Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

4 Medio - Filosofía Política - Contractualismo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 14

Colegio San Viator

Ovalle
Dpto. de Lenguaje y Comunicación

GUÍA DE CONTENIDO – FILOSOFÍA


POLÍTICA
TEORÍA DEL ESTADO: EL
CONTRACTUALISMO

Nombre: ___________________________________________________Fecha: __________

Objetivo de aprendizaje:
Comprender el concepto de “Contractualismo”
Conocer los postulados de tres pensadores representantes del Contractualismo

EL CONTRACTUALISMO CLÁSICO
El contractualismo es una doctrina filosófico-jurídica que sostiene que la sociedad y el
Estado nacen de un pacto. Ese pacto lo establecen los individuos que comienzan a ser
parte de esa sociedad, dirigida por el Estado. Esta doctrina se opone a la idea de que la
sociedad o el Estado son algo natural o preexistentes a la voluntad de los individuos.
En la antigüedad hubo algunas posturas que pueden considerarse cercanas a la idea del
contractualismo, como la de los sofistas o Epicuro. Sin embargo, el contractualismo tal
como se entiende normalmente es una corriente filosófica que se desarrolla en los siglos
XVII y XVIII.

En general, el contractualismo considera que puede pensarse un estado previo a la


institución de la sociedad civil o el Estado. Ese estado se denomina “estado de naturaleza”
donde los hombres llevan una existencia peculiarmente individual y no tienen ninguna
conciencia de grupo. Por alguna razón, se da un “contrato social”, es decir, un pacto de
unión entre los hombres que forma la “sociedad civil”.

El contractualismo intenta explicar la legitimidad del Estado negando que este sea natural.
Por el contrario, es fruto de convenciones humanas, de pactos entre individuos que
acuerdan organizar la sociedad mediante leyes (no naturales) e instituir un gobierno con
poder coactivo, legislativo y ejecutivo (el tipo de gobierno que las distintas posiciones
defienden es muy variado, tal como tendremos ocasión de ver en el cuadro). Al contrario
que para la concepción naturalista (organicista) el Estado es una abstracción y sólo existe
por la voluntad de los individuos, es posterior a ellos y está a su servicio, para
salvaguardar los derechos individuales.

Los antecedentes de las teorías contractualistas se remontan a los sofistas y a los


epicúreos. Tal como dice Platón en La República, los sofistas mantenían que los primeros
seres humanos llegaron a la conclusión de que era mejor establecer pactos para
defenderse de la injusticia y otros daños. Sin embargo, las teorías del contrato clásicas
son las surgieron durante los siglos XVII y XIII, cuyos principales exponentes son Hobbes,
Locke y Rousseau.

Las teorías clásicas tienen en común los siguientes puntos:

a) Parten de la hipótesis de un Estado de naturaleza, anterior a la constitución de una


sociedad regida por leyes positivas en el que los individuos tenían derechos naturales
b) Sostienen que a través de un contrato social los individuos deciden constituir una
sociedad civil regida por leyes positivas, surgiendo así el Estado, con el fin de solucionar
algunos problemas del estado de naturaleza.

c) El tipo de Estado que se establece es diverso: absolutista, liberal o democrático.

Thomas Hobbes: El estado


absolutista
El pensamiento político de Hobbes se
inscribe en un período de convulsión
política y religiosa en Inglaterra:
continuas disputas entre protestantes
y católicos, entre protestantes
anglicanos y disidentes. Por otra
parte, los Tudor y los Estuardo luchan
por la monarquía. Carlos I, un
Estuardo, se enfrenta en 1640 al
parlamento de mayoría puritana y
una vez vencido por el ejército
parlamentario de Cromwell, el rey es
ejecutado. En 1651, Cromwell reina
en Inglaterra, convertida en
república.
Ese mismo año se publica en
Londres El Leviatán de Hobbes, en
donde defiende la causa
del absolutismo monárquico,
aunque no en nombre del derecho
divino, sino en el del interés de los
individuos, de la conservación y la
paz.

