Escuela de Chicago
Escuela de Chicago
Escuela de Chicago
ESCUELA DE CHICAGO
Teoría del capital humano: Indica que uno de los factores más
importantes para dar explicación a la productividad es la capacidad de
los trabajadores, es decir, su habilidad, experiencia, capacitación,
estudio, etc.
RESUMEN
Por lo regular, los nuevos estilos surgen cuando hay carencia de alguna
cosa, pero la escuela de Chicago, fue la excepción, es decir surge en un
momento que reina la prosperidad, en cuanto al nivel demográfico. Con la
ayuda del nuevo estilo, el urbanismo tuvo mayor relevancia.
Poner a las ideologías en su contexto dialéctico es tanto como tratarlas desde una
perspectiva crítica, es decir, analizarlas en cuanto formaciones que tienen que ver con la
verdad y la falsedad, y no meramente, tratarlas desde una perspectiva psicológica, o social-
funcional. El mismo concepto de “falsa conciencia” es ya constitutivamente un concepto crítico,
pero al que, sin embargo, se le atribuyen unas referencias que se suponen sometidas a una
legalidad o necesidad del mismo orden que la necesidad que Espinosa atribuía a la
concatenación de las ideas inadecuadas y confusas. Pero con esto, Marx y Engels han abierto
problemas de fondo que ellos mismos ni siquiera tuvieron tiempo de formular. Pues la idea de
una “conciencia falsa” implica, desde luego, la idea de “conciencia”, y ni Marx ni Engels han
ofrecido un análisis mínimo de esta idea. Incluso han arrastrado usos mentalistas de la misma
(como cuando Marx expone las diferencias entre una abeja y un arquitecto diciendo que éste
“se representa en su mente la obra antes de hacerla”). No es posible, sin embargo, seguir
adelante sin responder a esta pregunta: ¿qué idea mínima de conciencia es preciso determinar
para que pueda alcanzarse su especificación de “falsa conciencia”?
No se trata, por tanto, partiendo del uso del concepto de “falsa conciencia” de regresar a una
definición convencional (tautológica, metafísica o mística) de conciencia del tipo (a) tautológico:
“Conciencia es darse cuenta de las cosas”, como si ese “darse cuenta” no fuera una simple
paráfrasis del término “conciencia”, o bien, (b) metafísico: “Conciencia es la autopresencia del
sujeto”, como si “autopresencia del sujeto”, fuese un concepto legítimo dotado de alguna
contrapartida precisa; o bien (c) místico: “Conciencia es la voz íntima de mi ser”, como si esto
fuese algo más que una metáfora sonora, la metáfora de “la voz de la conciencia” (sacralizada
místicamente por quienes apelan a ella al formular, por ejemplo, la “objeción de conciencia”). Y
una vez alcanzado este concepto general de “conciencia” fingir que se redefine la “falsa
conciencia” como una simple especificación de la conciencia, por el error. Pues la cuestión
estriba en comprender cómo la conciencia puede ser falsa. Si la conciencia fuera
autopresencia, cogito, ¿cómo podría haber una autopresencia falsa?; ¿no habría de ser esa
autopresencia siempre verdadera, de suerte que, de no tener lugar, más que de falsa
conciencia habría que hablar de no conciencia, de inconsciencia, de no autopresencia? Pero la
falsa conciencia es conciencia, no es inconsciencia; y no es mera conciencia “equivocada”
porque la conciencia verdadera también se equivoca y cae en el error. Necesitamos pues, ante
todo, una definición genérica de conciencia tal que, a partir de ella, podamos entender, por
desarrollo interno del concepto genérico, tanto la especificación de la conciencia verdadera
como la especificación de la conciencia falsa –y todo ello, dentro de los contextos dialécticos
de referencia. Especificaciones por la verdad y falsedad (por tanto, “epistemológicas”, críticas)
que no han de confundirse con las especificaciones morales (buena conciencia, mala
conciencia, o mala fe), o psicológicas (conciencia vigilante, somnolienta). Pero tampoco, cabe
disociar todas estas especificaciones de un modo absoluto. {CC 382-385}
Conciencia Ingenua
Freire parte de que toda lectura humana siempre será una interpretación de la
realidad en la que el ser humano vive y ella estará inexorablemente marcada y
condicionada por la ideología que el mismo preconiza, por los valores que
sustentan su vida, por la creencia religiosa que profesa, por la clase social a la
que pertenece, por los intereses económicos que defiende y por su condición
de género.
