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.
© De los textos y fotograffas: sus autores
ISBN, 978-84-617-8000-6
L6pez Facal, Ramon (ed.) 2016
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XUNTA DE GALICIA
CONSELLERI� DE CULTURA, EDUCACIÒN
E ORDENACION UNIVERSITARIA
2
CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN Y FUTURO.
Investigaciones en didáctica de las ciencias sociales.
LIBRO DE ACTAS DEL SIMPOSIO
Santiago de Compostela: Red 14-Universidad de Santiago de Compostela.
COMITÉ ORGANIZADOR
Borja Aso Morán
Carpente Tielas Laura
Belén Castro Fernández
Ana Delgado Iglesias
Andrés Domínguez Almansa
Ana Estévez Lavandeira
Silvia García Ceballos
Cosme Gómez Carrasco
Ramón López Facal
Carlos Macía Arce
Marta Martínez Rodríguez
Tania Riveiro Rodríguez
COMITÉ CIENTIFICO
Gonzalo De Amézola
José Angel Armas Castro
Maria Isabel Barca
Roser Calaf Masachs
José María Cuenca López
Arthur Chapman
Jesús Domínguez
Marcelo Falcón Vignoli
Maria Feliu Torruella
Olaia Fontal Merillas
Cosme Gómez Carrasco
Álex Ibáñez Etxeberria
Stephan Lévesque
Laura Lima Muñiz
Ramón López Facal
Alice Lucas Semedo
Pedro Miralles Martínez
Carlos Muñoz Labraña
Sebastián Molina Puche
Enma Nardi
Joaquín Parts Cuevas
Pilar Rivero Gracia
Francisco Rodríguez Lestegás
María Sánchez Agustí
Joan Santacana Mestre
María Auxiliadora Smith
Rafael Straforini
Xosé Manuel Souto González
Apolline Torregosa Laborie
Rafael Valls Montés
Nelson Vázquez Lara
Bruce Vasledrigth
3
4
INDICE
Ponencias
Linea 1
Educación Histórica
Linea 2
Educación Patrimonial
Linea 3
Identidades Y Ciudadanía
Linea 4
Territorio, Espacio Y
Educación Geográfica
5
6
PONENCIAS
1
A FILOSOFIA DA HISTORIA COMO REFERÊNCIA PARA PESQUISAS SOBRE A APRENDIZAGEM
HISTÓRICA: CONTRIBUIÇÕES DE TESES PRODUZIDAS EM PAÍSES IBEROAMERICANOS
Schmidt, Maria Auxiliadora
2
CURRÍCULO Y ESCALA GEOGRÁFICA: APROXIMACIONES ENTRE FORMACIÓN SOCIO ESPACIAL,
CICLO DE POLÍTICA Y TEORÍA DEL DISCURSO
Straforini, Rafael
3
EDUCACIÓN CIUDADANA E IDENTIDAD: LA DISPUTA POR LA COMUNIDAD IMAGINADA
Schugurensky, Daniel
4
PODERES Y DEBERES PARA LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES.
Pérez Garzón, Juan Sisinio
5
CUANDO EL DESTINO ES EL ITINERARIO. LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL BASADA EN PROYECTOS.
De Castro Martín, Pablo
6
“WHEN THE ENGLISH TOOK OVER THEY TRIED TO ASSIMILATE US”: HISTORICAL NARRATIVES
AND CONSCIOUSNESS AMONG YOUNG FRENCH CANADIANS
Lévesque, Stéphane
7
LINEA 1 EDUCACIÓN HISTÓRICA
1
A VOZ DOS ESTUDANTES DO ENSINO BÁSICO: REPRESENTAÇÕES SOBRE A HISTÓRIA
DE PORTUGAL
Moreira, Ana Isabel; Armas Castro, Xosé; Maia, Cristina
2
ADOLESCENTES Y POLÍTICA. LA REALIDAD DE LA JUVENTUD ESPAÑOLA A TRAVÉS DEL
ANÁLISIS DE UN CENTRO ESCOLAR
Mellado González, Ramón Mikhail; Egea Vivancos, Alejandro
3
ANALIZANDO Y CAMBIANDO RECUERDOS A PARTIR DE LA DIDÁCTICA DE LA HISTORIA.
Jiménez Torregrosa, Lorena; Cardona Gómez, Gemma; Feliu Torruella, Maria
4
APRENDIENDO A TOCAR LA HISTORIA. LAS FUENTES OBJETUALES COMO RECURSO DE
APRENDIZAJE EN EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA
Arias Ferrer, Laura; Casanova Alfonsea, Elisabet; Egea Vivancos, Alejandro; García Ruiz, Ana B.;
Morales Rodríguez, M.ª Josefa
5
CAPACIDAD EMPÁTICA EN PROFESORES DE HISTORIA EN FORMACIÓN: UN ESTUDIO
EXPLORATORIO
Carril Merino, Mª Teresa; Sánchez Agustí, María
6
CIENCIAS SOCIALES Y CIENCIAS NATURALES, NUEVAS MATERIAS EN PRIMARIA TRAS
LA DESAPARICIÓN DE LA ASIGNATURA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO CON LA
LOMCE ¿DIFERENCIAN LOS ALUMNOS DEL GRADO DE EDUCACIÓN EL CURRÍCULUM
DE CADA UNA?
Fernández Portela, Julio; Vega Agapito, María Victoria
7
CÓMO EVALUAR EL PENSAMIENTO HISTÓRICO EN LA ESO: PRIMEROS RESULTADOS
DE UNA PRUEBA PILOTO
Domínguez, Jesús; Arias, Laura; Sánchez, Raquel; Egea, Alejandro; García, Fco. Javíer
8
CONFLITO DE ESCRAVOS E EX-ESCRAVOS DURANTE O PERÍODO DA ESCRAVIDÃO
AFRICANA NO BRASIL: A NARRATIVA DO MANUAL DIDÁTICO
Gevaerd, Rosi
9
CONOCIMIENTOS Y CREENCIAS SOBRE HISTORIA RECIENTE DE LOS DOCENTES EN
FORMACIÓN
Muñoz Carlos; Martinez Rosendo; Araya Eduardo
10
EDUCACIÓN HISTÓRICA Y COMPETENCIA GLOBAL
Lis Cercadillo
11
EL ALUMNADO DEL GRADO EN EDUCACIÓN PRIMARIA ANTE LA INTERPRETACIÓN DEL
MEDIO RURAL DE GALICIA A TRAVÉS DE LA FOTOGRAFÍA HISTÓRICA
Diéguez Cequiel, Uxío Breogán; García-Morís, Roberto
12
EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS BÁSICAS DESDE LA ARQUEOLOGÍA Y LA
PREHISTORIA.
Bardavio Novi, Antoni; Mañé Orozco, Sònia
13
EL USO DE FUENTES HISTÓRICAS EN LAS PAU DE HISTORIA DE ESPAÑA.
COMPARACIÓN ENTRE VALENCIA Y SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Fuster, Carlos; Sáiz, Jorge; Souto, Xosé M.
14
ENSEÑANDO EL PASADO MÁS CERCANO: LA PRESENCIA DE LA HISTORIA RECIENTE EN
LOS MANUALES ESCOLARES DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
Miguel Revilla, Diego; Sánchez Agustí, María
15
ENSEÑAR Y APRENDER LA EDAD MEDIA EN PRIMARIA. REPRESENTACIONES DE LOS
ESTUDIANTES Y PROPUESTAS DE INTERVENCIÓN.
Conde Miguélez, Jorge; Armas Castro, Xosé
16
"ERAN MÁS GRANDES QUE ESTE COLE Y PODÍAN HACER ¡RAW!". APRENDIZAJES
SOCIO-HISTÓRICOS A TRAVÉS DEL PROYECTO “LOS DINOSAURIOS”
Vidal Pérez, Irene; Armas Castro, Xosé
8
17
¿FORMANDO PATRIOTAS? CURRÍCULUM DE HISTORIA EN EL PAÍS VASCO DEL SIGLO
XXI
Delgado, Ander
18
HISTORIA Y MEMORIA HISTÓRICA: DOS RECURSOS COMPLEMENTARIOS EN LA
FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Macías Muñoz, María Olga
19
LA FORMACIÓN HISTORICA EN LOS CURRÍCULOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA Y DE
FORMACIÓN DOCENTE EN MÉXICO
Plazola Díaz, María del Refugio; Lima Muñiz, Laura Herlinda
20
LA HISTORIA EN LOS LIBROS DE TEXTO EN LATINOAMÉRICA Y ESPAÑA. BALANCE
BIBLIOGRÁFICO
Sáez-Rosenkranz, Isidora; Bellatti, Ilaria
21
LAS TRES GUERRAS DE MALVINAS, EL CONFLICTO EN LA SOCIEDAD Y EN LA ESCUELA
DE ARGENTINA
de Amézola, Gonzalo
22
MANUAIS DE DIDÁTICA DA HISTÓRIA NO BRASIL (1997-2013): CAMINHOS DE
DIÁLOGO COM OS PROFESSORES DE HISTÓRIA
Rodrigues Junior, Osvaldo; Braga Garcia, Tânia Maria
23
MEMORIAS PARA ARMAR: ESCUELA Y RELATO DE PASADO.
Garriga, María Cristina; Pappier, Viviana
24
NAPOLEÓN Y ELISABETH CADY STATON. COMPETICIONES HISTÓRICAS EN EL AULA.
Pousa Castelo, Manuel; Velasco Martínez, Luis
25
O DISCURSO DIDÁTICO EM MANUAIS DE HISTÓRIA: CASO BRITÂNICO
Maia, Cristina
26
PENSAMIENTO HISTÓRICO Y EVALUACIÓN DE COMPETENCIAS EN EL CURRÍCULO DE
INGLATERRA Y ESPAÑA. UN ESTUDIO COMPARATIVO
Gómez Carrasco, Cosme J.; Chapman, Arthur
27
PERFILES INNOVADORES. INSTANCIAS DE POSGRADO PARA PROFESORES DE
HISTORIA
Marta Mercedes Poggi
28
RELACIONAR PASADO Y PRESENTE MEDIANTE USO DE FUENTES Y LA EMPATÍA
HISTÓRICA: INVESTIGACIÓN CON PROFESORADO EN FORMACIÓN
San Pedro Veledo, M. Belén; López Manrique, Inés
29
SECUENCIAS DIDÁCTICAS UTILIZADAS POR LOS PROFESORES EN FORMACIÓN DE LA
PUCV EN LA CLASE DE HISTORIA
Peña Hurtado, Cinthia; Salinas, Víctor; Soto Lillo, Paula; Valenzuela Flores, Oscar; Vásquez
Leyton, Gabriela
30
SERIES DE TV COMO RECURSO DIDÁCTICO PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA DE
ESPAÑA
Nestares Hervías, Eva Mª
31
TECNOLOGÍA EDUCATIVA Y PENSAMIENTO HISTÓRICO. PROPUESTA DE ANÁLISIS DE
MATERIALES CURRICULARES Y METODOLOGÍAS DOCENTES EN EDUCACIÓN PRIMARIA
Colomer Rubio, Juan Carlos1; Parra Monserrat, David2, Sáiz Serrano, Jorge3
32
UNA EXPERIENCIA DIDÁCTICA Y DE INVESTIGACIÓN EN LA UNAE: ORGANIZACIÓN Y
MONTAJE DE UNA EXPOSICIÓN SOBRE "LOS LIBROS DE TEXTOS EDUCATIVOS EN
ECUADOR"
Castellano Gil; Dr. José Manuel
9
LINEA 2, EDUCACIÓN PATRIMONIAL
1
ANIMAR (N)O PATRIMÓNIO PARA EDUCAR: O TRABALHO COM ESTUDANTES DE
ANIMAÇÃO SOCIOCULTURAL NA ESCOLA SUPERIOR DE EDUCAÇÃO DE LISBOA
Martins Ferreira, Nuno; Matos, Joana
2
APRENDER HISTÓRIA ATRAVÉS DA EXPLORAÇÃO DO PATRIMÓNIO LOCAL COMO
RECURSO DIDÁTICO: UMA EXPERIÊNCIA EM EDUCAÇÃO PATRIMONIAL COM ALUNOS
DO 5.º ANO DE ESCOLARIDADE
Almeida, Érica; Solé, Glória
3
ARQUEÓLOGOS EN APUROS Y LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL EN MÉXICO
Delgado Rubio, Jaime
4
AZULEJARIA PORTUGUESA E A VALORIZAÇÃO DO PATRIMÓNIO: INTERPRETAÇÃO DE
FONTES PATRIMONIAIS ICONOGRÁFICAS POR ALUNOS DO 1º E 2º CICLO DO ENSINO
BÁSICO
Nunes, Gisela; Solé, Glória
5
CIENCIA CIUDADANA, ARQUEOLOGÍA Y EDUCACIÓN PATRIMONIAL: EL LANZAMIENTO
DEL PROYECTO CIVITAS
Rivero Gracia, Pilar; Gil Díez Usandizaga, Ignacio
6
CONOCIMIENTO, EVALUACIÓN Y ANÁLISIS DE PROPUESTAS DIDÁCTICAS SOBRE EL
PATRIMONIO ARTÍSTICO CONTEMPORÁNEO
García Ceballos, Silvia; Fontal Merillas, Olaia
7
DIDÁCTICA DEL PATRIMONIO Y MUSEOS EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA: LA
PERSPECTIVA DE LOS MAESTROS DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
Portela, Ana; López Facal, Ramón
8
EL AUTOMÓVIL COMO OBJETO EXPOSITIVO: SU EXPOSICION EN EL MUSEO Y SU
VALOR DIDÁCTICO. PRIMEROS RESULTADOS
López Basanta, Clara I.
9
EL BINOMIO EDUCACIÓN Y PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL: EVALUACIÓN DE
PROGRAMAS EDUCATIVOS.
Martínez Rodríguez, Marta; Fontal Merillas, Olaia
10
EL DESCUBRIMIENTO DEL PATRIMONIO A TRAVÉS DE LA METODOLOGÍA DE
APRENDIZAJE-SERVICIO. UNA EXPERIENCIA EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA.
Lobato García, Margarita
11
EL EDUCADOR PATRIMONIAL FRENTE A LAS VISUAL THINKING STRATEGIES (VTS).
¿CAMBIA EL MÉTODO VTS LA VISIÓN Y LA PRAXIS DEL EDUCADOR DE MUSEOS?
González-Sanz, Myriam; Feliu Torruella, Maria
12
“EL OEPE-CYL: OBSERVATORIO DE EDUCACIÓN PATRIMONIAL EN CASTILLA Y LEÓN”
Sánchez-Macías, Inmaculada; Fontal Merillas, O.
13
EL PATRIMONIO EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN ECUADOR: LA
OPINIÓN DEL PROFESORADO
Molina Puche, Sebastián; Escribano-Miralles, Ainoa
14
EL PATRIMONIO HISTÓRICO EN LA DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Molina Torres, Mª Pilar
15
ESPACIOS DE GUERRA. EL CONJUNTO DE LA LÍNEA XYZ DE VALENCIA COMO RECURSO
DIDÁCTICO PATRIMONIAL
Torres
Fabra,
Ricard
Bel Martinez, Juan Carlos
Camil;
10
Colomer
Rubio,
Juan
Carlos;
16
EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS DE APRENDIZAJE DEL PROGRAMA "TRAS LAS
HUELLAS ROMANAS". EL ESTUDIO DE LA RELACIÓN ENTRE LA PERCEPCIÓN Y LA
SATISFACCIÓN
Kortabitarte,
Aroia;
Ibañez-Etxeberria,
Gillate, Iratxe; Molero, Begoña; Kintana, Jurgi
17
Alex;
Vicent,
Naiara;
EXPLORANDO LOS LENGUAJES ARTÍSTICOS COMO MEDIO PARA LA IDENTIZACIÓN:
PERFORMANCE Y PATRIMONIALIZACIÓN.
Gómez Redondo, Carmen
18
LA ACCIÓN PEDAGÓGICA EN MUSEOS DE ARTE. DOS REALIDADES: GIJÓN Y OPORTO
Gutiérrez Berciano, Sué; Calaf Masachs, Roser
19
LA CIENCIA QUE NO SE APRENDE EN GOOGLE: EL DESCUBRIMIENTO DEL MÉTODO EN
LAS AULAS DE SECUNDARIA
López, Victoria; Martínez, Tània; Santacana, Joan
20
LA EDUCACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO
Ortiz Cermeño, Eva
21
LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL Y LA INCLUSIÓN: DE LA INVESTIGACIÓN A LA PRÁCTICA
Marín Cepeda, Sofía
22
LAS FUENTES LITERARIAS POPULARES Y LA EMPATÍA HISTÓRICA
Ugalde, Ana I.; Arregi, Joseba
23
LOS MUSEOS DE ARTE CONTEMPORANEO
EDUCOMUNICACION WEB 2.0.
EN
LAS
REDES
SOCIALES:
Aso Morán, Borja
24
MATERIALES MUSICALES Y COREOGRÁFICOS DE LA TRADICIÓN GALLEGA
INCORPORADOS A LA ENSEÑANZA GENERAL. UNA VISIÓN DESDE LOS TRABAJOS
FINALES DE GRADO Y MÁSTE
Gillanders, Carol; Candisano Mera, José Agustín
25
PAISAJE-PATRIMONIO Y COMPETENCIAS SOCIALES EN EDUCACIÓN PRIMARIA
Domínguez Almansa,
López Facal, Ramón
26
Andrés;
Abuín
Cedrón,
Pablo;
Garrido
García,
Lois;
¿PARA QUÉ QUEREMOS LOS MUSEOS? LA EDUCACIÓN PATRIMONIAL MUSEÍSTICA Y
SU IMPACTO SOCIAL
Macón Gutiérrez, Ana Isabel
27
PATRIMONIO HISTÓRICO Y TIC EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA
Pardo, Lucía; López Facal, Ramón
28
REPRESENTACIONES DE LO FEMENINO Y ACCIÓN EDUCATIVA EN EL MUSEO DO POBO
GALEGO
Estévez Lavandeira, Ana
29
SANTIAGO DE COMPOSTELA Y SU DIMENSIÓN EDUCATIVA: REDESCUBRIR EL
PATRIMONIO URBANO DESDE LA EDUCACIÓN NO FORMAL
Belén Mª Castro Fernández y Ramón V. López Facal
30
UN RECORRIDO URBANO POR LAS FUENTES DE SANTIAGO
Franco-Vázquez, Carmen; Calviño, Guillermo
31
UNA EXPERIENCIA DIDÁCTICA A TRAVÉS DE LA DIDÁCTICA DE LA EDUCACIÓN VISUAL
Y PLÁSTICA EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA
Martín, Carolina; Portela, Ana
11
LINEA 3, IDENTIDADES Y CIUDADANÍA
1
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN LA
EDUCACIÓN PRIMARIA
Gómez Hurtado, Inmaculada; García Prieto, Francisco Javier; Abril Romero, María del Carmen
2
CIUDADANÍA Y FORMACIÓN INICIAL DE PROFESORES EN LA ARAUCANÍA, CHILE
Montanares, Elizabeth
3
CIUDADANÍA, IDENTIDAD, ESPACIOS DE RECONOCIMIENTO Y PATRIMONIO
CULTURAL INMATERIAL
Gil, Núria; Llonch, Nayra; Santacana, Joan
4
EDUCAR Y EXPONER PARA CREAR CIUDADANÍA: BUENOS AIRES Y LA MEMORIA DE LA
BARBARIE (1976-1983)
Tudela Sancho, Antonio
5
EL APRENDIZAJE DEL ESTADO DEL BIENESTAR Y LA FORMACIÓN CIUDADANA
Asensi Silvestre, Elvira; Parra Monserrat, David
6
EL LUGAR DE ORIGEN COMO FACTOR CONSTITUYENTE DE LA IDENTIDAD Y DEL ACOSO
ESCOLAR
Molina-Neira, Josue; Gámez Ceruelo, Virginia
7
EL RELATO DE NACIÓN EN MANUALES ESCOLARES ESPAÑOLES DE HISTORIA EN
SECUNDARIA
Sáiz Serrano, Jorge; Valls Montés, Rafael
8
ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL EN LA
ESCUELA PARAGUAYA. APROXIMACIÓN DESDE LOS MANUALES ESCOLARES
Alegre Benítez, Carolina
9
EXPLICAMOS LAS IDENTIDADES CIUDADANAS ESCOLARES
Souto, Xosé M; García, Diego; Fuster, Carlos
10
FAIR ENERGY. UNA SIMULACIÓN PARA EDUCAR EN VALORES CIUDADANOS EN
EDUCACIÓN PRIMARIA
García Vinuesa, Antonio; Armas Castro, Xosé
11
¿HAY RELACIÓN ENTRE EL CLIMA DEL AULA DE CIENCIAS SOCIALES DE ESO Y LA
DESAFECCIÓN POLÍTICA JUVENIL?
Wilson-Daily, Ann E.; Barriga-Ubed, Elvira
12
IDENTIDAD Y CIUDADANÍA EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN JAPONESA: DE LA
MADURACIÓN CULTURAL A LA INTERNACIONALIZACIÓN ACADÉMICA
Delgado-Algarra, Emilio José; Sato, Sato
13
LA ENSEÑANZA DE LA DEMOCRACIA ¿ESPACIO DE PARTICIPACIÓN EN EL AULA?
ESTUDIO DE CASO.
Mora Oropeza, María Elena; Estepa Giménez, Jesús
14
LA HISTORIA RECIENTE EN LOS REFERENTES PÚBLICOS: UN ESTUDIO COMPARADO
CHILE-ARGENTINA
Vásquez, Nelson; Vásquez, Gabriela; Aceituno, David
15
PERO ¿QUIÉNES HAN PROTAGONIZADO EN REALIDAD LA HISTORIA? LOS MODELOS
DE MASCULINIDAD PROPUESTOS EN LOS LIBROS DE TEXTO ESPAÑOLES DE 2º LA ESO.
Rausell Guillot, Helena
16
¿PERVIVE UNA NARRATIVA NACIONAL SOBRE LA HISTORIA DE ESPAÑA?
Sáiz Serrano, Jorge; López Facal, Ramón
17
UNA IMAGEN EN LA ESCUELA… VALE MAS QUE MIL PALABRAS
Muñoz Cobeñas, Leticia
18
VIDEOJUEGOS EN LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS SOCIALES. EDUCACIÓN
EMOCIONAL Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA
Jiménez Palacios, Rocío; Cuenca López, José Mª
12
TERRITORIO, ESPACIO Y EDUCACIÓN GEOGRÁFICA
1
A EDUCAÇÃO GEOGRÁFICA NA FORMAÇÃO INICIAL EM GEOGRAFIA
Pinheiro dos Santos, Maria Francineila
2
BAJAR DESDE LA NUBE AL TERRENO, Y VICEVERSA: UN PROYECTO INTEGRADOR SOBRE
EL PARQUE NACIONAL DE LA SIERRA DE GUADARRAMA PARA EL TRABAJO DE CAMPO
EN GEOGRAFÍA
Crespo Castellanos, José Manuel; Sánchez Rivera, Jesús Ángel
3
EL PAISAJE LEGADO DE LA CULTURA PARA LA TRANSMISIÓN DE VALORES EN
EDUCACIÓN PRIMARIA
Ortiz Cermeño, Eva
4
ESPACIO DIGITAL Y EDUCACIÓN GEOGRÁFICA: EL ATLAS DIGITAL ESCOLAR
De Miguel González, Rafael
5
IMPLICACIONES DE REDESCUBRIR Y VINCULARSE CON EL ENTORNO PARA EL QUEHACER
EDUCATIVO EN TRIANA, SEVILLA.
Salazar González, Anna X.
6
INNOVACIÓN TIC EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO PARA EDUCACIÓN
SECUNDARIA: UN EJEMPLO DE BUENAS PRÁCTICAS A PROPÓSITO DEL DISEÑO E
IMPLEMENTACIÓN DE UNA UNIDAD DIDÁCTICA SOBRE PAISAJE Y DESARROLLO
SOSTENIBLE EN EUROPA
Macía
Arce,
Francisco Xosé
7
Xosé
Carlos;
Rodríguez
Lestegás,
Francisco;
Armas
Quintá,
LA CONSTRUCCIÓN DE NARRATIVAS HISTÓRICAS ESCOLARES Y SU DIMENSIÓN
TERRITORIAL
Parellada, Cristian; Carretero, Mario
8
MUSEO BERNASCONI
Cobreros, Mirta; Vallejos, Mónica
9
POSIBILIDADES DIDÁCTICAS DEL PAISAJE SONORO PARA LA FORMACIÓN DE LOS
MAESTROS EN EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA
Fernández Portela, Julio; Moreno Fernández, Susana
10
VISUALIZACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS CONCEPTUALIZACIONES ESPACIALES DE LOS
ESTUDIANTES Y DEL USO SOCIAL DE LOS ESPACIOS MEDIANTE SISTEMAS DE
INFORMACIÓN GEOGRÁFICA (SIG)
López Sández, María
13
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A FILOSOFIA DA HISTORIA COMO REFERÊNCIA PARA
PESQUISAS SOBRE A APRENDIZAGEM HISTÓRICA:
CONTRIBUIÇÕES DE TESES PRODUZIDAS EM PAÍSES
IBEROAMERICANOS 1
Maria Auxiliadora Schmidt2
www.lapeduhwordpress.com.br
dolinha08@uol.com.br
RESUMO:
A partir de um inventário sobre a trajetória de pesquisas acerca da
aprendizagem histórica, o trabalho apresenta reflexões, sistematizadas de um estudo
exploratório de casos , relacionados às pesquisas realizadas no âmbito de Programas de PósGraduação em diferentes universidades brasileiras, espanholas e portuguesas . Neste momento
da investigação foram selecionadas pesquisas que estão fundamentadas em princípios e
categorias teóricas cujos substratos estão referenciados, basicamente, na filosofia da História,
bem como nos princípios da pesquisa qualitativa educacional. Esses substratos teóricos e
metodológicos têm fundamentado pressupostos e categorias de um tipo de aprendizagem
histórica não referenciada na psicologia, mas relacionada à cognição histórica situada na própria
ciência de referência, tendo como base a teoria da consciência histórica e suas relações com a
aprendizagem da história. Nesse trabalho são apontados alguns resultados obtidos após a análise
somente de duas teses de doutorado, tais como a função e significado da aprendizagem na e para
a Didática da História; aprendizagem histórica e relação com a vida prática; narrativa e
aprendizagem histórica, conceitos históricos e aprendizagem histórica, aprendizagem histórica
situada e formação de professores e aprendizagem histórica de jovens. Para obtenção dos dados
acerca das teses e dissertações produzidas entre 1990 e 2015, foram realizadas consultas em
bases de dados institucionais dos 3 países. As teses relativas a este estudo exploratório foram
selecionadas aleatoriamente, tendo como indicativo a sua pertinência ao tema do trabalho. Com
base em Pimenta (2002), após a análise dos dados, foram sistematizados alguns pontos, levandose em consideração os seguintes passos da investigação: quem fala, de onde, quando, o que, que
procedimentos são apresentados, principais referências teóricas, resultados. Ademais, os
resultados serão tomados como subsídios metodológicos para a continuidade da análise de teses
e dissertações do Brasil, Portugal e Espanha, cujo levantamento já foi realizado.
Palavras-chave:
história.
1
2
Aprendizagem histórica; Pesquisa em educação histórica; Didática da
Este artigo apresenta resultados parciais de pesquisa que vem sendo realizada no âmbito do projeto – Catálogo
Seletivo e Analítico da Produção Acadêmica sobre o Ensino de História no Brasil e em Portugal: contribuições de
teses, dissertações e artigos publicados em periódicos para a renovação da prática de ensino de História – aprovado
e financiado pelo Edital Universal – MCTI/CNPq 2014, projeto de pesquisa aprovado com bolsa produtividade 1B
Cnpq/2015-2020 – O conceito de aprendizagem e sua relação com a constituição da Didática da História no Brasil
e em países ibero-americanos: trajetórias, diagnóstico e perspectivas, também aprovado para bolsa PDS-Pósdoutorado Senior, pelo Cnpq.
Doutora em História. Professora e Pesquisadora do Programa de Pós-Graduação em Educação da Universidade
Federal do Paraná-Brasil; professora do Departamento de Teoria e Prática de Ensino da UFPR; Coordenadora do
Laboratório de Pesquisa em Educação Histórica; Pesquisadora 1B do CNPq-Brasil.
14
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
INTRODUCCION
Estudos sobre o tema específico da aprendizagem histórica no Brasil, até o século XXI, estavam
restritos às análises do desenvolvimento psicológico das crianças e adolescentes e sua relação
com a aprendizagem do conhecimento histórico. Apesar do expressivo desenvolvimento de
investigações sobre ensino de história 3, particularmente a partir da década de 1990, o foco em
temas históricos tem sido em outras temáticas, principalmente a história do ensino de história,
manuais didáticos, currículo, metodologia e prática de ensino de história.
Em 2008 4, a partir de investigações realizadas em 14 manuais de didática da história destinados
a professores, produzidos no Brasil no período de 1917 a 2004, sistematizei diferentes maneiras
pelas quais os autores destes manuais sugeriam aos professores como deveriam compreender o
processo de aprendizagem da história de crianças e jovens. Em todos os manuais, os
fundamentos da aprendizagem estavam referenciados na psicologia, como a psicologia genética
(Jean Piaget) e o construtivismo (Vigotsky). A relação com a ciência da História variava, desde uma
superposição de conteúdos/formas de aprender/ métodos e técnicas de ensino, até a ideia de
transposição didática (Yves Chevallard 5) e sua adaptação à natureza axiológica da história..
Ressalte-se que, em 1997/1998, os Parâmetros Curriculares Nacionais (PCNs) no Brasil adotaram
esta perspectiva, propondo um diálogo entre o saber sábio, como é denominado o conhecimento
científico da história, o método da história, principalmente questões relacionadas ao uso das
fontes na sala de aula e a aprendizagem na perspectiva do construtivismo.
Desde 2015, no âmbito do projeto – O conceito de aprendizagem e sua relação com a constituição
da Didática da História no Brasil e em países ibero-americanos: trajetórias, diagnóstico,
perspectivas - 6 este estudo está sendo estendido a 05 manuais de Didática da História de
Portugal e 15 da Espanha. O projeto inclui também o levantamento e análise de teses e
dissertações produzidas nos três países, cujo foco principal é a aprendizagem histórica. Na
primeira fase da investigação, foram selecionadas somente as teses de doutorado produzidas nos
três países, entre 1990 e 2015, sendo 21 do Brasil, 12 de Portugal e 18 da Espanha. A busca foi
realizada pela Biblioteca Digital Brasileira de Teses e Dissertações-BDTD-Brasil; no Banco de
Dados de Tesis Doctorales do site Histodidactica-Espanha, no TDR – Portal de tesis dotorales de
Espanha e no Banco de teses e dissertações - Repositorium-UM-Biblioteca da Universidade do
Minho- Portugal. Foram utilizadas as palavras-chave “ensino e aprendizagem de História” para
ser realizada a busca, entre março de 2015 a junho de 2016.
3
4
5
6
Entre outros estudos, cabe ressaltar os trabalhos clássicos de NADAI, Elza. O ensino de História e a “Pedagogia do
Cidadão”. In. PINSKY, Jaime. O ensino de história e a criação do fato. São Paulo: Contexto, 1988, pp.23-29 e NADAI,
Elza. O ensino de história: trajetórias e perspectivas. In. Revista Brasileira de História. Memória, História,
Historiografia. Dossiê ensino de história. São Paulo: ANPUH/Marco Zero, vol.13, n.25/26, setembro 92/agosto93,
pp.143-162.
Ver SCHMIDT, Maria Auxiliadora. O aprender da história no Brasil: trajetórias e perspectivas. In. OLIVEIRA, M.M.D./
CAINELLI, M./ OLIVEIRA, A.F.B. Ensino de História: múltiplos ensinos em múltiplos espaços. Natal: Editora da UFRN,
2008, pp..9-20.
CHEVALLARD, Yves. La transposición didáctica. Del saber sábio al saber enseñado. Buenos Aires: Aique, 2000, p.6.
Projeto de investigação em fase de execução como parte das atividades realizadas no estágio de Pós-Doutorado
Senior (CNPq), sob a supervisão do prof. Dr. Estevão Chaves de Resende Martins, na Universidade de Brasília-Brasil.
15
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
TEMÁTICAS, QUESTÕES E POSSIBILIDADES DE INVESTIGAÇÕES SOBRE APRENDIZAGEM
HISTÓRICA: O QUE DIZEM OS ESPECIALISTAS.
As teses analisadas propõem um diálogo com as metodologias de investigação qualitativa, na área
educacional. Neste sentido, a escola passa a ser considerada o lugar de onde partem as perguntas
iniciais das atividades e investigações, como: o que acontece em aulas de História? Como ocorrem
as mudanças? Como se processa ali o ensino? Que tipos de relações os sujeitos estabelecem com
o conhecimento histórico? Quais são ou como professores e alunos elaboram a sua compreensão
sobre as ideias históricas? Que significados o conhecimento histórico tem para os sujeitos
envolvidos no processo ensino/aprendizagem? Como jovens e crianças reagem aos processos de
produção do conhecimento histórico? Qual o resultado do conhecimento histórico na formação
da consciência histórica de jovens e crianças?
As perguntas sinalizam para abordagens investigativas com diferentes perspectivas. da
investigadora portuguesa Isabel Barca (2005). Em artigo publicado em 1995, o historiador
espanhol, Joaquin Prats analisa as linhas de investigação em didática da história e indica cinco
possíveis âmbitos de trabalho neste campo, entre eles “as investigações ligadas às concepções
de história dos alunos e avaliação das aprendizagens”. (PRATS, 2003, p.151). Ainda, no artigo –
La didáctica de la História en España: estado reciente de la cuestion – produzido em parceria com
o historiador espanhol Rafael Valls, afirmam que
Respecto a las investigaciones ligadas a los aprendizajes y concepciones de la Historia y la
Geografia u otras Ciencias Sociales entre el alumnado, la producción científica constituye
una cuarta parte de lo investigado (24,5%) Existe una gran presencia, aunque no exclusiva,
de tesis realizadas en los departamentos de psicologia (PRATS, J./ VALLS, R.2011, p.29).
Neste particular, em nota de final do mesmo artigo, os autores informam que existe na Espanha
um grupo de psicólogos da educação, coordenado por Mario Carretero, na Universidade
Autônoma de Madrid, que desenvolvem investigações sobre questões relacionadas com o ensino
e aprendizagem da história, desde os anos 80. 7 Observa-se, aqui, a mesma tendência que ainda
está presente em teses e dissertações produzidas no Brasil.
A investigadora portuguesa Isabel Barca, em artigo publicado em 2005, não utiliza o conceito ou
campo Didática da História para incluir as investigações sobre aprendizagem histórica. Ela indica
uma nova área de investigação denominada Educação Histórica, na qual se localizariam as
pesquisas sobre aprendizagem e ensino de história. Neste caso, o foco são os princípios, fontes,
tipologias e estratégias de aprendizagem histórica, com vistas ao conhecimento sistemático das
ideias e do desenvolvimento do pensamento histórico de alunos e professores. O enquadramento
teórico dessas investigações é a natureza do conhecimento histórico e seu objetivo é o
desenvolvimento do pensamento histórico. Na concepção de Barca (2005), as investigações em
Educação Histórica estão em uma charneira, ancoradas em diferentes campos, como a
Epistemologia da História e a Metodologia de Investigação em Ciências Sociais. Neste sentido,
refere-se ao estudo pioneiro de Dickson e Lee (1978) – Understanding and Research – no qual
estes autores questionaram a lógica não histórica que serviu de base às pesquisas anteriores
sobre aprendizagem histórica, particularmente aquelas de influência piagetiana.
7
As notas de rodapé estão inseridas na reprodução deste artigo publicado em www.ub.edu/histodidactica, acesso
em 04/10/2016.
16
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Cabe ressaltar que os debates sobre a mudança de paradigma acerca do conceito de
aprendizagem histórica, saindo do âmbito da psicologia para a filosofia da história, estão sendo
realizados e divulgados em vários países do mundo. No Brasil, por exemplo, a análise de Caimi
(2009) indica duas tendências predominantes nas investigações sobre a aprendizagem histórica
realizadas no país: a primeira reporta-se aos estudos que essa autora denominou de “estudos de
cognição”, “que tendem mais para a psicologia cognitiva” e o outro, “denominado educação
histórica, dialoga mais estreitamente com os referenciais da epistemologia da história”
(Caimi,2009:p.70). É justamente nas pesquisas referenciadas na epistemologia da história e na
perspectiva ruseniana, que toma a consciência histórica como um lugar de aprendizagem
histórica (Rüsen,2012), que se localiza a produção do Grupo de Educação Histórica da
Universidade Federal do Paraná, conforme apontam sistematizações feitas por Germinari (2011)
e Fronza (2012).
Em consonância com as investigações realizadas em diferentes países, a partir de 2000, o grupo
de Educação Histórica do Programa de Pós-Graduação em Educação da Universidade Federal do
Paraná passou a desenvolver pesquisas que deram origem a dissertações e teses (SCHMIDT,
M.A./ URBAN, C., 2016, produzidas a partir de 2002. A apreensão, por parte do grupo do
LAPEDUH, das investigações realizadas pelo grupo inglês e pelo grupo português, tem sido
matizada pela interlocução com a obra de Jörn Rüsen, mediada, principalmente pela influência
de Estevão Martins (UnB), e pelo diálogo com o próprio Rüsen, particularmente a partir de 2010.
Cabe destacar que há outros grupos no Brasil que têm desenvolvido trabalhos e pesquisas sobre
estas temáticas em outros programas de pós-graduação seja em diálogo com o LAPEDUH e o
grupo português, como o grupo da UEL, sob a liderança da investigadora Marlene Cainelli ou pela
relação com a Didática da História, como os trabalhos de Luis Fernando Cerri (UEPG) e Kátia Abud
(USP).
O pensamento ruseniano pode ser considerado o principal suporte para essa mudança de
paradigma nas pesquisas sobre aprendizagem histórica, quando este autor afirma que a Didática
da História não é a ciência da transposição do conhecimento histórico em conhecimento escolar,
mas é a ciência da aprendizagem histórica. Aponta Rüsen, a intrínseca relação entre a Didática da
História e a ciência da História a partir da natureza e do estatuto desta relação. E, quando nós nos
perguntamos o que significa a cientificidade da História para a aprendizagem histórica, a ciência
da História precisa ser consultada sobre as diversas formas e conteúdos desta
aprendizagem.(RÜSEN, 2007).
Ao reafirmar a consciência histórica como lugar da aprendizagem, Rüsen (2012) coloca novas
questões do ponto de vista conceitual e de elaboração teórica. Para ele, isto requer investigações
empíricas, ao tempo em que demanda uma operacionalização nas perspectivas Heurística,
Analítica e Interpretativa. Do ponto de vista da Heurística, significa que uma teoria da
aprendizagem histórica necessita investigações que levem em conta os enunciados da
consciência histórica, identificadores e possibilitadores (do ponto de vista teórico) dos
desempenhos da aprendizagem histórica (como ela se manifesta?). A perspectiva Analítica indica
que uma teoria da aprendizagem histórica fornece os critérios e categorias necessárias às
investigações do conteúdo material dos ditos enunciados (por exemplo, a categoria da
multiperspectividade). Finalmente, a perspectiva interpretativa parte de uma teoria da
aprendizagem histórica que possibilite a formação de hipóteses de investigações sobre as
correlações empíricas entre os diferentes fatores e desenvolvimento da consciência histórica, e
as condições em que ocorrem tais correlações.
17
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Esse paradigma da aprendizagem histórica considera que a consciência histórica se revela,
principalmente, na e pela linguagem. Assim, os enunciados linguísticos da narrativa histórica
podem ser privilegiados como interesse de pesquisa, mas não somente eles, porque outros
elementos, como os símbolos imagéticos, também são indicativos da expressividade dos sentidos
da interpretação do tempo e, portanto, reveladores da consciência histórica. Interessantes
problemáticas de investigação têm sido postulada, por exemplo : como relacionar as diferentes
fases da vida (infância, juventude), como a forma dos seus modelos de interpretação histórica?
Seriam os modelos de interpretação histórica influenciados pelos conteúdos, até o ponto de
provocarem alterações em sua interpretação? Os modelos de interpretação dependem, e, em
caso positivo, em que grau dependem das visões de mundo e da ética dos aprendizes? A
capacidade de utilizar modelos de interpretação mais complexos e elaborados na apreensão da
experiência histórica diminui ou aumenta, à medida em que os conteúdos da experiência
tangenciam questões pessoais imediatas dos sujeitos, ou contestam autoafirmações e/ou pontos
de vista profundamente enraizados? (RÜSEN, 2012, p.94-102).
Partindo do pressuposto básico de que a consciência histórica é o lugar da aprendizagem,
algumas investigações têm tido a preocupação com questões como as que envolvem a definição,
conceituação, elaboração, investigação das funções, abordagem das condições, forças motrizes
e consequências das ideias históricas presentes na cultura escolar, seja nas ideias de professores
e alunos, seja em outros lugares da cultura escolar, como os manuais didáticos e currículos Para
efeito de exemplificação, foram selecionados duas investigações realizadas em cursos de
doutorado, sendo um em Portugal e um no Brasil, que trabalham com referenciais da filosofia da
História.
APROPRIAÇÕES DA FILOSOFIA E TEORIA DA HISTÓRIA EM PESQUISAS SOBRE
APRENDIZAGEM HISTÓRICA: ESTUDO EM DOIS CASOS.
Como afirma Barca (2005) o fato das pesquisas sobre aprendizagem histórica estarem em uma
charneira, ou um entrecruzamento de diálogos com outras áreas de conhecimento, dificulta, mas
não impossibilita uma análise mais sistemática das teses que foram levantadas nos bancos de
dados. A dificuldade produz, como resultado, uma demanda maior de tempo nas análises,
particularmente quando o entrelaçamento entre perspectivas da didática relacionadas ao
método de ensino, à historiografia e às práticas dos professores se explicita de forma mais
contundente. Este entrelaçamento está mais visível nas teses produzidas em Espanha, adensado
pela predominância da referência à Didática das Ciências Sociais. Esta perspectiva está a exigir
um refinamento do quadro teórico, que possibilite um estudo mais acurado destas teses. Citamse, como exemplo, os trabalhos de Rebollo (2007), Facall (1999) e Mangrané (1993) que realizam
este diálogo, evidenciando uma articulação orgânica entre a teoria da história e historiografia,
concepções e métodos da história e sua relação com o ensino-aprendizagem histórica.
De modo geral, as pesquisas que tomam os referenciais da filosofia da História como suporte
teórico e metodológico para analisar a aprendizagem histórica de crianças, jovens e professores,
se autodenominam pesquisas em “cognição histórica”, constituindo, hoje, o campo ou domínio
científico de investigação chamado “Educação Histórica”. Neste campo, as dimensões e
elementos relacionados com a natureza da ciência da História e suas articulações com a
aprendizagem e, portanto, o ensino da História, têm sido o ponto de partida e definidor do objeto
das investigações, sua finalidade e contribuído para sistematização dos resultados.
18
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Segundo Gago (2012), os trabalhos do historiador e pesquisador inglês Peter Lee, por exemplo,
colaboraram no sentido de apontar que a aprendizagem histórica lida com a apropriação e
progressão dos conceitos substantivos da História, tais como “Revolução Industrial Inglesa”, bem
como os conceitos meta históricos, ou seja – os conceitos meta históricos (ou de natureza
histórica) são os conceitos inerentes à própria História-ciência que estão sempre presentes
quando se estuda História porque lhe dão corpo. Conceitos como evidência, explicação histórica,
que se articulam com a narrativa histórica. (GAGO, 2012:30). Em sua tese - Consciência histórica
e narrativa na aula de História: concepções de professores (GAGO, 2007) - esta historiadora e
investigadora portuguesa tomou como referência a categoria da narrativa histórica, para definir
o objeto e os objetivos de sua investigação de doutorado, realizada sob a orientação da profa
Dra. Isabel Barca, na Universidade do Minho, Portugal. A investigação foi feita em escolas de
diferentes regiões de Portugal, em uma população de 36 professores e 12 estudantes de cursos
de História deste país.
Logo de partida, Gago anunciou e debateu o quadro teórico em que construiu a sua investigação,
definindo os objetivos e articulando as questões a serem elucidadas. Partindo da relação entre
narrativa e consciência histórica, selecionou e visitou autores do campo da teoria e filosofia da
história, evidenciando as relações entre narrativa histórica, tempo, memória e consciência
histórica. A partir da categoria mestra, narrativa histórica, e os significados que lhe são atribuídos,
vai ao encontro das ideias de Jörn Rüsen, para quem as formas da consciência histórica podem
se expressar narrativamente e conjugando o empírico e o normativo, surge como uma matriz de
premissas baseadas no sentido construído das ações do passado que orientam o presente e
permitem perscrutar diferentes horizontes de expectativas futuras. (GAGO, 2007: 13).
Este ponto de partida fez com que a pesquisadora assumisse o pressuposto de que o uso da
narrativa na aula de História não se limita à aquisição, por parte do professor e, portanto, por
parte dos alunos, de “histórias” sobre o passado. Ao contrário, anunciou, como necessária, a
construção, por parte de ambos, de suas próprias narrativas, de um passado interpretado
historicamente, com sentido para suas próprias vidas (GAGO, 2007, P.13).
Para compreender estes quadros conceituais à luz da questão de investigação, ela revisitou vários
autores, para discutir o conceito de narrativa histórica e consciência histórica, partindo do debate
existente no interior da epistemologia da história, o “narrative turn”. Procurou mostrar o que
chamou de “tensão do debate”, entre os polos em torno da narrativa e da realidade histórica: os
polos objetivista, realista, empiricista e os polos subjetivista, relativista e representacionista. À luz
do debate entre autores de filosofia da história, discutiu os diferentes conceitos de narrativa
histórica para subsidiar um conceito de narrativa histórica que foi orientador de sua investigação,
ou seja - a narrativa como forma de expressão do passado humano experimentado
diferentemente, de acordo como determinados campos de referência e descrição, que subsidiam
uma forma de compreensão explicativa-descritiva que compreende a orientação temporal. Tratase de uma concepção que pressupõe o realismo interno e objetividade perspectivada, baseada
na interpretação da evidência, existindo um compromisso com o distanciamento, justiça e
honestidade intelectual. Entende a narrativa como experiência de significação e modo de
expressão de sentido, plural e múltipla em termos argumentativos, procurando no criticismo
aberto e mútuo uma compreensão mais relevante, mais aceitável e mais coerente racionalmente,
que forma e enforma a identidade histórica.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tendo como referência este quadro teórico, propõs o seu objetivo –
Compreender as concepções de professores de História acerca da narrativa enquanto uma
das faces da consciência histórica, bem como as suas questões de investigação: Que perfis
conceituais revelam os professores e futuros professores de História acerca da narrativa
nas suas relações com a consciência histórica? Que relações terão esses perfis conceituais
com a experiência profissional e a faixa etária dos professores e futuros professores?
(GAGO, 2007, p.74)
Observa-se a preocupação da investigadora com a aprendizagem relacionada à formação da
consciência histórica e o lugar do desenvolvimento da competência narrativa nesta formação.
Esta apreensão do processo de aprendizagem histórica de professores e futuros professores pode
ser considerada uma aderência à ideia de cognição histórica e, portanto, da aprendizagem
histórica, fundamentada na filosofia da História.
A segunda pesquisa, indiciária da apropriação da filosofia da História é do historiador brasileiro,
Ronaldo Cardoso Alves. Trata-se da tese de doutorado - Aprender história com sentido para a
vida: consciência histórica em estudantes brasileiros e portugueses - defendida em 2011 na
Universidade de São Paulo, sob a orientação da profa. Dra. Kátia Abud.
O ponto de partida desta pesquisa é a preocupação do investigador com a relação entre ensino
de história e seu significado para a vida prática dos alunos, instigando a seguinte questão – será
que, ao estudarmos história em espaços escolares ou extra escolares, conseguimos perceber a
relação que ela tem com a nossa vida?
Reporta-se a Jörn Rüsen, para assumir o pressuposto de que há uma relação orgânica entre a
construção do conhecimento histórico e a necessidade de orientação dos seres humanos em sua
vida prática. Nesta direção, aponta duas questões:
1. Que parâmetros metodológicos podem dotar a história de plausibilidade e fiabilidade
para as questões da vida prática?
2. Como possibilitar às novas gerações habilidades e competências cognitivas oriundas da
ciência da História, que proporcionem sentido às decisões da vida prática?
Referencia-se também em Rüsen (2001) para relacionar conhecimento histórico e vida prática,
por meio do raciocínio histórico que dota os seres humanos de instrumentos cognitivos
estruturados, com a finalidade de enfrentar, conscientemente, a rotineira tomada de decisões,
demandada de uma cultura histórica na qual ocorre a multiplicidade e diversidade de
informações.. A partir da semântica da mudança histórica da experiência, do filósofo Reinhartt
Koselleck (1993), Alves realiza um diálogo com Jörn Rüsen, em torno da orientação temporal do
sentido da experiência no tempo – passado como experiência, futuro como expectativa, sempre
a partir do presente.
Toma como referência também a produção investigativa anglo-saxônica, representada,
principalmente, por historiadores da Universidade de Londres, como Peter Lee, Denis Shemilt,
Rosalyn Ashby, apresentando os seus trabalhos como uma evidência de uma mudança de
paradigma nos referenciais teóricos da pesquisa sobre aprendizagem histórica. Estes autores,
tendo como base a filosofia da História anglo-saxã, estabeleceram categorias fundadoras do
pensamento histórico, ao tempo em que, a partir de suas investigações, indicam níveis
diferenciados de compreensão, explicação e interpretação das fontes históricas pelos alunos.
20
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A leitura realizada por Alves, seja da teoria ruseniana, seja dos fundamentos teóricos das
investigações anglo-saxãs, o leva a estabelecer uma diferenciação entre os pressupostos dos
diferentes pesquisadores. Na Alemanha, segundo ele, as relações entre a filosofia e a
aprendizagem histórica tomam como ponto de partida a racionalidade histórica estruturada no
espaço escolar, que relacionam a aprendizagem histórica às carências da vida prática, com a
finalidade da formação histórica. Os ingleses tomam a vivência escolar como ponto de partida
para a transformação dos níveis do pensamento histórico, mediado por uma reflexão
epistemológica que propicie a professores e alunos o desenvolvimento de competências para
uma literacia histórica. Isto é, a constituição de práticas metodológicas que visem desenvolver
operações mentais do pensamento histórico – substantivo (aplicação dos conteúdos/conceitos
históricos na vida prática) e metahistóricos – instrumentos cognitivos utilizados para raciocinar
historicamente. Ele se apropria da perspectiva anglo saxã também a partir de Barca (2006, p.23),
para desenvolver a ideia de “opinião fundamentada” como possibilidade de apropriação cognitiva
do real.
Em Jörn Rüsen, Alves encontra, ainda, os fundamentos para justificar a formação da consciência
histórica a partir da relação com a vida prática e sua possibilidade de aplicação no contexto latinoamericano, uma necessidade de pensar uma consciência histórica dialógica, devido presença de
grandes diferenças sociais nos países da América Latina.
Relaciona consciência histórica com o conceito de cultura histórica de Rüsen para justificar a
importância do desenvolvimento e qualificação das operações mentais do pensamento histórico.
E coloca a seguinte pergunta: Como o pensamento histórico pode atuar na relação dos seres
humanos com a cultura histórica?
Com esta pergunta, propõe um estudo comparativo entre jovens brasileiros e portugueses, a
partir do trabalho com fontes históricas escritas. O objetivo fundamental é discutir a formação
do pensamento histórico no âmbito escolar e sua aplicação como consciência histórica na vida
prática, a partir do encontro entre a Didática da História e a Educação Histórica.
Indica várias perguntas a partir da colocação acima:
1. Como se forma o pensamento histórico? Como este pensamento é aplicado no
cotidiano?
2. É possível pensar uma teoria geral da consciência histórica?
3. Há possibilidade de demonstrar, empiricamente, tipos ou níveis de consciência histórica
que representem diferentes formas de geração de sentidos para as ações na vida prática?
4. Existem semelhanças e diferenças na utilização do pensamento histórico por parte de
estudantes de diferentes grupos sócio- econômicos ou sociais?
5. Qual a contribuição da escola nesse processo de formação do pensamento histórico e,
principalmente, da consciência histórica dos estudantes?
6. O ensino de história tem importância e eficácia na vida dos alunos no que se refere à
construção de uma visão crítica do mundo e de si mesmos?
Sistematizando, o autor elabora a sua questão final de investigação: Em que medida o
pensamento histórico de jovens brasileiros e portugueses apresenta aspectos de uma consciência
histórica adequada para reflexão a respeito da cultura histórica contemporânea? Esta
problemática sinaliza para uma relação entre o desenvolvimento do pensamento histórico e a
formação da consciência histórica, que Alves desenvolve em sua tese.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
O que se observa nas duas teses analisadas, é uma aproximação plausível com a relação que Jörn
Rüsen faz entre a matriz do pensamento histórico e a matriz da Didática da História
MATRIZ DO PENSAMENTO HISTÓRICO (RÜSEN, 2016);
MATRIZ DA DIDÁTICA DA HISTÓRIA (Jörn Rüsen, 2016)
Na esteira da matriz de Jörn Rüsen, o historiador Peter Seixas propõe a inclusão da memória na
linha de baixo da matriz, bem como sugere a importância desta possibilidade como uma
contribuição para a formação e construção da identidade das comunidades. Neste sentido,
considera o autor, novas questões relacionadas com as interações entre as populações e novas
políticas de sensibilidade poderão gerar novas formas de orientação no tempo e dar origem a
novos temas e modos de investigação.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
HISTÓRIA E MEMÓRIA – UMA MATRIZ PARA A EDUCAÇÃO HISTÓRICA (Peter Seixas, 2016).
