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Tlautla: el otro topónimo náhuatl de Charo, cabecera de los guerreros pirinda-matlatzinca de Michoacán Ricardo Carvajal Medina (UMSNH) CITA ESTE ARTÍCULO: CARVAJAL MEDINA, Ricardo, "Tlautla: el otro topónimo náhuatl de Charo, cabecera de los guerreros pirinda-matlatzinca de Michoacán", México, Blog APAMI, 2023. Disponible en línea: https://apami.home.blog/2023/03/29/tlautla-elotro-toponimo-nahuatl-de-charo-cabecera-de-los-guerreros-pirindamatlatzinca-de-michoacan/ Archivo de la Provincia Agustiniana de Michoacán / Blog APAMI © Blog APAMI Autorizada la reproducción y distribución sin fines de lucro de este texto íntegro y con sus créditos Tlautla: el otro topónimo náhuatl de Charo, cabecera de los guerreros pirinda-matlatzinca de Michoacán Ricardo Carvajal Medina1 (UMSNH) Tlautla es un topónimo náhuatl mencionado en un par de fuentes del Centro de México, y que se le ubicó en Michoacán, aunque su localización hasta ahora ha sido incierta. Este lugar es mencionado en el contexto de las guerras tarasco-mexicas de 1476 a 1520, donde lucharon las dos grandes potencias mesoamericanas del período, el Tzintzuntzan Irechecua o Estado tarasco, y la Excan Tlatoloyan o Triple Alianza mexica. Se menciona que fue habitado por los matlatzincas, su población creció por la inmigración desde el Valle de Toluca, así como sus combates contra los tenochcas. Esta información, al ser analizada a la luz de las fuentes michoacanas, permite identificar a Tlautla con Charo, la cabecera del municipio homónimo, localizado a 16 km al noroeste de Morelia, Michoacán. Las fuentes históricas mencionan que, en el pasado prehispánico, Charo era la cabecera del señorío de los matlatzincas avecindados en medio del camino entre Tzintzuntzan y MéxicoTenochtitlán, conocidos por esta razón con el gentilicio de origen tarasco de pirinda (“los de en medio”), los cuales eran vasallos del cazonci. En las primeras décadas de la conquista, Charo fue conocido por los españoles como “Matlatzingo” (“lugar de los que hacen redes” en náhuatl) y Charo-Matlatzingo, ya que los charenses hablaban matlatzinca, al igual que sus parientes del Valle de Toluca. Además de la información histórica, un elemento que permite tener certeza sobre la identificación es el significado de Tlautla (“Lugar almagre”), con el topónimo de Charo (“Lugar colorado”). En el presente texto disertamos sobre la información Licenciado en Historia por la UMSNH; actualmente cursa la maestría en Filosofía de la Cultura en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UMSNH; es miembro cofundador de Mechoacan Tarascorum. Se ha especializado en la cultura tarasca y la guerra en Mesoamérica, y ha difundido sus investigaciones en seminarios, coloquios y congresos, talleres y publicaciones. 1 2 Blog APAMI histórica que nos permite sustentar esta propuesta interpretativa de otro nombre náhuatl de Charo, así como ahondar en su pasado prehispánico. El Tlautla michoacano de las fuentes históricas La referencia que más información aporta sobre este lugar, es de la pluma de Alonso de Zorita (¿1512-1585?) en su famosa Breve y sumaría relación, donde aludió datos de importancia para conocer el pasado del pueblo matlatzinca. De acuerdo a las fuentes del Centro de México y el Valle de Toluca, sus habitantes fueron conquistados por la Triple Alianza mexica durante los años 1472-1475 y se volvieron tributarios (Herrejón, 2012 [1978]: 124-127). Para 1476-1477, acaeció la campaña en que los mexicas, al mando de Axayácatl, trataron de conquistar al Tzintzuntzan Irechecua, pero fueron aplastados por los guerreros comandados por el cazonci Tzitzíspandácuare; el cronista Hernando de Alvarado Tezozómoc (¿1525-1609?) afirmó que la victoria ocurrió en Charo. Esta derrota desprestigió enormemente el poderío mexica, por lo que algunos grupos de matlatzincas, otomíes y mazahuas del Valle de Toluca, que habían caído en la órbita de dominio de la Excan Tlatoloyan, aprovecharon la oportunidad para rebelarse y buscar la protección del cazonci en Michoacán. Las fuentes históricas nos permiten saber que estos movimientos fueron en diferentes oleadas y momentos; los matlatzincas se asentaron en Charo, Santa María, Jesús del Monte, Santiago Undameo (estos tres últimos en el actual Morelia), y en Huatamo, en la Tierra Caliente, donde fueron conocidos como huetamecha (Carvajal, 2019a: 530-557). Zorita mencionó en este contexto que los mexicas dejaron por señores de los matlatzincas a Chimeltecutli y Tlatoane, pero …los vasallos de este se quisieron levantar contra él porque los fatigaba demasiadamente