The Disney Princesses

Desde el estreno de Blancanieves y los siete enanitos allá por 1937, la factoría Walt Disney inicia una producción de princesas que hacen de ella la gran fábrica de arquetipos femeninos. Y es que estos personajes actúan como uno de los principales referentes para los jóvenes sobre la forma de actuar, pensar y sentir en relación a las expectativas sociales occidentales. Algo totalmente relacionado con la violencia simbólica que perpetúa el patriarcado de consentimiento al que se refiere Alicia Puleo (2000), ya que se ejerce mediante la representación de “los valores, actitudes, jerarquías y creencias consideradas adecuadas para los niños y para las niñas. Los personajes de estas películas están cargados de valores y actitudes estereotipadas” (Cantillo, 2011: 1). Lo que deriva en una “opresión sistémica” (Young, 2000); en la construcción de identidades generizadas en una injusta organización dualista que margina e infravalora a los pares femeninos. Un marco conceptual “opresivo, que explica, justifica y mantiene relaciones de dominación y de subordinación” (Velayos et. al., 2007: 96). Es decir, que liga a las mujeres a la emoción, la naturaleza y los cuidados altruistas, expulsándolas del ámbito de lo político y lo económico.
Durante estas últimas siete décadas de reinado de los personajes femeninos de Disney se puede apreciar un proceso de cambio tanto física como psicológicamente de los mismos pero ¿qué ha ocurrido entre la esencialista y dulce Blancanieves, en total conexión con el bosque, y la independiente y rebelde Mérida, que establece un vínculo más racional con su entorno? ¿Qué denota la evolución a lo largo de los años de éstas en correlación a su medio natural? En este sentido gira el objetivo de la presente investigación: el análisis de la definición de la feminidad de las Princesas Disney en su relación con la naturaleza –entendiendo ésta tanto desde un punto de vista general de contexto ambiental hasta, otro más concreto, representado a través de las mascotas- y la comparación con los personajes masculinos.
Esta idea se justifica en que, en los últimos años, parece haberse producido un progresivo empoderamiento por parte de las protagonistas de la factoría, lo que ha provocado un cierto cambio en los estereotipos asociados al rol femenino, incluidos aquellos que mimetizan a las mujeres con la naturaleza y el entorno. De esta manera, se refleja la hipótesis de partida que establece que a medida que las princesas se empoderan se diluye su vínculo con la naturaleza en virtud de un comportamiento dominador y racional del entorno asociado típicamente a valores masculinos. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Es posible establecer una vía, no excluyente, que aúne las bondades de las éticas de la justicia y de los cuidados en virtud de un sujeto ecológico universal?

In this chapter, we argue that Ella is a "make-do" girl, a discursive construction of girlhood that defies the "can-do"/ "at-risk" binary. The essay is organized around iconic tropes that the 2015 Cinderella borrows from Disney's 1950 animation: the introduction of orphaned Ella con­nected to nature and animals; the stepmother's villainy and stepsisters' absurdity; meeting the prince; the transformation before the ball; and the revelation of the slipper leading to the wedding. Isolating these moments reveals new storylines informed by motifs associated with the maternal melodrama and the family melo­drama, additions that construct Cinderella as a make-do girl. Although the 2015 Cinderella may appear to invoke Disney's animated film for the sake of homage and non-ironic nostalgia, the film also alludes to earlier folk-fairy tales. Even when the new Disney film replicates the original animation's narrative beats or iconic imagery, it transforms them in ways that critique postfeminist expressions of neo­liberalism through the expression of make-do girlhood. This representation sug­gests consumerist girl-power princess culture is unsuited to the demands of con­temporary economic, political, and social realities, which require an other-oriented disposition that accepts the necessity of less-than-ideal work and acknowledges the futility of trying to control outcomes.