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Elogio Roma Elio Aristides

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Buono-Core Varas, Raúl

El elogio a Roma de Elio Arístides y su relación


con Adriano y Antonio Pío frente al problema de
la romanización

Stylos Nº 14, 2005

Este documento está disponible en la Biblioteca Digital de la Universidad Católica Argentina, repositorio institucional
desarrollado por la Biblioteca Central “San Benito Abad”. Su objetivo es difundir y preservar la producción intelectual
de la Institución.
La Biblioteca posee la autorización del autor para su divulgación en línea.

Cómo citar el documento:

Buono-Core Varas, Raúl. “El elogio a Roma de Elio Arístides y su relación con Adriano y Antonio Pío frente al
problema de la romanización”. [en línea], Stylos, 14 (2005).
Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/elogio-roma-elio-aristides.pdf [Fecha de
consulta:..........]
.
EL ELOGIO A ROMA DE ELlO ARÍSTIDES

y SU RELACIÓN CON ADRIANO y ANTONINO PÍO

FRENTE AL PROBLEMA DE LA ROMANIZACIÓN'

RAÚL BUONo-CORE VARAS"

Antes que nada, es necesario hacer referencia a la situación prevaleciente


durante el mandato de los emperadores Adriano y Antonino Pío, gobernantes del
período en el que Elio Arístides vivió, y de qué modo esos acontecirilientos pudieron
haber influido en el pensamiento de nuestro sofista.

Adriano fue un viajero infatigable, curioso, y desconfiado al mismo tiempo,


visitó todas las provincias periféricas!. De ahí su interés por fijar los límites y
fronteras, tanto entre unas tierras y otras del Imperio, como en las del mismo Imperio.
El emperador procuró tener un ejército bien equipado y disciplinado, aun cuando
Roma había pasado a la defensiva y su expansión territorial se había detenido. El
concepto de limes cambia, y de haber sido un punto de partida hacia territorios
enemigos,'pasaba a ser una zo.na de confmes, prote~idos y vigilados,' que separa al
mundo civilizado romano del mundo bárbaro peligroso e inculto, recíbiendo así uría
significación tanto moral como material". Tuvo el mérito de comprender que a
comienzos del siglo 11 d. c., el Imperio no descansaba ya sobre Italia, sino en las
provincias. De hecho el número de senadores provinciales, que era del 22% del total
con Domicíano, subió al 42%. Por ello, y con el objeto de fortalecer las bases
económicas de ese Imperio, el emperador consagró su vida a logrr.r la prosperidad de

• Trabajo presentado en el III Congreso Internacional sobre la Unidad de la culturajurídica: De

Roma al Tercer Milenio: la pervivencia del Derecho Común, celebrado del 9 al 11 de mayo de

2005 en la Pontificia Universidad Católica Argentina "Santa María de los Buenos Aires".

Proyecto FONDECYT 1980093 .

•• Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Universidad de Chile.

1 A. PIGANIOL, en "La politique agraire d'Hadrian", Les empereurs romains d'Espagne. (Paris,

1965), pp. 135-146; R. SYME. Greeks lnvading the Roman Government. en "The Seventh

Stephen J. Brademas, Sr. Lecture", (Mass. 1982), pp. 9-28; Hadrian as Philhellene; Neg[ected

Aspects, en"~ Hist. Aug. Colloquium", (Bonn, 1982-1983); pp. 341-362.

2 P. PETIT, La crise de [,Empire. (París, 1974); Le Haul Empire (27 avant J.-C.-161 apres J.­
C.), (París, 1974).

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8 RAÚL BUONO-CORE VARAS

dichas provincias, aunque sin dejar por ello de ayudar y proteger a ltalia3• Esta fue la
razón de que viajase continuamente por su Imperio con el objeto de conocerlo
personalmente, exaltando sus peculiaridádes positivamente. Este fue el motivo que
impulsó su política sistemática de urbanización de las regiones, que por su situación,
eran base de las principales fronteras militares, ~n un intento continuo por crear
nuevos núcleos de civilización y progreso y fijar la población.

Álvaro D'Ors afirma que, aunque Adriano sea de origen español, su ideología es
helenística, y su gobierno aplicó, desarrollándola, la idea de su predecesor César, la
basileia, que el tradicionalismo de Augusto había hecho abandonar. Hay que destacar
especialmente su ideal de leyes comunes y racionales, cuyo panegírico hará
Aristides4 • La política tiende a uniformar a Italia y a las provincias, para lo cual
adoptó una serie de medidas que propendieron a dar unidad al Imperio. Reorganizó
el consilium principis, convirtiéndolo en un órgano oficial y estable de gobierno, por
lo que a partir de ese momento es dificil precisar qué se debió a la acción directa del
soberano, y qué a sus consejeros. La misión de este consejo fue asistir al emperador
en materia jurídica; de ahí que los prefectos del pretorio, que presidieron el consilium
en ausencia del princeps, tuvieron cada vez más un carácter marcadamente jurídico
en vez que militar. Es en el seno del Consejo donde se. perfilaron y precisaron las
. leyes, y donde se determinaron las reglas permanentes del derecho. A las decisiones
así elaboradaS se les dio el nombre genérico de constítutiones, que puedéÍ1 ser, según
las circunstancias de su emisión, edicta, (prescripciones imperativas), decreta,
(sentencias de justicia), rescripta (respuestas a preguntas previamente formuladas), y
mandata (instrucciones dadas a los gobernadores provinciales). La creación de dos
escuelas de jurisconsultos, los Proculianos y los Sabinianos, desempeñaron un gran
papel en la unificación del mundo romano, sobre todo en un momento en que el
derecho de ciudadanía romana se extendió más y más por las provincias,
ofreciéndose, muchas veces, como un premio otorgado por servicios a quienes
previamente habían accedido al escalón administrativo de ciudadanos latinos carentes
del ius connubio Para permitir un más rápido ascenso a la ciudadanía, Adriano creó
además un derecho latino ampliado, según el cual, en las ciudades latinas a las que
se concedió este derecho, no fue necesario desempeñar una magistratura para ser
ciudadano, sino que bastaba con ser decurión; o sea, miembro del Senado local. Las
ventajas civiles y políticas de que gozaron los ciudadanos romanos, que fueron los

3M. J. ROSTOVTZEFF, Historia social y económica del Imperio Romano, (Madrid, 1937).
4A. D'ORS, en La signification et l'oeuvre d'Hadrian dans l'histoire du droit romain, en "Les
empereurs romains d'Espagne". Paris, 1965, pp. 147-161.

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EL ELOGIO DE ROMA DE Ello ARÍSTIDES ..• 9

únicos que pudieron acceder a los puestos del Estado y apelar al Emperador en caso de
condena capital (ius provocationis), hizo que los provinciales, sobre todo en el
Occidente, buscasen en el servicio público, la equiparación a la clase de ciudadanos
romanos, que era la que dirigía los destinos del Imperio.