por servir y contentar al de México, vino segunda vez [Axayacatzin] contra ellos, y les dió guerra y los destruyó, y algunos se fueron fuera de su natural, especialmente los de Zinacantepec, que se fueron á Mechuacán, donde ahora llaman Tlaulan… (Zorita, 1993: 197). La información es clara sobre que este Tlaulan se encontraba en Michoacán. La otra referencia es más temprana y se encuentra en la Historia de los mexicanos por sus pinturas, probablemente escrita por fray Andrés de Olmos (1485-1571). En unos 3 Blog APAMI anales mexicas que empiezan a contar a partir de la fundación de MéxicoTenochtitlan (1325), se registró: 248. El año siguiente de 160 [1485] procuraron de hacer muy grande (templo de) Hutizilopochtli y fasta los niños trabajaban en él. 249. El año siguiente [1486] hicieron la fiesta del templo de Huitzilopochtli con la sangre de los Matalcingos y los de Tlaula (=Tlauhtla), porque mataron muchos (Garibay K., 2015 [1965]: 62). Esta cita hace referencia al gobierno del huey tlatoani Ahuízotl (¿-1502), cuyo reinado empezó en 1486, y realizó la IV etapa de ampliación del Templo Mayor, y al parecer, la estrenó con víctimas sacrifícales de origen matlatzinca y pirinda. Esto constituye un dato importante para conocer las batallas de las guerras tarascomexicas; ya que implicaría que en 1486 los mexicas capturaron a guerreros pirindas de Charo en alguna batalla, y los sacrificaron en el Templo Mayor de Tenochtitlan. Tlautla ¿en la frontera tarasco-mexica o en Jalisco? Estas dos referencias las investigó Pedro Carrasco Pizana (1921-2012) para escribir el libro Los Otomíes…; ahí mencionó al respecto sobre este topónimo que “no hemos podido localizar este Tlaulan pero no debía de estar lejos de la frontera entre tarascos y mexicanos…” (Carrasco, 1979 [1950]: 277 y mapa en 279). Esta investigación fue presentada en 1945 como tesis profesional, y publicada como libro en 1950. En el prefacio del libro mencionó que en esos cinco años no tuvo tiempo de hacer cambios por sus ocupaciones, aunque hubieran sido pocos, incluyendo que “hemos encontrado un dato para localizar Tlaolan en la frontera occidental del imperio tarasco, con lo cual tal vez haya que revisar lo que decimos sobre los otomíes de Jalisco” (Carrasco, 1979 [1950]: 7). Nosotros no tenemos noticia si en la extensa obra de Carrasco, él haya mencionado qué dato le permitió cambiar de idea sobre la ubicación de Tlaulan, del oriente del Estado tarasco al occidente. En una de sus obras cumbres, Carrasco hizo mención de un Tlautha registrado en el Memorial de Tlacopan, pero lo identificó con Santiago Tlautla en el municipio de Tepeji de Ocampo, Estado de Hidalgo (Carrasco, 1996: 283 y 287), pero no al Tlautla michoacano. Quizás el dato localizado por Carrasco haya sido una referencia del cronista franciscano Antonio 4 Blog APAMI Tello (1567-1653), quien mencionó que los tarascos asolaron el valle de Tlala (hoy Tala en Jalisco) hacía 1469 (Tello, 1891 [1653]; Cap. XXXIV: 86-87), donde hubo participación matlatzinca a favor de los tarascos, fungiendo como mercenarios; lo cual es confirmado por las fuentes michoacanas (Carvajal, 2019b). En 1943, un par de años antes que Carrasco, Donald D. Brand (1905-1984) mencionó la presencia de matlatzincas en Michoacán, ya que “[Antonio de] Herrera asienta que algunos matlatzincas de Conacantepec [sic., por Zinacantepec] se establecieron en Michoacán cerca de Tlaulan (Sayula?)”, localizándolo en Jalisco (Brand, 1993 [1943]: 498); Brand conoció la crónica de Tello, y quizás siguió el mismo razonamiento que Carrasco. Por su parte, José Corona Núñez (1906-2002), al narrar la historia de los pirindas de Guayangareo, mencionó que, al sublevarse los matlatzincas, “marchan los mexica sobre Xinacantépec, pueblo que encuentran desierto porque sus habitantes han huído a Tlaula (¿Tlalpujahua?) dentro del territorio tarasco…” (Corona, 1992: 53-54), considerando su ubicación en la frontera tarasco-mexica por la semejanza fonética con Tlalpujahua. Etimologías de los topónimos Tlautla y Charo Tlautla apareció transcrito en estas dos fuentes del centro de México con dos variantes: “Tlaulan” y “Tlaula”, este último corregido, según Ángel María Garibay (1892-1967), como “Tlauhtla”. En 1897, Antonio Peñafiel (1830-1922) tradujo ambas palabras como: “Tlautla. Tlauh-tla, nombre mexicano, colectivo de tlahuitl, ocre rojo, llamado vulgarmente almagre.” (Peñafiel, 2014 [1897]: 584). Así, Tlautla estaría compuesto de tlahuitl (“almagre”), y la posposición -tlan, locativo, por lo que puede entenderse como “Lugar almagre”. Charo es un topónimo de origen tarasco, cuyo