Sostiene pesimistamente que en


el estado de naturaleza prevalece
el estado de guerra de todos
contra todos. Parte de una
concepción de la naturaleza
humana malvada: "El hombre es
un lobo para el hombre", es
egoísta, agresivo, ambicioso e
insaciable y es capaz de cualquier
cosa para conseguir lo que desea, y siempre desea algo más. Como en
un estado semejante no es posible prosperar ya que no hay paz y
siempre está en peligro la vida y la propiedad, la razón sugiere
normas adecuadas para hacer posible dicha paz, sin la cual sería
imposible la subsistencia. Estas normas son las que Hobbes
llama Leyes de la naturaleza, que servirán para que el hombre salga
del estado de guerra que impera en el estado de naturaleza y acuerde
una sociedad civil.

Así pues, la misma naturaleza


humana guiada por su razón aconseja
buscar la paz y limitar los deseos de
poder absoluto sobre los dem ás. Esto
implica la necesidad de establecer
un pacto mediante el cual
ceden todos sus derechos a favor
de un gobernante (que puede ser
una persona o una asamblea, aunque
claramente Hobbes defiende una
monarquía absolutista) de tal manera
que el Estado, el Leviatán (monstruo
marino babilónico que aparece en, y
cuya imagen usa Hobbes para
simbolizar el poder arrollador del
Estado) ejerce un poder

omnímodo sobre los individuos, que pasan


a ser considerados súbditos. Bajo la
soberanía de Estado se garantiza paz ,
porque sin Estado no hay sociedad entre
los hombres, sino un mero estado natural
de desconfianza y terror mutuo.
El Estado tiene el derecho absoluto a
establecer leyes o a incumplirlas. El
soberano determina qué es lo políticamente
aceptable y lo moral: lo justo y lo
bueno coincide con la voluntad del
soberano. El soberano es el único poder
legislativo y el Estado la única fuente
del derecho. Incluso en los asuntos de
índole espiritual o religiosa es el soberano
quien tiene la máxima autoridad. Como
deducimos a simple vista, Hobbes se inclina
por una monarquía absolutista.
"El único modo de erigir un poder común capaz de defenderlos de la invasión extranjera y
las injurias de unos a otros (asegurando así que, por su propia industria y por los frutos de
la tierra, los hombres puedan alimentarse a sí mismos y vivir en el contento) es conferir
todo su poder y fuerza a un hombre, o a una asamblea de hombres, que pueda reducir
todas sus voluntades, por pluralidad de voces, a una voluntad. Lo cual equivale a elegir un
hombre, o asamblea de hombres, que represente su persona; y cada uno poseer y
reconocerse a sí mismo como autor de aquello que pueda hacer o provocar quien así
representa a su persona, en aquellas cosas que conciernen a la paz y seguridad común, y
someter así sus voluntades, una a una, a su voluntad, y sus juicios a su juicio. Esto es más
que consentimiento o concordia; es una verdadera unidad de todos ellos en una e idéntica
persona hecha por pacto de cada hombre con cada hombre, como si todo hombre debiera
decir a todo hombre: autorizo y abandono el derecho a gobernarme a mí mismo, a este
hombre, o a esta asamblea de hombres, con la condición de que tú abandones tu derecho
a ello y autorices todas sus acciones de manera semejante. Hecho esto, la multitud así
unida en una persona se llama república, en latín civitas." Hobbes: Leviatán.

John Locke : El Estado liberal


Locke desarrolla una teoría política del contrato
para explicar el origen de la sociedad humana y
de dónde procede la legitimidad del gobierno. Al
contrario que su compatriota Hobbes, considera
que los hombres no son malvados por
naturaleza, y que el absolutismo es inadmisible,
ya que atenta contra las libertades individuales.