Es importante destacar la jerarquía concedida por Adriano a Atenas, ciudad de


la que había tomado, antes de ser emperador, la ciudadanía como un honor, y en cuyos
cultos se había iniciado. En ella desarrolló una magnífica obra constructiva, a la que
puso al frente de una confederación panhelénica, como segunda capital del Imperio,
y en la que actuó como legislador para renovar, a petición de los propios atenienses,
tanto sus instituciones religiosas como profanas5 • Su realismo, consciente de
gobernar un mundo muy diverso, lo llevó a tomar medidas con un gran sentido de
futuro.

En materia religiosa apoyó al tradicionalismo romano y potenció a muchas


divinidades arcaicas, pero al mismo tiempo, se abrió ampliamente a la moda
helenizante que invadió el Imperio en el siglo II d. C. Cuando en el mundo
intelectual se impuso la ~'segunda sofistica", y cuando al mismo tiempo los senadores
de origen oriental fueron poco a poco desplazando a los occidentales que, hasta
entbntes; habían ejer~ido su predominio en el Senado, Adriano, como más tarde

Antonino, favoreció los cultos griegos en Oriente y acentuó discretamente ios rasgos
helénicos de los dioses. romanos. Fue un fervoroso seguidor de Dioniso, ordenó
construir numerosos templos en Grecia, entre los que destacan el ya mencionado
Olympieum ateniense y un Panhelénico que serviría como punto de referencia a la ya
mencionada ;;onfederación pan helénica. Paralelamente, el culto a Roma, unido al
culto imperial, siguió progresando también en la parte oriental del Imperio,
contribuyendo a la unión de todos los súbditos bajo la mística imperial. A partir de
Adriano y de los emperadores Antoninos hasta los Severos, comenzó en el orbis
Romanus una política clara y decidida hacia la romanización, es decir: el proceso de
aemulatio de los provinciales a Roma. No hay que olvidar que uno de los proyectos
del Imperio, fue extender progresivamente el ius romano a los sectores occidentales y
más romanizados del territorio dominado.

Su sucesor, su hijo adoptivo Antonino Pío, se caracterizó por dar continuidad a


la obra de su predecesor y se esforzó por mantener una buena ?';ministración

5 J. H. OUVER, en "The Athens of Hadrian", en A. PIGANIOL (EO.), Les empereurs romains


d'Espagne. Paris: 1968, pp. 121-133.

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reduciendo los gastos. Entre el 133 y 136 fue procónsul en Asia, donde adquirió
experiencia, ganó prestigio y alcanzó una gran reputación. Fue muy generoso con las
ciudades de Asia donde se encontraba el mayor nivel de riqueza del Imperio. Renovó
los tratados con los reyes del Cáucaso e incluso recillió embajadas de Bactriana y de la
India, con quienes el comercio, que enlazaba con el de China, era entonces muy
floreciente, a juzgar por los conocimientos geográficos que poseía sobre la zona
Claudio Ptolomeo y que debían de remontar en buena medida a Marino de Tiro,
contemporáneo de Adriano. Los senadores de origen oriental . serán, entre los
provinciales, más mayoritarios que antes; alcanzaron, según las estimaciones de
Hammond, el 56,5 % del total 6 • De regreso en Roma, Adriano lo nombró miembro del
consejo imperial por sus cualidades personales y por la trayectoria en altos cargos
gubernativos; fue además, un rico e influyente senador. No tenemos información de su
preparación, participación y experiencia militar7 •

A los 51 años fue investido emperador, razón por la cual las fuentes elogian sus
cualidades personales, su humanidad, virtuosismo, moderación, rectitud, cortesía
capacidad de trabajo y el temperamento a la hora de tomar decisiones. Alejado del lujo
y del' ceremonial imperial vivió en sus propiedades rústicas, rodeado de la familia y
de algunos amigos. Limitó el uso de la tortura y se interesó por los esclavos obligando
a los propietarios a un buen comportamiento. Se preocupó también por la situación de
las mujeres y niños proporcionando los cuidados necesarios y oportunos. Julio
Capitolino, biógrafo de la Historia Augusta, señala que "llevó la dignidad imperial al
más alto grado de moderación"'. En su administración imperial sobresalió su carácter
humanitario en los problemas de la vida municipal9 .Continuador de la política de
Adriano, se preocupó particularmente del evergetismo imperiapo: congiarum,
donativum y los alimenta. Desarrolló gran cantidad de trabajos públicos entre los que
destacaron su preocupación por mantener las grandes vías del imperio, construcción

6 M. HAMMOND, "Composition ofthe Senate a. d. 68-235", enJ.R.S., 47, (1957).

7 J. LE GALL y M. LE GLAY, E/Imperio Romano; El allo imperio desde /a batalla de Actium

hasta la muerte de Severo Aiejandro (3{a.C.-235 de.), Madrid, 1995, p. 400.

8 HiSI. Aug., An!. Pío, 6, 4.

9 S. SEGENNI, "Antonino Pío e le cittA deIl'Italia", en Athenaeum, 89, (2001), pp. 355-405.

10 La cultura del evergetismo se entiende como que "todo miembro de la aristocraciamunicipal

está obligado por una especie de moral de clase a la munificencia con sus ciudadanos"; ver P.

VEYNE. 1I pane e iI circo; Sociologia storiea e plUralismo politleo, trad. it Milán. 1984.

Además, F. JACQUES, Le privilege de liberté; Politique impériale et autonomie municlpale

dans les cités de ['Oecident Roman (/61-244), Roma, 1984, pp. 699-712 ; F. JACQUES y J.

SCHEID, Roma e iI suo impero; Istituzioni, eeonomia, religione, Roma, 1992, pp. 416-424.

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EL ELOGIO DE ROMA DE Euo ARíSTIDES ... 11

de nuevos caminos y auxilio a ciudades devastadas por terremotos e incendios. Se


sintió el primer ciudadano del imperio, al servicio del Estado con un profundo sentido
de la munificencia cívica y de la caridad, cualidad que se la reconoció el mismo Marco
Aurelio en sus meditaciones. 11

