otras experiencias semejantes, y surgen entonces los ecos, las resonancias, los vínculos; Tolkien suscita en un fraile dominico argentino las correspondencias con nombre tales como Lugones y Castellani, así como con García Morente, T.S. Eliot, Claudel, Gilson, Guardini, Th. Haecker, Bouyer, y un muy calificado etc. El trabajo resulta así una obra viva, que remite a su vez a otras lecturas que reciben nueva luz: es altamente movilizador. Por otro lado también están los textos ya insoslayables sobre el propio Tolkien, por supuesto: Peter Kreeft, J. Pearce, Shippey, Grotta, entre otros. Pero lo notable no es la presencia de los autores citados, sino su adecuado tratamiento.

Para aproximar al lector de manera ordenada, el trabajo consta de dos partes: primero se ocupará de la vida y la obra del escritor, y luego de su doctrina artística. ¿Otra biografía? No ceda el lector a la tentación de saltársela. De atrayente lectura, muy bien documentada, toma en cuenta datos y elementos menos transitados de su vida académica, familiar y de la relación con sus amigos, con inteligente y eficaz recurso a la inmensa bibliografía pero con una mirada personal y enriquecedora. Y en cuanto a los escritos de Tolkien, una prolija descripción, muy práctica y concreta, incluso de obras menos leídas y estudiadas, lo que constituye un aporte de mucho valor. Sobre todo nos orienta en la abigarrada jungla de los últimos volúmenes publicados por Christopher Tolkien, lo que resulta muy conveniente.

Y finalmente la doctrina estética de Tolkien, magistralmente estudiada y expuesta, y ejemplificada en una obra concreta, breve y fuera del ciclo de la Tierra Media. Nos dice el autor:

“Decidimos, entonces, seleccionar ésta, en la cual se refleja con mayor nitidez  la doctrina del autor. El método que utilizamos para analizarla está dado a partir de la noción que el autor denomina ‘aplicabilidad’, que es equivalente a la noción metafísica de la analogía metafórica. Es punto clave para Tolkien, respecto a su doctrina y nos abre una dimensión distinta a la literalidad y de la equivocidad”.

Pasaje elocuente, cifra del libro para un lector avisado, y que provoca y hace pensar. Fray Horacio dice con humildad:

“Deseamos que el presente trabajo sirva de tributo a este gran profesor. Para que [...] no dejemos nunca de contemplar aquellas Hojas, de aquel Árbol, de aquel Paisaje que Tolkien soñó y alguna vez pintó como artista”.

Por cierto que ahora la podremos contemplar mejor.

JORGE NÉSTOR FERRO
ABSTRACT Up to now, says the author, classic psychiatry explains both psychosis and neurosis as corporeal disturbances, injuries, intoxications, etc. After Rudolf Allers, it is stated in the paper that neurosis is psychogenic, since it... more
ABSTRACT
Up to now, says the author, classic psychiatry explains both psychosis and neurosis as corporeal disturbances, injuries, intoxications, etc. After Rudolf Allers, it is stated in the paper that neurosis is psychogenic, since it is often cured by a psychological treatment. But the body, far from being only an element of our whole personality is also an object of experience. Its condition raises an experience of the world around us, which is capable of undergoing certain variations. Thus the body would be occasion or condition but not cause of the neurotic disorder. Man is a composite, finite, imperfect being, without the possibility of reaching a kind of static imaginary equilibrium. Conflicts are not in themselves a cause of moral disturbance. The neurosis will only be the result of an unconscious rebellion against reality and values. God has a plan for each of us. Fleing from this plan is laziness and cowardice. To accept it is obedience.
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RESUMEN: Hasta ahora la psiquiatría clásica, explica tanto la psicosis como la neurosis como perturbaciones corporales, lesiones, intoxicaciones, etc. Rudolf Allers aclara que la neurosis es psicógena, puesto que se cura a menudo por un tratamiento psicológico, pero el cuerpo, lejos de ser sólo un elemento de nuestra personalidad total, es, además, un objeto de experiencia. Su estado suscita una experiencia del mundo que nos rodea, que es susceptible de ciertas variaciones. El cuerpo, de este modo, habría de ser ocasión o condición del trastorno neurótico, no causa eficiente del mismo. Los conflictos no son en sí mismos causa de perturbación moral. La neurosis será solamente el resultado de una rebelión inconsciente contra la realidad y lo valores. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Huir de este plan es pereza y cobardía. Someterse a Él es obediencia.--