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Cuadernillo Fines 2 Historia TP6

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LOS GOBIERNOS RADICALES (1916-1930)

EL ASCENSO AL PODER DEL RADICALISMO

El marco internacional en el que se produce el ascenso de la Unión Cívica Radical es complejo,


ya que la primera mitad del siglo XX estuvo marcada por dos grandes conflictos bélicos: las llamadas
“Guerras Mundiales”. El panorama económico y político internacional se había modificado
notablemente.
Dichos acontecimientos tuvieron como consecuencia un reordenamiento mundial el cual
supuso el surgimiento de un nuevo mapa político y económico.
En el marco de este clima político y social internacional, en la Argentina, asume por mayoría
en elecciones nacionales Hipólito Yrigoyen, representante de la Unión Cívica Radical.
La etapa que se abre a partir de la elección de Hipólito Yrigoyen en 1916 es el comienzo de
una experiencia democrática que durará 14 años. Esta experiencia marcó una fuerte diferencia
(respecto a la etapa anterior) en cuanto a la participación ciudadana y a la legitimidad que alcanzó el
nuevo estado democrático.

LA PRIMERA PRESIDENCIA DE HIPÓLITO YRIGOYEN (1916-1922)

El presidente Hipólito Yrigoyen asumió como el primer mandatario


elegido por el voto universal masculino. Gobernó con una fuerte oposición,
ya que los conservadores tuvieron la mayoría en el Congreso y
gobernaban en catorce provincias.
El líder del radicalismo utilizaba métodos de conducción que eran
nuevos. Fundamentalmente con los sectores medios y populares urbanos,
sobre los que ejercía técnicas de clientelismo político.
En materia de política internacional, Yrigoyen decidió mantener la
neutralidad argentina en la guerra.
Mientras duro el conflicto la economía argentina, que dependía de
lo que sucedía a nivel internacional, se resentía cada vez más. Si bien las relaciones comerciales
con Gran Bretaña se mantuvieron a lo largo de la guerra, la crítica situación internacional afectó la
economía en general y el mundo del trabajo, en particular.
Se notó un crecimiento en los niveles de desempleo y la protesta social se agudizó. Ante esto,
el gobierno radicalista, pretendió transformar la relación que existía entre el Estado y el movimiento
obrero organizado.
Durante los primeros años de gobierno, Yrigoyen adoptó una posición de árbitro en los
conflictos obreros, tratando de mediar entre los intereses de éstos y los de los sectores empresarios.
Sin embargo, el aumento en las cifras de desocupación y la baja en el salario real fueron el
condimento necesario para el estallido de numerosas protestas sociales. A partir de 1917, los
sindicatos de ferroviarios y marítimos realizaron una serie de huelgas que afectaron seriamente a la
economía ya que interrumpieron el proceso de exportación y comercialización.
En el marco de los hechos internacionales, estos conflictos, sobre todo en la perspectiva de los
hombres del gobierno, podían relacionarse con lo que había acontecido en la revolución rusa y la
posible expansión del comunismo.
Este fue el motivo por el cual Yrigoyen adoptó medidas represivas, como las determinaciones
que en 1919 se produjeron en el episodio que se conoce como la “Semana Trágica”. La misma
situación se repitió en 1921, en los acontecimientos conocidos como "La Patagonia Rebelde".
Estas acciones, que se profundizaron a partir de 1920, fueron una muestra del poder que iba
alcanzando la derecha política que cuestionará las movilizaciones sociales e incluso a la misma
democracia.
La sucesión presidencial fue un problema difícil de resolver. El partido, con la conformidad del
propio Yrigoyen, eligió como candidato presidencial a Marcelo T. De Alvear, acompañado en la
fórmula por Elpidio González, que actuaba como jefe de la policía y era hombre de confianza de
Yrigoyen. Alvear desarrolló un estilo político muy diferente al de Yrigoyen, en el marco de un contexto
internacional de relativa paz.