Las relaciones del emperador con el Senado fueron buenas, a pesar de los
desacuerdos que tuvo en sus inicios con la asamblea por ciertos actos en el gobierno de
Adriano. El Senado multiplicó sus pruebas de buena voluntad, concediendo honores al
príncipe y su familia, honores que Antonino Pío rechazó, con la excepción del
cognomen de Pius, que se le confirió oficialmente y que desde entonces figuró en su
titulación l2 . Es necesario que me detenga algunos segundos para. referirme a la
controversia que se ha generado con el calificativo de Pius, 'Pío'. Siguiendo la
narración de la Historia Augusta "el Senado le otorgó el nombre de Pío porque. ante
todos los senadores, ayudaba a levantarse a su suegro ya fatigado por la edad,
ofreciéndole su mano, aunque esto no constituye una prueba de piedad tan relevante
como para exhibir este título, puesto que es más bien impío quien no realiza estas
acciones, que piadoso el que cumple con lo que está obligado; o porque salvó a
aquellos a los que Adriano había obligado a darse la muerte cuando ya se hallaba
enfermo; o porque decretó que se tributaran a este emperador, contra la voluntad
.. genéral, infmitos e inm~nsos honores después de su muerte; o por'\,ue, cuando Adriar¡o
intentó suicidarse, consiguió que no lo llevara a efecto merced a que se le sometió a
una vigilancia intensa y meticulosa; o porque fue realmente clementísimo por
naturaleza y no realizó durante su vida ninguna maldad"13. Por su parte, Orosio nos
señala que "en el año 888 de la fundación de la ciudad fue nombrado emperador, en
decimotercer !ugar después de Augusto, Antonino de sobrenombre Pío; durante 23
años no completos, gobernó juntamente con sus hijos Aurelio y Lucio, tan pacífica y
honradamente que con razón recibió el título de Pío y padre de la Patria"". Así
entonces, Pius no significa exactamente piadoso, que tiene un sentido mucho más
restringido, sino el calificativo adecuado para quien cumplía escrupulosamente sus
deberes morales, en especial para con los dioses, pero también con sus padres l5 • Según
Santo Mazzarino, Antonino tiene el sobrenombre de Pío, por su pietas hacia Adriano
y por la presión de Antonino sobre el Senado con el propósito de conseguir la

11 MARcoAURELIO, Pensamientos, 1, 16.

12 J. LEGALL YM.LEGLAY, ob. cit., 2, 3-7.

13 Hist. Aug., Ant. Pio., 2,3-7.

14 OROSIO, Hist.• 7, 1.

15 J. LE GALL y M. LE GLAY, ob. cit., p. 401.

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apoteosis de su antecesor l6 , la que obtuvo con dificultades. En el fondo estamos frente


a un concepto y un calificativo que representa los atributos piadosos y humanos de
Antonino, como también sus responsabilidades morales y el sagrado respeto a las
divinidades, apareciendo como un defensor de la memoria de Adriano.

En Antonino destacó su espíritu pacifista, moderado y tradicionalista; no buscó


cambios radicales ni reformas profundas porque fue un conservador17• La Historia
Augusta lo consideró como el "único de casi todos los emperadores que gobernó sin
derramar una gota de sangre de sus conciudadanos ni de sus enemigos y que con
razón puede ser comparado con Numa, pues mantuvo siempre la prosperidad, la
religiosidad, la serenidad y las costumbres religiosas de éste"IS.

Elio Arístides nació el 117 d. C. en la Misia Oriental; esto es en Asia Menor, aun
cuando el lugar exacto no se ha podido identificar, debido principalmente a la
reorganización de esos territorios que el emperador Adriano hiciera al poco tiempo de
su nacimiento. Su padre Eudemón, figura en la nómina de los amigos del emperador
Adriano y además forma parte del circulo de aristócratas griegos que encontraron su
posición en la corte gracias a su calidad intelectual. El padre de Aristides fue un
hombre de personalidad atractiva, por lo que posiblemente su memoria influyó en la
formación intelectual del joven. Es probable que Eudem6n haya tenido la ciudadanía
romana, lo que se explica por el hecho de que cuando nació Arístides recibió de su
padre la ciudadanía romana y esmimea l9 • En la Misia, el culto más fuertemente
asentado fue el de Zeus Olímpico, y el padre de Arístides fue el sacerdote del templo.
Además, él se adaptó al proyecto panhelénico de Adriano, que lo transformó en un
ciudadano de mucha importancia.

16 S. MAZZARlNo, L 'impero romano, 1, Bari, 1991, p. 327.


17 F. MILLAR, The Emperor in the Roman World, Oxford, 1974, pp. 420-436.

1& Hist. Aug., Ant. Pío, 13, 4. Sobre este mismo tema últimamente revisar A. BANCALARI,

"Antonino Pío y la Paz romana: algWlOS alcances y propuestas", en Semanas de Estudios

Romanos, XI, (2002), pp. 85-102.

19 SHA, Vito Hadr., 4.7.C. Behr, Aelius Aristides and lhe Sacred Tales, Amsterdam, 1968,5,

considera que Eudemón recibió la ciudadanía el 123; pero como en esa fecha ya había nacido

Arístides, se ve obligado a considerar que el emperador la concedió también a Wl niño recién

nacido, puesto que no la puede heredar de su padre. La ciudadanía de Esmima es reclamada en

50.73. AlgUnas fuentes lo consideran como de Esmirna: Prolegomena. t 11.15 (=III, 737, D).
En Esmirna tiene una casa (48,43) YWla finca en los arrabales (48.38 Y50.2); "Studies on the
Biography of Aelius Arístides", enANRW, 11,34.2, pp. 1140-1233.

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EL ELOGIO DE ROMA DE Ello ARÍSTlDES ... 13

El 125 fue el año en que el emperador formuló por primera vez su intención de
reunificar a todos los griegos del Imperio bajo una nueva comunidad. El anunció se
hizo durante una reunión de la Anfictionía Délfica, por la cual Augusto había
demostrado cierta predilección, hecho muy explicable dada la influencia política que
ella había ejercido en la Antigüedad y por el carácter de eje religioso panhelénico que
siempre detentó2o • Durante un viaje del emperador al Asia Menor, en Éfeso se
procedió al levantamiento de un Olympieum consagrado al emperador. Así, se
aseguró la lealtad de Misia al Imperio y se le garantizó un lugar en la nueva
comunidad de los griegos21 . Por las noticias que tenemos, es probable que Arístides
heredara la función del padre al frente del culto panhelénico, yeso es lo que explicaría
por qué sus primeros años de existencia aparecen tan marcados por la actividad del
emperador viajero, algo que permanecerá en la espiritualidad del sofista, cuando, ya
adulto, se convierte en un hombre profundamente religioso. Una de sus experi~ncias
más transcendentes fueron los oráculos y los augurios, muchos de los cuales los
recibió en sueños y se esforzó por darles cumplliniento. Marco Aurelio describirá a
este grupo de intelectuales griegos vinculados con el emperador Adriano como
"gentes capaces de adivinar el futuro". Durante los años de formación retórica, la
sombra de Adriano no abandonó nunca a Arístides. Como estaba comprometido con
el proyecto panhelénico,' fue elegido para pronunciar el discurso inaugural del
. Dlympleum de Atenas ..