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Podem ser encontradas confluências entre as pesquisas realizadas nas duas teses e as matrizes
apresentadas. Há em comum a importância concedida à relação entre os fundamentos
epistemológicos da história e as temáticas da pesquisa, ou seja, as articulações que Rüsen e Seixas
fazem entre ciência e vida prática, evidenciadas, por exemplo, nas categorias utilizadas pelos dois
investigadores e nas articulações propostas entre narrativa histórica como expressão da
consciência histórica e relação da formação da consciência histórica com as carências da vida
prática.
Se compararmos brevemente as matrizes propostas por Rüsen e Seixas, distingue-se o primeiro
pela centralidade nos “princípios de sentido” como articulador na formação do pensamento
histórico e competência de geração de sentido pela narrativa histórica, como um princípio da
Didática da História. Essa centralidade pode ser apreendida, tanto na investigação de Gago
(2007), como na de Alves (2012), o que pode ser um indicativo da especificidade de uma
perspectiva filosófica da aprendizagem histórica, como sugere Rüsen (2016). Na teoria da
aprendizagem histórica centrada na formação da consciência histórica, o princípio do sentido que
deve se tomar como fundamental é o da humanidade como pressuposto articulador do
conhecimento e a humanização como finalidade da aprendizagem.
O QUE DIZEM AS PESQUISAS
Resultados das pesquisas de Gago e Alves indicam várias questões a serem levadas em
consideração, no que se refere à aprendizagem das crianças e jovens. Tanto uma, como outra,
indicam mudanças para a prática de ensino, ao tomarem a aprendizagem como ponto de partida
da Didática da História, ou seja, sabendo-se como se aprende, sabe-se como se ensina.
As investigações acerca da aprendizagem de conceitos substantivos e conceitos metahistóricos
sugerem que, subjacente ao conteúdo da história estão ideias sobre como se pode conhecer o
passado, dar conta dele e explicar o que se passou nele. Ademais, ideias históricas que os alunos
trazem para a sala de aula precisam ser identificadas e trabalhadas, sob pena de que a
aprendizagem histórica não se concretize de maneira eficiente, como indica o trabalho de Marilia
Gago.
Especialmente o estudo sobre progressão de ideias em alunos, realizado por Alves, indica que,
apesar de terem dificuldades em elaborar ideias mais complexas, os jovens podem desenvolver
o pensamento histórico sobre evidências, explicação, compreensão e significância histórica.
As duas investigações mostram que a consciência histórica é o ponto de partida e de chegada
para o ensino de história, sugerindo, principalmente Alves (2012) que se deve ter por objetivo a
formação de uma consciência histórica que supere formas tradicionais e exemplares da
consciência histórica, responsáveis pela consolidação de narrativas baseadas em organizações
lineares do tempo, bem como visões de que a história é a mestra da vida. Ao mesmo tempo,
busca-se também evitar a formação de consciências críticas pautadas em narrativas que rompem
com qualquer possibilidade de rever o passado. O objetivo é uma consciência crítico-genética,
onde a relação presente e passado seja fundamentada em narrativas mais complexas, que se
prestem à uma orientação temporal para a vida prática no presente, baseadas em alguns
princípios como a liberdade, democracia e emancipação. A formação da consciência histórica,
finalidade principal do ensino de história leva em consideração que tanto os professores, como
os alunos, fazem parte de um coletivo e de um tempo social. Tanto as investigações de Alves
(2011) como as de Gago (2007) são indiciárias de que as três dimensões da aprendizagem
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
histórica sugeridas por Rüsen (2012) 8: Experiência, Interpretação e Orientação estão sempre
intimamente relacionadas, pois não existe experiência histórica sem significado ou orientação
histórica sem experiência, o que implica em algumas conseqüências. Uma delas é o fato de que
nunca se pode dissociar a aprendizagem histórica do sujeito que aprende, por exemplo o jovem
e a cultura jovem e, portanto, a dinâmica da aprendizagem não se realiza quando a história é
ensinada como algo dado. Assim, saber história não é a mesma coisa que pensar historicamente
correto, pois o conhecimento histórico que é apenas apreendido como algo dado, não desenvolve
a capacidade de dar significados para a história e orientar aquele que aprende de acordo com a
própria experiência histórica, produzindo o envolvimento, de que fala Jörn Rüsen (2016).
NOVAS QUESTÕES DE INVESTIGAÇÃO E PROBLEMAS A SEREM ENFRENTADOS
Resultados apresentados nas investigações remetem a duas tendências presentes, atualmente,
nos debates sobre aprendizagem histórica. O primeiro, na esteira dos trabalhos de Peter
Lee,(2016) aponta a necessidade de se qualificar a aprendizagem histórica a partir do conceito
de História Transformativa, isto é, levar em consideração o conjunto de questões que dizem
respeito à preocupação de que, em que medida e em que aspectos a aprendizagem histórica e,
portanto, o ensino de história, transforma a maneira com que os alunos são capazes de ver o
mundo em que vivem. Neste sentido, para Lee, seria importante, nas investigações, manter
perguntas como: Até que ponto o conhecimento histórico muda as ideias dos estudantes sobre
as respostas adequadas para os problemas diplomáticos, políticos, econômicos, ambientais e
culturais atuais? E, quanto tempo estas mudanças podem durar?
O segundo, nas trilhas do pensamento ruseniano, aponta para a importância de se pensar a
formação da consciência histórica na perspectiva de uma didática humanista da história, pois O
trabalho da didática da história não pode ser entendido ou desenvolvido sem uma consciência de
seu papel na cultura histórica de seu tempo. Ele tem de perceber e de responder aos desafios da
orientação histórica, especialmente no que diz respeito ao aprendizado histórico e sua realização
em diferentes instituições, principalmente na escola. (RÜSEN, 2015:p.19) 9. Tais pressupostos
instigam novas temáticas a serem debatidas, como os significados da aprendizagem para a
Didática da História, seu escopo teórico, natureza e dimensões.
Finalmente, apontam-se algumas questões sugeridas pelas pesquisas que tomam a filosofia da
História como referência teórica e metodológica e que poderiam contribuir para que este campo
de investigação possa pensar a si mesmo, a partir de problemáticas que surgiram de sua própria
trajetória.
Uma delas é a tendência à subordinação da aprendizagem histórica à formação para a cidadania.
Há uma tendência em construir processos de fusão entre o ensino de história e a educação para
a cidadania ou educação cívica. Parte-se do pressuposto de que o conhecimento histórico pode
ser um suporte para a coesão social e/ou para ressurgimentos nacionais, seja em nome da
diversidade ou da pressão da imigração, levando à busca da constituição de uma gama de valores
comuns da história nacional. A aprendizagem da história, como de outros conteúdos escolares,
subordinada ao ensino para a cidadania, é importante e fundamental para se atingir as metas da
cidadania, mas este não é seu princípio básico.
8
9
RÜSEN, Jörn. 2012, op.cit.
RÜSEN, Jörn. Humanismo e didática da história. Curitiba: W.A Editores, 2015.
25
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Outra tendência é a transformação do desenvolvimento do pensamento histórico e da formação
da consciência histórica em desenvolvimento de competências. No contexto da globalização, da
emergência competitiva de alguns países, da expansão dos mercados, desenvolveu-se a
tendência de simplificação das propostas curriculares em um esforço para assegurar que as
competências exigidas pelas empresas podem encontrar espaço na escola. Apesar de falar de uma
economia do conhecimento, a pressão sobre o currículo parece ser para as escolas treinarem mão
de obra eficaz. (LEE, 2016:p.2). Neste sentido, abre-se espaço nos currículos para integração da
história em humanidades e a justificativa para isto, geralmente é feita pelo apelo à “eficiência”
em um mundo competitivo.
Em acordo com Rüsen (2007) e tendo como referência as teses analisadas, importa que a
aprendizagem histórica desenvolva a capacidade de se adquirir a constituição narrativa de
sentido, como uma aprendizagem de resignificar, continuamente, as experiências temporais da
vida prática, desenvolvendo, de forma complexa e científica, a cognição propriamente histórica.
Concorda-se, também, com este autor, que se trata de um processo da consciência histórica e
como ele é apreendido e efetivado. Esta é uma questão fundamental para a Didática da História
– uma disciplina da ciência da História, mas relativamente independente da filosofia da História.
Neste e para este processo, se direcionariam as investigações acerca da aprendizagem histórica.
26
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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28
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CURRÍCULO Y ESCALA GEOGRÁFICA: APROXIMACIONES
ENTRE FORMACIÓN SOCIO ESPACIAL, CICLO DE POLÍTICA Y
TEORÍA DEL DISCURSO1
Straforini, Rafael
Departamento de Geografía – Universidad Nacional de Campinas - UNICAMP.
Coordinador del Taller de Investigación y Prácticas de la enseñanza de Geografía (APEGEO)
rafaelstrafo@yahoo.com.br
RESUMEN:
Este texto se trata de un ensayo teórico, en el que proponemos a partir del
diálogo que establecemos entre autores que problematizan el papel de la escala en el proceso de
comprensión del currículo con el concepto de formación socio espacial desarrollado por Milton
Santos, sustentar que la geografía escolar se trata de una práctica espacial productora y es
producto de sentidos discursivos espaciales hegemónicos contingentes y provisorios.
PALAVRAS CLAVES:
Currículo, escala, enseñanza de geografía, prácticas espaciales.
ABSTRACT:
CURRICULUM AND GEOGRAPHY ESCALE: approaches among socio-spatial
formation, policy cycle and discourse theory. The present work is a theoretical essay in which we
propose to argue – by establishing a discussion between authors who develop the role of scale in
order to comprehend the curriculum, as well as the concept of socio-spatial formation, as defined
by Milton Santos – that school Geography is a spatial practice that is, at the same time, productive
and product of hegemonic spatial discursive meanings, both contingent and provisional.
KEYWORDS:
1
curriculum, scale, geography teaching, spatial practices
Proyecto financiado por la Fundación de Amparo a la investigación del Estado de São Paulo - FAPESP
30
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
INTRODUCCIÓN
Hemos trabajado desde hace algún tiempo con el concepto de totalidad mundo desarrollado por
el Geógrafo Milton Santos, para comprender cómo en el actual contexto histórico de la
globalización las nociones espaciales de los alumnos en edad escolar han sido transformadas en
virtud de la unicidad de las técnicas, convergencia de los momentos, cognoscibilidad planetaria y
plusvalía universal (Santos, 2000), en que las relaciones escalares locales y globales se presentan
cada vez más e inequívocamente indisociables. El currículo de la geografía escolar que
tradicionalmente estaba organizado en círculos concéntricos, esto es, en una jerarquía escalar en
que se presentaba en los primeros años de la escolarización el espacio local y próximo, siendo
gradualmente introducidas las escalas mayores y longincuas, como el municipio, el estado
(provincias), el país, el continente y el mundo, pasa, ahora, a ser problematizado por las
superposiciones escalares de los acontecimientos locales y globales, longincuos y próximos
(Straforini, 2008).
Más recientemente, al encaminarnos en estudios e investigaciones curriculares, pasamos a
cuestionar la pertinencia y eficacia de las lecturas y análisis que restringían al Estado o a las
organizaciones transnacionales la premisa de la producción de políticas curriculares, cabiendo a
los sujetos involucrados directamente en la escuela, solamente la función de meros ejecutores
de tales políticas. En contraposición, los estudios que se limitan a encontrar en el recorte micro
escalar – entendido aquí como siendo el salón de clase o la escuela – toda la dinámica y
complejidad que involucra la cuestión curricular también no nos auxiliaban en las respuestas a
nuestras cuestiones problemas de investigación. En este sentido, pasamos a seguir los pasos de
algunos especialistas en currículo posestructuralistas brasileños 2 que abandonaron la lectura
bipolarizada de políticas curriculares, marcada en un momento por la exclusividad de la acción
del Estado, y otra por la de sus practicantes, para una lectura de recontextualización por
hibridismo, donde las diferentes escalas de la producción curricular que forman parte del mismo
proceso de significación de sentidos discursivos, como el currículo de geografía del Estado de São
Paulo y sus "Cuadernos de Actividades"; el currículo "rizomático" y las nuevas disputas discursivas
de asignaturas pedagógicas de un curso de formación de profesores de geografía; la relación
profesor-alumno en la formación docente; las políticas de expansión universitaria en Brasil; la
creación de la geografía escolar en Timor Oriental; y los conocimientos de geografía física en los
manuales didácticos en la producción del discurso nacional-patriótico en la República Nueva.
Comprender el currículo a partir de esta perspectiva nos hace estar de acuerdo con Lopes y
Macedo (2011, 227) al afirmar que el currículo debe ser entendido como "un proceso de
producción de sentidos, siempre híbridos, que nunca cesa y que, por tanto, es incapaz de producir
identidades. Lo que él produce es diferencia pura, postergación del sentido y, por lo tanto,
necesidad incesante de significado" (tradicción libre). 3
Como geógrafos hemos identificado que el currículo tiene una fuerte componente espacial que
se refiere a las escalas de sus acciones discursivas: de la escala de influencia de sentidos más
globales, como el discurso de las competencias y habilidades a las prácticas curriculares
insurgentes que ocurren en escalas espaciales menores, como la escuela o inclusive en el salón
de clase. Si el concepto de totalidad mundo de Milton Santos nos ayuda a pensar en el proceso
2
3
Lopes (2008, 2006, 2004, 2004a), Macedo (2006, 2006a, 2009), Lopes & Macedo (2011), Gabriel y Moraes (2014),
Ferreira (2007), Rocha (2012), Vilela (2014) y Ferreira, Gabriel y Monteiro (2014)
Taducción libre
31
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
de producción del espacio a partir de las relaciones indisociables entre escalas de acción
hegemónicas y hegemonizadas o verticales y horizontales, entonces, el currículo no es otra cosa
sino que un discurso resultado de las disputas constantes e interrelacionadas entre discursos
hegemónicos y hegemonizados, siendo así, el currículo para existir también prescinde de su
territorio usado (Santos, 2000), que en nuestro caso es la escuela o el salón de clase.
Este texto, pretende, finalmente, colocar algunos autores seleccionados del campo de la
Educación y de la Geografía en diálogo, sobre todo aquellos que se apropian en sus
construcciones teóricas-metodológicas del sentido de escala como una categoría importante o
central para ser considerado en sus respectivos objetos de estudios. Somos conscientes que
muchos de estos autores se afilian a campos teórico-metodológicos divergentes, no obstante, en
la perspectiva postfundacionalista - a la cual nos hemos esforzado en afiliarnos - aceptar el desafío
de que la constelación de conceptos, conforme propone Deleuze, nos parece una rica posibilidad
de establecer algunos diálogos y es en la fuerza de estos que creemos que podremos contribuir
para romper con una certeza que el mundo intenta imponernos.
LA CUESTIÓN ESCALAR EN LOS DEBATES CURRICULARES
En el campo de las investigaciones educacionales el recorte escalar ha sido debatido no apenas
para definición del objeto de estudio, sino también sobre y como este objeto será desvelado, o
sea, la escala como una preocupación metodológica. Lopes y Macedo (2011) al introducir el
debate en torno del cotidiano escolar y del currículo retoman algunos de los debates que ocurrían
en los años 60 y 70 del siglo XX en que la racionalidad curricular tyleriana, los principios del
comportamiento y exceso de empirismo y cuantitativismo en las investigaciones educacionales
pasaron a ser criticadas delante de la emergencia que la revolución cultural de ese periodo traía
al campo educacional, trayendo a escena cuestiones y temas que quedaban obliteradas en
investigaciones cuya escala por estar alejadas demasiadamente (vuelo del pájaro), no conseguían
observar. Apoyadas en Joseph Schwab, apuntan cómo el campo de la "práctica" salió del
anonimato y de la invisibilidad para asumir un papel de destaque, una vez que "el arte de lo
práctico" es definida como "el arte de la liberación y redefine la relación entre elaboración e
implementación del currículo", sustentando que "cada escuela debería tener un grupo de
profesores responsables por desarrollar y rever los currículos, coordinados por un especialista
que haría parte de los profesionales de la escuela" (Lopes y Macedo, 2011, 142, tradicción libre).
Las investigaciones educacionales realizadas en Brasil y centradas en el micro recorte escalar de
la escuela tuvieron gran influencia de las investigaciones etnográficas de influencia
estadounidense y también del movimiento que por convención se llamó Nueva Sociología de la
Educación o de interaccionismo inglés. Para Lopes y Macedo (2011, 151) el movimiento inglés
trajo dos grandes contribuciones para los estudios curriculares, sobre todo para lo que estamos
problematizando en nuestro texto: La cuestión de la escala:
La primera contribución sería que el currículo es, en última instancia, las interacciones
sociales y simbólicas que suceden en la escuela en las cuales los ordenamientos
macrosociales también se hacen presentes. Se trata de una de las múltiples tentativas de
destacar el micro, sin descuidar del macro en los estudios curriculares. (...) La segunda se
refiere al lugar formador de la investigación sobre la escuela, destacada por la
preocupación con estudios colaborativos (tradicción libre).
32
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Bajo estas influencias, los estudios curriculares pasaron a colocar a la escuela y sus sujetos
practicantes como el recorte escalar preferencial entre los investigadores, trayendo para el
campo de la educación nuevas terminologías como profesor investigador, historia de vida de los
profesores, conocimientos escolar, profesor reflexivo, cotidiano escolar, entre otros.
Considerando las investigaciones curriculares en Brasil, tomaremos el "cotidiano escolar" como
punto de partida para nuestra discusión de escala.
Primeramente, los cotidianistas rechazan cualquier análisis que se restrinja a estudiar a la escuela
a partir de un punto de vista externo a ella en detrimento de los contextos de las prácticas:
Prácticas de la formación académica, prácticas pedagógicas cotidianas, prácticas de políticas de
gobierno, prácticas colectivas de los movimientos, prácticas de investigación en educación, entre
otras prácticas que directa o indirectamente rebaten en el proceso educacional (Lopes y Macedo,
2011).
Para Alves (1998, 2), investigar el cotidiano escolar obliga el abandono del punto de vista que
distancie al investigador del objeto investigado (la escuela), para una elección metodológica de
aproximación, o, en sus propias palabras en una "profundización" al cotidiano:
El modo de "ver" dominante del mundo moderno deberá ser superado por una
"profundización" con todos los sentidos en lo que deseamos estudiar; a esta
"profundización" la hemos llamado, con el permiso del poeta Drummond, de "o
sentimento do mundo". (...) No hay otra manera de comprenderse la lógica del cotidiano
sino sabiendo que estamos enteramente inmersos en ella. (Alves, 1998, 2, tradicción libre).
La "profundización en el cotidiano" a la que Alves (1998) nos convida es interpretado por Ferraço
(2003, 2007) como una acción metodológica para que abandonemos de una vez por todas la idea
de la investigación "sobre" el cotidiano. Para este autor:
Investigar "sobre" trae la marca de la separación entre sujeto y objeto. Trae la posibilidad
de que identifiquemos el cotidiano como objeto en sí, fuera de aquel que lo estudia, que
lo piensa al pensar. (...) Investigar "sobre" apunta la lógica de la diferencia, del control.
Resulta en el sujeto que domina, o cree dominar, el objeto. Un "sobre" el otro, que
"encubre" que se coloca "por encima" del otro sin entrar en él, sin el "habitar" (Ferraço,
2003, 162, tradicción libre).
Considerando estos presupuestos metodológicos de abandonar el pensamiento positivista y las
investigaciones "sobre" el cotidiano, el propio autor antes mencionado se cuestiona sobre la
legitimidad del uso de "estructuras para hablar de algo que es efímero, incontrolable, caótico e
imprevisible" (Ferraço, 2007, 77). Para el autor, la forma de resolverse metodológicamente esta
cuestión reside en la propia condición de la vida en el cotidiano. Así, en vez de la investigación
"sobre" el cotidiano, el autor sustenta que debemos hacer investigaciones "con" el cotidiano
escolar.
Al destacar el cotidiano escolar como el espacio de la acción y de las prácticas, los cotidianistas
refuerzan el papel que las prácticas asumen como "hechos culturales y como espacio-tiempo de
tesituras de conocimiento que siguen una lógica propia, distinta de la ciencia: la lógica del
cotidiano" (Lopes y Macedo, 2011, 160). Oliveira (2003) al investigar los currículos practicados
por los profesores que se realizan en sus cotidianos escolares utiliza el concepto de escala para
convidarnos a hacer emerger sentidos discursivos casi siempre ocultos cuando se investiga
empleando apenas la "visión de sobrevuelo".
33
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Así, partiendo de las regularidades y permanencias captadas en los estudios globalizantes
realizados a través de mapas en pequeña escala, podemos construir los modelos, pero los
modos como las realidades locales expresan las normas y las modifican por sus
especificidades solo pueden ser comprendidos si "descendemos" a las singularidades, solo
perceptibles en los mapas en grandes escalas. (OLIVEIRA, 2003, p.59, tradicción libre)
Dentro de los estudios de la Nueva Sociología de la Educación, destacamos dos autores que en
sus trabajos también trajeron al centro del debate la cuestión escalar para pensar en el currículo.
El primero es Ivor Goodson (1997), que al estudiar los patrones de estabilidad y de cambio
curricular propone operacionalizar las dos categorías analíticas que tienen relación directa con
las escalas de acción curricular, que son los aspectos internos o organizacionales y los aspectos
externos o institucionales. El otro autor es Stephen Ball, que para estudiar las políticas
curriculares desarrolló el concepto de ciclo de política, en que los contextos de influencia, de
producción y de práctica se realizan de forma interrelacionadas. Pero veamos un poco más
detalladamente cómo cada una de estos abordajes utilizan y se apropian de la cuestión escalar.
Las nociones de permanencias y mudanzas curriculares desarrolladas por Goodson (1997) nos
sirven para entender las disciplinas escolares como construcciones sociales y políticas, en que sus
actores o sujetos involucrados "emplean una gama de recursos ideológicos y materiales para
llevar a cabo sus misiones individuales y colectivas" (Goodson, 1997, 27, traducción libre). Para el
autor, las investigaciones preocupadas en entender cualquier análisis de reforma curricular
deben estudiar de forma interrelacionada los aspectos internos y externos a las propias materias
escolares 4.
Lo institucional [aspectos externos] remite para una "ideología cultural" y es confrontado
como el organizacional [aspectos internos], esto es, protegido dentro de estructuras únicas
y tangibles como las escuelas y los salones de clase. Las categorías institucionales incluyen
niveles de enseñanza (como la educación primaria), tipos de escuelas (como la unificada),
funciones educacionales (como la del rector) y tópicos curriculares (como la lectura, la
reforma o la matemática). En cada uno de estos casos, la forma organizacional creada y
mantenida por los profesores (y otros actores) es confrontada con una categoría
institucional, significativa para un público (o públicos) más vasto. (Reid, 1984 apud
Goodson, 1997, p.28, traducción libre)
Para Goodson (1997), es esencial en un estudio que busca hacer un seguimiento de la historia de
las disciplinas escolares y sus currículos (que no son monolíticos) los patrones de estabilidad y de
cambio curricular a lo largo del tiempo. Para el autor, "cuando el interno y el externo están en
conflicto o desincronizados, el cambio tiende a ser gradual o efímero. Una vez que la
armonización simultanea es difícil, la estabilidad o conservación curricular es común" (Goodson,
1997, 27, traducción libre), o sea, la estabilidad o conservación ocurre cuando los cambios
planeados en un determinado nivel (escala) - el organizacional, o aspectos internos, por ejemplo
(entendido aquí como la vida escolar y las acciones de los profesores y alumnos) - no están en
sintonía con las ideas y los intereses producidos en el nivel (escala) institucional, o en los aspectos
externos, por ejemplo, los niveles de enseñanza, las disciplinas y los tópicos curriculares (Ferreira,
4
Estas categorías utilizadas por Goodson (aspectos internos y externos) son extraídas de John Meyer que las emplea
para comprender el mercado educacional, Cff. MEYER, J. W.; ROWAN, B.The Structure of Educational Organization.
In: _____. (eds.) Organisational Enivironments. California: Sage, 1983. Ver tambien REID, W. A. Curricular Topics as
Institutional Categories: implications for theory and research in the history and sociology of school subjects. In.
GOODSON, I.; BALL, S. (eds.) Defining the Curriculum: Histories and Ethnographies. London: Falmer Press, 1984.
34
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
2007; Gomes, Selles y Lopes, 2013). Por otro lado, para que haya cambio es necesario, entonces,
que existan apoyos externos a las prácticas curriculares que ocurren en el nivel organizacional y
viceversa.
Esencialmente, aquello que es necesario para comprender la estabilidad y cambio
curriculares son formas de análisis que buscan examinar los asuntos internos en paralelo
con las relaciones externas, como un modo de desarrollar puntos de vista sobre el cambio
organizacional y sobre los cambios en categorías institucionales más amplios. (...) el cambio
curricular "nadie se lo cree" debido a una especie de rechazo de una secuencia de hechos
por parte de escuelas que no tienen salud organizacional. (Goodson, 1997, 30, traducción
libre).
Según Vilela (2014) para que ocurra un cambio curricular es necesario que ciertas estructuras
creadas y mantenidas por los docentes encuentren apoyo y significados culturales en otras
escalas, o sea, en lo institucional.
Otro autor del movimiento de la Nueva Sociología de la Educación que nos ayuda a pensar sobre
la estrecha relación entre currículo y escala es Stephen Ball 5, pues considera que las políticas
educacionales son "procesos de negociación complejos, en los cuales momentos como el de la
producción de los dispositivos legales, de la producción de los documentos curriculares y del
trabajo de los profesores deben ser entendidos como asociados" (Lopes, 2004, 112, traducción
libre), a pesar de estar actuando en arenas de acciones públicas y/o privadas diferentes.
La propuesta del autor nunca fue suprimir el papel del Estado como importante agente en la
producción de políticas educacionales y curriculares, sin embargo, al introducir otros sujetos
también como protagonistas de este proceso, retira del Estado la posición privilegiada y su
exclusividad en el protagonismo en la definición y mantenimiento de propuestas curriculares;
modelo que fue conocido como top down y de tradición muy recurrente en las investigaciones
curriculares en Brasil, conforme ya presentado por Macedo, Lopes, Paiva etall (2006). Según
Straforini (2014), este modelo top down también ha sido muy recurrente en los estudios
curriculares de la geografía escolar en Brasil.
Por otro lado, conforme presentan Lopes y Macedo (2011a) el ciclo de políticas también
problematizan las investigaciones que al negar este modelo top down terminaron por producir
otra radicalización que es su propia inversión para down top, en que se sobrevalora el "suelo de
la escuela como un lugar de producción de alternativas curriculares, como si allí también no
hubiese una serie de constreñimientos" (256). Para las autoras:
Invertir la jerarquía, en una especia de modelo down top, es un emprendimiento imposible.
El camino más prometedor sería, así, buscar modelos capaces de superar la propia
distinción entre producción e implementación, en el ámbito del cuestionamiento de la
centralidad del Estado en las políticas (traducción libre).
Según Mainardes (2006) y Lopes y Macedo (2011) la formulación teórica de Ball intitulada de ciclo
de política pasó por un proceso de refinamiento teórico-conceptual, alterando terminologías y
agregando nuevos contextos. De cualquier forma, el abordaje propuesto por Ball "permite el
análisis crítico de la trayectoria de programas y políticas educacionales desde su formulación
5
Sus formulaciones sobre el ciclo de políticas fueron producidas en sociedad con R. Bowe y A. Gold. Cf. BOWE, R.;
BALL, S.; GOLD, A. Reforming education & chancing schools: case studies in policy sociology. London: Routledge,
1992.
35
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
inicial hasta su implementación en el contexto de la práctica y sus efectos" (Mainardes, 2006, 48,
traducción libre). Entre los cinco contextos presentados en Ball (1994), focalizaremos apenas en
los tres primeros, que son aquellos pertinentes para el objetivo de este ensayo.
i)
el contexto de influencia: donde los discursos políticos son construidos; donde suceden
las disputas entre quien influencia la definición de las finalidades sociales de la educación y del
significado de ser educado. Es en este contexto que se define las finalidades y también el sentido
discursivo de lo que es ser "escolarizado". Actúan en este contexto las redes sociales dentro y en
entorno de los partidos políticos, del gobierno, del proceso legislativo, de las agencias
multilaterales, de los gobiernos de otros países cuyas políticas son la referencia del país en
cuestión;
ii)
el contexto de producción: donde las ideologías y los discursos del contexto de influencia
son interpretados y donde se producen los textos políticos, los discursos, notas y pareceres
formales, entre tantas otras formas de producción discursiva. Trátese de las definiciones políticas
en sí. Estos textos políticos no presentan, necesariamente, coherencia entre sí, siendo muchas
veces resultados de las propias disputas de los sujetos que componen este contexto.
iii)
el contexto de la práctica: Donde las definiciones curriculares son recriadas y
reinterpretadas, siendo así, es el espacio-tiempo en que las políticas producen sus efectos
directos y/o donde son transformadas o resignificadas: las escuelas, sistemas de enseñanza
menores, grupos interdisciplinares. Es el lugar al que las políticas son direccionadas.
El ciclo de política de Ball nos posibilita entender las políticas educacionales y, en especial, los
documentos curriculares oficiales, como discursos y como textos, no como textos de un sentido
único y lineal, sino como una rotonda, recibiendo y dispersando sentidos discursivos de todos y
para todos los lados 6. Los documentos curriculares son, así, un producto de diferentes actores,
que están en distintas escalas espaciales, que son codificados (producidos) y decodificados
(interpretados) de forma compleja, recibiendo influencias que pueden ser más o menos
legitimadas como resultado de las fuerzas políticas y de las negociaciones que están en juego en
un determinado espacio-tiempo.
Entre las influencias legitimadas, hay disputas, compromisos, interpretaciones y
reinterpretaciones en la negociación por el control de los sentidos y significados en las lecturas
que sean realizadas. “Los textos pueden ser más o menos legibles en función de la historia, de los
compromisos, de los recursos y del contexto de lectura” (Lopes, 2006, 38, traducción libre).
Aunque estén íntimamente imbricados, es posible, aún metodológicamente, enfocar la atención
en apenas en un u otro contexto, dependiendo de los objetivos y de la problemática de
investigación anunciada por el investigador. Tal elección se debe al hecho de que creamos que
tanto los documentos curriculares oficiales cuanto los escritos críticos referentes a ellos son
apropiados de las más diferentes formas y recontextualizados por los profesores a partir de sus
prácticas pedagógicas cotidianas. Al circular en el cuerpo social de la educación y, en especial en
el interior de la escuela, "los textos oficiales y no oficiales son fragmentos, algunos fragmentos
son más valorados en detrimento de otros y son asociados a otros fragmentos de textos capaces
de resignificarlos y reenfocarlos." (Lopes, 2004, 113, traducción libre).
6
Rocha (2008) también se apropia de la propuesta de Ball sobre la circularidad de significados e interpretaciones en
la escrita y en la interpretación de los documentos políticos para comprender el papel del Manual del Profesor del
libro didáctico de geografía.
36
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Otra referencia teórica importante que nos ayuda a pensar sobre la cuestión escalar en los
estudios curriculares es la Teoría del Discurso de Ernesto Laclau, pues al enriquecer el debate en
torno del sentido de hegemonía en lo que se refiere a un discurso siempre contingente y
provisorio, resultado del constante proceso de disputas de pautas y sentidos discursivos
universalistas y particularistas, nos posibilita comprender el "currículo como una práctica de
significados, un discurso que construye sentidos" (Lopes y Macedo, 2011, 203, traducción libre).
Así, el concepto de hegemonía propuesto en la Teoría del Discurso de Ernesto Laclau como
resultado de cadena articulatoria de cadenas de diferencias y equivalencias elimina la
polarización entre lo que es externo e interno o entre lo que es universal y particular.
La teoría del discurso de Ernesto Laclau opera con algunos sistemas o constelación de conceptos
que nos posibilitan comprender cómo los discursos hegemónicos son producidos y ocupan
espacios siempre provisorios y precarios en el proceso de significación de la política. En este
sentido la teoría de la hegemonía tiene importancia central en la comprensión de lo político y
aquí nos interesa la precariedad y provisionalidad de los sentidos discursivos presentes en las
políticas curriculares. Para Pessoa (2014), acostumbramos encapsular el concepto de hegemonía
a la idea de dominación total, a partir de un poder central fijado, inmutable y con un auto grado
de coercitividad mantenido y manteniendo el poder por una sociedad o grupo particular. Por otro
lado, Laclau (2011) nos convida a pensar en la hegemonía como discurso político no fijado o
inmóvil, oriundo de un único conjunto de intenciones, sino como un concepto cuya marca es el
origen disperso de sus sujetos, que produce una hegemonía siempre contingente, provisorio y
precario. Así, la idea de dominación total y perenne pierde espacio para la idea de fluidez o de
luchas constantes en el proceso de significación de un determinado discurso hegemónico, o sea,
en la negación de una sociedad entendida como unidad totalizadora y completamente cerrada,
en que significante y significado están siempre en movimiento.
En este sentido, se puede entender que existen determinados significantes fluctuantes
[también llamado de significante vacío por Laclau] y, a través de ellos, es posible
conceptualizar la lucha de distintos movimientos políticos por fijar parcialmente ciertos
significantes con determinadas significaciones. Esta lucha por las fijaciones parciales
compone la hegemonía (Southwell, 2014: 136, traducción libre).
En esta perspectiva de entendimiento emerge el sentido de discurso como contingencialidad,
provisionalidad, precariedad y dinamismo. Para Lopes y Macedo (2011, 152-53, traducción libre),
"lo que garantiza, a su vez, que el discurso tenga un centro provisorio y contextual es la
articulación en torno del combate al enemigo común, un exterior que configura la propia
articulación.". Sintetiza Mendonça (2003, 380, traducción libre), "la fuerza antagónica impide la
constitución completa de sentidos de un sistema discursivo que se constituye para dominar el
campo de la discursividad". Analizando la noción de antagonismo en la ciencia política
contemporánea, el autor profundiza en el concepto de discurso de Laclau para afirmar que:
Sabemos a partir de los presupuestos de la Teoría del Discurso, que la producción de
sentidos por un sistema discursivo es siempre precaria, contingente y limitada por su corte
antagónico. Se justifica su carácter precario, pues los sentidos constituidos por un
determinado sistema discursivo siempre tienden a ser alterados en la relación con los
demás discursos dispuestos en el campo de la discursividad, que es el espacio en el cual los
discursos disputan sentidos hegemónicos. Además de precaria, la práctica discursiva es
también contingente, una vez que no hay necesariamente previsibilidad para la producción
de determinados sentidos en el espacio social. Sin embargo, tanto la precariedad como la
contingencialidad discursivas están limitadas por aquello que está más allá de los límites
37
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
del propio discurso y que representa su negación: su corte antagónico. (Mendonça, 2003,
143, traducción libre)
No siendo algo estático o inmóvil, el discurso hegemónico siempre ocupa un tiempo-espacio
provisorio y contingente resultado de prácticas articulatorias de sucesiones de diferencias y
sucesiones de equivalencias. Laclau también opera con los conceptos de particularismo y
universalismos para desarrollar su teoría de hegemonía, por consiguiente, su entendimiento para
lo político.
La formación de un discurso hegemónico es el resultado contingente de una serie de
articulaciones, que Laclau llamará de prácticas articulatorias entre lógicas de equivalencias y
lógicas de diferencias; dicho de otra de forma, un discurso hegemónico es la transformación de
demandas particulares en universales, o el proceso de universalización del particular. Como ya
fue dicho, la hegemonía no puede ser comprendida como un poder total, omnipresente a todos
y estático socialmente, pues, si existe una hegemonía, existe también fuera de ella demandas
particulares y pautas que huyen y problematizan su propia hegemonía. Por otro lado, no existe
también apenas pautas particulares o particularismos aislados, al final, la sociedad no es la
sumatoria de identidades dispares, o "la dicotomización del espacio social en torno de apenas
dos posiciones sintagmáticas - ‘nosotros y ellos’" (Laclau, 2011, 202, traducción libre).
Este proceso por el cual las identidades dejan de ser puramente adherentes a un sistema
y exigen una identificación con un punto transcendente a este sistema [universal] - Lo que
equivale a decir: cuando una particularidad se torna el nombre de una universalidad
ausente - es lo que llamamos de hegemonía. (Laclau, 2011, 203, traducción libre)
Si lo social no es solo diferencias o particularismo y tampoco es solamente equivalencias o
universalismos - lo que impediría que en cualquiera de estas polarizaciones la política existiese la articulación es, según Mendonça y Rodrigues (2014, 50), siempre una práctica establecida
entre elementos que, a partir de un punto nodal (un punto de encuentro en que particularismos
o las diferencias se unen) se articulan entre sí, tornándose momentos estrictamente en relación
a la articulación ya establecida.
Esto quiere decir que, en el límite, estos elementos no dejan de continuar siendo
elementos y que, contingencialmente se tornan elementos-momentos en una
determinada práctica articulatoria. Se organizan, por tanto, teniendo un punto nodal como
principio articulador, cuyo discurso es su resultado. (Mendonça e Rodrigues, 2014, 50,
traducción libre)
Es a partir de la cadena articulatoria de diferencias y equivalencias que una o más demandas
particulares son capaces de asumir un sentido discursivo de otras demandas particulares,
produciendo provisoriamente un discurso único que represente estas diferencias, y así,
tornándose universal y, por consiguiente, contingencial provisoriamente hegemónico. Por
ejemplo: en la política actual brasileña, grupos conservadores enlazados a las iglesias
neopentecostales, a la oligarquía latifundaria y a la policía militar han conseguido colocar en la
Cámara de los Diputados Federales cada vez más sus representantes que, empoderados por el
poder que vienen asumiendo, presentaron un Proyecto de Ley llamado "Escola sem Partido", que
une en torno de un único discurso de escuela muchas de sus propias diferencias o
particularidades. Se trata de un proyecto que prohíbe a los profesores mostrar sus
posicionamientos políticos, sus posiciones ideológicas, discutir la cuestión de género y aceptar
como correctas las respuestas fundamentadas en el campo de la religión. Esta es una articulación
que se viene haciendo como la negación de las conquistas sociales sobrevenidas de los
38
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
movimientos sociales de las tres últimas décadas. Ahora, si del lado de acá, de los movimientos
sociales, estábamos seguros que nuestras conquistas serían perennes, este Proyecto de Ley nos
muestra cuánto ellas son provisorias y precarias y en disputas por hegemonización.
Laclau (2011, 57, traducción libre) sintetiza así:
Esto quiere decir que el universal es parte de mi identidad en la medida en que soy
introducido por una falta constitutiva, esto es, en la medida en que mi identidad diferencial
fracasó en el proceso de su constitución. El universal surge a partir de lo particular no como
un principio subyacente a este y que lo explica, sino como un horizonte incompleto, que
sutura una identidad específica dislocada.
Los estudios curriculares apoyados en la teoría del discurso buscan superar los enfoques que
consideran el discurso apenas "como conjunto de signos, meros transmisores de significados,
algunos visibles, explícitos, y otros intencionalmente ocultos" (Busnardo& Lopes, 2010, 91,
traducción libre). Para Laclau e Maufee (1985, 113) un discurso solo puede ser entendido como
una práctica articulatoria, que constituye y organiza, al mismo tiempo, las relaciones sociales.
Para estos autores, las prácticas articulatorias son "construcciones de puntos nodales que fijan
parcialmente sentidos; el carácter parcial de esta fijación procede de la abertura del social,
resultante, a su vez, de un constante desbordamiento de todo discurso por la infinitud del campo
de la discursividad" (traducción libre).
FORMACIÓN SOCIO ESPACIAL Y LA CUESTIÓN ESCALAR
Milton Santos (1977), en su trabajo "Sociedad y Espacio: La formación Social como Teoría y como
Método" (traducción libre), retoma algunos conceptos-claves del materialismo histórico con la
finalidad de encontrar las herramientas que le sirvan para el análisis espacial. Para el autor, el
concepto de formación económica y social marxiniana es fundamental en esta tarea porque
revela no apenas el orden más general, sino esencialmente como este orden se opera y se
transforma a partir de su base de sustentación que es el espacio geográfico. En sus palabras:
se la Geografía desea interpretar el espacio humano como un hecho histórico que es,
solamente la historia de la sociedad mundial, aliada a la sociedad local, puede servir como
fundamento a la comprensión de la realidad espacial y permitir su transformación en
servicio del hombre. Pues la historia no se escribe fuera del espacio, y no hay sociedad sin
espacio. El espacio, él mismo es especial (Santos, 1977, 81, traducción libre).
El interés de los estudios sobre formaciones económicas y sociales reside en la posibilidad que
ofrece en conocer una determinada sociedad específica en su totalidad, pues, es en ella que se
materializa concretamente el modo de producción más general (Hobsbawm, 1998; Harvey, 1992;
Braudel, 1996). Para Santos (1978, 183),
La formación económica y social constituye el mejor punto de partida para tal enfoque,
pues siendo como es, una categoría teórica, solamente existe, sin embargo, por causa de
sus aspectos concretos que permiten tomar en cuenta la especificidad de cada sociedad
(su evolución particular, su situación actual, sus relaciones internas y externas) tomada
como una realidad históricamente determinada, fundada sobre una base territorial
(traducción libre).
A partir de la formación económica y social, o, simplemente, formación socio espacial, como
prefiere denominar Santos (1978), podremos separar el tiempo-mundo en escalas espacio-
39
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
temporales menores, pues todo trabajo se realiza en un lugar y no en el ecúmeno. No es el modo
de producción en sí que se realiza en una sociedad general que interesa a los geógrafos, pero sí
su realización concreta en una sociedad precisa. Tal recorte no significa una fragmentación
espacio-temporal en el sentido de buscar tiempos absolutos, pero sí encontrar el movimiento de
un tiempo en dirección al otro, o sea, del todo a la parte y de la parte al todo
ininterrumpidamente. La empirización del tiempo es dada en la geografía por la técnica, por
consiguiente, cuando el autor habla de tiempo hegemónico, él está tratando de las técnicas
hegemónicas, aquellas que marcan un tiempo o un periodo, dada su fuerza de cambio. Es
imposible negar que este movimiento temporal del autor no esté embasado, o por lo menos
inspirado, en la "casa económica" de Braudel (1978) compuesta de tres pisos 7.
En este sentido, la formación socio espacial puede ser considerada como una categoría analítica
para la comprensión de la totalidad mundo porque trae lo universal al local y viceversa, revelando
las diferenciaciones espaciales en un único periodo y escala. Es ahí que el espacio geográfico se
hace historia, pues el tiempo de acción hegemónica no se instala con la misma carga cuantitativa
y cualitativa proveniente de su origen.
Las subcategorías verticalidad y horizontalidad son esenciales para el entendimiento de la
categoría formación socio espacial, no tomadas separadamente, pero sí en una relación
intrínseca, permanente e dialécticamente indisociable. Para Santos (1977; 1978), las
horizontalidades nos indican las estructuras y el sistema de acciones internas de una sociedad,
mientras las verticalidades son estructuras o sistemas de acciones externas que llegan como
potencialidades en los lugares. Podemos decir con esto que la verticalidad es otro nombre dado
al tiempo hegemónico, al tiempo-mundo, o el tiempo lento, que intenta instalarse por toda parte
mientras modo de producción general. Así las verticalidades difícilmente consiguen realizarse en
su plenitud o de forma total, pues al alcanzar la horizontalidad (el lugar) va a encontrar sistemas
de acciones que portan resistencias espacio-temporales históricas, tales como identidades
culturales, simbolismos, formas propias de organización del trabajo y de solidaridad, pero que
permanecen en el espacio como si fuera una herencia o unas rugosidades, pero siempre
refuncionalizada en su tiempo. La formación socio espacial es el resultado de este conflicto
permanente y dialéctico entre verticalidad y horizontalidad, de un tiempo hegemónico y de un
tiempo no hegemónico, o aún, de un tiempo lento y un tiempo rápido [sic] Braudel.
En este sentido, las diferencias entre los lugares son el resultado del permanente movimiento de
disputas entre los modos de regulación del trabajo de orden mundial y particulares, esto es, un
arreglo de los niveles cualitativos y cuantitativos del propio modo de producción del orden global
(verticalidad) y de orden local (horizontalidad).
Aceptar la formación socio espacial como teoría y como método implica al investigador aceptar
que en su objeto de investigación no existe apenas las fuerzas hegemónicas, sino también las
hegemonizadas, pero no colocadas en polos opuestos, sino como integrantes e indisociables del
7
Para Braudel (1978), en el primer piso (planta baja) estaría la vida material, regida por el signo del valor de uso. El
segundo piso estaría subdividido en dos partes, ambos regidos por la economía en el umbral del valor de trueque,
siendo la primera parte formada por "partículas elementales", o sea, ambulantes, tiendas y ferias. El tercer y último
piso estaban el nacimiento y la cronología de los sistemas económicos mundiales - las economías-mundo. En
resumen, la planta baja sería el tiempo tradicional, la historia de los acontecimientos, o aún, el tiempo fugaz de
corta duración pertenece a la escala del individuo. En el piso del medio el ritmo lento, o sea, el tiempo social y, por
fin, en el último piso la historia casi inmóvil, aquella llamada por el autor de tiempo/historia lenta. Nuestra cuestión:
¿No estaría F. Braudel usando la historicidad en las escalas geográficas con su "casa económica?
40
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
proceso de disputa por ser hegemonizados. Los distintos actores (hegemónicos y
hegemonizados), conforme nos enseña Santos (2000, 12-13):
No tienen el mismo poder de comando llevando a una multiplicidad de acciones, fruto del
convivio de los actores hegemónicos con los hegemonizados. De esta combinación,
tenemos el arreglo singular de los lugares. Los actores hegemonizados tienen el territorio
como un abrigo, buscando constantemente adaptarse al medio geográfico local, al mismo
tiempo que recrían estrategias que garanticen sus sobrevivencias en los lugares. Es en este
juego dialéctico que podemos recuperar la totalidad (traducción libre).
Por otro lado, la formación socio espacial propuesta por Milton Santos retira el concepto de
escala de la cartografía y la somete bajo un nuevo enfoque: El de la especialidad, más
exactamente, la escala de producción de los eventos espacio-temporales, esto es, el espacio
como condición social.
Así como muchos autores en la geografía ya lo hicieron, también somos obligados a elucidar de
inmediato que escala cartográfica no es sinónimo de escala geográfica. La escala cartográfica es
concebida como una noción y está directamente relacionada a la capacidad de representar una
realidad determinada a partir de un sistema fraccionario y en proporción8 entre los objetos reales
y sus representaciones (Melazzo, 2007). Para Raffestin etall (1983, 124), uno de las grandes
equivocaciones de los geógrafos a lo largo del tiempo fue transferir el concepto de escala creada
por la cartografía para la Geografía, provocando que muchos geógrafos produjeran mapas
pensando que estaban haciendo Geografía. Para los autores "la cartografía es un instrumento
disponible, pero no es la Geografía" (traducción libre). Concordamos con el historiador Lepetit
(1998, 90) al indicar que esta opción de los geógrafos en fijarse en la noción de escala cartográfica
o métrica también fija la comprensión de la dinámica espacial a una concepción apriorística del
espacio, en que el objeto representado y su representación presenta un realismo incontestable,
o sea, "la escala del geógrafo asocia un representante, el mapa, y un referente, el territorio cuya
configuración está dada y precede la operación intelectual que es la realización del mapa"
(traducción libre).
Silveira (1999), dialogando como la obra de Milton Santos produjo un importante estudio sobre
la cuestión de la escala geográfica sin, no obstante, fragmentar el concepto de totalidad-mundo
cuando se opera con la necesidad de hacerse los debidos recortes escalares. Para la autora,
forma, tamaño y diseño son atributos de una geometría del espacio. Por otro lado, tiempo y
contenido constituyen los datos del proceso, elementos esenciales para la elaboración de un
concepto de escala que consiga atender el actual periodo de la globalización. La funcionalización,
o inclusive, los movimientos de los eventos espaciales crean y recrean formas materiales. El
desafío de la escala es, entonces, captar la vida de los eventos y de las formas, un enfoque que
puede ser, al mismo tiempo, genético, morfológico y dialéctico. El resultado de este movimiento
de los eventos es un continuo hacer y rehacer de formas, contenidos y límites.
En este sentido, la escala geográfica, en vez de cerrarse en el tamaño, en la localización y en el
diseño de la forma apriorísticamente, busca dar visibilidad al contenido del evento que está
espacializandose; lo que no significa que en el proceso de realización de un evento espacial no se
configure también la producción de una forma, de un orden y de un tamaño. Como el tiempo es
8
Según Castro (2000), la escala cartográfica, entendida como una fracción que indica la relación entre las medidas
de lo real con su representación gráfica, es cada vez más insatisfactoria para explicar la complejidad del espacio
geográfico en el actual estadio de la globalización.
41
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
indisociable del espacio en este concepto de escala, en el instante siguiente son creadas otras
formas y otras funciones a las viejas formas y, por consiguiente, otros límites, otros diseños y
otros polígonos. Marstonetall (2005) preocupado con la confusión que se crea en torno del
significado de escala como tamaño o como el nivel de análisis, afirma que escala no debe ser
comprendida como lente de aumento y binóculos, tampoco con la idea de mirada del "vuelo del
pájaro". Para él, la escala como un concepto social y, fundamentalmente, para el análisis espacial
se debe tomar en consideración el establecimiento de relaciones entre las propiedades socio
espaciales en todos sus aspectos, sean locales, regionales o globales, al final, como ya trabajamos
en otro momento (Straforini, 2008), el lugar es, para nosotros, la posibilidad de la empirización
del mundo, o sea, es en el lugar que el mundo - la totalidad - si nos hace sentirlo.
CONCLUYENDO... ALGUNAS APROXIMACIONES “INDEBIDAS” ENTRE CURRÍCULO,
ESCALA, FORMACIÓN SOCIO ESPACIAL Y GREOGRAFÍA ESCOLAR
Bajo la influencia de la Historia de las Disciplinas Escolares (Goodson, 1990; Chervel, 1990),
innúmeras investigaciones y trabajos han sido producidos en donde se evidencian el papel o la
función utilitaria ejercida por la geografía escolar en el proceso de significación del sentimiento
nacional patriótico a lo largo del siglo XIX y primera mitad del XX. La dimensión espacial ha sido
empleada a lo largo del tiempo por los Estados-naciones en los sistemas de enseñanza con fuerte
sentido discursivo para inculcar ideologías nacionales patrióticas y en consonancia de la
incuestionable relación dialéctica entre capital y trabajo, pues opera dentro del campo del
conocimiento geográfico, conceptos que asocian directamente el individuo y el colectivo al propio
Estado-nación, tales como el de territorio, frontera, límites, recursos naturales, población, nación,
entre otros tantos. Concordamos con Vlach (2007, 155), que en la calidad de conocimiento
escolarizado y ciencia institucionalizada, la geografía:
Contribuyó a la constitución/consolidación de una forma esencialmente europea de
organización política y territorial del espacio geográfico: El Estado-nación que, con mucha
precisión había especializado las relaciones políticas, económicas, culturales de la
burguesía industrial, de manera que, a través de la escuela, la geografía inculcaba amor a
la patria, en los términos de una ideología nacionalista fundada en la suposición de la
igualdad de todos, como si todos fuesen, de hecho, ciudadanos; al mismo tiempo que, a
través de trabajos de reconocimiento y cartografía del territorio, establecía las fronteras
de cada Estado moderno (el subrayado es nuestro y traducción libre).
Dicho así, el conocimiento geográfico escolar tiene un fuerte apelo ideológico. Según Apple
(1999, 49-50, traducción libre) apoyado en McClure y Fischer9, la ideología lida siempre con tres
características: La legitimación, el conflicto de poder y la argumentación. Como legitimación se
comprende el proceso de justificación de acciones de un determinado grupo y su aceptación
social, valiéndose tanto para racionalización de los intereses consagrados en los esfuerzos de
mantenimiento de un determinado papel social, o aún como la defensa de normas de opinión.
Bajo este prisma, la "ideología busca la sacralización de la existencia, sometiéndola al dominio de
los principios fundamentalmente correctos". En cuanto al conflicto de poder la ideología está
directamente vinculada a los conflictos establecidos entre la búsqueda del mantenimiento del
poder. "En las disputas ideológicas, el conflicto de poder está siempre en juego, incluso los que
9
Cf. McCLURE, Helen M.; FISCHER, George. Ideology and Opinion Making: general problems of analysis. New York:
Columbia University Bureaiu of Applied Social Research. July, 1969 (policopiado).
42
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
se encuentren expresamente involucrados, admitiéndolo o no". Finalmente, la tercera
característica, el estilo de argumentación se refiere a la propia retórica usada por quien la
profiere. La argumentación vía retórica, busca congregar y/o separar personas y
posicionamientos alrededor de una única argumentación, distinguiéndola de las demás.
En este sentido, la legitimación, el conflicto de poder y la argumentación están siempre de alguna
forma en el proceso de selección de lo que debe ser enseñado y aprendido y lo que no debe ser
enseñado y aprendido en la escuela - aquí nos interesa los conocimientos designados a la
geografía escolar - o sea, la ideología es una característica permanente e indiscutible del currículo,
por consiguiente, la geografía escolar es, también, uno de los componentes de la conciencia
espacial, y así, de la visión de mundo.
Si estamos de acuerdo con Claval (2010, 30, traducción libre) de que las "praticas, las habilidades
y los conocimientos indispensables a cualquier vida social tiene componentes geográficos",
podemos también afirmar que a partir del siglo XX el lugar por excelencia desarrollado por la
humanidad para que tales prácticas, habilidades y conocimientos sean colectivizados, producidos
y reproducidos para la masa de la población es la escuela. Por consiguiente, defendemos que la
enseñanza-aprendizaje de la geografía escolar también es una práctica espacial, pues sin esta
práctica difícilmente las ideologías espaciales existirían.
En este sentido, estamos de acuerdo con Moraes (1996) de que la ideología relacionada a la
geografía no se restringe exclusivamente a la geografía escolar o a su enseñanza, sino a todas las
prácticas espaciales, que no solamente están llenas de ideologías, como también ellas propias
componen uno de sus contenidos más esenciales.