significado ha estado envuelto en el romanticismo del terruño, y tradicionalmente se ha dicho que el significado etimológico de Charo es “Tierra del Rey Niño”. Diego Basalenque (1577-1651) mencionó en 1640, que el topónimo de Charo se había corrompido; al hablar sobre los gentilicios de los pirindas, escribió que “…llámanse últimamente Charenses porque el Rey [cazonci Tzitzíspandácuare] que los llamó se llamaba Characu que quiere decir el Niño, esta tierra era de su patrimonio y se llamaba Characuo, tierra 5 Blog APAMI de Characu, y así llamaron a los habitadores characos y corrupto el nombre se llamó Charo y de aquí se llaman [h]oy charenses…”. (Basalenque, 1640: f. 16). Décadas después, Basalenque mencionó la historia de la fundación prehispánica de Charo, cuando “…el Rey [cazonci Tzitzíspandácuare] honró la cabecera poniéndole su mismo nombre Charao, que es tierra del Rey niño.” (Basalenque, 1989 [1673]: 165). Aunque los vocablos tarascos sufrieron cambios y corrupciones a lo largo del tiempo, lo cierto es que el registro más temprano del topónimo para este lugar fue “Charu” (Alcalá, 2008 [1542]: 155), y no “Characuo”. En ambos casos de Basalenque, la traducción del topónimo está basada en que Characu significa “niño o niña chiquitito” (1991 [s. XVI], I: 153). Conocemos varios topónimos tarascos que podrían traducirse con ese significado: existe en el municipio de Huetamo, sobre el tío Balsas, la localidad de Charácuaro, que podría traducirse como “Lugar de niños”, de Characu, “niño o niña chiquitito”, y -aro, sufijo locativo. Entre las tenencias de Capula y Tacícuaro, municipio de Morelia, existe el predio conocido como Charaquendo; y en el municipio de Lagunillas existe una colonia con el mismo topónimo de Charaquendo (una pronunciación más correcta sería Characuendo), cuyo significado podría traducirse también como “Lugar de niños”, de Characu, “niño o niña chiquitito”, y -endo, sufijo locativo que designa lo que hay alrededor. Sin embargo, las fuentes etnolingüísticas del idioma tarasco del siglo XVI, permiten descartar la etimología de “Tierra del Rey Niño” de Charo, y conocer una traducción más precisa, sustentada en información lingüística. En el Diccionario Grande de la Lengua de Michoacán, se menciona que la raíz “Chara” “significa estar colorada la parte señalada, hacer pedaços, rrebentar, chascar con extrepito y rruido” (1991 [s. XVI], I: 152), mientras que la -o funciona como locativo. Teniendo en cuenta esto, Charao significaría “Lugar colorado”, “Lugar reventado” o “Lugar que chasca”. En otra parte del DGLM, se menciona el dato que permite identificar la etimología de Charo; se menciona que “Esta rraiz, Charo-, significa cosa mui colorada, o bermeja. (Autor o autores desconocidos, 1991 [s. XVI], I: 154); estas líneas aclaran que el significado de Charo sería “Lugar colorado” o “Lugar bermejo”. 6 Blog APAMI A manera de conclusión Alonso de Zorita es claro al mencionar que Tlautla estaba en Michoacán, y en la Historia de los mexicanos por sus pinturas se relacionó este lugar con los matlatzincas; Charo cuenta con ambos elementos. Las fuentes históricas michoacanas sobre Charo proporcionan suficiente información para conocer el origen toluqueño de los pirindas y su importancia estratégica y militar, ya que se encontraban en medio de Tzintzuntzan y Tenochtitlan. Sus guerreros eran parte de las huestes del cazonci, luchando contra los mexicas y los demás pueblos otomapes al otro lado de la frontera, a veces obteniendo victorias en nombre de Curícaueri, y en otras ocasiones, como en 1486, siendo derrotados y sacrificados en el Templo Mayor en honor a Huitzilopochtli. La pista que nos da certeza para afirmar que Tlautla es Charo, es la etimología de ambos topónimos, ya que ambos pueden interpretarse como “Lugar almagre” o “Lugar colorado”, probablemente por el color “charandoso” de la tierra en esa región. Esto nos muestra como algunos topónimos, a pesar de estar en diferentes idiomas, compartían el mismo significado conceptual, en este caso haciendo referencia a las características del suelo de Charo. También podemos ver que el mismo lugar era conocido por dos nombres en el mismo idioma en diferente momento. Así, antes de la conquista, era conocido por los nahuas del Centro de México como Tlautla, y después de la conquista, los españoles lo llamaron Matlatzingo, aunque fue el topónimo tarasco de Charo el que finalmente sobrevivió. Fuentes consultadas ALCALÁ, Jerónimo de. Relación de Michoacán. Zamora, El Colegio de Michoacán, 2008 [1542]. BASALENQUE, Diego. 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