Es corriente durante el Imperio que las familias con capacidad económica


enviaran a sus hijos a lugares alejados de casa con el objeto de llevar a cabo sus
estudios. Esto les permitió a los jóvenes tener acceso a los mejores maestros
disponibles y conocer el mundo, acentuándose la solidaridad de clases por encUna de
las rivalidades entre las regiones, las polis o las patrias. Una vez finalizada su
educación formal, y antes de iniciar su vida pública, estos jóvenes realizaban algo
parecido a lo que hoy podría ser un viaje de estudios. En efecto, las condiciones
político-sociales del Imperio durante el siglo II d. C. lo facilitaron. La paz reinante,
mejores comunicaciones, la actividad comercial, los contactos entre las aristocracias
de las diversas ciudades contribuían a disminuir los peligros y el temor que provocaba
lo desconocido. A partir de un desinterés por todo lo que estuviera alejado de la

20 J. BEAUJEU, La re/igion romaine ti ¡'apogée de l'empire, 1, La politique religieuse des


Antonins, Paris, 1955, pp. 6-184.
21 W. WEBER, Untersuchungen zur Geschichte des Kaisers Hadrianus,Leipzig, 1907, p. 159 Y
pp. 7-206; D. MAGIE, Roman Rule in Asia Minor to (he End 01 the Third Century a. Chr., New
York, 1975,9.618. Sobre el templo ver PAUSANIAS,7,2,9.

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tradición clásica, estos jóvenes no se interesaban por la Mesopotamia, en manos de los


partos, tampoco por los inhóspitos parajes de la costa del Mar Negro, ni el norte de
Europa. El viaje era un viaje literario, más aún, retórico. Junto a la cultura helénica, el
destino más ansiado era Egipto; Alejandría, la segunda ciudad más grande del Orbe.
La India, durante algún tiempo pudo ser rival de Egipto, pero los enemigos del
Imperio hicieron que se perdiera interés por ella. Por ello, el Mediterráneo occidental
constituyó para los griegos un nuevo atractivo. Entre los objetivos a alcanzar Roma
ocupó un lugar sobresaliente. En ella no sólo se esperaba disfrutar de la ciudad, de sus
monumentos, de su vida alegre, sino que se deseaba el poder político. La aristocracia
en cualquier región del Imperio no consideraba algo ajeno el gobernar.

Hacia el 139-140 Aristides emprendió su periplo mediterráneo eligiendo esa


ocasión para presentarse al mundo como un orador público. Alejandría dejó en
Arístides un recuerdo imborrable, siempre la recordó con palabras afectuosas: de ella
habló como la gran realización de Alejandro Magno y el maravilloso adorno del
dominio romano. En el otoño del 142 d. C. Arístides regresó desde Egipto y ",omenzó
a preparar su viaje a Roma. En Roma lo esperaba su antiguo maestro de gramática,
Alejandro de Cotieo, que entonces se encargaba de la formación griega de los jóvenes
príncipes, Marco Aurelío y Lucio Vero. Probablemente Aristídes tuvo la intención de
aprovechar ese contacto para introducirse en la corte imperial. Realizó un viaje .
marcado por sus problemas fisicos y por el mal tiempo que lo'demoraron en Edesa lo
que lo obligó a hacer un viaje de una duración aproximada de 100 días, que eh
tiempo normal se hacía en un mes. Su estadía en Roma duró al parecer 6 meses y
estuvo marcada por una enfermedad que se agravaba día a día. Su maestro Alejandro
se transformó en su asistente22 . Elio Arístides, al conocer los pormenores del imperio
de Adriano y de Antonino, había experimentado la tarea civilizadora del mundo
romano, con toda su carga administrativa, militar y religiosa, como así mismo las
consecuencias de la ideología y de la propaganda imperial. Una incógnita es saber
hasta qué punto pudo realizar ese Elogio sin presiones de ningún tipo, o estuvo
condicionado por la circunstancia de su enfermedad, o por el hecho de estar en Roma,
o por qué no decirlo, por la amistad con su maestro Alejandro, a quien con seguridad
no quería perjudicar.

Atendiendo a tales premisas, el documento es una obra sorprendente, y así tuvo


que parecerlo al momento de pronunciarlo probablemente en el 143 d. C. La

22 La mayoría de los autores no creen que su enfermedad haya sido obstáculo para su
presentación el Elogio a Roma.

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EL ELOGIO DE ROMA DE EllO ARÍSTIDES ..• 15

investigación moderna lo ha valorado de distinta manera. De la gran cantidad de


interpretaciones vale la pena señalar que algunos autores lo consideran un himno. 23
Sobre el contenido y significado, los investigadores se han dividido en dos grandes
corrientes: aquellos que piensan que el discurso está vacío de contenido político real y
sólo es la repetición mecánica de una serie de tópicos manoseados por el uso, y
aquellos otros que ven en la obra un documento importante para el conocimiento del
proceso de integración griega en el Imperio. 24

23 Dentro de esta categoría existen dos tendencias: aquellos que usan el ténnino en un sentido
lato, sin que este exija una clasificación precisa en la categoría retóríca, que sería el caso de J.
BLEICKEN, "Der Preis des Aelius Aristides auf das romischen We1treich", eh Nachrichten der
Akademie der Wissenschaften in Gottingen, Phil.-hist. Klasse, 7 (1966), pp. 225-277; Y R.
KI.EIN, "Zur Datierung der Romrede des Aelius Aristides", en Historia, 30, pp. 337-350; Die
Romrede des Aelius Arislides ,Darmstadt, 1981, y otros que utilizan la denominación en su
estricto significado. J.H. OLIVER, "The Ruling Power. A Study ofthe Roman Empire in the
Second Century afier Christthrough the Roman Oration of Ae1ius Arístides", en Transactions
and Proceedings oflhe American Philosophical Society, 43 (1953). pp. 870-1003; es quien
inicia esta vía de interpretación: en la creenda mantenida a lo largo de su comentario de que el
fondo argumental está constituido por el pensamiento platónico y el discurso no parece sino un.
poema cosmológi~o a través derque se da expresión a la última etapa de la Creación: d
Imperío R o m a n o . · . .
24 Entre los primeros están A. Boulailger, Aelius Arisiíde el la sophistique dans ia province