Corrêa (2000, 35, traducción libre) definió prácticas espaciales como siendo "un conjunto de
acciones espacialmente localizadas que impactan directamente sobre el espacio, alterándolo en
todo o en parte, o preservándolo en sus formas e interacciones". Para el autor, las prácticas
espaciales son la selectividad espacial, fragmentación-reagrupación espacial, anticipación
espacial, marginalización espacial y reproducción de la región productora. Lo que el autor no
contempló como una práctica espacial es el propio proceso de significación del conocimiento
espacial que se produce y reproduce en la escuela y en su reverberación en la visión de mundo
de los estudiantes, y cuánto esta visión de mundo está articulada en representaciones que
posibilitan la existencia o la negación de una o más de estas propias prácticas espaciales.
Si la ideología es sine qua non de la práctica escolar, entonces, la conciencia espacial como una
práctica espacial escolar está también siempre llena de ideologías espaciales. Asumir esta postura
significa estar de acuerdo con el estatuto de la ideología como una ilusión o una representación,
conforme afirma Moraes (1996). Para el autor, en estas condiciones,
La ideología pasa a ser vista como una condición histórica, una "dimensión política" inscrita
en la praxis. Aquí se recupera la unidad entre pensamiento y acción, donde las ideas
cumplen un papel de convencimiento y legitimación. La cuestión planteada para el
pensamiento pasa a ser el de eficacia política de los discursos ideológicos. El sujeto, en su
irreductibilidad, viene para el centro del análisis (...), e se abre un campo para el estudio de
la dialéctica entre ideología y cultura (...). La ideología es evaluada en su positividad, como
valor simbólico producido y consumido socialmente, como combustible intelectual que
impulsa la práctica social (Moraes, 1996, 40, traducción libre)
Aceptando la invitación hecha por Apple (1999, 51, traducción libre) de que la "forma más
proficua de reflexionar sobre las características complejas, el campo de acción y las varias
43
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
funciones de la ideología se encuentran en el concepto de hegemonía", y aquí nos interesa la
enseñanza de geografía, retomamos para nuestro debate inicial que es la dimensión de la escala
en las políticas curriculares y como este concepto no exime la espacialidad como una dimensión
central para comprender el currículo en su complejidad. Hemos aceptado la conceptuación de
que currículo no es una mera selección de contenidos o de selección de culturas, pero una
producción cultural.
El currículo es una producción cultural por estar insertado en esta lucha por los diferentes
significados que conferimos al mundo. El currículo no es un producto de una lucha fuera
de la escuela para significar el conocimiento legítimo, no es una parte legítima de la cultura
que es transpuesta para la escuela, sino es la propia lucha por la producción del significado.
(Lopes y Macedo, 2011, 93, traducción libre).
Esta disputa por la significación del sentido de conocimiento, o más específicamente del sentido
del conocimiento geográfico no está fijada en una única escala de actuación, o en la polarización
de escalas como las lecturas estado céntricas acostumbran realizar, donde el Estado es el
productor del currículo y la escuela su mero ejecutor. Se trata de acciones y disputas realizadas
por sujetos que ocupan múltiplos espacios y en diferentes escalas; pudiendo estar en un
determinado tiempo-espacio defendiendo sentidos discursivos como sujetos actuantes en el
contexto de influencia o de producción y, en otro tiempo-espacio, sustentando discursos más
próximos del contexto de la práctica.
Así, los discursos hegemónicos en una propuesta curricular son siempre contingentes y
provisorios y nunca reflejan directamente los sentidos discursivos universales de origen, pues,
para tornarse hegemónicos no pueden descartar las propias particularidades ya existentes en sus
especificidades territoriales y también deseosas de tornarse universales o hegemónicas.
Entonces, este discurso universal que llega, más las particularidades locales existentes, necesitan
establecer una articulación equivalente en torno de algún punto nodal que los una, de tal forma
que un nuevo discurso o una nueva identidad se configure como un discurso curricular
hegemónico.
Estamos sustentando que enseñar geografía es una práctica espacial y así siéndolo, también es
una variable importante para la comprensión de la formación socio espacial. Si Santos (1977) nos
enseña que la historia del capital se realiza en cada tiempo y lugar de forma específica, porque
las fuerzas externas o hegemónicas encuentran resistencias de sus sistemas de objetos y acciones
hegemonizadas, esto es, la propia historia, no podemos eximir de esta historicidad las ideologías
espaciales como producto de las prácticas espaciales escolares.
La formación socio espacial revela, también, este juego siempre contingente y provisorio de
sentidos discursivos ideológicos hegemónicos presentes en el espacio, colocando a un solo
tiempo sistemas de objetos y sistemas de acciones oriundos de diferentes escalas, de la más
próxima y particular a la más distante y universal. El currículo de geografía revela no solo lo que
es enseñado y lo que no es enseñado como también el discurso o la ideología espacial. La
pregunta que nos hacemos es: ¿cuál es el papel de la geografía escolar en este proceso? Si es
posible responderla, nos apropiamos de las enseñanzas de Ernesto Laclau - aunque
indebidamente - para sustentar que el papel de la geografía escolar no es encontrar o anunciar
una emancipación del sujeto por dentro de la propia disciplina escolar, sino utilizarla como una
práctica espacial de actuación en este espacio de disputas de sentidos discursivos, creyendo que
la hegemonía es siempre provisoria y precaria.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
EDUCACIÓN CIUDADANA E IDENTIDAD: LA DISPUTA POR LA
COMUNIDAD IMAGINADA
Daniel Schugurensky, Santiago de Compostela, noviembre 2016
INTRODUCCIÓN
Permítaseme comenzar este breve texto con una anécdota personal. Hace más on menos un
cuarto de siglo estaba yo estudiando mi doctorado en la Universidad de Alberta, Canadá, y en el
verano de 1992 decidí viajar por tierra a Seattle para visitar a un hermano que allí residía en esos
momentos. La noche antes de salir me encontré de casualidad en la calle con un amigo que
estudiaba sociología, y le pregunté sobre el tema de su tesis. “Estoy estudiando el concepto de
‘home’ (hogar) en distintas culturas”, me respondió, y agregó que estaba haciendo entrevistas a
proundidad con inmigrantes de diferentes países.
- ¿Y qué temas van surgiendo? –le pregunté intrigado.
- “Recién estoy comenzando –me aclaró- pero parece que diferentes culturas
inmigrantes tienen diferentes concepciones del concepto de hogar.
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, algunos inmigrantes a los que entrevisté definieron el hogar como el lugar
donde nacieron, pero para otros es el lugar donde crecieron y tuvieron sus experiencias
formativas, para otros es el lugar donde viven actualmente, y para otros es el lugar
donde desean ser enterrados cuando se mueran. Inclusive hubieron algunos
entrevistados que hablaron en forma más metafórica que geográfica, diciendo que el
hogar es donde está nuestro corazón.
Continuamos por un rato la conversación sobre este tema, tratando de entender juntos por qué
algunos grupos de inmigrantes gravitaban hacia ciertas definiciones del concepto hogar y otros
grupos se sentían más cercanos a otras concepciones, y luego continué camino a mi casa para
hacer la maleta.
Al día siguiente, mientras conducía hacia Seattle, me quedé pensando largamente en este asunto
del ‘hogar’, en cómo un concepto aparentemente tan simple puede tener tantas
interpretaciones, en cómo las experiencias que tenemos a lo largo en la vida influyen en nuestra
manera de entender este concepto, y en cómo este concepto de hogar tiene una relevancia
particular en la identidad de las comunidades migrantes.
Unas horas después, al cruzar la frontera entre Canadá y Estados Unidos, tuve que pasar por una
oficina de migración y me puse en la fila. Cuando llegó mi turno, puse dos documentos en el
mostrador para que el official de inmigración se diera cuenta inmediatamente de mi estatus
migratorio: mi pasaporte argentino, y la visa de estudiante de Canadá. De pronto, como si fuera
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
parte del guión de una película amateur, el oficial de inmigración, con uniforme policial y alto y
ancho como una puerta, me pregunta con una sonrisa ligeramente amable: “Where is home”?
(¿Dónde está tu hogar?). Era la primera vez en mi vida que alguien me hacía semejante pregunta,
y después de mi conversación de la noche anterior con el estudiante de sociología y mis
posteriores elucubraciones sobre el tema en el camino a la frontera, me encontré en aprietos
para responder a esa pregunta con un lugar específico.
-“Esa es una pregunta interesante –comencé balbuceando, y honestamente me parecía
interesante que un oficial de migraciones hiciera tal pregunta- y no me es fácil responder. Vea
usted, yo nací y viví mi infancia y adolescencia en Argentina, luego viví un tiempo en Europa, y
después viví diez años en México, en una época importante de mi vida, pero ahora estoy
estudiando y viviendo en Canadá. A todos los países en los cuales viví les tengo mucho cariño y
me siento agradecido por su todo lo que me dieron, pero si usted me fuerza a escoger solamente
un lugar, yo diría que actualmente mi hogar es Canadá porque es ahí donde estoy viviendo.”
El oficial de migración, que había escuchado mi larga respuesta con una mezcla de curiosidad e
impaciencia, me miró fijo a los ojos con gesto adusto, y me preguntó con tono serio:
- ¿Sabe usted cuánto tiempo de cárcel le puede tocar por mentirle a un oficial de
migraciones? Usted me acaba de decir que su hogar es Canadá, pero usted no es
ciudadano de Canadá, y por tanto me está mintiendo.
En ese momento me di cuenta de la confusión que se había generado. Yo estaba pensando en
‘hogar’ en terminos de identidad, en particular de los conflictos de identidad de un migrante, y el
oficial de migraciones estaba refiriéndose al término ‘hogar’ como un substituto de estatus
ciudadano en un estado-nación específico.
- “Pensé que era evidente por mis documentos que soy ciudadano argentino y que estoy en
Canadá con visa de estudiante”, intenté explicar.
El uniformado hizo caso omiso a mi explicación, amenazó con detenerme por intentar engañar a
un funcionario publico, y se llevó mis documentos a otra oficina. Luego de unos veinte minutos
me devolvió los documentos y me permitió seguir mi camino.
CUATRO DIMENSIONES DE LA CIUDADANÍA
Comencé este texto con esta historia personal para ilustrar cómo los diferentes significados de la
palabra ciudadanía pueden a veces confundirse. Tanto en la literatura sobre el tema como en las
conversaciones regulares es posible encontrar al menos cuatro dimensiones del término
ciudadanía. En primer lugar, el significado más frecuente de ciudadanía es estatus, esto es, el
conjunto de derechos y obligaciones que se concede a los miembros de pleno derecho de una
comunidad política (Marshall 1950). En nuestros tiempos, esta comunidad política suele ser el
Estado-nación, y la ciudadanía suele adquirirse por tres vías: nacimiento (ius solis), padres (ius
sanguinis) o naturalización (para casos de inmigrantes). Sin embargo, en algunos casos existen
ciudadanías supranacionales como el caso de la Comunidad Europea o casos como el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR) que tienen su propio parlamento y permiten a los ciudadanos
transitar libremente y obtener residencia legal en cualquiera de los estados que son parte del
mismo. Por supuesto, a través de la historia muchas sociedades han generado mecanismos de
inclusión y exclusión que han negado la ciudadanía plena a grandes sectores de la población.
Basta recordar, como ejemplo paradigmático, que las mujeres, que representan la mitad de la
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
población mundial, recién obtuvieron el derecho al sufragio en el siglo XX después de arduas
luchas. También es pertinente distinguir, en términos de estatus, entre la ciudadanía formal y la
ciudadanía real o substantiva. En sociedades caracterizadas por grandes desigualdades
económicas, sociales y culturales, dicha distinción es particularmente evidente. En la educación
ciudadana de muchos países, la dimensión de estatus suele expresarse en el aprendizaje de la
constitución y las leyes, y particularmente en los derechos y obligaciones de los ciudadanos. A
veces se incluyen contenidos que versan sobre las luchas por los derechos civiles y políticos a
través de la historia de la humanidad.
Una segunda dimension de la ciudadanía es la identidad, que se refiere a los sentimientos de
pertenencia a una o más comunidades políticas. Esta comunidad política puede coincidir con el
estado-nación, pero también con una región (e.g. Catalunia, Quebec), o con una entidad
supranacional o planetaria. Que una persona diga “me siento ciudadano del mundo” nos dice
algo sobre la identidad de esta persona, pero no dice mucho sobre su estatus porque aún no
existe una jurisdicción política internacional que otorgue una ciudadanía global. Quizás el escalón
más alto que alcanzó la humanidad en el tránsito a una ciudadanía planetaria es la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de 1948, pero como sabemos es un instrumento de carácter
normativo y no legal (lo que se conoce como “derecho suave”) y por tanto no genera obligaciones
ni deberes a los estados miembros más allá de una convocatoria moral. La identidad asume
características particulares en Estados multiétnicos, multiculturales o multilinguísticos porque los
ciudadanos desarrollan diferentes identidades que a veces coexisten pacíficamente y a veces
entran en conflicto. También aparecen conflictos de identidades nacionales en los casos de
migrantes, que pueden identificarse con más de un país, y en países cuyas fronteras han
cambiado, como es el caso de la ex Yugoslavia, la ex Unión Soviética, o grandes partes del sur de
Estados Unidos que hasta 1848 eran parte de México. En las instituciones educativas escolares la
identidad suele entenderse como lealtad al estado-nación, y se expresa tanto en contenidos
curriculares como en una serie de rituales que incluyen el izamiento de la bandera nacional y el
canto del himno y otras canciones patrias. Estos rituales se refuerzan con la educación informal
cotidiana (pedagogía pública) expresada en monumentos, festejos de fechas patrias, homenajes
a personajes heroicos, exposiciones en museos, películas, desfiles, programas de televisión,
eventos deportivos como los juegos olímpicos o los mundiales de futbol, etc. Así como la
identidad nacional se relaciona con sentimientos de pertenencia, también se puede relacionar
con sentimientos de exclusión y rechazo, particularmente en sociedades con altos grados de
discriminación simbólica y real. Volveremos sobre el asunto de la identidad unos párrafos más
adelante.
Una tercera dimensión de la ciudadanía tiene que ver con las virtudes cívicas, que se refiere a los
valores, actitudes, disposiciones y conductas que se esperan de un “buen ciudadano”. Estos
valores, a su vez, se relacionan con los modelos hegemónicos de buen ciudadano en cada
sociedad y en cada periodo histórico, y no pueden desligarse de los debates sobre el modelo de
sociedad que se pretende construir. En algunas sociedades, el sistema educativo promueve el
desarrollo de ciudadanos informados, críticos, solidarios, involucrados con su comunidad y
preocupados por la ecología y la justicia social. En otras sociedades, las virtudes cívicas que más
se promueven son la obediencia, la puntualidad, el patriotismo, la higiene y el respeto a la
autoridad. Frecuentemente, en una misma sociedad coexisten diferentes modelos de buena
ciudadanía que responden a concepciones ideológicas distintas y se expresan en la priorización
de distintas virtudes cívicas en el curriculum escolar, en libros de texto y en el curriculum oculto.
En términos de Westheimer y Khane (2004), estos modelos de buen ciudadano pueden
sintetizarse en tres categorías: responsabilidad personal, participación cívica, y orientación a la
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
justicia social. Como observa Biesta (2011), la pregunta de fondo es si el buen ciudadano es aquel
que encaja en el sistema sin protestar, el que va con la corriente, o si el buen ciudadano es aquel
que sobresale de la multitud, el que va contracorriente, el que resiste a la moda y frecuentemente
se encuentra un poco fuera del orden establecido.
La cuarta dimensión de la ciudadanía se relaciona con la agencia, esto es, con el ejercicio de la
ciudadanía que hacen los actores sociales. La agencia se refiere a la acción ciudadana, sea en
organizaciones barriales, movimientos sociales, partidos políticos u otros espacios cívicopolíticos. En esta dimensión se suele hablar de un espectro que incluye a la ciudadanía pasiva en
un extremo y a la ciudadanía activa en el otro, con una serie de eslabones intermedios o, terminos
mas foucauldianos, de sujetos sujetados y sujetos liberados. Entran aquí los debates entre
escuelas de pensamiento estructuralistas y voluntaristas sobre el determinismo y la autonomía,
sobre dominación y emancipación, sobre identidad y subjetivación, en síntesis, sobre la dialéctica
relación entre estructura y agencia. En esta dimensión se concibe a los ciudadanos como actores
politicos, se discuten los factores que promueven e inhiben la eficacia política, y se analizan las
dinámicas visibles e invisibles del poder.
LA IDENTIDAD NACIONAL Y LA COMUNIDAD IMAGINADA
Regresemos ahora a la segunda dimensión de la ciudadanía, que es la que nos ocupa
principalmente en este texto. El Diccionario de la Real Academia Española define a la identidad
de tres maneras diferentes. La primera acepción, más objetiva, la define como el conjunto de
rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Una
segunda acepción del término, más subjetiva, es la conciencia que una persona tiene de ser ella
misma y distinta a las demás. Una tercera concepción, más normativa, entiende a la identidad
como un deber ser, como un producto a construir a través de una serie de intervenciones
escolares y extraescolares. En este texto reconocemos la existencia de las tres acepciones de la
identidad, pero nos enfocamos en la tercera porque es la que se relaciona más directamente con
la educación ciudadana.
Es preciso reconocer que la identidad no existe en abstracto, independientemente de
condiciones sociales, culturales y materiales. Por el contrario, se construye en contextos
histórico-sociales e institucionales específicos. Por ejemplo, la identidad de estudiante
normalmente se desarrolla en instituciones educativas, la identidad de soldado no existiría sin la
existencia de ejércitos, y la identidad de preso no existiría en una sociedad sin cárceles.
Continuando con este razonamiento, las identidades nacionales se han gestado en un periodo
histórico caracterizado por estados-naciones, que como ha observado Anderson (1983) son
comunidades socialmente construidas, esto es, sociedades imaginadas por individuos que se
perciben como miembros de ese grupo aunque no se conozcan entre sí. Para Anderson, estas
‘comunidades imaginadas’ llamadas naciones surgieron en el contexto de la revolución industrial
y la ilustración, con el ascenso de las lenguas vernáculas por sobre el latín, la crítica a las
monarquías hereditarias y la circulación masiva de ideas liberales y seculares en libros y
periódicos gracias a las imprentas.
Como mencionábamos anteriormente, la identidad nacional se construye socialmente a través
de un conjunto de experiencias de aprendizaje formal, no formal e informal que comienzan con
la socialización primaria e incluyen desde símbolos y rituales hasta contenidos curriculares y libros
de texto. Dado que la creación y expansión de los sistemas escolares se produce paralelamente
al surgimiento y consolidación de los estados nacionales, no sorprende que la escuela pública
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
históricamente ha cumplido (y aún cumple) un papel importante en el cultivo de identidades
nacionales. El cumplimiento eficaz de esta función ha incluido una serie de factores como la
obligatoriedad de la escolarización, la imposición de una lengua nacional por sobre lenguas
regionales, la uniformidad del curriculum, y una versión ‘oficial’ de la historia nacional que no
pocas veces (sobre todo en situaciones de conflicto) recurre a narrativas mitológicas y
propagandísticas para promover sentimientos de lealtad y patriotismo. Al mismo tiempo que
esto ocurre en muchas escuelas del mundo, podemos encontrar indicios de narrativas
alternativas que, si bien no siempre contradicen la lógica oficial, señalan la existencia de tensiones
entre diferentes concepciones de la identidad nacional. Veamos brevemente algunas de estas
tensiones a manera de ejemplo.
La primera es la tensión entre la narrativa oficial, que es la que prevalece en el curriculum escolar,
y el revisionismo histórico, que suele aparecer en otros escenarios y a veces se cuela por la
ventana de las instituciones escolares. En 1980, Howard Zinn publicó A People's History of the
United States (La Otra Historia de los Estados Unidos, un best seller que cuenta la historia de ese
país desde la óptica de los trabajadores, los indígenas, los negros, los extranjeros, los latinos, las
mujeres, y otros sectores normalmente excluidos de las historias oficiales. En el 2007 se publicó
una versión infantil de este libro con ilustraciones (para niños de 10 a 14 años) y al año siguiente
un filántropo anónimo que había estudiado con Zinn donó 4,000 paquetes didácticos (que
incluían el libro infantil y guías para los docentes) que fueron repartidas gratuitamente a maestros
de todo el país. En Argentina, recientemente hubo una disputa simbólica en torno al monumento
a Colón que se erigía detrás de la casa de gobierno. El monumento fue trasladado a otro sitio con
el proyecto de reemplazarlo por una estatua de Juana Azurduy, una mestiza boliviana que
combatió en las luchas independistas del Virreinato del Río de la Plata a principios del siglo 19.
Como metáfora de la tensión no resuelta, en estos momentos la estatua de Juana Azurduy está
emplazada en el lugar aún llamado Parque Colón. Así como los monumentos son parte de la
pedagogía pública y construyen identidad, lo mismo sucede con las conmemoraciones. Hace unas
pocas semanas, en el ayuntamiento de Phoenix, Arizona, se discutió una iniciativa para que el 12
de octubre se reemplace la celebración del día de Colón con el Día de los Pueblos Indígenas.
Después de un largo debate se resolvió que coexistan las dos conmemoraciones el mismo día.
Una segunda tensión es la que se puede observar entre identidad nacional e identidades
regionales o prenacionales, que en algunos casos coinciden con disputas de soberanía política.
Esta tensión se manifiesta principalmente en sociedades en las que una región de un estadonación, por razones históricas, culturales, lingüísticas, etc., reclama constituirse en una nación
independiente y autónoma (e.g. Catalunia, Quebec, País Vasco). También pueden aparecer en
estados-naciones blilingües y biculturales, como el caso de Bélgica, en donde las identidades
territoriales (flamenca y francesa) entran en tensión entre ellas y con la identidad nacional. Los
conflictos entre identidad nacional e identidades prenacionales se pueden encontrar en países
donde coexisten comunidades originarias (que allí residen con anterioridad a la creación del
estado-nación) con poblaciones que han inmigrado de otros territorios, sea durante la época
colonial o postcolonial (Schugurensky 2010). Además del tema de la soberanía de los pueblos
autóctonos, se pueden encontrar en esos países tensiones en cuanto a identidad que se cruzan
con variables linguísticas y raciales. Un caso interesante es el de Paraguay, donde la lengua
indígena (guaraní) logró sobrevivir varios siglos pese a los intentos por eliminarla, y actualmente
es una de las dos lenguas oficiales junto con el español. Este país nos presenta un experimento
en donde se está forjando una nueva identidad nacional, y hasta cierto punto original porque el
guaraní es la única lengua indígena hablada por la mayoría de una población no indígena.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Las dinámicas linguísticas se relacionan directamente con debates sobre la identidad nacional, y
encontramos acá una tercera tensión, particularmente en países con altas tasas de inmigración,
entre el idioma oficial y los idiomas de las comunidades inmigrantes. Por ejemplo, el español, que
era el idioma dominante en Paraguay hasta que se consagró oficialmente el bilinguismo, es en
Estados Unidos un idioma subordinado. A pesar de que se habla masivamente (hay en ese país
45 millones de hipanohablantes, lo cual lo ubica en tercer lugar después de Mexico y Colombia),
en algunos estados se ha prohibido el uso del español en las escuelas y hasta en lugares de trabajo
y en eventos deportidos. Por ejemplo, hace poco ocurrió un incidente que tuvo repercusión en
periódicos de todo el continente. La deportista Allegra Hanlon, que nació y creció en Estados
Unidos, fue castigada por la Asociación de Tenis por conducta antideportiva porque celebró un
punto gritando la palabra ‘vamos’, a la manera de de su ídolo Rafael Nadal. Hanlon, cuya madre
es colombiana, relata su experiencia de esta manera:
“En un momento de euforia, después de ganar un punto y mientras cambiábamos de lado
de la cancha grité '¡vamos!'. 'Punto de penalización, Hanlon. No se puede hablar en otros
idiomas', me dijo el árbitro. Me giré y le dije: 'Lo siento, ¿qué?'. 'No se puede decir 'vamos'
o lo que quiera que hayas dicho. Tienes que hablar en inglés', respondió”.
Desde ese momento ha debido contenerse para no manifestar ninguna emoción, ni en español
ni en inglés, por miedo a ser sancionada nuevamente. Luego del juego Hanlon revisó el
reglamento, y constató que efectivamente se prohíbe hablar en idiomas extranjeros en los
campeonatos. La referencia a ‘idioma extranjero’ en este caso es extraño porque el español es
un idioma que Hanlon aprendió en Estados Unidos durante su infancia, al mismo tiempo que el
inglés:
“Más tarde recibí la notificación de la Asociación estadounidense en la que me explicaban
que la sanción era por haber dado un grito en un idioma extranjero. El hecho de que el
idioma extranjero fuera el mío propio no significaba nada. El mensaje era claro: yo era una
intrusa a la que no se veía con buenos ojos”.
El hecho de que una persona bilingüe nacida y educada en Estados Unidos sea sancionada por
emitir una expresión en español hacia sí misma para darse aliento en una competencia deportiva
sugiere que las identidades múltiples o híbridas no son bienvenidas, y que por el contrario se
privilegia una única identidad. La percepción de la joven tenista hispana (“yo era una intrusa”)
revela que ese episodio la hizo sentirse como una extranjera en el país del cual es ciudadana legal.
Ya que estamos hablando de hispanos en Estados Unidos en relación a la identidad, vale la pena
recordar que recién en la década de los ochenta el gobierno comenzó a emplear el término
hispano para clasificar a las personas provenientes de países de habla hispana. Como lo nota
Cristina Mora (2014) en su libro Making Hispanics: How Activists, Bureaucrats, and Media
Constructed a New American (“Haciendo hispanos: Cómo activistas, burócratas y medios
construyeron un nuevo americano), entre 1850 y 1920 el censo no distinguía entre ciudadanos
blancos y de origen mexicano. En el censo de 1930 aparece la pregunta de ‘color o raza’, y los
trabajadores del censo debían indicar con una W a los blancos (“Whites) y con Mex a los
mexicanos. En 1950, el censo revirtió esa decisión y reclasificó a los mexicanos otra vez como
blancos (a menos que fueran claramente indígenas, negros o asiáticos). Recién en los ochenta,
entonces, aparece el término hispano en el censo, sin quedar claro si se trata de una identidad
lingüística, étnica o racial, y sugiriendo que las identidades –tanto individuales como colectivasse construyen socialmente y cambian a través del tiempo.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A veces, ciertos cambios de identidad no necesitan décadas para manifiestarse, y en ciertos
momentos pueden observarse en cuestión de días debido a cambios drásticos de contextos. Por
ejemplo, el 30 de marzo de 1982, miles de trabajadores argentinos salieron a la calle para
manifestarse en contra de la dictadura militar por sus políticas económicas. Después de seis años
de silencio y 30,000 desaparecidos, el pueblo argentino salió masivamente a la calle, y cuando
comenzó la represión del gobierno de facto de Leopoldo Galtieri se desató una batalla campal.
Esa noche, los soldados conscriptos que se encontraban en la sede del Estado Mayor salieron a
la calle vestidos de civil para evitarse inconvenientes. El 2 de abril, otra manifestación popular se
dirigió a la Plaza de Mayo, pero esta vez para expresar su apoyo al gobierno que acababa de
anunciar el desembarco de tropas argentinas en las Islas Malvinas, desafiando a la guerra al
gobierno británico. Con enardecido patriotismo, los manifestantes ovacionaron al presidente,
que los convocó a entonar el himno nacional. Edi Zunino, que en esos tiempos era soldado
conscripto, recuerda que la gente lo llevó en andas varias cuadras al grito de “¡Soldado, amigo, el
pueblo está contigo!” En sólo 72 horas esos soldados argentinos pasaron de procurar evitar ser
reconocidos como tales por un pueblo que los temía y los odiaba, a ser reconocidos como héroes
y vitoreados. En esas mismas 72 horas, muchos manifestantes pasaron de identificarse a sí
mismos como trabajadores opositores al gobierno a una identificación patriótica. Recordando
esos hechos e intrigado por ese cambio, Zunino (2016) se pregunta cuántos de los apaleados,
gaseados y detenidos del 30 marzo colmaban esa misma plaza el 2 de abril con ilusión de gesta,
y concluye que la continuidad del gobierno militar dependía de unificar a la población
promoviendo la supuestamente postergada resurrección de la argentinidad. No sería la primera
vez que un gobierno que atraviesa una crisis política intenta lograr la adhesión de diferentes
sectores de la población apelando a la identidad nacional y unificándolos en contra de un enemigo
común como estrategia principal.
Eso, sin embargo, sólo ocurre en situaciones excepcionales. Un recurso simbólico que se usa más
frecuentemente en muchos países para promover la identidad nacional es el himno, que
frecuentemente es una canción patriótica de carácter marcial que exalta las virtudes del país y
llama a defenderlo de los enemigos. En estos momentos, en Estados Unidos se están produciendo
una serie de actos simbólicos contrahegemónicos que utilizan el himno para llamar la atención
pública sobre la contradicción entre el discurso oficial de la identidad nacional (“todos somos
iguales”) y la realidad cotidiana. Todo comenzó en agosto del 2016, cuando Colin Kaepernick, un
jugador de la liga de futbol americano, ejercitó su derecho a la protesta ciudadana rehúsandose
a cantar parado el himno nacional antes de sus juegos.
Colin Kaepernick protesta durante el himno (Foto Chicago Tribune)
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Kaepernick explicó que no quería demostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la
gente de color, afirmó que con este acto simbólico intenta crear conciencia sobre la violencia
racial y la brutalidad policial y prometió continuar con su protesta hasta que se remedien una
serie de injusticias. Este acto ha generado muchas reacciones, generalmente polarizadas en dos
grandes campos.
Por un lado, se argumenta que el himno y la bandera son sacrosantos y no deben mezclarse con
la política, y mucho menos con una actitud de protesta, que se equipara a una falta de respeto a
los símbolos nacionales. Desde este sector se han proferido una gran candidad de críticas a
Kaepernick, incluyendo acusaciones de traición a la patria y amenazas de muerte. El candidato
presidencial Donald Trump inclusive lo invitó a que se vaya a vivir a otro país. Por otro lado, se
argumenta que los verdaderos patriotas son los que alzan su voz para denunciar injusticias e
instigar cambios que promuevan la igualdad de todos los habitantes, y que el canto del himno
puede ser un ritual vacío de contenido o convertise en un acto lleno de significado.
El ejemplo de Kaepernick ha generado otros actos de protesta similares, tanto en la liga de futbol
americano como en otros deportes. Por ejemplo, Megan Rapinoe, una de las jugadora de futbol
(soccer) más famosas de Estados Unidos, se hincó al momento del himno en solidaridad con
Kaepernick. También se produjeron casos parecidos en escuelas. Inspirado por estos atletas,
Shemar Porter Turner, un estudiante de secundaria de 15 años, se resistió a pararse y recitar la
promesa de lealtad a la patria (‘pledge of allegiance’) que se realiza diariamente en todas las
escuelas al inicio de la jornada. Aunque el adolescente esgrimió los mismos argumentos que los
atletas, el estudiante fue disciplinado por el docente, quien lo acusó de faltarle el respeto a la
patria y a las fuerzas armadas. Unos días después, cuando el incidente tomó estado público, el
docente fue sancionado por las autoridades escolares por su autoritarismo.
Megan Rapinoe protesta durante la ceremonia del himno nacional
La repercusión de estas protestas en torno al himno nacional y la promesa de lealtad comenzaron
a generar un debate en la sociedad sobre el significado de ciertas palabras como lealtad, traición
y patriotismo. De hecho, TIME Magazine, el semanario de mayor circulación mundial, colocó esta
problemática en unas de sus portadas con la foto de Kaepernick. En las mismas fechas, el New
York Times, uno de los periódicos más prestigiosos, publicó una nota en cuyo título preguntaba
quienes pueden ser llamados ‘patriotas’ (Morris 2016), y un grupo de activistas bajo el nombre
de ‘Campaña del Coraje” recolectó donaciones para colocar un gran cartel en un lugar muy
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
transitado de San Francisco con una foto de Kaepernick y un texto de una sola palabra:
“patriotismo”.
El debate también incluyó al presidente Obama, quien señaló que el atleta estaba ejerciendo su
derecho constitucional para crear conciencia sobre una injusticia, al igual que lo habían hecho
otros deportistas anteriormente. Obama agregó que el deportista puso sobre la mesa una
problemática real y legítima, y que una de las consecuencias de este acto es que ha generado
más conversación sobre dicha problemática.
En sintesis, la identidad nacional es una construcción social e histórica que está en permanente
disputa. Esas disputas incluyen diferentes interpretaciones históricas sobre la construcción de la
nación, soberanía política, lenguaje, derechos ciudadanos, grado de coherencia entre las
declaraciones formales y la realidad, y correlaciones de fuerza entre diferentes grupos sociales
que proponen diferentes definiciones de identidad nacional que tienen expresiones particulares
en países con altos niveles de inmigración o con historias de conquistas territoriales.
IDENTIDAD NACIONAL E IDENTIDAD GLOBAL
Dijimos anteriormente que una de las funciones de los sistemas escolares es promover la
consolidación de una identidad nacional. Sin embargo, debido en parte a la expansión de las
tecnologías de información y comunicación y en parte a otras dinámicas de los procesos de
globalización (migraciones, importaciones, etc.) está apareciendo una nueva generación de seres
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
humanos que se identifican más como ciudadanos globales que como ciudadanos de un estadonación. En el 2013, John Zogby y Joan Snyder Kuhl publicaron un libro con el provocativo título de
“First Globals: Understanding, Managing & Unleashing the Potential of Our Millennial Generation
[Los primeros globales: Entender, dirigir y aprovechar el potencial de nuestra generación del
milenio], que se basa en una investigación de una década sobre las actitudes y valores de la
generación de estadounidenses que nacida entre 1979 y 1994. El principal hallazgo del trabajo es
que esta generación es radicalmente diferente a las generaciones que la precedieron, y que como
lo sugiere el título del libro, es la primera generación con una identidad global en la historia de
Estados Unidos. El estudio señala que estas nuevas generaciones de jóvenes tienen una visión
más amplia del mundo que las generaciones anteriores, y que esta visión se acompaña de
experiencias y actitudes más internacionales. Por ejemplo, la investigación de Zogby y Kuhl reveló
que dos tercios de este grupo de jóvenes tienen pasaportes y ha viajado al exterior, y que el 35%
dice que prevé (no que desea, sino que prevé) vivir y trabajar en una capital extranjera en algún
momento de su vida. Otro dato interesante es que más del 60 por ciento de los jóvenes
encuestados afirmó que hablar un idioma extranjero es importante o muy importante o algo
importante, mientras que solamente entre un 3 y 5 por ciento de otros grupos etarios
compartieron esa afirmación. La investigación también revela que los miembros de esta
generación no tienden a colocar su patria por encima de otros países, valoran a otras culturas, se
autoidentifican como ciudadanos del mundo antes que ciudadanos de Estados Unidos. Esta
generación tiene una mayor conciencia ecológica que las anteriores y es menos propensa a
apoyar guerras que cualquier otra cohorte del estudio. Por ello, los autores predicen, quizás con
una ligera cuota de optimismo, que cuando esta generación asuma posiciones de liderazgo
tenderá a buscar soluciones pacíficas a los problemas y promoverá un orden mundial más
igualitario y solidario.
Pasando a la escena internacional, y confirmando varios de los resultados de esta investigación,
una encuesta global reciente (GlobeScan 2016) que incluyó a 20,000 personas de 18 países reveló
que la mayoría de las personas encuestadas (51%) se identifica primero como ciudadanos
globales y sólo en segundo lugar como ciudadanos nacionales, mientras que sólo un 43%
manifestó en primer lugar una identificación nacional (ver table 1). Este dato es significativo
porque es la primera vez desde que se comenzó a realizar esta encuesta en el 2001 que aparece
una mayoría de ‘ciudadanos globales.’ Esta tendencia es particularmente evidente en países de
economías emergentes, en los cuales el 56% se identifica primeramente como ciudadanos
globales y sólo en segundo lugar como ciudadanos nacionales. En ciertos países sorprenden los
cambios con respecto a los datos de la encuesta del 2015. Por ejemplo, en países como Nigeria
(73%, +13), China (71%, +14), Peru (70%, +27) e India (67%, +13), sorprende tanto la alta
proporción de ‘ciudadanos globales’ como el rápido crecimiento de personas que se identifican
como tales.
Es preciso aclarar que estos datos, a diferencia de los presentados en el trabajo anterior, se
refieren a personas de diferentes edades y no sólo a jóvenes. Tomando en cuenta esta aclaración,
es interesante señalar que en los países industrializados, acuciados por crisis financieras,
desempleo y conflictos sobre políticas de inmigración, se observan actitudes diferentes. Por
ejemplo, sólo el 30% de los alemanes consultados se consideran ciudadanos del mundo. Esto
contrasta con España, el país europeo con la tasa más alta (54%) de personas que se identifican
como ciudadanos del mundo. Otro indicador de ciudadanía global es la disposición a aceptar
refugiados de países con graves conflictos sociales.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
En consonancia con el dato anterior, España aparece como el país más hospitalario e
‘internacionalista’ de esta encuesta: el 84% de los españoles aprueba la recepción de refugiados
de Siria. Esto contrasta visiblemente con otros países. Por ejemplo, sólo el 11% de los encuestados
rusos está de acuerdo con aceptar refugiados sirios. Más allá de las particularidades de cada país,
el estudio confirma la creciente tendencia hacia una mayoría de la humanidad que se identifica
con una ciudadanía planetaria, y esta tendencia es particularmente notable en países del sur
global. Lo anterior sugiere que en las próximas décadas se producirá en muchos países una
tensión entre el curriculum escolar, que promueve la identidad nacional, y una nueva generación
de estudiantes que se identifica con una ciudadanía global.
Tabla 1: Identidad nacional v. identidad global (GlobeScan 2016)
A MANERA DE CONCLUSIONES
La identidad tiene una dimensión individual y colectiva y se construye en condiciones sociales y
culturales específicas. Muchos de estas condiciones no son elegidas y por los sujetos y los
acompañan desde el nacimiento y la socialización primaria. Entre estas condiciones no elegidas
se encuentran la familia, los grupos étnicos, raciales y religiosos a los que pertenece dicha familia,
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
el grupo de edad con el cual nos relacionamos, o el territorio en el que crecemos. En estos
contextos construimos los principales rasgos de nuestra identidad, con base en normas culturales
y sociales que típicamente reflejan ideologías y valores hegemónicos que tendemos a aceptar
acríticamente y muchas veces de manera no conciente. Más tarde, en nuestra socialización
secundaria, tenemos la oportunidad de elegir a los grupos sociales con los cuales nos
relacionamos en entornos laborales, educativos, políticos y territoriales diversos. En algunos
casos, en la socialización secundaria procuramos encontrar amistades y experiencias que
refuercen la ideología y los valores que internalizamos en la socialización primaria. En otros casos,
de manera intencional o intencional, nos topamos con experiencias que interpelan nuestra
manera de entender el mundo y nos generan dilemas desorientadores que eventualmente
generan transformaciones personales (Mezirow 2001) y cambios más o menos profundos en
nuestra identidad. Es preciso reconocer que esto no significa que en nuestra vida adulta gozamos
de autonomía total para definir nuestra identidad. Además de los mandatos que acarreamos
desde la infancia, estamos condicionados ‘desde arriba’ por identidades homogeneizantes y
desde abajo por interacciones con otros sujetos a través de la accion social colectiva (Calderón
2012).
Estas reflexiones corresponden sobre todo a la identidad social, que tiene que ver con el papel
que uno ocupa en la vida social, y con el desarrollo de sentimientos de pertenencia y compromiso
con una comunidad determinada. La identidad social se complementa con la identidad política,
que se relaciona más directamente con la idea de ciudadanía activa y tiene que ver con las
relaciones de los individuos con la toma de decisiones. Los proyectos nacionales de educación
ciudadana tienden a promover tanto aspectos de la identidad social (especialmente cohesión
social) como de la identidad política (e.g. participación en la construcción de una sociedad más
democrática). Como bien nota Biesta (2014), estos dos objetivos no son necesariamente
complementarios, pues una sociedad fuertemente cohesionada no se convierte
automáticamente en una sociedad democrática, orientada por valores de igualdad y libertad. El
ejemplo de la Alemania nazi es bastante ilustrativo al respecto. Como bien nos decían Freire y
tantos otros, la educación ciudadana no es neutra, y tanto en el curriculum oficial como en el
curriculum oculto se pueden encontrar modelos de identidad deseable. En este sentido, en
muchos países la educación ciudadana se orienta más al desarrollo de una identidad que acepte
las bondades de la organización social, politica y económica existente, que al desarrollo de
actitudes y capacidades para criticarla, mejorarla y transformarla (Merchán Iglesias et al. 2012,
Schugurensky 2006, Tarozzi y Torres 2016). En este sentido, la educación ciudadana, en lugar de
imponer una identidad única e incontestable, debería ayudar a los estudiantes a construir sus
propias biografias a través de procesos que contemplen diferentes opciones.
Quisiera concluir con unas reflexiones sobre el tema de la educación para la ciudadanía mundial,
un proyecto civilizatorio que incluye entre otras cosas el tránsito del periodo antropoceno al
ecozoico y el desarrollo de una identidad planetaria. Esta es una de las tres prioridades
estratégicas actuales de la UNESCO, que el año pasado publicó en varios idiomas una guía titulada
Educación para la ciudadanía mundial: Temas y objetivos de aprendizaje. Esta guía, que propone
objetivos, contenidos y activades de aprendizaje detalladas para distintos niveles educativos
(desde preescolar hasta secundaria), entiende a la ciudadanía mundial como un sentido de
solidaridad entre ciudadanos del mundo entero, es decir, como un sentimiento de pertenencia a
una humanidad común. La guía propone dotar a los alumnos de todas las edades los valores,
conocimientos y competencias basados en los derechos humanos, la justicia social, la diversidad,
la igualdad entre los sexos y la sostenibilidad medioambiental, lo cual contribuiría al desarrollo de
una conciencia mundial (UNESCO 2015). Para no quedarse en una declaración abstracta, la
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
UNESCO sugiere diferentes maneras en que la guía puede integrarse a los sistemas educativos y
planes de estudio nacionales, sea como tema transversal, integrada a otras materias, como
material independiente, o en el marco de la educación no formal. Una educación ciudadana
mundial como la que propone la UNESCO podría trascender las lealtades nacionales y abrazar
una identidad cosmopolita, que supere la ‘patología de la repugnancia’ que divide al mundo entre
un ‘nosotros’ superior y sin fallas, y un ‘ellos’ contaminante, sucio y malo (Nussbaum 2010,
Zubero 2012).
La hipótesis que parecería subyacer en el planteo de la Unesco es que una identidad ciudadana
planetaria es una condición necesaria pero no suficiente para lograr eventualmente una
ciudadanía planetaria como estatus, es decir, una ciudadanía no atada a un territorio físico con
fronteras (el Estado-Nación) que reconozca a todos los seres humanos como portadores de los
mismos derechos sin ningún tipo de exclusión. La Declaración Universal de los Derechos Humanos
de 1948, adaptada al siglo 21 con la Carta de la Tierra, sería una especie de horizonte normativo
de esos derechos. Una de las preguntas que pueden formularse en este proyecto educativo de
largo plazo es si el tránsito de las identidades nacionales a una identidad ciudadana planetaria
debe o no pasar primero por una identidad continental. Por ejemplo, el Marco de Referencia de
la Educación del Parlamento Europeo del 2006 identificó ocho competencias clave. Una de ellas
es la llamada competencia social y cívica, que incluye una serie de competenecias personales,
interpersonales e interculturales que preparan para participar eficaz y constructivamente en la
vida social y profesional y para la resolución de conflictos. En relación a estas competencias el
documento hace alusión a la identidad en dos ocasiones,
una en referencia a la importancia de generar conciencia sobre las identidades culturales de
Europa, y la otra en relación a la necesidad de percibir cómo la identidad cultural nacional
interactúa con la europea (Comunidades Europeas 2007). Dado que ambas tareas pedagógicas
se describen en el documento como esenciales, sería interesante realizar un estudio comparativo
para analizar en qué medida esos objetivos se han logrado después de una década de existencia
del Marco de Referencia.
Desde una perspectiva empírica, algunos datos sugieren que en varios países la identidad europea
entre los jóvenes ya existía desde antes de la elaboración de ese documento, y que dicha
identidad no contradecía a las identidades nacionales. Por ejemplo, el estudio de la IEA
coordinado por Judith Torney Purta indican que ya en el 2008 la mayoría de los jóvenes de 14
años procedentes de 24 países europeos se mostraban orgullosos de pertenecer a la Unión
Europea y, en general, este sentido de identidad supranacional se correspondía con su identidad
nacional. En España, por ejemplo, un 91% se sentían orgullosos de ser simultáneamente españoles y europeos (Kerr et al., 2010, p. 73). Desde una perspectiva crítica, también sería pertinente
debatir si el objetivo de moldear una identidad europea constituye una contribución genuina al
desarrollo de una ciudadanía global y solidaria, o simplemente fomenta una nueva forma de
patriotismo excluyente pero de carácter continental. En última instancia, si tanto el estado-nación
como las comunidades de varios estados-naciones son comunidades imaginadas, nada impide
que la imaginación vuele más alto y construya una identidad planetaria y eventualmente una
comunidad planetaria que incluya la globalización de los derechos humanos.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
REFERENCIAS
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Zunino, Edi (2016). Malvinas: Edi Zunino recuerda sus días de soldado en 1982. Perfil, 2 de abril.
61
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
PODERES Y DEBERES PARA LA ENSEÑANZA DE LAS
CIENCIAS SOCIALES.
Pérez Garzón, Juan Sisinio
Universidad de Castilla-La Mancha
INTRUDUCCION
A personas expertas en enseñanza de las ciencias sociales, cualquier reflexión resultará
reiterativa. Se ha escrito mucho y bien sobre el papel de la enseñanza de las ciencias sociales, en
concreto, de la geografía y de la historia (también de la historia del arte) en los distintos niveles
educativos 1. Parece un tópico insistir en que somos tiempo y espacio. Constituyen factores
incuestionables, pero hay que subrayar que tales soportes no explican nada si no se consideran
los condicionantes de vida construidos por personas y colectivos desde las relaciones sociales con
todas sus dimensiones de poder, intereses, expectativas y conflictos. Por eso las identidades son
tan plurales como cambiantes, tan dispares como persistentes. Incluso en su persistencia
cambian de contenidos y perfiles, de tal modo que, bajo ropajes aparentemente iguales, se
cambian tan profundamente que, con frecuencia, sólo queda la entelequia de un término
geográfico y político. Baste un ejemplo: hay más elementos comunes de vida, ideas y
sentimientos entre un joven español y un joven japonés de hoy que entre ese joven español y
aquellos hidalgos de la Monarquía hispánica del siglo XVI, por más que nos empeñemos en
hilvanar un relato de continuidad identitaria. La identidad se apoya en gran medida en referencias
inaprensibles sobre las que se construye un sentimiento de diferencia frente a otros, basada de
modo relevante en la historia y en la geografía, entre otros ingredientes. Por eso la historia y la
geografía, saberes del tiempo y del espacio, se han desarrollado como materias educativas no
sólo afines sino acopladas para definir y perfilar identidades.
Ambos saberes estudian lo “nuestro”, lo que pensamos que nos define en el tiempo y en el
espacio, sea a escala local, nacional o continental, sea en términos culturales, religiosos, políticos,
etc. En definitiva, la historia y la geografía como disciplinas han servido para educar a niños y
jóvenes en el orgullo de unas determinadas identidades y memorias en prácticamente todos los
sistemas escolares existentes. Por eso puede ser adecuado plantear, a modo de preámbulo de
este congreso, ciertas reflexiones sobre los dilemas que nos afectan a los docentes de tales
ciencia sociales. Sobre todo porque en estos momentos podríamos sentirnos perdidos ante las
nuevas realidades desde las que abordamos nuestro oficio.
Así, hoy, por lo que se refiere a la historia, ésta se encuentra perdida frente a la palpable
hipertrofia de la memoria, ese campo de acción de distintos poderes y contrapoderes que
1
Es imposible relacionar la amplia producción intelectual al respecto; baste la referencia a los trabajos publicados
en Con-ciencia Social. Anuario de didáctica de geografía, historia y otras ciencias sociales, que, desde el número 1
(1997) hasta el presente (para 2016 es el número 20), viene recogiendo las distintas perspectivas planteadas sobre
los significados y cometidos de la enseñanza de las ciencias sociales.
62
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
seleccionan los trozos del pasado que mejor les convienen a sus respectivos presentes. En
paralelo, a la geografía le afectan los zarandeos producidos por una globalización que rompe
fronteras y disuelve espacios. Ambas disciplinas, por lo demás, constatan cada día el fin de
aquellas sociedades en las que los docentes eran prácticamente el único vehículo de información
y formación para las clases medias y altas que accedían a los institutos y a la universidad. Además
de los cambios y democratización que han ocurrido en los sistemas educativos, el hecho es que
las mentalidades e identidades de los grupos sociales, y de la ciudadanía en su conjunto, ya no se
configuran exclusivamente a través de los recursos que ofrecen los docentes. Aunque supongan
nuevas tribulaciones profesionales, los verdaderos intermediarios para todo tipo de
conocimientos y para configurar saberes, memorias, identidades son los medios de comunicación
masiva. Baste citar, solo como realidad insoslayable, el fabuloso archivo de historia del presente
que existe en internet, por no citar la tan zarandeada pero extraordinariamente valiosa
enciclopedia de Wikipedia. Es un dato que nos remite al agotamiento de las perspectivas
nacionales y nacionalistas y al alumbramiento de retos de ciudadanía global que exigen dosis de
cosmopolitismo inaplazable.
En todo caso, para centrar las reflexiones me ceñiré más en concreto a la historia y al carácter de
su docencia. Seguro que los aquí presentes compartimos que los individuos, las sociedades y las
culturas necesitan dotarse de un sentido histórico 2. Tenemos necesidad de memoria, por eso
consideramos la amnesia como una patología, como también puede resultar patológico Funes el
memorioso, aquel personaje de Borges que no olvidaba nada. En consecuencia, podríamos
plantearnos en qué medida tenemos necesidad de historia; y sobre todo, qué tipo de historia,
con qué contenidos, pautas y objetivos. No cabe duda que es la disciplina del sistema educativo
que más preocupa a los gobiernos de todo tipo y color, de todos los países y continentes 3. Los
gobiernos no se preocupan de las matemáticas o de la literatura tanto como de los contenidos
que imparten los docentes de historia. Está claro que lo hacen porque la historia aporta los
anclajes básicos a la construcción del relato de identidad que debe ser aprendido. En definitiva,
la historia y los historiadores tienen el poder de nombrar y clasificar, de cribar y establecer
relaciones entre pasado y presente. Al historiador cabe aplicarle que “por mucho empeño y rigor
que ponga en describir, siempre recaerá sobre él la sospecha de prescribir o de proscribir” 4, esto
es, la responsabilidad de decir.
LAS MEMORIAS EN PLURAL, Y LA HISTORIA, EN SINGULAR.
A este respecto, conviene recordar las diferencias entre memoria e historia. La memoria colectiva
siempre es una construcción política. Política en el sentido etimológico, pues se refiere siempre
al modo en que se funda u organiza cada sociedad, al modo en que se justifica o explica cada
cultura, cada ideología y cada grupo social. Esta característica implica la existencia del poder como
agente de elaboración de la respectiva memoria, sea un poder estrictamente político, o los
poderes de otros grupos sociales que también desarrollan la capacidad de crear memorias, o
incluso anti-memorias, para ahormar comportantes colectivos o identidades sociales. De esta
2
3
4
Conviene recordar el film de Ridley Scott Blade Runner, ilustra el drama de los replicantes por carecer de memoria
y, por tanto, de identidad. Cierto que en la novela sobre la que se basa, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
(Barcelona, Edhasa, 1981), de Philip K. Dick, no se subraya tanto la relación entre memoria e identidad, sino más
bien la empatía como referente para establecer el rango de lo humano.
Ver los casos expuestos en MacMillan, M. (2010): Juegos peligrosos. Usos y abusos de la historia, Barcelona, Ariel.
Bourdieu, P. (2002), Lección sobre la lección, Barcelona, Anagrama, p. 19.
63
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
primera característica se deriva otra, que la memoria siempre selecciona, no es fiel, omite,
inventa y exagera en la re-construcción del pasado, pues instrumentaliza ese pasado para explicar
y justificar los distintos valores y relaciones sociales sobre los que se instala el correspondiente
poder o grupo social que organiza y vive esa memoria.
Por eso, como tercera característica, se comprueba que la memoria es una realidad social tan
objetiva como ideológica. Por un lado, la memoria se convierte en pauta de organización dentro
de la colectividad, de modo que distribuye y jerarquiza a las personas según criterios de valor
instituidos por esa memoria cultural. Esto es una realidad objetiva. Por otra parte, es ideológica
pues se dedica a fortalecer una identidad colectiva. Justifica fracasos, ennoblece crímenes y
reverencia hechos y personas que se elevan a la categoría de sacrificios y héroes. Por muy
generosos que sean sus ideales, no deja de ser una manipulación, de modo que el pasado de un
colectivo, aunque pretenda ser ejemplar, no deja de ser una mentira. De ahí el cuarto rasgo de la
memoria, su carácter excluyente. La memoria de un colectivo social no se construye desde la
pluralidad de perspectivas sino que su elaboración es unidimensional, con argumentos en contra
de quien no la asimila. No es inclusiva, porque esa misma memoria se constituye en relación social
sobre la que se establece una legitimidad fetichista que jerarquiza a las personas según el criterio
de valor instituidos por su propia cultura, identidad o capacidades de poder.
En definitiva, las imágenes compartidas socialmente y la nostalgia de unos determinados pasados
consolidan la cohesión grupal, fomentan la identificación social y la defensa de una identidad
específica que justifican actitudes y necesidades del presente 5. De ahí la eclosión de lo que se
conoce con la rúbrica de “memoria histórica”, que son muchas y diferentes, siempre plurales
porque responden a una demanda social son parte de un amplio y prolongado debate que ha
afectado a todas las esferas de la convivencia, desarrollado en las últimas décadas prácticamente
en todos los países y culturas. Ahora bien, el antídoto no consiste en elaborar otro tipo de
memoria, ni una sola memoria, sino en reforzar constantemente los poderes críticos que
constituyen la esencia de la historia como ciencia.