LA PRESIDENCIA DE MARCELO T. DE ALVEAR (1922-1928)

El presidente Alvear resultó fácilmente vencedor en las


elecciones de 1922.
Mientras tanto, en el panorama internacional el final de la
primera guerra dibujó un nuevo mapa de relaciones comerciales y
cambió las normas de la economía mundial. Si bien la economía
argentina del período siguió descansando fundamentalmente en la
producción agropecuaria, se comenzaron a incentivar nuevas
formas de producción industrial. Los cambios en la economía
internacional permitieron una mayor presencia norteamericana en
las inversiones en Argentina.
Esa participación de capitales norteamericanos se notó en distintos rubros de la producción.
Se instalaron industrias textiles, metalúrgicas, automotrices, del caucho, químicas, etc. Uno de los
sectores que alcanzó una importancia creciente durante estos años fue el petrolero. Durante el
gobierno de Alvear el coronel Mosconi fue nombrado director de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales
y llevó a cabo una decidida política tendiente a lograr el autoabastecimiento del país.
Estos cambios en el mundo de la producción permitieron recuperar los niveles de empleo y,
por lo tanto, reducir los niveles de conflictividad social.
Durante estos años, se colonizaron los territorios de Chaco y Formosa. En esta zona, se
expulsaron a los indios tobas y matacos y se instalaron colonias de inmigrantes dedicados al cultivo
del algodón. Aparecieron también otros nuevos núcleos de producción: la zona frutícola del valle de
Río Negro y la yerbatera en Misiones.
En cuanto a lo político, Alvear se diferenció notablemente de Yrigoyen. Buscó evitar los
conflictos con el Congreso opositor, se negó a realizar intervenciones federales y redujo el
nombramiento de integrantes del partido en la administración pública.
Esta actitud crítica frente a las acciones que habían caracterizado a su correligionario, provocó
un enfrentamiento y la fractura del partido radical. De esa separación surgió una división entre los
militantes que seguían a Yrigoyen, llamados personalistas, y los que acompañaban a la figura de
Alvear, conocidos como antipersonalistas.
En 1927 se inició la campaña por la presidencia y cada una de las corrientes del radicalismo,
propuso distintos candidatos para las elecciones presidenciales de 1928. La fórmula Yrigoyen-
Francisco Beiró fue la que se impuso, a partir de ese momento se inició una etapa en la que la
democracia comenzó a resquebrajarse.

LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE YRIGOYEN Y EL GOLPE DE ESTADO

En 1928, por segunda vez, asume la presidencia de la nación Hipólito Yrigoyen.


A pesar de una campaña política difícil en la que el partido radical se enfrentó al electorado
fracturado, Yrigoyen logró renovar la confianza de los ciudadanos en su persona. El triunfo en las
urnas había sido espectacular, el caudillo radical alcanzó el 60% de los votos, con un alto nivel de
concurrencia a las urnas. La mayor parte de su campaña política se había apoyado en la idea de
lograr la nacionalización del petróleo; sin embargo, una vez en el gobierno la cuestión no iba a resultar
sencilla de resolverse.
A pesar de que el gobierno firmó acuerdos con Gran Bretaña para asegurarse la venta de
carnes argentinas, a pesar de que se habían alcanzado algunos arreglos con distintos sectores del
movimiento obrero, el clima de inestabilidad social y política conspiró contra la joven democracia
argentina.
La oposición no sólo era de los conservadores, quienes nuevamente dominaban el senado y
gobernaban algunas provincias, sino también de su propio partido y de la prensa.
Por si esto no fuera suficiente, el ejército comenzó a conspirar abiertamente no sólo contra el
gobierno de Yrigoyen, con quién no simpatizaba, sino contra la propia democracia. Este hecho tenía
que ver con el clima ideológico internacional; el crecimiento del fascismo europeo influía en la manera
de ver y pensar la realidad nacional.
La democracia, desde la perspectiva del pensamiento de los grupos conservadores asociados
a los sectores armados de la Argentina, era un modelo político poco confiable. Mucha de la
desconfianza que generaba el modelo tenía que ver con la participación de la mayor parte de la
ciudadanía en los asuntos de la política.
Sin embargo, el conflicto se desató por la gravedad de los sucesos internacionales. En octubre
de 1929, una crisis financiera que afectó a las economías mundiales se desató en la bolsa de Nueva
York. El capitalismo en expansión había sufrido un golpe terrible del que no le sería fácil recuperarse.
En 1930, los efectos de la crisis se notaban en la economía nacional. El retiro de los fondos de
inversión norteamericana, la notable caída en las exportaciones, la inflación y el desempleo ayudaron
a crear una tensión entre la sociedad en general y el gobierno.
Los hechos se precipitaron y en septiembre de 1930, un grupo de militares al mando de José
Félix Uriburu se hizo cargo del poder. Con el apoyo de los sectores conservadores y sin ningún tipo
de cuestionamiento de parte del resto de la sociedad, se produjo el fin de la democracia y se impuso
por la fuerza- un mecanismo que se repetiría una y otra vez en la Argentina- un nuevo gobierno.