d'Asie au 11 siecle de nolre ere, (París; 1923) ; Lucien el AeliusAristide, en « RPh ». "7, pp.
144-151 ; G.W. Bowersock y R. Syme; entre los segundos están U. Wilamowitz, T.
Mommsem y M. LJstovtzeff. A. Boulanger le reconoce la visión clara y precisa de lo que el
Imperío significa, aU'1que pobre en ideas; G. W. BOWERSOCK, Augustus and the Creek World,
Oxford, 1965; "The Proconsulate of Albus", en HSCPh, 72, (1968), pp. 289-294; Greek
Sophists in the Roman Empire, Oxford, 1969; "Greek Intellectuals and the Imperial Cult in the
Second Century A. D.", en Le culte des souverains dans l'Empire Rdmain, Entretiens sur
I'Antiquité Classique, 19, Vandoeuvres-Ginebra, 1973, pp. 177-206; 'The Mechanics of
Subversion in the Roman Provinces", en Opposition el Résistances a ¡'Empire d'Auguste a
Trajan, Entretiens sur l' Antiquité Classique, XXXIII, Vandoeuvres-Ginebra, 1986, pp. 308­
311; "Filóstrato y la Segunda Sofistica", en P. E. EASTERLING-B.M.W. KNOX(EDS.) Historia de
la literatura clásica. L Literatura Griega, Madrid, 1989, pp. 704-711; Y R. SYME, "Greeks
Invading the Roman Governement", en The Sevenlh Stephen J Brademas. Sr. Lectures, Mass.,
1982, pp. 9-28 =RPIV, (Oxford, 1988), pp. 1-20; "The Proconsuls of Asia under Antoninus
Pius", en ZEP, (i 983), 51, pp. 271-290; "Hadrían as PhilheIlene, Neglected Aspects", en
Bonner Hist. Aug. Colfoquium, 1982-1983, Bonn, 1985, pp. 341-362; sostienen que la
suposición de que Arístides pretendía entrar en el Senado romano carece de cualquier apoyo. U.
WILAMOWITZ, "Der Rhetor Aristeides", en SB, Berl. Alead', 28, (1925), pp.333-353; infonna
del interés de T,H. MOMMSEM, "Die Conscriptionsordnung der romischen Kaiserzeit", en

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16 RAÚL BUONO-CORE VARAS

Nuestro sofista, eligiendo como tema de su discurso la exaltación del Imperio


Romano, se encontró con numerosísimos problemas de orden intelectual que están en
la raíz de la originalidad y de la incomprensión del documento. La retórica, y por
consecuencia, buena parte de la intelectualidad griega, no dispuso del conocimiento
conceptual necesario para comprender la auténtica esencia del Imperio. "La realidad
política para los oradores gira entre la ciudad, a la que corresponde un tipo de elogio
perfectamente definido y heredero del discurso fúnebre de la época clásica, y la figura
del rey como cabeza del Estado, cuyo modelo retórico estableció Isócrates,,2s. Pero
ninguno de esos dos conceptos que habían distinguido el mundo helenístico fue
suficiente para aclarar la nueva realidad política en que vivía26. Aristides tuvo al
parecer conciencia de esa insuficiencia del arte retórico al declamar que "Todos
cantan a la ciudad y todos la cantarán pero la mancillan tanto más que si callasen,
puesto que no es posible ni enaltecerla ni degradarla por medio del silencio... Perolas
palabras tienen el efecto contrario al que se habían propuesto ya que, cuando la
alaban, no dan a conocer con precisión lo que admiran ... Las palabras son un estorbo
para muchas de sus maravillas... Pues ésta es la primera ciudad que ha mostrado que
el poder de la palabra no alcanza a todas partes. No soldes imposible hablar sobre
ella con dignidad, sino que no se la puede contemplar de manera conveniente27".
Vemos entonces por qué la ciudad aparece elogiada de forma ~ atípica.

En el tema de la constitución romaná Arístides sigue la visión de Polibio.

Hermes. 19 (1884); que lo había estudiado desde el punto de vista militar.

2S J.M. CORTÉS, Elio ArÍ$tides. un sofista griego en el imperio Romano. Madrid, 1995, p. 43.

26 Para la insuficiencia conceptual del mundo helenístico ver: M. PAVAN, "Sul significado

storico dell'Encomio di Roma di Elio Aristide", en Parola del Passato, LXXXIII (1962), pp.

81-93; P. LEvEQUE, "Formas políticas y relaciones sociales", en R. BIANCHI BANDINEllI,

Historia y civilización de los Griegos. VII. La sociedad helenística. Marco político, Barcelona,

1980, 99-103. Para la inexistencia de un modelo retórico para elogiar a un Imperio: E. RAm,

"Impero Romano e annonia dell'Universo nella pratica retorica e nella concezione religiosa di

Elio Aristide; Una recerca per l' EIL pnMHN", en Mem. Di istilulO Lombardo, CI. Di lett.,

sc. moral estor., 31, (1971), pp. 283-361. El elogio de las ciudades: L. PERNOT, La rhétorique

de l'éloge dans le monde Greco-Romain, 2 vols., Paris, 1993; Les Discours Siciliens d'Aelius

Aristide (Or. 5-6): Étude littéraire et paléographique, (New York, 1981. Sobre el discurso

fúnebre y el elogio a la ciudad: N. LoRAUX, L 'invention d'Athenes, París, 1981; R. BUONo­

CORE, "La noción del hombre de Estado en Elio ArÍstides", en Archivum, 1 (1999), pp. 95-102;

"El significado histórico del Elogio a Roma de Elio Arístides: una discusión abierta", en

Semanas de Estudios Romanos, X (2000), pp.99-1 ]2.

27 26.4-6.

Sty/os. 2005; 14 (14)


EL ELOGIO DE ROMA DE ELlo ARíSTlDES •.. 17

Transformó el poder monárquico de los cónsules en el del Emperador como nuevo


magistrado para que fuese retóricamente válido. Usó el concepto de democracia con
fmes propagandísticos para defmir el gobierno del emperador. La lectura que se puede
hacer es que si se compara el sólido gobierno de Domiciano, el de los Antoninos
aparece fundado en la libertad; vale decir en el estado de derecho y en la preocupación
por las clases inferiores. Arístides presentó a Roma como una democracia, porque el
gobierno o el acceso a la clase gobernante, a través de la obtención de la ciudadanía,
estuvo abierto a todas aquellas personas que lo desearan y se hicieran merecedoras de
é¡l8, buscando establecer una relación entre el mundo que estaba viviendo y los
antiguos ideales espirituales del mundo griego fundados en la pOliS 29 . Como una
manera de hacer resaltar la superioridad del Imperio, Arístides lo comparó con otros
Imperios anteriores. Se apoyó en la historiografía eligiendo los que tuvieron mayor
influencia sobre los griegos: el persa y el de Alejandro. Analizó el imperio persa,
enfatizando los abusos de poder que hubo concluyendo que Roma fue el único y el
auténtico dominio político J o.