En efecto, la historia, si quiere ser ciencia, no se puede enclaustrar en las simplificaciones de las
memorias, sino que tiene que abrirse obligatoriamente a las complicaciones, incomodidades e
impurezas que existen en cada momento del pasado. Recordemos que la historia dejó de ser
crónica de reyes y poderosos para convertirse en ciencia social no más allá del siglo XVIII, sobre
todo durante el siglo XIX, como parte del racionalismo ilustrado y de las revoluciones liberales
que dieron voz a nuevos agentes históricos, al sustituir las dinastías por las naciones, los reyes
por los pueblos y establecer la conquista del progreso como explicación de la acción humana. Se
construyó así el relato de la modernidad anclado en la genealogía de las personas como seres
sociales y como creadoras de civilización y cultura. Al buscar sus raíces en los pensadores de la
antigüedad grecolatina, se recogió la doble acepción del término “historia” que significaba tanto
el conjunto de acontecimientos humanos ocurridos en el pasado, como el conocimiento y
memoria que se tenía de los mismos. Semejante ambivalencia conceptual, ya existente en la
misma raíz indoeuropea del término historia, albergaba el peligro de confundir el conocimiento
y la memoria con la propia materia de ese conocimiento y de esa memoria. De ahí surgieron
amplios debates que se prolongan hasta hoy sobre la delimitación entre materia y conocimiento,
entre realidad y memoria. Se ha enriquecido así la reflexión de la especie humana sobre su propio
devenir, sobre las conexiones entre el pasado y el modo en que los recuerda para justificar un
5
Halbwachs, M. (1950), La Mémoire Collective, Paris, PUF; ver también Rieff, D. (2012): Contra la memoria,
Barcelona, Debate.
64
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
futuro determinado. También ha servido para impulsar debates conceptuales y metodológicos
que son los que han perfilado los contornos de la historia como disciplina académica, con
pretensiones de rango científico.
En este sentido, en la historia se plantea como exigencia metodológica insoslayable el ejercicio
de revisar y, por tanto, verificar y replantear los saberes y análisis existentes, para desplegar y
enriquecer un proceso de conocimiento que, si quiere ser científico, siempre debe estar abierto
a la reinterpretación. En efecto, si compartimos la pasión por conocer la realidad y participamos
del compromiso con la razón como soporte del conocimiento, entonces nunca podemos
limitarnos a aquellos que piensan como uno mismo. Al contrario, se impone el diálogo razonable
y paciente para contemplar las distintas facetas de la realidad social y, por tanto, para admitir
diferentes interpretaciones de la misma. Éste sería el auténtico sentido de la revisión constante
de todo conocimiento. Un revisionismo que, en sentido etimológico, significaría la capacidad de
la razón para analizar la realidad sin verdades cerradas, siempre alerta ante nuevos
planteamientos, y con la exigencia de identificar mitificaciones y prejuicios para ser
desmontados. Además implicaría no recrearse en la confrontación, la fórmula para evitar la
descalificación de los otros. Por coherencia científica, hay que indagar si los otros ofrecen un
punto de vista que nos descubre significados distintos e incluso mejores. A todo intelectual se le
puede exigir la búsqueda de los otros, que pueden ser los opuestos y similares a la vez. Por eso,
más que rebatir, se trata de aprender de lo que otros investigan o aportan sobre la realidad. El
diálogo enriquece, no se puede demonizar de antemano a nadie, aunque es legítimo y necesario
hacer una valoración crítica de las distintas interpretaciones 6.
En síntesis, la historia consiste en el discurso crítica y científicamente argumentado sobre el
pasado, mientras que la memoria no tiene por qué ajustarse a una verificación objetiva de las
fuentes pues selecciona las experiencias del pasado que den coherencia explicativa a una
identidad o sentimiento de grupo. 7 El resultado es conocido, desde los años 80 del siglo XX la
cultura de la memoria ha producido innumerables textos sobre recuperación de pasados,
significados de las conmemoraciones, usos públicos de la historia y también las renegociaciones
del presente sobre el olvido y los compromisos de convivencia. Semejante eclosión cívica ha
impactado en todas las ciencias sociales, por eso hay que tener presentes las aportaciones sobre
la memoria como realidad social y experiencia individual realizadas desde la filosofía, la psicología,
la antropología, la sociología, la ciencia política 8.
ATADURAS SOCIALES Y DEBERES CRÍTICOS
Ahora bien, aunque existe un amplio consenso para diferenciar historia y memoria, también
sabemos que no hay lindes rotundas entre ambos tipos de conocimiento, porque comparten
vínculos sociales que se manifiestan en influencias mutuas e incluso solapamientos totales en
ciertos casos. Además, la memoria de los testigos de cada época es una de las fuentes de la
6
7
8
Pérez Garzón, J. S. (2016), “Revisionismo ¿calificación sectaria u obligación científica?”, Con-ciencia social. Anuario
de didáctica de la geografía, la historia y las ciencias sociales, num. 20 [en prensa]; y Forcadell, C. Peiró, I. Y Yusta,
M., eds. (2015), El pasado en construcción. Revisionismos históricos en la historiografía contemporánea, Zaragoza,
Institución Fernando el Católico.
Estas cuestiones en Manzano, E. y Pérez Garzón, J. S. (2010): Memoria histórica, Madrid, CSIC-La Catarata.
Leoni, Mª S. y Solís Carnicer, Mª M. (2011), “Historiografía y teoría, una introducción bibliográfica (2000-2010)”,
Historiografías. Revista de historia y teoría, 1, pp. 68-94; Cruz, M. (2012), Adiós, historia, adiós. El abandono del
pasado en el mundo actual, Oviedo, Ediciones Nobel.
65
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
historia como ciencia. Memoria e historia, por tanto, se encuentran atadas por cuestiones
metodológicas y por exigencias sociales. En este sentido, es necesario recordar que tanto la
historia como la geografía estuvieron marcados en sus orígenes como ciencias sociales por la
necesidad de construir memorias e identidades en torno a territorios de Estados nacionales. De
este modo, los Estados convirtieron la historia y la geografía en disciplinas obligatorias para los
distintos niveles educativos 9.
Por otra parte, los docentes de estas ciencias sociales, por más que se distancien de las diversas
culturas, memorias y territorios que los envuelven, lo cierto es que se encuentran inmersos en
una cosmovisión social que afecta al ejercicio de su profesión. Esto ocurre porque en las ciencias
existe una dimensión cognitiva y otra dimensión práctica, ambas inextricablemente unidas
porque el conocimiento es un instrumento de la vida e implica acción, y toda acción, en
consecuencia, necesita conocimiento. Por eso la historia y la geografía no pueden ser una
excepción al aspecto constitutivo de la comunicación humana que consiste en aportar contenidos
y explicar relaciones.
Conviene insistir, por tanto, en ese aspecto constitutivo de la comunicación humana, el de
contenidos y el de relación. Si se enseñan hechos que a nadie interesan, la historia y le geografía,
como le puede ocurrir a la filosofía, a la economía, etc., dejan de tener interés; pero si sólo se
enseña lo que quiere la gente o una determinada gente en una muy concreta coyuntura, se
subordina la enseñanza a los intereses de ese grupo. Es un dilema cuya solución no tiene fácil
receta, salvo que se recurra al tan inevitable término medio. En concreto, la historia y la geografía
necesitan, para explicar los procesos sociales, el soporte de una cosmovisión. Adquieren así una
perspectiva sobre la acción humana y se sitúan en un propósito social. Acechan, sin embargo, dos
peligros. Primero, que esa cosmovisión absorba las realidades concretas en un panorama tan
amplio que no permita ni matizar ni diferenciar, de modo que sólo ofrezca generalizaciones y
obviedades que valen para toda sociedad, toda época y todo territorio, como, por ejemplo,
subrayar que siempre hay injusticias en toda organización humana y en cualquier espacio social.
Segundo peligro, que no se tenga el soporte de una cosmovisión, en ese caso la historia, o la
geografía, se pierde en millones de minucias entre las que no se puede observar ni la necesaria
jerarquía de hechos ni atisbar explicaciones de conjunto. En este sentido, nuestra primera verdad
como docentes consistiría en descubrir y descubrirnos autocríticamente las posiciones desde las
que enunciamos nuestras interpretaciones históricas y espaciales, porque formamos parte de
una clase social, de una identidad nacional, cultural, de género, de memoria…
Esto no impide la libertad individual y la capacidad de autocrítica desde el interior de esos mismos
condicionantes, porque el docente ejerce su oficio desde un constante dilema: necesariamente
se encuentra conectado con unos valores que son ideológicos y obligatoriamente tiene que
luchar contra esa ideología. Cada docente puede incluso participar de un proyecto político, pero
esto es irrelevante si se sujeta a los hechos lo más posible –ahí está el método científico como
herramienta profesional-, y además sabiendo que se le va a exigir que enseñe los hechos que más
interesan. Un encargo que no es por vías directas sino tácitas, a través de la inserción del docente
en la sociedad del presente. Por eso es decisiva la historiografía, para analizar sociológicamente
9
Cuesta Fernández, R. (1997), Sociogénesis de una disciplina escolar: la historia, Barcelona, Pomares-Corredor;
García Álvarez, j. y Marías Martínez, (2002): “Nacionalismo y educación geográfica en la España del siglo XX. Una
aproximación a través de los manuales de bachillerato”, Xeografía, 11, Universidade de Santiago; Pérez Garzón, J.
S. (2008): “¿Por qué enseñamos geografía e historia? ¿Es tarea educativa la construcción de identidades?, Historia
de la Educación. Revista Interuniversitaria, núm. 27, pp.37-56.
66
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
y reflexionar autocríticamente sobre los sistemas de verdad que nos afectan como ciudadanos y
como docentes, como historiadores e investigadores y también como críticos sociales 10.
LO CIENTÍFICO COMO ARGUMENTO
Vivimos en sociedades afortunadamente cada vez más reflexivas, con la novedad de que esa
reflexividad trata de apoyarse en argumentos científicos. Es un aspecto propio de la modernidad,
no sólo necesitamos saber cada vez más de nosotros y de nuestros entornos, sino que además
exigimos la garantía de que ese saber sea científico. Vivimos, a pesar de las notables
desigualdades, en sociedades más cultas y con mayores niveles de instrucción. Ahora bien, si la
gente quiere creer verdades, también es cierto que quiere creer aquello que confirma sus
presupuestos previos, y por eso busca los temas o los libros o las novelas que le ratifican su
cosmovisión. El resultado es que toda persona tiene unas determinadas ideas sobre su sociedad,
en cuya configuración nunca falta la cultura de la memoria que nos inunda por doquier. En las
últimas décadas se ha producido una eclosión de recreaciones del pasado en los que participan
desde los medios de comunicación, los canales televisivos de historia, las novelas históricas hasta
los fastos conmemorativos que todos los gobiernos promocionan sobre sus respectivos pasados,
y entre ese marasmo se encuentran unos docentes cuyos afanes de enseñar críticamente el
pasado no sabemos hasta dónde son eficientes. En todo caso ¿nos encontramos ante el triunfo
de la historia o más bien ante una vulgarización de aquellos hechos históricos que dan soporte a
las memorias de distintos grupos, ideologías o aficiones?
El pasado, con frecuencia, pareciera convertirse en el saco roto del que se pueden extraer
argumentos tan dispares como contradictorios entre sí. Su estudio se convierte en un modo de
prolongar los conflictos sociales a través de la historia. O se recuerda o se olvida en aras de la
historia. O se inculcan unos valores o se niegan unas ideas en nombre de la historia. Incluso se
presentan facturas porque la historia dictamina culpabilidades, con actos en los que pareciera
que vamos a enmendar el pasado. Se admiten equivocaciones e incluso se dan reparaciones.
Basta con mirar la explicación de las identidades nacionales: el mismo pasado sirve para explicar
y argumentar posiciones antagónicas en cualquier país.
En definitiva, se piensa que nuestra vida tiene sentido si forma parte de un grupo mayor; así la
historia se hace argumento científico para defender una determinada política, una reparación
social o para consolidar identidades sometidas al continuo fluir de la misma historia. Por eso el
docente debe tener siempre la alerta encendida contra posibles servidumbres o abusos de la
historia. Es la paradoja del pasado, que se puede usar para construir muy diversas e incluso
antagónicas memorias sociales. La historia, sin embargo, debe discernir y criticar, porque no
todos los relatos del pasado valen lo mismo, como tampoco todas las memorias albergan los
mismos valores para la convivencia presente y futura. Que las verdades se construyan con
aportaciones crecientes de los historiadores, porque no hay dogmas en una ciencia social, no
significa ceder el paso al relativismo epistemológico. Que haya pluralidad de memorias tampoco
10 Carreras Ares, J. J. y Forcadell, C. eds., (2003), Usos públicos de la Historia. Madrid, Marcial Pons; Gaddis, J. L. (2004),
El paisaje de la historia. Cómo los historiadores representan el pasado, Barcelona, Anagrama; Traverso, E. (2007),
El pasado. Instrucciones de uso. Historia, memoria, política, Madrid, Marcial Pons; Lukacs, J. (2011), El futuro de la
Historia, Madrid, Turner; Paul, H. (2016), La llamada del pasado. Claves de la teoría de la historia, Zaragoza,
Institución Fernando el Católico;
67
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
significa que todas tengan igual relevancia si queremos construir un futuro de convivencia
democrática.
En este sentido, aunque el concepto de memoria colectiva hay que usarlo con precaución, lo
cierto es que se trata de un término útil, quizás muy impreciso, casi metafórico, pero necesario
para reunir en una palabra el conjunto de creencias sobre el pasado compartidas por un grupo
social más o menos amplio, sea una nación, una clase social o una ideología. Se apoyan en la
historia, tratan de otorgarle carácter de saber científico a su visión del pasado y así piensan
obtener mayor credibilidad a sus pretensiones de presente o de futuro. De este modo los
conocimientos del pasado, la propia historia como ciencia, se transforman en memoria colectiva
y este fenómeno es irreversible en una sociedad cada vez más instruida, con mayor cantidad de
conocimientos en su haber.
Paradójicamente los niveles de conocimiento alcanzados en las investigaciones no siempre llegan
a esos medios de comunicación, que son los verdaderos intermediarios entre los saberes
académicos y el saber social vulgarizado entre amplias capas de la población. Por encima de lo
que se explica en las aulas, la mayoría de los ciudadanos albergan unos conocimientos del pasado
y unos estereotipos fragmentarios y sesgados, adquiridos a través de los medios de comunicación
de masas. Estas nuevas realidades sitúan a los docentes ante retos inéditos. Ante todo, que no
somos los dueños del pasado, que es de todos, sin duda. Ahora bien, también tenemos la
responsabilidad de explicar que conocemos el oficio y las herramientas adecuadas para hacer
preguntas sobre el pasado con mejor discernimiento, que podemos analizar fuentes
documentales con el método más cabal, que sabemos establecer relaciones entre hechos y
procesos y, sobre todo, que nos atemoriza desmontar mitos y falsificaciones sobre el pasado,
porque verificamos la realidad social desde unos marcos conceptuales tan elaborados y precisos,
como razonados y sólidamente documentados.
ENSEÑAR EL CAMBIO COMO CONSTANTE HISTÓRICA
Por último, cabría exponer de forma concisa una propuesta directa para la enseñanza de las
ciencia sociales, que la principal obligación consistiría en enseñar el cambio como el factor que
marca de manera constante todos los procesos sociales y todos los espacios humanos. Si el
conocimiento del pasado se estanca en relatos de memorias parciales, y si los territorios se
enclaustran en fronteras excluyentes, porque necesitan mantener la cohesión de las respectivas
identidades, es urgente enseñar que la historia es un cambio constante, que no hay espacios,
culturas, ideologías o identidades inamovibles e inalterables. Al contrario, la historia de la
humanidad y los territorios de cada sociedad están configurados como procesos de cambio,
porque en todo momento y espacio se albergan contradicciones que movilizan las expectativas
de las personas y grupos para construir nuevas realidades. Por eso, la enseñanza de la historia y
de la geografía debería centrarse en ese factor del cambio como la única constante que define
todo devenir humano. Un cambio que, por lo demás, no está predeterminado, de ningún modo,
ni tiene un camino único e incontestable, con unas metas marcadas previamente, sino que se
construye sobre las múltiples aspiraciones que se albergan en cada sociedad.
Ahora bien, si nada existe de modo eterno en ninguna sociedad, eso implica que ese cambio
también implica que ninguna memoria ni ninguna frontera son eternas, lo que obliga a relativizar
memorias y territorios. Por eso, en las ciencias sociales no se establecen dogmas sino verdades
en construcción y, por tanto, los docentes no ejercen el sacerdocio de predicar la verdad de un
pasado o de un territorio. Al contrario, sería lo propio de la enseñanza de las ciencias sociales
68
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
expandir una conciencia razonada y crítica sobre el pasado y sobre sus respectivos espacios
sociales. Coadyuvaría a la formación de inteligencias críticas con los relatos unilaterales de cada
memoria y también desplegaría el deber ético de escuchar a la gente sus otras historias. En
concreto, la historia como saber social y crítico tiene que oponerse a todo intento de reducir el
pasado a una memoria única y, por tanto, estancada. El único principio invariable de la ciencia
histórica estriba precisamente en liberar del determinismo cualquier explicación del pasado
porque la esencia de todo proceso humano es la contingencia.
A la enseñanza de la historia corresponde que los estudiantes capten esa trama de tiempos en
los que no existe un cálculo exacto ni una ruta única en ningún momento, porque siempre hay
elecciones que se aproximan o se obstaculizan, o incluso se quedan en la parte oscura o sin fuerza
de una sociedad. Esa contingencia libera al pasado de una única explicación posible y de un único
sentido. A los docentes de historia, como también a los de geografía, corresponde permitir que
el pasado y los territorios se liberen de determinismos para derribar los muros que separan a
unos determinados “nosotros” de los considerados como “otros”. Es el método para
contextualizar y relativizar las memorias sociales, aceptarlas en su diversidad y pluralidad de
experiencias pero a la vez borrar todo tipo de análisis teleológico. Porque siempre hubo caminos
abiertos y todos fueron igualmente contingentes aunque sólo triunfase uno.
En conclusión, si nos planteamos en nuestro caso, como docentes, ser útiles para la convivencia
democrática e intercultural, entonces la historia y la geografía tienen que abandonar las
explicaciones intencionales o teleológicas y abrirse a nuevos planteamientos de enseñanza que
permitan captar la interrelación continua entre lo local, lo nacional y lo internacional, y que
también proporcionen la comprensión de las diferencias y la capacidad de situarse en el lugar de
los “otros”. Porque, conviene reiterarlo, el cambio es el concepto que nos define como especie
social a los humanos, y esa realidad de cambio nos instala, individual y colectivamente, en la
paradoja de la identidad y de su insoslayable alteración para comprender a los “otros”. De ahí la
importancia de la enseñanza de las ciencias sociales y, de modo concreto, de la historia como
ciencia del cambio social y de la geografía como ciencia de los distintos y cambiantes espacios
humanos.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CUANDO EL DESTINO ES EL ITINERARIO. LA EDUCACIÓN
PATRIMONIAL BASADA EN PROYECTOS.
De Castro Martín, Pablo
Colegio Safa-Grial (Valladolid)
e-mail: tartesos.pablo@gmail.com, web: www.pablodecastro.org
RESUMEN:
Este artículo presenta Souvenirs, un proyecto de innovación educativa
realizado con los alumnos de Historia Contemporánea de primero de bachillerato del Colegio
Safa-Grial, para estudiar la Segunda Guerra Mundial mediante actividades que favorecen la
identificación de los participantes con el objeto de estudio.
En la primera parte de la comunicación se recoge el tratamiento de los contenidos dentro del
currículo oficial. Luego, se hace una breve referencia a la importancia de aplicar la metodología
de investigación basada en las artes visuales para desarrollar este tipo de propuestas. A
continuación, se presentan y describen las diferentes fases del Proyecto Souvenirs, incluyendo
las conclusiones derivadas de su puesta en marcha y, finalmente, se presentan las líneas de futuro
y los planes de mejora que han podido entreverse tras la puesta en marcha de dos ediciones del
proyecto.
PALABRAS CLAVE: Aprendizaje basado en proyectos, transdisciplinariedad, Investigación Basada
en las Artes Visuales (ABVR), procesos de patrimonialización, procesos de identización.
ABSTRACT:
This article introduces Souvenirs, an innovative educational project conducted
with students of Contemporary History of high-school graduation, from Safa-Grial College, to
study World War II through activities that favor the identification of participants with the
historical events.
In the first part of the communication, it referred to how these contents are collected within the
official curriculum. After that, it presents and describes the different phases of The Souvenirs
Project, including the conclusions derived from its implementation and, finally, the lines of future
improvement plans that have been glimpsed after the launch of two editions are presented of
the project.
KEY WORDS:
Project-based learning, transdisciplinary, Arts Based Visual Research (ABVR),
heritagization processes, identization processes.
70
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
INTRODUCCION
El aprendizaje basado en proyectos (ABP) no es la última aportación pedagógica a la didáctica de
las Ciencias Sociales pero, por suerte –a mi modo de ver– parece que este tipo de propuestas
comienzan a ser más habituales y menos residuales entre los profesores que impartimos docencia
de estas materias.
Cansado de las clases magistrales –que, además, hace tiempo dejaron de aportarme satisfacción
profesional–, convencido de la conveniencia del ABP como metodología de trabajo en el ámbito
de la Ciencias Sociales, así como del potencial que tiene acercarse a los contenidos de manera
periférica y desde las metodologías artísticas, llevo ya algunos años revisando mi práctica
educativa y tratando de abrir nuevas vías de trabajo con proyectos de innovación que, poco a
poco, acumulativamente, han ido estabilizándose en la programación de las asignaturas que
imparto.
Entre los primeros artefactos pedagógicos que diseñé de este tipo –curso 2000-2001– y la
complejidad de las propuestas que actualmente planteo a mis alumnos, he visto como su
estructura evolucionaba e iba complicándose a medida que la puesta en marcha de nuevos
mecanismos se iban comprobando como eficaces, convenientes y necesarios.
Souvenirs, el proyecto de que se ocupa esta comunicación, es una de las últimas experiencias que
hemos llevado a cabo. Ha sido puesto en marcha, durante los cursos 2013-2014 y 2014-2015, en
colaboración con los alumnos del grupo de 1ºA de bachillerato del Colegio Safa Grial y es la
metodología que he elegido para trabajar sobre el proceso histórico de la Segunda Guerra
Mundial (2GM), acaecido entre 1929 y 1945, uno de los contenidos que el currículo de
bachillerato mantiene en la asignatura de Historia Contemporánea, de manera constante, sin
importar la ley de educación vigente.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL EN EL CURRÍCULO DE BACHILLERATO Y SUS
CONOCIMIENTOS PREVIOS.
La Segunda Guerra Mundial, como todas las guerras, no es solo un conjunto de batallas,
operaciones de estrategia militar, destrucción y miles de vidas arrancadas de cuajo. Más
allá de todo eso, es la historia de la gente que sufrió, venció, perdió, amó, mató, lloró, huyó,
condenó, salvó, ejecutó…
Todo conflicto histórico se percibe mediante un conjunto de recuerdos que no debemos
permitir que sean olvidados, pues en ellos se guarda la memoria vívida de las víctimas, la
justicia más allá del veredicto de un tribunal, cada historia personal del invadido y el agresor
o todos los objetos que quedaron en la memoria de una tierra herida por el fuego, las balas
y la sangre derramada. (De Castro, 2016: 497-498)1.
Desde el punto de vista docente, la 2GM es uno de aquellos episodios históricos sobre los que los
alumnos de primero de bachillerato albergan una mayor cantidad de conocimientos previos. Si
1
Algunos de los párrafos que dan forma a esta comunicación y que describen o evalúan el proyecto Souvenirs, cuya
divulgación constituye el objeto principal de mi participación en este congreso, aprovechan lo ya escrito en mi tesis
doctoral Cartografía autoetnográfica de una genealogía de programas de educación patrimonial desde la
perspectiva del aprendizaje basado en proyectos y la investigación acción, realizada en la Universidad de Valladolid,
bajo la dirección de los doctores Olaia Fontal y Álex Ibáñez.
71
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
bien algunos de ellos proceden del estudio del asunto en 4º curso de ESO, otros muchos se
encuentran tan claramente condicionados por una procedencia cinematográfica que, a menudo,
les provoca dificultades a la hora de diferenciar los acontecimientos históricos de las tramas
ficticias surgidas de las necesidades narrativas del guión –no son pocas las ocasiones en que
responden a mis preguntas dando verosimilitud a las anécdotas que se desarrollan y que
terminan por ser entendidas como verdades universales o hechos históricos–. A la luz de esta
circunstancia, parecía muy recomendable utilizar esa contextualización favorable para realizar un
estudio que, sirviéndose de sus conocimientos y la información disponible, permitiese abordar el
tema con una cierta profundidad y desterrar esos errores de interpretación mediante un conjunto
de actividades que colocase a los alumnos ante la necesidad de ser protagonistas del proceso de
enseñanza-aprendizaje, pero también, como se verá, de los propios acontecimientos históricos
que estudian.
APROXIMACIÓN A LA METODOLOGÍA DE TRABAJO
Tradicionalmente, los contenidos que han de manejar los alumnos se extraen de un libro de texto
o, en el mejor de los casos, de una localización de información en bibliografía especializada,
cuando no en internet. Si esa información es preparada por el profesor, de nuevo estamos ante
una oportunidad perdida para reproducir la tarea del historiador en el aula, aunque, al menos,
pueda preverse una acertada selección de las misma; si, en cambio, la selección es realizada por
los propios alumnos se corre el riesgo de que los contenidos resulten insuficientes por su
tratamiento torpe o alejado de utilidad. Por eso, a la hora de concebir este proyecto, se tomó la
decisión de conceder importancia por igual a ambos agentes –profesor y alumno– y planteando
una corresponsabilidad en el funcionamiento de este sistema simbiótico.
Desde el principio, existió la necesidad de afrontar el trabajo de manera cooperativa, además de
aprovechar las inercias anteriormente descritas; por ello, Souvenirs se planteó desde la
construcción de los supuestos recuerdos de los participantes en el conflicto, quienes se
identificaban, esta vez, con los propios alumnos. Es decir, de manera progresiva se fue tejiendo
la estructura necesaria para dar forma al proyecto, apoyándonos en una metodología que partía
de
presupuestos innovadores, creativos, transdisciplinares… [Miralles, Molina y Ortuño, 2011]
y una clara apuesta por los procesos de apropiación simbólica [Fontal, 2003], identización
[Gómez Redondo, 2013] y patrimonialización [Falcón, 2010] como instrumentos clave de
un aprendizaje auténticamente significativo que no debe terminar en el aula o en los
propios ciclos escolares, sino acompañar a sus protagonistas durante el resto de su vida.
(De Castro, 2016: 454).
Todos estos años de experiencia docente, además de permitirme poner en práctica una gran
cantidad de proyectos, de índole bien diversa, me han llevado a confirmar que la presencia de
actividades de filiación artística otorga a estos artefactos pedagógicos una multiplicidad de planos
que los convierten en algo mucho más interesante, tanto para mí como para mis alumnos. Poco
a poco, la arteinvestigación educativa (Investigación Visual Basada en las Artes o Art-Based Visual
Research, ABVR), en la que la construcción de los datos –en vez de su búsqueda o hallazgo–
constituye uno de los elementos principales de la investigación, se ha ido adueñando de los
esquemas de trabajo que utilizo en el aula, pues “refuerza la autoridad tanto del investigador
como del lector para crear significados personales a partir un trabajo de investigación, más que
retransmitir o recibir un significado externo” (Marín Viadel, 2011: 32).
72
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Al final, esta derivación de intereses hace que estos proyectos se comporten como
Investigaciones Educativas Basadas en las Artes (Art-Based Educational Research, ABER), pues
Utiliza elementos artísticos y estéticos. Mientras que la mayoría de la investigación en
Humanidades, Ciencias Sociales y Educación utiliza elementos lingüísticos y numéricos, la
IBA emplea elementos no lingüísticos, relacionados con las artes visuales o performativas.
(…)
Busca otras maneras de mirar y representar la experiencia. A diferencia de otras
perspectivas de investigación la IBA no persigue la certeza sino el realce de perspectivas,
la señalización de matices y lugares no explorados. Por eso no persigue ofrecer
explicaciones sólidas ni realizar predicciones ‘confiables’, sino que pretende otras maneras
de ver los fenómenos a los que se dirija el interés del estudio. (Hernández, 2008: 94).
En este sentido, también se reconocen, en proyectos como Souvenirs2, aquellas actitudes
establecidas por Barragán Rodríguez (2005: 71-72), al indagar sobre la integración de actividades
artísticas en los proyectos educativos realizados de modo individual o en grupo.
Las actividades artísticas en el trabajo educativo individual promueven:
-
El desarrollo de la capacidad de simbolización por medios artísticos: visuales,
musicales, dramatización, danza. (…)
-
Insight (darse cuenta), auto conciencia, reflexión.
-
Creatividad, expresividad, espontaneidad, inventiva. (…)
-
Libertad para tomar decisiones, experimentar, probar ideas.
-
Expresar ideas, sentimientos, emociones, conflictos.
-
Trabajar con la fantasía y el inconsciente.
Las actividades en el trabajo educativo grupal promueven: (…)
-
Comunicación.
-
Compartir problemas, experiencias e insights (Darse cuenta).
-
Descubrimiento de la universalidad de la experiencia y de la unicidad del individuo.
(…)
-
Apoyo social y confianza.
-
Cohesión grupal. (…)
La necesidad de mirar el fenómeno educativo desde una perspectiva holística. Una
perspectiva para analizar e interpretar las teorías y prácticas educativas en el contexto
contemporáneo. (Barragán Rodríguez, 2005: 71-72).
2
La conexión de Souvenirs con otros proyectos que ya he puesto en marcha, previamente, es inevitable. Bebe,
especialmente, de las experiencias realizadas en los proyectos Viatores, Programa Pintia de Innovación Educativa
o Simulacri, todos ellos analizados en la tesis doctoral anteriormente citada.
73
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
EL PROYECTO SOUVENIRS. FASES DE DESARROLLO.
Volviendo a nuestro proyecto, Souvenirs afronta el desarrollo del currículo sirviéndose de
actividades de investigación, conceptualización y creación, tanto artística como literaria que se
integran en una serie de fases claramente definidas, estructuradas en cinco o seis sesiones de
trabajo grupal en el aula y algunos momentos de trabajo individual en horario extraescolar.
FASE I. Percepción de conocimientos previos y aproximación a los contenidos.
FASE II. Construcción de los recuerdos.
FASE III. Exposición pública de las conclusiones y las propuestas plásticas.
FASE IV. Evaluación.
En un primer momento, durante la Fase I los alumnos se enfrentan, de manera individual, a esos
contenidos que, como ya se ha comentado, no les resultan novedosos. Tras emplear unos
minutos en detectar qué es aquello que conocen de la 2GM, favoreciendo incluso que viertan
opiniones personales en el proceso o que evoquen las imágenes que maneje su imaginario
individual o colectivo, se les enfrenta al tema de un modo abrupto, pues disponen de quince
minutos para hacer una lectura rápida del capítulo correspondiente del libro de texto.
La utilización del texto les concede una cierta seguridad al proveerles de una información que es
común a todos ellos –en otras ocasiones, se ha acudido directamente a bibliografía especializada
o apuntes elaborados por el profesor, resultando en ambos casos igualmente convenientes–. Esta
lectura inicial y la posterior elaboración de mapas mentales a partir de los contenidos generales
del tema3, además de ayudar a establecer ese contacto con los hechos históricos, tiene la función
de disipar fantasmas entre aquellos alumnos que se sienten más cómodos con una práctica
docente dirigista4.
La Fase II comienza con la división aleatoria del gran grupo en equipos de trabajo cooperativo. El
número de componentes de cada equipo se pone en función del número de integrantes del grupo
clase y de la selección de los escenarios de la guerra que se pretenda trabajar –asignados,
igualmente, por sorteo–. En nuestro caso, con grupos clase aproximados de una treintena de
alumnos, el número de componentes ha oscilado entre cinco y siete y han profundizado sobre
los siguientes escenarios o episodios:
-
Guerra relámpago (Línea Maginot).
-
Batalla de Inglaterra.
Esta actividad, que constituye el cuerpo principal de la primera fase del proyecto, se plantea como un
trabajo individual que deben realizar fuera del horario escolar y entregar en la última sesión de trabajo.
4
Son demasiadas las veces en que una propuesta didáctica innovadora es echada por tierra por la
comodidad de los propios alumnos, en ocasiones incluso de los más capacitados, pues consideran una
pérdida de tiempo trabajar los contenidos de maneras periféricas o mediante metodologías alternativas
a la clase magistral a la que, por desgracia, están más que acostumbrados. En este sentido, la presión
de las familias puede llegar a resultar agobiante, sobre todo si nos referimos a alumnos de 2º de
bachillerato con una prueba de selectividad al final del curso. La consideración de que el empleo de
este tipo de metodologías educativas infracapacita a los estudiantes que las desarrollan es una de las
resistencias más difíciles de vencer por aquellos docentes que apuestan por la innovación.
3
74
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
-
Guerra en el Pacífico (Midway y Guadalcanal).
-
Guerra en el Norte de África (El Alamein).
-
Guerra en el Pacífico (Pearl Harbour).
-
Frente oriental (Operación Barbarroja).
-
Frente occidental (Operación Overlord).
Así, elaborados los grupos, el paso siguiente es pautar con claridad el trabajo que han de realizar,
definir los plazos de ejecución y establecer los procesos correspondientes a cada actividad del
proyecto. Para ello, se proyectan el esquema general de trabajo y su calendarización, se entrega
una copia de esta información a cada equipo, se comenta minuciosamente y se resuelven todas
las dudas que puedan surgir. Además de explicar lo que han de hacer, es muy importante dejar
claro cómo han de hacerlo; por ello, es muy importante tener predefinidos algunos protocolos,
comunicárselos y hacerles ver el porqué de los mismos, para que no se entiendan como algo
arbitrario o al antojo del docente.
Esta parte del proyecto combina la metodología de investigación tradicional, realizada a partir de
su localización en bibliografía específica, páginas web y, con mucha fortuna, testimonios directos,
con la metodología de investigación basada en las artes. El resultado será la construcción de unas
cápsulas del tiempo, compuestas por una colección de objetos guardados en frascos de vidrio5,
supuestamente depositadas en los propios escenarios del conflicto por aquellos que sufrieron la
2GM en primera persona (figuras 1 y 2).
Esta contextualización, que emplea aquellos mecanismos de conceptualización que utilizaría un
artista contemporáneo para diseñar una instalación o una pieza de arte social o político, también
nos permite proceder imitando el trabajo de los historiadores o conservadores de museos. Nos
posibilita jugar a convertirnos en los responsables de su hallazgo casual y en los garantes de su
pervivencia, así como realizar todo el proceso de catalogación e inventariado de cada uno de los
elementos del conjunto, fingiendo, además, aquellos acabados que les puedan dar verosimilitud
como objetos de época.
La clave de la datación cronológica del depósito vendrá proporcionada por la presencia de un
supuesto diario u otro tipo de testimonio autobiográfico escrito, que relata la historia del suceso
histórico –desde una aproximación subjetiva y contemporánea realizada por su protagonista–,
justifica los objetos incluidos en el vitral e incluye las opiniones personales de los alumnos sobre
ese hecho, si bien camufladas entre el verismo del relato (figuras 6, 7 y 8).
El trabajo de producción de todos los materiales requeridos lo realizan en el aula durante un total
de cuatro o cinco sesiones, aunque el número puede ampliarse a conveniencia. Para facilitar el
proceso, se configuran diversos ambientes para el trabajo de los grupos con las mesas de clase y
se habilita una zona como zona de reproducción de objetos arqueológicos. Es decir, utilizando un
par de mesas y la pared, se crea un fondo neutro y continuo con cartulina o rollo de papel; a los
lados —si se dispone de ellos— se colocan dos focos; luego, enfrente, se coloca el trípode con la
cámara réflex que servirá para catalogar los objetos de cada cápsula por separado, así como el
conjunto final. La utilización de este espacio se gestiona por turnos, en función de lo avanzado
5
Elegí este contenedor por ser barato, accesible y transparente, cualidad esta última que permitía
emplearlo como tal para exponer los vestigios supuestamente hallados, pero podría servir igualmente
una caja de madera o metal, convenientemente envejecidas.
75
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
que lleve cada equipo las otras partes del proyecto y, a continuación, se procesan las imágenes
en el ordenador de la aula, donde se guarda una copia de seguridad de todos los materiales del
proyecto.
El número de objetos que compondrán cada depósito, como mínimo, ha de ser equivalente al
número de integrantes del equipo, aunque conviene fijar un número mínimo para que la cápsula
tenga entidad a la hora de presentar el acontecimiento en cuestión y exhibirlo públicamente. En
nuestro caso, siempre hemos manejado un mínimo de seis o siete elementos (figuras 3,4 y 5).
El inventario de los objetos se realiza a través de una serie de fichas de catalogación en las que
se recoge su procedencia, dimensiones y estado de conservación, una breve descripción, la
fotografía del mismo y una serie de apreciaciones personales que contribuyen a enriquecer y dar
verosimilitud al hallazgo. Aquí, por ejemplo, es frecuente que los propios alumnos tiendan
puentes entre el supuesto diario y los objetos, estableciendo relaciones de causalidad y
generando hipótesis que justifiquen su presencia o la relación con los hechos históricos.
Como lo razonable es que los alumnos se distribuyan esta tarea, no está de más incluir un campo
para identificar al investigador, de modo que también se puede realizar una evaluación individual
de esta actividad del proyecto.
Pero su tarea de contextualización no termina aquí, pues una parte del proyecto deben realizarla
utilizando el vídeo, las redes sociales o internet para visibilizar su trabajo. Así, localizando
fotografías de archivo correspondientes a estos procesos históricos, fragmentos de
documentales o secuencias de películas, han de realizar unos sencillos audiovisuales (figura 10)
en cuyos subtítulos, si procediera, pueden establecer datos del eje cronológico o aquellas
explicaciones que consideren oportunas. Además, deben localizar una música de la época y
asignarla como contexto sonoro de la película o de la historia recogida en el diario. Luego, subirán
las películas al canal de YouTube creado para el proyecto o para la asignatura en su conjunto.
Por último, el trabajo se completa con una recogida de testimonios orales o en vídeo realizada
entre personas que vivieran el conflicto o que lo conocieran, siendo niños, de boca de sus
familiares más cercanos6.
Una vez estuvo listo todo el trabajo correspondiente a esta segunda fase del proyecto y todos los
materiales entregados, en sus formatos digital y artístico, abordamos la Fase III, aquella que se
ocuparía de divulgar los contenidos del trabajo, así como de dar visibilidad a los propios
materiales finales en sí mismos.
Por un lado, las diferentes cápsulas el tiempo, con todos sus objetos en el interior, fueron
expuestas en el recibidor del colegio (2013-2014) y en los corredores que permiten acceder a las
aulas del primer piso (2014-2015), donde pudieron ser curioseados por el resto de los alumnos
del centro (figura 9), junto con sus correspondientes diarios ficticios y fichas de catálogo, una
breve explicación del proyecto y algunos carteles diseñados a tal efecto. Además, cada grupo
generó un código QR a través del cual, utilizando sus teléfonos móviles, el resto de los alumnos
podían acceder a los contenidos audiovisuales que recorrían cada escenario o, sencillamente,
6
Como quiera que el tiempo va avanzando, cada vez son menos los alumnos que cuentan con familiares que hayan
vivido estos episodios de primera mano pues, aún remontándonos a informantes que en el año 1942 tuvieran diez
años de edad, estaríamos manejando edades por encima de los ochenta años, lo que dificulta mucho poder contar
con ese tipo de testimonios.
76
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
sentarse a hojear alguno de los textos escuchando la pieza que lo contextualizaba sonoramente
(figura 9, 11 y 12).
A los alumnos les gusta ver sus trabajos expuestos; más aún si se trata de una producción a la que
han dedicado una buena parte de su tiempo, tanto en el aula como en casa. Durante los primeros
días, tras el montaje de la exposición, los pasillos del centro se convirtieron en un hervidero de
curiosos que se arremolinaban ante los tarros rellenos de objetos casualmente encontrados y
que, para ellos, aparentemente, no tenían ningún sentido, ni tan siquiera el decorativo. Ahí
entraron en juego el propio orgullo por el trabajo realizado y el vínculo –identización y
patrimonialización– establecido con el proyecto, los textos de los diarios, los objetos y, en
definitiva, con los acontecimientos históricos que trataban de hacerse visibles de esta manera tan
singular, pues fueron los propios alumnos quienes explicaron al resto lo que tenían ante sus ojos
y los pormenores del proyecto, a través de la descripción de las distintas actividades y la
interpretación del sentido de sus propuestas.
Por desgracia, la exposición, al no encontrarse en un recinto cerrado y controlado, sufrió algunas
agresiones. Algunos en los tarros fueron abiertos, desapareciendo parte de los objetos que
contenían; asimismo, alguna de las colecciones de fichas que catalogaban unos vestigios se
entremezclaron con las de otras, de manera voluntaria. En cualquier caso, fueron daños menores
pues se había pedido a los alumnos que no consignaran dentro las cápsulas del tiempo objetos
que considerasen valiosos, ni en lo monetario ni en lo personal.
Por resumir y concretar todo este proceso, ofrezco a continuación el listado de materiales que
fue generado para cada escenario de la guerra sobre el que se indagó, junto con las indicaciones
que recibieron los alumnos, así como el formato en que tuvieron que presentarse.
Souvenir. [Un tarro o frasco de cristal con los objetos].
Listado con una somera relación de los objetos. Ha de tener el aire de una descripción de
inventario y una estética adecuada a su supuesta procedencia temporal y geográfica.
[Documento de word + impresión. Tipo de letra Courier 12pt, en papel rayado o
cuadriculado].
Fichas de catálogo de los objetos. [Según modelo proporcionado. Documento de word +
impresión].
Hojas de diario que relatan la experiencia vivida por el supuesto protagonista. [Documento
de word + Manuscrito en papel rayado o cuadriculado, de apariencia envejecida].
Música o canción que ambiente ese episodio histórico. Ha de ser una canción de la época
–o que lo parezca–. [Archivo de audio].
Película que reúna imágenes documentales y fotografías de la época con la banda sonora
de la música elegida. Debe poder verse a través de un enlace de internet al que se acceda
mediante un código QR. [Archivo de video en mov o mp4].
Código QR que enlace con el documental. [Código QR que enlace con la canción, en imagen
jpeg].
Fotografías de los objetos del frasco, sobre fondo blanco. [Carpeta con imágenes en jpeg].
Testimonios de personas que vivieron durante la 2GM –abuelos, amigos de la familia,
vecinos…–. [Pequeños clips de video en formato mp4 o mov].
77
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Explicación de la mecánica de trabajo en equipo, mediante la descripción de los roles
asumidos por los distintos miembros y los materiales en que han trabajado. [Documento
de Word]].
Esquema de los contenidos del tema. [Archivo de Word. Tipo de letra Arial de 12pt]. Puede
ser también un mapa mental. Lo han de hacer todos los miembros del grupo.
Esta diversidad de materiales, su complejidad y voluminosidad, su interdependencia para poder
comprender su sentido último, si bien es una de las piedras angulares en las que se apoya el
proyecto, también le provoca uno de los problemas principales que es, precisamente, el de
gestionar y almacenar todo ese material para conservar un registro del mismo.
Personalmente, me gusta conservar algún ejemplo íntegro y físico de los materiales que generan
los proyectos que propongo a mis alumnos pero, en esta ocasión, ha resultado más complicado,
al componerse a partir de una suma de materiales individuales que, casi siempre, los propios
alumnos tuvieron intención de recuperar. No obstante, hubo algún grupo despistado que fue
dejando pasar el tiempo hasta que este se trocó en olvido –casi exactamente igual que sucede
con los materiales arqueológicos–. Así es que he podido conservar completas algunas de las
cápsulas del tiempo.
En cualquier caso, como esto no soluciona el problema del almacenaje y conservación de los
materiales, actualmente estoy trabajando en un protocolo que paute mejor el modo en que los
participantes deben presentarlos y garantizar este viaje de ida, exposición y vuelta –o
permanencia– que se propone.
Por último, Souvenirs se cerró con una Fase IV, protagonizada por diversos tipos de evaluación y
la emisión de calificaciones. Por un lado, como se ha podido ver en la relación de materiales
presentada con anterioridad, uno de los apartados consistía en que los alumnos realizasen una
explicación de la mecánica de trabajo desarrollada por su equipo. En ella, además de recogerse
qué había hecho cada uno y cómo –lo que, otra vez, permitía abordar una calificación individual
de cada alumno de cara a obtener una nota parcial para sus boletines de calificación–, también
debían aparecer sus opiniones sobre el trabajo, es decir, cuáles fueron las principales dificultades
que encontraron, qué les había resultado más interesante, si consideraban o no apropiadas este
tipo de propuestas para el desarrollo de la materia, si el proyecto era mejorable en algún aspecto,
si consideraban que habían aprendido algo o si aprendieron más que recibiendo la materia a
través de una lección magistral… Las respuestas recogidas refuerzan la idea de que este tipo de
planteamientos son, no solo adecuados, sino necesarios. La mayor parte de las críticas recibidas
han tenido que ver con la localización de la información, que les ha resultado más tedioso que
complicado, al parecer –desde mi punto de vista, estos apartados son innegociables, pues privar
al trabajo de su pátina investigadora supondría que perdiera, en buena medida, su sentido–.
En general, evalúan muy positivamente el resto de las actividades, aunque creen que necesitan
más tiempo para realizarlas –algo en lo que no estoy de acuerdo, pues el resultado es ya
suficientemente brillante y, en cambio, de prolongarse demasiado el tiempo para generar los
productos, se correría el riesgo de diluir en tiempos muertos el empuje del grupo–.
La valoración que han hecho las personas ajenas al proyecto es también muy buena. Partiendo
siempre de la curiosidad que suscitan los materiales expuestos, además de sus compañeros de
curso –que comentan con envidia su interés por trabajar así en otras materias– o los míos –que,
a menudo, me piden que comente para ellos la exposición y el proyecto–, se han vertido también
alabanzas en algunas encuestas de las que cumplimentan los asistentes a nuestras jornadas de
78
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
puertas abiertas –posibles futuros alumnos o sus familiares–, aún cuando su contacto con el
proyecto haya sido muy superficial.
Desde el punto de vista de los resultados académicos vinculados al desarrollo y la evaluación de
los contenidos curriculares, durante los dos cursos en que se puso en marcha Souvenirs, todos
los grupos participantes completaron la totalidad de las actividades y obtuvieron calificaciones
por encima del 6,20 puntos sobre 10. Durante el curso 2013-2014, participaron 33 alumnos en el
proyecto Souvenirs, alcanzando un promedio de 7,32 puntos; en el curso 2014-2015, fueron 32
los alumnos implicados y 7,22 puntos su calificación media. En ambos casos pueden considerarse
notables los resultados obtenidos y, en consecuencia, sirven también para validar un proyecto
que implicó al 29,2% de los estudiantes de su nivel.
PROYECCIÓN DE FUTURO.
Antes de comenzar a desglosar las nuevas líneas por las que pueda ir evolucionando Souvenirs,
me gustaría hacerme eco de una información con tantos visos de verosimilitud como de leyenda
urbana. Cuando cursé tercero de BUP, aunque la materia la contenía como uno de los temas que
debían desarrollarse, no llegué a estudiar la Guerra Civil de 1936 dentro de la asignatura de
Historia. No me extrañó pues, como alumno, ya tenía la impresión de que el temario era
inabarcable y, por otro lado, cuanto menos materia nos explicaran, más asumible sería su estudio
y más sencillo el examen –o, al menos, en eso confiábamos ciegamente–.
Más adelante, ya en la facultad, durante mis estudios de Geografía e Historia, mis compañeros
señalaban con vehemencia la vergüenza que suponía para el país que su cuerpo de profesores –
o buena parte de este, pues las voces disconformes eran mayoritarias– cercenara
voluntariamente esa parte de nuestra historia en sus explicaciones, privándonos de su
conocimiento. La verdad es que yo nunca me había planteado esta circunstancia, seguramente
porque, parvo e ingenuo, no podía entrever malicia alguna en aquellos profesores a los que
responsabilizaba, en buena medida, de la vocación que me había llevado a elegir esos estudios
universitarios. Además, mis planteamientos sobre didáctica de las Ciencias Sociales estaban lejos
de comenzar a ser algo importante y necesario, por lo que supongo que asumiría aquellas ideas
o, sencillamente, no me haría preguntas sobre su veracidad.
En 1999 asumí la docencia de la Historia de España de 3º de BUP en el Colegio Marista Centro
Cultural Vallisoletano y, más adelante, cuando se extinguieron los estudios de BUP y COU, la
asignatura de Historia en 2º curso del nuevo bachillerato. Durante un breve lapso de tiempo –en
nuestro caso, al incorporarnos tardíamente al programa de la nueva ley–, la asignatura se
convirtió en Historia Contemporánea de España para, de nuevo y hasta la fecha, incluso en la
nueva estructura que está implantándose a través de la LOMCE, volver a unos contenidos de
Historia General de España que abarcan desde el Homo antecessor hasta el 11M.
Si detallo este periplo es, precisamente, para desmontar las teorías promovidas por mis
compañeros de facultad –entre los que, por cierto, apenas se cuentan unos pocos dedicándose a
la educación– pues, desde mi experiencia en primera persona, salvo ese par de años en que la
asignatura se centró en el periodo de nuestra contemporaneidad, siempre he tenido dificultad
para llegar a cubrir un programa en el que la Guerra Civil es el tema dieciséis de dieciocho
posibles, todos ellos susceptibles de ser preguntados en la prueba de acceso a la universidad.
79
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Ahora que, desde el curso pasado, no imparto la asignatura de Historia Contemporánea Universal,
en primero de bachillerato, he decidido llevarme Souvenirs al aula de Historia de segundo y
aplicar el esquema del proyecto para trabajar, precisamente, la Guerra Civil Española de 1936.
Considero que el proyecto básicamente puede ser el mismo, cambiando el objeto de estudio7 y
aprovechando la mayor capacidad de los estudiantes de segundo para resolver las cuestiones de
investigación. Como he comprobado los problemas que encuentra el alumnado de grado
universitario para llevar a cabo una correcta referenciación de las fuentes bibliográficas que
utilizan, me parece inevitable incorporar el proyecto un pequeño taller sobre citación
bibliográfica con normas APA, que les pueda servir para el futuro, además de para presentar
correctamente sus resultados en nuestro proyecto.
Sin duda, el programa podría cobrar más relevancia si alcanzara una mayor difusión, por ello
vamos a tratar de incorporar la elaboración de una publicación electrónica en formato ePub —
libro interactivo, aunque también podría ser un PDF interactivo— realizada por cada grupo, la
cual podría entenderse como una primera sistematización de toda esa información, de cara a
realizar un compendio más completo, ya permitiendo visualizar los materiales de todos los
equipos, ya dando forma a una especie de resumen con los mejores productos de Souvenirs.
También merece una revisión el protocolo de exhibición de los materiales en internet, pues
hemos constatado algunos fracasos en la vinculación de vídeos y códigos QR, sobre todo cuando
no se ha utilizado el ordenador del aula y el perfil de la asignatura en YouTube.
Con Souvenirs hemos tratado de tejer la historia de los acontecimientos sobre la urdimbre de los
procesos patrimonialización e identización, de fingimiento-identificación y, concediendo gran
importancia a que los participantes asuman la necesidad de concebir un proyecto coherente, en
el que cada elemento construido tenga un sentido en sí mismo, pero también en relación con esa
red de hilos que componen el episodio que estén trazando.
La primera persona, la experiencia personal, la percepción singular de los acontecimientos
históricos desde la piel es lo que hace válido el aprendizaje y creíble el depósito construido; así
como trabajar, a conciencia, sobre los materiales para que aquellos adquieran una cierta
verosimilitud histórica, pero también los procesos de negociación que conducen a decisiones
consensuadas, pues les cohesionan como grupo y favorecen que hagan suyo todo el proceso de
trabajo. Además, el hecho de que la mayor parte del mismo –incluso aquel de corte más científico,
como es el caso del relativo a la catalogación, documentación y descripción de los objetos del
depósito– pueda ser desarrollado en el aula y durante periodo escolar, junto al hecho de que
puedan coexistir lógicas internas de funcionamiento en grupo abiertamente distintas, convierten
el aula en el lugar idóneo para el intercambio de experiencias y la solución de problemas de
manera desenfadada, constructiva y colaborativa.
Parafraseando a Winston Churchill, el éxito de Souvenirs está atado, en gran medida, a la
capacidad de ir superando los pequeños fracasos que sobrevengan durante su implantación, sin
perder el entusiasmo, convencidos de que solo de este modo nuestros alumnos podrán hacer de
la Historia algo tan vivo y tan suyo como útil pues, “ahora, este no es el final, no es ni siquiera el
7
En realidad, Souvenirs podría servir para analizar cualquiera de los conflictos de nuestra historia contemporánea,
entre el carlismo y nuestra citada Guerra Civil de 1936, sin desdeñar los conflictos del 1898 que supusieron la
pérdida de nuestras últimas colonias americanas y asiáticas o aquellos librados para la pacificación de las
posesiones norteafricanas.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
principio del final. Puede ser, más bien, el final del principio”8. (Churchill, 1943). Otros proyectos
vendrán, siempre vienen y, por necesidad, continuaremos cambiando el modo en que nuestros
alumnos se relacionan con la Historia.
BIBLIOGRAFÍA.
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8
“Now this is not the end. It is not even the beginning of the end. But it is, perhaps, the end of the beginning”.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Figuras 1 y 2. Souvenirs. Dos citas visuales a las cápsulas del tiempo, que condensaban los recuerdos de la 2GM en el
frente de África del Norte.