Al igual que Hobbes, y posteriormente Rousseau,


supone como hipótesis metodológica la
existencia de un primer estado de naturaleza,
previo a la sociedad civil. Tal estado de
naturaleza es un estado:

"de perfecta libertad para ordenar sus actos y


disponer de sus propiedades y de las personas
que creen conveniente dentro de los límites de la
ley natural, sin pedir permiso ni depender de la
voluntad de ningún otro hombre" (II, 2, 4).
Contrariamente a Hobbes, Locke estima que el estado de naturaleza es un estado pacífico en el que
rige la ley moral natural en la que los individuos racionales se saben sujetos de derechos y deberes.
Entre ellos, Locke destaca: el derecho a la propia conservación, a defender su vida, a la libertad, y a
la propiedad privada, que es una de las cosas necesarias para preservar su existencia... El estado
de naturaleza se caracteriza por la libertad e igualdad de todos los hombres y en la ausencia de
una autoridad común. La creación de la facilita los intercambios de bienes. Desde ahora, ya no se
contentan, sobre todo respecto a la ocupación del territorio, con los pocos acres necesarios para la
supervivencia de una familia.

La propiedad privada
Contrariamente a Hobbes también, Locke estima que . Esta teoría de la
propiedad ocupa en Locke un destacado lugar: atestigua los orígenes
burgueses de su pensamiento. La propiedad privada, según Locke no sólo
beneficia al propietario privadamente, sino a todos los hombres: "El que se apropia
de una tierra mediante su trabajo no disminuye sino que aumenta los recursos
comunes del género humano".
La propiedad produce felicidad y la mayor felicidad coincide con el mayor
poder: "La mayor felicidad no consiste en gozar de los mayores placeres, sino en
poseer las cosas que producen los mayores placeres". De esta forma queda
definido un "hedonismo capitalista".
Un individuo tiene derecho la propiedad privada de tanta tierra cuanta
pueda labrar, sembrar y cultivar para aprovechar sus productos. La propiedad
privada es un derecho natural tan primitivo como el derecho a la vida, a la
libertad, a la salud y a la integridad.
A causa de la instauración de la propiedad, la sociedad humana se hace más
compleja y aparecen en ella riesgos cada vez más numerosos de
conflictos. Los hombres se mantendrán en ese estado hasta que, por su propio
interés, decidan establecer un pacto para garantizar derechos y libertades frente
a los posibles conflictos que en el estado de naturaleza puedan surgir.