13 Para el tema retórica e historiografia ver R. NICOLAI, La storiograjia ne/l 'educazione an/ica
Pisa. i 992, pp. 32-176. Sobre la constitución en el elogio de la ciudad: L. PERl'lOT, La .
rhétorique de l'éldge dans le monde Greco-Romain, 2 vols., París, 199:3. pp. 2-21.0. ?vlENp.
Rhet. 1,359. Para la evolución del concepto de democracia: J.A.O.LARsEN.·Representation and
Democracy in Hdlenistic Fed.:ralisIri", en CPh, 40 (1945), pp. 65-97; CH. G. STARR, "The
Perfect Democracy of the Roman Empire", en AHR, 58, 1 (1952), pp. 1-16; CH. WIRZUBSKI, .
Libertas. 11 concettn di liberta a Roma tra Republica e Impero, Bari, 1957; G.E.M. DE STE.
CROIX, La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Barcelona. 1988. pp. 377-381. Acerca
de la concesión de la ciudadanía: C. NICOLET, Le metier de citoyen dans la Rome républicaine
, Paris, 1976, pp. 7-32. La ciudadanía en la éPoca de los Antoninos: A.N. SHERWIN-WHITE, The
Roman Citizenship Oxford, 1973, pp. 74-264.
29 26 59-60. Dice: "Después de haber dividido en dos partes a todos aquellos que están en el

Imperio, y al decir esto me refiero a toda la ecúmene-por una parte a todo aquel que fuese muy
elegante, linajudo y poderoso en cualquier parte lo hicisteis ciudadano y hasta vuestro
congénere, mientras que el resto quedó corno súbdito y condenado. Y ni el mar ni toda la tierra
que se interponga impiden obtener la ciudadanía, y aquí no hay distinción entre Asia y Europa.
Todo está abierto para todos. Nadie que sea digno de una magistratura o de confianza es
extranjero, sino que se ha establecido una democracia común a la tierra bajo el dominio de un
solo hombre, el m~or gobernante y regidor, todos se reúnen aquí como si fuera el ágora común,
cada uno para procurarse lo debido."
JO P"ra la sucesión de los imperios ver: J. W. SWAIN, "The Theory of the Four Monarchies.
Opposition History Under the Roman Empire", en CPh, 35 (1940), pp. 1-21; F. GASCÓ, "La
teoría de los cuatro imperios. Reiteración y adaptación ideológica. 1. Romanos y griegos", en
Habis, 12 (1981), pp. 176-196; A. MOMIGLlANO, "Daniel y la teoría griega de la sucesión de

Stylos. 2005; 14 (14)


18 RAÚL BUONO-CORE VARAS

La evaluación del imperio de Alejandro le resultó con seguridad más


complicada, porque en los tiempos de Arístides existió una valoración positiva de
éste, como creador de un Imperio propio que sólo el infortunio truncó. Plutarco
afrrma que Alejandro fue el más grande de los filósofos de todos los tiempos porque
pudo relllizar el ideal de una comunidad humana universal que los otros filósofos se
habían limitado a imaginar y anunciar. Se alcanzaba así el ideal estoico de una
politeia común a toda la humanidad31 • En el documento Alejandro aparece muy
cercano al dominio político. De él se dice que conquistó el imperio más grande que
existió nunca hasta Roma, aunque su muerte impidió que lo gobernase y en eso residió
su debilidad32 ; pero igual se configuró como precedente del Imperio Romano.

Roma aparece como la plenitud de lo que Alejandro solo preparó. De esa


manera se conseguía bajar el· perfil del contenido antiromano .que todavía pudiese
tener la evocación del nombre de Alejandro, que quedaba inmerso en la obra
totalizadora del Imperio. Además dejaba a los griegos separados de los reinos de
Asia, por costumbres, constituciones, visiól, del mundo, etc. Hay que téner en cuenta
que los griegos habían sido incluidos a la fuerza dentro del dominio romano y, si su
capacidad política y militar les impedía, ahora como antaño, oponerse a sus nuevos
dueños y reconquistar la libertad,'el afán de independencia seguía latiendo en muchos
corazones. Para Aristides, los griegos frilcasaron rotundamente en el ámbito polítjco,
• a pesar de su inmensa sabiduría33 • Se refiere a las disputas permanentes que abrieron
a
el camino a la dominación extranjera. Los griegos debían aceptar los romanos
porque estos eran los inventores del arte político J4 ; y por lo tanto los que crearon la
mejor forma de dominación; y porque Roma adoptó :ma actitud positiva frente al
he1enismo3s • El destino de Roma era el Imperio Universal por ser un pueblo
conductor que no había sido súbdito de ningún Estado o puebl036 • Se entendía la idea
de un Imperio que se extendía sobre toda la tierra. Se eliminaban los conflictos
internos y todo había sido jerarquizado bajo el imperium del emperador. La autoridad
y el orden eran compatibles con la libertad de los súbditos, y los ricos y pobres

los imperios", en La historiografía griega, Barcelona, 1984,257-264. J.M. ALoNSO NUÑEZ,


"Trogue-Pompée et l'impérialisme romain", en Bull. Ass, G. Budé, (1990), pp. 72-86.
31 M.H. FISCH, "Alexander and the Stoics", enAJPh, 58, (1937), pp. 59-82 Y 129-151.
32 26.24.
3326.51.
34 26.58.
3S 26.94.
36 26.96.

Sty/os, 2005; 14 (14)


EL ELOGIO DE ROMA DE Euo ARiSTIDES ... 19

disfrutaban de la bondad del nuevo dominio. El desarrollo y la fama de las ciudades


griegas que habían encontrado el marco político adecuado hacían aparecer a Roma
como tutora del helenismo y a Grecia revitalizada. Refuiéndose a Augusto, el relato
de Suetonio resulta impresionante y así lo demuestra". El problema central es el
significado histórico universal del Imperio romano J8 • La exaltación de la concesión de
la ciudadanía romana a los súbditos no es el fruto del éxito de algunas provincias,
sino, de la valoración de un orden político que se presenta al examen del sofista como
la acción práctica de un consorcio humano ideal en el cual todos tienen un lugar9 .
Nos presenta un mundo romano como un todo orgánico, y a Roma en calidad de la
communis patria del mund040 • Nos presenta un mensaje de una civilización común,
sin distinciones entre cives y súbditos; todos miembros e integrados al imperio
romano. Todos son libres, por obra de la sabiduría del gobierno, en el ámbito del
Imperio; todos son civilizados dentro de la ecumene conquistada. Los que están fuera
están excluidos de la universalidad porque esta universalidad y esta eternidad, no son
sentidas como una conquista cotidiana sino como una realidad inmodificable.
Massimiliano Pavan sostiene que "La eternidad del imperio significaba en sus
corazones, la defensa de un privilegio adquirido"41. Entonces sería imposible estudiar
nuestro documento sin relacionarlo con el· proceso de romanización que el Imperio
está llevando a cabo y qUt' '~ndrá uno de 5US momentos decisivos el año 212 d.C.;