Podría decirse que muchas personas que salen a las calles a exponer su vida
por un resultado electoral a favor de algún candidato son personas de
conciencia ingenua que no llegan a la raíz profunda de la realidad, actúan
según las emociones que le genere el candidato o la coyuntura específica.
¿Ha visto usted al líder por quien lucha tomar una goma y salir a incendiarla a
las calles? ¿Cuántos políticos han muerto en esta campaña y cuántos
votantes?
Mi consejo es que si un político quiere protestar que lo haga él, pero usted deje
de arriesgar su vida pues ya lo dijo Galeano: “Me preocupa ver a los pobres
defendiendo a los ricos, cuando la mayoría de ellos son los responsables de la
pobreza en que viven”.
Conciencia intransitiva
Digamos, aunque el ojo de uno pueda estar sano, si las formas externas no caen
dentro del campo de la visión, y no se efectúa la correspondiente conjunción, en
ese caso no ocurrirá la formación del correspondiente aspecto de la conciencia. O,
aunque el ojo de uno este sano, y las formas externas caigan dentro del campo de
la visión, si todavía la conjunción no toma lugar, en ese caso tampoco ocurrirá la
formación del correspondiente aspecto de la conciencia. Si, sin embargo, el ojo de
uno está sano, y las formas externas caen dentro del campo de la visión, y la
conjunción correspondiente toma lugar, en ese caso sí surgirá el aspecto
correspondiente de la conciencia.
La Conciencia cuyo nacimiento surge del órgano olfativo y los olores, se le llama "
conciencia olfatoria."
Donde quiera que haya percepciones de objetos visuales, sonidos, olores, gustos,
impresiones corporales, o impresiones de objetos mentales, estos pertenecen al
grupo de las percepciones.
Donde quiera que haya formaciones mentales, tales como impresiones volitivas,
etc. estas pertenecerán al Grupo de Conciencia de las formas mentales.
Donde quiera que haya “Conciencia”, las cosas que caen dentro de este rango
pertenecen al grupo de la Conciencia.
Todas las formaciones son "transitorias"; todas las formas están "sujetas al
sufrimiento"; y todas las cosas carecen de "Entidad Egótica". La Corporeidad es
transitoria, el sentimiento es transitorio, la percepción es transitoria, las
formaciones mentales son transitorias, la conciencia es transitoria.
1. ¿Ha visto usted un hombre, o una mujer, de ochenta, noventa, o cien años de
edad, frágil, de pasos inestables, encorvado, apoyándose en muletas, sin dientes,
débil, con cabellos grises, o totalmente calvo, y lleno de arrugas?
¿Y nunca se le ha ocurrido de que usted también esta sujeto al deterioro y a la
vejez, sin escape posible de esto?
2. ¿Usted nunca a visto un hombre, o una mujer afligido por una enfermedad,
revolcándose en su propia suciedad, conducido y puesto en la cama por otros? ¿Y
no a pensado que usted está sujeto a la enfermedad y que tampoco usted podrá
evitarlo?
3. ¿Usted nunca ha visto el cadáver de un hombre, o una mujer, dos, o tres días
después de haber muerto, mal oliente, inflado, con un color morado, y lleno de
pudrición? ¿Y no se le ha ocurrido que usted está sujeto a la muerte y putrefacción
de la cual no podrá escapar?
el origen dependiente significa que todo aquello que existe ha surgido a partir
de alguna causa. Todo lo llegado a ser se podría explicar por tanto mediante el
origen dependiente.
causa de este fuego sería por tanto el calor que el leño alcanza, las