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LA RI US OPINIÓN Gloria Fuertes, la poeta de los niños y de lo social Alba Carballo López Graduada en Lengua Española y sus Literaturas Bibliotecaria del Club Popular de Cultura “Llaranes” “ En 1917 nació en Madrid, en Lavapiés, una niña que pasaría a la historia de la Literatura Española. El de Gloria Fuertes es un nombre que habita en la mente de todos y que quizá, en ocasiones, resuena inmerecidamente como poco más que un eco. Puede que bajo torres y torres de sus títulos o puede que solo con el recuerdo de un par de versos, pero de un modo u otro hemos crecido con Gloria Fuertes. Esa niña grande que quería ser maga y cambiar el mundo, pero que como no podía se lanzó a escribir versos pluma en mano. Su empeño por cambiar esas cosas feas de la vida y del mundo que la rodeaba tiñó con un tono característico su poesía. 32 Gloria Fuertes quiso ser maga, y dejó un legado de pequeños y grandes lectores que siguen viendo la magia en sus versos y luchando contra esas cosas feas del mundo. ” El humor, el amor, la risa, la diversión, la inocencia, la soledad y la crítica social encuentran en los poemas de Gloria Fuertes su mejor escondite. Este año, con motivo del centenario de su nacimiento se han desarrollado numerosos actos en torno a su figura. La mayoría de ellos han tenido lugar en la celebración del Día del Libro. A grandes rasgos, su obra tiende a dividirse entre poesía infantil y poesía social. Eran sus circunstancias personales las que influían sobre el tipo de creación poética. Ella misma defendía que, cuando estaba contenta, se convertía un poco más en niña y escribía esos versos infantiles que todos hemos oído y recitado alguna vez. En cambio, cuando los problemas la asolaban, sus versos se tornaban más profundos. Sencillamente, si se echa una ojeada a su peripecia vital, es fácil observar que siempre estuvo más marcada por los problemas que por la ventura. Gloria Fuertes vivió tres años de Guerra Civil (o Incivil según ella) y casi treintaiséis de dictadura. En este periodo vio esfumarse a muchos seres queridos, entre ellos dos de sus novios. El primero tenía por nombre Manolo, era miembro reconocido de la F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica), desapareció en combate y nunca se volvió a tener noticias de él. La Guerra hizo mella en su poesía y afectó a su forma de ver el mundo y, sobre todo, de enfrentarse a él. Del mismo modo, y fuera del contexto nacional, las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki hicieron que reforzase su postura pacifista y antibelicista, pero también acentuaron su desconfianza en la ciencia y la técnica del momento. Se pronuncia en contra de las guerras, sin dejar de lado otros dramas humanos que protagonizan gran parte de su obra y de su vida. A estos infortunios se sumó la muerte de la profesora norteamericana Phyllis Turnbull, el amor de su vida, y Gloria se vio sumida en una profunda depresión. Desde pequeña escribía sus propios cuentos y los ilustraba, el verso captó pronto su atención y la labor poética la acompañaría toda su vida. En este aspecto, y teóricamente hablando, Gloria Fuertes forma parte de la llamada Generación poética de los 50, y se adscribe al movimiento literario del Postismo. Según parece, habría sido uno de sus novios quien la introdujo en el movimiento que ella, en alguna ocasión, definió con acertada gracia. Su vida poética se vio notablemente marcada por la creación, junto con otras autoras, del grupo poético femenino Versos con Faldas, a principios de los años cincuenta. Comenzaron organizando recitales poéticos en bares y otros locales de ocio, sin mucho éxito, hasta que lograron hacerse con un espacio propio. Las críticas a la obra de este grupo se hicieron constantes y cada vez más fuertes, ejercidas generalmente por hombres contrarios a la existencia de un grupo poético femenino. De este modo, los recitales se empezaron a realizar únicamente en el interior del local, por y para mujeres. Era la manera de evitar las ridiculizaciones a las que eran sometidas, así como los boicots que sufrieron sus actuaciones. Sus poemas, los más referenciales, han servido en varias ocasiones como fuente de conocimiento biográfico sobre la autora. No obstante, y como es propio de sus juegos poéticos, estos datos aportados por los versos se mueven siempre entre el mundo de la ficción y la realidad. Lo que se sabe a ciencia cierta es que desde pequeña se sintió una niña diferente. Presumía abiertamente de sus malas notas, y de sus continuas réplicas a los profesores. Se definía a sí misma como una pequeña «rebelde». Desde su feminismo quiso cambiar el mundo, y decidió empezar por los niños. Llega a declararse feminista radical desde el día de su nacimiento, pero también admitió no haberse dado cuenta de ello hasta que alcanzó los cincuenta años de edad. La poesía de Gloria Fuertes habla de contrastes. Habla del pasado y del futuro, de la felicidad y la tristeza, de deseos y de desgracias, de infancia y de senectud, de la vida y de la muerte. Es la que habla también de las guerras que han existido y de las que vendrán. La poesía que protagonizan tanto individuos marginados que viven con soledad y dolor como hadas acarameladas y pequeños animales que van a la escuela. Sus versos han llegado a todo tipo de lectores, incluso muchos de ellos se tornaron frases de referencia y citas célebres. Antiguo ejercicio de redacción de Glorita “Existe un hormiguero que tiene cinco mil millones de hormigas. Este hormiguero se llama Tierra y sus hormigas se llaman personas. Muchos de estos seres no son hormigas, -y lo que es peorno son personas. En el hormiguero, la mitad de las hormigas trabajan y comen mal, para que la otra mitad no trabaje y lo pase bien. “ (me pusieron un diez) 33