;7 Agust. 18, 1. Relata que "Hizo sacar del interior del templo y exponer ante sus ojos el
sarcófago y el cuerpo de Alejandro Magno y le rindió homenaje poniéndole en la cabeza una
corona de oro y cubriéndolo de flores; se le preguntó si quería ver la tumba de los Ptolomeos,
pero contestó que había querido ver a un rey, no a unos cadáveres".
38 MASSIMILIANO PAVAN, "Sul significato storico dell'Encqmio di Roma, di Elio Aristide", en
Parola del Passato, LXXXIII (1962), pp. 81-93.
39 ARiSTIDES, Elogio ... 26, 63-65. Dice: "Habéis hecho que la palabra romana pertenezca no a
una ciudad, sino que sea el nombre de una especie de raza común, y esta no una separada de
todas razas, sino un equilibrio para todas las que quedan. Ahora no dividís las razas entre
griegos y bárbaros ...habéis dividido a la gente en romanos y no romanos. Pese a ello ninguna
envidia recorre vuestro imperio. Porque vosotros mismos fuisteis los primeros en no escatimar
nada, toda vez qu~ lo pusisteis todo a disposición de todos en común y concedisteis a los que
están capacitados no ser súbditos sino gobernantes a su vez". Cfr. además GARNSEY, P. y
SALLER, R., El Imperio Romano, Economía. Sociedad y Cultura, Barcelona, 1991, pp. 26-31.
40 ALEJANDRO BANCALARI, "La Constitutio Antoniniana: aproximaciones, significado y
características", en Semana de Estudios Romanos, Vol. IX (1998), pp. 57-67.
41 MASSIMILIANO PAVAN, arto cit., .p95.

Stylos.2005; 14 (J4)
20 RAÚL BUONO-CORE VARAS

durante el imperio de Caracalla, quien dicta la Constitutio Antoniniana de civitate,42


a través de la cual se les concedió la ciudadanía a todos los habitantes del imperio.

Tertuliano, hacia fmes del siglo II a. c., utilizó el concepto de Romani como
sinónimo de cives43 • Al igual que Arístides no hizo mayores diferencias entre los
miembros del imperio. Tertuliano cree en un imperio que tiene un cuerpo común,
representado por la ciudadanía romana. Utilizó también el término romanitas en
cuanto la importancia de ser romano, en cuanto a eives del imperio44 • Entonces a la
vigilia de la Constitutio existió una convicción de la común pertenencia de ciudadanos
y provinciales en una única civitas45 • Los súbditos se transformaron poco a poco en
cives romanos, sintiéndose parte de la vida y grandeza del imperio. Es aquí donde la
acción civilizadora de Roma promovió el fenómeno de la municipalización y de la

42 ALEJANDRO BANCALARI, ano cit; V. CAPOCCI, "La Constitutio Antoniniana", en Mem. Line.,

ser. 4, I (1925), pp. 5-136; E. BICKERMANN, Das Edikl des Kaisers Caracalla in P. Giss. 40.

Diss. Berlíri, 1926; G. SEGRE, "Note sull editto di Caracalla", en Rend. Ponto Acc. Arch", XVI

(1940), pp. 181-114; A. D'ORS, "Estudios sobre la Constitutio Antoniniana", en Emerita, XI

(1943), pp. 297-337 Y XXIV (1956), pp. 1-26; ID., "Nuevos estudios sobre la Constítutiol

Antoniniana"; en Atti. DellXI Congr. Int. Di Papir%gia, Milano, 2-8settember1965, Milano,

1966, pp.408-432; CH. SASSE, Die CC{1Slitutio Antoniniana. Eine Untersuchung über den

Umfang der Bürgerrechtsverleihung aufGrund des Papyrus Giss 40 I Wiesbaden, 1958; W.

SESTON -M. EUZENNAT, "La citoyennité romaine au temps de Marc Aurele et de Cornrnode

d'apres la Tabula Banasitana", en CRAI (1961), pp. 317-323; MrLLAR, F., "The date ofthe

Constitution Antoniniana", en JOURN. EG. ARCH., XLIII, (1962), pp. 124-180; GILLIAM, J. F.,

"Dura Rosters and the Constitutio Antoniniana", en Historia, 14, (1965), pp. 74-92; DE

MARTINO, F., Storia della Costituzione Romana, IV, 2 Napoles, 1975, pp. 771-779; WOLFF,

H., Die Constitutio Antoniniana und Papyrus Gissensis 40 1, Diss,. Koln, 1976; WILLIAMS, W.,

"Caracalla and the authorship of imperial edict and epistles", en Latomus, 38, (1979), pp. 67­
89; LETTA, C., "Le dediche ~'dis deabusque" e la Constitutio Antoniniand', en Rev. Di St.

Class. E Or., XXXIX (1989), pp. 265-274; KUHLMANN, P. A., Die Giessener litersrischen

Papyri und die Caracalla Erlasse (1994) y SPAGNUOLO VlGORITA, T., "Cittadini e sudditi tra II

e IU secolo", en Storia di Roma 3, Turín, 1993, pp. 5-50.

43 Revisar SHERWIN-WHITE. A. N., Roman Citizenship, pp. 434-437.

44 TERTIJLIANO, Palio, 4, 1: "Quid nunc, si est Romanitas omni salus, nec honestis tamen

modis ad Graios estis? ". Revisar también a BARNES, T. D., Tertulian; A historical and literary

study, Oxford, 1971. . .

45 BARRER, E., "El concepto de Imperio", en el Legado de Roma, dirigido por Bailey, C.,

Madrid, 1956, pp. 61-123. También D'ORs, A., Estudios Constitutio, (1943), p. 322, hace

referencia a una nueva ciudadanía universal. SHERWIN WmTE, A.N., Roman Citizenship, pp.

279-280.

Sty/os. 2005; 14 (14)


EL ELOGIO DE ROMA DE ELlo ARÍSTIDES ... 21

urbanización. La ciudad fue el centro de gravedad político, jurídico, social y


económico, religioso y cultural, y fue considerada el símbolo de la grandeza y
proyección de Roma46 • De los diversos instrumentos de romanización, el proceso de
urbanización fue sin lugar a dudas, uno de los más completos e incisivos agentes para
lograr en cierta medida la homogenización jurídica a partir de la constitución de
Caracalla. Por ello la ciudad a lo largo del Imperio se configuró mayormente como el
marco ideal de vida civilizada. Se fundaron ciudades por todo el imperio y se extendió
el derecho de ciudadanía romana47 •

De esta forma, la ciudadanía romana coincidió con la idea ya formada y


asimilada de pertenecer al orbis Romanus, provinciales y romanos en oposición a los
bárbaros. Fue un mundo absorbido por el gobierno romano, por sus leyes y por sus
costumbres. Roma y el imperio poseyeron un sistema en cierta medida, democrático,
porque el gobierno o el acceso a la clase gobernante, a través de la obtención de la
ciudadanía estuvo abierto a todas aquellas personas que lo desearan y se hicieran
merecedoras de é148 ; esto es otro de los puntos claves que Elio Arístides resalta en su
Elogio a Rom 49• El edicto de Caracalla sancionó la unificación política de todos los
habitantes libres del imperio, transformando el orbis romanus en una nación moderna,
concluyendo, al menos formalmente, el proceso de romanización50, haciéndose la
unidad entre vencedores,y vencidos, entre vencidos y convencidos.