El pacto mediante el que se instituye la Sociedad civil


Mediante el pacto, los hombres renuncian
a parte de su libertad para hacer lo que
le parezca oportuno para su salvaguarda
individual, y renuncian a su derecho
natural de castigar las posibles ofensas.
En definitiva, renuncian a cierta cota de
poder ejecutivo y legislativo, pero no
renuncia a su libertad. Mediante el
pacto surge la sociedad civil. Las
ventajas de la sociedad civil consisten en
que los hombres disponen de una que
goza del reconocimiento general y evita
arbitrariedades; se crea un poder capaz
de castigar crímenes, y de obligar a
ejecutar las sentencias y, por último,
se conserva la propiedad
privada. Profundicemos un poco:
Conviene, pues, que aquellos que quieren la plena realización de los principios
del derecho natural, es decir, el libre desarrollo de cada uno, formen
sociedad y establezcan una instancia cuyo fin sea organizar la sociedad según
reglas comunes, y utilizar los medios convenientes para hacerlas aplicar.
Los conflictos más graves se originan cunado se atenta contra el derecho que tiene
cada uno a disponer de su vida, de apropiarse de los bienes libres y de exigir el
respeto de los compromisos contraídos.
Para garantizar la propiedad, los hombres salen del estado de naturaleza y
constituyen una sociedad civil "cuyo fin principal es la conservación de la
propiedad".
Esto lo lleva a querer abandonar una
condición en la que, aunque él es libre,
tienen lugar miedos y peligros
constantes; por lo tanto, no sin
razón está deseoso de unirse en
sociedad con otros que ya están
unidos o que tienen intención de estarlo
con el fin de preservar sus vidas,
sus libertades y sus posesiones, es
decir, todo eso a lo que doy el nombre
genérico de "propiedad". ((II, 9, 123).
El gobierno no tiene más fin que la
conservación de la *propiedad .Para
que se prohíba a todos los hombres
invadir los derechos de otros y "para que
sea observada la ley natural" que
aspira a la paz y a la defensa de todo
el género humano. La ejecución de esta
ley, en el estado de naturaleza, se ha
dejado en manos de todos los hombres
[y] todo el mundo tiene derecho a
castigar a los transgresores en grado
suficiente para prevenir su violación"
El poder político
"Lo que origina y constituye de
hecho una sociedad política no es
sino el consentimiento de un
número de hombres libres capaces
de formar una mayoría [...]. Esto y
sólo esto es lo que da o podría dar
origen a cualquier gobierno
legítimo".
Para Hobbes el mismo acto del
contrato generaba simultáneamente
la saciedad civil y el Estado. Para
Locke no es este el caso: la relación
entre el gobierno y sus súbditos
queda definida como mandato, es
decir, como el encargo de una
tarea... Así, mediante el pacto se
constituye la sociedad civil y,
posteriormente, el pueblo se
constituye en asamblea y elige un
gobierno al que confía una tarea.
Ambos momentos constitutivos
están claramente diferenciados.
El pacto de institución del poder
político obliga a instaurarlo la
impotencia frente a las amenazas de
enemigos interiores y exteriores.
Ante tales amenazas los derechos
naturales se desaparecen por la imposición de la fuerza bruta, y por lo tanto se
hace necesario instituir un poder capaz de establecer leyes, hacerlas cumplir y
castigar su incumplimiento: hablamos del poder político:
Poder político es: "el derecho a dictar leyes, incluida la pena de muerte y, en
consecuencia, todas las inferiores, para la regulación y salvaguarda de la
propiedad, y a emplear la fuerza de la comunidad en la ejecución de todas las
leyes y en la defensa del Estado contra agresiones del exterior, y todo ello
únicamente en pro del bien público." (II Tratado, 1, 3)
Leyes, jueces y una policía: esto es lo que hace falta a los hombres en el estado de
naturaleza y lo que les proporciona el gobierno civil. La libertad del hombre en el
estado civil consiste en: "no estar sometido a más poder legislativo que el
establecido de común acuerdo, ni al dominio de otra voluntad ni a la limitación de
más ley que la que este poder legislativo establezca de acuerdo con la confianza
depositada en él"
La función de los gobernantes consiste en asegurar el bienestar y la prosperidad.