LA DÉCADA INFAME (1930-1943)

El 6 de septiembre de 1930 se inicia un período marcado por la irrupción del autoritarismo. El


golpe de Estado que derroca al presidente Hipólito Yrigoyen, inaugura en la historia argentina un
período de irrupciones permanente a la continuidad
democrática. Los presidentes de este período:
Este golpe significó el retorno a las viejas
• Gral. José Félix Uriburu (1930-1932)
prácticas del fraude electoral, a la corrupción y a los
• Gral. Agustín P. Justo (1931- 1938)
negociados. Por esta razón este período de la historia
argentina es conocido con el nombre de Década Infame. • Roberto M. Ortiz (1938-1940)
• Ramón S. Castillo (1940-1943)

LA POLÍTICA DEL PERÍODO

Luego del Golpe de 1930, Uriburu no llegó a gobernar dos años completos. El período fue
difícil, ya que la Argentina sufría las consecuencias de la crisis económica de los Estados Unidos
(1929). Por otra parte, Uriburu pretendía llevar adelante un proyecto corporativo que incluía la
reforma de la Constitución Nacional. Estas aspiraciones no tuvieron buena recepción y Uriburu fue
perdiendo apoyos. Esta situación lo llevó a buscar una salida electoral que le permitiera retirarse de
la presidencia.
La Concordancia (unión de diversos sectores como conservadores, socialistas independientes,
disidentes radicales, entre otros) obtuvieron el triunfo en las elecciones de 1932. Este “triunfo” se
alcanzó a través de la práctica del fraude electoral (no se respetaría la voluntad popular). A esta
práctica se la denominó fraude patriótico. De esta forma se garantizaba que los gobiernos no cayeran
en manos de la “chusma radical”.
Los recién electos Agustín P. Justo (presidente) y
El Pacto Roca-Runciman
Julio A. Roca (vicepresidente) representaban los Tras la crisis del 30’ Inglaterra decide, a través del Pacto
intereses de los sectores conservadores y permitían el de Otawa (1932) comprarles productos primarios
retorno al poder de los grupos que lo habían controlado solamente a sus colonias y ex colonias. Esto preocupó
seriamente a la clase dirigente argentina que envía a
hasta antes de 1916. Londres al vicepresidente Julio A. Roca (hijo) para
El gobierno tomó importantes medidas, llegar a algún acuerdo.
especialmente en el área económica, como la firma del El Pacto Roca-Runciman fue firmado en mayo de 1933,
en él Argentina realizaba importantes concesiones a
pacto Roca Runciman en mayo de 1933. Por otra parte, Inglaterra (muchas de ellas desventajosas para nuestro
el rol de Estado se transforma y se toma mucho más país) a fin de asegurar, por parte de los ingleses, cuotas
activo e interventor. Frente a la crisis, el gobierno intenta de importación de carne argentina estables equivalente
a las adquiridas en 1932.
que el Estado se convierta en una herramienta que
permita la regulación de la economía.
Gracias a la práctica sistemática del “fraude patriótico” en 1938 llega a la presidencia Roberto
M. Ortiz, ex radical antipersonalista y Ramón S. Castillo, conservador, como vicepresidente.
Es importante destacar que Ortiz intentó generar un cambio en la práctica política de la época.
A pesar de llegar al gobierno a través del fraude, una vez en él, intentó combatirlo interviniendo las
provincias en las que se produjeran elecciones corruptas. Sin embargo, su presidencia estuvo
plagada de dificultades, su salud se deterioró y debió tomar algunas licencias, quedando el poder en
manos de Castillo (un político conservador que no compartía el combate contra el fraude) quien
abandonó el proyecto que había querido impulsar Ortiz.
En cuanto a la situación internacional, la postura de la Argentina frente a la II Guerra Mundial
(1929-1945) fue la neutralidad. Sin embargo, la opinión de sociedad estaba dividida. Algunos
(terratenientes y comerciantes vinculados con el comercio exterior) estaban a favor de los Aliados
(Estados Unidos, Gran Bretaña, China y la Unión Soviética). Los nuevos sectores industriales se
inclinaban por la neutralidad. Otros, como los sectores más nacionalistas y los militares, se sentían
atraídos por el Eje (Alemania, Japón e Italia).
La guerra era un tema preocupante, pero su finalización y quien obtuviera el triunfo definitivo
también generaba ondas preocupaciones. ¿En qué situación quedaría la Argentina frente al mundo?
La política de los Estados Unidos (a partir de su ingreso al conflicto en 1941) fue de hostigamiento
hacia nuestro país, pues pretendía que la Argentina se alineara con los Aliados y analizaba su
neutralidad como signo de simpatía por el Eje.