La Constitutio del emperador Caracalla no significó radicahl!ente una acción


revolucionaria, de un repentino y brusco cambio estructural del sistema imperante de
tipo político o jurídico. La transformación se logró en gran medida por el paulatino
proceso de romanización; que se venía gestando y cimentando desde hace ya varias
décadas. Es aquí donde la romanización tuvo un rol preponderante, presentando un
doble aspecto que nos ayuda a explicar algunas interrogantes: la carencia documental
por registrar el edicto y el escaso impacto contemporáneo que provocó el mismo. Si la

46 GoZZOLl, S., "Fondamenti ideali e pratica politica del proceso de romanizzazione neJle

province", en Athenaeum, LXV (1987), pp. 81-100; también GRACCO RUGGINI, L., "La citta

imperiale", en Storia di Roma, IV, Turin, 1989, pp. 201-266.

47 ROSTOVZEFF, M., Historia Social y Económica del imperio romano, 1, n. Madrid, 1973, p.

17; además GARNSEY, P. y SALLEJ>. R., ob.cit., pp. 218.222, señalan que un fenómeno clave de

la romanización fue el crecimiento de las ciudades.

41 CORTES, lM., ob.cit., pp. 43-45.

49 ARÍSTIDES, A Roma, 26, 59-60.

50 DESIDERI, P., "La romanizzazione dell'impero", en Storia di Roma, 2, 11, Turio, 1991, pp.

577-626.

Stylos. 2005; 14 (14)


22 RAÚL BUONO-CORE V ARAS

Constitutio fue recibida por los ciudadanos del imperio, de aquí en adelante cives
romanos, como una más de las innumerables disposiciones imperiales y con una
reducidísima publicidad, se debió a que no afectó orgánicamente la estructura y las
bases internas del imperio. En la teoría fue un cambio total, político, social y jurídico,
sin embargo en las praxis de la dinámica imperial romana, el hecho fue contemplado
como una metamorfosis que se desarrolló n::.turalmente, producto del proceso de
romanización del imperio. Las palabras de Modestino en el siglo III d. C., "Roma
communis nostra patria est "51, debemos interpretarlas como el pensamiento e ideas de
la gran mayoría de los miembros del imperio romano, sea a la vigilia, o después de
dictarse la constitución.

En la parte fmal del edicto aparece la disposición distintiva y central de éste, el


que dice relación con la civitas Romana: "yo otorgo a todos ellos [quienes en todo] el
mundo [están bajo mi gobierno] ciudadanía romana sin los [extras], con [la demanda
de las comunidades]. Sin duda que la concesión de la civitas Romana constituye el
punto central del edicto. El imperio romano a partir del212 d. C. se constituyó en un
escenario ecuménico, unido política y jurídicamente, y con una población de más o
menos cincuenta millones de habitantes. La ciudadanía fue más bien pasiva, diversa a
la del período republicano, mucho más activa y directa, por lo que el edicto fue visto
'como un 'acto de unidad de los integrantes del orbe romano.

No debemos olvidar que el otorgamiento de la civitas a todos los súbditos del


imperio se realizó con la "restricción de los [extras]", los llamados tradicionalmente
dediticii. Uno de los más interesantes debates historiográficos ha sido conocer
realmente quiénes fueron verdaderamente estas personas. Para Francesco de Martino,
fueron bárbaros enrolados directamente al ejército, sin ningún acuerdo o tratado
particular l • Otros autores mencionan a libertos, peregrinos y grupos periféricos5J • En
el fondo, estamos frente a la deditio ad romanum, que pudieron ser extranjeros
bárbaros incorporados recientemente al imperio. De todas formas, la exclusión de los
dediticios, no tuvo un real alcance y significado por tratarse de bárbaros, en el sentido
concreto de la concesión de la ciudadanía. El edicto de Caracalla debemos concebirlo

51 MODESTINO, Dig., 50, r, 33.

52 F. DE MARTINO, Costituzione romana, pp. 781-786.

53 F. JACQUES y J. SCHEID, Roma e il suo impero: Istituzioni, economia, re/igione, Roma-Bari,

1992), pp. 365-367. Para A. D'ORS, "Estudios sobre la Constitutio Antoniniana", en Emerita,

XI (1943), p. 319, n02, los dediticios, al no pertenecer a ninguna ciudad, quedaban

naturalmente excluidos de esa permanencia de todo nuevo ciudadano en su respectiva ciudad.

Stylos. 2005; 14 (14)


EL ELOGIO DE ROMA DE Euo ARÍSTlDES ..• 23

y estudiarlo en consecuencia, como un proceso lineal, irreversible, lógico, natural y en


calidad de un punto de llegada de una integración o aculturación que se fue
configurando con antelación entre provinciales y romanos para la conformación de un
solo cuerpo político y jurídico. Aun cuando el panegirico de Elio Arístides es el
testimonio de las clases culturales y sociales más elevadas del mundo de lengua
griega, ciertamente se puede ver en sus palabras que asume la forma adquirida de
conciencia imperial romana, de conciencia civil romana que permite sostener que el
testimonio de este es genuino y por lo tanto verar4 • Los griegos no fueron sólo
súbditos del Imperio que los había conquistado, sino que encontraban el marco para
vivir conservando la cultura y la identidad. Las estatuas de Adriano realizadas en
Atenas lo presentaban con un peto en el que se veía a Atenea de pie sobre la loba
romana, acompañada de dos victorias. Rorlla aparece dando los fundamentos al
renacimiento de Grecia. La presencia de Roma lentamente convierte a los vencidos en
convencidos y de ese modo se configura un mundo en el cual el apone romano,
lengua, administración, justicia, estilo de vida, arte, urbanística, será decisivo para
hacer de él parte integrante de !1uestra civilización;s .

. RESUMEN

El articulo se retlere al pl:nodo en que gobernaron los emperadores Adriano )


Antonino Pío. Arístides destaca el ideal de leyes comunes de Adriano y su política de
romanización, como también la tarea pacificadora de Antonino Pío. Arístides
experimenta la tarea civilizadora del mundo romano y las consecuencias de la
ideología y de la propaganda imperial.

Palabras clave: Romanización - orbis Romanus - elogio - commzmis patria ­


constitutio - civita..

ABSTRAe

The artiele mention the period in \\'hich emperors Hadrianus and Antoninus Pius
rule. Aristides emphasizes in Hadrianus' ideal of cornmon laws and his politics of

54 Art. cit, p. 90.

" 26.109.

Stylos. 2005; 14 (14)


24 RAÚL BUONO-CORE VARAS

romanization, as also in Antoninus Pius' pacifying task. Aristides experiences the


civilizing task of the roman world and the consequences of the ideology and the
imperial propaganda.

Keywords: Romanization - orbis Romanus - eulogy - communis patria - consfifutio ­


civitas..

Sty/os. 2005; 14 (14)

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