La “propiedad” tal como ha sido definida anteriormente: “están unidos o que
tienen intención de estarlo con el fin de preservar sus vidas, sus libertades y sus
posesiones, es decir, todo eso a lo que doy el nombre genérico de "propiedad". Sin
embargo, a pesar de que hemos dicho que la libertad es un derecho natural
inalienable, Locke justifica la esclavitud, cuando alguien que puede ser reo de
muerte, en vez de ejecutado es utilizado en su servicio por el ofendido, sin que por
ello cometa delito alguno; pues, en todo caso, siempre queda al esclavo obtener la
muerte al resistirse a la voluntad de su amo si considera que las penalidades de su
esclavitud superan el valor de la vida.
El poder político lo detenta el gobierno libremente elegido por el consenso de los
ciudadanos. Se trata de un gobierno no centralizado, al contrario de lo que sucedía
en el absolutismo. La garantía de que no se produzca abuso de poder radica en
una estricta división del mismo en tres ámbitos diferenciados que deben ser
detentados por personas distintas. La división de poderes se estructura como
sigue:
1. El poder legislativo constituye el poder supremo en sentido estricto (Asamblea.),
pero no es un poder absoluto: tiene que responder de la confianza puesta en él y
respetar la ley moral natural. No es de carácter permanente. Su función legislar
igual para todos y buscar el bien común en el respeto al derecho de todos, a la
vida y a la propiedad y las leyes no pueden ocasionar perjuicio a los propietarios
2. El poder ejecutivo es el encargado de realizar los mandatos del legislativo.
3. El poder federativo encargado de la seguridad del Estado y de las relaciones con
el exterior (para Locke el poder judicial no es un poder independiente, siendo sólo
un aspecto del ejecutivo).
El Estado es, pues, necesario y está formado por un conjunto de instituciones tales
como la legislativa, judicial, policial y militar, pero no tiene un poder absoluto, sino
que son los ciudadanos propietarios quienes la última palabra, el régimen depende
de ellos, el gobierno será legítimo durante tanto tiempo como sea capaz de servir
al bien público.
Pero el poder del legislativo no es indefinido; además "el poder político no puede
tomar a nadie parte de su propiedad sin su consentimiento [pues] la salvaguarda
de la propiedad es el fin de un gobierno y la razón por la cual los hombres entran
en sociedad."
Para costear los gastos estatales es necesaria la recaudación de impuestos: "Es
cierto que los gobiernos no pueden mantenerse sin grandes gastos y es bueno que
quien se beneficia de la protección del Estado pague la parte que le corresponda
para ayudar a mantenerlo."
Es necesario que haya otro poder que se ocupe de llevar a cabo y de hacer cumplir
las leyes que dicta el legislativo: Es el poder ejecutivo y Locke lo distingue de un
tercero que llama:
Federativo (una especie de ministerio de asuntos exteriores) encargado de
representar a la comunidad frente a las demás y ante los individuos ajenos a ella, y
que es el competente para decidir las alianzas, la guerra y la paz, y las
transacciones internacionales.
Naturalmente, todos los poderes dependen de la voluntad de los ciudadanos. Y el
poder ejecutivo debe dar cuenta de sus decisiones al legislativo: "Mientras el
gobierno subsiste, el poder supremo es el legislativo, porque quien puede imponer
leyes a otro ha de ser, por fuerza, superior."
Si los legisladores son elegidos para un determinado período de tiempo, según
Locke estima conveniente, el poder de elección ha de ser siempre ejercido por el
pueblo, sea en épocas determinadas o cuando fuera convocado. La potestad de
convocar corresponde al ejecutivo, que lo hace a intervalos prefijados en la
constitución.
El poder legislativo no es permanente ni lo es la persona que encabeza el ejecutivo
(el monarca), puesto que si ésta viola la ley ya no tiene ningún derecho a ser
obedecida. Esa persona es solamente el símbolo, la imagen o representante del
Estado, que actúa por voluntad de la sociedad, tal como declaran las leyes y no
tiene, pues, otra voluntad ni otro poder que los de la ley. La monarquía
constitucional ha quedado definida; lo contrario no es sino tiranía y usurpación de
poder.