Figuras 3, 4 y 5. Souvenirs. Detalle de alguno de los objetos incluidos en la cápsulas del tiempo, entendidas como
fotografías de catalogación.
82
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Figuras 6,7 y 8. Souvenirs. Tres citas visuales al diario, supuestamente encontrado junto a la cápsula del tiempo, que
contextualizaba los recuerdos de la 2GM en el frente de África del Norte. Autores: Noelia Fernández, Sandra
Gonzalez, Alejandro Herrero, Carla Morchón y Miriam San José.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Figuras 9. Souvenirs. Fotografía de la exposición de los materiales finales
del proyecto en el recibidor del Colegio Safa-Grial (curso 2013-2014).
Puede verse, además de la colección de cápsulas del tiempo, los escritos
autobiográficos que dan contexto a cada depósito y los códigos QR que
enlazaban con los contenidos de video y los contextos sonoros.
Figuras 10. Souvenirs. Fotograma extraído de uno de los proyectos
audiovisuales (curso 2014-2015).
Figuras 11 y 12. Souvenirs. Códigos QR que enlazaban con los contextos
sonoros (curso 2013-2014).
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
“WHEN THE ENGLISH TOOK OVER THEY TRIED TO
ASSIMILATE US”: HISTORICAL NARRATIVES AND
CONSCIOUSNESS AMONG YOUNG FRENCH CANADIANS 1
Stéphane Lévesque, Ph.D., University of Ottawa
with the collaboration of Jocelyn Létourneau, Ph.D., Laval University
INTRODUCTION
In the spring of 2016 we approached over six hundred French Canadians students from different
regions of the country to tell us the history of the French presence in America. Our study, which
coincided with the 400th anniversary of French navigator Samuel de Champlain’ explorations of
Upper Canada, aimed to investigate the structure and quality of students’ narratives and their
sense of historical consciousness as young members of a historical community that traces its
origins as far back as New France. In our work, we conceptualized historical consciousness not as
a stuck of historical knowledge and memories but as “a mental structure or competence that
underlies our dealing with collectively important aspects of past, present, and future.” 2 This
competence is expressed through narratives that serve to orient people in time and space.
According to Jörn Rüsen, historical consciousness functions “as a specific orientational mode in
actual life situations in the present.” 3 This orientation happens in our life because we need to
orient ourselves in time, so we know where we come from and where we are heading. Orientation
also occurs in our own internal subjectivity, giving a self-understanding and awareness of our
temporal existence beyond the limits of birth and death. Orientation, in this sense, makes people
aware of the temporal dimension of the self, shaping their historical identity in reference to “a
temporal whole larger than that of his/her personal life.” 4
As an attempt to operationalize historical consciousness for research purposes, we turned to the
question of “narrative competence” -- the ability to tell and understand historical narrations. 5
This approach, as Kadriye Ercikan and Peter Seixas note, consider assessments of cognition and
learning that “do not separate out content and skills.” 6 In doing so, we chose to investigate how
young French Canadians create usable stories of the collective past by providing them with the
1
2
3
4
5
6
This chapter is based on a larger study conducted with Anne Gilbert (Ottawa) and Jean-Philippe Croteau (Chengdu)
and financed by the Secretariat for inter-governmental affairs of Québec (SAIC) and the University of Ottawa. We
would like to thank Raphaël Gani, Maxime Saumure, and Marc-André Lauzon for their indispensable research
assistantship throughout this project.
Carlos Kölbl and Lisa Konrad, “Historical Consciousness in Germany: Concept, Implementation, Assessment,” in
New Directions in Assessing Historical Thinking, ed. Kadriye Ercikan and Peter Seixas (New York: Routledge, 2015),
20.
Rüsen, History: Narration, Interpretation, Orientation, 66-67.
Rüsen, History: Narration, Interpretation, Orientation, 25.
See Kölbl and Konrad, “Historical Consciousness in Germany: Concept, Implementation, Assessment,” 17-28.
Kadriye Ercikan and Peter Seixas, “Introduction,” in New Directions in Assessing Historical Thinking, ed. Kadriye
Ercikan and Peter Seixas (New York: Routledge, 2015), 5.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
following: Please tell us the history of French in Canada, as you know it. 7 This undertaking is far
more powerful than anticipated. As Rüsen stresses, the active reconstruction of history as
narrative is the core engagement with history and the past. 8 By asking students to tell us the
history of the French presence in Canada, we sought to understand their historical learning as the
effective result of the interplay between historical culture, public memory, practical life,
schooling, and the practice of disciplinary history. 9
While all Canadian schools teach national history, the “nation” is never defined in the exact same
terms because the concept is not ontological. French and English Canadians have historically held
different understandings of their country as epitomized by Hugh MacLennan’s notion of the “two
solitudes.” 10 These divergences have, over time, permeated the public school system, which is
constitutionally divided between French-speaking or English-speaking schools. Schooling is an
important vehicle for teaching national history. But students’ ideas about the collective past
derive from a variety of sources, including but not limited to school. People do not construct
narratives of the collective past on their own; they do so as members of particular communities.
These communities, as Sam Wineburg contends, generate stories of origins and orientation for
the present that do not develop in neat concentric circles. 11 What students learn in class may
contradict what they hear at home, at church, or in the media. Furthermore, several kinds of
identity and narratives interplay within nation-states, notably national and ethnic ones. 12
Unfortunately, there has been limited research in Canada on how narrative ideas develop or vary
within national settings. Our study provides new results on the important yet largely unexplored
relationship between historical narratives, consciousness, and identity.
METHODS
Our research is based on the initial Québec study of Jocelyn Létourneau. Along with Sabrina
Moisan, Létourneau 13 is the first researcher in Canada to have focused explicitly on narrative
7
8
9
10
11
12
13
The actual French question presented to students was as following: ‘Raconte-moi l’histoire des Francophones au
pays comme tu la connais’ (Tell us the history of Francophones in this country as you know it). By focusing more
broadly on Francophones and on the concept of country we wanted our task to be as open as possible, recognising
that all investigative approaches and research tools are inherently limited and culturally bound.
Jörn Rüsen, History: Narration, Interpretation, Orientation (New York, NY: Berghahn Books, 2005). See also Monika
Waldis et al., “Material-based and Open-ended Writing Tasks for Assessing Narrative Competence Among
Students,” in New Directions in Assessing Historical Thinking, ed. Kadriye Ercikan and Peter Seixas (New York:
Routledge, 2015), 117-131.
Stéphane Lévesque, “Going beyond “Narratives” vs. “Competencies”: A model for understanding history
education,” Public History Weekly, 4 (2016) 12, DOI: dx.doi.org/10.1515/phw-2016-5918.
Hugh MacLennan, Two Solitudes (Toronto: Macmillan, 1945).
Sam Wineburg, “Making Historical Sense,” in Knowing, Teaching, and Learning History: National and International
Perspectives, ed. Peter Stearns, Peter Seixas, and Sam Wineburg (New York: New York University Press, 2000), 306325.
Mario Carretero, Mikel Asensio, Maria Rodriguez-Moneo, History Education and the Construction of National
Identities (New York: Information Age Publishing, 2012).
Jocelyn Létourneau and Sabrina Moisan, “Young People’s Assimilation of a Collective Historical Memory: A Case
Study of Quebeckers of French–Canadian Heritage,” in Theorizing Historical Consciousness, ed. Peter Seixas
(Toronto: University of Toronto Press, 2004), 109-28; and Jocelyn Létourneau, Je me souviens? Le passé du Québec
dans la conscience de sa jeunesse (Québec: Fides, 2014). Létourneau’s study (www.tonhistoireduquebec.ca) has
been influential in different countries, including Australia (http://hermes-history.net/remembering-australias-pastrap), Spain, Switzerland, Germany and France (Le récit du commun. L’histoire nationale racontée par les élèves
[Common Narrative. The History of the Nation as Told by students], ed. Françoise Lantheaume and Jocelyn
Létourneau, (Lyon: Presses universitaires de Lyon, 2016).
87
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
competence. His findings are surprising. Québec students are far from historically disconnected
from the past. Their narratives are rich and compelling but largely informed by the historical
collective memory of Québec, not the more critical historiography found in official school
programs. Is this unique to his sample of students? Is this specific to the case of Québec?
Unfortunately, Létourneau looked exclusively at a sample of Québec students without
consideration for groups of French Canadians in various groups and their own sense of
identification. 14 This limitation is critical considering the fact that French Canadians are not a
monolithic group. They live in various regions and provinces which have their own distinctive
experiences, memories, and histories.
This research was conducted in Ontario (On) and Québec (Qc), the two largest provinces of
Canada. Both also have the largest Francophone population in the country (On: 600,000, Qc: 6.2
M). We recruited a purposeful sample of students from 13 high schools (On: 6 schools, Qc: 7
schools) located in various geographical settings (urban and rural, multiethnic and
homogeneous). We contacted school boards and teachers to solicit voluntary participants who
had completed their compulsory national history courses (i.e., grades 10-12). The task we
presented to students in class invited them to write a narrative of the history of the French
presence in Canada. Students were instructed not to use textbooks or the Internet. We indicated
in our classroom instructions that we were not fishing for “correct” factual knowledge from their
courses nor their ability to retrieve historical information. Our goal was broader: we sought to
understand what historical knowledge and stories archived in living memory are remembered
and used for structuring a narrative of the historical experiences of French in Canada. Students
could write their narrative in whatever form and structure they preferred for 60 minutes. The
task also including demographic and identity questions meant to measure their sense of
belonging to various historical communities. 15
A total of 635 students (On: 250, Qc: 385) completed the questionnaire in the spring 2016. Of
these, 73% had French as first language, 14% English, 2% French and English, and 11% another
language; and 48% were female and 52% male. In terms of identities, 46% identified as
Québécois, 33% as Canadian, 11% Franco-Ontarian, 8% claimed dual identities, and 2% another
identity (Acadian, American, Mexican, etc.). 16 The average age was 16.5 years old. Narratives
were analyzed using an inductive-deductive coding scheme emerging from the key themes and
concepts found in students’ stories and informed by Canadian historiographies. Students’
responses were transcribed and coded by three members of the research team using the
software QDA Miner. Results presented in this chapter focus on narrative concepts, themes, and
historical figures as well as their relation to students’ sense of belonging and identity.
14 It should be noted that the narratives of Létourneau’s study included a sample of English-speaking students. For
more details on the results of this linguistic group, see Létourneau, Je me souviens? Le passé du Québec dans la
conscience de sa jeunesse, chap. 7.
15 For these questions, students were asked to identify on a likert-scale their sense of belonging to various
communities (Canada, Québec, Ontario, and “other”) ranging from 0 (no sense of belonging) to 7 (very strong
sense of belonging). This approach is commonly used in identity studies in which participants indicate their own
self-reported sense of attachment to groups.
16 The redefinition of Québec autonomy and use of French as an official language in the province (Bill 101) have
created among French Canadians a sense of national or provincial self-identify as Québécois, Acadien, or FrancoOntarien. Since public education, health and social services are provided by provincial institutions (not federal),
provincial identities are often used to identify French-language institutions. This is most particularly the case in the
province of Québec.
88
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
RESULTS
Initial results from our study indicate that students possess rich stories of the collective past.
Contrary to popular belief, their narratives are replete with references to events and personages
of the historical presence of French in Canada. In fact, a key advantage of using narrative to probe
historical consciousness is the search for historical orientation. Stories offer a coherent structure
of meaning-making with a “mise en intrigue,” a plot, as Paul Ricoeur puts it, which presupposes a
chronological delineation (a beginning and an end-point), a chain of significant events linked in
causal relations, and a particular orientation or purpose (objective). 17
THE “SORROWS” OF FRENCH CANADA
Students’ narratives cover an extensive period in Canadian history, ranging from first contacts
with Aboriginal peoples to the modern period. This represents well over five hundred years of
history in America. But saying this is not to say that students chronicled all historical events from
this past. Results in Table 1 highlight the dominant keywords found in students’ narratives.
Because these keywords were part of constructed stories, as opposed to mere chronological lists,
they are semantically connected into phrases, paragraphs, and ultimately narratives, and thus
reveal important changes in the development of Francophones in Canada. When taken together
in a synoptic view, these concepts represent what Shemilt calls “little pictures of the past” 18 and
what Létourneau refers to as “mythistories.” 19
What is most striking from this table is the recurring emphasis on key episodes in Canadian history
that fit what we could call the “sorrows” of French Canada, in reference to the “way of sorrows”
depicting the last day of the Christ. In students’ narratives, these little pictures (or mythistories)
refer to: the French, the English, the Aboriginals, the land, the language, the school, the wars and
fights, and the rights. The “English” and “French” are portrayed in text as dichotomous cultural
entities representing the dominant groups in Canada. Mostly, they are linked in a contest for
control over land and resources in America. For example:
“The French and the English first immigrated to America during the 1600s and 1800s.”
“During the first years of colonization the French will engage in fur trade, a lucrative
business that will attract another empire. Great Britain, also settled in America with its
Thirteen colonies, will engage in wars and rivalries with France for control over this
commerce. It is thus under difficulty and courage that a change of empire will take place,
the British taking over the territory of New France.”
“The French settled the land (for centuries) and later went to war with the English. After
the War of the Conquest, the British took over the French possession in Canada. For years,
we will continue to develop the colony and fight against Great Britain.”
17 Paul Ricœur, Time and Narrative: tome 1 (Chicago: University of Chicago Press, 1984).
18 Shemilt, “The caliph’s coin: the currency of narrative,” 142.
19 Létourneau, “Mythistory”, Oxford Companion to Canadian History, ed. Gerald Hallowell, Toronto : Oxford
University Press, 2004, 423. Id., “Mythistoires de loser: introduction au roman historial des Québécois d’héritage
canadiens-français” [Mythistories of Loser: Introduction to the Historical Narrative of Québécois of FrenchCanadian Ascendency], Social History/Histoire sociale, 39 (May 2006), 157-180.
89
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Table 1: KEY WORDS, TOTAL FREQUENCY AND PER PROVINCE
TOTAL
NB OF
FREQUENCY
FREQUENCY
FREQUENCY
CASES
ONTARIO
QUÉBEC
FRENCH
1753
492
851
902
CANADA
850
361
434
416
FRANCOPHONE
831
358
420
411
ENGLISH
806
365
303
503
FRANCE
709
303
150
559
QUÉBEC
639
322
180
459
“WE”
540
189
164
376
LANGUAGE
527
260
262
265
WAR
442
247
185
257
NEW FRANCE
384
211
67
317
COLONY
315
158
19
296
“OUR”
294
157
99
195
POWER
260
182
124
136
ANGLOPHONE
228
137
84
144
FIGHT
196
146
131
65
CANADIENS
196
118
80
116
SCHOOL
190
104
190
0
ABORIGINALS
185
130
16
169
RIGHT
179
125
119
60
LAND
169
113
70
99
CULTURE
161
107
65
96
FIRST NATIONS
142
104
57
85
FUR
137
101
0
137
QUÉBÉCOIS
118
73
0
73
FRANCO-ONTARIAN
117
61
117
0
REGULATION 17
111
82
111
0
ASSIMILATE
100
85
0
85
BATTLE (PLAINS OF
ABRAHAM)
92
75
47
45
KEY WORDS
90
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Aboriginal peoples figure prominently in students’ narrative when dealing with the colonial past.
While few names or leaders are mentioned, students overwhelmingly consider the colonization
of America by Europeans to be highly detrimental to Aboriginals and their way of life. That being
said, the role of Aboriginals in narratives is almost exclusively contained to the colonial past. Few
references are made to First Nations in the later periods as if they had completely disappeared
from history -- and society. The only exception is Métis leader Louis Riel who, as French-speaking
Catholic, was central in bringing the province of Manitoba into the Canadian federation but was
executed for high treason for his role in the 1885 resistance to Canadian encroachment on Métis
lands.
“The French came first, met Aboriginals and killed them with diseases. After that, they
tried to convert them, engage in trade and sell liquor which led to a huge problem of
alcoholism. A few years later they were invaded by the England which also tried to convert
them without success.”
“The French sailed to Canada in the 1500s and 1600s. They assimilated Aboriginals or
attacked them with riffles which they did not have. So the French won and built many
villages and cities such as Québec and Montréal…”
“After the creation of modern Canada, Louis Riel was hanged because he was a ‘modest
francophone’ who did not want his metis land to be invaded for a railroad.”
The twin concepts of “war” and “fight” are central to students’ pictures of the past. On the one
hand, the idea of war represents key conflicting moments in the history of Canada and in which
French Canadians were involved often against their own will: conquest, rebellions, world wars,
conscription, abolition of language rights and French schools. On the other hand, the notion of
fight is used by students to express the will of French-speaking communities to resist English
domination and assimilation. War and fight are thus associated with ongoing struggles for cultural
survival, particularly following the conquest of New France, which is one of the most cited events
in students’ narratives.
“There was a war between France and Great Britain, the English won and took over the
land settled by the French. The French population later regrouped on the same territory
(Upper Canada).”
“During the world wars, we were forced to fight shoulder to shoulder with the British
because settlers of British descent were more numerous.”
“Another example is the ‘war of the hairpins’ a sort of ‘war’ that was provoked by the
closing of French schools and transfer to English schools. School teachers fought the
authorities with their hairpins.”
THE TEMPLATE OF “LA SURVIVANCE”
Students’ little pictures of the past are organized into “bigger” pictures of the past informed by
meta-narrative assumptions about the structure, significance, and direction of their narratives.
James Wertsch refers to these as “narrative templates” because they represent organizing
schemas that involve a temporality of events and some sort of plot that can underlie an entire set
91
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
of specific narratives.20 What we discover from the analysis of keywords in context is the
expression of a big picture template that is recurring in students’ narratives: la survivance.
The concept of “la survivance” is well-known in French-Canadian history and denotes the
continuous and necessary survival of Francophone language and culture in the face of English
Canadian or Anglo-American hegemony. If “la survivance” was central to French Canadian
historiography of another era (late 1800s up to 1970s), it is still present, as a metaphor, a
reference or an implicit framework of interpretation, in some contemporary popular historical
writings.21 Above all, it remains salient in the historical collective memory of French Canadians
today. Collective memory entails a set of historical references, teleological schemes, clichés, ideas
and representations through which the past, the present and the envisioned future are decoded
and anticipated. French Canadian movies, songs, theatrical plays, community events, sites of
memory, beer slogans, and political discourse frequently make use of collective memory to
promote agendas and muster collective support. The template of “la survivance” is structured
around three mythistorical plots:22
1. The quest for collective self-affirmation. The historical desire and will of French Canadians to
preserve their distinctive culture and language in the face of Canadian and American Anglo-Saxon
hegemony. Mythistories of self-affirmation bridge temporal differences with a conception of
continuity of the group (or “nation”) over time, locating its origins in the past and projecting a
possible (indefinite?) future.
2. The clash between French and English Canadians. Mythistories present an intricate division of
events and people into continual struggles between a collective “us” (ingroup) and “them”
(outgroup). The ingroup is presented has having common positive traits (French-speaking,
peaceful, benevolent) whereas the outgroup is seen in negative and imperialist terms, often
blamed for the minority destiny of French Canadians.
3. The story of adversity. Adversity refers to a permanent state of struggle to make the most out
of the adverse life situations. Mythistories of adversity are not exclusively about a negative vision
of the past, that is, stories of decline. Instead they link past and present human experiences to
serious and continuous difficulties and collective sufferings. Vigilance is the rigueur for the
survival of the group.
These mythistorical plots are frequently employed, separately or jointly, in French Canadian
communities in an effort to make sense of national events, both past and present. Typically, they
are embedded in stories of the development of a French Canadian nation in America hampered
by conflicts with the English and British which, as a result, has led to a stake of serious and
continuous difficulties and collective sufferings. We found in our study that these mythistoircal
plots are flexible enough to provide practical schemata for the building of various specific
narratives. Indeed, Québec and Ontario students do not tell the exact same stories of the history
of French experiences in Canada. Certain events and personages are more salient in one
provincial group than the other. For example, Québec students were more likely to refer to
explorer Jacques Cartier, New France, fur trade, and war/conquest while Ontario students
20 James Wertsch, “Texts of Memory and Texts of History,” L2 Journal, 4 (20), 9-20.
21 A recent example is Eric Bédard’s best seller History of Quebec for Dummies, (New York : For Dummies, 2013).
22 We address these mythistories in Stéphane Lévesque, Jocelyn Létourneau, and Raphaël Gani, “A Giant with clay
feet: Québec students and their historical consciousness of the nation,” in Identity, Trauma and Controversial
Issues, ed. Jon Nichol and Hilary Cooper (Newcastle: Cambridge Scholars Publishing, 2015) chap. 21.
92
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
stressed more explorer French Étienne Brûlé, French-language education, and Franco-Ontarian
resistance. This variation is possibly an effect of different history curricula and distinctive
memories and community experiences. That being said, both groups implicitly referred to these
mythistories to structure their history of French Canada. The differences between students were
in the substantive content and examples chosen, not the overall structure of their narratives.
Such a big picture template, as Wertsch suggests, acts as an interpretative framework that heavily
shapes the thinking of the members of a community. Indeed, Ontario and Québec have long
abandoned “la survivance” as an educational objective for their history programs. Still, many
students in our study readily tell a history with reference to this big picture framework. Why?
IDENTIFYING WITH THE PAST
Interestingly, results from our study indicate that students’ sense of collective identification
seriously affects the use of this big picture template. In fact, as shown in Table 2, the more
students identified strongly with their linguistic community (e.g., Québécois, Franco-Ontarian),
the more their stories followed the pattern of “la survivance” and used frequently the concepts
of war, conquest, revolution, assimilation, and resistance. This is to say that students who
identified strongly as French Canadians (or Québécois, Franco-Ontarians) adopted more readily
the mythistories of collective adversity, self-affirmation, and clashes between French and English
Canadians. Indeed, these students were far more likely to make use of the pronouns “we” and
“our” when talking about past events and predecessors. In doing so, they purposely established
a sense of belonging to the distant past, turning “their” experiences into “our” experiences, and
connecting past changes to current national transformations.
“When the English took over the land, they tried to assimilate us, impose their religion,
force their English language, in short to convert us. But we were strong, did not bend, and
that is why we are still Francophones.”
“Yes, we went through traumatic events, and yes we were able to overcome these as a
colony. Personally, I am proud to be a descendent of these people and to affirm that I am
Québécois.”
“The British have always tried to assimilate us, to force us to speak English and convert us
to Protestantism. I think we are a strong nation because we have resisted.”
The very fact that this pattern is so prevalent among participants from Québec and Ontario
despite the lack of a common national curriculum indicates how powerful is the narrative
template of “la survivance” in French Canadian communities. In fact, only 38% of our participants
claimed that their stories were strongly informed by formal history education. This is important
as it suggests that other forces also shape students’ narrative ideas of the collective past.
Canadian school history is one among a set of agents in the formation of students’ historical
consciousness. Unfortunately, too often it acts as if it is the only one. Programs of study, official
evaluations, approved textbooks, and even teachers continue to ignore the role and impact of
external historicizing forces on students’ historical learning. Our findings suggest that the
relationship between formal and informal history education as well as the relationship between
history and identity cannot be ignored because learners’ sense of identification and meaningful
real-life experiences strongly influence how they interpret history – both inside and outside the
school.
93
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Table 2: KEY WORS IN RELATION TO SENSE OF BELONGING TO PROVINCE (QUÉBEC OR ONTARIO),
IN PERCENTAGE OF TOTAL FREQUENCY
KEY WORDS
STRONG SENSE OF BELONGING (IN % OF
TOTAL FREQUENTY)
JEAN TALON
91,2
CONQUEST
86,1
TREATY
81,3
NATION
81,1
DEFEND
79,0
FUR TRADE
78,0
INDEPENDANCE (USA)
77,8
REVOLUTION (FR, USA)
76,9
GREAT BRITAIN
76,0
CANADIENS
75,0
JACQUES CARTIER
73,5
ASSIMILATE
73,2
“WE”
72,7
CATHOLIC
72,2
COLONIZATION
71,9
QUÉBÉCOIS
71,7
NEW FRANCE
71,5
BATTLE (PLAINES OF ABRAHAM)
70,5
TERRITORY
68,8
FRANCE
68,6
ABORIGINALS
66,7
SAMUEL DE CHAMPLAIN
66,3
QUÉBEC
65,1
RÉFÉRENDUM
62,8
FIGHT
62,4
PATRIOTS
61,7
94
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSION
Our study of French Canadian students’ narrative ideas differs significantly from what captures
the attention of the media and politicians: students’ poor and fragmented knowledge of Canadian
history. Our results indicate that by the time students graduate from high school they have
acquired an important “stockpile” of historical information in the form of multiple events,
themes, and little pictures of the collective past that vary from one region to another.
Interestingly, these little pictures or mythistories of the past are part of “bigger” pictures
organized in narrative templates such as “la survivance.” These templates, as Jonathan Howson
and Denis Shemilt remind us, are useful cognitive tools precisely because they act as “frameworks
of knowledge” 23 intended to (1) organize information from the past into an intelligible structure
of meaning-making, (2) bridge the dimensions of time (past, present, and envisioned future) with
the twin concepts of cause-effect and continuity-change, and (3) mobilize the experiences of the
past for contemporary life purposes. But narrative templates have their own limitations. The use
of one template over another directly affects the selection, the structure and arrangement, and
the quality of specific historical narratives. These narratives are cultural tools affecting people’s
sense of orientation and identification. In the context of our study, for instance, being French
Canadian meant more than a matter of language currency. It also involved the selection and use
of particular historical experiences relevant to the survival of that group.
In the circumstances, what should educators do? What role should narrative play in history
education? Should national identification be addressed in history classes? For what purpose?
There is no simple answer to these questions, and what works in one educational context may
not necessarily be replicated in another. That being said, we believe that the current situation in
Canadian education is far from satisfactory. We conclude with four possible alternatives to
consider, independent or jointly, as practical changes (or applications) in the context of French
Canadian education which could also serve as blueprint for other educational systems:
1. History educators should take into consideration students’ prior narrative knowledge. 24 Recent
research in the constructivist tradition indicates that new knowledge is constructed from old.
Students do not simply acquire history as new imprints on a hard-drive; they learn additional
information based on what they already know – or think they know. This prior knowledge is made
up of thought patterns, beliefs, misconceptions, and frameworks that influence (or determine)
what they take from new knowledge. Equally important, prior knowledge is shaped by various
forces including, but not limited to schooling. As a matter of fact, our study suggests that formal
history education may not be the most relevant source for structuring a historical narrative of the
collective past. It is part of a larger learning “ecosystem” embedded in historical culture. 25 Once
educators become familiar with the structure and influences on the narratives students bring to
class, they are better equipped to engage these stories and call them into question. For instance,
students might learn that French and English Canadians were/are not dichotomous, monolithic
groups and that some English Canadians have been supportive of French-speaking rights in
23 Jonathan Howson and Denis Shemilt,
24 Jocelyn Létourneau, “Pour une pragmatique de l’enseignement de l’histoire. Leçons tirées d’une recherche”,
[Teaching History a Pragmatic Way. Lessons from a research] [Online] www.ecoleclio.hypotheses.org/.
25 See Stéphane Lévesque, “Going beyond “Narratives” vs. “Competencies”: A model for understanding history
education,” Public History Weekly 4 (2016) 12, DOI: dx.doi.org/10.1515/phw-2016-5918; and Jocelyn Létourneau,
“School, Textbooks and Memory. Inside the “History Learning Ecosystem”, unpublished manuscript.
95
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Canada. They might also realize that Aboriginals have not only existed in colonial times but
continue to live and shape Canada today.
2. History educators must reveal and teach the constructed nature of narratives. In many ways,
students learn history through narratives (e.g., lectures, textbooks, movies, and oral stories). But
rarely are these problematized and deconstructed by teachers. If we want students to think
historically and develop more critical approaches to the past, educators should explain the
structure, grammar, goal, and purpose of narratives. 26 Stories may well be a primary mode of
thought but they are not the past and hence set limits on what we consider significant enough to
tell and remember. As Peter Lee and Rosalyn Ashby contend, history is always “more important
than any particular story it tells.” 27 It is a disciplinary way of thinking with its own procedures,
concepts and rules of argumentation designed to make critical claims about the past. 28 Many
stories are told in society which may “contradict, compete with, or complement one another,”
and this means that students should be equipped with the intellectual tools to deal with the
constructed nature of these historical narratives. 29
3. History educators should not force students to develop any particular national identification
but teach them to discover and understand the various historical experiences and people, in other
words to develop historical empathy. Traditionally, school history has focused on national identity
as a way to promote ethnocultural assimilation and social cohesion. But in a global, multinational
country such as Canada, history education can no longer pretend to promote exclusive national
belonging. As found in this study, students who identified strongly with French Canada adopted
a particular narrative template which oversimplified historical realities. Groups were presented
as monolithic entities with predictable traits: positive and affirmative for the ingroup and negative
and oppressive for the outgroup. 30 Events were selected (or discarded) on the ground of identity
politics, which left out many other significant events outside the big picture of “la survivance.” As
a result, history education should not ignore the relationship between history and identity but
avoid nationalist orientation. This means, as Barton also argues, that schools and curricula should
more carefully “consider the choices they make in selecting some experiences and perspectives
as representative of any particular group” as students will draw selectively from these to
construct their narrative identification with the collective past. 31 They should also expand and
26 See Jerzy Topolski, “Historical Narrative: Towards a coherent structure,” History and Theory, 26 (1987), 75-86;
Jürgen Straub, Narration, identity, and historical consciousness (New York: Berghahn Books, 2005); Arthur
Chapman, “Understanding Historical Knowing: Evidence and Accounts, in The future of the past: Why history
education matters. Nicosia, ed. L. Perikleous, and D. Shemilt (Cyprus: AHDR, 2011); and Stéphane Lévesque, “Why
Tell Stories? On the Importance of Teaching Narrative Thinking,” Canadian Issues, (Autumn 2014), 5-11.
27 Peter Lee and Rosalyn Ashby, “Progression in historical understanding among students ages 7-14, in Knowing,
Teaching, and Learning History: National and International Perspectives, ed. Peter Stearns, Peter Seixas, and Sam
Wineburg, (New York: New York University Press, 2000), 200.
28 See Sam Wineburg, “Unnatural and essential: the nature of historical thinking,” Teaching History, 129 (2007), 6-11;
Stéphane Lévesque, Thinking historically: Educating students for the 21st century (Toronto: University of Toronto
Press, 2008); and Peter Seixas and Tom Morton, The Big six historical thinking concepts (Toronto: Nelson Publishing,
2012).
29 Lee and Ashby, “Progression in historical understanding among students ages 7-14,” 200.
30 For a more detailed discussion on the impact on social identity theory on French Canadian students’ historical
narratives, see Stéphane Lévesque, Jocelyn Létourneau, and Raphaël Gani, “‘A Giant with Clay Feet:’ Québec
Students and their Historical Consciousness of the Nation,” International Journal of Historical Learning, Teaching
and Research, 11 (2013), 156-172.
31 Keith Barton, “School history as a resource for constructing identities,” in History education and the construction
of national identities, ed. Mario Carretero, Mikel Asensio, and Maria Rodrigues-Moneo (Charlotte, NC: Information
Age Publishing 2012), 102
96
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
offer more accurate and balanced individual experiences to students. Expanding historical
experiences might involve the diversification of stereotypical portrayals of groups, presented in
textbooks and students’ narratives, by showing how members of such groups never acted
exclusively in a single collective pursuit but instead endorsed multiple viewpoints (e.g., English
Canadians who supported French-language rights, French Canadians who collaborated with
English Canadians and British authorities, and white colonists who sought to protect Aboriginal
rights and land claims). It might also imply the presentation of groups and experiences beyond
the usual national framework. French Canadian history, for instance, was highly influenced by
French and British as well as American histories. Students’ big pictures could thus be redefined in
reference to bigger pictures of the past of North America, Europe, and the world. Multiplecontextualization and perspective-taking are key principles for educating students to live in a
complex world. 32
4. History education should provide students with the intellectual tools to know how to construct
narratives of the collective past. There are many interpretations of the historical experiences of
French Canadians that students should analyze and study (see point 3). But narrating history plays
an essential role in the formation of historical consciousness. As such, students should gradually
acquire the intellectual tools necessary to develop narrative competence. Of course, students in
the classroom do not have the intellectual knowledge and skills of the historians. “Given too much
interpretive leeway,” as Seixas warns, “students may construct and reinforce untenable views of
the past and of their place in historical time.” 33 But if students are given no opportunity to “do
history,” the formal historical narratives they learn in class may have little impact on their
preconceived stories of the past. In either way, history education is futile. Once history is
understood and taught as a form of knowledge that contributes to the construction of historical
narratives, then it becomes possible to envisage strategies that will help students to create or
hold on to more valid or complex stories of the past that will, in turn, shape their historical
consciousness. This does not mean that students will become “mini-historians,” but it does mean
that they will gradually learn how narrative interpretations are created and used in society.
32 Jocelyn Létourneau, “Teaching National History to Young People Today”, ed. Mario Carretero, Stefan Berger and
Maria Grever, International Handbook of Research in Historical Culture and Education. Hybrid Ways of Learning
History (London : Palgrave Macmillan, 2016.
33 Peter Seixas, “The Community of Inquiry as a Basis for Knowledge and Learning: The Case of History,” American
Educational Research Journal, 30 (Summer, 1993), 320.
97
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A VOZ DOS ESTUDANTES DO ENSINO BÁSICO:
REPRESENTAÇÕES SOBRE A HISTÓRIA DE PORTUGAL 1
Moreira, Ana Isabel1; Armas Castro, Xosé2; Maia, Cristina3
1: Universidade de Santiago de Compostela/Escola Superior de Educação do Porto
e-mail: ana_m0reira@hotmail.com
2: Departamento de Didácticas Aplicadas
Universidade de Santiago de Compostela
e-mail: xose.armas@usc.es
3: UTC de Estudos Culturais e Sociais
Escola Superior de Educação do Porto
e-mail: cristinamaia.hist@gmail.com
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMO:
A comunicação intitulada “A voz dos alunos do Ensino Básico:
representações sobre a História de Portugal” pretende apresentar alguns dados já recolhidos no
âmbito de um trabalho de investigação mais amplo e que tem como objetivo principal identificar,
analisar e interpretar as representações de professores e alunos do 2.º ciclo do Ensino Básico
sobre História de Portugal. Deste mais abrangente estudo interpretativo, apresentamos uma
parte particular, neste caso, a análise dos dados coligidos através de uma técnica de recolha de
dados qualitativa, a entrevista, junto de alunos que no anterior ano letivo de 2014/15
frequentaram o 6.º ano de escolaridade em seis instituições públicas ou privadas do distrito do
Porto, em Portugal. As respostas dos alunos traduziram-se em conceções por si construídas,
muitas vezes influenciadas pelos discursos sociais, pelas tradições escolares ou pelas políticas
educativas adotadas, sobre a história como saber com especificidades próprias de área científica,
como área disciplinar estudada na sala de aula e presente no quotidiano dos sujeitos e sobre
acontecimentos e personalidades que compõem a História de Portugal. E são estas opiniões
pessoais que nos permitem estudar e conceptualizar aqueles sistemas de significação utilizados
que orientam as ações de cada um e que servem como referência para a classificação de pessoas
e a interpretação de acontecimentos, relativamente às especificidades da disciplina em estudo.
Uma investigação direcionada para os contextos reais de sala de aula e um diálogo com aqueles
que conferem forma e dinâmica à educação, crianças de idades compreendidas entre os 10 e os
11 anos. Indivíduos que, não raras vezes, são considerados significativamente imaturos e pouco
capazes de, com rigor e criticidade, evidenciarem as suas opiniões fundamentadas sobre a escola,
a formação académica vivenciada ou a educação em geral.
1
Los autores son miembros del GI RODA de la Universidad de Santiago de Compostela. El trabajo forma parte del
proyecto COMDEMO (EDU2015-65621-C3-1-R) financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
98
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
PALAVRAS-CHAVE:
histórica
Ensino Básico, representações dos alunos, História de Portugal, educação
ABSTRACT:
The communication titled “The voice of elementary school students:
representations on the History of Portugal” intends to present some collected data within a
broader investigation work of which the main goal is to identify, analyze and interpret the
representations of teachers and students of the 2nd cycle of Elementary School on the History of
Portugal. From this wider interpretative study, we present a specific part, in this case, the analysis
of the collected data through a qualitative technic, the interview, among students who, in the
previous academic year of 2014/15, have attended the 6th year of education in six public and
private institutions in Oporto, Portugal. The student’s answers translated in ideas built by
themselves, influenced many times by social discourses, by school traditions or by the adopted
educational politics, about the history as a knowledge with inherent specificities of scientific field
or as a disciplinary field studied in the classroom and present in the everyday life, and about
events and personalities that compose the History of Portugal. And these personal opinions are
what allows us to study and conceptualize those used signification systems which guide each
one’s actions and serve as a reference for the classification of people and the interpretation of
events, regarding the specificities of the subject under study. An investigation directed to the real
classroom contexts and a dialogue with those who grant form and dynamic to education, children
between the ages of 10 and 11 years old. Individuals who, not rarely, are considered significantly
immature and incapacious of bespeaking, with accuracy and criticality, their justified opinions
about school, the experienced academic formation, or education in general.
KEYWORDS:
historical education
Elementary School, student’s representations, History of Portugal,
INTRODUÇÃO
A ideia de que os jovens não sabem nada, nomeadamente quando (ainda) frequentam o 2.º ciclo
do Ensino Básico, repete-se muitas vezes nas escolas, no quotidiano, entre professores, em
discursos sociais. No âmbito da história também. Segundo diferentes perspetivas, as mensagens,
nas aulas e nos ambientes extra-escolares, são sempre recebidas acriticamente pelos alunos. As
suas vivências são desprovidas de qualquer entendimento histórico. Por outro lado, alguns
consideram que aprendizagem da história deve acontecer em jeito de brincadeira e outros
valorizam unicamente a memorização de uma versão histórica “acabada” e sem qualquer sentido
humano. Como tal, o ensino e a aprendizagem da história adquirem contornos de uma visão
fragmentada do passado e não de uma realidade motivadora e capaz de “contribuir para uma
leitura crítica do presente e [de] reforçar uma identidade saudável, inclusiva” (Barca, 2004:385).
Ainda que, e como prática epistémica institucionalizada, uma disciplina escolar imponha
restrições à construção do conhecimento, neste caso histórico, sobretudo porque não se podem
evitar as influências dos contextos de aprendizagem, das representações sociais já construídas,
dos valores e das próprias práticas institucionais (Castorina, 2005).
DAS REPRESENTAÇÕES AO PENSAMENTO HISTÓRICO
De facto, os estudantes, de acordo com os estudos realizados por vários autores (Carretero et al.,
2013; Castorina, 2008; Liu et al., 2005) constroem as suas conceções históricas a partir de
diferentes fontes de conhecimento, como a família, o meio social envolvente, os meios de
99
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
comunicação social, utilizando estratégias cognitivas específicas e experienciando uma
apropriação conceptual marcada pelas interações sociais e linguísticas.
Na verdade, os jovens sabem alguma (muita) coisa, também no que à história diz respeito, e o
seu pensamento histórico progride de forma gradual, tendo em conta a idade e o nível de
escolaridade de cada um, contemplando, inevitavelmente, oscilações individuais (Barca, 2004).
Assim sendo, também o ensino da história, em contexto de sala de aula, precisa de adquirir
determinados contornos que, a formar para uma vida em democracia, não incentive a descrença,
o dogmatismo e o desinteresse pelos valores humanos e sociais. Porventura, um modelo de
história narrativa-explicativa, interpretativa, que entre o local e o global contemple a análise
fundamentada de visões diversas, contraditórias até, mas historicamente válidas. Uma
multiplicidade de narrativas sobre os eventos históricos podem coexistir, mas as interpretações
do passado não são todas legítimas. A história não é ficção, nem especulação, nem um discurso
de senso comum. A história não são estórias e, por isso, na sala de aula deve-se desenvolver o
pensamento histórico dos estudantes (Seixas e Morton, 2013). Por outras palavras, o aluno tem
de aprender a interpretar fontes várias, a selecionar e analisar pontos de vista, a comunicar de
diferentes formas, a participar nas atividades promovidas na sala de aula e não apenas treinar
mecanicamente para a realização de testes e provas, onde deverá responder aquilo que o
professor considera como o correto (Barca, 2007).
Os alunos, quando desenvolvem o pensamento histórico, têm a oportunidade de alcançar níveis
cognitivos progressivamente mais elevados e de evidenciar que sabem cada vez mais. No 2.º ciclo
do Ensino Básico, por exemplo, os alunos com 10 ou 11 anos de idade são capazes de
compreender conceitos mais abstratos se estes forem trabalhados de forma explícita e a partir
de exemplos concretos e de imagens ilustrativas, segundo os estudos de Audigier (2002) e Cooper
e Capita (2004). Além disso, apesar de já disporem de diversas informações históricas, começam,
neste nível de ensino, a atribuir significado aos acontecimentos e às personalidades que
compõem a história (de Portugal). As atividades promovidas em contexto de sala de aula são,
como tal, fundamentais para que os estudantes desenvolvam as capacidades e competências
associadas à disciplina e que, de alguma forma, estão patenteadas nos documentos oficiais
nacionais que configuram as principais orientações para o ensino e para a aprendizagem da
história. Porque, progressivamente, os alunos tornam-se capazes de identificar mudanças (nesta
fase, a implicação de factores sociais, económicos e políticos ainda não é totalmente entendida),
de estabelecer cadeias causais simples associadas à ação humana individual e coletiva, de
reconhecer e utilizar diferentes fontes históricas, de desenvolver a empatia histórica (Audigier,
1995 cit. por Éthier, et al., 2009). Ainda assim, a atuação humana é encarada de forma linear e
progressiva, ou seja, o presente moderno sobrepõe-se ao passado já ultrapassado e a sua
perspetiva temporal continua dicotómica, opondo o “hoje” ao “há muito tempo”, sendo difícil o
acesso ao tempo histórico. A orientação do professor em todas as tarefas propostas assume-se,
assim, como determinante para o sucesso dos alunos (Éthier, et al., 2009).
HISTÓRIA: ENSINO E APRENDIZAGEM
Entre os 8 e os 12 anos (Egan, 1997), as crianças evidenciam uma compreensão romântica das
narrativas históricas. A história é, para eles, um processo progressivo e as explicações causais
adquirem um caráter pessoal e teleológico. Os acontecimentos históricos são interpretados como
resultado de uma motivação ou de uma atuação individual. São as intenções dos indivíduos que
determinam o curso da história, ao contrário das forças e instituições sociais (formas de governo,
100
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
religiões, correntes económicas), cujo papel nas ruturas ou continuidades históricas é pouco
reconhecido por aquelas crianças (Barton, 2010).
Os alunos do 2.º ciclo estão, de uma forma geral, predispostos para o estudo de temas que
incluem as emoções, os valores morais e as opiniões pessoais de outros indivíduos. No entanto,
os mesmos apresentam dificuldades no que diz respeito à compreensão das transformações
ocorridas, entre tempos e lugares, nas atitudes e nas crenças dos sujeitos. Talvez devido a uma
“incompleta visualización de los sujetos históricos” (Carretero e Kriger, 2003:14) e a uma visão
da história como “relato triunfal de construcción de la nación [que] alcanza su clímax en el ideal
de «unificación»” (Ibid.:16). O imperativo da unidade condiciona a aceitação de outras
identidades que não a nacional (esta última, muitas vezes, sustentada em símbolos «inventados»,
enquanto produto cultural) e os processos de identificação e descoberta de modelos positivos
imprimem um caráter afetivo à ligação estabelecida, pelos alunos, às personalidades mais
mediáticas da história nacional.
De acordo com Peter Lee (2002), para que a educação histórica aconteça de uma forma adequada
e consistente é necessário tomar em consideração dois aspetos fundamentais: o
desenvolvimento da compreensão histórica, portanto, da construção de um retrato válido do
passado e a consciência da intrínseca utilidade dessa compreensão, para a orientação temporal
e a sua utilização pessoal numa sociedade concreta. Esta consciência histórica paulatinamente
desenvolvida, “… a informação inerte, progressivamente interiorizada, se torna parte da
ferramenta mental do sujeito e é utilizada com alguma consistência, como orientação no
quotidiano” (Barca, 2010: 23), contribui para que os alunos se reconheçam como parte de um
contexto humano muito mais amplo do que as suas vidas e adquiram ferramentas conceptuais
para refletirem sobre a sua influência pessoal no desenvolvimento dos acontecimentos que, no
seu próprio tempo, fazem a história. As ideias históricas tornam-se cada vez mais sofisticadas. A
aprendizagem histórica, enquanto processo dinâmico, oscila entre os factos objetivos e o
conhecimento consciente e subjetivo, impulsionada pelas experiências do tempo presente
(Schmidt, 2008).
A consciência histórica tem, eventualmente, uma “função prática” de conferir uma identidade
aos sujeitos e de fornecer à realidade em que vivem uma dimensão temporal, uma conceção do
«curso do tempo», porque as operações mentais que mobilizam (emocionais e cognitivas,
conscientes e inconscientes) permitem que o tempo, experienciado como memória, favoreça a
orientação no presente, nos assuntos mundanos da vida diária, por meio da cultura histórica
(Cerri, 2007). Desta forma, a história pode ser entendida como um “nexo significativo” entre
passado, presente e futuro e não como apenas algo «que foi». E mistura-se, assim, o «ser» e o
«dever», enquanto relato de uma história que refere acontecimentos passados para fazer
inteligível o presente e para conferir perspetiva futura à atividade atual (Rüsen, 2010).
Uma consciência histórica avançada, segundo Isabel Barca (2007: 117), “implica adquirir um certo
sentido do que é a História como disciplina académica, dominar determinadas competências
historiográficas, construir uma narrativa consistente da condição humana (e não apenas do seu
país) e reflectir (e agir? Intervir?) em consonância com o esquema mental que cada um vai
dinamicamente formando”. Como tal, uma reflexão atenta sobre o significado dos conceitos
substantivos da história e, consequentemente, dos conteúdos escolarizados, a par dos processos
cognitivos na formação da consciência histórica, ou seja, dos sentidos construídos pelos alunos
não pode ser desvalorizada (Barca e Schmidt, 2013).
101
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A apropriação que cada estudante faz da aprendizagem sistemática da história vai permitir que,
na escola, a identidade social de cada um seja aprofundada e (re)orientada. Porque os
sentimentos de pertença e identidade social (local, regional, nacional e outras) constroem-se
previamente, no decurso das experiências quotidianas que têm lugar nos meios familiar e cultural
(Barca, n.d.). Inevitavelmente, os sentidos de pertença a um grupo favorecem a atribuição de um
mais amplo valor e significado à história local e nacional do que à de outros povos ou mundial,
sobretudo por aqueles que ainda desenvolvem as suas competências no âmbito da aprendizagem
da história. Todavia, o contacto cognitivo com a história de outros povos e mundial criará
condições para alargar os horizontes identitários dos estudantes. E os vários ângulos e valorações
identitários do sujeito poderão ser o ponto de partida para que aquele possa conferir
determinados significados ao passado histórico. O pressuposto do conhecimento histórico não é
a adoção de uma única narrativa substantiva por todos. Antes será a formação de identidades
locais, interculturais e globais que não se excluem, assim como a consciência de que uma
identidade se pode fortalecer pela cooperação entre sujeitos de diferentes identidades, num
processo de compreensão do outro e de diálogo intercultural (Barca e Schmidt, 2013).
Segundo Rüsen (2010:75), a aprendizagem histórica é um processo de mudança estrutural na
consciência histórica, um “…processo de mudança de formas estruturais pelas quais tratamos e
utilizamos as experiências e conhecimento da realidade passada, passando de formas tradicionais
de pensamento ao modo genético”. Talvez por isso, também possamos falar num processo de
aprendizagem evolutivo, pelo aumento qualitativo de experiências e da subjetividade na
interpretação da lembrança histórica. Uma aprendizagem que é tradicional quando as tradições
são reconstruídas como orientações estabilizadoras da própria vida prática; exemplar, quando as
experiências temporais são processadas como regras gerais condutoras de ações; crítica, quando
se obtém a capacidade de negar a identidade pessoal e social de um modelo histórico firmado;
genética, quando a identidade é compreendida como «desenvolvimento» ou «formação»,
favorecendo a orientação da vida prática individual. Assim, a aprendizagem histórica não é
somente um processo cognitivo. É também um processo emocional, estético, normativo, de
interesses. Mais ainda, não é apenas “competência para a interpretação do passado humano
como história, mas também se distinguem a competência estética, a qualidade e a
particularidade do passado em sua singularidade e diversidade de circunstâncias presentes, e a
competência prática de empregar conhecimento histórico na análise, no julgamento e no
tratamento dos problemas do presente” (Ibid.:45).
Desta forma, podem ser elencados alguns objetivos inerentes à aprendizagem histórica. Porque
a aprendizagem histórica é um processo “no qual se abrem os olhos para a história, para a
presença perceptível do passado” e no qual intervêm componentes estéticos e políticos da
consciência e da cultura histórica, para além dos cognitivos, “enquanto pré-requisitos, condições
e determinações essenciais dos objectivos do aprendizado histórico” (Ibid.:48). Por outro lado, o
sujeito aprendiz não pode ser desvalorizado e, no âmbito da história, deve ser tomada em
consideração a sua subjetividade, ou seja, a aprendizagem não pode acontecer sem que se
reconheça a subjetividade dos recetores, a situação atual do problema e a carência de orientação
“de que parte o recurso rememorativo ao passado” (Ibid.), para além da intersubjetividade em
que se constrói a identidade histórica, que, como tal, será mais significativa se também acontecer
no seio da intersubjetividade discursiva.
102
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
OS ESTUDANTES E A HISTÓRIA (DE PORTUGAL)
O estudo em desenvolvimento, retratado parcialmente nesta comunicação, teve a participação
de 91 alunos do 6.º ano de escolaridade (2.º ciclo do Ensino Básico 2) de sete instituições de ensino
(três públicas e quatro privadas) do distrito do Porto, em Portugal.
Na fase final do ano letivo 2014/2015, os estudantes participaram numa situação de entrevista,
durante cerca de 50 minutos, distribuída por dois momentos distintos: num primeiro (cerca de
30 minutos), responderam por escrito às questões apresentadas no guião de entrevista, de forma
individual e sem qualquer orientação facultada entrevistador; num segundo momento (durante
20 minutos), o entrevistador promoveu um momento de diálogo, em grande grupo, para que os
alunos pudessem desenvolver, de forma mais orientada, algumas ideias registadas previamente.
Os doze estudantes selecionados de cada turma3, divididos em grupos de seis, foram retirados
da sala de aula, no tempo letivo destinado a uma aula de História e Geografia de Portugal, tendo
permanecido apenas com o entrevistador, durante a realização da entrevista, numa sala do
estabelecimento cedida para o efeito. A entrevista grupal surgiu como uma forma de facilitar a
intervenção dos estudantes, mais natural e espontânea, e também com o intuito de reduzir os
seus eventuais receios perante uma situação de entrevista.
O entrevistador, desde logo, apresentou-se, explicou brevemente o seu trabalho e os principais
objetivos da investigação em curso e solicitou, acima de tudo, a sinceridade e a individualidade
de cada um dos sujeitos nas respostas dadas, acautelando que as mesmas não teriam qualquer
influência na sua avaliação final da disciplina e que os docentes titulares das turmas não
contactariam, em momento algum, com os dados recolhidos.
Apesar de algumas das questões colocadas evidenciarem um caráter mais orientado, o que
permite uma análise mais objectiva das respostas, a maioria favoreceu a apresentação de
repostas abertas, capazes de estimular o imaginário individual dos estudantes, porque “pueden
comunicar más significados que los números” (Milles e Huberman, 1994 cit. por Blaxter, et al.,
2008:219). Acima de tudo, porque incluem palavras, perspetivas individuais, espontâneas,
escritas na primeira pessoa e que não podem resumir-se a um resultado estatístico.
A par das perguntas mais estruturadas (lista, hierarquia, grelha), de resposta fechada, tendo em
conta as alternativas apresentadas e das perguntas abertas, de resposta livre, foram também
incluídas no guião uma pergunta para análise de quatro fontes iconográficas (imagens alusivas à
História de Portugal e habitualmente presentes nos manuais escolares adotados pelas
instituições de ensino nacionais) e uma pergunta para elaboração de uma narrativa breve (10
linhas) sobre a História de Portugal.
As várias questões, de acordo com o seu objetivo, foram distribuídas por três grupos distintos: a
história como saber, com questões associadas à especificidade desta área científica, na perspetiva
dos alunos; a história na escola e na vida quotidiana, isto é, a história como disciplina estudada
2
O Ensino Básico, em Portugal, divide-se em 1.º ciclo (do 1.º ao 4.º ano), que os alunos frequentam entre os 6 e os 9
anos de idade; em 2.º ciclo (5.º e 6.º anos de escolaridade), que os alunos frequentam com 10 e 11 anos de idade e em
3.º ciclo (do 7.º ao 9.º ano), entre os 12 e os 14 anos.
3 Ao docente da disciplina de História e Geografia de Portugal foi solicitado um grupo de doze estudantes: heterogéneo,
no que dizia respeito ao aproveitamento escolar e de alguma forma equilibrado, na divisão entre rapazes e raparigas
(num dos casos tal não foi possível, tendo em conta o próprio desequilíbrio na distribuição de géneros existente na
turma). No caso de existirem alunos de uma outra nacionalidade, que não a portuguesa, a sua participação foi sugerida
como um contributo positivo para o estudo em causa.
103
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
na sala de aula e presente, também, no dia-a-dia dos indivíduos e a história de Portugal, questões
diretas e específicas sobre os acontecimentos e as personalidades que compõem a História de
Portugal4.
A partir das perguntas relacionadas com a História de Portugal, optámos por expor, nesta
comunicação, a análise das respostas facultadas pelos estudantes, procurando perceber:
- Que acontecimentos e personalidades históricas destacam?
- Que significado/valor atribuem a particulares acontecimentos e/ou personalidades da História
de Portugal?