MODELO ECONÓMICO: INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (ISI)

En la segunda mitad de los años 20, el movimiento industrial había logrado un notable aumento
y junto a ello, un gran crecimiento en la importación de maquinarias. Tales como, equipos para la
industria, de metales, de alimentos y textiles. Todo esto gracias a las inversiones llevadas a cabo por
potencias extranjeras como los Estados Unidos, Alemania y las grandes empresas de capitales
argentinos como Bunge y Born.
Con la caída de la bolsa de Wall Street (crisis del 29’), se produjo una fuerte caída en las
inversiones de las empresas extranjeras, trayendo como consecuencia un fuerte crecimiento del
desempleo y el fin del modelo agro-exportador.
El nuevo escenario económico mundial, trajo un cambio obligado en la política económica
argentina dando paso, a partir de 1930, a una industrialización por sustitución de importaciones (ISI).
Este proceso pretendía reducir las importaciones debido a que los valores de los productos primarios
producidos en el país habían bajado bruscamente en los mercados internacionales provocando
consecuentemente, una disminución significativa en la entrada de divisas a la Argentina. Para ello,
era necesario incentivar la inversión industrial a través de políticas económicas como el
proteccionismo, fácil acceso a crédito e invertir en infraestructura productiva a largo plazo.
El período inicial del ISI se extendió por más de una década e hizo que la producción industrial
superara a la producción agropecuaria, lo que generó grandes transformaciones económicas y
sociales. Este cambio en la política economía argentina sería el comienzo de un nuevo orden social,
donde el crecimiento industrial se va a ver acompañado por una insipiente lucha de las clases obreras
que culminaran con la llegada al poder de gobiernos apoyados por estas.

EL GOLPE DE ESTADO DE 1943

Sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas cuestionaban el rumbo político que había
tomado la Argentina durante la denominada «década infame». La situación económica y social
generaba inquietud; temían que se extendiera la adhesión de la clase obrera a ideologías
revolucionarias, como había sucedido con la Revolución bolchevique en Rusia (1917) y en la Europa
de entreguerras.
A la ausencia de una política social, se le sumaba el descrédito del sistema político sostenido
en el “fraude patriótico”. También la posición de Argentina ante la Segunda Guerra Mundial era una
fuente de preocupación ya que los grupos militares querían sostener la neutralidad asumida por el
país desde el inicio del conflicto bélico y se creía que el candidato a asumir la presidencia en las
próximas elecciones rompería dicha neutralidad.
El 4 de junio de 1943, una revolución militar encabezada por un grupo de oficiales del GOU
(Grupo de Oficiales Unidos) derrocó a Castillo.

El GOU se caracterizó por:

• La defensa de la neutralidad frente a la guerra.


• Las ideas nacionalistas y la promoción de la industria militar.
• Una posición ideológica anticomunista.

Las disidencias internas en este grupo y con otras líneas del Ejército se reflejaron en la
sucesión de tres presidentes:

1. Arturo Rawson (quien fue presidente solo tres días).


2. Pedro Ramírez (junio de 1943- febrero de 1944).
3. Edelmiro Farrell (febrero de 1944- febrero de 1946

El coronel Juan Domingo Perón -miembro del GOU- inició, durante este periodo, su carrera
política y se hizo cargo del antiguo Departamento Nacional del Trabajo (creado a comienzos del siglo
XX por Joaquín V. González) que se transformó en la Secretaría de Trabajo y Previsión.

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