El derecho de resistencia frente al abuso de poder

El reconocimiento del derecho de


resistencia es un medio para que el
monarca tome en consideración la ley
como única soberana y para hacerle
respetar dicha legalidad. Permite
alejar el peligro de una revuelta
popular, pero no constituye en
absoluto una invitación a la
sublevación. En definitiva, el derecho
de resistencia es para Locke un medio
disuasorio para frenar toda tendencia
absolutista del monarca. La rebelión
está justificada cuando el monarca o
el poder legislativo actúan de modo
contrario a su cometido. En este caso
es la ciudadanía ha de juzgar, porque
la soberanía reside en última
instancia en el pueblo.

Jean Jacques Rousseau: El


Estado democrático
Obra muy polémica en su tiempo,
el Discurso sobre las ciencias y las artes de
1750, parte de una hipótesis contraria a la
hobbesiana. Rousseau imagina que el ser
humano en el estado naturaleza, antes de
surgir la sociedad, era bueno, feliz y libre.
Como un buen salvaje, vivía
independiente, guiado por el sano amor a
sí mismo. Sin embargo, tras el surgimiento
de los gobiernos, las ciencias y las artes
han contribuído a alejar al ser humano de
la búsqueda de la libertad y la justicia, en
definitiva, a corromper al ser humano:
"Mientras el gobierno y las leyes proveen
lo necesario para el bienestar y la
seguridad de los hombres, las ciencias, las letras y las artes, menos despóticas y quizá
más poderosas, extienden guirnaldas de flores sobre las cadenas que los atan, anulan en
los hombres el sentimiento de libertad original, para el que parecían haber nacido, y les
hacen amar su esclavitud y les convierten en lo que se suele llamar pueblos civilizados. La
necesidad creó los tronos; las ciencias y las artes los han fortalecido" Rousseau: Discurso
sobre las ciencias y las artes, Primera parte.
En el prefacio al segundo Discurso: Discurso
sobre el origen y los fundamentos de la
desigualdad entre los hombres, de 1754,
Rousseau enuncia dos principios propios de
la naturaleza humana: El procurar nuestra
supervivencia y bienestar, y nuestra piedad
frente al sufrimiento ajeno:
"Dejando de lado, pues, todos los libros
científicos que no nos enseñan sino a ver a
los hombres tales cual ellos se han hecho, y
meditando sobre las primeras y más
simples operaciones del alma humana, creo
percibir dos principios anteriores a la razón,
uno de los cuales nos interesa vivamente
para bienestar nuestro y para la
conservación de nosotros mismos, y el otro
nos inspira una repugnancia natural a ver
perecer o sufrir a cualquier ser sensible, y
principalmente a nuestros semejantes" Jean
Jacques Rousseau: Discurso sobre el origen
y los fundamentos de la desigualdad entre
los hombres, Prefacio.
Este estado natural, dice en el Prefacio
del Discurso..., es, sin embargo:"un estado
que no existe ya, que acaso no ha existido
nunca, que probablemente no existirá
jamás, y del que es necesario tener
conceptos adecuados para juzgar con justicia nuestro estado presentePor lo tanto, se trata
de una hipótesis que permite valorar la realidad actual: el estado social, aquel en el que el
ser humano se aparta de la naturaleza para
vivir en comunidad, guiado por el egoísmo y el
ansia de riqueza (propiedad). Todo ello conduce
a una sociedad injusta.
En el Discurso..., profundiza en su crítica a las
instituciones políticas y sociales como las
principales responsables de la corrupción de la
inocencia y bondad naturales del ser humano.
Rousseau analiza el tránsito del
hipotético estado de naturaleza al estado
social como una degeneración, y no un
progreso, producto de las desigualdades
sociales que surgen con la propiedad privada, el
derecho para protegerla, y la autoridad para
que se cumpla ese derecho.
"El primer hombre a quien, cercando un
terreno, se lo ocurrió decir esto es mío y halló
gentes bastante simples para creerle fue el
verdadero fundador de la sociedad civil.
¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos; cuántas miserias y horrores habría evitado al
géner o humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la
cerca o cubriendo el foso: «¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si
olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de
nadie!" Rousseau: Discurso...Desigualdad, segunda parte.
Las leyes establecidas en toda sociedad son
siempre las leyes que defienden a los ricos y
poderosos, y a su poder frente a los pobres,
no poseedores de propiedad alguna.
La propiedad privada y el derecho a su
servicio, han creado un abismo entre dos
clases: la clase de los propietarios, poderosos
y amos, frente a la clase de los no
propietarios, pobres, inermes y esclavos. Esta
situación no es superable, según Rousseau,
pero puede ser mitigada a través de una
sana vuelta a la naturaleza y
una educación que fomente el individualismo
y la independencia del individuo.
En El contrato social (1762), Rousseau
manifiesta otra manera de remediar la
degeneración a la que nos ha conducido la