Para tal, focaremos a nossa atenção em duas questões que lançámos aos alunos nas entrevistas
concretizadas:
- Na sala de aula e também fora da escola já aprendeste muito sobre a História de Portugal. De
que acontecimentos e personalidades históricas te recordas?
- Observa as quatro imagens 5 referentes à História de Portugal. Identifica-as e comenta o seu
significado para a História do país.
Em relação à primeira questão, mais de metade dos alunos entrevistados apresentou uma
resposta completa à questão, identificando, pelo menos, uma personalidade e um acontecimento
da História de Portugal. Apenas cinco alunos deixaram a questão em branco. Aqueles que
responderam, fizeram-no sem qualquer preocupação cronológica, listando, apenas, os
acontecimentos e as personalidades recordados (de uma forma geral, fizeram a distinção entre
uns e outros, diferenciando as duas listagens).
ACONTECIMENTOS
Relativamente aos acontecimentos da História de Portugal referidos, destacam-se, com um maior
número de citações, o 25 de abril de 1974, o período do Estado Novo (entendido entre a
Constituição de 1933 e a Revolução de 1974) e os Descobrimentos, numa indicação mais genérica
e relativa a todo o período da expansão marítima portuguesa. Importa salientar, também, o facto
de existirem, no total, doze referências às duas guerras mundiais. Estas não aconteceram em
Portugal, mas nas salas de aula nacionais estuda-se a presença portuguesa no primeiro conflito
mundial e as consequências diretas para o país, nomeadamente, o contributo para o fracasso da
1.ª República portuguesa e a ausência no segundo conflito e as vantagens de tal decisão para a
reputação do então presidente do conselho, Salazar.
Em relação ao caráter dos acontecimentos apontados pelos alunos, estes são maioritariamente
políticos ou político-militares associando-se a situações de rutura pautadas por conflitos armados
travados no (ou pelo) território português (batalha de Aljubarrota, batalha de Alcácer Quibir,
guerra civil, guerra colonial, regicídio) ou a regimes políticos e formas de governação adotados
(1.ª República, Monarquia, Ditadura Militar), o que vem confirmar as conclusões de outros
estudos (Liu et al., 2005) sobre a prevalência dos acontecimentos político-militares nas
Nesta comunicação centraremos a nossa atenção e análise nas questões que se incluíram neste último grupo,
referente à História de Portugal.
4
5 A primeira imagem era um retrato de D. Afonso Henriques (representado com a coroa, a armadura, o escudo e a
espada); a segunda imagem representava a chegada dos portugueses ao Brasil e alguns instrumentos de navegação
usados na época; a terceira imagem era alusiva à triologia da educação nacional do Estado Novo (Deus, Pátria, Família),
um cartaz intitulado “A Lição de Salazar”; a última imagem apresentava os militares do 25 de abril (de 1974) com cravos
vermelhos nas espingardas.
104
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
representações dos estudantes. Importa ainda salientar que algumas daquelas referências
(nomeadamente, as batalhas), a par da “formação de Portugal” (acontecimento também indicado
pelos alunos), nos remetem para acontecimentos gloriosos ou fortemente mitificados a nível
nacional. Há, simultaneamente, acontecimentos indicados e que não podem ser relacionados
com uma só dimensão da vida humana, uma vez que o seu impacto foi transversal a várias áreas
(política, económica, social, cultural), sobretudo quando fazemos referência à época dos
descobrimentos ou ao Estado Novo.
Os acontecimentos referidos pertencem às várias épocas em que dividimos a história, todavia,
apenas de verifica uma referência à Pré-história, neste caso à vida quotidiana das comunidades
recoletoras e uma referência à Antiguidade, mais concretamente à Romanização da Península
Ibérica (por isso, um acontecimento do domínio cultural). No entanto, importa salientar que o
acontecimento mais recente apontado remonta ao século passado, o 25 de abril de 1974 (data
da Revolução dos Cravos, que pôs fim à ditadura). Este aspeto poderá relacionar-se com o
momento do ano letivo em que a entrevista foi concretizada, não tendo sido lecionados em
contexto de sala de aula, até à data, os conteúdos curriculares para além da Revolução do 25 de
abril de 1974. De facto, os estudantes privilegiam, nas suas respostas, os conteúdos históricos
trabalhados na escola, na disciplina de História e Geografia de Portugal, evidenciando que alguns
deles (com um caráter mais estruturante) merecem maior tempo de abordagem em contexto de
sala de aula, existindo outros conteúdos, nomeadamente de dimensão desportiva, tecnológica,
científica e até cultural, cuja análise e estudo terão menor destaque durante as práticas letivas e,
por isso, um menor (ou inexistente) número de referências por parte dos estudantes
entrevistados. Além disso, os alunos continuam a olhar para a história como uma disciplina que
estuda, preferencialmente, o passado, concretizando poucas referências a acontecimentos
contemporâneos e, por isso, assumindo-se como meros espectadores da história. E ainda que
aprendam história, não são capazes de inserir os conteúdos e a natureza da história nas suas
vidas, no presente (Schmidt, 2008). Ao mesmo tempo, enquanto marcadores históricos,
privilegiam os eventos de rutura política e social ou de crise económica, esquecendo, por
exemplo, a mundanidade da vida quotidiana dos diferentes grupos sociais ao longo das várias
épocas históricas.
PERSONALIDADES
No que diz respeito às personalidades, destacam-se dois nomes que receberam um número de
citações superiores a todos os outros: D. Afonso Henriques (60) e Salazar (44). O nome que se
seguiu pelo número de indicações conseguido ficou bastante distante dos dois anteriores, D. Dinis
(12). A maioria das personalidades referidas associa-se à área política, tendo desempenhado
funções de governação em regimes políticos vários (Rei, Presidente da República, Presidente do
Conselho, Primeiro-Ministro). Contudo, destacam-se três nomes que nos remetem para duas
outras áreas da vida pública, Luís de Camões e Inês de Castro (cultura) e Padeira de Aljubarrota
(social). No primeiro caso, um escritor e uma figura feminina da monarquia que, segundo esse
mesmo escritor, só depois de morta foi rainha, portanto mais conhecida por esse aspeto (cultural)
e no segundo caso, uma outra figura feminina convertida numa estória popular associada à
Batalha de Aljubarrota e à expulsão dos castelhanos de Portugal, em 1385. Por sua vez, os
navegadores portugueses, pela sua relação direta com os Descobrimentos, têm de ser associados
à área política e económica.
Também, neste caso, tal como aconteceu com os acontecimentos, o conhecimento histórico dos
alunos assenta nos heróis ou nas personagens significativamente mitificadas nas narrativas
nacionais (D. Afonso Henriques, D. João I, D. Sebastião, Infante D. Henrique, Salazar [este com
uma dupla faceta herói/vilão], Humberto Delgado, …).
105
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
De salientar, ainda, que em quarenta e quatro nomes indicados, seis são referentes a figuras
femininas, algumas das quais pertencentes à dimensão política. Por outro lado, três entrevistados
apontaram os militares (do 25 de abril), enquanto personagem coletiva, como uma personalidade
da História de Portugal. Não há qualquer indicação de um nome associado à Pré-história ou à
Antiguidade. Porém, nomes da atualidade política portuguesa, como Cavaco Silva ou Mário
Soares, foram indicados mais do que uma vez. Ao contrário do que acontece com os
acontecimentos históricos, os nomes de personalidades contemporâneas associadas a Portugal
recebem, diariamente, repetidas alusões nos meios de comunicação social e nos ambientes
quotidianos onde os alunos estão inseridos (famílias, instituições sociais, …) e são mais facilmente
reconhecidos, posteriormente, por aqueles últimos. Em simultâneo, as omissões no que diz
respeito aos grupos que também fizeram parte da história de Portugal, como os povos
colonizados, os povos escravizados, os grupos religiosos perseguidos (por exemplo, os judeus),
demonstram uma identidade nacional de alguma forma estruturada, mas que inibe a
compreensão da complexidade histórica, o sujeito histórico assume-se como o «nós», mais
positivo e relevante do que o «eles», o outro (Carretero & Van Alphen, 2014).
AS IMAGENS
Relativamente à questão para identificação e atribuição de um significado às imagens
apresentadas, nos dois primeiros casos, apenas dez dos entrevistados não registaram uma
resposta correta 6. Por isso, a maioria identificou as personalidades e os acontecimentos históricos
representados, clarificando as conceções construídas sobre os mesmos, ainda que
repetidamente o tenham feito de forma parcial. Se no primeiro caso se limitam ou ao nome do
monarca ou ao cargo governativo ocupado ou ao regime político, no segundo, a maioria esquece
uma referência aos instrumentos de navegação também presentes na imagem.
Os significados atribuídos pelos estudantes entrevistados às duas primeiras imagens refletem,
recorrentemente, uma visão histórica tradicional e exemplar, marcada pelas orientações
tradicionais que “definem a «unidade» dos grupos sociais ou das sociedades […] e mantêm o
sentido de uma origem comum (Rüsen, 2010:64) e pelas regras atemporais.
O rei D. Afonso Henriques, reconhecido pelos entrevistados pelos seus atributos físicos – a barba,
a coroa, a espada, a armadura – e pelo símbolo de Portugal – o escudo – é, nas representações
dos alunos, um herói de “uma época antiga”, contudo com um estatuto que se prolonga até à
atualidade, porque “continua a ser um herói, mesmo depois de morto”. Ainda em relação às
características desta personagem mítica, o 1.º rei de Portugal “…teve uma determinação que
nenhum dos outros reis teve”, “tomou a iniciativa” e teve “muita coragem e não só mandava os
seus combatentes, como ele também ia para a batalha”, surgindo como portador de valores e de
uma conduta exemplares. E, por isso, os estudantes referem, não raras vezes, o mito da origem
do país, concebendo D. Afonso Henriques como aquele que “criou o Condado”, que “fez com que
Portugal existisse. Se não era praticamente Espanha”, que “tornou Portugal independente” e que
“conquistou vários territórios”.
No caso da imagem de D. Afonso Henriques, seis dos alunos contactaram com uma imagem diferente, utilizada na
entrevista piloto e que, posteriormente, foi substituída por uma outra mais sugestiva e clara. Em relação aos outros
quatro alunos, dois deles referiram o nome de outros dois monarcas portugueses e os restantes apresentaram uma
resposta mais genérica, tomando a parte pelo todo e aludindo à “formação de Portugal” ou ao “Condado
Portucalense”. Na segunda imagem, o espaço de resposta foi deixado em branco.
6
106
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
“Young students tend to use concrete, anecdotal and personalist causal explanations rather than
abstract and structural causal explanations” (Carretero & Van Alphen, 2014:5), como tal, “foi ele
[D. Afonso Henriques] que começou a História de Portugal” e esta história é encarada como uma
lição para o presente, porque “… ele fez um bom trabalho”. De realçar que não se verificou um
único significado negativo atribuído à figura e à atuação de D. Afonso Henriques.
Na imagem referente aos Descobrimentos (em particular, a chegada dos portugueses ao Brasil,
em 1500, e a receção da população local, a par dos instrumentos de navegação utilizados) e à
colonização destaca-se uma consciência histórica tradicional e exemplar evidenciada por um
número significativo de estudantes entrevistados. De alguma forma, as tradições, e a moral como
tradição, contribuem para a compreensão e definição de uma identidade histórica partilhada e a
história surge “como algo didáctico” (Rüsen, 2010:65), até porque “…os portugueses
aventuraram-se, sem saberem o que podia acontecer”. De facto, multiplicaram-se os significados
positivos conferidos à expansão marítima portuguesa iniciada no século XV, enquanto contributo
para a descoberta de novos territórios e povos, para o aumento da riqueza de Portugal e para o
seu desenvolvimento no âmbito científico e geográfico ou para a divulgação religiosa, cultural e
linguística. Por outro lado, os significados negativos enumerados associam-se, sobretudo, à
perspetiva dos portugueses, aos naufrágios e às mortes dos navegadores nacionais e aos gastos
inerentes ao investimento em embarcações e tripulações. A colonização, os abusos dos
colonizadores portugueses e até a escravatura são pontualmente salientados, num claro
testemunho daquelas narrativas que “tends to minimize, and avoids mentioning, the right
freedom of additional subjects…” (Ibid.:4). Ainda assim podem ler-se essas visões críticas, pontos
de vista que se demarcam daquela identidade histórica nacional, que apontam “as mortes
lentas… ou mortes rápidas…”, que “eles [os portugueses] puseram os escravos a trabalhar para
eles” e que “nós não nos interessávamos pelo Brasil, interessávamo-nos em enriquecer Portugal”,
“retirando direitos aos outros povos e destruindo-os”.
A população que habitava o Brasil na época, o «outro», um grupo diferente dos portugueses,
surge nas representações dos alunos como “os indígenas” ou “homens nus que são os índios”,
uma vez que “… pessoas um pouco mais civilizadas, como os muçulmanos, viam-se na Índia”. A
diferença reside, ainda, na “vegetação” e no “ambiente tropical”.
A terceira imagem apresentada aos entrevistados, uma ilustração alusiva ao período do Estado
Novo e aos valores políticos, económicos e sociais defendidos durante a ditadura, foi identificada
pela maioria dos respondentes, ainda que também na maioria das vezes de forma parcial. Os
estudantes tenderam a apenas assinalar o regime político ou a replicar a informação escrita na
imagem. O nome de Salazar, mesmo não estando a personalidade fisicamente presente, foi
referido algumas vezes. Salazar que, enquanto figura política, surge nas representações dos
alunos como um governante com uma conduta de reconhecido valor e relevância, uma vez que
equilibrou as finanças nacionais, não conduziu o país a uma participação na 2.ª Guerra Mundial e
investiu na cultura e nas obras públicas, evitando a instabilidade. É, então, o “Salvador da Pátria”.
Todavia, as perspetivas que se aproximam de uma consciência histórica crítica e genética estão
presentes nos significados negativos atribuídos pela maioria dos entrevistados à época ilustrada.
Acima de tudo, pelos “direitos que Salazar tirou”, pelas “restrições às liberdades” e pelo
desencadear de uma guerra colonial. Segundo este prisma, numa dimensão mais social, os
valores e as atuações são criticados, “perseguiam-nos, torturavam-nos, matavam-nos”, e os
estudantes consideram que as formas de vida e de cultura assumem, hoje, configurações
“modernas” e mais positivas, e tais atuações eram diferentes do “como se faz atualmente”.
107
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A Revolução do 25 de abril de 1974, na quarta imagem, foi identificada de forma completa pela
maioria dos entrevistados. Os cravos vermelhos e os militares permitiram a fácil associação ao
acontecimento histórico que um dos alunos classificou como “o mais importante de Portugal”.
Os significados positivos tendencialmente atribuídos prendem-se com a representação de um
acontecimento histórico que garantiu “… a liberdade que temos”, isto é, a (re)conquista dos
direitos individuais e o fim da guerra colonial. Perspetivas que se aproximam já de uma
consciência histórica genética, em que passado, presente e futuro se relacionam, num
reconhecimento da complexidade da vida social e numa aceitação do «outro». De facto, um dos
entrevistados foi capaz de assumir que “…se tivesse no lugar deles [dos países colonizados]
também queria ser independente” e outro reconheceu que “… se não fosse o 25 de abril, ainda
hoje podia existir a PIDE”, ainda que se verifique um aluno que, sem mais argumentos, afirme
que “hoje a liberdade de expressão é só para alguns” (eventualmente influenciado pelos
discursos apreendidos na realidade quotidiana onde se move diariamente). De forma pouco
significativa, no que aos números se refere, os significados negativos indicados remetem-nos para
uma visão exemplar e novamente associada à intervenção governativa de Salazar, que, pelo
discurso dos alunos, se terá prolongado até 1974. Porventura, a crise económica hoje vivida no
país, e que surgiu depois do 25 de abril de 1974, poderia ser ultrapassada se existisse “alguém
rígido como ele [Salazar]”.
Importa ainda salientar, no discurso dos estudantes, a regular utilização do pronome pessoal
«nós» e dos verbos conjugados na primeira pessoa do plural. Os estudantes incluem-se, assim,
num «nós» que evidencia um grupo diferente dos outros, unido, uma voz coletiva, uma
identidade nacional. O Portugal do passado identifica-se com o Portugal de hoje, numa
identidade partilhada entre quem fala no presente e o sujeito histórico do passado (Carretero &
Van Alphen, 2014). Por isso, ontem e hoje “começamos a descobrir novos sítios”, “nós já
estávamos limitados” e “acabámos com a ditadura” no “nosso país”.
108
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSÕES
Tomando em consideração a anterior análise das respostas e interpretações facultadas pelos
estudantes entrevistados, algumas conclusões podem ser registadas, no sentido de promover um
conjunto de reflexões posteriores relacionadas com o ensino e a aprendizagem da história:
- os alunos do 2.º ciclo do Ensino Básico apresentam uma visão tendencialmente homogénea,
idealizada e simplificada do sujeito histórico e uma perspetiva romântica e essencialista da nação,
mais do que uma construção histórica. De alguma forma, várias instâncias da sociedade
contribuem para a elaboração de representações associadas à identidade nacional, sendo
necessário esclarecer quando a «voz coletiva» ultrapassa os processos históricos, transformandose em «banal nationalism» (Billig, 2006).
- no que diz respeito à consciência histórica, os tipos tradicional e exemplar, em alunos do 2.º
ciclo, tendem a ser mais habituais, o que “…se correlaciona com o grau de educação e
conhecimento e com o progresso do intelecto humano até competências mais complexas”
(Rüsen, 2010:74). Os tipos crítico e genético exigem, de facto, um maior esforço e disponibilidade
por parte de professores e alunos;
- a intervenção dos órgãos governativos nacionais responsáveis pela área da educação, em
parceria com os órgãos de gestão da instituições de ensino, no sentido de uma revisão da carga
horária semanal destinada à disciplina História e Geografia de Portugal e em simultâneo do
programa/metas curriculares da mesma, poderia acontecer como uma forma de assegurar a
adequabilidade entre uns e outros, em benefício da aprendizagem dos alunos do 5.º e 6.º anos
de escolaridade;
- o desenvolvimento do pensamento histórico deverá englobar o reconhecimento da diferença
epistemológica entre passado e presente, a compreensão de que os acontecimentos são
despoletados por diversos fatores, normalmente de forma gradual, a análise de visões distintas
associadas a nações também elas diferentes;
- o ensino da história deve contribuir e dar resposta aos diferentes desafios inerentes à
aprendizagem histórica (Rüsen, 2013): o desafio da experiência histórica – o que percebi?; o
desafio de compreensão do passado alheio – o que isso significa?; o desafio de orientação
temporal na própria vida – qual é o meu lugar no tempo?; o desafio de escolher as próprias
motivações – o que posso fazer no futuro?.
109
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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111
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ADOLESCENTES Y POLÍTICA. LA REALIDAD DE LA JUVENTUD
ESPAÑOLA A TRAVÉS DEL ANÁLISIS DE UN CENTRO
ESCOLAR
Mellado González, Ramón Mikhail1; Egea Vivancos, Alejandro2
1: Universidad de Murcia
e-mail: rmmelladogonzalez@gmail.com
2: Red 14. Área de Didáctica de las Ciencias Sociales
Universidad de Murcia
e-mail: alexegea@um.es, web: http://webs.um.es/alexegea
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMEN:
Se presentan resultados de una investigación educativa de corte
cuantitativo que, a través de un cuestionario diseñado ex profeso, analiza el tipo de relación entre
el alumnado de Educación Secundaria de la Región de Murcia y la política, en sus aspectos tanto
conceptuales como actitudinales. La literatura científica y la legislación insisten en la necesidad
de educar a nuestros alumnos como futuros ciudadanos, sin embargo, sobre esta cuestión se
carecen de análisis que evalúen hasta qué punto el alumnado de Secundaria domina ciertos
conocimientos íntimamente relacionados con la formación cívica y qué actitudes posee hacia el
tema. Tras trabajos previos exploratorios en diversos centros en este caso se ha pretendido
analizar al completo la realidad de un instituto, contando como población a todo el alumnado de
Educación Secundaria del mismo. A través del cuestionario se procura averiguar qué sabe de
política dicho alumnado. Efectivamente, los resultados confirman que, a pesar de que el
curriculum, tanto el actual como anteriores, posee una alta carga de contenidos conceptuales
relativos a sistemas de organización política o formas de gobierno, la realidad de las aulas muestra
una desconexión casi total con los significados básicos de algunos de estos conceptos. Por lo
tanto, la desafección natural hacia los temas de actualidad política es más que razonable. Los
datos confirman que es necesario un replanteamiento de la docencia de ciertos temas pues el
alumnado posee carencias muy graves al respecto que, en muchos casos, no pueden ser
subsanadas pues muchos de ellos abandonan los estudios al terminar la Secundaria.
PALABRAS CLAVE:
Enseñanza de la historia, Ciencias Sociales, Educación Secundaria,
Investigación Evaluativa, Educación ciudadana.
112
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ABSTRACT:
Our proposal focuses on the presentation of the results of a quantitative
educational research that analyses the type of relationship among students and politics in
secondary schools in Región de Murcia. Conceptual and attitudinal aspects are studied through a
questionnaire designed specifically for this occasion. Scientific literature and laws their self
constantly emphasise the need to educate our students as future citizens, however, on this issue
there are few studies that evaluate how secondary students master certain skills closely related
to civic education and their attitudes towards the subject. For this lack, we were encouraged to
develop this line which pretends to fill this gap in research. In previous works we already did an
exploratory study in several schools but in this case we have tried to analyse the full reality of one
specific centre, counting as sample all secondary students. It aims to identify through a
questionnaire what students know about politics Indeed, the results obtained from this research
confirm that, although the curriculum, both current and past, has a high burden of conceptual
contents related to systems of political organisation or forms of government, the reality of the
classroom shows us big difficulties with the basic meanings of some of these concepts. Therefore,
the natural disaffection in political issues today is more than reasonable. Data confirms us that is
necessary a rethinking of the teaching of certain subjects because some students have serious
deficiencies in this regard, and in many cases, it can’t be corrected because many of them drop
out of school after high school. Against this background, the construction of a democratic society
seems complex.
KEY WORDS:
History teaching, Social Sciences, Secondary Education, Evaluative
research, Civic Education.
INTRODUCCION
Sin duda alguna nos encontramos en una etapa histórica en la que la ciudadanı ́a (o al menos una
parte de ella) reclama una mayor participación en la vida pública y la esfera polı ́tica. Sin embargo,
y de la misma manera, la sensación que se transmite, por los medios de comunicación o por el
pulso tomado en las aulas, es que el interés por la política de los jóvenes parece escaso. Corren
tiempos en los que se insiste en la necesidad de formar ciudadanos (Claire, 2004; Rubin, 2012),
se les anima a la participación ciudadana, a ser críticos, etc. ¿Pero se puede educar cívicamente
sin contar con el dominio de unos conceptos mínimos al respecto? ¿Están alfabetizados
políticamente nuestros estudiantes? ¿A qué edad podemos considerar que lo están? ¿La manera
en la que se enseñan estos conceptos en las aulas es efectivo? En un trabajo previo (Egea y Arias,
2014), ya advertimos de la desinformación detectada respecto a algunos conceptos
aparentemente sencillos entre los estudiantes de 12 y 16 años. En aquella ocasión se realizó una
radiografía de diferentes centros, pero en esta ocasión se ha variado la estrategia y se ha
pretendido diagnosticar un centro, elegido aleatoriamente, al completo. Nuestra intención es (1)
conocer cuál es el nivel de conocimiento polı ́tico del alumnado, tanto a nivel de sistemas polı ́ticos
como en el caso particular de nuestro paı ́s, (2) identificar cómo evoluciona este conocimiento a
lo largo de la Secundaria y (3) averiguar el grado de interés polı ́tico del alumnado y comprobar si
un mayor interés está relacionado con un mayor nivel de conocimiento del alumnado.
MARCO TEÓRICO
Aunque con discusiones en el cómo, aspecto en el que no podemos detenernos, la necesidad de
que se eduque políticamente a los jóvenes parece ser defendida por todos (al menos sobre el
papel). En general, somos mayoría los que creemos que son las instituciones, y no solo las familias,
las responsables y garantes de preparar a los jóvenes para una vida en democracia. Más difícil
113
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
parece precisar en qué punto marcar los límites entre la escuela y la esfera pública (Hess, y
Macvoy, 2015). Algunos vieron en la materia de Educación para la Ciudadanía un medio para
incentivar, entre otras cosas, la cultura política de nuestros estudiantes (Ínforme Eurydice, 2005)
y, por lo tanto, su conversión en optativa con la LOMCE supuso para algunos un perjuicio en la
formación política a recibir (Molina, Miralles y Ortuñ o, 2013). Recientes estudios (Tonge, Mycock,
y Jeffery, 2012), no hacen sino corroborar que los jóvenes que cuentan con un currı ́culo en el que
se trabaja la Educación para la Ciudadanı ́a son más propensos al activismo cı ́vico, lo que
contribuye a un sistema de gobierno más sano. Y es que parece obvio aceptar que un mayor
conocimiento político debería implica una mayor participación política. Ya hay estudios que lo
ponen de manifiesto con datos (Wilson, Prats y Martı ́nez, 2012), en los que se demuestra que los
alumnos que no poseen suficiente información polı ́tica, deciden no votar y enmascaran esta
actitud insegura con el desinterés.
Como señ alábamos con anterioridad existe una visión muy generalizada de la juventud españ ola
como un grupo social muy alejado de la realidad polı ́tica. Este sentimiento no es exclusivo de
Españ a, sino que es una tendencia como podemos observar a través de los datos de la Oficina
Europea de Estadística (Eurostat, 2009). En este análisis, casi el 70 % de los jóvenes entre los 16
y los 24 añ os respondieron que no estaban interesados en absoluto, o muy poco interesados en
polı ́tica. Para conocer la popularidad de la que goza la polı ́tica entre el sector joven de nuestro
paı ́s contamos también con los sondeos del Instituto de la Juventud (INJUVE) de 2012 y 2014. A
la pregunta ¿qué sentimiento te inspira la polı ́tica?, la gran mayorı ́a de los jóvenes encuestados
(40,6 %) respondió que desconfianza, seguido por aburrimiento (16 %), e indiferencia (15,5 %).
Sólo un pequeñ o porcentaje (11,8 %) respondió que la polı ́tica le suscitaba un sentimiento de
interés. No cabe duda de que se trata de un dato muy preocupante y que pone de manifiesto un
gran desapego entre la juventud y la polı ́tica. Esta fractura se considera un obstáculo para la
creación de capital social, además de un impedimento para que la democracia funcione como
mecanismo de control del poder polı ́tico (Martı ́n 2005; citado por Galais, 2011). ¿Cuáles serían
las razones? Para Pagè s y Santisteban (2009) este desapego de los jóvenes a la polı ́tica viene
inducido por cuatro aspectos fundamentales: el desprestigio de la misma y de las instituciones,
la desaparición de la Educación para la Ciudadanı ́a como asignatura y la fragmentación de los
conocimientos cívico-polı ́ticos en la transversalidad, el peso de la geografı ́a y la historia en la
etapa de Educación Secundaria, en detrimento del resto de Ciencias Sociales y, por último, una
poca implicación polı ́tica del profesorado y escasa o nula preparación en su formación para
enseñ ar contenidos de educación cı ́vico-polı ́tica. Otros autores (Galais, 2011) señ alan que la
apatı ́a de los jóvenes hacia la polı ́tica no es exclusiva de su rango de edad, sino que es un factor
común en la sociedad españ ola actual. En esta línea, en ocasiones se sostiene (Benedicto, 2008)
que la imagen del joven pasivo y desinteresado en la polı ́tica ha sido sobredimensionada no sólo
entre la opinión pública sino también por la investigación académica. Al respecto, cabe decir que
en esta investigación no nos interesa tanto comprobar o no esa desafección, sino la edad a la que
asimilan de manera más uniforme ciertos rudimentos básicos y plantear también una reflexión
sobre si el plan de estudios actual se adecua a crear un caldo de cultivo propicio para dicha
asimilación.
Por esa razón, cabe acudir al actual currículo de Educación Primaria para la Región de Murcia
(Decreto 198/2014). Legislativamente, sí que se recogen algunos de estos contenidos en
determinados cursos de la Educación Primaria y Secundaria. Al respecto, actualmente en 5.º de
Educación Primaria en la materia optativa (alternativa a la Religión) Valores Sociales y Cívicos
encontramos como criterio de evaluación:
114
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
5. Conocer y expresar las notas características de la democracia y la importancia de los valores
cívicos en la sociedad democrática, especificar los principios básicos de convivencia en la
Constitución española, comprender el derecho y el deber de participar.
Como criterio de evaluación, es el único que encontraremos tan explícito en toda la Educación
Primaria. Algo tan concreto no lo podremos hallar en la parte relativa a Ciencias Sociales. Es decir,
que sólo los estudiantes de una materia optativa tendrán, en teoría, asegurado un conocimiento
algo más profundo sobre las características del sistema democrático. Todo esto a pesar de que
uno de los objetivos del área de Ciencias Sociales en esta etapa es la “preparación del alumnado
para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida económica, social y
cultural, con actitud crítica y responsable y con capacidad de adaptación a las situaciones
cambiantes de la sociedad del conocimiento, así como aprender a vivir en sociedad, conociendo
los mecanismos fundamentales de la democracia y respetando las reglas de la vida colectiva”
(Decreto 198/2014, p. 33106).
Paradójicamente, no será hasta 1.º ESO, cuando entre los contenidos obligatorios relacionados
con la historia de Grecia podamos localizar el siguiente criterio de evaluación:
16. Entender la trascendencia de los conceptos “Democracia” y “Colonización”.
Por su parte, la monarquía aparecerá de una manera u otra en todos los cursos, mientras que la
dictadura o la república se reducen a la Edad Contemporánea, es decir, a 4.º ESO (Decreto n.º
220/2015).
MÉTODO
1. PARTICIPANTES
La investigación se llevó a cabo en un centro público de Educación Secundaria de la Región de
Murcia, enclavado en un marco urbano. Frente a otros centros de la ciudad, este presentaba tasas
bajas de inmigración (13.2 %, n = 53). La mayor parte de los estudiantes pertenecen a una clase
media-baja y procedían principalmente de colegios de Educación Primaria también urbanos,
aunque existía una minorı ́a procedente de centros de pedanı ́as rurales cercanas. El centro fue
seleccionado mediante muestreo por conveniencia. La población final (N = 403) quedó
conformada por todos los grupos de ESO del centro (17 grupos), distribuidos los estudiantes de
la siguiente forma: 1.º ESO (n = 100, 24,8 %), 2.º ESO (n = 126, 31,3 %), 3.º ESO (n = 116, 28,8 %),
4.º ESO (n = 61, 15,1 %). De dicha cantidad, la proporción entre sexos era casi exacta (Masculino:
50.1 %, n = 202; Femenino: 49.9 %, n = 201). Respecto a las edades, los estudiantes poseían entre
12 y 18 años (M = 14,14).
2. INSTRUMENTO
Para responder al objetivo principal del estudio (Conocer qué sabe el alumnado de Educación
Secundaria de polı ́tica y cómo lo aprende), se elaboró un cuestionario tomando como referencia
los utilizados en las investigaciones de Pagè s y Santisteban (2009), y, en mayor parte, el de Egea
y Arias (2014). Este instrumento de investigación es una de las técnicas de encuesta más
extendidas en nuestro campo. Nos ofrecía ciertas ventajas como la cantidad de personas a la que
podíamos llegar en poco tiempo, el escaso coste, aseguraba el anonimato y proporcionaba
tiempo a los encuestados para responder, entre otras (McMillan y Schumacher, 2005).
115
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
El cuestionario constaba de 10 preguntas (Tabla 1) que podríamos dividir en cuatro bloques: un
primer bloque que buscaba conocer la percepción que tenían los jóvenes sobre la polı ́tica y su
grado de interés; un segundo bloque en el que el alumnado debía escoger el factor que más había
influido en su formación polı ́tica; un tercer bloque centrado en los conocimientos polı ́ticos del
alumnado; y, por último, un cuarto bloque en el que se buscaba que los alumnos calificaran
distintos sistemas polı ́ticos según los considerasen más o menos justos. Se puso especial interés
en que la formulación de los ítems fuera comprensible y clara ya que debía ser contestado por
estudiantes de diferentes edades (Pérez, García, Gil y Galán, 2009). Finalmente, se decidió que
las cuestiones empleadas fueran de elección múltiple, con cuestiones de respuesta abierta y otras
con escala Likert (valores 1-5).
Tabla 1: Ítems que conformaban el cuestionario
Ítem
Pregunta
Opciones de respuesta
P1
¿Qué es para ti la política? Marca la opción que Elección Múltiple
consideres más correcta.
P2
¿Cuánto te interesa la política? Elige la opción con la Escala Likert
que te sientas más identificado.
P3
¿Qué factor ha influido más en tu formación política? Elección Múltiple
Rodea la opción que consideres más importante.
P4
¿Qué es la democracia? Explícalo con tus palabras.
P5
¿Qué es una dictadura? Explícalo brevemente.
P6
¿Qué es una monarquía? Explícalo con tus palabras.
P7
¿Qué es una república? Explícalo con tus palabras.
P8
¿Cuál es la diferencia entre una república y una
monarquía?
P9
¿Cuál es el sistema político español en la actualidad? Elección Múltiple
Marca la opción más correcta.
P10
Califica los siguientes sistemas políticos según los Escala Likert
consideres más o menos justos.
Respuesta abierta
En la presente investigación vamos a centrar nuestro análisis en los ítems del cuestionario
número 2 y los comprendidos entre el 4 y el 9.
3. PROCEDIMIENTO
Una vez diseñado y validado el instrumento, se procedió a una aplicación piloto (Pérez, García,
Gil y Galán, 2009), para finalmente concertar las citas necesarias para entregar en mano los
cuestionarios a todos los estudiantes. Se trata de un muestreo no probabilístico casual o por
accesibilidad, pues la selección de individuos estuvo fundamentada en la facilidad de acceso de
los participantes (Sabariego, 2004). Durante todo momento un miembro de la investigación
controló el proceso de cumplimentación. Los cuestionarios preservaban el anonimato de los
estudiantes. Una vez recogidos los resultados fueron estructurados y codificados mediante una
116
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
matriz de datos creada en el programa estadístico IBM SPSS v.21 para Windows. En el caso de las
respuestas abiertas se otorgaron distintos valores según el grado de corrección de la respuesta:
en blanco (0); incorrecta (1); relacionada (2); correcta (3). Para las preguntas con más de un ı ́tem
se evaluó cada uno de ellos de manera individualizada. Tras la informatización, se procedió al
análisis cuantitativo de los datos que, en esta ocasión, se limita a la fase de análisis exploratorio
inicial, en la que se presenta el análisis de los estadísticos descriptivos (Vila, & Bisquerra, 2014).
RESULTADOS
De los ítems que conformaban el cuestionario vamos a centrar nuestra exposición en aquellos
relativos más directamente con lo que podríamos denominar alfabetización política, es decir, los
ítems 4-9. En este sentido, a la hora de evaluar los conocimientos políticos del alumnado (Tabla
2) nos encontramos con que, a pesar de que las preguntas hacían referencia a conceptos
trabajados en cursos anteriores, ninguno de los conceptos supera el 50 % de respuestas
correctas. El alumnado tiene más claro lo que es una monarquía (48,6%) que una república (36,7
%), e incluso que una democracia (45,7 %) o una dictadura (42,7 %). En cuanto a la diferencia
entre una monarquía y una república, encontramos que sólo el 40 % respondió correctamente,
el mismo porcentaje que los que dejaron su respuesta en blanco.
Tabla 2: Estadísticos descriptivos del cuestionario en relación a la corrección en las respuestas sobre
determinados formas de gobierno y sistemas políticos, siendo el valor mínimo 0 y el máximo 3.
Resultados que engloban a todos los cursos.
Ítem
Media
SD
2
Interés por la política
2,09
1,26
4
¿Qué es una democracia?
1,85
1,21
5
¿Qué es una dictadura?
1,75
1,24
6
¿Qué es una monarquía?
1,83
1,29
7
¿Qué es una república?
1,45
1,3
8
Diferencia entre monarquía y república
1,48
1,38
Se observa una lógica evolución según el curso (Tabla 3), alcanzando un mayor grado de
corrección durante el último curso. Sin embargo, definiciones trabajadas desde la Educación
Primaria y retomadas en la Educación Secundaria, como son “democracia” o “monarquía” son
dominadas de manera muy minoritaria por el alumnado de 1.º ESO.
117
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tabla 3: Estadísticos descriptivos del cuestionario en relación a la corrección en las respuestas sobre
determinado formas de gobierno y sistemas políticos (por curso), siendo el valor mínimo 0 y el máximo 3.
Ítem
1ESO (n=100)
2ESO (n=126)
3ESO (n=116)
4ESO (n=61)
Media
SD
Media
SD
Media
SD
Media SD
2
Interés por la 2,04
política
1,29
2,26
1,18
2,07
1,26
1,85
1,35
4
¿Qué es una 1,1
democracia?
1,133
1,98
1,196
2,03
1,130
2,49
,868
5
¿Qué es una 1,14
dictadura?
1,155
1,69
1,28
1,96
1,175
2,48
,887
6
¿Qué es una 1,25
monarquía?
1,274
1,64
1,305
2,22
1,141
2,43
1,040
7
¿Qué es una 0,9
república?
1,133
1,29
1,314
1,81
1,285
2,03
1,154
8
Diferencia entre 0,86
monarquía
y
república
1,255
1,29
1,380
1,82
1,303
2,23
1,160
Con los datos en la mano, en 4.º ESO los resultados mejoran ostensiblemente, con porcentajes
de acierto cercanos al 70 %, excepto en la definición de “república”, que sólo el 50,82 % pudo
definir correctamente.
Cabría destacar entre los datos obtenidos de manera global cómo un 26,8 % de la muestra
identificaron “Monarquía Parlamentaria” como el sistema político español en la actualidad, frente
a un 59,6 % que simplemente respondieron “Democracia”. El resto de respuestas son muy
minoritarias. Si nos detenemos a observar este mismo ítem en los diferentes cursos, se puede
comprobar cómo un 31,1 % de los estudiantes que terminan la ESO sí que logran identificar la
“Monarquía Parlamentaria” como el sistema político actual (Tabla 4).
En cuanto al interés polı ́tico encontramos que casi un 25 % del alumnado afirman que la política
les interesa “poco” y un 34,7 % respondieron que “algo”. En este aspecto llama la atención que
el curso que posee un mayor interés por esta cuestión era 2.º ESO, mientras que 4.º ESO arrojó
los datos más bajos de todos los cursos.
118
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tabla 4: Frecuencias de respuesta por cursos respecto a qué sistema político existe en España en la
actualidad (MP=Monarquía Parlamentaria; D=Democracia).
Ítem
9
1ESO (n=100)
2ESO (n=126)
3ESO (n=116)
4ESO (n=61)
MP
D
MP
D
MP
D
MP
D
59%
24,6%
62,7%
31,9%
58,6%
31,1%
55,7%
¿Cuál es el 21%
sistema político
español en la
actualidad?
Si nos centramos en los ítems 4-7 y combinamos los resultados tomados en este centro con los
cuestionarios recogidos en centros anteriores (Egea y Arias, 2014) comprobamos que los valores
se mantienen muy similares a pesar de haber ampliado la muestra (N = 1204). Con pequeños
matices se ratifica la situación (Tabla 5).
Tabla 5: Estadísticos descriptivos del cuestionario en relación a la corrección en las respuestas sobre
determinados formas de gobierno y sistemas políticos (por cursos), siendo el valor mínimo 0 y el máximo
3. Combinamos datos de 2014 (Egea y Arias, 2014) y 2015.
Ítem
1ESO (n=352)
2ESO (n=312)
3ESO (n=329)
4ESO (n=211)
Media
SD
Media
SD
Media
SD
Media SD
4
¿Qué es una 1,04
democracia?
1,16
1,62
1,29
1,73
1,27
1,9
1,22
5
¿Qué es una 1,1
dictadura?
1,15
1,43
1,26
1,69
1,23
1,98
1,18
6
¿Qué es una 1,2
monarquía?
1,32
1,57
1,38
1,92
1,35
2,16
1,23
7
¿Qué es una 0,66
república?
0,98
0,98
1,27
1,23
1,33
1,6
1,29
De cara a discernir si el interés por la política se veía correspondido con el nivel de corrección en
las respuestas, se realizó un análisis estadístico que confrontó el interés por la política con el nivel
de acierto en los ítems 4-9. Para ello, se aplicó como método estadístico el coeficiente de
correlación de rangos de Spearman y se encontró que existe una significación estadística (P ≤
0,005) para los ítems 4-8. Sin embargo, la correlación era escasa (R ≤ 164) en todos los ítems
analizados.
119
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Respecto a nuestro primer objetivo, conocer cuál es el nivel de conocimiento político del
alumnado, podemos confirmar que la gran mayorı ́a de los estudiantes del centro analizado carece
de una cultura política mı ́nima que le permita desenvolverse en una sociedad democrática y
ejercer la ciudadanı ́a de forma óptima. Sólo un 16,37 % de la población fue capaz de responder
correctamente a todas las cuestiones del bloque conceptual. Estos datos se asemejan a los
resultados de estudios similares elaborados para otros centros y contextos (Pagè s y Santisteban,
2009; Egea y Arias, 2014).
En cuanto al conocimiento del sistema polı ́tico españ ol actual, un 59,6 % tenı ́a claro que vivía en
un régimen democrático, aunque sólo el 26,8 % puntualizó que se trata de una monarquı ́a
parlamentaria. Los resultados son más halagü eñ os de lo esperado, sobre todo si los comparamos
con los obtenidos en los anteriores estudios. En la investigación de Egea y Arias (2014), a la
pregunta sobre cuál era el sistema polı ́tico españ ol actual sólo un 27,5 % marcó la opción
“democracia”, y un bajo 17,4 % eligió la opción “monarquı ́a parlamentaria”. Los resultados en la
investigación de Pagè s y Santisteban (2009) no fueron mucho mejores, ya que señalaron que una
alta proporción de estudiantes (44 %) no conocı ́a cuál era el sistema polı ́tico españ ol en la
actualidad.
Aunque es cierto que en 4.º ESO el nivel de acierto alcanza datos que oscilan entre el 50 % y el
72 %, en nuestra opinión es igualmente preocupante. Algunos de estos estudiantes, abandonarán
la enseñanza obligatoria sin tener clara la diferencia entre república o monarquía o sin ser capaces
de definir con cierta coherencia en qué consiste una democracia.
Figura 1: Evolución en relación a la corrección de las respuestas sobre determinadas formas de gobierno y
sistemas políticos (por cursos), siendo el valor mínimo 0 y el máximo 3. Combinamos datos de 2014 (Egea
y Arias, 2014) y 2015.
Respecto a nuestro segundo objetivo, identificar cómo evoluciona este conocimiento a lo largo
de la Secundaria, como es lógico el conocimiento sobre algunos conceptos avanza en paralelo a
la edad del estudiante (Figura 1). A nivel general, resulta curioso al menos que el alumnado que
termine la Secundaria sepa definir mejor qué es una monarquía o una dictadura, por delante de
democracia. Esta es una tónica que se repite, aunque sí que es cierto que las diferencias son
reducidas, en casi todos los cursos. La diferencia es mucho mayor si se trata de definir qué es una
120
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
república. Es sin duda, el concepto político de los preguntados más confuso. Siendo la escala
establecida sobre “3”, podemos comprobar cómo únicamente en 4.º ESO todos los conceptos
preguntados superarían el 50 % de aciertos.
Otra conclusión clara, y que se corresponde con el tercero de nuestros objetivos, es el alto grado
de desinterés polı ́tico que reina en ciertas aulas de Secundaria. Según los datos más de la mitad
del alumnado (54,6 %) declaró que no estaba “nada”, ”muy poco” o “poco” interesado en polı ́tica,
datos que coinciden con los datos de INJUVE (2014), en los que un 51,6 % de los jóvenes
encuestados consideraba “Nada” o “Poco importante” la política frente a un 47,3 % que la
consideraba “Bastante importante” o “Muy importante”. En el caso del estudio que aquí
presentamos el desinterés mayor estaba localizado en el último curso de la Secundaria. Esta falta
de interés puede tener bastante que ver con la escasa receptividad que los jóvenes perciben en
las instituciones polı ́ticas y en los polı ́ticos. Tanto las instituciones como sus responsables, en
opinión de muchos jóvenes, no responden de manera eficaz a las necesidades y demandas de los
ciudadanos en general y de ellos en particular (Benedicto, 2008).
Pero, ¿podrı ́a estar relacionado ese interés polı ́tico, como sostienen algunos autores (Wilson et
al., 2012) con el nivel de conocimiento polı ́tico? El análisis estadístico realizado nos indica que sí
que existe cierta correlación, pero ciertamente baja. Por lo tanto, como podríamos anticipar,
existen otros factores en la calidad de las respuestas que deben ser tenidos en cuenta y, por
tanto, deberán ser planteados otros estudios de carácter multivariable para detectar cuáles son
dichos elementos y en qué grado son determinantes o no.
121
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSIONES
La investigación sigue abierta. Cuestiones como comprobar la existencia de diferencias de género
a la hora de asimilar conocimientos polı ́ticos o en el grado de interés mostrado en la polı ́tica,
conocer si existen diferencias entre el alumnado inmigrante y el español en estos temas,
averiguar cuáles son los factores de socialización que más influyen en la formación polı ́tica del
alumnado o comprobar el nivel de valoración de la democracia como sistema polı ́tico en esta
etapa de Secundaria, nos resultarán de gran ayuda para contar con una radiografía de la relación
entre los estudiantes de la ESO y la política. Así mismo, ya se han dado los primeros pasos para
comprobar cuál es la situación al respecto entre los estudiantes de Bachillerato. Todas estas
cuestiones no nos parecen superfluas. Especialmente ahora que se lanzan desde algunos
colectivos iniciativas que plantean adelantar la edad para votar a los 16 años.
Participación activa, igualdad, pensamiento crítico, tolerancia, justicia, ciudadanía, etc., parecen
metas casi inalcanzables de lograr si no se establecen los cauces necesarios para conseguir una
conceptualización o alfabetización política mínima en nuestros estudiantes. Al menos, los datos
extraídos parecen demostrar que las breves menciones al respecto que encontramos en la
legislación educativa no parecen suficientes. Quedan perdidas en un currículo demasiado extenso
que está reclamando un sobredimensionamiento de manera urgente y una apuesta decidida por
ciertos temas que interesan por su relevancia ética de cara al presente (Santiago, 2014; Seixas, y
Morton, 2013).
Sin afianzar determinadas bases conceptuales de la “political literacy”, no podremos aspirar a
aquellas metas y ayudar a que ellos puedan construir sus propios puntos de vista (Hess, Macvoy,
2015). En otras palabras, aprender sobre sistemas políticos se convierte en un aspecto clave de
la educación para la democracia y el ulterior paso a que se conviertan en participantes activos de
nuestra sociedad (Claire, 2004).
La cuestión tratada aquí no es baladí. Los tiempos avanzan y los desafíos como civilización
parecen los mismos que en tiempos pasados. Por ese motivo, experiencias como la desarrollada
en Barcelona resultan tan ejemplificadoras de los pasos a dar ya que, sin conocimiento no puede
haber participación (Prats, y Wilson, 2013) o incluso algo más preocupante, la participación desde
la desinformación. En la línea marcada por Hess y Macvoy (2015, p. 4) defendemos la necesidad,
el deber, de que las aulas se conviertan en “political classroom”, aplicando el término político al
papel que tienen los ciudadanos dentro de un sistema democrático y que les ayuda a pensar
políticamente.
Además, como docentes de Historia, responsables en gran parte y a la larga de buena parte de la
formación ciudadana de nuestros estudiantes, quizás el camino a recorrer sea el marcado hace
unos años por Barton y Levstik (2009) por el que el lugar de la historia en los currícula sólo se
justificaría en base a su contribución a la construcción de una ciudadanía democrática. En esta
línea, se hace necesaria una reflexión profunda sobre la función que debe cumplir las Ciencias
Sociales en los centros escolares. Iniciativas como el “C3 Framework” en los Estados Unidos sirven
claramente de ejemplo de la necesidad de ofrecer una formación que no descuide lo cívico y que
consiga ciudadanos comprometidos (NCSS, 2013).
122
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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124
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
125
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ANALIZANDO Y CAMBIANDO RECUERDOS A PARTIR DE LA
DIDÁCTICA DE LA HISTORIA.
Jiménez Torregrosa, Lorena; Cardona Gómez, Gemma; Feliu Torruella, Maria
Universitat de Barcelona
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMEN:
A menudo, en las asignaturas relacionadas con el ámbito de las Ciencias
Sociales, los y las alumnas de los grados de Educación Infantil y Educación Primaria, llegaban con
unas preconcepciones negativas. Desde esta perspectiva, en el marco de la asignatura de
Didáctica de la Historia nos planteamos una actividad de enseñanza-aprendizaje que formaba
parte de la evaluación de la asignatura y contaba con doble objetivo: por un lado, evidenciar estas
preconcepciones y buscar causas para poder incidir en ellas y cambiarlas y por otro, explorarlas
ideas previas de los y las alumnas para marcar un punto de partida y posteriormente proponerles
una reflexión sobre su propio proceso de aprendizaje. La actividad constaba de dos partes; al
inicio de la asignatura se les pedía que recordaran sus clases de Primaria y aquellos recuerdos
que vinculaban al aprendizaje de la Historia. Se les proponía que dijeran si cambiarían alguna cosa
para cambiar ese recuerdo. Al final de la asignatura se les pedía un informe de seguimiento y
valoración de los aprendizajes con el objetivo de revisar y valorar los aprendizajes adquiridos en
la asignatura de Didáctica de la Historia, relacionándolos con los contenidos de la asignatura, las
competencias a desarrollar y su futuro como maestros y maestras. Estos instrumentos han sido
de gran utilidad para la docencia y han aportado conclusiones significativas en cuanto a la
preconcepción de la Historia y sobretodo, como esta preconcepción cambia con la experiencia,
viviendo situaciones de enseñanza-aprendizaje basadas en el aprendizaje por competencias
desde una perspectiva transversal y global, con el uso de diversas estrategias y diversos recursos
de aprendizaje.
PALABRAS CLAVE:
Historia.
Didáctica de la Historia, Educación Primaria, Enseñanza-aprendizaje,
126
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ABSTRACT:
Many often, our initial teacher training students in Primary Education and
Early Years Education degrees come to subjects related to Social Sciences with negative ideas and
preconceptions. With this in mind, we proposed an educational activity that was part of the
evaluation of the Teaching History course and had two main aims: firstly, to show these
preconceptions and look for their causes to influence and change them; secondly, to explore
these ideas to state a starting point from which reflect on their own learning process. The activity
had two parts. At the beginning of the subject they were asked to recall their Primary school
lessons and those memories linked to learning History. They were encouraged to say if they would
change anything to transform that experience. The second part was at the end of the course,
when they were asked to write an assessment report to review and evaluate their learning
process through the Teaching History course, relating the contents, skills and resources of the
course, as well as their future as teachers, with their previous experience in Primary school
courses. These reports have been useful for our teaching action, because they produced
significant conclusions related to preconceptions on History Teaching and, above all, how these
ideas can be changed with the student's experience, living learning situations based on learning
skills from a transversal and global perspective, using different strategies and learning resources
to train future Primary teachers
KEYWORDS:
History Teaching, Primary Education, teaching and learning, History.
INTRODUCCIÓN: UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA A LA REALIDAD DEL AULA
El alumnado de los grados de educación infantil y primaria a menudo expresa su desagrado por
las Ciencias Sociales (a partir de ahora CCSS). Esta actitud negativa hacia estas disciplinas es el
reflejo de una tendencia general que han evidenciado diferentes investigaciones (Evans, 1991;
Milson, 2001; Zhago y Hoge, 2005) y que ha tenido a su vez unas implicaciones en sus procesos
de enseñanza y aprendizaje. Curiosamente, es, en estos procesos de enseñanza y aprendizaje de
donde procede esta particular percepción de las CCSS, y es que la preeminencia de estrategias
basadas en el uso de libros de texto y de metodologías, poco activas, dejan poco margen a la
reflexión y la crítica y, en última instancia, a la participación e implicación del alumnado (Chapin,
2006; Chiodo y Byford, 2004; Zhao y Hoge, 2005). De hecho, Zhao y Hoge (2005:3) muestran en
un estudio en el que entrevistan 300 niños de una franja de edad comprendida entre los 5 y los
12 años, que las CCSS son disciplinas «aburridas e inútiles», que consisten sólo en «leer un libro
de texto» y «no tienen ninguna aplicación». Cómo ya se ha demostrado, las creencias del
profesorado, y en especial las creencias sobre las disciplinas que imparten, tienen un impacto en
su práctica docente y, a la vez, estas creencias se construyen a lo largo de la experiencia de estos
últimos como discentes (Bramald, et. al. 1995; Brownell et. al. 1997; Clark y Peterson, 1986;
Gibaja y Huget Santos, 1998; Wilson et. al., 2002). Aun así, las CCSS tienen un potencial educativo
altamente significativo si se plantean temáticas cercanas a los intereses del alumnado y se
orientan a la comprensión del entoro ya que así se posibilita el trabajo de las habilidades de
pensamientos, los procedimientos, etc. (Brophy y Alleman, 2009; Brophy et. al. 2009; Carretero
et. al., 1989).
Aún así, estas experiencias de innovación docente en los procesos de enseñanza y aprendizaje de
las CCSS son todavía hoy en día minoritarias en parte, porque son producto de este círculo vicioso
que se ha mencionado más arriba: los estudiantes de formación inicial no suelen innovar en su
práctica docente en CCSS porque a menudo tienen una visión negativa de estas disciplinas
(historia, geografía, economía, historia del arte…), por un lado, y les carece tanto la formación
didáctica como disciplinar en sociales para poder innovar (Chaping y Messic,1999; Turner, 2012).