vida social: "el hombre nace libre, pero en
todas partes se encuentra encadenado". Las
injusticias sociales y las diferencias de clase
pueden mitigarse no sólo a través de la
educación, sino transformando el orden social
desde el interior de la sociedad misma, y sin
violencia. Los hombres deben establecer un
nuevo Contrato Social que los acerque a su estado natural y para controlar los conflictos
que se derivaban de las desigualdades sociales. Gracias a él se conseguiría la unidad del
cuerpo social y los intereses particulares se subordinan a la voluntad general.
"Este paso del estado de naturaleza al estado civil produce en el hombre un cambio muy
notable, substituyendo en su conducta el instinto por la justicia, y dando a sus acciones la
moralidad que les faltaba antes. Sólo entonces, cuando la voz del deber sucede al impulso
físico y el derecho al apetito, el hombre que hasta entonces no había mirado más que a sí
mismo, se ve forzado a obrar por otros principios, y a consultar su razón antes de
escuchar sus inclinaciones. Aunque en ese estado se prive de muchas ventajas que tiene
de la naturaleza, gana otras tan grandes, sus facultades se ejercitan al desarrollarse, sus
ideas se amplían, sus sentimientos se ennoblecen, su salma entera se eleva a tal punto,
que si los abusos de esta nueva condición no le degradaran con frecuencia por debajo de
aquella de la que ha salido, debería bendecir continuamente el instante dichoso que le
arrancó de ella para siempre y que hizo de un animal estúpido y limitado un ser
inteligente y un hombre.
Reduzcamos todo este balance a términos fáciles de comparar: Lo que pierde el hombre
por el contrato social es su libertad natural y un derecho ilimitado a todo cuanto le tienta
y que puede alcanzar; lo que gana es la libertad civil, que está limitada por la voluntad
general, y la posesión, que no es más que el efecto de la fuerza o del derecho del primer
ocupante, de la propiedad que no puede fundarse sino sobre un título positivo.
"Según lo precedente, podría añadirse a la adquisición del estado civil la libertad moral, la
única que hace al hombre auténticamente dueño de sí; porque el impulso del simple
apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno se ha prescrito es libertad. Pero ya
he hablado demasiado sobre este artículo, y el sentido filosófico de la palabra "libertad"
no es ahora mi tema." Jean Jacques Rousseau, El contrato social. Madrid M.E. Editores,
1993
Este contrato no es un pacto o convenio entre individuos, como en el caso de Hobbes, ni
un contrato bilateral como el de Locke. El nuevo contrato social es un pacto de la
comunidad con el individuo y del individuo con la comunidad, desde el que se genera una
"voluntad general", distinta a la suma de las voluntades individuales y que se constituye
en fundamento de todo poder político. El concepto está muy relacionado con el "bien
común" al que se refieren las teorías organicistas, así toda ley emanada de la voluntad
general tiene como finalidad el bien común, superior siempre al de cualquier individuo
concreto. La libertad individual ha de constituirse, a través de la voluntad general,
en libertad civil y en igualdad, de ahí resulta que, cuando un individuo acata y cumple una
ley emanada de aquella, sigue siendo tan libre como antes porque, en vedad, se está
obedeciendo a sí mismo como miembro de la comunidad.
"Frecuentemente hay bastante diferencia entre la voluntad de todos y la voluntad
general; ésta sólo tiene en cuenta el interés común; la otra mira al interés privado y no es
sino una suma de voluntades particulares (...). Si el pueblo delibera, una vez
suficientemente informado, (...) del gran número de las pequeñas diferencias resultaría
siempre la voluntad general, y la deliberación sería siempre buena.
Pero cuando se desarrollan intrigas y se forman asociaciones parciales, a expensas de la
grande, la voluntad de cada una de estas asociaciones se vuelve general con relación a
sus miembros, y particular con relación al Estado" Jean Jacques Rousseau: Contrato social,
L. II, Cap. III.
La soberanía ha de emanar de la voluntad general, y es indivisible (contra Locke y
Montesquieu, Rousseau no es partidario de la separación de poderes) porque pertenece a
toda la comunidad en su conjunto. Es inalienable porque la comunidad no puede renunciar
a la fuente de la que mana su poder y su ciudadanía. La única obediencia legitima es a las
leyes originadas por la voluntad general, y la soberanía pertenece al pueblo como cuerpo
social.
Como sistema político, Rousseau es partidario de la democracia directa en caso de
estados pequeños en los que eso sea posible (tal como sucedía, por ejemplo, en el cantón
de Ginebra, de la que era natural). Pero, en virtud de las circunstancias, cada Estado ha de
adaptar su forma de gobierno a sus características, aunque insiste en que cualquier forma
de gobierno, para ser legítima, ha de ser expresión de la voluntad general de la
ciudadanía.

También podría gustarte