127
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
En este sentido, como Lanahan y Yeager (2008) señalan, la única manera de transformar la
percepción y la función de las CCSS en el currículum es, precisamente, mediante la formación
inicial del profesorado porque las prácticas docentes son el resultado de la interrelación entre la
experiencia, las creencias y el contexto, entre otros factores. En definitiva, y en cuanto a las CCSS
y a su enseñanza, se ha configurado un hábito estructurando de la práctica docente (Bourdieu,
2008). Para superar este hábito y, en especial, la resistencia a su cambio, conviene impulsar un
modelo de práctica reflexiva sobre las acciones docentes y, en última instancia, romper el círculo
vicioso que se ha indicado antes: una nueva manera de enseñar CCSS es generadora a su vez de
nuevas prácticas y reflexiones (Barton et. al. 2004; Bourdieu, 2002; 2008; Dewey, 2007).
El contexto educativo universitario actual de organización del Espacio Europeo de Educación
Superior lleva implícita una transformación de las enseñanzas en especial en cuanto al enfoque
de los aprendizajes de los estudiantes (Blanco, 2009; Delgado 2005; MEC, 2003), esto es, priorizar
la funcionalidad de estos aprendizajes, por un lado, así como el desarrollo de las competencias
que el alumnado necesitará a lo largo de su vida profesional, por otro. Todo este proceso
requiere, por lo tanto, un replanteamiento de los planes docentes en las asignaturas relacionadas
con la enseñanza de las CCSS así como otras disciplinas afines, con objeto de adecuarlos a toda
esta nueva realidad. Y, además, hay que recordar que la enseñanza de educación infantil y
primaria está experimentando un replanteamiento que va en la misma línea: potenciar un
aprendizaje que no sólo esté basado en las competencias sino que, además, las integre (Escamilla,
2008; 2009). Consiguientemente, este nuevo panorama obliga a replantear no sólo el enfoque
de estas asignaturas relacionadas con la enseñanza y aprendizaje de las CCSS sino también las
metodologías de enseñanza y aprendizaje en la formación inicial de maestros. Y es que el
aprendizaje basado en competencias implica un modelo de enseñanza centrada en el alumnado
y un sistema que prioriza actividades prácticas, metodologías de trabajo cooperativo, la
realización de proyectos, la resolución de casos prácticos o trabajos de investigación (Escalona y
Loscertales, 2007; Miguel Díaz, 2006; Zabala y Arnau, 2007). Además, de trabajar las diferentes
habilidades y competencias digitales del alumnado y facilitar recursos que los ayude a trabajar
estas a la vez que las integran demanera global en los contenidos que tienen más a ver con
didáctica de las CCSS (Escamilla, 2008; Pablos, 2010; Valverde, 2010). Todo ello, contribuye a
crear un ambiente de creatividad y a fomentar procesos de innovación y consiguientemente, al
desarrollo de las competencias tranversales y específicas de formación disciplinar de los maestros
(Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación, 2005).
Llegados a este punto hace falta, pues, definir actividades de enseñanza-aprendizaje que los
permita enfrentarse a los retos del siglo XXI (Trilling y Fadel, 2009; The Partnership for 21st
century skills, s. d.), por un lado, y que los dote de herramientas para poder llevar a la práctica un
modelo curricular de CCSS basado en el desarrollo de las competencias, que es todavía hoy en
día una de las tareas pendientes en nuestro sistema educativo (López Facal, 2013).
Es desde la formación inicial del profesorado que se puede cambiar, también, la percepción y
concepción de la enseñanza de las CCSS en la escuela. Es por estos motivos que se apuesta por
una formación más basada en la didáctica, mostrando el método disciplinario y sus contenidos,
que permita aportar seguridad a los alumnos, que los permita desarrollar el pensamiento crítico
y reflexivo, adquirir competencias profesionales y, a la vez, trasladar el cambio de concepción de
las CCSS y su didáctica a las escuelas donde ejerzan los futuros maestros. Hay que incidir, pues,
en la implementación de un modelo formativo en didáctica de las CCSS que permita que el
alumnado interrelacione conocimientos, y también que actúe con habilidad, seguridad,
creatividad y fundamento. En la sociedad del siglo XXI es imprescindible formar profesionales que
128
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
con su vocación y a la vez con las competencias desarrolladas estén preparados para educar en
la sociedad presente, además, las CCSS presentan una gran potencialidad en cuanto a la
adquisición y el desarrollo de competencias. Si miramos el currículum escolar de educación
primaria nos damos cuenta que las CCSS son las disciplinas que con más énfasis contribuyen al
desarrollo emocional del niño, a la construcción de su identidad y a su relación con los otros y el
entorno y, además potencian la curiosidad y el interés para el descubrimiento del mundo que nos
rodea, la creatividad y el pensamiento divergente y por lo tanto la adaptabilidad a los cambios
constantes y la habilidad para la toma de decisiones tan necesaria en el mundo cambiante actual.
Desde las CCSS se trabajan temas que son imprescindibles para que las personas puedan formar
parte activa de la sociedad, nadie puede poner en entredicho que el trabajo profundo y real de
temas de identidad, género, ciudadanía, interculturalidad, desarrollo sostenible desde una óptica
participativa, activa e inclusiva repercutirá directamente en la mejora de la sociedad (Feliu y
Hernàndez, 2011). La actividad didáctica sobre la que se reflexiona en este artículo pretende
incidir en la formación inicial de profesorado para que los maestros sean capaces de plantear la
enseñanza-aprendizaje de la historia desde la perspectiva que se viene presentando en estos
planteamientos teóricos.
EL CONTEXTO: DIDÁCTICA DE LA HISTORIA.
Esta experiencia se llevó a cabo en la asignatura de Didáctica de la Historia del Grado de Educación
Primaria que se imparte en la Facultad de Educación, en la Universidad de Barcelona, durante el
tercer curso del grado. Es una asignatura cuatrimestral y obligatoria pero la experiencia que aquí
se relata la cursaron 68 alumnos y alumnas.
Esta asignatura está planteada en cuatro bloques temáticos. El primero hace referencia a ¿Qué
es la Didáctica? Y a ¿Qué es la Historia? Y para abordarlo se partió de una situación socialmente
relevante, la crisis de los refugiados. Des de la práctica, llegamos a la teoría de por qué y para qué
una didáctica de la Historia. Así mismo, también trabajamos las fuentes primarias y secundarias,
haciendo hincapié en la didáctica del objeto y trabajando con objetos de distintas épocas en clase.
El segundo tema hace referencia al currículo, a los contenidos y las competencias relacionadas
con la enseñanza-aprendizaje de la historia. Durante el tercer tema se trabajó la percepción, la
conceptualización y la enseñanza-aprendizaje del tiempo (histórico). Finalmente, en el tema
cuatro se trabajaron las estrategias, las metodologías y los recursos didácticos para la enseñanzaaprendizaje de la Historia. No obstante, este tema se trabajó transversalmente durante toda la
asignatura. A medida que se trabajaban recursos didácticos también se trabajaban contenidos
vinculados a la Historia, por ejemplo, la prehistoria se trabajó con una salida a un campo de
aprendizaje de la Generalitat de Cataluña, en La Noguera, en Sant Llorenç de Montgai, donde hay
el yacimiento arqueológico del paleolítico medio La Roca dels Bous; o la llegada y la invasión de
los europeos a América a través de los libros de texto de España y Ecuador, comprendiendo la
doble mirada sobre un mismo hecho histórico; o el Nazismo y la Segunda Guerra Mundial desde
la literatura y el cine; entre otras actividades.
129
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
EL PLANTEAMIENTO DIDÁCTICO DE LA ACTIVIDAD
El Informe de seguimiento y evaluación de los aprendizajes tenía dos fases y correspondía al 30%
de la nota de la asignatura.
En la primera fase (septiembre) se les planteaba el siguiente enunciado y se les pedía que
entregaran ese mismo día su reflexión:
«Te pedimos que hagas un ejercicio de memoria. Te interpelamos a que recuerdes tus
clases de primaria y aquellos aspectos relacionados con la historia que aprendiste.
Evidentemente, el que nos puedas explicar ahora, será fruto del recuerdo y por lo tanto,
es una reconstrucción que tú has hecho del que fue. Seguramente, lo que te evocará más
al recuerdo serán las emociones que sentiste mientras se producían estos aprendizajes.
Pon por escrito que cambiarías y como lo cambiarías para que el aprendizaje de la historia
hubiera sido más significativo para tú durante la educación primaria. Justifica tus
propuestas».
Estas reflexiones las guardó la docente hasta enero, al final de la asignatura. En la segunda fase
(enero) se repartió a los alumnos y las alumnas la reflexión que hicieron en septiembre y una hoja
de actividad donde se detallaba la tarea a realizar, los objetivos y los criterios de evaluación. Los
objetivos que se planteaban eran los siguientes: relacionar los contenidos de la asignatura y los
aprendizajes adquiridos con el propio desarrollo de las competencias del grado y de la asignatura;
establecer relaciones entre los aprendizajes y competencias desarrollados a la asignatura con la
futura tarea docente; reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje relacionándolo con los
contenidos de la asignatura, el propio trabajo y la teoría presente en los contenidos; ser capaz de
identificar y argumentar como se puede hacer una didáctica de la historia significativa para el
aprendizaje de los niños; reflexionar sobre el propio proceso de aprendizaje y su incidencia en la
construcción de una mejor didáctica de la historia; ser capaz de presentar las ideas de forma
ordenada, entendedora y muy argumentada.
Las descripción de la tarea que debían realizar consistía en:
«El informe de seguimiento y valoración de los aprendizajes tiene por principal objetivo
revisar y valorar los aprendizajes adquiridos en la asignatura de Didáctica de la Historia,
relacionándolos con los contenidos de la asignatura, las competencias a desarrollar y la
futura tarea docente. Es un ejercicio individual y tendrás que hacer lo siguiente:
1. Toma como punto de partida las competencias de la asignatura; las encontrarás
expresadas al plan docente y en el programa docente. ¿Cómo crees que las has
desarrollado? ¿Hasta qué grado crees que las has desarrollado? ¿Qué elementos de la
asignatura crees que te han permitido desarrollarlas y hasta qué grado? ¿Hay elementos
de la asignatura que creas que te han dificultado el desarrollo de estas competencias? Por
qué?
2. Explica cómo crees que estas competencias que has desarrollado te ayudarán a plantear
una didáctica de la historia en la cual tus futuros alumnos puedan aprender de forma
significativa. Argumenta la respuesta y relaciónalo con los contenidos de la asignatura y la
teoría.
3. Compara tus aprendizajes como futura maestra o futuro maestro con tu recuerdo de las
clases de historia a lo largo de tu escolarización. Recuerda que en el escrito que hiciste en
septiembre de 2015, expresaste cómo recordabas tus clases de hace unos años. ¿Los
130
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
aprendizajes y las competencias que has podido desarrollar en la asignatura, te harán ser
capaz de cambiar aquellos aspectos en didáctica de la historia que no te gustaron de
pequeño o de pequeña? ¿De qué manera?»
Los criterios que servían para valorar la actividad también eran públicos para los alumnos y las
alumnas, y eran los siguientes:
-
Vinculación entre los propios aprendizajes y el desarrollo de la asignatura.
-
Relación entre los contenidos de la asignatura y el desarrollo de competencias
docentes.
-
Capacidad para vincular las competencias desarrolladas con la futura tarea docente.
-
Capacidad para relacionar las competencias desarrolladas y la tarea docente con la
teoría didáctica.
-
Identificación de los aspectos de una didáctica de la historia significativa para el
aprendizaje de los niños y vinculación con la teoría.
-
Corrección, cohesión, adecuación y coherencia en el texto.
-
Expresión razonada y argumentada de las propias ideas.
RESULTADOS DE LA PRIMERA FASE
Cuando se repartió la primera fase de la tarea, los y las alumnas tuvieron dificultades para ponerse
a escribir. Estas dificultades, según expresaron se debían a que la gran mayoría no recordaban
nada de sus clases en primaria vinculadas a la Historia. Véanse algunos ejemplos de ello:
«No recordo haver treballar res relacionat amb la historia a Primària, segurament deuríem
fer alguna excursió o alguna cosa així». O otra: «Tan sols recordo haver après alguna cosa
d’història a secundària, ho fèiem amb llibre de text i era realment avorrit».
En el 98% de las tareas entregadas se manifiesta un recuerdo negativo de el aprendizaje de la
Historia, aunque muchos no hacen referencia a primaria, sino a educación secundaria, ya que,
como se ha comentado previamente, no tenían recuerdos de primaria. Aquí algunos ejemplos
más:
«Bàsicament el que jo vaig fer a primària va ser resseguir el llibre, marcar les paraules del
llibre i les activitats que hi havia al final de cada lliçó. Això no era, en absolut, motivador
per mi i segurament tampoc per la resta de companys».
Las únicas utilidades que se describen de la historia son:
-
No repetir los errores del pasado.
-
Tener cultura general
Un 39% de los trabajos no le atribuye ninguna utilidad.
5. Resultados de la segunda fase
En el 100% de los informes, los alumnos y las alumnas expresan que cursar la asignatura de
Didáctica de la Historia les ha facilitado recursos para su enseñanza-aprendizaje.
131
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
«Proposo fer activitats on els alumnes sentin la història de prop, com per exemple, si
treballem l’edat mitjana portar material d’aquella època o recreacions, que puguin palpar
la història, també posar en situacions reals als alumnes o fer recreacions per a que es
puguin posar en situació relacionades amb l’època per poder fer una petita visualització de
la vida que hi havia.»
En el 72% de los informes, los alumnos y las alumnas expresan que su opinión sobre la Historia
ha cambiado después de realizar esta asignatura y, como se deducen de estas palabras, vemos
que le otorgan una utilidad distinta que en sus informes iniciales:
«La Història pot fer que els nens pensin científicament, puguin entendre i comprendre
perquè les coses són com són i saber situar-se a la cronologia. També desenvolupar una
actitud ciutadana crítica i responsable fent consciencia delpassat, el present i el que,
potser, vindrà.»
CONCLUSIONES
Una de las preocupaciones que los estudiantes evidencian y que, de hecho, está fuertemente
influenciado por sus propias preconcepciones, se relaciona con los recursos y metodologías que
tienen que utilizar en los procesos de enseñanza de CCSS para dotar de significatividad los
contenidos de esta disciplina (Misco, 2013; Wilson et. al. 1996; Waring, 2010). En definitiva, estas
respuestas reflejan uno de los tipos de contenidos que un maestro competente en CCSS tendría
que tener. Con todo, no se trata sólo de conocer los recursos, las estrategias y metodologías, sino
de integrar estos contenidos más de tipo pedagógico con los disciplinares (Historia) de la manera
más adecuada al contexto educativo en que se inserta la práctica docente (Anderson, 2014;
Misco, 2013; Schulman, 1987).
Para conseguir que los alumnos y las alumnas del Grado de Educación Primaria desarrollen las
habilidades necesarias para poder programar en Historia de manera competente, teniendo en
cuenta los resultados de esta práctica, hay que impulsar un modelo formativo basado
fundamentalmente en una perspectiva de reflexión en y de la práctica docente para la
reconstrucción social (Aranda, 2003; Pérez-Gómez, 1992). El modelo se estructura a partir de tres
ideas principales, interrelacionadas entre ellas (Pérez-Gómez, 1992; Schulman, 1987; Zeichner,
1990): en primer lugar, una formación actualizada en Historia (y CCSS) (contenidos disciplinares);
en segundo lugar, la adquisición de herramientas y estrategias para la reflexión; finalmente, el
desarrollo de una actitud de compromiso. El papel central lo debe ocupar la reflexión para romper
con el círculo vicioso en que actualmente se encuentra inmersa la enseñanza y aprendizaje de las
CCSS en general, y la Historia en particular o, en palabras de Bourdieu (2008), a transformar la
habito docente de esta disciplina.
132
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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135
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
APRENDIENDO A TOCAR LA HISTORIA. LAS FUENTES
OBJETUALES COMO RECURSO DE APRENDIZAJE EN
EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMARIA
Arias Ferrer, Laura1; Casanova Alfonsea, Elisabet2; Egea Vivancos, Alejandro3; García
Ruiz, Ana B.4; Morales Rodríguez, M.ª Josefa5
1: Red 14. Área de Didáctica de las Ciencias Sociales
Universidad de Murcia
e-mail: larias@um.es, web: http://webs.um.es/larias
2: Universidad de Murcia
e-mail: elisabet.c.a@um.es
3: Red 14. Área de Didáctica de las Ciencias Sociales
Universidad de Murcia
e-mail: alexegea@um.es, web: http://webs.um.es/alexegea
4: Universidad de Murcia
e-mail: anabelen.garcia12@um.es
5: Universidad de Murcia
e-mail: mariajosefa.morales@um.es
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
Resumen:
Esta investigación se centra en la presentación y análisis de diferentes
propuestas educativas basadas en la introducción del objeto como recurso en el proceso de
enseñanza-aprendizaje de la historia y las habilidades a ella asociadas. Y es que, a pesar de la larga
tradición pedagógica de la denominada Didáctica del Objeto, en nuestro país las experiencias son
aún muy puntuales y limitadas, especialmente si hablamos de los niveles de Educación Infantil y
Primaria. Los resultados arrojados por esta investigación confirman este punto, al mostrarnos
cómo la presencia de fuentes objetuales en las aulas es prácticamente inexistente. Además, la
literatura científica sobre el tema carece de propuestas de análisis empírico y/o investigaciones
que evalúen experiencias concretas que nos permitan confirmar su validez como recurso de
aprendizaje. Esto nos animó a desarrollar el proyecto que aquí presentamos. Se trata de una
investigación de tipo descriptivo y cuasi experimental de corte cuantitativo y cualitativo, que
procura subsanar este vacío en la investigación. A través de este proyecto, se analizan de manera
global las ventajas concretas del uso de fuentes primarias, especialmente de objetos o réplicas,
en las aulas de Educación Infantil y Primaria. Para ello, y tras realizar una evaluación diagnóstica
a docentes de estos niveles en torno al uso de fuentes materiales en sus aulas, se diseñaron
distintas estrategias educativas que tenían como hilo conductor el uso de réplicas arqueológicas.
Tras su implementación, se han obtenido resultados muy satisfactorios que han posibilitado
136
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
comprobar con datos los beneficios que el uso de estos recursos conlleva para el aprendizaje de
la historia o para el desarrollo del pensamiento histórico y el aprendizaje cooperativo en
Educación Infantil y Primaria. Se concluye valorando la necesidad de ampliar las evidencias
empíricas que aboguen por la incorporación de este tipo de recursos en las primeras etapas
educativas que permitan sobrepasar una Historia de tipo descriptivo, conceptual y cerrado, y
aumentar el grado de comprensión y valoración del alumnado sobre la disciplina.
Palabras Clave:
Enseñanza de la historia, Educación Infantil, Educación Primaria, Pensamiento
histórico, Educación Patrimonial
Abstract:
This research focuses its attention on the presentation and analysis of
different educational proposals based on the introduction of artefacts and objects as educational
resource in the History teaching and learning process and in the development of the so called
historical thinking skills. Despite the long pedagogical tradition that the introduction of artefacts
and objects has in the teaching-learning process, the experiences in Spain are still very scarce,
especially when we speak about Preschool and Elementary Education. The first results of this
research show the virtual absence of those elements in the classroom practices. Also, there is a
considerable scarcity of empirical proposals and/or evaluative research of specific experiences
that allows us to confirm the effectiveness of such as resources in the teaching and learning
process. This lack of information encouraged us to develop the project we present here, based
on a descriptive and quasi experimental research design using a quantitative and qualitative
methodology. This project aims to analyse the specific advantages and benefits that the
introduction and use of primary sources (especially artefacts, objects or replicas) has in the
educational process in Preschool and Elementary classrooms. To do that, it was firstly describe
the place given to primary sources and artefacts by the teachers in the classroom practices.
Thereafter, we designed various strategies based on the use of archaeological replicas as main
resource. The evaluation and analysis of the mention educational proposals show us very positive
results and allow us to confirm some of the benefits that this educational tools have for the
learning of history and the development of the historical thinking skills or the cooperative
learning. This paper concludes that it is necessary to follow with this line of research to be able
to get more empiric evidences about the benefits of such strategy. Only that way, we will be able
to surpass the idea that present us History like a fix, descriptive and conceptual discipline and to
improve the appreciation and understanding of History among our students.
Key Words:
History teaching, Early Childhood Education, Primary Education, Historical
Thinking, Heritage Education
137
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
INTRODUCCION
Este trabajo hunde sus raíces en la reflexión propiciada por el alto grado de satisfacción obtenido
tras la puesta en práctica de una experiencia didáctica basada en la labor del arqueólogo y en las
tareas de análisis asociadas a la misma, donde el trabajo de indagación a partir de las fuentes
materiales halladas contaba con un papel fundamental (Egea y Arias, 2013). El interés por la
disciplina histórica que el alumnado participante experimentó durante el desarrollo de la
propuesta fue el detonante para el desarrollo de un proyecto de trabajo, “Re-construyendo la
historia”, centrado en facilitar el progresivo desarrollo del pensamiento histórico en el alumnado
de distintos niveles educativos a partir de la incorporación y uso de fuentes primarias en el aula,
haciendo especial hincapié en aquellas de carácter material (Egea y Arias, 2015; Egea, Pernas y
Arias, 2014).
La didáctica objetual emerge de las propuestas pedagógicas de Montessori y Decroly, donde los
objetos adquirían un papel protagonista en la docencia, a partir del desarrollo de estrategias
basadas en la observación directa que permitía al alumnado establecer distintas asociaciones e
inferencias, utilizando el lenguaje para expresar los nuevos conocimientos adquiridos durante la
manipulación de los artefactos (Santacana y LLonch, 2012). En este sentido, son numerosos los
argumentos y autores que determinan la utilización de los objetos con fines didácticos en el
proceso de enseñanza-aprendizaje de diferentes etapas educativas (Adams y Miller, 1982;
Andreetti, 1993; Bardavio y González, 2003; Cooper, 2002; Corbishley, 2011; Durbin, Morris y
Wilkinson, 1990; Levstik, Henderson y Schlarb, 2008; Smardz y Smith, 2000; Smith y Holden, 1994;
Vella, 2010; Wood y Holden, 1995; Zarmati y Cremin, 1998), mostrando la idoneidad de este
recurso no sólo para la iniciación a la investigación histórica sino también para la recreación de
periodos históricos (Santacana y Llonch, 2012).
No cabe duda que la mera introducción del objeto posee importantes beneficios relacionados
con el aprendizaje de contenidos propiamente disciplinares al introducir aspectos directamente
vinculados con el propio devenir histórico, especialmente si hacemos referencia a aquellos de
tipo social, cultural y/o tecnológico. Junto a esto, se muestran como un elemento clave para el
desarrollo de la educación patrimonial y la propia formación ciudadana. No en vano, las
estrategias asociadas al trabajo con objetos a menudo se desarrollan mediante estrategias de
trabajo cooperativo que favorecen además el intercambio de ideas y la comunicación (y
aprendizaje) entre iguales.
Sin embargo, más allá de las ventajas didácticas planteadas, la experimentación con estas fuentes
constituye uno de los elementos indispensables para la formación del pensamiento histórico. Esta
corriente metodológica emerge como alternativa a la enseñanza tradicional de la historia cuyo
fin es el conocimiento memorístico y conceptual de los hechos históricos. El pensamiento
histórico implica otorgar el mismo valor tanto a los contenidos sustantivos como a las
denominadas habilidades del pensamiento histórico (Seixas y Morton, 2013) o “conceptos
metodológicos” (Domínguez, 2015, p. 47). Estas habilidades son calificadas por Wineburg (1999,
2007) como “unnatural acts”, al afirmar que “is neither a natural process nor something that
springs automatically from psychological development” (1999, p. 491). Y es que la acción docente
debe ir encaminada a formar al alumnado en este tipo de habilidades que le permitan aplicar los
conocimientos que progresivamente adquiere.
En este sentido, hemos de destacar la importancia que las fuentes poseen en la construcción del
pensamiento histórico. La historia se construye a partir de las fuentes, que, una vez interrogadas,
nos permite sacar ciertas conclusiones o deducciones. Acostumbrar al alumnado a interrogar las
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
fuentes les va animar, sin duda, a preguntar, a observar o a pensar históricamente (Cooper, 2002;
Chapman, 2011; Levesque, 2008; Seixas & Morton, 2013). Con el tiempo, el estudiante que en un
principio solo es capaz de leer e interpretar estas fuentes de una manera pasiva, como receptor
de la información dada por el docente, con el tiempo será capaz de enfrentarse de tú a tú con
ella y cuestionar incluso su autenticidad o fiabilidad (Seixas y Peck, 2004).
Este tipo de aprendizajes puede ser introducido en edades tempranas. Al respecto Cooper (2002,
p. 39) señala la presencia de un “embryonic historical thinking” en los niños de entre 3-5 años,
pese a que el alumnado de estas edades no posee gran cantidad de conocimientos específicos
sobre la materia. En este caso, con una adecuada acción didáctica y correcta selección de recursos
es posible introducir nociones temporales y habilidades procesuales. Ejercicios sencillos a través
de los cuales el alumnado pueda expresar opiniones, tomar decisiones, argumentar el porqué de
sus acciones, esbozar inferencias, realizar deducciones, etc., fomentan el incipiente desarrollo de
las habilidades del pensamiento. En este sentido, resulta altamente propicio establecer la
posibilidad de que los alumnos lancen sus hipótesis e ideas abiertamente y que contrasten sus
respuestas con las apreciaciones de sus compañeros para que así puedan repensar y reevaluar
sus conocimientos (Pappas, Kiefer y Levstik, 1990), compartir experiencias y construir significados
de manera cooperativa. Para ello es fundamental tener en cuenta que el pensamiento no es un
elemento estático y que puede ser desarrollado por el alumnado en múltiples vertientes (Wallace,
2002). Solo así conseguiremos que el alumnado se apropie de la tarea a realizar y que se involucre
en el proceso.
METODOLOGÍA
Una vez expuestos todos estos planteamientos, los objetivos que se pretenden alcanzar con este
proyecto de investigación son:
Objetivo 1. Conocer la presencia de las fuentes objetuales en las prácticas de aula de Educación
Infantil y Primaria.
Objetivo 2. Desarrollar una experiencia de trabajo a partir del uso de fuentes materiales en el
ámbito formal en edades tempranas.
Objetivo 3. Evaluar la contribución de las fuentes materiales para el conocimiento del pasado y el
desarrollo del pensamiento histórico.
Objetivo 4. Valorar la contribución que dichas estrategias poseen para la configuración del grupo,
el desarrollo de trabajo cooperativo y la integración del alumnado en el proceso de enseñanzaaprendizaje
En este sentido, el trabajo que presentamos a continuación se basa en el análisis de las respuestas
obtenidas por 64 docentes de Educación Infantil y 60 docentes de Educación Primaria (fase de
diagnóstico, objetivo 1), así como los resultados obtenidos tras la puesta en práctica de tres
secuencias didácticas en tres centros escolares diferenciados de la Región de Murcia (fase de
implementación y evaluación de la propuesta, objetivos 2 y 3):
Centro 1. Educación Infantil: 14 alumnos de 4 años.
Centro 2. Educación Infantil: 24 alumnos de 5 años.
Centro 3. Educación Primaria: 47 alumnos de 3.º de Educación Primaria (8-9 años).
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
La selección de los participantes, tanto de la fase de diagnóstico como de la fase de
implementación de la propuesta educativa, se realizó mediante un muestreo no probabilístico
intencional por conveniencia.
La evaluación de la propuesta ha tenido un carácter formativo y se han tenido en cuenta los
agentes participantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje del mismo: docente, alumnado e
investigadora externa. Para ello nos hemos valido de cuestionarios, entrevistas y la observación
directa. El análisis de los resultados obtenidos en la fase de diagnóstico se ha llevado a cabo
mediante el paquete estadístico IBM SPSS Statistics for Windows (v. 22.0). Junto a este, las
respuestas de alumnado y docentes derivadas de la implementación de la propuesta didáctica
han sido además analizadas mediante el programa Atlas.ti Qualitative Data analysis (vers 6.2).
Además, se ha llevado a cabo un test sociométrico que nos ha permitido identificar las posiciones
sociales que ocupan cada uno de los estudiantes en torno al grupo-clase y que nos servirá para
cotejar aquellas relaciones existentes antes y después de la puesta en marcha de la intervención
en el aula.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
OBJETIVO 1. LA DIDÁCTICA DEL OBJETO EN LAS AULAS DE EDUCACIÓN INFANTIL Y
PRIMARIA
Pese a los beneficios educativos del trabajo con objetos, se muestra altamente escasa la
verdadera interacción que el profesorado posee con este recurso. En este sentido, han sido
encuestados 64 docentes de la Educación Infantil de la Región de Murcia con el fin de realizar una
evaluación diagnóstica que nos mostrase su frecuencia de uso y representatividad. De estos,
únicamente el 17,2 % afirmaba utilizar maletas didácticas o reproducciones de objetos
arqueológicos en el aula. De la misma manera, el uso del patrimonio material a través de visitas
a museos queda altamente reducida, ya que la frecuencia de las visitas a los museos se reduce a
una frecuencia media de 2.45 (=.958) sobre un máximo de 5. Y es que solo un 15,5 % de los
docentes encuestados afirmaban hacer un uso frecuente o muy frecuente del mismo. De estas
visitas, solo un un 46,9 % de los docentes afirmaron visitar museos de carácter etnográfico,
histórico y/o arqueológico, donde las fuentes materiales gozan de cierto protagonismo.
Algo más favorables se muestran los resultados obtenidos para el caso de Educación Primaria. De
los 60 docentes encuestados el 83,3 % afirmaba haber hecho uso de fuentes materiales en alguna
ocasión. De estos, el 61,7 % indicaba que la presencia de este tipo de recursos en el aula era
esporádica, con un uso medio de 2.70 (=1.06) sobre un valor máximo de 5. Si hacemos alusión a
la posibilidad de introducir estos elementos materiales a partir de la visita a museos de carácter
histórico y/o arqueológico, esta se reduce a una media de 2.67 (=.729) sobre un máximo de 5.
Pero estos resultados no implican que se produzca una interacción real con el objeto en cuestión.
Es sabido que la introducción de objetos materiales en el aula, sin una clara intervención didáctica
sobre los mismos, limita estos a una acción meramente ilustrativa, donde este es utilizado a modo
de fotografía o ejemplo que apoye el contenido conceptual de primer orden asociado al mismo.
Para dar el salto y provocar experiencias activas, donde el alumnado no sea un agente pasivo, se
deben promover situaciones de interacción en las que los alumnos puedan tocar, oler o sentir
(Feliu y Triadó, 2011) y provocar una reflexión donde el alumnado pueda aplicar sus propios
conocimientos y/o experiencias. Para ello, la correcta interrogación es fundamental para obtener
el máximo potencial de este recurso educativo.
140
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Por las grandes posibilidades educativas que nos proporciona, es en el docente donde recae la
principal responsabilidad de realizar una adecuada preparación de la acción didáctica como
mediador entre el alumnado y los bienes patrimoniales. Su intervención debe promover un
ambiente que fomente la investigación histórica (Egea, Pernas y Arias, 2014).
OBJETIVO 2. PROPUESTAS DE AULA A PARTIR DE FUENTES MATERIALES. APRENDIENDO A
TOCAR LA HISTORIA.
Para dar respuesta a este objetivo de la investigación se plantearon tres propuestas donde las
fuentes históricas fueran el eje vertebrador: (1) Escuela de arqueólogos, (2) Un día en la vida de
Lucio Numisio y (3) Juntos es mucho mejor. Estas fueron implementadas en tres grupos
diferenciados. El análisis de las respuestas dadas por el alumnado y docentes participantes, así
como el propio análisis que se desgaja de la observación directa, nos permitirán dar respuesta a
los objetivos 3 y 4 de la investigación.
- Propuesta 1. Escuela de arqueólogos
Esta experiencia fue llevada a cabo en un aula de Educación Infantil de 4 años, compuesta por 14
alumnos, y con una duración de ocho sesiones de dos horas de duración cada una.
El objetivo de esta propuesta didáctica era evaluar habilidades como la observación, el análisis y
la reflexión a partir de la incorporación de estas fuentes primarias en el aula. Esta propuesta
estaba basada en el método dialógico, a partir de la interrogación del objeto, donde la respuesta
del alumnado se convertía en eje vertebrador del proceso de enseñanza-aprendizaje. En este
caso concreto, se partía de una primera fase de manipulación y observación basada en la
descripción de los aspectos morfológicos de los artefactos, para luego realizar un posterior
análisis sustentado en el establecimiento de inferencias e hipótesis acerca de la funcionalidad,
cronología y valoración de los objetos.
En cuanto a los materiales empleados, se dividían en artefactos actuales (peonza, regla, comba,
espejo y tren de madera, lápiz y libreta) y las réplicas de objetos arqueológicos (lucerna,
ungüentario, monedas, tablilla, estrígilo y vasija de terracota). De esta manera el alumnado se
aproximaba al método dialógico de forma progresiva, al realizar una primera observación de los
artefactos más próximos a su realidad, y así propiciar un primer contacto con la didáctica objetual,
para posteriormente llevar a cabo un análisis más exhaustivo que permitiera el tratamiento de
las dimensiones temporales de pasado-presente y el establecimiento de hipótesis acerca de su
datación histórica y funcionalidad.
- Propuesta 2. Un día en la vida de Lucio Numisio
Esta experiencia fue llevada a cabo en dos aulas de 3.º de Educación Primaria, participando en su
conjunto un total de 47 alumnos. Tuvo una duración de ocho sesiones de una hora cada una.
El principal objetivo de esta propuesta era desarrollar las habilidades asociadas al método de
análisis histórico a partir del trabajo con fuentes primarias objetuales, y evaluar el grado de
interacción y comprensión del alumnado. Para ello fueron seleccionadas diez fuentes objetuales
diferentes: una herradura, un cuenco de terra sigillata, una cuchara de madera, dos tablillas de
escritura, una muñeca de madera articulada, unos dados de hueso, un caballo de madera, una
lucerna y fragmentos de papiro.
Grosso modo, se trataba de un conjunto de actividades cuyo eje vertebrador nacía en el contexto
de la simulación de una excavación arqueológica, durante la cual el alumnado participante se
141
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
implicaba activamente en el proceso de interpretación y reconstrucción histórica. Cada una de
las sesiones comenzaba con la presentación de los objetos hallados, dando la oportunidad al
alumnado de observarlos y manipularlos detenidamente y de forma individual. Seguidamente se
llevaban a cabo las tareas de análisis (bien a través de la cumplimentación de unos informes en
los que se aportan las preguntas para su interrogación, o bien a través del planteamiento de
nuevas preguntas por parte del alumnado) a las que posteriormente son ellos mismos los que
han de dar respuesta. Por último se reservaban unos minutos para la puesta en común de la
información trabajada. A través de las inferencias generadas por los análisis que el alumnado iba
practicando a cada uno de los objetos en las diferentes sesiones, se fueron estableciendo
suposiciones en torno a la historia que subyacía al propio descubrimiento.
- Propuesta 3. Juntos es mucho mejor
Esta experiencia fue llevada a cabo en un grupo de 24 alumnos de Educación Infantil de 5 años, y
tuvo una duración de 7 sesiones de una hora cada una.
El objetivo de esta propuesta didáctica era valorar las posibilidades que las estrategias basadas
en el objeto poseían para el desarrollo del trabajo cooperativo. Es por ello que esta propuesta fue
implementada en dos fases. La primera de ellas se centraba especialmente en analizar la
configuración del grupo, para lo que se llevaron a cabo actividades destinadas exclusivamente a
tratar la conciencia de grupo, las señas de identidad y el sentimiento de pertenencia al equipo de
trabajo, para lo que se incorporaron los principios generales para fomentar la cooperación tales
como: interdependencia positiva, diversidad en los grupos, igualdad de responsabilidades,
responsabilidad individual e interacción estimulante (Pujolás, 2003). En una segunda fase se
incorporaron estrategias de aprendizaje cooperativo para el desarrollo de contenidos propios de
las Ciencias Sociales a partir de la didáctica del objeto. Esta fase estaba compuesta por cuatro
sesiones.
En este caso, se seleccionaron objetos cercanos a la vida de los alumnos en cuanto a su
funcionalidad, para así facilitar en cierta medida su identificación y aumentar las posibilidades de
discusión inicial.
OBJETIVO 3. LAS FUENTES MATERIALES Y EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO HISTÓRICO
La puesta en práctica de la propuesta 1 (Escuela de arqueólogos) arrojó diversos resultados en
relación a la interacción del alumnado de Educación Infantil. El alumnado de 4 años fue capaz de
llevar a cabo un análisis de los aspectos morfológicos, a partir de la observación y manejo de los
mismos, que con el transcurso de las sesiones se mostraba cada vez más detallado. De la misma
manera, conforme avanzaba la implementación del proyecto, el alumnado llegó a establecer
hipótesis e inferencias acerca de la funcionalidad y cronología. Inicialmente, dichas hipótesis eran
sustentadas a partir de elementos conocidos o cercanos a la realidad del alumnado. En cambio,
al final de proyecto, la mitad de los alumnos eran capaces de establecer hipótesis e inferencias
incorporando elementos históricos al discurso. Es reseñable, en este aspecto, la
conceptualización de las fuentes objetuales a través de la comparación pasado-presente, la
ubicación de los restos arqueológicos, la antigüedad asociada a aspectos morfológicos (deterioro
de las fuentes), así como la incorporación de sus propios conocimientos para el análisis de los
objetos de época romana. Similares resultados fueron ya obtenidos por Smith y Holden (1994) y
Hawkes (1996), cuyas conclusiones daban lugar a valorar positivamente la eficacia del análisis de
objetos históricos para promover un aprendizaje de los conceptos temporales, y de esta forma,
favorecer la comprensión y diferenciación entre el pasado y el presente.
142
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Similar análisis se desgaja de la puesta en práctica y evaluación de la propuesta 2 (Un día en la
vida de Lucio Numisio), llevada a cabo con alumnado de 3.º de Educación Primaria. En este caso
concreto, se constató igualmente un progresivo mayor detalle y capacidad de observación y
análisis a la hora de afrontar el trabajo con objetos. Así, en el momento inicial de aplicación de la
prueba los alumnos tendieron a focalizar su atención precisamente en los aspectos observables
más evidentes, como la textura y el color, mientras que en el momento final el alumnado llegaba
a diversificar sus respuestas atendiendo a criterios morfológicos de gran variedad. Por otro lado,
los resultados muestran claramente la mejora producida en cuanto a las habilidades de
interrogación del alumnado, pasando de preguntas poco elaboradas, desestructuradas y, en
numerosas ocasiones, reiterativas, a un mayor número de preguntas que presentan mayor
elaboración y un carácter sistemático y riguroso. La habilidad de interrogación se identifica como
una estrategia analítica de gran valor a la hora de trabajar con fuentes primarias, en tanto que,
como señala Domínguez (2015), estas no nos aportan información por sí solas; se hace necesario
un diálogo entre alumnado y fuente histórica que posibilite la adecuada extracción de la múltiple
información que, como fuentes de conocimiento, engloban en su totalidad..
En el caso de ambas propuestas, el hecho de sumergir al alumnado en un ambiente de intriga
generó expectación desde el primer momento. Junto a esto, la metodología activa utilizada, que
concedió un papel protagonista al alumnado a la hora de guiar los aprendizajes, consiguió
mantener un alto nivel de motivación a lo largo de todas las sesiones desarrolladas. La palabra
investigación implica descubrimiento y, por ende, curiosidad ante lo que aún no se conoce, una
actitud que suscitó en el alumnado el deseo de dar respuesta a las preguntas de partida,
estimulando el desarrollo de una necesaria formación científica que opera bajo los supuestos de
la rigurosidad y el razonamiento.
Si bien el periodo durante el cual se ha trabajado con el alumnado puede resultar ciertamente
escaso por los límites temporales de la propia investigación, la implementación de las sesiones
diseñadas ha permitido iniciar a los discentes en el conocimiento de un conjunto de estrategias
que, por su condición procedimental, presentan un carácter interdisciplinar y se muestran
susceptibles de ser aplicadas en múltiples momentos y en torno a diversos contextos (Pluckrose,
2002). A su vez, la puesta en práctica de habilidades y destrezas propias del método de análisis
histórico a partir del uso de fuentes primarias ha generado diversas situaciones didácticas en
torno a las que reflexionar sobre la naturaleza de la disciplina histórica, posibilitando que el
alumnado no solo ponga en práctica dichas destrezas, sino que también sea consciente de su
sentido y finalidad. Esta es una reflexión conceptual que es esencial para aprender a pensar
históricamente (Domínguez, 2015). Asimismo, el alumnado participante ha ido realizando
suposiciones a partir de la observación y la manipulación de los diferentes objetos y la
investigación sobre su contexto, de tal forma que se han sentado las bases para la adquisición de
una imaginación histórica válida (Cooper, 2002). Dado que el conocimiento histórico que se
generó a lo largo de las distintas sesiones partió de un proceso de investigación y, por tanto, fue
construido al margen del habitual dictamen del libro de texto o de las imposiciones del docente
(Seixas, 1994), este ha sido concebido como un conocimiento discutible y dinámico, en torno al
cual se reflexiona, se debate y se argumenta. Esto ha posibilitado que el alumnado fuera
consciente, a la vez que partícipe, del proceso de construcción de la disciplina histórica. Así, a
través del aprendizaje por descubrimiento se trabajó el metaconcepto de “cambio” y
“continuidad” en base a los aspectos morfológicos, funcionales, técnicos, sociológicos y culturales
de las fuentes materiales que fueron analizadas. La comparación de dichas fuentes con algunos
análogos modernos identificados por los participantes posibilitó la clarificación de conceptos
143
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
como “viejo” y “antiguo”, y “nuevo” y “moderno”, al establecer conexiones temporales entre las
diferentes formas de uso de los objetos en concreto, y de las distintas formas de vida en general.
OBJETIVO 4. LAS FUENTES MATERIALES Y EL DESARROLLO DE TRABAJO COOPERATIVO
La evaluación de la propuesta 3 (Juntos es mucho mejor), llevada a cabo en un aula de Educación
Infantil de 5 años, nos ha proporcionado interesantes resultados en cuanto a la vinculación de
este tipo de estrategias con la promoción y desarrollo del trabajo cooperativo. La cooperación,
ha estado presente en las tres primeras sesiones (fase 1) aunque los objetivos principales no eran
otros que tratar las señas de identidad, conciencia de grupo y sentimiento de pertenencia,
aspectos previos al acto de cooperar. Si nos centramos en la siguiente fase, donde las estrategias
asociadas al aprendizaje cooperativo se asocian a aquellas propias de la didáctica del objeto,
destacamos las posibilidades de debate que generan las cuestiones planteadas a través de la
propia introducción del objeto. Y es que la introducción natural del debate en el seno de los
grupos formados hacía de esta una estrategia útil para favorecer la comunicación e intercambio
de ideas (Giné, Grau, Piñana y Suñé, 2014). De esta manera, el acto de cooperar estaba realmente
presente ya que se potenciaban las características y elementos necesarios para el aprendizaje
cooperativo, al favorecer todos los tipos de interdependencia positiva (tareas, metas, recursos y
roles), la responsabilidad individual y grupal, una interacción estimuladora y el desarrollo de
habilidades interpersonales y de pequeño grupo (Johnson, Johnson y Holubec, 1999).
Centrándonos en los resultados extraídos en el test sociométrico y concretamente en las
elecciones tanto de juego como de tarea (¿Con quién te gusta jugar? y ¿Con quién te gusta hacer
las tareas?), observamos además que el hecho de cooperar ha significado el cambio de liderazgo.
Hemos de realizar un breve paréntesis para hacer alusión a la propia composición de aula, donde,
antes de desarrollar la propuesta mostrada, se observaba un líder claro, una división diferenciada,
así como una menor integración en las tareas de una alumna con Síndrome de Down. Tras la
implementación de la propuesta analizada, se ha conseguido que esta alumna deje de estar
aislada y que se hayan modificado los roles antes observados. Ha sido gracias a la cooperación y
las posibilidades de interacción que esta estrategia posee cuando el resto de alumnado ha podido
darse cuenta de que todos son necesarios y además han aprendido a valorar el trabajo en grupo.
El hecho de plantear preguntas en relación al rechazo tanto de juego como de tarea (¿Con quién
no te gusta jugar? y ¿Con quién no te gusta hacer las tareas?), nos permite además comprobar
que las relaciones diádicas han pasado a un segundo plano tras la puesta en práctica de la
propuesta, consiguiendo así una cohesión grupal mayor.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSIONES
Tras el análisis realizado, podemos afirmar que las estrategias implementadas, donde las fuentes
objetuales han sido las protagonistas del mismo, han posibilitado la mejora de la capacidad de análisis
del alumnado, tanto en términos de observación como de realización de inferencias, aproximando al
alumnado a la disciplina histórica desde una perspectiva que estudia el pasado de forma racional,
abierta y crítica (Domínguez, 1989). Aún así, cabe recordar que se hace patente la necesidad de
incorporar en las aulas con cierta frecuencia este tipo de actividades de tipo procedimental. Y es que,
tal y como señala Wineburg (2001), el análisis de las fuentes históricas no se corresponde con
habilidades que requieren de una determinada capacidad cognitiva, sino que son destrezas que se
adquieren, y que, por tanto, deben introducirse en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado
desde edades tempranas. Por ello enfatizamos la ineludible recurrencia procedimental que debería
acompañar al planteamiento didáctico de la disciplina, en tanto que la ausencia de un trabajo
constante de esta vertiente se corresponde con un defecto didáctico que repercute directamente en
la comprensión y aprehensión de los contenidos por parte de los estudiantes.
Junto a esto, diversos estudios (Gallach y Catalán, 2014; Serrano y Calvo, 1994) concluyeron que
aquellos estudiantes que aprendían en entornos cooperativos, eran capaces de retener más
contenidos que los otros, además de aumentar su motivación hacia el aprendizaje, producir
actitudes positivas hacia la escuela, recrear en los estudiantes un sentimiento de pertenencia y
de aceptación en el grupo, así como de integración en él. En el caso que nos ocupa, se ha
constatado un cambio significativo en cuanto a la propia organización del aula y configuración del
grupo-clase, ya que han pasado de una organización individualista a una de corte más
cooperativo, por lo que no solo la interacción con el objeto en sí beneficia los aprendizajes
procedimentales, sino que el propio trabajo cooperativo los refuerza.
En consecuencia, y partiendo de los resultados obtenidos, creemos firmemente en la viabilidad
del uso de fuentes primarias objetuales en las aulas de Educación Infantil y Primaria. Estas
resultan recursos idóneos para llevar a cabo un planteamiento didáctico de los contenidos
históricos atractivo, significativo y motivante para el alumnado, al tiempo que se muestra sensible
a la propia naturaleza de la disciplina, fomentando, por extensión, una actitud de respeto y
valoración de las fuentes históricas por su importancia para el conocimiento del pasado. Se
muestran además como una herramienta útil para el desarrollo del trabajo cooperativo y la
interacción en el aula. La presencia de estas metodologías, herederas directas de la tradición
pedagógica anglosajona y tan poco habituales en las aulas de nuestro país, se hace pues
imprescindible en la realidad práctica de los centros educativos de nuestro contexto académico
y sociocultural por los múltiples beneficios que aporta al desarrollo del pensamiento histórico del
alumnado, en particular, y al enriquecimiento de su bagaje educativo y su formación integral, en
general.
145
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CAPACIDAD EMPÁTICA EN PROFESORES DE HISTORIA EN
FORMACIÓN: UN ESTUDIO EXPLORATORIO
Carril Merino, Mª Teresa1; Sánchez Agustí, María2
1: Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Sociales y de la Matemática
Universidad de Valladolid
e-mail: mteresa.carril@uva.es
2: Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Sociales y de la Matemática
Universidad de Valladolid
e-mail: almagosa@sdcs.uva.es
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMEN:
En esta comunicación presentamos los resultados de una investigación
sobre la capacidad empática de los graduados en Historia que están cursando el Máster de
Secundaria de las universidades de Oviedo, Zaragoza y Valladolid. El estudio tiene dos objetivos
principales. En primer lugar, determinar si existen diferencias significativas entre el nivel de
empatía cognitiva y el emocional. En segundo lugar, explorar las posibles variaciones en la
empatía en función del sexo. El instrumento elegido para evaluar la empatía es el IRI de Mark
Davis, cuestionario que permite medir tanto el aspecto cognitivo como el emocional de la persona
al adoptar una actitud empática. Queremos revelar en qué grado y medida está presente la
capacidad empática en los futuros profesores y, por tanto, se manifestarán más o menos
competentes para desarrollar iniciativas y prácticas de aprendizaje que favorezcan la adopción
de perspectivas históricas en sus estudiantes.
PALABRAS CLAVE:
Didáctica de la Historia, Empatía, Formación del Profesorado, Género
ABSTRACT:
This paper presents the results of an investigation into the empathic ability
of the History graduates who are doing the Masters of Secondary at the universities of Oviedo,
Zaragoza and Valladolid. The study has two main objectives. On the one hand, to determine
whether there are significant differences between the level of cognitive and emotional empathy.
Secondly, explore the existence of gender differences in empathy. The chosen instrument for
assessing empathy is the IRI by Mark Davis. It is a questionnaire that measures both, the cognitive
aspect and the emotional reaction of the person to adopt an empathic attitude. We want to
reveal to what degree and extent this empathic ability is present in future teachers and,
therefore, how they will manifest themselves more or less competent to develop initiatives and
learning practices that favor the adoption of historical perspectives in their students.
KEYWORDS:
Teaching History, Empathy, Teacher Training, Gender
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
INTRODUCCIÓN
Iniciamos este artículo con una experiencia que Denis Shemilt llevó a cabo con adolescentes
ingleses, planteándoles una “actividad de contrariedad”, en el sentido explicado por Trepat
(1995). Esto es, una actividad con una fuente primaria que narra un hecho y en la que, al llegar al
momento de explicar el desenlace, el profesor la interrumpe para que el alumnado deduzca la
reacción de los personajes de la historia. En este caso el protagonista es John Stubbs, un
panfletista del siglo XVI que escribía libretos agresivos con carácter político. Sus escritos, la
mayoría de las veces iban dirigidos contra la Iglesia Anglicana, pero en una ocasión criticaron los
planes de matrimonio de la reina Isabel I, quién como castigo a su acción, ordenó que le
amputaran la mano derecha (Shemilt, 1987, p. 202).
Shemilt presentó a los estudiantes un grabado en madera en el que se representaba la
amputación de la mano del panfletista y su editor Willian Page en la plaza del mercado de
Westminster. Después de trabajar con la clase el contexto político y religioso del incidente y de
haber debatido las razones por las cuáles la reina pudo haber impuesto un castigo tan duro, les
preguntó: ¿qué sería lo primero que diría Stubbs al perder su mano?, ¿cuál sería la actitud del
crítico hacia la reina Isabel y sus ministros? Los alumnos presentaron respuestas por escrito que
reflejaban sentimientos de odio y de oposición hacia la reina, después de lo cual se les
proporcionó la información de la fuente primaria que relataba como Stubss se quitó el sombrero
con la mano izquierda y con el brazo aún sangrante gritó – Dios Salve a la Reina –
Este proceder, sin lugar a dudas, hoy en día nos parece sorprendente e irrazonable. No obstante,
si activamos adecuadamente los conocimientos sobre el contexto histórico en los cuales ese
hecho ocurrió, comprobaríamos que las conductas no eran absurdas desde el punto de vista de
la época. Probablemente el panfletista, súbdito de la reina, quiso agradecerle su “benignidad”
por no hacerle matar.
Comprender la Historia requiere, por tanto, una forma de proceder que nos ayude a dar vida a
un pasado que muchas veces resulta demasiado lejano e incomprensible. El profesor en el aula
necesita creatividad e ingenio para hacer que los adolescentes se desembaracen de su
presentismo en la interpretación del pasado y perciban que no se puede entender el
comportamiento de sus gentes desde una visión contemporánea. Tienen que conocer los valores
y creencias de pueblos y personas que jamás han visto y con quien no han compartido ni
experimentado actividad alguna y, sin embargo, deben conocer cuál era su realidad social y qué
prácticas de vida llevaban a cabo.
EMPATÍA E HISTORIA
La mayoría de los historiadores reconocen el importante papel que la empatía juega en la
comprensión de la historia, si bien no falta la controversia y la disparidad de criterios en torno a
esta cuestión.
El concepto empatía histórica ha sido utilizado por historiadores y profesores del mundo
anglosajón en el último tercio del siglo pasado para referirse a la evidente necesidad de analizar
el pasado desde su contexto. Entre ellos podemos señalar a Ashby y Lee (1987), Portal (1987),
Shemilt (1987), Foster (1999) o Davis (2001). No obstante, desde sus orígenes, en el ámbito
didáctico de la Historia, el término ha provocado malentendidos focalizados inicialmente en su
relación con los estudios psicológicos y por un entendimiento del mismo exclusivamente en su
acepción afectiva y emocional.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
En este sentido, Peter Knight (1989) en una encuesta que se realizó en Inglaterra en 1986 a 81
profesores de Historia sobre la definición de empatía reveló que, para la mayoría, la empatía era
de poca utilidad en la enseñanza de la Historia. En esa misma década, y con la implementación
del Certificado General de Educación Secundaria (GCSE) y el Currículum Nacional de Historia en
Inglaterra, se detectaron profundas divisiones en el significado del concepto de empatía (Foster,
2001, p.168). Los críticos conservadores en educación lo consideraban un término a-histórico e
incluso adoctrinador de alumnos y la Primera Ministra del Reino Unido Margaret Thatcher
declararía que la Nueva Historia, con su énfasis en los conceptos más que en la cronología, y la
empatía en lugar de los hechos eran el origen o la raíz de gran parte de lo que estaba mal.
En un intento por aclarar los problemas en torno al concepto de empatía en Historia, Stuart Foster
(1999, p.19) nos señala, entre otras, algunas características que no son empatía histórica, como
la simpatía, la fantasía e imaginación o cualquier identificación caprichosa con personajes
históricos. Aspectos que nos comprometen afectiva y emocionalmente con gentes y con
momentos del pasado, pero que nos alejan del propósito fundamental de la Historia.
Es evidente que cuando hablamos de empatía en relación con la historia no podemos quedarnos
exclusivamente en los aspectos emocionales, ni apelar a la libre imaginación. Este debe ser solo
el punto de salida para, a partir del contacto con las fuentes, como en el caso del panfletista inglés
utilizado por Shemilt, iniciar un proceso de comprensión de los distintos contextos sociales,
culturales, intelectuales e incluso emocionales, que conformaron las vidas y actos de las gentes
del pasado. Seixas denomina a esto historical perspective o “adopción de otra perspectiva” y, para
el profesor canadiense, es una de las seis variables que conforman el pensamiento histórico
contextualizado. Pensar históricamente es “the creative process that historians go through to
interpret the evidence of the past and generate the stories of history” (Seixas y Morton, 2013,
p.2).
Favorecer el pensamiento histórico constituye la principal vía para erradicar metodologías de
enseñanza obsoletas, basadas en aprendizajes memorísticos que el alumnado no consigue
interiorizar y que, pasado un tiempo, olvida con facilidad. Autores como Wineburg, (2001),
Lévesque, (2011) o VanSledright (2014) y el propio Seixas nos han marcado un camino hacia la
innovación en la formación del profesorado de historia del que no nos podemos desentender.
En consecuencia, el rol del profesor de Historia en educación secundaria debe ser el de un
baluarte que se implica y desde el cual se implican los alumnos en la comprensión del pasado a
través del estudio del contexto histórico y de la interpretación de variadas fuentes y evidencias.
Enseñar a pensar históricamente mediante el tratamiento de las evidencias y la comprensión
empática contextualizada de los procesos del pasado constituye, además, una forma de dar
respuesta a la moderna exigencia de enseñar por competencias y una posibilidad para evaluarlas
(Domínguez, 2015).
¿Pero están preparados los profesores para esta tarea?, ¿qué niveles empáticos poseen los
futuros profesores para abordar el tratamiento contextualizado del pasado y transmitirlo a sus
estudiantes? Y es que, como afirma C. Trepat (1995) “para educar en empatía, naturalmente, es
necesario de entrada que los profesores y profesoras que la vayan a enseñar la hayan ejercitado
anteriormente y posean ya esta capacidad” (p.303).
152
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
FINALIDAD DE LA INVESTIGACIÓN
Para dar respuesta a las preguntas anteriores, nos hemos planteado una investigación sobre la
empatía en el futuro enseñante de Historia de Primaria y Secundaria, acompañado de un
programa formativo encaminado a enriquecer trabajos y propuestas didácticas sobre la adopción
de otra perspectiva para la comprensión del pasado en la clase de Historia.
En este artículo presentamos únicamente los resultados del estudio preliminar realizado con los
futuros profesores de Historia de Secundaria, que actualmente se encuentran cursando el Máster
de Profesor de ESO y Bachillerato. Se trata de un estudio exploratorio orientado a identificar no
solo los niveles de empatía emocionales, sino, muy especialmente, los niveles de empatía
cognitivos, que nos proporcionan una valoración del futuro profesor con respecto a la adopción
de otra perspectiva. Los primeros guardan relación con la capacidad de lectura de los
sentimientos de las gentes del pasado, y los segundos con la habilidad para figurarse los
pensamientos y motivos de esos grupos.
El trabajo se plantea el estudio de estas variables de modo simultáneo, tratando de determinar
la relación entre ellas. Partimos de la conjetura de que, debido a su formación y experiencia en el
análisis del pasado mediante el trabajo con las fuentes, los alumnos del Máster de Secundaria
titulados en el Grado en Historia deberían puntuar con respecto a la empatía más alto en los
factores cognitivos que en los factores afectivos.
Investigaciones del mundo anglosajón y del panorama nacional señalan y se hacen eco de ese
papel predominante de la habilidad cognitiva en la empatía histórica (Domínguez, 1986; Ashby y
Lee, 1987; Shemilt, 1987; González, Henríquez, Pagès y Santiesteban, 2009; Sáiz, 2013). Lee y
Ashby revalidan nuevamente este protagonismo de la cognición y suscriben la importancia de
que el alumnado ponga en funcionamiento una imaginación contextualizada para reconstruir
hechos históricos (2001). Quizá por ello algunos autores prefieran utilizar expresiones como
Adopción de otra Perspectiva o Pensamiento Histórico Contextualizado en lugar del concepto de
Empatía Histórica que les sugiere aspectos afectivos y sentimentales que creen pueden desvirtuar
la auténtica finalidad de la comprensión de la Historia.
153
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
METODOLOGÍA
El trabajo de investigación es de tipo no experimental y el diseño que se utiliza es el transeccional,
ya que se obtienen datos en un sólo momento con el objetivo de conocer el nivel de la variable
empatía en los futuros profesores.
Han participado alumnos del Máster de Profesor de ESO y Bachillerato, F.P. y Enseñanza de
Idiomas de las Universidades de Oviedo, Valladolid y Zaragoza. El número total de estudiantes
que contestaron el cuestionario fue de 78 graduados en Historia y su distribución por sexo es la
que se representa en la figura 1.
Figura 1: Alumnos según género
Como variable independiente prestamos atención a la cuestión de género. De acuerdo con la
literatura que aporta datos sobre las diferencias de la empatía con respecto al sexo, nos
planteamos que las alumnas del Máster de Secundaria, con un Grado en Historia, obtendrán
valores más altos en empatía que sus colegas varones.
En un principio nos propusimos también atender a las posibles diferencias entre los graduados
en Historia y los graduados en Geografía, pero el escaso número de estos últimos nos hizo desistir
de este objetivo.
El estudio, de tipo exploratorio, utiliza la estadística descriptiva e inferencial para determinar si
existen diferencias significativas entre el nivel de empatía cognitiva y emocional de los
estudiantes participantes. Se considera p = .05 como un nivel estadístico aceptable para
determinar si las diferencias entre los estudiantes son significativas.
¿CÓMO MEDIMOS LA EMPATÍA?: SU APORTACIÓN PARA LA FORMACIÓN DEL
PROFESORADO
Como ya hemos mencionado, el concepto de empatía como disposición para comprender las
acciones de los demás ha sido tratado bien como una disposición afectiva, o bien como solo una
habilidad cognitiva. Esta separación, que en el campo de la Historia no está clara y que por ello
provoca debate, encuentra respaldo en la perspectiva neurocientífica con estudios actuales que
avalan y relacionan diferentes regiones del cerebro con los diferentes componentes de la
empatía. Así por ejemplo, recientemente, Eres, Decety, Winnifred y Molenberghs (2015 )asocian
la empatía afectiva con el aumento de la actividad en la zona media del cerebro y el aumento de
la empatía cognitiva con mayor densidad de materia gris o actividad en la zona situada por encima
del cuerpo calloso.
Para la elección del instrumento empleado en la medición de la empatía hemos realizado una
revisión de los instrumentos más utilizados. El primer cuestionario de cierta calidad fue la escala
154
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
de Dymond (1949), escala cognitiva de la empatía que carecía de precisión y que intentó superar
Hogan en 1969 dentro del mismo enfoque. En la otra línea, Meherabian y Epstein (1972) crean
una escala de empatía emocional, el Questionnaire Measure of Emotional Empathy (QMEE), una
de las más utilizadas en la evaluación de empatía desde la perspectiva afectiva, que fue
actualizada en 1997 y completada por Caruso y Mayer en 1998. Pero será Mark Davis, en 1980,
quien marque un punto de inflexión en la medida de este constructo proponiendo una visión
integradora que incluye factores cognitivos y factores afectivos con el cuestionario Índice de
Reactividad Interpersonal (IRI).
La perspectiva multidimensional de este instrumento es su característica más destacada, que
junto con los análisis de validez y de fiabilidad superados con éxito y la traducción al español de
la escala en las últimas décadas han sido determinantes para la elección de este cuestionario.
Consta de 28 ítems distribuidos en 4 subescalas que miden cuatro dimensiones del concepto de
empatía. En la perspectiva cognitiva desarrolla dos subescalas de 7 ítems cada una denominadas
Toma de perspectiva e Imaginación y en la perspectiva emocional desarrolla otras dos subescalas
con el mismo número de ítems denominadas Preocupación empática y Malestar personal. Cada
ítem está acompañado de una escala tipo likert con cinco alternativas de respuesta (1: no me
describe bien, a 5: me describe muy bien).
El aspecto cognitivo de este cuestionario valora los intentos espontáneos de adoptar las
perspectivas de otras personas, ver las cosas desde otro punto de vista, así como ponerse en el
lugar de personajes o situaciones que no se han vivido, sin experimentar necesariamente una
respuesta afectiva. Mientras que el aspecto emocional y afectivo mide sentimientos de
compasión y preocupación por los demás y el malestar que produce la observación de
experiencias negativas en nuestros semejantes (Davis, 1980).
El proceso de compromiso de ambas perspectivas con el pasado, junto con la interpretación de
los pensamientos, sentimientos, decisiones y acciones de sus gentes dentro de un contexto social
e histórico específico, es como entiende Jason Endacott la empatía histórica (2014, p.4). Nos
sumamos a ese compromiso de enfoques y convenimos la necesidad de poner en marcha
procesos cognitivos de comprensión y adopción de otras perspectivas, así como procesos
emocionales que pongan de manifiesto sentimientos de “los otros” que no hemos
experimentado.
Así estamos procediendo en un proyecto piloto que hemos puesto en marcha en la Facultad de
Educación de Valladolid en el que se trabajan los años anteriores a la II Guerra Mundial a través
de una adaptación de la propuesta de Stuart Foster (1999) sobre la “Política de Apaciguamiento”
de Neville Chamberlain. De los resultados (actualmente en proceso de sistematización) parece
deducirse que un gran número de alumnos manifiestan Preocupación empática, una de las
dimensiones de la empatía emocional, por los jóvenes checoslovacos ante la ocupación alemana
y que estos mismos estudiantes muestran puntuaciones altas en los ítems de la dimensión
afectiva, relativos a la compasión y preocupación por los demás del IRI de Mark Davis.
Reconocemos, por tanto, que para comprender las acciones y emociones de los actores en su
contexto histórico, la disposición emocional y afectiva del profesor de historia también debe
formar parte del desarrollo de habilidades para el estudio y para la enseñanza de la materia en el
campo de la investigación y en el aula.
155
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Recordemos que en el estudio partimos de un primer supuesto en el que hipotetizamos que,
debido a la formación, trabajo con las fuentes y la perspectiva histórica en la línea de comprender
y pensar el pasado, el futuro profesor de Historia tiene más desarrolladas las habilidades
cognitivas que las habilidades afectivas como factores integrantes del constructo de la empatía.
Con respecto a este primer supuesto proponemos las siguientes hipótesis:
-
Hipótesis nula (H0): Los alumnos del Máster de Secundaria muestran valores similares
entre los factores cognitivos y los factores afectivos de la empatía del cuestionario de
Mark Davis.
-
Hipótesis alternativa (H1): Los alumnos del Máster de Secundaria presentan valores
diferentes entre los factores cognitivos y los factores afectivos de la empatía del
cuestionario de Mark Davis.
Se han realizado t test, prueba de muestras emparejadas, para comprobar si existen diferencias
en las puntuaciones obtenidas por los estudiantes de Máster de Profesor de ESO y Bachillerato,
F.P. y Enseñanza de Idiomas en las dos perspectivas mencionadas: Dimensión Cognitiva (PT + FS)
y Dimensión Afectiva (EC + PD) (Tabla 1).
Tabla 1: Prueba de muestras emparejadas
Media
Par
Cognitivoafectivo
4,35897
Diferencias emparejadas
95% de intervalo de
Media de
confianza
de
la
Desviación
error
diferencia
estándar
estándar
Inferior
Superior
7,99996
,90582
2,55526
6,16269
t
4,812
gl
Sig
(bilateral)
77
.000
Según se puede observar en la tabla 1, el p-valor (.000) es menor que 0.05 con lo que se puede
concluir que existen diferencias altamente significativas entre la puntuación obtenida en la
dimensión Cognitiva y la dimensión Afectiva que se inclinan positivamente hacia los factores
cognitivos y que observamos en la columna de medias de la tabla 2.
Tabla 2: Estadísticas de muestras emparejadas
Media
N
Desviación estándar
Cognitiva
49, 6795
78
7,79193
Afectiva
45,3205
78
5,83428
Par 1
Media de error estándar
,88226
,66060
Por consiguiente, rechazamos la H0 y confirmamos el supuesto de partida: El futuro profesor de
Historia tiene más desarrolladas las habilidades cognitivas que las habilidades afectivas como
factores integrantes del constructo de la empatía.
Con respecto al estudio del género como variable independiente, investigaciones recientes
ponen de relieve diferencias significativas en las cuatro sub-escalas del IRI de Davis en función del
156
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
sexo de los sujetos, como por ejemplo en el estudio de Mestre, Frías y Samper (2004).
Nuevamente planteamos dos hipótesis:
-
Hipótesis nula (H0): El alumnado del Máster de Secundaria, graduado en Historia, no
presenta diferencias en las cuatro sub-escalas del IRI de Davis en función del sexo.
-
Hipótesis alternativa (H1): El alumnado del Máster de Secundaria, graduado en Historia,
si presenta diferencias en las cuatro sub-escalas del test de empatía de Davis en función
del sexo.
Realizamos una prueba de muestras independientes que revela que no hay diferencias
significativas de empatía en función del sexo. Sin embargo, teniendo en cuenta el tamaño
reducido de la muestra creemos interesante mostrar los resultados de las medias, indicados en
negrita, en la tabla 3 y sus correspondientes gráficos (Figuras 3, 4, 5 y 6), ya que marcan unas
tendencias de interés.
Tabla 3: Descriptivos
Sumatorio PT
Sumatorio FS
Sumatorio EC
Sumatorio PD
Masculino
Femenino
Total
Masculino
Femenino
Total
Masculino
Femenino
Total
Masculino
Femenino
Total
N
47
31
78
47
31
78
47
31
78
47
31
78
Media
24,87
24,74
24,82
24,51
25,39
24,86
26,09
27,61
26,69
18,55
18,74
18,63
Desviación
estándar
5,046
4,899
4,956
5,034
4,773
4,919
4,398
3,403
4,078
4,795
4,427
4,624
Error
estándar
,736
,880
,561
,734
,857
,557
,641
,611
,462
,699
,795
,524
95% del intervalo
de confianza para la
media
Límite Límite
inferior superior Mínimo Máximo
23,39
26,35
12
34
22,95
26,54
10
34
23,70
25,94
10
34
23,03
25,99
11
34
23,64
27,14
14
35
23,75
25,97
11
35
24,79
27,38
11
33
26,36
28,86
20
33
25,77
27,61
11
33
17,15
19,96
7
33
17,12
20,37
8
28
17,59
19,67
7
33
Nota: PT = Adopción de perspectiva; FS = Imaginación; EC = Preocupación empática; PD =
Malestar personal
Los resultados mostraron diferencias (Tabla 3) entre varones y mujeres en las cuatro sub-escalas
del IRI: en las mujeres se observaron puntuaciones más altas que los hombres en la dimensión de
Imaginación (FS), Preocupación empática (EC) y Malestar personal (PD) y con respecto a la
dimensión Adopción de perspectiva (PT), las cifras nos indican una ligera diferencia a favor de los
alumnos varones.
Figura 3: Media de la Toma de Perspectiva
Figura 4: Media de la Imaginación según el
157
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
según el género
género
Figura 5: Media de la Preocupación Empática
según el género
Figura 6: Media del Malestar Personal según
el género
En las figuras 3, 4, 5 y 6 se percibe claramente estas variaciones y, observamos la tendencia
ascendente en favor de los varones en los factores cognitivos referentes a la Adopción de otra
perspectiva (Figura 3), mientras que en las alumnas esta tendencia ascendente se refleja en los
factores emocionales de las subescalas afectivas de Malestar personal y Preocupación empática
(Figura 5 y 6), así como en los factores cognitivos de la subescala referente a la imaginación
(Figura 4).
158
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSIONES
En este estudio hemos supuesto, y se ha podido constatar, que el futuro profesor de Historia
tiene más desarrolladas las habilidades cognitivas que las habilidades afectivas como factores
integrantes del constructo de la empatía.
Este aspecto, teniendo en cuenta el proceder del estudioso de la Historia, no resulta paradójico.
Su contacto con las fuentes, contextos históricos y la creación de narrativas le dispone a una
mayor madurez en lo que podríamos denominar “empatía intelectual”, más centrada en la
adopción de una perspectiva histórica.
No obstante, la historia del mundo está compuesta de infinidad de historias personales, cargadas
de sentimientos y de afectividad. Los protagonistas del pasado vivieron y protagonizaron
narrativas tan importantes como las que estamos viviendo nosotros en el presente, no exentas
de grandes dosis de emotividad. Los profesores, como recuperadores de historias y de
pensamientos, no deben despreciar esta circunstancia y deben saber conciliar en sus prácticas
educativas, las habilidades emocionales junto con la tarea de interpretación de pruebas para la
reconstrucción de contextos del ayer. Así pues, el desarrollo de lo cognitivo y de sus habilidades
se complementa con el desarrollo de las capacidades emocionales que hoy en día están tan de
actualidad. A este respecto, Seixas entiende qué en este camino, lo más difícil es dar forma a las
costumbres, ideas y sistema de creencias que dan sentido a “todo” y se pregunta, ¿qué se siente
al ser ellos? (2013, p.138).
Con respecto a la variable independiente del género, los resultados no detectan diferencias
significativas sobre las cuatro dimensiones del IRI en función del sexo de la muestra. Sin embargo,
se observa una tendencia ascendente en los alumnos varones en los ítems relativos a la adopción
de perspectiva cognitiva y por el contrario, en las alumnas, la tendencia ascendente se sitúa en
los ítems referentes a la adopción de perspectiva afectiva.
Estas ligeras diferencias se enmarcan en la línea de los estereotipos de rol de género, según los
cuales las mujeres tienden a presentarse más emocionales que los hombres. Ahora bien, estos
resultados que deben ser tomados con mucha precaución, nos abren incógnitas que pueden ser
de nuestro interés para futuras vías de trabajo. Teniendo en cuenta el tamaño de la muestra,
nuestra intención es revalidar o desestimar estos resultados con la implicación de un mayor
número de futuros profesores.
Asimismo, como formadoras de formadores, hemos iniciado un plan de investigación que
explora, a través de la empatía, incrementar el nivel y calidad del pensamiento histórico de los
futuros profesores de primaria mediante su participación en prácticas y actividades de adopción
de perspectiva histórica.
159
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
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161
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CIENCIAS SOCIALES Y CIENCIAS NATURALES, NUEVAS
MATERIAS EN PRIMARIA TRAS LA DESAPARICIÓN DE LA
ASIGNATURA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO CON LA LOMCE
¿DIFERENCIAN LOS ALUMNOS DEL GRADO DE EDUCACIÓN
EL CURRÍCULUM DE CADA UNA?
Fernández Portela, Julio1; Vega Agapito, María Victoria2
1: Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Ciencias Sociales y de la
Matemática
Facultad de Educación. Campus Duques de Soria. Universidad de Valladolid
e-mail: julio.fernandez@uva.es, web:
http://centros.uva.es/export/sites/centros/educacionsoria/
2: Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales.
EUM Fray Luis de León. Universidad Católica Santa Teresa de Ávila
e-mail: victoria.vega@eumfrayluis.com , web: https://www.eumfrayluis.com
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMEN:
El cambio de legislación en materia educativa ha traído consigo una serie
de modificaciones en las asignaturas que componen la etapa de Educación Primaria. El paso de
la Ley Orgánica de Educación (LOE) a la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE)
ha hecho que desaparezca la asignatura de Conocimiento del Medio y que se constituyan las
materias de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, unas materias que se encontraban unidas con
la LOE y que compartían los contenidos curriculares, y que con la nueva ley se separan,
diferenciando cada una los contenidos que les corresponden.
Ante esta reforma, el problema va a surgir por parte del alumnado universitario a la hora de
diferenciar contenidos específicos de cada asignatura, algunos se encuentran claramente
delimitados como por ejemplo los relativos a la geografía urbana, a la agricultura o a la industria,
que pertenecen claramente a la geografía. Pero sin embargo, en otras ocasiones, resulta más
complejo el separar los contenidos de Naturales y Sociales como en el tema del relieve y la
vegetación ¿son geografía, geología o biología?, o el clima ¿es física o geografía? , entre otros
ejemplos presentes en el currículo, y que pueden dar lugar a posibles confusiones entre el
alumnado.
En esta comunicación se presentan objetivos de la primera fase. Se han seleccionado contenidos
del currículo de Ciencias Sociales y de Ciencias Naturales, unos pertenecientes claramente a
alguna de las dos asignaturas y otros en la frontera entre ambas y se ha elaborado un cuestionario
en el cual se pedía a los alumnos identificar la materia a la que pertenecían. Tras analizar los
resultados en la muestra utilizada, se ha estimado el grado de conocimiento que poseen sobre
estas materias.
PALABRAS CLAVE:
Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Discernir, Currículo.
162
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
ABSTRACT:
The change of educational legislation has brought a number of changes in
the subjects that make up the Primary Education. The passage of the Organic Law of Education
(LOE) to the Organic Law Improvement of Educational Quality (LOMCE) has made disappear the
subject of Environmental Awareness and matters of Social Sciences and Natural Sciences are
formed, some subjects were united with the LOE and shared curriculum content, and that with
the new law are separated, differentiating each content corresponding to them.
Before this reform, the problem will arise by university students when to differentiate specific
content of each subject, some are clearly defined such as those relating to urban geography,
agriculture or industry, which clearly belong to geography. But nevertheless, at other times, it is
more complex to separate the contents of Natural and Social as the issue of relief and vegetation
Are geography, geology or biology or weather?, Is physics or geography?, Among other examples
present in the curriculum, and that can lead to possible confusion among students.
In this communication objectives of the first phase are presented. Have been selected contents
of the curriculum of Social Sciences and Natural Sciences, a clearly belonging to one of the two
subjects and others at the border between the two and has developed a questionnaire in which
students were asked to identify the subject to which they belonged. After analyzing the results in
the sample used, it has been estimated the level of knowledge they have about these matters.
KEY WORDS:
Education
Social Sciences, Natural Sciences, Discern, Curriculum, Grade Primary
INTRODUCCIÓN: LOS CAMBIOS EN EL CURRÍCULO DE CIENCIAS SOCIALES Y DE
CIENCIAS EXPERIMENTALES
El tema del currículo en Ciencias Sociales y Ciencias Naturales en Educación Primaria ha sido
trabajado desde diferentes perspectivas teniendo en cuenta las diversas reformas educativas que
se han sucedido con el paso de los años. En la actualidad se encuentran vigentes los contenidos
que establece la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa
(LOMCE), concretamente, en el caso de Castilla y León, aquellos que están regulados en ORDEN
EDU/519/2014, de 17 de junio, por la que se establece el currículo y se regula la implantación,
evaluación y desarrollo de la educación primaria en la Comunidad de Castilla y León. Esta
normativa establece la separación de ambas ramas a diferencia de la Ley Orgánica de Educación
2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE), donde se encontraban agrupadas en un único área de
conocimiento denominado Conocimiento del medio natural, social y cultural.
En la LOE, los contenidos de naturales y sociales se recogen en el DECRETO 40/2007, de 3 de
mayo, por el que se establece el Currículo de la Educación Primaria en la Comunidad de Castilla y
León, y se encontraban unidos, dentro del mismo área, pero separados por bloques, lo que
permitía una mayor interrelación entre las distintas disciplinas científicas, pues en algunos casos,
es necesario combinar contenidos de Sociales con Naturales para poder entenderlos.
La Asignatura de Conocimiento del medio natural, social y cultural, en el currículo de la LOE, se
encontraba dividida en 7 bloques, de los cuales, el 1, 4 y 5 hacían referencia a las Ciencias Sociales,
y el 2, 3, 6 y 7 a las Ciencias Experimentales (Tabla 1). Si se cambia a una escala de contenidos, 21
pertenecían a Sociales y 24 a Experimentales, unas cifras que indican que el área se encontraba
repartido de forma más o menos homogénea entre estas materias.
163
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tabla 1: Organización de la asignatura de Conocimiento del Entorno con la LOE. Fuente: Reglamento LOE.
Elaboración propia
Bloque 1
Bloque 2
Bloque 3
Bloque 4
Bloque 5
Bloque 6
Bloque 7
Geografía: el entorno y su conservación
Ciencias. La diversidad de los seres vivos.
Ciencias. La salud y el desarrollo personal.
Personas, culturas y organización social.
Historia. El cambio en el tiempo.
Materia y energía.
Objetos, máquinas y nuevas tecnologías.
Por otro lado, con la LOMCE, y la separación del área, las Ciencias Naturales están compuestas
por cinco bloques con los contenidos propios de la física, la química, la biología o la tecnología, y
las Ciencias Sociales por cuatro representado a la geografía, la historia, el arte o la antropología
(Tabla 2).
Tabla 2: Organización de las asignaturas de Ciencias Naturales y de Ciencias Sociales con la LOMCE.
Fuente: Reglamento LOMCE. Elaboración propia
Ciencias Naturales
Bloque 1
Iniciación a la actividad
científica
Bloque 2
El ser humano y la salud
Bloque 3
Los seres vivos
Bloque 4
Materia y energía
Bloque 5
La tecnología, objetos y
máquinas
Ciencias Sociales
Bloque 1
Contenidos comunes
Bloque 2
Bloque 3
Bloque 4
El mundo en que vivimos
Vivir en sociedad
La huellas del tiempo
La división de la asignatura no solo ha quedado restringida a una reorganización de bloques, sino
que también ha afectado a los contenidos, apareciendo algunos nuevos y reorganizándose otros.
Se pasa de los 7 bloques, 4 en Ciencias Naturales y 3 en Ciencias Sociales, a 9 bloques, 5
correspondientes a las Naturales y 4 a las Sociales.
En relación a los de Ciencias Naturales, con la LOMCE, ha aparecido un nuevo bloque inexistente
en la LOE. El Bloque 1, Iniciación a la actividad científica, aportando nuevos contenidos, algunos
de ellos estaban dispersos en el anterior currículo en los distintos bloques. Pero con el actual se
da más fuerza a la parte experimental de las Ciencias Naturales, ya que además de aparecer como
un bloque concreto, está estipulado que se debe trabajar en todos los cursos.
Respecto a los otros 4 bloques de Ciencias Naturales que aparecen en la orden EDU 519/2014,
aunque algunos poseen diferentes nombres que los existentes con la LOE, las áreas de contenidos
son similares: seres vivos, el ser humano y la salud, materia y energía y tecnología, máquinas y
objetos. Pero sin embargo se amplían los contenidos, se introducen entre otros, contenidos en
relación a primeros auxilios, ecosistemas, estrategias de relaciones sociales, igualdad entre
hombres y mujeres, magnetismo, mezclas y tipos, reacciones química, etc. (Tablas 1 y 2).
Por otro lado, en las Ciencias Sociales con la LOMCE ha aparecido un nuevo bloque denominado
Contenidos comunes, el cual se encarga de establecer las características del currículo para toda
el área y las técnicas de trabajo. Los temas de investigación, recogida de información e
interpretación de datos adquieren mayor relevancia. Los restantes tres bloques siguen haciendo
164
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
referencia a los contenidos relacionados con la Geografía y la Historia principalmente, así como
aspectos de la Sociología, la Antropología, la Economía o la Historia del Arte.
Este aumento en los contenidos no está reflejado en un aumento de horas. Según la LOE,
Conocimiento del medio natural, social y cultural disponía de 4 horas semanales en los tres ciclos,
mientras según la LOMCE si sumamos las horas dedicadas a Sociales y Naturales, disponen de 3
horas totales en el primer interciclo (en tercero de Primaria se da media hora más en Sociales) y
5 horas totales en el segundo interciclo, lo cual supone mantener de facto el mismo número de
horas con unos contenidos más extensos.
Estos cambios que han tenido lugar en la legislación y en los diferentes currículos han influido en
las materias que se imparten en la Universidad en los Grados de Educación Primaria y de
Educación Infantil. Al mismo tiempo, la universidad ha vivido un proceso de cambio en sus
titulaciones a raíz de la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) iniciado
en 1999 con el Proceso de Bolonia. Dentro de los Grados de Maestro se ha incluido el Bloque de
Didáctica Disciplinar (60 créditos ECTS) con las didácticas específicas dentro del Módulo
denominado Aprendizaje de las Ciencias de la Naturaleza, de las Ciencias Sociales y de la
Matemática (De la Calle Carracedo, 2008).
Por un lado, en el currículo de Ciencias Sociales, se han realizado diversos trabajos que pretenden
resaltar el valor y la importancia que presentan estos contenidos en la formación del alumno.
Unos contenidos que hacen referencia a elementos del espacio geográfico, del tiempo histórico
y del ámbito socio-cultural, que pretenden la formación integral de los alumnos, conceptual y
personal, adquiriendo las Ciencias Sociales un papel clave ante la complejidad de nuestro mundo
y la necesidad de educar para ello. Sobejano (2002) incide en la importancia del currículo de las
Ciencias Sociales en la transmisión de valores en la enseñanza; Rodríguez Ratia (2004) analiza los
objetivos del currículo; y Santisesteban Fernández (2011) su finalidad.
Por otro lado, las Ciencias Naturales están presentes en nuestra vida cotidiana en todas sus
vertientes, física, química o biología, por eso es importante que los niños de Primaria adquieran
conocimientos sobre estas materias que les permitan entender el entorno que les rodea y los
hechos que ocurren en sus vidas.
Sin embargo según varios autores, Primaria no es una edad apropiada para aprender Ciencias
Naturales, Piaget (1991) (que no era un educador, pero cuyas teorías han sido usadas como base
de la enseñanza) afirmaba que en esta etapa los niños están en la etapa de operaciones concretas
en la cual no se posee capacidad de abstracción y por tanto no se estarían capacitados para el
aprendizaje de las ciencias naturales con la gran cantidad de conceptos de orden superior que se
requiere dominar. Según Fuster (1994): “la educación primaria corresponde al tramo
comprendido entre los seis y los doce años de edad. ¿Se puede enfrentar a estos escolares con
cuerpos teóricos de conocimiento, por ejemplo, las leyes de Newton? Pues, seguramente no”
(p.76).
Estas opiniones condicionaron la aparición y el tratamiento de las ciencias Naturales en el
currículo de Primaria, pasando de ser una materia con entidad propia según La LGE de 1970, a
formar parte de Conocimiento del medio natural, social y cultural en la LOGSE.
Sin embargo otros autores como Pujol, consideran que se puede enseñar Ciencias Naturales
desde las primeras edades, pero respetando el estado evolutivo de los niños ya que
165
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
si se considera que aprender es integrar formas culturales en la propia estructura cognitiva
y organizar el conocimiento que cada uno construye socialmente, fundamentalmente a
través de otros lenguajes, puede entenderse entonces que, desde las primeras edades, es
posible construir “maneras de ver” los fenómenos del mundo natural y que éstas pueden
ir evolucionando hacia “formas de ver” más cercanas a las de la ciencia. (2003, pp. 53-54)
Harlen en 2010 afirmó: “las escuelas deberían aspirar sistemáticamente, por medio de sus
programas de ciencias, a desarrollar y mantener viva la curiosidad acerca del mundo, el gusto por
la actividad científica y la compresión sobre cómo pueden explicarse los fenómenos naturales” (
p. 6).
Este cambio en las corrientes educativas, se ha reflejado finalmente en la legislación de modo
que la LOMCE ha dado entidad propia a las Ciencias Naturales en el currículo y además ha
primado en ella la necesidad de hacerla experimental como sugieren Oliva y Acevedo-Díaz (2005)
que afirman que no se puede entender la enseñanza de las Ciencias Naturales sin la incorporación
de los estudios de campo o las experiencias prácticas del laboratorio.
Aunque de momento no se ha conseguido aumentar el tiempo dedicado a las Ciencias Naturales
a pesar de que diversos estudios consideran que el tiempo real que se le dedica a la educación
científica ha ido disminuyendo y sería necesario más (Pujol, 2003).
Dado que siguiendo diferentes corrientes se ha conseguido separar en el currículo, las Ciencias
Naturales, de las Ciencias Sociales; los alumnos del Grado de Primaria se han encontrado con que
estas son dos disciplinas independientes que tienen que tratar por separado en las clases, por
eso hemos considerado necesario hacer un estudio para ver si discriminan que temas entran en
una asignatura y cuáles en la otra.
CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA DE ESTUDIO
La muestra que ha servido para esta parte inicial de nuestro estudio, han sido 75 alumnos del
Grado de Educación Primaria de los cuales 26 pertenecen a la Escuela Universitaria de Magisterio
Fray Luis de León, adscrita a la Universidad Católica de Ávila, y el resto (49) a la Universidad de
Valladolid en su Campus Duques de Soria. La distribución por sexos es un 65,3 % de mujeres y un
34,7% de hombres, lo cual está acorde con la literatura existente que describe como estudian
Magisterio más mujeres que hombres (Elejabeitia y López, 2003) aunque este hecho no ha
resultado relevante para nuestro estudio. La distribución por cursos es un 9,3 % de alumnos de
1º del grado de E. Primaria, un 26,7 % de alumnos de 2º y el grupo mayoritario de 3º con un 64
% en relación a la población total.
Un 98,7 % de los estudiantes son españoles, habiendo un único alumno sudamericano. Para
finalizar la caracterización de la muestra comentar que la mayoría de los alumnos proceden de
hogares cuya persona responsable posee estudios superiores en un 41,3%, estudios de formación
profesional un 18,7 %, estudios secundarios en un 17,3 %, únicamente estudios Primarios en un
20% y solo un 2,7% no poseen estudios de ningún tipo.
Para nuestro estudio, por último será necesario ver los Planes de Estudios de los centros
implicados para localizar en qué punto de su formación se encuentran los alumnos y si hay
diferencias entre los dos centros, la situación se refleja en tabla 3.
166
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tabla 3: Planes de Estudios. Fuente: Planes de estudios de ambas Universidades. Elaboración propia
Área/ Centro
Sociales
Naturales
UVA Campus Duques de Soria
EUM Fray Luis de León
-Didáctica de la Ciencias Sociales, -Ciencias Sociales y su didáctica I,
curso 2º, 6 créditos
curso 2º, créditos 6
Desarrollo curricular de las Ciencias
sociales curso 3º, créditos 6
-Desarrollo curricular de las
Ciencias Naturales, curso 2º,
créditos 6
-Ciencias Sociales y su didáctica II,
curso 3º, créditos 6
-Ciencias de la naturaleza y su
didáctica I, curso 2º, créditos 6
-Ciencias de la naturaleza y su
Didáctica de la Ciencias Naturales, didáctica II, curso 3º, créditos 6
curso 3º, 6 créditos
Por tanto los alumnos de 1º no han realizado aún ningún tipo de estudios en la carrera que les
permitan discriminar entre un área y otra, juntándose a esto también el hecho de que son
alumnos que han cursado Primaria bajo la LOE dando Sociales y Naturales juntos en la misma
asignatura de Conocimiento del Medio.
Los alumnos de 2º han dado ya parte de las materias que les permiten discriminar contenidos,
mientras que los de 3º han dado ya a la altura del curso en la que se realizó la encuesta la totalidad
de las materias que permiten discriminar entre los contenidos de ambas materias.
Continuando con la descripción de la muestra, los estudios con los que acceden al grado son en
su mayoría (alrededor del 75%) de la modalidad de bachillerato de Ciencias Sociales y
Experimentales, siendo la procedencia de más de la mitad de ellos de Ciencias Sociales, lo que
puede hacer pensar que los alumnos poseen los conocimientos básicos necesarios para
discriminar entre los contenidos de ambas materias (Figura 1).
Figura 1. Modalidad de Bachillerato cursada por el total de la muestra. Fuente: Datos obtenidos del
trabajo de campo. Elaboración propia
167
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
A)
Figura 2. A) Modalidad de Bachillerato cursada por los alumnos de 3º del Grado de Primaria. B)
Modalidad de Bachillerato cursada por los alumnos de 2º del Grado de Primaria. C) Modalidad de
Bachillerato cursada por los alumnos de 1 del Grado de Primaria.
Fuente: Datos obtenidos del trabajo de campo. Elaboración propia
Al desglosar los estudios previos al comienzo del Grado de Educación, por los cursos de la muestra
objeto de estudio, vemos que en tercero predomina de nuevo, con más de la mitad las Ciencias
Sociales, seguido de las Ciencias Experimentales con casi un cuarto de la muestra (Figura 2A). Sin
embargo en 2º, el Bachillerato de Humanidades y el Tecnológico adquieren mayor peso en
detrimento de los que proceden de Sociales y Experimentales (Figura 2B). Finalmente en 1º se
vuelve a repetir el patrón general de casi el 75 % procedente de los Bachilleratos de Ciencias
Experimentales y Sociales (Figura 2C).
RESULTADOS
La elaboración del cuestionario se ha realizado al azar, escogiendo 28 cuestiones relativas a
contendidos pertenecientes a Ciencias Sociales y a Ciencias Naturales, teniendo ambas ciencias
un peso similar en la encuesta elaborada. Tras realizar el cuestionario entre los diferentes
alumnos, se han obtenido unos resultados que van a permitir analizar diversas variables,
destacando entre las más representativas el número de fallos totales que ha habido en la
muestra, así como el número de fallos por cursos, lo que nos permitirá ver el grado de
diferenciación entre unos niveles y otros. Por otro lado, resulta interesante saber cuáles han sido
los contenidos en los que se ha producido un mayor número de respuestas erróneas, aspecto
que permitirá comprobar si los futuros maestros de Educación Primaria tienen claros los
contenidos relativos a las asignaturas de Ciencias Sociales y de Ciencias Naturales tras su
separación en la LOMCE.
168
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
En primer lugar se van a mostrar los datos referentes al número de respuestas erróneas de los
cuestionarios del total de la muestra. La figura 3 refleja como la mayor parte (el 47,30%) de los
alumnos han cometido entre 6 y 10 fallos y entre 11 y 15 fallos el 28,38%, unos valores que indican
que la mayor parte de los encuestados, alrededor de las tres cuartas partes, presentan problemas
a la hora de distribuir los contenidos entre Sociales y Naturales. Más adelante se verá cuáles son
esos contenidos y se verá si existe una relación entre los fallos cometidos por unos y otros
alumnos, o si por el contrario, no hay correlación entre ellos.
Por debajo de 5 fallos se encuentra el 22,97% de la muestra, es decir, hay una cantidad
importante de alumnos que tienen bastante claro como separar los contenidos, y por el contrario,
un pequeño porcentaje del 1,35% que tiene más de 15 fallos, y que por lo tanto encuentran
grandes dificultades en realizar esta tarea.
Figura 3. Porcentaje de fallos por intervalos en la muestra total
Fuente: trabajo de campo. Elaboración propia
Teniendo en cuenta estos datos, la media en el número de respuestas falladas por el total de la
muestra, se establece en 8,39 ± 3,9 (media ± desviación estándar, n=75) de las 27 preguntas con
las que contaba el cuestionario.
Sin embargo, estas cifras cambian si se analizan los datos por curso. Como se refleja en la figura
4A que representa el porcentaje de fallos cometidos por los alumnos de 3º, donde se puede ver
como la mayor parte de los alumnos, el 51,06% ha cometido entre 6 y 10 fallos, cifras más
elevadas que en la muestra total, pero sin embargo son menores los que han cometido de 11 a
15 fallos con un 17,02%. Además se puede observar como las personas que fallan menos de 5
preguntas se incrementan hasta un 31,95%, y desaparecen aquellas que tienen más de 15 fallos.
Todo ello debido a ese mayor conocimiento del currículo al haberlo trabajado en clase en diversas
asignaturas.
169
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Figura 4. A) Porcentaje de fallos por intervalos en 3ª de Primaria. B) Porcentaje de fallos por intervalos en
2º de Primaria. Fuente: trabajo de campo. Elaboración propia
Estos porcentajes varían si se analizan los resultados obtenidos en segundo de Primaria. Estas
variaciones se observan en la figura 4B, donde el 50% de los alumnos presentan entre 5 y 10
fallos, el 40 % entre 11 y 15, y el 10% menos de 5. En este curso también desaparecen los alumnos
con más de 15 fallos.
La media total de fallos en tercero de Primaria se establece en las 7,34 ± 2, 94 preguntas falladas
del total del cuestionario (media ± desviación estándar, n=47), casi un punto menos que en el
total de la muestra, mientras que en segundo de Primaria la media aumenta hasta las 9,6 ± 2,66
preguntas erróneas (media ± desviación estándar, n=20), más de un punto que en el total de la
muestra.
Finalmente, la figura 5, refleja los resultados obtenidos en 1º de Primaria. Aunque la muestra es
muy pequeña (n= 8), como ya se ha comentado en la metodología, es interesante ver las
variaciones obtenidas. En esta ocasión, el 71,43% ha presentado fallos en el intervalo de 11 a 15
preguntas y el 14,29% ha tenido más de 15 fallos.
Figura 5. Porcentaje de fallos por intervalos en 1º de Primaria
Fuente: trabajo de campo. Elaboración propia
La media de preguntas que fallan en 1º de Primaria se incrementa hasta 12 ± 2,33 por persona
(media ± desviación estándar, n=8), un valor muy superior a las 8,39 de la media total del grupo
analizado. En la siguiente tabla (tabla 4) se encuentran resumidas las medias de fallos de cada
grupo poblacional y si su diferencia es significativa o no en relación a la muestra total y al curso
tercero del Grado.
170
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
Tabla 4: Media de fallos de la muestra total y de las subpoblaciones objeto de estudio. Significación
estadística en relación a la muestra total o al grupo de tercer curso calculado con unpaired t test.
Elaboración propia
Total de la
muestra
3º Primaria
2º Primaria
1º Primaria
Media
Fallos
SD
(desviación
estandar)
n(
número
muestra)
Significatividad en
relación al total de la
muestra
Significatividad en
relación al grupo de
tercer curso
8,39
7,34
9,6
12
3,19
2,94
2,66
2,33
75
47
20
8
-No significativo p≥ 0,05
No significativo p≥ 0,05
** p≤0,01
-** p≤0,01
*** p≤0,001
Se observa claramente como el comportamiento del primer curso de Primaria tiene significación
estadística con respecto al de la media del total de la muestra y a los dos restantes grupos objeto
de estudio (tercero y segundo), siendo su número de fallos el mayor, y disminuyendo a media
que se van alcanzando cursos superiores
Una vez presentados los resultados en relación a los fallos totales y separados por intervalos y
subpoblaciones de estudio, vamos a mostrar en último lugar en que contenidos concretos se ha
fallado más; en la figura 6 se puede apreciar los cinco contenidos más fallados por cursos.
Figura 6. Contenidos más fallados
Analizando los resultados por cursos se puede observar como son siempre los mismos contenidos
los que presentan los porcentajes de fallos más elevados, es decir, aquellos que guardan una
estrecha relación entre sí, y que son contenidos que pueden impartirse, en estos niveles, tanto
en una materia como en otra. La mayor parte de ellos, encajan, tanto en Geografía, como en
Geología, pues hacen referencia a elementos que forman parte del medio natural. También
volvemos a ver como los porcentajes de 2º, y en especial de 3º, van siendo cada vez menores, y
van cometiendo menos fallos como consecuencia de lo explicado anteriormente, es decir, gracias
al mayor conocimiento que poseen de la estructura y distribución de los contenidos en el
currículo.
171
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
DISCUSIÓN
Tras la exposición de los resultados obtenidos en nuestro estudio, vamos a proceder a analizarlos
y reflexionar sobre ellos. En primer lugar discutiremos los resultados relativos a la variable
número de fallos por cursos.
Hemos observado que los alumnos de tercer curso del Grado en Educación Primaria cometieron
menos fallos a la hora de colocar los contenidos del cuestionario en su correspondiente área.
Teniendo la diferencia significación estadística con los otros dos cursos objeto de estudio. La
razón presumiblemente es que los alumnos de tercer curso ya han cursado las asignaturas de
Didáctica de las Ciencias Sociales, Didáctica de las Ciencias Experimentales/ Naturales, Desarrollo
curricular de las Ciencias Sociales y Desarrollo curricular de las Ciencias Experimentales, por lo
que han visto y trabajado los currículos de ambas disciplinas, y por lo tanto tienen asimilados los
contenidos propios de cada una de ellas.
En el caso de los alumnos de segundo del Grado en Educación Primaria, tendríamos un estado
intermedio, en este curso los alumnos tienen en su plan de estudios la asignatura de Didáctica de
las Ciencias Sociales, en la que los contenidos conceptuales se ven por encima para centrarse en
explicar estrategias y metodologías didácticas que permitan enseñar la Geografía e Historia en el
aula, pues la asignatura de Diseño curricular la ven en tercero. También cursan la asignatura de
Desarrollo curricular de las Ciencias Experimentales o Ciencias de la Naturaleza y su didáctica I y
en este caso si analizan y estudian con profundidad el currículo de esta materia. Esto les permitiría
ir ordenando en su cabeza la distribución de los contenidos pertenecientes a Sociales y a
Naturales, y serían esperables algunos fallos más que los alumnos de Tercero, pero menos que
los de primero. Esto ha quedado corroborado por el estudio.
Los alumnos de 1º del Grado de Educación Primaria, poseen cifras de fallos bastante elevadas
que pueden explicarse por diversos motivos. Uno de ellos se debe a que los alumnos de este nivel
no han cursado todavía ninguna asignatura de las materias específicas de Sociales y de Naturales,
y no han visto la nueva distribución de contenidos en el currículo, situación que dificulta su
conocimiento. A esto se suma que con la LOMCE algunos contenidos que se encontraban en
Ciencias Naturales pasan a impartirse en Ciencias Sociales, y los alumnos tienden a confundirlos,
pues durante su etapa como estudiantes de primaria, los vieron asociado a la otra materia, dentro
de la asignatura Conocimiento del Medio.
En relación a la variable fallos concretos de la muestra, los contenidos presentes en el
cuestionario que presentan un mayor porcentaje de error en la población total del estudio a la
hora de colocarlos en su respectiva área, son:
-
Catástrofes naturales: volcanes , terremotos e inundaciones
-
Litosfera, rocas y minerales
-
Recursos naturales y materias primas
-
Las capas de la Tierra: Atmósfera, Hidrosfera, corteza, manto y núcleo
-
Máquinas y aparatos tipos y su utilidad
Los cuatro primeros contenidos forman parte del currículo de Ciencias Sociales, en concreto de
la parte de Geografía y los alumnos los confunden como contenidos propios de las Ciencias
Experimentales englobados dentro del área de Geología, lo que demuestra la proximidad entre
172
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
la Geografía y la Geología con una serie de contenidos, más o menos comunes entre ambas, lo
cual dificulta su asignación a las asignaturas de Ciencias Sociales o Experimentales.
El quinto contenido (Máquinas y aparatos) presenta un alto porcentaje de fallos, ya que los
alumnos lo asocian al ámbito de la actividad industrial como sector económico en la Geografía, o
al histórico con la Revolución Industrial, propio de las Ciencias Sociales, cuando en realidad hace
referencia a contenidos incluidos en el bloque 5 del currículo de Educación Primaria de Ciencias
Experimentales y que comprendería el estudio de máquinas simples/complejas y operadores.
Cómo se ha explicado anteriormente, en relación al número de fallos sin desglosar en contenidos
concretos, en aquellos cursos en los que todavía no se han impartido materias de las didácticas
específicas (de Sociales y de Experimentales), el desconocimiento de los contenidos que
pertenecen a cada área es mayor. De esta forma, los alumnos de 1º de Grado tienen un
porcentaje de fallos más elevado en los cinco contenidos más fallados (Llegando en algunas
ocasiones al 100%).
Además de los contenidos concretos reflejados en la figura 6, otros que presentan un porcentaje
muy alto de fallos, del orden del 100% en primero de Educación Primaria, son por ejemplo, los
que hacen referencia al Universo y el Sistema Solar y El clima y factores climáticos, ya que los
alumnos los asocian a las Ciencias Experimentales y no al campo de las Ciencias Sociales en el cual
están incluidos con la LOMCE. Este porcentaje va disminuyendo a medida que los alumnos van
pasando de curso, y van trabajando el Currículo Oficial y la Didáctica de estas asignaturas.
En lado opuesto del estudio, entre los contenidos menos fallados, se encuentran aquellos que
están bien delimitados, pues pertenecen de forma clara a algunas de las materias específicas
como por ejemplo la Historia, y que en este caso todos los alumnos han sabido colocar en su lugar
correspondiente dentro del Currículo de Ciencias Sociales, como por ejemplo La Constitución de
1978, los Reinos Peninsulares o la Monarquía Hispánica.
También entre los contenidos menos fallados, se encuentran, contenidos de Ciencias
Experimentales, también muy claros, cómo Reacciones químicas, Seres vivos/inertes o
Procedimientos de medida de masa y volumen, aunque este porcentaje de fallos no llegó nunca
al cero. En algún caso como el de Procedimientos de medida de masa y volumen se llegó a fallar
en un 9,46 % de los casos. Al ser nuestro cuestionario cerrado y no permitir explicaciones de las
respuestas, desconocemos por qué estos contenidos pertenecientes de forma aparentemente
clara al campo de las Ciencias Experimentales, han tenidos fallos.
173
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CONCLUSIONES
Las conclusiones que se extraen del estudio son muy ilustrativas de la situación real existente
entre los estudiantes de los Grados de Educación Primaria de las dos Universidades escogidas,
resultados que, seguramente, se puedan extrapolar a otras Universidades y Campus españoles.
A continuación, se exponen una serie de puntos que se pueden extraer como conclusiones del
estudio realizado:
-
Los estudios previos de bachillerato que realizan mayoritariamente los alumnos del
Grado de Educación Primaria son los de Ciencias Sociales seguidos por los de
Experimentales y Humanidades.
-
Los estudiantes del Grado en Educación Primaria son mayoritariamente mujeres,
aunque este hecho no resultó significativo en nuestro estudio.
-
Los alumnos del Grado en Educación Primaria van aumentando la discriminación entre
contenidos de Ciencias Sociales y Experimentales al ir pasando los cursos del Grado e ir
estudiando las asignaturas que contienen formación específica de las dos materias
como son las de desarrollo curricular y sus respectivas didácticas.
-
Al iniciar sus estudios no discriminan los contenidos que forman parte de una materia
u otra, confundiendo sobre todo aquellos que pertenecen a áreas que se pueden
considerar pertenecientes a ambas materias, aunque estén separadas en el currículo
de Primaria.
-
Las mayores dificultades aparecen a la hora de distinguir en el currículo los contenidos
pertenecientes a la Geografía, en especial a la Geografía Física, y a la Geología, pues, en
realidad, los alumnos desconocen que estudia cada una de estas disciplinas, y en este
nivel educativo, ambas presentan muchas similitudes llegando a ser disciplinas blandas
entre ellas.
-
Los contenidos de carácter histórico y social no presentan dificultades a la hora de
clasificarlos dentro de las Ciencias Sociales.
-
Las Ciencias Sociales y las Ciencias Experimentales, a pesar de ser ciencias diferentes,
presentan una importante relación entre ellas, prueba de ello es que durante años han
estado unidas en la misma asignatura.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Universidades de Valladolid en su Campus Duques de Soria, en Soria, y la
Universidad Católica Santa Teresa de Ávila en su Escuela Universitaria de Magisterio Fray Luis de
León en Valladolid, la posibilidad de realizar este estudio, y a los alumnos participantes en el
estudio.
174
VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
BIBLIOGRAFÍA
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desde la didáctica de las ciencias sociales. Revista de Educación y Pedagogía, 14, (34), pp. 119134.
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VII Simposio de Didáctica de las Ciencias Sociales en el ámbito Iberoamericano
CÓMO EVALUAR EL PENSAMIENTO HISTÓRICO EN LA ESO: PRIMEROS
RESULTADOS DE UNA PRUEBA PILOTO 1
Domínguez, Jesús (Univ. Nebrija, Madrid): Arias, Laura (Univ. de Murcia); Sánchez,
Raquel (Univ. de Murcia); Egea, Alejandro (Univ. de Murcia) y García, Fco. Javier (INEE,
MECD)
e-mails: dominguez.castillo.jesus@gmail.com; larias@um.es; raqueledu@um.es;
alexegea@um.es; javier.gcrespo@mecd.es
LÍNEA TEMÁTICA DEL SIMPOSIO:
Línea 1, Educación histórica
RESUMEN:
Esta comunicación analiza el estudio piloto y primeros resultados de una
prueba de historia que ha sido concebida y diseñada como posible modelo para evaluar las
competencias de pensamiento histórico del alumnado de secundaria obligatoria. El estudio piloto
se ha realizado en dos fases en las que han participado en torno a 800 alumnos al acabar la ESO.
Los resultados de la primera fase, con las respuestas de 316 estudiantes analizadas
estadísticamente siguiendo la Teoría de Respuesta al Ítem (TRI), nos hacen confiar en que la
prueba sea un instrumento adecuado para evaluar dicho pensamiento histórico y para distinguir
escalas de niveles de logro en las distintas competencias históricas.
PALABRAS CLAVE:
piloto, análisis TRI.
Pensamiento histórico, marco de evaluación, competencias, estudio
ABSTRACT:
This paper analyzes the pilot study and first results of a test of history that
has been conceived and designed as a possible model to assess historical thinking skills of
students in compulsory secondary education. The pilot study was conducted in two phases which
have involved around 800 students in their last year of compulsory education. The results of the
first phase, with 316 students’ answers that have been analyzed statistically according to the Item
Response Theory (IRT), allow us to expect that the test can be an appropriate tool to assess
students’ historical thinking and to distinguish scales of levels of achievement in the different
historical competences.
KEY WORDS:
analysis
1
Historical thinking, assessment framework, competences, pilot study, IRT
Este trabajo ha contado con el apoyo de los proyectos “Competencias sociales para una ciudadanía
democrática (EDU2015-65621-C3-1-R)”,
“La evaluación de las competencias básicas en Educación
Secundaria Obligatoria desde las ciencias sociales” (EDU2012-37909-C03-03) y "La evaluación de las com